1.1.
EDUCACIÓN, TÉCNICA Y
TECNOLOGÍA.
Es necesario justificar el papel que juega la
tecnología y el desarrollo
tecnológico en la sociedad,
así como analizar su incidencia en distintos
ámbitos sociales, ya que como se ha puesto de manifiesto
en numerosas ocasiones, el desarrollo técnico de las
nuevas tecnologías de la información y comunicación va por delante del estudio de
sus repercusiones sociales.
La sociedad moderna se inicia con la Revolución
industrial producida a lo largo de los siglos VIII y XIX. La
industria se
convierte en el motor de la
actividad económica y las herramientas
artesanales son sustituidas por las máquinas
(máquina de vapor, máquinas eléctricas…),
nuevas
tecnologías que modifican profundamente los sistemas de
producción y comunicación.
Se inicia la secuencia progreso tecnológico =
desarrollo económico = bienestar social, tal como
economistas y científicos sociales han confirmado (Parejo,
1997). Un gran cambio se
produce también a nivel social, la burguesía se
consolida como la clase social
hegemónica, comprometida con la financiación de los
nuevos procesos
tecnológicos, mientras surge con fuerza como
clase social el proletariado.
La relación entre cambio social y desarrollo
tecnológico es evidente a lo largo de la historia, sin embargo la
responsabilidad real de la tecnología en la
transformación social es una cuestión debatida
¿hasta qué punto el cambio de las sociedades
desarrolladas es causa o efecto de las nuevas tecnologías?
Esta cuestión sigue generando discursos
encontrados que aparecen cada vez que se descarga la
responsabilidad de determinadas conductas y hábitos
sociales en los nuevos medios de
comunicación (televisión, Internet,..).
Así surgen preguntas como ¿es la juventud
más agresiva como consecuencia de su exposición
a la
televisión o aumenta la agresividad en los medios de
comunicación de masas porque la sociedad es cada vez
más agresiva y competitiva?, ¿generan los videojuegos
pautas de actuación machistas o sólo son una
prolongación de las pautas existentes en nuestra
sociedad?, etc.
El cambio tecnológico que estamos experimentando
y el auge de nuevas formas de comunicación, hace
imprescindible una reflexión desde la educación sobre el
impacto de estas nuevas herramientas de comunicación,
tanto en los comportamientos y los procesos de
pensamiento de todos los grupos humanos
como en las actitudes de
la sociedad hacia estos nuevos medios y los modos de vida que
sustentan, sin olvidar su impacto en las instituciones
educativas y los nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje que
se posibilitan.
La tecnología ha generado planteamientos y
actitudes muy diferentes a lo largo de la historia, hay
épocas de escepticismo, de optimismo y de desasosiego ante
los logros y las posibilidades de la
tecnología.
En el mundo antiguo se reconoce la necesidad de
la tecnología pero se sospecha, se desconfía de la
misma, se piensa que es necesaria pero peligrosa, ya que ocasiona
deterioros en la fe (confianza en los dioses como providencia).
Los poetas y filósofos griegos (Platón,
Socrátes, Homero,
Jerofonte…) se muestran recelosos ante la opulencia y el estado de
bienestar que traen consigo las "technai" si no se delimitan
correctamente las fronteras de su actuación. Las personas
se habitúan a las cosas fáciles y eligen lo menos
perfecto cuando lo bello se encuentra en la dificultad y la
perfección se encuentra en el extremo opuesto de lo
sencillo.
La tecnología no puede ser la finalidad
última de la mente humana, pues no puede liberar a
ésta de las cuestiones mundanas. Mirando hacia la
tecnología la persona no
podrá nunca desarrollar una sabiduría espiritual,
como máximo podrá alcanzar la sabiduría de
las "technai". La desconfianza frente a la tecnología
presidió la cultura de
occidente hasta finales de la Edad
Media.
El Renacimiento y la
Ilustración cambia la postura de los hombres hacia la
tecnología considerando que ésta es
intrínsecamente buena y que sólo una accidental
mala utilización de la misma puede causar efectos
perniciosos. Bacon fue uno de los primeros autores en rechazar la
idea de que la técnica ejercía una influencia
corruptora sobre la moral, al
contrario, defendió que los hombres encontrarían en
la tecnología la forma de mitigar el sufrimiento propio de
la condición humana. Su obra "New Atlantis" (1627) ha sido
considerada una de las primeras utopías científicas
al contemplar una sociedad urbana que progresa gracias a los
adelantos técnicos frente a la concepción
clásica de progreso ligado al refinamiento de las formas
socio-políticas.
Adoptando una postura irónica, Bacon
afirmará que la invención de la pólvora, la
imprenta o el
compás han hecho más por la humanidad que todos los
discursos y debates filosófico-políticos que han
tenido lugar a lo largo de la historia.
Posteriormente autores como D´alembert, Kant, Hume,…
van a expresar su confianza en la acción
tecnológica de los individuos.
Como consecuencia de la expansión
tecnológica que tiene su hito más llamativo en la
Revolución Industrial en la Inglaterra del
siglo XVIII y los problemas
sociales que ésta genera, surge el movimiento
romántico. El Romanticismo
puede entenderse como una reacción crítica
a la racionalidad científica moderna. Sus representantes
defienden la importancia y legitimidad de la imaginación y
el sentimiento de forma angustiada y ambigua, y cuestionan la
esclavitud que
se oculta bajo el disfraz de lo bueno. Rousseau
(1750) en su obra "Discurso sobre
los Efectos Morales de las Artes y las Ciencias"
escribe:
"A medida que aumentan las comodidades de la vida,
a medida que las artes son llevadas a la perfección y
que el lujo se extiende, el verdadero coraje languidece, las
virtudes desaparecen. (…) El dinero
aunque compra todo lo demás no puede comprar moral y
ciudadanos. (…) Los políticos del mundo antiguo
estaban siempre hablando acerca de moral y virtud; los nuestros
no hablan de otra cosa que no sea comercio y
dinero.
(…) Nuestras mentes han sido corrompidas en la misma medida
que las artes y las ciencias han mejorado" (Cit. en
Mitcham, 1989b: 22).
La revolución
tecnológica actual se equipara en cuanto a trascendencia a
esa primera revolución industrial (Castells, 1986). Si
bien en ésa el elemento clave fue el control de
diferentes fuentes de
energía, ahora la clave se encuentra en el control de la
información, por lo que se ha denominado la
Revolución de la Información. Este
fenómeno tendría como características
básicas:
- Los desarrollos tecnológicos afectan a los
procesos en mayor medida que a los productos. - El desarrollo en redes genera una
interconexión entre los sujetos sin barreras espaciales
y temporales de un gran impacto para la
comunicación humana. - El dominio de los
países industrializados sobre el resto, apoyada en el
control de los procesos de información y de la gestión de sus redes a nivel
mundial.
Quizá podríamos calificar la
posición actual sobre la tecnología de "confianza
absoluta", se nos vende la tecnología como modernidad, como
solución a todos nuestros problemas y la
sociedad asume que la tecnología nos hace más
libres, más independientes, nos abre nuevas posibilidades
de comunicación y de información. Pocas son las
voces que se alzan contra la hipnosis de las nuevas
tecnologías y los discursos críticos, que provienen
del mundo de la filosofía, sociología, pedagogía,.. son acalladas con las
espectaculares aplicaciones pragmáticas que el mercado nos
ofrece.
La
Tecnología: Técnica y Ciencia.
La Tecnología se ha situado entre la ciencia y
la técnica, entre los componentes teóricos de la
primera y las ejecuciones prácticas de la segunda, siempre
orientada a la resolución de los problemas que la
humanidad se ha ido encontrando, aunque en algunos momentos se
replantee las dimensiones éticas de los avances
conseguidos.
La palabra ciencia, etimológicamente, proviene
del latín "scientia", el equivalente del griego
"episteme": conocimiento
riguroso, metódico, organizado. Remontándonos a
Platón,
éste diferenciaba entre el saber "episteme" y el saber
"doxa".
La doxa, como saber cotidiano, es apariencial, se
nos presenta indemostrable e irrepetible en sus datos y preceptos
y está en contraposición a la ciencia y al saber
verdadero. La episteme, como saber de la ciencia, presenta
un doble sistema de
referencia: sus "verdades", por un lado, deben ser válidas
en la realidad (praxis), y,
por otro, deben ser ubicadas dentro de un sistema cognoscitivo.
Desde esta concepción del saber, conocer un
fenómeno no significa simplemente poder
reaccionar ante él, sino conocer la conexión que lo
liga a otros fenómenos y captar el lugar que ocupa entre
éstos.
Se puede decir que ya desde el principio, el conocimiento
científico se plantea como algo que va más
allá del conocimiento cotidiano, es decir, pretende
alcanzar la esencia y las leyes de los
fenómenos y los hechos. Para ello se estructura
sobre algunos supuestos (Ander-Egg, 1.983: 30)
- El conocimiento es posible: éste es un
principio que da por sentado tanto el hombre
común como el científico. - Existe un mundo objetivo, y
la realidad tiene una contextura independiente del conocimiento
que el hombre puede
tener de ella. - De esta realidad se puede afirmar algo de sus
propiedades estructurales y relacionales, que se captan por una
serie de procedimientos
y por la imaginación y la intuición del
hombre. - Esta realidad es la base y el punto de arranque del
conocimiento. En consecuencia, el
conocimiento científico queda acotado al terreno o
ámbito de la realidad. - El conocimiento científico procura establecer
una conexión universal de los
fenómenos. - Para que el conocimiento tenga carácter científico, es necesario
elaborar instrumentos que garanticen y controlen la validez de
los conocimientos adquiridos.
De todo ello se desprende que los
conocimientos no aislados, sino incorporados a un sistema,
constituyen una ciencia. Ahora bien ¿qué
relación se puede establecer entre la ciencia y la
tecnología?. Se puede distinguir una secuencia que
iría desde la investigación básica a la
investigación aplicada y de ésta al desarrollo
tecnológico.
La noción de ciencias puras y aplicadas extrae
parte de su dureza de una imagen aparecida
en el S.III en Occidente: la del árbol de la ciencia de
Porfirio.
Según esa concepción, los conocimientos se
parecerían a un árbol, en el sentido de que ciertos
conocimientos fundamentales formarían el tronco que se
dividiría en varias ramas gruesas que, a su vez, se
ramificarían abundantemente. De este modo, las preguntas
que se plantean en ciencias fundamentales son preguntas de
ciencias paradigmáticas (o, retomando la expresión
de Khun, "ciencia normal"). Así es como se puede creer
que, hasta cierto punto, esas investigaciones
fundamentales producen un saber "puro" de toda interacción con la sociedad. Pero, "tal
visión es evidentemente parcial, ya que las
investigaciones fundamentales se corresponden finalmente
también con cierta demanda social
y con ciertos intereses" (Fourez, 1994: 143).
Podríamos clarificar los diferentes conceptos en
estos términos: Las ciencias básicas se
orientan a la adquisición de nuevos conocimientos,
responden a demandas internas de la propia disciplina,
estudian problemas definidos en el mismo paradigma que
domina el campo de conocimiento y los criterios de validez de los
resultados los establece la misma comunidad
científica.
Las ciencias aplicadas tienen un destino social
directo, responden a demandas sociales externas y la validez de
los resultados será juzgada por un grupo social
diferente al de los investigadores. Finalmente, las
tecnologías se consideran aplicaciones concretas
dentro de un contexto social determinado. La relación
entre estos tres conceptos es dinámica, influyéndose mutuamente.
Ciencias y tecnologías aparecen en la actualidad
estrechamente vinculadas y en muchos casos resulta difícil
determinar qué tipos de desarrollos pueden ser
considerados como técnicos y cuáles como
científicos. Las diferencias entre Ciencia y
Tecnología, siguiendo a Bunge (1981) y Sancho (1994a:
21) podrían resumirse en:
- La tecnología no informa de lo que va a
ocurrir, aunque sí de los métodos
para evitar o cambiar lo que va a ocurrir. - La tecnología es más pobre y menos
profunda, ya que reduce y simplifica el conocimiento de acuerdo
con las necesidades. - La tecnología estudia variables
externas, en tanto que la ciencia estudia variables
intermedias. - La ciencia es un instrumento para el
tecnólogo. - La tecnología busca la eficacia, la
ciencia la verdad. - El científico contrasta teorías mientras el tecnólogo las
utiliza. - La ciencia persigue leyes y la tecnología
normas.
Respecto a las características
epistemológicas de la tecnología, Sarramona (1990)
le confiere las siguientes: Racionalidad (las decisiones
adoptadas deben apoyarse en decisiones razonadas), Sistematismo
(los elementos que intervienen en el proceso son
contemplados en sí mismos y en relación con los
demás), Planificación (la tecnología demanda
un proceso anticipatorio sobre la acción), Claridad de las
metas (el proceso tecnológico se desarrolla para alcanzar
metas claramente especificadas de antemano), Control, Eficacia y
Optimización.
Por su parte, García Carrasco (1996) identifica
el objeto artificial (a diferencia del natural) y el diseño
del mismo (a diferencia de una representación a
posteriori) como los conceptos clave de la tecnología. En
relación a estos dos conceptos, las características
de la tecnología serían:
- Se diseña o planea con la ayuda de
algún tipo de conocimiento expresable y utilizable por
otros. - El diseño es de carácter
estratégico. - La acción técnica se
aprende. - La acción técnica es legal o normativa,
es decir, se rige por especificaciones y reglas.
Podríamos decir, a tenor de lo expuesto y a modo
de síntesis,
que la distinción entre ciencias y tecnología
extrae su sentido de la diferencia de los contextos sociales en
los que los saberes científicos y tecnológicos se
aplican. Así, los saberes científicos se
aplican en un lugar restringido, los laboratorios, y están
unidos a una investigación particular: la comunidad
científica. Por el contrario, los saberes
tecnológicos o las ciencias aplicadas se utilizan en la
realidad social tomada globalmente, en el mundo
exterior.
