Trabajo de grupo
- Como evolucionaron los medios de
comunicación desde las épocas
antiguas? - Cuáles son los principales
MCM. (Medios de comunicación masivos) a los que accede
la población mundial? - Como actúan los MCM en la
transmisión de los valores? - Que piensan los
sociólogos que adoptan la teoría marxista sobre
el uso que los propietarios de las MCM les dan en las
sociedades capitalistas? - Cómo pueden los MCM
legitimar un sistema? - Cómo afectan los MCM en la
educación? - Puede usted presentar una
crítica al papel educativo de los
MCM?
En la antigüedad los medios de
comunicación eran bien rudimentarios. Como ejemplo
podemos citar las escrituras cuneiformes en piedra, usadas por
los mayas,
asirios, caldeos, y piedra y papiro, a ejemplo de los egipcios.
En la parte septentrional de África, se usaban los
tambores hechos con troncos de árboles, citando como ejemplo las sociedades
zulú, watussi y otras, que conservan esos medios hasta
hoy, y en América, el humo creado a partir de la
quema de hojas verdes.
En el siglo XV Gutemberg inventó los tipos
móviles, posibilitando la reproducción en serie de los textos
escritos y tres siglos más tarde, surgieron los primeros
periódicos diarios.
En el siglo XIX, con las transformaciones en el mundo
económico, hubo un gran impulso en las innovaciones
tecnológicas y con la expansión del capitalismo,
la diversión y la distracción se volvieron un
floreciente negocio, además de los programas de
negocios
necesarios para los capitalistas.
Los MCM pasaron a formar parte de la actividad
económica al promover un rápido flujo de
informaciones que ayudan a los empresarios a tomar sus decisiones
de negocios.
En el campo político, los grupos liberales
necesitan buscar constantemente el apoyo de la población, y por eso surge la necesidad de
formar opinión a través de los periódicos.
Ya los grupos dictatoriales precisan divulgar sus
ideologías.
En el siglo XX acontece la revolución
de los MCM, como formación y diversión.
La mayoría de los integrantes de la
población tiene como MCM a la
televisión y la radio. Una
pequeña minoría usa los diarios.
Los datos de la
UNESCO de 1988 apuntan lo siguiente:
Periódicos escritos / cantidad de ejemplares por
mil habitantes:
Japón 566
Estados Unidos 259
México 124
Italia 105
Chile 67
Brasil 55
En relación a la audiencia infanto-juvenil de la
televisión, la UNESCO apunta datos de
1991:
Estados Unidos 73%
Inglaterra 72%
Canadá 65%
Irlanda 55%
España 54%
Corea del Sur 51%
En Brasil los datos
de la pesquisa apuntan a la población de 04 a 14
años como siendo el principal grupo de
consumo de la
misma, siendo que los de mayor poder
económico asisten 22 horas semanales y los de menor poder
adquisitivo 15 horas por semana.
Por más válidas que sean las
críticas al tipo de los medios de
comunicación, no debemos olvidar la enorme ayuda que
ellos prestan a la educación de
manera general y a la instrucción en
particular.
- Diarios y Revistas:
Se preocupan can la transmisión y debates que
acontecen en el día tanto en Brasil como en el exterior.
Con eso, se deja al ciudadano actualizado (visión del
mundo).
En los grandes centros el
periódico trae suplementos científicos y
culturales, así como revistas infantiles.
Las pesquisas muestran que los hijos de padres que leen
periódicos se tornan mejores lectores.
Los profesores solicitan trabajos que obligan a realizar
la lectura de ese
vehículo de comunicación (actuales o no).
- Radio:
Las estadísticas indican que jóvenes
oyen bastante radio, a pesar de
preferir las estaciones de Frecuencia Modulada
(música
todo el tiempo) en
lugar de Amplitud Modulada (más periodismo)
habiendo un espacio reducido para el ejercicio del periodismo
radiofónico.
A pesar de todo, existen innumerables radios con
preocupación educativa, en donde existe el predominio de
entrevistas,
periodismo, música, etc.
Su programación, lejos de ser monótona,
se ha vuelto cada vez más interesante, pues los programas
musicales divulgan la música popular brasileña , la
música clásica, transmitiendo a los jóvenes
ese valor
cultural.
La radio ha sido usada también para la
transmisión de cursos de reciclaje,
dirigidos a profesores.
- TV:
La mayor acusada de "deseducar" los jóvenes es la
televisión, por tanto no podemos olvidar
que es ella la que trae con gran suceso la adecuación
entre educación y diversión. Por
ejemplo:
- Dibujos animados:
Adquieren carácter doctrinario, dejando al final
siempre una lección moral (o
moraleja).
- Programas educativos:
Obtienen cada vez más audiencia. Los canales
educativos estatales presentan cursos de idiomas, preparan para
el examen "vestibular" (examen de ingreso a la universidad),
transmiten conferencias, etc.
Algunas observaciones muestran que, a pesar de las
justas críticas, los medios de comunicación han
prestado más beneficios que perjuicios al campo de la
educación.
