- La Importancia del
Juego - El Juego como
Aprendizaje - La Motivación dentro del
Juego - Conclusiones
- Bibliografía
Por medio de la realización de este trabajo se
pretende llegar a conocer un poco más acerca de uno de los
aspectos más importantes en el desarrollo de
los niños
en la etapa de la infancia, el
juego.
Conoceremos acerca de cual es la importancia bajo todos
los aspectos (desarrollo, evolución, socialización, madurez, etc.) que tiene el
juego en la vida de los niños. También se
tocará el tema de cómo se concibe el aprendizaje
mediante el juego, destacando bajo esta perspectiva de igual
manera cual es una de las principales importancias del juego para
los niños.
Se tratará, de igual manera, cómo debe ser
la
motivación que se emplee dentro de los juegos y cual
es la importancia de la misma para que los juegos sean llevados a
cabo de manera óptima por los niños.
CONTENIDO
Un bebé necesita jugar desde los primeros meses,
encontrando como delicioso juguete sus pies y manos. Los adultos
hemos de ayudar a descubrirlos y usarlos. Tan grave es que un
niño no duerma como que no juegue, porque el juego
contribuye al buen desarrollo psicomotriz, que es la base de un
aprendizaje
adecuado. El juego es una educación temprana,
pero necesaria y positiva, que no le podemos negar.
Los niños, menos comer y llorar, lo ha de
aprender todo; por lo tanto, puesto que el juego es el
aprendizaje de la vida, ha de jugar mucho hasta que llegue a la
edad de poderse llamar hombre o
mujer.
Los bebés no necesitan trabajar para vivir, pero
si jugar, el juego es su trabajo profesional del que
depende su desarrollo total por medio de esta estimulación temprana de sus sentidos, algo
de importancia vital para su futura vida física y espiritual.
Los niños juegan de acuerdo con sus posibilidades y en
forma limitada, balbuceando, haciendo burbujas con la saliva,
moviendo manos y pies. Con el tiempo lo
irá perfeccionando hasta llegar a hablar o a coger y tirar
cosas con las manos.
El tacto la vista y el oído son
partes del cuerpo humano
qué precisan de una paciente y sabía labor de
educación. Los juegos sensoriales son muy recomendables
porque ayudan notablemente al temprano desarrollo general del
pequeño.
El sonajero o el oso de peluche son objetos sin sentido
si no hay alguien que les dé vida. Jugar para los
bebés, depende casi totalmente de la capacidad de
dedicación que le puedan dar los mayores. De esta manera,
además, estamos desarrollando y fortaleciendo el
espíritu de la
familia.
De manera general se puede decir que la infancia, el
juego y el juguete guardan entre sí una estrecha
relación, y en el desarrollo histórico-social del
hombre tienen una misma ontogénesis, de ahí que sea
imposible separar unos de otros.
De esta manera, la infancia, el juego y el juguete
surgen al unísono en el devenir evolutivo del hombre, y
van a caracterizar la primera fase de preparación para la
acción
productiva que los niños han de tener cuando alcancen la
edad adulta.
EL JUEGO COMO
APRENDIZAJE Y ENSEÑANZA:
Educar a los niños a través del juego se
ha de considerar profundamente. El juego bien orientado es una
fuente de grandes provechos. El niño aprende porque el
juego es el aprendizaje y los mejores maestros han de ser los
padres
Como adultos tendemos a pensar que el juego de los
niños es algo demasiado infantil como para convertirlo en
parte importante de nuestra vida, y no es así. Para los
niños, jugar es la actividad que lo abarca todo en su
vida: trabajo, entretenimiento, adquisición de
experiencias, forma de explorar el mundo que le rodea, etc. El
niño no separa el trabajo del
juego y viceversa. Jugando el niño se pone en contacto con
las cosas y aprende, inconscientemente, su utilidad y sus
cualidades.
