- Tipo de relato
- Funciones del lenguaje en el
relato - Resumen de la
trama - Delimitación de las
unidades narrativas - Resonancias
- Punto de
vista - El tiempo en el
relato - Ambiente
- Sentido y
Tema - Conclusión
- Bibliografía
Los capítulos elegidos del libro de
Tobías, tienen una finalidad estrictamente religiosa. En
efecto, el autor de Tobías expone un estilo narrativo en
la interpretación que él hace de la
vida desde el punto de vista del israelita creyente: Dios, bueno
y justo, prueba a los que le temen, los justos. Su providencia
amorosa, los acompaña en la tribulación, los
sostiene y los libera de ella, devolviéndoles la
felicidad, expresada por una vida larga y segura en la
abundancia.
Es un relato didáctico, que contiene consejos
morales, plegarias breves, esperanzas históricas,
motivaciones religiosas. La preocupación por
enseñar, por edificar, afecta el relato. Hay muchas
páginas del Testamento Anterior que enseñan
contando con discreción.
Funciones
del lenguaje en el
relato:
El lenguaje excepcionalmente tiene una única
función. Es más acertado afirmar el
predominio de una función sobre las demás. Reducir
un texto
literario a una sola función es una simplificación
peligrosa.
Aquí encontramos múltiples funciones que se
hallan entremezcladas. Los géneros
literarios dan predominio a una sobre las
demás.
El relato de los capítulos escogidos en el libro
de Tobías, centran la mirada en Tobías y su
acompañante Rafael en su viaje de Nínive a
Ecbátana, y en todo lo que acontece en su entorno
más inmediato. Al compenetrarnos en el texto podemos
descubrir que predominan tres funciones: la de entretenimiento,
la histórica y la teológica.
- Función de entretenimiento: agradar y
entretener van unidos al objetivo
estético. Sabe que comunica más y mejor cuando el
receptor lee con agrado. Todo esto está alimentado por
mecanismos que mantienen la atención del lector y le hace centrarse
en el texto. - Función histórica: Es similar a lo que
se conoce como función referencial del lenguaje. El
elemento comunicativo que se destaca es el mensaje y suele
tener carácter informativo. - Función teológica: Hay que destacar que
guarda íntima relación con la función
histórica. Vemos en ella la manera con la cual el
narrador bíblico atribuye a Dios los grandes hechos
ocurridos en cada circunstancia. Se pretende interpretar esa
historia o
acontecimiento a la luz de Dios y
de su interacción con el hombre y
el mundo.
Tobit ha hecho saber a su hijo Tobías que tiene
depositada una gran cantidad de dinero en casa
de Gabael en Ragués de Media; ahora le manifiesta su deseo
de que vaya a buscar esa fortuna. Para este largo y arriesgado
viaje se necesita un buen guía que conozca el camino, que
sea capaz de proteger al joven Tobías y devolverlo sano y
salvo a sus padres. La excusa es magnífica para introducir
al ángel del Señor, representante visible de la
providencia invisible de Dios sobre los hombres, especialmente
sobre los justos en los momentos más decisivos de sus
vidas. Todo lo que es el capítulo cinco del libro de
Tobías es una obra maestra del arte del diálogo.
El trabajo del
relator es mínimo: introduce a los personajes y deja que
hablen por si solos.
Esta es sólo el resumen general de la trama, pero
me detendré en relatar el compendio de los
capítulos que van desde el cinco hasta el once.
El capítulo seis se centra en el viaje de a
Ecbátana. La narración se asemeja a un cuaderno de
viaje, en que se anotan los episodios más relevantes. El
episodio del pez, es el primero de ellos. Su importancia radica
en que todo él está orientado a la misión del
ángel Rafael: la curación de Sara y Tobit . A
medida que nos acercamos a Ecbátana aparece en el
horizonte la figura de Sara, la elegida por el Señor desde
siempre para ser esposa de Tobías: paradigma del
cumplimiento de los designios de Dios, a pesar de los planes de
los hombres y de las adversidades superiores a la voluntad
humana.
Ecbátana, la gran ciudad de Media, será
escenario de acontecimientos muy importantes en la vida de
Tobías, donde el espacio será dentro del
capítulo siete. El autor conduce magníficamente la
acción
de la obra hasta este punto capital, donde
se encuentra uno de los personajes principales, Sara,
beneficiaria de la misión curativa del ángel
Rafael.
El capítulo ocho se centra en la victoria de
Rafael sobre Asmodeo donde se cumple una parte principal del
plan de Dios
sobre Sara: su curación.
El capítulo nueve es el último de los
episodios del libro centrados en Ecbátana, la ciudad de
Raguel y de Sara. Es importante decir esta afirmación
porque allí se celebra el banquete de bodas, allí
se queda Tobías, de allí parte Azarías con
la comitiva para recoger la plata depositada en casa de Gabael en
Ragués, y de Ragués vuelven todos otra vez a
Ecbátana, donde todavía pueden acompañar a
los novios en la fiesta de bodas.
Es un magnífico interludio el que presenta el
capítulo diez en el que se manifiestan como son Tobit y
Ana: caracteres muy diferentes no solo como hombre y
mujer, sino
personalmente como padre y como madre. Es normal que Raguel y
Edna quieran retrasar lo más posible la despedida, porque
saben que será muy difícil volver a verlos; pero no
lo es menos que Tobías intente partir cuanto antes, pues
sabe que sus padres cuentan los días y las horas que
faltan para abrazarlo. Al final Raguel y Edna entran en
razón y los dejan marchar con su bendición y la
mitad de sus bienes.
El reencuentro con los padres de Tobías y la
curación de Tobit se concentran en el capítulo
once. Esta reunión de los padres con el hijo está
organizado por el compañero de viaje de Tobías, por
Azarías, es decir, por Rafael, el mensajero del
Señor. Desde que recuperó el dinero de
la casa de Gabael, Rafael ha pasado a un segundo plano. En este
capítulo toma un protagonismo grandísimo,
precisamente para cumplir la misión que aún no
había realizado en forma total, a saber, la
curación de Tobit.
Delimitación de las unidades
narrativas
En el trabajo
expuesto sobre los capítulos que van del cinco al once del
libro de Tobías. Señalo diez unidades o instancias
narrativas. Ateniéndome a ciertos criterios de tipo
dramático (cambio de
ambiente
físico, de tiempo, lugar,
entrada de nuevos personajes, etc.) y literario (giros de
frases, conclusiones, etc.). Estas son las siguientes:
- Tb. 4, 20 – 5, 9
20 También quiero decirte que dejé en
depósito a Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués
de Media, diez talentos de plata.
21 No debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres.
Muchos bienes posees si temes a Dios, huye de todo pecado y haces
lo que es bueno ante el Señor tu
Dios.
1 Entonces Tobías respondió a su padre
Tobit: «Haré cuanto me has mandado,
padre.
2 Pero ¿cómo podré recuperar el
depósito? Ni él me conoce a mí ni yo a
él. ¿Qué señal debo darle para que me
reconozca, me crea y me devuelva el dinero? Por otra parte,
desconozco la ruta que conduce a Media».
3 Tobit, entonces, respondió a su hijo
Tobías: «Él me dio un recibo y yo a él
otro; lo partí en dos, tomé una parte y dejé
la otra con el dinero. ¡Ya va para veinte años que
deposité esta suma! Ahora, hijo, busca un hombre de
confianza que vaya contigo, y le tomaremos a sueldo hasta tu
vuelta, y vete a recuperar esta plata».
4 Salió Tobías a buscar un hombre que
conociera la ruta y fuera con él a Media. En saliendo,
encontró a Rafael, el ángel, parado ante él;
pero no sabía que era un ángel de
Dios.
5 Díjole, pues: « ¿De
dónde eres, joven?» Le respondió: «De
los israelitas, tus hermanos y ando en busca de trabajo».
Díjole Tobías: « ¿Conoces la ruta de
Media?»
6 Respondió: «Sí; he estado
allá muchas veces y conozco al detalle todos los caminos.
He ido a Media con frecuencia y he sido huésped de Gabael,
nuestro hermano, el que vive en Ragués de Media. Hay dos
jornadas de camino entre Ecbátana y Ragués, pues
Ragués está en la montaña y Ecbátana
en el llano».
7 Tobías le dijo: «Espérame,
joven, que voy a decírselo a mi padre, porque necesito que
vengas conmigo; y yo te pagaré
tu sueldo».
8 Él le dijo: «Te espero, pero no
tardes».
9 Fuese Tobías a informar a su padre y le
dijo: «Ya he encontrado un hombre, que es israelita,
hermano nuestro».
Contestóle Tobit: «Llámale, para
que yo sepa a qué familia y tribu
pertenece, y si es digno de confianza para que te
acompañe, hijo». Salió Tobías, le
llamó y le dijo: «Joven, mi padre te
llama».
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Situación inicial v. 20 – 3
En la situación inicial de esta primera unidad
narrativa ( 4,20-5,3) se plantean unos datos que nos dan
un primer panorama de la situación: el porqué del
viaje a Media. Naturalmente Tobit da esta inesperada noticia para
que Tobías vaya a recoger los diez talentos de plata a
Ragués de Media. Así justifica el autor el nuevo
rumbo de la narración. La búsqueda del
acompañante a ese viaje engloba de una forma más
general esta situación. Tobías aparece como un
joven inexperto en los asuntos importante de la vida. El no hace
nada por pura iniciativa suya: en casa está bajo la
autoridad del
padre. El aumento de interés de
genera en los versículos 4 y 5 porque Tobías se
encuentra con Rafael ni bien saliendo de la casa. No será
difícil encontrar un buen conocedor del camino en una
ciudad tan importante como Nínive, metrópoli del
imperio asirio. Algo especial debió de ver Tobías
en el joven hombre que tenía delante, por ejemplo, su
atuendo, que le movió a preguntarle: ¿de
dónde eres muchacho?. ¿Pregunta Tobías
por su lugar de origen o por su familia?. El joven muchacho
responde por su origen familiar: De los israelitas, tus
hermanos. ¿Cómo sabe él que
Tobías es "hijo de Israel". Da la
impresión que el autor abrevia en los diálogos, y
no quiere aburrir al lector ya que conoce estos detalles. El
punto álgido se encuentra en v. 6 porque Rafael describe
de una manera amplia su conocimiento
hacia Media. Para Tobías es guía experto que busca
trabajo, precisamente lo que él necesita. Pero lo
más sorprendente del caso es que hasta conoce el lugar y
la persona
depositaria del dinero que tiene que recoger:"…he sido
huésped de Gabael, nuestro hermano, el que vive en
Ragués de Media". ¿Ha hablado ya Tobías
al desconocido del viaje que está preparando y del destino
final?. El autor ha creado los personajes de la obra,
según las necesidades de la trama. Entre los
versículos 7 y 8 va decreciendo la acción porque ya
conseguido al guía seguro, lo
asegura con su padre Tobit. Acá Tobías cree haber
encontrado al guía seguro, pero debe esperar a su padre
para que confirme su certeza.
10 Entró el ángel y Tobit se
adelantó a saludarle; el ángel contestó:
«Que disfrutes de mucha alegría».