Los medios de comunicación actúan tanto en
el sentido de exaltar los valores
considerados importantes (lo que implica criticar aquellos
considerados perjudiciales a la vida en sociedad) como
en el sentido de establecer nuevos valores que
deberán orientar el comportamiento
de los individuos. Como ejemplo del primer caso, tenemos la
exaltación del amor del
casamiento, de la familia y
de la honestidad,
presentes en las telenovelas.
Continuando en el primer caso, debe ser citada la
incisiva condenación a la corrupción
que presenciamos en los primeros años de la década
del 90 en el Brasil.
Como ejemplo del segundo caso, tenemos la defensa de la
causa ecológica que pasó a predominar en los medios
de comunicación de la década del 70 para
acá.
Antes eran comunes las películas de
cacerías o de mujeres siendo obsequiadas con vistosos
tapados de piel. Hoy,
filmes de ese tipo causarían enormes protestas y un cierto
malestar en la audiencia. Con total certeza, los medios de
comunicación en masa contribuyeron decisivamente para
difundir los valores que actualmente orientan la relación
de los seres humanos con la naturaleza.
Dicen que los dueños de los medios de
comunicación en las sociedades capitalistas usan sus
vehículos para exprimir los valores y actitudes que
garantizan la reproducción del orden
capitalista.
Con eso, se quiere decir que los medios de
comunicación en masa están a servicio de
los capitalistas y no de los pobres, y esas ideas son repasadas
en los programas, en las noticias, en
los artículos, etc.
Otra reflexión que mucho interesa a la sociología de la educación se
refiere al carácter que los medios de comunicación
en masa asumen en las sociedades
contemporáneas.
Por más de veinte siglos, las manifestaciones
culturales y artísticas que expresaban el espíritu
humano aparecían de forma individualizada. Cada cuadro,
escultura, obra arquitectónica o pieza de teatro
poseía trazos singulares que lo diferenciaba de los
demás, inclusive de aquellos concebidos por el mismo
artista.
Según el sociólogo alemán Theodor
Adorno, las
manifestaciones artísticas del pasado apuntaban hacia la
necesidad del hombre de
emanciparse de todo aquello que realmente oprimía la
condición humana. Para él, los avances
tecnológicos, al propiciar la infinita
reproducción de los bienes
culturales, alteraban radicalmente la naturaleza de las
manifestaciones culturales.
En el pensamiento de
Adorno, las manifestaciones culturales de nuestro siglo, al
transformarse en productos de
la industria
cultural, se tornaron en mercadería y, por eso, pierden su
carácter emancipador.
El efecto práctico de ese proceso es la
destrucción de la dimensión crítica
del pensamiento humano y el fomento, en los individuos, de la
conformidad con el orden social.
La pérdida de esa dimensión
crítica, mientras tanto, no ocurre apenas en el campo
artístico. Ella también es fruto de la
consolidación de la sociedad de consumo.
Quien mejor caracterizó ese proceso fue el
filósofo alemán Herbert Marcuse. Para él,
las sociedades altamente industrializadas se caracterizan por la
producción en amplia escala de bienes
de consumo.
A través de los medios de comunicación, se
difunde la idea de que la realización humana se funda en
el TENER y no en el SER.
Así, el hombre
pierde su dimensión crítica en la medida en que es
llevado a creer que su liberación se encuentra justamente
en aquello que la producción industrial está lista
para darle. En la sociedad de consumo la "felicidad" es colocada
en venta bajo las
más variadas formas: ropas, casas, coches, joyas, etc. En
ella la propaganda
actúa en el sentido de domesticar las energías
humanas, dirigiéndolas hacia el consumo.
Para Marcuse, el individuo
pierde la libertad al
adoptar como suyas las necesidades impuestas por la industria
capitalista a través de la propaganda. Dice además
que tales necesidades impuestas son artificiales.
Tanto el pensamiento de Adorno como el de Marcuse, se
caracterizan por una visión extremamente negativa de los
medios de comunicación en masa. Para ambos, la creciente
presencia de esos vehículos en la vida social contribuye
para aumentar, cada vez más, la alienación del
hombre en relación a sí mismo.
Después de haber consultado bibliografía recomendada
sobre la influencia de los MCM en la educación, se llega a
la conclusión de que, cuando el asunto es la
dimensión educativa de los medios de comunicación
en masa, la inmensa mayoría de los textos
académicos que se refieren a ese asunto se restringe
apenas a la televisión.
Teóricamente, si se cree que alguno de los medios
de comunicación pueda desempeñar una acción
positiva o negativa en el proceso educativo, no hay razón
para dejar de creer que los otros medios puedan hacerlo
también.
Mientras tanto, la única explicación sobre
este hecho es que la misma se ha transformado en el centro de las
polémicas por causa de su alcance, de su dimensión
y en el carácter de su audiencia. Así, podemos
decir que la televisión tiene un alcance nacional, y que
es accesible a todas las clases
sociales, al paso que pocas son las radios o
periódicos que consiguen llegar a esta magnitud,
limitándose al ámbito regional.
En una sociedad capitalista, sería muy ingenuo
creer que la televisión podría prescindir de
anuncios publicitarios. La misma sobrevive por esta razón.
