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Psicología y educación para la prosocialización




Enviado por latiniando



    *INTRODUCCION: Un postulado importante de este
    trabajo es el de que uno de los modelos mas
    eficaces para la inhibición de las conductas violentas y
    agresivas es el de equipar a los individuos con repertorios de
    conductas positivas y pro sociales que resultan funcionales para
    la consecución de objetivos
    personales y sociales.

    De hecho mi aportación tiene su fundamento en
    las teorías
    de que es posible una conducta humana
    totalmente funcional basada en elementos pro sociales, tal como
    lo defino en mi Programa, y que
    permite una convivencia social más progresiva y
    armónica.

    El grado de utopía que ello conlleva y que
    asumo no significa que ignoremos la cruda prescencia de conflictos,en
    las luchas y guerras es
    esta convivencia humana.Lógicamente consideramos que puede
    haber un mundo más evoluccionado que progresivamente vaya
    desterrando estas formas más primitivas del seno de las
    relaciones
    humanas.Por otra parte hay que considerar que, de hecho,
    difícilmente hubiera sido posible la supervivencia de la
    humanidad sin que el grado de pro socialidad,bajo formas de
    cooperación,hubiera sobreabundado a la lucha y la
    destrucción.

    Los progresos de las ciencias,y en
    especial,los de la psicología y los de
    las ciencias de la
    educación
    nos permiten ser realistas a la hora de formular esta
    esperanza.

    Entre los avances puedo citar el mayor conocimiento
    de: los mecanismos y procesos de
    comunicación humana, de los antecedentes
    sanos para una socialización óptima del
    niño, la descripción racional de los procesos en
    las soluciones de
    los problemas
    humanos, en las relaciones
    interpersonales, el crítico papel del
    autocontrol, las posibilidades del autoconocimiento y de la
    auto-sensibilización, la revalorización del
    papel de los
    sentimientos y de su expresión, etc.

    Pero básicamente, habría de decir que
    el avance más importante lo constituye,sin duda,la
    conciencia
    individual y colectiva,a nivel de toda la humanidad y
    progresivamente aumentada,de los derechos
    humanos,que sitúa la dignidad de las personas por
    encima de cualquier atributo,capacidad o condicionamiento,e
    incluso de cualquier ideología.

    De todos modos, hay muchos caminos que recorrer.Y
    precisamente el éxito no está en la
    consecución inmediata,repentina y excesivamente aparente
    de los resultados.A nivel macrosocial son tantos los factores en
    juego que
    alimentan la dinámica contraria, que todo esfuerzo
    positivo parace una gota en el océano.

    Pero los especialistas en el campo de las ciencias
    humanas y sociales no debemos desalentarnos. Debemos colaborar
    orientándonos a unas metas a muy largo
    plazo.

    Paradójicamente, esta estrategia puede
    ser plenamente eficaz. Su inicio, sin duda, debe pasar por la
    educación,
    una educación orientada no sólo al
    aquí y ahora, sino al allá del mañana, un
    mañana social y colectivo.

    Me entretengo en estas consideraciones porque el
    PROGRAMA que
    estoy tratando remite inmediatamente a cualquier educador al
    significado de cotidianidad para prevenir y desterrar la violencia y
    las conductas agresivas en el camino de formar personas aptas
    para un futuro mejor y que, no obstante, se cuestiona la
    aparentemente estéril tarea de enfrentarse a una sociedad que
    globalmente parece negar toda posibilidad a nuestras
    ilusiones.

    Pero pienso que presisamente en este tema radica uno
    de los mayores estímulos a nuestro trabajo cuando
    observamos que educando bien para la resolución de la
    agresividad y la superación de los conflictos ya
    ahora, en el presente muy concreto de la
    convivencia de la clase, de la familia,
    estoy sentando los fundamentos para ese mañana. Aun
    más: experimentamos de modo real, inmediato y personal, la
    certeza, la autenticidad de una vía que por que no ha de
    ser posible también en la convivencia social
    adulta?

    *PRIMERA PARTE:

    "ALGUNOS ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO DE LA
    PROSOCIALIDAD" :

    Desde la Psicología
    Evolutiva:

    En el estudio científico del niño, las
    conductas de "cuidado" o "responsabilidad" respecto de otros niños
    han merecido mucha menos atención que otros aspectos de su
    desarrollo.Así, mientras que, por ejemplo,
    los aspectos de "apego" y de "dependencia" – conductas
    afiliativas- han tenido una amplitud de tratamiento en un estudio
    empírico, las conductas que ahora denominamos pro sociales
    no han gozado del mismo interés de
    los estudiosos.

    Esto no significa que hayan estado
    totalmente ausentes desde los primeros trabajos de los
    especialistas.Así, cuando se estudiaba el desarrollo
    emocional y social, ya aparecían elementos que hoy podemos
    considerar precursores de nuestros estudios.

    Entre ellos podemos incluir la conducta de la
    "simpatía", o conductas reactivas a los trastornos,
    incomodidades o sufrimiento de los demás.

    Los textos de aquella época dan muestra de la
    prescencia de estos elementos.Así en los años 20,
    Antipoff en Francia y
    Stern en Alemania,
    Jersild (1933), Valentine (1942).

    Se trataba, en muchos casos, de ver la
    simpatía precoz podía considerarse fruto de
    tendencias innatas.Desde luego con muestras de sujetos siempre en
    edades preescolares o anteriores.

    Un precedente interesante lo constituyó el
    estudioso Hartshorne, May y Maller (1929) que, examinando una
    edad superior (escolar), utilizó una muestra
    impresionante de 11.000 niños, fijándose, entre
    otras características, en "el servicio a los
    otros".

    En los años 40 y 50, en que los estudios
    evolucionaban de la "observación" a la "experimentación",
    sólo algunos autores se interesaron por cuestiones
    relacionadas con el comportamiento
    pro social de los niños (Ugurel-Semin,
    1952).

    Hasta principio de los años 70 hubo poca
    atención para este comportamiento, siendo sólo a partir de
    entonces que se produjeron los antecedentes de la actual investigación.

    Un impulso importante para el estudio de estos
    comportamientos lo supuso el trabajo de
    la Psicología
    Social, que en Campbell (1965) llamó la
    atención sobre el "altruismo" como objeto de estudio para
    la Psicología.

    Pero un avance a mayor escala se produjo
    a partir de los casos, documentados por la prensa, en los
    que ciertos asdaltos violentos en la calle no eran socorridos por
    nadie de los muchos testigos presentes.Estos incidentes
    provocaron en los psicólogos sensibles a los temas
    sociales un interés
    por conocer las causas de esa falta de reacción
    según los esquemas humanitarios tradicionales.Muestras de
    estos trabajos es el de Darley y Latane (1968).Producto de la
    reflexión colectiva de todos ellos fue el considerar que
    se trataba, en definitiva, de una sociedad
    excesivamente preocupada en el "yo".

    La "teoría
    del aprendizaje",
    líder
    en aquellos momentos, acabo de consolidar el término de
    comportamiento
    pro social, dando una identidad
    moderna al tradicional tema del altruismo.

    Así este término vino a recoger
    aquellas conductas dirigidas a otras personas que promueven o
    mantienen un beneficio positivo para las mismas.Esta
    definición sirvió para establecer una zona de
    investigación y para homogenizar una gran
    variedad de acciones:
    ayuda, generosidad, sacrificio, rescate, justicia,
    honestidad,
    respeto de los
    derechos y
    sentimientos de los demás, responsabilidad
    social, cooperación, el proteger, el compartir,
    simpatizar, consolar, cuidar, curar, preocuparse por el bienestar
    de los demás, bondad, evitar injusticias, etc.
    (Radke-Yaroow y otros 1985).

    Los psicólogos sociales se ocuparon mucho de
    explicar estos comportamientos, especialmente a través de
    las teorías
    del intercambio, es decir, equilibrio
    entre costos y
    beneficios.

    Otros los explicaban como determinados por factores
    vinculados a la situación en que se dan.Y, en todo caso,
    los actos adultos eran vistos como controlados por normas sociales
    internalizadas.

