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Breve historia de la educación




Enviado por adv.iza-uli



    1. Modelo o sistema
      pedagógico tradicional
    2. Modelo o sistema
      pedagógico progresista
    3. Modelo o sistema
      pedagógico crítico –
      radical
    4. Referencias
      bibliográficas

    Los sistemas de
    educación
    más antiguos conocidos tenían dos
    características comunes: enseñaban religión y
    mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo
    Egipto, las
    escuelas de los templos enseñaban religión, pero
    también los principios de la
    escritura,
    ciencias,
    matemáticas y arquitectura.

    De forma semejante, en la India la mayor
    parte de la educación estaba
    en las manos de sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina
    que enseñaba en sus instituciones
    a los niños
    chinos en edad escolar, y que se extendió por la
    mayoría de los países de Oriente. La
    educación en la antigua China se
    centralizaba en la filosofía, la poesía
    y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de
    Kung-Fu-Tsé (conocido en occidente como Confucio),
    Lao-Tsé y otros filósofos. El sistema chino de
    una prueba civil, iniciado en ese país ya hace más
    de dos mil años, se ha mantenido hasta hoy, pues, en
    teoría,
    permite la selección
    de los mejores estudiantes para cargos importantes en el gobierno.

    La metodología del entrenamiento
    físico que predominó en Persia y fue muy comentada
    por varios escritores de origen griego, llegó al punto de
    convertirse en el modelo de los
    sistemas de educación de la antigua Grecia, que
    valorizaba tanto la gimnasia como las
    matemáticas y la música.

    La Biblia y el Talmud son las fuentes
    básicas de la educación entre los judíos
    antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres
    judíos a enseñar a sus hijos conocimientos
    profesionales específicos, natación,
    y una lengua
    extranjera. En la actualidad, la religión todavía
    sienta las bases educativas en el hogar, en la sinagoga y en la
    escuela. El Torah
    continúa siendo la base de la educación
    judía.

    Los sistemas de educación en los países
    occidentales se basaban en la tradición religiosa de los
    judíos y del cristianismo.
    Una segunda tradición derivaba de la educación de
    la antigua Grecia, en donde Sócrates,
    Platón,
    Aristóteles e Isócrates fueron los
    pensadores de mayor influencia en su concepción educativa.
    E l objetivo
    griego era preparar intelectualmente a los jóvenes para
    asumir posiciones de liderazgo en
    las tareas del Estado y en la
    sociedad. En
    siglos posteriores, los conceptos griegos servirían para
    el desarrollo de
    las artes, la enseñanza de todas las áreas de la
    filosofía, el cultivo ideal y la promoción del entrenamiento
    gimnástico.

    En el período helenístico, las influencias
    griegas en la educación se transmitieron en primer lugar
    por medio de escritos de pensadores como Plutarco, para quien el
    protagonismo de los padres en la educación de sus hijos
    era el punto de referencia más esencial.

    La educación romana, luego de un período inicial
    en el cual se siguieron las viejas tradiciones religiosas y
    culturales, se decantó por el uso de profesores griegos
    para la juventud,
    tanto en Roma como en
    Atenas. Los romanos consideraban el uso de la retórica y
    la oratoria
    aspecto fundamental.

    Según Quintiliano, educador del siglo I, el adecuado
    entrenamiento del orador debía desarrollarse a partir del
    estudio de la lengua, la literatura, la
    filosofía y las ciencias, con particular atención en el desenvolvimiento del
    carácter.

    La educación romana transmitió al mundo
    occidental el estudio de la lengua latina, la literatura
    clásica, la ingeniería, el derecho, la
    administración y la
    organización del gobierno.

    Muchas escuelas monásticas, así como
    municipales, fueron fundadas durante los primeros siglos de
    influencia cristiana. La base de conocimientos se centralizaba en
    las siete artes liberales que se dividían en el "trivium",
    formado por la gramática, la retórica y la lógica,
    y el "quadrivium", que era compuesto por la aritmética, la
    geometría, la astronomía y la música.

    San Isidoro de Sevilla aportó materiales
    básicos com su tratado "Etimologías para el Trivium
    y el Quadrivium", y en su posterior "Polemicam Curriculare".

    Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en
    forma de libros de
    texto para
    l0os niños, por autores como el escritor latino del norte
    de África, Martiniano Capela, el historiador romano
    Casiodoro y el eclesiástico español
    San Isidoro de Sevilla.

    Generalmente, tales trabajos expandían el
    conocimiento existente más que introducir nuevos
    conocimientos.

    Durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el
    Occidente europeo.

    Uno de ellos en el continente, en la época de
    Carlomagno, y el otro em Inglaterra, bajo
    el reinado Del Rey Alfredo.

    Carlomagno, reconociendo el valor de la
    educación, trajo de Cork, Inglaterra, al clérigo y
    educador Alcuino, para crear una escuela en el palacio de
    Aquisgram. El rey Alfredo promovió instituciones
    educativas em Inglaterra, que eran controladas por
    monastérios.

