- Marco
Teórico - Criterios para decir que una
persona es "vieja" - Factores que aceleran el
envejecimiento - Incidencia de un programa de
ejercicio físico: - Metodología
- Bibliografía
El hombre, a
lo largo de toda su historia ha estado
obsesionado, a la vez que ha mantenido un pulso con la naturaleza,
por encontrar la mágica pócima de la eternidad.
Pero… la realidad no es otra que todo lo que empieza tiene un
fin. La madre naturaleza ha creado los mecanismos necesarios para
que la vida en la tierra vaya
siempre renovándose y evolucionando, aunque no sepamos
hacia donde.
El envejecimiento, un
proceso
más dentro de la carrera de la vida de los seres vivos…
Se están haciendo numerosos descubrimientos relacionados
con las causas que lo provocan, son varias las teorías
que se mueven en torno a tan
misterioso proceso de deterioro de la vida. Todas en su mayor
parte fundamentadas y aprobadas, pero ninguna llega al fondo de
la cuestión, o quizá no hay fondo, simplemente hay
que aceptarlo tal como es.
El envejecimiento conlleva
una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio,
metabólico, músculo esquelético, motriz,
etc… que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al
estrés
físico de los mayores, reduciéndose así
mismo su autonomía y calidad de
vida y su habilidad y capacidad de aprendizaje
motriz.
La actividad física se reduce con la edad y
constituye un indicador de salud. La reducción
del repertorio motor, junto a la
lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular en reposo,
entre otros factores, provocan descoordinación y torpeza
motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor agravante del
envejecimiento y la incapacidad de tal forma que, lo que deja de
realizarse, fruto del envejecimiento pronto será imposible
realizar.
El ejercicio físico tiene una incidencia
específica sobre los sistemas que
acusan la involución retrasando la misma de forma
considerable, previniendo enfermedades y contribuyendo
a mantener la independencia
motora y sus beneficios sociales, afectivos y
económicos.
La presente monografía va a tratar el tema desde la
perspectiva de la pérdida de la funcionalidad
física que conlleva el envejecimiento. Donde se realizara
un análisis de la incidencia de la actividad
física en la senectud como vía asequible –
placentera de retardar sus efectos.
Un paso importante para asumir una
perspectiva científica en cualquier tema es la
definición de los conceptos de los que uno va a hablar. En
nuestro caso necesitamos definir:
En primer término, la Actividad
Física se ha entendido solamente como "el movimiento del
cuerpo". Sin embargo, debemos superar tal idea para comprender
que la Actividad Física es el movimiento humano
intencional que como unidad existencial busca el objetivo de
desarrollar su naturaleza y potencialidades no sólo
físicas, sino psicológicas y sociales en un
contexto histórico determinado. (Girginov. 1990:9).
Consideramos que la práctica de la actividad
física, tanto de juego como
formativa o agonística, tiene una gran importancia
higiénico preventiva para el desarrollo
armónico del sujeto (niño, adolescente y adulto)
para el mantenimiento
del estado de salud del mismo. La práctica de cualquier
deporte (Del
francés desport, entretenimiento) conserva siempre un
carácter lúdico "y pudiera ser una
buena medida preventiva y terapéutica, ya que conlleva
aspectos sociales, lúdicos e incluso bioquímicos
que favorecen el desarrollo de las potencialidades del individuo".
(Ceballos 2000: 373, 376).
Diversos puntos de vista
explican la relación entre el ejercicio físico y la
salud enfocándose únicamente a las dimensiones
biológicas, o psicológicas, pero nuestra postura
comprende la interconexión somatopsíquica, aunque
por cuestiones de limitación teórica-
metodológica enfocamos nuestro campo de estudio a los
aspectos psicológicos de la actividad física en el
adulto mayor.
El envejecimiento conlleva
una serie de cambios a nivel cardiovascular, respiratorio,
metabólico, músculo esquelético, motriz,
etc… que reducen la capacidad de esfuerzo y resistencia al
estrés físico de los mayores, reduciéndose
así mismo su autonomía y calidad de vida y
su habilidad y capacidad de aprendizaje motriz.
