Retos y perspectivas ante la
globalización neoliberal
- Resumen
- Análisis
teórico-conceptual del papel de la Innovación
como herramienta de desarrollo sostenible - La innovación en los
ámbitos de una Sociedad Globalizada - La innovación en Cuba
como Factor de desarrollo - Conclusiones
- Propuestas
- Bibliografía
- Anexos
"La ciencia de
hoy parece estar atrapada en un fuego cruzado entre dos visiones
opuestas del mundo. Por una parte, la ciencia es la
principal herramienta de la ideología que actualmente dirige la
economía
mundial denominada sistema de libre
mercado,
orientada al crecimiento continuo y la búsqueda de riqueza
individual. Por otra, la ciencia está llamada, de manera
creciente, a producir conocimiento y
tecnología
que promueva la sustentabilidad ambiental, el desarrollo
orientado hacia los pueblos y el manejo de largo plaza de los
recursos"
The Role of Science and Technology in Society and
Governance.
Kananaskis Village, Alberta. Canada 1-3
November 1998.
En el trabajo se
realiza un análisis de la función
que debe cumplir la innovación como herramienta de
desarrollo y de la realidad de este concepto en los
ámbitos de la globalización neoliberal, intentando
responder preguntas tales como: ¿En las condiciones
actuales de globalización neoliberal, es realmente la
innovación un factor de desarrollo para los países
tercermundistas? ¿Existen alternativas que permitan que el
conjunto de personas que hacen ciencia y que se benefician de
ella se amplíe, donde la innovación se oriente a
los problemas de
la mayoría?
En el Capítulo I se realiza un análisis
teórico conceptual de la ciencia, la tecnología y
la innovación como término abarcador,
interrelacionados con los conceptos de globalización,
neoliberalismo
y desarrollo sostenible, entre otros.
Por su parte en el Capítulo II se analiza la
función que cumple en estos momentos la innovación
en los países desarrollados y subdesarrollados, y
cómo la polarización de esta amenaza con excluir de
sus beneficios a la mayoría de la población mundial.
En el Capítulo III se muestra el caso
cubano como un ejemplo del correcto desempeño del binomio
innovación-desarrollo, teniendo en cuenta las
peculiaridades del modelo
político.
Se hacen a su vez, a partir de las conclusiones a las
que se arriban, un grupo de
propuestas con vistas a lograr que la innovación se
desempeñe realmente como herramienta de desarrollo en las
condiciones actuales.
El conocimiento
científico y tecnológico ha producido
aplicaciones que han sido de gran beneficio para la humanidad,
con mayor significado en el contexto de una sociedad
globalizada. Sin embargo estos beneficios no están
distribuidos equitativamente y ello ha ampliado la brecha entre
los países industrializados y los subdesarrollados, siendo
igualmente la causa del deterioro del medio ambiente
y la fuente de desequilibrio y exclusión
social.
Un uso responsable de la ciencia y la tecnología
puede revertir estas tendencias. Ello requiere de un esfuerzo
conjunto genuino entre aquellos que poseen la mayor capacidad en
ciencia y
tecnología y aquellos que enfrentan los problemas de
la pobreza y
la exclusión
social.
En este contexto en la Conferencia de
Viena sobre Ciencia y Tecnología para el desarrollo en
1979 se estableció la necesidad de que los países
desarrollados del Norte destinaran el 0,7 por ciento de su
Producto Interno
Bruto anual a apoyar el desarrollo científico,
económico y social de los países subdesarrollados.
Entendiendo la ciencia y la tecnología como un recurso,
esta, junto con el desarrollo de los recursos
humanos, crearían las bases de una infraestructura
humana y material que supuestamente propiciaría el
adelanto de los países más atrasados y su
inserción más efectiva en la economía mundial.
Como resultado de la Conferencia se emitió el Programa de
Acción
de Viena y surgió el concepto de la Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD).
Los países subdesarrollados emprendieron la
aventura del desarrollo industrial basado en la
sustitución de importaciones y
la creación de industrias
locales que produjeran productos
exportables con vistas a generar una cartera de mercancías
que pudieran nivelar balanzas de pago que se deprimían
cada vez más por el intercambio desigual resultante del
precio cada
vez menor de las materias primas exportadas por estos
países contra el precio cada vez mayor de los productos
manufacturados importados de los países desarrollados. En
ese proceso se
produjeron todo tipo de casos: exportación al Sur de industrias altamente
contaminantes, de plantas
recicladas con tecnologías atrasadas, de industrias con
mercados cautivos
para las materias primas o los productos resultantes. En ese
propio proceso, en las décadas del 60 al 80 del pasado
siglo, los países del Sur incurrieron en la
búsqueda de créditos ante la banca y los
gobiernos de los países desarrollados y se dio origen
también al drama de la deuda externa de
los países subdesarrollados, que hasta hoy desangra los
recursos financieros de los países menos adelantados a
favor de las economías más poderosas del
mundo.
Con el paso del tiempo se ha
ido desarticulando el binomio tecnología-desarrollo. El
concepto de ciencia como recurso del desarrollo se ha
perdido, dando paso a la conversión del conocimiento
científico y la tecnología, en medio de la
primacía mundial del liberalismo
económico y los procesos de
internacionalización de la economía, en mera
mercancía.
De ahí que los países subdesarrollados,
para los que fue creado la AOD presenten hoy estadísticas desastrosas en todos los
ámbitos del desarrollo
económico y social. Un uso responsable de la ciencia y
la tecnología puede revertir estas tendencias. Ello
requiere de un esfuerzo conjunto genuino entre aquellos que
poseen la mayor capacidad en ciencia y tecnología y
aquellos que enfrentan los problemas de la pobreza y la
exclusión social.
Teniendo en cuenta lo anterior se define el siguiente
problema científico : la innovación,
producto del
desarrollo científico-tecnológico alcanzado por la
humanidad, ha creado desigualdad y exclusión en los
ámbitos de una sociedad globalizada.
El objeto de estudio de la investigación: la innovación como
herramienta de desarrollo.
El objetivo general de la investigación es
el siguiente: demostrar el papel de la innovación como
herramienta de desarrollo, bajo preceptos de igualdad e
inclusión.
Se definen los objetivos
específicos:
- Analizar los conceptos de ciencia, tecnología
e innovación y su desempeño en la actualidad, en
países desarrollados y del Tercer Mundo. - Analizar la relación de causalidad entre
innovación y globalización. - Estudiar la relación entre innovación y
desarrollo sostenible. - Demostrar a través del caso latinoamericano,
que los desastrosos resultados económicos y sociales del
Tercer Mundo son consecuencia, entre otros elementos, de un uso
excluyente de la innovación. - Demostrar la viabilidad de la innovación como
factor de desarrollo bajo preceptos de igualdad e
inclusión. - Ejemplificar lo anterior con el modelo
cubano.
Estos objetivos se
definen para dar cumplimiento a la siguiente
hipótesis: si los adelantos
científico-técnicos, se ponen en función del
desarrollo
social, entonces la transición hacia el desarrollo se
acelerará en países del Tercer Mundo.
Capítulo I Análisis
teórico-conceptual del proceso de innovación como
herramienta de desarrollo sustentable
La ciencia y la tecnología constituyen factores
que influyen de forma cada vez más decisiva en el crecimiento
económico y el desarrollo de cualquier nación,
como resultado del impetuoso avance científico y
tecnológico de la época actual, caracterizada como
la era de la "sociedad del conocimiento" en la que las novedosas
tecnologías ejercen transformaciones radicales en un mundo
globalizado.
- La ciencia y la tecnología. Concepto,
realidades y desafíos
Se entiende la ciencia como la esfera de la actividad
humana dirigida a la adquisición sistemática,
mediante el método
científico, de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento,
que se reflejan en leyes,
fundamentos y tendencias de desarrollo. (CITMA, 2001)
Los aportes realizados por la ciencia a la humanidad,
fundamentalmente desde el siglo XVI son conocidos. En esta etapa
un hecho impactante ha sido el acortamiento del lapso
transcurrido entre las grandes aportaciones de la teoría
y su plasmación en diversas y perfeccionadas aplicaciones
tecnológicas, que en principio representan enormes
potencialidades de bienestar y progreso para la especie humana.
(Clark, 2002). Ahora bien, ¿es esto así en la
realidad internacional, donde enormes masas de personas del
llamado Tercer Mundo y segmentos cada vez mayores de la
población de países industrializados son afectados
por numerosos flagelos y calamidades, cuando la coyuntura
ambiental del planeta se aproxima a los límites de
lo inadmisible para la propia perpetuación de la
vida?
Debe tenerse en cuenta que todo esto ocurre a pesar de
los portentosos logros registrados en la ciencia y la
tecnología. Constituye una irritante paradoja el hecho de
que en momentos en que la evolución humana se acerca a la factibilidad de
una "inteligencia
colectiva" (Levy, 2001) –asentada en los avances de la
cibernética y las tecnologías de la
información-, se constata que la
aplicación ciega, egoísta e irresponsable del
avance científico y tecnológico compromete con
seriedad los límites mismos de la supervivencia de la
especie humana.
La ciencia hoy, como empresa humana,
se debate en un
conflicto
entre opciones irreconciliables: la primera es continuar
desempeñándose como herramienta esencial del actual
sistema de dominación económica mundial, orientado
al crecimiento continuo y la consecución incesante del
aumento de riqueza individual, y estigmatizado por el despilfarro
o depredación de importantes recursos
naturales irrecuperables y el deterioro ambiental. La segunda
y desafiante opción es asumir el reto de generar
conocimientos y tecnologías que promuevan efectivamente la
sustentabilidad ambiental, el desarrollo orientado hacia los
pueblos y el manejo racional a mediano y largo plazo. (Clark,
2002).
Un nuevo compromiso de la ciencia para con la humanidad
debe basarse en la erradicación de las desigualdades, la
armonía con la naturaleza y el desarrollo
sustentable.
Por su parte la tecnología es el conjunto de
conocimientos e información propios de una actividad que
pueden ser utilizados en forma sistemática para el
diseño,
desarrollo, fabricación y comercialización de productos o la
prestación de servicios,
incluyendo la aplicación de las técnicas
asociadas a la gestión. (CITMA, 2001)
1.1.1 Ciencia para todos
Hoy más que nunca, la ciencia y sus aplicaciones
son indispensables para el desarrollo. Las autoridades y el
sector privado deben prestar más apoyo a la construcción de una capacidad
científica y tecnológica adecuada y distribuida de
manera equitativa, fundamento indispensable para un desarrollo
económico, social, cultural y ambiental racional. Esta
necesidad es especialmente apremiante en los países
subdesarrollados, donde el desarrollo tecnológico exige
una base científica sólida y debe orientarse
resueltamente a modos de
producción seguros y no
contaminantes, una utilización de los recursos más
eficaz y productos más inocuos para el medio ambiente y
donde la innovación debe orientarse decididamente hacia un
mejoramiento de las posibilidades de empleo, la
competitividad
y la justicia
social.
La sociedad del conocimiento implica potenciar la
capacidad tecnológica combinando formas tradicionales y
modernas que estimulen la creación científica y que
hagan viable el desarrollo
humano sostenible.
La democratización de la ciencia plantea tres
grandes metas:
- La ampliación del conjunto de seres humanos
que se beneficien directamente de los avances de la investigación científica y
tecnológica, la cual debiera privilegiar los problemas
de la población afectada por la pobreza. - La expansión del acceso a la ciencia,
entendida como un componente esencial de la cultura. - El control
social de la ciencia y la tecnología y su
orientación a partir de opciones morales y políticas colectivas y
explícitas.
1.1.2 Tendencia de la ciencia
En los tiempos que median entre los descubrimientos
propiamente científicos y sus aplicaciones
tecnológicas se acortan progresivamente hasta el punto de
que en muchos casos se pierde la frontera entre
investigación fundamental y aplicada. Por otra parte los
focos de las sucesivas revoluciones
científico-técnicas, por la naturaleza de sus
respectivos objetos, tienen impactos sociales y económicos
mayores y más directos. La primera revolución
científico-técnica fue sobre la materia, la
segunda sobre la energía y la tercera y actual tiene como
centros la cibernética, las telecomunicaciones, la biotecnología y la ingeniería
genética, elementos todos que modifican -y
continuarán haciéndolo mucho más- las
relaciones sociales.
