- Modelo o sistema
pedagógico tradicional - Modelo o sistema
pedagógico progresista - Modelo o sistema
pedagógico crítico –
radical - Referencias
bibliográficas
Los sistemas de
educación
más antiguos conocidos tenían dos
características comunes: enseñaban religión y
mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo
Egipto, las
escuelas de los templos enseñaban religión, pero
también los principios de la
escritura,
ciencias,
matemáticas y arquitectura.
De forma semejante, en la India la mayor
parte de la educación estaba
en las manos de sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina
que enseñaba en sus instituciones
a los niños
chinos en edad escolar, y que se extendió por la
mayoría de los países de Oriente. La
educación en la antigua China se
centralizaba en la filosofía, la poesía
y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de
Kung-Fu-Tsé (conocido en occidente como Confucio),
Lao-Tsé y otros filósofos. El sistema chino de
una prueba civil, iniciado en ese país ya hace más
de dos mil años, se ha mantenido hasta hoy, pues, en
teoría,
permite la selección
de los mejores estudiantes para cargos importantes en el gobierno.
La metodología del entrenamiento
físico que predominó en Persia y fue muy comentada
por varios escritores de origen griego, llegó al punto de
convertirse en el modelo de los
sistemas de educación de la antigua Grecia, que
valorizaba tanto la gimnasia como las
matemáticas y la música.
La Biblia y el Talmud son las fuentes
básicas de la educación entre los judíos
antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres
judíos a enseñar a sus hijos conocimientos
profesionales específicos, natación,
y una lengua
extranjera. En la actualidad, la religión todavía
sienta las bases educativas en el hogar, en la sinagoga y en la
escuela. El Torah
continúa siendo la base de la educación
judía.
Los sistemas de educación en los países
occidentales se basaban en la tradición religiosa de los
judíos y del cristianismo.
Una segunda tradición derivaba de la educación de
la antigua Grecia, en donde Sócrates,
Platón,
Aristóteles e Isócrates fueron los
pensadores de mayor influencia en su concepción educativa.
E l objetivo
griego era preparar intelectualmente a los jóvenes para
asumir posiciones de liderazgo en
las tareas del Estado y en la
sociedad. En
siglos posteriores, los conceptos griegos servirían para
el desarrollo de
las artes, la enseñanza de todas las áreas de la
filosofía, el cultivo ideal y la promoción del entrenamiento
gimnástico.
En el período helenístico, las influencias
griegas en la educación se transmitieron en primer lugar
por medio de escritos de pensadores como Plutarco, para quien el
protagonismo de los padres en la educación de sus hijos
era el punto de referencia más esencial.
La educación romana, luego de un período inicial
en el cual se siguieron las viejas tradiciones religiosas y
culturales, se decantó por el uso de profesores griegos
para la juventud,
tanto en Roma como en
Atenas. Los romanos consideraban el uso de la retórica y
la oratoria
aspecto fundamental.
Según Quintiliano, educador del siglo I, el adecuado
entrenamiento del orador debía desarrollarse a partir del
estudio de la lengua, la literatura, la
filosofía y las ciencias, con particular atención en el desenvolvimiento del
carácter.
La educación romana transmitió al mundo
occidental el estudio de la lengua latina, la literatura
clásica, la ingeniería, el derecho, la
administración y la
organización del gobierno.
Muchas escuelas monásticas, así como
municipales, fueron fundadas durante los primeros siglos de
influencia cristiana. La base de conocimientos se centralizaba en
las siete artes liberales que se dividían en el "trivium",
formado por la gramática, la retórica y la lógica,
y el "quadrivium", que era compuesto por la aritmética, la
geometría, la astronomía y la música.
San Isidoro de Sevilla aportó materiales
básicos com su tratado "Etimologías para el Trivium
y el Quadrivium", y en su posterior "Polemicam Curriculare".
Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en
forma de libros de
texto para
l0os niños, por autores como el escritor latino del norte
de África, Martiniano Capela, el historiador romano
Casiodoro y el eclesiástico español
San Isidoro de Sevilla.
Generalmente, tales trabajos expandían el
conocimiento existente más que introducir nuevos
conocimientos.
Durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el
Occidente europeo.
Uno de ellos en el continente, en la época de
Carlomagno, y el otro em Inglaterra, bajo
el reinado Del Rey Alfredo.
Carlomagno, reconociendo el valor de la
educación, trajo de Cork, Inglaterra, al clérigo y
educador Alcuino, para crear una escuela en el palacio de
Aquisgram. El rey Alfredo promovió instituciones
educativas em Inglaterra, que eran controladas por
monastérios.
