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Relevamiento y análisis de una escultura, monumento u obra en el campo expandido




Enviado por anonimo



    El pensador de Auguste
    Rodin

    1. Ficha técnica de la
      obra
    2. Biografía del
      autor
    3. El escultor de la figura en
      movimiento…
    4. Análisis de las
      características formales de la obra en relación
      con su contenido
    5. Especificaciones
      técnico-matéricas
    6. Localización
      urbana
    7. Vinculaciones (por semejanzas o
      diferencias) con otras obras analizadas a lo largo del
      cuatrimestre
    8. Bibliografía
      utilizada

    "Gloria y estoicismo compusieron la
    trama de la fecunda existencia de Rodin; gloria y estoicismo,
    tranzaban una vez más los hilos del destino para tejer la
    mortaja de una de las más nobles figuras de nuestro
    tiempo".

    José de España.

    B- Ficha
    técnica de la obra

    Título: El
    pensador

    Autor: Auguste Rodin

    Técnica y materiales: Bronce (prolongado en pto.
    f)

    Año de ejecución: 1880 –
    1900

    Medidas: 1,98 x 1,298 x 1,34 m

    Lugar de emplazamiento o exposición:
    (París. Musée Rodin) Plaza de los dos congresos,
    Buenos
    Aires.

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    D- Biografía del
    autor

    Auguste Rodin nació el 12 de noviembre del
    año 1840 en París. Proviene de una familia modesta,
    ya desde muy joven mostró una cualidad artística,
    pero fracasó cuando intentó ingresar a la Escuela de
    Bellas Artes,
    fue rechazado por tres veces.

    De esta manera, el muchacho entra como aprendiz en el
    taller de un ornamentalista.

    En 1862, por un momento (tras el fallecimiento de su
    hermana) se creyó con vocación religiosa e
    intentó ingresar en la Orden de los Padres de
    Santísimo Sacramento. En 1863 realiza su primer obra, el
    busto del padre Eynard, fundador de la
    congregación.

    En 1864 ingresa al taller de Carrier – Belleuse,
    junto a él permaneció veinte años como
    auxiliar bocetista y trabajador en la decoración de
    edificios públicos. Para el mejor cumplimiento de su
    tarea, durante la noche, y de mañana, antes de salir para
    su trabajo,
    realizaba copias del natural y estudiaba el desnudo, para
    transportar el recuerdo, con resultados de sus observaciones.
    Ejercicio de retención, a la vez que de examen, que
    desarrolla sus dones extraordinarios de memoria y de
    penetración de las formas.

    Luego viaja a Francia e
    Italia. En Italia
    estudia a los artistas del Renacimiento y en
    particular a Miguel Ángel. La amplificación de las
    formas en la estructura de
    Miguel Ángel, en un principio le parece un artificio, pero
    pronto reconocerá su valor y su
    alcance. La profundidad y la extensión del modelado en la
    obra del florentino le quedarán grabadas, en cambio, con el
    rigor de un principio.

    De regreso en Bruselas realizó la obra por la
    que, por fin, lograría la atención del mundo artístico: "La
    edad de bronce". Esta figura provocó un escándalo
    por la audacia de su "novedad": el modelado, que da la
    ilusión de algo viviente.
    Esta escultura fue objeto de
    vivas discusiones. Los jurados, sin argumentos para su vigor y su
    pureza, se defienden con la sospecha (de vaciados naturales). El
    agravio lleva sin duda implícito un reconocimiento de
    méritos, pero también el aviso de una resistencia.
    Rodin no claudicó y prosiguió por el camino que se
    había trazado.

    "El verdadero artista expresa siempre lo que piensa,
    aún a riesgo de hacer
    tambalear todos los prejuicios establecidos"