Un proceso de esta naturaleza, colocado en unas
relaciones económicas de carácter neoliberal como las que predominan
y constituyen la virtual política oficial
global a partir del denominado "Concenso de Washington", hacen
que este gigantesco potencial de desarrollo, fruto de la
inteligencia humana acumulada a través de la historia, quede subordinado
por todos sus componentes (las normas de
propiedad
intelectual; los procesos globales de selección
y reclutamiento de
personal científico que realizan las transnacionales;
los flujos de financiamiento
para proyectos; la
privatización de la educación) a la
demanda
solvente y la búsqueda de ganancias inmediatas y
crecientes.
En este contexto, la creciente complejidad en
términos de equipamiento que adquiere la ciencia, sobre
todo en ramas claves como la física de las
partículas elementales, la cosmología, la biología molecular,
la medicina, la
energética, la bioquímica
o la ingeniería genética
va produciendo un efecto concentrador y excluyente en la
participación de las naciones en el proceso de desarrollo
del conocimiento, al interior de la comunidad
científica como comunidad mundial y al interior del propio
puñado de naciones que en este momento controlan el 75 por
ciento del Producto Bruto Mundial.
El rumbo que han tomado la evolución de la
ciencia por un lado y la economía y la sociedad por otro,
han convertido a los científicos en un grupo social
estratégico dentro de la estructura
social mundial. (Martín, 1999).
1.1.3 La ciencia como mercancía
La ciencia de hoy parece estar atrapada en un fuego
cruzado entre dos visiones opuestas del mundo. Por una parte, la
ciencia es la principal herramienta de la ideología
mundial denominada sistema de libre mercado, orientada al
crecimiento continuo y la búsqueda de riqueza individual
en medio de la globalización neoliberal. Por otra parte,
la ciencia está llamada, de manera creciente, a producir
conocimiento y tecnología que promueva la sustentabilidad
ambiental, el desarrollo orientado hacia los pueblos y el manejo
de largo plazo de los recursos. El hecho de que hoy día la
ciencia no responda a los intereses de sus comunidades y no
cumpla cabalmente su objeto social no es nada nuevo, sino que fue
previsto por Carlos Marx al
desentrañar la contradicción fundamental del
capitalismo:
el contraste entre el carácter crecientemente social de
la producción y la naturaleza cada vez
más privada de su apropiación.
En nuestra época esta contradicción
encuentra su más aguda expresión precisamente a
través de los procesos de producción, distribución y consumo de la
producción científica. Los avances
científicos generan el desarrollo de tecnologías
que permiten una descentralización de los procesos de
producción de bienes y
servicios en escala nunca
antes soñada, lo que permite a su vez un grado creciente
de atomización de los colectivos obreros.
El problema clave en la relación de la ciencia
con su contexto es su progresivo proceso de
mercantilización: porque entra en flagrante
contradicción con la esencia pública de su
naturaleza, resultado de la acumulación y el intercambio
histórico de conocimientos; porque aparta su agenda de los
problemas cruciales de la Humanidad y le induce una
orientación cortoplacista que amenaza su propia
continuidad; porque coloca su desarrollo en una dinámica concentradora y excluyente y
porque instrumentaliza a los científicos en función
de intereses particulares colocándolos ante un problema de
naturaleza moral en
relación con su propio rol.
1.2 La innovación, un término
abarcador. Investigación y desarrollo (I+D)
La innovación es la actividad de carácter
científico, tecnológico, organizativo, financiero o
comercial que se lleva a cabo con la finalidad de obtener
productos, procesos tecnológicos y servicios totalmente
nuevos o significativamente mejorados. Se considera a su vez que
una innovación ha sido realizada si ha sido aplicada.
(CITMA, 2001).
Es la
organización de una idea en un producto o equipo
vendible, nuevo o mejorado; en un proceso operativo en la
industria o el
comercio; o en
una nueva metodología para la organización social.
Cubre todas las etapas científicas,
técnicas, comerciales y financieras, necesarias para el
desarrollo y comercialización con éxito
del nuevo o mejorado producto, proceso o servicio
social.
Existen dos tipos: innovación de productos e
innovación de procesos (método de
producción).
Las fuentes de la
innovación pueden ser de dos clases (modelos
secuenciales lineales), impulsadas por el descubrimiento
(descubrimientos previos en ciencia o tecnología) o halada
por la demanda (demanda de mercado, evaluación
gerencial de necesidades en prospecto).
De ahí que se considere que este es un concepto
abarcador de todas las actividades de ciencia y tecnología
que se realizan en una sociedad, y para el propósito de
este trabajo se
utilizará como expresión de este tipo de
actividad.
1.2.1 Investigación y Desarrollo
(I+D)
En nuestros tiempos la innovación se hace
más importante que la generación masiva de
productos, y la competitividad se desplaza hacia el capital humano
que ostenta el "saber" y el "saber hacer" de las organizaciones.
La investigación-desarrollo (I+D) es el trabajo
creativo emprendido sistemáticamente para incrementar el
acervo de conocimientos, incluido el
conocimiento del hombre, la
cultura y la sociedad, y el uso de este conocimiento para
fundamentar el desarrollo de nuevos productos, procesos y
servicios. (CITMA, 2001).
El valor radica
cada vez más en los intangibles y especialmente en los
nuevos conocimientos tecnológicos, de los cuales,
más del 90 por ciento se encuentran registrados en las
patentes y los proyectos de I+D asociados al desarrollo, en los
perfiles de las empresas y en el
cambio de la
oferta en
sí, a paquetes de servicios que incluyen productos basados
en las necesidades de segmentos específicos de mercado.
(García, 2002).
La base del bienestar es el conocimiento y la capacidad
de los países de convertir este, en fuente de desarrollo,
de competitividad y equidad, a
través de procesos no lineales de
innovación.
- Globalización neoliberal
La globalización es la vinculación
creciente y sostenida de las economías planetarias, sobre
todo del sector financiero, impulsada por la revolución
informática. (Cañizares, 2002). El
proceso de Globalización de la Economía, objetivo y
positivo por lo que representa para el progreso de la Humanidad,
tiene hoy un marcado carácter Neoliberal.
El Neoliberalismo, como teoría económica
rige hoy en numerosos países, se trata de imponer como
único modelo válido para lograr el desarrollo
cuando los países más desarrollados e
industrializados del mundo con Estados Unidos al
frente; con sus organizaciones financieras y económicas
transnacionales, controlan y rigen los destinos de la
Economía Mundial.
Este proceso, promovido por las grandes empresas
trasnacionales y organismos multilaterales como el Banco Mundial,
Fondo Monetario
Internacional y OMC, desmantela
las barreras de protección de las economías
nacionales, concentra en pocas manos el poder
corporativo y debilita el sector público frente a los
mercados. (Cañizares, 2002).
Una fusión de
ambos términos ha creado el concepto que impera en el
mundo de hoy: globalización neoliberal.
Los efectos fundamentales de la globalización
neoliberal son:
- Prioridad uno: el crecimiento económico y no
el desarrollo, no la plenitud del hombre como ser
libre. - Pone en función del capital los
adelantos científico-técnicos y obvia el
carácter social de estos. - Restringe la intervención del Estado hasta
despojarlo de responsabilidades en pos del
bienestar social.
- Elimina los programas
generales y de creación de oportunidades para todos y
los sustituye por apoyos ocasionales a grupos
focalizados. - Privatiza empresas con el criterio de que en todos
los casos el Estado es
mal administrador. - No tiene en cuenta que la deuda eterna impide la
inversión social. - Pone la actividad política en función
de esta política económica, cayendo en la
paradoja de desarrollar el libre comercio,
mientras impide controles sociales, en aras de garantizar la
hegemonía del mercado libre. - Abre sin restricciones las fronteras a
mercancías, capitales y flujos financieros y deja
desprotegidas a las pequeñas y medianas
empresas.
La Globalización Neoliberal ha tratado de
convertir:
- Los Servicios Sociales en Transacciones de
Mercado. - Los ciudadanos en consumidores.
- Las necesidades inalienables en demanda
efectiva.
La innovación juega un doble papel en este
proceso: por una parte constituyó la base del proceso de
globalización y por otro constituye un producto que en
nuestros días es sensible a ser globalizado.
El sentido de este proceso de globalización es el
que marcará la pauta de si la innovación cumple o
no con su misión
social. Hasta ahora se ha seguido un camino poco equitativo y
excluyente en la distribución del conocimiento y las
aplicaciones científicas.
El camino a seguir es, sin lugar a dudas, la
producción, difusión y utilización
equitativas del saber y el hacer científicos, con vistas a
la mitigación de la pobreza, el crecimiento
económico y el desarrollo humano sostenible.
(Declaración de Santo Domingo, 1999).
De que se entienda este precepto, depende a nuestro
criterio, el futuro de la humanidad.
- Desarrollo sostenible
La innovación resulta asimismo esencial para
políticas tales como las de protección del consumidor y
protección del medio ambiente. En una palabra, el
bienestar individual y colectivo de los ciudadanos depende de la
calidad y
pertinencia de la innovación. (Unión
Europea, 2003).
El desarrollo sostenible es el proceso en que las
políticas económica, tecnológica, fiscal,
comercial, energética, agrícola, industrial y de
otros órdenes, se formulan para lograr un desarrollo
sustentable, desde el punto de vista económico, social y
ambiental. Es un concepto amplio que abarca todas las facetas de
la vida humana y la puesta en práctica de modelos de
desarrollo sostenible implica cambios permanentes de la
política nacional e internacional, de un vasto alcance,
cuyo centro es el
hombre.
Este concepto está orientado a garantizar la
supervivencia y el bienestar del ser humano y de las otras
especies, como parte del proceso evolutivo de la vida en el
planeta. Comprende el proceso de mejoramiento sostenible y
equitativo de la calidad de
vida de las personas, e implica un nuevo concepto del
crecimiento económico y el mejoramiento social en una
combinación armónica con la protección del
medio ambiente y el uso de los recursos naturales de modo que se
satisfacen las necesidades de la actual generación, sin
poner en riesgo la
satisfacción de generaciones futuras.
Un modelo de desarrollo sustentable debe satisfacer las
necesidades fundamentales – vivienda, agua potable,
alimentación, condiciones sanitarias e
higiénicas, energía, educación, salud, participación
en la toma de
decisiones -para los pueblos desposeídos, así
como debe adaptar las tecnologías y los estilos de vida
según las potencialidades y especificidades
socioeconómicas y ecológicas de cada región,
la internalización de todos los costos, el
cómputo económico de los desperdicios y la
explotación de los recursos naturales respetando los
ciclos del ecosistema. El
desafío es introducir los principios de
humanidad, de equidad y de responsabilidad en el concepto de
desarrollo.
Teniendo en cuenta que las nuevas
tecnologías de la comunicación modifican, desde los sistemas y
relaciones de producción, de trabajo y de comercio, hasta
los sistemas de relaciones entre las culturas, las ideas, las
personas, el concepto de desarrollo sostenible no puede
desvincularse del análisis de la innovación como
factor de desarrollo. El principal reto de esta es cumplir
cabalmente con el concepto de desarrollo sostenible hasta
aquí expuesto. Ahora bien, ¿ha sucedido realmente
así? En estos momentos la biodiversidad
(entendida en su sentido más amplio e incorporando por lo
tanto también la cultural) está más en
peligro que nunca. El Norte ha expoliado desde hace siglos al Sur
en sus recursos humanos y naturales, conformándose la gran
deuda ecológica de los dominadores del Norte hacia los
pueblos del Sur. La preocupación por el desarrollo
sustentable nos enfrenta a la insostenibilidad implícita
en el comportamiento
de la civilización industrial bajo la hegemonía del
Norte y su modelo de globalización neoliberal.
