- Historia de la
Equitación. - La Antigua escuela de
Equitación. - Las escuelas de
Equitación. - Aparejo o
arreos - Equitación
Básica. - Equitación
avanzada - Conclusión
- Bibliografía
La Equitación es el arte de mantener
el control preciso
sobre un
caballo, así como los diferentes modos de
manejarlo. La equitación implica también los
conocimientos para cuidar caballos y el uso del equipo apropiado
llamado aparejo o arreos.
Estos equipos son esenciales al momento de montar un
caballo ya que con esto se tiene el control de
animal.
Existe un tipo de equitación básica,
donde lo principal es aprender a montar, y uno más
avanzado, usado para saltar, realizar carreras, acarrear ganado,
exhibición o equitación de alta escuela.
Durante milenios, el caballo no fue más que
una pieza de caza para servir de alimento al hombre
prehistórico. Su velocidad de
galope no permitía abatirle fácilmente con los
medios
rudimentarios de entonces, pero más tarde la astucia y las
emboscadas preparadas por el hombre
permitieron hacerse con las manadas de caballos que caían
bajo los certeros golpes de los cazadores. Después
sobrevino un período de calma, porque el hombre
nómada se volvió sedentario, pastor y agricultor, y
el caballo, más libre, sufrió una
transformación, y por razones inexplicables las manadas
disminuyeron, aunque las condiciones de vida deben haber
mejorado.
En la edad de bronce el hombre se percató de
que el caballo podría convertirse en un elemento
utilitario y no solo en base de su alimento. El caballo
empezó a emplearse como elemento de trabajo. En la
historia de la
humanidad, el caballo se convirtió en pieza vital de una
nueva era. Según todos los indicios, el caballo no tuvo su
origen en Europa, sino que
fue importado de alguna apartadas regiones oriental para su
utilización doméstica.
Es importante hacer notar que la caballería
era el cuerpo militar predominante en los ejércitos persas
y griegos, e incluso entre las hordas bárbaras anteriores
a nuestra era. Todavía se montaba a pelo, pero ya se
jugaba al Polo en Persia. En esta época aparece el primer
caballo famoso en la historia: "Bucéfalo", el caballo de
Alejandro
Magno, cazado y domado por el. A lomos de este caballo
Alejandro Magno conquistó países colindantes con el
mar Mediterráneo, el mar Negro y el Golfo Pérsico,
llegando desde Grecia hasta
la India. Siempre
a caballo.
Pasamos a la Edad Media. La
caballería Española, que estaba considerada como
"Escuela de Caballeros", los hijos de los grandes señores
o caballeros de alcurnia pasaban su infancia y
adolescencia
sometidos a una estrecha vigilancia y una constante
preparación. Primero bajo la tutela materna y
luego bajo la de un preceptor, y cuando apenas tenían diez
años eran enviados a los castillos de otros señores
a los que servían directamente y de ellos aprendían
el arte de ser caballeros. Empezaban por llevar las armas y los
escudos, y de ahí el nombre de "escuderos" que se les
daba. En los castillos recibían además
instrucción literaria y musical, y aprendían
idiomas. Se forjaban pues, hombres y caballeros aptos para la
guerra y
también para la vida palaciega y social de la
época.
Entre batalla y batalla, o en épocas de paz se
generalizó el empleo del
corcel en torneos y juegos a
caballos, como una preparación para el tiempo de
guerra. Con el tiempo, estos entrenamientos para la guerra
habrían de convertirse en el deporte
hípico.
La Antigua escuela de
Equitación.
Fue en la época bizantina cuando aparecieron
elementos tales como la silla, la brida y las riendas. Sin
olvidar que con la silla se crearon los estribos que fueron de
gran utilidad para
unos jinetes que tenían que buscar el máximo
equilibrio en
su caballo, a consecuencia del peso que representaban sus
armaduras y escudos y las armas propias de la
época.