    Irlanda tuvo centros de aprendizaje de
    los cuales salían monjes que eran enviados a
    enseñar al continente. Entre el siglo VIII y el siglo XI
    la presencia de musulmanes en la península ibérica
    (Al-Andalus) hizo de Córdoba la capital del
    califato Omeya, un destacado centro para el estudio de la
    filosofía, la cultura
    clásica de Grecia y roma, las ciencias y las
    matemáticas.

    También Babilonia tuvo academias judías durante
    muchos siglos. Persia y Arabia, desde el siglo VI al IX tuvieron
    instituciones de investigación y para el estudio de las
    ciencias y el lenguaje:
    otros centros de cultura se establecieron en la Universidad de
    Al-Qarawiyin, en Fez (Marruecos), en el año 859, y en la
    Universidad de Al-Azhar, El Cairo, en 970.

    Durante toda la Edad Media las
    ideas del escolasticismo se impusieron en el ambiente
    educativo de Europa
    Occidental. El escolasticismo usaba la lógica para
    reconciliar la teología cristiana con los conceptos
    filosóficos de Aristóteles. Un profesor
    relevante del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo
    de Canterbury, quien, como Platón,
    defendía que solamente las ideas eran reales. Otro,
    Roscelino de Compiégne, siguiendo la línea de
    Aristóteles, enseñaba el nominalismo, doctrina
    según la cual las ideas universales son "flatus vocis" y
    solamente las cosas concretas son reales.

    Otros grandes maestros escolásticos fueron el
    teólogo francés Pierre Abelardo, discípulo
    de Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano San
    Tomás de Aquino.

    El reconocimiento de estos profesores atrajo a muchos
    estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el establecimiento de
    las universidades del norte de Europa desde el siglo XII. A lo
    largo de este período los principales lugares para
    aprender eran los monasterios, que mantenían en sus
    bibliotecas
    muchos manuscritos de la cultura clásica anterior.

    En este tiempo se
    abrieron varias universidades en Italia, España, y
    otros países, con estudiantes que viajaban libremente de
    una institución a otra. Las universidades del norte, como
    las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por
    los profesores, mientras que las del sur, como las de Bologna
    (Italia) o Valencia y Alcalá, en España, eran
    administradas por los estudiantes. La educación medieval
    también desarrolló la forma de aprendizaje a
    través del trabajo o
    servicio
    propio. A pesar de eso, la educación era un privilegio de
    las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las
    clases bajas no tenían acceso a la misma.

    En el desarrollo de la educación
    superior durante la Edad Media, los musulmanes y los
    judíos desempeñaron un papel crucial, pues no
    solamente promovieron la educación dentro de sus propias
    comunidades, sino que también intervinieron como
    intermediarios del pensamiento y
    la ciencia de
    la antigua Grecia con los letrados europeos. Los centros de
    Toledo y Córdoba atrajeron la atención de todo el
    mundo civilizado de la época.

    El renacimiento fue
    un período en que el estudio de las matemáticas y
    de los clásicos llegó a extenderse, como
    consecuencia del interés
    por la cultura clásica griega y romana que aumentó
    con el descubrimientote manuscritos guardados en los
    monasterios.

    Muchos profesores de lengua y literatura griegas emigraron
    desde Constantinopla a Italia, como es el caso del erudito de la
    cultura griega
    Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en llevar a la
    luz los
    manuscritos clásicos se destacaron los humanistas
    italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.

    El espíritu de la educación durante el renacimiento
    está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas
    por los educadores italianos Vittorino de Feltre y Guarino
    Veronese, en Mantua, Italia, en 1425. En las escuelas se
    introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la
    música y la formación física. El suceso de
    estas iniciativas influyó en el trabajo de
    otros educadores y sirvió como modelo para los educadores
    durante más de cuatrocientos años.

    Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron
    a la teoría educativa sobresalió el humanista
    alemán Erasmo de Rótterdam, el educador
    alemán Johannes Strum, el ensayista francés Michel
    de la Montaigne y el humanista y filósofo español
    Luis Vives.

    Durante este período se dio gran importancia a la
    cultura clásica griega y romana enseñada en las
    escuelas de gramática latina que, originadas en la Edad
    Media, llegaron a ser modelo de la enseñanza secundaria en
    Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan
    las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo
    (1538), Méjico (1550) y Lima (Perú), en 1551.

    Las iglesias protestantes surgidas a partir de la reforma
    propuesta por Martín Lutero, en inicios del siglo XVI,
    establecieron escuelas en las cuales se enseñaba a leer,
    escribir, nociones básicas de aritmética, el
    catecismo en un nivel elemental, y cultura clásica,
    hebreo, matemáticas, y ciencias, en lo que se
    podría denominar enseñanza secundaria. En Suiza,
    otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y
    reformador francés Jean Calvino, cuya academia en Ginebra,
    establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La
    moderna práctica del control de la
    educación por parte del gobierno fue diseñada por
    Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de
    la Reforma.

