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Costumbrismo




Enviado por rocisaro



    1. Costumbrismo
    2. Los cuadros de costumbre:
      concepto
    3. La Novela
      Costumbrista
    4. Modernismo
    5. Justo Sierra
      (1848-1912)
    6. Poesía
      Contemporánea Del Siglo XX

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    "Las instancias de los montañeses me hicieron
    permanecer con ellos hasta las cuatro de la tarde, hora en que,
    después de larguísmas despedidas, me puse en camino
    con Braulio, que se empeñó en acompañarme".
    (María, Cap. 22)

    Costumbrismo:

    Tendencia o género
    literario que se caracteriza por el retrato e interpretación de las costumbres y tipos
    del País. La descripción que resulta es conocida como
    "cuadro de costumbres" si retrata una escena típica, o
    "artículo de costumbres" si describe con tono
    humorístico y satírico algún aspecto de la
    vida.
    (Raquel Chang-Rodríguez and Malva E. Filer, Voces de
    Hispanoamérica
    535)

    Los cuadros de
    costumbre: concepto:

    Los cuadros de costumbres, llamados también
    artículos de costumbres son bocetos cortos en los que se
    pintan costumbres, usos, hábitos, tipos
    característicos o representativos de la sociedad,
    paisaje, diversiones y hasta animales, unas
    veces con el ánimo de divertir (cuadros amenos) y otras
    con marcada intención de crítica
    social y de indicar reformas con dimensión
    moralizadora.

    El artículo de costumbre es uno de los
    géneros más ampliamente leídos en el Mundo
    Hispánico, al parecer porque interpretan raíces
    hondas de la raza y corresponden al gusto por estos estudios de
    la realidad circundante. Son características de los
    cuadros de costumbres: acendrado localismo en sus tipos y
    lengua;
    color local,
    énfasis en el enfoque de los pintoresco y representativo;
    popularismo; sátira y crítica social, con
    intención de reforma; infiltración del tema
    político-social; reproducción casi fotográfica de la
    realidad con escenas a veces muy crudas y vocabulario rudo y
    hasta grosero; colorido, plasticidad. Constituye el costumbrismo
    el punto de partida para el realismo y el
    naturalismo que vendrían después. El cuadro
    costumbrista nació indisolublemente ligado al periodismo,
    quizás por su carácter popular y su anhelo de resaltar
    costumbres contemporáneas.
    (Orlando Gómez Gil, Historia crítica de la
    literatura
    hispanoamericana
    344)

    La Novela
    Costumbrista:

    ". . . la novela
    costumbrista tuvo numerosos cultores. En parte, la novela
    costumbrista debe considerarse como la hermana mayor del cuadro
    de costumbres, que tanta difusión alcanza en la
    época. Aunque en realidad lo que hacía por lo
    común la novela costumbrista era disponer como fondo una
    sucesiín de escenas populares, de acentuado color local, a
    las cuales estaba íntimamente ligada la trama de la
    obra.

    A su vez, conviene declarar que ciertos contactos entre
    la novela social y la novela costumbrista se rompen al considerar
    que la segunda acentúa en particular lo local, lo
    pintoresco que trata de justificarse precisamente por eso, en su
    carácter propio, distintivo, fuera de alegatos o choques
    de capas sociales.

    La novela costumbrista tuvo especial resonancia en
    algunos países. Así, en México, en
    Colombia, donde
    el costumbrismo penetra también en el campo de otras
    novelas, no
    específicamente costumbristas. Por ejemplo, es notorio el
    peso que elementos de esta naturaleza
    tienen en una novela sentimental como María, de
    Jorge Isaacs. Es evidente que el costumbrismo no se superpone
    aquí al eje fundamental de relato, pero es indudable
    también que –aun sin fusionarse– lo sentimos (y
    evocamos) como un elemento imprescindible del relato: fondo vivo
    y –¿y por qué no?– tema secundario que sirve a
    menudo de necesaria, aquietadora alternancia a la historia sentimental.
    También, punto de referencia, ámbito de hombre y
    circunstancia en que la novela nace.