    Auguste Rodin

    El período entre 1880 y 1900 fue el más
    fecundo de su vida. En él realizó bustos,
    monumentos y grandes composiciones: el grupo en
    bronce " Los burgueses de Caláis", el monumento a
    "Víctor Hugo", el "Balzac" (su obra que justifica
    más la consideración de su escultura dentro de una
    tendencia impresionista), "Las puertas del Infierno" y el
    "Monumento a Sarmiento". De "Las puertas del Infierno", los
    mejores sectores fueron separados del conjunto y a su vez,
    también pasados a punto, se hicieron famosos y fueron
    comprados por coleccionistas. Así, esta gran obra se
    convirtió, para su creador, en una inagotable fuente de
    motivos. Nacieron Adán y Eva, El Espectro, El Pensador, El
    mártir y El Hijo pródigo. Por otra parte, su
    escultura encuentra su más viva expresión en
    esculturas individuales que testimonian la observación y el estudio de manos y pies, a
    los que Rodin considera tan expresivos como el rostro humano.
    Así, tanto dibujando como modelando fijaba las poses
    instantáneamente y los croquis realizados con
    posterioridad al "Balzac" constituyen en el último
    período de su vida la parte más original de su
    producción.

    A partir de 1900 su fama llegó a un punto
    máximo. Sus obras estaban donde fue su residencia en
    París (el antiguo Hotel de Biron), hoy Museo Rodin.

    En el mes de noviembre de 1917, moría Rodin y la
    prensa
    francesa, ante ciertas discusiones provocadas por la
    ejecución de su testamento artístico, daba el
    tremendo y casi increíble testimonio de la verdad: "
    Auguste Rodin, el artista que ha legado a Francia colecciones
    valuadas en varios millones y una obra de incalculable valor
    intelectual, murió de frío en su morada, en la que
    sólo dos habitaciones estaban provistas de
    calefacción insuficiente…".

    El escultor de la
    figura en movimiento

    Para comprender la importancia del papel precursor
    ejercido por Rodin en la escultura del siglo XX, es preciso tener
    en cuenta las circunstancias del la escultura del siglo
    XIX.

    Mientras que la pintura,
    nutrida por la multifacética genialidad de sus cultores,
    brilla con un esplendor parangonable al que tuvo en Europa en los
    siglos XV y XVI, la escultura se ha estancado en la
    repetición de fórmulas de un neoclasicismo
    decadente y carente de savia. Mientras tanto; los escultores
    tenían mucho trabajo, grandes encargos. Sin embargo la
    abundancia no es sinónimo de calidad.

    Rodin entra en el desenvolverse de las corrientes
    estéticas de su siglo. Su figura asoma con la misma
    lentitud regulada con que fueron subiendo a la superficie las
    voluntades que durante ese período de tiempo dieron mucho
    sentido a la pintura. Rodin trabaja solo: en esto está la
    diferencia. Mientras que en la pintura la renovación se
    produce por una continuidad de esfuerzos alternados, en escultura
    él asume toda la carga de la tarea.

    Rodin supera el equilibrio
    clásico con una monumentalidad exaltada. Hace explotar la
    estatua en coladas de masa licuefactas sostenidas por
    imprevistas, y a veces espasmódicas tensiones lineadas; el
    núcleo plástico
    implica el espacio circundante en efectos de golpes y
    disoluciones de luz a los largo
    de planos deslizantes , fragmentados.

    Esa superación de los límites se
    hace sublimación; y más que volver a los
    impresionistas, exaspera el no acabado de Miguel
    Ángel. La obra del artista florentino,
    reconoce fórmulas que si bien son superadas en la obra,
    mantienen puntos de relación con los hábitos que
    regulan el espíritu medio de la época.
    Rodin, en cambio, quiebra desde un
    comienzo la estabilidad de esos hábitos
    .

    A pesar de ajustarse a las formas anatómicas, su
    dinamismo ya implica una amenaza. Sus primeras obras repiten, en
    escultura, un ademán que en pintura se ha estado
    manifestando por espasmos y que encuentra su expresión
    rotunda en el impresionismo: si para
    los pintores impresionistas la naturaleza en
    movimiento está inscripta en la atmósfera o
    más exactamente en la acción
    de la luz en la atmósfera, para Rodin está en el
    movimiento mismo, expresión elemental de la
    vida.

    Las energías vitales que desde los días
    del romanticismo
    venían presionando como un ansia, bajo el signo del
    impresionismo
    desbordan e invaden el campo de las artes. En su escultura se
    expresa un nuevo romanticismo, con una potencia
    expresiva donde cada una de sus obras es un episodio intenso,
    dramático y luminoso. Libera a la forma de su papel
    tradicional, le incorpora una dinámica en el movimiento y le da la
    posibilidad de interpretar el alma humana
    con sus pasiones y sufrimientos. Es el escultor del dolor y por
    eso su arte responde a
    la angustia del mundo moderno.

