- Relación médico
– paciente en Despertares - El proceso de morir en
Despertares - Ética y bioética en
despertares - Conclusión
- Bibliografía
Despertares está basada en hechos reales
documentados por el Dr. Oliver Sacks. Es la historia del Dr. Malcom
Sayer (Robin Williams), un médico que durante toda su
carrera se ha dedicado a la experimentación con lombrices.
Éste consigue un trabajo en un
hospital en la ciudad de Nueva York, para trabajar con pacientes
en estado de
coma.
Un día, el Dr. Sayer observa que una de sus
pacientes ataja sus anteojos antes de que éstos caigan al
piso, es en este momento que comienza a investigar sobre la
enfermedad y a formular hipótesis sobre sus posibles causas, pero,
más que nada, sobre su tratamiento.
En este punto se le presenta un nuevo problema, la
escepticidad de sus colegas y los familiares de sus pacientes con
respecto a su teoría
de que estos pacientes tienen posibilidades de volver a vivir y
que su enfermedad consistiría en un Mal de Parkinson
agravado.
Entre sus diversas investigaciones,
se familiariza con una nueva droga, la L
– dopa, que se utiliza para el tratamiento del Parkinson y
decide probarla con uno de sus pacientes, Leonard (Robert De
Niro).
Luego de muchos intentos fallidos, una noche, Leonard
despierta. A partir de este evento recibe la aceptación de
colegas y familiares de los afectados y, también su ayuda
económica, gracias a lo cual puede comenzar a tratar a
todos sus pacientes con esta droga.
Los problemas
vuelven a aparecer cuando Leonard, el primer paciente tratado con
L – dopa, vuelve a desarrollar los síntomas de la
enfermedad y, tanto el Dr. como sus pacientes y sus familiares se
ven profundamente afectados.
Relación
médico – paciente en Despertares
Este es uno de los temas centrales de la
película y de la práctica médica cotidiana.
La relación médico – paciente se trata de una
relación interpersonal, es decir, que implica el encuentro
entre dos personas, dotadas ambas de inteligencia,
libertad,
intimidad y una historia personal
única e irrepetible, por lo cual se merecen
consideración y respeto
mutuo.
Hablemos primero un poco sobre el personaje de Robin
Williams, éste es un médico que durante el
transcurso de su carrera se ha dedicado a la investigación, esta elección tiene
mucho que ver con la dificultad que presenta para relacionarse no
sólo con pacientes sino también con colegas, tanto
a nivel profesional como personal.
Cuando llega a la institución, él desea
un puesto en su área de experiencia, pero no es posible, y
debido a que su situación económica lo obliga, debe
aceptar el ofrecimiento para trabajar con pacientes que sufren
encefalitis letárgica, ésta es una enfermedad que
se caracteriza por la languidez creciente, apatía y
somnolencia, que lleva, finalmente al letargo.
En contraposición a sus colegas, que se
limitan a atender las necesidades básicas de estos
pacientes, el Dr. Sayer toma una posición más
activa con respecto al tratamiento de los mismos. Esto
daría la impresión de un inicio óptimo en lo
que respecta a una relación médico paciente, pero
en nuestra opinión, los intereses puestos en juego por el
personaje que encarna Robin Williams distan considerablemente de
los que podrían tener los familiares o los mismos
pacientes.
Observamos que éste se informa sobre los
síntomas de la enfermedad e incluso asiste a un congreso
acerca de un nueva droga, que, en su opinión,
podría "despertar" a sus pacientes.
Además toma contacto con la madre de Leonard,
e indaga sobre su historia clínica, iniciativa altamente
recomendable para cualquier profesional de la salud que pretenda una
experiencia satisfactoria, tanto para sí mismo como para
su atendido.
De todas maneras creemos que esta aparente
preocupación del Dr. Sayer por la recuperación de
los afectados se debe a un deseo de satisfacción personal,
a la necesidad de alcanzar una nueva meta que marcará un
antes y un después en su carrera.
Por ejemplo, su "interés"
en conocer a la madre de Leonard surge debido a que sus
superiores sólo le permitirán el uso de la L-DOPA
en el tratamiento si puede obtener la aprobación de al
menos un familiar. Otro ejemplo claro lo constituye la
irresponsabilidad con la que actúa al momento de medicar a
Leonard, con el objetivo de
revertir su estado, sin preocuparle los efectos secundarios que
la droga, que además era experimental, pudiera tener sobre
él.