Los estudios de la historia de los juegos
demuestran las funciones de la
actividad lúdica de la infancia: biológicas,
culturales, educativas, etcétera. Los juegos marcan las
etapas de crecimiento del ser humano: infancia, adolescencia y
edad adulta. Los niños no necesitan que nadie les explique
la importancia y la necesidad de jugar, la llevan dentro de
ellos.
El tiempo para jugar es tiempo para aprender. El
niño necesita horas para sus creaciones y para que su
fantasía le empuje a mil experimentos
positivos. Jugando, el niño siente la imperiosa necesidad
de tener compañía, porque el juego lleva consigo el
espíritu de la sociabilidad.
Para ser verdaderamente educativo, el juego debe ser
variado y ofrecer problemas a
resolver progresivamente más difíciles y más
interesantes. En el juego, se debe de convertir a los
niños en protagonistas de una acción heroica creada
a medida de su imaginación maravillosa. Su desbordante
fantasía hará que amplíe lo jugado a puntos
por nosotros insospechados.
El niño explora el mundo que le rodea. Realmente
ha de explorarlo si quiere llegar a ser un adulto con
conocimientos. Los padres han de ayudarle en su insaciable
curiosidad y contestar a sus constantes
porqués.
Los niños, aunque tengan compañeros de
juegos reales, pueden albergar también uno o varios
compañeros imaginarios. No será raro ver a los
niños hablar en tonos distintos de voz y tener una larga y
curiosa conversación consigo mismo, está
jugando.
La óptica
del niño sobre el juego es totalmente distinta a la del
adulto, ninguno de los motivos que mueven a éste a jugar
interviene en el juego del niño.
Para educar jugando, hemos de ser capaces de hacer
propiedad e
idea de los pequeños cualquier iniciativa u
orientación que les queramos dar, como si la idea hubiera
surgido de ellos. Sus «inventos»
les encantan.
Para el niño no existe una frontera
claramente definida entre el sueño y la realidad, entre el
juego y la vida real. El procura seleccionar, comprender e
interpretar aquello que más le interesa.
Con experiencias logradas con el juego, el niño
puede aprender con vivacidad y sencillez las complejidades de
causa y efecto. Es muy importante que vaya conociendo una buena
gama de juegos y materiales
para enriquecer mejor sus experiencias. Los niños no
tienen las facilidades de aprender que tienen los mayores al
tener a su alcance el teatro la radio,
la lectura,
etc.
La imaginación que podemos desarrollar y educar
en los niños por medio del juego es la misma que el
día de mañana utilizará para proyectar
edificios, diseñar piezas industriales o de
decoración, etc. Necesita de esta gimnasia.
El niño, al jugar, imita, lo cual es un producto
secundario de la curiosidad. El pequeño sólo
seleccionará para su realización, al que capte su
interés, en lo cual, su imaginación
juega un gran papel. Y si imita, le hemos de poner cosas buenas
delante, empezando por nuestro comportamiento.
Si los padres y educadores son capaces de observar a su
hijo teniendo en cuenta que el juego es su vida, empezarán
a ver el juego de una forma bien distinta a su creencia de que
éste es pura diversión o una enfermedad del propio
hijo.
Jugar ha de ser divertido. Un juego educativo que
hayamos comprado, puede no ser divertido y, si no hay
diversión, difícilmente habrá aprendizaje.
El niño sabe bien lo que le gusta y lo que no, y no le
convenceremos de lo contrario.
El juego le permite al pensamiento
acciones
espontáneas y eficaces para enriquecer las estructuras
que posee y hallar nuevos caminos, nuevas respuestas, nuevas
preguntas.
Un niño que necesita conocer el mundo desde sus
posibilidades, y un docente que necesita conocer al niño,
tienen en el juego un espacio que permite actos conjuntos,
integradores. Este espacio favorece, además, la vivencia y
la reflexión.