    La estatua modelada por Rodin es, a la vez, un despertar
    y un retorno ("Rodin fue el último antiguo y el
    primer moderno").
    El anuncio de un espíritu nuevo y la
    vuelta a las leyes originales
    de la escultura. El dinamismo que en ella se manifiesta se
    irá acusando en la representación progresiva del
    movimiento, de la acción y de la continuidad diversificada
    de los aspectos de la vida; pero para ello el artista
    abrirá primero paso a través de las fórmulas
    académicas como a través de una maleza;
    saldrá al encuentro de los viejos métodos,
    que su agudeza no tardará en descubrir en la raíz
    de las obras perdurables. Si en un principio Rodin es una
    fuerza
    temperamental o una sensibilidad lúcida, le asiste un
    espíritu de examen en que se personifica el equilibrio de
    su raza.

    Por lo tanto, con Rodin se invierte un orden que desde
    los albores del Renacimiento, regula la inteligencia
    de las formas en el arte de Occidente. Rodin, entre los artista
    de su tiempo, el único comparable en intención y en
    espíritu, a aquellas figuras del Renacimiento, será
    conducido, en cambio, por "la naturaleza en movimiento", imagen final de
    una realidad en la que se define la posición del artista
    contemporáneo. Como todos sus contemporáneos sale
    de un ahogo, de la oscuridad al aire libre, a la
    soltura del libre examen. En cuanto abra en él esta
    libertad de
    movimientos, redescubre los métodos de los griegos, de los
    artistas del Renacimiento y del góticos.

    "Yo no soy un soñador, soy un
    matemático. Mi escultura es buena porque es
    geométrica. No niego que hay exaltación en mis
    obras, pero es porque hay en ellas verdad. Esa exaltación
    no está en mí, sino en la naturaleza en
    movimiento".

    Auguste Rodin.

    E-
    Análisis de las características formales de la obra
    en relación con su contenido.

    "Todo es bello para el artista, puesto que en todo
    ser y en toda cosa, su penetrante mirada descubre el carácter, es decir la verdad interior que
    transparece bajo la forma. Y esta verdad, es la belleza
    misma"…

    Auguste Rodin

    La escultura El Pensador fue realizada en 1881 en
    París. Esta figura se ha transformado en un símbolo
    de la obra completa de Rodin. Originalmente colocada en el centro
    del arquitrabe de la Puerta del Infierno, esta figura estuvo
    pensada para ser Dante el cual domina la turba de los condenados
    llevados hacia el abismo. Encarna al hombre
    reflexionando sobre su destino, y al creador sobre su
    creación.

    La figura de El Pensador es el más obvio ejemplo
    de la progresiva independencia
    que va teniendo Rodin, de Dante. Sus dibujos
    muestran supuestamente a Dante apareciendo (sin Virgilio) en las
    puertas. Sentado sobre una roca en la mitad del dintel,
    único elemento estable en medio de la confusión de
    figuras, el poeta contempla las almas del infierno.

    La referencia a Dante persistió por lo menos
    hasta 1885, año en que Mirbeau escribió: "El Dante
    está sentado, su cabeza inclinada hacia adelante, el brazo
    derecho descansando sobre la pierna izquierda, impresionando en
    la forma desnuda un bello movimiento trágico".

    Poco después, sin embargo, Dante se dejó
    caer en una dimensión más universal de la figura:
    con su fuerza contenida, su torso musculoso digno de
    Belvedere, este hombre desnudo absorto en su
    meditación encarna El Pensador a lo largo de las
    líneas de Miguel Ángel. Rodin explicó esta
    transformación:

    "En el frente de esta puerta, pero sobre una roca,
    profundamente absorto en su meditación, Dante sacó
    a la ley las formas
    para su poema. Detrás de él están Francesca,
    Paolo y todos los personajes de la Divina Comedia. Este proyecto
    quedó anulado. Delgado y ascético en su sencilla
    bata y aislado dentro del conjunto, mi Dante no hubiese tenido
    significado. Siguiendo mi inspiración original,
    ejecuté otro "Pensador", un hombre desnudo sentado sobre
    una roca, los dedos de los pies agarrándose de los bordes
    extremos. Su cabeza sobre su puño, preguntándose.
    Pensamientos fértiles lentamente nacen en su mente.
    Él no es un soñador. Él es un
    creador."