Fue entonces cuando se empezaron a estudiar sistemas y
técnicas, y surgieron las escuelas "a la
jineta" y "a la brida". La segunda prevaleció sobre la
primera pero esto no quiere decir que "la jineta" haya quedado en
desuso.
En los campos andaluces y salmantinos, en los
cortijos o en el rejoneo en las plazas de toros todavía
esta vigente el estilo limpio, elegante y ardoroso de la jineta.
Precisamente en España y
Portugal.
No obstante, las tácticas de combate, los
juegos de guerra y el peso de las armaduras generalizaron en toda
Europa la llamada "Escuela de la Brida", mientras que el sistema de montar
"a la jineta", más apropiado para los juegos de
cañas y el toreo se afianzó en España y
ahí sigue.
Para montar a la brida, se requiere un arnés
cabecero que sujete al caballo mediante la brida propiamente
dicha, el freno o bocado y las riendas. La silla carece de
resaltes o salientes excesivos y los estribos han sufrido cambios
en los materiales
utilizados.
Las guerra de Italia, en la
época iniciada por los Reyes Católicos, fueron unas
de las causas que acabaron por generalizar en España la
escuela de la brida, por cuanto el jinete tenía una mayor
movilidad y libertad de
acción,
sin las limitaciones que imponían los útiles
aplicados al caballo más que el propio dominio del
jinete que lo montaba.
La permanencia en Italia de los soldados
españoles, peleando con enemigos cuya táctica
guerrera era tan distinta de la que ellos habían
practicado en nuestro suelo durante el
largo periodo de la Reconquista, produjo sin duda una profunda
modificación en la manera de combatir a caballo, y por
tanto en la utilización de este.
Fue pues en Italia donde la caballería
española empezó a amoldarse a los nuevos estilos,
dejando el español
para las competiciones y los juegos clásicos de nuestro
pueblo. El método o
sistema de monta a la jineta tenía y tiene una
característica muy especial, consistente en hacer correr,
parar y girar el caballo bruscamente pero con sujeción a
determinados principios. El
caballo tenía que revolverse y marchar de uno a otro lado,
incluso hacia atrás, con gran agilidad y presteza, y todo
ello mediante la ayuda de pies, piernas y rodillas así
como de la mano izquierda.
El freno reviste en este caso una forma muy especial
y exclusiva: menos pesado y más corto que el de la brida.
La silla asimismo, es un dato de preferente atención. Es distinta a la de la brida, de
hechura casi cuadrada, de mayor fortaleza y con dos arzones
prominentes, el de delante recto y el posterior alto
también pero ligeramente inclinado hacia atrás. No
obstante el caballero en esta silla va perfectamente encajado,
sujeto y sin riesgo de
descomponerse al ejecutar los movimientos necesarios en los
ejercicios correspondientes.
Los estribos también son distintos a la otra
monta: los había de dos clases, de "medio celemín"
y de media luna, tanto para el combate como para torear de
hierro,
mientras que para el campo el material empleado era la madera. El
pie, quedaba pues, perfectamente resguardado de los envites a los
que había que oponerse, especialmente de los cuernos de
los toros. En la jineta se utilizaban asimismo diversas espuelas,
acicates diversos, de aguijón, pico de gorrión,
etc. La posición del jinete es distinta en una y otra
monta.
La primera escuela de equitación fue fundada
por el conde de Fiaschi en el año 1539 en la ciudad
Italiana de Ferrara, y todo apunta a que fue la primera escuela
de equitación de la que se tiene noticia. Fiaschi
también expuso sus conocimientos y sus experiencias
vividas junto a los caballos en diversos escritos. Tenía
como fieles alumnos a Federico Grisone y Juan B. Pignatelli, que
le sucedieron en sus teorías
y en sus prácticas, y más tarde en la dirección en la dirección de su
escuela que trasladaron a Nápoles. Entonces ya se
había conseguido crear la Escuela Italiana, a la que
acudían los hijos de las mejores familias francesas y
alemanas, y esta fue la base de la creación de otras
escuelas en dichos países, en especial la francesa de La
Broue y La Baume.