    En general, el costumbrismo suele hallarse como
    ingrediente en gran parte de las novelas hispanoamericanas de
    todo tipo, de la misma manera que suele hallarse el paisaje
    americano. Así como a veces recurrían a
    épocas y tierras lejanas, en ansías de
    evasión, otras veces gustaban de lo cercano y cotidiano,
    que –entonces, sobre todo– despuntaba primicias
    inéditas. Era esta también una manera de ganar
    lectores y aun de dar "sello" americano a las novelas. Por una
    parte, realidad conocida (para el lector de estas tierras), y,
    por otra, diferenciación frente a obras más famosas
    que venían del otro lado del Atlántico.

    Naturalmente, resultaba común que la obra
    costumbrista americana, en su afán de reflejar de la
    manera más fiel posible una realidad, abundara en
    localismos. De ahí también las notas y
    explicaciones en textos que aspiran a ganar lectores lejanos.
    (Emilio Carilla, El romanticismo en
    la América
    hispánica
    323-25)

    MODERNISMO

    En el último tercio del siglo XIX ocurre un movimiento
    literario nacido en América destinado a revolucionar la
    literatura en lengua española en general y en particular
    la poesía.
    Esta es la primera contribución original de
    Hispanoamérica a la literatura universal. Se sitúa
    su inicio con la aparición del libro Azul, de
    Ruben Darío, en 1888. El nombre de Modernismo,
    aunque impropio pretende advertir su intención renovadora
    . Acepta lo mismo elementos antiguos que modernos y se alimenta
    de todas las tendencias literarias que predominaron en Francia en el
    siglo XIX. Al principio fue una reacción contra los
    excesos del romanticismo, pero su actitud no
    sólo fue negativa, sino ecléctica, de modo que en
    el modernismo se conjugan parnasianismo, simbolismo, realismo,
    naturalismo, impresionismo
    romanticismo, con una base considerable de clasicismo español.
    Estos caracteres tan peculiares y esa libertad cuyo
    único límite es la vulgaridad de la
    expresión o las formas caducas y retóricas, lo
    alejan del concepto rígido de escuela y resulta
    más lógico considerar al modernismo como corriente
    o movimiento literario. Ya que el modernista aspira a la
    renovación de la literatura y particularmente de la
    poesía, su característica principal es el
    refinamiento verbal, como reacción contra el descuido de
    los románticos por la forma. El modernista lucha contra
    las imágenes
    gastadas, el sentimentalismo exagerado, la vulgaridad. Busca
    originalidad en imágenes, metáforas y uso del
    adjetivo. Inventa nuevas armonías variando los acentos de
    los versos; prefiere las rimas no usuales que su poesía
    sea prolongación de la música. El deseo de
    perfección formal, que proviene en buena parte del
    parnasianismo francés, se advierte tanto en el cuidado por
    pulir un verso que tenga validez por su limpidez y pureza de
    línea, como por los temas de inspiración
    plástica y aprovechamiento de los recursos del
    arte
    pictórico y de las artes plásticas. El modernismo
    interpreta el mundo a través de sensaciones y descubre, en
    consecuencia, las correspondencias sensoriales que enriquecen la
    expresión; la sinestesia fue, por tanto, recurso favorito
    de los modernistas.
    Cualidad esencial del modernismo es el cosmopolitismo, ya sea que
    se acerquen directamente a otros países o que el
    intercambio de ideales e inquietudes se haga a través de
    publicaciones. Lo oriental tuvo entusiastas propagandistas, tanto
    en Francia como en América; lo mismo ocurre con los
    motivos nórdicos o grecolatinos. El exotismo, en general,
    tanto en el espacio como en el tiempo, tuvo
    entre los modernistas muchos partidarios.
    La inquietud por la urgencia de una renovación es
    simultánea en diversos puntos de América.
    Así lo demuestran publicaciones con ideales comunes como
    La Nación
    y la Revista de
    América, en Buenos Aires; la Revista Azul y la Revista
    Moderna, en México. El movimiento modernista,
    exótico, individualista, refinado y cosmopolita, se inicia
    en el último tercio del siglo XIX y termina alrededor del
    año de 1914. Tiene una etapa de iniciación, otra de
    realización y una tercera de difusión. Si en un
    principio buscó ávidamente la originalidad y la
    perfección formal, después intenta llegar a una
    expresión artística profundamente americana.
    El modernismo, movimiento continental, tiene como precursores e
    iniciadores a Agustín F. Cuenca, Justo Sierra, Manuel
    Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz
    Mirón, Julián del Casal, José
    Asunción Silva y José Martí.
    Su realizador genial fue el nicaragüense Rubén Dario
    y los continuadores de esta corriente Leopoldo Lugones, Julio
    Herrera y Reissig, Ricardo Jaimes Freyre, José Santos
    Chocano, Amado Nervo y otros.
    Se acusa al modernismo de exótico, artificial y
    afrancesado. Sin embargo, el exotismo proviene del romanticismo y
    permite a la poesía una amplia renovación de temas.
    En cuanto a la imitación de escritores franceses, lo que
    hace es apropiarse de sus innovaciones para crear una
    poesía nueva. No se detiene en Francia, sino vuelve los
    ojos a otras literaturas extranjeras: a la norteamericana
    (Whitman, Poe), a la italiana (D'’nnunzio), a la
    española (poetas de la Edad Media y
    del Siglo de Oro), a la
    latina (Virgilio), etc. Aunque al final cayó en lo
    artificioso y superficial, con Darío y los grandes poetas
    modernistas la lengua española se renueva y vivifica al
    mismo tiempo que expresa la originalidad artística y los
    ideales del pueblo americano.
    En efecto, los últimos románticos son los primeros
    modernistas. En México Agustín F. Cuenca
    (1850-1884), compañero de los poetas románticos
    más exaltados como Acuña y Flores, representa la
    transición entre el romanticismo y el modernismo. Autor de
    la obra dramática La cadena de hierro,
    celebrada en su tiempo, poeta lírico "gongorista" y
    "torrentoso" en su libro póstumo Poemas
    selectos en que pone el tono elegíaco, ensaya nuevos
    ritmos y efectos musicales, emplea con acierto el elemento idea,
    el ritmo y la música.