El juego ocupa, dentro de los medios de
expresión de los niños, un lugar privilegiado. No
se puede considerar sólo como un pasatiempo o
diversión. Es, más que nada, un aprendizaje para la
vida adulta. El mundo de los juegos tiene una gran amplitud,
existiendo en cantidad inagotable.
Jugando, los niños aprenden las cualidades de las
cosas que maneja; ve cómo el papel se deshace en el agua,
cómo el carbón ensucia, que las piedras son
más duras que el pan, que el fuego quema, etc.
LA
MOTIVACIÓN DENTRO DEL JUEGO:
El juego es fundamentalmente una actividad libre. Las
personas cuando jugamos lo hacemos por placer; precisamente el
poder
responder a la necesidad de pasarla bien, sin otra motivación, supone un acto de libertad.
El juego se aleja de lo cotidiano, ocupa
parámetros especiales y temporales diferentes de los
impuestos por
la rutina diaria. El juego se realiza según una norma o
regla, siguiendo una determinada estructura y,
por consiguiente, crea orden. El juego se puede considerar como
la actividad fundamental de la infancia, actividad que se
prolonga en la vida adulta. Estamos seguros que
éste se convertirá en el gran instrumento
socializador.
Entender el juego como contenido es la consecuencia
lógica
de considerar que éste es un elemento cultural de gran
trascendencia. Es propio de todas las culturas y de todos los
tiempos.
La exigencia de los juegos de adoptar puntos de vista
externos a uno mismo constituye otra de sus
características. Esta exigencia viene determinada, sin
duda, por los conflictos y
las reglas impuestas desde afuera. Tanto su resolución
como la comprensión y su aceptación requieren de
una progresión considerable en la construcción del pensamiento infantil. En
todo esto no podemos dejar a un lado la motivación, consecuencia del propio placer
por el juego y, paralelamente a ésta, también
está la necesidad de descubrir, de experimentar, que
aparece muy ligada al juego infantil.
Se debe tener en cuenta siempre que la motivación
es la explicación del porque de nuestras
acciones.
Gracias a la realización de este trabajo se ha
podido llegar a conocer un poco más acerca de tema del
juego. Cabe destacar que es un tema de gran importancia en
relación a la educación
preescolar, ya que por medio del juego se pueden desarrollar
diversos aspectos en la población infantil, tales como la
socialización, el aprendizaje, nuevos conocimientos,
madurez, entre otros.
De manera general se pudo analizar que el juego posee
una gran importancia en la vida de los niños, no
sólo en su desarrollo psicomotor, sino también para
su creatividad,
en su aspecto cognitivo, en su desarrollo Socioemocional, en el
manejo de normas, etc. De
manera específica se trató el tema del juego y el
aprendizaje, demostrando que los niños aprenden jugando, y
que es mucho más fácil entender el universo de
los niños para poder llegar a ellos. Basándonos en
la importancia de los aprendizajes significativos, podemos llegar
a entender la gran importancia que tiene el juego para el
desarrollo y logro de los mismos.
Cómo último aspecto se analizó de
manera específica cual es la motivación que existe
dentro del juego. De esta manera se pretende llegar a conocer
más a fondo el juego como tal, entendiéndolo y
comprendiéndolo de manera más significativa, y al
mismo tiempo, a los niños.
Juego: Un tema típico que se desarrolla en
nuestros cursos, basado en trabajos de gran
consideración en temáticas de ocio infantil y
juvenil.
La motivación.
Jorge Moreno Crecis, 2.002.
Importancia de la Educación Mental.
- ROMANCE SOLÁ, M° Teresa:
Juegos de Patio.
2da. Edición. Editorial Vilamalia. Barcelona,
España.
Sandra Santamaría
Caracas,
UNIVERSIDAD JOSÉ MARÍA VARGAS
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MENCIÓN: PREESCOLAR
CÁTEDRA: TÉCNICAS DE
PLANIFICACIÓN