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Administración del Tiempo




Enviado por yayobertamoni



    1. Las personas y el
      cambio
    2. ¿El huevo o la
      gallina?
    3. Los enfoques tradicionales de
      administración del tiempo
    4. Un enfoque de efectividad para el
      manejo del tiempo
    5. La visión de
      futuro
    6. Lo Urgente y lo
      Importante
    7. La matriz de
      administración del tiempo
    8. Los
      "Robatiempos
    9. Gráfico de la Matriz de
      Manejo del Tiempo
    10. Privilegiar lo Importante,
      sobre lo Urgente
    11. ¿Podemos cambiar
      nuestros hábitos
    12. ¿Cuánto tiempo
      dedicamos a lo Importante?
    13. Puntos de partida para la
      mejora
    14. Las "luces rojas" del
      contexto
    15. Bibliografía
      sugerida.

    "Todo lo que no llega a ser un
    compromiso consciente con lo sustancial, termina siendo un
    compromiso inconsciente con lo insustancial"

    1. Las personas
    y el cambio

    Hoy existe un generalizado acuerdo acerca de que las
    organizaciones
    son organismos vivos e inteligentes, en el sentido de que
    tienen la posibilidad de evolucionar hacia maneras superiores
    de hacer y de ser. Estos atributos
    organizacionales son un derivado directo de la capacidad de las
    personas que las integran. Y lo que nos distingue a las
    personas de cualquier otro organismo viviente es nuestra
    capacidad de formular y cumplir promesas, a nosotros mismos y a
    los demás. Esta capacidad es la que nos permite
    coordinar acciones con
    otros y mejorar nuestros hábitos en el manejo del
    tiempo.

    "El filósofo alemán Friederich
    Nietzsche
    sostuvo: "Los hombres son animales que
    hacen promesas"

    Pero si de nuestra capacidad de cambiar de
    hábitos deriva la mejora de la
    administración del tiempo, es preciso que
    reconozcamos ciertas características contradictorias que
    asume el proceso de
    cambio en las personas.

    La primera cuestión a considerar es que los
    seres humanos vivimos en un constante devenir, en un estado de
    incompletud e insatisfacción y que a lo largo de nuestra
    vida necesitamos buscarle sentido a nuestra existencia. Esta
    característica presupone que contamos con una natural
    fuerza
    impulsora hacia el cambio.

    Pero en forma paralela, somos una gran fuerza
    conservadora que concibe al cambio sólo como una
    opción secundaria porque lo percibimos como una amenaza
    a nuestro núcleo básico de coherencia y
    estabilidad. Sin embargo, la necesidad de transitar el cambio
    es a menudo en sí mismo un intento por restablecer la
    misma coherencia y equilibrio
    de la fuerza conservadora personal que se
    ve amenazada.

    Si adherimos a este enfoque, podemos reconocer que
    todo proceso de cambio desata una tensión entre las
    fuerzas restrictivas al cambio y las fuerzas impulsoras, pero
    cuando se dan condiciones adecuadas nuestras fuerzas personales
    impulsoras del cambio superan con creces a las fuerzas
    conservadoras que lo resisten.

    2. ¿El huevo
    o la gallina?

    La antigua fábula de Esopo, "La Gallina de los
    Huevos de Oro", es un
    excelente ejemplo para reconocer la ecuación que toda
    persona u
    organización debe resolver a cada
    momento, el equilibrio entre lo "Urgente" y lo "Importante",
    entre el "Hoy" y el "Mañana".

    La historia cuenta que un
    granjero un día va al corral donde tenía a sus
    gallinas y encuentra un brillante huevo de oro. Aunque duda de
    su suerte, decide llevar el huevo a su casa donde comprueba que
    el huevo es de oro auténtico. Desde ese día,
    todas las mañanas el granjero encuentra un huevo de oro
    debajo de una de sus gallinas en el corral y pronto se hace
    rico. Mientras aumenta su riqueza, también aumenta su
    impaciencia con los huevos que pone la gallina. En un intento
    por obtener todo el oro de la gallina de una sola vez, la abre,
    pero no sólo no encuentra nada adentro sino que la mata.
    Con la muerte de
    la gallina, sobreviene también la desaparición de
    su riqueza.

