- Hospital infanto juvenil
Carolina Tobar García - Reseña
histórica - Doctora Carolina Tobar
García (1898 -1962) - Niños anormales.
Antecedentes históricos del concepto de
anormal - La Doctora Tobar García
en los Estados Unidos de América - Regresa a Buenos
Aires - Causas del retardo
escolar - ¿Por qué hacen
falta las escuelas especiales? - Conclusión
- Bibliografía
A lo largo del siguiente informe,
realizaré un desarrollo del
trabajo de
Carolina Tobar García en relación con la
creación de las escuelas diferenciales.
La doctora quería ver escuelas diferenciales en
todo el país. Éstas se crearon, con diferencias de
meses entre unas y otras, en 1949 (las primeras cuatro escuelas
diferenciales en Capital
Federal, también las primeras del país).
La doctora Tobar García escribía en el
diario La Nación: "si echamos una hojeada a
la
organización de nuestra escuela primaria
creeríamos estar en un país de niños
privilegiados donde todos fueran estrictamente normales o
superdotados. Apenas si contamos con algunas escuelas al aire libre, una
para ciegos y otra para sordos. Pero no tenemos escuelas para
retrasados".
El ambiente
escolar y social que se vivía en esos años en
nuestro país era el siguiente: la pedagogía diferencial tendía a tener
programas
adecuados para los niños deficientes. En la escuela
común los niños deficientes eran siempre
desplazados y los docentes, con
las excepciones debidas, evidentemente se sentían molestos
porque soñaban con el grado ideal. ¿Y qué
era el grado ideal para el docente? Una escuela de nivel parejo,
donde no hubiera alumnos que la obligaran a trabajar o a
distraerse en función de
ellos. Este era un problema.
El otro problema era como el que ocurre hoy con el
S.I.D.A., la ocultación del enfermo. Los padres de los
diferenciales procuraban ocultar la deficiencia de sus hijos,
porque llevaban para consigo una carga, lo que se da en llamar
algo así como un "mea culpa". Era un grave error. Nadie
está exento de tener un hijo afectado, pero el problema
era para toda la familia.
Por ejemplo, la hermana del infradotado que tiene que presentarlo
a su novio. Ello alerta a la familia del
novio. Todos asumían que a la muerte de
los padres, alguno de los hermanos tendría que ocuparse
del infradotado. Son problemas que
afectan a la unidad familiar, a la sociedad. Toda
la estrategia de la
Doctora estaba destinada a introducir un nuevo "modus vivendi" en
la sociedad con relación al infradotado. Fue un dura
lucha, la cual conoceremos (o trataré de hacerlo), a
través de este informe.
Hospital infanto
juvenil Carolina Tobar García
El hospital infanto juvenil Carolina Tobar García
es una institución eminentemente asistencial, pionera en
su tipo en el país y en Latinoamérica.
Provee un experto cuidado del niño y desde que se
creó se constituyó en el único hospital
monovalente en el campo infanto juvenil en las áreas de
asistencia, prevención, rehabilitación y de
formación profesional.
En 1957, en los considerandos de las ley 12628/57 que
creaba en Instituto de salud mental
dependiente del Ministerio de Salud
Pública, que centralizaba a todos los hospitales
psiquiátricos del país, en la cual se hace
mención a que "era inadmisible que en la Argentina no
existiera un hospital psiquiátrico infanto juvenil con su
equipamiento correspondiente".
Once años después, el 20 de diciembre de
1968 se inaugura el hospital infanto juvenil, que lleva el nombre
de la Dra. Carolina Tobar García en homenaje
póstumo, por la resolución número 966 del
Instituto de Salud Mental, firmada por el
entonces interventor de la dirección de salud mental, Dr. Julio
Estevéz.
Su misión
fundacional fue la de "ejecutar acciones de
atención médica integrada,
especializada, con el propósito de promover, proteger,
recuperar y rehabilitar la salud mental de población infanto juvenil"
Se le destina el edificio que había sido
destinado a la escuela de enfermería, abandonado desde fines de la
década del 50.
Se crean primero consultorios externos y hospital de
día con pocos profesionales, algunos concurrentes y los
llamados "líderes de grupo" que
eran jóvenes estudiantes de Medicina y
Psicología
que organizaban algunas tareas con los pacientes.
En los primeros meses de 1969, frente a la necesidad de
habilitar el servicio de
internación, llega un contingente de niños de la
Colonia Montes de Oca que impacta a quienes los esperaban por su
imagen asilar,
sus cabecitas rapadas y sus grises guardapolvos.
Al poco tiempo, en los
servicios ya
existentes: consultorios externos, hospital de día e
internación se crean sectores de niños y adolescentes
además del jardín de infantes
terapéutico.
Pediatría, Neurología y Laboratorio
comienzan a funcionar recibiendo cada día más
pacientes y luego lo hará Odontología.
También se organiza rápidamente el área
técnica y administrativa.
En cuanto a la residencia, en un primer tiempo, a fines
de 1968 se los denominó becarios hasta que, al promediar
el año siguiente, se consideró al hospital con la
importancia necesaria como para tener su residencia.
Serían dos médicos por año hasta
que en 1984, se incorporan psicólogos y otros
profesionales. Estos primeros residentes trabajaban en todas las
áreas y sobre todo en internación, realizando
más de una guardia semanal. Luego se concretaría el
nombramiento de médicos de planta con la obligación
de realizar una guardia, pero esta norma duró poco tiempo,
con lo cual se dio oportunidad a los concurrentes de formar parte
del plantel de guardia.
Hasta 1974 la dotación para la emergencia era de
un médico de planta y un residente, luego se
integró un segundo médico y en la actualidad, desde
1993 se incluye al psicólogo en la guardia.
Cuando se inaugura el hospital se hace un llamamiento de
enfermeros. Casi todos ellos provenían del Centro
Tisiológico Nacional.
Hacia mediados de 1969 comienza su tarea la escuela con
una directora y dos maestras y el servicio social crea el club de
padres. En la década del 70, el hospital de día
organiza su equipo móvil a domicilio, con médicos y
psicólogos.
En 1974 comienza a funcionar rehabilitación
haciendo hincapié en las actividades plásticas y
más tarde psiquiatría social.