    A MODO DE CONCLUSION:

    + Parece existir un factor decisivo en las
    orientaciones pro sociales de los miembros de un grupo: sus
    normas
    culturales.Entendiendo por normas una serie
    de reglas o principios
    generales que regulan las conductas de todos los miembros de una
    sociedad,
    producto del
    pasado cultural y del presente ideológico de cada comunidad: se
    trata de las normas o reglas
    de la equidad y de las normas de
    responsabilidad
    social.

    +Otra explicación para la psicología
    Behaviorista está en el factor aprendizaje sobre
    todo en el de la imitación.

    +La conducta
    prosocial no debe ser enfocada como producto
    social, sino como resultsdo del modo de ser de cada persona, del
    momento afectivo interior.

    +Debería orientarse la investigación de la pro socialidad
    según la teoría
    evolutivo-cognitiva y la teoría
    del aprendizaje
    social cognitivo.

    +Un lugar destacado debería ocupar el papel, hasta
    ahora poco estudiado en el trabajo
    científico, de los valores
    ideológicos y religiosos, no sólo convertidos en
    normas culturales, sino como asumidos conscientemente por la
    persona.

    Pienso que una conducta como la
    pro social,que tiene tantas dimensiones necesita ser objeto de
    mucha investigación antes de que pueda ser
    comprendida y sólo la interdisciplinalidad podrá
    acotar el concepto.

    *SEGUNDA PARTE:

    "LA ESCUELA COMO
    MODELO
    COLECTIVO":

    Un modelo
    colectivo pro social muy puede serlo el contexto educativo
    presente en las escuelas.Trataré de explicarlo más
    adelante,fruto de la investigación básica realizada, la
    variable "modelos pro
    sociales" es un factor importante para el favorecimiento de la
    aparición de los comportamientos pro sociales,cosa que no
    extraña conicimiento el papel que
    juega la identificación en todo proceso
    formativo.

    Que duda cabe que esta premisa es, probablemente,
    más válida todavía para los modelos no
    sólo individuales (un padre, una madre, un educador, un
    maestro), sino también colectivos.Estoy
    refiriéndome, lógicamente, a un conjunto o claustro
    de profesores, por ejemplo, en el que pueden darse no sólo
    los modelos
    personales sino modelos hechos
    de relaciones pro sociales entre ellos.

    Habitualmente, en nuestra experiencia observamos el
    siguiente fenómeno: un profesor, sensibilizado por el
    potencial del programa, decide
    aplicarlo en su clase.Inmediatamente se genera una
    autoimplicación personal en el
    proceso de
    aplicación que, a posteriori, es descripto por el mismo
    como un cambio radical
    de actitud en el
    que hacer educativo y en la relación concreta con los
    alumnos.

    De esta interrelación estrecha y profunda
    surge una autoimplicación de los propios alumnos.
    Después, son otros los colegas que se interesan por el
    Programa al
    conocer los efectos positivos del mismo y lo aplican en el curso
    siguiente.A continuación se produce una
    autointerpelación respecto a las relaciones entre ellos-
    los colegas- que, cristalizando, provoca un efecto difusor a
    otros profesores del claustro.Estamos asistiendo al surgimiento
    de un auténtico contexto educativo pro
    social.

    Tratando de acercarnos a este fenómeno de
    dinámicas aún no suficientemente estudiadas,
    actualmente estamos trabajando, respecto a una
    optimización de las mismas.

    TERCERA PARTE:

    "LA PARTICIPACION DEL GRUPO FAMILIAR
    EN LOS PROGRAMAS":

    En el análisis que presentaré desde el
    grupo
    mínimo –la díada interpersonal- hasta los
    grandes grupos o
    colectividades nos encontramos con un importante grupo: la
    pareja y la familia, y
    del que no podemos prescindir si se tiende a la construcción de grandes modelos colectivos
    pro sociales

    De hecho,el elevado número de conflictos
    –e incluso de destrucción- que se da en este
    grupo,
    considerado por muchos como la primera célula
    social, es algo común a muchas de las sociedades
    actuales, lo que es indicativo de la necesidad de un
    auténtico amor pro
    social -que no espera una recompensa externa previamente
    anticipada- en el tema de las dinámicas
    familiares.

    La familia, en la
    sociedad
    actual, puede construir, por un lado una comunidad
    personalizante donde, gracias al amor pro
    social, el hombre
    tiene la posibilidad de ser valorado más allá de la
    utilidad que
    presta, de los atributos que tiene, o con independencia
    de su rol o función. Porque en la familia las
    relaciones no están condicionadas por el mercado, y los
    individuos no se enfrentan como competidores.

    Gracias precisamente a esta realidad armónica
    de relaciones pro sociales, la familia
    puede convertirse en un verdadero agente de cambio social.
    Y no será así si la sensebilización hacia la
    horizontalidad de las relaciones no hace que todos los miembros
    de la familia
    tengan acceso a una participación real en la
    asignación de roles, distribución de tareas y en los procesos de
    toma de
    decisiones familiares.

    Esa posibilidad de participación que
    alcanzará hasta los miembros más pequeños
    hará que estos vayan desarrollando su personalidad
    abierta y preparada a ejercer ese derecho en otros ámbitos
    sociales.

    Así, la familia
    puede ser realmente un centro autónomo de valores que
    facilitaría un ejercicio de la conciencia
    crítica a todos los niveles.

    Un nivel muy importante será el
    conocimiento colectivo de las reglas, las normas, las metas,
    los valores
    que rigen el propio funcionamiento y que se harán cada vez
    más explícitos para todos, con lo que
    aumentarála capacidad de control sobre
    todo ello, en el sentido de que progresivamente todos los
    miembros de la familia
    podrán contribuir en el destierro de aquellas reglas
    desfasadas y en la incorporación de las que más
    convenga a cada etapa familiar y social.

    La realización de ese ejercicio dotará
    a todos de una conciencia de
    control habilidad
    tanto de las relaciones como de las situaciones, dotando pues a
    este grupo de un gran potencial de liberación, que
    hará de la experiencia familiar una verdadera escuela social
    proyectada para la innovación y el cambio.
    Así, la familia,
    como lugar de promoción y liberación del hombre,
    recuperará la función pública y política.

    Por supuesto que esta dinámica solidaria que arrancará del
    mismo seno del hogar alcanzará este objetivo
    social y político no sólo, pues preparando
    individuos para el tejido social y político, sino
    ejerciendo ya la solidaridad y la
    pro socialidad en un campo más amplio de relaciones que va
    desde la interación con otras familias solidarias,
    constituyendo verdaderas comunidades de familias, como el
    poder animar
    estructuras de
    vecindad, de amistad, de
    barrio, de pueblo, de ciudad, etc.

    La familia,
    además, cumple un papel
    fundamental en la transmisión de la cultura y de
    la lengua de un
    pueblo.

    Por otra parte, de las biografías de tantos
    hombres notables por su aportación social, se desprende la
    gran importancia del haber tenido familias que eran
    también ellas modelos de pro socialidad.

    CUARTA PARTE:

    "DIGNIDAD Y AUTOESTIMA": Consideración y
    atribución de la dignidad y valor propios,
    de las colectividades y del entorno.

    CONCEPTOS TEORICOS:

    Sitúo este factor en primer lugar porque me
    remite al ámbito de los valores.
    Creo que esta decisión clarifica suficientemente mi
    opción humanista en el PROGRAMA que no
    obstante, asume medios
    provenientes de otras orientaciones de la psicología de
    hoy.

    Cuando me refiero a "consideración y
    atribución", me refiero, por un lado, a actitudes y
    conductas, es decir, a disposiciones habituales de los sujetos
    para la acción y, a la vez, a conductas concretas a
    ejecutar por los sujetos.

    Algunos autores hablan de "conducta social
    considerada" para designar las palabras o acciones
    amables, atentas, corteses, simpáticas, que mejoran o no
    disminuyen el bienestar físico o emocional de los
    demás.

    Pero, por otro lado, "consideraciones que nos remite
    a un valor en
    sí mismo.

    Más específicamente, designamos
    aquí con este término a la actitud
    habitual de valoración positiva con que una persona percibe o
    se refiere a otra persona. Por
    extensión puedo generalizar la consideración a todo
    lo social.

    Me parece que el estudio específico de este
    valor
    Sibulkin, 1983, que cubre un vacío en los estudios
    habituales de la pro socialidad, está muy próximo a
    la base teórica de este primer factor del
    Programa.

    NORMAS, VALORES Y
    METAS:

    En la conceptualización de la pro socialidad,
    ocupan un lugar central las nociones de normas internalizadas y
    valores
    personales (Bar-Tal, 1982; Eisnberg, 1982; Staub, 1978). Aunque
    no todos los psicólogos emplean estas nociones con el
    mismo significado, la mayoría entienden las normas como
    valores que
    las personas internalizan en algún momento durante el
    proceso de
    socialización y desarrollo.

    Estos valores,
    frecuentemente, son aquellos que ha asumido la sociedad a la que
    pertenece el individuo: sin embargo, también pueden
    diferir entre individuos y también variar en la
    importancia que éstos les atribuyen.

    Hay que decir que la propuesta explícita de
    estos objetivos, con
    lo que supone de focalización, argumentación
    ysugerencia para la acción, así como de fuerte
    inclusión de los propios sujetos en la propia dinámica de análisis y selección de valores, que
    ya se inicia de manera global, es de una relativa novedad en el
    campo de la intervención educativa para pro
    socialidad.

    LA DIGNIDAD COMO VALOR:

    El concepto de
    dignidad nos remite a la filosofía profunda de la
    DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
    Toda persona,
    escencialmente, por el hecho de pertenecer a la especie humana,
    es merecedora de una dignidad, de una consideración
    positiva y , por tanto, de honor y respeto. Se trata
    de un valor
    irrenunciable, e independiente de la raza, sexo,
    ideología, religión, capacidades
    o atributos de sus posibilidades instrumentales o recursos. Un
    valor también independiente de los logros o resultados
    conseguidos o de la eficacia y
    rendimiento producto de su
    actividad.

    Este derecho de todo ser humano, tan aceptado como
    evidente hoy día, ha tenido una larga y costosa historia a lo largo de la
    evolución de la humanidad y sólo de
    modo relativamente reciente ha emergido como tal valor
    incuestionable. Hemos de alegrarnos de vivir en un período
    de la humanidad en que esta concepción forma parte del
    patrimonio
    común de la mentalidad humana mundial.

    Pero todos sabemos que esto es cierto sólo a
    nivel teórico –lo cual ya es muy importante- puesto
    que en la vida real de muchos países este derecho es
    pisoteado con frecuencia.

    Ya no hace falta remitirse a paises lejanos. En
    nuestra propia sociedad es fácil encontrar situaciones
    sociales y políticas
    que ilustran muy bien esta laguna.

    Y si queremos todavía más cerca, no nos
    costará mucho descubrir cómo en nuestros propios
    círculos de relaciones hallamos relaciones
    interpersonales en las que no se dan precisamente los
    requisitos que alimenten y mantengan este valor de modo
    continuado y estable. Hoy sabemos de forma incuestionable, de
    mano de la psicología, como la
    comunicación interpersonal, pudiendo ser
    vehículo privilegiado de la dignidad y autoestima
    recíprocas entre las personas, está muchas veces, a
    la inversa, al servicio de la
    indiferencia, cuando no al rechazo o la violencia que
    producirán indudablemente una disminución de la
    autoestima de
    las personas implicadas.

    Probablemente, esta distancia entre la teoría
    y lo real demuestra que hay todavía mucho camino por
    recorrer en el trabajo de
    consolidar esa dignidad en la vida de cada
    día.

    La vía idónea por excelencia para
    avanzar con solidez en ese camino es la educativa. Los individuos
    jóvenes, empezando ya desde niños, deben ir
    "bebiendo" en una sociedad y cultura que
    estén impregnadas se éste y otros valores
    positivos.

    Y, a su vez, ese aprendizaje de
    contenido cognitivos, debe concretizarse en una realidad
    cotidiana en el entramado de las dinámicas interpersonales
    y sociales que vive el niño, el adolescente, el
    jóven.

    Por supuesto cobran aquí plena validez la
    cuestión sabida del papel de la aceptación y afecto
    expresados de los padres a sus hijos, Un niño plenamente
    aceptado y amado por sus padres será capaz de entender
    ladignidad y estima de otro niño a partir, precisamente,
    de su propia experiencia de autodescentramiento y comprender que,
    al igual que él, el "otro" niño es amado por sus
    padres.

    Y un paso más será el de llegar a la
    comprensión de que todos los niños son dignos de
    ser amados. Y todos, niños y adultos, son dignos porque
    han sido amados y son amados por sus padres pero también
    por otras persona.

    El paso definitivo es llevar al niño a la
    noción de que, por ello, todos debemos aceptar y estimar a
    los demás.

    Ya me referí en otro punto anterior al factor
    de la atribución y a su gran potencial como instrumento
    educativo generador de actitudes,
    conductas y rasgos.

    El concepto
    multívoco de dignidad, en el terreno
    específicamente psicológico, se relaciona muy bien
    con la autoestima
    cuando se refiere al propio individuo y, por extensión, a
    lo que podemos denominar "heteroestima" cuando se refiere a los
    demás, término muy poco utilizado en la literatura científica
    pero que nos satisface emplear aquí, justamente dentro del
    contexto de una educación a la pro
    socialidad y al altruismo.

    A MODO DE CONCLUSION:

    + Presencia fundamental del valor y del concepto de la
    Dignidad Humana y de la Consideración Positiva a toda
    persona, en todas las manifestaciones de la actividad
    social.

    + Transmisión, por parte de padres y
    educadores, de este Valor, a través de la
    aceptación y el afecto, a los hijos o
    niños.

    +Consolidación de la autoestima de
    los miembros jóvenes gracias a un acompañamiento
    afectivo y procurador de autonomía creciente por parte de
    los adultos, que se expresa en las decisiones y planes
    grupales.

    + Que los adultos, en sus relaciones
    interpersonales, mantengan y acrecienten la heteroestima por
    los demás mediante la "confirmación del tu" y esta
    dinámica aparezca como modelo a los
    niños que, a su vez, la ejercitan con sus
    compañeros de edad.

    NOTA FINAL:

    En otros trabajos de investigaciónb, me
    detendré en la materia sobre
    ejes temáticos, como la discapacidad y la
    inserción en el plano social, la vejez, los
    niños de la calle… en búsqueda concreta de
    exponer posibles vías de interacción con otras
    áreas, siendo expuesta no solamente en un plano
    teórico, sino práctico.

    BIBLIOGRAFIA DE CONSULTA:

    + "Diccionario de los Símbolos", JEAN
    CHEVALIER/ALAIN GHEERBRANT; Editorial Herder, 1991, Barcelona,
    España.

    + "La Educación Cristiana": de la
    profesionalidad al ministerio, J.OSES FLAMARIQUE;
    Editorial San Pio X; 1987, Madrid, España.

    + "La concepción de la conciencia" en
    la logoterapia de V. FRANKL; NORBERTO ESPINOSA; Ediciones San
    Pablo, 1994, Buenos Aires,
    Argentina.

    + "Una Vida Fascinante", ELIZABETH LUKAS;
    Ediciones San Pablo, 1994, Buenos Aires,
    Argentina.

    + "Es posible Educar", JULIO CESAR LABAKE;
    Editorial Santillana, 1995, Buenos Aires,
    Argentina.

    + "El Desarrollo
    Humano", JUAN DELVAL; Distribucióngratuita por
    elMINISTERIO DE CULTURA Y
    EDUCACION DE LA NACIOMN ARGENTINA,
    1994,Madrid, España.

    + "Sistema Socioeconómico y Estructural
    regional en la Argentina", ALEJANDRO B. ROFMAN / LUIS A.
    ROMERO; MINISTERIO DE CULTURA Y
    EDUCACION DE LA NACION
    ARGENTINA,
    1997, Buenos Aires,
    Argentina.

    Trabajo realizado por:

    Profesor Jose Luis Dell 'Ordine

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