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Incidencia de la actividad física en el adulto mayor




Enviado por almoreno8



    1. Marco
      Teórico
    2. Criterios para decir que una
      persona es "vieja"
    3. Factores que aceleran el
      envejecimiento
    4. Incidencia de un programa de
      ejercicio físico:
    5. Metodología
    6. Bibliografía

    Introducción

         El hombre, a
    lo largo de toda su historia ha estado
    obsesionado, a la vez que ha mantenido un pulso con la naturaleza,
    por encontrar la mágica pócima de la eternidad.
    Pero… la realidad no es otra que todo lo que empieza tiene un
    fin. La madre naturaleza ha creado los mecanismos necesarios para
    que la vida en la tierra vaya
    siempre renovándose y evolucionando, aunque no sepamos
    hacia donde.

         El envejecimiento, un
    proceso
    más dentro de la carrera de la vida de los seres vivos…
    Se están haciendo numerosos descubrimientos relacionados
    con las causas que lo provocan, son varias las teorías
    que se mueven en torno a tan
    misterioso proceso de deterioro de la vida. Todas en su mayor
    parte fundamentadas y aprobadas, pero ninguna llega al fondo de
    la cuestión, o quizá no hay fondo, simplemente hay
    que aceptarlo tal como es.

        El envejecimiento conlleva
    una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio,
    metabólico, músculo esquelético, motriz,
    etc… que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al
    estrés
    físico de los mayores, reduciéndose así
    mismo su autonomía y calidad de
    vida y su habilidad y capacidad de aprendizaje
    motriz.

    La actividad física se reduce con la edad y
    constituye un indicador de salud. La reducción
    del repertorio motor, junto a la
    lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular en reposo,
    entre otros factores, provocan descoordinación y torpeza
    motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor agravante del
    envejecimiento y la incapacidad de tal forma que, lo que deja de
    realizarse, fruto del envejecimiento pronto será imposible
    realizar.

    El ejercicio físico tiene una incidencia
    específica sobre los sistemas que
    acusan la involución retrasando la misma de forma
    considerable, previniendo enfermedades y contribuyendo
    a mantener la independencia
    motora y sus beneficios sociales, afectivos y
    económicos.

         La presente monografía va a tratar el tema desde la
    perspectiva de la pérdida de la funcionalidad
    física que conlleva el envejecimiento. Donde se realizara
    un análisis de la incidencia de la actividad
    física en la senectud como vía asequible –
    placentera
    de retardar sus efectos.

    MARCO
    TEORICO

       Un paso importante para asumir una
    perspectiva científica en cualquier tema es la
    definición de los conceptos de los que uno va a hablar. En
    nuestro caso necesitamos definir:

      En primer término, la Actividad
    Física se ha entendido solamente como "el movimiento del
    cuerpo". Sin embargo, debemos superar tal idea para comprender
    que la Actividad Física es el movimiento humano
    intencional que como unidad existencial busca el objetivo de
    desarrollar su naturaleza y potencialidades no sólo
    físicas, sino psicológicas y sociales en un
    contexto histórico determinado. (Girginov. 1990:9).
    Consideramos que la práctica de la actividad
    física, tanto de juego como
    formativa o agonística, tiene una gran importancia
    higiénico preventiva para el desarrollo
    armónico del sujeto (niño, adolescente y adulto)
    para el mantenimiento
    del estado de salud del mismo. La práctica de cualquier
    deporte (Del
    francés desport, entretenimiento) conserva siempre un
    carácter lúdico "y pudiera ser una
    buena medida preventiva y terapéutica, ya que conlleva
    aspectos sociales, lúdicos e incluso bioquímicos
    que favorecen el desarrollo de las potencialidades del individuo".
    (Ceballos 2000: 373, 376).

        Diversos puntos de vista
    explican la relación entre el ejercicio físico y la
    salud enfocándose únicamente a las dimensiones
    biológicas, o psicológicas, pero nuestra postura
    comprende la interconexión somatopsíquica, aunque
    por cuestiones de limitación teórica-
    metodológica enfocamos nuestro campo de estudio a los
    aspectos psicológicos de la actividad física en el
    adulto mayor.

        El envejecimiento conlleva
    una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio,
    metabólico, músculo esquelético, motriz,
    etc… que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al
    estrés físico de los mayores, reduciéndose
    así mismo su autonomía y calidad de vida y
    su habilidad y capacidad de aprendizaje motriz.
    La actividad física se reduce con la edad y constituye un
    indicador de salud. La reducción del repertorio motriz,
    junto a la lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular
    en reposo, entre otros factores, provocan descoordinación
    y torpeza motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor
    agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma que,
    lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento pronto
    será imposible realizar.
    El ejercicio físico tiene una incidencia específica
    sobre los sistemas que acusan la involución retrasando la
    misma de forma considerable, previniendo enfermedades y
    contribuyendo a mantener la independencia motora y sus beneficios
    sociales, afectivos y económicos

    Definimos el envejecer como un proceso
    dinámico, gradual, natural, e inevitable, proceso en el
    que se dan cambios a nivel biológico, corporal,
    psicológico y social. Transcurre en el tiempo y esta
    delimitado por éste.

    Cuando decimos proceso *dinámico, nos
    referimos a que no es una etapa rígida, igual para todos y
    cronológicamente demarcada; al contrario proceso
    dinámico habla de un continuo dialéctico: por eso
    decimos que es una parte más del crecimiento del ser
    humano como lo es la niñez, la adolescencia o
    la adultez. El organismo humano crece desde que nace (y antes)
    hasta que muere.

    La vida es una continuidad de crecimiento permanente.
    Decimos también que es *natural e *inevitable: esto habla
    de que no debe tomarse como una enfermedad. Todo ser vivo nace,
    crece y envejece. Solo la muerte
    puede evitar el envejecimiento.

    En las últimas décadas del siglo XX y
    gracias a los adelantos científicos y tecnológicos,
    la esperanza de vida se ha alargado notablemente.

    Esperanza de vida es la cantidad de tiempo que
    estamos en condiciones de vivir, expresado en el promedio de
    años de vida y cuando hablamos de expectativa de vida nos
    referimos a la posibilidad de vida calculada para el ser humano,
    o sea lo que iría marcando el reloj biológico de
    las células.
    Fenómeno largamente anhelado por la humanidad, lo que a
    comienzos de siglo era de 50 años, ahora es de 80, 85 y
    más, con la posibilidad genética
    de que alcance los 120 años.

    En el desarrollo de la monografía
    a los envejescentes se llamaran Adultos Mayores es decir a los
    que cursan por el proceso del envejecimiento y que
    cronológicamente pueden ubicarse entre los 55/60
    años (entroncando con lo que se llama la edad media de
    la vida) y los 79/80 años. A partir de los 80 años
    tomamos la vejez y por
    tanto llamamos viejos a los que la transitan.

    Los gerontólogos norteamericanos llaman a
    estas 2 etapas como la de los viejos-jóvenes y lo
    viejos-viejos.

    Existen varios criterios
    para decir que una
    persona es
    "vieja"

    Criterio Cronológico: edad en años;
    relacionado con el retiro o jubilación
    obligatoria.

    Criterio Físico: Se toman en cuenta los cambios
    físicos producidos en la persona, como cambios en la
    postura, forma de caminar, facciones, color del pelo,
    piel,
    capacidad visual y auditiva, disminución en la capacidad
    del almacenamiento de
    la memoria que
    afecta a los tres tipos de
    memoria (a corto, mediano y largo plazo) de forma directa,
    sueño alterado, etc. Todo esto relacionado a la
    alteración en forma notable de las actividades
    cotidianas.

    Criterio Social: según el papel o rol que
    desempeñan en la sociedad.

     Todos estos criterios son relativos, pues dependen de
    muchos factores y principalmente del espíritu de cada
    persona.

    Todas las teorías relativas a las causas del
    envejecimiento aceptan una base biológica, influida
    favorablemente o no por el entorno social.

    Entre los factores que
    aceleran el envejecimiento están:

    • Alimentación
      excesiva.
    • Stress.
    • Hipertensión.
    • Tabaquismo y alcoholismo.
    • Obesidad.
    • Soledad, poca participación socio laboral.
    • Sedentarismo. Poca actividad física.

     No hay ninguna duda con respecto que se producen cambios
    estructurales o modificaciones biológicas, que influyen
    grandemente en la
    personalidad y rendimiento de los individuos de la "tercera
    edad". Estas son:

    Cambio de apariencia.

    Modificaciones del sistema piloso:
    calvicie y canosidad.

    Las glándulas sudoríparas se atrofian,
    obstaculizando el normal proceso de sudorización y por lo
    tanto se tolera menos el calor.

    Al tener circulación periférica con menor
    regulación, tolera menos el frío.

    Se presentan alteraciones en la motricidad ya que hay
    disminución de fuerza y
    aumento de grasas, los
    movimientos se vuelven lentos, los músculos se fatigan mas
    fácilmente y se recuperan en forma más lenta.

    Osteoporosis.

    Aumento de la cifosis fisiológica.

    Disminución de las capacidades respiratorias.

    Al disminuir la actividad, el cuerpo necesita menos
    nutrientes, pero como los hábitos alimenticios no cambian,
    suelen aumentar de peso.

    Cambios de los porcentajes corporales, aumento del porcentaje
    graso, disminución de la masa muscular, disminución
    de la cantidad de agua.

    Se sabe que con la edad se reduce la capacidad
    contráctil del músculo cardiaco, por lo que no
    toleran las frecuencias cardiacas altas.

    Metabólicamente hay alteraciones relacionadas con la
    edad, como la tolerancia a los
    niveles de glucosa que es
    menor: la actividad tiroidea puede estar disminuida lo que hace
    que el "anciano" tolere menos las alteraciones de la temperatura.

    Se presenta un cambio en el
    tejido colágeno que hace que los tendones y ligamentos
    aumenten su dureza o rigidez, por lo tanto se es más
    propenso a lesiones asociadas al esfuerzo excesivo.

    Con el correr de los años se presenta perdida de peso
    cerebral, con disminución de mielina y del número
    de neuronas; el tiempo de reacción y regulación
    motora es más lento con respecto a los jóvenes lo
    que hace que sean menos coordinados.

    Hay mayor incidencia en enfermedades cardiacas.

      Se sabe que la actividad física declina con
    la edad, parte es por lo biológico pero gran parte es por
    la reducción de la actividad, bastante común entre
    gente de edad avanzada y en cierta medida causada por factores
    sociales que dejan la actividad física y el deporte para
    gente joven, por lo tanto no reciben más que desaliento en
    tal sentido.

             Se
    verificaron diferencias fisiológicas notorias comparando
    atletas de la tercera edad con personas no entrenadas de edad
    similar, por lo que se debe recomendar la actividad física
    para "los adultos mayores" cuando ninguna enfermedad
    crónica o aguda se lo impida.

        El hallazgo experimental sugiere que
    un programa de
    ejercicios continuo podría reducir la resistencia vascular
    periférica e incrementar la distensibilidad
    aórtica, disminuyendo de esta manera la presión
    arterial, tan común en las personas de la tercera edad;
    además un programa de resistencia muscular (con trabajo
    muscular localizado), mejora el retorno venoso y por lo tanto
    mejora la circulación vascular periférica, pero
    este entrenamiento
    debe ser lentamente progresivo ya que al principio puede aumentar
    la presión arterial.

         Con la edad disminuye la frecuencia
    cardiaca máxima y el consumo
    máximo de oxigeno,
    declinación que comienza a partir de los 30 años;
    esta declinación es mas rápida con la inactividad o
    el abandono del entrenamiento.

         De todo lo expuesto podemos
    sintetizar que las personas de edad presentan varios problemas a
    resolver:

    • El problema biológico: enfermedades crónicas
      agregadas y el proceso normal de involución.
    • El problema financiero. El problema del mejor
      aprovechamiento vital (cómo administrar el tiempo que
      queda de vida).
    • El problema sexual.
    • El problema filosófico: angustia de muerte y el
      que pasara después de la muerte.
    • Las relaciones sociales.
    • El problema lúdico: este es un punto importante ya
      que los individuos no Saben como ocupar el tiempo libre que
      antes ocupaban con el trabajo;
      no saben cómo recrearse, ni que actividades
      físicas realizar.

    Existen diferentes factores que retardan el envejecimiento
    como son:

    • Sueño tranquilo.
    • Ejercicio corporal continúo.
    • Buena nutrición.
    • Participación socio laboral.

    Siendo una labor de las personas que se encargan de las
    personas de "la tercera edad", organizar actividades diarias de
    aquellas personas, entre ellas el ejercicio, pues todo lo
    expresado demuestra que la actividad física demora el
    envejecimiento y aumenta el periodo productivo de la vida.

         El ejercicio aeróbico
    será de gran importancia ya que mejorará la
    eficacia
    cardiaca, la capacidad respiratoria y mejorará la postura.
    Hay que tener en cuenta que las personas de avanzada edad llegan
    a rangos aeróbicos menores que para otros grupos; es
    necesario considerar la toma de frecuencia cardiaca para
    controlar la intensidad del ejercicio. Debido a la mayor
    fragilidad ósea por la osteoporosis y a
    la propensión a las lesiones de ligamentos y tendones, no
    se deben recargar las articulaciones
    con sobrecargas importantes. Debido a la falta de coordinación, debemos ejecutar ejercicios
    que puedan efectuar en forma apropiada para evitar que se
    produzcan frustraciones.

        Un buen trabajo muscular localizado
    será de gran beneficio para la persona mayor, ya que
    permitirá tonificar los músculos, mejorando su
    fuerza y movilidad, pero hay que extremar los cuidados de
    prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas.
    También hay que implementar periodos más largos de
    relajación durante los estímulos (por ejemplo entre
    un ejercicio y otro dentro de una clase de
    gimnasia),
    incluyendo la elongación de para-vertebrales cervicales y
    lumbares, ya que es frecuente la contractura de dichos
    músculos por la posibilidad

    Incidencia de un programa de
    ejercicio físico:

         Todas estas modificaciones son
    objeto de entrenamiento para evitar y/o posponer su
    aparición a través de ejercicios variados donde los
    estímulos lo sean también, incidiendo sobre
    audición, tacto, propiocepción, fomento del
    diálogo
    corporal de las personas mayores consigo mismas que les permita
    mejorar su esquema corporal, realizando movimientos inusuales y
    variados en condiciones que le merezcan seguridad y
    mejoren su equilibrio,
    control y
    estabilidad postural, eliminando sincinesias y paratonías,
    contribuyendo a que recobre seguridad en sí mismo
    mejorando su motricidad y capacitándole para sus
    quehaceres cotidianos así como para actividades de
    relación social que, en definitiva, mejoren su calidad de
    vida y salud física y mental.

        Las enfermedades asociadas a la
    hipodinamia (obesidad,
    cardiopatía isquémica, diabetes,
    hipercolesterolemia e hipertensión), se ven agravadas por el
    sedentarismo y pueden ser tratadas con el ejercicio sin necesidad
    de recurrir a medicamentos. El ejercicio que desarrolla la fuerza
    y la resistencia disminuye la morbilidad y la mortalidad en las
    personas mayores.

        La respuesta de las personas
    mayores es similar a la de los jóvenes en cuanto a
    capacidad aeróbica, resistencia y fuerza cuando los
    ejercicios son de intensidad baja y moderada, contribuyendo a
    mejorar dichas capacidades. Tengamos en cuenta que el
    Síndrome General de Adaptación evoluciona en tres
    etapas: Alarma, resistencia y agotamiento que se corresponden con
    tres fases de la vida: Niñez: Se manifiesta una escasa
    resistencia y exagerada reactividad a agresiones externas:
    Madurez; La resistencia y capacidad de adaptación ante el
    estrés son mayores: Vejez; Se produce la pérdida de
    adaptación como respuesta al estrés y la
    disminución de las defensas del organismo.

         El entrenamiento adecuado del
    adulto mayor deportista mejora las funciones
    esenciales demorando el deterioro físico y dependencia de
    10 a 15 años (Shepard). Ello quiere decir que los
    estímulos deben tener una intensidad adecuada a las
    posibilidades funcionales según Ley del Umbral,
    Principios De
    Todo o Nada y De Individualidad.

        La autonomía de las personas
    mayores está íntimamente relacionada con su calidad
    de vida. El ejercicio es un protector y precursor de dicha
    autonomía y de los sistemas orgánicos que la
    condicionan, además de preservar y mejorar la movilidad y
    estabilidad articular y la potencia de las
    palancas músculo -esqueléticas, que a su vez
    inciden beneficiosamente sobre la calidad del hueso, la postura,
    la conducta motriz,
    la auto imagen, concepto de
    sí mismo, etc… y en definitiva sobre la calidad de
    vida.

         La inmovilidad e inactividad es el
    mejor agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma
    que, lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento pronto
    será imposible realizarlo. El ejercicio físico
    puede instaurarse en los hábitos y estilo de vida
    de la persona mayor y a su través canalizar el ocio y
    contribuir a recuperar, conservar y mejorar la salud y calidad de
    vida.

         Vries y Adams compararon los
    efectos del ejercicio y un conocido tranquilizante. El ejercicio
    proporcionó mayor alivio a la tensión muscular de
    sujetos crónicamente ansiosos de 52 a 70 años.
    Publicaciones médicas de USA reconocen el ejercicio como
    medio para combatir la depresión,
    irritabilidad e insomnio. Biegel atribuye al estilo de vida
    activo el beneficio de mejorar la forma física asociada al
    optimismo, auto imagen, auto confianza, capacidad mental y
    adaptación social del adulto, que obviamente se optimiza
    cuando se realizan ejercicio físico regular en grupo.

      Con base en lo anterior parece existir una
    relación entre la practica regular y gradual de una
    actividad física y una mejoría y bienestar en la
    satisfacción por la vida

    METOLOLOGÍA
    OBJETIVO

    Análisis de la incidencia de la actividad física
    en el Adulto Mayor, como vía asequible para mejorar la
    calidad de vida.

    MUESTRA

        Participaron en esta investigación 30 personas con más de
    60 años de vida.
    Criterios de Selección

        Los criterios establecidos para la
    selección de las personas fueron:

    • Estimación de vida igual o superior a 60 anos,
    • No ser portador de una enfermedad Cardio-respiratoria y/o
      locomotora,
    • Disponibilidad completa para el programa.

    Programa de actividad física

       El programa de actividad física es
    ejecutado en forma de circuito de entrenamiento 10 estaciones
    organizadas de forma que trabajan miembros superiores e
    inferiores alternadamente. Al final de cada sección de
    circuito, realizamos un descanso de 10 minutos, con controle da
    frecuencia cardiaca, para mejorar la condición
    aeróbica. El programa de Actividad Física tubo una
    frecuencia de 3 veces por semana y una duración total de
    seis semanas. Las estaciones implementadas son actividades
    físicas.

    Los efectos del programa de actividad física,  se
    materializaron en los siguientes efectos:

    Enlentece la involución cardiovascular -previniendo la
    arteriosclerosis-, la involución respiratoria y la
    involución endocrina (especialmente de las suprarrenales
    con la consiguiente mejoría de la adaptación y
    resistencia al estrés).

    Es importante en la rehabilitación cardiaca y
    respiratoria comprobándose que la mortalidad postinfarto
    de miocardio se reduce un 20% entre quienes siguen programas
    deportivos.

    Facilita la actividad articular y previene la osteoporosis y
    fracturas óseas. Se incrementa la absorción de
    calcio y potasio.

    Aumenta la actividad enzimática oxidativa con la
    consiguiente mejora la utilización del oxígeno
    y metabolismo
    aeróbico de grasas y glucosa.

    Mejora la movilización de sustratos
    energéticos.

    Se pierde peso graso.

    Reduce niveles plasmáticos de colesterol y
    triglicéridos y mejora los índices colesterol/HDL
    en sangre. Aumenta
    la tolerancia al esfuerzo por aumento de los umbrales
    aeróbico y anaeróbico.

    Aumenta el volumen
    sistólico.

    Aumenta el volumen de sangre (plasma y glóbulos
    rojos).

    Mejora la capilarización muscular.

    Aumenta el VO2 máx. y mejora el sistema
    respiratorio por mejora de la capacidad vital,
    aprovechamiento de la oferta de
    oxígeno e incremento de la ventilación,
    difusión y transporte de
    oxígeno.

    Controla y reduce la tensión arterial en reposo y
    durante el esfuerzo.

    Favorece el equilibrio neurovegetativo, sicofísico y la
    actividad psicointelectual.

    Mejora el aspecto estético.

    Estimula el optimismo, la vitalidad y la voluntad
    (favoreciendo la superación del tabaquismo y
    otros hábitos y adicciones
    insanas).

    Contribuye a la integración social.

    Mejora la calidad y disfrute de la vida.

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    Alberto Moreno González

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