Replicó Tobit: « ¿Qué
alegría puedo disfrutar ya? Estoy ciego y no puedo ver
la luz del cielo; yazgo en tinieblas como los muertos, que no
contemplan la luz; vivo como un muerto; oigo la voz de los
hombres, pero no los veo». Le dijo el ángel:
«Ten confianza, que Dios te curará dentro de
poco. Ten confianza». Tobit le dijo: «Mi hijo
Tobías quiere ir a Media. ¿Puedes ir con
él y servirle de guía? Yo te daría tu
salario,
hermano». Él respondió: «Puedo ir
con él, pues conozco al detalle todos los caminos y he
viajado a Media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos
y sus montes y tengo conocimiento de todas sus
rutas».11 Tobit le dijo: «¿Querrías
decirme, hermano, a qué familia y tribu
perteneces?12 Le respondió el ángel:
«¿Qué puede importar mi tribu?»
Tobit insistió: «Me gustaría, hermano,
saber con seguridad
tu tribu y nombre».13 Respondió el ángel: «Yo
soy Azarías, hijo del gran Ananías, uno de tus
hermanos».14 Le dijo Tobit: «Seas venido sano y
salvo, hermano; y no lleves a mal, hermano, mi deseo de
conocer con certeza tu nombre y familia. Resulta ahora que
eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y
honrado. He conocido a Ananías y a Natán, los
dos hijos del gran Semeías; ellos iban conmigo a
Jerusalén y conmigo adoraban allí, sin
desviarse del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien;
de buen linaje procedes. ¡El gozo sea
contigo!»15 Y añadió: «Te daré
como sueldo una dracma por día, y en lo demás
tendrás el mismo trato que mi hijo.16 Vete con mi hijo y después te
añadiré un sobresueldo».17 Le dijo el ángel: «Partiré
con él y no abrigues temor; sanos partimos y sanos
regresaremos a ti, porque la ruta es segura». Le
respondió Tobit: «Bendito seas, hermano».
Y llamando a su hijo le anunció: «Hijo, prepara
las cosas para el camino y emprende la marcha con tu hermano;
que el Dios que está en los cielos os proteja
allí y os devuelva a mí sanos; y su
ángel os acompañe con su protección,
hijo». Tobías se dispuso a emprender la marcha y
besó a su padre y a su madre. Tobit le dijo: «
¡Que tengáis buen viaje!»Para ver el gráfico
seleccione la opción ¨Descargar trabajo¨ del
menú superiorEn el versículo 10 encontramos la
situación inicial donde Tobías va a preguntara
su padre: Tobit averiguando si el ángel es persona de
confianza con un tono de ironía
dramática.Las preguntas sobre el origen de Rafael hacen crecer
el interés en v. 11 – 12. El saber sobre el
origen de Rafael, sabiendo que es de su propia "parentela".
El punto álgido de esta unidad narrativa se encuentra
en v. 13 donde Azarías, es decir, el ángel
Rafael se manifiesta como uno de la parentela de Tobit. Desde
el v 14 hasta el 17, hay un decrecimiento de tensión,
donde le confía a su hijo para ir a Media mediante una
añadidura de sobresueldo. La seguridad que transmite
Rafael hace certeza de un retorno seguro, es lo que hace que
Tobit haga preparar las provisiones para el viaje. Las
palabras sanos y salvos juegan de nuevo con la
etimología de Rafael.- Tb. 5, 10 – 17
18 Pero su madre lloraba y dijo a Tobit: «
¿Por qué has hecho que se vaya mi hijo?
¿No era él el bastón de nuestra mano,
que siempre va y viene con nosotros?19 ¡Que no sea el dinero lo primero de
todo! Que no se convierta en el precio de
nuestro hijo!20 ¡Con lo que el Señor nos daba
para vivir teníamos bastante!»21 Él le dijo: «No pienses tal cosa;
sano ha partido nuestro hijo y sano volverá a
nosotros; con tus propios ojos lo verás el día
que regrese sano junto a ti.22 No pienses tal cosa ni te atormentes por
ellos, hermana; porque un ángel bueno le
acompañará, le dará un viaje
fácil y le devolverá
sano».1 Y ella dejó de llorar.
Para ver el gráfico
seleccione la opción ¨Descargar trabajo¨ del
menú superiorEl ingreso al relato de la madre de Tobías
hace comenzar una unidad narrativa nueva en v. 18. La madre
añade un poco de dramatismo a un desarrollo
demasiado fácil y feliz. En v. 19 aparece una
complicación donde existe una réplica por parte
de Ana a Tobit, diciéndole que lo material es lo
más importante que la vida del hijo. La confianza de
Ana en el Señor hace el punto álgido en el
v.20. Vemos una confianza plena en la providencia de Dios
sobre su familia. Lo negativo que apareció en el v.19
hace que aparezca una reversión en el v. 21, donde
Tobit pone su total confianza en Dios más allá
de lo material. Tobit ha ganado confianza con la
intervención del ángel. Su ceguera suena en
sordina cuando dice a la mujer
"tus ojos lo verán".En el v. 22 la disponibilidad de Tobit hacia Dios,
manifestando la presencia de un ángel que
acompaña a su hijo, hace decrecer la tensión ,
donde en el versículo primero del capítulo
seis, se revierte la situación mediante una
resolución: el dejar de llorar de Ana. - Tb. 5,18 – 6,1
- Tb. 6, 2 – 10
2 Partió el muchacho en compañía
del ángel, y el perro les seguía. Yendo de camino,
aconteció que una noche acamparon junto al río
Tigris.
3 Bajó el muchacho al río a lavarse los
pies, cuando saltó del agua un gran
pez que quería devorar el pie del muchacho. Este
gritó
4 pero el ángel le dijo: « ¡Agarra
el pez y tenlo bien sujeto!» El muchacho se apoderó
del pez y lo arrastró a tierra.
5 El ángel añadió: «Abre
el pez, sácale la hiel, el corazón y
el hígado y guárdatelo, y tira los intestinos;
porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios
útiles».
6 El joven abrió el pez y tomó la hiel,
el corazón y el hígado. Asó parte del pez y
lo comió, salando el resto. Luego continuaron su camino,
los dos juntos, hasta cerca de Media.
7 Preguntó entonces el muchacho al
ángel: «Hermano Azarías, ¿qué
remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel del
pez?»
8 Le respondió: «Si se quema el
corazón o el hígado del pez ante un hombre o una
mujer atormentados por un demonio o un espíritu malo, el
humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para
siempre.
9 Cuanto a la hiel, untando con ella los ojos de un
hombre atacado por manchas blancas, y soplando sobre las manchas,
queda curado».
10 Cuando entraron en Media, y estando ya cerca de
Ecbátana,
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Los dos caminantes emprenden el viaje a la localidad de
Media. Durante el primer día no se separarán de la
rivera del río Tigris, donde al anochecer tiene lugar la
captura del gran pez, que tanta importancia va a tener en el
resto del relato. Comienza el relato en el v. 2 donde la pareja
de caminantes salen de la casa de Tobit en Nínive con la
compañía de un perro que es nombrado en solo dos
versículos en todo el libro de Tobías. El aumento
de interés comienza a partir del versículo 3, donde
dice que un gran pez quería devorarle el pié de
Tobías, hasta el versículo 7. Al grito de auxilio
responde Azarías en su ayuda. Azarías se comporta
como un hermano mayor para Tobías ya que asume con total
responsabilidad el cuidado de Tobías. El
pez, entretanto, no debería haber sido de gran
tamaño, cuando el muchacho se apoderó de él
y lo sacó a tierra, sin ayuda material de Azarías.
El autor se sirve de las opiniones populares de su tiempo sobre
la virtud curativa de la hiel, del corazón y del
hígado, y las incorpora en el relato. Sin duda el autor
está pensando en el curso de su historia; por eso el
ángel ordena a Tobías que los guarde consigo. La
parte restante la guardó Tobías después de
haberla salado, es decir, la guardó en sal, para que no se
corrompiera y pudiera servir de alimento en los días
sucesivos, mientras durara el viaje. El punto álgido lo
encontramos en los versículos ocho y nueve donde el autor
manifiesta en este pasaje lo que decía la medicina
popular de aquel tiempo a propósito de estos tres
elementos del pez. Para dar más fuerza a esas
creencias, el autor lo pone en boca del ángel lo que
corría entre la gente vulgar y la más culta acerca
del poder curativo
del corazón, el hígado y la hiel de ciertos
peces. En su
respuesta el ángel distingue entre los efectos que produce
el humo, procedente del corazón y del hígado
quemados, sobre los enfermos que se creen dominados por
espíritus impuros y malos, y los que produce la
aplicación de la hiel en los ojos enfermos, como si fuera
un colirio. Tanto la fumigación surtirá sus efectos
en caso de Sara (6,17-18; 8,2-3), como la hiel en el de Tobit
(11,7-8.11-13). El relato del autor se acomoda en todo a la forma
de pensar de los hombres de su tiempo. Ya en el versículo
10 decrece la tensión a causa de encontrarse cerca de
Ecbátana donde comienza la unidad narrativa
siguiente.
5) Tb. 6, 11 – 19
11 dijo Rafael al joven: «Hermano
Tobías». Le respondió: «
¿Qué deseas?» Contestó él:
«Pararemos esta noche en casa de Ragüel; es pariente
tuyo y tiene una hija que se llama Sara;
12 fuera de ella no tiene más hijos ni hijas;
tú eres el más cercano, tienes más derechos sobre ella que
todos los demás y es justo que heredes la hacienda de su
padre; la muchacha es prudente, valerosa y muy bella y su padre
la ama».
13 Y añadió: «Es justo que la
tomes para ti. Escúchame, hermano. Yo hablaré esta
noche al padre acerca de la muchacha para que te la conceda como
prometida, y a nuestro regreso de Ragués celebraremos la
boda. Estoy seguro de que Ragüel no puede negártela,
ni dársela a otro, pues se haría reo de muerte,
según la sentencia del libro de Moisés, pues
él sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por
mujer. Así pues, óyeme bien, hermano; hablaremos
esta noche sobre la muchacha y que la den como prometida; y
cuando volvamos de Ragués, la tomaremos y la llevaremos
con nosotros a tu casa».
14 Tobías respondió a Rafael:
«Hermano Azarías, he oído decir
que ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la
noche de bodas; que cuando entraban donde ella, morían;
también he oído decir que un demonio los
mataba;
15 así que tengo miedo, pues a ella no le hace
ningún daño,
porque la ama; pero al que intenta acercarse a ella, le mata; yo
soy hijo único, y si muero, haré bajar en tristeza
al sepulcro, por mi causa, la vida de mi padre y de mi madre.
Ellos no tienen otro hijo que les dé
sepultura».
16 Respondió el ángel: «
¿Has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te
mandó tomar mujer de la casa de tu padre? Escúchame
bien, hermano: no tengas miedo a ese demonio y tómala;
sé bien que esta noche te la darán por
mujer.
17 Cuando entres en la cámara nupcial, tomas
el corazón del pez y parte del hígado y lo pones
sobre las brasas de los perfumes. Se difundirá el aroma y
cuando el demonio lo huela, huirá y nunca aparecerá
ya a su lado.
18 y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero
los dos y haced oración y suplicad al Señor del
cielo que se apiade de vosotros y os salve. Y no tengas miedo,
porque para ti esta destinada desde el principio; tu la
salvarás; ella se vendrá contigo y te aseguro que
te dará hijos que serán para ti como hermanos. No
te preocupes.
19 Cuando Tobías oyó las razones de
Rafael y que era hermana suya, del linaje de la casa de su padre,
se enamoró de tal modo que se le apegó el
corazón a ella.