Por otra parte, es necesario insistir en la idea de que
las ciencias y las tecnologías no son
neutras, no son instrumentos puramente materiales,
sino que también remiten a un sistema social. Las opciones
tecnológicas condicionan el tipo de vida social de un
grupo y las ciencias responden a determinadas motivaciones
sociales. Por su parte, Mitcham (1990) establece la
relación moderna entre ciencia, tecnología y
sociedad en base a las siguientes proposiciones:
- La ciencia y la tecnología deben estar
separadas, aunque se establezcan entre ambas complejas
interrelaciones. - Tanto la ciencia como la tecnología deben
estar controladas democráticamente por la sociedad o la
política.
La creciente importancia social de la ciencia y la
tecnología ha provocado el surgimiento de un campo de
investigación interdisciplinar denominado "Ciencia,
tecnología y sociedad", cuyo objetivo es el estudio del
desarrollo científico y tecnológico y de sus
consecuencias sociales.
"Cuando uno comienza a entrever la complejidad que
subyace en este tipo de problemas, caracterizados por el
descubrimiento de una plétora de dimensiones humanas
encarnadas en nuestros conceptos de ciencia y
tecnología, y de las dimensiones tecnológicas
que conforman nuestra imagen del ser humano, aparece con
más claridad la importancia de la filosofía hacia
terrenos aún sin desbrozar como el de los Estudios de
Ciencia, Tecnología y Sociedad, que tratan de
sistematizar una concepción interdisciplinaria de la
ciencia y la tecnología que trae a la superficie este
intercambio de dimensiones" (Bustamante, 1993:
21)
En mi opinión es acertado el análisis de Bustamante (1993: 13), para
quien la capacidad transformadora de la tecnología se
muestra en una
doble vertiente: tecnología como instrumento de construcción de la realidad, y como
creadora de imágenes y
modelos del
hombre y la sociedad. Ciertamente, la ciencia y la
tecnología, la investigación científica y el
desarrollo tecnológico (I+D) son recursos
críticos para la competitividad
económica de un país y también,
indirectamente, para la calidad de
vida y el bienestar social.
En las sociedades avanzadas actuales el desarrollo
científico y el cambio técnico no sólo
afecta a las estructuras
productivas (cada vez más intensivas en ciencia y
tecnología) sino también al conjunto de las
estructuras e instituciones sociales.
Así, se pueden distinguir tres teorías que
se ocupan del estudio de esta relación: la teoría
instrumental, la teoría substantiva y la teoría
crítica. (Feenberg, 1991; Sancho 1994a)
La teoría instrumental, que coincide con
la visión dominante de los gobiernos modernos y de las
políticas científicas en las que confían,
trata la tecnología como subordinada a los valores
establecidos en otras esferas sociales (por ejemplo, la
política y la cultura). En esta visión subyace la
idea de sentido común de que las tecnologías son
herramientas preparadas para servir a quienes las
usan.
La teoría substantiva, sin embargo,
atribuye a la tecnología una fuerza cultural
autónoma que anula todos los valores tradicionales o en
competencia. Su
argumento es que la tecnología constituye un nuevo tipo de
sistema cultural que reestructura todo el mundo social como un
objeto de control. Este sistema se caracteriza por una
dinámica expansiva que, en definitiva, mediatiza cualquier
enclave pretecnológico y configura toda la vida
social.
La teoría crítica de la
tecnología traza un recorrido difícil entre la
resignación y la utopía. Argumentan que la
conquista de la naturaleza no
es un hecho metafísico, sino que comienza en la
dominación social. Por lo tanto, el remedio se
encontrará en el avance democrático. La
liberación de la humanidad y la liberación de la
naturaleza se conectan en la idea de una reconstrucción
radical de la base tecnológica de las sociedades modernas.
Al elegir nuestras tecnologías nos convertimos en lo que
somos, lo que a su vez condiciona nuestro futuro.
En los debates actuales sobre la informatización
de la sociedad y los aspectos filosóficos de la inteligencia
artificial se manifiesta el esfuerzo que llevan a cabo
filósofos y científicos sociales para aportar
nuevos elementos que nos permitan comprender mejor la naturaleza
y el impacto de una tecnología que de forma a veces
disimulada propone imágenes y modelos de cómo el
ser humano debería ser y funcionar. Dicho de otra manera,
ese "nuevo tipo de sistema cultural" que, según Feenberg,
constituye la tecnología, se vivencia como problema: la
deshumanización. Esto es, la posible pérdida de
perspectiva de los valores y
fines humanos que la tecnologización de los distintos
aspectos de la vida en una sociedad avanzada puede
generar.
Desde una perspectiva crítica, Alvarez y
Méndez (1995) van más allá, cuestionando el
imperativo tecnológico no sólo en sus repercusiones
sociales sino también y fundamentalmente en sus procesos
de configuración y
desarrollo.
Estos autores mantienen que la dinámica del
cambio sociotécnico no es unidireccional, sino que al
mismo tiempo que la
tecnología construye la sociedad, los grupos y actores
sociales, con sus valores e intereses, configuran la
tecnología. Esta idea le lleva a introducir
términos como "tecnología en acción",
"tecnología trenzada con la ciencia y la sociedad",
"ingeniería heterogénea", con los
cuales quieren presentar una nueva concepción de las
relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, superando
la identificación de la tecnología con los
artefactos, analizando cómo se configuran las diferentes
tecnologías y poniendo de manifiesto cómo la
tecnología está al servicio de
determinados intereses sociales, o incluso de determinadas
clases
sociales.
Desde esta óptica
defienden que las actividades y productos de la acción del
hombre traspasan la mera construcción de herramientas y
máquinas y se pueden entender mejor si se agrupan en
cuatro figuras:
- Tecnologías organizativas: establecen reglas
de acción para las personas y comunidades, gestionan la
distribución de bienes y el
reparto de lugares y funciones de la
sociedad. - Tecnologías artefactuales: instrumentos
físicos que gozan de cierta independencia de los agentes humanos para
desarrollar su actividad. - Tecnologías simbólicas: se identifican
con signos,
rituales, símbolos, representaciones
geométricas y topográficas, etc. - Biotecnologías: tecnologías cuyo
componente principal y predominante incide sobre la vida
biológica.
El análisis de las distintas tecnologías
que el hombre elabora y de las que se sirve en función de
determinados valores e intereses, nos lleva a no perder de vista
que la historia de la ciencia y de la tecnología, lejos de
moverse por la pura racionalidad y la perfección de las
máquinas, está marcada por los deseos, las
necesidades y los propósitos de la sociedad, de los
hombres y mujeres que la forman.
El término griego "téchne" (arte, destreza)
es la raíz común de las palabras técnica y
tecnología; el sufijo "logía" proviene del griego
"logos" (palabra, habla, tratado). En un análisis
puramente etimológico-semántico, podemos decir que
"la tecnología es el tratado o ciencia que estudia la
técnica", y ¿qué se entiende por
técnica?.
Se puede decir que la conceptualización de la
técnica como "saber hacer de forma eficaz", y con
el sentido de "realización material y concreta de algo"
parece encontrar un amplio consenso. Así, se podría
definir como: "un conjunto de procedimientos dirigidos a hacer
bien una cosa" (Fullat, 1.978: 20) o "una acción
técnica, proceder técnico o intervención
técnica, un modo de saber empírico, artesanal,
precientífico" (Benedito, 1.987: 57).
La técnica se vincula, además, a los
procesos de transformación de la naturaleza por parte del
hombre con objeto de cubrir diferentes tipos de necesidades,
desde las más básicas ligadas a la supervivencia,
hasta necesidades relacionadas con el ocio y la calidad de
vida.
En este sentido, las diferentes concepciones de la
"técnica" reflejan distintas actitudes, en unos casos
favorables al desarrollo tecnológico de las sociedades, en
otros muy críticas ante el mismo.
Ortega y Gasset (1939) analiza el concepto de
técnica desde una perspectiva antropológica,
concluyendo que la dimensión más importante de la
técnica no reside en la satisfacción de las
necesidades humanas sino en la ampliación del campo de
posibilidades de acción del hombre sobre su
entorno.
También desde una perspectiva
antropológica, el filósofo Zubiri (1986:331) aborda
en concepto de técnica y a su juicio, la técnica
expresa "la unidad intrínseca entre el saber y el hacer" y
cuando el hacer se refiere a la inteligencia
surge la invención creativa del hombre, creación
que se aplica fundamentalmente a la resolución de
problemas reales. Y que llega a producir de forma artificial lo
mismo que la naturaleza, nuestra técnica no se limita a
fabricar artefactos, sino que puede producir entes naturales y
controlados. En este sentido, el autor parecía prever el
espectacular desarrollo que se iba a producir en las áreas
de biotecnología e ingeniería
genética, ciencias de gran impacto en la
actualidad.
En el polo opuesto encontramos autores críticos
como Mumford y Winner, el primero vincula el avance
científico y técnico con intereses
económicos y políticos y el segundo se pregunta
qué formas de tecnología son compatibles con las
sociedades democráticas.
Definido el concepto de técnica y puesto de
manifiesto las diferentes actitudes hacia el desarrollo
tecnológico, cabe preguntarse ¿qué
diferencia existe, si la hay, entre técnica y
tecnología?. La respuesta podría resumirse en
considerar que la tecnología es una ciencia aplicada a
la resolución de los problemas que se basa en la
utilización de técnicas
avaladas por el conocimiento científico. La
diferenciación entre tecnología y técnica se
puede establecer, siguiendo a Bunge (1980), en la
consideración de la ciencia. Si la ciencia aporta formas
de saber, la tecnología aporta formas de hacer
basándose en los conceptos científicos. La
tecnología se vincula fundamentalmente a las
técnicas industriales, mientras que la técnica se
relaciona con habilidades prácticas vinculadas a procesos
artesanales.
Algunos autores se expresan en este sentido cuando
tratan de caracterizar lo que es la tecnología:
"La tecnología aparece cuando el problema de
acción que se pretende resolver mediante la
aplicación de técnicas es objeto de
reflexión teórica; de ahí, entonces, que
se pueda afirmar que la tecnología es la teoría
de la técnica" (Colom, 1.986: 18).
"La Enciclopedia francesa prestó una gran
atención a todas las técnicas, en
particular a las mecánicas, incorporándolas al
"saber" (la ciencia). Esta incorporación ha sido tan
completa que en algunos momentos se ha llegado a considerar no
sólo que la técnica es un saber, sino que el
saber es fundamentalmente técnico. Esta fusión
indisoluble (y aparentemente indispensable) entre ciencia y
técnica abre un nuevo espacio de conocimiento, el de la
tecnología, como una técnica que emplea
conocimientos científicos y que a su vez fundamenta a la
ciencia al darle una aplicación práctica. La
tecnología se configura como un cuerpo de conocimientos
que, además de utilizar el método
científico, crea y/o transforma procesos
materiales" (Sancho, 1.994a: 19).
Dos características fundamentales parecen
dibujarse del análisis de las definiciones expuestas: la
referencia a la resolución de problemas prácticos
por parte de la tecnología y la referencia asimismo a su
carácter teórico, estableciendo por esta vía
la relación entre Ciencia y Tecnología. Por otra
parte, la tecnología como proceso humano puede entenderse
que forma parte de la cultura y como elemento cultural la
tecnología lleva asociados determinados valores, plantea
determinadas relaciones del hombre con la naturaleza y entre las
propias personas. Por lo tanto, es necesario el análisis y
reflexión sobre las dimensiones humanas y sociales
asociadas al desarrollo tecnológico, teniendo como
ángulo de visión las repercusiones educativas de
los cambios culturales y sociales que conlleva el desarrollo
tecnológico.
Ciencia, Tecnología y
Sociedad.
Se puede decir que las características más
genuinas de la sociedad actual son el cambio y la complejidad.
Tal afirmación es explicada por Sancho (1993, 1997) debido
al aumento extraordinario del volumen de
conocimientos científicos, tecnológicos y sociales
experimentados desde finales del siglo XIX, la utilización
masiva de las tecnologías de la información y la
comunicación en todos los ámbitos de la vida,
unidos a las tendencias político-económicas
vigentes desde los años 80. En este contexto se
están cuestionando y redefiniendo muchas concepciones
tradicionales de lo que significa ser una persona culta, educada
y profesional, el valor de los
conocimientos y habilidades personales y profesionales, el papel
de los sistemas
educativos escolares, el sentido de la formación
más allá de la enseñanza reglada, etc. La
educación debe responder a la necesidad de afrontar
cambios de forma continuada, no sólo a nivel profesional
sino también personal, social
y cultural; de enfrentarse a situaciones complejas que requieren
el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades, incluso nuevos
modelos culturales, sistemas de valores, pautas de
actuación y modos de vida; de saber vivir en un mundo que
rebosa información pero en el que las personas no saben
más.
También se caracterizan las sociedades
industriales avanzadas por la
globalización de la economía, la
revolución de las tecnologías de la
información y de la comunicación y un profundo
cambio cultural en los valores y formas de vida occidentales
(Castells, 1994). Este cambio en los modos, usos y costumbres
culturales vienen dados, entre otras causas, por el
tránsito desde valores materialistas propios de una
sociedad industrial hacia valores postmaterialistas (pacifismo,
ecología,
calidad de vida) representativos de una sociedad postindustrial,
postmoderna o informacional (Inglehart, 1991).