    Esta antigua fábula, mantiene vigente el enorme
    desafío al que nos enfrentamos hoy las personas: La
    cuestión de la sostenibilidad y el uso del
    tiempo.

    "Muchas veces, al igual que el granjero de la
    fábula priorizamos los resultados a corto plazo (los
    huevos de oro) y ponemos en riesgo nuestro
    bienestar a largo plazo (la gallina)"

    Para responder a esta pregunta necesitamos pensar en
    una manera de manejar el tiempo que desplace a los métodos
    tradicionales basados primordialmnente en la Urgencia y
    la Eficiencia y alcanzar un nuevo modelo que
    se asiente en la Importancia y la
    Efectividad.

    3. Los
    enfoques tradicionales de administración del
    tiempo

    La mayor parte de los enfoques tradicionales para
    administrar del tiempo están orientados por una lógica de corto plazo. Estos enfoques
    generan hábitos de comportamiento cortoplacistas, influenciados por
    la vigencia que estos paradigmas
    tienen en nuestras culturas familiares, escolares,
    empresariales y comunitarias. Sus métodos terminan
    provocando los males y desequilibrios que pretendemos evitar.
    Veamos algunas de sus principales premisas y
    limitaciones:

    Eficiencia: la eficiencia
    consiste en "hacer más en menos tiempo". Pero el
    supuesto subyacente es que la "cantidad" y la "velocidad"
    son lo mejor. Existe una diferencia vital entre eficiencia y
    efectividad. Ya que hacer más velozmente las cosas nos
    precipita más rápido al abismo de la crisis si
    antes no hemos verificado que estamos en el camino correcto.
    Por lo que llegar más rápido al lugar equivocado
    puede ser "eficiente", pero no resulta "efectivo".

    Control: propone la idea de que planificar y
    programar es indispensable para controlar las acciones de los
    demás. Pero pasa por alto el hecho de que la mayor parte
    del tiempo nos relacionamos con otras personas a quienes no
    podemos controlar. A poco de andar caeremos en la cuenta de que
    lo único que teníamos era la "ilusión de
    tener el control" y
    que lo único que logramos fue generar desconfianza.
    Porque la confianza mutua es el principal capital que
    puede tener una relación personal o de trabajo y se
    basa en la interdependencia no en el control unilateral. Ya que
    mutuamente nos necesitamos para obtener resultados y la
    voluntad de control es probable que acabe desintegrando la
    confianza mutua primero y la relación
    después.

    Chronos: la administración
    tradicional del tiempo se ocupa del tiempo chronos,
    vocablo griego que define al tiempo cronológico, lineal
    y secuencial. Ningún segundo vale más que otro y
    el reloj maneja nuestra vida. Pero la clave está en el
    tiempo kairos: tiempo apropiado o de calidad. La
    idea del tiempo kairos radica en el valor que se
    obtiene de él. No en la cantidad de tiempo chronos
    invertido. La idea de tiempo kairos, también deriva de
    la antigua Grecia. Con
    este vocablo los griegos definían al tiempo de
    oportunidad para adelantarse a un competidor en las competencias de
    carros tirados por caballos. Por lo que reconocer las
    oportunidades que se nos presentan para nuestra
    superación personal y aprovecharlas, constituye un
    tiempo de calidad que escapa a la medición secuencial del tiempo
    chronos.