Irlanda tuvo centros de aprendizaje de
los cuales salían monjes que eran enviados a
enseñar al continente. Entre el siglo VIII y el siglo XI
la presencia de musulmanes en la península ibérica
(Al-Andalus) hizo de Córdoba la capital del
califato Omeya, un destacado centro para el estudio de la
filosofía, la cultura
clásica de Grecia y roma, las ciencias y las
matemáticas.
También Babilonia tuvo academias judías durante
muchos siglos. Persia y Arabia, desde el siglo VI al IX tuvieron
instituciones de investigación y para el estudio de las
ciencias y el lenguaje:
otros centros de cultura se establecieron en la Universidad de
Al-Qarawiyin, en Fez (Marruecos), en el año 859, y en la
Universidad de Al-Azhar, El Cairo, en 970.
Durante toda la Edad Media las
ideas del escolasticismo se impusieron en el ambiente
educativo de Europa
Occidental. El escolasticismo usaba la lógica para
reconciliar la teología cristiana con los conceptos
filosóficos de Aristóteles. Un profesor
relevante del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo
de Canterbury, quien, como Platón,
defendía que solamente las ideas eran reales. Otro,
Roscelino de Compiégne, siguiendo la línea de
Aristóteles, enseñaba el nominalismo, doctrina
según la cual las ideas universales son "flatus vocis" y
solamente las cosas concretas son reales.
Otros grandes maestros escolásticos fueron el
teólogo francés Pierre Abelardo, discípulo
de Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano San
Tomás de Aquino.
El reconocimiento de estos profesores atrajo a muchos
estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el establecimiento de
las universidades del norte de Europa desde el siglo XII. A lo
largo de este período los principales lugares para
aprender eran los monasterios, que mantenían en sus
bibliotecas
muchos manuscritos de la cultura clásica anterior.
En este tiempo se
abrieron varias universidades en Italia, España, y
otros países, con estudiantes que viajaban libremente de
una institución a otra. Las universidades del norte, como
las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por
los profesores, mientras que las del sur, como las de Bologna
(Italia) o Valencia y Alcalá, en España, eran
administradas por los estudiantes. La educación medieval
también desarrolló la forma de aprendizaje a
través del trabajo o
servicio
propio. A pesar de eso, la educación era un privilegio de
las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las
clases bajas no tenían acceso a la misma.
En el desarrollo de la educación
superior durante la Edad Media, los musulmanes y los
judíos desempeñaron un papel crucial, pues no
solamente promovieron la educación dentro de sus propias
comunidades, sino que también intervinieron como
intermediarios del pensamiento y
la ciencia de
la antigua Grecia con los letrados europeos. Los centros de
Toledo y Córdoba atrajeron la atención de todo el
mundo civilizado de la época.
El renacimiento fue
un período en que el estudio de las matemáticas y
de los clásicos llegó a extenderse, como
consecuencia del interés
por la cultura clásica griega y romana que aumentó
con el descubrimientote manuscritos guardados en los
monasterios.
Muchos profesores de lengua y literatura griegas emigraron
desde Constantinopla a Italia, como es el caso del erudito de la
cultura griega
Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en llevar a la
luz los
manuscritos clásicos se destacaron los humanistas
italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.
El espíritu de la educación durante el renacimiento
está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas
por los educadores italianos Vittorino de Feltre y Guarino
Veronese, en Mantua, Italia, en 1425. En las escuelas se
introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la
música y la formación física. El suceso de
estas iniciativas influyó en el trabajo de
otros educadores y sirvió como modelo para los educadores
durante más de cuatrocientos años.
Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron
a la teoría educativa sobresalió el humanista
alemán Erasmo de Rótterdam, el educador
alemán Johannes Strum, el ensayista francés Michel
de la Montaigne y el humanista y filósofo español
Luis Vives.
Durante este período se dio gran importancia a la
cultura clásica griega y romana enseñada en las
escuelas de gramática latina que, originadas en la Edad
Media, llegaron a ser modelo de la enseñanza secundaria en
Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan
las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo
(1538), Méjico (1550) y Lima (Perú), en 1551.
Las iglesias protestantes surgidas a partir de la reforma
propuesta por Martín Lutero, en inicios del siglo XVI,
establecieron escuelas en las cuales se enseñaba a leer,
escribir, nociones básicas de aritmética, el
catecismo en un nivel elemental, y cultura clásica,
hebreo, matemáticas, y ciencias, en lo que se
podría denominar enseñanza secundaria. En Suiza,
otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y
reformador francés Jean Calvino, cuya academia en Ginebra,
establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La
moderna práctica del control de la
educación por parte del gobierno fue diseñada por
Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de
la Reforma.