La relación entre la educación y la
cultura en nuestra sociedad actual es un tema que se
está replanteando a través de la reflexión
sobre los valores: los valores en el curriculum,
los valores en los medios de
comunicación, los valores en la sociedad post-moderna,
etc. Y esto es así porque la cultura se entiende como un
conjunto de reglas de conducta y
representaciones de la realidad, pero también como un
conjunto de valores e ideas.
En el hecho cultural, Quintanilla, filósofo de
reconocido prestigio, destaca la presencia de ideas y valores,
así como la existencia de lenguajes que asumen el papel de
instrumentos de comunicación para esas ideas y valores,
constituyendo una identidad
compartida. La cultura puede concebirse como
"el conjunto de representaciones, reglas de
conducta, ideas, valores, formas de comunicación y
pautas de comportamiento aprendidas (no innatas) que
caracterizan a un grupo social" (Quintanilla, 1992:
2).
El filósofo destaca dos tipos de valores
tecnológicos: intrínsecos y extrínsecos. Los
primeros incluyen la eficiencia, la
eficacia y la fiabilidad. La eficiencia técnica alude a la
adecuación entre medios y fines. Los valores
extrínsecos se vinculan a la idoneidad de una
tecnología destinada a un determinado grupo humano y las
consecuencias para los individuos, el entorno o la estructura
social. Las diferentes culturas tecnológicas se
establecen en función de que se primen valores
tecnológicos intrínsecos o extrínsecos
(Quintanilla, 1992). La cultura es considerada, pues, como un
entorno artificial que va creando el hombre, para lo cual utiliza
máquinas y lenguajes. En relación a los medios
tecnológicos, se puede abordar el concepto de cultura
tecnológica, como una parte importante de la cultura
compartida en las sociedades avanzadas.
Desde una postura crítica, Bautista (1994a) nos
alerta sobre dos dimensiones sociales de la tecnología
ciertamente controvertidas: a) la tecnología y su alianza
esencial con el poder; y b) la tecnología como
dinámica de dominación. Por este motivo, antes de
introducir los recursos tecnológicos en ámbitos
educativos, es preciso cuestionar los significados que llevan
asociados, pues muchos de ellos o bien contienen valoraciones
como considerar neutral la tecnología, e incluso son poco
respetuosos con la diversidad multicultural que llega a los
centros educativos.
En una perspectiva crítica se sitúan
también los estudios de Ciencia, Tecnología y
Sociedad, que conciben la tecnología y la cultura como
sistemas dependientes entre sí, entendiendo que la
tecnología contemporánea conforma un sistema que
envuelve prácticamente todos los aspectos de la vida
cotidiana de nuestro tiempo. Observada desde esta perspectiva,
representa una forma cualitativamente diferente de
relación del ser humano con la naturaleza:
El fuerte impacto producido por la tecnología
(información automatizada, microelectrónica…) en
las sociedades actuales, independientemente de su nivel de
desarrollo, es un hecho aceptado por todos. Sus efectos se hacen
evidentes: transformación de las formas de trabajo y
producción, ocupación del tiempo
libre, modo de vida de los ciudadanos, dinámicas de
relación entre distintos grupos
sociales, modalidades de comunicación, etc. La
educación, como sistema específico integrado en la
sociedad, tampoco escapa a sus influencias.
Si definimos la educación como un proceso
de perfeccionamiento intencional coadyudado por la influencia
sistematizada del educador dentro de un contexto socio-cultural
(Castillejo, 1985), es decir, como un proceso interior y personal
dirigido de forma intencional por otros e influido por el medio,
al cual podríamos caracterizar como una sociedad
tecnificada, tenemos que afirmar que la educación en estos
momentos está necesariamente tecnificada, ligada al
desarrollo tecnológico. Los procesos de
culturización son asumidos en parte por las instituciones
educativas pero también por las propias sociedades en
sentido genérico. En este sentido la familia
desempeña un importante papel y la influencia de las
tecnologías de la información y comunicación
(prensa, televisión, radio,
Internet..) es cada vez mayor. La escuela pierde
relevancia social y cultural mientras que ganan prestigio las
tecnologías de la información. La identidad de la
escuela se desdibuja en medio de una amplia oferta de
productos culturales, la brecha entre la educación formal
y la educación informal se abre cada vez
más.
A pesar de que vemos que la tecnología va
cambiando muchos ámbitos de nuestro entorno (industria,
transporte,
medicina,…)
y la vemos en nuestras casas, coches, oficinas…,
difícilmente nos ha servido para cambiar el discurso sobre
la enseñanza, raramente se ha integrado en la estructura
del método de
enseñanza, en lo que hay que enseñar y cómo
hacerlo.
La tecnología casi no ha entrado en el sistema
educativo formal y cuando lo ha hecho, ha sido
tímidamente y sin alterar apenas la esencia de los
procesos educativos tradicionales. Si esta es la
situación, se impone una reflexión sobre el por
qué. Por qué ante este cambio social y
culturalmente relevante, en el que las nuevas tecnologías
y medios de comunicación
social ocupan un papel fundamental, la escuela sigue la
política del avestruz y se mantiene inamovible. Area
(1995) alude a algunas razones que pueden explicar esta
posición de la escuela al tiempo que se plantea nuevos
interrogantes sobre la relación entre la escuela y la
sociedad actual concluyendo de forma rotunda que el reto para la
escuela
pública es sacar la cabeza del agujero para dar a
todos los alumnos las mismas posibilidades.
A mi modo de ver, se trata de que los profesores
empiecen a plantearse el papel de la tecnología y, en
especial, las nuevas tecnologías de la información
en los procesos curriculares y que estén dispuesto a
redefinir, de alguna manera, sus roles docentes, lo
que siempre supone un riesgo que hay
que estar dispuesto a correr.
Estableciendo una analogía con la empresa, se
puede decir que es necesario redefinir muchos puestos de trabajo,
en especial aquellos que consisten básicamente en una mera
transmisión o en un simple almacenamiento de
información, tareas que son desempeñadas en gran
parte por los educadores. El educador, pues, ha de transformarse
en un diseñador, gestor, animador y asesor de experiencias
de aprendizaje no condicionadas por el horario, por la distancia
o por sus propias limitaciones personales.
En el ámbito empresarial, el modelo OITP
(Organización, Individuos,
Tecnología, Procesos) que trata de aproximar tres
elementos clave de la empresa: la
organización, la tecnología empleada y los
individuos que la integran, para conseguir la
transformación y mejora de los procesos propios de la
empresa, se podría traspolar a la enseñanza en el
sentido de clarificar qué aspectos de los procesos
educativos pueden delegarse eficazmente en las herramientas
tecnológicas y cuáles deben quedar en el
ámbito del contacto humano personal.
Llevando estos planteamientos a la enseñanza nos
podemos preguntar ¿cuáles son las competencias de
los profesionales de la enseñanza? ¿puede
hablarse de competencias amplias de la propia institución
educativa? ¿qué competencias puede proporcionar la
tecnología en los procesos formativos generados en el
sistema educativo? ¿qué competencias docentes son
necesarias para responder a las necesidades surgidas de la
transformación social? ¿qué competencias han
de considerarse en los programas de
formación para la utilización efectiva de los
recursos? ¿qué relevancia tiene la creatividad y
la flexibilidad en la integración de los recursos
tecnológicos en la enseñanza?
Asimismo, cabría preguntarse qué
papeles debe adoptar la educación escolar, como
institución que refleja, cultiva o rechaza, más o
menos críticamente, unos sistemas de valores (Sancho,
1995) ¿desentenderse y pensar que lo que se haga en la
escuela poco o nada influirá en lo que pase fuera?
¿subirse a la corriente y fomentar el saber, las
actitudes, las capacidades y habilidades que pongan al alumnado
en situación de "triunfar" en el gran mundo? ¿Ha de
generar respuestas para una gran mayoría que,
evidentemente, nunca triunfará? ¿ha de arrogarse el
papel de defensora de valores sociales a modo de contravalor de
las propuestas hegemónicas? ¿ha de considerar otras
visiones del mundo aunque entren en conflicto con
las del alumnado, las familias, otras instancias sociales?
¿Cuál es el papel de la Tecnología
Educativa…?
La tecnología debe y puede colaborar activamente
en los procesos de cambio generados en el propio sistema
educativo. La integración de la tecnología debe
partir de las propias posibilidades de ésta y del
reconocimiento de la trascendencia de las personas implicadas
en todo proceso educativo. Esta es una de las claves de la
transformación del sistema. La escuela, en los recursos
que adopta, refleja los parámetros de la sociedad que los
desarrolla, la cual trata de perpetuar una determinada cultura.
De este modo la escuela se convierte en un instrumento social
para transmitir determinados valores y modos de actuación,
sin que éstos formen parte de su ideario.
Las características que las sociedades
desarrolladas presentan (internacionalismo, conflictos
derivados de la intransigencia de las culturas, desarrollo de la
industria como superestructura, alarmantes índices de
contaminación medioambiental, profunda
incidencia de la tecnología en la esfera personal y
profesional de los ciudadanos, consumismo, influencia de los
medios de comunicación de masas generando opiniones
comunes y estableciendo un fuerte control social,
uniformización de la sociedad, incertidumbres generadas
por la saturación informativa, existencia de grandes
desigualdades sociales,…) entran en conflicto con la idea de
una educación liberadora, democrática,
concienciadora, crítica, etc.
Situándonos en este concepto de la
educación, las tecnologías han de ser supeditadas
al método, al discurso formativo de la escuela, a sus
procedimientos y valores. De modo que es necesario la
deconstrucción de las asunciones que estudiantes y
profesores tienen asociadas con los artefactos
tecnológicos y reconstruir críticamente el
significado y uso que tales artefactos tienen en la sociedad
actual (San Martín, 1995).
La escuela ha de navegar contra corriente,
contraponiendo los medios grupales a los medios de masas,
permitiendo la elaboración de mensajes abiertos en los que
participen todos los sujetos, fomentando la creatividad,
generando experiencias compartidas y contextualizadas,
permitiendo la expresión libre de los miembros de los
grupos que se educan, educando en la diversidad, trabajando para
conseguir una sociedad igualitaria, democrática y libre.
La tecnología en este contexto ha de estar atenta a las
necesidades formativas de los profesionales de la
educación en este ámbito, así como a las
necesidades educativas de los estudiantes, dando respuesta a las
situaciones educativas diferenciales y especiales. Respuesta en
la que se ha de implicar la sociedad desde la perspectiva
pública, del servicio social que el Estado debe
procurar en cuanto a las prestaciones
educativas. Por su parte, los educadores han de profundizar en la
comprensión del mundo en el que viven, de los procesos de
cambio tecnológico y social para tratar de adaptar las
instituciones educativas a las condiciones de los nuevos tiempos,
mejorarlas y aumentar su calidad.
1.2.
CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN.
La información y las comunicaciones
dan nombre a estos tiempos. Las relaciones sociales,
económicas y políticas, los saberes, nuestra
percepción de la realidad y de nosotros
mismos, todo está hoy configurado por las comunicaciones,
por el imperio de lo mediático. El fenómeno
más decisivo, en cuanto a cambio social, económico,
político y cultural del uso de las tecnologías de
la Sociedad de la Información es lo que denominamos
globalización; es éste un fenómeno de
profundo calado sociopolítico que define el nuevo entorno
en que deberá desarrollarse la Sociedad de la
Información.
El fenómeno de la Globalización.
El fenómeno de la globalización,
también denominado mundialización, se produce
principalmente a nivel económico, pero también
cultural y social, como producto de
una nueva cultura planetaria, propiciada por la ruptura de las
barreras geográficas y económicas que supone el uso
de la Tecnología
de la Información y la Comunicación, y por las
políticas socio-económicas impulsadas por los
diferentes gobiernos y organismos internacionales. Esta nueva
etapa plantea una serie de interrogantes en relación a sus
consecuencias a medio y largo plazo, siendo en muchos casos uno
de los argumentos utilizados para cuestionar la "bondad" de su
uso, en cuanto al riesgo de desaparición de las culturas
minoritarias y con menos poder socio-económico. Sus
dimensiones más importantes son:
a) Globalización de la actividad
económica
Se trata de una de las tendencias económicas
dominantes de la economía de la última
década, hasta el punto de que se ha acuñado el
concepto "desarrollo intensivo basado en vinculaciones
internacionales" para referirse a las nuevas oportunidades
y retos que ofrece el nuevo contexto internacional a los
países. La globalización afecta a las distintas
facetas de la actividad económica: los intercambios
comerciales y financieros, la internacionalización del
I+D, de la tecnología y de la producción, y la
regulación de los mercados.
b) Transformación del mercado de trabajo y de las
estructuras laborales. Nuevos modelos educativos y nuevas
necesidades de formación
Ya no se duda que el impacto sobre el mundo del
trabajo es enorme, pero se asume que la solución no
está en retrasar la introducción de tecnologías, sino
por el contrario aprovechar las nuevas formas de
organización del trabajo (reingeniería, organizaciones
planas, teletrabajo)
que posibilitan las infraestructuras de telecomunicación
y los sistemas de proceso de información.
En la pasada década estas tecnologías
han sido un potente factor de reestructuración sectorial
de los recursos humanos. En el mundo desarrollado se han
perdido muchos millones de puestos de trabajo en el sector de
la manufactura,
aunque se han creado más en el sector servicios.
Sin embargo, no está resuelto el problema del "pleno
empleo" ni
la continua readaptación de las "habilidades y
conocimientos" que exigen los nuevos paradigmas
productivos.
