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Patología alimentaria. Anorexia y bulimia




Enviado por meri_otra_vez



    1. Anorexia
    2. Bulimia
    3. Tratamiento de la
      patología alimentaria

    La Anorexia es una enfermedad que se caracteriza
    por el deseo de verse muy delgada, y esto se logra a base de
    ayunos prolongados y restricciones alimentarias. La enfermedad
    suele tener un comienzo lento, progresivo, que , a menudo suele
    pasar desapercibido para los padres, logrando tomar conciencia de la
    enfermedad ya cuando su hija se encuentra demasiado delgada y ha
    perdido una importante cantidad de peso, presenta una negativa a
    comer rotunda o perciben que se les ha retirado la
    menstruación.

    La Bulimia se caracteriza por alternar
    períodos de restricción alimentaria, con episodios
    de ingestas copiosas, llamados atracones, y seguidos de
    mitos
    autoinducidos o provocados por la misma paciente o por el uso de
    laxantes o diuréticos. Estos episodios de
    sobrealimentación descontrolada unen el descontrol y el
    placer. La presencia de este atracón es justamente lo que
    define a la enfermedad.

    La Anorexia y la Bulimia pueden comenzar
    como una adicción a la dieta. Estos trastornos de la
    conducta
    alimentaria se dan principalmente entre mujeres entre 11 y 18
    años, pero pueden aparecer también en mujeres de
    hasta 25 años. Actualmente, en el campo clínico
    suelen verse varones con este tipo de padecimientos y mujeres con
    algunas características de la enfermedad que superan los
    30 años.

    La dieta, en sí misma, es una práctica
    beneficiosa, porque permite una buena alimentación,
    colabora con la salud del organismo y
    purifica el cuerpo. Pero cuando la dieta se transforma en una
    cuestión esclavizante, no puede salir de ella nada
    positivo.

    ANOREXIA

    LA ANOREXIA Y SU MULTIPLE
    DETERMINACION

    FACTORES PREDISPONENTES

    Estas chicas se caracterizan por tener muy baja
    autoesima y ser muy autoexigentes. En muchos casos el alto nivel
    de exigencia ya es una característica familiar. El apoyo
    de los padres, en relación a la autoexigencia, debe
    relacionarse con poder ayudar a
    sus hijas a aceptar que siempre puede haber algo de ellas con lo
    que no estén muy contentas, pero deben señalarles
    los aspectos altamente positivos o en los que se destacan.
    Generalmente son chicas con buen desempeño escolar y buen rendimiento
    deportivo. Deben entender que El Cuerpo no lo es todo, sino una
    parte de ellas que debe vivir en armonía con el resto de
    los aspectos de su vida.

    En esta época tan dificil ya de por sí,
    que es la adolescencia,
    cambian las responsabilidades. Se tiene más independencia,
    se siente una nueva identidad en
    las opiniones y el adolescente se va incorporando progresivamente
    al mundo adulto. Y como ya lo dice la palabra, adolescencia
    deriva de dolor , por eso el refrán popular que dice
    CRECER DUELE….Muchas veces , el estar en un camino intermedio
    tanto desde el punto de vista físico como
    psicológico y social provoca inseguridad. Y
    esta inseguridad es la fuente de disminución de la
    autoestima.

    La adolescente suele ser rebelde con sus padres y
    negarse a cumplir sus órdenes, pero, mientras tanto,
    cumple montones de otros mandatos que vienen de la sociedad, sin
    darse cuenta de ello. Hay que ser flacas para ser lindas y
    exitosas, hay que usar determinadas marcas de ropas,
    hay que ir a bailar a determinados lugares…

    En cuanto a las características familiares de las
    chicas que padecen trastornos alimentarios, se destacan
    determinadas características: demasiada interdependencia
    en las relaciones, intrusiones e intromisiones constantes en los
    pensamientos y sentimientos del otro, la percepción
    de sí mismo y de los otros miembros de la familia
    está pobremente diferenciada. Otra característica
    es la sobreprotección desmedida y exagerada. La
    sobreprotección retarda el desarrollo y
    la autonomía de los hijos. También se trata de
    familias rígidas, que, en cierta forma se resisten a
    realizar los cambios lógicos que impone el desarrollo de
    los hijos. Operan como un sistema cerrado,
    negándose, sin desearlo intencionalmente, por supuesto, a
    asumir la entrada de los hijos a la adolescencia. Estas familias
    tienden a no negociar explícitamente los conflictos,
    las diferencias. Generalmente, los padres suelen utilizar a la
    paciente enferma como agente desviador de los conflictos
    conyugales, con el fin de querer creer que en el matrimonio todo
    está bien, y que si hay un esbozo de problemas
    entre ellos es por la enfermedad de la hija y no a la
    inversa.