Pero entretanto surgió una escuela
que hizo historia y que se mantiene en nuestros días: la
clásica Alta Escuela Española de Viena. Fue creada
en el año 1572 y sustituyó a un famoso picadero
cubierto austriaco. Fue en esta época el momento en que
más se escribió sobre la hípica y la
equitación. Estas constituyeron, junto con el deporte o
arte de la esgrima y más tarde la gimnasia, los
conceptos básicos de lo que había de ser el deporte
del mundo.
Cada país realizaba sus estudios y fundaba sus
escuelas de equitación. España también tuvo
maestros en las prácticas hípicas, y en muchos
casos, los conocimientos y las bases españolas sirvieron
de iniciación a los escritos extranjeros.
Pero el país que más
preocupación demostró respecto a la monta fue
Francia. A
partir de 1600 buscaba nuevas fórmulas y tal vez
encontró el mejor sistema, basado en movimientos muy
suaves. Los franceses fueron depurando la técnica que
entonces se consideró como el estilo moderno y hoy
aún prevalece.
Se crearon los picadero-escuelas de Versalles y las
Tullerías, y países como España, Portugal y
Alemania
empezaron a seguir el ejemplo, creando escuelas con
peculiaridades propias pero bajo la influencia francesa. No
obstante cada escuela publicaba libros en los
que aunque exponían realidades técnicas
extranjeras, mantenían sus propios conceptos y
defendían sus convicciones clásicas.
Por lo tanto, el siglo XVIII trajo consigo una
preocupación y esmero en la preparación del caballo
y en los antiguos sistemas de doma, pues se buscó la
cadencia de la marcha y la flexibilidad en el manejo del corcel,
y el movimiento de
adorno hizo
que surgiera la verdadera doma del noble bruto.
Francia siempre mantuvo la cabeza en los estudios
ecuestres, con sus escuelas de Versalles, de caballería
ligera y la de Saumur, y empezó una nueva era: la militar
exenta de florituras para dar a la equitación una forma
castrense.
De esta forma, el panorama ecuestre hasta tal vez
1920 estaba dominado por el estamento militar. Los jóvenes
oficiales de la Escuela de Saumur se imponían por doquier
hasta que se empezó a despertar el interés
entre la población civil. A partir del citado
año 1920 los jinetes civiles confirmaron su
aparición en los concursos hípicos. La
caballería en el estamento militar tocaba a su fin con la
aparición de la caballería motorizada, y ello
motivo el que la equitación terminase de orientarse
deportivamente. Actualmente, aunque existen militares que dominan
el arte ecuestre, el elemento civil impone criterios propios y a
el le corresponde buena parte del resurgimiento competitivo en lo
ecuestre.
Las piezas esenciales del equipo de equitación
son: ronzal, brida, silla o montura y estribos. Tradicionalmente,
el aparejo se le pone al caballo por el lado izquierdo o parte de
dentro; el lado derecho del caballo es la parte de
fuera.
Ronzal
El ronzal se usa para controlar al caballo desde el suelo.
Consiste en unas correas que van alrededor de la cabeza del
animal y una anilla bajo su barbilla (barboquejo) donde va
enganchada la correa de mando o guía.
Brida
La brida comprende el bocado, el collar o cabezada y las
riendas. El bocado es una barra de metal que se coloca dentro de
la boca del caballo. El jinete experto ejerce el control sobre el
caballo por medio de la presión e
n el bocado. El collar, al cual va sujeto el bocado, es un
dispositivo de correas de cuero situado
alrededor de la nariz, quijadas y cabeza del animal. Las riendas
son unas correas de cuero que están sujetas al bocado a
ambos lados de la boca del caballo y que van una por cada lado
del cuello hasta las manos del jinete.