La gran mayoría de los pedagogos critica la
apelación o el vínculo emocional que se establece
entre el niño y su ídolo televisivo, el cual es
aprovechado por el medio para estimular el consumo de
determinados productos.
Para estos pedagogos, el bombardeo constante con las
propagandas acaba transformando a los niños
en consumidores compulsivos. En los adolescentes
esto está bien demarcado en la obsesión demostrada
por ellos por productos como championes, pantalones, camisetas y
otros objetos de marcas
famosas.
Los medios de comunicación masiva han sido
acusados de muchas maneras, pero la acusación más
importante es la que se refiere a la difusión de la
violencia. En
1990, los alumnos de la Escuela de
Comunicaciones
y Artes de la Universidad de San Paulo hicieron una pesquisa
sobre la violencia en la televisión. Asistieron a toda la
programación de todos los canales de la ciudad de San
Paulo durante una semana (28 de mayo a 03 de junio). Los datos de
la tabla que se encuentra abajo del texto
clasifican, en número de ocurrencias, las escenas de
violencia registradas por los investigadores.
ESCENAS DE VIOLENCIA EN LA
TV
Escenas de tortura 23
Puñaladas 56
Choques de vehículos 233
Peleas 651
Explosiones 886
Tiroteos 1940
Fuente: Revista Veja,
São Paulo, 04 Jul. 1990
No restan dudas de que un número exageradamente
grande de actos violentos es mostrado al espectador de TV. Los
defensores de la televisión alegan que los medios de
comunicación apenas divulgan la violencia existente en la
sociedad. Los críticos rebaten afirmando que la gran
exposición, especialmente de niños y
jóvenes, a actos violentos implica en deseducación,
o, dicho de otra manera, una educación según
principios
éticamente condenables.
Eso se debe a que la televisión contribuye
enormemente en la banalización de la violencia, la
enseñanza de técnicas
criminales y la difusión de la idea de que la violencia es
un medio legítimo para la resolución de problemas
individuales. Además, la banalización de la
violencia hace con que las personas pierdan la capacidad de
indignarse con ella y pasen a encararla como un componente normal
de la vida social.
Además de lo anteriormente mencionado, puede
relacionarse la directa influencia que la televisión
ejerce en la educación y la formación moral de los
niños, al vehicular mensajes subliminares a los
niños induciéndolos a una sexualidad
precoz, y a la disminución del hábito de la lectura, en
donde las pesquisas muestran que existe una relación
directa entre el abuso del hábito de ver TV y el bajo
desempeño escolar, aliado al desprecio por
la lectura (Fuente: Revista Veja, São Paulo, 20 Nov.
1991)
Los medios de comunicación en masa, por atender
al gusto medio de la población, acaban homogeneizando sus
productos, promoviendo una cierta alienación de la vida y
de sus problemas.
Entretanto, el espectador no sufre en su quehacer
cotidiano apenas y solamente por la influencia de esos
medios.
Él va a la escuela, al trabajo,
encuentra amigos, va a la iglesia, al
bar, al cine, en fin,
está expuesto a una serie de situaciones que hacen con que
él no sea completamente pasivo. Al contrario, lo que se
torna cada vez más evidente es que la construcción del sentido que es presentado
por los medios de comunicación, especialmente la
televisión, es hecha también por la
discusión entre personas que integran el mismo grupo
social. Es contando los hechos de una telenovela que se construye
su sentido.
Hay innumerables discusiones sobre si la
televisión es un bien o un mal. De un lado se coloca su
carácter de democratización de la cultura, una
vez que es accesible por todos.
De otro, se discute su papel de formación de
opinión pública y su función
alienadora y manipuladora, por aprovecharse de la naturaleza
emocional, intuitiva de la
comunicación de imágenes.
Hay en la comunicación de imágenes algo
radicalmente limitativo y, entretanto, no se puede cuestionar la
riqueza de impresiones y descubiertas que ellas transmiten al
hombre.
La televisión, como medio de comunicación
no es ni buena ni mala. Los problemas comienzan a agravarse a
partir del momento en que el medio es utilizado.
Su uso debe ser analizado por quien la utiliza. La
televisión posee el público más vasto e
indiferenciado, es accesible a todas las clases sociales, a todas
las edades, a todos los niveles de cultura, desde los analfabetos
a los intelectuales.
¿Porque no apagamos la TV cuando el programa no
agrada o no es recomendable?
La discusión no debe girar en torno de si
debemos o no ver TV, ni si ésta es un bien o un mal, pues
ella es una realidad de nuestro mundo.
Lo que debemos discutir es como ver TV, de forma
más crítica, percibiendo los valores que
están siendo transmitidos, discutiendo con otras personas,
en la propia escuela, y ver cual es la razón de sus
propuestas, y si sirve para nosotros, para nuestra
realidad.
Izaura Uliana Yokohama
(abogada, profesora y mestranda en Ciencias de La
Educación)
Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo
Saltos del Guayrá – Departamento del
Canindeyú – Paraguay
Carrera :Maestría en Ciencias de la
Educación
Disciplina: Sociología
de la Educación -2004-