Los católicos también siguieron las ideas
educativas del renacimiento en las escuelas que ya
dirigían o que promovieron como forma de respuesta a la
creciente influencia del protestantismo, dentro del
espíritu de la Contrarreforma. Esa síntesis
se realizaba en los centros de la Compañía de
Jesús, fundada por el religioso español San Ignacio
de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III.
Los jesuitas, como
son conocidos los miembros de esta congregación,
promovieron un sistema de escuelas que han tenido un papel
preponderante en el desarrollo de la educación
católica en muchos países desde el siglo XVI: la
llamada "Ratio Studioron", que después se
transformarían en las "Escuelas Pías", de San
José de Calasanz.
El siglo XVII fue un período de rápido progreso
de muchas ciencias y de la creación de instituciones que
apoyaban el desenvolvimiento del conocimiento
científico. La creación de estas y otras
organizaciones
facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural
entre los letrados de los diferentes países de Europa.
Nuevos temas científicos se incorporaron en los
estudios de las universidades y de las escuelas de
enseñanza secundaria. El Hospital de Cristo de Londres fue
probablemente la primera escuela secundaria en enseñar
ciencia con
cierto grado de competencia.
Al iniciarse el siglo XVIII la Escuela de Moscú de
Navegación y Matemáticas sirvió como modelo
para el establecimiento de la primera escuela secundaria de
Rusia. La
importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del
filósofo inglés
Francis Bacon, que fundamentó los procesos de
aprendizaje en el método
inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de
forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a
conclusiones sobre lo observado.
Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia
influencia. El educador alemán Wolfang Ratke inició
el uso de nuevos métodos
para enseñar más rápidamente la lengua
vernácula, las lenguas clásicas, y el hebreo.
René Descartes,
filósofo francés, remarcó el papel de la
lógica como el principio fundamental del pensamiento
racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad
como base de la educación en Francia. El
poeta inglés John Milton propuso un programa
enciclopédico de educación secundaria, apoyando
el aprendizaje
de la cultura clásica como medio para potenciar la
moralidad y
completar la educación intelectual de las personas.
El filósofo inglés John Locke
recomendaba un currículo y una metodología de
educación (que contemplaba la educación
física) basada en el examen empírico de los
hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En su obra
"Algunos Pensamientos Referidos a la Educación", escrito
en 1693, Locke defiende un abanico de reformas, y coloca en
análisis el estudio de las cosas en lugar
de los libros, defendiendo los viajes y
apoyando las experiencias empíricas como medio de
aprendizaje. Así, animaba a estudiar en un árbol
más que en un libro sobre
árboles, o ir a Francia en lugar de leer un
libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina
mental, esto es, la habilidad de desarrollar las facultades del
pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y
de la refutación de habladurías, propuesta casi
siempre atribuida a Locke, tuvo una fuerte influencia en los
educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador francés
Jean Baptiste de La Salle, fundador del Instituto de los Hermanos
de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para
profesores en 1685 y fue pionero en su educación
sistemática.
Quien sabe el educador más destacado del siglo XVII
haya sido Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más
conocido con el nombre latino de Comenio. Su trabajo en el campo
de la educación motivó a que recibiera invitaciones
para enseñar en toda Europa. Escribió un libro
ilustrado, muy leído, para la enseñanza de
latín, titulado "El Mundo Invisible", en 1658.
En su obra "Didáctica Magna", escrita entre 1628 y
1632, remarcó el valor de estimular el interés del
alumno en los procesos educativos y enseñar
múltiples referencias sobre las cosas concretas,
más que en sus descripciones verbales. Su objetivo
educativo podría resumirse a una frase de la página
inicial de "Didáctica Magna":
"…Enseñar a través de todas las cosas
a todos los hombres…", postura que se conoce como
pansofía.
Los esfuerzos de Comenio para el desarrollo de la
educación universal le valieron el título de
"Maestro de las Naciones".
Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar
en Prusia. En Rusia comenzó la educación formal
bajo el reinado de Pedro El Grande y sus sucesores.
También se desenvolvieron escuelas y colegios
universitarios en la América
Colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la
Revolución
Francesa. A fines del siglo se fundaron en Inglaterra las
escuelas de domingo por el filántropo y periodista Robert
Ralkes, para beneficio de los jóvenes pobres y de las
clases trabajadoras.
Durante el mismo período se introdujo el método
de monitoración de la enseñanza, por lo que cientos
de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de
alumnos monitores o
asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la
educación de masas.