La actividad física se reduce con la edad y constituye un
indicador de salud. La reducción del repertorio motriz,
junto a la lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular
en reposo, entre otros factores, provocan descoordinación
y torpeza motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor
agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma que,
lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento pronto
será imposible realizar.
El ejercicio físico tiene una incidencia específica
sobre los sistemas que acusan la involución retrasando la
misma de forma considerable, previniendo enfermedades y
contribuyendo a mantener la independencia motora y sus beneficios
sociales, afectivos y económicos
Definimos el envejecer como un proceso
dinámico, gradual, natural, e inevitable, proceso en el
que se dan cambios a nivel biológico, corporal,
psicológico y social. Transcurre en el tiempo y esta
delimitado por éste.
Cuando decimos proceso *dinámico, nos
referimos a que no es una etapa rígida, igual para todos y
cronológicamente demarcada; al contrario proceso
dinámico habla de un continuo dialéctico: por eso
decimos que es una parte más del crecimiento del ser
humano como lo es la niñez, la adolescencia o
la adultez. El organismo humano crece desde que nace (y antes)
hasta que muere.
La vida es una continuidad de crecimiento permanente.
Decimos también que es *natural e *inevitable: esto habla
de que no debe tomarse como una enfermedad. Todo ser vivo nace,
crece y envejece. Solo la muerte
puede evitar el envejecimiento.
En las últimas décadas del siglo XX y
gracias a los adelantos científicos y tecnológicos,
la esperanza de vida se ha alargado notablemente.
Esperanza de vida es la cantidad de tiempo que
estamos en condiciones de vivir, expresado en el promedio de
años de vida y cuando hablamos de expectativa de vida nos
referimos a la posibilidad de vida calculada para el ser humano,
o sea lo que iría marcando el reloj biológico de
las células.
Fenómeno largamente anhelado por la humanidad, lo que a
comienzos de siglo era de 50 años, ahora es de 80, 85 y
más, con la posibilidad genética
de que alcance los 120 años.
En el desarrollo de la monografía
a los envejescentes se llamaran Adultos Mayores es decir a los
que cursan por el proceso del envejecimiento y que
cronológicamente pueden ubicarse entre los 55/60
años (entroncando con lo que se llama la edad media de
la vida) y los 79/80 años. A partir de los 80 años
tomamos la vejez y por
tanto llamamos viejos a los que la transitan.
Los gerontólogos norteamericanos llaman a
estas 2 etapas como la de los viejos-jóvenes y lo
viejos-viejos.
Existen varios criterios
para decir que una persona es
"vieja"
Criterio Cronológico: edad en años;
relacionado con el retiro o jubilación
obligatoria.
Criterio Físico: Se toman en cuenta los cambios
físicos producidos en la persona, como cambios en la
postura, forma de caminar, facciones, color del pelo,
piel,
capacidad visual y auditiva, disminución en la capacidad
del almacenamiento de
la memoria que
afecta a los tres tipos de
memoria (a corto, mediano y largo plazo) de forma directa,
sueño alterado, etc. Todo esto relacionado a la
alteración en forma notable de las actividades
cotidianas.
Criterio Social: según el papel o rol que
desempeñan en la sociedad.
Todos estos criterios son relativos, pues dependen de
muchos factores y principalmente del espíritu de cada
persona.
Todas las teorías relativas a las causas del
envejecimiento aceptan una base biológica, influida
favorablemente o no por el entorno social.
Entre los factores que
aceleran el envejecimiento están:
- Alimentación
excesiva. - Stress.
- Hipertensión.
- Tabaquismo y alcoholismo.
- Obesidad.
- Soledad, poca participación socio laboral.
- Sedentarismo. Poca actividad física.
No hay ninguna duda con respecto que se producen cambios
estructurales o modificaciones biológicas, que influyen
grandemente en la
personalidad y rendimiento de los individuos de la "tercera
edad". Estas son:
Cambio de apariencia.
