- El encofrado como contención
formal - Materiales de encofrado
- Muros y pilares
- Anclajes
- Muros circulares
- Losas y forjados
- Visita de obra: CIMA
El encofrado como
contención formal:
Este contenedor, denominado encofrado, posee como
función
primera dar al hormigón la forma proyectada, proveer su
estabilidad como hormigón fresco, asegurar la
protección y la correcta colocación de las
armaduras, pero también proteger al hormigón de
golpes, de la influencia de las temperaturas externas y de la
perdida de agua, el
ingrediente más fluido de los tres elementos que lo
componen –cemento,
áridos y agua- en el momento de su
creación.
Existen diferentes clasificaciones para agrupar los
tipos de encofrado: según el número de usos que
seña utilizado, por el método y
tiempo
necesario para conseguir la forma final del continente,
según el tipo de hormigón que va a contener (visto
o para recubrir) y por los materiales de
construcción del encofrado.
Que difiere de que un encofrado sea perdido o
recuperable; si se quiere volver a utilizar hay que prever,
además de la técnica a emplear para desencofrarlo,
los trabajos de limpieza, almacenaje y mantenimiento
posteriores, mientras que si el encofrado no lo recuperamos lo
perderemos embebido en el hormigón fraguado; en un caso
aumentamos la mano de obra y en el otro crece el coste de
reposición.
Para encofrar superficies continuas de forma repetitiva
o de gran altura es más fácil con la
utilización de plataformas que permitan su movimiento y
recolocación para su posterior uso. De las grandes piezas,
en el mercado
también se encuentran sistemas autoportantes, deslizantes
y trepadores (estos encofrados con módulos
autónomos de 1 a 3 metros, se deslizan verticalmente
existiendo dos tipologías según se realice su
ejecución).
El sistema utilizado
para la construcción de viviendas aisladas se basa en la
unión de diversos paneles estándar, con medidas
entre los 20×100 hasta los 350×200 centímetros,
permitiendo conseguir encofrados de dimensiones mayores mediante
la posibilidad de la combinación vertical y horizontal de
las mismas bandejas. Estas deben ser de formato pequeño
para así manipularlas y fijarlas de forma rápida y
manual.
Existen sistemas basados en un gran número de piezas
combinables (de 8 a 34 elementos) mientras otros disponen de
piezas especiales para los cambios de ángulo en sus
paramentos.
La bandeja de encofrado puede confeccionarse en diversos
materiales, siendo el más utilizado la madera. Estos
paneles, compuestos por piezas macizas o laminadas de 12 a 35
milímetros de madera (normalmente de pino, haya o abedul)
tratada al carbonilo-xilofeno o revestidas por planchas
fenólicas, son ensambladas en cola de milano
múltiple o con estanquillas, encoladas en ondas delgadas
(de aproximadamente 12 x 3 milímetros), encerradas por un
herraje de acero galvanizado
de 1 milímetro de espesor, como mínimo, y
enmarcadas con tubos de aluminio o
acero galvanizado. Los tamaños de los tableros
condicionarán las juntas de trabajo y su
modulación.
La diferencia del encofrado según el tipo de
hormigón no será muy apreciable: para un
hormigón visto los paneles utilizados deberán ser
lisos, impermeables, normalmente metálicos, ya que
permiten un número de puestas mayor que los plafones de
madera, y a veces se recubrirán de tejidos
antiadherentes o líquidos desencofrantes, condiciones que
no serán requeridas en el caso que el hormigón no
sea el acabado final de obra.
Otros materiales utilizados que facilitan una
rápida puesta en obra son el acero, el plástico y
el cartón plastificado. Con este último se forman
encofrados especialmente indicados para columnas y pilares
redondos, cuadrados y rectangulares, disponibles en
diámetros de 150 a 1500 mm con alturas variables
entre los 3 y los 12 metros y con un grueso de 9 mm. El
cartón es un excelente material que conserva un alto grado
de humedad y por lo tanto lo convierte en muy adecuado para un
buen encofrado.
El encofrado en muros y pilares se realiza con tableros
modulares de varios anchos (25, 50, 75 y 90 cm), y con alturas de
0’6 a 3 m, dos angulares diferentes para las esquinas
interiores y exteriores y unas barras que se utilizan como
pasantes sobre el ancho del muro (protegidas por un tubo de PVC
para poder
recuperarlas). Dichas barras están tensadas por un
tornillo de apriete conocido como mariposa.
El secreto estriba en el sistema de enganche entre los
tableros mediante un elemento de cosido –la cuña o
chaveta- (foto 5), y los suplementos que permiten la
realización de rinconeras, esquinales… y así
resolver la creación de muros escalonados, con cortes a
voluntad (foto 1), el paso de tubos o el encofrado de
suelos inclinados
(foto 2).