    Este cambio muestra
    cómo desde la transposición de un tema literario,
    sea éste de Dante, Ovidio o Baudelaire, Rodin busca
    expresar lo universal. Esto era lo más fácil, ya
    que él no estaba obligado a ilustrar nada en particular,
    sino simplemente a modelar cuerpos y ensamblarlos en
    composiciones que expresen sus cualidades. Para el
    público, El Pensador se convirtió en un
    ícono del hombre meditando acerca de su destino y
    preparándose para la acción. En el pensamiento de
    Rodin, el significado de El Pensador evolucionó desde una
    representación de Dante hacia una imagen más
    general del hombre que en un convulsivo esfuerzo por alzarse
    sobre su vida animal, es inspirado por una misteriosa iluminación y dio movimiento a su primer
    pensamiento.

    La carrera de El Pensador, en sus medidas grande y
    pequeña, había sido lanzada. Su erección en el frente del Panteón en
    Abril de 1906 marcó un triunfo para Rodin fue removida en
    1922), quien fue más tarde enterrado bajo una copia de
    esta estatua en Meudon. Esta fue justicia
    poética que tiene su origen en la figura del
    Penserioso de Miguel Ángel, sobre la tumba de
    Guiliano de Medici. En sus formas, El Pensador debe mucho al arte
    clásico, en particular al Torso de Apollo Belvedere
    en el Museo del Vaticano, así como al la estatua de
    Lorenzo de Medici sentado y al Moisés de
    Miguel Ángel. Lo que distingue a Rodin de sus predecedores
    es su manera de expresar el esfuerzo del pensamiento a
    través de la contracción de cada uno y de todos los
    músculos; el trabajo del
    pensamiento resulta así palpable.

    "(…) Ante todo estableced netamente los grandes
    planos de las figuras que vais a esculpir. Acentuad vigorosamente
    la orientación que vais a dar a cada parte del cuerpo, a
    la cabeza, a los hombros, a la pelvis, a las piernas. El arte
    exige decisión. Es por la bien acusada fuga de
    líneas, que os sumergiréis en el espacio y que os
    haréis dueños de la profundidad. Cuando nuestros
    planos estén definidos, todo habrá sido hallado.
    Vuestra estatua vive ya. Los detalles nacen y se disponen por
    sí mismos, de seguida."

    Auguste Rodin.

    El Pensador es, en general, una forma cerrada que
    concentra un gran poder interno
    y potente: parece quieto, pero el brazo derecho sobre la pierna
    produce un gran giro, una importante rotación del cuerpo.
    Es decir, si se recorre la forma, la diagonal del brazo derecho
    nos dirige el recorrido de la obra para finalizar el mismo en sus
    dos grandes masas, las piernas.

    Así, el espectador tiene un recorrido
    dinámico marcado por la diagonal del brazo derecho para
    terminar en el descanso de su brazo izquierdo y en la
    posición de sus piernas. A pesar de que el brazo derecho
    sostenga mayor peso corporal, hay un gran equilibrio, ya que las
    masas de volumen de ambos
    brazos tienen la misma trascendencia y ambos convergen en una
    misma pierna. De esta manera, se observa un eje diagonal desde la
    cabeza hasta el pie izquierdo.

    Si bien utiliza grandes diagonales que provocan
    dinamismo, vitalidad y a la vez grandes planos triangulares; abre
    las formas (no todas son cerradas), como en la parte frontal de
    sus piernas, que recogen el espacio. Además, la
    posición en la que se encuentra, " descuidada" y natural,
    abre los espacios (entre los brazos, las piernas, etc.). De esta
    manera, los grandes huecos circundan la forma e inquietan al
    espectador a recorrerla e introducirse dentro de la escultura,
    dentro del gran contenido psicológico del
    espectador.

