- Radiactividad
- El átomo
nuclear - Velocidad de
desintegración - Fisión
nuclear - Fusión
nuclear - Usos de la
radiactividad - Conclusión
- Bibliografía
Desde Leucipo y Demócrito (siglo V a.c.), que
vivieron en la antigua Grecia, varias
personas han sostenido por razones filosóficas que la
materia puede
ser subdividida solamente hasta cierto límite. Este
límite indivisible lo llamaron átomo, o
sea que el átomo representaba la parte más
pequeña e indivisible de la materia. Luego, en 1808 John
Dalton enuncia algunos postulados que corroboraban esta información, pero en realidad, pronto
surgieron muchas interrogantes que hicieron pensar que la
estructura atómica no podía ser tan sencilla como
lo sugería Dalton. Entre las situaciones que la Física y la Química no
podrían explicar se encuentran las descargas
eléctricas en gases a baja
presión, los espectros y la radiactividad,
la cual analizaremos a continuación.
Podemos decir que el descubridor de la radiactividad fue
Becquerel, quien al trabajar con pechblenda (mineral de uranio),
observó una fosforescencia sin que hubiese sido colocado
previamente a la luz.
Comprobó que este material emitía una cierta
radiación
capaz de velar una placa fotográfica. Posteriormente se
descubrieron tres radiaciones emitidas por la emisión del
radio al
someterlo a la acción
de campos electrónicos o magnéticos, llamadas
radiaciones alfa, beta y gamma. Muchas veces debido a algunas de
estas emisiones de radiaciones, los átomos se convierten
en otros. Esto es lo que llamamos Radiación. Existe
además un periodo de semidesintegración que
corresponde a la vida media de un elemento.
El término radiactividad se encuentra bastante
extendido en la sociedad. Se
habla de residuos radiactivos, datación de restos
arqueológicos usando isótopos radiactivos (Como el
Carbono 14),
bombas nucleares,
aplicaciones médicas, etc. Sin embargo, realmente es poco
lo que se conoce del tema. Hace falta conocer los beneficios que
genera, los alcances científicos, etc. Además es
interesante informarse sobre el por qué ocurren, mas
sabiendo que todos los seres vivos están involucrados, se
quiera o no con ella, no importando el lugar en donde se
encuentren, ya sea en la casa, en la oficina, en el
campo, en la calle, o en el colegio.
La radiactividad es una propiedad de
ciertos elementos químicos cuyos núcleos
atómicos son inestables: con el tiempo, para
cada núcleo llega un momento en que alcanza su estabilidad
al producirse un cambio
interno, llamado desintegración radiactiva, que
implica un desprendimiento de energía conocido de forma
general como "radiación". La energía que interviene
es muy grande si se compara con la desprendida en las reacciones
químicas en que pueden intervenir las mismas
cantidades de materiales, y
el mecanismo por el cual se libera esta energía es
totalmente diferente.
La radiactividad fue descubierta en 1896 por el
químico francés Becquerel durante sus estudios
sobre la fluorescencia. Observó que una placa
fotográfica no expuesta a la luz y envuelta en papel negro
era impresionada como por la luz visible o ultravioleta (o por
los rayos X
recientemente descubiertos por Röntgen), cuando el paquete
se ponía en contacto con compuestos del elemento pesado
uranio. Dedujo (correctamente) que este elemento debía
producir algún tipo de radiación la cual atravesaba
el papel hasta alcanzar y afectar a la emulsión
fotográfica. Un cuidadoso estudio emprendido por Becquerel
y otros científicos, entre ellos los Curie, Joliot, Soddy,
Rutherford, Chadvick y Geiger, reveló que cierto
número de elementos químicos pesados (muchos de
ellos no descubiertos antes a causa de su rareza) parecían
ser interiormente inestables y daban a origen a radiaciones
penetrantes. Con ello, esos mismos elementos se transformaban en
otros diferentes, siguiendo caminos complicados, pero bien
definidos, en busca de una estabilidad final. Este
fenómeno totalmente distinto de cualquier otro estudiado
hasta entonces, recibió el nombre de radiactividad,
y el proceso de
transformación fue llamado desintegración
radiactiva.
Se define el número atómico del
elemento como la cantidad de protones que contiene el
núcleo en uno de sus átomos.