    Valores: valorar significa atribuirle a algo un
    valor relativo mayor que a otras cosas que también nos
    rodean. Los valores
    guían nuestras elecciones porque creemos en ellos. Pero
    la mera valoración de algo no garantiza mejoras en
    nuestra calidad de vida, si los valores
    no se ajustan a los principios. Los valores son
    subjetivos e internos, los principios
    parecen ser objetivos y
    externos. Existe una creencia universal en principios tales
    como: la justicia, la
    honestidad,
    la bondad, la dignidad, la
    integridad, el servicio, la
    calidad, la paciencia, etc. Contrariamente a lo que muchas
    veces creemos, estos principios funcionan independientemente de
    nuestra voluntad y nos gobiernan.

    Aunque por nuestra natural imperfección humana
    no podamos comportarnos totalmente de acuerdo con ellos,
    igualmente desearíamos vivir y ser tratados de
    acuerdo con ellos. Cuando más en sintonía
    estén nuestros valores con estos principios, mayor
    felicidad y significado tendrán nuestras vidas.
    Contrastando esta afirmación con el absurdo, podemos
    formarnos juicio sobre su validez. Pensemos lo que sería
    de una organización gobernada por valores como la
    injusticia, la mentira, la bajeza, la inutilidad, el
    engaño o la mediocridad.

    Administración: el modelo tradicional se
    ocupa de la administración, no del liderazgo.
    La administración es útil cuando no
    debemos salirnos del camino trazado. Pero muchas veces los
    problemas no
    son de administración, sino de liderazgo y no es
    suficiente con mantener firme el rumbo. En realidad mantener
    firme el rumbo sólo empeora las cosas. A veces hay que
    buscar otros rumbos y esto significa liderar.

    Métodos: El modelo habitual de manejar
    el tiempo, nos provee métodos. Nos dice como hacer
    "bien" las cosas. Si bien esto nos ayuda a limitar la ansiedad
    que experimentamos, también limita nuestra libertad de
    acción adormeciendo nuestros centros del
    pensamiento
    creativo. Al renunciar a la innovación quedamos esclavos de nuestros
    paradigmas, en lugar de hacer que los paradigmas estén a
    nuestro servicio.

    ""Muchas veces en vez de tener paradigmas, los
    paradigmas nos tienen a nosotros"

    A esto último, lo llamamos el "efecto paradigma".
    Sobretodo si se trata de un paradigma exitoso, es probable que
    nos enamoremos de la solución que nos
    proporcionó.

    4. Un enfoque de
    efectividad para el manejo del tiempo

    El presente enfoque es uno de efectividad (o
    sostenibilidad) para el manejo del tiempo, superador de la
    eficacia que
    sólo se preocupa por el logro de objetivos sin evaluar
    la relación costo
    – beneficio y también de la eficiencia, que se
    ocupa de optimizar el uso de los recursos sin
    tener en cuenta a veces el recurso fundamental: las necesidades
    de las personas involucradas en el proceso.

    La efectividad puede hacer la diferencia en la calidad
    del clima
    relacional superando el malestar emocional que padecemos cuando
    tenemos la sensación de correr a los problemas siempre
    desde atrás, atender sólo lo urgente, vivir de
    crisis en crisis, etc.

    Veamos entonces ahora, las premisas y componentes de
    una administración del tiempo efectiva:

    5. La
    visión de futuro

    Llamaremos visión de futuro a nuestra
    aptitud para ver más allá de la realidad actual y
    convertirnos en algo que todavía no somos. La existencia
    de una visión de futuro es un elemento indispensable para
    que exista la posibilidad de superación personal y
    colectiva. Nadie puede encontrar motivación
    para superarse teniendo en cuenta sólo su situación
    actual. Por lo tanto, sin visión de futuro no hay motivación y sin motivación tampoco
    hay nadie que pueda mejorar su manejo del tiempo. Por lo que si
    no existe una visión de futuro o ni siquiera un modelo
    aproximado que nos impulse a imitar es indispensable
    crearlo.

    "Tener una visión de futuro nos permite
    aventurarnos a ejercer nuestro pensamiento creativo y no
    simplemente responder a las circunstancias
    actuales"

    La visión es la certeza de haber encontrado el
    destino correcto. Puede asimilarse a la brújula que nos marca el norte
    que necesitamos sincronizar con nuestro reloj para privilegiar
    las actividades que nos mantengan dentro de la dirección adecuada.

    Cuando nuestra visión es limitada –por
    ejemplo un horizonte de tiempo de semanas o a lo sumo de un par
    de meses-, basamos nuestras elecciones en lo inmediato.
    También si nuestra visión esta sesgada a una sola
    esfera -social o económica, por ejemplo- estas opciones
    nos pueden llevar al desequilibrio y a la frustración
    por olvidar otras necesidades (mentales, espirituales, etc). La
    visión que sirve de base a un cambio sostenible debe
    integrar todos los roles de nuestra vida en un equilibrio
    adecuado.

    No se trata de triunfar en un rol a expensas de los
    demás. La sostenibilidad es equilibrio y el equilibrio
    es conjunción ( y ), de ninguna manera
    disyunción ( o ).

    Podemos afirmar que si la posibilidad de cambiar
    distingue a las personas inteligentes de las que no lo son,
    entonces la posibilidad de lograr cambios efectivos, diferencia
    a su vez a las personas inteligentes de las que se destacan por
    poseer rasgos de sabiduría.

    6. Lo Urgente y
    lo Importante

    Estas premisas también se adecuan a las
    organizaciones, más allá del tipo de
    organización que se trate: empresas,
    instituciones sin fines de lucro u organsimos
    estatales. Porque la noción de
    organización presupone un doble significado:
    Primero, el que identifica a un grupo de
    personas que voluntariamente se agrupan para desarrollar tareas
    a través de las cuales esperan transformar la realidad.
    Segundo, la propia distribución y coordinación de esas tareas y
    actividades.

    Considerando este doble significado, toda
    organización debe tomar decisiones sobre 2 tipos de
    aspectos a los debe integrar en un permanente estado de
    equilibrio. Uno de esos aspectos es la atención de lo Urgente. Lo Urgente
    está dado por las tareas y actividades que exigen de
    nosotros una atención inmediata. Podemos definir a la
    atención de lo Urgente como toda tarea o actividad en la
    que ejercitamos nuestra capacidad de respuesta actual a
    los desafíos que se nos presentan. Esta capacidad se
    expresa a través de la producción de resultados cotidianos de
    una organización.

    El otro aspecto a integrar es la atención de lo
    Importante. Definimos así a las actividades que
    se ocupan de atender lo que da le da sentido a la existencia a
    largo plazo a una organización: Lo que constituye la
    razón de ser o Misión. Al igual de lo que
    pasaría en nuestro plano personal, la definición
    de lo que resulta Importante para una organización, es
    lo que nos permite trascender nuestra realidad actual
    proyectándonos hacia el futuro. La atención de lo
    Importante es toda actividad que se ocupa de desarrollar
    nuestra capacidad de respuesta futura
    a los desafíos
    del entorno. Si asimilamos el manejo del tiempo a una balanza
    podríamos decir que el equilibrio del sistema
    dependerá del balance que se logre entre la
    energía asignada a atender lo Urgente y lo
    Importante.

    1. Representar las variables en una matriz de doble entrada,
      facilitará no sólo la comprensión,
      sino que además nos brindará una herramienta
      útil para luego "vivir" el modelo
      propuesto.

      Cuadrante 1: Llamaremos a este cuadrante
      Lo Urgente e Importante. Caracterizado por ser
      actividades que de no ser atendidas, veríamos
      amenazada nuestra existencia hoy: proyectos con
      fechas de cierre y con tiempo límite, vencimientos,
      resolución de problemas inmediatos, etc. Toda
      actividad que presiona sobre nosotros y signifique una
      gestión orientada a resolver
      problemas, enfrentar crisis, etc. caracteriza a este
      cuadrante.

      Cuadrante 2: lo Importante, No
      Urgente.
      Este cuadrante refiere a aquellas cuestiones
      que si bien están más lejanas en cuanto a
      horizonte de tiempo para su resolución, son las que
      permiten nuestro aprendizaje
      y mejora a futuro. En alguna medida, aprender significa
      sacrificar parcialmente nuestro bienestar actual en pos de
      una memjora futura. Ejemplos son: Planificar mejoras,
      capacitar, prevenir riesgos,
      anticiparse a tendencias, resolver conflictos antes de que se transformen en
      crisis, descanso y recuperación de energías
      personales, etc. Lo Importante, No urgente
      representa el desarrollo de las capacidades para
      mejorar la respuesta a desafíos
      futuros.

      Pero además este cuadrante y lo que
      coloquemos en él, determina a todos los
      demás: Sin Importante, no puede haber
      Urgente. Poner primero, lo primero (es decir
      lo Importante), será nuestra consigna. Como estas
      cuestiones están más lejanas en el tiempo
      para su resolución, no presionan sobre nosotros.
      Sino, que nosotros debemos presionar sobre
      ellas.

    2. La matriz
      de administración del tiempo

      Pero también las personas inviertimos
      tiempo en actividades y tareas que no corresponden a los
      Cuadrantes 1 o 2.

      Llamaremos Robatiempos a estos verdaderos
      consumidores de nuestra energía. A los Robatiempos
      los ubicaremos en nuestro esquema en:

      Cuadrante 3: Lo Urgente, No
      Importante:
      componen a este cuadrante todas las
      interrupciones, imprevistos , reuniones no planificadas,
      etc. En general, representan deseos y necesidades de las
      demás personas que se transforman en solicitudes
      explícitas hacia nosotros y nos distraen de las
      tareas de los Cuadrantes 1 y 2. Ceder a estas solicitudes
      es una tentación constante ya que de ellas deriva
      muchas veces nuestra popularidad y aceptación
      personal frente a las demás personas. Aunque podemos
      comprobar que el costo de ceder, significa postergar
      nuestros deseos y aspiraciones. En mis cursos ejemplifico
      este cuadrante con una frase habitual entre nosotros: "Me
      pasé todo el día ocupado, pero siento que no
      hice nada de lo importante que tenía
      previsto".

      Cuadrante 4: Lo No Urgente, No
      Importante:
      actividades de evasión,
      trivialidades, ocio no planificado, pérdidas de
      tiempo, etc. Muchas veces, el pasar demasiado tiempo
      en este cuadrante puede acarrear una crisis por falta de
      previsión y preparación adecuada para
      enfrentar nuestros problemas. La indiferencia o la culpa
      son subproductos emocionales resultantes de este
      cuadrante.

    3. Los
      "Robatiempos"
    4. Gráfico de la Matriz de Manejo del
      Tiempo

     

    Urgente

    No Urgente

     

    Importante

     

    Cuadrante
    1:

    Crisis, Presión, "Apagar Incendios", Fechas Límites, Problemas
    Acuciantes.

    Cuadrante
    2:

    Planificación,
    Visión, Valores, Preparación, Recreación
    verdadera.

     

    No Importante

     

    Cuadrante
    3: Interrupciones Varias, Reuniones
    Imprevistas, Visitas Inesperadas.

    Cuadrante
    4:

    Actividades de Evasión,
    Trivialidades, Pérdidas de Tiempo.

    10.
    Privilegiar lo Importante, sobre lo
    Urgente

    Todas las personas -al igual que las
    organizaciones-, acabamos en mayor medida,
    transformándonos en el objeto de nuestra
    atención, recorriendo un trayecto de profecía
    autocumplidora: Si dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo
    a pilotear tormentas y manejar crisis, es probable que
    sólo por azar podamos navegar en aguas calmas. Y esto
    es lo que habitualmente sucede cuando no conseguimos superar
    la tendencia a atender sólo lo urgente y enfocarnos
    sobretodo, en planificar y atender lo importante.