En estos momentos la ciencia y la tecnología, que
retroalimentan al modelo de crecimiento insostenible, no tienen
relación con la ética ni
con la política, ni están en función
realmente de la solución de los problemas del
desarrollo.
La globalización neoliberal genera una sociedad
mundial dual, con una minoría rica, derrochadora y
contaminante y una mayoría proveedora de mano de obra
barata basada en el subconsumo.
Capítulo II
La innovación en los ámbitos de una sociedad
globalizada.
El futuro de la innovación en nuestros tiempos
está condicionado por nuevos contextos,
destacándose la globalización de la economía
y sus consiguientes efectos en el ámbito político,
social y tecnológico; los procesos de exclusión a
que se somete a la mayoría de la población mundial,
la crisis
ambiental y el incremento acelerado de la población
mundial aparejado a la disminución de la capacidad para
satisfacer sus necesidades.
El acelerado proceso de globalización que
caracteriza al mundo de hoy alcanza ya las principales facetas de
la actividad de las naciones. La economía se mundializa al
compás de un orden nuevo en el comercio internacional,
cuyas tendencias liberadoras favorecen a aquellos que son capaces
de producir con los mayores niveles de eficiencia y
competitividad. (Chía, 2002).
Sin embargo, no se puede pasar por alto que no son
precisamente los denominados países periféricos –la mayoría
localizados en el hemisferio Sur- los que se encuentran en las
mejores condiciones para asumir tan dramático reto y mucho
menos, ante la polarización de los flujos internacionales
de capital, que lleva hoy asociado el modelo neoliberal de
globalización.
En este complejo y nada favorable escenario resulta
imposible o cuando más, poco viable, alcanzar estas
condiciones al margen de la asimilación del conocimiento
científico y tecnológico, ya que también
este se universaliza como resultado de una revolución
tecnológica profunda y de largo alcance, que ha generado
un nuevo paradigma
técnico-productivo sustentado en modernas
tecnologías intensivas y el empleo masivo de la
información y la
comunicación.
2.1 Antecedentes de la situación
actual
Desde los primeros años de la década de
los 70, el mundo occidental se enfrentó a una de sus
crisis más profundas, superada únicamente pro la
padecida durante los años 1929-1933. Esta crisis
conmocionó prácticamente todos los aspectos de la
vida económica y social de estos países, originando
una tendencia descendente tanto en las tasas de crecimiento
económico como en las de productividad de
la mano de obra y del comercio mundial. Una de las
interpretaciones que se ha dado al origen de la crisis es la de
la corriente heterodoxa que asocia el origen de la crisis a los
desajustes provocados por el advenimiento de una nueva revolución
industrial de inusitadas dimensiones que tendió a
desplazar las formas de producción, organización
industrial y prácticas de vida que surgieron y se
desarrollaron como producto de la Revolución Industrial
iniciada en el siglo XVIII. Esto es así porque las
innovaciones tecnológicas, punto de lanza de la llamada
Revolución Industrial (Klein, 1989) ofrecen ventajas
respecto a las desplazadas en términos de su impacto
ecológico, del ahorro en el
consumo de materiales
estratégicos, reducción en el tamaño de la
planta, rapidez y precisión en los mecanismos de control;
y, una acentuada intensificación en el uso de capital y
muy particularmente en la utilización de inteligencia y
conocimientos humanos especializados. De esta manera, la llamada
tercera revolución industrial a partir del desarrollo y
difusión de las nuevas tecnologías, se sitúa
de manera importante en el origen de la crisis, pero a la vez,
por lo menos potencialmente, ofrece el remedio para salir de
ella. Del grado de participación de los países en
el desarrollo tecnológico en términos del acceso a
las oportunidades de inversión, mediante las que se pueden
capitalizar los frutos del propio progreso técnico y en la
difusión de sus avances más connotados,
dependió en buena medida su capacidad de salir de la
crisis.
En este sentido, y tras la búsqueda de fuentes
más firmes de productividad y competitividad internacional
que permitieran sentar las bases de un crecimiento
económico más sólido, los países
adelantados y algunos emergentes, dedicaron una atención especial al desarrollo e
incremento sostenido de las erogaciones destinadas a estos
renglones, dentro de sus gastos globales
de inversiones
productivas. De esta manera, en Estados Unidos el gasto de
introducción de sistemas computarizados y
control automatizado de procesos productivos ascendió en
1977 a 17 mil millones de dólares; mientras que la tasa
real en el crecimiento medio anual en este tipo de inversiones
fue durante el período 1982-1986, el 13 por ciento en ese
país; 17,5 por ciento en los principales países de
Europa y de 18
por ciento en Japón.
A esta forma de remontar la crisis y preparar el camino para el
arribo a una nueva etapa en el desarrollo de la ciencia y la
técnica se le dio, entre otros, el término de
Redespliegue Industrial.
Durante los 20 años de 1976 a 1996, la
fracción del comercio mundial clasificables como
"productos de alta tecnología" se duplicó (de 11 a
22 por ciento), mientras que la fracción correspondiente a
productos primarios se redujo de 34 a 13 por ciento.
Durante la década de los 90 se inició una
ola de desarrollo tecnológico en la que se destacan entre
otros rasgos: (González,2002).
- Globalización de los procesos productivos, del
consumo, de factores culturales, conocimientos y
tecnologías. - Desarrollo tecnológico acelerado.
- Integración del diseño,
producción y comercialización de productos y
servicios, como única transacción. - Mayor importancia de la ecología –que
se refleja en las características de las
tecnologías en desarrollo-, con una concepción de
compatibilidad ambiental.
De esta forma en la economía mundial está
sucediendo una globalización de los mercados,
caracterizada por una competencia
creciente, que presiona hacia la búsqueda de
tecnologías basadas en conocimientos científicos,
cuya incorporación al sistema productivo permita reducir
costos, mejorar la calidad, ahorrar energía y materias
primas escasas, así como aumentar la productividad de la
fuerza de
trabajo.
2.1.1 Transnacionalización de la
economía
Sin duda los avances
tecnológicos en materia de transporte,
comunicación e información, y con ello la
transferencia de ideas e información por todo el mundo,
contribuyeron a que las principales corporaciones del mundo,
principalmente la de América
del Norte, Europa y Japón en procura de la
maximización de la rentabilidad y
la acumulación del capital, hayan ejercido presión y
utilizado su influencia sobre sus gobiernos para facilitar la
integración a través del proceso de
globalización, dando lugar a la
transnacionalización de la economía
mundial.
A principios de los años 90 había unas
37000 corporaciones transnacionales con 170000 filiales que se
destacaban en la economía internacional. No obstante,
cerca de 200 de ellas reúnen la mayor parte del comercio
mundial. Las 200 más grandes experimentaron desde los
años 80 una gran metamorfosis. La tendencia de estas
empresas a partir de la nueva revolución
científico-técnica ocurrida a partir de los
años 70 ha sido invertir fundamentalmente en el factor
capital y no en la fuerza de trabajo con el objetivo de maximizar
sus ganancias y consolidar su poder.
Las 200 más grandes se concentran
geográficamente en nueve países: Japón, 62.
Estados Unidos, 53. Gran Bretaña, 41. Alemania, 23.
Francia, 19.
Suiza, 8. Corea del Sur, 6. Italia, 5.
Holanda, 4.
En las dos últimas décadas no solo
crecieron en forma impresionante las 200 más grandes, sino
también la desigualdad en la adquisición de
tecnologías en busca de mayores segmentos de mercado. Esto
se ejemplifica en que cinco empresas acaparan la mitad del
mercado mundial en equipamiento aeroespacial y eléctrico,
componentes electrónicos y software. En este proceso de
acumulación las transnacionales no solo están
apuntaladas por sus gobiernos nacionales, sino que sus adelantos
son estimulados por los gobiernos anfitriones, como puede
apreciarse en los colosales subsidios y privilegios fiscales
acordados por muchos gobiernos, así como las facilidades
otorgadas a los negocios por
los gobiernos de Europa Oriental mediante privatizaciones y estímulos fiscales de
distinto tipo.
De esta forma puede definirse la tesis de que
las corporaciones transnacionales son el agente primario de la
globalización y la principal impulsora de la
innovación en forma general, de ahí el
carácter desigual de esta como herramienta de
desarrollo.
2.1.2 Estados Unidos, en el centro de la crisis de
finales del siglo XX
A mediados de la década del 90 del pasado siglo,
cuando la globalización neoliberal se extendía por
el mundo, Estados Unidos, dueño de las instituciones
financieras internacionales y con una tremenda fuerza
política, militar y tecnológica, alcanzó un
nivel de acumulación de riqueza y poder nunca antes visto.
El crecimiento de la economía especulativa (un movimiento
diario de varios billones de dólares en los mercados
bursátiles norteamericanos) provocó un
decrecimiento de las operaciones
económicas relacionadas con la producción y el
comercio mundiales, hasta llevarlas a un nivel
prácticamente insignificante. El incremento de la
población mundial en cuatro veces con respecto a cien
años atrás, la disminución de los
índices de consumo, el uso de tecnologías cada vez
más productivas y menos creadoras de empleo por parte de
un número reducido de países industrializados,
entre otros síntomas de un proceso global tendente a
generalizar las deformaciones económicas, produjeron la
crisis mundial que ha devenido apoteosis del modelo neoliberal:
la caída de los tigres asiáticos en 1997, la crisis
rusa un año después, en 1999 la sacudida del
Brasil en
América
Latina y finalmente, como consecuencia, la crisis en Estados
Unidos, la cual comenzó en las Bolsas de Valores y se
trasladó a la esfera industrial con una disminución
sostenida a mediados del año 2000 del ritmo de
producción de bienes, con una disminución de la
tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto de un semestre a
otro del año.
2.1.2.1 Influencia de la crisis del mercado
bursátil en las empresas
tecnológicas
Teniendo en cuenta que Wall Street es el mercado de
acciones y de
capitales de Nueva York, las acciones de cualquier empresa
importante está listada en sus índices, sucediendo
exactamente en el caso de las acciones de las empresas
tecnológicas. En Wall Street las acciones se agrupan por
índices, aunque pueden aparecer listadas en más de
una de ellos. Los tres más importantes índices son:
El Dow Jones Industrial o Dow Hones-30, integrado por 30 acciones
de empresas muy importantes como la General Electric, Dupont,
Coca Cola y
McDonalds, con
una baja integración de empresas tecnológicas, solo
Microsoft,
Intel, IBM y Hewlett Packard (aunque cuatro gigantes de la
tecnología). El otro índice es el Standar and Poors
–500 (S&P –500), con 500 acciones, de ellas
aproximadamente 400 forman parte de las 500 más
importantes de Estados Unidos; integrado a su vez por 29
sectores, siendo uno de ellos, de acciones tecnológicas,
lo que indica que tiene un peso relativo importante en ese
sector. El índice Nasdaq Composite es el representante por
excelencia de las acciones tecnológicas, con 4728 acciones
de empresas de las telecomunicaciones, computación, biotecnología, Internet, entre otras. Las
grandes empresas tecnológicas de Europa y Japón
están listadas en ese índice, el cual es un mercado
para las acciones de los grandes paquidermos tecnológicos.
El mercado Nasdaq, que incluye al Composite entre otros,
comprendía en el año 2000 más de 5540
acciones estadounidenses y extranjeras.
Mientras Wall Street sube, algunas empresas de Estados
Unidas pasan muchos límites de mercado, fundamentalmente
las de alta tecnología, telecomunicaciones e Internet.
Microsoft Corp., por ejemplo, la empresa de
mayor valor bursátil del mundo, tenía en 1999 una
capitalización de mercado que superaba a todas las bolsas
de América Latina sumadas. De hecho, casi todas las
grandes empresas estadounidenses de alta tecnología
están por encima de cualquier mercado latinoamericano.
America Online Inc. era a esa misma fecha más grande que
el mercado bursátil de Brasil. Lucent Technologies Inc.
era más grande que el de México,
Dell Computer Corp. valía más que el de Argentina y
Yahoo Inc. estaba entre el de Chile y Perú. Ver Anexo
1.