Igualmente tampoco debe dejarse de lado el hecho de
que los pacientes que él trata están en un estado
de marcado disturbio psicomotor y de un notable descenso de la
reactividad al ambiente y de
la espontánea, lo cual le impide mantener una
relación interpersonal con los mismos y, mucho menos,
crear un lazo afectivo.
Todo esto comienza a cambiar a partir de la mejora de
Leonard, y de los demás pacientes.
Se empieza a ver una relación más
cercana entre ellos; por un lado, los pacientes sienten un
profundo agradecimiento y, lo que es más importante
aún, una gran confianza en el médico. Este
último es un punto esencial, que debe ser tratado con
mucha cautela en toda relación médico –
paciente, ya que el primero debe ser consciente de que este tipo
de sentimientos es muy común y no abusarse de esto, pero
además tiene que evitar que ejerzan una presión
sobre el, basada en el miedo a defraudar esta confianza que ha
sido depositada en su persona, y que
esto pueda afectar su desempeño profesional.
Es esta respuesta de los pacientes la que genera el
cambio en el
Dr. Sayer; sus ambiciones profesionales son dejadas a un lado,
para que ocupe un papel preponderante el bienestar de sus
pacientes. Esto lo expresa, fundamentalmente, brindándoles
una gran contención, ya no sólo desde un punto de
vista meramente médico, sino también humano. De
más esta decir que el factor humano es importante en
cualquier relación médico – paciente, pero creemos
que en este caso debe destacarse su importancia, ya que es
imprescindible no solamente curar físicamente al paciente,
sino trabajar junto a él para ayudarlo a, por lo menos,
aceptar la nueva situación en la que se encuentra, ya que
las consecuencias psicológicas de haber estado "durmiendo"
durante años, pueden ser devastadoras. Y además
ayudarlo a rehacer su vida y a reinsertarse en la sociedad.
Otro punto importante para resaltar es que la
típica asimetría en estos tipos de relación
se ve disminuida ya que el Dr. "sana", aunque sea por un tiempo, las
afecciones físicas de sus pacientes, pero éstos, a
su vez, sanan las afecciones psicológicas de su
médico, aunque no sean conscientes de esto, al ayudarlo a
mantener relaciones
interpersonales donde se juegan sentimientos profundos, punto
en el cual, como mencionamos anteriormente, éste
presentaba serias dificultades.
Este cambio que notamos fue constatado hacia el final
de la película, cuando ante la recaída de Leonard,
el Dr. Sayer actúa como todos los expertos sobre este tema
recomiendan. Esto es, comunicar al paciente sobre su estado,
aún cuando sea muy grave, de la manera menos
traumática posible para éste, y, además
procurarle el mejor tratamiento dentro de las
posibilidades.
Además, no vemos que lo afecte negativamente a
nivel profesional, es decir, que no toma la recaída de sus
pacientes como un golpe a su propio ego, lo cual los
afectaría en mayor o menor medida. Esto es de gran
importancia ya que la actitud de
todo médico frente a este tipo de eventualidades debe ser
la de admitir sus propias falencias y comprender las limitaciones
de la
ciencia.
Conclusión:
En una encuesta
realizada por nosotros con el fin de analizar las expectativas a
la hora de una consulta médica, en relación con el
trato médico-paciente, observamos que en la entrevista
con el profesional de la salud lo esperado por el paciente es el
reflejado en la película por los ítems analizados
anteriormente.
A las personas entrevistadas se les formuló la
siguiente pregunta: "A la hora de una visita médica,
¿Qué espera del trato con el
profesional?"
Nancy Blanco, 21 años, DNI
29.134.187
"Simplemente lo que espero del médico cuando
voy a hacerme un estudio o porque tengo alguna molestia, es no
tener que esperar en el lugar, que me digan rápidamente
cuáles son los resultados y si es posible no volver varias
veces para perder tiempo y me encantaría que tenga muy
buena voluntad en atender al paciente y no escucharlo por la
mitad, para terminar rápido su turno.
