- Introducción
- Historia de la Literatura
Venezolana - Biografías de algunos
escritores y poetas venezolanos - Conclusión
- Bibliografía
Trabajo de investigación para conocer la historia de la Literatura venezolana, es de
importancia valorizar toda una gama de cambios desde la
época de la colonia hasta la actualidad.
La literatura venezolana logro de muchos escritores, poetas,
etc. Los cuales con sus sentimientos, llenaron a todos sus
lectores de conocimientos, sentimientos, en todos los
sentidos.
En este trabajo se
escribe algunas biografías de
ilustres personajes de nuestra literatura Venezolana.
2. Historia de la Literatura
Venezolana
La Época Colonial
Los primeros escritores venezolanos de la literatura colonial
fueron los cronistas de Indias, entre ellos Juan de Castellanos,
fray Pedro de Aguado y fray Pedro Simón. Podemos
también mencionar a José Oviedo y Baños,
quien residió en Caracas desde los 14 años de edad,
como el primer escritor criollo. Oviedo y Baños con un
estilo clásico y realista contaron la conquista y
población de la Provincia de Venezuela.
Durante la revolución
de la Independencia,
Simón Bolívar
también usó su pluma para defender y divulgar los
principios
republicanos, y a veces para expresar sus emociones y
vivencias personales. Las creaciones literarias que
marcarán pauta pertenecerán a los géneros de
la prosa y la poesía
de sabor neoclásico de Andrés Bello. A su lado,
destaca la escritura
genial de ruptura y parodia de Simón Rodríguez.
Neoclasicismo y Romanticismo
En los inicios de la era republicana figuran
cuatro grandes nombres de las letras venezolanas: Andrés
Bello, Fermín Toro, Rafael María Baralt y Juan
Vicente González. El más destacado poeta, de clara
autenticidad romántica, se llama Juan Antonio Pérez
Bonalde.
Entre los costumbristas venezolanos están Daniel
Mendoza, Francisco de Sales Pérez, Nicanor Bolet Peraza,
Francisco Tosta García, Rafael Bolívar Alvarez,
Rafael Bolívar Coronado y Miguel Mármol. Dos
escritores de carácter señalan la
transición hacia nuevas posiciones intelectuales
y creadoras: Cecilio Acosta y Arístides Rojas.
Positivismo, Modernismo y
Literatura Venezolana
Fue después de 1880 cuando se perfiló en
Venezuela un movimiento
literario de más ambiciosa inspiración. En el
género
narrativo, el descubrimiento del naturalismo inspiró a
Tomás Michelena una novela:
Débora (1884) y a Manuel Vicente Romero García, su
obra Peonía (1890), primera tentativa de novela criolla
integral. Otros autores dentro de la tendencia serían
Gonzalo Picón Febres (El sargento Felipe, 1899), y Miguel
Eduardo Pardo (Todo un pueblo).
Manuel Díaz Rodríguez, prosista y narrador de
refinado lenguaje, se
destaca como la figura más importante que el modernismo
produjo en Venezuela. Le suceden Luis Urbaneja Achepohl, Rufino
Blanco Fombona, José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra
y Rómulo Gallegos.
Con la obra portentosa de Rómulo Gallegos, donde se
destaca la inmortal novela Doña Bárbara, culmina
toda una etapa de la narrativa venezolana, aquella sometida a las
influencias del nativismo, del costumbrismo, del realismo, del
lirismo descriptivo que alcanza tonos épicos cuando
contempla las luchas del hombre con la
naturaleza.
Es importante mencionar a Arturo Uslar Pietri (Las lanzas
Coloradas, 1931), quien se afirmó como la mayor promesa
narrativa novelesca; a Enrique Bernardo Nuñez, a Julio
Garmendia, a Antonio Arraiz, a Ramón
Díaz Sánchez, a Guillermo Meneses, a Miguel Otero
Silva. Del grupo
"Contrapunto", entre 1946 y 1949, surgen narradores destacados
(Andrés Mariño Palacio, Ramón
González Paredes, Héctor Mujica y otros),
dueños de una información literaria más actual que
los anteriores, y cuyas creaciones pretenden liberar la narrativa
de los resabios del costumbrismo, del criollismo, de la
temática rural, del mensaje edificante, del modo de contar
lineal. Más tarde, aparece Salvador Garmendia, quien
desarrolla su temática hasta consecuencias de
hiperrealismo anonadante, y aborda otros espacios, entre ellos el
fantástico.
También se destaca la narrativa paródica y densa
de Luis Britto García, pasando por la importante obra de
José Balza, un experimentador incansable, y por la de
Oswaldo Trejo, atrevidamente textual. Se impone citar a Humberto
Rivas Mijares y a Gustavo Díaz Solis, a Pedro Berroeta, a
Oscar Guaramato, a Antonio Márquez Salas, a Alfredo
Armas Alfonzo,
Manuel Trujillo, Orlando Araujo y a Adriano González
León, la gran promesa del grupo Sardio y de la
generación de 1960.
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