Con el comienzo de la crisis en el mercado de
valores de Estados Unidos en marzo del año 2000
comenzó a descender el índice Nasdaq, de la
tecnología de punta y en el 2001 se produce una
disminución de los índices Nasdaq en un 66,42 por
ciento.
En esta etapa se produce un decrecimiento igual de la
producción industrial en Japón y Europa, provocando
altos índices de desempleo y de
depresión de la inversión y el
consumo.
La caída del sector tecnológico
provocó enormes recortes laborales, como los de grandes
conglomerados japoneses, tal es el caso de Hitachi Ltd., el mayor
fabricante de productos electrónicos, que recortó
en el 2001 el 4 por ciento de su plantilla tras una
pérdida de más de 1000 millones de dólares.
Igualmente, las empresas Toshiba Corp., NEC Corp. Y Fujitsu Ltd.
recortaron miles de empleos tras la caída del sector
tecnológico. A su vez en Estados Unidos, el sector de las
telecomunicaciones fue el más afectado, con el 19 por
ciento de los empleos eliminados, durante el 2001.
Los ejemplos anteriores demuestran cómo el sector
tecnológico es muy susceptible a los cambios que se
producen en la economía mundial, y cómo afecta
directamente factores sociales como el nivel de empleo y de
consumo, entre otros.
2.1.2.2 Realidad en Estados Unidos a principios del
siglo XXI
En estos momentos en el país más
desarrollado del mundo, la ciencia y la tecnología
están a merced de una ideología que revierte su
sentido histórico y con prepotencia infinita, las pone al
servicio de la guerra basada
en la superioridad tecnológica. (García, 2002). El
trabajo abnegado de cientos de científicos durante decenas
de años, se ha puesto en función de exterminar la
vida y someter a los pueblos al margen de la ley
internacional. Han sido cercenadas las bases de
colaboración y cooperación entre los
científicos; el libre acceso a la información
científica, compartimentado; los estudiantes en las
universidades, controlados. Los más importantes resultados
científicos, desde la biología hasta la
bioinformática, desde la óptica
hasta las comunicaciones, desde los biochips hasta los
micro-fluidos, se han insertado en sistemas de componentes para
vigilar, exterminar y someter la libertad de
los pueblos. La política de la
administración de George Bush ha suscitado la
preocupación de la Asociación Americana para el
Avance de la Ciencia (AASS por sus siglas en inglés), la cual ha expresado sus puntos de
vista acerca de las medidas implementadas luego del 11 de
septiembre en "La ciencia y la Tecnología en un Mundo
Vulnerable". Tal política del presidente norteamericano
limita el acceso a los investigadores a bancos de
datos y
metodologías, declara de interés
militar los más disímiles campos de objeto
científico y viola los derechos democráticos
de los estudiantes –sobre todo extranjeros- al incrementar
sustancialmente su control y seguimiento en las universidades.
Por otra parte, el presupuesto I+D
del año fiscal 2003 dio un violento giro hacia "misiles y
medicinas". La esencia democrática de la ciencia y su
carácter humanista se reduce a la dicotomía entre
la "necesidad de saber" y el "derecho a saber", derecho cada vez
más limitado en virtud de las disposiciones de la administración norteamericana.
2.2 Brecha entre países postindustriales y los
países del Tercer Mundo
La debilidad científica y tecnológica de
los países subdesarrollados es una de las causas por las
cuales su incipiente inserción en la emergente sociedad
del conocimiento tiene un carácter dependiente y marginal
que, de consolidarse, dificultará enormemente la
superación de la inequidad social y del deterioro
ambiental prevaleciente en los mismos.
La brecha en expansión entre las capacidades
científicas y tecnológicas de los países
desarrollados y los que no han alcanzado esa condición es
una de las principales manifestaciones contemporáneas de
la persistencia del subdesarrollo,
y también una de sus causas mayores. Esa diferencia
notable en materia de conocimientos y capacidad científica
y tecnológica se traduce directamente en diferencias de
poder (principalmente económico, político y
cultural), que permiten, por ejemplo, a algunos países
aprovechar desproporcionadamente los recursos que constituyen
"nuestro patrimonio
común" y trasladar y compartir con otros parte de los
perjuicios y desechos resultantes, o también consolidar un
orden internacional que impone a las economías
periféricas formas de apertura comercial y financiera que
las economías desarrolladas practican parcialmente, y solo
en la medida de sus conveniencias particulares (un orden mundial
que globaliza la crisis ambiental y las desigualdades a escala
planetaria)
La creciente brecha de conocimientos entre los
países desarrollados y los del Tercer Mundo implica que
casi todo el esfuerzo científico mundial se concibe desde
y para los países desarrollados.
Cuando la diferencia entre países desarrollados
es cada vez más grande y la participación en los
mercados internacionales cada vez más competitivos, el
factor tecnológico es el más estratégico y
el que permite mayor grado de maniobrabilidad en los diferentes
componentes de los productos, bienes y servicios.
La llamada brecha digital, lejos de reducirse, se
profundiza, porque no se puede separar del abismo que diferencia
a los ricos y a los pobres. (Alarcón, 2003). En estos
tiempos la información científico-técnica es
privilegio de unos pocos; las diferencias no solo existen entre
naciones ricas y pobres, sino también en el interior de
las sociedades de
los estados desarrollados. La mayoría de la
población mundial ni navega en Internet, ni tiene computadoras
ni se beneficia de las ventajas que estas nuevas
tecnologías ofrecen.
En el mundo existen, 815 millones de hambrientos, 1200
millones de personas en pobreza extrema, 862 millones de
analfabetos y 40 millones de contagiados o enfermos del SIDA. Mientras
que en las 53 naciones africanas existen menos teléfonos
que en Nueva York y en Tokio, de los cuales el 80 por ciento son
en África del Sur, mientras que en Estados Unidos existen
más computadoras que en el resto del mundo. Solo con el
0,004 por ciento del PIB de los
países desarrollados de la Organización
Económica para la Colaboración y el Desarrollo
(OCDE) puede erradicarse el analfabetismo
en el mundo.
2.2.1 Innovación y desarrollo: otra grieta de
la gran brecha
Con cualquier par de indicadores
que se intente graficar la relación entre actividad
científica y desarrollo económico se notará
una estrecha relación entre ambas cosas: se hace
más ciencia e innovación en los países
más ricos. Las estadísticas de las Naciones Unidas
revelan que los países desarrollados integrantes de la
OECD, concentraban a finales del siglo XX 85 por ciento del total
del gasto mundial en I+D. La mayor parte de este tenía
lugar en EE.UU –aproximadamente 37,9 por ciento del total-
en Europa Occidental 28,0 por ciento, en Japón y en los
países denominados de reciente industrialización
("NICs") 18,6 por ciento. China llegaba
a 4,9 por ciento, la India y los
países de Asia Central
absorbían 2,2 por ciento, la Comunidad de Estados
Independientes 2,5 por ciento y América Latina solo 1,9
por ciento. Estados Unidos mostraba la tasa más elevada
del gasto en I+D con respecto al PIB, 2.5 por ciento,
Japón y los "NICs" acumulaban 2.3 por ciento. En Europa
Occidental la relación, como promedio, alcanzaba 1,8 por
ciento. Por su parte Canadá, Australia, Nueva Zelandia y
Europa Oriental oscilaban entre 1,2 y 1,8 por ciento. La India,
China y Rusia se
aproximaban a 1 por ciento, mientras que en las restantes
regiones del mundo esta relación se hallaba por debajo de
0,5 por ciento, salvo excepciones como África del Sur,
Brasil y Chile, que se ubicaban por encima del promedio de sus
regiones. Ver Anexo 2.
El examen de la distribución del personal dedicado
a la I+D mostraba que los países de la OECD agrupaban la
mitad de los científicos e ingenieros del mundo, los
países asiáticos, desde la India a Japón,
poseían casi la tercera parte, África
disponía de 6 por ciento y América Latina solo de 4
por ciento. Ver Anexo 3.
En cuanto a la producción científica, las
cifras mostraban la desigualdad existente entre países
desarrollados y en vías de desarrollo. A estos
últimos, ubicados en Asia, África y América
Latina correspondía en 1995, solo alrededor de 6,7 por
ciento del total mundial de publicaciones científicas,
mientras que 38,4 por ciento se ubicaba en EE.UU. , 35,8 por
ciento recaía en científicos europeos y 10,1 por
ciento en Japón y los "NICs". Ver Anexo 4.
Al analizar los resultados tecnológicos, medidos
según el sistema norteamericano de patentes, se aprecia
que el por ciento de registros para
1995 se comportaba de la siguiente forma: EE.UU.: 51,5 por
ciento, Europa Occidental: 19,9 por ciento, Japón y
"NICs": 27,3 por ciento, CEI: 0,1 por ciento y América
Latina: 0,2 por ciento. Ver Anexo 5.
Como promedio los países desarrollados invierten
entre 2 y 2.5 por ciento de su Producto Interno Bruto en
Investigación y Desarrollo. Ese por ciento contra un PIB
de trillones, como el norteamericano, supone elevadas cantidades
de dinero; que
puede financiar mucha actividad científica. El efecto de
la economía sobre la investigación es directo, casi
lineal; pero el efecto de la investigación sobre la
economía no guarda la misma relación de inmediatez
y proporcionalidad. Por ejemplo, los indicadores de intensidad de
la actividad científica en la segunda mitad del Siglo XX
en Inglaterra son
superiores a los de Alemania y Japón. Los indicadores de
crecimiento económico se comportan al revés. De
ahí que sea difícil establecer una relación
de causalidad entre innovación y desarrollo
económico, pues varios autores distinguen dos grandes
categorías de actividad científica: una que se
coloca por delante del desarrollo económico y lo impulsa
directamente; la otra por detrás y lo parasita, o al menos
sus efectos sobre la economía se hacen tan indirectos y a
largo plazo que se pierde la evidencia. No obstante, teniendo en
cuenta la tendencia cortoplacista de la ciencia en el
ámbito de las economías globalizadas, no puede
negarse el impacto directo de esta en el desarrollo
económico de cualquier sociedad. (Lage, 2001)
2.2.2 Formas de apropiación privada del
conocimiento en su condición de recurso
económico
En la era de la globalización, ningún
problema puede analizarse al margen de sus relaciones globales,
mucho menos el tema de las funciones del
conocimiento en las economías. (Lage, 2002). Se asiste a
un proceso acelerado de concentración de riquezas y
marginación de personas; que es evidente con cualesquiera
indicadores que se deseen para medirlo: distribución del
Producto Interno Bruto, consumo de alimentos,
consumo de energía u otros. La participación del 20
por ciento más pobre de la población mundial en los
ingresos
mundiales ha disminuido de 2,3 por ciento a 1,4 por ciento en los
últimos 20 años, mientras que la
participación del 20 por ciento más rico
aumentó de 74 por ciento (1970) a 83 por ciento (1990) y
la tendencia continúa. (Dieterich, 1998). En 1965, la
renta media por habitante de los 7 países más ricos
era 20 veces mayor que la de los 7 países más
pobres; y en 1995 era ya 39 veces mayor. La tendencia de
concentrar la producción de conocimientos, es aún
más aguda. Los países industrializados concentran
más del 90 por ciento de toda la producción
científica. El conocimiento socialmente producido a favor
del capital se privatiza en esos países industrializados,
también se privatiza, a favor de las economías
industrializadas, la escasa inversión en generación
de conocimientos que se hace en los países del Sur. Una
parte importante de esa inversión en conocimiento
está en la formación de cuadros científicos
y técnicos. Ellos son portadores del recurso
"conocimiento", y por consiguiente de la innovación creado
por la inversión social. Ahora bien, ¿se encuentran
estas personas en función del desarrollo de la ciencia y
la tecnología en sus países de origen? Existen 1.2
millones de profesionales de América Latina y el Caribe
trabajando como emigrantes en Estados Unidos, Inglaterra y
Canadá. Si se estima en 30000 dólares el costo de
formación de un profesional, esta emigración ha
significado la transferencia, del Sur al Norte, de 36000 millones
de dólares, lo que es equivalente a 10 años de
inversión en Ciencia y Técnica, y es varias veces
más que toda la ayuda del Banco
Interamericano de Desarrollo al desarrollo científico de
la región. De todos los investigadores que trabajan en
Estados Unidos, 23 por ciento proviene de otros países y
esta cifra llega a 40 por ciento en el campo de la
computación. Aproximadamente 1/3 de todos los
científicos formados en los países del Tercer Mundo
no trabajan en sus países; y en la actualidad se estima
que algo más que el 50 por ciento de los que viajan a
hacer un Doctorado en Norteamérica y Europa, no regresan.