El teórico educativo más relevante del siglo
XVIII fue Jean-Jacques Rousseau,
nacido en Ginebra. Su influenciafue considerable tanto en Europa
como en otros continentes. En "Emilio", escrito en 1762,
insistió en que los alumnos deberían ser tratados como
adolescentes
más que adultos en miniatura, y que se debía
atender a la
personalidad individual. Entre las propuestas concretas
estaba la de enseñar a leer en una edad posterior y el
estudio de la naturaleza y
de la sociedad por observación directa. Sus propuestas
radicales sólo eran aplicables a los niños del
sexo
masculino: las niñas debían recibir
educación convencional.
Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran
parte en el campo de la teoría: correspondió a
muchos de sus seguidores colocar en práctica sus ideas. El
educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas
en Alemania y en
diferentes partes de Europa basándose en la idea de
"Todo, según la naturaleza."
El más influyente de los seguidores de Rousseau fue el
educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas
ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente.
El principal objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método
de enseñanza al desenvolvimiento natural del niño.
Para alcanzar este objetivo, consideraba el desenvolvimiento
armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y
manos).
Otros educadores influyentes del siglo XIX fueron el
alemán Friedrich Frobel, que introdujo los principios de
la psicología
y de la filosofía en las ciencias de la
educación; Horace Mann y Henry Barnard, el
filósofo inglés Herbert Spencer, que
defendía el conocimiento
científico como siendo el tema más importante a ser
enseñado en la escuela; el español Francisco Giner
de Los Ríos, y el obispo nacido en Dinamarca Nikolai
Grundtyig, que estableció unas ideas pedagógicas
que fueron la base para la ampliación de la
educación secundaria para toda la población.
El siglo XIX fue um período em que los sistemas
nacionales de escolarización se organizaron en el Reino
Unido, Francia, Alemania, Italia, España (Ley Moyano de
1858) y en otros países europeos.
Las nuevas naciones independientes de América
Latina, especialmente Argentina y Uruguay,
miraron para Europa y los Estados Unidos
buscando modelos para
sus escuelas.
Japón, que había abandonado su tradicional
aislamiento y trataba de occidentalizarse y occidentalizar sus
instituciones, tomó las experiencias de varios
países europeos y de los Estados Unidos como modelo para
el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno,
el cual perdura hasta hoy.
Em inícios del siglo XX la actividad educativa se
vió muy influenciada por los escritos de la feminista y
educadora sueca Ellen Key. Su libro "El Siglo de los
Niños", escrito en 1900, fue traducido a carios idiomas e
inspiró a los educadores progresistas en muchos
países.
La educación progresista era un sistema de la
enseñanza basado en las necesidades de la sociedad o en
los preceptos de la Iglesia. Esta
idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la
historia y había aparecido de diferentes maneras en
diversas partes del mundo, como la "insitfutción libre de
enseñanza" de España. Entre los educadores de mayor
influencia cabe destacar a los alemanes Hermann Lietz e Georg
Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a la
italiana Maria Montessori. En los Estados Unidos tuvo una enorme
influencia, luego extendida a todo el mundo, el filósofo y
educador John Dewey. El programa de actividades que se derivaba
de las teorías
de Dewey fortalecía el desenvolvimiento educativo del
alumno en términos de animación de las necesidades
e intereses del mismo. Llegó a ser el método
principal de instrucción durante muchos años en las
escuelas de los Estados Unidos y de otros países. Todos
ellos ejercieron amplia influencia en los sistemas educativos de
los países de América latina.
Luego de la Revolución
Rusa de 1917, la antigua Unión Soviética
desarrolló una experiencia interesante en el campo
educacional, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al
espacio el Sputnik, primer satélite que mostraba el
avanzado estado del conocimiento tecnológico
soviético. Esto hizo con que numerosos visitantes
extranjeros, especialmente personas procedentes de países
desarrollados, quisiesen conocer el sistema imperante en las
escuelas soviéticas. Contribuyeron al interés
internacional por la educación soviética las
teorías y prácticas pedagógicas que
procedían de la ideología marxista-leninista, tan bien
expresada en el trabajo de Antón
Makarenko, un claro exponente de la rehabilitación de los
delincuentes juveniles y de la educación colectiva durante
los primeros años de la Revolución.
El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los
sistemas educacionales de las naciones industrializadas,
así como por la aparición de sistemas escolares
entre las naciones más recientemente industrializadas de
Asia y
África.
La educación básica es hoy prácticamente
universal, pero la realidad indica que un amplio número de
niños (quizás el 50% de los que están en
edad escolar en todo el mundo), no frecuenta la escuela.