Las políticas de flexibilización del
trabajo (movilidad geográfica y funcional) o la
desregulación del mercado de trabajo (facilidad de
entrada y salida de trabajadores) no son solamente medidas
necesarias para incrementar la productividad y
la competitividad de las empresas, son
sobre todo una muestra de la nueva "racionalidad" que parece
imponerse en un mundo en el que sobra "trabajo" y faltan
"puestos de trabajo".
c) Trabajo colaborativo internacional, sin mayor
restricción que la disponibilidad de tecnologías,
accesibles con mínimas inversiones
En este nuevo entorno los responsables públicos
y los agentes económicos y sectoriales de los distintos
países tratan de definir estrategias
competitivas que les permitan liderar o al menos participar
activamente en la construcción de la Sociedad de la
Información.
d) Transnacionalización de las actividades de
ocio y cultura
e) Pérdida de soberanía de los Estados en favor de su
integración en bloques
económicos/políticos
Disminución progresiva del sector
público como consecuencia del replanteamiento del
estado de bienestar. Creciente protagonismo de lo regional y
local frente al Estado.
En conclusión, podemos afirmar que el
fenómeno de la globalización incidirá en los
diferentes ámbitos y sectores profesionales. Las empresas,
organizaciones, instituciones, etc. atenderán a los
intercambios económicos, sociales y culturales que puedan
establecer utilizando las tecnologías de la
información y la comunicación, con instituciones y
profesionales de su sector o ámbito de trabajo con el fin
de no quedar rezagados.
Las Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC).
La globalización tiene una de sus manifestaciones
más relevantes en las denominadas Tecnologías de la
Información y Comunicación, las cuales han
permitido llevar la globalidad al mundo de la
comunicación, facilitando la interconexión entre
las personas e instituciones a nivel mundial, y eliminando
barreras espaciales y temporales. Se denominan Tecnologías
de la Información y las Comunicaciones, en adelante TIC,
al conjunto de tecnologías que permiten la
adquisición, producción, almacenamiento,
tratamiento, comunicación, registro y
presentación de informaciones, en forma de voz,
imágenes y datos contenidos en señales
de naturaleza acústica, óptica o
electromagnética. Las TIC incluyen la electrónica como tecnología base que
soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual. El profesor Julio
Cabero (1996b) ha sintetizado las características
distintivas de las nuevas tecnologías en los siguientes
rasgos: inmaterialidad, interactividad, instantaneidad, innovación, elevados parámetros de
calidad de imagen y sonido,
digitalización, influencia más sobre los procesos
que sobre los productos, automatización, interconexión y
diversidad. A continuación, describiremos brevemente las
características más importantes que presentan las
TIC en contraposición a las tecnologías de corte
más clásico:
- Inmaterialidad
Uno de los cambios más importantes en la
nueva Sociedad de la Información es la ruptura de las
coordenadas espacio-temporales como único marco de
actividad humana. Las redes informáticas eliminan la
necesidad, que durante muchos años se tenía, de
coincidir en el espacio y tiempo para la participación
en actividades. Las TIC, en concreto
la posibilidad de digitalización, convierten a la
información, tradicionalmente sujeta a un medio
físico, esto es a todas las condiciones que el medio
imponía, en inmaterial. Mediante la
digitalización es posible almacenar grandes cantidades
de información, en dispositivos físicos de
pequeño tamaño (discos, CD, etc.).
A su vez los usuarios pueden acceder a información
ubicada en dispositivos electrónicos lejanos, que se
transmite utilizando las redes de comunicación, de una
forma transparente e inmaterial.Esta característica, ha venido a definir lo
que se ha denominado como "realidad
virtual", esto es, realidad no real. Mediante el uso de
las TIC se están creando grupos de personas que
interactúan según sus propios intereses,
conformando comunidades o grupos virtuales. Es posible, que
dentro de estos grupos existan personas que no han tenido un
trato directo o presencial, pero que interactúan de
forma dinámica con estos medios. El uso de las TIC
configura el propio proceso de comunicación, puesto
que la mediación del artefacto no es un proceso
transparente y tiene sus propios condicionantes. De este
modo, se crea un espacio mediador denominado
genéricamente cibercultura, que viene determinado por las
culturas propias de los sujetos que se comunican y por la
cultura y normas establecidas por el propio medio de
comunicación. Así, las informaciones que son
transmitidas por un usuario dependerán de su propio
entorno cultural, mientras que el receptor de estas
informaciones realizará la interpretación de las mismas en
función de su propia experiencia y cultura. En este
espacio virtual, pierden importancia los condicionantes
físicos y espaciales de los interlocutores,
acrecentándose la importancia de los condicionantes
culturales.Podemos transmitir la información
instantáneamente a lugares muy alejados
físicamente, mediante las denominadas "autopistas de
la información". Si bien es cierto, que la rapidez de
transmisión de la información depende en gran
medida de las capacidades de los dispositivos físicos
utilizados, cuyas limitaciones ha llevado a definir las
autopistas de la información como "carreteras con
baches", y que existen los denominados "cuellos de botella"
que hacen que la rapidez en la transmisión no alcance
los límites deseados. También es
cierto que estas tecnologías son actualmente un medio
rápido y fiable para obtener información desde
cualquier lugar.Se han acuñado términos como
ciberespacio, para definir el espacio virtual,
no real, en el que se sitúa la información, al
no asumir las características físicas del
objeto utilizado para su almacenamiento, adquiriendo ese
grado de inmediatez e inmaterialidad.- Instantaneidad
- Aplicaciones Multimedia
Las aplicaciones o programas multimedia han sido
desarrollados como un interface amigable y sencillo de
comunicación, para facilitar el acceso a las TIC de
todos los usuarios. Las características más
importantes de estos entornos son:
Interactividad: Es
posiblemente la característica más significativa.
Mientras que las tecnologías más clásicas
(TV, radio) permiten una interacción unidireccional, del
medio al usuario, esto es de un emisor a una masa de
espectadores pasivos, el uso del ordenador interconectado
mediante las redes digitales de comunicación,
proporciona una comunicación bidireccional
(sincrónica y asincrónica), persona a persona y
persona a grupo. Se esta produciendo, por tanto, un cambio
hacia la comunicación entre personas y grupos que
interactúan según sus intereses, conformando lo
que se denomina "comunidades virtuales". Así, el
correo
electrónico permite una comunicación
bidireccional entre los dos usuarios en modo asincrónico
(no coincidencia temporal), mientras que con los chat nos
podemos comunicar con varios usuarios de forma
sincrónica (coincidencia temporal). De este modo,
mediante las TIC podemos interactuar con otros sujetos alejados
de nosotros espacialmente. Pero, además, el medio
tecnológico también interactúa con
nosotros estableciendo unos parámetros de
comunicación propios del sistema. El usuario de TIC es
por tanto, un sujeto activo, que envia sus propios mensajes y,
lo más importante, toma las decisiones sobre el proceso
a seguir: secuencia, ritmo, código, etc.
Información
multimedia: Otra de las características
más relevantes, y que mayor incidencia tienen sobre el
sistema educativo, es la posibilidad de utilizar las TIC para
transmitir información a partir de diferentes medios
(texto,
imagen, sonido, animaciones, etc.). Por primera vez, en un
mismo documento se pueden transmitir informaciones
multi-sensoriales, desde un modelo interactivo.
La Sociedad del Conocimiento y del
Aprendizaje.
La proliferación de herramientas para generar,
almacenar, transmitir y acceder a la información y la
constatación de que la "materia prima"
más preciada en este momento es la propia
información, la generación de conocimiento y la
capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida, han
llevado a conceptos como Sociedad del Conocimiento. El impacto de
la Sociedad de la Información sobre la Educación y
la Formación es directo, así lo señalan los
diversos documentos,
estudios, congresos, etc. auspiciados por la Unión
Europea sobre la Sociedad de la Información. Como se
señala en el "Libro blanco
sobre la educación y la formación" de la
Comisión Europea (1995), la sociedad del futuro
será una sociedad del conocimiento en la que
"La educación y la formación
serán, más que nunca, los principales vectores de
identificación, pertenencia y promoción social. A través de la
educación y la formación, adquiridas en el
sistema educativo institucional, en la empresa, o de una manera
más informal, los individuos serán dueños
de su destino y garantizarán su desarrollo"
(Comisión Europea, 195: 16).
Al mismo tiempo que se destaca el importante papel que
el conocimiento y el aprendizaje
tienen en la Sociedad de la Información, se resalta la
importancia del aprendizaje a lo largo de todo el proceso
vital, diferenciándose dos fases en este
proceso:
- una primera fase centrada en la adquisición de
una cultura general, que sea un instrumento para la
comprensión del mundo, y la base en la que se sustenten
futuras especializaciones y aprendizajes, y - una segunda fase en la que se debe producir un
acercamiento entre las instituciones formativas y el mundo
profesional (empresas, organizaciones, etc.), con el fin de
desarrollar aptitudes para el empleo y la actividad
profesional.
El primer informe del
Foro de la Sociedad de la
Información (1996) es claro al respecto:
"La Sociedad de la Información debe
convertirse en la 'sociedad del aprendizaje permanente', lo que
significa que las fuentes de educación y la
formación deben extenderse fuera de las instituciones
educativas tradicionales hacia el hogar, la comunidad, las
empresas y las colectividades sociales. Las profesiones de la
enseñanza necesitan ayuda para adaptarse a la nueva
situación y aprovechar plenamente estas nuevas
posibilidades" (Foro de la Sociedad de la
Información, 1996: 7).
Este aprendizaje, por tanto, no se produce en una etapa
concreta de la vida, sino que se precisa un "aprendizaje
permanente", a lo largo de toda la vida. Como señala
Zabalza (2000: 165), hemos convertido "la agradable experiencia
de aprender algo nuevo cada día en un inexcusable
principio de supervivencia". Están surgiendo nuevos
trabajos y aumentando las profesiones vinculadas a la
información y el conocimiento que precisan emplear
herramientas de las TIC. Los profesionales necesitan adaptarse
continuamente a los cambios y avances producidos en la Sociedad
de la Información, por ello, resulta imprescindible que se
articulen medios de formación continua, adaptados a las
necesidades de los profesionales -horario flexible, tiempo
reducido, imposibilidad de desplazamiento, etc.-. El uso de las
TIC en los cursos de formación profesional continua
permite atender a estas necesidades y se está
desarrollando un tipo de formación a distancia denominado
"teleformación" que utiliza las nuevas tecnologías
como nexo de unión entre los alumnos, los contenidos y los
formadores. El resultado es una formación a la carta, en
cualquier lugar y momento. El estudio financiado por FUNDESCO
(1998) sobre las condiciones de la teleformación es una
obligada referencia para profundizar en esta modalidad
formativa.
La flexibilidad parece resumir la nueva forma de
entender la formación. Flexibilidad de tiempos, de
espacios, de conocimientos, de tareas, de relaciones, de trabajo,
etc. Flexibilidad entendida como un valor que el trabajador debe
poseer para poder seguir aprendiendo. Flexibilidad para
acomodarse a nuevas situaciones y contextos laborales, para
desplazarse sólo o con su familia a otro
país o continente; flexibilidad para aprender nuevas
habilidades en el lugar donde se encuentre, en el trabajo, en
casa o en un hotel;
flexibilidad para coordinarse con trabajadores de otras partes
del mundo que participan en el proceso de producción
dentro de su propia empresa (Marcelo, 2001). La nueva
economía orientada a obtener cada vez mayores
índices de rentabilidad y
competitividad, junto con las posibilidades y exigencias actuales
de la formación que ya hemos apuntado, están
provocando el aumento creciente de teletrabajadores,
profesionales cuyo puesto de trabajo es volante, lo que lleva a
una intensificación en las condiciones de trabajo, es
decir, trabajar mucho más así como a la
disgregación e individualización de los procesos y
de los propios trabajadores.
Desde el punto de vista organizativo, se podría
hablar del Paradigma de la Gestión del
Conocimiento, el cual trata de promover el valor del
conocimiento real y potencial de los miembros de la comunidad
educativa, estableciendo vías de comunicación que
posibiliten un mejor entendimiento y posible colaboración
tanto internamente como con otras instituciones externas. Las
tecnologías de la información (redes, herramientas
inteligentes de búsqueda, herramientas para el desarrollo
en Internet, intranets) proporcionarían la infraestructura
básica para la gestión del
conocimiento. Se podría entender el concepto de
"Gestión del Conocimiento" como un conjunto de actividades
y prácticas orientadas a la adquisición más
eficiente de la habilidad asociada a ese conocimiento y su
correcta utilización, con el objetivo de obtener los
mejores resultados en el desarrollo de las actividades de una
determinada organización.
Cuando se habla de "conocimiento", interesa distinguir
este concepto de lo que se puede entender por
"información". Así, el término
información alude a cualquier expresión verbal,
numérica, gráfica o de otro tipo que posee un
significado determinado dentro de un contexto concreto, y cuyo
último objetivo es comunicar algo. En cambio el
"conocimiento" se podría definir como la capacidad para
actuar, en base al uso de una cierta información, y como
consecuencia de la capacidad de comprender e interpretar la
naturaleza de algo y la aplicación de ciertas habilidades
o capacidades complementarias. En este sentido, únicamente
se puede hablar de aprendizaje cuando hemos interiorizado la
información nueva a nuestras estructuras mentales,
adquiriendo con ello nuevos conocimientos. El acceso a la
información es una condición necesaria, pero no
suficiente para que se produzca el conocimiento, esto es para que
se aprenda.
En la Sociedad de la Información, por tanto, el
aprendizaje será la base que permitirá el
desarrollo y el progreso de las sociedades, por lo que las
políticas educativas que favorezcan sistemas de
formación permanente tendrán un papel crucial, y
deberán atender a la igualdad de
oportunidades de los diferentes sectores poblacionales,
atendiendo principalmente a los más desfavorecidos
socialmente. En la situación actual existe la necesidad de
facilitar el acceso a Internet a toda la población, independientemente de su
género
y situación económica, por ello, resulta
especialmente importante que dentro de los sistemas educativos
públicos se posibilite tanto el aprendizaje, como la
formación, «en» y «con» las
Tecnologías de la Información y la
Comunicación.