En 1978 se impone el nombre de Dr. Lamberto Ciampi a la
biblioteca, en
homenaje a quien fundara en 1923 la primera cátedra de
Psiquiatría infantil en Rosario y en el
país.
La década del 80 y el retorno de la democracia
traen aparejados profundos cambios en el funcionamiento, entre
ellos se funda la Asociación de profesionales.
En 1993 el hospital es transferido, junto con otros
hospitales, a la órbita de la Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires,
actual Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, lo cual incluye al hospital en la
red municipal de
salud.
El hospital cuenta con convenios de diversas
Universidades que realizan actividades de formación en
él mismo. Se abre así un abanico para la docencia y la
investigación, así como para la
transmisión del saber y de la experiencia.
Esto se pone a prueba y a consideración de la
comunidad
profesional en jornadas y congresos anuales.
Doctora
Carolina Tobar García (1898 -1962)
Maestra normal nacional egresada de la Escuela normal de
Mercedes (San Luis) 1917. Doctora en medicina (1929), y
médica legista (1941) de la Universidad de
Buenos Aires.
Realizó estudios de psiquiatría infantil
en los Estados Unidos en
la Universidad de Columbia, en teachers College y en el Medical
Center (Nueva York años 1931 y 1932), publicando a su
regreso la obra Educación de los
deficientes mentales en Estados Unidos. Ejerció la
docencia primaria en las escuelas de la Capital (1917 –
1920) y la secundaria en el colegio Ward desde 1921 (ciencias
biológicas y psicología).
Fue encargada del gabinete psicopedagógico del
Hogar Santa Rosa desde 1938. Médica del consejo nacional
de educación (consultorio de enfermedades nerviosas y
mentales de niños y adultos), desde 1934. Encargada de la
organización de la escuela primaria de
Adaptación y directora de la misma (consejo nacional de
educación). Médica del Hospicio de las Mercedes
desde 1935. Directora de los consultorios de la Liga Argentina de
Higiene Mental
(sección niños).
Miembro de la C. D. de la Federación Argentina de
mujeres universitarias.
Tomó parte en diversos congresos: "primer
Congreso de Educadores" reunido en San Luis en 1936. Tuvo relato
oficial sobre el tema "desarrollo psíquico del escolar
argentino" en el "primer Congreso de Puericultura" reunido en
Buenos Aires en 1941 y sobre el tema "establecimientos para
anormales psíquicos y deficientes mentales" en la "segunda
Conferencia
Nacional de la infancia
abandonada y delincuente" efectuado en Buenos Aires en 1942. En
el segundo Congreso provincial del niño y la cuarta
Conferencia Nacional de psicotecnia reunida en Santa Fe en
octubre de 1942 contribuyó con el trabajo "el
niño en la literatura y en la
vida".
Trabajos publicados: "Educación de los
deficientes mentales en Estados Unidos" (año 1933),
"Enseñanza de la Lengua" en
colaboración con Marta Salotti (contribución
didáctica experimental) año 1935,
"Temas de psiquiatría escolar" año 1939, entre
otros.
Niños anormales.
Antecedentes históricos del concepto de
anormal según como lo expresó la Doctora Carolina
Tobar García.
Desde 1798, en que se descubrió el salvaje de
Aveyrón, hasta nuestros días, ha transcurrido casi
un siglo y medio. Este niño fue encontrado entre los
animales del
bosque que lleva su nombre. No hablaba y sólo
emitía sonidos onomatopéyicos semejantes a los de
las bestias entre las cuales vivía. Se vieron obligados a
darle caza para restituirlo a sus semejantes.
Era la época de mayor esplendor del empirismo. La
psicología de Condillac postulaba la idea de un
entendimiento vacío que aquel pensador representó
con el símil de su famosa estatua.
Esa estatua iría cobrando vida intelectual merced
a la sumación de sensaciones elementales. Utilizando
estímulos apropiados para cada sentido, iría
nutriendo esa oquedad hasta llegar a las ideas. Condillac le
acercaba una rosa seguro de que la
estatua diría: es una rosa. A continuación le
acercaría un clavel, asegurando que la estatua
habría de notar que "no era lo mismo", acusando por lo
tanto la diferencia. Era más difícil demostrar esta
teoría
con un niño pequeño y parecía fácil
hacerlo con uno de la edad del salvaje de Aveyron, que
debía tener cerca de once años.
Se presentaba una magnífica oportunidad para
hacer el experimento. El salvaje se hallaba en ese estado,
sólo por acción
del ambiente. Era alalo, es decir no hablaba, por haber estado
entre animales. Se le bautizó con el nombre de Juvenis
Averioneusis. El doctor Ytard, se entusiasmó ante la idea
de poder
reeducarlo y convertirlo en un ser civilizado.
El niño aprendió a comer alimentos
cocidos, adquirió algunos hábitos de higiene y en
el curso de cuatro años, se consiguió proveerlo de
un vocabulario que le permitía una rudimentaria
expresión de sus necesidades.
El éxito
fue muy precario en relación a las ilusiones que se
habían hecho. No fue posible demostrar con él
teoría alguna. Su mente resultaba impermeable a la
experiencia.
Juvenis era menos que una página en blanco,
porque era un verdadero negativo de la página. El diagnóstico de idiotez que había
hecho Pinel se confirmó.
Pero como la historia de la ciencia es
una serie dramática de sucesos nunca estériles,
éste tuvo sus frutos. Llamó la atención
sobre los niños que, semejantes a Juvenis, o con un
déficit menos profundo, eran susceptibles de
educación.
Hasta entonces habían estado todos englobados
bajo el título común de idiotas, palabra que deriva
del griego y quiere decir aislado. Sin embargo, los había
capaces de socialización en grado mayor o menor. Los
había capaces de adquirir hábitos de trabajo y
lenguaje, en
muy variada proporción.
En la primera mitad del siglo XIX se destacó en
Francia por
los adelantos en el arte de educar
niños insuficientes, el doctor Seguín.
Este maestro llegó a exponer un método
completo de educación que se llamaba filosiógica,
por haberse basado en la estimulación de los sentidos.