Tratando de promover la educación en todos los niveles,
la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),
realiza campañas de alfabetización y otros proyectos
educacionales orientados a que ningún niño en edad
escolar deje de frecuentar la escuela por no existir la misma,
pretendiendo así acabar con el analfabetismo.
Se ha constatado algún progreso, pero es obvio que se
necesitan más esfuerzos y más tiempo para conseguir
la alfabetización universal.
Al tratar de comparar tres sistemas educativos implantados en
los días de hoy, podemos mencionar que, según
Flórez Ochoa, un modelo es la imagen o
representación del conjunto de relaciones que definen un
fenómeno, con miras a su mejor entendimiento.
De acuerdo con esta definición, puede inferirse que un
modelo es una aproximación teórica útil en
la descripción y comprensión de
aspectos interrelacionados de un fenómeno en particular.
Continuando con este concepto de
modelo, se torna necesario establecer que el análisis del
fenómeno en estudio no es únicamente un proceso
analítico en el cual el todo es examinado en sus partes,
sino que también lo es como un proceso de integración de relaciones.
Así, un modelo pedagógico o sistema
educativo expresa concepciones y acciones
más o menos sistematizadas que constituyen distintas
alternativas de organización del proceso de
enseñanza para hacerlo más efectivo.
La efectividad mencionada se refiere a la obtención de
los fines educativos que una sociedad predetermina para poder
transmitir los valores de
su cultura y para formar el ideal de persona bien
educada que se pretende obtener como prototipo de hombre o
mujer en un
determinado contexto histórico, social, y cultural.
El advenimiento de la educación pública se
confunde muchas veces con el surgimiento de las repúblicas
modernas, tal el caso de Francia, por ejemplo. La escuela
pública, encargada de formar ciudadanos mediante una
educación básica gratuita para toda la
población, comenzó a difundirse de manera
significativa en el siglo XIX, como mencionado anteriormente en
este artículo. Sus orígenes, no obstante, son
antiquísimos. Aristóteles se anticipó a su
época cuando expresó, desde las páginas de
su libro "Política", que era
indispensable la acción
educativa del Estado. Literalmente dijo:
"Como el Estado
sostiene un único fin la educación debe ser
necesariamente una e idéntica para todos sus miembros, de
donde se sigue que la educación debe ser objeto de la
vigilancia pública y no particular, por más que
esta última haya prevalecido y que hoy cada cual educa a
sus hijos en su casa según el método que le parece
y aquello que le place. No obstante, lo que es común debe
aprenderse en común y es un error grave creer que cada
ciudadano sea dueño de sí mismo, cuando en realidad
todos pertenecen al Estado puesto que constituyen sus elementos,
ya que los cuidados de que son objeto las partes deben concordar
con aquellos de que es objeto el conjunto."
Numerosos estudios demuestran que existe una
correlación positiva entre educación y democracia.
Para Seymour Martin Lipset, en su obra "El hombre
político", la educación no es un rasgo de la
democracia sino una condición que favorece o no para su
existencia. Su punto de partida es el examen de la
relación entre el progreso económico y la
democracia, y con ese propósito establece cuatro
categorías, dos para países europeos y de habla
inglesa, y dos para países latinoamericanos, que
corresponden, más o menos, a una escala de
democratización (que se construye con un Indice de
continuidad de la democracia y ausencia-presencia de movimientos
antidemocráticos). Las dos primeras categorías
(para países europeos y de habla inglesa) son:
1) las democracias estables (Australia, Canadá,
Reino Unido, Suecia, Estados Unidos) y,
2) democracias inestables y dictaduras (Finlandia,
Francia, España, Portugal, Italia).
Las dos últimas (para países
latinoamericanos) son:
3) democracias y dictaduras inestables (Argentina,
Brasil,
Colombia, Chile)
y,
4) dictaduras estables (Bolivia,
Cuba,
República Dominicana, Ecuador,
Guatemala,
Paraguay).
Es verdad, dice, que cuanto más próspera
es una nación
hay mayores posibilidades de que mantenga una democracia (esta
idea existe desde Aristóteles), aunque no hay determinismo
automático. Pero es posible afirmar, con mayor seguridad, que
una sociedad dividida entre una. gran masa empobrecida y una
pequeña élite favorecida resulta en una
oligarquía (gobierno dictatorial del pequeño
estrato superior) o en una tiranía (dictadura de
base popular).
Para probar esta hipótesis, Lipset cruza varios indicadores
económicos (riqueza, industrialización,
urbanización y educación) con esas
categorías de países.