Modificaciones del sistema piloso:
calvicie y canosidad.
Las glándulas sudoríparas se atrofian,
obstaculizando el normal proceso de sudorización y por lo
tanto se tolera menos el calor.
Al tener circulación periférica con menor
regulación, tolera menos el frío.
Se presentan alteraciones en la motricidad ya que hay
disminución de fuerza y
aumento de grasas, los
movimientos se vuelven lentos, los músculos se fatigan mas
fácilmente y se recuperan en forma más lenta.
Osteoporosis.
Aumento de la cifosis fisiológica.
Disminución de las capacidades respiratorias.
Al disminuir la actividad, el cuerpo necesita menos
nutrientes, pero como los hábitos alimenticios no cambian,
suelen aumentar de peso.
Cambios de los porcentajes corporales, aumento del porcentaje
graso, disminución de la masa muscular, disminución
de la cantidad de agua.
Se sabe que con la edad se reduce la capacidad
contráctil del músculo cardiaco, por lo que no
toleran las frecuencias cardiacas altas.
Metabólicamente hay alteraciones relacionadas con la
edad, como la tolerancia a los
niveles de glucosa que es
menor: la actividad tiroidea puede estar disminuida lo que hace
que el "anciano" tolere menos las alteraciones de la temperatura.
Se presenta un cambio en el
tejido colágeno que hace que los tendones y ligamentos
aumenten su dureza o rigidez, por lo tanto se es más
propenso a lesiones asociadas al esfuerzo excesivo.
Con el correr de los años se presenta perdida de peso
cerebral, con disminución de mielina y del número
de neuronas; el tiempo de reacción y regulación
motora es más lento con respecto a los jóvenes lo
que hace que sean menos coordinados.
Hay mayor incidencia en enfermedades cardiacas.
Se sabe que la actividad física declina con
la edad, parte es por lo biológico pero gran parte es por
la reducción de la actividad, bastante común entre
gente de edad avanzada y en cierta medida causada por factores
sociales que dejan la actividad física y el deporte para
gente joven, por lo tanto no reciben más que desaliento en
tal sentido.
Se
verificaron diferencias fisiológicas notorias comparando
atletas de la tercera edad con personas no entrenadas de edad
similar, por lo que se debe recomendar la actividad física
para "los adultos mayores" cuando ninguna enfermedad
crónica o aguda se lo impida.
El hallazgo experimental sugiere que
un programa de
ejercicios continuo podría reducir la resistencia vascular
periférica e incrementar la distensibilidad
aórtica, disminuyendo de esta manera la presión
arterial, tan común en las personas de la tercera edad;
además un programa de resistencia muscular (con trabajo
muscular localizado), mejora el retorno venoso y por lo tanto
mejora la circulación vascular periférica, pero
este entrenamiento
debe ser lentamente progresivo ya que al principio puede aumentar
la presión arterial.
Con la edad disminuye la frecuencia
cardiaca máxima y el consumo
máximo de oxigeno,
declinación que comienza a partir de los 30 años;
esta declinación es mas rápida con la inactividad o
el abandono del entrenamiento.
De todo lo expuesto podemos
sintetizar que las personas de edad presentan varios problemas a
resolver:
- El problema biológico: enfermedades crónicas
agregadas y el proceso normal de involución. - El problema financiero. El problema del mejor
aprovechamiento vital (cómo administrar el tiempo que
queda de vida). - El problema sexual.
- El problema filosófico: angustia de muerte y el
que pasara después de la muerte. - Las relaciones sociales.
- El problema lúdico: este es un punto importante ya
que los individuos no Saben como ocupar el tiempo libre que
antes ocupaban con el trabajo;
no saben cómo recrearse, ni que actividades
físicas realizar.
Existen diferentes factores que retardan el envejecimiento
como son:
- Sueño tranquilo.
- Ejercicio corporal continúo.
- Buena nutrición.
- Participación socio laboral.
Siendo una labor de las personas que se encargan de las
personas de "la tercera edad", organizar actividades diarias de
aquellas personas, entre ellas el ejercicio, pues todo lo
expresado demuestra que la actividad física demora el
envejecimiento y aumenta el periodo productivo de la vida.