Fundó su método en una hipótesis sobre la patogenia del proceso, o sea
sobre su mecanismo de producción, que lo creía debido a
una detención en el desarrollo. Pensaba que esa
detención había dejado aislados los centros
nerviosos.
Pasamos ya a la segunda mitad del siglo pasado. El gran
psiquiatra hizo de los insuficientes dos grandes grupos: idiotas e
imbéciles.
Tomó como elemento básico para su
clasificación, el lenguaje.
El idiota es un sujeto que no habla o habla poco; el
imbécil habla, a veces habla mucho y generalmente habla
mal. Desde el idiota alalo hasta el imbécil
logorreíco (que habla mucho) y dislálico (con
defectos de pronunciación), hay una serie de subgrados que
se caracterizan por el monosílabo, la fase corta,
etcétera.
En el último cuarto de siglo, el interés
por el problema se halla ya en las escuelas. Los fracasos de
muchos niños hacen pensar en defectos congénitos,
no solamente en la acción negativa del ambiente. El
ambientalismo extremado, como único causante del
déficit intelectual, cede el paso ante los aportes de la
psiquiatría. Si se trata de factores internos se plantes
la necesidad de su diagnóstico precoz para el tratamiento
oportuno.
Se observa que hay escolares que asimilan todo lo que se
les enseña, y niños que no progresan en la misma
medida. Se empieza a tener la evidencia de que además de
los idiotas e imbéciles, hay, entre los niños que
concurren a las escuelas, muchos otros alumnos
congénitamente inferiores. Los idiotas e imbéciles
nunca concurren a las escuelas públicas (sino por error),
pero entre los que concurren, se ven problemas de aprovechamiento
que ocupan seriamente la atención de los
psicólogos. Se interesan en ese problema los maestros y
los médicos, especialmente los médicos psiquiatras.
Muy pronto se descubre el débil mental.
La organización de la escuela
pública graduada se hace universal. Se subdivide el
programa de
estudios en años de aprendizaje.
Empíricamente, se distribuye el trabajo para cada
grado.
La mayoría de los niños cursa un
año de estudios en un curso o año civil. Se
establece el criterio de la edad escolar.
Progresando con ritmo regular se avanza a razón
de un año por curso. Se cuenta el atraso por la diferencia
entre la edad civil y la escolar. El criterio de la edad escolar
resulta muy insuficiente para calcular o prever el
aprovechamiento de los escolares.
Así estaban las cosas cuando Alfredo Binet,
médico y psicólogo, fue designado para las escuelas
de la ciudad de Paris.
Muy pronto comprendió la importancia del problema
y la posibilidad de concebir procedimientos
objetivos para
medir la capacidad mental de los escolares.
Formuló su concepción de la inteligencia
como la capacidad de comprensión, invención,
dirección y crítica.
La edad mental es una unidad de medida. El niño
que no tuviera una edad mental paralela a su edad civil estaba
fuera de lo común. Así podía predecirse cual
habría de ser su porvenir escolar.
Su escala para medir
la inteligencia se divulgó rápidamente. Se
dedicó, por ser médico escolar, a los niños
atrasados y repetidores. Su experiencia llegó a decirle
que el atraso mental tiene un valor
correlativo de la edad civil. Dos años de atraso en la
temprana infancia tienen más valor que si fuera al final
de la misma. Para comprender este concepto, compárense las
consecuencias de dos años de atraso a los seis años
con dos años de atraso a los once.
- 4/6: 0,66
- 9/11: 0,81
El cociente de inteligencia es mayor en el último
caso. El atraso en el primero es indiscutiblemente más
importante.
Binet enriqueció la clasificación de los
insuficientes mentales estudiando a los escolares que más
tarde se llamarían débiles mentales. En su
época se les designó con el término de
"arriere".
Hizo distinción entre niños escolarizables
y no escolarizables. Los idiotas e imbéciles fueron
colocados entre los últimos; los "arriere" entre los
primeros.
Se hizo también, en su época, la
distinción entre "arriere" y "retardé". El primero
es un insuficiente mental congénito; el segundo es un
falso "arriere". Su atraso escolar y mental se debe a escolaridad
irregular, defectos periféricos, mala salud, etc.
Formuló una regla que es digna de llevar su
nombre, por la importancia práctica que tiene: dos
años de atraso si el niño es menor de nueve
años y tres si es mayor de nueve, significan debilidad
mental, "prima facie".
Debemos agregar la expresión "prima facie" para
excluir la posibilidad de toda confusión entre
"arrieré y retardé". Un escolar de este
último tipo escapa a la regla. "prima facie" quiere decir
que se emite ese juicio sin profundizar en el estudio individual,
se juzga sólo por el atraso escolar.
En Inglaterra, otra
figura sobresaliente va a hacer grandes aportes en este tema..
Francis Galton, contemporáneo y primo de Charles Darwin, se
ocupó de casos completamente opuestos a los que hemos
tratado anteriormente. Su libro
publicado en 1869, lleva el título de "La herencia del
genio". Comenzó por estudiar la ascendencia de numerosos
jueces que se habían sucedido desde dos siglos anteriores
a esa fecha.
Hizo "tablas" con los datos
históricos que pudo encontrar y llegó a la
conclusión de que los jueces tenían siempre
algún ascendiente ilustre.
Estudió genealogías enteras en tres
generaciones: padre, abuelo, bisabuelos. Supongamos cien familias
de jueces, tal como se hizo en aquel entonces. Encontró
que para 100 jueces había 26 padres eminentes, 15 abuelos
y 2 bisabuelos en iguales condiciones.
De aquí se desprende que un juez tiene más
probabilidades de tener un padre eminente que un bisabuelo de la
misma categoría.
Estudió también los colaterales y
encontró que en las familias donde había un
hombre
eminente había también otros, aunque en menor
escala; la mayor parte de los parientes descendía
gradualmente hasta acercarse a lo común. Esta ley llamada
de regresión fue sacada también por procedimientos
estadísticos. Distribuyó los sujetos estudiados en
la famosa ojiva que lleva su nombre. No solo estudió los
caracteres psíquicos, sino también la talla y el
peso.
