Por: Armando García
Bernabé.
- Escuchando Génesis y los
parloteos de Peter Gabriel. - Paint in Black. Rolling
Stones. - "Está vivo… está vivo"
Todavía soy puma de corazón. - Mi hija siniestra desconectó la
computadora y perdí todo el trabajo.
El mal en la mayoría de las culturas representa lo
dañino o capaz de provocar una desgracia. Sin especular de
su origen o interpretación, la sola palabra demuestra
un sentimiento extraño o fuera de lo común. Ya sea
desde un punto de vista teológico, filosófico o
literario; el mal y su personificación más evidente
que es el Diablo, es el motivo de este ensayo u
aproximación al mal en dos autores románticos
alemanes: Goethe y Hoffmann.
El Demonio, ángel caído, príncipe de las
tinieblas, etc. Es la representación de lo opuesto de la
luz y la
claridad, es decir, Dios. Puede manifestarse como el ser
más monstruoso, o la figura más angelical, sea cual
fuera su personificación, el Diablo es un sinónimo
de lo oscuro, lo prohibido, lo extrañamente humano y a la
vez, lo más lejano a la verdad y la felicidad.
I.- Escuchando
Génesis y los parloteos de Peter Gabriel.
Desde la Edad Media el
Demonio fue fuente de inspiración de múltiples
historiadores y literatos, la figura mítica del
ángel caído presuponen una invención del
Cristianismo
para asegurar la existencia de Dios. Johannes Bühler en su
libro "
Vida y cultura en la
Edad Media" enfatiza que el miedo al demonio era una
creación de la filosofía cristiana para asegurar un
dominio
político y mental de los pobladores medievales " Pues si
nada sucede sin la equiescencia de Dios, más aún,
si nada existe independiente de la divinidad, si todo acto de
voluntad sólo puede producirse con la colaboración
directa… de Dios, es indudable que también la existencia
del diablo depende de él. Desde el momento en que Dios
dejara de mantenerlo en su ser, Satanás quedaría
reducido a la nada."[1]
Y sin embargo, el demonio adquirió tanta fuerza de
seducción en los mortales, que en no pocas ocasiones
entablaron pactos y peticiones de "algo" que el bien no
podía o quería dar. Cristianamente hablando. Dios a
veces estaba demasiado ocupado elaborando milagros o construyendo
maravillas del saber que arreglar un asunto particular.
La teología cristiana hizo de Dios un ser demasiado
alejado del vulgo, su omnipotencia era inasible, rayaba en lo
imposible. Por lo tanto, Satán hizo acto de presencia y
humanizó el rol entre lo imposible y la necesidad: Un
pacto. Sí, un contrato de
venta entre dos,
la mayor venta de todos los tiempos; el poder de
obtener todo a cambio de algo
sin valor "el
alma"; digo
sin valor pues es impalpable, no me cuesta obtenerla y
sería ilógico perder una cosa que no sabes que
está ahí pero no puedes usar a tu antojo o
necesidad.
El pacto supone una retribución de necesidades, El
diablo obtenía el alma y el ofertante una necesidad
inmediata. Ser el mejor en algo, gozar de la verdad vedada por
Dios, fama, riqueza, mujeres, alcohol,
sexo, etc.;
Dicen las malas lenguas que
Charlie Parker y Bukowski lo hicieron pero eso es harina de otro
costal. Lo cierto es que el pacto con el diablo era la
manifestación más clara del acercamiento a la
verdad, lograr la sabiduría absoluta de todas las cosas,
encontrar el origen del saber y manipularlo al antojo.
Paradójicamente, ser el dueño de toda la
sabiduría pero ignaro de las cosas más comunes o
elementales como el amor y la
felicidad.
II Paint in Black.
Rolling Stones.
En la literatura alemana, un tema
recurrente es el personaje que vende su alma al Diablo, a cambio
de una serie de favores, con los que puede o intenta ganar fama,
ser un gran artista, o simplemente para cambiar la forma de vida
que se ha llevado hasta ese momento. Fausto, viene a representar
al ser humano que se encuentra en la disyuntiva de su conocimiento y
el mundo que lo rodea, por lo que se haya deseoso de poseer
aquello que no le es viable obtener por los medios
normales o naturales. El fausto de Goethe representa los deseos
de cualquier humano, cuando anhela cambiar el destino o el estado de
cosas en que se ha visto envuelto. Por lo que, al desear algo que
se encuentra más allá de sus posibilidades humanas
y naturales entra en pacto con fuerzas sobrehumanas, con ayuda de
las cuales intenta realizar sus sueños o deseos, pero,
para lograr la realización de éstos se ve "forzado"
a vender su alma al demonio.
Mefistófeles aparece a la imagen de Fausto
como la encarnación de un perro encontrado en la
campiña, serio, oscuro y servil. El alquimista
hastiado del saber,
Comprende que por mucho que estudie jamás le
alcanzará la vida para obtener todo el conocimiento,
decrépito y desilusionado pretende suicidarse.
Página siguiente |