    Los católicos también siguieron las ideas
    educativas del renacimiento en las escuelas que ya
    dirigían o que promovieron como forma de respuesta a la
    creciente influencia del protestantismo, dentro del
    espíritu de la Contrarreforma. Esa síntesis
    se realizaba en los centros de la Compañía de
    Jesús, fundada por el religioso español San Ignacio
    de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III.
    Los jesuitas, como
    son conocidos los miembros de esta congregación,
    promovieron un sistema de escuelas que han tenido un papel
    preponderante en el desarrollo de la educación
    católica en muchos países desde el siglo XVI: la
    llamada "Ratio Studioron", que después se
    transformarían en las "Escuelas Pías", de San
    José de Calasanz.

    El siglo XVII fue un período de rápido progreso
    de muchas ciencias y de la creación de instituciones que
    apoyaban el desenvolvimiento del conocimiento
    científico. La creación de estas y otras
    organizaciones
    facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural
    entre los letrados de los diferentes países de Europa.

    Nuevos temas científicos se incorporaron en los
    estudios de las universidades y de las escuelas de
    enseñanza secundaria. El Hospital de Cristo de Londres fue
    probablemente la primera escuela secundaria en enseñar
    ciencia con
    cierto grado de competencia.

    Al iniciarse el siglo XVIII la Escuela de Moscú de
    Navegación y Matemáticas sirvió como modelo
    para el establecimiento de la primera escuela secundaria de
    Rusia. La
    importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del
    filósofo inglés
    Francis Bacon, que fundamentó los procesos de
    aprendizaje en el método
    inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de
    forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a
    conclusiones sobre lo observado.

    Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia
    influencia. El educador alemán Wolfang Ratke inició
    el uso de nuevos métodos
    para enseñar más rápidamente la lengua
    vernácula, las lenguas clásicas, y el hebreo.

    René Descartes,
    filósofo francés, remarcó el papel de la
    lógica como el principio fundamental del pensamiento
    racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad
    como base de la educación en Francia. El
    poeta inglés John Milton propuso un programa
    enciclopédico de educación secundaria, apoyando
    el aprendizaje
    de la cultura clásica como medio para potenciar la
    moralidad y
    completar la educación intelectual de las personas.

    El filósofo inglés John Locke
    recomendaba un currículo y una metodología de
    educación (que contemplaba la educación
    física) basada en el examen empírico de los
    hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En su obra
    "Algunos Pensamientos Referidos a la Educación", escrito
    en 1693, Locke defiende un abanico de reformas, y coloca en
    análisis el estudio de las cosas en lugar
    de los libros, defendiendo los viajes y
    apoyando las experiencias empíricas como medio de
    aprendizaje. Así, animaba a estudiar en un árbol
    más que en un libro sobre
    árboles, o ir a Francia en lugar de leer un
    libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina
    mental, esto es, la habilidad de desarrollar las facultades del
    pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y
    de la refutación de habladurías, propuesta casi
    siempre atribuida a Locke, tuvo una fuerte influencia en los
    educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador francés
    Jean Baptiste de La Salle, fundador del Instituto de los Hermanos
    de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para
    profesores en 1685 y fue pionero en su educación
    sistemática.

    Quien sabe el educador más destacado del siglo XVII
    haya sido Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más
    conocido con el nombre latino de Comenio. Su trabajo en el campo
    de la educación motivó a que recibiera invitaciones
    para enseñar en toda Europa. Escribió un libro
    ilustrado, muy leído, para la enseñanza de
    latín, titulado "El Mundo Invisible", en 1658.

    En su obra "Didáctica Magna", escrita entre 1628 y
    1632, remarcó el valor de estimular el interés del
    alumno en los procesos educativos y enseñar
    múltiples referencias sobre las cosas concretas,
    más que en sus descripciones verbales. Su objetivo
    educativo podría resumirse a una frase de la página
    inicial de "Didáctica Magna":
    "…Enseñar a través de todas las cosas
    a todos los hombres…"
    , postura que se conoce como
    pansofía.

    Los esfuerzos de Comenio para el desarrollo de la
    educación universal le valieron el título de
    "Maestro de las Naciones".

    Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar
    en Prusia. En Rusia comenzó la educación formal
    bajo el reinado de Pedro El Grande y sus sucesores.
    También se desenvolvieron escuelas y colegios
    universitarios en la América
    Colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la
    Revolución
    Francesa. A fines del siglo se fundaron en Inglaterra las
    escuelas de domingo por el filántropo y periodista Robert
    Ralkes, para beneficio de los jóvenes pobres y de las
    clases trabajadoras.

    Durante el mismo período se introdujo el método
    de monitoración de la enseñanza, por lo que cientos
    de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de
    alumnos monitores o
    asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la
    educación de masas.

    El teórico educativo más relevante del siglo
    XVIII fue Jean-Jacques Rousseau,
    nacido en Ginebra. Su influenciafue considerable tanto en Europa
    como en otros continentes. En "Emilio", escrito en 1762,
    insistió en que los alumnos deberían ser tratados como
    adolescentes
    más que adultos en miniatura, y que se debía
    atender a la
    personalidad individual. Entre las propuestas concretas
    estaba la de enseñar a leer en una edad posterior y el
    estudio de la naturaleza y
    de la sociedad por observación directa. Sus propuestas
    radicales sólo eran aplicables a los niños del
    sexo
    masculino: las niñas debían recibir
    educación convencional.

    Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran
    parte en el campo de la teoría: correspondió a
    muchos de sus seguidores colocar en práctica sus ideas. El
    educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas
    en Alemania y en
    diferentes partes de Europa basándose en la idea de
    "Todo, según la naturaleza."

    El más influyente de los seguidores de Rousseau fue el
    educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas
    ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente.
    El principal objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método
    de enseñanza al desenvolvimiento natural del niño.
    Para alcanzar este objetivo, consideraba el desenvolvimiento
    armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y
    manos).

    Otros educadores influyentes del siglo XIX fueron el
    alemán Friedrich Frobel, que introdujo los principios de
    la psicología
    y de la filosofía en las ciencias de la
    educación; Horace Mann y Henry Barnard, el
    filósofo inglés Herbert Spencer, que
    defendía el conocimiento
    científico como siendo el tema más importante a ser
    enseñado en la escuela; el español Francisco Giner
    de Los Ríos, y el obispo nacido en Dinamarca Nikolai
    Grundtyig, que estableció unas ideas pedagógicas
    que fueron la base para la ampliación de la
    educación secundaria para toda la población.

    El siglo XIX fue um período em que los sistemas
    nacionales de escolarización se organizaron en el Reino
    Unido, Francia, Alemania, Italia, España (Ley Moyano de
    1858) y en otros países europeos.

    Las nuevas naciones independientes de América
    Latina, especialmente Argentina y Uruguay,
    miraron para Europa y los Estados Unidos
    buscando modelos para
    sus escuelas.

    Japón, que había abandonado su tradicional
    aislamiento y trataba de occidentalizarse y occidentalizar sus
    instituciones, tomó las experiencias de varios
    países europeos y de los Estados Unidos como modelo para
    el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno,
    el cual perdura hasta hoy.

    Em inícios del siglo XX la actividad educativa se
    vió muy influenciada por los escritos de la feminista y
    educadora sueca Ellen Key. Su libro "El Siglo de los
    Niños", escrito en 1900, fue traducido a carios idiomas e
    inspiró a los educadores progresistas en muchos
    países.

    La educación progresista era un sistema de la
    enseñanza basado en las necesidades de la sociedad o en
    los preceptos de la Iglesia. Esta
    idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la
    historia y había aparecido de diferentes maneras en
    diversas partes del mundo, como la "insitfutción libre de
    enseñanza" de España. Entre los educadores de mayor
    influencia cabe destacar a los alemanes Hermann Lietz e Georg
    Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a la
    italiana Maria Montessori. En los Estados Unidos tuvo una enorme
    influencia, luego extendida a todo el mundo, el filósofo y
    educador John Dewey. El programa de actividades que se derivaba
    de las teorías
    de Dewey fortalecía el desenvolvimiento educativo del
    alumno en términos de animación de las necesidades
    e intereses del mismo. Llegó a ser el método
    principal de instrucción durante muchos años en las
    escuelas de los Estados Unidos y de otros países. Todos
    ellos ejercieron amplia influencia en los sistemas educativos de
    los países de América latina.

    Luego de la Revolución
    Rusa de 1917, la antigua Unión Soviética
    desarrolló una experiencia interesante en el campo
    educacional, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al
    espacio el Sputnik, primer satélite que mostraba el
    avanzado estado del conocimiento tecnológico
    soviético. Esto hizo con que numerosos visitantes
    extranjeros, especialmente personas procedentes de países
    desarrollados, quisiesen conocer el sistema imperante en las
    escuelas soviéticas. Contribuyeron al interés
    internacional por la educación soviética las
    teorías y prácticas pedagógicas que
    procedían de la ideología marxista-leninista, tan bien
    expresada en el trabajo de Antón
    Makarenko, un claro exponente de la rehabilitación de los
    delincuentes juveniles y de la educación colectiva durante
    los primeros años de la Revolución.

    El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los
    sistemas educacionales de las naciones industrializadas,
    así como por la aparición de sistemas escolares
    entre las naciones más recientemente industrializadas de
    Asia y
    África.

    La educación básica es hoy prácticamente
    universal, pero la realidad indica que un amplio número de
    niños (quizás el 50% de los que están en
    edad escolar en todo el mundo), no frecuenta la escuela.

    Tratando de promover la educación en todos los niveles,
    la Organización de las Naciones Unidas
    para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),
    realiza campañas de alfabetización y otros proyectos
    educacionales orientados a que ningún niño en edad
    escolar deje de frecuentar la escuela por no existir la misma,
    pretendiendo así acabar con el analfabetismo.

    Se ha constatado algún progreso, pero es obvio que se
    necesitan más esfuerzos y más tiempo para conseguir
    la alfabetización universal.

    Al tratar de comparar tres sistemas educativos implantados en
    los días de hoy, podemos mencionar que, según
    Flórez Ochoa, un modelo es la imagen o
    representación del conjunto de relaciones que definen un
    fenómeno, con miras a su mejor entendimiento
    .