Otros nombres ilustres, explica la Doctora Tobar
García, son necesarios para completar los antecedentes de
lo que ahora se llama anormal. Por ejemplo: Gregorio Mendel,
director del Jardín Botánico, que nación
en 1822. Se ocupó especialmente de la hibridación.
Partió también de la observación de la naturaleza y
registró sus resultados en tablas. Utilizó las
matemáticas para contar, no para hacer
deducciones. Su método fue más inductivo que
deductivo. Galtón estudió la ascendencia; Mendel
hizo lo contrario, estudió los descendentes.
De sus estudios salió la confirmación de
la enorme diferencia entre unos sujetos y otros, aun siendo de la
misma familia, mejor dicho, se encontró la
explicación de las variaciones.
El aporte extraordinario de ambos, tanto de
Galtón como de Mendel, sería aprovechado
posteriormente para la eugenesia y para otros problemas de gran
importancia.
De gran importancia fue la contribución de
William Stern, que dividió la edad mental por la edad
civil y dio a ese resultado el nombre de cociente de
inteligencia.
Tomando una población de niños se
podía investigar el cociente de inteligencia de todos y
cada uno. Se confirmó la existencia de una infinita
variedad. Contando, como había hecho Galtón y
Mendel, llegaron a la conclusión de que la distribución de la inteligencia se
haría de manera que recordaba la de otros caracteres,
talla, peso, color, forma,
etc.
La aplicación de la estadística al estudio de las aptitudes
intelectuales
no se dejó esperar. La ojiva de Galtón, o la curva
en campana, sirvieron para mostrar gráficamente la
distribución del cociente de inteligencia.
La ojiva y el binomio de Newton fueron
usados por Galtón. Se agregó a ellos la curva en
campana, que responde a la fórmula de Gauss. El cálculo de
probabilidades permite prever el futuro de un niño
según los resultados de los exámenes mentales,
mejor dicho, según su cociente de inteligencia. Pero ya
sabemos que no debemos caer en el error de las interpretaciones
absolutas. Las reglas no son leyes; son
generalizaciones.
La curva de Gauss lo único que dice, es que no
hay dos individuos iguales.
Tomada una población de niños y
determinando su cociente de inteligencia, se les distribuye en la
curva en campana, que es la gráfica de la media
aritmética. Se ve entonces que la mayoría de los
niños se agrupan alrededor de la media.
Los grupos se hacen más pequeños a medida
que el cociente se aleja del término medio. En los
extremos de la curva hay grupos de valor ínfimo por el
número de niños que contiene. De ahí ha
surgido el concepto de inteligencia media, que es la que
corresponde a la media aritmética. Todos los que tienen un
cociente inferir a esa media, quedan a la izquierda en el eje de
las coordenadas cartesianas. Todos los que tienen una
inteligencia superior a la media, van a la derecha del mismo
eje.
Aquellos que se llaman idiotas están en el
extremo de la izquierda, y los de inteligencia genial
están en el extremo opuesto de la derecha.
El espacio comprendido en la base de la campana, desde
el centro a la periferia, se puede subdividir en cuatro, en diez
ó en cien partes.
Los primeros psicólogos dividieron el espacio en
cuatro partes. Observaron que los cocientes colocados en los dos
cuartiles de la izquierda eran muy bajos. Correspondían a
los sujetos que en la clínica se llamaban idiotas o
imbéciles. Observaron también que el cuartil
más cercano, o sea el primero, estaba ocupado por grupo
más grande y todos eran sujetos muy parecidos a lo que se
llama vulgarmente comunes, pero los del cuartil comprendido entre
50 y 75, ya mostraban serias dificultades para aprender como los
demás. Colocaron a esa franja la debilidad
mental.
El débil mental es aquel sujeto que tiene un
cociente de inteligencia comprendido entre 50 y 75. El
superdotado, en cambio, tiene
un cociente elevado que debe hallarse en el 2, 3 y último
cuartil de la derecha. Para llamarse superdotado debe tener
cociente general y aptitudes intelectuales
sobresalientes.
Para el concepto de anormal no pude hablarse de
éste sin hablar previamente de normalidad.
La palabra normal puede ser usada como juicio de valor
para significar aquel estado en que el sujeto se adapta. La
adaptación pude ser biológica y
espiritual.
Como la psicología no tiene leyes que expliquen
la normalidad ni la anormalidad, recurre a otros procedimientos,
como los estadísticos.
El resultado de cualquier estudio, observación o
experimento, que se funda en la estadística, es un
criterio de probabilidad.
Tiene valor de aplicación general pero no individual. El
criterio de normalidad, según lo que se desprende de la
curva de Gauss es muy distinto del que hemos enunciado como
juicio de valor. Lo normal es lo que está en el
término medio o lo que se acerca al promedio
aritmético. Lo que se encuentra en los extremos de la
curva se denomina excepcional. Niños normales son los que
tienen inteligencia media; niños excepcionales son los que
están en los límites,
el idiota o el genial.
Supongamos que aplicáramos la palabra normal a
los niños excepcionales. No tendremos inconveniente en
aceptar que el idiota y el imbécil son anormales; lo son
por la pequeña cantidad y la calidad de su
inteligencia.
Veamos ahora el grupo que en título lleva el
adjetivo difícil. Se sobrentiende que se trata de
niños difícilmente educables. En la actualidad
constituyen un grupo característico. La educabilidad tiene
su medida como lo tiene la capacidad para adquirir conocimientos.
La medida de la educabilidad está dada por la
adaptación..la adaptación es el equilibrio
entre el individuo y el
ambiente, entre el escolar y la escuela. No sólo depende
por lo tanto, del sujeto y del escolar, sino del medio, y en el
caso que nos interesa, de la escuela.
Se observa, a veces, que alumnos que no se adaptan a una
escuela lo hacen en otra. Quiere esto decir que el
diagnóstico de inadaptación o desadaptación
requiere un estudio más profundo que el del mero
rendimiento insuficiente.
Se ha convenido en llamar difícil solamente a los
desadaptados por causa endógena, o sea originada en su
constitución mental.
Queda por fin el grupo de los retardados escolares. Esta
expresión es la más confusa de cuantas se han usado
hasta el momento. La palabra retardados se usa con tanta
arbitrariedad que nunca se sabe qué quiere decir el que la
usa. No tiene equivalente en la psicología
patológica, sólo por aproximación se puede
decir que corresponde al débil mental.