    FACTORES DESENCADENANTES

    Está demostrado que no hay un factor precipitante
    único. Algunas veces es posible determinar eventos externos
    gatillantes, disparadores. Por ejemplo, una paciente de 23
    años señala un aborto como
    factor disparador. En cambio, una
    paciente de 14 años lo atribuye a un picnic en el cual
    comió lechón todo el día. Una amiga le
    señaló que se acercaba el verano y que sería
    conveniente que comenzara a cuidar su peso. Según palabras
    de la paciente, sintió que se moría del
    papelón. Lo que sí se ha determinado es que el
    común denominador de la repercusión que tiene el
    evento para la paciente es que ella siente gran dolor de dos
    maneras: 1- como una amenaza de pérdida del autocontrol,
    2- como una amenaza o real pérdida de la autoestima. El
    evento disparador puede ser una separación o
    pérdida, un problema familiar. Nuevamente, el disparador
    diverso nos remite a una consecuencia convergente: la amenaza a
    su autoestima y a su sensación de control de su
    mundo que conduce a un incremento de la preocupación por
    su cuerpo y a la convicción de que se sentirá
    más en control de su persona si
    continúa perdiendo peso.

    FACTORES DE MANTENIMIENTO

    El curso de la anorexia es muy variado, hay pacientes
    que se recuperan más prontamente que otros. Sí se
    pueden aislar factores que ayudan a perpetuar o mantener la
    enfermedad.

    1- Síndrome de inanición: Las chicas que
    padecen de anorexia se preocupan enormemente por la comida y
    pierden interés
    por otras áreas: coleccionan recetas, leen libros de
    cocina, pasan horas frente a una bandeja sin comer y la comida es
    casi su único tema de conversación, mastican
    cantidad de chicles, toman demasiado mate, agua, gaseosas
    dietéticas o café.
    Pero aparece la inanición, el no comer, el comer
    escasamente y los ayunos prolongados. Así surgen la
    irritabilidad, ansiedad, dificultad de concentración,
    aislamiento social, depresión,
    cambios de humor y perturbaciones del sueño. Todas estas
    características son atribuibles a los efectos de la
    inanición.

    2- Vómitos: No sólo las chicas con
    problemática bulímica vomitan, a veces
    también lo hacen las que presentan características
    de comportamiento
    anoréxico, ya que ven al vómito como una
    solución, en tanto permite comer en exceso y al mismo
    tiempo
    mantenerse delgada.

    3- Constipación crónica: Estas chicas
    suelen presentar esta dificultad, y la constipación brinda
    sensación de saciedad. Esto facilita que la persona
    anoréxica comience a reducir la cantidad o frecuencia de
    sus comidas.

    4- Percepciones corporales: Aun cuando las chicas han
    alcanzado un muy bajo peso, continúan sintiéndose
    excedidas de peso y viéndose gordas.

    5- Negación por parte de la enferma de su
    patología. Esta conducta es muy frecuente, por eso es
    imprescindible la consulta familiar inicial, hasta que la chica
    tome conciencia y pueda comprometerse en una terapia.

    FACTORES SOCIOCULTURALES

    Es muy frecuente que las casas de moda no fabriquen
    talles para personas excedidas de peso. Al encender el televisor
    o mirar revistas femeninas, el mensaje tácito es que para
    ser exitosa y linda hay que ser muy delgada, como las modelos.

    En nuestra sociedad existe la preocupación por la
    comida, las dietas, el talle. Se considera como ideal el cuerpo
    esbelto, y hay una creencia de que la gordura es mala. La idea
    contenida en la frase atribuida a la duquesa de Windsor: Ninguna
    mujer nunca es
    demasiado rica ni está demasiado delgada, está
    fuertemente arraigada en nuestra cultura.