La masa atómica es el peso comparado de un
núcleo atómico. Su unidad es la u.m.a (unidad de
masa atómica) que se define como la doceava parte del peso
del carbono –12. Un elemento es él y no otro por su
número atómico. Así, el uranio lo es porque
tiene 92 protones; si no fuera así dejaría de ser
uranio. Sin embargo, un mismo elemento puede tener átomos
de distinto número de neutrones. A los núcleos que
tienen igual número de protones y distinto el de neutrones
se les denominas isótopos. La existencia de
isótopos de un mismo elemento es una razón por la
que los pesos atómicos expresados en las tablas
químicas no son números enteros.
Una anotación aceptada para indicar el
número y la masa atómica de un núcleo es
colocando la masa atómica en la parte superior izquierda
del símbolo del elemento, y el número
atómico en la inferior izquierda.
El número que indica la masa atómica se
representa por A mayúscula y el que indica el
número atómico se representa por una Z
mayúscula.
Únicamente ciertas combinaciones de Z y A forman
núcleos estables: si hay demasiados neutrones, o
demasiados pocos, el núcleo sufrirá más
pronto o más tarde un cambio, una desintegración
radiactiva, que la llevará a la estabilidad en uno o
varios pasos. El grado de es inestabilidad se pone de manifiesto
por la energía emitida en la desintegración,
así como en la velocidad de
ésta. Tal velocidad de desintegración se mide por
la vida media o período de semidesintegración, que
es el tiempo necesario para que el número de átomos
inicialmente presente se reduzca a la mitad por
desintegración. Los tiempos de semidesintegración
varían desde fracciones de segundo hasta millones de
años. La desintegración radiactiva puede tener
lugar de varias maneras diferentes.
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gráfico seleccione la opción "Descargar" del
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Desintegración Alfa
Un núcleo demasiado pesado para ser estable
expulsa un grupo compacto
(una partícula alfa), consistente en dos protones, y dos
neutrones, que deja al núcleo con una A cuatro unidades
menor y una Z dos unidades más bajas, es decir, dos pasos
atrás en la tabla
periódica. Estructuralmente una partícula alfa
es idéntica a un núcleo de Helio – 4. la
desintegración alfa es frecuente entre los elementos
naturales más pesados (uranio, polonio, y radio, por
ejemplo), pero no conduce directamente a núcleos estables:
antes se producen isótopos intermedios que experimentan
nuevas desintegraciones.
Las partículas alfa tienen una energía de
hasta 5.000.000 de electrovoltios, pero son tan voluminosas que
sólo pueden atravesar unos 25 mm de aire y se ven
detenidas por una simple hoja de papel o por la parte más
externa de la piel humana.
Sin embargo, por esta misma razón produce serios
daños en el interior del cuerpo humano
cuando son emitidas por materiales alfa – activos
absorbidos inadvertidamente como polvo transportado por el aire,
o través de heridas contaminadas. Los emisores naturales
de partículas alfa, como el radio, son de uso
práctico limitado, ahora que se dispone libremente de gran
variedad de radioisótopos artificiales. No obstante, el
uranio y su subproducto artificial, el plutonio (otro emisor
alfa), son ambos fisibles y, por lo tanto, de importancia
primordial en la producción de energía
nuclear.
Desintegración Beta
Es un núcleo con demasiados neutrones, uno de
estos puede transformarse en un protón más un
electrón, que es expulsado en el núcleo. El
electrón emitido de esta forma recibe el nombre de
partícula β. El núcleo queda con una carga
positiva más, con su Z en una unidad más alta y,
por lo tanto, un lugar más arriba en la tabla
periódica. Las partículas β son capaces de
penetrar varios metros de aire, unos cuantos centímetros
de tejido corporal o varios mm de metal o de plástico
(que proporcionan un apantallamiento adecuado). Puede producir
serias quemaduras superficiales o importantes daños
internos sobre todo si son emitidos dentro del cuerpo durante
periodos de tiempo algo prolongados. La desintegración
β es el tipo mas frecuente de desintegración
radiactiva tanto entre los isótopos artificiales como
entre productos
radiactivos procedentes de la desintegración alfa. Algunos
de los radioisótopos artificiales obtenidos en
aceleradores de partículas o separados en los productos de
fisión formados en reactores nucleares tienen pocos
neutrones, en lugar de demasiados. Estos se desintegran emitiendo
positrones (partículas como los electrones pero cargadas
positivamente), que se neutralizan casi de inmediato con los
electrones ordinarios para producir una "radiación de
aniquilación", con las cualidades de los rayos gamma. Los
isótopos que emiten positrones tienen aplicaciones en
diagnosis médica.