Silla o montura
La silla es una pieza de cuero que se sitúa
encima de la grupa del caballo y tiene unos faldones que se
extienden hacia abajo por ambos lados del animal. Se sostiene en
su sitio por medio de cinchas que circundan el vientre del
caballo y se abrochan bajo los faldones. La parte de la silla
ocupada por el jinete es el asiento, la parte de delante es el
pomo y la de atrás el arzón trasero. Suspendidos
por los dos lados de la silla y sujetos con unas correas
ajustables se encuentran los estribos, que son de madera o metal
y soportan los pies del jinete.
Aunque los tipos de sillas varían dependiendo de
su uso, los dos tipos principales son la silla inglesa
(galápago) y la silla vaquera. La silla inglesa es
más ligera y plana mientras que la vaquera es más
pesada con un pomo y un arzón trasero mucho más
altos. El cuerno que forma el pomo sirve de ancla para el lazo
que se usa cuando se conduce ganado.
Una de las habilidades fundamentales para poder manejar
el caballo es saber montar y desmontar utilizando una o
más de las diferentes sillas y conocer las señales
adecuadas para controlar y dirigir los movimientos del
animal.
Montar: La monta de un caballo
comprende varios actos separados ejecutados en un movimiento
continuo. El jinete se coloca al lado izquierdo de la montura a
la altura de la silla mientras sujeta las riendas en la mano
izquierda que descansan en el cuello del caballo frente al pomo
de la silla. Con la mano derecha vuelve el estribo hacia
él, se inserta el pie izquierdo en él, se coloca la
mano derecha en el arzón y se impulsa desde el suelo
transfiriendo su peso al pie izquierdo y las manos. Se quita
entonces la mano derecha del arzón y se pasa la pierna
derecha por encima de la grupa del animal sentándose sin
brusquedad en la silla.
Desmontar: Para desmontar el jinete agarra
de nuevo las riendas frente al pomo con la mano izquierda.
Desengancha el pie derecho del estribo y transfiere el peso al
pie izquierdo, entonces pasa la pierna derecha sobre la grupa del
animal, apoyándose contra la parte izquierda del caballo
para transferir el peso a las manos. Hace una pequeña
pausa para sacar el pie izquierdo del estribo y se deja resbalar
hacia el suelo. Las botas de montar o un calzado fuerte con poco
tacón evitan quedarse enganchado de los
estribos.
Monta y manos: La primera
consideración con respecto a la monta es la manera de
encontrar el equilibrio por parte del jinete que consigue
sentándose sobre el centro de gravedad del animal y que
varía de acuerdo con la función
que se esté realizando. El jinete debe estar calmado y
relajado en la silla, ya que cualquier estado de
tensión o miedo es percibido en seguida por el caballo. El
uso adecuado de las manos es un factor vital en la buena
equitación. Cualquier tirón fuerte de éstas
puede dañar y echar a perder la sensibilidad de la boca
del caballo. Unas manos ligeras pero firmes en las riendas son de
suma importancia.
La monta normal de paseo se realiza hacia adelante
y es la que se usa en la monta inglesa, en la que el jinete se
sostiene en la grupa del animal por el equilibrio más que
por agarrarse con las rodillas y aferrarse a las riendas. El
jinete se sienta erguido en el centro de la silla con los hombros
hacia atrás y con la parte estrecha de la espalda
arqueada, las manos se sitúan bajas frente a la silla de
manera que las riendas y los brazos formen una línea recta
desde el bocado hasta el codo. Se sostiene una rienda en cada
mano y al caballo se le hace cambiar de dirección con un
ligero tirón hacia el lado que el jinete quiera que gire.
El estribo soporta el pie por la planta con el talón
presionando ligeramente hacia abajo, la rodilla doblada y
manteniendo vertical la parte baja de la pierna. Un estribo bien
ajustado alcanza el hueso del tobillo cuando se deja colgar
libremente la pierna desde la silla.