    JUSTO SIERRA
    (1848-1912)
    Cronológicamente, a Sierra le
    corresponde el segundo lugar entre los precursores del
    modernismo. Su relevante personalidad
    ofrece muchos puntos de interés
    porque en él convergen actividades literarias,
    históricas, políticas
    y docentes. Hijo
    del novelista y jurisconsulto yucateco Justo Sierra
    O’Reilly, se dio a conocer en las letras en 1868. De esta
    primera época es su composición Playeras, en la que
    se ha querido ver un anuncio del modernismo. Aunque su producción poética es parca y nunca
    recogida en libro por el autor, fue la poesía labor
    constante de toda su vida, al lado de otros géneros que
    cultivó con mayores resultados, como el ensayo, el
    periodismo, el cuento, la
    novela, discursos,
    libros de
    viajes,
    crítica
    literaria, etc. Los ideales liberales y todos los temas del
    romanticismo mexicano aparecen en los primeros versos de Sierra.
    En consonancia con su posición de hombre público
    abundan las poesías
    de circunstancias, que no por serlo carecen de originalidad y
    elocuencia. Su evolución hacia mayor pureza lírica
    la marcan Matinal, Otoñal y los sonetos del Funeral
    bucólico, en que se observa su abandono del romanticismo y
    la aceptación de las formas parnasianas. Publica en la
    Revista Azul su traducción de cinco sonetos de Los trofeos
    de Heredia, en los que se advierte el aprovechamiento de los
    recursos plásticos
    y sonoros. En el poema Otoñal, Sierra abandona la
    entonación cívica para expresar sentimientos
    íntimos. El beato Calasanz es el poema más
    ambicioso de Sierra. Aquí hace alarde de su dominio de la
    versificación y reúne formas clásicas,
    románticas y premodernistas, con el sentido
    ecléctico propio del modernismo.

    POEMA I José Martí

    Oigo un suspiro, a través

    De las tierras y la mar,

    Y no es un suspiro, –es

    Que mi hijo va a despertar.

    Si dicen que del joyero

    Tome la joya mejor

    Tomo a un amigo sincero

    Y pongo a un lado el
    amor.

    Yo he visto al águila herida

    Volar al azul sereno,

    Y morir en su guarida

    La víbora del veneno.

    Yo sé bien que cuando el mundo

    Cede, lívido, al descanso,

    Sobre el silencio profundo

    Murmura el arroyo manso.