Debe tenerse en cuenta, además, que si bien la
emigración selectiva de científicos y
tecnólogos comenzó de forma espontánea,
guiada por el gradiente en condiciones de vida y de trabajo; en
los últimos años la promoción de esta emigración se ha
convertido en una política oficial del Estado en varios
países del Norte, con incentivos y
procedimientos
diseñados en especial, para ese fin. La emigración
selectiva se convierte de esta manera, en un eficiente mecanismo
para expropiar a los países más pobres de la escasa
inversión que han podido hacer en generación de
conocimientos. Estos científicos y tecnólogos
emigrantes generan una parte importante de las patentes, e
incluso la propia teoría de la propiedad
intelectual como mecanismo de retorno de la inversión
entra en contradicción, porque en este caso el resultado
económico no retorna al país donde se hizo una
parte importante de la inversión para capacitar a esos
científicos.
Tal tendencia, combinada con la creciente
internacionalización del trabajo científico en
grandes organizaciones privadas, con alta concentración de
capital, hace que el emigrante no tenga otra alternativa que
"vender" su capacidad de generar conocimiento, a cambio de un
salario que es el
costo de reproducción de esa fuerza califica, y que
nada tiene que ver con el valor creado por su trabajo
científico, el cual pertenece a otros.
La polarización de la actividad científica
amenaza con excluir del conocimiento al 80 por ciento de la
humanidad.
2.2.3 Divergencia en el desarrollo tecnológico
de los países del Tercer Mundo
Muchos autores presuponen que los "países en
desarrollo" están siguiendo el mismo camino de los
países actualmente industrializados, solo que con 100
años de diferencia en el tiempo, y que por tanto, basta
con preparar los cuadros y reproducir las formas organizativas.
Esta tesis debe ser desmentida, pues los países del Sur no
están siguiendo un camino de desarrollo tecnológico
igual, pero desfasado, al de los países del Norte,
están siguiendo un camino DIVERGENTE, que conduce a otra
parte debido a los siguientes hechos:
- Cuando Europa y Norteamérica estaban
construyendo sus embrionarios sistemas científicos,
tenían poco desarrollo, sin embargo siempre eran las
líderes. No había ningún otro "primer
mundo" para mirar. La investigación científica
era equivalente a innovación original, y quedaba muy
poco espacio para la imitación, la búsqueda de
reconocimiento externo o la sensibilidad a presiones
externas. - Al inicio del siglo XX la investigación
científica no estaba tan directamente ligada al
comercio y a la producción como lo está
hoy. - La ciencia moderna emergió en los
países industrializados en una atmósfera de libre intercambio y
publicación de resultados. No había nada
parecido al actual sistema de protección de propiedad
intelectual. - La investigación científica era en
sus primeros tiempos, una tarea individual, que no demandaba
tanto como ahora complejas instituciones, servicios de apoyo,
recursos organizacionales, entre otros.
2.2.4 El caso latinoamericano
América Latina es la región más
desigual del mundo. Desde 1997 los flujos de inversiones se
reducen, debido a la falta de confianza de los inversores; a la
gran deuda externa y a la situación fiscal que presenta.
Sin embargo en el 2002, según estimados de la CEPAL, se
transfirieron hacia el exterior, alrededor de 39 000 millones de
dólares. Todo ello es una demostración de que al
utilizar los avances de la globalización, para imponer el
neoliberalismo como teoría económica y ser aceptado
por la gran mayoría de los países subdesarrollados,
éstos al tratar de insertarse en la Economía
Mundial Globalizada, lo hicieron en calidad de víctimas,
no pudiendo aprovechar justamente para su desarrollo, todos los
adelantos científico-técnicos y lo positivo que
encierra el proceso de Mundialización de la
Economía. El ejemplo latinoamericano es fiel a
esto:
- Deuda Eterna 800 mil millones.
- Ocupados en sector informal 47%.
- Desempleo 8,4%.
- Mortalidad Infantil 32 por cada mil nacidos
vivos. - Expectativa de vida 60 años.
- 200 millones de latinoamericanos en la pobreza y la
desesperación. - Solo tienen acceso a los servicios de salud el 70% de
la población urbana y un 42% de la que vive en zonas
rurales. - El número de habitantes por médico es
2.6 veces superior al de los países
desarrollados. - El 15,3% de la población adulta es
analfabeta. - El 5% de la población absorbe el 50% del
ingreso.
2.2.4.1 La innovación en América
Latina
- El proceso de Industrialización en
América Latina es de data reciente, aunque en algunos
países como Brasil y Argentina, fundamentalmente por las
fuertes corrientes migratorias comienza a apreciarse desde
principios de siglo una tendencia a prestar atención a
la fabricación de bienes de capital, aunado a un fuerte
desarrollo del sector agrícola y agroindustrial lo que
convirtió a Argentina en un socio importante de los
aliados durante la Segunda
Guerra Mundial. En otros países de la región,
sin embargo, durante la primera mitad de siglo la
economía estuvo basada en una estructura
agrícola, cuya balanza se equilibraba por la
exportación de materias primas de origen vegetal, con
regímenes políticos de inspiración militar
y muy cerrados a intercambios comerciales, y un incipiente
aparato industrial basado en transformación de materias
primas de origen vegetal o extracción de minerales con
poca transformación. - Luego de la Segunda Guerra
Mundial y bajo el amparo de
una relativa paz, se estrechan las relaciones
diplomáticas con países desarrollados que
comienzan un proceso de penetración para la venta de
tecnología y paquetes industriales que empiezan a darle
sentido de modernidad a
la región, transformando una sociedad fundamentalmente
rural a urbana, cambiando las estructuras
de una economía fundamentalmente agrícola a una
más equilibrada y la implantación de sistemas
políticos más a tono con los aires de libertad y
democratización que se respiraban en Europa.
El grado de industrialización en América
Latina, en los años 30 representaba menos del 18 por
ciento y en 1980 alcanzó una cifra de 25 por ciento,
manteniéndose en niveles relativamente bajos. En este
sentido México y Brasil representan casi el 70 por ciento
del coeficiente de Industrialización de América
Latina. Venezuela,
Chile y Argentina, aunque con grados de industrialización
similares pero logrados en diferentes épocas, presentan
altibajos fundamentados por conmociones de carácter
político particularmente. Esta situación de
crecimiento se mantuvo hasta la década de los 70 en los
casos de Chile y Argentina y hasta los 80 en el caso de
Venezuela. A partir de los 80 el efecto del peso de la deuda
externa se comenzó a sentir en los países de la
región gravitando fuertemente en la capacidad de
inversión por disminución no solo de flujos
externos de financiamiento, sino también por la
disminución de la inversión
extranjera.
Este modelo de industrialización en
América Latina basado en el modelo de sustitución
de importaciones fracasó debido a las circunstancias
económicas que han obligado a abrir las economías a
un sistema feroz de libre mercado bajo los designios de la
globalización neoliberal y a la encrucijada de
desinversión industrial y de escasas propuestas de
innovación no solo como generación propia sino
también por no haber sabido sistematizar un proceso de
asimilación y aprendizaje
tecnológico. El grado de desarrollo
científico-tecnológico de América latina
representa menos del 2 por ciento de todos los esfuerzos y
resultados que se obtienen a nivel mundial en Ciencia y
Tecnología.
Las consecuencias del modelo de globalización
neoliberal, devenido en crisis económica mundial,
afectó lógicamente a las débiles
economías latinoamericanas las que crecieron por debajo de
lo previsto en el año 2001.
En América Latina existe un gran número de
sucursales de multinacionales fundamentalmente asiáticas y
europeas. Estas se ven afectadas por las acciones del libre
mercado y por la inestabilidad de las economías
latinoamericanas, lo que provoca que muchas transnacionales se
retiren del mercado de América Latina. En el caso de la
empresa taiwanesa Acer Inc. y su sucursal latinoamericana Acer
Computec Latino América S:A: de C:V: (ACLA) presentaron
problemas en los últimos años de la década
del 90. en 1997 ACLA cayó drásticamente cuando no
reaccionó a tiempo ante la baja de precios
introducida en el mercado por IBM Corp. y otros competidores;
mientras que el mercado crecía en volumen en 10 por
ciento, las ventas de PC
de Acercayeron en un 30 por ciento. Ver Anexo 6.
La nómina
de Microsoft Corp. en América Latina creció en un
35 por ciento en 1999, mientras que la facturación de sus
filiales aumentó a un ritmo de 15 por ciento.
2.2.4.2 Inversión en ciencia y
tecnología
Se plantea que los Estados y las sociedades deben
realizar una creciente inversión para la creación
de capacidades científicas y tecnologías
nacionales. Se requiere además que dicha inversión
apunte a revertir la creciente brecha entre países con
diferentes niveles de desarrollo. (Declaración de Santo
Domingo, 1999). Ahora bien, ¿ocurre así en las
tristes economías latinoamericanas?
Las principales inversiones en América Latina por
parte del capital foráneo va dirigida fundamentalmente a
las empresas de los sectores productores de bienes y servicios,
fundamentalmente de propiedad extranjera, y no a las actividades
de ciencia y tecnología. Ver Anexo 7.
América Latina, como el resto del mundo
subdesarrollado, no cuenta con la cifra real de la Ayuda Oficial
para el desarrollo. Si los países desarrollados cumplieran
con la AOD la contribución del año 2000 de 53 mil
millones de dólares se elevaría en el 2003 a 170
mil millones. La AOD solo la cumplen cinco países:
Dinamarca, Holanda, Luxemburgo, Noruega y Suecia. Mientras
Estados Unidos, el país más rico del mundo, solo
destina 0.1 por ciento de su Producto Interno Bruto.
Por su parte, los gobiernos latinoamericanos, sin una
política consecuente en este sentido, dedican muy pocos
recursos a estas actividades. Ver Anexo 2.
Para los empresarios latinoamericanos del sector
tecnológico obtener financiamiento de instituciones
financieras locales es difícil, debido a que la industria
del capital de riesgo todavía no está muy
desarrollada en la región. Lo más normal es que ese
financiamiento sea otorgado por las firmas multinacionales
especializadas en ese tipo de empresas. Este constituye un factor
desventajoso, si se tiene en cuenta que Chase Capital Partners
estima que los fondos de capital de riesgo aportaron un 62 por
ciento de los 7800 millones de dólares invertidos en las
etapas iniciales de las empresas de tecnología en Estados
Unidos.
Los valores de fusiones y
adquisiciones en América Latina, debido fundamentalmente a
privatizaciones, ascendieron a 82000 millones de dólares.
Estas privatizaciones atrajeron a grandes compradores de Estados
Unidos y Europa, especialmente en el sector industrial. Ver Anexo
8.
