Francia, Paris, para muchos evoca "glamour", moda,
refinamiento, vinos, quesos, sexo,
libertinaje, pero para mi Francia es mi
segundo país, aquel en donde pasé más de 15
años de mi vida, en donde aprendí que todo es
relativo, que existen interpretaciones diferentes para una misma
realidad, que la verdad es subjetiva y funcional. Francia es el
país de la libertad y
esto no es un "cliché".
En este país maravilloso y cosmopolita
aprendí que se podía ser diferente al resto de la
gente y ser aceptado como tal.
Este país en donde la cultura se
respira en las calles, en sus cafés, en el borde del Sena
con los "bouquinistes", en los "cafés-théatres", en
los restaurantes, en los night clubs de jazz, este es el
país que vió nacer una de las más grandes
defensoras del feminismo:
Simone de Beauvoir.
Simone de Beauvoir, filósofa y escritora,
nace en París a principios de
este siglo, el 9 de enero de 1908. Fue Profesora de
Filosofía hasta 1943, cuando se dedica completamente a la
escritura:
La Sangre de los
Otros, Todos los Hombres son Mortales, Los Mandarines, entre
otros.
Su obra cumbre el Segundo Sexo, escrita en 1949,
fue y continua siendo una obra de referencia para todas las
feministas o defensores del género
femenino.
La obra establece que la diferencia comportamental y el
rol atribuido a la mujer no se
basan en diferencias anatómicas o fisiológicas,
sino que son consecuencia de un acondicionamiento
psico-social.
La educación recibida de
nuestras madres, de la sociedad sobre
todo de los educadores, nos transmiten ciertas expectativas e
ideas de lo que se espera del "ser mujer". La mujer
debe ser según los antiguos patrones sociales: casera,
sometida, dependiente, pasiva, reservada, delicada,
frágil…, y ejercer profesiones femeninas como maestra o
secretaria.
Una imagen a la cual
la mujer se tiene que conformar, so pena de exclusión,
rechazo o crítica
de parte del resto de la sociedad, llegando a ser catalogada de
loca, excéntrica, libertina u otras denominaciones
más indecorosas.
Podemos imaginarnos lo que representó el
personaje de, Simone de Beauvoir, para la sociedad conservadora y
conformista de principios de siglo.
Para iniciar, vivió en "concubinato"
con el Filósofo Jean Paul Sartre por
más de 51 años; y para acabar no quiso nunca tener
hijos. Esto era y es una herejía, un absurdo, un
escándalo, algo inadmisible para una gran parte de la
sociedad que concibe que lo "propio de toda mujer y lo que la
define es el ser esposa y madre".
No puedo sino admirar el coraje y el atrevimiento de
esta mujer ejemplar, que se atrajo el rechazo de gran parte de la
sociedad por querer vivir en coherencia con ella misma y de
respetar el que debe ser nuestro único y principal
compromiso: el de ser nosotros mismos.
Tener la libertad de escoger lo que deseamos hacer o
ser, no para conformarnos con la voluntad de los otros, sean
éstos nuestros padres o amigos, sino para vivir en
armonía con nosotros mismos. La gran mayoría de las
veces en nuestro actuar cotidiano adoptamos actitudes o
comportamientos contrarios a nuestros deseos profundos o nuestro
verdadero YO por miedo a ser rechazados o criticados.
Con su ejemplo, ella nos demuestra que la mujer puede
tener otra opción que es la de valer por ella misma, no
por el rol social que ocupa al lado de un hombre o por
el hecho de procrear, sino por el sólo hecho de existir y
de ser.
Políticamente de izquierda, durante la segunda
guerra
mundial, ella formará parte de la resistencia
contra los alemanes; luego de la post guerra, su lucha
estará siempre del lado de los oprimidos.
A pesar de su formación cristiana estricta,
Simone de Beauvoir, optará aquí también por
otra alternativa, la del existencialismo.
Esta posición filosófica agnóstica y para
algunos filósofos atea, establece que lo que
determina al ser humano es la existencia misma y que las
elecciones que cada individuo haga
a lo largo de su vida son de su entera responsabilidad.