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Casi al final de la segunda jornada, bien entrados ya en
Media, y a las puertas de la ciudad de Ecbátana, tiene
lugar el diálogo entre Rafael y Tobías. En
él Rafael tiene la iniciativa y se muestra bien
informado de todo lo referente a la familia de
Ragûel, donde pasarán la próxima noche. En el
plan del autor, el viaje a Media tiene varios fines, que se van
descubriendo poco a poco. Con esta información se da comienzo a la nueva
instancia narrativa en los v. 11 y 12. Desde el versículo
13 hasta el 17 se da paso al aumento de interés. El v. 13
repite en gran parte lo que ya sabe Tobías y nosotros
también: el derecho que tiene Tobías de casarse con
Sara; pero el autor ha querido añadirlo a lo anterior,
porque desea llamar la atención sobre la importancia del
asunto. Su intención la consigue el autor de manera
excelente con la estructura
quiástica que ha creado y que tiene la siguiente forma:
a b c D a´ b´ c´. Como se verá,
las repeticiones de los temas son esenciales para que la
estructura sea perfecta. El centro de esta estructura literaria:
D, lo ocupa lo más importante del verso, la
apelación a la sentencia del libro de Moisés sobre
el casamiento de las hijas únicas y herederas, es decir,
sobre la obligación que tiene Ragûel de desposar a
su hija Sara con Tobías bajo pena de
muerte. La cláusula a: Es justo que la tomes
para ti, tiene una réplica en a´ con
alguna matización y aclaración: pues él
sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por mujer. La
siguiente pareja b y b´ repite literalmente
algunos vocablos y el sentido del resto. b: Escúchame,
hermano. Yo hablaré esta noche al padre acerca de la
muchacha para que te la conceda como prometida, b´:
óyeme bien, hermano; hablaremos esta noche sobre la
muchacha y que la den como prometida. Es digno de notarse que
en b habla en ángel Rafael en primera persona:
hablaré, y en b´ se dice en plural
hablaremos. Las otras variantes se explican
fácilmente por razón de estilo. En cuanto a la
última bina c y c´ coinciden
plenamente en la primera parte: a nuestro regreso de
Ragués; discrepan en la segunda al hablarse de la boda
en c: celebraremos la boda, y de la vuelta ya casados a
casa en c´: la tomaremos y la llevaremos con nosotros a
tu casa. El programa de actos
que propone Rafael y Tobías, es completo, razonable y
factible. El ángel Rafael da por hecho en el v. 13 que
Tobías se casará con Sara: ha pensado ya en la boda
y en la vuelta a casa con ella como mujer de Tobías. Pero
Tobías no está seguro de eso, pues han llegado
rumores a sus oídos sobre muertes en el lecho nupcial,
cosa que el ángel Rafael no comenta. Tobías tiene
miedo de morir si se casa con Sara, y se lo manifiesta al hermano
Azarías. Según su opinión, el demonio mata
por celos, porque la ama: a ella no le hace ningún
daño, porque la ama. Pero la gran preocupación
de Tobías no es el de morir como la repercusión que
su muerte puede tener en sus padres. La causa de cualquier hijo
es un gran dolor para los padres, pero si se trata de un hijo
único como lo es el caso de Tobías, el dolor no
tendría medida. El lector sabe más que
Tobías, sabe que es el enviado de Dios, el amigo fiel, que
sus palabras descubren los planes secretos del Señor.
Rafael se apresura en serenar el ánimo de Tobías y
lo consigue; habla con verdadera autoridad y sin titubeos,
recordando la recomendaciones que le dio Tobit a su hijo sobre la
esposa que tenía que tomar (cfr. Tb. 4,12). El punto
álgido se encuentra en el v. 18b donde se revela la
voluntad de Dios. Tobías salva a Sara, porque con la
unión de ambos se cumple el plan divino sobre ella.
Horizonte de esperanzas y de vida familiar entrañable, en
que padres e hijos se tratarán y se querrán como
hermanos. Con la confianza que manifiesta Tobías hace
que le v. 19 halla un decrecimiento de la
tensión.
1 Cuando entraron en Ecbátana dijo
Tobías: «Hermano Azarías, guíame
en derechura a casa de Ragüel, nuestro hermano».
Le condujo, pues a casa de Ragüel y le encontraron
sentado a la puerta del patio. Le saludaron ellos primero y
él les contestó: «Mucha dicha os deseo,
hermanos, y en buena salud
vengáis». Los llevó a su
casa2 y dijo a su mujer Edna: «
¡Cómo se parece este muchacho a mi hermano
Tobit!»3 Edna les preguntó: « ¿De
dónde sois, hermanos?» Respondieron:
«Somos de los hijos de Neftalí, de los
deportados de Nínive».4 Les dijo: « ¿Conocéis a
Tobit, nuestro hermano?» Ellos contestaron:
«Sí, le conocemos». –
«¿Está bien?» –5 «Vive y está bien». Y
Tobías añadió: «Es mi
padre».6 Ragüel se puso en pie de un salto, le
besó, lloró y le dijo: «¡Bendito
seas, hijo! Tienes un padre honrado y bueno.
¡Qué gran desgracia, haberse quedado ciego un
hombre tan justo y tan limosnero!» Y echándose
al cuello de su hermano Tobías, rompió a
llorar.7 También lloró su mujer Edna y su
hija Sarra.8 Mató luego un carnero del rebaño
y los acogió con toda cordialidad.9 Después de lavarse y bañarse, se
pusieron a comer. Tobías dijo entonces a Rafael:
«Hermano Azarías, di a Ragüel que me
dé por mujer a mi hermana Sarra».10 Al oír Ragüel estas palabras dijo
al joven: «Come, bebe y disfruta esta noche, porque
ningún hombre hay, fuera de ti, que tenga derecho a
tomar a mi hija Sarra, de modo que ni yo mismo estoy
facultado para darla a otro, si no es a ti, que eres mi
pariente más próximo. Pero voy a hablarte con
franqueza, muchacho.11 Ya la he dado a siete maridos, de nuestros
hermanos, y todos murieron la misma noche que entraron donde
ella. Así que, muchacho, ahora come y bebe y el
Señor os dará su gracia y su paz». Pero
Tobías replicó: «No comeré ni
beberé hasta que no hayas tomado una decisión
acerca de lo que te he pedido». Ragüel le dijo:
« ¡Está bien! A ti se te debe dar,
según la sentencia del libro de Moisés, y el
Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. A partir
de ahora, tú eres su hermano y ella es tu hermana.
Tuya es desde hoy por siempre. Que el Señor del Cielo
os guíe a buen fin esta noche, hijo, y os dé su
gracia y su paz».12 Llamó Ragüel a su hija Sarra, y
cuando ella se presentó, la tomó de la mano y
se la entregó a Tobías, diciendo:
«Recíbela, pues se te da por mujer, según
la ley y la
sentencia escrita en el libro de Moisés. Tómala
y llévala con bien a la casa de tu padre. Y que el
Dios del Cielo os guíe en paz por el buen
camino».13 Llamó luego a la madre, mandó
traer una hoja de papiro y escribió el contrato
matrimonial, con lo cual se la entregó por mujer,
conforme a la sentencia de la ley de
Moisés.14 Y acabado esto, empezaron a comer y
beber.Para ver el gráfico
seleccione la opción "Descargar" del menú
superiorDecrece la tensión v 14
Desde el enamoramiento hasta la consumación
del matrimonio no
pasarán ni veinticuatro horas. Esta es la primera vez
que el joven Tobías da órdenes a su amigo y
guía Azarías; como acuciando por el amor
repentino que siente. La entrada en escena de Raguel y Edna
en los versículos uno y dos, hace cambiar de unidad
narrativa y con éstos la situación inicial da
comienzo. Como vimos en capítulos anteriores
Azarías conoce a Raguel, lo reconoció en
seguida; se lo indicaría a Tobías y así
lo saludaron ellos primero. La cortesía
pedía que fuera el anfitrión el que saludara
primero a los huéspedes o extranjeros. La respuesta de
Raguel no se hizo esperar. Por el modo de saludar los
viajeros, por la manera de hablar, o por el porte o las
vestimentas reconoció Raguel en ellos a unos
connacionales; por esto les responde con el
característico saludo de bienvenida: Os saludo,
hermanos. Seáis bienvenidos sanos y salvos. Y
ejerciendo la hospitalidad, les abrió la puerta de su
casa y les hizo pasar al interior de ella. Cabe
destacar que en la persona de Raguel encontramos a un hombre
muy observador y fisonomista. Desde que los dos
jóvenes se presentaron ante él y lo saludaron,
una imagen
familiar ronda en su memoria. Ya
nosotros tenemos datos sobre el parentesco, ya que
Azarías informó a Tobías sobre su
parentesco. Desde los versículos tres a diez hay un
aumento de interés por las preguntas que hace Raguel y
Edna al joven Tobías refiriéndose a su familia.
Es una caso parecido al interrogatorio que tuvo
Azarías cuando Tobit le pregunta sobre su tribu antes
de contratarlo como guía de su hijo Tobías.
Aquí es muy importante el protagonismo de Edna, ya que
es ella y no Raguel la que lleva adelante el interrogatorio.
Los judíos deportados a países
extranjeros formaban comunidades nacionales en los lugares
donde se reunía un número considerable de
ellos. Esto sucedía especialmente en las grandes
ciudades como en el caso de Nínive. En estas
comunidades se conocían entre todos entre sí.
Considerando lo expuesto antes, tiene sentido la segunda
pregunta de Edna: "¿Conocéis a Tobit,
nuestro hermano?". Raguel había seguido muy
atentamente el diálogo entre su mujer Edna y los dos
muchachos.La lamentación de Raguel:
"¡Qué gran desgracia, haberse quedado ciego
un hombre tan justo y tan limosnero!", supone que
él está informado de la desgracia de Tobit,
aunque en el relato nada se diga de esto. La
celebración de las nupcias entre Tobías y Sara
tiene lugar durante la comida que ofrece el anfitrión
Raguel a los huéspedes Tobías y Azarías.
La escena es de mucha importancia en el libro y para los
historiadores ya que es el mejor testimonio bíblico de
cómo se celebraba en la antigüedad el matrimonio
entre los judíos de la diáspora; literalmente el autor
construye una escena ejemplar que mantiene el interés
por varios versículos: hasta el 10.La complicación que vemos en el
versículo once en sus tres cuartas partes se debe a
que Tobías no accede a comer hasta que Raguel no
apruebe a entregar a su hija Sara como su esposa. Al acceder
Raguel en la ultima parte del versículo (11d). Raguel
expresa la fórmula del casamiento, sin que la novia
esté presente, para explicar el profundo sentido
religioso y humano del matrimonio: "Recibe a tu hermana. A
partir de ahora, tú eres su hermano y ella es tu
hermana".Es cierto que en el pasaje varias veces se
repite la primacía del varón sobre la mujer:
ella es entregada a él y no él a ella. Esta es
una concepción milenaria. Pero, en este mundo de
desigualdades, es sorprendente el pensamiento igualitario del auto, para el cual
marido y mujer no son dueño y esclava, superior e
inferior, sino dos personas iguales en la dignidad
como son un hermano y una hermana. El matrimonio
además, es una unión y entrega sin límites en el tiempo: "A partir de
ahora, a partir del momento de la celebración,
tú eres su hermano y ella es tu hermana. Tuya es
desde hoy por siempre".Pero el corazón de Raguel
le dice que esta noche va a ser distinta a las demás,
porque el Señor se va a compadecer de ellos y les va a
conceder misericordia y paz.En el versículo 12 se realiza una
reversión de la situación ya que Raguel
presenta a su hija como esposa de Tobías. Con el gesto
de tomarla de la mano y de entregarla se está
significando el cambio de la situación legal de Sara y
Tobías. El rito oral termina con la oración de
Raguel por los nuevos esposos: "Y que el Dios del Cielo os
guíe en paz por el buen camino". Edna, la madre de
Sara, ha estado ausente en esta primera parte de la
ceremonia, pero no en la segunda en que firma el contrato
matrimonial. Raguel llamó luego a la madre,
mandó traer una hoja de papiro. En él
escribió el contrato matrimonial. Los contratos
matrimoniales existen prácticamente en todos los
pueblos antiguos que conocen la escritura.