No podría aplicarse al idiota ni al
imbécil, que son inescolarizables por definición.
Por exclusión no queda otro que el débil mental
para ser designado así; pero, aquí cabe más
que en ningún otro caso hacer distinciones
prácticas, puesto que la expresión retardados
escolares no tiene otro alcance.
La Doctora
Tobar García en los Estados Unidos de
América
La Doctora ya tenía conocimiento
de que en Estados Unidos se habían creado escuelas
especiales para niños con problemas de diversa
índole. Y había nacido en ella la idea de ir a ese
país, para ponerse al tanto de su
funcionamiento.
La Doctora lo expresa en la página 171 de su
libro "Higiene mental del escolar", editado en
noviembre de 1945 por "El Ateneo":
"… EL problema de la educación de los
"retardados pedagógicos" venía preocupando a las
autoridades desde años atrás sin haberse llegado a
la solución adecuada y permanente"
"La necesidad de encauzar la enseñanza
especializada que requieren los anormales, por una senda
definitiva y segura atrajo mi atención desde aquel
entonces. Terminados mis estudios en la Facultad de Medicina,
solicité y obtuve una beca por intermedio del Instituto
Cultural Argentina – Norteamericano para realizar estudios
en el Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia.
Estudiando allí durante los años 1931 – 1932
adquirí las nociones básicas fundamentales que me
sirvieron después para dedicarme a procurar la
solución del problema encarándolo de una manera
distinta a lo que se había hecho anteriormente y
según me lo permitieron las circunstancias."
De que ese viaje a Estados Unidos había sido un
proyecto que
la Doctora venía madurando desde tiempo atrás y de
cómo ocupó su tiempo durante el año y medio
que vivió en ese país lo explicó someramente
en la introducción de su libro
"Educación de los deficientes mentales en los
Estados Unidos, Necesidad de su implantación en la
Argentina":
"Hace años que se habla en Buenos Aires de la
creación de escuelas para anormales y hace años que
asistimos a esos conatos de "clases diferenciales" y de cursos
para la preparación de maestros especiales."
"Mi experiencia en el magisterio y en dos escuelas de la
Universidad de Buenos Aires me convenció de que el
país carecía de profesionales debidamente
capacitados para organizar las instituciones
destinadas a la educación de los deficientes mentales."
"…por eso al optar por una beca en la Facultad de
Educación de la Universidad de Columbia presenté un
plan de
estudio para la materia"
"La educación diferenciada que está en
pleno desarrollo en otros países, es desconocida entre
nosotros, y, sin embargo, hoy en día, el problema de la
educación diferenciada, debe ser el fundamento de todo
sistema
educativo."
La Doctora Tobar García, luego de la experiencia
adquirida durante el año y medio que pasó en
Estados Unidos, regresó gozosa a nuestro país.
Dispuesta a emprender la lucha de acuerdo con su temperamento,
lenta, pero continua. Sin claudicaciones. Con la mente puesta en
su objetivo.
Nuestro país, como todos los países, tenía
necesidad de escuelas diferenciales. En algunos ya las
había. ¿Por qué no en la Argentina?. Fue
así como, enseguida de llegar, a comienzos de ese mismo
año, 1933, publicó su primer libro cuyo
título preanunciaba el contenido y que por ello tuvo muy
amplia difusión a nivel educacional.
"Educación de los deficientes mentales en los
Estados Unidos. Necesidad de su implantación en la
Argentina"
Transcribiré parte de la
introducción:
"Este libro sólo plantea el problema de las
variedades menos favorecidas de la especie humana, pero en su
curso se verá que es necesario ocuparse también del
otro extremo, es decir, el de los niños superiores que no
por mejor dotados, deben ser abandonados a sus propias fuerzas o
malogrados en la escuela "para todos". No debe postergarse
más la consideración de este
problema…"
También en ese mismo año, 1933, en el tomo
I, número 16, pág. 19 de "Anales de
Biotipología, Eugenesia y Medicina
Social" se publicó un artículo de la Doctora,
titulado: "Las diferencias individuales en la escuela
primaria".
La contundencia de sus apreciaciones en el desarrollo de
este trabajo nos deja una idea clara de los errados enfoques que
hasta ese entonces se producían por parte de las
autoridades educacionales sobre el sistema educativo
en nuestro país y las soluciones de
la Doctora proponía para mejorarlo
definitivamente.
A continuación transcribiré algunos
párrafos que me parecieron interesantes:
"(…) En suma, toda la reforma de este año se ha
dirigido al cuaderno de lecciones y no a la enseñanza en
sí. No nos hemos ocupado para nada del niño
individualmente considerado. No se nos ha ocurrido que la reforma
debe comenzar por el estudio del niño no por el cuaderno
de tópicos. Hemos discutido largamente si es el conejo o
el peludo el animal que debe figurar en el programa, si la tarea
hecha en casa debe llamarse "deber" o "trabajo…"(…). "En un
libro publicado a principios de
este año, hemos sostenido que la reforma escolar implica
un punto de vista nuevo porque debe apoyarse en la
psicología de las diferencias individuales". "El escolar
que no aprende en el mismo tiempo que la generalidad merece
simpatía; el "mentiroso" comprensión; el nervioso
una atmósfera sedante; el superdotado es
acreedor de que se le abran todas las avenidas en las cuales
pueda encontrar su expresión personal y el
insuficiente o deficiente mental necesita que le enseñen a
perfeccionarse en el surco o en el yunque donde
permanecerá toda su vida." "…por verdadero patriotismo,
cada escuela debería llevar el registro de los
mejor dotados para proveerlos de un "programa enriquecido", lo
cual no significa que se ha de caer en el error de envanecerlos.
Por solidaridad con
las generaciones futuras no debemos postergar por más
tiempo el estudio de las diferencias individuales en la escuela
primaria, piedra angular de nuestra argentinidad".
"igualdad
democrática no pude significar el aplastar a unos y
levantar a otros por los cabellos para nivelarlos, sino que
igualdad democrática es equivalencia de oportunidad
educativa; en otras palabras, dar a cada uno la educación
que necesita, la única que puede rendir provecho para
sí y para la colectividad".