Foto 1 Foto 2
Es importante puntualizar que desde el momento en que no
hablamos de grandes encofrados ningún elemento puede pesar
más de 50 Kg., deben ser manejables y ligeros.
Los anclajes están formados por tornillos de
avance, posicionadores de las "tuercas platillo" (cuando se dejan
a fondo perdido) y el elemento donde se anclarán los
módulos del hormigonado de la siguiente fase.
Para poder unir los dos paneles de encofrado son
necesarios los latiguillos (foto 4), dywidags o
gewis (foto 3), que pueden ser recuperables; tubos
distanciadores de hormigón de fibra o escantillones de
pantallas. Tendrán un diámetro entre los 15 y 25
milímetros y su número vendrá determinado
por las cargas que aparecerán en el vertido del
muro.
Si son protegidos con un acabado autolimpiador o
introducidos dentro de tubos de PVC.
Foto 3 Foto 4
Los orificios se taponan con conos, evitando que
se escape el hormigón fluido por la obertura.
Foto 5
Encofrar muros circulares, sea con radio
pequeño –entre 3 y 5 m- o con un radio mayor de 5
metros, es una tarea compleja: un problema es conseguir su
nivelación vertical; también es difícil
contrarrestar la presión
del hormigón o prever la aparición de momentos
creados por la misma forma alabeada, pudiendo provocar el vuelco
imprevisto de todo o parte del conjunto, por lo que son
necesarios tensores y puntales repartidos por el encofrado.
(fotos 6,7, 8, 9,10 y 11).
Foto 6 Foto 7 (detalle
constructivo)
Foto 8 Foto 9
Foto 10 Foto 11
Aquí podemos observar un encofrado de muro
circular-poligonal con paneles ligeros y cuñas de madera.
Existen sistemas específicos para realizar muros
perfectamente circulares a partir de 1’20m de radio, si se
utilizan correas articuladas, y llegando al metro, si es con
tensores. En el primer si el anillo es cerrado las tensiones de
hormigonado se pueden absorber únicamente con las correas
prescindiendo de anclajes pasantes en el muro, haciéndolo
totalmente estanco al agua. Además este método
proporciona un buen acabado final ya que se puede elegir tablero
y diseñar la junta. En el segundo caso el reglaje con
tensores permite trazados con radio variable. La unión
entre paneles se hace con grapa autoalineante como en los
sistemas modulares rectos. En ambos casos pueden venir
premontados los módulos a obra o replantearse con una
plantilla.
Para realizar pilares circulares existen encofrados para
una sola puesta o recuperables. En el primer caso pueden ser de
cartón impermeabilizado –kraft, aluminio y
polietileno- que al ser más rígido que el anterior,
consigue alturas mayores: hasta 12m para diámetros de
20cm. En cuanto a los recuperables, los encofrados están
formados por medias cañas de acero y rigidizadores o lamas
metálicas de sección cuadrada. (foto 12 y
13)
Foto 12 Detalle de pilar | Foto 13 |
Los proyectos de
arquitectura
rara vez son repetitivos en planta, ya que se tiende a soluciones
individualizadas y particulares, por lo que se hace necesario un
sistema de encofrado firme, seguro y
polivalente.
Con un sistema arriostrado de pórticos y cruces
de San Andrés, sin necesidad de tableros, pueden unirse
las cubetas recuperables o perdidas, llegando a soportar sin
problemas
–teniendo en cuenta el peso global que esto supone-
forjados de más de un metro de canto.
Sistemas de al menos siete elementos permiten encofrar
losas a diferentes alturas con cimbrados (puntales de aluminio
unidos entre sí con bastidores que trasmiten los esfuerzos
horizontales originados por las cargas o por el traslado de la
cimbra) de altura variable –desde 1’70 hasta 11m- y
con distancias de puntales de 1’25 a 3m. Su premontaje se
realiza en el suelo,
manualmente, y se levanta con grúa. (fofo 20, 21 y
22)
Construir losas ligeras y delgadas ha sido el punto de
partida de los forjados tipo steel-deck, en los que se sustituye
el encofrado y la armadura del forjado por la disposición
en la base de una plancha nervada metálica a modo de
encofrado perdido. Se elimina el apuntalamiento y se dispone de
superficies de trabajo de manera inmediata (foto 23, 24 y
25).
Para el encofrado de forjados –tanto reticulares
como unidireccionales es habitual utilizar moldes recuperables de
plástico de una pieza o divididos en dos unidades
ensamblables. La altura de la cubeta es de 18 a 40 cm y
permitirán la disposición de nervios de diversos
diámetros, cada 65-80 cm aproximadamente. (foto
14,15,16, 17, 18 y 19)
Foto 14 Foto 15
Foto 16 Foto 17
Foto 18 Foto 19
Foto 20 Foto 21
Foto 22
Descripción de datos de la foto
19:
- Cabeza de encofrado.