Es célebre el decreto 128 del código de Hammurabi.La tensión decrece cuando, en el
versículo 14, vemos que la comida comienza cuando se
ha realizado todos los requisitos legales. El banquete
nupcial tendrá lugar el día
siguiente.- Tb. 7, 1 – 14
- Tb. 7, 15 – 8, 9a
15 Ragüel llamó a su mujer Edna y le
dijo: «Hermana, prepara la otra habitación y lleva
allí a Sara».
16 Ella fue y preparó un lecho en la
habitación, tal como se lo había ordenado, y
llevó allí a Sara. Lloró ella y luego,
secándose las lágrimas, le dijo: «Ten
confianza, hija: que el Señor del Cielo te dé
alegría en vez de esta tristeza. Ten confianza,
hija». Y salió.
1 Cuando acabaron de comer y beber, decidieron
acostarse, y tomando al joven le llevaron al
aposento.
2 Recordó Tobías las palabras de Rafael
y, tomando el hígado y el corazón del pez de la
bolsa donde los tenía, los puso sobre las brasas de los
perfumes.
3 El olor del pez expulsó al demonio que
escapó por los aires hacia la región de Egipto. Fuese
Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y en un
instante le encadenó.
4 Los padres salieron y cerraron la puerta de la
habitación. Entonces Tobías se levantó del
lecho y le dijo: «Levántate, hermana, y oremos y
pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos
salve».
5 Ella se levantó y empezaron a suplicar y a
pedir el poder quedar a salvo. Comenzó él diciendo:
¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito
sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos!
Bendígante los cielos, y tu creación entera, por
los siglos todos.
6 Tú creaste a Adán, y para él
creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que
de ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo
dijiste: No es bueno que el hombre se halle solo;
hagámosle una ayuda semejante a él.
7 Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas
con recta intención. Ten piedad de mí y de ella y
podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.
8 Y dijeron a coro: «Amén,
amén».
9a Y se acostaron para pasar la noche.
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Rafael trae como misiones principales curar a Tobit de
su ceguera y librar a Sara del influjo maligno de Asmodeo. Para
conseguir lo segundo será necesario que se cumpla el plan
de Dios sobre Tobías y Sara: su casamiento. Tobías
y Sara ya son marido y mujer. En la próxima
sucesión de escenas de la presente unidad narrativa vamos
a ser testigos de la curación de Sara y de la felicidad de
una familia como consecuencia de ello. La situación
inicial se da con la entrada de Sara, junto con su madre, a la
habitación matrimonial. Toda noche de bodas es especial,
pero esta es especialísima. El recuerdo de Sara de sus
noches matrimoniales anteriores, hace aumentar el interés
entre los versículos 16b y 2 de la narración. En su
corazón espera que esta noche no sea como las
demás, pues Tobías, su esposo, no se parece nada a
los anteriores maridos. Se mezclan lágrimas tristes y
lágrimas de alegría. El hombro de la madre es el
mejor lugar para derramar sus lágrimas y recuperar la
serenidad y la paz. La madre corresponde cariñosamente a
la confianza de la hija. Le enjuga las lágrimas con mimo y
cuidado infinitos, y la anima con toda su alma y con una
oración, salida del corazón: «Ten
confianza, hija: que el Señor del Cielo te dé
alegría en vez de esta tristeza. Ten confianza,
hija».Le dará un abrazo y un beso. Y
salió de la habitación, dejándola sola con
sus pensamientos. La primera cosa que hizo Tobías al
entrar en la pieza matrimonial fue poner en práctica lo
que le aconsejó Azarías cuando venían de
viaje (6, 17-18 a). El punto álgido lo encontramos en el
versículo tres donde la victoria de Rafael sobre Asmodeo
es total. El olor del pez alejó al demonio no puede ser
interpretado en su sentido literal, como si el demonio huyera del
mal olor, como hacen los insectos al oler un insecticida, sino en
sentido simbólico y espiritual: el bien vence al mal. Con
esta victoria de Rafael sobre Asmodeo se cumple una parte
principal del plan de Dios sobre Sara: su curación,
encomendada por Dios al ángel Rafael.
Hasta ahora Tobías ha seguido al pié de la
letra todo lo encomendado por Rafael. Desde el versículo
cuatro hasta la primera parte del versículo 9 (v. 9 a) va
a aparecer un decrecimiento de la acción dentro de la
unidad narrativa. Ya ha quemado parte del hígado del pez y
el corazón, el rito del sahumerio; ahora le toca realizar
lo siguiente: "y cuando vayas a unirte a ella, levantaos
primero los dos y haced oración y suplicad al Señor
del cielo que se apiade de vosotros y os salve", aludiendo,
naturalmente, a la unión matrimonial ó
consumación del matrimonio. El autor quiere proponer al
joven Tobías como modelo de
oración de israelita, que debe acudir al Señor en
los momentos clave de su vida. El matrimonio es uno de ellos, y
la primera noche de casados, uno de los hitos más
importantes de la vida de una pareja en común. Por esto la
oración a Dios, nuestro Señor, debe ser pan
cotidiano que alimente la unión y el amor en los
esposos. Sara se levantó y comenzaron a pedir y suplicar
se les concediera la salvación. La escena es conmovedora e
impresionante: los dos estaban de pié, probablemente con
los brazos extendidos, con un mismo deseo, en actitud
orante. El final de la oración que realizan juntamente
Sara y Tobías es solemnísimo: Amén,
amén. Ellos habían hecho lo que estaba en sus
manos para que todo saliera bien y no se repitiera la tragedia de
noches dignas de olvido. Porque los dos estaban pensando en lo
mismo, como Raguel y todos los de la casa. Con la conciencia muy
tranquila y la confianza puesta en Dios, no tardaron mucho en
dormirse aquella noche trascendental para ellos, especialmente
para Sara.
8) Tb. 8, 9b – 21
9b Se levantó Ragüel y, llamando a los
criados que tenía en casa, fueron a cavar una
tumba,
10 porque se decía: «No sea que haya
muerto y nos sirva de mofa y escarnio».
11 Cuando tuvieron cavada la tumba, volvió
Ragüel a casa, llamó a su mujer
12 y le dijo: «Manda a una criada que entre a
ver si vive; y si ha muerto, le enterraremos sin que nadie se
entere».
13 Mandaron a la criada, encendieron la
lámpara y abrieron la puerta; y entrando ella vio que
estaban acostados juntos y dormidos.
14 Salió la criada y les anunció:
«Vive, nada malo ha ocurrido».
15 Ragüel bendijo al Dios del Cielo, diciendo:
¡Bendito seas, oh Dios, con toda pura bendición y
seas bendecido por los siglos todos!
16 Seas bendecido por haberme alegrado y no haber
ocurrido el mal que temía, sino que has hecho con nosotros
según tu gran piedad.
17 Seas bendecido por tener compasión de dos
hijos únicos. Ten, Señor, piedad de ellos y dales
tu salvación, y haz que su vida transcurra en
alegría y piedad.
18 Después ordenó a sus criados que
rellenasen la fosa antes que amaneciera.
19 Mandó a su mujer cocer una gran hornada; y
él fue al establo, tomó dos bueyes y cuatro
carneros y ordenó que los aderezaran. Y comenzaron los
preparativos.
20 Hizo llamar a Tobías y le dijo:
«Durante catorce días no te moverás de
aquí; te quedarás conmigo comiendo y bebiendo y
llenarás de gozo el corazón de mi hija por sus
tristezas pasadas.
21 Luego, tomarás la mitad de todo cuanto
aquí poseo y te volverás con felicidad a casa de tu
padre. Cuando mi mujer y yo hayamos muerto, también
será para vosotros la otra mitad. Ten confianza, hijo; yo
soy tu padre y Edna tu madre; junto a ti estaremos y junto a tu
hermana desde ahora en adelante. Ten confianza,
hijo».
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Raguel, padre de Sara, no tenía el temple de
Tobías. Probablemente aquella noche no pudo dormir ni un
solo momento. Se levantó y llamó a los criados y se
fueron a cavar una tumba. Con estas escenas damos comienzo de una
nueva unidad narrativa. La operación de cavar una tumba se
suele hacer después de que ha muerto el que va a ser
enterrado. Algunos familiares y amigos van al lugar del
enterramiento y cavan la fosa a la medida del difunto. Pero en
este caso Raguel se adelanta a los acontecimientos, porque
temía que a Tobías le hubiera sucedido lo mismo que
a los otros siete maridos que se habían acercado a Sara.
Esto lo pensaba Raguel y los demás muy probablemente. Es
cruel pensar que una desgracia tan grande, como la muerte
repentina de tantas personas, sea motivo de burlas. Vemos que
entre los versículos once y trece comienza un aumento de
interés, por el hecho de mandar a una criada para ver si
el esposo de Sara está muerto. Ragüel da por supuesto
que a su hija Sara, no le ha pasado nada como en los casos
anteriores. En el temido caso de que Tobías sea la octava
víctima, lo enterrarán a escondidas y casi nadie se
enterará. Edna, que estaba tan interesada o más que
su marido en conocer lo que había pasado aquella noche en
la alcoba de su hija. Como aún no había amanecido,
encendió la lámpara, abrió la puerta de la
alcoba que anteriormente habían cerrado, después de
salir todos de ella, y se encontró con la más feliz
de las escenas que se podía soñar en aquellas
circunstancias: "estaban acostados juntos y dormidos". El
punto álgido lo encontramos en el versículo catorce
donde la criada sale de la alcoba matrimonial y anuncia que nada
malo había pasado.
Luego desde los versículos quince a diecinueve
hay un decrecer de la tensión al saber que no había
pasado nada malo con Tobías, y la reacción de
Ragüel es bendecir a Dios. El autor pone en boca de
Ragüel las palabras que expresan la alegría
inenarrable de los allí presentes. Estas palabras
adquieren la estructura de una aclamación a Dios en forma
de bendiciones, como requiere el momento psicológico de
Ragüel, que, rebosante de felicidad, habla directamente con
Dios. La ocasión de todas las acciones de
gracias a Dios, y de todas sus bendiciones, es que Tobías
vive y Sara ha sido curada. Los dos hijos únicos, han sido
objeto de la piedad del Señor, origen de la
vida, de la salud y de la felicidad. Ragüel termina su
oración con la petición que todo buen padre hace al
Señor en el momento de casar a su hijo o a su hija:
"Ten, Señor, piedad de ellos y dales tu
salvación, y haz que su vida transcurra en alegría
y piedad". Terminada la oración, Ragüel, ordena
inmediatamente a los mismos criados, que habían ayudado a
abrir la fosa durante la noche, que la rellenen de nuevo, antes
de que rompiese el alba, para que
no quede muestra alguna de sus dudas y temores, y no fuera objeto
de burlas y de escarnio por parte de los vecinos al enterarse de
su gran fiasco. La tierra que
rellena la fosa hace desaparecer un pasado terrible y espantoso,
que hay que olvidar rápidamente. La fiesta que se prepara
servirá para ello.