    Por otra parte, la mano doblada debajo del mentón
    (otra diagonal más pequeña) deja descubierto el
    rostro. Aquí se ve la integración de todo el cuerpo que realiza
    Rodin, donde no se "esconde" nada. En el cabello se observa el
    tratamiento discontinuo de los volúmenes, una forma
    grotesca pero muy bien armada.

    Es muy importante el tratamiento del volumen con grandes
    masas utilizando además el no-acabado de Miguel
    Ángel, donde no cae en el virtuosismo, deja el manejo
    instinto y expresivo, donde no cae en la belleza clásica
    (en la cual hay más resolución anatómica),
    no le preocupa la musculatura en sí, sino la potencia de
    las formas y los músculos, la vibración de la
    materia.

    El tratamiento de la figura, en cierta manera parece ser
    un pretexto en la búsqueda permanente del mundo
    interior:

    Rodin nos dio una imagen fiel de la sociedad de su
    tiempo en una serie de retratos de gran intensidad
    psicológica. El Pensador es una muestra fidedigna de esto,
    una actitud
    pensante rodeada de una tranquilidad al haber conseguido el
    carácter interno de lo obra; transmite espiritualidad y
    pasividad, soledad y preocupación. Esto resulta en
    contraposición con lo explosivo de la forma, que tiene
    mucha vida y movimiento. Estos dos elementos que se contraponen
    generan un cierto dramatismo. Entonces, el artista logra de una
    manera extraordinaria resumir lo interno y psicológico, y
    la vibración de la materia con respecto a la
    luz.

    Por otra parte, si bien la obra es una forma, se acude a
    un contenido literario: las formas mismas transmiten una
    sensación como si estuviera hablando, como si estuviera
    vivo. Hay una gran lectura propia
    de un pensador.

    En conclusión, en esta escultura todavía
    no se ve el atrevimiento del "Balzac", sino que es de los
    más clásicos de Rodin. Sin embargo, mantiene de
    manera muy latente lo psicológico y la fuerza interior que
    transmite. Hay aún un cierto clasicismo, pero desborda el
    gran contenido interno.

    "Figuraos las formas como si apuntaran hacia
    vosotros. Toda vida surge de un centro, luego germina y se
    expande de adentro hacia afuera. Del mismo modo, en toda bella
    escultura, se adivina siempre una potente impulsión
    interior…".

    Auguste Rodin.

    1. La técnica de modelado es impresionista, pero
      se puede decir, que de cierta forma, el trabajo de la
      materia, la textura, es expresionista (por ejemplo, el
      hundimiento de los ojos tiene una muy fuerte
      expresión). Es decir, en su época la forma
      acude a la expresión, a través del trabajo del
      volumen y de la integración entre la forma y la luz,
      logrando un gran movimiento de la materia.

      El modelado Es perfecto. Los pequeños
      desnudos están llenos de vigor y fuerza expresiva.
      Rodin manifiesta interés por las superficies rugosas e
      inacabadas, en contraste con la belleza de los desnudos
      pulidos, en los que la luz juega y resbala. Vemos en ello la
      influencia miguelangelesca. Le preocupan los efectos de luz
      para obtener profundidad en las esculturas. Para conseguir
      el movimiento
      imprime gran tensión a sus esculturas,
      dinamizando las formas con una gran fuerza
      interior. 

      En cuanto al estilo, el escultor ha roto con el
      academicismo imperante y con el realismo.
      Sus formas anatómicas están exageradas en busca
      de una mayor expresividad. El gusto por lo no acabado y la
      importancia de la luz enlazan la obra con el impresionismo
      escultórico. Pero también el sentimiento
      dramático y casi místico que transmite, el
      interés por el pecado y la muerte,
      unido a la sensualidad y el erotismo de los desnudos,
      permiten clasificar la obra de simbolista. 

      Los materiales y las técnicas determinan un borde más
      de la pieza, pues el bronce o el mármol tienen un
      lenguaje
      distinto, incapaz de comunicarse simultáneamente.
      Finalmente, los factores expresivos permanecen latentes: la
      mentalidad de una época, posibilita la creación
      de una forma específica, el gesto de un tiempo y un
      espacio unidos por la pasión de un artista que mueve
      al espectador a una experiencia estética propia e
      irrepetible.