    De acuerdo con esta definición, puede inferirse que un
    modelo es una aproximación teórica útil en
    la descripción y comprensión de
    aspectos interrelacionados de un fenómeno en particular.
    Continuando con este concepto de
    modelo, se torna necesario establecer que el análisis del
    fenómeno en estudio no es únicamente un proceso
    analítico en el cual el todo es examinado en sus partes,
    sino que también lo es como un proceso de integración de relaciones.

    Así, un modelo pedagógico o sistema
    educativo expresa concepciones y acciones
    más o menos sistematizadas que constituyen distintas
    alternativas de organización del proceso de
    enseñanza para hacerlo más efectivo
    .

    La efectividad mencionada se refiere a la obtención de
    los fines educativos que una sociedad predetermina para poder
    transmitir los valores de
    su cultura y para formar el ideal de persona bien
    educada que se pretende obtener como prototipo de hombre o
    mujer en un
    determinado contexto histórico, social, y cultural.

    El advenimiento de la educación pública se
    confunde muchas veces con el surgimiento de las repúblicas
    modernas, tal el caso de Francia, por ejemplo. La escuela
    pública, encargada de formar ciudadanos mediante una
    educación básica gratuita para toda la
    población, comenzó a difundirse de manera
    significativa en el siglo XIX, como mencionado anteriormente en
    este artículo. Sus orígenes, no obstante, son
    antiquísimos. Aristóteles se anticipó a su
    época cuando expresó, desde las páginas de
    su libro "Política", que era
    indispensable la acción
    educativa del Estado. Literalmente dijo:

    "Como el Estado
    sostiene un único fin la educación debe ser
    necesariamente una e idéntica para todos sus miembros, de
    donde se sigue que la educación debe ser objeto de la
    vigilancia pública y no particular, por más que
    esta última haya prevalecido y que hoy cada cual educa a
    sus hijos en su casa según el método que le parece
    y aquello que le place. No obstante, lo que es común debe
    aprenderse en común y es un error grave creer que cada
    ciudadano sea dueño de sí mismo, cuando en realidad
    todos pertenecen al Estado puesto que constituyen sus elementos,
    ya que los cuidados de que son objeto las partes deben concordar
    con aquellos de que es objeto el conjunto."

    Numerosos estudios demuestran que existe una
    correlación positiva entre educación y democracia.
    Para Seymour Martin Lipset, en su obra "El hombre
    político",
    la educación no es un rasgo de la
    democracia sino una condición que favorece o no para su
    existencia. Su punto de partida es el examen de la
    relación entre el progreso económico y la
    democracia, y con ese propósito establece cuatro
    categorías, dos para países europeos y de habla
    inglesa, y dos para países latinoamericanos, que
    corresponden, más o menos, a una escala de
    democratización (que se construye con un Indice de
    continuidad de la democracia y ausencia-presencia de movimientos
    antidemocráticos). Las dos primeras categorías
    (para países europeos y de habla inglesa) son:

    1) las democracias estables (Australia, Canadá,
    Reino Unido, Suecia, Estados Unidos) y,

    2) democracias inestables y dictaduras (Finlandia,
    Francia, España, Portugal, Italia).

    Las dos últimas (para países
    latinoamericanos) son:

    3) democracias y dictaduras inestables (Argentina,
    Brasil,
    Colombia, Chile)
    y,

    4) dictaduras estables (Bolivia,
    Cuba,
    República Dominicana, Ecuador,
    Guatemala,
    Paraguay).

    Es verdad, dice, que cuanto más próspera
    es una nación
    hay mayores posibilidades de que mantenga una democracia (esta
    idea existe desde Aristóteles), aunque no hay determinismo
    automático. Pero es posible afirmar, con mayor seguridad, que
    una sociedad dividida entre una. gran masa empobrecida y una
    pequeña élite favorecida resulta en una
    oligarquía (gobierno dictatorial del pequeño
    estrato superior) o en una tiranía (dictadura de
    base popular).

    Para probar esta hipótesis, Lipset cruza varios indicadores
    económicos (riqueza, industrialización,
    urbanización y educación) con esas
    categorías de países.

    Muchos sugirieron, dice Lipset, que cuanto más
    alto es el nivel cultural de la población de una nación
    tanto mayores son las posibilidades de que haya democracia. Los
    datos
    comparativos de que se dispone apoyan esta proposición.
    Los países "más democráticos" de Europa
    están casi totalmente alfabetizados: el promedio
    más bajo llega a 96% de alfabetización, mientras
    que las naciones "menos democráticas" registran
    85%.

    En América Latina la diferencia oscila entre 74%
    para los "menos dictatoriales" y 46% para los "más
    dictatoriales". La inscripción en las escuelas, de cada
    mil personas de la población total en tres niveles
    diferentes -primaria, secundaria y superior-, se relaciona de
    modo igualmente consecuente con el grado de
    democracia.

    John Dewey consideraba el incremento de la
    educación como requisito de la democracia. Un estudio
    sobre América del Sur llevó a James Bryce a
    concluir que:

    "La educación, si bien no hace de
    los hombres buenos ciudadanos, les facilita al menos que se
    conviertan en tales".