    SIGNOS CLINICOS

    La forma característica de presentación de
    estas pacientes es con mucha ropa, amplia y superpuesta, lo cual
    disimula su a veces extrema delgadez. La piel suele
    estar seca, áspera, fría, a veces cubierta de
    lanugo – vello fino y oscuro más abundante que lo
    normal, que a veces puede recubrir todo el cuerpo – . En
    ocasiones hay petequias en la piel, o sea hemorragias en forma de
    puntos, y las palmas pueden presentar color
    amarillento. Son casi constantes la bradicardia: pocas
    pulsaciones por minuto y la baja presión.
    El esmalte de los dientes está dañado en las
    pacientes vomitadoras. Estas además presentan lesiones en
    los nudillos de las manos, causadas por el roce de los dientes al
    introducir la mano para provocarse el vómito. Estas
    pacientes suelen quejarse de dolor abdominal y
    constipación crónica. Ambos síntomas se
    corrigen con el aumento de la ingesta alimentaria. La cantidad de
    ropa mencionada con anterioridad, cumple dos funciones:
    disminuir ante los demás la delgadez y paliar la constante
    sensación de frío.

    FACTORES DE PERSONALIDAD Y
    ANOREXIA

    Generalmente, las pacientes son descriptas por sus
    padres como niñas perfectas, complacientes y con
    apariencia de estar especialmente dotados, y se habían
    vuelto expertas en lo que se refiere a observar y gratificar a
    sus padres. Así, algunas de ellas no fueron preparadas
    para la etapa de separación e individuación de la
    adolescencia.

    Se caracterizan por un correcto comportamiento social,
    ansiedad, control en la demostración de los afectos. Su
    carácter tiende a ser rígido.
    Presentan inseguridad, dependencia afectiva, poca espontaneidad,
    falta de autonomía, introversión, cierta
    depresión y tendencia a obsesionarse con factores
    complicantes, relacionados con la desnutrición y la condición de
    paciente.

    En cuanto a la depresión, es relevante su
    presentación clínica en la anorexia. Pero lo
    fundamental a tener en cuenta es que dado que los síntomas
    de conducta que acompañan a la inanición – no
    comer – : falta de energía, sueño interrumpido,
    retracción social, falta de ánimo , dificultad para
    la concentración, se asemejan en gran medida a los
    síntomas del trastorno depresivo.

    BULIMIA

    La Bulimia se caracteriza por alternar
    períodos de restricción alimentaria con episodios
    de ingestas copiosas, de gran cantidad de alimentos,
    seguidos por vómitos autoinducidos y por el uso de
    laxantes y diuréticos. Estas situaciones de
    sobrealimentación, llamadas atracón son el
    rasgo distintivo y diferencial de la enfermedad.

    Existen situaciones emocionales, sociales o
    clínicas en las que se producen episodios de ingestas
    exageradas y no se trata de bulimia. Por
    ejemplo , frente al estrés hay
    muchas personas que ingieren más que lo habitual. Es
    frecuente escucharlo en adolescentes
    en época de examen, pero la diferencia con la bulimia
    radica en que la ingesta vuelve a lo normal, transcurrido el
    período de exigencia extrema. No es infrecuente que
    determinados eventos se festejen con comidas abundantes y
    copiosas, y que alguno de los asistentes se exceda más que
    otros, pero esto debe diferenciarse de un trastorno de la
    alimentación. Algunas enfermedades
    orgánicas llevan al exceso de alimentación, como el
    hipertiroidismo o la diabetes.

    Al hablar de bulimia nos referimos a una forma
    particular de ingesta excesiva que va acompañada del rasgo
    esencial de la anorexia: el temor a engordar. Los atracones
    concluyen a causa del malestar físico o por una
    interrupción social – que la paciente sea
    descubierta – .Inmediatamente, a continuación hay
    remordimiento y distintas formas de anular lo hecho, pero esta
    conducta llamada de purga, está siempre originada
    por el temor malsano a engordar, y es esto lo que diferencia al
    verdadero bulímico del exceso temporario que
    esporádicamente puede incurrir cualquier
    persona.