Problemas socioculturales de la Sociedad de la
Información.
La comunicación social tiene cada vez mayor
trascendencia en la construcción del espacio
público, en el ejercicio de la ciudadanía. Los medios técnicos son
cada vez más sofisticados, más inteligentes,
más fáciles de usar, más baratos, lo que
facilita que mucha gente se convierta en emisora potencial de
información. Al menos en teoría, todos podemos
comunicarnos con todos, sin pasar por ningún control
central. Se habla de democratización y
globalización y emergen dos tendencias de signo contrario:
la proliferación de pequeños medios de
comunicación y la concentración de medios en
grandes empresas.
La concentración de medios significa que
la aldea global profetizada por McLuhan tiene un solo minarete.
Es imposible hacer un mapa de la propiedad de
los medios que es decir la identidad de los emisores, porque casi
a diario se suceden las noticias de
compras y
fusiones.. Las
relaciones humanas se ven afectadas por los cambios que produce
la introducción de las tecnologías. La
horizontalidad de las relaciones se ve favorecida en cierto
sentido, ya que se puede hacer partícipe a más
personas de más información y ofrecer más
posibilidades de comunicación. Los expertos prevén
que pronto, en el sector de la informática y de las
telecomunicaciones, no habrá más de siete u ocho
empresas a escala mundial,
pero lo preocupante no es sólo la concentración de
la propiedad de los medios, con la consiguiente merma de
pluralidad, sino que éstos están en manos de
grandes transnacionales. Se calcula que alrededor del 90% de las
noticias extranjeras que aparecen en los medios de
comunicación proceden de las cuatro grandes agencias
occidentales, con lo que el punto de vista y la selección
de las noticias, en consecuencia, es occidental.
Por otra parte, la concepción de un medio como
Internet (comunicación en red) va cambiando a pasos
agigantados, pasando de tener un carácter fundamentalmente
académico, cooperativo y libre a un espacio más al
servicio de las grandes corporaciones. Las fuerzas
políticas y económicas dominantes tratan de
establecer todos los mecanismos posibles para controlar los
contenidos de la red, su publicación, difusión y
uso. Se discuten propuestas de autorregulación, se
producen fuertes operaciones
comerciales, se promociona el comercio electrónico en un
entorno digital seguro, en
definitiva, se ve Internet como la base de una nueva
economía.
Interesa en esta argumentación destacar que no se
trata de criticar que el ámbito empresarial se beneficie
de las posibilidades de los nuevos medios sino que sean los
criterios económicos los que dirijan el desarrollo del
mundo digital, chocando con la lógica
de la comunicación, que ha estado en la base del
desarrollo de Internet. Que poco a poco deje de ser un espacio
social en el que los individuos y los grupos sociales
interactúan para resolver necesidades individuales y
públicas, a través de la difusión libre de
información, para convertirse en un medio de intercambio
privado de mercancías.
Otro problema que se plantea hoy en día la
Sociedad de la Información es la manipulación
informativa, aunque es una cuestión ya denunciada
formalmente desde los años setenta. El Movimiento de los
No Alineados reclamó, en su 8ª Conferencia
celebrada en 1976 en Nairobi, un nuevo Orden Informativo como
requisito urgente e imprescindible para mejorar y democratizar
las relaciones
internacionales, proteger los intereses de los países
más pobres y garantizar su participación en la
toma de
decisiones. El informe elaborado por la UNESCO titulado Un
solo mundo, voces múltiples, denuncia el control
ejercido por las transnacionales sobre los medios de
comunicación y propone sustituir la comunicación en
sentido único por un intercambio de mensajes en todas
direcciones y completar la comunicación vertical con la
horizontal. En esta propuesta encaja Internet como anillo al
dedo. Este medio hace posible una comunicación no
piramidal, sino entre iguales, en la que los papeles de emisor y
receptor son alternativos e intercambiables. Se ofrece un espacio
social compartido en el que cualquier persona puede comunicarse
con el resto, un medio universal.
Hay que analizar cuáles son las posibilidades de
resistencia al
pensamiento
único, posibilidades de construcción de redes,
posibilidades de comunicación e intercambio entre personas
y comunidades. Sin embargo, de momento la universalización
del acceso a los medios, en concreto a Internet, es sólo
en teoría. La existencia de desigualdades ante las
nuevas tecnologías ha sido denunciada desde
distintos ámbitos. Por ejemplo, en el informe de la
Administración Nacional de Información y
Telecomunicaciones de EE.UU., recogido, en parte, en El
País (10-VII-99: 30) se apunta que un 47% de los hogares
de americanos blancos tienen ordenador en casa, y el 26,7% tiene
acceso a Internet. A un nivel inferior están los hogares
de los negros e hispanos, donde un 23% tiene ordenador y un 8,7 %
acceso a la red. La desigualdad entre países europeos
queda recogida en los resultados del Eurobarómetro: los
europeos y la Sociedad de la Información que
elaboró la consultora británica INRA (El
País, 27-VII-99: 24). Indica que la media europea de los
hogares que tienen ordenador es de 30.8%, y conectados a Internet
es de 8.3%. España
está a un nivel inferior, 28.4 y 5% respectivamente. Otro
dato interesante es el ofrecido por el profesor Manuel Area
respecto al perfil medio del ciudadano español
que accede a Internet: varón, entre 20 y 44 años,
con estudios universitarios, residente en núcleos urbanos
y de clase social media o alta.
En la misma línea el informe del PNUD (Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo) de 1999 muestra las
desigualdades de acceso para unas personas y para otras en
función de su procedencia social, para unos grupos y para
otros en función de su situación geográfica
y cultural. Uno de los datos que aporta es que el 20% más
pudiente de la población mundial controla el 93% de los
accesos a la red informática (ver El País
12-VII-99: 28); sentenciando que "la red se ha convertido en una
tela protectora para aquellos que consiguen acceder a ella, pero
en una barrera que margina cada vez más a quienes no
pueden acceder a esta fuente de información y
comunicación". Cebrián (1998), por su parte,
considera un problema las desigualdades en el acceso porque el
saber del futuro va a ser digital, de la misma forma que ya lo es
la circulación de la información y del
conocimiento.
La posesión de equipos y sus usos se convierten
en factor fundamental de desigualdad no sólo en
términos de capacidad adquisitiva sino también de
contextos sociales, de conocimientos técnicos y
códigos culturales (Réseaux, 1999). En
términos culturales se denuncia, también, la
fractura entre los productores de contenidos y quienes consumen
los contenidos y servicios ajenos, produciendo de desequilibrios
culturales e identitarios además de los económicos.
Así como la comercialización de la cultura, aplicando
criterios de mercado a espacios antes públicos, gratuitos
o de bajo coste, lo que ha producido, por ejemplo, el deterioro
de la influencia de las radiotelevisiones públicas o la
presión
contra las bibliotecas
públicas, acusadas de drenar las remuneraciones
editoriales. En este mismo sentido, se ha puesto de manifiesto la
mercantilización de la educación sometida a una
dinámica exigente de "eficacia" en su adecuación al
mercado y la progresiva degradación de la educación
pública (Moeglin y Tremblay, 1999). En definitiva, la
tecnología puede tanto reducir como ampliar las
desigualdades existentes, todo depende del desarrollo
tecnológico seguido en una sociedad. Bautista (2000, 2001)
distingue dos modelos de desarrollo: el técnico o
instrumental, en el cual las decisiones sobre el camino a seguir
son hechas por grupos económicos asesorados por expertos;
y el práctico o situacional, en el que participan todos
los miembros de una sociedad en procesos de reflexión
sobre qué productos tecnológicos hay que
desarrollar para facilitar su relación con el
entorno.
"Entiendo que a mayor participación en el
desarrollo tecnológico existe una menor dependencia de
sus productos técnicos y un menor control y
gobernabilidad de los participantes. El grado de independencia
y desarrollo
personal de los sujetos, situará a éstos en
condiciones desiguales para captar el mundo y relacionarse con
él" (Bautista, 2001).
Para este autor los dos peligros más relevantes,
en relación al incremento de las desigualdades son: la
desigualdad de base proporcionará un acceso diferencial a
la futura cultura digital y la confirmación de la hipótesis del distanciamiento social. Esta
hipótesis plantea
que cuando se incrementa la circulación de la
información a través de los medios de
comunicación de masas en un sistema social, los segmentos
de población más instruidos o con un status
socioeconómico más alto tienden a seleccionar y a
procesar dicha información de una manera más amplia
que aquellos menos instruidos o con un status
socioeconómico más bajo. Por lo tanto, el aumento
de información, en vez de aproximar, contribuirá a
incrementar el distanciamiento en el conocimiento y,
consecuentemente, la aparición de brechas
socioculturales.
Sin acceso equitativo a las nuevas redes y a las TIC no
es posible ya sostener el mito fundador
de la igualdad de oportunidades que sustenta las economías
(cada vez más, sociedades) de mercado y a las democracias
políticas. El acceso a las nuevas redes y nuevos servicios
de comunicación no es ya sólo un instrumento
crucial para la igualdad de oportunidades sino también
para las otras funciones del Estado de Bienestar (el derecho a la
subsistencia y al trabajo, el derecho a la protección
social), es decir, para todo el desarrollo de una sociedad
postindustrial como tal (Burgelmann, 1999). Ante los anteriores
peligros hay cierta unanimidad en recomendar la
introducción de las nuevas tecnologías (NN.TT.)
en los centros educativos con la intención de formar
al profesorado y al alumnado en el dominio técnico de
aparatos y en el desarrollo de ciertas competencias
(búsqueda de información, selección,
aprender a aprender…) relacionadas con los nuevos
medios.
"Habría que reconvertir las funciones de las
NN.TT. que predominan, y presentar los significados o esencias
de artefactos dirigidos a crear, decir, comunicar, denunciar…
como fundamentales para resistir y atajar las miserias
existentes. Uno de dichos frentes es el educativo, en el cual
hay que desarrollar las funciones primarias de todos los
productos tecnológicos en dicho sistema escolar, para
hacer usos prácticos, situacionales que generen una
concienciación sobre el estado del planeta y, desde este
conocimiento, que los participantes en la vida escolar
emprendan propuestas desde sus respectivas posiciones dirigidas
a una transformación y solución de las miserias
sociales, de situaciones relacionadas con el hambre, las
injusticias… es decir, de cualquier vulneración de los
derechos
humanos" (Bautista, 2001).
La aplicación democrática de las Nuevas
Tecnologías de la Información y Comunicación
(NTIC) a la comunicación y la educación exige,
además de la generalización de equipos
informáticos, conexiones a Internet y tarifas baratas, y
de forma inseparable con lo anterior (Bustamante,
2001):
1.-La creación de contenidos de calidad,
adaptados a las culturas y necesidades locales, que sólo
pueden realizarse en interacción con los creadores y
mediadores (comunicadores, profesores), con el valor
indispensable de "proximidad cultural".
2.- La formación de esos mediadores, para
adquirir el saber hacer necesario para cambiar la metodología comunicativa misma: no
sólo instrumento complementario de la actividad
tradicional, sino ocasión para un nuevo concepto del
conocimiento y de su transmisión, como plataforma para
ese comunicador-profesor transformado en "guía del
conocimiento" en lugar del "sabio sobre el estrado" (U.E.,
1996-97).
3.-Finalmente, la voluntad de poner esos nuevos
instrumentos del conocimiento en posición de una
auténtica apropiación por los usuarios,
individuales y colectivos, con arreglo a sus necesidades
sociales.
Por su parte, Poole (1999) realiza un análisis
sobre las desigualdades asociadas a la Sociedad de la
Información, planteando la existencia de desigualdades en
cuanto a los recursos informáticos y la preparación
de los profesores entre las escuelas para alumnos privilegiados
económicamente y los desfavorecidos. Para el autor, las
causas de estas diferencias no están únicamente en
la diferencia de los recursos utilizados, sino principalmente en
que en algunos de estos centros más desfavorecidos los
profesores no están realmente convencidos de los
beneficios que el uso de la informática puede tener sobre
el proceso educativo. Con el fin de evitar las desigualdades
sociales producidas por el uso diferencial de la
tecnología de la Sociedad de la Información en
función del nivel socioeconómico, es necesario que
los poderes políticos, realicen un esfuerzo en los centros
educativos públicos, importante, tanto a nivel de recursos
como de preparación del profesorado, puesto que es la
única garantía de la que disponemos en este momento
para que la Sociedad de la Información sea una sociedad de
todos y para todos, y no únicamente la sociedad de los
privilegiados.
Al igual que ocurre con la sociedad entera, la evolución tecnológica afecta a los
sistemas de enseñanza, no solo en los medios
didácticos sino en todos los elementos del proceso
educativo: los objetivos de
la educación para la era de la información, han
cambiado su paradigma. Las redes de información
constituyen un claro desafío para la educación en
la era de las comunicaciones, ya que de esta depende el progreso
de toda la sociedad.
Las apuestas iniciales de Enlaces estuvieron centradas
en relevar el rol de los profesores frente a un proceso de
incorporación de nuevas tecnologías; los
protagonistas son las personas y los recursos digitales son
sólo un medio que se pone a disposición de las
necesidades de la escuela. Para apoyar a estos docentes que
inician el proceso de incorporación de las nuevas
tecnologías a su práctica, se creó una Red de Asistencia
Técnica, conformada por universidades de todo el
país e inaugurando con ello una alianza sin precedentes en
nuestro sistema escolar.
Al apropiarse de estos nuevos recursos, la comunidad
educativa ha ampliado sus posibilidades de uso. Es así
como la red de infraestructura computacional instalada a lo largo
de todo el país por Enlaces, se ha convertido en un
importante soporte para posibilitar la equidad en el
acceso a estas nuevas tecnologías.