Emisión de rayos gamma
Esta emisión tiene lugar siempre que la
desintegración beta no ha disipado suficiente
energía para dar completa estabilidad al núcleo.
Muchos isótopos naturales y artificiales con actividad
alfa y beta son también emisores de rayos gamma. Los rayos
gamma son una radiación electromagnética como los
rayos X. Su intensidad se reduce al pasar a través de la
materia en un grado que dependerá de su propia
energía y de la densidad
física del material absorbente. Los rayos gamma no son
detenidos como las partículas alfa o beta, ni existen
materiales opacos a ellos, como en el caso de la luz. Pueden
necesitarse entre 5 y 25 centímetros de plomo o hasta 3 m
de hormigón para conseguir una protección adecuada
contra los rayos gamma de alta energía. El exceso de
radiación gamma externa puede causar graves daños
internos al organismo humano, peor no puede inducir
radioactividad en él, ni en ningún otro
material.
Otras formas de desintegración radiactiva son la
transformación interna, en al que una
reorganización interior del núcleo da como
resultado la emisión de rayos X, o la captura de
electrones, en la que un núcleo con demasiados protones
captura un electrón de una orbita interna del propio
átomo, convirtiendo así un protón en un
neutrón, con emisión de rayos X y descenso de un
lugar en la tabla periódica los núcleos de uranio
– 235 y del U – 238 (emisores de partículas
alfa), se desintegran alguna que otra vez por fisión
nuclear espontánea, produciendo cualquier par de una gama
de posibles núcleos de fisión, además de
neutrones libres. El radioisótopo artificial californio
– 252 se desintegra exclusivamente por fisión
espontánea, proporcionando u8na fuente utilizable de
neutrones. Unos pocos isótopos producto de
fisión, en particular el yodo – 122, se desintegran
con emisión retardada de neutrones poco después de
haber sido formados y desempeñan un importante papel en el
control de
reactores.
La forma de desintegración, los tiempos de
semidesintegración y las energías de emisión
(energía máximas en el caso de partículas
alfa y beta) son, en conjunto, características especificas
que distinguen a un isótopo determinado y se pueden
emplear para la identificación y medida de los propios
emisores y, por tanto, de sus precursores, mediante la
técnica de análisis por activación.
La velocidad de desintegración de un
isótopo puede caracterizarse mediante una constante
denominada período de semidesintegración, que se
define como el espacio de tiempo que debe transcurrir que una
determinada masa de isótopo se hayan desintegrado la mitad
de los átomos que la forman. Esta constante tiene carácter estadístico, ya que es
imposible predecir en que momento se va a producir la
desintegración de un determinado átomo.
Otra constante que también se utiliza es la
vida media que se define como el valor medio de
la vida de los átomos del isótopo. No deben
confundirse ambos conceptos, ya que ha menudo se utilizan de
forma errónea.
Se entiende por fisión, la división de un
núcleo muy pesado en un par de núcleos de masa
próxima a 60, proceso en el cual se libera gran cantidad
de energía
A finales de 1938, O.Hann y F. Strassmann descubrieron
en uranio bombardeado con neutrones, la presencia del
radioisótopo 139Ba, formado necesariamente por
escisión del núcleo de uranio. Este proceso se
denominó Fisión nuclear.
Según el modelo de la
gota líquida, la fisión se produce porque al captar
un neutrón, el núcleo oscila y se deforma, con lo
que pierde su forma esférica adquiriendo la figura de un
elipsoide entre cuyos extremos se produce una repulsión
electrostática que puede llegar a provocar
la rotura del núcleo pesado en dos fragmentos. En el caso
del uranio-235, los fragmentos que se forman son núcleos
de masas próximas a 95, el menor, y a 139, el mayor. Una
reacción de fisión típica es:
235 1 90 144
1
29 0 38 54 0
Puesto que la relación neutrones/ protones es
más elevada en el uranio que en los dos núcleos
formados en la fisión, quedan dos neutrones en exceso que
se liberan con gran energía. Si estos neutrones no son
captados por núcleos de otros elementos y no escapan de la
masa escindible, pueden provocar nuevas fisiones, siempre y
cuando se hayan convertido en neutrones lentos mediante
moderadores. Se logra así un proceso auto
sostenido.
La energía liberada en la fisión de 1 g de
uranio-235 es del orden de 108 kJ, es decir unos dos
millones de veces la energía que se obtiene por combustión de 1 g de petróleo.
El primer reactor nuclear fue construido por Fermi en
1942, utilizando grafito como moderador. Así, los
neutrones liberados al escindirse un núcleo de uranio-235
provocaban la escisión de nuevos núcleos de
uranio-235 o la transmutación del uranio-238 en
plutonio-239, que es así mismo fisionable.
En las bombas atómicas de fisión, la
explosión se produce al unir dos masas de material
fisionable de tamaño inferior al crítico. Es decir,
que el recorrido medio que debe atravesar un neutrón
liberado, en una fisión espontánea para provocar
una nueva fisión, es mayor que el diámetro de esas
masas. Al unirlas, se supera el tamaño crítico, con
lo que se produce una reacción en cadena.
En palabras sencillas, fusión
nuclear es la unión de dos núcleos livianos
acompañada por una liberación de
energía.
Además de en la fisión de núcleos
de átomos pesados, también se libera energía
en la formación de núcleos intermedios a partir de
núcleos muy ligeros, por ejemplo, de deuterio,
21H, y de tritio,
31H. Este proceso se conoce como
fusión nuclear.
Una reacción de fusión típica es la
unión de un núcleo del deuterio y uno de tritio
para dar un núcleo de Helio y un
neutrón:
2 3 4 1
1 1 2 0
Por gramo de combustible, esta reacción comporta
la liberación de tres o cuatro veces más
energía que una reacción de fisión. La
energía liberada corresponde a la diferencia de masa entre
el núcleo formado y sus constituyentes.
Las reacciones de fusión son las responsables de
la energía que emiten el Sol y las
estrellas, en cuyo interior la temperatura es
del orden de 20 millones de grados y los átomos de
hidrógeno están completamente
ionizados. La energía emitida por el Sol equivale a la
pérdida de una masa de 4,3 millones de toneladas en un
segundo.
A diferencia de lo que ocurre con la fisión, los
productos que se forman en las reacciones de fusión no son
radiactivos y, además, los isótopos ligeros
necesarios para la fusión son comunes (por ejemplo el
deuterio existe en el mar), de ahí las grandes esperanzas
depositadas en llegar a producir energía a partir de un
proceso de fusión. El problema más importante
planteado estriba en que los núcleos que se fusionan deben
poseer suficiente energía para vencer las fuerzas
electrostáticas de repulsión, lo que exige
temperaturas de millones de grados. El material se hallará
así en estado de
plasma, y este plasma debe confinarse durante un tiempo
suficientemente largo en un volumen no muy
grande para que se produzca una reacción auto
sostenida.
En las bombas termonucleares (bombas de
hidrógeno) la temperatura necesaria se alcanza mediante la
explosión de una o más bombas atómicas que
actúan como detonantes de la fusión
subsiguiente.
El trazado isotópico en biología y en
medicina
Los diferentes isótopos de un elemento tienen las
mismas propiedades químicas. El reemplazo de uno por otro
en una molécula no modifica, por consiguiente, la función de
la misma. Sin embargo, la radiación emitida permite
detectarla, localizarla, seguir su movimiento e,
incluso, dosificarla a distancia. El trazado isotópico ha
permitido estudiar así, sin perturbarlo, el funcionamiento
de todo lo que tiene vida, de la célula
al organismo entero. En biología, numerosos adelantos
realizados en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX
están vinculados a la utilización de la
radioactividad: funcionamiento del genoma (soporte de la herencia),
metabolismo de
la célula,
fotosíntesis, transmisión de
mensajes químicos (hormonas,
neurotransmisores) en el organismo.
Los isótopos radioactivos se utilizan en la
medicina
nuclear, principalmente en las imágenes
médicas, para estudiar el modo de acción de los
medicamentos, entender el funcionamiento del cerebro, detectar
una anomalía cardiaca, descubrir las metástasis
cancerosas.
Las radiaciones y la
radioterapia
Las radiaciones ionizantes pueden destruir
preferentemente las células
tumorales y constituyen una terapéutica eficaz contra
el
cáncer, la radioterapia, que fue una de las primeras
aplicaciones del descubrimiento de la radioactividad.
En Francia, entre
el 40 y el 50% de los cánceres se tratan por radioterapia,
a menudo asociada a la quimioterapia o la cirugía. La
radioactividad permite curar un gran número de personas
cada año.
Las diferentes formas de radioterapia:
- La curioterapia, utiliza pequeñas fuentes
radioactivas (hilos de platino – iridio, granos de cesio)
colocados cerca del tumor. - La tele radioterapia, consiste en concentrar en los
tumores la radiación emitida por una fuente
exterior. - La inmunorradioterapia, utiliza vectores
radio marcados cuyos isótopos reconocen
específicamente los tumores a los que se fijan para
destruirlos.
La esterilización
La irradiación es un medio privilegiado para
destruir en frío los microorganismos: hongos, bacterias,
virus… Por
esta razón, existen numerosas aplicaciones para la
esterilización de los objetos, especialmente para el
material médico-quirúrgico.
La protección de las obras de
arte
El tratamiento mediante rayos gamma permite eliminar los
hongos, larvas, insectos o bacterias alojados en el interior de
los objetos a fin de protegerlos de la degradación. Esta
técnica se utiliza en el tratamiento de
conservación y de restauración de objetos de
arte, de
etnología, de arqueología.
La elaboración de materiales
La irradiación provoca, en determinadas
condiciones, reacciones químicas que permiten la
elaboración de materiales más ligeros y más
resistentes, como aislantes, cables eléctricos,
envolventes termo retractables, prótesis,
etc.
La radiografía industrial X o g
Consiste en registrar la imagen de la
perturbación de un haz de rayos X o g provocada por un
objeto. Permite localizar los fallos, por ejemplo, en las
soldaduras, sin destruir los materiales.
Los detectores de fugas y los indicadores de
nivel
La introducción de un radioelemento en un
circuito permite seguir los desplazamientos de un fluido,
detectar fugas en las presas o canalizaciones
subterráneas.
El nivel de un líquido dentro de un
depósito, el espesor de una chapa o de un cartón en
curso de su fabricación, la densidad de un producto
químico dentro de una cuba… pueden
conocerse utilizando indicadores radioactivos.
Los detectores de incendio
Una pequeña fuente radioactiva ioniza los
átomos de oxígeno
y de nitrógeno contenidos en un volumen reducido de aire.
La llegada de partículas de humo modifica esta
ionización. Por esta razón se realizan y se
utilizan en los comercios, fábricas, despachos…
detectores radioactivos sensibles a cantidades de humo muy
pequeñas.
Las pinturas luminiscentes
Se trata de las aplicaciones más antiguas de la
radioactividad para la lectura de
los cuadrantes de los relojes y de los tableros de instrumentos
para la conducción de noche.
La alimentación de
energía de los satélites
Las baterías eléctricas funcionan gracias
a pequeñas fuentes radioactivas con plutonio 239, cobalto
60 o estroncio 90. Estas baterías se montan en los
satélites para su alimentación
energética. Son de tamaño muy reducido y pueden
funcionar sin ninguna operación de mantenimiento
durante años.
La producción de
electricidad
Las reacciones en cadena de fisión del uranio se
utilizan en las centrales nucleares que, en Francia, producen
más del 75% de la electricidad.
1. El ciclo del combustible
nuclear
En un reactor, la fisión del uranio 235 provoca
la formación de núcleos radioactivos denominados
productos de fisión. La captura de neutrones por el uranio
238 produce un poco de plutonio 239 que puede proporcionar
también energía por fisión.
Sólo una ínfima parte del combustible
colocado en un reactor se quema en la fisión del
núcleo. El combustible que no ha sido consumido y el
plutonio formado se recuperan y se reciclan para producir de
nuevo electricidad. Los otros elementos formados en el transcurso
de la reacción se clasifican en tres categorías de
residuos en función de su actividad, para ser embalados y
luego almacenados.
2. La seguridad
nuclear
La utilización de la fantástica fuente de
energía contenida en el núcleo de los átomos
implica el respeto riguroso
de un conjunto de reglas de seguridad nuclear que permita
asegurar el correcto funcionamiento de las centrales nucleares y
la protección de la población.
3. Los residuos nucleares
Toda clase de
actividad humana genera residuos. La industria
nuclear no es una excepción a esta regla. Francia produce,
de promedio, por año y por habitante:
- 5.000 Kg de residuos, de los cuales
- 100 Kg de residuos tóxicos, que
incluyen - 1 Kg de residuos nucleares de los cuales
- 5 gr de residuos son de alta actividad.
No sabemos aún destruir los residuos
radioactivos. Su actividad disminuye naturalmente en el tiempo,
más o menos rápido en función de su
período. Deben utilizarse, por consiguiente, técnicas
de confinamiento y de almacenamiento.
La reducción del volumen y de la actividad de los
residuos radioactivos es, en Francia, un objetivo
prioritario para la investigación. La amplitud del comportamiento
a largo plazo de los residuos acumulados también es un eje
primordial en la investigación
Al estudiar los tipos de radiación que se emiten
a partir del núcleo de un isótopo radiactivo nos
encontramos con la emisión de tres partículas. Una
de ella es la partícula alfa; en este caso, el
número atómico del átomo original disminuye
en dos y el número de masa disminuye en cuatro unidades;
Otro es el caso de las partículas beta, donde el
número atómico del núcleo original disminuye
en una unidad y el número de masa no cambia y por
último la radiación gamma, de alta energía,
que carece de carga y masa, podemos concluir que con frecuencia
se emiten junto con las partículas alfa o beta cuando un
núcleo regresa a un estado más estable en contraste
con los rayos X, y que se produce durante ciertas transiciones
electrónicas entre distintos niveles de
energía.
Cuando se desintegra un isótopo de un elemento se
produce un isótopo de un elemento distinto; es decir, un
tipo de átomo se transforma en otro. Una ecuación
nuclear representa los cambios ocurridos y al balancearla, la
suma de los números de masa de las partículas de
cada lado de la ecuación deben ser iguales, y
también deben serlo las sumas de las cargas
nucleares.
Cuando se bombardean con neutrones con la energía
apropiada, ciertos núcleos sufren una fisión, este
proceso libera grandes cantidades de energía y se
reúne cierta cantidad mínima (masa crítica) de un isótopo fisionable lo
que puede desencadenar una reacción en cadena
autosustentable al quedar algún neutrón. En una
bomba de fisión (bomba atómica) la reacción
en cadena avanza sin control, por esto sus
consecuencias.
Durante la fusión nuclear se unen núcleos
pequeños, como deuterio y tritio. Las reacciones de este
tipo liberan más energía que las reacciones de
fisión. La fusión nuclear no regulada ocurre en el
sol y en las bombas de hidrógeno. La fusión nuclear
regulada no se ha logrado, pero las investigaciones
prosiguen.
La cantidad de electricidad que se puede generar a
partir de las reservas mundiales de Uranio y de otros
combustibles nucleares depende mucho de los tipos de reactores
nucleares que se construyan. Un tipo de reactor es el
supprregeneradores que puede producir una 60 veces más de
energía que la que el mismo combustible generaría
en un reactor térmico de los que actualmente se
construyen. Sin reactores supprregeneradores, que aún han
de desarrollarse a nivel comercial, el mundo sufriría
escasez de Uranio
dadas las fuentes actuales en un lapso de 40
años.
La energía geotérmica procede del calor
almacenado en el interior de la tierra. La
mayor parte de él se produjo y aun se produce por la lenta
desintegración de elementos radioactivos que existen de
modo natural en todas las rocas. La
producción energética de todas las centrales
geotérmicas equivale aproximadamente a la
producción en un solo reactor nuclear
grande.
La química nuclear ha adquirido una importancia
extrema en medicina y ha hecho aportes considerables a la
agricultura y
la industria, e incluso a nuestra vida cotidiana. Es
difícil que algunas facetas de la vida humana no hayan
sido tocadas por los desarrollos en la ciencia
nuclear. Los eventos
históricos con relación a este tema nos muestra que
el
conocimiento no está limitado a una nación
o grupo y cuando personas de diversa formación trabajan en
colaboración, es mucho lo que se puede lograr.
Además, la ciencia no se
sostiene por sí sola: la solución de los problemas de
la época actual depende de la capacidad del hombre para
combinar la ciencia, la política, los
negocios y los
valores
humanos.
- ENCICLOPEDIA SALVAT "CÓMO FUNCIONA".
Radioactividad, átomo nuclear,
desintegración alfa, beta y gamma.
Director Juan Salvat
Volumen IX Pue-Te Salvat Editores, S.A
Páginas 41 – 44
- NUEVA ENCICLOPEDIA TEMÁTICA "PLANETA",
FÍSICA. Química, número
atómico, masa atómica; Física,
fisión y fusión nuclear; XXII generación
de corrientes eléctricas.
Páginas 19 – 20 y 134 –135
Karoll Hernández
Marcela Rojas
Katherine Solar
Carolina Venegas
AMERICAN COLLEGE
Villa Alemana