- Puntal
- Collarín.
- Base regulable.
- Rigidizador.
- Cubeta
- Tablero metálico
- Cabezal de recuperación
- Ménsula
- Viga (1m)
- Viga de celosía (2 o 3 m.)
El encofrado de losas y forjados se puede realizar con
bandejas recuperables de tableros fenólicos sobre cimbras
de aluminio o utilizando como elementos de entrevigado chapas
metálicas o casetones de plástico sobre cimbra de
acero. Todos estos sistemas cuentan con mecanismos para facilitar
la labor de desencofrado permaneciendo únicamente los
puntales.
Los encofrados perdidos usados para forjados se
desarrollan con el uso de planchas metálicas, esto reduce
el canto de la losa al colaborar la chapa como armadura de
tracción; elimina apuntalamientos y proporciona
superficies de trabajo inmediatas. El GRC (hormigón
reforzado con fibra de vidrio) utilizado
como base encofrante, además de resistencia y
protección a las armaduras, posibilita un acabado
idéntico al del resto de la construcción en
hormigón "in situ".
En las fotos superiores
se puede observar a operarios procediendo a la limpieza de los
encofrados de madera fenólica, y madera de pino lista para
encofrar.
Foto 23
Foto 24
Foto 25
Se presentan una serie de fotos que muestran diferentes
sistemas de encofrados, para hormigón visto y para
forjados, losas, escaleras.
Vista de la obra a tratar, se pueden observar encofrados
de forjados y de muros
Para hormigón cara vista.
Sistema de encofrado para un forjado tradicional,
formado por viguetas y bobedillas de mortero de cemento; el
encofrado se realiza a base de puntales telescópicos
apoyados sobre tablones, estos sostienen todo un entramado de
guías metálicas y sobre estas tablas de madera de
pino que confieren toda una base homogénea al futuro
forjado.
Este sistema es el mismo que el anterior mencionado, la
única diferencia apreciable es que los puntales son nuevos
o recientes. Las guías metálicas (de color rojo) van
unidas a otras (de color blanco) son estas las que a los tres
días se quitaran, y con ellas el entablado de madera, de
esta forma la ejecución es más rápida, y el
presupuesto en
encofrados es menor.
En esta foto en planta inferior se puede observar con
mayor grado de definición como las guías rojas son
sostenidas por los puntales, a su vez las blancas se encuentran
atornilladas con un tornillo pasante a las rojas, de esta manera
son independientes a los puntales. Los tablones de madera que
sirven de encofrado, estan sujetas por las guías blancas,
estas maderas son de pino.
Como se puede ver, esta foto muestra el
encofrado de un muro para hormigón visto, las maderas
utilizadas son de melamina, y están tratadas con un
producto de
terminación para una mayor facilidad de desencofrado (este
es aplicado con un trapo empapado en la substancia, y repartido
uniformemente sobre la melamina), las guías de madera de
pino clavadas sobre los encofrados sirven para acentuar
bajorrelieves en el hormigón una vez que este haya sido
desencofrado. Las juntas entre las maderas del encofrado se
sellan para que no pase humedad a travas de estas.
Aquí se puede observar a dos operarios marcando
una línea a determinada distancia para posteriormente
clavar las guías de madera anteriormente mencionadas. Para
ello hacen uso del denominado azulete, que fijado con cierta
tensión en sus extremos, y mediante un momentáneo
movimiento deja marcado en la superficie una estela de color
azul.
Vertido y vibrado del hormigón en un futuro
forjado de viguetas y bobedillas de mortero, los operarios alisan
y vibran el hormigón mientras otro lo vierte con ayuda de
una manguera proveniente de un camión cisterna.
Encofrado de viga de canto con un encofrado normal de
pino, y encofrados metálicos para la ejecución de
muro de hormigón cara vista. Para dar mayor unión a
las tablas de pino que conforman el encofrado de la viga, se
ayudan de unas pinzas.
Se puede observar un encofrado de viga de canto, el
encofrado ha sido reforzado con madera de pino, pero el acabado
va a ser de hormigón visto. En su parte superior va
apoyado una viga plana (se encuentra enrasada con el forjado en
su parte superior e inferior).
La misma viga que la foto anterior vista
de frente.
Anclajes que se embuten en los forjados para
posteriormente atornillar pilares prefabricados de acero, con los
tornillos se nivelan estos y se aploman.
José San Martín Eraso
Juan Sánchez Liso
Bernardo Diéguez Morán