    La educación -agrega Lipset- les amplía la
    perspectiva, los capacita para comprender la necesidad de
    normas de
    tolerancia,
    limita su adhesión a doctrinas extremistas y aumenta su
    capacidad para realizar elecciones racionales.

    La contribución de la educación a la
    democracia es más directa y fuerte en el nivel individual;
    diversas encuestas
    muestran que las actitudes de
    las personas hacia la tolerancia respecto a la oposición,
    sus posturas para con las minorías étnicas y
    raciales, y sus sentimientos hacia los sistemas multipartidistas
    -y en contra de los unipartidistas- son más
    democráticos en la medida en que poseen mayor
    educación. Cuanto más elevada sea nuestra
    educación es más probable que apoyemos los valores y las
    prácticas democráticas. Está demostrado que,
    en este sentido, la educación es más importante que
    factores como los ingresos o la
    ocupación.

    La educación no puede, por sí sola, hacer
    democrático a un país, pero es probable que inhiba
    ideas no democráticas. De todo esto, Lipset
    concluye:

    "Si bien no podemos decir que un alto
    nivel de educación constituye una condición
    suficiente para la democracia, la evidencia de que disponemos
    sugiere que ello está cerca de constituir una
    condición necesaria."

    MODELO O SISTEMA
    PEDAGÓGICO TRADICIONAL

    El modelo tradicional influyó notablemente en los
    procesos de enseñanza y en los sistemas
    educativos.

    Este enfoque se originó en la escolástica,
    filosofía propia de la iglesia católica que
    imperó desde los siglos IX hasta el siglo XV. El fin
    primordial de la educación estuvo dirigido a la
    recuperación del pensamiento clásico como resultado
    del renacimiento. A este modelo se le ha calificado de
    enciclopedista por cuanto, según Canfux

    "El contenido de la enseñanza
    consiste en un conjunto de conocimientos y valores sociales
    acumulados por las generaciones adultas que se transmiten a los
    alumnos como verdades acabadas; generalmente, estos contenidos
    están disociados de la experiencia de los alumnos y de las
    realidades sociales."

    A pesar del devenir histórico y del desarrollo social
    hacia otras formas de organización algunos de los
    conceptos primordiales del tradicionalismo pedagógico
    aún subsisten implícita y explícitamente en
    las prácticas pedagógicas actuales. Estas ideas
    básicas están relacionadas con la educación
    del carácter, la disciplina como medio para educar, el
    predominio de la memoria, el
    currículum centrado en el maestro y los métodos
    verbalistas de enseñanza.

    Flórez Ochoa sintetiza la anterior
    afirmación al concluir que,

    "El método básico de aprendizaje es el
    academicista, verbalista, que dicta sus clases bajo un
    régimen de disciplina a unos estudiantes que son
    básicamente receptores."

    Un aspecto importante de considerar en el modelo o
    sistema pedagógico tradicional es el rol del maestro. De
    acuerdo con De Zubiría:

    " …bajo el propósito de
    enseñar conocimientos y normas, el maestro cumple la
    función
    de transmisor. El maestro dicta la lección a un estudiante
    que recibirá las informaciones y las normas
    transmitidas… El aprendizaje es también un acto de
    autoridad."

    Otro elemento importante de considerar en el modelo
    pedagógico tradicional es el ideal educativo de formar el
    carácter del individuo.
    Algunos modelos religiosos han seguido, y aún siguen
    siendo, los fundamentos Aristotélicos de la
    antigüedad de formar individuos de carácter. En la
    formación del carácter el concepto del maestro como
    modelo para imitar fue predominante. Según Flórez
    Ochoa:

    "En este modelo, el método y el
    contenido en cierta forma se confunden en la imitación y
    emulación del buen ejemplo, del ideal propuesto como
    patrón y cuya encarnación más próxima
    se manifiesta en el maestro."

    De manera similar, las lecciones de clase
    centradas en la educación moral y en la
    instrucción cívica enfatizaron la importancia del
    deber, la obediencia, la honestidad, el
    patriotismo y el valor. En el concepto de Flórez
    Ochoa,

    "Se preconiza el cultivo de las
    facultades del alma:
    entendimiento, memoria y
    voluntad, y una visión indiferenciada e ingenua de la
    transferencia del dominio logrado
    en disciplinas como el latín y las
    matemáticas."

    En síntesis, puede considerarse que las metas
    educativas que propone el modelo pedagógico tradicional
    están centradas en un humanismo de
    tipo religioso que enfatiza la formación del
    carácter. La relación maestro-alumno puede ser
    calificada como autoritaria-vertical. El método se
    fundamenta en el transmisionismo de los valores de una cultura
    por medio del ejemplo. El aprendizaje por lo tanto, es logrado
    con base en la memorización, la repetición, y la
    ejercitación. Así, el desarrollo del ser humano se
    logra con la educación del carácter y de las
    facultades del alma.

    MODELO O SISTEMA PEDAGÓGICO
    PROGRESISTA

    El modelo progresista está fundamentado en las
    ideas filosóficas que plantea el pragmatismo.
    Básicamente las ideas pedagógicas progresistas se
    hacen evidentes en las propuestas educativas de la escuela
    nueva.