La reversión se la situación angustiante
anterior, se da en los versículos veinte y veintiuno,
donde la celebración, como acontecimiento importante, hace
revertir las situaciones de dolor vividas.
9) Tb. 9, 1- 6
1 Entonces Tobías llamó a Rafael y le
dijo:
2 «Hermano Azarías, toma contigo cuatro
criados y dos camellos y vete a Ragués.
3 Dirígete a Gabael, dale el recibo y hazte
cargo del dinero; invítale también a que se venga
contigo a la boda.
4 Tú sabes que mi padre lleva cuenta de los
días, y uno solo que demore, le doy un gran
disgusto;
5 ya ves que Ragüel me ha conjurado, y que no
puedo desatender su deseo». Rafael se puso en camino para
Ragués de Media con los cuatro criados y los dos camellos
y fueron a pernoctar en casa de Gabael. Le presentó el
recibo y le dio la noticia de que Tobías, hijo de Tobit,
se había casado y le invitaba a la boda. Gabael se
levantó, le entregó todos los sacos de dinero, con
los sellos intactos, y los cargaron sobre los
camellos.
6 Levantándose de madrugada, partieron juntos
para la boda y llegados a casa de Ragüel encontraron a
Tobías puesto a la mesa. Y como se levantara a toda prisa
para saludarle, Gabael rompió a llorar y le bendijo
diciendo: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre
honrado y bueno, justo y limosnero!. Que el Señor te
conceda las bendiciones del cielo a ti, a tu mujer, al padre y a
la madre de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha
permitido ver un vivo retrato de mi primo
Tobit!»
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Este es el último de los episodios del libro
centrados en Ecbátana, la ciudad de Ragüel y de Sara.
Decimos que el episodio está centrado en Ecbátana
porque allí se celebra el banquete de bodas, allí
se queda Tobías, de allí parte Azarías con
la comitiva para recoger la plata depositada en casa de Gabael en
Ragués, y de Ragués vuelven todos otra vez a
Ecbátana, donde todavía pueden acompañar a
los novios en la fiesta de bodas.
El ingreso a la nueva escena, hace comenzar una nueva
unidad narrativa en el versículo uno, que sigue hasta el
tres. Esta es la primera vez que Tobías se manifiesta como
una persona adulta, responsable, con relación a
Azarías. Durante todo el viaje y en casa de Ragüel
las relaciones de Tobías con Azarías han sido las
de una persona menor con su tutor, la de un discípulo con
su maestro. En este momento Tobías parece seguro de
sí mismo: da órdenes a Azarías sin titubear,
aunque respetuosamente. Con toda esta escena da comienzo a un
aumento de interés que parte desde el versículo
cuatro hasta el versículo cinco c. El haber adquirido de
repente gran responsabilidad, como la de tener que respetar la
palabra o un juramento, ha hecho que Tobías madure
psicológicamente como persona, y se comporte como tal en
todo este episodio. Por eso llama a Rafael y le transmite el
encargo que su padre le había dado a él; tanta es
la confianza que se ha ganado Azarías, que Tobías
no duda en poner en sus manos el recibo de la deuda y, con ello,
la posibilidad de cobrar la inmensa cantidad de dinero (diez
talentos de plata), y de quedarse con ella. Tobías da las
órdenes pertinentes para que Azarías forme una
pequeña caravana de dos camellos y cuatro criados, parta
de inmediato rumbo a Ragués y se llegue a casa de Gabael,
que él conoce perfectamente. Una vez allí, le
entregará el recibo que justifica el depósito que
Tobit le había entregado, y así recuperará
el dinero. A parte Tobías le encarga a Azarías que
comunique a Gabael que se ha casado y que lo invita a participar
de las fiestas de su boda. El punto álgido de esta unidad
narrativa la encontramos en el versículo cinco d, donde se
hace efectiva la entrega del dinero a Azarías.
Decrece la acción en el versículo seis a y
b, donde Gabael acepta con gusto la invitación a la boda
de Tobías, que Rafael le había comunicado. Sin
tiempo que perder, "levantándose de madrugada,
partieron juntos para la boda". De Ragués
partiría la caravana de los camellos y criados por parte
de Rafael, más otros tantos camellos y criados por parte
de Gabael. La distancia real entre Ragués y
Ecbátana era de unos 340 Km.. Pero para el autor eso no
crea problema alguno. El autor cuanta con una libertad
soberana para confeccionar su relato y el ritmo que a él
le parezca más conveniente.
La reversión la encontramos en el
versículo seis c y d, donde Tobías de un salto
saluda a Gabael que no se conocían mutuamente, sin
embargo, el autor no cree necesario consignar las presentaciones.
El abrazo y los besos pertenecían al rito de los saludos
entre parientes; así mismo manifestar ruidosamente la
alegría con lágrimas y llantos.
1 Tobit, mientras tanto, llevaba cuenta, uno por
uno, de los días de ida y vuelta. Cuando se
cumplió el plazo sin que el hijo hubiera
regresado,2 pensó: «¿Habrá algo
que le retenga allí? ¡Acaso haya muerto Gabael y
no haya nadie que le entregue el
dinero!»3 Y empezó a ponerse
triste.4 Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha
muerto y ya no se cuenta entre los vivos». Y
rompió a llorar y a lamentarse por su hijo,
diciendo:5 «¡Ay de mí, hijo mío!
¡Que te dejé marchar a ti, luz de mis
ojos!»6 Tobit le dijo: «Calla, hermana, no
pienses eso. El está bien. Habrán tenido
algún contratiempo allí, pero su
compañero es hombre de fiar y uno de los nuestros; no
te inquietes por él, que debe estar
cerca».7 Ella le replicó: «Déjame,
no intentes engañarme. Mi hijo ha muerto». Y
todos los días se iba a mirar el camino por donde su
hijo había marchado. No creía a nadie. Y cuando
se ponía el sol,
entraba en casa y pasaba las noches gimiendo y llorando, sin
poder dormir.8 Cuando se pasaron los catorce días con
que Ragüel había determinado celebrar la boda de
su hija, se dirigió a él Tobías y le
dijo: «Déjame regresar, porque estoy seguro que
mi padre y mi madre están pensando que ya no van a
volver a verme. Así que te ruego, padre, que me
permitas regresar al lado de mi padre. Ya te dije en
qué situación le he
dejado».9 Ragüel respondió a Tobías:
«Quédate, hijo; quédate conmigo y yo
enviaré mensajeros a tu padre Tobit para que le den
noticias
tuyas». Pero Tobías replicó: «No.
Te ruego que me permitas volver al lado de mi
padre».10 Entonces Ragüel se levantó y
entregó a Tobías su mujer Sara y la mitad de
todos sus bienes, criados, criadas, bueyes y carneros, asnos
y camellos, vestidos, plata y utensilios,11 y les dejó partir gozosos. Al
despedirse de Tobías le dijo: «¡Salud,
hijo, y buen viaje! El Señor del Cielo os guíe
a vosotros y a tu mujer Sara por buen camino y que pueda yo
ver vuestros hijos antes de morir».12 A su hija Sara le dijo: «Vas al lado de
tu suegro, pues desde ahora ellos son padres tuyos igual que
los que te han engendrado. Vete en paz, hija. Que tenga
buenas noticias de ti, mientras yo viva». Y
saludándoles, se despidió de
ellos.13 Edna dijo a Tobías: «Hijo y
hermano queridísimo: Que el Señor te devuelva y
que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija Sara antes de
morir. En presencia del Señor te entrego a mi hija en
custodia; no le causes tristeza en todos los días de
tu vida. Vete en paz, hijo. A partir de ahora, yo soy tu
madre y Sara es tu hermana. ¡Ojalá
pudiéramos vivir juntos todos los días de
nuestra vida!» Y besando a los dos, los dejó
partir llenos de gozo.14 Tobías salió de casa de
Ragüel contento y gozoso, y bendiciendo al Señor
del Cielo y de la tierra, rey de todas las cosas, porque
había llevado a buen término su viaje. Bendijo
a Ragüel y a su mujer Edna y les dijo: «Que pueda
yo honraros todos los días de mi
vida».Para ver el gráfico
seleccione la opción "Descargar" del menú
superiorEl cambio de escenario da comienzo a la nueva unidad
narrativa, donde a partir del versículo uno del
capítulo nos pone en una nueva situación
inicial. El autor se traslada a Nínive, a la casa de
Tobit. A medida que pasa el tiempo, crece la ansiedad y el
nerviosismo de los padres que sólo viven para el hijo,
su único consuelo y esperanza en la vida. Tobit sabe
bien el tiempo que se tarda para ir y volver desde la casa de
Gabael. Por eso él "llevaba cuenta, uno por uno, de
los días de ida y
vuelta". Pasaban y pasaban los
días, demasiado de prisa al principio, más
lentos después, y Tobit seguía haciendo
cuentas.
El aumento de interés se da entre los
versículos dos y tres, cuando Tobit comienza a hacerse
preguntas sobre el paradero de su hijo que tanto tardaba del
viaje. Esas preguntas podrían multiplicarse sin nunca
acabar y sin obtener respuestas. Ya han pasado veinte
años desde que dejó el dinero a Gabaely, por
tanto, es muy probable que haya muerto. En esta hipótesis, ¿quién le va a
dar el dinero?, ¿no habrá sido todo en vano? Es
curioso que Tobit no se preocupe por la posible muerte de su
hijo. ¿Lo piensa y no lo quiere formular?. El autor
distingue claramente la psicología del
padre de la de la madre. La muerte del hijo es el centro de
las lamentaciones de la madre. Como Tobit no encuentra
respuesta a sus preguntas explícitas e
implícitas, "empezó a ponerse triste".
Su temperamento, sin embargo es fuerte, y ahora más
que nunca no puede venirse abajo, porque lo necesita su
mujer. La complicación comienza desde el
versículo cuatro hasta el nueve, donde Ana llora sin
consuelo por la pérdida de su hijo y Tobit que trata
de reanimarla. Ana es consecuente consigo misma. No estaba de
acuerdo con que el hijo emprendiera el largo viaje a lo
desconocido, y así se lo reprocha a Tobit en sus
lamentaciones. Ahora su llanto se convierte en
lamentación por el hijo que considera perdido: "Mi
hijo ha muerto". La posibilidad remota para ella es una
realidad presente; si no es así ¿por qué
se retrasa?. Tobit, a pesar de su profunda tristeza, se
mantiene íntegro. Su función ahora es la de
levantar el ánimo de su mujer. Por eso no quiere
oírla decir que su hijo haya muerto: «Calla,
hermana, no pienses eso. El está bien.». Es
su mujer y la llama hermana, como otras veces; pero esta vez
el apelativo
"hermana" los iguala
en el dolor. La segunda razón que aduce Tobit, para
consolar a su mujer, es de más peso y, en realidad, la
única en que él confía: "su
compañero es hombre de fiar y uno de los
nuestros". Por esto confía Tobit plenamente en
Azarías, y porque tiene experiencia en largos viajes y
conoce todos los caminos. Tobit cree que estas razones, que
en otro tiempo hicieron que Ana consintiera en dejar marchar
a su hijo, la convencerán ahora para dejar de
preocuparse tanto por la vida de su hijo.- Tb. 10, 1 – 14
- Tb. 11, 1 – 15
1 Cuando llegaron cerca de Kaserín, que
está frente a Nínive,
2 dijo Rafael: «Tú sabes bien en
qué situación dejamos a tu padre;
3 vamos a adelantarnos nosotros a tu mujer para
preparar la casa, mientras llegan los
demás».
4 Prosiguieron, pues, los dos juntos; el ángel
le dijo: «Toma contigo la hiel». El perro
seguía detrás de ellos.
5 Estaba Ana sentada, con la mirada fija en el camino
de su hijo.
6 Tuvo la corazonada de que él venía y
dijo al padre: «Mira, ya viene tu hijo y el hombre que le
acompañaba».
7 Rafael iba diciendo a Tobías, mientras se
acercaban al padre: «Tengo por seguro que se abrirán
los ojos de tu padre.
8 Úntale los ojos con la hiel del pez, y el
remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se le
caerán como escamas de los ojos. Y así tu padre
podrá mirar y ver la luz».
9 Corrió Ana y se echó al cuello de su
hijo, diciendo: «¡Ya te he visto, hijo! ¡Ya
puedo morir!» Y rompió a llorar.
10 Tobit se levantó y trompicando salió
a la puerta del patio.
11 Corrió hacia él Tobías,
llevando en la mano la hiel del pez; le sopló en los ojos
y abrazándole estrechamente le dijo: «¡Ten
confianza, padre!» Y le aplicó el remedio y
esperó;
12 y luego, con ambas manos le quitó las
escamas de la comisura de los ojos.
13 Entonces él se arrojó a su cuello,
lloró y le dijo: «¡Ahora te veo, hijo, luz de
mis ojos!»
14 Y añadió: "Bendito sea Dios, Bendito
su gran Nombre, Bendito sus santos ángeles, Bendito su
gran Nombre por todos los siglos.
15 a Porque me había azotado, pero me tiene
piedad y ahora veo a mi hijo Tobías".
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El círculo de la acción narrativa se va
cerrando a medida que le viaje se acerca a su fin; pero el
interés literario no decrece a causa del reencuentro. Este
reencuentro de los padres con el hijo está organizado por
el compañero de viaje de Tobías, por
Azarías, es decir, por Rafael, el mensajero del
Señor. Desde que recuperó el dinero de casa de
Gabael, Rafael ha pasado a un puesto muy secundario. Sólo
se ha hablado de él una vez en 10,6 y ha sido incluido con
todos los demás en los saludos de despedida. En esta
unidad narrativa recupera protagonismoprecisamente para cumplir
la misión que aún no había realizado, a
saber la curación de Tobit.
Los lugares y los desplazamientos de esta unidad
narrativa son muy importantes: en las afuera de Nínive, en
el camino intermedio, el lugar donde se colocaba Ana oteando el
camino, la casa de Tobit, la puerta de su patio. También
alcanzan un nivel alto las palabras que se pronuncian: las del
ángel Rafael a Tobías, las de Ana a Tobit y las que
dirige a su hijo. La acción es rápida y viva, tanto
que las escenas se solapan.
La situación inicial de esta unidad narrativa la
encontramos en los primeros cuatro versículos del
capítulo once. La caravana que ha salido de
Ecbátana, en las que van Tobías, Sara y
Azarías y una servidumbre numerosa al cuidado de los
animales y de
gran impedimenta, ha llegado a Caserín, frente a
Nínive no lejos de la gran ciudad. En este momento entra
en acción Rafael, que piensa ya en cómo deben
desarrollarse los acontecimientos que van a seguir en cadena. La
razón fundamental que propone Rafael a Tobías es
el estado de
ceguera de su padre, bien sea que afirme o que pregunte. Lo que
Rafael pretende es hacer hincapié en que el estado en que
se encuentra Tobit no es el mejor para recibir a Sara, su nuera,
con la mayor alegría y el más grande gozo que se
merece. Las palabras de Rafael "adelantarnos nosotros a tu
mujer para preparar la casa", no es sólo en sentido
material de limpieza, orden, etc., sino, sobre todo, la casa en
sentido espiritual. El encuentro de Tobit con Sara, su nueva hija
por se la esposa de su hijo, tiene que ser el comienzo de una
nueva vida, llena de esperanza, como en realidad es la
descendencia biológica: la prolongación en el
tiempo de sí mismos y de sus ilusiones. El pasaje
"mientras llegan los demás", se supone que la
distancia es aún considerable, como para poder contar con
el tiempo necesario para realizarlo todo despacio. Tobías
avisará convenientemente a Sara de lo que iba a hacer, y
se adelantaron al gran grupo
sólo ellos dos: Rafael y Tobías. Como Rafael lo
tenía todo previsto, le recordó lo de la hiel del
pez: "Toma contigo la hiel". Tobías sabía ya
por qué se lo decía, pues en el camino de ida
Azarías le había informado para qué
servía la hiel del pez. "El perro seguía
detrás de ellos", desde que salieron de viaje desde
Nínive no se ha nombrado en ningún momento el perro
que los acompañaba. Al echar a andar Tobías, su
amo, delante de la comitiva, el perro fiel compañero, lo
ha seguido de inmediato. El aumento de interés lo
encontramos a partir del versículo cinco, donde aparece en
escena nuevamente Ana, y se desarrolla hasta el final del
versículo doce, donde Tobías que ya ha aplicado la
hiel del pez en los ojos de su padre, le saca las escamas de los
extremos de los ojos. En los versículos cinco y seis, Ana
la madre de Tobías, como todos los días,
salía de casa y observaba atentamente el camino por el que
se había ido su hijo. En un momento dado el corazón
le dio un vuelco: un bulto lejano, a medida que se acercaba, se
le hacía cada vez más familiar, hasta que
advirtió que él venía. Era el momento
más esperado por ella. Tal vez haya que pensar que, al ser
tan grande la alegría, quisiera hacer partícipe de
ella lo antes posible a su marido, que también ha sufrido
como ella en la ausencia de su hijo y la tardanza en volver, pero
en silencio. El relato vuelve a los caminantes en los
versículos siete y ocho. Rafael deseoso de que todo salga
bien, recuerda a Tobías el modo de usar el medicamento
para curar los ojos de su padre, Tobit. Con una gran seguridad,
que desea transmitir a Tobías, afirma sin titubear:
"Tengo por seguro que se abrirán los
ojos de tu padre". El autor se adelanta a la
acción real, porque él si sabe que los
acontecimientos están en manos del Señor, y que
Rafael es sólo un instrumento, del que él mismo se
vale para plasmar esa fe inquebrantable en Dios, que es el que
cura de verdad. El efecto de esta unción se hará
sentir en los ojos dañados: las manchas blancas se
contraerán y fácilmente podrán ser
extraídas. En los versículos once y doce,
encontramos uno de los momentos culpen en lo que se refiere al
aumento de interés dentro de las unidades narrativas.
Tobías le aplica la hiel del pez en los ojos de su padre.
Es interesante subrayar el gesto del hijo que agarra a su padre
para darle ánimos:
"¡Ten confianza, qarsei
padre!". ¿En quién o en qué
tiene que tener confianza Tobit?, ¿en la medicina que le
va a aplicar Tobías?, ¿en sí mismo,
animándose y deseando con firmeza la curación?. La
experiencia enseña que le enfermo que no quiere curarse,
difícilmente se cura; pero si el enfermo desea y quiere
ser curado, y colabora con el buen ánimo que aumenta su
esperanza, es casi seguro que hasta las medicinas multiplican sus
efectos saludables. Creo que no podemos ni debemos excluir
ninguno de los motivos que Tobit tiene para confiar en que va a
ser curado; todos sumados hacen que la aplicación de la
hiel del pez sobre los ojos apagados de Tobit no sea un rito
mágico, que realiza Tobías, sino la
aplicación de un remedio saludable, generalmente aceptado
en aquel tiempo por los médicos y los profanos de la
medicina. En cuanto al proceso de
curación, nuestro texto es bastante parco, solamente habla
de las escamas que Tobías quita con su sumo cuidado de los
lagrimales con las dos manos. El punto álgido lo
encontramos en el versículo trece donde, ya Tobit curado
de su ceguera, ve a su hijo Tobías. Tobit recupera su
vista y eso es para él como volver a vivir, como volver de
la muerte a la vida. Qué mayor alegría para un
ciego que poder ver. Tobit ve de golpe y perfectamente. La
primera imagen que ven sus ojos es la esbelta figura de su hijo,
que, en poco tiempo, se ha convertido en un hombre. En la
alabanza de Tobit a Dios, que observamos en el versículo
catorce y quince a, podemos distinguirla por dos motivos: porque
se ha compadecido de él devolviéndole la vista, y
porque le ha concedido lo que para él no tiene precio, ver
a su hijo Tobías.
De acuerdo al estudio de los personajes en el relato de
Tb. 4,20 – 11,15 no encontramos con:
Tobías: Es el personaje "protagonista" ya que se
desarrolla con el progreso de la narrativa. Parece colocado para
ejecutar órdenes paternas (5,1.9.17c) ó
instrucciones del compañero del viaje (6,10.11b.16-19.
7,1.9). Otras veces su función es hacer preguntas de
escolar para que su compañero pueda administrar sus
enseñanzas (6,7). Todo se lo dan hecho, no tiene
obstáculos que superar. Su enamoramiento de oídas
no convence (6,19). Y casi me irrita que, sin haber luchado,
llegue al colmo de la dicha heredando a suegros y a
padres.
Tobit: Es un protagonista "secundario" del relato, ya
que aparece en la trama sin llegar a ser el punto focal de la
atención. Es el ideal del padre de toda familia israelita
en la diáspora o en el destierro. Fiel en tener presente
al Señor, aunque falten templo y culto, solidario de sus
compatriotas, especialmente en la limosna. Es una pieza que
enlaza el pasado en la patria, el presente, en el destierro, el
futuro próximo de la descendencia, el futuro remoto
entrevisto. Es el hombre honrado y probado: en los bienes
materiales,
que son confiscados, en la vida familiar, por la actitud de la
esposa, en la integridad física de la ceguera.
Tiene que transmitir la herencia
material: dinero y no tierras, porque no las poseen los
desterrados (4,20). Más aún, una herencia
espiritual de religiosidad y observancia de la ley.
Rafael: Acapara el relato para dirigir la acción
y para dar explicaciones al lector. Es presentado como un
personaje "dinámico" en un primer momento (5,4b –
8,3b), y como un personaje "secundario" en una segunda parte de
la narrativa (8,4 – 11,13). El nombre Rafael
significa "Dios cura".
El narrador traslada al ángel poderes divinos. Su
función en el relato es avasalladora. Siendo tan experto,
todo lo explica por adelantado (6,13.16c-18); menos su verdadera
personalidad.
Es guía de viaje (5,6), casamentero (6,16c) y
médico (6,8-9).
Ana: Aparece en el relato con un papel "inmóvil".