Unido a los imperativos del mundo actual, EEUU
apoyado por gobiernos proyanquis del subcontinente,
está tratando de materializar la creación del
ALCA,
agrupación que bajo la fachada de dar la posibilidad
de estrechar los vínculos económicos
latinoamericanos, le permitirá mantener bajo su
control el futuro de nuestra región. (Labrador,
2003)En este contexto, las perspectivas para
América Latina con el ALCA son hacer privado lo que
debe ser público y adjudicarse incluso la
invención de la vida convirtiendo en monopolio privado el uso de plantas y otras
formas de vida. Sería entregar a las empresas
transnacionales farmacéuticas y
biotecnológicas la región de mayor riqueza
del mundo en términos de biodiversidad: el 40 por
ciento de las especies animales y
vegetales existentes, además de un incalculable
cúmulo de conocimientos tradicionales.- Perspectivas con el ALCA
- Retos de la innovación en América
Latina
La región de América Latina y el Caribe
enfrenta la imperiosa necesidad de avanzar en su proceso de
desarrollo económico y social sustentable. En ese proceso
la ciencia, la tecnología y la innovación deben
contribuir a:
- Elevar la calidad de vida de la
población. - Acrecentar el nivel educativo y cultural de la
población. - Propiciar un genuino cuidado del medio ambiente y
de los recursos naturales. - Crear más oportunidades para el empleo y la
calificación de los recursos humanos. - Aumentar la competitividad de la
economía. - Disminuir los riesgos
regionales.
Para cumplir con lo anterior se requiere un nuevo
compromiso de colaboración entre el sector
público, las empresas productoras de bienes y
servicios, diversos actores sociales y la cooperación
científica y tecnológica internacional. En
particular, aumentando los recursos asignados a las actividades
científicas y tecnológicas, y elevando la demanda
de conocimientos científicos y tecnológicos
generados en la región por parte de las actividades
económicas predominantes.
Los académicos han coincidido en declarar que la
creación en América Latina y el Caribe de
capacidades sólidas para generar y usar conocimientos
necesita de procesos continuos de evaluación de las
actividades científicas y tecnológicas, y de la
divulgación de sus resultados, de forma que la
investigación científica y tecnológica en
América Latina y el Caribe intervenga en el diálogo de
la investigación mundial a todos los niveles.
(Declaración de Santo Domingo, 1999).
Ahora bien, para que esto sea cumplido desde el plano
académico es necesario la realización de ciertos
procesos sociales que incidan en la posibilidad de construir
dichas capacidades, que en estos momentos la región no
está lista aún para asumir.
- Crisis ambiental
El sistema de relaciones complejas que se establecen en
los procesos de desarrollo, ha generado la crisis ambiental cuya
causa se remite a la injusticia social imperante en la mayor
parte del mundo y a los patrones seguidos en el decursar mismo de
la humanidad, de lo que no escapa el uso indiscriminado de
tecnologías. (Fajardo,2002). La solución a la
acuciante crisis ambiental está en la construcción
de una sociedad que solucione sus conflictos de
diálogo y la distribución más justa de la
riqueza creada.
Acceder al desarrollo sostenible, a la equidad social y
la justicia, demanda el cambio de paradigma en función de
la especie humana. La globalización neoliberal y la
sociedad de consumo han profundizado la crisis medio ambiental,
aumentan el desequilibrio del entorno, agotan los recursos
indiscriminadamente y privan a la inmensa mayoría de la
humanidad del acceso a los principales avances científico
técnicos.
La utilización de tecnologías más
limpias, con menores costos, puede ser una solución
importante al problema medioambiental creado por la
globalización. Si se emplean las tecnologías
adecuadas el crecimiento económico no debe causar impactos
ambientales negativos. (Cherni, 2001). Los países
desarrollados han disminuido en alguna medida sus niveles
contaminantes, no así los subdesarrollados que no tienen
la capacidad económica ni financiera para realizar una
reestructuración tecnológica, con vistas a un
desarrollo sostenible. Las paradojas son muchas: las propias
empresas contaminantes producen tecnologías limpias,
mientras que un habitante de Nueva York usa 3 veces más
agua y bota 8
veces más basura que uno
de Bombay, India.
Por otra parte la biodiversidad es hoy un instrumento
fundamental de disputa entre los capitales biotecnológicos
en busca de abrir la posibilidad de alterar el sistema
alimenticio, la ciencia médica y sus avances, la
innovación de armas
biológicas y la apropiación y patentización
de la sabiduría de las poblaciones indígenas, cuyos
conocimientos provienen de culturas milenarias. No existe una
regulación internacional que controle el acceso a los
recursos genéticos, de los cuales los países del
Sur son los principales depositarios.
Las transnacionales han escapado a los designios de la
acción de Río y de la Agenda 21, lo que les ha
permitido construir una agenda sobre el esquema de una
globalización neoliberal, dando muestras de una
débil responsabilidad corporativa en el desempeño
de la innovación como herramienta de desarrollo
sostenible.
Mientras el mundo desarrollado invierte cuantiosas sumas
en productos químicos que dañan al hombre y su
entorno, los países tercermundistas no disponen en su
mayoría ni siquiera de lo indispensable para coronar sus
sueños.
El nuevo orden mundial globalizado, que se va imponiendo
en las esferas económica y política en franco
contraste con las aspiraciones de equidad y justicia en las
relaciones
internacionales, obstaculiza el avance en materia de
integración entre medio ambiente y desarrollo. (Pichs,
2002).
- Innovación y desarrollo: una oportunidad
para todos
La ciencia y la tecnología devienen en factores
que pueden ser restrictivos o propulsores del desarrollo
económico y social, en dependencia del acceso tanto a los
conocimientos como a las tecnologías, la equidad y
eficacia de la
cooperación internacional y la atención que los
gobiernos le concedan en sus políticas
públicas.
A continuación se esbozan algunos elementos
importantes de los aspectos anteriormente señalados que
permiten la actuación de la innovación como factor
de desarrollo.
2.3.1 Cooperación internacional (orientada a
los países subdesarrollados)
La globalización de la economía (y las
nuevas tecnologías de la información y la
comunicación) es fuente potencial de nuevas posibilidades
como de serias desigualdades. (Declaración de Santo
Domingo, 1999). Deben fortalecerse los instrumentos de
cooperación internacional y regional, así como las
capacidades nacionales en gestión de la
cooperación.
La orientación de la cooperación
internacional para la investigación científica y
tecnológica debería contribuir a:
- La instalación estable en los países
con menor desarrollo de capacidades científicas de
excelencia. - La formación de jóvenes
investigadores insertos en sus propias realidades
sociales. - La agenda de investigación sea fijada acorde
a los
valores y prioridades de cada región y conforme a
una perspectiva mundial.
Muchos piensan que con la cooperación
internacional los países subdesarrollados lograrán
superar el estancamiento en materia de innovación,
desconociendo que este tiene un origen mucho más profundo
y requiere de acciones severas para su eliminación. No
obstante se recomienda una cooperación orientada a los
países subdesarrollados con vistas a palear en alguna
medida la situación.
2.3.2 Políticas públicas
Los sistemas mundiales de Ciencia y Tecnología
anclados en el modelo ofertista han evolucionado muy lentamente
en el logro de insertar al aparato
científico-tecnológico el engranaje
socioeconómico del país; no hay ni tradición
ni cultura de participación en las soluciones a
los problemas que confrontan ellos mismos como sector productivo
o la empresa, o los diferentes sectores o el país como un
todo.
En los países desarrollados se dedican anualmente
70 mil millones de dólares en la investigación
científica. Cada día se hace más evidente en
el ámbito de estos países la tendencia hacia la
descentralización y el fortalecimiento de las iniciativas
locales, regionales y territoriales para lograr el desarrollo
industrial y económico en las políticas de
innovación.
Respecto al financiamiento, en los países
desarrollados tiene lugar una participación creciente de
la industria privada en la realización de actividades de
I+D. En Japón, EE.UU. y Europa el sector empresarial
privado es responsable de la ejecución de, entre 53 y 73,4
por ciento del gasto total en I+D, mientras que las instituciones
públicas ejecutan entre 18 y 32 por ciento, y las
universidades entre 14 y 19,7 por ciento. Tales cifras demuestran
la débil influencia del Estado en las posibles
políticas de ciencia y tecnología en estos
países, donde imperan las leyes del mercado por encima de
las necesidades del desarrollo armónico y sostenible de la
sociedad.
2.3.2.1 Sistemas sociales/ nacionales de Ciencia,
Tecnología e Innovación
Es conocido que el conocimiento constituye el factor
más importante en el desarrollo económico y social
para mejorar el nivel de vida de la población y respetar
la sustentabilidad medioambiental, y para garantizar el bienestar
de las generaciones futuras. Ahora bien, el conocimiento por
sí mismo no transforma las economías o la sociedad,
sino que puede hacerlo en el marco de sistemas
sociales/nacionales de ciencia, tecnología e
innovación, que posibiliten su incorporación al
sector productor de bienes y servicios. (Declaración de
Santo Domingo, 1999).
Por otra parte, las capacidades y conocimientos
asociados a los procesos de otra naturaleza en los que
intervienen diversos actores e instituciones, tanto
públicos como privados, que participan de una forma u
otra, en el proceso de generación, difusión y
absorción del conocimiento y de las innovaciones en las
sociedades modernas, articulando los diversos procesos de
aprendizaje científico y tecnológico de los
distintos actores sociales. Los sistemas sociales/nacionales de
ciencia, tecnología e innovación deben constituir
redes de
instituciones, recursos, interacciones y relaciones, mecanismos e
instrumentos de política y actividades científicas
y tecnológicas que promuevan, articulen y materialicen los
procesos de innovación y difusión
tecnológica en la sociedad.
En la actualidad se reconoce que la actividad de
innovación constituye un proceso y que este es social e
interactivo, se desenvuelve en contextos específicos y
sistémicos y se encuentra enraizado cultural e
institucionalmente. En consecuencia los sistemas nacionales de
innovación deben abarcar a todos los elementos que
contribuyen al desarrollo, introducción, difusión y
uso de las innovaciones, lo que necesariamente involucra a
numerosos y heterogéneos actores de la sociedad.
(Chía, 2002).
A los diversos actores de la innovación, y en
particular a los gobiernos y a los empresarios, les corresponde
promover, mediante mecanismos explícitos, la demanda hacia
dentro de conocimientos, así como construir una capacidad
científica y tecnológica propia, fortalecerla y
financiarla. Estos aspectos son los que definen un sistema de
innovación. No obstante, ello no debería contribuir
a un predominio del corto plazo o la postergación de la
demanda social. La investigación propia de mediano y largo
plazo es imprescindible para desarrollar la ciencia y la
tecnología como proyecto social y
cultural de una nación
y de una región. Debe existir una clara voluntad
política de los gobiernos nacionales y de las
instituciones internacionales en este sentido.
Capítulo III La innovación en
Cuba como
factor de desarrollo
Cuba puede considerarse pionera en la adopción
de una política del carácter esencial de las
relaciones entre el desarrollo económico y social y el
desarrollo científico y tecnológico, al plasmarse
desde muy temprano en acciones gubernamentales, el pensamiento
del máximo líder
de la Revolución sobre el futuro de Cuba como país
de hombres de ciencia. Las nuevas condiciones en que se
desarrolla la economía cubana y los cambios que fue
preciso adoptar en su funcionamiento, constituyen rasgos
esenciales de un contexto interno que condiciona el modo de
dirigir el desarrollo científico y tecnológico y su
accionar en los próximos años.
3.1 Innovación y desarrollo en
Cuba
El crecimiento económico de Cuba al finalizar el
año 2002 fue del 1.1 por ciento. Aunque este es un
pequeño crecimiento, se ve acompañado por un alto
desarrollo en términos de establecer bases esenciales para
un desarrollo humano integral que trasciende el estrecho
límite de las transacciones mercantiles y desborda
cualquier concepción sobre el desarrollo existente en un
mundo globalizado, en plena crisis neoliberal. A pesar de que el
cálculo
del crecimiento del PIB cubano es inferior a lo previsto, supera
al promedio de crecimiento de las economías
latinoamericanas, que fue de –0,5 por ciento,
acompañado de una cifra de 226 millones de
pobres.
Paralelamente, Cuba ha continuado desarrollando un
modelo de desarrollo social que ha permitido mantener intacta la
vitalidad de la economía e incluso mejorar indicadores de
calidad de vida.