Ella y Sartre serán los defensores y principales
propagadores de esta corriente filosófica, que tiene como
voceros a otros ilustres filósofos como: Kierkegaard,
Heidegger, Merleau Ponty, para citar algunos entre los más
conocidos.
Ella dedicará su vida entera a la escritura y
tocará casi todos los géneros: el ensayo,
la novela, y
el teatro. Dejando
así, plasmado su pensamiento
para que las generaciones futuras vean en su coraje y su ejemplo,
una alternativa viable para romper esquemas, creando a
través de sus elecciones de vida y sus propias existencias
otras opciones.
Guardo de Simone de Beauvoir dos legados
importantes: Primero, la lucha por la igualdad del
género femenino y en esto nos queda todavia un camino
largo por andar, sobre todo en nuestros países
latinoamericanos, donde nos es necesario ganar más espacio
en diversos campos: el ámbito político y el
empresarial, por nombrar los más importantes.
El segundo es el respeto a los
derechos
humanos, el derecho a la diferencia. Este respeto lo podemos
medir en la capacidad que tenemos de aceptar al otro en su
diferencia y aceptar significa entender al otro ser humano, no al
que se nos parece, sino a aquel que por sus opiniones, valores u
opciones está más alejado de nosotros. Que
mérito habría en aceptar al que ya piensa como yo
?
Rigoberta Menchú
"La sonrisa, es el encanto de la mujer, es la
canción valiente de nuestra lucha" este verso de
Ibeler, hermano de Olowaili, simbolisa muy bien a la mujer, entre
afectividad, sensualidad, tenacidad, esfuerzo y lucha. Olowaili,
figura mítica o real, poco importa, es el simbólo
de lucha de la mujer Kuna. La única mujer que según
la tradición Kuna, luchó para defender el
territorio o "la madre tierra".
El indio y el negro, han sido y siguen siendo
discriminados.
Algunas personas han internalizado estos terminos como
inferiorizantes, despectivos o insultativos, la prueba de ello es
que muchos se esfuerzan por encontrar entre sus antepasados,
ancestros blancos, lo que evidentemente es más
meritorio.
Otra evidencia de esto, es que en este país de
mestizos, nadie quiere tener razgos indigenas o
negroides, ser llamado: "indio o negro" es considerado como un
insulto.
Para comprender a otro ser humano en su identidad y en
su diferencia es necesario ponernos en su lugar. Imaginese el
choque cultural que es el de confrontar otra cultura, con otros
códigos sociales, costumbres, lengua, en
dónde lo que era permitido: la propiedad
colectiva de las cosas, por ejemplo, ya no lo es.
A esto agreguele el dolor que debe sentir un ser humano al que
se le mira con lástima y algunas veces hasta con
desprecio. Imaginese que se siente cuando la gente se mofa de sus
atuendos tradicionales, de su forma de hablar o de su aspecto
físico. Que dolor el que aún encontremos dichos
comportamientos en nuestro Panamá
mestizo y crisol de razas.
Rigoberta Menchu, ha situado a la mujer indigena en un
sitial que ninguna otra mujer había alcanzado
anteriormente en el plano internacional, por este motivo merece
nuestra más profunda admiración,
consideración y respeto.
Rigoberta Menchu, activista de los derechos humanos y premio
nobel de la paz de 1992, nació en un pequeño pueblo
localizado en el norte de Guatemala,
Chimel, en 1959, decendiente de la antigua cultura
Maya-Quiché.
No tuvo la oportunidad de ir a una escuela, ya que
las necesidades económicas de la familia la
llevarón a trabajar desde muy temprana edad, ocho
años, en las plantaciones de café y
algodón
de las costas. Allí conoció, las terribles
condiciones de los trabajadores del campo, quienes a las largas
jornadas laborales, le agregan las pesimas condiciones de
vida.
Aquí también conoció el dolor profundo
que ocasiona la perdida de un ser querido. Dos de sus hermanos
murieron en las plantaciones, uno del envenenamiento causado por
los pestisidas y el otro de malnutrición.
