(Artículo premiado con Diploma
de Honor en el Certamen Argentino de Literatura Filatélica
"20 aniversario de ACFA", Asociación de Cronistas
Filatélicos de la Argentina, noviembre de
1984)
La diversidad ilimitada de aspectos heterogéneos
abarcados por la filatelia mundial, que amén de su
amplitud continúa en permanente crecimiento, ha permitido,
como es sabido, la generación de colecciones tan variadas
como novedosas sobre asuntos históricos,
artísticos, culturales, tecnológicos,
geográficos, ecológicos, científicos,
geopolíticos, deportivos, etc.
Ello ha aumentado progresivamente la importancia de la
filatelia temática al punto de colocarla como una de las
alternativas más accesibles y difundidas de la
actualidad.
Los temas y subtemas factibles de ser adoptados por el
coleccionista permiten consecuentemente cierto grado de
subjetividad creativa en la elección y seguimiento de
aspectos particulares de las emisiones postales.
Es en este contexto que se torno posible
considerar como tema de estudio, colección e investigación al valor de los
textos integrados a los sellos postales, teniendo en cuenta la
calidad
semántica irremplazable de la palabra
escrita como medio de expresión.
Desde tiempos remotos, sea a través de grabados
en bronce, plomo, madera,
papiro, cuero o papel,
ella ha transmitido ideas, conceptos y datos
histórico-culturales que de otro modo se hubiesen perdido
con el devenir de los tiempos.
Resulta válido entonces considerar su
participación en el lenguaje
propio de la filatelia como elemento indispensable de su
particularidad semiológica.
Dichos textos, conductores en todos los casos de una
idea específica, pueden a su vez ser subdivididos en dos
aspectos generales, no obstante que en muchos casos se confundan
y generalicen.
Estos aspectos serían, por una parte, la reproducción propiamente dicha de documentación de todo tipo y por otra, la
concepción de frases propias para cada oportunidad, fueren
éstas producto de
la empresa
emisora o provenientes de la palabra de personalidades destacadas
del ámbito que correspondiere.
En cuanto a la reproducción de documentos, puede
citarse como ejemplo el valor postal emitido por Guatemala en
el año 1976 con motivo de la conmemoración del
bicentenario de la Nueva Guatemala de la Asunción, que
incluye facsímil de un texto de
dieciocho líneas original del mes de octubre del
año 1776, con la firma de Martín de
Mayorga.
Respecto del texto propio abundan ejemplos comunes entre
los que merece citarse el caso de la emisión de la
República de Honduras de 1976 que está encabezada
con la leyenda "Homenaje de la Rep. de Honduras a los Estados Unidos de
América
1776-1976" e incluye una banderilla con la frase "An appeal tu
heaven".
Completando las citas ejemplarizantes resulta
válido referir la estampilla procedente de Chile, impresa
en el año 1979 por valor de once pesos, que incluye la
frase "Para lograr la paz educar para la paz", con
reproducción de la firma autógrafa del Papa Paulo
VI en homenaje In Memorian al Pontífice.
En lo que respecta a nuestro país, la Empresa Nacional
de Correos y Telégrafos
(ENCOTEL) ha lanzado en varias oportunidades sellos dotados de
leyendas
semánticamente enmarcables en el contexto de
investigación tratado, en tanto y en cuanto son portadoras
de ideas específicas. Verbigracia, el valor de 70 c. de
1952-26 de julio-1973, que reza "Eva
Perón eterna en su pueblo"; el sello de 30 pesos con
la inscripción "Coleccione sellos postales"; el de 1980
que señala "Censo 80. Una respuesta al futuro".
En cuanto al aspecto documental, el correo argentino
utilizó, en marzo de 1982, la superposición de
imágenes de escritores del país
sobre un fondo que reprodujo la portada de libros o
revistas destacados en la totalidad de su obra. Así, por
ejemplo, en el sello que recuerda a Lucio V. Mansilla se aprecia
en profundidad el famoso título "Una excursión a
los Indios Ranqueles" y en el dedicado a Victoria Ocampo,
facsímil de un número de la revista
"Sur".
Con relación a los escritores se ha conocido
inclusive, por medios
periodísticos, una propuesta para que en futuras emisiones
se reproduzcan fragmentos provenientes de sus obras, lo que de
ser así ya no correspondería al encuadre en el
aspecto documental sino en el de las concepciones propias sobre
la base de la palabra reconocida.*
Por último y para citar otro ejemplo argentino
claro y reciente, es de destacar la reproducción
documental de una primera plana del diario "El Día" de La
Plata saliendo de una rotativa, en la que se lee perfectamente
título y copete, emitida en 1984 con motivo de
conmemorarse el centenario de ese medio de comunicación.
La rápida revisión de ejemplos demuestra
sin lugar a dudas que puede resultar sumamente interesante
considerar la transmisión de ideas concretas mediante la
palabra escrita en los sellos postales como tema de particular
estudio en el contexto general de la filatelia.
La filatelia como fenómeno
comunicacional.
(Artículo premiado con Diploma
de Honor en el Certamen Iberoamericano de Literatura
Filatélica "Postas ‘87", organizado por la
Asociación de Cronistas Filatélicos de la
Argentina, 1987)
Una visión moderna del hecho filatélico
debe necesariamente desarrollar su análisis como fenómeno
comunicacional.