    Para superar esta riesgosa tendencia, es necesario
    revisar primero algunos esquemas de interpretación de la realidad.
    Particularmente, aquel que entiende que ocuparse de
    planificar el futuro es un privilegio reservado a personas
    "exitosas" que atraviesan una circunstancia tal, que les
    permite disponer de tiempo y recursos suficientes para
    hacerlo.

    Pero en verdad, este razonamiento invierte
    peligrosamente los términos. Porque el éxito de una persona u
    organización no deriva de su circunstancia actual,
    sino que más bien su circunstancia actual, es el
    resultado de su comportamiento anterior. Y si observamos a
    quienes atraviesan hoy circunstancias exitosas, veremos que
    dedicaron ayer un espacio central para ocuparse de lo
    importante, además de atender lo urgente.

    Por lo tanto la prioridad de quien aspire a alcanzar
    efectividad, es responsabilizarse por construir desde hoy,
    los pilares de su futuro.

    Paradoja: " Lo que resulta verdaderamente urgente,
    es ocuparse de lo importante."

    11.
    ¿Podemos cambiar nuestros
    hábitos
    ?

    Los hábitos son patrones de conducta
    compuestos de tres componentes que se superponen: Conocimiento (Saber), Actitud
    (Querer) y Habilidad (Poder). Debido a que son
    aprendidos y no heredados, nuestros hábitos
    constituyen nuestra segunda naturaleza, no la primera.

    Nuestros hábitos nos resultan muy
    útiles, porque nos evitan tener que empezar siempre
    "desde cero". El problema radica cuando el hábito se
    transforma de "una manera" de hacer las cosas, en "la
    única" manera de hacer las cosas.

    La primera decisión que debemos tomar para
    cambiar un hábito es evitar definirnos a nosotros
    mismos en términos de nuestros hábitos,
    características y tendencias actuales. Los
    hábitos de la efectividad pueden ser aprendidos, los
    de la inefectividad desaprenderse. Como el éxito del
    cambio de hábitos deriva inicialmente de la
    relación que establecemos con nosotros mismos, es
    vital mejorar nuestras "conversaciones privadas". Podemos
    decirnos a nosotros mismos: "No niego, ni reprimo mi estado
    emocional actual por más negativo que sea. Pero yo no
    soy mi emoción dominante, si me lo propongo
    puedo ejercitar mi capacidad para impedir que este estado
    emocional negativo me controle o me paralice". Si bien
    resulta obvio que conversaciones como estas no serán
    suficientes por si solas para sostener un proceso de cambio,
    es un punto de partida indispensable para
    comenzarlo.

    1. ¿Cuánto tiempo dedicamos a
      lo Importante?

    Fruto de mi experiencia como docente en programas de
    capacitación y procesos de
    coaching para líderes empresariales y sociales,
    he podido comprobar que la administración del tiempo es
    uno de los factores clave para la superación personal, y
    la mejora organizacional y comunitaria. Ya que las actividades
    del Cuadrante 2 (Importante, No Urgente) nos
    proporcionan los aprendizajes más significativos del
    cual se deriva nuestro desempeño como líderes, padres,
    maestros, etc. y del que en definitiva, dependerá
    nuestro bienestar y calidad de
    vida a futuro.

    Basado en esta comprobación he formulado a no
    menos de 500 personas en los últimos años
    preguntas sobre sus hábitos en el uso del
    tiempo:

    • ¿Cuánto tiempo por día dedican
      a la atención de lo importante?
    • ¿Qué espacio de su agenda reservan a
      estas actividades?
    • ¿Cuánto tiempo y esfuerzo
      están poniendo para alcanzar el bienestar y la mejora
      que desean?