    Con respecto al atracón, es típico que sea
    secreto, con gran vergüenza por parte del paciente si es
    descubierto. La comida es ingerida rápidamente, sin dar
    tiempo a saborearla. Los alimentos consumidos son generalmente
    hidratos de carbono y
    grasas, de
    fácil ingesta. Cuando alguien tiene un peso inferior al
    que le determina su biología o se
    está alimentando con una dieta restrictiva, el
    desencadenante del atracón suele ser el hambre. Con el
    tiempo, el atracón se generaliza como recurso para aliviar
    transitoriamente el malestar emocional que puede tener distintos
    orígenes: desde el aburrimiento hasta la depresión,
    pasando por la ansiedad o el enojo.

    A la vez, la persona está preocupada
    constantemente por pensamientos de la comida y por la
    sensación de haber traicionado su aspiración a un
    peso ideal. La ingesta compulsiva termina debido al malestar
    abdominal, interrupción externa por aparición de
    otra persona, recuperación de control o sensación
    de sopor. Luego del atracón, la persona siente culpa y se
    atormenta por la sensación de pérdida de control.
    El método de
    purga específico puede variar a lo largo del tiempo,
    siendo los más comunes los vómitos, los
    diuréticos y los laxantes.

    EL CICLO DE LA BULIMIA

    La gran contradicción y paradoja es que hacer una
    dieta, atracarse y purgarse, muy lejos de solucionar el problema,
    contribuye a perpetuarlo. Vomitar es una solución de corto
    alcance porque, si bien se elimina el alimento que la persona
    rechaza, vuelve el apetito y consiguientemente las ganas de comer
    de nuevo. Con el transcurso de tiempo, la paciente va perdiendo
    más el control, al punto de sentir que debe vomitar cada
    vez que come. Esto se torna en costumbre, la paciente se siente
    avergonzada y aumenta su culpa. Con el tiempo se instaura
    definitivamente el atracón y el posterior vómito o
    ingesta de laxantes o diuréticos. Al producir
    pérdida de peso y hambre, rompen el circuito natural de
    hambre – comida – saciedad, desencadenando un nuevo
    atracón y así sucesivamente. La vida de la
    bulímica está signada por la culpa, la
    vergüenza y complicadas estrategias para
    poder seguir con el vómito, no como algo placentero, sino
    como algo que realmente no puede eludir.

    RELACION ENTRE BULIMIA Y
    ANOREXIA

    En los últimos años ha aumentado el
    número de pacientes anoréxicas con síntomas
    bulímicos. Uno de los factores influyentes es la creciente
    presión social que impone que para obtener logros y
    éxitos, es necesario ser delgada. Ultimamente, las
    consultas por anorexia se han mantenido estables, mientras que
    las consultas por bulimia han incrementado notablemente. Los
    ciclos de atracones y vómitos parecen deberse a los mismos
    factores predisponentes y de mantenimiento
    que la anorexia, por eso inevitablemente se mantienen
    emparentadas.

    DEPRESION

    En ambos cuadros hay una mayor incidencia familiar de
    depresión y de trastornos de alimentación y peso.
    En ambas patologías alimentarias, es frecuente cierto
    estado
    depresivo.

    PERSONALIDAD Y BULIMIA

    La depresión es el elemento que colorea la forma
    en que se manifiesta el trastorno. La baja autoestima, el temor a
    la no aceptación social y la gran necesidad de una
    aprobación externa son cruciales en el desarrollo de la
    bulimia. Diversos estudios coinciden en que los pacientes
    bulímicos tienden a ser depresivos, impulsivos y ansiosos.
    Son sensibles y muy rigurosos en ciertos aspectos. Presentan baja
    tolerancia a
    la frustración, inestabilidad afectiva

    PRESENTACION Y CONSULTA
    DIAGNOSTICA

    En muchos casos, las pacientes no sabían que
    padecían la enfermedad, sino simplemente hábitos
    que creían que debían esconder. Las preocupaciones
    son similares a las de las anoréxicas. Constantemente
    piensan en la comida y el peso. Cuando hablan de los atracones,
    aducen que éstos no se deben al hambre sino a una
    costumbre que no pueden dominar. Suelen presentar síntomas
    como tristeza, irritabilidad y dificultad en la
    concentración. Suelen llegar, en casos extremos a ideas
    suicidas. Tienen una idea sobrevalorada respecto del temor a la
    gordura.