Los sellos de correo han transitado un largo camino
desde su creación en 1839. Ideados por el británico
Rowland Hill como elementos de administración postal, se tornaron en
sujetos de colección y estudio. Sólo un año
más tarde, en 1840, un individuo
llamado Gray daba comienzo al arte de
coleccionar y conocer los sellos postales, es decir, la
filatelia.
A través del tiempo las
colecciones han adquirido importancia histórica y
documental, y en muchos casos altos valores
económicos. La filatelia se ha configurado como una
actividad educativa, transmisora permanente de valores
culturales. Asimismo ha ido conformando sus propias técnicas y
un vocabulario especializado capaz de reflejar fielmente los
significados de quienes se dedican a ella.
La comunicación por su parte, puede definirse a
grandes rasgos como la relación mediante un código
e igual significado para emisor y receptor.
En consecuencia los sellos son, en un análisis
cominicacional, portadores de mensajes codificables entre
la
administración postal y el usuario y el coleccionista
o cronista especializado. En última instancia la filatelia
no hace sino compendiar y estudiar esos mensajes.
Las distintas teorías
sobre la
comunicación coinciden en señalar modelos en los
que son fundamentales un "emisor", un "mensaje" y un
"receptor".
En el caso que nos ocupa, el rol de emisor del mensaje
corresponde a la administración de correos.
Cuando la emisión responde a un requerimiento o
sugerencia de persona o
grupo ajeno a
esa administración, el papel de emisor es compartido.
Existe entonces un "emisor responsable" del mensaje propiamente
dicho que es la persona o grupo que se manifiesta por ese medio.
También un "emisor real" que es el correo y un "emisor
técnico" que es el organismo impresor.
Este es el caso de aniversarios institucionales,
reproducciones de obras de arte o textos documentales o
literarios.
En cuanto al mensaje, tiene en todos los casos un
"contenido" o tema tratado y un "canal" que no es otro que el
sello postal mismo. Está expresado en un "código"
conformado por ilustraciones y textos capaces de transmitir el
sentido claro y preciso del mensaje propiamente tal.
Tres son los tipos de receptor en este ámbito
comunicativo, a saber: El que remite correspondencia, el que la
recibe y el coleccionista o cronista especializado.
En cada uno de los casos son verificables distintas
jerarquías de conocimientos, actitudes y
manejo de códigos por parte del receptor, que
redundarán en diferentes grados de eficacia en la
comunicación.
Los especialistas, por ejemplo, podrán tener un
nivel de conocimiento
capaz de valorar aspectos técnicos o conceptos
estéticos globales. Contrariamente, el usuario, sea
remitente o receptor de correspondencia, podrá no tener
esos niveles informativos específicos y requerir de un
sello postal la claridad del mensaje escrito o la novedad de
la
ilustración.
Respecto de los códigos, se presume generalmente
que el receptor de sellos maneja adecuadamente la capacidad de
interpretación visual. Se utilizan en la
mayoría de los casos códigos de ilustración. No obstante en varias
oportunidades en los que el mensaje así lo requiere, se
aplican leyendas o se reproducen textos que expresan en forma
indubitable el significado a comunicarse.
Por otra parte, es válido considerar a la
comunicación filatélica como de carácter social. Las teorías
conocidas al respecto señalan que la comunicación
social es unilateral, indirecta y pública. Estas
particularidades le son propias a la comunicación mediante
sellos postales. Es unilateral en tanto que se canaliza siempre
desde el mismo emisor; indirecta porque no implica un contacto
entre el emisor y el receptor sino a través de un medio y
pública porque está destinada a un público
general.
Son también analizables algunos aspectos de las
relaciones entre los factores de la comunicación
filatélica.
El mensaje resulta coincidente con las intenciones del
comunicador y la selección
del tema, con el aporte de características propias del
emisor.
Los sellos postales como medio condicionan
técnicamente al comunicador, que debe acomodar el mensaje
a sus particularidades intrínsecas. Así
deberá tener en cuenta los sistemas de
impresión para las reproducciones gráficas y limitar los textos a la
capacidad física.
Deberá lograr un equilibrio
estético entre imagen y
texto.
El modelo del
proceso de la
comunicación aplicado a la cuestión
filatélica debe considerar también los componentes
teóricos de sentido inverso. En el receptor se originan
respuestas que generan la realimentación del proceso
(feedback). Estas sirven al emisor para corregir y ajustar su
mensaje en pos de la eficiencia.
En el caso que nos ocupa, la realimentación
estaría dada básicamente por los comentarios y
sugerencias de los cronistas especializados y de los
coleccionistas en general en forma individual o
institucionalizada.
La dinámica de la comunicación
permitiría otros enfoques teórico-analíticos
del proceso. No obstante el lineamiento seguido en el presente
estudio ofrece una visión acabada y suficientemente
sólida de la filatelia como hecho
comunicacional.
- Berlo, David (1984): "El proceso de la
comunicación", El Ateneo. - Billorou, Oscar (1985): "Introducción a la publicidad", El
Ateneo. - De Fleur, Melvin (1970): "Teorías de la
comunicación masiva", Paidos. - "Enciclopedia Básica Danae" (1973), editorial
Danae.
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Jorge Eduardo Padula Perkins
Licenciado en Periodismo
(Univ. del Salvador, Argentina)