El ejercicio aeróbico
será de gran importancia ya que mejorará la
eficacia
cardiaca, la capacidad respiratoria y mejorará la postura.
Hay que tener en cuenta que las personas de avanzada edad llegan
a rangos aeróbicos menores que para otros grupos; es
necesario considerar la toma de frecuencia cardiaca para
controlar la intensidad del ejercicio. Debido a la mayor
fragilidad ósea por la osteoporosis y a
la propensión a las lesiones de ligamentos y tendones, no
se deben recargar las articulaciones
con sobrecargas importantes. Debido a la falta de coordinación, debemos ejecutar ejercicios
que puedan efectuar en forma apropiada para evitar que se
produzcan frustraciones.
Un buen trabajo muscular localizado
será de gran beneficio para la persona mayor, ya que
permitirá tonificar los músculos, mejorando su
fuerza y movilidad, pero hay que extremar los cuidados de
prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas.
También hay que implementar periodos más largos de
relajación durante los estímulos (por ejemplo entre
un ejercicio y otro dentro de una clase de
gimnasia),
incluyendo la elongación de para-vertebrales cervicales y
lumbares, ya que es frecuente la contractura de dichos
músculos por la posibilidad
Incidencia de un programa de
ejercicio físico:
Todas estas modificaciones son
objeto de entrenamiento para evitar y/o posponer su
aparición a través de ejercicios variados donde los
estímulos lo sean también, incidiendo sobre
audición, tacto, propiocepción, fomento del
diálogo
corporal de las personas mayores consigo mismas que les permita
mejorar su esquema corporal, realizando movimientos inusuales y
variados en condiciones que le merezcan seguridad y
mejoren su equilibrio,
control y
estabilidad postural, eliminando sincinesias y paratonías,
contribuyendo a que recobre seguridad en sí mismo
mejorando su motricidad y capacitándole para sus
quehaceres cotidianos así como para actividades de
relación social que, en definitiva, mejoren su calidad de
vida y salud física y mental.
Las enfermedades asociadas a la
hipodinamia (obesidad,
cardiopatía isquémica, diabetes,
hipercolesterolemia e hipertensión), se ven agravadas por el
sedentarismo y pueden ser tratadas con el ejercicio sin necesidad
de recurrir a medicamentos. El ejercicio que desarrolla la fuerza
y la resistencia disminuye la morbilidad y la mortalidad en las
personas mayores.
La respuesta de las personas
mayores es similar a la de los jóvenes en cuanto a
capacidad aeróbica, resistencia y fuerza cuando los
ejercicios son de intensidad baja y moderada, contribuyendo a
mejorar dichas capacidades. Tengamos en cuenta que el
Síndrome General de Adaptación evoluciona en tres
etapas: Alarma, resistencia y agotamiento que se corresponden con
tres fases de la vida: Niñez: Se manifiesta una escasa
resistencia y exagerada reactividad a agresiones externas:
Madurez; La resistencia y capacidad de adaptación ante el
estrés son mayores: Vejez; Se produce la pérdida de
adaptación como respuesta al estrés y la
disminución de las defensas del organismo.
El entrenamiento adecuado del
adulto mayor deportista mejora las funciones
esenciales demorando el deterioro físico y dependencia de
10 a 15 años (Shepard). Ello quiere decir que los
estímulos deben tener una intensidad adecuada a las
posibilidades funcionales según Ley del Umbral,
Principios De
Todo o Nada y De Individualidad.
La autonomía de las personas
mayores está íntimamente relacionada con su calidad
de vida. El ejercicio es un protector y precursor de dicha
autonomía y de los sistemas orgánicos que la
condicionan, además de preservar y mejorar la movilidad y
estabilidad articular y la potencia de las
palancas músculo -esqueléticas, que a su vez
inciden beneficiosamente sobre la calidad del hueso, la postura,
la conducta motriz,
la auto imagen, concepto de
sí mismo, etc… y en definitiva sobre la calidad de
vida.
