- Participación
social - Definiciones y conceptos
básicos - Niveles
participativos - Técnicas de
participación
El tema de la participación social o ciudadana
constituye hoy un lugar común en las ciencias
sociales. Es una proyección optimista, relativa a un
nuevo modo de construcción social, realmente
democrático, que logre relaciones de poder
diferentes. En este estado ideal,
el hombre
común se tornaría sujeto en vez de objeto y los
problemas y
contradicciones sociales se resolverían mediante la
intervención consciente de todos los
individuos.
Cada uno de los actores sociales tendría la
posibilidad de decidir sobre los aspectos vitales de su vida, lo
que acarrearía que los procesos de
producción y consumo no se
convirtieran en medios de
alienación y acatamiento.
Evidentemente, dicha alternativa se acerca más a
la utopía que a la dinámica del mundo actual, pues aún
no están creadas las condiciones sociales para que este
proyecto se
ponga en práctica.
Definiciones y
Conceptos básicos
Participar, según el Diccionario
Ilustrado Aristos de la Lengua
Española (1985) significa "Tener uno parte en una cosa o
tocarle algo en ella." Carlos Nuñez Hurtado le da una
dimensión más operativa cuando afirma que es
"tener la capacidad de decidir, controlar, ejecutar y evaluar
los procesos y sus proyectos",
explica que si no hay capacidad de decisión y control, se
estaría hablando sólo de una participación
reactiva en lugar de una auténtica: sustantiva y
pro-activa.
Para la investigadora cubana Cecilia Linares la
participación es una actividad desplegada por el conjunto
de actores sociales en la consecución de un proyecto de
acción
común de determinados objetivos y
metas, que tendrá formas y niveles diferentes de
expresión.
Sintetiza el fenómeno mediante las siguientes
premisas:
– La participación es un proceso
activo encaminado a transformar las relaciones de poder y tiene
como intención estratégica incrementar y
redistribuir las oportunidades de los actores sociales de tomar
parte en los procesos de decisión.
– El proceso abordado nace de la necesidad individual
y colectiva; está protagonizado por el hombre y las
estructuras
y espacios donde se concreta (escenarios sociales).
– La participación no es homogénea,
alcanza distintos niveles y diferentes formas de
expresión.
– Es un ejercicio que permite ir creando espacios para
influir en las decisiones que afectan la vida. La base
orgánica para lograrla son las agrupaciones humanas que
incluyen formas con diferentes niveles de
estructuración, ellas suponen una necesidad y una
voluntad comunes formalizadas para alcanzar un
propósito, conducirse a sí mismas, y sobre todo,
relacionarse con los de afuera y lograr beneficios. Allí
se despliegan de manera orgánica, tácticas y
estrategias que
conducen a la solución; se toman decisiones y se generan
actividades.
– Como parte sustantiva en la formulación de
objetivos y estrategias del desarrollo
cultural intenta sustituir la óptica difusionista que privilegia el
consumo individual en su rol de espectador, por otra que
implica la intervención activa de la población en el complejo proceso de
construcción de su vida individual y social.
– En las condiciones del mundo actual, la
participación como proceso de toma de
decisiones siempre estará limitada y se circunscribe
eminentemente a expresiones microsociales en al marco de una
organización concreta, determinada y
relacionada con el desempeño por alcanzar una
meta.
Tal como la conceptualizan sus estudiosos, la
participación resulta un estado ideal de
intervención activa de los sujetos en la
construcción de su propia realidad y se espera que en su
dinámica de intercambio horizontal se produzcan procesos
de aprendizaje e
implementación que devengan hábitos.
Sin embargo, para alcanzar una participación
auténtica y democrática es necesario generar las
condiciones con las que hoy no se cuenta, construyendo una
cultura de
participación que se enraíce en la conciencia
social, y la única manera de lograrlo es desarrollando una
educación
pertinente para ello.