    Las respuestas son reveladoras para los participantes
    ya que resulta particularmente bajo el porcentaje de esfuerzo
    personal que se dedica a la planificación del futuro. También
    perciben que resulta insuficiente para sus propósitos el
    espacio reservado a mejorar procesos de trabajo o a clarificar
    los valores compartidos. No sólo en comparación
    con la predisposición a ocuparse de cuestiones urgentes,
    sino que muchas veces perciben que están equiparadas las
    actividades de planificación, con los
    Robatiempos!

    Estas respuestas resultan preocupantes porque la gran
    mayoría de las personas que participa ejerce funciones de
    responsabilidad en sus respectivas
    organizaciones, no son los menos instruidos, ni tampoco los
    peor remunerados, en términos relativos. Tampoco reciben
    muchas órdenes y más bien dicen tener suficiente
    libertad para planificar sus tiempos.

    1. Puntos de
      partida para la mejora

    Si esto sucede con personas bien intencionadas,
    productivas y predispuestas al cambio, seguramente fuerzas
    poderosas y que operan bajo su nivel de conciencia y
    percepción deben actuar para generar
    inefectividad en el manejo del tiempo. Por lo que es preciso
    conocer las variables que debemos manejar para enfrentar con
    éxito cualquier proceso de cambio. En primer lugar, es
    preciso asumir que como personas nos encontramos atravesando
    una situación dada, referida a nuestra propia
    experiencia personal y que esa situación nos genera un
    nivel de insatisfacción que ya no nos resulta aceptable.
    Llamaremos a esta primer variable
    Consciencia.

    El otro aspecto, es nuestro grado de dominio
    percibido sobre disciplinas o saberes que nos permitan superar
    de manera satisfactoria esa situación dada. Llamaremos a
    esta segunda variable Competencia.

    De la interrelación de estas 2 variables,
    podemos establecer 4 fases del ciclo de cambio que bien
    manejados y en forma progresiva, pueden ampliar nuestra
    capacidad de acción.

    Al primero de ellos lo llamaremos Ceguera, se
    caracteriza por combinar el mínimo nivel de conciencia y
    de competencia
    respectiva. En este estadio ni siquiera somos capaces de
    percibir ningún problema y por lo tanto tampoco podemos
    aportar soluciones:
    No sé, qué no sé es el enunciado
    que caracteriza a este primer estadio. A menudo es la mirada de
    un observador diferente de nosotros el que nos ayuda a
    reconocer y atravesar esta fase, hacia una evolución en nuestro nivel de conciencia.
    En otras oportunidades es la recurrencia de haber pasado por
    repetidas situaciones de frustración la que puede
    llevarnos a indagar acerca de lo que nos pasa y porque nos
    pasa.

    Más allá del camino que nos lleve hasta
    él, llamaremos Ignorancia a esta segunda
    fase. La declaración de ignorancia representa un
    avance en la situación porque nos hace conscientes de
    nuestra incompetencia. Perdemos el bienestar relativo del que
    disfrutábamos en la fase anterior pero se abre ante
    nosotros la oportunidad de hacernos cargo de la
    situación y manejarla productivamente. La ignorancia no
    nos hace aún competentes, pero representa una mejora en
    nuestro estado de consciencia. Es preciso aprender a tolerar
    cierto grado de ansiedad e incomodidad para transitar este
    cuadrante. Sé, qué no sé, es el
    enunciado que lo define.

    Pero aún es indispensable adosarle competencia
    a este estado de conciencia. Llamaremos a este cuadrante que
    maximiza tanto la consciencia como la competencia como del
    Principiante (Sé, qué sé).
    Es el cuadrante que requiere la mayor dosis de esfuerzo, porque
    para poder
    instalar los nuevos hábitos, es preciso primero
    desinstalar los anteriores. También es el espacio
    donde ejercitamos nuestra mayor dosis de pensamiento creativo.
    La última fase del ciclo se alcanza con la competencia
    inconciente o la Expertise (No sé, qué
    sé)
    . Los nuevos hábitos despliegan su
    efectividad, sin necesidad de darnos cuenta que lo estamos
    haciendo. Así nuestra capacidad de aprendizaje queda en
    libre disponibilidad para abarcar nuevas disciplinas o
    saberes.