    CUADRO CLINICO

    La apariencia puede ser de una obesa, otras veces tienen
    peso normal y, más raramente están desnutridas.
    Estas suelen ser anoréxicas con conductas
    bulímicas. Cuando el médico interrroga no hacen
    referencia a los atracones. Sí surge que la
    alimentación ocupa un lugar preponderante en sus
    preocupaciones cotidianas. Los síntomas referidos durante
    el interrogatorio son secundarios al vómito y al uso de
    laxantes y diuréticos: dolor de garganta, de
    estómago, que se presentan cuando el contenido del
    ácido gástrico ha lesionado la mucosa
    esofágica; debilidad o fatiga; rostro hinchado; luego del
    atracón se presenta malestar abdominal, náuseas,
    dolor; diarrea o
    constipación; vómitos de sangre cuando
    existe lesión esofágica sangrante secundaria a
    reiterados vómitos; irregularidades menstruales; episodios
    de sudoración, debilidad, taquicardia, somnolencia y
    letargo luego de los atracones.

    El examen físico puede ser normal o presentar
    algunas alteraciones: a- alteraciones dentarias: pérdida
    de esmalte por efecto del ácido gástrico que causa
    descalcificación y disolución del esmalte. b-
    aumento de las glándulas parótidas. c- bradicardia
    y cambios en la presión arterial. d- erosiones y
    callosidades en las manos, por utilizarlas crónicamente
    para provocar vómitos. Estas lesiones se producen en el
    sitio de roce de la mano contra los dientes.

    COMPLICACIONES MEDICAS

    1. Cardiovasculares: los vómitos, uso de
      laxantes, diuréticos pueden causar hipotensión
      arterial, arritmias cardíacas.
    2. Del medio interno: deshidratación,
      pérdida de cloro, potasio, magnesio y fósforo.
      Estas alteraciones producen debilidad, cansancio,
      constipación y depresión, y pueden causar
      arritmias cardíacas y, en algunos casos, muerte. En
      las abusadoras de diuréticos aparecen
      edemas.
    3. Nefropatías: El riñón puede
      verse afectado por la deshidratación, pérdida de
      potasio y empleo de
      diuréticos. Suelen presentarse infecciones
      urinarias.
    4. Endócrinas: Son frecuentes las alteraciones
      menstruales.
    5. Pulmonares: Las microaspiraciones que a veces
      acompañan a los vómitos pueden causar espasmo
      bronquial y neumonitis.
    6. Gastrointestinales: Las alteraciones a este nivel son
      severas y frecuentes. Un 50 % de las pacientes las presenta. El
      esófago sufre con frecuencia las consecuencias de los
      vómitos. El contenido ácido del estómago,
      en contacto con la pared esofágica es altamente lesivo.
      Puede producir esofagitis, erosiones, úlceras y sangrado
      frecuente. La rotura esofágica puede llevar al riesgo mortal.
      La dilatación aguda del estómago y el duodeno es
      otra complicación con riesgo de muerte.

    TRATAMIENTO DE LA
    PATOLOGIA ALIMENTARIA

    Es altamente aconsejable el tratamiento
    psicoterapéutico individual apenas se perciben los
    primeros signos de la
    enfermedad, que siempre la paciente tratará de negar y
    atribuir a un mero deseo de adelgazar para sentirse mejor. Cuando
    la situación presenta signos orgánicos importantes
    y evidentes, es necesario el trabajo
    interdisciplinario entre psicoterapeuta y
    médico.

    Bibliografía:

    "Psicoterapia
    de la Anorexia
    Nerviosa y la Bulimia", Garnel y Garfunkel, Editorial
    Guilford. (Es un manual
    profundísimo escrito por 2 de los terapeutas que adhieren
    a la Terapia Cognitiva más prestigiosos)

     

     

    Autora:
    Lic. Marisa Manson
    Psicóloga – Argentina

    http://www.psico-asistencia.com

     

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