Según J. Díaz Bordenave, Máster en
Periodismo de
la escuela de
Comunicaciones
y Artes de la Universidad de
São Paulo (USP), participar viene de la palabra
parte, y en una concepción integral la
participación está dada por tres elementos: SER
PARTE, TOMAR PARTE, TENER PARTE.
El Ser se refiere a la magnitud e intensidad de la
participación, el nacimiento de un compromiso hacia lo que
se pertenece y la asunción de derechos y deberes sobre ese
algo.
Tener parte implica desempeñar un papel en el
escenario de participación, asumir y compartir roles por
parte de los individuos y lograr convertirse en Alter – Ego de
los procesos de comunicación.
Participar y Tomar parte alude a la capacidad de hacer y
decidir, a la concientización de poseer un instrumento y
derecho a utilizarlo.
Para el estudio del fenómeno, Bordenave propone
los niveles de participación que siguen:
– Informativo: a los miembros sólo se les
informa de las decisiones ya tomadas por las instituciones.
– Consulta facultativa: los dirigentes pueden
consultar a los miembros, solicitando críticas,
sugerencias o datos para
resolver problemas.
– Consulta obligatoria: los miembros deben ser
consultados, pero la decisión final la toman los
dirigentes.
– Elaboración – recomendación: los
miembros elaboran respuestas y recomiendan medidas que los
dirigentes (instituciones) pueden aceptar o no, pero siempre
están obligados a justificar su
posición.
– Co – gestión: la dirección es dividida a través de
mecanismos de elección de un plan de
acción y en la toma de decisiones.
– Delegación: los miembros tienen
autonomía en ciertos campos que tienen limites definidos
por la dirección centro de los cuales los primeros
pueden tomar decisiones.
– Autogestión: nivel mas alto de
participación, el grupo
determina sus objetivos, escoge sus medios y establece los
controles pertinentes sin referencia a una autoridad
externa.
Cecilia Linares es partidaria de una
clasificación más concisa y concreta de los grados
en que los actores sociales acceden a la toma de decisiones en un
proyecto de acción específico:
- Movilizativo y de consumo: Proyectos de acción
ya elaborados en sus aspectos esenciales, a los cuales
sólo resta ejecutar o consumir. - Consulta, discución y /o conciliación:
Proyectos de acción elaborados en sus aspectos
esenciales sobre los cuales se pide el parecer, opinión
y contribución. Se concilia y se llega a acuerdos o
incluso a decidir alternativas de elementos no
vitales. - Delegación y control: Transferencia de poder
para aplicar un proyecto ya elaborado en sus líneas
esenciales. Pueden hacerse variaciones de acuerdo con las
condiciones y particularidades del escenario en cuestión
siempre que no se traicionen sus postulados
fundamentales. - Responsabilidad compartida y co-
determinación: Intervención en la toma de
decisiones que incluye todo un proceso que va desde la
identificación de los problemas, la articulación
de los objetivos, la formación y negociación de propuestas para la
solución, ejecución y evaluación de las acciones y
el reparto de los beneficios.
Este nivel de participación parte de la
acción conjunta de personas y organizaciones de
la comunidad creada
por sus pobladores, con sus instituciones de gobierno, centros
de investigación, enseñanza y producción.
Una nueva tipología brinda Marilín
Fernández, investigadora del Grupo de Trabajo
Estatal Bahía Habana, respecto del fenómeno, al
afirmar que los tres tipos más comunes de
participación son como difusión de información, como consulta, y la
participación integral o planificación conjunta, vinculados
teóricamente a las dos variantes más usados: el
asistencialista y el participativo.
La participación como difusión de
información es un proceso de comunicación
unidireccional donde los involucrados reciben información
del grupo gestor (equipo que inicia el proceso, técnicos o
instituciones).
En la participación como medio de consulta o
de asesoría, los implicados son consultados sobre los
detalles de los planes y sus opiniones pueden ser incluidas o no
en ellos. Este tipo de participación aporta la
creación de un grupo asesor con acceso a la
información sobre el proyecto aunque no pueda decidir,
incorpora, además, el elemento opinión.