Hoy Enlaces es un realidad incorporada al contexto
escolar. Desde el quehacer de la escuela surgen nuevos
desafíos que este proyecto aborda y
apoya en conjunto con todos los programas del Ministerio de
Educación: es necesario aprovechar al máximo las
posibilidades que estas herramientas ofrecen a nuestra
educación. Que los estudiantes de cualquier lugar del
país tengan las mismas posibilidades y a partir de su
formación escolar puedan construir el futuro que ellos
anhelan, abriendo todo un mundo para los niños y
jóvenes.
Actitudes de los estudiantes y docentes hacia
la computadora
y los medios para el aprendizaje.
La incorporación generalizada de las computadoras
en la educación básica a nivel mundial durante la
pasada década trajo consigo una multitud de posturas y
antagonismos, pero sobre todo grandes expectativas acerca de
cambios y transformaciones de base. Algunos voceros de la
opinión
pública esperaban el abandono de prácticas
"obsoletas" del profesorado y sobre todo un aprovechamiento sin
precedentes de los contenidos educativos por parte de los
estudiantes. La computadora
había llegado para que los alumnos aprendieran más
y mejor en un tiempo menor. Sin embargo, los estudios realizados
(Grégoire, Bracewell y Laferrière, 1996) muestran
una clara predominancia de efectos motivacionales e incremento de
habilidades comunicacionales y técnicas, que poco tienen
que ver con los contenidos específicos del currículo, que los estudiantes deben
aprender mediante esta herramienta.
Algunos expertos (Milken Exchange, 1999) han
señalado que, así como no se ha logrado un efecto
patente en la productividad general a partir de la
introducción de la tecnología informática en
el aparato social productivo, de la misma manera el impacto de la
tecnología en la educación es un proceso
multideterminado, que ocurre en un periodo de años. Los
cambios sustantivos en la educación no se podrán
observar en el corto plazo; como todo proceso de
renovación social, los efectos del uso de la
tecnología en las estrategias de enseñanza y los
logros patentes en el aprendizaje precisan una estimación
en el largo plazo. Pero, ¿por qué es necesario
esperar tanto tiempo? La respuesta no es sencilla, porque se
trata de un proceso, pero al menos se pueden entrever tres
razones.
Primero, los cambios dependen en un primer nivel de un
amplio fenómeno de incorporación social de la
tecnología, que está sujeto a políticas y
condicionantes económicos que marcan las prioridades de la
sociedad, la difusión entre los diversos grupos sociales
que impactan a la opinión pública, y el proceso de
adopción
social que necesita de una práctica y uso regular por lo
que se ha llamado una "masa crítica" de
personas.
Segundo, la mayoría de las personas sólo
puede rendir frutos -en el trabajo o el estudio- una vez que han
dominado conceptualmente al objeto de su rendimiento y los medios
a través de los cuales ejercen ese dominio, de tal manera
que los cambios en la tecnología o la metodología
empleadas perturban el proceso habitual por el que los individuos
generan sus productos conceptuales y materiales, tornando ese
proceso más largo al menos, si no es que más
complicado.
Tercero, el impacto de la tecnología sólo
puede esperarse, en el terreno individual, cuando se opera un
cambio de actitud,
acorde con el cambio social que implica la tecnología y
que afecta al individuo en
su contexto. En este sentido, no es suficiente la
manifestación de una actitud positiva general hacia la
tecnología, sino que es necesario desarrollar una
disposición para adoptar las herramientas
tecnológicas en el propio entorno. Es decir, se necesita
formar actitudes que llevan a la acción.
Evidentemente, los cambios sustanciales no provienen de
la voluntad individual sino de un consenso colectivo, que
involucra tanto a los usuarios -docentes y estudiantes- como a
las autoridades administrativas, la política educativa que
ellas establecen y los programas de uso de la computadora que se
derivan. Sin embargo, no puede prosperar la política usual
de las administraciones que incorporan la tecnología sin
un propósito educativo, sin tomar en consideración
las necesidades de los usuarios para asegurar su
participación y compromiso. Los usuarios deben estar
convencidos de la utilidad de esta
herramienta en su trabajo escolar. De esta manera, los programas
de informática educativa necesitan, para su
implantación efectiva, de una atmósfera humana de
aceptación mínima o demanda grupal de los usuarios,
que perciben la necesidad de su uso en el desarrollo de sus
cometidos. Quizás en algunos casos sea necesario como
primer paso la promoción de tales condiciones.
En efecto, uno de los aspectos cruciales con los que se
enfrentan los programas de informática educativa de los
países latinoamericanos que incorporan las nuevas
tecnologías en la educación, es el uso adecuado y
productivo de las computadoras con que se equipa a las escuelas
en número creciente. Regularmente los programas de
informática educativa registran varios componentes que son
parte de las estrategias de introducción de esta
tecnología: el equipamiento, la capacitación y formación, el modelo
de uso y el seguimiento. Sin embargo, cuando la
capacitación no está suficientemente ligada con la
utilización, a través de la formación
permanente, se producen fracturas en el programa que dan como
resultado una disminución gradual o drástica del
entusiasmo natural del inicio, en el que los usuarios -docentes y
estudiantes- abandonan la herramienta para volver a sus
prácticas habituales.
Para una introducción efectiva de la computadora
en las escuelas, es necesario propiciar la
motivación permanente mediante la introducción
de los soportes adecuados de software y
metodología de trabajo, con los cuales el maestro y el
alumno pueden enseñar y aprender de manera efectiva, en un
entorno enriquecedor.
Se ha hablado acerca de que un medio es efectivo cuando
desaparece de la conciencia del
usuario, de tal manera que el tiempo de conocimiento de la
herrramienta no debería contar en los anales del uso
efectivo. Sin embargo, en nuestro contexto latinoamericano los
tiempos y recursos
humanos y materiales son escasos para diseminar acciones
particularizadas que cubran necesidades específicas de
capacitación, formación y desarrollo de los
usuarios. Las acciones pertinentes son las que resultan efectivas
para la mayoría de la población a atender mientras
que las necesidades particulares se canalizan hacia la
responsabilidad del mismo individuo, o a través de
programas remediales.
En México,
los programas de informática educativa para la
educación básica que tuvieron una presencia real en
la educación pública se iniciaron a mediados de la
década pasada con el Programa Computación Electrónica en la
Educación Básica COEEBA-SEP, el cual
implantó diversos modelos de uso en el nivel educativo de
secundaria, los más importantes en torno al uso de
la computadora como auxiliar didáctico y el taller de
cómputo (ILCE, 1986).
A pesar de que la utilización de la computadora
en las escuelas de educación básica tiene ahora una
trayectoria de aproximadamente 15 años, hasta ahora no se
había producido una investigación formal acerca de
las actitudes de alumnos y profesores hacia esta
tecnología, aunque existe un importante acervo documental
en el ILCE en torno a la investigación sobre el programa
COEEBA, particularmente sobre el nivel de conocimientos alcanzado
por los alumnos que aprenden con el software, el nivel
diferencial de aprovechamiento en diversos subsistemas
educativos, la opinión de profesores y alumnos en torno a
la herramienta y la aceptación y rendimiento de los
programas de software elaborados para ser usados por el docente
como auxiliares didácticos (Avila, 1997).
En nuestros días, ante un avance fundamental del
Programa de Informática Educativa que ha dado lugar a la
creación de la Red Escolar en la educación
básica mexicana, resulta indispensable incorporar el
pensamiento y la actitud de maestros y alumnos hacia la
tecnología informática y los diversos componentes
del entorno y la cultura escolar, para la conformación de
modelos de incorporación y capacitación apegados a
las necesidades y expectativas de los maestos y los alumnos. Este
es el cometido final de esta investigación: dar cuenta del
pensamiento, la sensibilidad y la disposición de los
profesores y estudiantes del nivel secundaria hacia la
adopción de la tecnología en su contexto
escolar.
¿Educar para qué tipo de sociedad del
conocimiento?
Qué clase de sociedad del
conocimiento?
Es imposible en las limitaciones de un capítulo
explicar la totalidad de los factores y rasgos que componen la
sociedad de la información. Pero si deseamos caracterizar
la actual evolución tecnológica, las TICs-
tecnologías de la información y comunicación
con su acelerado ritmo, como la responsable de la
modificación de la base material y simbólica de
nuestra sociedad. Desde la finalización del siglo pasado
(Castells, M. 2002) (1) ha comenzado a ser muy común la
expresión de "sociedad de la información y / o
conocimiento", entre otras. Todas nociones que aparecen
más a una utopía que una realidad. Sin embargo
supone la creación de una nueva sociedad con el uso
intensivo de tecnologías , involucradas en un nuevo y
limpio estilo de producción, distribución y
utilización de productos dentro de una muy flexible
modalidad.
Esta sociedad significa históricamente una
evolución desde la mitad del pasado siglo XX , desde una
sociedad industrial con fábricas humeantes y sucias hacia
una sociedad postindustrial / de mass- media/ de consumo para a
su vez, desembocar en otro estadio basado en el intercambio
sinérgico de información y conocimiento visto
optimisticamente como lleno de oportunidades inigualables. Las
mismas se hallan inspiradas en altas inversiones en
educación, capacitación ,investigación,
comunicación, desarrollo, innovación, TICs
telemáticas, etc. cuyo impacto en comunidades,
organizaciones y personas en general demuestran la necesidad de
nuevas calificaciones para responder a este mundo en
contínua modificación y
alteración.
Por lo tanto, nos estamos enfrentando a nuevas
realidades las que brindan una potencial sensación de
cambio, tal vez más allá del cambio en sí
mismo. El gran impacto dado por la generación del
conocimiento y el procesamiento de la información a
través de las TICs aparece con neologismos en el lenguaje y
construcciones conceptuales nuevas, en procesos y resultados
dentro de un marco académico y socio político
definido. Ello distribuye una nueva clase de "energía" a
la totalidad de las actividades humanas inscripta en un nuevo y
ubicuo paradigma tecnológico el que abarca y se refiere a
las variables sociales, culturales, políticas,
económicas, organizacionales, etc.
Esta energía que "mueve" a las sociedad se halla
en las ideas, en el aprendizaje, en el conocimiento. Trabajo y
producción , hogar y consumo , comercio y entretenimiento
, socialización y transmisión de datos
entre las diferentes organizaciones establecen caudalosos flujos
informacionales que circulan e impactan en cualquier
lugar.
Inciertos tiempos de fractales, digitalización,
virtualización, cyberespacio , redes con TICs que
atraviesan todas y cada relación social , con la
posibilidad de "prosumisión" como producción y
consumo en el mismo protagonista, (Drucker, 1993) (2), globalización económica e
internacionacionalización de mercados y capitales, de
nuevos espacios para la participación socio-politica , de
nuevos modelos de organización empresarial con
deslocalizacion territorial industrial , con propuestas
educativas transnacionales dada por la aparición de nuevas
herramientas de hardware y software
aplicables a la gestión del conocimiento , desafían
con inequidades y desfazajes digitales , atentan a la privacidad
para obtener un efectivo control social y una
normatización cultural de nuestras vidas ….para solo
nombrar algunos pocos pero complejos rasgos.
Sus impactos en todas las dimensiones sociales y por
ende en la educación, no podrán ser enfrentados con
concepciones y prácticas antiguas porque no
satisfacerán requerimientos mínimos….Una nueva
sociología de factura
recursiva y de interacción no lineal , mediada por
artefactos electrónicos- aunque no sólo- , con
procedimientos y conceptos sofisticados que subrayan puntos en
contraste, se evidencian . Además se puede
advertir:
1) Redes convergentes de TICs que aceleran a velocidades
enormes la generación, transmisión y
distribución de información en tiempos
instantáneos sin distinción de formato de
transporte y distancia;
2) Generalizacion de migración
y dispersión de grupos, servicios, etc. que establecen
gran flexibilidad de innovaciones organizacionales en las
relaciones sociales, comerciales, laborales, jurídicas;
etc coadyuvadas por la omnipresencia y entrega de datos
,
3) Economía intensiva de conocimiento demandada
por una "sociedad de aprendizaje "- que incluye el desarrollo de
diferentes modelos que transforman información en
conocimiento para alcanzar una efectividad social .
Para facilitar el tránsito a esta sociedad y sus
necesidades formativas se debería apostar a configurar la
"sociedad del aprendizaje a lo largo de la vida" a fin de
fortificar el protagonismo en mentes y voluntades de personas en
los nuevos entornos. La nueva arquitectura de
la enseñanza estratégica y de los procesos de
aprendizaje , establecen nuevas hipótesis para el proceso
de mediación tecnológica : enseñar y evaluar
información critica en su
utilización/aplicación en la búsqueda de un
uso inteligente y en una alta calidad para cubrir la demanda con
equidad social.
El aprendizaje a lo largo de la vida (o lifelong learning :
Longworth, 2001) (3) significa oportunidades educativas
diseñadas de modo flexible y personalizado extendidas como
acompañamiento a lo largo de la vida personal y colectiva
con procesos de aprendizajes globales integrados, reales y
virtuales.
Esta " pedagogía informacional " necesita antes de una
alfabetización tecnológica y de una
enseñanza de la criticidad no solo para superar la
"info-intoxicacion" sino para impulsar el cambio de mentalidades
a través de la flexibilidad colaborativa en situaciones
diversas de organizaciones y sus programas.
Esto es así porque lo central en los escenarios
de esta sociedad son los productos intangibles y los servicios
creados por la información y el conocimiento , es decir la
riqueza está en las ideas. Dentro del mismo
análisis de un constructivismo
social , los estudios toman en cuenta a la incidencia de las TICs
en las actividades científicas, la dinámica de la
cultura , los movimientos sociales, la constitución de la identidad, el desarrollo
económico dentro del mundo globalizado. Aquí,
la producción , distribución y consumo de productos
y servicios materiales y simbólicos se hallan organizados
para estrategias mundiales y de un mercado estimulado por la mas
mediática y la telemática.