Muchos sugirieron, dice Lipset, que cuanto más
alto es el nivel cultural de la población de una nación
tanto mayores son las posibilidades de que haya democracia. Los
datos
comparativos de que se dispone apoyan esta proposición.
Los países "más democráticos" de Europa
están casi totalmente alfabetizados: el promedio
más bajo llega a 96% de alfabetización, mientras
que las naciones "menos democráticas" registran
85%.
En América Latina la diferencia oscila entre 74%
para los "menos dictatoriales" y 46% para los "más
dictatoriales". La inscripción en las escuelas, de cada
mil personas de la población total en tres niveles
diferentes -primaria, secundaria y superior-, se relaciona de
modo igualmente consecuente con el grado de
democracia.
John Dewey consideraba el incremento de la
educación como requisito de la democracia. Un estudio
sobre América del Sur llevó a James Bryce a
concluir que:
"La educación, si bien no hace de
los hombres buenos ciudadanos, les facilita al menos que se
conviertan en tales".
La educación -agrega Lipset- les amplía la
perspectiva, los capacita para comprender la necesidad de
normas de
tolerancia,
limita su adhesión a doctrinas extremistas y aumenta su
capacidad para realizar elecciones racionales.
La contribución de la educación a la
democracia es más directa y fuerte en el nivel individual;
diversas encuestas
muestran que las actitudes de
las personas hacia la tolerancia respecto a la oposición,
sus posturas para con las minorías étnicas y
raciales, y sus sentimientos hacia los sistemas multipartidistas
-y en contra de los unipartidistas- son más
democráticos en la medida en que poseen mayor
educación. Cuanto más elevada sea nuestra
educación es más probable que apoyemos los valores y las
prácticas democráticas. Está demostrado que,
en este sentido, la educación es más importante que
factores como los ingresos o la
ocupación.
La educación no puede, por sí sola, hacer
democrático a un país, pero es probable que inhiba
ideas no democráticas. De todo esto, Lipset
concluye:
"Si bien no podemos decir que un alto
nivel de educación constituye una condición
suficiente para la democracia, la evidencia de que disponemos
sugiere que ello está cerca de constituir una
condición necesaria."
MODELO O SISTEMA
PEDAGÓGICO TRADICIONAL
El modelo tradicional influyó notablemente en los
procesos de enseñanza y en los sistemas
educativos.
Este enfoque se originó en la escolástica,
filosofía propia de la iglesia católica que
imperó desde los siglos IX hasta el siglo XV. El fin
primordial de la educación estuvo dirigido a la
recuperación del pensamiento clásico como resultado
del renacimiento. A este modelo se le ha calificado de
enciclopedista por cuanto, según Canfux
"El contenido de la enseñanza
consiste en un conjunto de conocimientos y valores sociales
acumulados por las generaciones adultas que se transmiten a los
alumnos como verdades acabadas; generalmente, estos contenidos
están disociados de la experiencia de los alumnos y de las
realidades sociales."
A pesar del devenir histórico y del desarrollo social
hacia otras formas de organización algunos de los
conceptos primordiales del tradicionalismo pedagógico
aún subsisten implícita y explícitamente en
las prácticas pedagógicas actuales. Estas ideas
básicas están relacionadas con la educación
del carácter, la disciplina como medio para educar, el
predominio de la memoria, el
currículum centrado en el maestro y los métodos
verbalistas de enseñanza.
Flórez Ochoa sintetiza la anterior
afirmación al concluir que,
"El método básico de aprendizaje es el
academicista, verbalista, que dicta sus clases bajo un
régimen de disciplina a unos estudiantes que son
básicamente receptores."
Un aspecto importante de considerar en el modelo o
sistema pedagógico tradicional es el rol del maestro. De
acuerdo con De Zubiría:
" …bajo el propósito de
enseñar conocimientos y normas, el maestro cumple la
función
de transmisor. El maestro dicta la lección a un estudiante
que recibirá las informaciones y las normas
transmitidas… El aprendizaje es también un acto de
autoridad."
Otro elemento importante de considerar en el modelo
pedagógico tradicional es el ideal educativo de formar el
carácter del individuo.
Algunos modelos religiosos han seguido, y aún siguen
siendo, los fundamentos Aristotélicos de la
antigüedad de formar individuos de carácter. En la
formación del carácter el concepto del maestro como
modelo para imitar fue predominante. Según Flórez
Ochoa:
"En este modelo, el método y el
contenido en cierta forma se confunden en la imitación y
emulación del buen ejemplo, del ideal propuesto como
patrón y cuya encarnación más próxima
se manifiesta en el maestro."