    14. Las "luces
    rojas" del contexto

    El hecho de que este sea un proceso circular y no
    lineal, nos advierte de los riesgos que implica considerar al
    ciclo finalizado en la fase 4, de adquisición de
    Expertise. Cuando esto ocurre, puede caerse en la llamada
    incompetencia experta, caracterizada por la caducidad de las
    competencias adquiridas debido a cambios en el contexto.
    Quienes adolecen de este vicio, están perfectamente
    preparados para tener éxito en un entorno organizacional
    que ya no existe. También es necesario aclarar, que
    estas 2 variables son contexto-dependientes. Quien en un
    contexto es Principiante (o Ignorante o Experto) bien puede no
    serlo en otro porque los estándares pueden ser
    diferentes.

    Por lo recién expuesto, la capacidad de
    acelerar este ciclo de 4 fases, resulta vital para promover
    estadios superiores de nivel técnico y de consciencia en
    el manejo del tiempo personal y organizacional.

    La mejora sostenible deviene sobretodo de nunca dar
    por sentado que la manera imperante de confeccionar nuestra
    agenda y de comportarnos aunque "buena", sea suficiente para
    llevarnos al lugar deseado. Ya que muchas veces lo "bueno" es
    enemigo de lo "mejor".

    Gráfico: Ciclo del
    cambio

    Competencia

    4. Experto

    3. Principiante

    1. Ciego

    2. Ignorante

     

     

    Incompetencia

    Bibliografía
    sugerida.

    1. "Primero, lo Primero". Autor: Stephen Covey y
      otros.
    2. "Los 7 hábitos de la gente altamente
      efectiva". Autor: Stephen Covey.
    3. "La Inteligencia
      Emocional". Autor: Daniel Goleman.
    4. "Metamanagement". Autor: Fredy Kofman.
    5. "Liderazgo Centrado en Principios". Autor: Stephen
      Covey.
    6. "Ontología del Lenguaje".
      Autor: Rafael Echeverría.

    Por:

    Lic. Juan José Bertamoni

    Antecedentes del autor:

    Licenciado en Sociología. Egresado de la Universidad
    Católica de La Plata. Especializado en Organizaciones Sin
    Fines de Lucro en Universidad de San Andrés, Torcuato Di
    Tella y Centro de Estudios de Estado y Sociedad
    –CEDES-, donde fue becario de la Fundación Kellogg.
    Completó el Seminario
    Internacional de Desarrollo
    Emprendedor, de la Maestría en Políticas
    PyME’s
    de la Universidad de San Andrés y Universidad Nacional de
    General Sarmiento.

    En la actualidad es consultor externo del Consejo
    Federal de Inversiones
    –CFI-, facilitador y docente de Fundación Compromiso
    y Consultor Externo del Ministerio de Desarrollo Social
    de la Nación
    Argentina.

    Entre otras organizaciones, trabajó para:
    Banco
    Interamericano de Desarrollo –BID-, Confederación
    Económica de la pcia. de Bs. As., Sociedad
    Odontológica de La Plata, Fundación Emprender,
    Fundación Federal, Fundación Futuro de Bolívar,
    Ministerio de Economía de la pcia.
    de Bs. As., Ministerio de Asuntos Agrarios de la pcia. de Bs.
    As.

    Entre otras empresas asesoró a: Longvie, Siderar,
    Petroken, Postres Balcarce, Consorcio de Gestión del
    Puerto La Plata, Rapiestant, Revesta, Taxonera, Raite,
    etc.

    Es autor de artículos y publicaciones de su
    especialidad en materia de
    liderazgo, planificación
    estratégica, trabajo en equipo
    y negociación.

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