    Yo he puesto la mano osada

    De horror y júbilo yerta,

    Sobre la estrella apagada

    Que cayó frente a mi puerta.

    Oculto en mi pecho bravo

    La pena que me lo hiere:

    El hijo de un pueblo esclavo

    Vive por él, calla, y muere.

    Todo es hermoso y constante,

    Todo es música y razón,

    Y todo, como el diamante,

    Antes que luz es
    carbón.

    Yo sé que el necio se entierra

    Con gran lujo y con gran llanto,–

    Y que no hay fruta en la tierra

    Como la del camposanto.

    Callo, y entiendo, y me quito

    La pompa del rimador:

    Cuelgo de un árbol marchito

    Mi muceta de doctor.

    Tema-. Que no todo lo que vale la pena en la vida
    es lo que es hermoso, bello o costoso, que lo que verdaderamente
    importa son los sentimientos como el amor, el
    dolor, o la paz.

    Melancolía-. De horror y júbilo
    yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi
    puerta.

    Metáfora-. Oigo un suspiro, a
    través De las tierras y la mar, Si dicen que del
    joyero

    Tome la joya mejor Tomo a un amigo sincero

    Preciosismo-. Volar al azul sereno, Todo es
    hermoso y constante,

    Todo es música y razón,

    Y todo, como el diamante,

    Prosopopeya-. Sobre el silencio profundo Murmura
    el arroyo manso

    Frivolidad-. De horror y júbilo yerta,
    Sobre la estrella apagada

    Comparación-. Yo sé que el necio se
    entierra

    Con gran lujo y con gran llanto

    Y que no hay fruta en la tierra Como
    la del camposanto.

    Opinión-.Pues creo que el autor es
    demasiado extremista, presuntuoso y casi siempre quieren verle lo
    bueno a la vida aunque no sea cierto.

    La duquesa Job Manuel Gutierrez
    Najera

    En dulce charla de sobremesa,

    mientras devoro fresa tras fresa

    y abajo ronca tu perro Bob,

    te haré el retrato de la duquesa

    que adora a veces el Duque Job

    No es la condesa de Villasana

    caricatura, ni la poblana

    de enagua roja, que Prieto amó;

    no es la criadita de pies nudosos,

    ni la que sueña con los gomosos

    y con los gallos de Micoló.

    Mi duquesita, la que me adora,

    no tiene humos de gran señora:

    es la griseta de Paul de Kock.

    No baila Boston, y desconoce

    de las carreras el alto goce,

    y los placeres del five
    o’clock.

    Pero ni el sueño de algún
    poeta,

    ni los querubes que vio Jacob,

    fueron tan bellos cual la coqueta

    de ojitos verdes, rubia griseta

    que adora a veces el Duque Job.

    Si pisa alfombras, no es en su casa,

    si por Plateros alegre pasa

    y la saluda Madam Marnat,

    no es, sin disputa, porque la vista;

    sí porque a casa de otra modista

    desde temprano rápida va.

    No tiene alhajas mi duquesita,

    pero es tan guapa, y es tan bonita,

    y tiene un cuerpo tan v’lan, tan
    pschutt;

    de tal manera trasciende a Francia

    que no la igualan en elegancia

    ni las clientes de
    Hélène Kossut.

    Desde las puertas de la Sorpresa

    hasta la esquina del Jockey Club,

    no hay española, yanqui o francesa,

    ni más bonita, ni más
    traviesa

    que la duquesa del Duque Job.

    ¡Cómo resuena su taconeo

    en las baldosas! ¡Con qué
    meneo

    luce su talle de tentación!

    ¡Con qué airecito de
    aristocracia

    mira a los hombres, y con qué gracia

    frunce los labios- ¡Mimí
    Pinson!

    Si alguien la alcanza, si la requiebra,

    ella, ligera como una cebra,

    sigue camino del almacén;

    pero ¡ay del tuno si alarga el brazo!

    ¡nadie le salva del sombrillazo

    que le descarga sobre la sien!

    ¡No hay en el mundo mujer
    más linda!

    Pie de andaluza, boca de guinda,

    esprit rociado de Veuve Clicquot;

    talle de avispa, cutis de ala,

    ojos traviesos de colegiala

    como los ojos de Louise Théo!