Internet es la red de redes , juega el enorme rol en
general y especialmente en educación sin olvidar el nuevo
espacio cultural dentro de la globalidad , que configura
diferentes identidades y culturas nacionales y regionales,
saturadas de referencias transnacionales.
Canclini, (1999) (4) sostiene que la actual cultura es
una mezcolanza como un revelador aspecto de la condición
posmoderna , dado por el impacto de la acelerada
interacción de las veloces TICs dentro de una
interdependencia multietnica e intercultural.
Esto evidencia paradojas y contradicciones vistas por la
debilidad de la distinción entre el mundo interno /
externo debido a la transnacionalizacion de los flujos
simbólicos, la aparición de nuevos regímenes
de soberanía y la redefinicion de las obligaciones
del estado—nación,
la multiplicación de los conflictos de valores y
tradiciones entre civilizaciones y comunidades, desafiando la
legitimidad de una global governanza . Así, la nueva
sociedad constituye una nueva civilización que debe
decidir que es lo que necesita, lo que le conviene para transitar
del estadio de los datos en el pasado , hacia la
información para llegar al conocimiento, la
comprensión y la sabiduría en el futuro.
Para configurar la sociedad del conocimiento ,- lo que
tomará varias generaciones- es necesario ayudar y ayudarse
a reconstruir representaciones mentales y socioculturales acordes
a los nuevos tiempos históricos , desmistificar falsas
panaceas e ilusiones , superar sentidos comunes por una mayor
racionalidad critica y transformativa para explorar
potencialidades y promesas tecnológicas como sus riesgos y
limitaciones como para tomar sus ventajas y fortificar sus
fortalezas sociales .
De este modo , por un lado , la extensión,
intensidad , velocidad e
impacto que proponen el flujo global de las redes e interacciones
de las TICs obliga a personas y países a reformular
relaciones entre la política, economía, la
sociedad, la cultura y por ende, la educación. Y por el
otro, la estructuración de sistemas
telemáticos.
Ello al mismo tiempo, facilita aquéllos procesos
al crear nuevos entonos. Pero esta posibilidad existirá
solo para aquéllos países y sociedades que accedan
a las TICs y superen diversos desfazajes, lo que conducirá
a decidir frente a la opción de ratificar/ rectificar
valores y voluntades para vivir en paz y en governanza global de
acuerdo a reglas consensuadas de convivencia.
En este contexto sociológico de entornos
culturales digitales , las personas reformularán vidas y
trabajos porque sus repertorios anteriores ya no les serán
más útiles y valiosos.
Para intuir riesgos y posibilidades de estos tiempos fractales y
globales, pensamiento y acción se muestran en un espiral
de contradicciones sin fin que critican enérgicamente las
esperanzas tecnológicas manifestadas en el estilo "pompas
de jabón" que, en general pero en regiones emergentes
más aun, dieron por resultado más y más ,
fragmentación social, pobreza ,
violencia y
fundamentalismos culturales .
Tomar en cuenta todas las consideraciones realizadas es
urgente porque dejarlas de lado costaría muy caro a cada
grupo social porque significaría alejarse de los tiempos
histórico-culturales vigentes que reclaman más
inteligencia , lucidez y reciprocidad entre personas y regiones.
Por ello, la cuestión acerca de qué clase de
sociedad del conocimiento estamos construyendo, o yendo o
llegando" posee alta relevancia.
Porque si bien esta sociedad implica una gran
transformación socio tecnológica, toda sociedad a
lo largo de la historia lo ha implicado y ha sido de
"conocimiento" . En cada sociedad conocida a lo largo del tiempo
, la información y los saberes fueron decisivos: en poder,
en riqueza, en organización social, etc. Por lo cual
remite a equivocaciones referirse a la " sociedad del
conocimiento " de modo único. Consecuentemente debemos
así, precisar qué clase de conocimiento hubo antes,
existe ahora y cuál es el deseado/necesario para
configurar tal sociedad en cuestión, lo que
dependerá de necesidades y decisiones culturales,
económicas, tecnológicas, sociales y
políticas contextualizadas.
Nuestra pregunta: ¿la sociedad del
conocimiento es una herramienta político-económica,
un constructivo o simplemente un concepto
vacío?
Será muy importante esclarecerlo a fin de
analizar su génesis, desarrollo y proyecciones para la
educación –como una variable dependiente – lo que
constituye el punto central de esta discusión. Así
acceder a la información y a su procesamiento
permitirá gerenciar la re-construcción de una
sociedad , que si bien hoy nos inunda como nunca antes con enorme
información, los mecanismos para llegar a ello no son
exclusivamente tecnológicos. Ello significa que cada
sociedad histórica se halla caracterizada por la
implementación de estrategias y metodologías para
elegir , construir, transmitir , compartir y recrear saber que
contribuyan a integrar personas y regiones.
El desafío hoy es explorar las funciones
superiores de pensamiento y los valores de respeto y
solidaridad
para promover el acceso equitativo a datos a ser procesados con
"cabezas bien puestas" (Morin, 1999) (5), para desarrollar "
mentes inteligentes" (Gardner, 1987) (6) y "analista
simbólicos " (Reich, 1993) (7), quienes puedan
transformar, sintetizar y aplicar con pertinencia y alta
responsabilidad, información/ conocimiento para resolver y
anticipar problemas.
De este modo la sociedad de la información y el
conocimiento aparece como el nuevo paradigma cultural de "
aprendizaje a lo largo de la vida " que prepara gente
según necesidades diferentes de aprendizaje diversos. Lo
que supone:
1. reconocer la diversidad de la gente,
prácticas, saberes, valores y significados o sentidos
sociales a evaluar antes/durante la acción si se trata de
fortalecer el aprendizaje para poder vivir juntos (Touraine,
1997) (8) dentro de un amplio abanico cultural de posibilidades
que establece el cambio,
2. superar exclusiones diversas y desfazajes digitales
entrenando gente en las nuevas actividades productivas basadas en
la comunicación telemática y las TICs en otros
espacios socio tecnológicos,
3. fortificar los procesos de anticipación y
participación protagónicas a través de una
práctica educativa que impulse la cooperación, el
dialogo y la
empatía emocional sostenida.
Pero realmente se trata de reales y substanciales
tendencias o son propuestas teóricas? Como decíamos
antes cada sociedad posee sus saberes, sus procedimientos
técnicos y sus creencias, usa sus artefactos y se inspira
en sus valores que brotan de su cultura especifica .Estos rasgos
no podrán ser más estandarizados dentro del
capitalismo
occidental planetario y hegemónico si se reconoce y
respeta la diversidad . Qué rol le caben a las TICs en
este contexto? Qué margen existe para apropiar
tecnología en diferentes contextos socioculturales si se
respetan necesidades y perfiles diferentes?
Muchas preguntas y pocas respuestas que desafían
a la educación de los nuevos tiempos que debe debatir y
construir qué clase o modelo de organización social
según sus culturas requiere, desea, debería tener ,
decidirá en alcanzar…para construirla ..De lo contrario
continuará siendo una "sociedad de dos velocidades" o sea
fragmentada con una serie de riesgos.
Entonces el problema emerge cuando nos planteamos
porqué, para qué, y cuáles son los objetivos
a alcanzar al formar a las personas y grupos en el uso (y
producción….) de TICs en un marco social y cultural . La
incorporación y articulación de la TICs en
educación (en todas su formas : cursos de aprendizaje
electrónico o e-learning ,
interacción con hipermedias, programas basados en
Internet, etc.) significa una apuesta a una construcción
socio/epistemológica de mentes , emociones y
acciones hecha día a día a través del
esfuerzo cotidiano en la negociación con la incertidumbre , la
inseguridad y
la violencia diaria que caracteriza al mundo hoy.
Porque esta nueva sociedad de profundos cambios en
construcción requiere mentalidades más que comparar
equipos tecnicos – los que son necesarios pero no
definitorios……Por lo cual, ello significa desarrollar
habilidades a adaptar , – no a adoptar irracionalmente – en
propuestas creativas y equitativas a partir de entornos
diversos.
Entonces si la cognición es un producto situado ,
no se crea que los tránsitos y reconversiones que se
están enumerando serán automáticas ,
más aun para el Sur del mundo ….sino que
sólo tomando medidas políticas a implementar y
evaluar según escenarios y actores, se podrían
llegar a integrar la enorme cantidad de personas y regiones que
están al margen de los cambios epocales
señalados.
Tal es el caso de los países latinoamericanos que
necesitan reconstruir integralmente su identidad al estar
sumergidos a la par, en la pobreza como
en la vorágine de los cambios socio tecnológicos
hegemónicos . Deberán elegir a ser meros objetos
subordinados en la red global de este "nuevo desarrollo", o
convertirse en protagonistas dinámicos o sujetos que co
participan en el cambio social. En todos los casos, formar
/capacitar personas para participar y compartir innovaciones
tecnológicas con TICs , en redes conectivas para
consolidar nuevas competencias , es indispensable.
Otras dudas.
Como hemos señalado serias dificultades referidas
a la concepción e implementación de las ideas
relativas a una economía y sociedad globalizadas
demuestran severos resultados tales como inequidad, inseguridad,
generalizada violencia, exclusión y fragmentaciones
diversas, religiosos y étnicos fundamentalismos, etc. Tal
vez todo ello sea peor para los países periféricos y del sur del mundo que reciben
transferencias lineales indiscriminadas de oleadas
socioculturales dadas por los "avances
tecnológicos" que se adoptan, no se adaptan.
Sólo así, creemos que si se incluye la
consideración en la concepción y diseño de
los procesos de interactividad, conectividad, hiper e
intertextualidad, etc. de las producciones hipermediales
intervinientes en las mediaciones tecnológico educativas
se podrían evitar serios riesgos de normatizacion social y
disciplinamiento cultural.(Roszak, Th. 1990. ) (9).
Este abordaje critico pretende superar el anacronismo y
las débiles interpretaciones que de la historia y la
cultura de los países fueron elaboradas por los mercaderes
de sofisticados equipos desconociendo diferentes realidades ,
perfiles y expresiones culturales, sin entender y estudiar el
pasado y el presente para una prospectiva en el tiempo futuro
.
Por lo tanto es necesario un anclaje en escenarios y
actores locales quienes conocen y son los que deben actuar ,
participar , producir, anticipar , contrastar .Relacionado a
ello, lo que hace la diferencia es lo que la gente hace con lo
que sabe en las situaciones que les toca actuar con el sentido
que le otorgan…. (Grulke, 2001) (10) Ten future lessons,
Pearson Education, Madrid). Si
esto es así , es importante no reproducir propuestas
irreflexivas de los discursos dominantes de los países
centrales que solo perciben bondades y buenos deseos en el
tránsito a la sociedad del conocimiento. Creemos en la
necesidad de apropiar (dentro del marco de la Tecnología
Educativa Apropiada y Crítica (Fainholc, 1990; Fainholc,
2001) (11) el concepto de la "sociedad del conocimiento "
otorgándole otro sentido que responda a otras condiciones
socio político y culturales al observar una
construcción alternativa de una sociedad de las TICs
.
Las nuevas realidades claman por aproximaciones
interdisciplinarias para un planeamiento,
entendimiento e investigación en Universidades y
Parlamentos sin lo cual no se arribará a ninguna
comprensión para adoptar medidas correctas a largo plazo.
"Quienes no planifican con sólidos conocimientos , se
convierten en esclavos de planes ajenos" ( Bunge, 2004)
(12).
Formar al profesorado en tecnología
¿Por qué y para qué fines?
La formación del profesorado para el uso
pedagógico de las nuevas tecnologías considero que
no debe plantearse exclusivamente en términos de
cómo cualificar a los docentes para que sepan utilizar los
recursos informáticos (tanto de hardware como software) y
gestionar su uso dentro del aula. Hacerlo así sería
caer en un planteamiento reduccionista y simplista de la
complejidad cultural que encierran la enseñanza. Aquellos
planes formativos destinados a convertir al profesorado en meros
usuarios de las máquinas digitales así como en
gestores didácticos de estos medios en el aula son
planteamientos que tienden a alienar profesionalmente al
profesorado.
Parto del
supuesto de que los ordenadores no tienen efectos mágicos
sobre la enseñanza y el aprendizaje. Ningún experto
o profesor por el mero hecho de introducir ordenadores en su
docencia puede
creer que, de forma casi automática, provocará que
sus alumnos aprendan más, mejor y que además
estén motivados. Esto es una forma de utopismo o fe
pedagógica sobre el potencial de las máquinas
digitales sin suficiente fundamento racional.
Hoy en día, sabemos que los ordenadores son
objetos o herramientas que adquieren su potencialidad
pedagógica en función del tipo de actividades y
decisiones metodológicas realizadas por los docentes. Lo
relevante para la innovación pedagógica de la
práctica docente, en consecuencia, es el planteamiento y
método de enseñanza desarrollado y el proceso de
aprendizaje que dicho método promueve en los alumnos, no
las características de la tecnología utilizada.
Dicho de otro modo, ningún experto o docente puede creer
ingenuamente que la mera utilización de ordenadores genera
una enseñanza será de más
calidad.
Por ello, y en conclusión, la formación
del profesorado tiene que abarcar ámbitos formativos
dirigidos no sólo a ofrecerles conocimiento técnico
de los programas y recursos de comunicación de redes
digitales, sino y sobre todo conocimiento pedagógico,
cultural y experiencial de lo que representa incorporar estas
tecnologías a la práctica de enseñanza tanto
del aula como el centro escolar. Esto no es una pequeña
innovación de un ámbito particular de
enseñanza, sino una alteración sustantiva de todo
el modelo pedagógico y de las formas culturales que un
profesor debiera prodigar en su aula.
Creo, en definitiva, que el reto no es solo cualificar
al profesorado para que sea un usuario de la tecnología en
la clase, sino para que sea un profesional que sabe enfrentarse a
la complejidad de los problemas culturales del alumnado que
están surgiendo en un contexto social en el que las nuevas
tecnologías están omnipresentes y que tiene la
capacidad para planificar y poner en práctica soluciones
educativas tanto en su aula como en su centro.
Adolescentes y tecnología. Mucha
información, ¿poco conocimiento?
Los tiempos han cambiado notablemente y los ordenadores,
hoy en día, son parte consustancial de la vida cotidiana
tanto de los profesores como de los alumnos. Actualmente la
tecnología informática no sólo está
extendida y omnipresente en las oficinas, los hogares, las
empresas, las instituciones, …, sino que ésta es
fácil de usar para cualquier sujeto sea un niño, un
adolescente, o una persona adulta. Esta popularización del
uso de los ordenadores, evidentemente, también tiene sus
contrapartidas generando la aparición de fenómenos
o problemas educativos hasta ahora desconocidos.
Debido a que las generaciones más jóvenes,
es decir, los nacidos a lo largo de la década de los
noventa, han sido socializados culturalmente bajo la
influencia de las nuevas tecnologías de la
información y comunicación en sus diversas
variantes (televisión digital, telefonía móvil, Internet,
videojuegos, …) éstos presentan una serie de rasgos de
comportamiento social y cultural diferenciados respecto a los
niños y adolescentes
de décadas anteriores. Lo cual, en consecuencia, requiere
que los padres y docentes nos planteemos nuevos modelos
educativos y métodos de enseñanza.
El alumnado actual de educación secundaria y bachillerato
es una generación que ha sido amamantada culturalmente en
contacto permanente con variadas tecnologías audiovisuales
e informáticas. Para estos adolescentes es algo cotidiano
acceder a múltiples canales de televisión y zapear
de unos a otros, escribir sus trabajos de clase en un ordenador,
llamar y recibir mensajes a través de telefonía
móvil, navegar por Internet en busca de
información, y comunicarse con su pandilla a través
de un chat. Dicho de otro modo, los alumnos de secundaria son
usuarios de numerosas y diversas tecnologías siendo
éstas un elemento familiar de su vida, y hasta cierto
punto, indispensables. Esta generación necesita
las tecnologías digitales para divertirse, para realizar
sus trabajos académicos, y para relacionarse socialmente
con sus amigos.
A diferencia de generaciones precedentes, los
estudiantes de hoy en día, al igual que el resto de
ciudadanos, están expuestos a un continuo flujo de
información que provoca saturación de datos. La
televisión, Internet, el cine, la
publicidad,
la radio, …,
permanentemente están difundiendo acontecimientos,
noticias, opiniones, ideas que llegan como una avalancha
interminable. En consecuencia, la cantidad de información
que los alumnos poseen sobre los acontecimientos de la realidad
-sea de tipo político, deportivo, musical, o de sucesos-
es abrumadora. Pero mucha información, no
significa necesariamente más conocimiento. Todo
lo contrario.
El problema educativo que se deriva de este hecho
consiste en cómo ayudar al alumnado a dar sentido y forma
a todo ese cúmulo de información que éstos
obtienen desde que se levantan hasta que se acuestan. El
nuevo reto para la docencia es ayudar a reconstruir dicha
información con la finalidad de convertirla en un
conocimiento comprensible y con significado.
Esta meta educativa requiere que en las aulas se
potencie y se desarrolle en los alumnos las habilidades y
competencias relacionadas con la búsqueda de
información, con saber discriminar lo que es
información útil y de interés
para ciertos propósitos, analizar y contrastar datos
obtenidos de diversas fuentes, así como aprender a
organizarla, reconstruirla y difundirla. En definitiva, es
enseñar a utilizar la enorme información disponible
y ofertada por las TICs (Tecnologías de Información
y Comunicación) de forma inteligente y
crítica.
Computadoras y el rendimiento
escolar.
Periódicamente aparecen artículos
periodísticos, ponencias académicas, informes
estadísticos que interrogan la influencia de la
computadora en educación. La tecnología parece
destinada a tener que rendir un examen perpetuo.
La tenacidad de estos estudios es saludable, aunque se
nos permitirá elucubrar algunas sospechas: ¿de
dónde viene esa desconfianza que parecen compartir
distintos actores sociales y que se potencia cuando
se constituye como opinión pública? ¿por
qué se tiende a simplificar los problemas con conclusiones
que son muy difíciles de sostener? ¿Qué
relación tiene esto con otros temas en agenda como la
demonización del los cybercafés (donde parece que
sólo se pudiera consultar sitios hot o el prejuicio al
chat (incitador de jóvenes asesinos)?
Queremos decir con esto, que es legítimo examinar
a la tecnología y por lo tanto existe esa misma
legitimidad para examinar a los examinadores. No es un
trabalenguas sino un paso necesario para llegar a conclusiones
claras, útiles –e imprescindibles- en el campo
educativo.La semana pasada el diario publicó los resultados de
un estudio realizado en Europa por la
inglesa Royal Economic Society que –según se
desprende de la lectura-
tiene un resultado contundente: los chicos que usan menos
computadora, tienen mejor rendimiento escolar. Si bien eso queda
muy claro leyendo el titular y los primeros párrafos, la
nota no abunda en detalles y los que se apuntan contribuyen a
crear confusión.
Lo que en principio es "rendimiento escolar",
después pasa a ser "rendimiento en matemáticas y literatura y al final de la
nota se habla de "conocimientos primarios de conocimientos
primarios como la matemática
y la lectura".
Asimismo, no se especifica qué incluye la
expresión "uso de computadoras": ¿se trata del uso
recreativo, como parece aludirse en un fragmento de la nota
("distrae en las tareas") o se habla del uso educativo? Y en este
último caso, ¿de qué uso educativo se trata:
internet, software
educativo, herramientas de office, trabajos
en colaboración, etc.? La variantes son infinitas. Sucede
que "uso de la PC" es un sintagma muy complejo para ser el sujeto
de una conclusión sin más y contribuye a opacar
más que a aportar elementos para una evaluación
que deber ser llevada a cabo pero en términos más
precisos y profundos. En la misma noticia publicada en el
sitio
de la BBC de Londres titulares y textos expresan
opiniones más relativizadas.
El titular es "Dudas sobre el uso de computadoras en
escuelas". Asimismo, el texto explica los detalles del trabajo y
la evaluación que los mismos autores realizan de los
resultados. Thomas Fuchs and Ludger Woessmann, de la
organización Cesifo de Munich, señalan que los
números no muestran las causas del problema que por el
momento sólo se pueden postular hipotéticamente.
Entre las causas hipotéticas se encuentra que tal vez sea
el uso excesivo de computadora el que contribuya a disminuir el
rendimiento o que los resultados pueden estar ponderados por
factores como la dinámica de las aulas que hace que los
chicos con más problemas tengan menos oportunidades para
utilizar efectivamente las máquinas de las
escuelas.
Esto le suma más complejidad a la cuestión
porque llama la atención sobre los distintos actores y
variables que intervienen en el momento en que un alumno usa la
computadora en una escuela: el trabajo en
equipo, el rol del docente, los planes de estudio, el
funcionamiento institucional, entre muchos otros más.
De todas maneras, los resultados de la investigación son
un llamado de atención. Así los lee Tim Rudd de
Becta, la oficina del
gobierno inglés
dedicada a la informática, que señala que tal vez
se deba revisar la certeza de que las computadoras son buenas en
educación introduciendo variables como la edad o la
disciplina, aunque particularmente en matemática parece
bastante probado su eficacia y su contribución a la
renovación del estudio.
Sin una buena información de base no se pueden
sacar conclusiones útiles sino seguir alimentando mitos
colectivos tecnofóbicos. Falta, además, tiempo para
evaluar los rendimientos, investigación académica e
interdisciplinaria para proveernos de conceptos y trabajo de
campo –como este de Munich-, operativos estatales de
evaluación para sumar miradas y puntos de vista un
debate
fundamental
Un comentario pesimista. ¿Es realmente un
problema relevante la tecnología en la
educación?
Todavía impactado por el secuestro y
matanza de niños y padres en una escuela rusa por
terroristas chechenos en donde han muerto más de 250
personas y hay más de 700 heridas, me pregunto si
realmente "la tecnología en la educación" es uno de
los temas/problemas más relevantes actualmente para
nuestro sistema educativo.
La violencia, en sus múltiples formas (sea
atentado terrorista, guerra,
asesinato, robo, violación, agresión
doméstica, etc.) está creciendo y se está
convirtiendo en un elemento de la vida cotidiana alcanzando cotas
de horror que difícilmente se habían presenciado en
décadas precedentes (piénsese en los atentados del
11-s en EEUU, del 11-M en Madrid, las Guerras de
Afganistán, Irak, o los
conflictos étnicos de extremada violencia en el
África Central.
Ante todo ello, tengo la sensación que las
afirmaciones gradilocuentes que solemos realizar los expertos en
Tecnología Educativa, en el sentido de que Internet
revolucionará la enseñanza, o que la sociedad de la
información representa una nueva etapa histórica de
la humanidad, o de que los ordenadores están cambiando
nuestra sociedad y civilización, a veces, me parecen
ingenuos y excesivamente inocentes.
Hasta la fecha nunca se desarrolló tanta
educación como en la actualidad. Todos los países
del primer mundo ofrecen educación gratuita a sus
ciudadanos, en gran parte de los países en desarrollo
existen importantes y notorias (aunque insuficientes) inversiones
en educación, etc. Sin embargo, la violencia aumenta. Y
ello es decepcionante.
Lo relevante en el mundo sigue siendo el poder o la
capacidad de imponer por la fuerza los intereses de unos grupos
sobre otros. La tecnología simplemente es un elemento
más de ese ejercicio del poder.
Desigualdades y exclusión en el acceso a la
tecnología.
Las nuevas tecnologías de la información
son un hecho imparable y que reporta importantes y variados
beneficios a quienes las utilizan. Sin embargo tienen efectos
secundarios perniciosos sobre nuestro sistema social. Entre
ellos, el segmentar y separar más las distancias
económicas y culturales entre los sectores integrados en
el desarrollo tecnológico y la población excluida
de dicho desarrollo.
Es un hecho empírico que las nuevas tecnologías son
un nuevo factor de desigualdad
social debido a que las mismas están empezando a
provocar una mayor separación y distancia cultural entre
aquellos sectores de la población que tienen acceso a las
mismas y quienes no. Fenómeno que desde una ética
democrática y progresista resulta a todas luces
cuestionable y preocupante. Este fenómeno está
generando un nuevo tipo de analfabetismo
que consiste en la incapacidad para el acceso a la cultura
vehiculada a través de nuevas tecnologías. De este
modo, se hace imprescindible la necesidad de articular un
conjunto de medidas o acciones educativas desde los poderes
públicos de modo que se facilite el acceso y
formación en las nuevas tecnologías a la mayor
parte de la población.
En una sociedad como la nuestra que se proclama
democrática la exclusión o marginación de
cualquier grupo social es un fenómeno que
intrínsecamente es contradictorio con el propio concepto
de democracia y
de justicia
social.
El contexto sociocultural representado por la
hegemonía de la tecnología en nuestra sociedad
(saturación de información, mercantilización
de la información, la cultura como espectáculo)
requieren replantear las metas y naturaleza de la
educación potenciando el aprender a aprender y el saber
buscar, seleccionar, elaborar y difundir información a
través de cualquier lenguaje y
tecnología
de la comunicación.
Desde un punto de vista sociopolítico el problema estriba
en la igualdad de oportunidades de acceso a los recursos
tecnológicos más avanzados ya que ser usuario de
esta red comunicativa tiene consecuencias culturales y laborales.
Compensar estas desigualdades de origen requieren medidas, entre
otras, como integrar las nntt en el sistema escolar; reformar
sustantivamente el curriculum incorporando una educación
para los medios y tecnologías; adecuar la formación
ocupacional a las nuevas necesidades y demandas sociolaborales;
potenciar el uso de las nntt desde las comunidades locales
permitiendo su acceso a una gran variedad de grupos sociales;
incorporar las nuevas tecnologías a las redes culturales
ya existentes comos son las bibliotecas, asociaciones culturales,
juveniles, vecinales, …
El debate creo que debe consistir en cómo construir un
modelo democrático de la sociedad de la información
y del papel de la educación en dicho proceso.
Evidentemente no dispongo de las respuestas, aunque podría
esbozar algunas ideas y cuestiones para el debate.
Entre las mismas sugiero las siguientes:
¿cuáles deben ser las metas y contenidos de planes
de formación o alfabetización tecnológica?
¿cuál debe ser el papel del sistema escolar, la
formación ocupacional, y la educación no formal en
este proceso? ¿cómo garantizar el acceso a la
tecnología y cultura digitales a todos los ciudadanos
(fundamentalmente a los que actualmente están excluidos);
¿qué políticas deben desarrollar los poderes
públicos para la creación y desarrollo de
organizaciones y empresas productoras de contenidos y servicios
digitales alternativos a las propuestas culturales de las grandes
corporaciones mundiales? ¿cuáles debieran ser los
criterios de calidad cultural de los contenidos vehiculados a
través de tecnologías digitales?,
¿cómo estimular el desarrollo de Internet como un
servicio de comunicación democrático para la
mayoría de los ciudadanos?. Educar es un proyecto de
futuro.
Einstein Alejandro Morales Galito