Su padre fue un lider campesino
indigena, que se distinguió en las luchas por la
posesión de las tierras, llevadas en contra de los
terratenientes y de la cupula militar en el poder; lucha
que le acarreo arrestos multiples.
En 1979 el hermano de Rigoberta, Petrocinio fue raptado por
soldados, torturado y quemado vivo delante de su familia. El
año siguiente en 1980, su padre junto con 38 lideres
indigenas fueron quemados frente a la Embajada de España,
cuando protestaban por la violación de los derechos
humanos indigenas. Su madre fue raptada, violada, torturada y
asesinada en 1981.
Luego de la muerte de
su madre, en 1984, Rigoberta se establece en Méjico y
escribe su biografía, "Yo
Rigoberta Menchu"; en donde describe sus sufrimientos y los del
pueblo indigena. Este libro y su
actividad en pro de los derechos humanos atrajo la atención internacional sobre los conflictos en
Guatemala.
Por toda esta labor y su vida de lucha que es un reflejo de su
profunda convicción, le otorgarón el premio nobel
de la paz en 1992. Con el monto de este premio, Rigoberta
creó una fundación en pro de los derechos humanos
del pueblo indigena. Fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad en
el Año Internacional de los Pueblos Indigenas en 1993 y
Asesora Personal del
Director General de la UNESCO.
Respeto y admiro en Rigoberta Menchu su tenacidad, su fuerza y el
orgullo que posee de su identidad indigena, que se entremezclan
con un dominio absoluto
del lenguaje, el
manejo de los conceptos y con un conocimiento
ecléctico en diversos temas socio-políticos y
económicos a nivel regional e internacional.
En cuanto a nuestras mujeres indigenas panameñas, el
encuentro de mujeres Clara González, llevado a cabo el
día 8 de marzo de 1993 en el Colegio Javier,
conformó la
organización de la mujeres indigenas: Kunas,
Ngóbe-Buglé, Emberá-Wounaan y Nazos.
Como ya sabemos la unión hace la fuerza y el nacimiento
formal de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indigenas de
Panamá, el 11 de junio de 1993, en la comunidad de
Capira, Chorrera, marca el inicio
de la vida organizativa del conjunto de las mujeres
indigenas.
La Democracia no
es un concepto
vacío; implica aceptación de la diversidad,
diversidad de ideas, de credos, de ideosincracia, de culturas y
de razas. Construir la Democracia implica que eduquemos a
nuestros hijos con el más grande y profundo de los
respetos por sí mismo y por el otro ser humano, aquel que
es diferente a mi en todos los aspectos, fisica, social,
cultural, intelectual, y psico-afectivamente. Porque a pesar de
ser diferentes todos tenemos el derecho a la vida, a la
aceptación y a hacer parte integra y total de la
"humanidad".
"Hay hombres que luchan un día y son buenos,
hay otros que luchan un año y son mejores,
hay quienes luchan muchos años y son muy buenos,
pero hay los que luchan toda la vida esos son los
imprescindibles"
Cada vez que escucho estos versos de Beltrolt Bretch me
estremezco y me lleno de alegría al constatar que existen
mujeres y hombres, que nos hacen tener fé en la increible
potencialidad del ser humano; en su inconmensurable capacidad de
entrega, de comprensión, de empatía, de humildad y
de profunda humanidad. Seres que lo entregan todo en aras de un
ideal, su ideal, por motivaciones varias: políticas,
religiosas, humanitarias, sociales o espirituales.
Cualesquiera que sean sus razones, lo esencial es que estos
seres humanos se convierten por siempre en fuente de vida, y de
energía eterna, llegando así a sobrepasar la
materia, el
tiempo y el
espacio.
La Madre Teresa de
Calcuta, fué sin lugar a dudas, una de esas llamas
que estarán por siempre encendidas en la espiral de la
historia,
haciendo realidad ese famoso dicho Indio que tanto aficionaba:
"Es mejor encender una luz que maldecir
la oscuridad".