    Ágil, nerviosa, blanca, delgada,

    media de seda bien restirada,

    gola de encaje, corsé de
    ¡crac!,

    nariz pequeña, garbosa, cuca,

    y palpitantes sobre la nuca

    rizos tan rubios como el coñac.

    Sus ojos verdes bailan el tango;

    ¡nada hay más bello que el
    arremango

    provocativo de su nariz!

    Por ser tan joven y tan bonita,

    cual mi sedosa, blanca gatita,

    diera sus pajes la emperatriz.

    ¡Ah, tú no has visto cuando se
    peina,

    sobre sus hombros de rosa reina

    caer los rizos en profusión!

    ¡Tú no has oído
    qué alegre canta,

    mientras sus brazos y su garganta

    de fresca espuma cubre el jabón!

    ¡Y los domingos!…¡Con qué
    alegría

    oye en su lecho bullir el día

    y hasta las nueve quieta se está!

    ¡Cuál acurruca la perezosa,

    bajo la colcha color de rosa,

    mientras a misa la criada va!

    La breve cofia de blanco encaje

    cubre sus rizos, el limpio traje

    aguarda encima del canapé;

    altas, lustrosas y pequeñitas,

    sus puntas muestran las dos botitas,

    abandonadas del catre al pie.

    Después, ligera, del lecho brinca.

    ¡Oh quién la viera cuando se
    hinca

    blanca y esbelta sobre el colchón!

    ¿Qué valen junto de tanta
    gracia

    las niñas ricas, la aristocracia,

    ni mis amigas de cotillón?

    Toco; se viste; me abre; almorzamos;

    con apetito los dos tomamos

    un par de huevos y un buen bistec,

    media botella de rico vino,

    y en coche juntos, vamos camino

    del pintoresco Chapultepec.

    ¡Desde las puertas de la Sorpresa

    hasta la esquina del Jockey Club,

    no hay española, yanqui o francesa,

    ni más bonita ni más traviesa

    que la duquesa del Duque Job!

    Tema-. Belleza singular de una joven
    afrancesada

    Metáfora-. ¡No hay en el mundo mujer
    más linda!

    Pie de andaluza, boca de guinda,

    esprit rociado de Veuve Clicquot;

    talle de avispa, cutis de ala,

    Preciosismo-. tiene un cuerpo tan
    v’lan, tan pschutt;

    Jockey Club,

    Por ser tan joven y tan bonita,

    cual mi sedosa, blanca gatita,

    Cromatismo-. , blanca gatita

    boca de guinda,

    Opinión-. Este poema me gustó mucho porque
    describe muy bonito todo lo referente a Francia y a una chica que
    está afrancesada

     Para entonces Manuel Gutierrez
    Najera

    Quiero morir cuando decline el día,

    en alta mar y con la cara al cielo;

    donde parezca sueño la
    agonía,

    y el alma, un ave
    que remonta al vuelo.

    No escuchar en los últimos
    instantes,

    ya con el cielo y con el mar a solas,

    más voces ni plegarias sollozantes

    que el majestuoso tumbo de las olas.

    Morir cuando la luz, triste, retira

    sus áureas redes de la onda
    verde,

    y ser como ese sol que lento expira:

    algo muy luminoso que se pierde.

    Morir, y joven: antes que destruya

    el tiempo aleve la gentil corona;

    cuando la vida dice aún: soy tuya,

    aunque sepamos bien que nos traiciona.

    Tema-. Referente a la muerte

     Metáfora-. el alma, un ave que
    remonta al vuelo; ser como ese sol que lento expira, cuando la
    vida dice aún: soy tuya, aunque sepamos bien que nos
    traiciona

    Cromatismo-. sus áureas redes de la onda
    verde

    Opinión-. Este poema creo que sí
    habla de algo muy real referente a la muerte el
    cual es un tema que a la sociedad no le gusta mencionar pero es
    algo que se vive día con día

    POESÍA
    CONTEMPORÁNEA DEL SIGLO
    XX

    El siglo XX es, en realidad, una evolución de los
    presupuestos
    anteriores.  La libertad y originalidad se desbordan hasta
    lo irracional. Las vanguardias de comienzo de siglo plantean el
    dilema entre poesía humanizada –personal,
    sentimental y de emociones– o
    poesía pura -del ingenio, el artificio y el juego-. Sin
    embargo, el poeta parece transgredir alegremente las fronteras
    entre una y otra, y usar de lo que le conviene en cada caso.
     La Guerra civil
    española crea una ruptura que abarca casi la mitad del
    siglo. A partir de entonces, la lírica sigue caminos
    inciertos entre humanización y deshumanización.
    Aunque parezca predominar la primera tendencia, ni existe una
    verdadera oposición entre las dos, ni puede prescindirse
    de ninguno de ambos aspectos.