Que realmente, a pesar del cansancio, se vea el
interés de curar a la gente, pero todo
bien…"
Cristian Núñez, 26 años, DNI
25.601.570
- Que me escuche.
- Que me pregunte mis antecedentes
familiares. - Que fundamentalmente sepa contenerme si tengo
alguna enfermedad a mi y a mi familia. - Que me de el diagnóstico y que no me
mienta.
Germán Cabrera, 23 años, DNI
27.201.992
- Cordialidad.
- Responsabilidad.
- Poder entenderme lo que me pasa.
María Calcagno, 21 años, DNI
29.500.611
"Espero que haga algo que ningún médico
hace, que es escuchar a los pacientes. Me gustaría que me
escuchen hasta el final y que no de vueltas, que sea claro y me
de una solución concreta".
Jimena Alfonso, 21 años, DNI
29.536.434
"No tuve una experiencia buena ya que me sentí
objeto de estudio cuando pensaron que tenía una enfermedad
rara en el oído. Me
mandaron a hacer todo en el momento y cuando se dieron cuenta que
no tenía nada ni siquiera me respondieron a lo que yo
había ido en realidad, y desde ese momento exijo que un
médico, a la hora de consultarlo, se ocupe de darme una
respuesta a mi inquietud. Nada más."
El proceso de
morir en Despertares
Antes de comenzar el análisis de este apartado, es necesario
aclarar que, en el caso que estamos tratando, no consideramos
muerte en un
sentido puramente clínico, sino como la pérdida de
la capacidad de vivir, ya que consideramos que un individuo que
sufre de encefalitis letárgica, con todas las
características que esta enfermedad posee, se ve
imposibilitado de relacionarse con el otro. Estos pacientes se
encuentran en un estado de muerte incierta.
Otro punto que debemos aclarar es que, a pesar de que en un
primer momento Leonard parece estar recuperándose, durante
toda la película podemos ver en él
características psicológicas propias de un paciente
que enfrenta la muerte.
Esto se debe, entre otras cosas, a que las causas de la
enfermedad son poco conocidas y que el tratamiento aplicado es de
tipo experimental, por lo cual se hace muy claro para él,
y su madre, que su situación es incierta.
Es sabido que en todos los pacientes que se enfrentan a la
muerte, y principalmente cuando ésta no es inminente, se
manifiestan sentimientos de incertidumbre acerca de su futuro,
estas preocupaciones no están centradas en la muerte
misma, sino en el temor de cómo va a ser su vida a partir
de ese momento.
En Leonard podemos ver que su temor está centrado,
en un primer momento, en la posibilidad de volver al estado de
letargo, esto se ve claramente en su miedo a dormir. En
definitiva, podríamos decir que le preocupa la
"enfermedad" en el futuro. Luego esto cambia, ya que su
preocupación se centra en tratar de encontrar la manera de
recuperar el tiempo perdido, es decir, lo que lo atemoriza es
cómo vivir su vida en "salud".
En ambas situaciones el temor se traduce en angustia, y
ésta es manejada por Leonard enfatizando el goce de la
vida, tratando de aprovechar al máximo todas las
situaciones que se le presentan en su vida cotidiana, da la
impresión de querer hacer "todo". Esto nos llevó a
pensar en el mecanismo de sublimación de los pacientes
terminales, mediante el cual diversas actividades que el paciente
deseó realizar durante su vida pueden ser llevadas a cabo,
incluso actividades percibidas por el individuo como peligrosas.
Debe aclararse que para que puedan ser objeto de la
sublimación, deben ser actividades altamente valoradas en
el marco de la cultura de
este individuo.
Otro punto a tener en cuenta en la problemática del
moribundo es el de adaptarse a los condicionamientos que le
presenta su enfermedad, como ser, la imposibilidad de realizar
actividades cotidianas. Esto lo podemos apreciar cuando el Dr.
Sayer indaga acerca de la aparición de los síntomas
en Leonard y descubre, en el relato de su madre, que éste
sufrió mucho al perder sus capacidades físicas, ya
que, al no poder
concurrir al colegio, no podía interactuar con sus
pares.
Cuando se presentan los primeros síntomas de
desmejoría en Leonard vemos cada vez más claras las
fases por las que pasa un paciente que se enfrenta a una muerte
inminente.