Carolina Tobar García fue la primera que
mencionó en nuestro país la necesidad de la escuela
diferencial también para superdotados, aunque
todavía siga siendo ésta una "asignatura
pendiente".
Ella lo mencionó de la siguiente
manera:
"…superdotado no significa genio porque genio es igual
a inteligencia superior más eminencia, es decir,
realización de obra superior. Padecemos pues de una
crisis de
hombres eminentes por esta razón, hoy más que nunca
debemos buscar, al niño superdotado, venga de donde venga,
para cultivarlo, para explotarlo por así decirlo, y
hacerlo servir a nuestra democracia."
La doctora formó un grado diferencial en la
escuela número 9 del consejo escolar IX, Rafael Herrera
Vegas, por autorización del inspector técnico
general de las escuelas de la Capital, Julio Picarel. Estuvo al
frente de ese grado durante todo ese curso escolar. Dicho grado
se formó con los niños "retardados" de seis, siete
y ocho años.
La Doctora sacó las siguientes conclusiones de
esa experiencia:
"La experiencia de ese año fue suficiente para
comprender las ventajas e inconvenientes de los grados
diferenciales y la impropiedad con que generalmente se los
organiza, pues resulta imposible formar un grupo homogéneo
seleccionándolo entre el alumnado de un sola escuela, por
numerosa que sea la inscripción de ésta. En efecto,
aunque esos alumnos eran débiles mentales por su cociente
de inteligencia, tenían distinta edad mental y diferentes
aptitudes, por cuyo motivo no formaban un conjunto
homogéneo que pudiera considerarse como "grado" y
resultaba un simple conglomerado."
Tobar garcía considera que debe sacar ala
luz el
resultado de estas experiencias, y es así como
envía al diario "La Nación"( 9 de enero de 1934, en la
página 4) un trabajo titilado:
"Alrededor de un problema médico –
pedagógico"
"Los problemas educacionales pertenecen a la
categoría de los que no apasionan al público y por
esto mismo se resuelven muy lentamente. Esta indiferencia los ha
salvado también de los errores loe método de
aprendizaje mecánico que se suele seguir en muchos
órdenes de la vida. En materia de instrucción
primaria no se han cometido grandes errores porque nos hemos
quedado prudentemente cerca del punto de partida"
"… hemos tenido épocas de verdadero
encasillamiento en la ya cincuentanaria escuela común de
seis grados, vaciados en un solo molde como si los niños
fueran seres artificiales. Contrariamente se ha llegado a la
creación de escuelas para adultos y a las destinadas a los
niños físicamente débiles, lo que
parecía acercarnos a las clases especiales."
"En la creencia de que los débiles mentales
estaban excluidos de los beneficios de la instrucción
primaria, la escuela común no ha hecho otra cosa que
ignorarlos y confundirlos. Pero el débil mental, por su
parte, se ha hecho presente en el aula, en la escuela, en la
sociedad y lo que es más importante todavía
está pesando en forma onerosa sobre el presupuesto."
"Cerca de 900 maestros se ocupan de esos niños
infructuosamente cada año en Capital Federal. Y decimos
infructuosamente porque, estando confundidos en las aulas con los
otros, ni asimilan las nociones instructivas dedicadas a los
niños normales ni adquieren lo que ha menester su
condición de frenasténicos. De esto resulta que
después de haber pesado inútilmente en el
presupuesto escolar durante su niñez, van a continuar
gravitando no sólo en las formas corrientes de la vida
social, sino hasta en los asilos y en las
cárceles."
El 28 de julio de 1936, el diario "La Nación"
publica un trabajo de la Doctora, llamado:
"No tenemos escuelas para retardados"
"Si echamos una ojeada a la organización de
nuestra escuela primaria creeríamos estar en un
país de niños privilegiados donde todos fueran
estrictamente normales o superdotados. Apenas si contamos con
algunas escuelas al aire libre, una para ciegos y otra para
sordos. Pero no tenemos escuelas para retardados.
Sin embargo en la actualidad se discute en el Congreso
la creación de "escuelas para amblíopes", o sea
para niños de visión defectuosa. Si esa
creación se realizara indicaría un paso más
en el sentido del progreso aunque empezáramos ciertamente
por donde otros terminaron."
"Teniendo en cuenta estas escuelas y faltando las de
retardados pedagógicos nos encontraríamos en el
caso de un ser desnudo con un anillo de brillantes. En esta
oportunidad queremos partir de una declaración del jefe
del cuerpo médico escolar: "estamos en retardo- dice el
Dr. Olivieri-, todos los países civilizados tienen
escuelas para retardados pedagógicos desde hace
años". Y así es, efectivamente. Los únicos
que ignoran este problema son nuestros pedagogos. No tratamos de
hacerles, con esto, un reproche, puesto que la escuela normal no
les ha dado nociones claras sobre la psicología
diferencial."
La Doctora sentencia claramente que el Estado no
debe gastar más en los deficientes que en los normales.
Pero ocupándose de aquéllos en la infancia,
defendería sus finanzas,
restando futuros clientes a sus
hospicios y reformatorios.
Las manifestaciones que hacía la Dr. Tobar
García nos muestra a una
persona de
carácter recio. Y por cierto que lo tuvo.
Pero también es cierto que no son los pusilánimes
los que acometen las grandes empresas. La
Doctora enarbolaba la bandera que por lógica
no podían enarbolar sus defendidos. Y lo hacía con
un amplio conocimiento de la causa que defendía. Sus
argumentos los había empollado durante su experiencia como
maestra rural en aquellos desolados parajes de su provincia
natal, se nutrieron en la Escuela para Niños
Débiles número 6 donde trabajaba y salieron a la
luz, como un estallido, luego de su regreso de Estados Unidos.
Por eso era contundente en sus opiniones. Pero… ¿siempre
era así? No. No cuando hablaba con las madres, cuando
examinaba a los niños. Los trataba con dulzura. Pero no
les tenía lástima. La lástima no arregla
nada. El amor
sí.
He aquí una mínima prueba:
En el número 6 de la primera revista
Argentina de Educación Maternal, "La mujer y el
Niño" dirigida por Josefina Marpons y de
difusión corriente, editada en Buenos Aires en el
año 1935 colaboró con una nota titulada: "Lo
que debe saber su hijo al nacer"
Transcribiré algunas notas:
"No me cabe la más mínima duda de que Ud.
querrá protestar ante semejante título y ante
nuestra pretensión de tomar examen a su niño, pero
no crea que es idea nuestra. Muy al contrario. El examinar a los
recién nacidos es costumbre vieja como el andar a pie.
Nosotros hemos atemperado la severidad del examen. Su hijo
tendrá la suerte de nacer bajo nuestra era…"
en el número 4 de esta misma revista, "La
Mujer y el
Niño", ya había publicado otro artículo
con el título "Ocupémonos de los Niños
Retardados!", en el cual, con lenguaje sencillo explica a las
lectoras cuándo se considera que un niño es
retardado para finalizar diciendo:
"Cuando de haya formado la conciencia de la
necesidad de clases diferenciales, el público las
reclamará y sólo entonces su establecimiento
será definitivo. Mientras tanto un funcionario
podrá crearlas y el siguiente podrá suprimirlas de
una plumada, como ha ocurrido ya dos veces en la
Capital."
Y en el número 5, también había
aparecido otro trabajo titulado "no enseñe a su hijo a
racionalizar". En él está presente, la maestra
que siempre llevó en su interior. Explica con sencillez y
claridad.
"Cuando su niño se cae y Ud. castiga al piso
donde el cayó, procede con la misma lógica de los
que defienden a Mussolini atacando a Inglaterra, es decir, con
perfecta paralógica, o sea con lógica
desviada"
"La "racionalización" del niño puede ser
inofensiva, pero la del adulto es capaz, por sí sola, de
llevar a la inadaptación social."
La Doctora en el Consejo Nacional de Educación,
en el cual era médica adscripta, explica las causas del
retardo escolar y porque la importancia de las escuelas
especiales:
- la debilidad mental es una de las causas más
comunes - esta no es una enfermedad propiamente dicha, sino
una condición, pero no vergonzosa como creen muchos
equivocadamente - débil mental no quiere decir
anormal - en el seno de una familia perfectamente sana puede
surgir un niño que sea débil de
inteligencia - la debilidad mental sin complicaciones no impide la
escolaridad - un débil mental puede llegar hasta tercer
grado, repitiendo muchas veces - las vegetaciones adenoideas pueden producir dureza
de oído y por ende atraso
escolar - la debilidad física y la mala
nutrición producen estados nerviosos o
asténicos que se traducen en retardo
escolar - la irritabilidad constitucional y la inestabilidad
psicomotora impiden también la marcha regular del
aprendizaje, por falta de adaptación a la
escuela.
Todo niño atrasado, por cualquier causa que
sea, debe ser sometido a un examen médico-
pedagógico.
¿Por qué hacen falta las escuelas
especiales?
- Porque muchos niños inescolarizables en la
escuela común son perfectamente escolarizables en las
clases especiales. - Porque, tratándose de los retardados, no se
puede hablar de un nivel mental que permita colocarlos en un
grado junto con niños normales. - Porque la falta de armonía de su desarrollo
intelectual se traduce por lagunas en el aprendizaje
que no puede subsanar la marcha ordinaria de un
grado. - Porque al no poder nivelarse se produce el
estancamiento en el mismo grado repitiéndolo varias
veces. - Porque la humillación que sufren al compararse
con los compañeros que obtienen "suficiente" y los
fracasos repetidos los entorpecen más. - Porque los niños retardados dificultan la
marcha armónica del grado y perjudican a los
niños sanos. - Las clases lentas (sea cual sea el sistema que se
adopte) aliviarán la situación desventajosa de
los atrasados escolares.
Los padres y los maestros deberían estudiar
concienzudamente el problema para contribuir a la mejor selección
de los alumnos.
En este informe me pareció adecuado y preciso
mencionar el Hogar "Santa Rosa", ya que la Doctora fue
encargada del gabinete psicopedagógico del
mismo.
En general se conoce al Hogar "Santa Rosa" por la
trascendencia que le dieron los diarios a los violentos
desórdenes que provocó un grupo de menores,
cansadas del mal trato que en él recibían. Fue
así como a partir, de más o menos los años
1949/50, se difundió la impresión de que el Hogar
era una cárcel de menores contraventoras y
agresivas.
¿Cuál era la función del Hogar
"Santa Rosa"?
Transcribiré, a continuación, algunos
párrafos extractados del trabajo presentado por la Doctora
Tobar García, en el número XXIII, año 1942,
de la revista "infancia y Juventud", del Patronato de Menores bajo
el título
Hogar "Santa Rosa"
Casa de observación y de
clasificación
"…cada niña permanece internada un
período de tiempo más breve que en la
práctica suele extenderse a veces hasta un año;
este lapso, fundamentalmente determinado por la finalidad
específica del establecimiento, se prolonga en los casos
en que es necesario mejorar el estado físico o morigerar
los defectos de comportamiento
cuando tienen su origen en alteraciones funcionales que es
posible normalizar o cuando obedecen a las condiciones favorables
del ambiente en que la menor ha vivido.
"El Hogar "Santa Rosa" es pues una clínica de
observación donde al mismo tiempo se combaten con
tratamientos adecuados las "deficiencias" a que acabamos de
referirnos, anulando o contrarrestando las causas que las
provocan. De una manera directa actúan en este sentido: la
higiene en la alimentación, en el
trabajo y en el descanso, el método de la gimnasia, la
atención médica y odontológica, todo lo cual
mejora notablemente el estado general y abandona el terreno para
la obra educativa."
Lo expuesto hasta aquí del Hogar "Santa Rosa" no
quedó impreso solamente en letras como un mero proyecto.
Fue llevado inmediatamente a la práctica. Para explicar
cómo agregaré también algunos
párrafos tomados de su libro:
"Higiene Mental del Escolar" ,editado por
"El Ateneo" en 1945 que es a la vez la reproducción de su Tesis
Doctoral:
"Para cumplir con la finalidad antes expuesta, el Hogar
tiene un gabinete psicopedagógico cuya dirección me
fue encomendada desde la inauguración del establecimiento.
Para realizar el trabajo completo cuento con una
ayudante técnica, especializada en Higiene Mental y dos
investigadoras encargadas de efectuar la encuesta
social."
"Mi labor en el Hogar "Santa Rosa" es parcial, se reduce
al estudio psíquico y social y a la orientación de
cada menor. Las conclusiones a que arriba el Gabinete son
sometidas a las autoridades. Éstas resuelven en
última instancia."
Conocemos ya, por medio de los trabajos escritos de la
Doctora Carolina Tobar García y el artículo
publicado en el diario "La Nación" los fines para los
cuales había sido creado el Hogar "Santa Rosa".
La felicidad de la doctora se centraba en el trabajo.
Reservaba su locuacidad para con aquellos que, como ella,
sintieran la misma preocupación: los niños y sus
problemas.
Para dar una idea aproximada de su constancia y
dedicación en ese aspecto reproduciré algunos
párrafos que nos hablan de su lucha y perseverancia para
lograr la creación de escuelas diferenciales tomados de su
libro o Tesis:
"Higiene Mental del Escolar", páginas
179/80:
"Todos admiten que segregar al retardado es beneficiar
al normal, sacando de la escuela común esa rémora
que a veces impide el desarrollo de las clases, pero como nunca
se ha hecho en el país, las personas que han propiciado la
creación de clases especiales tropezaron siempre con
serias resistencias.
Estas resistencias se deben a la falta de organización en
los métodos
empleados para la selección de alumnos o a motivos
sentimentales derivados de la falta de preparación del
ambiente para las mismas.
"Esto ha siso mi preocupación desde el año
1933 en que empecé el trabajo de investigación en
el seno mismo de las escuelas para pulsar el ambiente, conocer la
opinión de los maestros y estudiar las necesidades reales
de la Capital, con el propósito definido de llegar al
establecimiento de una "escuela especial
autónoma".
Su capacidad de trabajo era sorprendente. Como si todo
ello no fuera suficiente, en el año 1939
presentó:
Temas de psiquiatría
escolar
Sobre el concepto psicológico de
"Retardado Pedagógico"
cuyas 49 páginas están divididas en cuatro
capítulos. Los títulos nos dan una idea de su
contenido: "Antecedentes de la cuestión"; "Nuevo planteo
del problema"; "Anormalidad o variedad" y "El retardado
pedagógico".
En el número 15 de la revista "Infancia y
Juventud" correspondiente al trimestre abril- mayo- junio de
1940, se publican dos trabajos suyos titulados:
- "Cociente evolutivo psíquico normal en la edad
escolar" Cociente evolutivo de nuestros niños. Tests
mentales- "El neurismo infantil. Porvenir de los niños
nerviosos.
Instituciones para anormales en nuestro
país".
Elegí para realizar el informe a la Doctora
Carolina Tobar García, ya que me pareció muy
interesante su trabajo. Como dijo una de sus biógrafas
Fontán Fernández a el Diario
Clarín
"su trabajo, paciente, obsesionado, la convirtió
en una auténtica autoridad, con
un prestigio intenso". Pero después de su muerte, en
1962, su nombre fue olvidado con demasiada rapidez. A pesar de
que aún hoy, sus técnicas
siguen siendo material de consulta.
La teoría de la doctora era procurarle un futuro
al niño enfermo. Ella estaba convencida de que, por
ejemplo, muchos niños mogólicos, hoy se los llama
Down que significa "abajo", con un buen tratamiento
podrían recuperarse para la sociedad. Que se les
podría dar la capacidad necesaria para que, dentro de su
deficiencia, tuvieran elementos básicos para la
autosustentación y dejaran de ser una carga para la propia
familia. Carolina Tobar García estaba en todo. En la
provincia de Buenos Aires había una "Dirección de
Escuelas de Excepcionales", pero prácticamente no
había estas escuelas, eran muy pocas y las maestras no
eran especialistas en la materia. Estas escuelas eran entonces
meros depósitos de niños y niñas, porque la
didáctica diferencial era incipiente. No
había, digamos, una carrera formal. Las maestras trataban
al alumno brindándole cariño, pero no asistencia
médica o especializada en la materia, como necesitaba el
diferencial. Con la Doctora Carolina Tobar García se
produce un cambio sustancial con esta nueva carrera.
Carolina Tobar García fue una incansable
trabajadora. Toda esa actividad desarrollada a lo largo y ancho
del país, movilizó a los docentes, se interesaron
por todas esas propuestas desconocidas hasta entonces.
No resulta difícil imaginar la emoción que
habrá vivido la Doctora en la inauguración de cada
una de las escuelas diferenciales. Había comenzado ya esa
etapa de la vida en que los recuerdos asoman a la mente
provocando humedad en la vista. En sus cabellos negros
refulgían las primeras hebras de plata. Tenía
¡cincuenta y un años! cuando vio parte de su
sueño hecho realidad. Cuatro escuelas diferenciales en
la Capital Federal. Pero ¿y los otros niños? La
Doctora Carolina Tobar García quería ver Escuelas
Diferenciales en todo el país. Era necesario entonces
continuar especializando maestros. Y a ello se abocó, sin
desmedro de sus otros cargos.
- Fontan Fernández Delia, "Doctora Carolina
Tobar García, creadora de escuelas diferenciales, su
vida, su lucha, su triunfo, Editorial Plus Ultra.
Septiembre de 1995. - Tobar García Carolina, "psicología
aplicada", editores Ciorda & Rodríguez, Buenos
Aires. 1946 - Tobar García Carolina, "Guía para
trabajos de psicología pedagógica", editores
Ciorda & Rodríguez. Buenos Aires. 1947 - Tobar García Carolina, Salotti Martha A.
"La enseñanza de la lengua", editorial Kapeluz.
Buenos Aires. 1975 - Revista trimestral "Infancia y Juventud",
Ministerio de Justicia e
instrucción pública. Patronato nacional de
menores. Enero, febrero y marzo. Páginas 55, 56, 57 y 58
escritas por Carolina Tobar García. Buenos Aires.
1940.
Autora:
María Laura Telo
Argentina
/
Estudiante de Psicología, UBA.