De manera similar, las lecciones de clase
centradas en la educación moral y en la
instrucción cívica enfatizaron la importancia del
deber, la obediencia, la honestidad, el
patriotismo y el valor. En el concepto de Flórez
Ochoa,
"Se preconiza el cultivo de las
facultades del alma:
entendimiento, memoria y
voluntad, y una visión indiferenciada e ingenua de la
transferencia del dominio logrado
en disciplinas como el latín y las
matemáticas."
En síntesis, puede considerarse que las metas
educativas que propone el modelo pedagógico tradicional
están centradas en un humanismo de
tipo religioso que enfatiza la formación del
carácter. La relación maestro-alumno puede ser
calificada como autoritaria-vertical. El método se
fundamenta en el transmisionismo de los valores de una cultura
por medio del ejemplo. El aprendizaje por lo tanto, es logrado
con base en la memorización, la repetición, y la
ejercitación. Así, el desarrollo del ser humano se
logra con la educación del carácter y de las
facultades del alma.
MODELO O SISTEMA PEDAGÓGICO
PROGRESISTA
El modelo progresista está fundamentado en las
ideas filosóficas que plantea el pragmatismo.
Básicamente las ideas pedagógicas progresistas se
hacen evidentes en las propuestas educativas de la escuela
nueva.
Un aspecto fundamental de esta tendencia es la propuesta
de una transformación total del sistema escolar,
convirtiendo al estudiante en el centro del sistema escolar
alrededor de quien giran los procesos de la escuela. Bajo esta
perspectiva la escuela es creada para la vida, para llegar a ser
el ambiente natural del niño y convertirse en el espacio
en el cual el niño vivencia y aprende los elementos
primordiales para el buen desempeño en su vida de adulto.
Rodríguez y Sanz establecen,
"La escuela nueva… resaltó el
papel activo que debe tener el estudiante, transformó las
funciones que
debe asumir el profesor en el proceso educativo y mostró
la necesidad y posibilidad de cambios en el desarrollo del
mismo."
El progresismo pedagógico propone que con la
educación social, la sociedad asegura su propio
desarrollo. La escuela nueva equiparó la educación
con los procesos de desarrollo del individuo, y el concepto de
crecimiento ha sido una de sus más importantes
metáforas.
De Zubiría conceptúa,
"La escuela nueva rompe con el paradigma
tradicional que explicaba el aprendizaje como el proceso de
impresiones que desde el exterior se incrustan en el alumno. En
su lugar, la nueva escuela defenderá la acción como
condición y garantía del aprendizaje."
Este autor sintetiza cinco postulados básicos de
la escuela activa, a saber:
"El fin de la escuela
[propósitos] no puede estar limitado al aprendizaje: la
escuela debe preparar para la vida.
Si la escuela debe preparar para la
vida, la naturaleza y la vida misma deben ser
estudiadas.[contenidos].
Los contenidos educativos deben
organizarse partiendo de lo simple y concreto hacia
lo complejo y abstracto
[secuenciación].
Al considerar al niño como
artesano de su propio conocimiento, el activismo da
primacía al sujeto y a su experimentación
[método]".
Los recursos
didácticos serán entendidos como útiles de
la infancia que al permitir la manipulación y la
experimentación, contribuirán a educar los sentidos,
garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades
intelectuales [recursos didácticos]
".
Para el progresismo pedagógico cada experiencia
social es esencialmente educativa. John Dewey consideró
que la vida social es a la educación lo que la nutrición y la
reproducción es a la vida
fisiológica, por lo tanto la escuela es una
institución social que debe concentrarse en los más
efectivos medios para
ofrecer al niño los recursos necesarios para cultivar la
herencia
cultural y desarrollar sus facultades para lograr fines
sociales.
MODELO
O SISTEMA PEDAGÓGICO CRÍTICO –
RADICAL
La Pedagogía Crítica
emerge como un resultado de los trabajos de la Teoría
Crítica en las década de los ochenta y los
noventa.
Algunos de los fundamentos teóricos
contemporáneos de la pedagogía crítica
tienen su origen en la teoría crítica propuesta por
los filósofos y teóricos sociales de la escuela de
Frankfurt, quienes trabajaron en Alemania en el Instituto para la
Investigación Social.
El término teoría crítica,
fue utilizado por Max Horkheimer, director del Instituto desde
1931 hasta 1958.
Entre otros reconocidos teóricos de la escuela de
Frankfurt se pueden citar: Theodor Adorno,
Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamín, miembros
de la escuela de Frankfurt. Muchos de ellos eran judíos.