    Un aspecto fundamental de esta tendencia es la propuesta
    de una transformación total del sistema escolar,
    convirtiendo al estudiante en el centro del sistema escolar
    alrededor de quien giran los procesos de la escuela. Bajo esta
    perspectiva la escuela es creada para la vida, para llegar a ser
    el ambiente natural del niño y convertirse en el espacio
    en el cual el niño vivencia y aprende los elementos
    primordiales para el buen desempeño en su vida de adulto.
    Rodríguez y Sanz establecen,

    "La escuela nueva… resaltó el
    papel activo que debe tener el estudiante, transformó las
    funciones que
    debe asumir el profesor en el proceso educativo y mostró
    la necesidad y posibilidad de cambios en el desarrollo del
    mismo."

    El progresismo pedagógico propone que con la
    educación social, la sociedad asegura su propio
    desarrollo. La escuela nueva equiparó la educación
    con los procesos de desarrollo del individuo, y el concepto de
    crecimiento ha sido una de sus más importantes
    metáforas.

    De Zubiría conceptúa,

    "La escuela nueva rompe con el paradigma
    tradicional que explicaba el aprendizaje como el proceso de
    impresiones que desde el exterior se incrustan en el alumno. En
    su lugar, la nueva escuela defenderá la acción como
    condición y garantía del aprendizaje."

    Este autor sintetiza cinco postulados básicos de
    la escuela activa, a saber:

    "El fin de la escuela
    [propósitos] no puede estar limitado al aprendizaje: la
    escuela debe preparar para la vida.

    Si la escuela debe preparar para la
    vida, la naturaleza y la vida misma deben ser
    estudiadas.[contenidos].

    Los contenidos educativos deben
    organizarse partiendo de lo simple y concreto hacia
    lo complejo y abstracto
    [secuenciación].

    Al considerar al niño como
    artesano de su propio conocimiento, el activismo da
    primacía al sujeto y a su experimentación
    [método]".

    Los recursos
    didácticos serán entendidos como útiles de
    la infanci
    a que al permitir la manipulación y la
    experimentación, contribuirán a educar los sentidos,
    garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades
    intelectuales
    [recursos didácticos]
    ".

    Para el progresismo pedagógico cada experiencia
    social es esencialmente educativa. John Dewey consideró
    que la vida social es a la educación lo que la nutrición y la
    reproducción es a la vida
    fisiológica, por lo tanto la escuela es una
    institución social que debe concentrarse en los más
    efectivos medios para
    ofrecer al niño los recursos necesarios para cultivar la
    herencia
    cultural y desarrollar sus facultades para lograr fines
    sociales.

    MODELO
    O SISTEMA PEDAGÓGICO CRÍTICO –
    RADICAL

    La Pedagogía Crítica
    emerge como un resultado de los trabajos de la Teoría
    Crítica en las década de los ochenta y los
    noventa.

    Algunos de los fundamentos teóricos
    contemporáneos de la pedagogía crítica
    tienen su origen en la teoría crítica propuesta por
    los filósofos y teóricos sociales de la escuela de
    Frankfurt, quienes trabajaron en Alemania en el Instituto para la
    Investigación Social.

    El término teoría crítica,
    fue utilizado por Max Horkheimer, director del Instituto desde
    1931 hasta 1958.

    Entre otros reconocidos teóricos de la escuela de
    Frankfurt se pueden citar: Theodor Adorno,
    Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamín, miembros
    de la escuela de Frankfurt. Muchos de ellos eran judíos.
    Trasladaron el Instituto a la Universidad de Columbia en Nueva
    York, durante la segunda guerra
    mundial y retornaron a Alemania una vez finalizada la
    guerra.

    En Norteamérica estos teóricos
    participaron activamente en la vida académica con una
    serie de estudios de reconocida importancia relacionados con
    críticas acerca del racismo, la
    exclusión, el prejuicio
    racial y las políticas
    de segregación.

    Estos estudios influyeron positivamente en el
    pensamiento filosófico y pedagógico en los Estados
    Unidos y sus perspectivas críticas son la base de los
    teóricos-críticos de la actualidad. Trabajos
    similares han emergido no solamente como una teoría que se
    comparte sino también, como nuevas perspectivas con
    múltiples elementos sociales tradicionales con el
    fin de crear nuevos órdenes que estén en
    posibilidad de incrementar la libertad
    humana.

    La Pedagogía Crítica se interesa en primer
    lugar, en una crítica a las estructuras
    sociales que afectan la vida de la escuela, particularmente
    situaciones relacionadas con la cotidianidad escolar y la
    estructura del
    poder. En segundo lugar, se interesa por el desarrollo de
    habilidades de pensamiento crítico-reflexivo con el fin de
    transformar la sociedad. Según Peter McLaren,

    "La pedagogía crítica examina a las
    escuelas tanto en su medio histórico como en su medio
    social por ser parte de la hechura social y política que
    caracteriza a la sociedad dominante."