En primer lugar podemos observar su negación ante
las obvias señales
se recaída, y, cuando su madre y el Dr. Sayer se lo
marcan, presenta sentimientos de ira y resentimiento contra
ellos, intentando de esta manera aliviar la angustia que le
provoca estar perdiendo el control de su
cuerpo y, en definitiva, de su capacidad de vivir.
Finalmente, abandona este estado de negación, al
encontrar un sustituto para controlar su angustia. Esto lo logra
mediante un nuevo mecanismo de defensa, la reunión con un
ser amado, que le permite sentirse acompañado en ese
momento tan terrible para él. Esta etapa, como suele
ocurrir en estos procesos,
aparece superpuesta con una parcial aceptación de la
muerte. Esto se ve perfectamente en la escena en la cual se
encuentra con su "interés amoroso" para despedirse de
ella, demostrando así la aceptación de su
situación, pero también la necesidad de rodearse de
personas que lo hagan sentirse querido, que le permitan sentir
que, al dejar una huella en ellos, está dejando una huella
en el mundo.
Otra causa principal para que Leonard abandonara la fase de
negación fue, en nuestra opinión, la
posición que tomó el Dr. SAYER de tratar por todos
los medios de
hacerle entender que estaba empeorando, a pesar de que esto no es
bien visto por algunos autores que consideran que se debe
proteger al paciente contra la angustia.
Mencionamos esto ya que nos parece importante recalcar es
la importancia de las personas que rodean al paciente en cuanto
al uso estrategias de
afrontamiento por parte del mismo. Con esto queremos decir que
nos parece fundamental la posición que toma, tanto
la familia
como el equipo médico, ante los cambios en la conducta del
paciente.
Por último queremos aclarar que su aceptación
de la muerte es parcial porque le pide al Dr. que luche por una
cura hasta las últimas consecuencias, empleando su propio
cuerpo como instrumento, si es necesario.
Ética y bioética
en despertares
Se suele definir a la ética como
"una ciencia
práctica y normativa que estudia racionalmente la bondad y
maldad de los actos humanos". Y dentro de ésta misma, se
encuentra la bioética, cuya definición se atiene a
que "es la disciplina
científica que estudia aspectos éticos de la
medicina y la
biología
en general, así como las relaciones del hombre con los
restantes seres vivos". También se puede decir que la
ética es "una reflexión sobre la moral".
En un sentido más cotidiano de la palabra, se suele
pensar en la ética como lo que define y califica los actos
humanos en "buenos" y "malos", según cada cultura. Y si
nos remontamos a su origen etimológico, vamos a encontrar
que dicha palabra proviene del griego "ETHOS", que significa
"costumbre".
La ética está íntimamente relacionada con
todos los actos humanos en general, y con la medicina en
particular. Es que el médico, en su diaria tarea de
enfrentarse con problemas de salud, se enfrenta a determinadas
situaciones que ponen en juego sus valores y su
conciencia,
obligado a tomar decisiones en las que esta en juego la vida
humana, y serán sus actos los que tilden su saber y su
aprecio por su prójimo. De este modo, la frontera entre
lo que puede y debe hacerse suele ser difusa, y sus límites,
poco netos.
En su libro "El
nombre de la rosa", Umberto Eco pone en boca de fray Guillermo de
Baskerville la siguiente frase: "La ciencia no es saber lo que
puede o debe hacerse, sino también saber lo que
podría hacerse, aunque quizá no debiera hacerse".
Como se observa, este contradictorio terreno de los
límites en el campo de la ciencia es muy antiguo.
Teniendo en cuenta los innumerables avances
tecnológicos que ha desarrollado la medicina a lo
largo de los años, no se puede negar que varios de estos
adelantos se han logrado rompiendo la barrera de lo correcto en
varias situaciones. Incluso, los que han desarrollado dichos
esfuerzos, han sido marcados muchas veces por sus
contemporáneos como personas que no saben lo que hacen,
iluminados por la luz de su ego, o,
simplemente, "locos", siendo la historia los que le suelen dar la
razón, y, siendo sus investigaciones, reconocidas
recién después de varios años.