    Muy cercana la vida y obra de escritores
    contemporáneos nuestros, es difícil emitir juicio
    sobre sus valores y
    trascendencia. En la revista que pasaremos a la literatura de
    nuestro siglo nos limitaremos a enunciar obras y autores,
    señalando características de calidad
    sólo cuando ellas se encuentran por encima de toda
    critica; no menospreciaremos por eso la labor de otros autores
    pero que , por hallarse su labor sujeta a revisión
    todavía no ha ido sancionada públicamente. Esto
    explicaría también la omisión de algunos
    nombres,.

    Difícil es, además, encasillar en formas
    rígidas a estos autores especialmente en poesía por
    cuanto hombres de nuestro vertiginoso siglo van evolucionando y
    pasando de una escuela a otra. La enumeración se hace
    siguiendo el orden cronológico e nacimiento y la
    disposición adoptada se hizo atendiendo lo más
    relevante del género en que volcaron sus preferencias,
    ejemplo de esto son los renombradísimos Jaime Sabines y el
    galardonado Octavio
    Paz.

    Sabines

    Me encanta Dios.
    Me encanta Dios. es un viejo magnífico que no se toma en
    serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa
    la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente.
    Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante
    torpe con las manos.
    Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo,
    o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos
    portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos
    conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la
    lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre de
    traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para
    que la vida – no tú ni yo – la vida, sea para siempre.
    Ahora los científicos salen con su teoría
    del Big Bang
    Pero ¿que importa se el universo se
    expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto
    sólo para agencias de viajes.
    A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y
    distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas.
    y es tan juguetón y travieso que el otro día
    descubrí que ha hecho- frente al ataque de los
    antibióticos- !bacterias
    mutantes¡
    Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con
    sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o
    pinta el cielo de manera increíble.
    Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y
    cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de
    su aliento.
    Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y
    manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas
    alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la
    tierra que
    cambia- y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
    Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido
    de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de
    mis hermanos, la mujer mas
    amada, el perrito y la pulga, la piedra mas antigua, el
    pétalo mas tierno, el aroma más dulce, la noche
    insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
    A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a
    Dios.

    Ttema-. habla sobre Dios pero ya no como algo lejano
    sino como algo nuestro y cotidiano

    Opinión-. Este poema es realmente algo dieferente
    ya no es lo típico de la rima y métrica ya es algo
    en el que el autor se expresa libremente y escribe algo que le
    gusta mucho, habla sobre aguien que a todos nos deberìa de
    encantar.Habla de un Dios más humano y sencillo y que por
    su existencia el mundo debe ser menos complicado, de un Dios
    divertido,¡que padre ser fan de Dios!

    Octavio Paz Niña

    A Laura Elena

    Nombras el árbol, niña.
    Y el árbol crece, lento,
    alto deslumbramiento,
    hasta volvernos verde la mirada.

    Nombras el cielo, niña.
    Y las nubes pelean con el viento
    y el espacio se vuelve
    un transparente campo de batalla.

    Nombras el agua,
    niña.
    Y el agua brota,
    no sé dónde,
    brilla en las hojas, habla entre las piedras
    y en húmedos vapores nos convierte.

    No dices nada, niña.
    Y la ola amarilla,
    la marea de sol,
    en su cresta nos alza,
    en los cuatro horizontes nos dispersa
    y nos devuelve, intactos,
    en el centro del día, a ser nosotros.

    HABLA DE UNA NIÑA, DE LA CUAL ESTÁ TAN
    ENAMORADO, QUE PARA EL TODO LO QUE ELLA DIGA SE REALIZARA,, COMO
    SI ELLA FUERA DIOS Y TUVIERA PODER SOBRE
    TODO EL MUNDO.

    María del Rocío Saro
    Avalos

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