Para la monta de paseo en silla vaquera, el jinete
se sienta apoyándose en el arzón trasero y extiende
ligeramente las piernas hacia adelante y hacia afuera de los
lados del caballo. El estribo se sitúa en la planta del
pie con el talón presionando hacia abajo y se ajusta un
poco más largo que para la monta inglesa, de manera que
las piernas y el cuerpo del jinete están casi en
línea recta. Ambas riendas se sostienen con una mano y se
dirige al caballo haciendo presión con la rienda en el
lado opuesto del cuello hacia el que se quiere que gire el
animal.
Ayudas: Un jinete habilidoso controla el
caballo por medio de varias señales llamadas de forma
colectiva ayudas. Las ayudas naturales son señales
transmitidas al caballo por las piernas, manos y voz del jinete y
por el cambio del
peso del cuerpo en la silla. A menudo, son complementadas con
espuelas y fustas, que se usan para reforzar las órdenes y
no para castigar al caballo.
Para hacer que un caballo se mueva hacia adelante, el jinete
frota sus piernas contra los lados del caballo; incrementando la
presión y las voces de mando se consigue acelerar el paso.
Para hacer que vaya más despacio, se detenga o recule, se
tira hacia atrás de las riendas.
Pasos: La mayoría de
los caballos tienen tres tipos naturales de pasos o series de
movimientos de las patas: paso, trote y galope. Un tipo de galope
más rápido se denomina galope tendido. Cada uno de
estos pasos requiere del jinete una postura concreta. En el paso,
el jinete permanece erguido en la silla.
En el trote, si se monta a la inglesa, el
jinete se inclina un poco hacia adelante y se mueve arriba y
abajo con el paso del caballo; en el estilo vaquero, el jinete se
apoya en el arzón trasero y se mantiene sentado. En ambos
estilos de montar, el jinete se mantiene sentado cuando va a
galope, pero en el galope tendido, cuando se monta en silla
inglesa, adopta una posición en la que la parte superior
del cuerpo se inclina hacia adelante y las nalgas se elevan de la
silla manteniéndose en el aire, lo que se
conoce como posición de dos puntos.
Muchos tipos de equitación avanzada se
usan para saltar, realizar carreras, acarrear ganado,
exhibición o equitación de alta
escuela.
Salto
Cuando un caballo salta, su centro de gravedad se
desplaza hacia adelante, a un punto situado en el frente de la
silla. Para mantener el equilibrio, el jinete inclina su cuerpo a
la llamada posición de dos puntos. Una silla con soportes
almohadillados para las rodillas y un arzón trasero
más elevado facilita esta posición; el jinete
aprende a saltar primero al trote y luego al galope sobre vallas
bajas. La parte superior del cuerpo no debe desplazarse hacia
atrás, las piernas deben permanecer en las cinchas sin
presionar con los talones y las manos evitarán interferir
en la boca del animal. La práctica desarrolla la habilidad
para regular el tranco (zancada) del caballo, para que el punto
de impulso no esté ni demasiado cerca ni demasiado lejos
de la valla.
En la caza del zorro, el jinete debe tener la
habilidad de manejar al caballo para saltar sobre vallas, zanjas,
muros, terraplenes, matojos y otros obstáculos naturales,
con los que se puede encontrar.
Carreras
En las carreras de caballos el jinete debe
inclinarse de manera exagerada hacia adelante. Cuando el caballo
adquiere velocidad y galopa en línea recta, el centro de
gravedad se desplaza hacia adelante. El yoquey, entonces, se
desplaza hacia el cuello del caballo con las piernas encogidas y
altas, sujetas por unos estribos muy cortos. Esta postura tiene
la ventaja de dejar libertad de movimientos a los cuartos
traseros del caballo, lo que permite mayor fuerza en el
tranco y ofrece una menor resistencia al
aire que con una postura erguida.