En este contexto el sector
científico-tecnológico desarrollado décadas
atrás, bajo la mirada escéptica de muchos que desde
el exterior no creían en la capacidad de un país
económicamente pobre y pequeño como Cuba para
desarrollar la ciencia a altos niveles, se ha convertido en un
pilar en la batalla por el desarrollo del país,
fundamentalmente por la salud de la población y en la
producción de valiosos productos.
Actualmente uno de los mayores retos del comercio en
Cuba se concentra en la actividad exportadora y la necesidad de
aumentar tanto en volúmenes como en la
diversificación de las exportaciones. El
avance en ese objetivo se debe fundamentalmente a la capacidad de
adaptación a las exigencias del mercado y al proceso de
renovación industrial y tecnológico que
particularmente se ha ido acometiendo. En 1993 el 94 por ciento
de las exportaciones de Cuba se concentraron en la azúcar,
níquel, productos de pesca,
tabaco, ron,
café y
cemento,
mientras que en el 2002 dicha proporción disminuyó
al 84 por ciento, a pesar de haber incrementado en más de
100 millones las exportaciones de esos productos en
relación con 1993.
Se han desarrollado nuevos fondos exportables, tales
como medicamentos biotecnológicos, equipos médicos,
cítricos frescos e industrializados, aceros, combustibles,
productos agropecuarios, medios de
transporte y otras bebidas. Igualmente se han desarrollado
exportaciones de servicios profesionales y culturales, tales como
servicios de capacitación, desarrollo de investigaciones y
proyectos de ingeniería y softwares.
Para Cuba es imprescindible transformar los avances
científicos en productos y tecnologías
competitivas, y en soluciones a la problemática social,
ambiental y de recursos naturales, mediante acciones que acerquen
los resultados de la I+D al sector productivo y a la sociedad en
general. En esto juegan un papel fundamental los elementos
integradores autóctonos desarrollados a partir de las
particularidades de un modelo económico y político
propio. (Chía, 2002).
Teniendo en cuenta las dificultades económicas
que atraviesa Cuba, dedicó como promedio en el quinquenio
1995-2000 el 0.7 por ciento de su Producto Interno Bruto a
actividades de I+D. En el año 2000 los gastos totales en
Actividades de Ciencia y Tecnología (ACT) e I+D
constituyeron 1,75 por ciento del PIB y su impacto se aprecia en
el hecho de que aproximadamente 30 por ciento de los
investigadores indirectos por concepto de exportaciones o
sustitución de importaciones, están vinculadas a
resultados nacionales de ciencia y tecnología. Ver Anexo
9.
La experiencia cubana –sin idealizar el modo en
que se ha desarrollado el modelo- muestra las oportunidades que
el socialismo
ofrece, así como los muchos y coincidentes puntos entre
socialismo y sostenibilidad. (Rey,2002)
3.2 Los recursos humanos como una ventaja competitiva
en Cuba
En Cuba lo primero es el ser humano. El esfuerzo de
formación de recursos humanos para la ciencia y la
técnica realizado en Cuba ha puesto al país en un
indicador de más de 1.6 profesionales dedicados al I+D por
cada 1000 habitantes, cifra cercana al europeo y 4 veces mayor el
promedio de América Latina. (Simeón, 1997) A estos
científicos "profesionales" se le suman los cientos de
miles de trabajadores vinculados a masivos movimientos de
innovación, como se evidencia en los Forum de Ciencia y
Técnica, la Asociación Nacional de Innovadores de
Cuba, las Brigadas Técnicas Juveniles y otros, proceso que
defiende la tesis de que la buena innovación surge mejor
si hay muchos innovadores. (Lage, 2001). Radica en esto
precisamente una de las ventajas competitivas de Cuba
(potenciándose como la más importante),
fundamentada en el hecho de que los recursos humanos no sobran en
el mundo, más bien tienden a escasear. La existencia en
Cuba de grandes cantidades de profesionales y técnicos,
preparados, motivados, y comprometidos con el proyecto social del
que son parte y consecuencia, es una poderosísima fuerza
para la reversión de la tendencia mundial concentradora de
la generación y uso del conocimiento.
3.3 Política
científico-tecnológica en Cuba
Paralelo al proceso gradual de recuperación de la
economía cubana, se ha venido experimentando, como parte
de la visión del país acerca del papel de la
ciencia y la tecnología ante el nuevo milenio, un proceso
de consolidación, profundización y
potenciación de la actividad
científico-tecnológica, que se manifiesta, entre
otros por los resultados y acciones siguientes:
- Creación en 1994 del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente. - Implantación del Sistema de Ciencia e
Innovación
Tecnológica.
El Sistema de Ciencia e Innovación
Tecnológica (SCIT) cubre un amplio espacio que va desde la
generación y acumulación de conocimientos hasta la
producción de bienes y servicios y su
comercialización, abarcando las investigaciones
básicas y aplicadas, los trabajos de desarrollo
tecnológico, la protección legal de los resultados,
las acciones de desarrollo asociadas a los estudios de
carácter social, las diversas actividades de interfase,
los servicios científico-técnicos conexos, la
transferencia vertical u horizontal de conocimientos y
tecnologías, la actividad de mercadotecnia
y el empleo de modernas técnicas gerenciales, así
como la concreción de todo este esfuerzo en nuevos
productos, en producciones elaboradas bajo nuevas concepciones,
en nuevos o mejorados procesos; asimismo, abarca nuevos conceptos
y elaboraciones teóricas relacionadas con la esfera social
o con los procedimientos, métodos de
dirección en diferentes ámbitos de
la sociedad.
- Potenciación de la Empresa y la
Innovación Tecnológica. - Puesta en vigor de la Ley No. 81 del Medio
Ambiente. - Elaboración e implantación de las
Estrategias de Ciencia e Innovación
Tecnológica de los organismos de la Administración Central del
Estado. - Confección de importantes documentos
rectores tales como: la Política Nacional de Ciencia e
Innovación Tecnológica, el Sistema de Ciencia e
Innovación Tecnológica y la Estrategia
Nacional de Ciencia e Innovación
Tecnológica.
La misión de la ciencia y la innovación
tecnológica en Cuba es constituir un elemento dinamizador
del desarrollo socialista y sostenible del
país.
Algunos de los fundamentos de la política
científico-tecnológica cubana son:
- La ciencia y la tecnología están en
función de los objetivos e intereses vitales del
pueblo. - El trabajo científico y tecnológico
se sustenta en valores éticos: humanismo,
responsabilidad con el futuro de la humanidad, prosperidad de
la Patria, respeto a
la preservación del medio ambiente, avance de la
ciencia y consagración al trabajo. - La misión del desarrollo corresponde no solo
a los científicos, sino a toda la
sociedad. - La ciencia y la técnica tienen un
carácter estratégico para la sociedad, a fin de
garantizar la continuidad del desarrollo
socioeconómico. - Preparación del Anteproyecto
de Ley de la Ciencia y la Tecnología, actualmente en
etapa de compatibilización con los
organismos.
La Ley debe coadyuvar a elevar la eficiencia y la
racionalidad en materia de ciencia y tecnología para el
beneficio del pueblo cubano. Es una ley que tiene en cuenta todas
las disciplinas científicas y tecnológicas que se
desarrollan en Cuba y busca las mejores formas de
utilización de los recursos humanos y materiales, con
criterios de cooperación e integración. En la ley
se establece que el Sistema de Ciencia e Innovación
Tecnológica es la forma organizativa por medio de la cual
se ejecuta la política de ciencia e innovación
tecnológica aprobada por el gobierno para un
período determinado, de conformidad con la estrategia de
desarrollo económico y social del país. Por otra
parte el plan de Ciencia e
Innovación Tecnológica se enmarca dentro del
Sistema de Planificación de la economía
nacional y del Presupuesto del Estado, y constituye el
dispositivo que permite dirigir y organizar la
planificación de los programas y proyectos en tres niveles
de prioridad: nacional, ramal y territorial, así como
medir y determinar las potencialidades existentes en materia de
ciencia y tecnología con impacto identificables en
función del desarrollo del país. El financiamiento
de la ciencia y la innovación tecnológica
constituye en sistema integrado nacionalmente y establecido
jurídicamente para satisfacer los requerimientos de las
direcciones priorizadas del desarrollo económico y social
del país, la preservación e incremento del
desarrollo científico y tecnológico en consonancia
con los avances alcanzados a nivel mundial y los requerimientos
específicos de las diferentes entidades en materia de
ciencia y tecnología. Establece además que los
recursos humanos constituyen el elemento más valioso de la
capacidad nacional en Ciencia y Tecnología y participan
decisiva y activamente a través de las diferentes formas
de organización del sistema. Las relaciones de
colaboración y cooperación en materia de ciencia y
tecnología con entidades extranjeras, regionales e
internacionales se enmarcan en el contexto de la política
exterior del Estado cubano y se ejecutan de conformidad con las
prioridades del desarrollo económico, social,
científico y tecnológico contenidas en el Plan de
Ciencia. La información y el conocimiento constituyen
elementos primordiales del Sistema mediante una gestión
apropiada de ellos es posible obtener un efecto multiplicador de
la actividad científica y tecnológica para el
desarrollo económico y social. Por otra parte las
instituciones vinculadas con la ciencia y la innovación
tecnológica y aquellas relacionadas con los sectores de la
educación y la cultura, concertan las vías de
incorporación de los resultados novedosos de los distintos
campos del saber científico y tecnológico a los
planes y programas de estudio para contribuir, de forma
sustancial, al perfeccionamiento continuo de la educación
y la cultura que el actual desarrollo científico y
tecnológico impone.
- Inicio en el país del proceso de
Perfeccionamiento Empresarial y de las Unidades de Ciencia y
Técnica. - Ordenamiento de los procesos relacionados con la
transferencia de tecnologías. - Diseño de acciones dirigidas al
perfeccionamiento del vínculo entre el sector productivo
y el sector de I+D. - Perfeccionamiento de todo el cuerpo regulatorio
relacionado con los aspectos relacionados con la Propiedad
Industrial. - Definición de los grupos de prioridades
nacionales. - Reestructuración de los Programas Nacionales
de Ciencia y Técnica (PNCT) en correspondencia con las
prioridades establecidas.
Hoy día se ejecutan 19 PNCT, con más de
300 proyectos que buscan respuestas a las prioridades
establecidas por el país.
- Trabajo en los procesos de medición del impacto
socioeconómico de las actividades de la ciencia e
innovación tecnológica.
3.4 Principales resultados del modelo
cubano
Desde 1959, cuando la política
científico-tecnológica se orientó hacia el
desarrollo armónico de la sociedad se abrieron nuevas y
promisorias perspectivas para el desarrollo de la ciencia en
Cuba, reflejado en el número considerable de profesionales
de alto nivel dedicados a la investigación; en la
existencia de una importante red de centros e institutos
científicos; en la conversión de las universidades
en centros de investigación; en la creación y
consolidación de los polos científicos productivos;
en la materialización de los Programas Nacionales
científico-técnicos; en los resultados relevantes
que dan solución a problemas concretos y tienen un impacto
científico, económico, ambiental y social; en la
integración de investigadores, especialistas,
técnicos y obreros en torno a la
producción científica y técnica en diversos
campos.
A pesar de las difíciles condiciones
socioeconómicas que enfrenta Cuba desde la caída de
la ex URSS y del Bloque de Europa Oriental, se han mantenido
abiertas las más de 200 instalaciones dedicadas a la
actividad de I+D y servicios científico-técnicos se
incrementaron las investigaciones y se logró preservar el
potencial científico creado. Se culminaron, además,
todas las obras vinculadas con la ciencia y la técnica, y
se concluyeron los principales programas de investigación
con un conjunto importante de resultados.