    2. Especificaciones
      técnico-matéricas
    3. Localización urbana

    En la Argentina, a través del desarrollo de
    su estructura urbana y de su historia cultural, presenta
    distintas etapas de cómo fue incorporándose la
    escultura extranjera en su ambiente.

    Existen épocas en las que los gobiernos presentan
    propuestas que se expresan en proyectos de
    exaltación del progreso y engrandecimiento de la nación,
    decidiendo honrar a próceres, reafirmando hechos
    históricos y construyendo espacios arquitectónicos,
    que producen en consecuencia inversiones
    que enriquecen el Patrimonio
    Nacional. A esta acción se le incorpora e incrementa con
    la donación de diversas comunidades que inmigraron a este
    país con el deseo de encontrar un suelo en el cual
    pudieran prosperar, participar e integrar con su
    impulso.

    En la realización de monumentos expresan la
    gratitud al recibimiento del que fueron objeto. También
    hubo un importante movimiento de inversión privada a través de
    Instituciones
    y coleccionistas que han donado su Patrimonio
    Artístico.

    Como consecuencia de ello, podemos apreciar en Argentina
    obras de importantes artistas escultores, generalmente del siglo
    XVIII y XIX, que motivaron el orgullo artístico de la
    Nación.
    Otros monumentos y grupos
    escultóricos fueron encomendados por el Estado
    argentino a prestigiosos talleres de escultura (de Francia e
    Italia) que realizaban la totalidad del proyecto bajo el cual
    trabajaban renombrados escultores.

    Uno de los principales escultores extranjeros que, con
    algunas de sus obras y monumentos, se encuentra en Argentina, es
    Auguste Rodin.

    La escultura de "El Pensador" (bronce) se encuentra
    ubicada en la Plaza de los Dos Congresos, en la ciudad de Buenos
    Aires.

    Fue entregado en 1910 a la Argentina en festejo
    centenario de la Revolución
    de mayo. En esa época se apreciaba mucho el arte
    francés, y especialmente a Auguste Rodin, que se lo
    consideraba en ese entonces el mejor escultor del mundo. Por eso
    mismo, al llegar al país la obra de El Pensador fue
    colocada en el sitio más importante de la Capital
    Federal, centrada en la línea imaginaria que une al
    Congreso de la Nación con la Casa de Gobierno.

    El género que
    expresa la presencia pública de un monumento comporta
    obviamente nociones de espacio, perspectiva, planeamiento
    urbano, comprensión de la circulación del transporte y
    velocidad de
    la visión del transeúnte. También, por
    oposición, remite a un campo semántico no
    mediatizado, es decir, sin previa deglución televisiva.
    Aunque la obra esté ubicada en el centro de una población donde circulen grandes masas de
    personas, y sea visto rápidamente y fragmentariamente, su
    valor semántico es de otro orden. Que el monumento sea
    ajeno al género de la
    comunicación masiva quizás explique el
    desinterés de los gobernantes y la población en
    general por la desaparición, la calidad o la
    contaminación visual.

    Por otra parte, en mi opinión, la obra no se
    encuentra bien colocada en ese lugar, ya que tiene una escala
    pequeña en relación con el tamaño de la
    plaza y el otro monumento que se encuentra en la misma. El
    problema de la escala es muy importante, y en este caso muchas
    veces la obra pasa desapercibida, cuando no debe ser
    así.

    Además, en sus alrededores tiene un paisaje muy
    heterogéneo, de mucha confusión, con un gran
    número de edificios. Esto provoca que se pierda la visual
    de esta escultura, cuando si la observamos en el Museo Rodin, en
    un jardín, se aprecia realmente la obra. Aquí,
    apenas nos alejamos del sitio ya ni se distingue, en cambio si se
    la observa en un ámbito más homogéneo se la
    puede ver con mayor claridad. Por eso mismo, podemos ver que en
    esta plaza se aprecia mejor con un paisaje más
    homogéneo como es el edificio del Congreso
    (mirándola frontalmente) que observándola desde
    otros ángulos.

    H- Vinculaciones
    (por semejanzas o diferencias) con otras obras analizadas a lo
    largo del cuatrimestre.