La inmovilidad e inactividad es el
mejor agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma
que, lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento pronto
será imposible realizarlo. El ejercicio físico
puede instaurarse en los hábitos y estilo de vida
de la persona mayor y a su través canalizar el ocio y
contribuir a recuperar, conservar y mejorar la salud y calidad de
vida.
Vries y Adams compararon los
efectos del ejercicio y un conocido tranquilizante. El ejercicio
proporcionó mayor alivio a la tensión muscular de
sujetos crónicamente ansiosos de 52 a 70 años.
Publicaciones médicas de USA reconocen el ejercicio como
medio para combatir la depresión,
irritabilidad e insomnio. Biegel atribuye al estilo de vida
activo el beneficio de mejorar la forma física asociada al
optimismo, auto imagen, auto confianza, capacidad mental y
adaptación social del adulto, que obviamente se optimiza
cuando se realizan ejercicio físico regular en grupo.
Con base en lo anterior parece existir una
relación entre la practica regular y gradual de una
actividad física y una mejoría y bienestar en la
satisfacción por la vida
METOLOLOGÍA
OBJETIVO
Análisis de la incidencia de la actividad física
en el Adulto Mayor, como vía asequible para mejorar la
calidad de vida.
MUESTRA
Participaron en esta investigación 30 personas con más de
60 años de vida.
Criterios de Selección
Los criterios establecidos para la
selección de las personas fueron:
- Estimación de vida igual o superior a 60 anos,
- No ser portador de una enfermedad Cardio-respiratoria y/o
locomotora, - Disponibilidad completa para el programa.
Programa de actividad física
El programa de actividad física es
ejecutado en forma de circuito de entrenamiento 10 estaciones
organizadas de forma que trabajan miembros superiores e
inferiores alternadamente. Al final de cada sección de
circuito, realizamos un descanso de 10 minutos, con controle da
frecuencia cardiaca, para mejorar la condición
aeróbica. El programa de Actividad Física tubo una
frecuencia de 3 veces por semana y una duración total de
seis semanas. Las estaciones implementadas son actividades
físicas.
Los efectos del programa de actividad física, se
materializaron en los siguientes efectos:
Enlentece la involución cardiovascular -previniendo la
arteriosclerosis-, la involución respiratoria y la
involución endocrina (especialmente de las suprarrenales
con la consiguiente mejoría de la adaptación y
resistencia al estrés).
Es importante en la rehabilitación cardiaca y
respiratoria comprobándose que la mortalidad postinfarto
de miocardio se reduce un 20% entre quienes siguen programas
deportivos.
Facilita la actividad articular y previene la osteoporosis y
fracturas óseas. Se incrementa la absorción de
calcio y potasio.
Aumenta la actividad enzimática oxidativa con la
consiguiente mejora la utilización del oxígeno
y metabolismo
aeróbico de grasas y glucosa.
Mejora la movilización de sustratos
energéticos.
Se pierde peso graso.
Reduce niveles plasmáticos de colesterol y
triglicéridos y mejora los índices colesterol/HDL
en sangre. Aumenta
la tolerancia al esfuerzo por aumento de los umbrales
aeróbico y anaeróbico.
Aumenta el volumen
sistólico.
Aumenta el volumen de sangre (plasma y glóbulos
rojos).
Mejora la capilarización muscular.
Aumenta el VO2 máx. y mejora el sistema
respiratorio por mejora de la capacidad vital,
aprovechamiento de la oferta de
oxígeno e incremento de la ventilación,
difusión y transporte de
oxígeno.
Controla y reduce la tensión arterial en reposo y
durante el esfuerzo.
Favorece el equilibrio neurovegetativo, sicofísico y la
actividad psicointelectual.
Mejora el aspecto estético.
Estimula el optimismo, la vitalidad y la voluntad
(favoreciendo la superación del tabaquismo y
otros hábitos y adicciones
insanas).
Contribuye a la integración social.
Mejora la calidad y disfrute de la vida.
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