- Introducción
- Giovanni Battista Lorenzo Bernini
(1598-1680) - Obras más representativas del
barroco italiano - Francesco Borromini
(1599?1667) - Bibliografía
El barroco es el estilo que se gesta a finales del XVI y se
extiende hasta el XVIII. Nace en Italia y desde
allí se expande por toda Europa. Se trata
de un estilo complejo fruto de una época de crisis. Es un
arte
brillante, ostentoso, con él se expresa el poder de los
grandes monarcas, la fluyente riqueza de los Estados y la
próspera situación del catolicismo.
La variedad de situaciones socioeconómicas, políticas
y religiosas originan la existencia de barrocos "distintos": un
barroco cortesano y católico, instrumento de propaganda de
la Iglesia y del
Estado
absoluto (Italia, Francia,
España), y otro barroco burgués y
protestante (Inglaterra y
Holanda).
Pese a estas grandes diferencias existen impulsos
estéticos comunes, fruto de la sensibilidad de la
época, que desdeña las reglas y tiende a lo emotivo
y desbordante. Es un estilo que refleja el estado de
ánimo del hombre del
momento, pesimista, desengañado, realista, con conciencia de sus
imperfecciones.
Bernini o Borromini ¿Cual de los dos representa
mejor el Barroco? Todo el mundo en Roma tiene una
opinión al respecto. Basta con recorrer la ciudad un par
de días para hacerse una composición de lugar y, si
se desea, entrar en polémica.
Los dos artistas, que tan solo se llevaban un año,
empezaron a trabajar juntos compartiendo los mismos proyectos; sin
embargo pronto competirían ferozmente entre sí por
conseguir los mejores concursos de arquitectura.
Bernini (1598-1680) venía de Nápoles y Borromini
(1599-1667) de Lombardía; el primero había heredado
la exuberancia propia de su tierra; el
segundo, por el contrario, era introvertido y tenía mal
carácter. Borromini dedicaría los
últimos años de su vida a denigrar a su rival.
Olvidado como artista y paranoico acabaría
suicidándose. Bernini por el contrario fue muy famoso y
prolífico en su época. Hoy, sin embargo, parece que
la obra de Borromini está en alza superando incluso a la
de su eterno competidor.
Giovanni Battista Lorenzo
Bernini 1598- 1680
Fue uno de los artistas más sobresalientes del
barroco italiano. Su actividad artística no se reduce a la
escultura, también fue un gran arquitecto, pintor,
dibujante y escenógrafo; concibió
espectáculos de fuegos artificiales, realizó
monumentos funerarios y fue autor teatral. Su arte es la
quintaesencia de la energía y solidez del barroco en su
apogeo. En la escultura, su gran habilidad para plasmar las
texturas de la piel o de los
ropajes, así como su capacidad para reflejar la
emoción y el movimiento,
eran asombrosas. Bernini introdujo cambios en algunas
manifestaciones escultóricas como los bustos, las fuentes y las
tumbas. Su influencia fue enorme durante los siglos XVII y XVIII,
y puede comprobarse en la obra de maestros como Pierre Puget,
Pietro Bracci y Andreas Schlüter. Toda su vida la
dedicó al trabajo y su
trayectoria se caracteriza por el gran número de proyectos
que emprendió. Desarrolló su carrera casi por
completo en Roma, aunque había nacido en Nápoles el
7 de diciembre de 1598. Su padre, Pietro Bernini, un escultor de
talento del manierismo tardío, fue su primer maestro. Sin
embargo, pronto el hijo superó al padre, según
señalan las principales fuentes de
información sobre Bernini: la biografía de Filippo
Baldinucci (1682) y la de su hijo Domenico Bernini (1713). Muchas
de sus primeras esculturas estaban inspiradas en el arte
helenístico. La cabra Amaltea amamantando a Zeus
niño y un joven sátiro (que últimamente se
cree es de 1609, Galería Borghese, Roma) es un ejemplo
típico del gusto por lo clásico del entonces joven
escultor. Los grupos
escultóricos de maestros anteriores, como Giambologna, se
caracterizaban por el hecho de haber sido concebidos para poder
ser rodeados por el espectador y ser vistos desde diferentes
ángulos. Sin embargo, los grupos escultóricos de
Bernini de la década de 1620, como El rapto de Proserpina
(1621-1622, Galería Borghese, Roma), presentan al
espectador una visión desde una perspectiva única
sin sacrificar por ello nada del dramatismo inherente a la
escena. También de la década de 1620 son sus
primeros proyectos arquitectónicos, como la fachada de la
iglesia de Santa Bibiana de Roma (1624-1626) y la creación
del magnífico baldaquino (1624-1633), dosel sobre el altar
mayor de la basílica de San Pedro, que fue un encargo del
papa Urbano VIII, primero de los siete pontífices para los
que trabajó
Este proyecto, obra
maestra de ingeniería, arquitectura y escultura, fue
la primera de una serie de obras monumentales para la
basílica de San Pedro. Más adelante realizó
las tumbas de Urbano VIII (1628-1647) y Alejandro VII
(1671-1678), ambas en la basílica de San Pedro, que, al
incorporar figuras tridimensionales en actitud
dinámica, difieren notablemente del enfoque
puramente arquitectónico de los sepulcros realizados por
artistas anteriores. En la colosal Cátedra de San Pedro
(la silla gestatoria, 1657-1666), en el ábside de la
basílica, utilizó el mármol, el bronce
dorado y el estuco en una espléndida composición en
movimiento ascendente, que adquiere un mayor dramatismo con la
ventana oval de oro que tiene
en el centro y que se convierte en el punto focal de toda la
basílica. Bernini fue el primer escultor que tuvo en
cuenta el dramatismo potencial de la luz en los grupos
escultóricos. Esto se evidencia aún más en
su famoso Éxtasis de santa Teresa (1645-1652, Santa Maria
della Vittoria, Roma), donde los rayos del sol, surgidos de una
fuente invisible, iluminan a la santa en trance y al ángel
sonriente que está a punto de traspasarle el corazón
con una flecha de oro. Los numerosos bustos que realizó
expresan un sentimiento análogo de convincente realismo
dramático, tanto los de carácter alegórico
como El alma condenada
y El alma salvada (ambas de aproximadamente 1619, Casa de
España, Roma), como los que eran retratos, por ejemplo el
del Cardenal Scipione Borghese (1632, Galería Borghese) o
el de Luis XIV de Francia (1665, Palacio de Versalles). Dentro de
las obras arquitectónicas no religiosas de Bernini se
incluyen proyectos para diversos palacios: el palacio Ludovisi
(actualmente palacio Montecitorio, 1650) y el palacio Chigi de
Roma (1664), así como unos diseños para el Louvre,
proyecto que no llegó a ejecutarse y que presentó a
Luis XIV en 1665, durante una estancia de cinco meses en
París. Bernini proyectó también tres
iglesias: la de Castelgandolfo (1658-1661) construida sobre
planta de cruz griega, y la de Ariccia (1662-1664) con planta
circular.
La tercera es su mayor logro dentro de la arquitectura
religiosa: el templo de San Andrés del Quirinal
(1658-1670) de Roma se construyó sobre planta oval con un
porche ovoide que se extiende por delante de la fachada,
reproduciendo los ritmos interiores del edificio. El interior,
decorado con mármol oscuro de diferentes colores, tiene
una bóveda oval decorada en blanco y oro. También
son de la década de 1660 la Scala Regia (Escalera real,
1663-1666), que conecta las habitaciones papales del palacio del
Vaticano con la basílica de San Pedro, y la
magnífica Plaza de San Pedro (diseñada en 1667),
que enmarca la entrada a la basílica dentro de un espacio
oval dinámico formado por dos columnatas semicirculares.
Entre las fuentes de carácter escultórico
diseñadas por Bernini destaca la espectacular Fuente de
los cuatro ríos (1648-1651) en la Piazza Navona. Bernini
ejerció su actividad prácticamente hasta su
muerte, el 28
de noviembre de 1680. Su última obra, El busto del
Salvador (Museo Chrysler, Norfolk, Virginia), presenta una
imagen de
Cristo sobria y contenida que hoy día ha sido interpretada
como la actitud de calma y resignación de Bernini ante
la
muerte.
3. OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS
DEL BARROCO ITALIANO
- SAN ANDREA AL
QUIRINALE (1658-1670)
Con este edificio Bernini revoluciona el concepto de
arquitectura religiosa vigente en el siglo XVI.
Retranqueándose con respecto a la calle donde se
sitúa, dos alas cóncavas llevan la mirada del
espectador hacia el plano vertical de la entrada de la iglesia,
rematado por un frontón y que se proyectaba hacia adelante
por medio de la curva convexa de un pequeño pórtico
adintelado, sobre dos columnas exentas, elevado gracias a la
escalinata semicircular en la que se asentaba. A la sobriedad de
las alas se opone la riqueza vertical de la fachada, con su
pórtico aéreo entre pilastras monumentales.
La fachada, retraída bajo una estructura
curva que la envuelve desde su base, está compuesta con
elementos propios de la arquitectura clásica: un friso con
motivos griegos, columnas corintias y triángulos y semicírculos
romanos.
En lo alto de está sobresale el escudo de armas del
príncipe Camilo Pamphili quién había
encomendado a Bernini el proyecto.
El espacio interior es de planta elíptica colocada en
sentido transversal al eje que unía la entrada y el altar
mayor. Cuatro capillas, separadas por pilastras corintias
acanaladas, se abren a cada lado de la capilla mayor adintelada,
las laterales, también adinteladas y con balcones por
encima.
- Principales
Características:
Planta
- Dos alas cóncavas llevan la mirada del espectador
hacia el plano vertical de la entrada de la iglesia - Rematado por un frontón y que se proyectaba hacia
adelante por medio de la curva convexa de un pequeño
pórtico adintelado - Sobre dos columnas exentas, elevado gracias a la
escalinata semicircular en la que se asentaba - A la sobriedad de las alas se opone la riqueza vertical
de la fachada, con su pórtico aéreo entre
pilastras monumentales - El espacio interior es de planta elíptica
colocada en sentido transversal al eje que unía la
entrada y el altar mayor. - PALAZZO BARBERINI
En este enorme edificio (1633) podemos comparar con
facilidad la obra de los dos maestros.
La entrada al ala izquierda del palacio nos conduce hasta una
gigantesca escalinata cuadrada de Bernini. La de Borromini, mucho
más pequeña y ovalada, se alza a pocos metros de la
entrada que conduce al ala derecha. Borromini
desempeñó el cargo de ayudante de Carlos Maderno,
el arquitecto que había proyectado el palazzo.
Maderno murió poco después de que se iniciaran las
obras y Bernini, de treinta y dos años, se hizo cargo del
proyecto ayudado por Borromini-un año más
joven.
A pesar de que por aquél entonces Bernini estaba
considerado como el más grande escultor y decorador de
Roma sabía poco de arquitectura y en este campo tuvo que
apoyarse en los conocimientos de Borromoni.
La escalinata cuadrada es sin duda alguna impresionante- observen
cómo las rampas se elevan hacia lo alto en ángulo
recto – pero la ovalada de Borromini demuestra el talento del
artista para resaltar y embellecer espacios reducidos.
Si miramos de frente a la fachada exterior nos llamarán la
atención los peculiares frontones de las
ventanas del último piso (Borromini): los arcos que
rematan las siete ventanas centrales están
diseñados para que éstas parezcan
retranqueadas.
El palacio alberga la Galleria Nazionale D?Arte Antica (ver:
Museos). Entre sus colecciones de pintura
destacamos "La Fornarina", amante de Rafael, y el Retrato de
"Enrique VIII" de Holbein.
- Principales
Características:
- Principales
- La entrada al ala izquierda del palacio nos conduce
hasta una gigantesca escalinata cuadrada de
Bernini. - La escalinata cuadrada es sin duda alguna
impresionante - La de Borromini, mucho más pequeña y
ovalada, se alza a pocos metros de la entrada que conduce al
ala derecha - la fachada exterior nos llamarán la
atención los peculiares frontones de las ventanas del
último piso (Borromini): - los arcos que rematan las siete ventanas centrales
están diseñados para que éstas parezcan
retranqueadas
- BALDAQUINO, BASÍLICA DE SAN PEDRO DEL
VATICANO. (1624 ? 1633)
Sobre el altar mayor de la basílica, bajo el cual
estaba el sepulcro de San Pedro, erigió una gigantesca
estructura de bronce oscuro y dorado, en forma de dosel o palio,
sobre cuatro enormes columnas salomónicas, que
reproducían las helenísticas de la basílica
constantiniana las cuales, a su vez, procedían del Templo
de Jerusalén, y por las que trepaban eucarísticas
vides y triunfales laureles. El Baldaquino tiene 29 metros de
altura. Lo realiza con una doble finalidad: por un lado que el
altar no pierda su preferencia en las dimensiones colosales de la
iglesia (un altar de dimensiones humanas en una iglesia de
dimensiones gigantescas); y por otro lado para llamar la
atención sobre el elemento arquitectónico
fundamental (la cúpula). Del entablamento pendía,
como si fuera de tela, una movida colgadura broncínea,
aparentemente mecida por el viento, y sobre sus plomos
habrían aparecido las estatuas de San Pedro y San Pablo,
mientras que quedaría rematado todo el conjunto por la
figura de Cristo. Del proyecto original, se sustituyó al
Salvador por un orbe y su cruz, y los apóstoles se
transformaron en sus símbolos tradicionales – tiara y llave,
espada y libro– que
portan infantiles figuras de ángeles por encima de la
cornisa. Cuatro ángeles adultos sostienen guirnaldas
triunfales en las esquinas y desde ellos brotan cuatro aletones
recurvados en forma de volutas que soportan el remate
simbólico de la divinidad.
- Principales Características:
- una obra en bronce de 29 metros de altura.
- en forma de dosel o palio, sobre cuatro enormes columnas
salomónicas, que reproducían las
helenísticas de la basílica constantiniana - Cuatro ángeles adultos sostienen guirnaldas
triunfales en las esquinas y desde ellos brotan cuatro aletones
recurvados en forma de volutas que soportan el remate
simbólico de la divinidad - Baldaquino, Basílica de San Pedro del Vaticano.
(1624 – 1633)
- PLAZA DE SAN PEDRO EL VATICANO (1656 – 1667)
En 1656 Bernini recibió el encargo de una plaza
donde pudieran congregarse los fieles para recibir la
bendición Urbi et Orbi, del vicario de Cristo.
Concibió la plaza como la imagen arquitectónica, de
signo antropomórfico, de unos brazos maternales abiertos
que podían acoger simbólicamente a todos los
creyentes.
Proyectó dos plazas, una detrás de la otra,
íntimamente interconectadas. Primero, con torno al obelisco
vaticano situado entre dos fuentes, una plaza ovalada con dos
alas adinteladas en forma de columnatas. Múltiples
perspectivas se encardinan desde el interior de la plaza o desde
los pórticos, en las que los efectos de luz y sombras
juegan un papel protagonista en la visión, siempre
dinámica, que desarrolla el transeúnte en
movimiento.
El eje transversal, marcado por fuentes y obelisco,
queda destacado también por medio de
pórticos que se acentúan al alternar el
ritmo de sus soportes y por los frontones de remate en las
entradas orientales de los pórticos y, en menor medida, en
las esquinas occidentales que conectan con la segunda plaza. Esta
segunda piazza es de planta trapezoidal, cuya directriz
era la Scala Regia, es más estrecha primero y va
abriéndose hasta conectar con la ancha y relativamente
baja fachada de la basílica de San Pedro. Al situarse
estas alas macizas sobre un plano inclinado, las pilastras y las
ventanas se organizan en oblicuo, común un entramado
continuo de líneas ascendentes.
- Principales
Características:
- Principales
- La plaza como la imagen arquitectónica, de
signo antropomórfico, está flanqueada por dos
columnatas en forma elíptica. Forman dos brazos que
acogen a la humanidad al corazón de la Iglesia. ( unos
brazos maternales abiertos ) - Hay un total de 284 columnas y 88 pilastras a lo
largo de 240 metros. Cada brazo contiene cuatro filas. Requiere
5 personas con brazos extendidos para abrazar una sola
columna - Sobre el corredor de columnas hay 140 estatuas de
Apóstoles, Papas y obispos. - Dos plazas, una detrás de la otra,
íntimamente interconectadas - Con torno al obelisco vaticano situado entre dos
fuentes, una plaza ovalada con dos alas adinteladas en forma de
columnatas - El eje transversal, marcado por fuentes y obelisco,
queda destacado también por medio de
pórticos que se acentúan al alternar el
ritmo de sus soportes y por los frontones de remate en las
entradas orientales de los pórticos - Y, en menor medida, en las esquinas occidentales que
conectan con la segunda plaza - Esta segunda piazza es de planta trapezoidal,
cuya directriz era la Scala Regia - Más estrecha primero y va abriéndose
hasta conectar con la ancha y relativamente baja fachada de la
basílica de San Pedro. - Al situarse estas alas macizas sobre un plano
inclinado, las pilastras y las ventanas se organizan en
oblicuo, común un entramado continuo de líneas
ascendentes.
- FUENTE DE LOS CUATRO RÍOS, EN LA PLAZA
NAVONA (1648-1651)
Junto con la Fontana de Trevi es uno de los mejores
ejemplos de urbanismo barroco – el gorgoteo del agua y los
destellos de luz están pensados para avivar la atmósfera de la
plaza.
Bernini recrea el entorno natural de los cuatro ríos
más importantes de la época. Sobre el grupo
escultórico, coronándolo, se alza un obelisco
egipcio. No pasemos por alto la gruta hueca debajo de las
figuras: un truco manierista para que el obelisco parezca estar
suspendido en el aire.
El Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata
representan los cuatro ángulos de la Tierra.
Para sufragar los inmensos costes del proyecto el papa Inocencio
X impuso una tasa sobre el pan. Ésta medida tan impopular
le hizo sufrir años de improperios de todo tipo.
También su cuñada pasaría lo suyo cuando le
pusieron el mote de Olimpia – alusión a su supuesta
pérdida de virtud.
En 1651 el papa convoca a concurso el proyecto para la construcción de un nuevo monumento. En un
principio se creía que lo iba a ganar el protegido del
papa – Borromini – pero al final se lo llevó Bernini – se
cuenta que éste recurrió a Olimpia para que
entregara al Papa como regalo una maqueta del proyecto en plata
maciza.
Bernini acabó las figuras, que sus discípulos
Jacopo Fancelli, Claude Poussin, Antonio Raggi y Francesco
Baratta habían iniciado, de la roca, la palmera, el
león y el caballo que acompañan a las cuatro
figuras de los ríos. Estas alegorías
antropomórficas de los cursos fluviales representan, a la
vez, los cuatro continentes conocidos y los cuatro ríos
del paraíso: el Danubio, que sostiene el escudo de lirios
y paloma del pontífice, el Nilo velado por desconocerse el
lugar de sus fuentes, el Ganges como un remero, y el moro o negro
río de la Plata.
FONTANA DEL MORO
En 1653 Bernini, artista infatigable – aunque la
mayoría de los bocetos que llevan su firma los realizaban
sus ayudantes-, añadió la figura del moro mimando a
un delfín.
La fuente original fue proyectada en 1575 por Giacomo della
Porta.
La tercera fuente, al norte, fue reformada en el siglo XIX para
igualarla a la del Moro.
- PIAZZA NAVONA
El estilo de este conjunto arquitectónico es
barroco. Piazza Navona, como todas las grandes plazas italianas,
ha sido el escenario de multitud de obras dramáticas y de
la Comedia del Arte.
Siguiendo el concepto urbanístico barroco un papa del
siglo XVII convirtió el espacio que en otro tiempo
ocupó el estadio de Domiciano en punto de encuentro
popular- tal como habría hecho cualquier emperador de la
Roma Antigua
HISTORIA
86 d.C. El emperador Domiciano ordena construir en un suburbio
de Roma (Campo Marzio) un estadio en forma de U para pruebas de
atletismo y
unas gradas de piedra con cabida para 15.000 espectadores.
Edad Media. El
estadio – en cuyos pórticos se ejerce la prostitución– se alza junto a la ruta
seguida por los papas en su camino hacia la residencia de San
Juan de Letrán en San Pedro – la iglesia más
importante de la Cristiandad. Los asientos originales se
mantuvieron en uso hasta el siglo XV – época de los
torneos de caballeros.
1644. En este lugar se alza el pequeño edificio de
la familia
Pamphili. Uno de sus miembros, Inocencio X, transformó el
estadio en una bellísima plaza que decoró con tres
obras maestras del barroco: la Fontana dei Quattro Fiumi
(Bernini), la Iglesia de Sant?Agnese in Agone, antigua capilla de
la familia del
papa (Borromini) y el Palazzo Pamphili – residencia de Donna
Olimpia, cuñada de Inocencio X.
- Principales Características:
- Bernini recrea el entorno natural de los cuatro ríos
más importantes de la época - Sobre el grupo escultórico, coronándolo, se
alza un obelisco egipcio. - El Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata
representan los cuatro ángulos de la Tierra. - La roca, la palmera, el león y el caballo que
acompañan a las cuatro figuras de los ríos. - Estas alegorías antropomórficas de los cursos
fluviales representan, a la vez, los cuatro continentes
conocidos y los cuatro ríos del paraíso: - El Danubio, que sostiene el escudo de lirios y paloma del
pontífice, - El Nilo velado por desconocerse el lugar de sus
fuentes, - El Ganges como un remero,
- Y el moro o negro río de la Plata.
4. FRANCESCO BORROMINI (1599 ?
1667)
- Introducción
Borromini fue un arquitecto profesional que conocía
todos los secretos de la misma por propia práctica. Su
vida se encuentra marcada por el constante conflicto con
Bernini, al cual asiste hasta 1633, realizando sus grandes obras
desde esta fecha hasta su muerte. Era de carácter
huraño y solitario, contando con escasos amigos, como el
marqués de Castel Rodrigo, el cardenal Spada y el pintor
Poussin. Su vida fue bastante atormentada, suicidándose en
1667 como describió Plutarco que lo había hecho
Catón el Joven, filósofo estoico. Esta
filosofía es en la que habría que inscribir
la
personalidad de este artista, influida por un pensamiento
muy rigorista.
La arquitectura de Borromini fue considerada despectivamente
por sus contemporáneos más afectos al clasicismo
como gótica, de mal gusto y falta de respeto al
lenguaje
canónico de los órdenes; es bizarra y
anticlásica, antinormativa. Esta fama peyorativa se
extenderá casi hasta nuestro siglo.
4.1. BIOGRAFÍA
FRANCESCO BORROMINI (Bissone1599 – Roma
1667)
Excepcional arquitecto italiano del s. XVIII padre de la
arquitectura barroca en sus más atrevidas formas. Su obra
considerada excéntrica por sus contemporáneos
romanos, dejó escasa huella en la Ciudad Eterna, pero
ejerció, en cambio, un
extraordinario influjo en el norte de Italia (Guarini), influjo
que se extendió a toda Europa durante la siguiente
centuria. Vittone en Savoya, Meissonnier en Francia, Galli
Bibiena en Austria, J. M. Fischer y Neumann en Alemania,
Bonavia y Ventura Rodríguez en España, y Ludovice
(Ludwig) en Portugal, fueron los principales imitadores y
propagadores de su estilo.
Francesco Catelli, llamado Borromini, quizá por su
apellido materno, nació el 25 agosto 1599 en Bissone, a
orillas del lago Lugano. Su padre, Gian Domenico Catelli, era un
arquitecto de mediano talento, cuya obra es casi desconocida. De
los nueve a los 15 años vivió en Milán, en
donde aprendió a esculpir la madera y a
labrar la piedra y el ladrillo. Precisamente esa formación
constructiva en contacto directo con los materiales
más variados fue decisiva en la expresión de su
arquitectura, surgida no tanto de teorías
cuanto a partir de los problemas
prácticos y técnicos que la construcción
misma iba planteando, y en la que lo decorativo está de
tal manera fundido con lo estructural que raras veces se ha
producido una fusión tan
perfecta en la historia de la arquitectura.
Desde 1614 le vemos trabajando en Roma, primero a las
órdenes de su lejano pariente, Carlos Maderno, y luego
junto a Bernini, como humilde cantero y ayudante de tracista en
las fábricas de S. Pedro del Vaticano y del palacio
Barberini. En el primer edificio se le atribuyen unas rejas de la
cripta subterránea, y en el segundo unas ventanas de
guarnición todavía manierista.
A partir de 1632, abandona la tutela berninesca
y se pone a trabajar por su cuenta, iniciando aquella revolución
en los medios
estructurales y expresivos que, mal comprendida por sus
contemporáneos y luego por los tratadistas del neoclasicismo,
conduciría a la ruptura definitiva con lo clásico y
a la plena verificación del concepto barroco en la
arquitectura. Vivió desde entonces devorado por el deseo
de encontrar la verdad arquitectónica, tanto que en este
aspecto ha sido comparado con Caravaggio, quien pocos años
antes adivinó la verdad pictórica. Le atormentaba
igualmente el temor de una ejecución imperfecta; de
ahí que compusiera multitud de dibujos sobre
una misma obra antes de intentar una síntesis
definitiva de los elementos barajados. Tales dibujos vienen a ser
como variantes sinfónicas de un mismo tema y ocupan mayor
espacio que su obra realizada; fueron coleccionados
después de su muerte y grabados por V. Spada con el
título Opera del cavalier F. Borromini. Obsesionado
por los problemas que le planteaba su profesión, fue un
hombre huraño y reconcentrado que, a diferencia de su
rival Bernini, despreciaba la vida de sociedad y el
cortejo adulador de admiradores y discípulos, lo mismo que
en arte desdeñaba los convencionalismos de toda clase.
Vivió célibe y un día, el 2 julio 1667, en
un arrebato de locura, se suicidó clavándose una
espada, pero, recobrada la lucidez como otro Don Quijote,
antes de morir pidió perdón a las autoridades. Fue
sepultado en la iglesia de S. Juan de los Florentinos de
Roma.
La obra madura de Borromini es totalmente original y no es
fácil encontrar sus precedentes. En detalles aislados,
pero no en su conjunto, siguió a Miguel Ángel, a
quien profesó ilimitada veneración. De 1633 data su
primera construcción importante: la iglesia y el claustro
de s. Carlino alle Quattro Fontane. El interior de la
iglesia pasó por sucesivos planos, desde un primer boceto
de planta de salón con capillas laterales hasta la planta
fusiforme definitiva, en que la elipse central de la
cúpula se expansiona por sus extremos mayores y menores en
nuevos sectores ovales para albergar las capillas. En realidad,
Borromini partió del concepto clásico de un espacio
central copulado, subordinando otros espacios menores colocados
en sus ejes, pero lo revolucionó hasta convertirlo en algo
radicalmente nuevo. La originalidad se encuentra en que Borromini
no procede a multiplicar los espacios resultantes de ello,
articulándolos en ejes convergentes hasta conseguir una
ampliación naturalística de la perspectiva, sino
todo lo contrario. Los espacios elipsoidales resultantes se
interpenetran, no se articulan, dejando sin definir sus zonas de
contacto, de manera que no se sepa dónde acaba el uno y
comienza el otro. Los ejes no convergen en un espacio
único, sino divergen en espacios múltiples, de
donde resulta más que una perspectiva naturalista, una
perspectiva ilusionista conseguida por vía de
idealización del espacio. La decoración se acompasa
al mismo concepto, y así se percibe apiñada y
compacta, a modo de celdas de abeja, en la elipse central de la
cúpula, para esponjarse a manera de aire liberado en los
limpios casetones de las bóvedas de las capillas. La
fachada de s. Carlino, realizada años más tarde, en
1662, es también radicalmente original y ajena al modo de
ser de otras fachadas barrocas romanas contemporáneas. Sus
sectores cóncavo-convexos, totalmente
ínterpenetrados, se convierten en puro movimiento
ininterrumpido y continuo, así como con sus originales
volúmenes, desarrollados a partir de un motivo
geométrico. Sin embargo, nunca rechazó el estudio
de los modelos
clásicos, incorporando a su obra rasgos de la arquitectura
antigua y de la renacentista. La influencia de las ideas de
Miguel Ángel fue importantísima, como el mismo
arquitecto explicó en su tratado Opus architectonicum
(1648.
Su decoración, por otra parte, no tiene un sentido
aditivo, sino de totalidad, como si la estructura surgiera de la
decoración y no ésta de la estructura. Para ello
Borromini ha utilizado los órdenes de columnas como un
elemento decorativo más, sin ocultarlo lo más
mínimo según hacían convencional e
hipócritamente los demás arquitectos del barroco
romano. El movimiento frontal en fuga que parece prolongarse
hasta el infinito por los extremos, encuentra un escape vertical
en el frontón anticlásico que surge como una
llamarada diluyéndose en el aire. En la fachada del
Oratorio de s. Felipe Neri, ejecutada a partir de
1637, se expresa idéntico principio de puro movimiento
continuo, aunque con menos violencia.
Borromini utilizó para construirla no mármol ni
travertino, sino ladrillo, renovando la antigua técnica de
los romanos de hacer con este material no sólo los
entrepaños murales, sino también las partes de
relieve
arquitectónico más delicadas. Es imposible enumerar
aquí las novedades que Borromini introdujo al hacer estas
pequeñas formas, como guarniciones de puertas y ventanas,
edículos, templetes, capiteles, etc. Rehuyendo
además la policromía del mármol y otros
materiales nobles, Borromini aprovechó el ladrillo, al que
recubría de una capa de estuco, para obtener efectos
lumínicos muy puros y contrastados. Así el
campanario de S. Andrea delle Fratte (1654) es todo
él de ladrillo enfoscado, y a la maleabilidad de dicho
material se debe el que el artista creara esta sorprendente obra,
donde no se sabe cuándo termina la arquitectura y comienza
la escultura. De estructura filiforme, asciende en el espacio
hasta diluirse en él variando continuamente de forma. Con
estos edificios hechos para humildes congregaciones religiosas,
alternan los encargos papales.
En 1642 emprendió Borromini la construcción
de la capilla de la Universitaria romana de S. Ivo alla
Sapienza, su segunda obra maestra después de S.
Carlino. La compleja planta se integra por dos triángulos
superpuestos que originan una estrella de seis puntas. Cada una
de estas puntas debería haberse cubierto con su propia
bóveda, dejando, como en S. Carlino, un espacio central de
forma hexagonal para recibir una cúpula de seis
paños. No sucedió así, sino que Borromini se
superó a sí mismo. La planta se eleva primero
verticalmente, dando forma a los muros de la capilla y
después, reduciéndose escalonadamente con
prodigiosa técnica, continúa su ascensión
para formar la caja cupuliforme y la linterna.
Resultó así una cúpula de prismas
interpenetrados, que se articulan en nexos sucesivos de plenos y
vacíos, de vuelos y retrocesos, de movimientos
centrípetos y centrífugos que producen la
impresión de que la cúpula alentase como un
organismo vivo. Para sorpresa del espectador, la cúpula
ofrece al exterior un aspecto diverso, cual si a la
sucesión de elementos acompañara una
sucesión de visiones. Ya el estrecho y armónico
patio renacentista de entrada a la capilla contrasta con el fondo
cóncavo realizado por Borromini; pero luego, en nuevo
contraste, a dicha concavidad se opone el alto tambor de la
cúpula de secciones convexas, del que sólo emerge
la parte superior del casquete en forma anillada. El movimiento
del anillo se continúa en la linterna, cuyo cupulín
se ha sustituido por una sorprendente espiral que parece taladrar
el cielo como un berbiquí. Nunca la forma
«serpentinata» se había producido con tanta
audacia. También la ampliación del Palacio de
Propaganda Pide fue encomendada en 1647 por Inocencio X a
Borromini, quien en su fachada utilizó un orden gigante de
lisas pilastras que, a modo de bambalinas, hacen pasar la mirada
de un plano frontal a los planos más profundos en que se
adentran las ventanas de la planta noble, gracias a sus columnas
sesgadas y a sus entablamentos alabeados. En mayor escala se repite
este procedimiento
escenográfico en el panel central, donde las pilastras y
los estípites oblicuos de la puerta empujan la pared y la
cornisa hacia adentro, mientras la ventana se contracurva en
sentido convexo.
En la reconstrucción de la basílica de S.
Juan de Letrán, encomendada igualmente por el Papa
(1647-50), éste conservó la disposición
basilical primitiva, pero utilizó ventanas que rasgan el
entablamento, templetes de perfil ondulado y recuadros
escultóricos que confieren al conjunto una
pulsación viva y luminosa. En la iglesia de S.
Inés, de la Plaza Navona, la superposición
de manos hace de esta obra algo híbrido donde no es
posible percibir en toda su pureza las genialidades de Borromini.
La fachada que se le atribuye encaja bastante en el barroco
ortodoxo, aunque el ondulamiento de su parte central y los
campanarios de primer término, que retrotraen la
situación de la cúpula, le dan un aspecto
escenográfico muy bien conjugado con las proporciones de
la plaza, realzando así su aspecto
urbanístico.
4.2. OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS DEL BARROCO
ITALIANO
- SAN CARLO ALLE QUATTRO FONTANE (1634-1637)
El primer trabajo importante de Bernini es San Carlos
alle Quatro Fontane, realizado entre 1634 y 1641. Esta obra
es encargo de la orden de los Trinitarios Descalzos de San Juan
de Mata, orden española dedicada a la redención de
cautivos, la cual habían adquirido un pequeño solar
en la colina del Quirinal romano donde han de erigirse la
residencia, el templo, la portería y el jardín. La
obra es financiada por un amigo de Borromini, el marqués
de Castel Rodrigo.
El convento es lo primero en ser construido,
realizándose entre 1634 y 1637. Los materiales usados son
pobres, como el ladrillo estucado y pintado, materiales en los
que Borromini se encuentra muy cómodo, siendo un perfecto
conocedor de la técnica del agramilado. Las ventanas se
encuentran distribuidos mediante mesenas que retículan el
muro. En esta fachada se muestra su
sentido anticlásico al no utilizarse columnas, pilastras
ni órdenes.
La puerta se halla guarnecida por pilastras cajeadas
dispuestas al bies, perpendiculares al muro, coronadas por un
frontón curvado. Esto se encuentra basado en experiencias
propias realizadas en San Pedro del Vaticano y el
palacio Barberini. También las formas
escultóricas se encuentran sometidas a las formas
arquitectónicas, como el querubín cuyas seis alas
se adaptan a servir de base.
El claustro es oblongo, usando esquinas achaflanadas
convexas. Las columnas se encuentran pareadas alternando tramos
largos con cortos y arcos con entablamentos, generando una
variedad visual y un ritmo que evita la sensación de
agobio creada por la estrechez del patio y la escasa iluminación. El ritmo se hace más
diáfano en el piso superior adintelado y con una
balaustrada. Aquí vemos el uso de una tipología de
origen lombardo.
La iglesia es su siguiente trabajo tras el convento y el
claustro, realizándose entre 1638 y 1641. Esta es la
segunda iglesia barroca de planta centralizada tras San
Martino e Luca, siendo sus plantas bastante
similares y constituyendo San Carlos casi una
variación oblonga, adaptada a la reducida superficie. Esta
se trata de un rombo equilátero, figura sobre la que se
genera todo el espacio del templo, y sobre esta figura se generan
una serie de espacios que no son rectilíneos sino curvos.
En ella se plantea un modelo
geométrico modular frente al modular aritmético de
los órdenes clásicos, recurriendo Borromini a
figuras a partir de las cuales se generan espacios. Este sistema se
encuentra inspirado en la tradición de los canteros
medievales, asimilada por Borromini a través de su
formación en los talleres milaneses y quizá de
aquí derive el juicio peyorativo de los adeptos al
clasicismo.
El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
diferente intercolumnado. Todos los pies derechos tienen continuidad
en las cubiertas. De mano también de Borromini vemos el
uso de casetonamientos procedentes de la antigüedad, usando
criterios de perspectiva ilusionista para crear una
sensación de bóveda de cañón
más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
vértice. Los casetones de la cúpula repiten cruces
griegas, emblema de la orden de los Trinitarios, y
octógonos, que también reducen su tamaño
hacia su cenit, pareciendo la cúpula más alta para
el espectador. Otro factor que contribuye a esta sensación
es la luz procedente de unos tragaluces situados en el tambor de
la cúpula, ocultos a la vista por una crestería o
angrelado formado por pomos y hojas de acanto, privativas estas
de la corona de marqués. ?
- Principales Características:
- En esta fachada se hace uso de los órdenes gigantes
y complementarios. - La fachada se compone por tres calles con una convexidad
central flanqueada por dos cóncavas y con columnas
adosadas al muro. - La puerta se halla guarnecida por pilastras cajeadas
dispuestas al bies, perpendiculares al muro, coronadas por un
frontón curvado - Las formas escultóricas se encuentran sometidas a
las formas arquitectónicas, como el querubín
cuyas seis alas se adaptan a servir de base. - Las ventanas se encuentran distribuidos mediante mesenas
que retículan el muro. - El ritmo se hace más diáfano en el piso
superior adintelado y con una balaustrada. - Las columnas se encuentran pareadas alternando tramos
largos con cortos y arcos con entablamentos, generando una
variedad visual y un ritmo - Planta centralizada, El claustro es oblongo, usando
esquinas achaflanadas convexas - Esta se trata de un rombo equilátero, figura sobre
la que se genera todo el espacio del templo, y sobre esta
figura se generan una serie de espacios que no son
rectilíneos sino curvos - se plantea un modelo geométrico modular frente al
modular aritmético de los ordenes clásicos, - Este sistema se encuentra inspirado en la tradición
de los canteros medievales - El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
diferente intercolumnado. - Casetonamientos de perspectiva ilusionista para crear una
sensación de bóveda de cañón
más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
vértice. - Los casetones de la cúpula repiten cruces
griegas, - Octógonos, que también reducen su
tamaño hacia su cenit, pareciendo la cúpula
más alta para el espectador - Los materiales usados son pobres, como el ladrillo estucado
y pintado - Esta se trata de un rombo equilátero, figura sobre
la que se genera todo el espacio del templo, y sobre esta
figura se generan una serie de espacios que no son
rectilíneos sino curvos - se plantea un modelo geométrico modular frente al
modular aritmético de los ordenes clásicos, - Este sistema se encuentra inspirado en la tradición
de los canteros medievales - El muro se articula por medio de columnas, usando ritmos de
diferente intercolumnado. - Casetonamientos de perspectiva ilusionista para crear una
sensación de bóveda de cañón
más profunda, decreciendo su tamaño hacia su
vértice. - Los casetones de la cúpula repiten cruces
griegas, - Octógonos, que también reducen su
tamaño hacia su cenit, pareciendo la cúpula
más alta para el espectador - Los materiales usados son pobres, como el ladrillo estucado
y pintado
- CONVENTO DE LOS ORATORIANOS (1637-1643)
El siguiente trabajo que aborda por influencia del cardenal
Virgilio Spada es la fachada y convento de los Oratorianos en
Roma, trabajo que comienza en el año 1637 y concluye en el
1643. Los Oratorianos son una orden nacida durante la
Contrarreforma, fundada por San Filipo Neri, y que considera que
la música
es una manera de mover a la piedad. La iglesia aneja al convento
es Santa Maria en Vallicella, ejemplo de la
tipología contrarreformita.
La fachada cubre todo el frente del convento y da acceso al
oratorio, enmascarando una serie de diferentes edificios. La
fachada se encuentra curvada, siendo cóncava, dando una
sensación de dinamismo. También se introducen otras
novedades como los caprichos en los remates de las ventanas. Sin
embargo también utiliza los órdenes, como las
pilastras gigantes. El orden usado en el piso inferior es
caprichoso y borrominiano, mientras que el utilizado en el
superior es más clásico. Estos dan cierta variedad
al muro. En el piso inferior una convexidad destaca en la parte
central, sosteniendo un balcón cóncavo en el piso
superior. Los tres tramos centrales se encuentran destacados por
un frontón miscilíneo.
La obra se encuentra construida en ladrillo estucado y
visto, lo cual nos muestra la modestia de las órdenes que
encargaban sus trabajos a Borromini. En la parte principal del
convento se repiten los motivos decorativos vistos en Cortona,
como la doble voluta y la utilización de merlones
descontextualizados. El interior del oratorio es un espacio
oblongo en el que se trata de evitar las esquinas, achaflanadas
de manera cóncava, transmitiendo una sensación de
continuidad mural. La cubierta es una bóveda de artesa
cruzada por una serie de tirantes que no son más que la
continuación en la cubierta de las pilastras del muro.
Estos tirantes van a comunicar los diferentes paños de
pared, creando en el techo una especie de diagrama
geométrico formado por rombos. El acabado se encuentra
realizado en estuco blanco, con la excepción de algunos
toques dorados para destacar algunos detalles de la estatuaria,
completamente integrada en la arquitectura. En el interior el
muro juega con la alternancia de lados cortos y largos.
El diseño
de Borromini se aprecia también en las dependencias. La
chimenea francesa tiene una planta encurvada que recuerda a una
tienda de campaña y en ella aparecen detalles decorativos
simbólicos como las flores, símbolo de la castidad.
El uso de las guardamalletas es similar al que vemos en el
baldaquino de San Pedro, en el cual
colaboró.-
- Principales Características:
- Utiliza los ordenes, como las pilastras gigantes
- El orden usado en el piso inferior es caprichoso y
borrominiano, mientras que el utilizado en el superior es
más clásico. - Estos dan cierta variedad al muro.
- La fachada cubre todo el frente del convento
- En el piso inferior una convexidad destaca en la parte
central, sosteniendo un balcón cóncavo en el piso
superior. - Los tres tramos centrales se encuentran destacados por un
frontón miscilíneo. - Se encuentra construida en ladrillo estucado y visto
- En la parte principal del convento se repiten los motivos
decorativos vistos en Cortona, como la doble voluta y la
utilización de merlones descontextualizados. - Se encuentra curvada, siendo cóncava, dando una
sensación de dinamismo. - El interior del oratorio es un espacio oblongo en el que se
trata de evitar las esquinas, achaflanadas de manera
cóncava, transmitiendo una sensación de
continuidad mural - La cubierta es una bóveda de artesa cruzada por una
serie de tirantes que no son más que la
continuación en la cubierta de las pilastras del
muro. - Estos tirantes van a comunicar los diferentes paños
de pared, creando en el techo una especie de diagrama
geométrico formado por rombos.
- SANT?IVO DELLA SAPIENZA (1642-1660
El otro trabajo que acomete Borromini es Sant?Ivo
della Sapienza, capilla de la universidad
de Roma, construida a finales del siglo XVI por Ligorio y Della
Porta. Borromini realizara la capilla entre 1642 y 1660,
encargo éste fue obtenido por Borromini gracias a la
influencia de su amigo el cardenal Spada.
Esta capilla tiene una planta centralizada generada a
partir la intersección de dos triángulos
equiláteros que crean un hexágono, una celdilla
de abeja que alude el escudo del papa Barberini. A este
hexágono se le interceptan también una serie de
círculos que generaran una serie de formas espaciales,
alternando espacios cóncavos y convexos.
La cúpula es muy caprichosa, encontrándose
concebida para el interior y enmascarada al exterior. Esta
cubre el cuerpo de la iglesia sin un rasgo estructural de
transición, continuando la forma de estrella del plano,
abriéndose en la base de cada segmento una gran ventana.
Las líneas verticales de las pilastras se
continúan en las molduras doradas de la cúpula
que repiten y acentúan la división tripartita en
vanos de abajo. A pesar de la fuerte barrera horizontal del
entablamento, las tendencias verticales tienen una fuerza
tremenda. Al ir elevándose los sectores de diversas
formas de la cúpula, los contrastes disminuyen
gradualmente hasta que el movimiento descansa bajo la linterna
en la forma pura del círculo, decorada con doce grandes
estrellas.
La entrada principal de Sant?Ivo se abre al final
del patio construido por Della Porta. Al exterior la estructura
abovedada se compone de cuatro partes diferentes. Primero un
tambor alto, hexagonal de enorme peso que neutraliza por su
proyección convexa el retroceso cóncavo de la
fachada de la iglesia en el cortile, dividiéndose
cada uno de los lados en dos vanos pequeños y uno
grande. En los puntos donde los dos sectores convexos se
encuentran, el orden está reforzado aumentando la
sensación de vitalidad y tensión. Sobre este
tambor se asienta una pirámide escalonada, dividida por
vigas como contrafuertes que se apoyan en los puntos
reforzados. La pirámide esta coronada por una linterna
con dobles columnas entrantes cóncavos entre ellas. Todo
el conjunto se remata con una escultura espiral
monolítica que nos recuerda a los zigurates
mesopotámicos. En el exterior también vemos
motivos decorativos de montañas y estrellas que hacen
referencia al escudo de Alejandro Chigi.-
- Principales Características:
Esquema geométrico
Planta
- Una planta centralizada generada a partir la
intersección de dos triángulos equiláteros
que crean un hexágono - A este hexágono se le interceptan también
una serie de círculos que generaran una serie de formas
espaciales, alternando espacios cóncavos y
convexos - La cúpula es muy caprichosa, encontrándose
concebida para el interior y enmascarada al exterior. - Esta cubre el cuerpo de la iglesia sin un rasgo
estructural de transición, continuando la forma de
estrella del plano, abriéndose en la base de cada
segmento una gran ventana. - Las líneas verticales de las pilastras se
continúan en las molduras doradas de la cúpula
que repiten y acentúan la división tripartita en
vanos de abajo - Al exterior la estructura abovedada se compone de cuatro
partes diferentes. - Primero un tambor alto, hexagonal de enorme peso que
neutraliza por su proyección convexa el retroceso
cóncavo de la fachada de la iglesia en el
cortile, dividiéndose cada uno de los lados en
dos vanos pequeños y uno grande. - En los puntos donde los dos sectores convexos se
encuentran, el orden está reforzado aumentando la
sensación de vitalidad y tensión - Sobre este tambor se asienta una pirámide
escalonada, dividida por vigas como contrafuertes que se apoyan
en los puntos reforzados. - La pirámide esta coronada por una linterna con
dobles columnas entrantes cóncavos entre ellas. - Todo el conjunto se remata con una escultura espiral
monolítica que nos recuerda a los zigurat
mesopotámicos
- SAN JUAN DE LETRÁN (1646-1649)
Inocencio X financia grandes obras en San Juan de
Letrán, encargándose estas a Borromini. Esta es
una construcción bajorromana, de planta basilical con un
transepto bastante marcado y una capilla principal poco
profunda.
Esta reforma busca es un reforzamiento de la estructura
de la basílica y una puesta al día de la
decoración, siendo llevada a cabo por Borromini entre
1646 y1649 de una manera muy caprichosa, teniendo como
única imposición la de no modificar el artesonado
de madera del techo, de Danelle de Volterra, el cual en un
principio pretendía abovedar. Borromini hizo macizo uno
de cada dos intercolumnios con el fin de crear un ritmo
más movido, utilizando pilastras de orden gigante y
creando nichos. El capricho y la invención se pueden
apreciar en detalles decorativos como las ventanas ovaladas.
Los materiales utilizados son humildes, como ladrillos y
estuco.-
- Principales Características:
- Construcción bajorromana, de planta basilical
primitiva con un transepto bastante marcado y una capilla
principal poco profunda. - Ventanas que rasgan el entablamento, templetes de perfil
ondulado y recuadros escultóricos que confieren al
conjunto una pulsación viva y luminosa - Hizo macizo uno de cada dos intercolumnios con el fin de
crear un ritmo más movido, utilizando pilastras de orden
gigante y creando nichos. - Materiales utilizados son humildes, como ladrillos y
estuco - Artesonado de madera del techo, de Danelle de Volterra
Historia de la
Arquitectura???…………………..??.Leonardo
Benévolo
Bernini????????????.?..Globalarte, Rafaella Nicolicchia
Borromini????????????..Globalarte, Rafaella Nicolicchia
Facilitador Materia
Historia de la Arquitectura 5to.
Semestre……………………………………………………..Arq.
Manuel Montilla
Exponente:
Arelys J. Agostini B.