    En este sentido, la Pedagogía
    Crítico-radical presenta no solamente un lenguaje de
    crítica, sino también un lenguaje de posibilidades.
    Los profesores que aplican los enfoques de la Pedagogía
    Critica coparticipan con sus estudiantes en la reflexión
    crítica de sus propias creencias y juicios. De igual
    manera cuestionan críticamente los "textos" que se
    utilizan en los procesos de enseñanza. Por el
    término "texto" se entiende no sólo los libros de
    texto sino también las fuentes originales, la cultura
    popular, los diversos discursos que
    explican un hecho, y el lenguaje entre otros. La
    deconstrucción del lenguaje y del texto es de igual
    importancia.

    Por ejemplo: ¿Qué significados, sentidos y
    presuposiciones subyacen en la expresión "equidad
    educativa"?

    Entre los teóricos que participan en la construcción teórica de la
    Pedagogía Crítica se pueden citar:

    Paulo Freire (Brasil). Al analizar las
    relaciones opresor-oprimido establece los fundamentos para
    entender la educación liberadora y sus posibilidades.
    Propone las relaciones dialógicas entre profesor alumno,
    con el fin de promover procesos de concientización y
    liberación.

    Donaldo Macedo (Brasil). Se interesa
    básicamente en el análisis de los procesos de
    alfabetización, cultura y poder.

    Ira Shor (Estados Unidos). Focaliza su trabajo en
    la propuesta de la educación como un proceso de
    "empoderamiento". Investiga el nivel de empoderamiento
    estudiantil a nivel universitario. Dos de sus últimas
    obras son Educación empoderadora, y Cuando los
    estudiantes tienen poder
    .

    Michael Apple (Estados Unidos). Estudia las
    relaciones entre currículo e pedagogía
    crítica, escuela y democracia, conservatismo y
    educación, sociología
    de la educación, ideología y
    educación.

    Aronowitz (Estados Unidos). Critica relaciones
    entre política y escuela. La crisis de la
    educación.

    Henry Giroux. Centra su trabajo en la propuesta
    de la labor intelectual de los maestros, las teorías de la
    reproducción y la pedagogía de la
    oposición.

    McLaren afirma,

    "La Pedagogía Crítica ha
    comenzado a proporcionar una teoría radical y un
    análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade
    nuevos avances en la teoría social y desarrolla nuevas
    categorías de investigación y nuevas
    metodologías. "

    En el enfoque de la pedagogía crítica el
    maestro es una persona crítico-reflexiva que cumple un rol
    político en y con su comunidad.
    Giroux
    considera,

    "En su mayoría, los
    críticos radicales están de acuerdo en que los
    educadores tradicionalistas se han negado generalmente a
    interrogarse sobre la naturaleza política de la
    enseñanza pública."

    Así mismo señala que tradicionalmente la
    escuela se ha negado a analizar las relaciones que existen entre
    poder, conocimiento y dominación. Giroux sostiene que los
    análisis de la Pedagogía Crítica han
    ofrecido un nuevo lenguaje
    teórico y una actitud
    crítica que sostienen que las escuelas, dentro de la
    amplia tradición humanística occidental, no ofrecen
    oportunidades para la potenciación personal y social
    en la sociedad.

    REFERENCIAS
    BIBLIOGRÁFICAS

    CANFUX, Verónica. Tendencias pedagógicas
    contemporáneas. Ibagué: Corporación
    Universitaria de Ibagué, 1996.

    DE ZUBIRIA, Julián. Tratado de Pedagogía
    Conceptual: Los modelos pedagógicos. Santafé de
    Bogotá: Fundación Merani. Fondo de Publicaciones
    Bernardo Herrera Merino, 1994.

    DEWEY, John. La educación de hoy. Buenos Aires:
    Losada. 1957.

    FLAVELL, J. La psicología
    evolutiva de Jean Piaget.
    México:
    Paidós, 1990.

    FLÓREZ OCHOA, Rafael. Hacia una pedagogía
    del conocimiento. Santafé de Bogotá: McGraw-Hill,
    1994.

    FRY, E. B. Máquinas
    de enseñar. Editorial Pueblo y
    Educación.

    GIROUX, Henry. Los profesores como intelectuales.
    Barcelona: Paidós, 1990.

    McLAREN, Peter. Pedagogía crítica. En:
    Corrientes pedagógicas. Manizales: CINDE.

    MONES, Jardi. Los modelos pedagógicos. En:
    Enciclopedia práctica de la pedagogía. Barcelona:
    Editorial Planeta. 1988.

    PLATÃO – Memórias. Editora Objetiva,
    Rio de Janeiro, 1975

    RODRÍGUEZ, Ada Gloria, SANZ, Teresa. La escuela
    nueva. La Habana: Centro de estudios para el perfeccionamiento de
    la educación superior. CEPES, 1996.

    RUSSELL, BERTRAND. História do Pensamento
    Ocidental. Editora São Paulo, 1945

    VIA INTERNET
    http://www.educacion.gov.ar
    . Historia de la
    educación. Secretaría de educación y
    Cultura de la República Argentina.

    VIA INTERNET – http://www.educar.com.br

    VIA INTERNET –

    Izaura Uliana Yokohama

    Carrera : Maestría en Ciencias de la
    Educación

    Disciplina Historia de la Educación

    Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo

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