Albanesa de origen, nace en Yugoslavia, el 27 de agosto de
1910. De familia burguesa, decide desde muy temprana edad dedicar
su vida al servicio de
los otros. Se une a los 18 años, a las Hermanas de Loreto
en Irlanda y será asignada, en 1929, Profesora de Geografía al Colegio
Secundario de Santa Maria en Calcuta.
Agnes Gonxha Bojaxhiu, será a partir de 1931 conocida
en el mundo entero con el nombre de Madre Teresa de Calcuta, en
homenaje a Santa Teresa de Ávila.
Su contacto cotidiano con la miseria que la rodea en Calcuta,
la llevan a cuestionarse sobre su labor y su apostolado.
Sobre cuál sería la mejor manera de dar y
verdaderamente ponerse al servicio de los demás. Esos
seres humanos no sólo tiene necesidades materiales,
sino que también han dejado de sentirse seres humanos.
Necesitan volver a sentirse respetados, escuchados, apreciados,
que hay una mano amiga que se extiende en ese gran abismo en
donde se encuentran, que hay ojos de comprensión que los
alientan, que hay seres humanos en los que pueden confiar y con
los que pueden contar.
Por esta razón, Madre Teresa decide, solicitar una
dispensa papal para dedicarle su vida a estos hombres y mujeres
que la sociedad ya había abandonado.
El Papa Pio XII le concederá este permiso para vivir
como monja independiente en 1948.
A partir de ese momento vivirá plenamente según
lo que será el principal apostolado de su orden: servir a
los más desheredados.
En este nuevo caminar su primera preocupación
serían los niños
de las calles, los moribundos, los ancianos abandonados, los
leprosos y todos los parías de la sociedad. Con su ejemplo
y su labor ella fue símbolo viviente de lo que es el
verdadero principio cristiano de "amar a su prójimo como
asi mismo".
Este ejemplo de vida, atraerá numerosos servidores que
hacen igual promesa de no recibir ningún beneficio
material o recompensa por el trabajo
efectuado.
Estas nuevas reclutas se convertirán luego en las
Misioneras de la Caridad y serán reconocidas por el Papa
Pablo VI en 1965 y puestas bajo el control directo
del papado. En los años subsiguientes la Madre Teresa
conseguirá establecer numerosos grupos en otros
países. Hoy día, 3000 monjas pertenecen a las
Misioneras de la Caridad y se encuentran en 25 países de
los cinco continentes.
El haber ganado el Premio Nobel de la Paz en 1979 hizo que su
labor fuera del conocimiento de un mayor público y
multiplico por este hecho su influencia a nivel internacional,
generando nuevas reclutas y estableciendo nuevas
congregaciones.
El modelo de
cristianismo
reflejado por la vida y las obras de la Madre Teresa nos muestra una
imagen de comprensión, aceptación y tolerancia,
contraria a la que algunas veces es transmitida por algunos
representantes de la Iglesia y
feligreses y que muchas veces, infelizmente, integramos
internamente: la de un Dios castigador, sentenciador y juez, que
está al acecho de cualquier imperfección, para
castigarnos si cometemos cualquier desliz voluntario o
involuntario.
Esa imagen rígida y de "obligatoriedad de
perfectibilidad", del "deber ser", de conformarse a ciertas
normas,
preceptos o marcos de referencia que no dejan margen a la
paradoja humana, a la expresión de las necesidades
humanas, a la contradicción o en fin a la esencia misma de
lo que es la complejidad del ser humano, el ser imperfecto.
Se fue como vivió, humilde y discretamente. Su muerte en
1997, fue opacada por la de una figura que hizo las portadas de
las revistas populares: La Princesa Diana, ¿Qué
reconocimiento damos nosotros a aquellos seres que sacrifican su
vida en pro de los excluidos? Me viene a la mente algo que ella
solía decir, "sólo se es solidario realmente si lo
que damos nos cuesta darlo". No debemos olvidar que las acciones de la
Madre Teresa, hicieron la diferencia entre la vida y la murete
para miles y miles de seres humanos.
Por:
Celia Moreno Serrano
La autora es Doctora en Ciencias
Políticas