Cuba mantiene indicadores por encima del resto de los
países de América Latina, comparables con los de
países de alto desarrollo del Primer Mundo:
- La educación es gratuita para todos los
niveles de enseñanza y se prioriza la educación
especial en sus diferentes especialidades. - El índice de escolarización de Cuba es
del 96,2 por ciento, el resto representa a los que reciben
atención especializada por limitaciones
psicofísicas; por tanto, está erradicado el
analfabetismo. - Hasta el año 2000 se habían graduado
652000 universitarios. - El índice de maestros y profesores por cada
1000 habitantes era de 20,2 en el año 2000. El total de
docentes era
de 249000. - El Sistema Nacional de Salud se considera
único en América Latina, en el cual tienen un
papel relevante el sistema de atención primaria.
Están controladas y/o erradicadas enfermedades que son un
problema de salud para muchos países del Tercer
Mundo. - Los servicios médicos son gratuitos y se
cuenta con un personal altamente calificado en importantes
especialidades médicas, con tecnología de punta
para garantizar la calidad de dichos servicios. El país
tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de la
América hispana y una de las más bajas del mundo:
6,2 por cada 1000 nacidos vivos, la tasa de mortalidad materna
total es de 0,51 y la esperanza de vida al nacer es de 75
años. - El índice de médicos por cada 10000
habitantes es de 58,2; estomatólogos:8,9; enfermeros,
técnicos y auxiliares: 78,3. - El desarrollo alcanzado en la medicina cubana se
refleja en la posibilidad de ofrecer los servicios
médicos a diversos países del Tercer
Mundo. - El sector en Cuba cuenta con 500 patentes solicitadas
y 200 registros sanitarios aprobados en decenas de
países con exportaciones crecientes anualmente. Un
ejemplo es la obtención por parte de científicos
del Centro de Inmunología Molecular en el año
2003 el primer producto de la biotecnología cubana para
el tratamiento contra el
cáncer, conocido como el anticuerpo humanizado R3,
que fue premiado con la Medalla de Oro de la
OMPI, un reconocimiento a quienes contribuyen al desarrollo
tecnológico de su país.
Los adelantos en el campo de la ciencia y la
tecnología que se han producido en las últimas
décadas han promovido un nivel muy alto de
globalización, que aparejado a la desigualdad creciente
entre distintos países e incluso en su interior en la
capacidad de generar y acceder a los nuevos conocimientos y
tecnologías, han provocado un efecto multiplicador de las
diferencias económicas y sociales, ampliando la brecha
existente entre países ricos y pobres, e incluso en el
interior de las naciones desarrolladas.
La transformación de la ciencia en una fuerza
productiva directa, como fenómeno global, ha ido en
incremento en las últimas décadas de manera que la
incorporación de los conocimientos científicos
orientados hacia la innovación constituye hoy uno de los
factores decisivos del desempeño económico,
así como de la posibilidad de ordenamiento de los procesos
medioambientales y sociales de las naciones en aras de alcanzar
el desarrollo sostenible.
En la mayoría de estos países no existen
políticas de ciencia e innovación que permitan
resolver tan acuciantes problemas y lograr un desarrollo
armónico y sostenible para todos, lo que apremia a los
Estados y demás actores del ámbito nacional e
internacional a promover, organizar y controlar actividades que
tributen en la obtención de la equidad y la
inclusión.
En este sentido existen experiencias que demuestran que
puede lograrse una ciencia para todos. Cuba, por ejemplo, ha
reconocido el papel decisivo de la ciencia y la tecnología
como herramientas
imprescindibles para la solución de los problemas que
enfrenta hoy la humanidad en general y el desarrollo
económico y social de su pueblo en particular.
1- La comprensión de la realidad imperante en el
mundo debe conducir a las naciones, con independencia
de especificidades geográficas, económicas y
sociales, a dirigir y apoyar la generación y
asimilación de conocimientos científicos y la
promoción de la innovación tecnológica, como
parte integrante de las políticas gubernamentales y de sus
estrategias de desarrollo.
2- Es necesario reducir las disparidades entre los
países subdesarrollados y los desarrollados mejorando las
capacidades e infraestructuras científicas de los
primeros.
3- Regulación global de los principios de uso de
la innovación en función del desarrollo de la
humanidad, de forma que esta se convierta en un bien compartido
solidariamente en beneficio de todos los pueblos.
4- Se debe avanzar hacia un nuevo sistema de
procedimientos e instituciones de gobernabilidad
mundial.
5- Reformar el sistema de instituciones internacionales
para favorecer un cierto equilibrio
democrático de poderes políticos,
económicos, jurídicos, tecnológicos etc.
globales.
6- Solucionar la crisis de la deuda del Sur de forma que
estos países puedan dedicar recursos a la I+D.
7- Es necesario globalizar la problemática del
desarrollo sustentable.
8- Deben definirse acciones para oponerse a la ofensiva
monopólica respaldada por los países desarrollados
en materia de patentes, en el doble y perverso mecanismo de
apropiarse del saber popular en función de sus intereses
económicos y de pretender imponer luego sus derechos de
patentes sobre saberes y bienes que son patrimonio
social.
9- Continuar desarrollando investigaciones en el orden
teórico acerca de esta problemática.
Alarcón, R. (2003): Cumbre Mundial sobre la
sociedad de la información, Ginebra,
diciembre:9
ALCA, ni acuerdo, ni libre, ni de América.
(2002), El Economista de Cuba (Cu), noviembre-
diciembre
Aldunate, F. (1999): Rigor de padre, América
economía, mayo:6
Bacallao, E. (2002): Ciencia y Tecnología,
condición para el desarrollo, Ciencia, innovación y
desarrollo (Cu), Volumen 7, No.1
Camacho, L. (2003): Por un comercio más justo y
eficiente, Cuba internacional (Cu), Noviembre-
Diciembre
Cañizares, J.L. (2002): Globalización
neoliberal y realidades: mitos y
realidades, Cuba, www. Eleconomista. cu
Castro, F. (2001): Intervención acerca de la
situación internacional y la crisis económica
Mundial, Juventud
Rebelde (Cu), noviembre: 2.
Chía, J. (2002): Cooperación en la
gestión de la innovación, Ciencia,
innovación y desarrollo (Cu), Volumen 7, No.1
Clark, I. (2002): Sostenibilidad y ciencia:
¿alianza o antagonismo?, Ciencia, innovación y
desarrollo (Cu), Volumen 7, No.2
Cruz, A. (2002): Camino al desarrollo, Ciencia,
innovación y desarrollo (Cu)
Declaración de Santo Domingo. La Ciencia para el
siglo XXI: Una nueva visión y un Marco de Acción.
(Documento de Trabajo)
De Paz, F. (2003): En silenciosa batalla por la vida,
Cuba internacional (Cu), enero-febrero.
Díaz, S. (2000): Wall Street y las empresas
tecnológicas, Economía digital (cu),
diciembre.
Dieterich, H.F. et. al. (1998): El nuevo proyecto
histórico, Editorial Nuestro Tiempo S.A.,
México
El Desarrollo Integralmente Sustentable como Alternativa
a la Globalización Neoliberal. 2001. Cuaderno de
propuestas para el Siglo XXI. Fondation Charles Léopold
Mayer pour le Progrès de l'Homme, Alianza por un mundo
responsable, plural y solidario Polo de Socio-Economía
Solidaria. http://susdev.socioeco.org/
Fretz, D. (1999): El fin de la fiesta, América
economía, marzo: 11
Gálvez, L. (1986): Ciencia, Tecnología y
Desarrollo, Cuba
García, G. (2002): Editorial, Ciencia,
innovación y desarrollo (Cu), Volumen7, No.3
García, G. (2002): Editorial, Ciencia,
innovación y desarrollo (Cu), Volumen7, No.1
García, G. (2002): Editorial, Ciencia,
innovación y desarrollo (Cu), Volumen7, No.2
Gestión tecnológica y competitividad,
COLCYT. P 1-15
González, E. (2002): Un problema medular en la
transferencia de tecnologías, Ciencia, innovación y
desarrollo (Cu)
González, L. (2000): Economía cubana:
razones para el optimismo, Trabajadores (Cu),
diciembre
González, R. (2002): Razones para una entrega,
Ciencia, innovación y desarrollo (Cu)
Informe del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder
Popular. (2001), Cubaenergía (Cu)
Investigación e innovación. (2003),
Unión Europea
Labrador, O. (2002): El ALCA sus consecuencias para
América Latina y el Caribe. Su Impacto en la
Economía Social, Cuba
La ciencia para el siglo XXI: una nueva visión y
un marco para la acción. (2000), Editorial Academia (Cu),
P 1-10, 12-31, 58-62. (Documento de Trabajo)
La ciencia y la tecnología en un Mundo
Vulnerable. (2001), Asociación Americana para el Avance de
la Ciencia, Estados Unidos, www.aaas.org/spp
Lage, A. (2001): Propiedad y expropiación en la
Economía del Conocimiento, Ciencia, innovación y
desarrollo (Cu), Volumen 6, No.4
Ley de la ciencia y la tecnología en la
República de Cuba. (2001), CITMA (Cu), mayo.
(Documento de Trabajo)
Martínez, O. (2002): La hermosa paradoja de la
economía cubana en el 2002, El Economista de Cuba (Cu),
noviembre-diciembre
Marx, C. (1974): El Capital, Instituto Cubano del
Libro, Ciudad
de la Habana
Muñoz, M. (2002): Más allá de la
crisis económica, Granma (Cu), febrero: 15
Nicaretta, R. (1999): Mejor busque afuera,
América economía, julio:1
Núñez, J. (1999): La Ciencia y la
Tecnología como procesos sociales. Editorial "Félix
Varela", La Habana
Pensamientos del Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz sobre el Forum de Ciencia y Técnica, Forum Nacional de
Ciencia y Técnica. (Documento de Trabajo)
Pérez, F. (2002): Intervención en la
Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, Sudáfrica,
Johannesburgo, Ciencia, innovación y Desarrollo (Cu),
Volumen 7, No.2
Pichs, R. (2002): De Río de Janeiro a
Johannesburgo, Desafíos para el desarrollo sostenible bajo
la globalización neoliberal, Volumen 7, No.2
Quevedo, V. (2002): Innovación, cultura
emprendedora y competitividad, Ciencia, innovación y
Desarrollo (Cu), Volumen 7, No.1
Rey, O. (2002): Reflexiones después de una
Cumbre, Ciencia, innovación y Desarrollo (Cu)
Rivera, A. et. al. (2002): La economía social
ante la globalización neoliberal, Edición
Gente, República Dominicana
Rivery, J. (2003): Cuba tiene aportes que no poseen los
países desarrollados, Granma (Cu), Diciembre:9
Sánchez, J. (1990): Investigación
transnacional, Ciencia y Sociedad (RP), octubre-diciembre. P
545-593
Simeón, R.E. (1997): Intervención en el
Acto Central por el Día de la Ciencia Cubana, Ministerio
de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Ciudad de la
Habana
The Role of Science and Technology in Society and
Governance. North American Meeting in Advance of the World
Conference on Science. Kananakis Village, Alberta. Canada 1-3
November 1998
Vascós, F. (2002): Cuba con el mejor
desempeño, Juventud Rebelde (Cu), diciembre
Vascós, F. (2002): Economía
latinoamericana, el círculo vicioso de jugar y seguir
debiendo, Granma (Cu), diciembre
Anexo 1
Valor de Mercado
Capitalización bursátil en
miles de millones
de dólares al 31 de marzo de
1999
Microsoft | 452 |
Intel | 198 |
AT&T | 178 |
IBM | 166 |
MCI WorldCom | 162 |
America Online | 159 |
Brasil (Bovespa) | 146 |
Lucent Technologies | 140 |
México | 126 |
Dell | 104 |
Argentina | 61 |
Chile | 61 |
Yahoo | 32 |
Perú | 14 |
Gateway | 11 |
Colombia (Bogotá) | 9 |
3Com | 8 |
Venezuela | 7 |
Fuentes: Economática
(países latinoamericanos) y J.P. Morgan (empresas
EEUU)
Para ver los anexos seleccione la
opción "Descargar" del menú
superior
AUTORA:
ANGIE FERNÁNDEZ LORENZO
Enviado por:
Dra. Odalys Labrador Machín
UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO
"HERMANOS SAÍZ MONTES DE OCA"
FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS