El impacto del desempleo y la pobreza de las familias puertorriqueñas en el desempeño y rendimiento escolar
- Desempleo y pobreza en Puerto
Rico - La educación:
deserción y rendimiento - Los efectos del desempleo y la
pobreza en la educación - Visión del sistema
educativo - Opinión comunitaria vs.
Política pública - Sugerencias para trabajar el
asunto - Bibliografía
Son muchos los factores que se deben tomar en
consideración al medir el desempeño y rendimiento
de los estudiantes del sistema escolar
de Puerto Rico.
Tomando en especial consideración la deserción
escolar en las etapas tempranas de la educación formal.
Entre estos factores de importancia es necesario estudiar el
impacto que tienen los niveles de desempleo que se han estado
registrando en la isla y los niveles altos de pobreza que se
viven a comienzos de un nuevo milenio.
Son muchos los estudiantes matrículados en las
escuelas del país que por una u otra razón tienen
que abandonar sus estudios. Esto para sobre llevar cargas que se
esperan sean satisfechas por el gobierno y que se
consideran necesidades básicas. Estas necesidades en
ocasiones afectan más allá de la situación
familiar obligandolos a desertar de la escuela y
trabajar para sustentar a los suyos.
Según UNICEF, organización mundial que se encarga de
velar por los derechos de los niños,
la educación
debe ser una gratuita y es el estado
quien se ve obligado a sustentar ese derecho. Un derecho a una
educación de excelencia y dirigida a crear ciudadanos
capaces de ser independientes y autosustentables. Sin embargo,
muchos de estos derechos se ven afectados por elementos externos
como el desempleo y la pobreza.
Muchos pueden decir que en Puerto Rico no existe pobreza
raspante como en otras sociedades
mundiales. Sin embargo, aunque en Puerto Rico las mayoría
de la gente se sustenta de ayudas gubernamentales, la pobreza es
existente. Esta pobreza se refleja en la mala planificación
familiar donde los núcleos familiares consisten, en su
mayoría, de más de tres miembros y solo uno de
éllos es quien trabaja para sustentar a los demás.
La situación se agrava cuando este miembro queda
desempleado y no consigue un empleo de
inmediato.
Pero, es necesario preguntarnos: ¿cuál es el
impacto de la pobreza y desempleo en la educación?
¿Qué opina la comunidad y el
estado? ¿Qué sugerencias ofrece el gobierno para
trabajar el asunto? ¿Cuál es la visión que
tienen los estudiantes y sus familias de la educación? Y
muchas otras interrogantes que se deben discutir en los foros
necesarios para que se comience a hacer algo en pro de los
estudiantes, de las familias y de la comunidad en general, y que
ayude a erradicar la deserción escolar, el desempleo y la
pobreza en las familias puertorriqueñas.
Desempleo y pobreza en
Puerto Rico
El secretario del Trabajo y
Recursos
Humanos de Puerto Rico, el señor Román Velasco,
hizo público informes que
describen el aumento del desempleo en la isla mes tras mes en el
año 2005. Estos aumentos en la tasa de desempleo
constrastan con los de años anteriores donde los
índices erán 11.4 por ciento más bajos que
en el año en curso. Estas alzas en el desempleo se deben
al cierre de labores en la industria
manufacturera en el país (periódico
La Raza, 13 de marzo de 2005).
Según el Censo de 2000 el 19.2 por ciento de la
población civil trabajadora se encontraba
desempleada. De estas cifras el 48.7 por ciento se
componía de mujeres y el 51.3 por ciento de hombres. Es
importante comentar que el 40.7 por ciento de la población
trabajadora en la isla la componen personas de 16 años o
más y que esto representa una merma de 47.3 por ciento en
comparación con el censo de 1990.
El nivel de pobreza de la población en Puerto Rico bajo
un 10.7 por ciento entre los censos del 2000 y 1990. El
número de hijos pobres en familias con un jefe de familia
aumentó de 101,393 a 113,942 entre ambos censos. Las
familias con jefe femenino sin esposo presente observaron una
baja en la proporción bajo el nivel de pobreza de 9.2 por
ciento, aunque el número de familias pobres aumentó
(Negociado del Censo Nacional, 2000).
Es importante describir que las estadísticas del desempleo y la pobreza en
la isla reflejan una baja significativa en los niveles en el
comienzo del 2000, pero aún así es alarmante los
aumentos estadísticos en los primeros meses del 2005. En
un artículo del periódico El Diario se hace la
siguiente aseveración: "La pobreza infantil en Puerto Rico
es tres veces más alta que la de los Estados Unidos,
pero solo se describe la pobreza sin tomar en
consideración las causas de la pobreza y el impacto de la
misma" (Berrios, 20004). Es aquí donde es necesario tomar
acción:
en encontrar esas causas y el impacto de las mismas para poder
trabajarlas de manera eficaz.
Ahora bien, es necesario preguntarnos si el nivel de pobreza y
el desempleo en las familias esta relacionado con las altas tasas
de deserción escolar y el bajo rendimiento
académico de los niños de la isla. ¿Es la
pobreza y el desempleo los factores determinantes para que los
alumnos decidan abandonar la escuela e ingresar al campo de
trabajo? Estos estudiantes desertores, ¿salen realmente a
trabajar para poder sustentarse a sí mismos y a sus
familias, o es meramente la necesidad de dinero un
disuasivo para abandonar la educación sin buscar
alternativas?
La educación:
deserción y rendimiento
La deserción escolar es un fenómeno que
ha ido teniendo un aumento significativo en la sociedad
puertorriqueña. La deserción escolar es
sinónimo de varios poblemas sociales que afectan
directamente a todos. Existen antecedentes que demuestran que la
deserción escolar se concentra mayormente en sectores de
bajos ingresos
económicos donde los jóvenes se ven obligados a
buscar formas de aumentar sus ingresos en empleos poco
remunerados y, luego de que un joven abandona los estudios es
difícil que retome los mismos (Libertad de
pensamiento,
2004).
Según el Censo de 2000, un 25.4 por ciento de la
población puertorriqueña de 25 años o
más no había completado el noveno grado lo que
representa casi dos terceras partes de los que no tenían
un diploma de escuela superior. En cuanto al nivel de
educación, el 20.9 por ciento de los encuestados (20,335)
por el
periódico El Vocero de Puerto Rico, contaban con
estudios de escuela elemental, otro 18.6 por ciento posee diploma
de escuela intermedia y un 39.5 por ciento se ha graduado de
escuela superior. Unas 1,239 personas encuestadas dijeron no
tener ninguna escolaridad. Mientras que la deserción
escolar para las comunidades pobres de todo Puerto Rico se
ubicó en el 46.1 por ciento (Cruz, 2004).
En el editorial del periódico La Opinión (25 de
marzo de 2005) se hace referencia a la preocupación de la
comunidad respecto a los estudiantes. Menos de la mitad de los
estudiantes hispanos finalizan la secundaria. El alto
índice de deserción es un problema que se
está agravando a pasos agigantados y donde juegan muchos
factores como el medio ambiente
de pobreza y la falta de motivación. Los estudiantes pobres
representan la mayor tasa de deserción escolar (Centro de
atención psicopedagógico Puerto
Montt, 2002). Los elevados niveles de deserción aparecen
vinculados a la pobreza y muchos de los jóvenes de hogares
pobres se ven obligados a trabajar en la edad en que debieran
tener la posibilidad de dedicarse plenamiente a la escuela, lo
que estimula al abandono de la misma o dificulta el proceso de
aprendizaje
(Kliksberg, 2001; Murillo, 2000). Aún así, aunque
los recursos
económicos limitados están altamente relacionados
con la deserción la relación aparenta ser
indirecta, sin embargo, estos estudiantes están más
propensos a experimentar la enajenación y alejarse del ambiente
escolar (Hale, 2005).
El mes en que mayor índice de deserción escolar
se ha registrado es en agosto, inmediatamente después de
las vacaciones del verano. Lo que ocurre es que muchos
estudiantes salen de vacaciones y buscan un trabajo temporero.
Cuando lo consiguen enpiezan a generar ingresos y eso se
convierte en incentivo para dejar la escuela. Es importante hacer
referencia a que la mayoría de los estudiantes que dejan
la escuela tienen mayor edad que el resto de los miembros de su
grupo de
estudios (Glass, 2004).
El rendimiento escolar está intimamente relacionado con
la situación laboral de los
padres. Los hijos de parejas que trabajan fuera del hogar
obtienen resultados significativamente más altos en
comparación de aquellos estudiantes que vienen de familias
desempleadas (Instituto Nacional de Calidad y
Evaluación de Madrid, 2001).
La repetición de grados va, igualmente, vinculada a la
pobreza. La pertenencia a familias pobres va a significar
desventaja para los niños en aspectos claves para su
permanencia y resultados (rendimiento) en la escuela (Kliksberg,
2001). Pero, ¿cómo afectan el desempleo y la
pobreza en la educación?
Los efectos del desempleo y
la pobreza en la
educación
Ambos factores, la pobreza y el desempleo, tienen efectos
directos tanto en la familia
como en el estudiante. Algunos de los efectos son evidenciados
físicamente, sin embargo, muchos de ellos parecen ser casi
invisibles o difíciles de detectar de primera
impresión. Las investigaciones
llegan al concenso de los siguientes efectos de la pobreza y el
desempleo en la educación de los niños y
jóvenes (Villalobos, 1998; Oficina
Internacional del Trabajo en Ginebra, 1996; Herrera, 2005;
Kliksberg, 2001; Méndez, 2002):
Efecto uno: las personas desempleadas muestran síntomas
de deterioro psicológico, depresión
e insatisfacción. Este efecto redunda en los hijos ya que
muchos de éllos manifiestan estos mismos síntomas
en su actitud hacia
la educación. Los hijos de personas desempleadas llevan
consigo el éstres de sus padres y ésto afecta el
rendimiento en las prácticas educativas.
Efecto dos: mayor flujo de jóvenes a los lugares de
trabajo. Como se ha dicho anteriormente, muchos jóvenes
desertan de la escuela en búsqueda de un trabajo para
sustentarse a sí mismos y a sus familias.
Efecto tres: analfabetismo
y falta de calificaciones necesarias para alcanzar sus
aspiraciones. Muchos de estos jóvenes desertores no
alcanzan las destrezas lingüisticas necesarias para
desenvolverse en sociedad y poder alcanzar un empleo de mayor
remuneración económica. Es por ello que muchos de
estos jóvenes se inclinan por profesiones de tiempo parcial
o subempleos.
Efecto cuatro: mayor probabilidad de
obtener malos resultados en pruebas de
rendimiento académico. Si los jóvenes deciden
seguir sus estudios, la pobreza, los hace más vulnerables
a pensamientos libres que los desvian de sus prácticas
educativas.
Efecto cinco: hacinamiento en el hogar que impide la
concentración. Muchas familias pobres son numerosas y
viven en casas pequeñas. Esto afecta en la
disposición de espacio para el estudio.
Efecto seis: desnutrición y poco rendimiento
físico. En muchas casas pobres escasea el alimento y
muchos estudiantes reciben solo una comida o dos al día.
Esta falta de alimentación redunda
en la debilidad del cuerpo y el desgano en las actividades
físicas diarias.
Efecto siete: probabilidad de repetición de cursos.
Según el censo de 2000 a nivel mundial el 70 por ciento de
los estudiantes de nivel primario repite cursos o grados. Esto
debido a las pocas motivaciones educativas por el éstres
existente en las familias al tratar de arreglar sus situaciones
económicas.
Efecto ocho: cambios frecuentes de vivienta y escuela. Muchos
jóvenes se ven obligados a mudarse a apartamentos o casas
más pequeñas para minorar gastos. Otros
jóvenes se ven obligados a mudarse con parientes que
puedan ofrecerle mayor balance económico. Esto propicia la
inseguridad e
inestabilidad.
Efecto nueve: discriminación y baja autoestima.
Estos jóvenes se enfrentan a prejuicios de sus pares al no
contar con los recursos necesarios para sustentar sus necesidades
básicas llevandolos así a tener una baja
autoestima.
Efecto diez: cambios en la crianza. Muchos padres se vuelven
irritables, tensos y del malhumor. Se vuelven arbitrarios y
punitivos con sus hijos forzandolos a dar más de lo que
realmente pueden dar.
Efecto once: consumo de
drogas y alza
en la agresividad. Muchos jóvenes recurren a las drogas como
medio de escape y solución a sus problemas. Los
jóvenes pelean más con sus pares y llegan a cometer
delitos
violentos.
Efecto doce: incumplimiento de tareas. Los jóvenes
desisten de continuar con sus metas. Se estancan y se vuelven
sedentarios.
Efecto trece: problemas emocionales y defectos cognitivos.
Estos jóvenes enfrentan retos difíciles y
emocionalmente son más suceptibles. Muchos de éllos
carecen de las destrezas básicas para vivir en
sociedad.
Estos efectos son solo algunos a los que se enfrentan los
estudiantes al estar delante de la pobreza y el desempleo. Sin
embargo, los estudiantes mejoran su rendimiento educativo cuando
el ingreso familiar se incrementa. Cuando el sueldo familiar sube
el rendimiento escolar de los hijos también sube.
El sistema
educativo no es el único responsable por los logros y
fracasos en el rendimiento escolar, sino que, los ingresos del
hogar así como las crisis
económicas influyen en los resultados de los estudiantes.
Ahora es importante preguntarnos cuál es la visión
que tienen los estudiantes y los padres respecto a la
educación.
Todos estos factores junto con el desempleo y la pobreza
conllevan a que se vea la educación como algo de oscuro
porvenir y de dudosa utilidad. Algunos
padres consideran poco relevante la instrucción para la
movilidad social de sus hijos (Hale, 2005; Puriscal, 1995). Para
muchas familias el precio en la
inversión educativa es muy elevado. Casi
toda la educación "gratuita" es en realidad muy cara para
una familia pobre que tiene que costear los libros y otros
artículos escolares, los uniformes, las meriendas y
demás necesidades básicas (Oficina Internacioal del
Trabajo en Ginebra, 1996).
Opinión comunitaria vs.
Política
pública
Se le realizó a un matrimonio con
hijos en la escuela cuáles consideraban los efectos del
desempleo y la pobreza en la educación de sus hijos. Ambos
llegaron a la misma respueta:
Mujer: " muchas veces no tenemos dinero para comprar los
materiales
de las asignaciones que se le dan a nuestros hijos por lo que
decido no enviarlos a la escuela ese día. Ellos pierden
ese día de clases y se que se aumenta el ausentismo,
pero no tienen que pasar por la vergüenza de no tener lo
que se les pidió. También ocurre con la merienda,
a veces no tengo para darles dinero para comprarse algo de
comer".
Hombre: "muchas veces no tenemos para darles dinero para
las meriendas. Esto me preocupa, pues con hambre se que no se
van a concentrar en lo que hacen. Así que no me molesta
que mi mujer los
deje en casa. A demás así ayudan un poco en casa.
Se que pierden el interes en las clases y pueden ser posibles
desertores, pero piden mucho en las clases".
De igual manera se les preguntó si consideraban la
educación pública en Puerto Rico como un sistema
gratuito para todos. Ambos tuvieron la misma respuesta:
"La educación en Puerto Rico se supone que sea
gratuita, pero piden mucho. Tanto que a veces no podemos
comprar lo que se nos pide. Hay que hacer algo con
eso".
La política pública en Puerto Rico es garantizar
una educación de calidad y gratuita para todos los
niños del país. Se ofrecen becas e incentivos
monetarios a aquellos estudiantes sobresalientes para motivarlos
a continuar sus estudios. Se han creado cursos de apoyo moral y social
enfocados en el mejoramiento del individuo. Las
escuelas pertenecen al sistema de escuelas de la comunidad y
están dirigidas a trabajar en pro de las familias.
Recientemente se han creado las escuelas abiertas para evitar la
deserción escolar ofreciendo un currículo diverso y a tono con las
necesidades actuales de la sociedad. Otro proyecto en
consideración es ofrecer remuneración
económica semestral a los estudiantes que permanezcan en
las escuelas directamente a cuentas bancarias
para que los mismos puedan sufragar los gastos de la
educación universitaria.
No pese a este esfuerzo de las políticas
públicas en Puerto Rico la tasa de deserción
escolar aumenta. De igual forma, los níveles de pobreza y
desempleo continuan en aumento a paso acelerado. Por eso cabe
preguntar cuán efectivas a sido la política
pública y qué se va a hacer al respecto.
Sugerencias para
trabajar el asunto
Es importante trabajar en conjunto para lograr erradicar el
mal de la pobreza y el desempleo en Puerto Rico y ayudar de esta
manera a las familias y a los estudiantes del sistema educativo
del país. Este es un trabajo de equipo que
dependerá de la cooperación de toda la comunidad en
especial el de las familias dentro y fuera de la sociedad
educativa. Entre las sugerencias que se hacen para trabajar este
aspecto son las siguientes (Fundación Nacional para la
Cultura
Popular, 2004):
Es necesario fomentar y facilitar la integración de los padres al proceso
educativo. Los padres deben participar de escuelas para padres
que los ayuden a entender la importancia de la educación
de los hijos y la necesidad de motivar la misma sin importar los
factores externos que se presenten. Se deben crear centros de
información familiar dirigidos a incorporar
a toda la familia al proceso de aprendizaje, y a entender las
situaciones que afectan el ambiente educativo, tales como la
deserción escolar y la pobreza. A través de los
centros se establecerá, a demás, un vinculo con la
comunidad para coordinar la paticipación en diferentes
actividades sociales.
Es importante que el gobierno comience a legislar en beneficio
de la clase pobre y
la clase media del país para que las aportaciones a la
educación sean utilizadas en beneficio de la juventud de
bajos recursos y limitar o erradicar las exigencias
económicas que se llevan en las escuelas. El gobierno debe
sustentar la educación de manera tal que sea mínimo
el requirimiento o gasto económico de los padres en
trabajos educativos para acrecentar el aprendizaje.
La educación debe volver a ser gratuita en todos los
aspectos del currículo y estar al alcance de todos por
igual.
Es importante que el gobierno tome acción acelerada en
la investigación de posibles soluciones en
relación al desempleo. Que se creen propuestas de
adiestramientos que capaciten a los padres a crear sus propias
empresas o
negocios y
convertir las familias en autosustentables e independientes del
sistema económico del gobierno.
De igual manera, es importante que el gobierno trabaje en la
búsqueda de equidad en los
niveles económicos de la sociedad puertorriqueña,
sin caer en políticas comunistas de servicios
básicos, pero sí velando por la igualdad de
derechos a los servicios que se le ofrecen a la sociedad y que
están cobijados en la declaración de derechos de la
Constitución. Esto para garantizar la
nutrición,
la salud y la
educación de todos.
Por último, se deben crear sistemas de apoyo
psicológico a las familias que enfrentan momentos de
crisis económicas y desempleo para lograr que estas
familias puedan superar los efectos de estos factores. Que puedan
trabajar en conjunto para que los niños y jóvenes
no se afecten en su desempeño y rendimiento escolar.
En Puerto Rico no existen trabajos de investigación científica que den una
visión más clara respecto al asunto. Es necesario
que se hagan mayor número de investigaciones que den un
panorama real de la situación y cuán afectados
están los niños y jóvenes de la isla en su
desempeño y rendimiento escolar debido a los efectos del
desempleo y la pobreza. Esto es un asunto serio que debe ser
tratado de igual manera, pues está en riesgo el
crecimiento de la fuerza laboral
del país y, se pone en riesgo a la niñez como
futuro de la sociedad puertorriqueña.
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Por:
Norman J. De Jesús, M.Ed.
Trabajo presentado en curso de involucramiento
familiar
en la educación de la PUCPR
Santa Isabel, Puerto Rico
26 de abril de 2005