    Podemos tomar el caso de El pájaro (1912), de
    Brancusi, siendo esta una figura"inacabada", puede ser comparada
    a la obra de Rodin en general, y ésta a su vez a Miguel
    Angel salvando el hecho de que las obras de Miguel Angel no eran
    acabadas, mientas que las del anterior tenian una
    terminación decidida por el mismo artista. Carente de
    patas y cabeza, Rodin descubrió que la parte puede valer
    por el todo. Esté pájaro de torso solo, se puede
    decir entonces que se encuentra vinculado, El Pájaro, a la
    obra de Rodin porque cumple con técnicas y hasta creencias
    impuestas o creidas por el artista en cuestión.

    Otro ejemplo puede ser el de Boccioni, en donde su
    escultura no ofrece perfiles rígidos de siluetas
    inmóviles. Cada perfil contiene en si mismo una
    indicación para entender los demás. Se
    proponía hacer que el objeto vivía en el medio ambiente
    que lo rodea. Queriendo diferenciarse de todo lo anterior.
    Proponía cambiar dominio odioso de
    la tradición por una continuidad dinámica de las
    formas, por una extensión de la escultura hasta adentrarse
    en el espacio, acabando con la homogeneidad de los materiales.
    Mientras que en la obra de Rodin, si bien, al ser en su
    mayoría figuras humanas uno conoce los movimientos, pero
    son pocos (o sería infinito) los perfiles que se pueden
    apreciar, pensando generalmente en un delante y atrás y en
    el último de los casos sus costados (derecha e izquierda).
    La forma de Boccioni permite un dinamismo que se planteó
    con las formas en el principio del cuatrimestre. Que no haya un
    perfil o un sector que agrupe toda la tensión de la
    obra.

    La escultura de Matisse también se puede vincular
    por sus semejanzas. En el esclavo (1900-1903) tiene una
    superficie tosca, temblorosa y vibrante, tratada a la manera de
    Rodin. Tampoco tiene brazos, de forma deliberada, para que se
    pueda apreciar mejor la aspereza del contorno. Citando a
    Matisse: "Cuanto más
    pequeño es un fragmento de escultura, tanto más
    deben existir ñps elementos esenciales de la
    forma"

    Conclusión

    Si en la escultura de Rodin no vemos desarrollarse
    aquellos grandes ritmos que enlazan como en una visión
    integral del mundo las formas ejemplares de griegos y
    renacentistas, es porque esa dimensión no
    correspondía a la naturaleza de su
    época.

    La vida, tema central de su obra, se le fue presentando
    en una serie de hechos sin relación de continuidad, de los
    que trató de apropiarse por los medios que le
    ofrecía su arte.

    El prometedor humanismo de
    las Puertas del Infierno coincidía con las revelaciones de
    Freud acerca
    de la represión sexual y el inconsciente. Monumental en
    escala, esta pieza de Rodin inició un nuevo mundo en el
    arte. Lo que Van Gogh, Gauguin y Cezanne
    hicieron por la pintura, Rodin lo hizo por sí solo por la
    escultura.

    En su conjunto, la obra de Rodin se basa en
    raíces profundas humanas, posee el don de captar y
    representar la fugacidad de una impresión, de un gesto, de
    una pose, percibiendo la vida interior de sus figuras.

    Su mérito está en haberlo hecho con tal
    rigor de forma y por una justa valoración de los rasgos
    sustanciales, que sus obras tienen el poder de las grandes
    síntesis.

    Bibliografía
    utilizada:

    • Los grandes escultores – Auguste Rodin.
      Ed.Viscontea
    • Página Internet MNBA-
      Auguste Rodin (
      www.mnba.org.ar)
    • Auguste Rodin – Sculptures and Drawings .
      Ed.Taschen
    • La pasión por el movimiento- Auguste Rodin
      . Dominique Jarrassé. Ed. Terrail.
    • El Arte- Auguste Rodin. Ed. El Ateneo. Bs.
      As.
    • El Testamento- Auguste Rodin
    • Auguste Rodin- Julio Rinaldini. Ed.
      Poseidón. Bs.As.
    • La Escultura – Enciclopedia Ilustrada
      Atlántida- Ernesto Rodriguez.
    • Le Penseur – Marcelle Adam. Gil Blas, 7 de julio
      de 1904.
    • Revista de la Sociedad Central de Arquitectos-
      Nº 197- Infraestructura .

    Anonimo

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