Disputando con el marido por el viaje que emprendió
Tobías (5,18-20), lamentándose porque su hijo no
llega de Ecbátana y piensa que ya había muerto
(10,4-5. 7) y con las características de una madre feliz
de ver nuevamente a su hijo después de un tiempo sin saber
nada de él (11,6b.9)
Sara: Es un personaje "secundario" dentro de la trama,
porque domina ciertos modos y momentos diversos. Es una de los
dos destinatarios de la causa que ha sido enviado el ángel
Rafael: para ella: que se case con Tobías
(7,12).
Edna: Tiene un papel "inmóvil" porque no se
desarrolla dentro de la narración y siempre reacciona de
la misma forma: obedeciendo (7,13.15) y como una madre que
consuela y alienta a la confianza (7,16b)
Asmodeo: Es presentado en el relato como el
"antagonista". En el Testamento Anterior encontramos los
shedim de origen babilónico, los
sae´irim ó sátiros, y animales
demoníacos ó demonizados, como siyyim,
´iyyim y el femenino lilit. Otros son enfermedades o epidemias
concebidas como seres malignos: qeteb, reshep, deber. El
Testamento Anterior tiende a limitar y aún minimizar esos
poderes. Por tanto, cuando el autor de este libro concede a
Asmodeo un papel tan importante, está cediendo a nuevos
gustos literarios o quiere aleccionar a sus lectores.
Hay que pensar en otros influjos. El nombre Asmodeo es
candidato a dos explicaciones. Una semítica:
formación artificial de la raíz shmd = destruir,
aniquilar. Tendría parentesco con el "aniquilador",
con funciones más modestas. También podemos
remitirnos a una explicación persa: Asmodeo es una
adaptación de Aeshma Deva, uno de los siete
espíritus malignos. Es posible y aún probable que
el autor haya jugado con la resonancia: la forma tiene
resonancias hebreas y persas.
El texto no dice que si el demonio está enamorado
de Sara y que mata por celos; sí dice que está
frustrando su vida familiar y su anhelada maternidad.
Raguel: Es un personaje "opaco", ya que da a conocer la
superficie de su personalidad. Es padre de Sara a quien la da en
matrimonio a Tobías (7,12b – c) y es quien da
órdenes en la casa (8,9b.12).
Los criados: Aparecen sólo en muy pocas escenas
(8,9b.12-14.18.9,2.5b.10,10). Por este motivo, lo ubicaría
tan sólo como personajes "extras" ya que no le aportan
nada al corazón de la narrativa con su
intervención.
Gabael: Es un personaje más bien "inmóvil"
porque no se desarrolla dentro de la narración. Su
intervención es muy pobre: cuando entrega el dinero a
Azarías (9,9d), y cuando encuentra a Tobías en el
día de la boda (9,6b-d).
A continuación presentaré las primeras
afirmaciones que surgen del análisis del relato de los capítulos
que van desde el cinco hasta el once del libro de
Tobías:
- ¿Cuál es el mensaje
central?
El mensaje del relato se centra en la actuación y
en la manifestación de Dios que se observa en los
más débiles y pequeños, en los
últimos, en los excluidos socialmente. La superioridad de
Yahvé sobre cualquier dificultad humana se percibe en
estos acontecimientos. La providencia de Dios a favor de sus
fieles se manifiesta en acción a pesar de las apariencias
contradictorias, a pesar de las desgracias. El autor desarrolla
la trama de su historia de forma ingenua, pero no exenta de
hondura humana y hasta de lirismo.
La confianza puesta en Dios, a pesar de las adversidades
de la vida, es un rasgo fundamental que no pasa de largo en el
libro de Tobías. Dios camina a nuestro lado, es él
que nos acompaña en el camino de la vida, nos sostiene y
nos escucha en todos los momentos, especialmente cuando las
adversidades de la vida se hacen sentir más. A veces esto
no es tan fácil como se describe, pero la seguridad en
Dios hace revertir cualquier corazón.
- ¿Qué quiere demostrar?
Considero que el relato quiere demostrar el amor y la
preferencia de Dios por los débiles, por los que la
sociedad tiene
por nada, por aquellos que muchas veces son mirados con
desprecio, cómo Dios actúa providencialmente, su
mirada privilegiada hacia las personas marginadas,
frágiles, indefensas y con necesidades insatisfechas. La
clave radica en la confianza puesta en El y como sostiene y
acompaña en todas las circunstancias de la vida,
aún en los acontecimientos que nos dejan anonadados, sin
palabra alguna, sin saber que rumbo tomar.
- ¿Cuál es el protagonista?
El protagonista principal es Tobías. Este
personaje, que en un primer momento es una persona sin
personalidad, donde espera y decide a través de los
más cercanos, y por un segundo momento es una persona
decidida que imparte órdenes y proyectos, nos
introduce en una clara experiencia de fe y confianza en Dios.
Sabe que su compañero de viaje a Ecbátana es una
persona de confianza porque su padre lo ha evaluado como un
hombre de buena estirpe. Con el protagonista podemos ser cada uno
de nosotros desde la condición que nos toca vivir. Es
reconocerse como seres limitados y necesitados permanentemente
del actuar de Dios en nuestras vidas. Muchas veces solemos tener
necesidad de Dios cuando las cosas no salen como nosotros
queremos, pero cuando las cosas andan bien, ni nos acordamos de
Dios: ¿por qué esa actitud?. Si tenemos tanto
valor en
pedirle a Dios lo que necesitamos, y a veces ni nosotros sabemos
que le pedimos, ¿por qué no agradecer
también por los acontecimientos maravillosos de la vida?,
¿por qué no tener un proceder como el de Tobit, el
padre de Tobías, que aún en la desgracia
siguió siendo fiel a Dios?.
Encuadrándonos en narración de los
capítulos que van desde el cinco hasta el once del libro
de Tobías encontramos:
- En la primera escena (Tb. 4,20 –
5,9):
Toda esta primera escena la focalización es
externa. El narrador se pone desde afuera del texto y nos
cuenta lo que observa: el diálogo entre Tobit y su hijo
Tobías. Tobit le revela que hay un dinero guardado en
Ragués de Media, en la casa de Gabael. Tobías le
expone a su padre su incapacidad de hacer ese pedido porque no
conoce a Gabael ni tampoco el camino que lleva a Ragués
de Media. A esa exposición de parte de Tobías,
Tobit le aclara más todavía sobre la manera en
que se dividió el comprobante de ese dinero, y ahora le
pide que vaya a buscar a un hombre fiel que lo acompañe.
En el encuentro de Tobías con el ángel Rafael la
focalización se desvía hacia el diálogo
entre ellos, donde Rafael relata su experiencia de viajes hacia
ese lugar. Nuevamente en el v.9 el foco se centra entre Tobit y
Tobías, donde este último le dice a su padre que
ha encontrado un buen guía que es un israelita, uno de
sus hermanos.
- En la segunda escena (Tb. 5,10 –
17):
Ahora el narrador nos centra en el diálogo que
mantiene Rafael con Tobit. La focalización es externa v.
12 – 13, porque de cierta manera Rafael responde a Tobit quien
es él. A partir del v. 15 hasta el v. 17, el narrador va
tomando distancia de la conversación al saber del viaje
inminente que realizarán Azarías y Tobías
a Ragués de Media.
- En la tercera escena (Tb. 5,18 –
6,1):
Toda esta escena, el narrador nos centra en el
diálogo que mantienen Tobit y su esposa Ana. Los v. 18
– 20, la focalización es interna, porque describe
los sentimientos de Ana sobre su hijo Tobías. A partir
del v. 21 hasta el v. 1, la focalización es externa
porque aquí el narrador pone en labios de Tobit palabras
de serenidad que se dirigen a Ana y la hace
consolar.
- En la cuarta escena (Tb. 6,2 – 10):
El narrador va relatando la salida de Rafael y
Tobías de Nínive a Ecbátana. Uno de los
hechos más importantes que se relata es el episodio del
pez. Su importancia radica en que todo él, está
orientado a la misión fundamental de Rafael que es la
curación de Sara y Tobit. La focalización es
externa porque el narrador relata, estando él mismo como
observador, el poder curativo de algunas partes del pez que lo
pone en boca de Rafael.
- En la quinta escena (Tb. 6,11 – 19)
Poco antes de entrar a la ciudad de Ecbátana,
el ángel Rafael da un informe
detalladísimo a Tobías sobre la joven Sara. El
narrador tiene un punto de vista interno, ya que pone en boca
del ángel Rafael todo sobre la vida de Sara. Esto se
puede ver en los v. 11-13. Los v. 14-15 relatan el temor de
Tobías sobre lo que él había escuchado
decir sobre la muerte de esposos anteriores de Sara. Con el v.
18 f, el narrador tiene una actitud de omnisciente ya que es
capaz de describir que hizo y que sintió Tobías
con todo el interludio realizado por el ángel
Rafael.
- En la sexta escena (Tb. 7, 1 -14)
Los v. 1-6 se centran en el diálogo que tiene
Raguel y Edna con Tobías. Los v 7-9 el narrador toma un
poco de distancia de la escena y se centra en Raguel en el v.
10 – 11b donde éste le comenta a Tobías la
verdad de lo que ha acontecido con los otros esposos de Sara en
la noche de bodas. Al ver Ragüel la negativa de
Tobías v.11 c, en seguir con la cena, Ragüel accede
en entregar a su hija Sara en matrimonio. Hasta el v. 14 la
focalización es externa porque el narrador nos va
describiendo todo el desarrollo del enlace matrimonial entre
Tobías y Sara.
- En la séptima escena (Tb. 7,15 – 8,9
a)
En los v. 15 – 17, el narrador desde afuera nos
informa del diálogo que mantuvo Edna con su hija Sara en
la habitación matrimonial. Los v. 1-3 a, el narrador
sostiene su punto de vista externo, contándonos como
pone en práctica Tobías lo aconsejado por
Azarías sobre el hígado y el corazón del
pez. En el v 3 b, el narrador focaliza su atención en la
persecución de Asmodeo por parte de Azarías. En
los v. 4-9 a, el narrador nos focaliza en la oración que
realizan Sara y Tobías antes de ir a dormir.
- En la octava escena (Tb. 8, 9b –
21)
El narrador toma una focalización externa en
toda esta escena. En los v. 9b-12, nos relata las actividades
nocturnas que realizan los criados al cavar una fosa, por orden
de Ragüel. A partir del v. 13-14 el foco de
atención se centra en la noticia de la criada al ver que
Tobías y Sara están vivos. En los v. 15-17 el
narrador nos cuenta las alabanzas de Ragüel que escucha.
Luego en el v. 18, imprevistamente el foco de atención
se centra en los criados, realizando la orden que le
Ragüel en rellenar la fosa.
- En la novena escena (Tb. 9, 1 – 6)
En los v. 1-4 el narrador toma focalización
externa, ya que relata la conversación mantenida entre
Tobías y Azarías, donde el primero le da la orden
para que el segundo vaya a recoger el dinero a la casa de
Gabael.
En el v. 5, el narrador relata el viaje que realiza
Rafael hacia Ragués de Media en busca del dinero e
invita a Gabael al casamiento de Tobías. En el v. 6, el
narrador desde afuera nos relata el encuentro entre Gabael y
Tobías en Ecbátana.
- En la décima escena (Tb. 10, 1-14)
En los vv. 1-3, la actitud del narrador es más
bien omnisciente ya que es capaz de describir lo que hizo y lo
que sintió Tobit pensando en su hijo Tobías.
Entre los vv. 4-6, el narrador pone su foco de atención
en el diálogo entre Ana y Tobit. En el v. 7 a, el
narrador toma una postura nuevamente omnisciente porque
describe los sentimientos y las actitudes
que tiene Ana en su angustiosa espera de su hijo
Tobías.
Imprevistamente en el v. 7b, el foco de
atención se desvía hacia la casa de Ragüel,
donde en el vv. 8-9, el narrador nos comenta el diálogo
mantenido entre Ragüel y Tobías. En los vv. 10-14,
el narrador focaliza la atención en el diálogo
que mantienen los padres de Sara con Tobías y su
esposa.
- En la undécima escena (Tb. 11,1-15
a)
El narrador va tomando distancia de la escena anterior
para centrarse en el viaje de vuelta hacia la casa de los
padres de Tobías. En los vv. 1-4, el narrador tiene un
punto de vista interno ya que nos narra el diálogo que
mantiene Rafael y Tobías. Imprevistamente en los vv.
5-6, el narrador focaliza su atención en la casa de
Tobías, donde su madre lo está esperando
ansiosamente. En los vv. 7-8 El narrador vuelve su mirada hacia
el diálogo entre Rafael y Tobías antes de que
Tobías se encuentre con su padre Tobit. En los vv. 9-15
a, el narrador nos centra en el encuentro de Tobías con
sus padres y en la curación de la ceguera de
Tobit.
La historia narrada entre los capítulos cinco al
once, está escrita en tiempo pasado (tiempo
narrante)
En la primera unidad narrativa ubicada en Tb. 4,20
– 5, 9, el narrador sigue el normal desarrollo de los
acontecimientos . El tiempo del relato transparenta el
diálogo entre Tobit y Tobías donde se da a saber el
motivo del viaje a Media. En el v. 3, la sucesión de
palabras en boca de Tobit, nos muestra a un narrador que busca
manejar el tiempo de lectura porque
se dan una sucesión rápida de formas verbales.
Estas formas verbales apuran la presentación de la
problemática al resaltar la forma en que fue guardado el
dinero en Ragués y provoca una rápida lectura por
parte del lector. Entre los vv. 4-9b, el encuentro de Rafael con
Tobías sigue un desarrollo rápido de los
acontecimientos porque el suspenso de la narrativa es mayor y por
lo tanto la lectura es
más rápida.
En la segunda unidad narrativa ubicada en Tb. 5, 10
– 17, el narrador nos muestra el diálogo que tiene
Tobit con Rafael. Sigue un ritmo lento del desarrollo de los
acontecimientos en los vv. 10-14c, porque el narrador cuenta al
detalle el contenido de esa conversación. En el v. 14 d
–f, hay una analepsis, donde Tobit señala los
tiempos pasados. En los vv. 15-17 el narrador busca manejar el
tiempo de lectura porque la conversación es
rápida.
En la tercera unidad narrativa ubicada en Tb. 5,18- 6,1,
el narrador al detallar el contenido de la conversación
mantenida entre Tobit y Ana, provoca el retraso en la lectura del
relato.
En la cuarta unidad narrativa ubicada en Tb. 6,2-10, el
narrador en los vv. 2-3 sigue el normal desarrollo de los
acontecimientos. En los vv. 4-7 el narrador retrasa el ritmo de
lectura al relatar al detalle la conversación mantenida
entre Tobías y Rafael. En los vv. 8-10 hay una prolepsis
donde el narrador pone en boca del ángel las futuras
curaciones que se producirán con el uso de algunas partes
del pez.
En la quinta unidad narrativa ubicada en Tb. 6, 11-19,
el narrador maneja el tiempo de lectura ya que lo va retrasando
con la conversación que mantienen Rafael y Tobías.
En el v. 13 hay una prolepsis donde Rafael adelanta
acontecimientos futuros. En los vv. 14-15 hay una analepsis donde
el narrador pone en boca de Tobías los acontecimientos
oídos por Tobías sobre las muertes repentinas de
los esposos de Sara. En los vv. 16-18 hay una prolepsis donde el
narrador pone en boca de Rafael los acontecimientos que
sucederán próximamente. En el v. 19 el narrador
retoma el ritmo normal de la conversación.
En la sexta unidad narrativa ubicada en Tb. 7, 1-14, el
narrador retrasa el ritmo de lectura en los la totalidad de los
versículos de esta unidad narrativa, al describir con
grandes detalles la conversación entre Tobías y
Rafael con Ana y Ragüel.
En la séptima unidad narrativa ubicada en Tb.
7,15-8,9 a, observamos como la intención del narrador
busca poder seguir el normal desarrollo de los
acontecimientos.
En la octava unidad narrativa ubicada en Tb. 8,9b-21, el
narrador en pocos segundos nos describe en los vv. 9b-14 una
noche en el lecho nupcial. En los vv. 15-17 busca manejar el
ritmo de lectura donde es lento por incluir dentro del relato una
oración de acción de gracias puesta en boca de
Ragüel. En los vv. 18-21 el narrador se da una
sucesión rápida de los hechos que hace una lectura
rápida.
En la novena unidad narrativa ubicaba en Tb. 9,1-6, el
narrador nos describe en pocos segundos el viaje de ida y vuelta
desde Ecbátana hacia Ragués que realiza Rafael por
orden de Tobías y el encuentro de Gabael con
Tobías.
En la décima unidad narrativa ubicada en Tb.
10,1-14, el narrador en los vv. 1-6 describe una
conversación entre Ana y Tobit donde retrasa el ritmo de
lectura por el largo diálogo mantenido entre ellos. En los
vv. 7-14 vemos la intención del narrador en buscar un
ritmo normal de lectura.
En la undécima unidad narrativa ubicada en Tb.
11,1-15 a, el narrador continúa con un ritmo normal de
desarrollo en los acontecimientos al describirnos el
diálogo entre Tobías y Rafael en los vv. 1-6. En
los vv. 7-8 hay una prolepsis donde el narrador pone en boca de
Rafael los próximos acontecimientos que sucederán:
la curación de Tobit. En los vv. 9-15 a, el narrador busca
un desarrollo de acontecimientos normales en el proceso de
curación de Tobit.
Según el desarrollo llevado a cabo por el
narrador en el relato de los capítulo 5 al 11 del libro de
Tobías podemos afirmar que hay descripciones de los
lugares físicos. Estos lugares físicos son indicadores de
los intereses perseguidos por el autor, demostrándolo como
enraizado en una realidad concreta e histórica. Este
enraizamiento lo constatamos a partir de los acontecimientos de
diálogo, donde algunos personajes relatan el territorio
donde acontecen los eventos.
Los lugares mencionados son:
- Nínive, donde viven Ana, Tobit y
Tobías. - Ecbátana, donde viven Ragüel, Sara y
Edna. - Ragués, donde vive Gabael. En este lugar
está el dinero guardado. - Río Tigris: donde acampan una noche
Tobías y Rafael. Allí se da el hecho del
pez.
En el desarrollo de la trama, en cada uno de sus
aspectos tenemos como escenario un espacio totalmente natural
enclavado en zonas de montañas, valles, ríos y
llanuras.
Entre los elementos u objetos descriptos, utilizados por
los personajes centrales, que llegan a tener valor
simbólico dentro del relato se destacan: el
corazón, el hígado y la hiel del pez con los cuales
curarán la ceguera de Tobit y la desaparición del
demonio que atormenta a Sara en las noches de boda.
No caben dudas de que el autor del libro de
Tobías era un judío, con una formación
humana y cultural exquisita. El ha debido de vivir en el seno de
una familia, probablemente de la diáspora oriental. Como
un árbol se alimenta de la tierra de sus raíces
profundas y del medio ambiente
por sus ramas verdes y frondosas, así el autor del libro
de Tobías de su comunidad y de su
ambiente que en él se respira; él está
arraigado en una comunidad de personas, que cuida de sus
miembros: las familias y sus hijos, conservando en ellos las
tradiciones de su pueblo, la lengua, la
cultura, la fe
y las costumbres de sus mayores.
La providencia de Dios a favor de sus fieles se
manifiesta en acción a pesar de las apariencias
contradictorias, a pesar de las desgracias. El autor desarrolla
la trama de su historia de forma ingenua, pero no exenta de
hondura humana y hasta de lirismo. El autor construye un relato
fantástico con personajes de la tierra y del cielo; el
ángel Rafael solo lo reconocen él y los lectores.
El sentido del relato es estrictamente religioso. El hombre
propone y Dios dispone suave y eficazmente de los hilos de la
historia que los hombres tejen y destejen, unas libremente y otra
por necesidad.
En todo momento la actitud de Tobit deja entrever su
plena confianza en Dios, quien siempre ha estado a su lado en
distintas circunstancias. Esta confianza se la transmite a su
hijo Tobías y a su esposa Ana.
En Tobías hemos de descubrir que su éxito
manifiesta que Dios estaba con él. En él podemos
vislumbrar una nueva realización de la alianza que toma la
forma de un reino de Dios en la tierra. Recibe de esta manera la
historia de Tobías un valor inminente profético
para su pueblo. Su recuerdo nos sirve para expresar una fe y una
expectativa orientadas hacia la realización futura de
ciertos valores.
Considero que este punto es tan dificultoso como el
resto del trabajo. Aquí debo plasmar sintéticamente
lo que experimenté y vivencié a lo largo de la
elaboración del análisis literario del relato de
los capítulos 5-11 del libro de Tobías.
El trabajo por momentos me deparó etapas de
dificultad que me obligaron a remitirme una y otra vez a la
lectura comprensiva del relato en forma minuciosa. Entre los
puntos más complejos que he encontrado está el
análisis de cada una de las unidades narrativas, el punto
de vista y el tiempo del relato. Este tipo de trabajo
práctico, aporta una gran riqueza a nuestra persona como
creyentes, ya sea en lo intelectual como en lo espiritual que por
cierto en tantas oportunidades se disocian.
Retomaré algunas afirmaciones hechas al principio
del trabajo. Son las que han calado hondo o estuvieron de fondo
en mí en todo momento:
- Dios actúa y se manifiesta en los más
débiles. La narración del libro de Tobías
compuesta con intención teológica, subraya la
maravillosa actuación de Dios en las vidas de Tobit y
Sara. - En el manifestar de Yahvé, por medio de
Rafael, nos pone en sintonía con el mensaje
profético de Jesús en que estará con
nosotros todos los días hasta el fin del
mundo. - La actitud de Dios para con Tobit, sirve de modelo
ejemplar de su actuación presente. Muestra como Tobit es
capaz de tener una actitud optimista, de elevar su mirada
más allá de su persona y centrarla en el
Señor quien cuida y protege en todo acontecer de la
vida.
Por último, me pregunto: ¿hasta qué
punto soy capaz de descubrir la actuación y la
manifestación de Dios en mi vida y en la vida de los
demás?, ¿ó me dejo socavar interiormente por
el pesimismo actual que nos envuelve como sociedad?, ¿en
qué circunstancias deposito mi confianza en el
Señor y soy capaz de reconocer su obrar en mi favor?,
¿soy conciente del beneficio recibido en el bautismo, del
llamado que se me ha hecho?, ¿mi actuar plasma la actitud
de creyente?.
- J. Alonso Díaz, Tobit curado de su
ceguera, Madrid,
1969 - J. R. Busto Saiz, Algunas aportaciones de la Vetus
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1978 - J. Prado, La índole literaria de Tobit,
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1966. - G. W. E. Nickelsburg, Jewish literature between
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Introduction, Londres 1981.
Autor:
Fernando G. Contarino