Acarreo de ganado
En muchos países el ganado es conducido por
vaqueros, cuya monta, cuando acarrean ganado, sigue una
trayectoria con cambios bruscos de dirección. El centro de
gravedad del caballo se desplaza un poco hacia atrás al
tener que mantenerse equilibrado en los giros y paradas
repentinas. En consecuencia, el jinete debe sentarse muy
atrás con las piernas extendidas. Esta postura mantiene al
jinete equilibrado con el caballo durante los cambios
rápidos de dirección y le permite asegurarse contra
las paradas repentinas.
Exhibición
En la monta de caballos de exhibición se
usa una silla inglesa sin soportes para las rodillas. El caballo
de exhibición debe estar reunido o recogido, lo que
significa que sus cuartos traseros deben estar por debajo de la
alzada del punto más alto de la cabeza hasta el doblez del
cuello y la quijada, de forma que esté más
equilibrado; es un estado que permite al caballo cambiar de paso
con facilidad. Las piernas del jinete y el cuerpo están
casi rectos y se usan estribos largos para mantener el
equilibrio.
En una exhibición de paso o en un
concurso hípico, el jinete deberá mostrar al
caballo ejecutando diferentes pasos en ambas direcciones
alrededor de una pista circular vallada. Al trote, el jinete debe
cubrir diagonales, sentándose en la silla cuando la pata
delantera de dentro toque el suelo y levantándose de la
misma cuando lo toque la pata delantera de fuera. El caballo debe
comenzar el galope presentando primero la pata delantera de
dentro. La mayoría de los caballos comienzan correctamente
de una manera natural, aunque a otros hay que obligarles a
hacerlo ayudándose con las piernas y las
manos.
Silla de asiento
Este estilo se usa sólo cuando se monta el
caballo de silla americano. El aparejo apropiado comprende una
silla inglesa plana y una brida con un bocado de filete y otro
curvo (que permita mayor palanca en la quijada) o sólo uno
curvo, esto es, una cadena o correa sujeta en la parte de arriba
del bocado que ejerza mayor control. Las piernas del jinete se
llevan como en la silla vaquera de paseo. Los caballos de esta
modalidad se mueven con pasos recogidos y las manos del jinete se
sitúan casi a la altura de los hombros para ayudar al
caballo a llevar la cabeza y el cuello. El jinete se levanta en
el trote y va sentado en el resto de los pasos, incluyendo el
paso lento y estirado, artificial y opuesto a los cinco pasos
naturales que ejecutan los caballos.
Silla de montar de lado
Las mujeres que montan de lado usan una variante
de la silla inglesa. Un pomo largo y curvo sujeta la pierna
derecha de la amazona, que se pliega alrededor y contra el lado
de dentro del caballo; la pierna izquierda va apoyada en un
estribo convencional. Al no poder dominar al caballo con su
pierna, la mujer lleva un
látigo o fusta en la mano derecha.
Doma
La doma se refiere a enseñar a un
caballo a ser dócil, equilibrado y obediente. La silla de
esta especialidad es similar a la inglesa, aunque con los
estribos más largos. El trabajo
básico de doma comprende restricción y
extensión (alargar y acortar el tranco) en el paso, trote
y galope y movimientos laterales como la doble pisada, en la que
el caballo se mueve hacia adelante y hacia un lado de manera
simultánea.
La doma se puede utilizar como adiestramiento
para otras disciplinas, como competiciones y concursos. La
Escuela Española de Equitación de Viena, fundada en
1572, es el centro mundial más famoso de exhibición
de doma. Entre los movimientos de la ‘alta escuela’
se encuentran el piaffe o trote sobre sí mismo y
los llamados ‘aires’ sobre el suelo, entre los que se
encuentran la parada, el paso atrás y la serpentina, en la
que el caballo salta en el aire y da cocees al mismo
tiempo.
Adiestramiento
El adiestramiento de un caballo joven al
arnés (ronzal, brida) y a la silla, consiste en
acostumbrar poco a poco al animal a llevar varias piezas del
aparejo (arreos) y después a soportar o tirar de un peso.
El adiestramiento forzado de caballos viejos, en el que un
caballo que no ha sido amaestrado antes es embridado, ensillado y
montado, se considera como un adiestramiento primitivo e
insatisfactorio.
El adiestramiento avanzado, como la
equitación avanzada, se hace de muchas formas. En el caso
de caballos de carreras y ponis de acarrear es un arte muy
especializado que debe ser efectuado por domadores profesionales.
No obstante, el jinete que monta por placer debería tener
los conocimientos necesarios para ejercitar al caballo en la
ejecución de saltos, ir de caza, manejarlo en un concurso
hípico o aprender las maniobras básicas de la doma.
Debido a que estas ejecuciones están basadas en
movimientos naturales del caballo, los factores principales para
la enseñanza son paciencia, destreza y
repetición.
Cuidados y
limpieza
Uno de los aspectos más importantes de la
equitación es el cuidado apropiado del caballo, que
comprende la limpieza, alimentación,
cuidados médicos y herraje. La limpieza se realiza para
mantener la higiene del
caballo y estimular su piel; el
primer paso es cepillar o frotar el cuerpo del animal con un
cepillo llamado rascadera que debe moverse en pequeños
círculos a favor de la dirección de crecimiento del
pelo; este proceso
suaviza el pelo y estimula el flujo de la sangre a
través de la piel del caballo. El cuerpo del caballo,
así como su crin y cola, se cepillan después con un
cepillo duro para quitar pelos sueltos y polvo y suavizar su
pelaje. Por último, el cuerpo y la cara del caballo se
frotan con un cepillo suave que abrillanta el pelo. La limpieza
abarca también los pies del caballo, antes y
después de cada carrera, y, por último, se debe
quitar a menudo el exceso de pelo de la cola y la
crin.
Después de montar, el caballo se debe
mojar con agua
fría utilizando una esponja, luego se cepilla, se cubre
con una manta y se le obliga a caminar hasta que se seque. Si el
caballo está demasiado caliente y sudoroso, el jinete debe
quitarle la silla y la brida, cubrirlo con una manta, darle un
poco de agua y hacerle andar hasta que se
recupere.
La alimentación adecuada para un caballo de
montar depende de su raza y del tipo de trabajo que desarrolle.
Por lo general, un caballo que pese unos 544 kg y haga seis
horas diarias de ejercicio, debe ser alimentado tres veces al
día. Sus comidas pueden consistir en 134 o 202 medidas
secas de grano o pienso dulce mezclado con pequeñas
cantidades de maíz y
harina de linaza. Además, el caballo debería comer
un puré de salvado una vez a la semana, siempre antes del
día de descanso.
Cualquier cuidado médico dado por su
dueño tiene que limitarse a tratamientos de
pequeñas dolencias. Para enfermedades más
serias hay que llamar a un veterinario. Un caballo debería
ser tratado de lombrices intestinales tres o cuatro veces al
año.
Un herraje adecuado es de suma importancia, aunque
a veces es un aspecto que se trata de forma negligente en el
cuidado del caballo. El dueño del animal debería
escoger al herrero con mucho cuidado. El tipo de herradura
depende de factores como la raza del caballo, el tipo de trabajo
que realiza y la forma en que utiliza sus
patas.
En conclusión la equitación es un
buen deporte pero hay que tener tiempo y dedicación para
dominar los caballos la limpieza.
Ya que esta es uno de los aspectos más importantes de la
equitación es el cuidado apropiado del caballo, que
comprende la limpieza, alimentación, cuidados
médicos y herraje.
Esta información fue obtenida de la siguiente
fuentes de
imformacion:
Relinchando.com
Laequitacion.com
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