A la hora de tomar una decisión el profesional de la
salud tiene que atender a cuatro principios, los
cuales son:
. Autonomía
. No maleficencia
. Beneficencia
. Justicia
Cada principio no es absoluto y no tienen origen
jerárquico, porque el mismo depende de la
situación.
En el principio de autonomía se pone como prioridad que
el paciente sea agente de su tratamiento, que tenga posibilidad
de actuar, y que tenga libertad de controles externos, sin
coerción y con conocimiento
del procedimiento.
En el principio de no maleficencia, se pone como máxima
la frase "primun non nocere" (primero no dañarás),
y se basa en que la intención del tratamiento no
será hacer daño o
mal.
En el principio de beneficencia se pone en prioridad el deber
del profesional a evitar o rechazar el daño o mal,
prevenir el daño o mal y hacer o promover el bien.
En el principio de justicia se
toman en cuenta los conceptos de igualdad y
equidad.
En la película el derecho de autonomía se ve
afectado por la imposibilidad del paciente, debido a su estado
catatónico, a decidir sobre su tratamiento. En este caso
es el familiar más cercano (la madre), el cual tiene el
derecho de decidir el procedimiento a seguir, dentro de las
opciones ofrecidas por el médico.
A la hora de obtener la autorización para realizar el
tratamiento con levodopa, el doctor tiene la obligación de
obtener el consentimiento de la madre. Este es un caso
particular, ya que la droga no fue sintetizada para los pacientes
con encefalitis letárgica sino para los sufrientes de
parkinson, por lo cual al ser una droga experimental, el doctor
se ve imposibilitado en ofrecer una predicción del
tratamiento a la madre del paciente. Sin embargo la madre acepta
ya que esta es la única opción de tratamiento
propuesta para la enfermedad de su hijo desde que este fue
infectado.
"Consentimiento informado: Una persona competente da su
consentimiento informado cuando provista de la información adecuada y sin coerciones
acepta seguir el tratamiento propuesto por su médico o
someterse a una investigación".
En cuanto al principio de no maleficencia y de beneficencia,
en este caso el doctor decide tratar a un paciente con una droga
experimental, ya que a la vista de no existir tratamiento
conocido, se da cuanta de que los síntomas iniciales son
similares a los del parkinson, lo cual lleva a pensar que la base
del trastorno puede ser la misma. El origen del tratamiento es la
mejoría del cuadro y la búsqueda de una
mejoría a expensas de los síntomas secundarios que
se esperan que sean cualitativamente menores a la
patología inicial.
Al ser Leonard el primer paciente que se le administra la
droga, el principio de justicia se ve afectado porque no es el
único que la necesita, pero al ser una droga experimental
se trata de prevenir las complicaciones que pueden surgir si se
administra una droga experimental a un grupo de
personas sin estar seguro de los
beneficios de la misma. Otro impedimento es económico ya
que es un tratamiento muy caro y el hospital no avala su
utilización en todos los pacientes.
Una vez que da los resultados esperados se le emplea la droga
a todos los pacientes que presentan el mismo trastorno, aunque
los efectos de la misma a largo plazo no son satisfactorios, ya
que los síntomas iniciales eventualmente regresan y estas
personas entran en un estado de catonismo permanente.
En "Despertares", la antigua ambivalencia entre lo correcto y
lo incorrecto, lo legal y lo transgresor, se pone de manifiesto
de una manera explicita y a la vez confusa, ya que el Dr. Sayer
descubre que varios pacientes que han padecido una
patología llamada "encefalitis letárgica", luego
del ataque inicial, suelen entrar en un estado catatónico,
o de indiferencia total hacia el mundo que los rodea, siendo sus
causas ingobernables por los sujetos portadores de dicha
enfermedad. Al principio, luego de observar dichos sujetos una
total falta de voluntad, se topa de sorpresa con un interesante
acto de los pacientes: si se les arrojaba determinado objeto,
ellos lo agarraban en el aire, como
respondiendo a un reflejo. Era la primera reacción que
mostraban en más de, algunos, 20 años de
inmovilidad. Luego de seguir realizando estas y otras pruebas
más (por ejemplo, descubre que una señora que
padecía la enfermedad por más de 30 años,
solo caminaba por áreas en donde el suelo estaba con
azulejos, dándole al mismo un aspecto cuadriculado; en
donde se terminaban los azulejos, la mujer se
detenía. Entonces, dibujó cuadrados negros y
blancos en el piso, continuando el aspecto cuadriculado en donde
no se presentaba, y observó que la mujer
seguía caminando, siendo que antes, al no
presentarse dicha característica, la paciente se
detenía), se llegó a la conclusión de que
dichos internos, que se encontraban en un
neuropsiquiátrico en aparente estado catatónico,
respondían a "la voluntad de los objetos" según
Sayer. Siendo esta voluntad regulada de alguna manera por alguna
extraña lógica.
Luego de dichas corroboraciones, el doctor piensa que tal
patología sería una especie de "Parkinson
avanzado", con lo cual propone administrarles L-Dopa, derivado
sintético del neurotransmisor que se encuentra alterado o
ausente en el Parkinson. Aquí se puede observar el primer
acto del doctor en el cual sus hechos y sus planes acerca del
tratamiento a seguir ponen de manifiesto el ya mencionado difuso
territorio entre lo correcto y lo que no lo es, ya que si bien,
dicho tratamiento daba cierta esperanza de reacción a los
enfermos (de que presenten alguna mejoría), no se
pensó en el momento de elevar la dosis en los posibles
efectos secundarios de la droga, preferenciando el supuesto
accionar benéfico de la droga por sobre sus efectos
colaterales.
Varias preguntas pueden desprenderse de tal accionar:
¿debe ser tomado como más importante la acción
de una droga (aún poniendo en un supuesto riesgo al
paciente), por sobre su propia vida? ¿la ciencia debe
"hacer y deshacer" a su propio gusto justificando el avance de la
misma? Éstas y otras cuestiones suelen ser transgredidas
por quienes las llevan a cabo, a veces sin plantearse la moral que
dichos actos entrañan, poniendo en jaque la frontera entre
porqué se hace algo y para qué. Algunas personas
suelen esgrimir en su defensa que "el fin justifica los medios",
no mencionándolo explícitamente sino
dejándolo entrever, haciendo que sus hechos hablen por sus
palabras. Ésta justificación a traído a
veces consecuencias benéficas, y otras veces nefastas.
Retomando con la película, los pacientes en los cuales se
experimenta la droga muestran una gran mejoría, saliendo
de su estado catatónico a un estado de voluntad
(administrándole altas dosis de la droga), con lo cual
dichas personas "vuelven a vivir". Luego de un tiempo, el
médico y los internos se encontraban en un estado de
éxtasis por lo que acababa de ocurrir. Es claramente
visible que dicho estado, en las personas en las que se
había llevado a cabo el experimento, se debía a que
habían despertado de su largo letargo, siendo
difícil dilucidar si la emoción sentida por el
médico se debía a la alegría que le
provocó a dichas personas y a sus familiares y amigos, o
al hecho de que sus ideas hayan obtenido un aparente triunfo,
contrariando la opinión de sus colegas y haciendo
sobrevaler su sabiduría y el destino que a ella le daba.
Aunque luego de un tiempo de dicha mejoría, los internos
empiezan a mostrar síntomas en consecuencia de las
elevadas dosis de droga que se les administraba. Como dichos
efectos no habían sido tomados en cuenta por el doctor, se
les empieza a bajar la dosis, observando que ingresaban en un
estado del cual se podía deducir claramente que los
enfermos volverían irremediablemente dónde
encontraban en un primer momento, siendo
acertado dicho supuesto. Entonces se plantean de nuevo
cuestiones éticas que, pese a haber sido formuladas varias
veces a lo largo de la historia, nunca terminan de responderse.
Observando otros hechos similares ocurridos en cuanto al uso y
abuso de drogas para
tratamiento, se ve que Freud ha ideado
que la cocaína
podría llegar a ser un alivio para casos de enfermedad
cardíaca y agotamiento nervioso, sustituyendo a la "droga
del momento", la morfina.
Como conclusión, queremos dejar en claro que si bien el
tema se presta a una extensa discusión, nos parece que los
beneficios de la investigación son innumerables. Aunque en
la película no es fácil discernir entre las
intenciones de beneficiar al paciente y de concluir la
investigación, porque que el Dr. Sayer, al tratar de
conseguir un despertar de los pacientes utilizó una droga
que no correspondía a esa patología y por lo cual
no eran predecibles sus efectos secundarios, aumentando en forma
progresiva la dosis sin medir consecuencia alguna de los efectos
nocivos de la misma.
Destacamos la siguiente frase emblemática de nuestro
pensamiento en
relación a la aplicación ética de la
ciencia:
"Ciencia es aquello sobre lo cual siempre cabe una
discusión" (José Ortega y Gasset).
Nota: Sabemos que se ha vuelto a redactar
escenas de la película, no solo para su mayor
comprensión, sino para poder abordar los temas
relacionados con la ética en forma más
descriptiva.
Como mencionamos anteriormente, consideramos que el momento
en el cual Leonard le pide a su médico que siga
investigando con él para poder encontrar una cura a su
enfermedad, constituye uno de los ejemplos más claros de
entrega total de confianza que pudimos ver en el transcurso de la
película. Opinamos que esta marca, que a
pesar de las fallas observadas en un principio, la experiencia
para los individuos implicados ha resultado positiva. Esto
generará en el Dr. Sayer un afianzamiento en su rol, pero
lo que es más importante, un cambio en su vida tanto
profesional como personal, ya que el contacto con estos pacientes
le permitió ver, en nuestra opinión como futuros
profesionales de la salud, el aspecto más gratificante de
la Medicina, el afecto de un paciente. Y provocaron un cambio en
su conducta con respecto a "los otros".
Nos resultó muy interesante realizar este trabajo
porque nos permitió ver en una forma más
práctica el proceso de la muerte de un paciente, desde el
punto de vista del médico, pero lo que es más
importante, desde el del afectado.
Además intentamos mostrar que la muerte
clínica, no es la única muerte posible para un ser
humano.
Creemos que "Despertares" trata de una forma clara temas
muy importantes para la Medicina actual, como por ejemplo, el
sufrimiento de un paciente, la importancia de la interacción de éste con el
médico, y temas sobre la condición humana en
general.
La película esta muy bien lograda respecto de la
enfermedad, sus síntomas y evolución. También plantea una
relación médico-paciente bastante
emblemática.
La problemática en la relación
médico-paciente, en las últimas décadas,
tanto en la literatura profesional como
en los medios de
comunicación, han aparecido como un tema preocupante,
particularmente dentro de la sociedad norteamericana, que es
precisamente el lugar donde ocurre la historia. Esto es debido a
que hoy es más explícito el reconocimiento de los
derechos y de la
autonomía de los pacientes, hay una menor tendencia a
culpabilizar a las víctimas una mayor desconfianza hacia
las figuras de autoridad y
una menor tolerancia a los
abusos de poder.
Otros de los puntos que me pareció importante
resaltar en el trabajo fue
la enfermedad del personaje principal. Creo que dicho trastorno
fue muy bien demostrado, poniendo en evidencia los
síntomas y etapas de la enfermedad, mostrando
también el sufrimiento y padecimiento del trastorno por
parte de la persona.
Para finalizar me gustaría citar una frase del
documento fundamental de la medicina: "A cualquiera casa que
entre, iré por el beneficio de los enfermos,
absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u
hombres libres o esclavos" (Juramento Hipocrático, s. V
a.C.). Los principios de beneficencia, no maleficencia y
abstinencia en la relación médico-paciente quedan
así enunciados en el momento mismo del nacimiento de la
profesión, definiéndola.
- Díaz, Esther
– "La posciencia", Editorial Biblos - "Diccionario
enciclopédico ilustrado de Medicina Dorland" –
Editorial Interamericana, Mc Graw – Hill - Freud para principiantes – Editorial Era Naciente,
Appignanesi – Zárate - Materazzi y colaboradores – Salud
Mental, enfoque transdisciplinario – Editorial Salerno - Rilova Salazar, Felipe, Dr. – www.transdisciplina.com
- Sacks, Oliver – "El hombre
que confundió a su mujer con un sombrero" - www.relacionmedicopaciente.com.ar
Tiziano Moreno
Estudiante de medicina en la UBA
Cátedra: Salud Mental