La participación de planificación
conjunta contempla la inclusión de los implicados en
los procesos de planificación y evaluación, con
capacidad de decisión sobre sus objetivos y actividades.
Es este nivel el más completo e integral.
El enfoque asistencialista de la participación
recoge el nivel de información, que parte de una
concepción poco integradora de los participantes, a los
que se les ubica fuera del proceso y sólo se les informa
para que conozcan sobre algo o asistan a determinado evento o
acontecimiento.
El enfoque participativo contiene la etapa de consulta y
decisión.
El grupo gestor y los integrantes de la comunidad
comienzan juntos un proceso de planificación donde la
información fluye libremente y las decisiones se toman en
el grupo de planificación conjunta. Se asume que cada
actor tiene algo que aportar al proceso, ya sea el dominio
técnico o el
conocimiento profundo de la comunidad.
Hace ya algunos años están en crisis los
modelos
escolásticos del positivismo
enciclopedista del siglo XIX y del pragmatismo
funcionalista de comienzos del XX. La educación popular
dialógica y participativa, ideada por Paulo Freire y
enriquecida por sus seguidores, se propone estimular la
conciencia crítica, la adaptación activa a la
realidad, la capacidad del individuo de
ser un agente de cambio al
construir sus conocimientos acerca del mundo, para
transformarlo.
Siguiendo estos presupuestos
se idearon las técnicas
participativas: instrumentos que estimulan y propician la
participación para la producción del conocimiento y
la interiorización del mismo.
El psicólogo Manuel Calviño(1998)
señala que entre las formas de trabajo con grupos
(colectivos a los efectos del presente trabajo), más
presentes en nuestro medio se encuentran:
- las dinámicas
de grupo, que abren el manejo operacional de las
manifestaciones comportamentales grupales en sus expresiones
más inmediatas. - los grupos de encuentro, con tendencia a hacer
hincapié en el desarrollo
personal y el aumento y mejoramiento de la
comunicación y relaciones
interpersonales. - los grupos operativos, que hacen
énfasis, no en el individuo dentro del grupo, ni en el
grupo como totalidad, sino en la relación que tienen los
integrantes con la tarea. - el psicodrama, método
de exploración y modificación del sujeto y sus
vínculos con otros sujetos, que hace de la escena
dramática el núcleo constituyente de toda la
actuación psicoterapéutica.
La participación se ha convertido en uno de los
más importantes medios de trabajo en colectivos, significa
una actividad dirigida y consciente que deviene compromiso ante
los resultados de cualquier tarea, por lo que debe convertirse en
una premisa presente en todo proceso comunicativo, que permita
estructurar toda estrategia de
trabajo.
"Es imprescindible que la
participación sea un eje que atraviese la lógica
del proceso, ya que este sólo resultará coherente
si a la luz de los
criterios y principios
metodológicos generales, de los objetivos, del contenido,
y en función de
cada método en particular, se ubican las técnicas
como aquellos instrumentos y herramientas
que permitirán hacer viable cada paso".
Para valorar cómo se articulan la
información y la comunicación dentro y fuera de
la
organización, cómo fluyen en los diferentes
ámbitos y niveles hacia los públicos externos; si a
través de ellas se dinamizan y proyectan políticas
pertinentes a la dirección, estructura,
imagen y
cultura
organizacional, serán utilizadas técnicas de
evaluación, de análisis, dinámicas de
organización y planificación y ejercicios de
abstracción en dinámicas grupales y grupos
operativos.
Ingrids Rodríguez Guerra
Licenciada en Comunicación
Social de la Universidad de La Habana, Cuba.
Especialista de Comunicación del Centro de
Gestión y Desarrollo de la Energía
(CUBAENERGIA).
Trabajo realizado en octubre del 2004.