Trasladaron el Instituto a la Universidad de Columbia en Nueva
York, durante la segunda guerra
mundial y retornaron a Alemania una vez finalizada la
guerra.
En Norteamérica estos teóricos
participaron activamente en la vida académica con una
serie de estudios de reconocida importancia relacionados con
críticas acerca del racismo, la
exclusión, el prejuicio
racial y las políticas
de segregación.
Estos estudios influyeron positivamente en el
pensamiento filosófico y pedagógico en los Estados
Unidos y sus perspectivas críticas son la base de los
teóricos-críticos de la actualidad. Trabajos
similares han emergido no solamente como una teoría que se
comparte sino también, como nuevas perspectivas con
múltiples elementos sociales tradicionales con el
fin de crear nuevos órdenes que estén en
posibilidad de incrementar la libertad
humana.
La Pedagogía Crítica se interesa en primer
lugar, en una crítica a las estructuras
sociales que afectan la vida de la escuela, particularmente
situaciones relacionadas con la cotidianidad escolar y la
estructura del
poder. En segundo lugar, se interesa por el desarrollo de
habilidades de pensamiento crítico-reflexivo con el fin de
transformar la sociedad. Según Peter McLaren,
"La pedagogía crítica examina a las
escuelas tanto en su medio histórico como en su medio
social por ser parte de la hechura social y política que
caracteriza a la sociedad dominante."
En este sentido, la Pedagogía
Crítico-radical presenta no solamente un lenguaje de
crítica, sino también un lenguaje de posibilidades.
Los profesores que aplican los enfoques de la Pedagogía
Critica coparticipan con sus estudiantes en la reflexión
crítica de sus propias creencias y juicios. De igual
manera cuestionan críticamente los "textos" que se
utilizan en los procesos de enseñanza. Por el
término "texto" se entiende no sólo los libros de
texto sino también las fuentes originales, la cultura
popular, los diversos discursos que
explican un hecho, y el lenguaje entre otros. La
deconstrucción del lenguaje y del texto es de igual
importancia.
Por ejemplo: ¿Qué significados, sentidos y
presuposiciones subyacen en la expresión "equidad
educativa"?
Entre los teóricos que participan en la construcción teórica de la
Pedagogía Crítica se pueden citar:
Paulo Freire (Brasil). Al analizar las
relaciones opresor-oprimido establece los fundamentos para
entender la educación liberadora y sus posibilidades.
Propone las relaciones dialógicas entre profesor alumno,
con el fin de promover procesos de concientización y
liberación.
Donaldo Macedo (Brasil). Se interesa
básicamente en el análisis de los procesos de
alfabetización, cultura y poder.
Ira Shor (Estados Unidos). Focaliza su trabajo en
la propuesta de la educación como un proceso de
"empoderamiento". Investiga el nivel de empoderamiento
estudiantil a nivel universitario. Dos de sus últimas
obras son Educación empoderadora, y Cuando los
estudiantes tienen poder.
Michael Apple (Estados Unidos). Estudia las
relaciones entre currículo e pedagogía
crítica, escuela y democracia, conservatismo y
educación, sociología
de la educación, ideología y
educación.
Aronowitz (Estados Unidos). Critica relaciones
entre política y escuela. La crisis de la
educación.
Henry Giroux. Centra su trabajo en la propuesta
de la labor intelectual de los maestros, las teorías de la
reproducción y la pedagogía de la
oposición.
McLaren afirma,
"La Pedagogía Crítica ha
comenzado a proporcionar una teoría radical y un
análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade
nuevos avances en la teoría social y desarrolla nuevas
categorías de investigación y nuevas
metodologías. "
En el enfoque de la pedagogía crítica el
maestro es una persona crítico-reflexiva que cumple un rol
político en y con su comunidad.
Giroux
considera,
"En su mayoría, los
críticos radicales están de acuerdo en que los
educadores tradicionalistas se han negado generalmente a
interrogarse sobre la naturaleza política de la
enseñanza pública."
Así mismo señala que tradicionalmente la
escuela se ha negado a analizar las relaciones que existen entre
poder, conocimiento y dominación. Giroux sostiene que los
análisis de la Pedagogía Crítica han
ofrecido un nuevo lenguaje
teórico y una actitud
crítica que sostienen que las escuelas, dentro de la
amplia tradición humanística occidental, no ofrecen
oportunidades para la potenciación personal y social
en la sociedad.
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Izaura Uliana Yokohama
Carrera : Maestría en Ciencias de la
Educación
Disciplina Historia de la Educación
Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo