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Relaciones entre Arte y Diseño




Enviado por americalatinava



     

    INTRODUCCIÓN

    A partir de la experiencia obtenida durante los meses de
    pasantías realizadas en el Museo de Arte y
    Diseño Contemporáneo de Costa Rica, sus
    constantes vinculaciones arte-diseño a través de
    exposiciones como Dis+Art+Tec 5, "Proyecta. Diseño
    español.
    Una nueva generación",
    y del desarrollo del
    texto
    crítico en torno a la misma,
    surgen varios cuestionamientos: ¿Cómo acercarnos a
    las muestras de diseño?; ¿Qué relaciones
    pueden presentar el arte y el diseño y cómo se les
    muestra?
    ¿Desde qué momento se plantea el diseño
    museable y cómo? y finalmente, ¿Cómo
    interviene nuestra formación de historiadores del arte
    ante las posibles miradas hacia el diseño?

    Este trabajo
    intenta mostrar un panorama sobre el diseño como disciplina de
    estudio para la Historia del
    Arte, comenzando por las implicaciones del término, el
    contexto de origen y las vinculaciones con los movimientos
    artísticos de vanguardia,
    así como la polémica arte-diseño que dio
    origen a la disciplina y que se ha extendido a lo largo del siglo
    XX.

    El paso del diseño a los Museos como objetos
    museables, marca la pauta
    para el desarrollo del segundo capítulo, el cual hace
    referencia a su contexto de origen europeo, luego al
    ámbito latinoamericano, con una visión
    específica del caso del Museo de Arte y Diseño
    Contemporáneo de Costa Rica y las muestras
    Dis+Art+Tec de relaciones entre diseño, arte y
    tecnología. Finalmente cierra en el
    contexto venezolano, con la revisión histórica del
    inicio de las exposiciones de diseño vinculadas a nombres
    de artistas y diseñadores.

    Por último, partiendo de dos proyectos
    interdisciplinarios desarrollados recientemente en la ciudad de
    Mérida: Gris y Ciudad, se plantea la
    integración de la historia del arte, el
    diseño y las artes visuales como propuesta
    práctico-conceptual, desarrollada ante las necesidades
    particulares de las disciplinas, del contexto y de la
    práctica de cada una de ellas.

    Con estos aspectos, se pretende crear un panorama del
    diseño como fenómeno abierto y relacionarlo con la
    historia del arte, a través de las vinculaciones posibles
    con el arte, los museos y las exposiciones como experiencias que
    le vinculan con concepciones estéticas de cada momento, y
    sobre todo, trasladar las relaciones a nuestro contexto
    más cercano a través de los proyectos recientes
    como Gris y Ciudad, de integración
    arte-diseño en la ciudad de Mérida.

     

     CAPÍTULO I

    EL DISEÑO Y SU INSERCIÓN EN LA HISTORIA
    DEL ARTE

    I.1 Diseño: Origen del término y de
    la disciplina. Contexto histórico y cambio de
    concepciones hasta el siglo XIX.

    El término Diseño, se presta a
    numerables acepciones. Más allá de las
    implicaciones contextuales o históricas del mismo, en
    principio, está vinculado directamente a la idea de
    trazar, ya sea una línea, un edificio, un vestido o un
    folleto; a la de bosquejar ya sea con hechos o palabras y se
    puede vincular directamente con los conceptos de proyectar o
    planificar (Espasa, 2000).

    En el origen del término se pueden rastrear
    varios antecedentes que se remontan hasta el siglo XVI,
    época en la que la estética manierista hablaba de la libertad
    creativa y se cuestionaba la representación en pro de la
    experimentación personal e
    individual (Bayer, 1965). En este sentido y tomando en cuenta su
    utilización dentro del contexto de los tratadistas
    renacentistas (Vasari, Alberti, Zuccari, Doni o Danti) deriva
    etimológicamente de la palabra designatio que en
    voz latina significa marcar, señalar y designar, de
    dessein en francés (designio, intención) y
    dessin (dibujo). El
    disegno italiano, conserva el sentido inicial latino y le
    agrega el sentido de dibujo.

    Alberti ya había definido disegno como
    "fuerte plano nacido del espíritu, ejecutado en la
    líneas y en los ángulos" (Bayer, 1965, p.112);
    Vasari, lo relaciona con la forma mental a través de la
    cual el artista modela su obra con el disegno, mientras
    que la idea y la forma se realizan con el dibujo. Zuccari llama
    disegno a la forma, la idea y la regla, pero distingue
    entre diseño interior (concepto formado
    en la mente del artista) y exterior (contorno, la medida,
    la forma, de cualquier cosa).

    Ya con los tratados del
    siglo XVI como el de Francesco Doni (Disegno de 1549) y
    principalmente Danti (arti del disegno) que unificaba la
    pintura, la
    arquitectura y
    la escultura a partir del concepto disegno y quien junto a
    Miguel Ángel inició la disociación de las
    artes para abordar el concepto de Bellas Artes
    (afianzado luego en el siglo XVIII), se inicia un primer
    acercamiento a lo que posteriormente fue el diseño, pero
    ya en los albores de la Revolución
    Industrial.

    En el contexto del siglo XVIII existía una
    confianza generalizada en el poder de la
    razón, en la ciencia, en
    los adelantos que se estaban generando a nivel tecnológico
    y en los cambios sociales derivados de la Revolución
    Industrial.

    Esta explosión maquinista trajo enormes
    resultados en todos los ámbitos sociales y culturales: por
    una parte el arte se defendía de los ataques de la
    industria
    contra la creatividad
    del ser único del objeto creado. Por otro, la
    artesanía, ante el advenimiento de la producción en masa, se proponía
    elevar la calidad
    técnica tomando del arte elementos para sus confecciones.
    La arquitectura, por su lado, portadora de la dualidad de ser
    funcional y a la vez artística, se adaptaba con más
    facilidad a los repentinos cambios que la revolución
    acarreaba (Mosquera, 1989).

    Aún mucho tiempo
    después de ser practicada, esta disciplina naciente (s.
    XIX) no había sido objeto de una conceptualización
    definitiva:

    …la terrible confusión
    terminológica de entonces, producida al extender el
    significado de la palabra arte para abarcar la nueva actividad
    aún no bautizada, correspondía a una
    imprecisión entre las categorías de lo
    estético y lo artístico. El diseño no es
    arte: es proyecto de
    bienes de
    uso, de acuerdo con sus requerimientos económicos,
    constructivos, funcionales y estéticos, todos al
    unísono concebidos integralmente desde el comienzo. El
    arte, es decir, la dimensión estético
    simbólica, no se interpreta ahora como una
    añadido a la estructura
    industrial; se hace aparecer en ella misma, sin contradecir los
    requisitos de economía, construcción y función,
    sino subrayándolos. De este modo la industria crea sus
    propias formas "culturales", formas nuevas, liberadas de la
    tradición artesanal y de la repetición
    historicista, formas que por primera vez responden con
    coherencia a las necesidades de la tecnología y su
    época, tanto en los aspectos materiales
    como en los espirituales. Es el surgimiento de la
    estética de la industria. Una estética
    particular, diferenciada del arte, que, según hemos
    visto, hace tiempo se individualizó como una actividad
    autosuficiente, una creación desinteresada de fines
    materiales concretos. Ni arte, ni construcción
    irresponsable, olvidada del espíritu: diseño.

    (Mosquera, 1989, p. 69).

    I.1.1 El contexto

    Arte e Industria

    Más allá de las implicaciones
    terminológicas, el contexto que dio origen al
    diseño como disciplina, venía gestándose
    desde el siglo XVIII como respuesta al procedimiento
    industrial y a las técnicas
    de producción en serie, (impulsada por la
    producción y el abaratamiento de los costos),
    desarrollados primordialmente en el entorno de la cultura
    británica debido a factores políticos,
    económicos y sociales que no poseía el resto de
    Europa. Fue Gran
    Bretaña la primera en afrontar las consecuencias
    artísticas y sociales de la Revolución Industrial y
    fue también el lugar donde apareció la
    reflexión crítica
    sobre el diseño:

    El Análisis de la Belleza de William
    Hogart (1753), fue una de las primeras obras que se interesaban
    por los "productos de
    consumo". Es
    también importante en la historia del diseño
    porque aplica principios
    racionales al estudio del arte. Hogart expone en ella de forma
    directa y sencilla el proceso por
    el cual ciertas formas nos resultan agradables y otras
    desagradables. La sugerencia implícita en su análisis es que el "arte" no se reduce
    necesariamente a la cultura tradicional
    . (Bayley, 1994,
    p.14)

    Es importante señalar otro elemento
    teórico tratado en su libro, al
    referirse a los productos de consumo y al fenómeno de las
    reproducciones de estatuas clásicas para atender la
    creciente demanda de
    ellas por parte de la clase media y
    que se encuentra entre los primeros "signos de
    gusto" del mundo moderno. Dicho fenómeno es el
    símbolo de una época en la que se produjo el
    encuentro entre arte e industria, y en la que artistas y
    fabricantes, al promover la producción en serie,
    adquirieron plena conciencia de los
    problemas de
    estilo y del significado de la forma. Este elemento es de crucial
    importancia porque es la introducción del elemento artístico
    y cultural en la industria, acontecimiento que perfila el
    nacimiento del diseño como disciplina.

    En Gran Bretaña podemos encontrar los primeros
    bosquejos de lo que posteriormente comenzó a desarrollarse
    con mayor rapidez e innovación en el resto de Europa. Josiah
    Wedgwood (1730-1795), precursor de las técnicas de
    producción en serie, fue uno de los primeros en ser
    consciente de la importancia del diseño para la
    fabricación de bienes de consumo; para elaborar su
    productos, empleó artistas como al escultor John Flaxman,
    al pintor George Stubbs e innumerables ceramistas italianos
    (Bayley, 1994).

    A partir de este momento, arte e industria habían
    logrado congeniar con los nuevos procesos. Sin
    embargo, y aún como resultado de las necesidades que
    imponían los productos y su comercialización, esta relación
    dependía primordialmente de un carácter mercantil que dio inicio a
    proyectos como la Royal Society of Arts, destinada a unir
    las artes y el comercio, pero
    basados en la necesidad de "estimular la empresa,
    engrandecer la ciencia,
    embellecer el arte, mejorar la industria y extender el comercio"
    (Bayley, 1999, p. 23), proporcionándole a Gran
    Bretaña una institución que proponía sus
    propios cánones estéticos de "buen
    gusto".

    I.1.2 El "buen gusto" y el
    ornamento

    En este momento el diseño era una herramienta
    para la comercialización de los productos, basada en
    proveer los cánones del gusto de la época y
    concebidos a su vez como ideales de "buen gusto".

    El gusto de la naciente burguesía de finales del
    siglo XVIII por las antigüedades, ya no complacía a
    la industria y en ese aspecto Alemania,
    Francia y
    Estados Unidos
    le llevaban la delantera a Gran Bretaña. La
    creación de nuevas y numerosas escuelas de diseño
    en ese país, nos da una idea de la concepción
    ornamental del diseño para ese momento. Las escuelas de
    Diseño de Arte Ornamental, sirvieron también para
    crear los primeros museos del rubro, cuyo propósito era,
    entre otros, "educar el gusto" del público.

    La crisis del
    gusto del siglo XIX, es una historia de conflicto y
    confusión que se desarrolló en todos los campos de
    la cultura. En el diseño, reducido a la reproducción de estilos antiguos y de
    ideales clásicos para ese momento, sujeto además a
    la adquisición de bienes como símbolo de status
    social, generó una nueva búsqueda que
    desembocó en la adopción
    de muchos otros modelos y no
    de uno único o canónico (al contrario de lo que
    promovían los clásicos como Sir Joshua Reynolds y
    sus académicos) (Pevsner, 1983).

    Los intentos filosóficos y artísticos de
    normar todos estos modelos, constituyen una parte fundamental de
    la historia del diseño durante el siglo siguiente. Muchos
    diseñadores terminaron en el eclecticismo,
    inspirándose en diversos estilos del pasado, mientras que
    otros quisieron guiarse por modelos morales como el arquitecto
    Augustus Pugin, el cual influyó directamente en
    personalidades como William Morris, antecesor de la sensibilidad
    propia de los teóricos del siglo XIX, de las que
    más tarde se nutriría el denominado Movimiento
    Moderno.

    Las ideas de Pugin sobre el gusto, para esa
    época, fueron las que determinaron el surgimiento de
    nuevas expectativas para el diseño. Éste
    ejerció una gran influencia en la Exposición
    Universal de Londres (1851), evento concebido por el
    príncipe Alberto, Henry Cole y su grupo como una
    lección en materia de
    gusto para la nación:

    Pretendían que fuera una especie de "tableau
    vivant" pedagógico, una de las primeras exposiciones
    comerciales de importancia, sin embargo sus consecuencias
    fueron casi traumáticas. Como había dicho Pugin,
    la industria parecía estar fuera de control: los
    productos industriales allí expuestos estaban recargados
    de adornos vulgares e inadecuados y buena parte de los mismos
    trataba de ocultar de modo extravagante su verdadera
    función…A pesar de que los productos de la
    India eran
    de manufactura
    tosca, todo el mundo estuvo de acuerdo en que demostraban una
    mejor comprensión de los verdaderos principios de
    ornamento
    " (Bayley, 1994, p. 26)

    Una de las consecuencias de esta Exposición
    Universal, fue la necesidad de reconsiderar los principios
    estéticos que regían nuestras reacciones ante el
    diseño y el ornamento por separado.

    I.1.3 La Transición: el Movimiento Art
    & Craft y el Art Noveau

    A partir de estas nuevas reconsideraciones sobre el
    diseño, resultado de los nuevos planteamientos morales e
    ideológicos sobre un modo de vida sencillo y racional,
    surge el Movimiento Art & Craft (Artes y
    Oficios).

    Las ideas de Pugin ejercieron una enorme influencia
    sobre William Morris y John Ruskin, iniciadores de este
    movimiento inspirado, por una parte, en una preocupación
    generacional por las teorías, la arquitectura y el
    diseño, y por otra, en la reacción ante las
    consecuencias de la máquina.

    Tomaban como punto de referencia la época
    medieval, tanto en sus modelos de trabajo (gremios de artesanos,
    pues defendían el ideal del artesano-artista) como en los
    motivos que utilizaban para adornar sus diseños.
    Creían que el diseño debía fundarse en
    principios artesanales tales como la "fidelidad a la naturaleza" y
    la "adecuación al fin". Sus diseños se depuraron
    del excesivo recargo con el que se venía trabajando
    anteriormente, pero aún no se deslastraban totalmente de
    sus predecesores, pues siguieron siendo historicistas. De este
    movimiento que marcó gran influencia durante los
    siguientes años, surgieron grupos como La
    Comunidad del
    Siglo
    , cuya finalidad era rendir homenaje a todas las ramas
    del arte en el círculo de acción,
    ya no del comerciante al por menor, sino al artista. Las artes
    del diseño se elevaron al lado de la pintura y de la
    escultura, desarrollando una nueva estética que
    incorporaba rasgos del diseño japonés y
    renacentista. Sus diseños gráficos proporcionaron el eslabón
    del Movimiento de las Artes y los Oficios con la
    estilización floral del Art Noveau (Read,
    1971).

    El Art Noveau, según varios
    teóricos, fue el primer estilo creado como tal
    después de la Revolución Industrial (s. XIX), luego
    de un cese de creación de nuevos estilos. Este movimiento
    expresa ampliamente el cambio de siglo y la explosión de
    todas las formas del diseño. La arquitectura, el
    mobiliario y el diseño de productos; las modas y los
    gráficos, participaron en una revolución que
    llegó a expandirse por toda Europa y, posteriormente, a
    Estados Unidos. Representa el estilo de transición que se
    desvió del historicismo y los revivals para
    expresar el presente a través del uso de nuevos materiales
    proporcionados por su entorno:

    Las ideas de progreso y las formas del arte del
    siglo XX dan testimonio de la importancia de esta
    transformación. La arquitectura moderna, el
    diseño industrial y gráfico, el surrealismo
    y el arte abstracto echan raíces en sus conceptos y
    teorías fundamentales. En lugar de decorar la estructura
    aplicando ornamentos a la superficie de un edificio u objeto,
    como se hacía en los estilos anteriores, la forma
    básica y la configuración del diseño del
    Art Noveau, estaba a menudo gobernado por el diseño del
    ornamento
    (Meggs, 1991, p.246).

    Esto determina un principio nuevo y que se
    agregará a la concepción del diseño: la
    unificación de la decoración, la estructura y la
    función.

    Este nuevo principio adherido a la idea que se gesta
    sobre el diseño, era el punto de vista de Henri Van de
    Velde, arquitecto del Art Noveau quien planteaba, entre
    otros elementos, que el ornamento no debía tener la
    función de decorar la forma sino estructurarla.

    Desde este momento, se redimesiona la concepción
    ornamental y se comienzan a tomar en cuenta principios
    racionalistas, donde la forma del objeto debía responder a
    sus condiciones de uso y a la técnicas empleadas para su
    fabricación. En Alemania fue donde mejor se llegaron a
    desarrollar estos nuevos principios, en parte debido a su
    contexto, a través de la creación del grupo
    Deutcher Werkbund, el cual llegó a convertirse
    junto a William Morris y Van de Velde , en los fundamentos del
    movimiento moderno en arquitectura y artes aplicadas.

    Todo cambio de siglo trae consigo repercusiones
    culturales y sociales fuertes. La revolución estaba apenas
    siendo digerida y los estragos del materialismo
    impuesto por
    la producción, estaban generando cambios en la percepción
    y sensibilidad que apenas se avizoraban; el movimiento simbolista
    francés (1880-1890) constituyó una influencia
    importante con su rechazo al realismo a
    favor de lo "metafísico y placentero" (Maldonado, 1977).
    Esta interacción condujo a una toma de actitudes
    filosóficas por parte de los artistas en una era
    escéptica, donde el racionalismo
    científico estaba en ascenso y las creencias religiosas,
    así como las normas sociales,
    estaban siendo atacadas.

    I.2 El Cambio de Siglo (XIX-XX): influencia del
    Movimiento Moderno y las Vanguardias
    Artísticas

    Las primeras décadas del siglo XX fueron una
    época de efervescencia y cambios en todos los aspectos de
    la condición humana. En Europa, contexto originario de las
    vanguardias artísticas, la monarquía fue reemplazada por la democracia, el
    socialismo y
    el comunismo
    soviético. Los avances científicos transformaron el
    comercio y la industria y con la llegada del automóvil, el
    aeroplano, el cinematógrafo y la radio, entre
    otros adelantos, se inicia un nuevo período en las
    comunicaciones
    humanas (Maldonado, 1977).

    Las luchas con armas de
    "avanzadas tecnologías" y la explosión de la
    primera guerra
    mundial perturbaron enormemente las tradiciones y las
    instituciones;
    los puntos de vistas tradicionales acerca del mundo fueron
    desbaratados y trajeron como consecuencia, en las artes visuales,
    una serie de experimentaciones y revoluciones creativas que
    cuestionaban casi todos los elementos de la vida
    cotidiana:

    La representación de las apariencias
    externas no satisfacía las necesidades y la
    visión de la naciente vanguardia europea. Ideas
    elementales del color y de la
    forma, la protesta social, las concepciones de la teoría psicoanalítica y de los
    estados emocionales más íntimos, se apoderaron de
    muchos artistas. Mientras algunos de estos movimientos tuvieron
    escasa influencia en el diseño
    gráfico, por ejemplo, el fauvismo y el expresionismo alemán, otros como el
    cubismo, el
    futurismo, el dadá, el surrealismo, la escuela Di
    Stilj, el suprematismo y el constructivismo tuvieron un impacto directo
    sobre el lenguaje
    gráfico de la forma y la
    comunicación visual de este siglo
    (Meggs, 1991,
    p. 301)

    Ahora bien, con este cambio de siglo y el paulatino
    cambio de percepciones, la concepción del diseño va
    ampliándose y definiéndose a la vez. El movimiento
    moderno, perfila y aplica conscientemente por primera vez el
    concepto de diseño, clave para solventar la vieja
    contradicción arte-industria y base para la cultura de los
    objetos de uso. Por supuesto, el deslinde envuelve no sólo
    problemas terminológicos. El movimiento moderno define el
    diseño con una plataforma conceptual que es la de su
    momento: hay que crear desde dentro de la tecnología, hay
    que fabricar según sus potencias y requerimientos, no en
    contra de ellos. Esta es la nueva concepción: hay que
    idear formas originales de la industria integradora de belleza,
    técnica, funcionalidad y economía…y todo
    esto es precisamente, diseñar.

    En torno a estas nuevas concepciones, surgen
    también nuevas relaciones con elementos ya considerados
    anteriormente, como el ornamento y el término moral y ahora
    racional del "buen diseño".

    I.2.1 La Supresión del
    Ornamento

    La excomunión del ornamento llevado a cabo por el
    funcionalismo y
    heredada de las polémicas del siglo anterior, fue llevada
    a cabo para consolidar la cultura de la industria que se
    había venido gestando. El diseño debía
    demostrar que las formas eran capaces por sí mismas, de
    una estética y simbología propia. Por ello, la
    exclusión del ornamento y los escritos de teóricos
    y arquitectos como Adolf Loos (Ornamento y Crimen, 1907)
    llegarían a ejercer una enorme influencia en
    personalidades como Le Corbusier (arquitecto suizo),
    ideólogo fundamental para la arquitectura y el
    diseño progresista de la Europa de
    entreguerras.

    "Todo ornamento debía ser considerado sospechoso"
    (Read, 1971, p.31). Se piensa que el ornamento además de
    feo y anticuado es kitsch, portador de contenidos
    ideológicos negativos y sobre todo resulta antifuncional,
    antieconómico y antitecnológico, herencia de la
    tradición artesanal a la que tanto rehuían. Este
    pensamiento
    determina las nuevas formas de acercamiento al diseño que
    ahora, en líneas generales, simplifica y suprime el
    excesivo ornato para dar paso un estilo depurado, que en el caso
    de la gráfica va a estar influenciado por los movimientos
    artísticos de vanguardia:

    El gusto por la sencillez y por los fundamentos del
    diseño predispuso a muchos arquitectos y
    diseñadores de Europa y de los Estados Unidos a tomar
    conciencia de la máquina, no sólo como medio para
    lograr un diseño moderno y racional en la
    producción en serie, sino también como
    metáfora de ese logro, una vez que los objetos
    cotidianos incorporaron elementos mecánicos
    (Bayley,
    1994, p. 41).

    I.2.2 El "Good Design"

    El Movimiento moderno ha ensayado diversas formas, tanto
    en la teoría como en la práctica, de aplicar los
    principios integradores de belleza, técnica, funcionalidad
    y economía. Sin embargo, a raíz de un funcionalismo
    imperante, legado del movimiento arquitectónico de
    personalidades como Loos y Le Corbusier, y apoyados en la
    supresión del ornamento, entre otros elementos, se
    comienza a establecer una idea generalizada que considera la
    igualdad de
    determinados postulados, soluciones de
    diseño y el modo correcto de diseñar, estableciendo
    una especie de reglamento dogmático, muy propio de los
    movimientos de vanguardia y del pensamiento radical de la
    época (Pevsner, 1983).

    Los críticos y escritos teóricos tienden
    en este momento a considerar el "good design", el "diseño
    racional", la "güte form", el "machina art" etc., como los
    seguidores de los códigos específicos del
    movimiento moderno. De este modo, se piensa que sólo se
    siguen los fundamentos del diseño cuando se proyecta
    según ciertas pautas estilísticas y ciertos
    rigorismos metodológicos.

    Las nuevas formas creadas por la industria, no
    podían ser formas decoradas, como se vio anteriormente.
    Imponían una especie de rigorismo geométrico que
    según varios teóricos, era la nueva forma de
    "ornamentos estructuralizados" u ornamentos construidos"
    provenientes de la estructura de la forma (Collins, 1970, p. 127
    y 279).

    Este pensamiento imperante influyó en las Bellas
    Artes y en la enseñanza artística, dando como
    resultado la creación de grupos basados en la
    unificación de disciplinas como la arquitectura y la
    pintura, y fundamentados en la utilización de un lenguaje
    sencillo emparentado con las ideas de las "nuevas "
    formas.

    I.2.3 La Bauhaus y De Stijl: La
    práctica

    La Bauhaus se sitúa como uno de los herederos del
    movimiento anterior y primordialmente del grupo Werkbund (1907),
    profundamente interesado en elevar el nivel del diseño y
    del público. El Werkbund, a diferencia del movimiento de
    las Artes y los Oficios, propugnaba que debían reconocerse
    tanto la artesanía como la producción mecánica y funcionó como un grupo de
    artistas, arquitectos, educadores y críticos que
    pretendía forjar la unidad entre artistas y artesanos con
    la industria, para elevar así las cualidades
    estéticas de la producción en masa.

    El 12 de abril de 1919, luego de que Van de Velde
    renunciara a la dirección de la Escuela de Artes y Oficios
    de Weimar, Walter Gropius decide fusionarla a una escuela de
    Bellas Artes para fundar la Bauhaus (Das Staatliches
    Bauhaus
    ).

    El Manifiesto de la Bauhaus, publicado en los
    periódicos alemanes, establecía como
    filosofía la búsqueda de una nueva unidad entre el
    arte y la artesanía reconociendo, las raíces
    comunes tanto en las Bellas Artes como en las artes aplicadas.
    Este manifiesto se adhirió a la generación de
    artistas de la Bauhaus con el fin de resolver los problemas de
    diseño visual creados por el industrialismo:

    …Hoy las artes permanecían
    aisladas… Los arquitectos, los pintores y los escultores
    deben estudiar de nuevo el carácter compositivo del
    edificio como una entidad. El artista es un artesano
    enaltecido…Pero el perfeccionamiento de su oficio es
    vital para cualquier artista…
    (Droste, 1991, p.
    17)

    Como Gropius pensaba que sólo las ideas
    más brillantes eran lo suficientemente buenas como para
    justificar su multiplicación por medio de la industria, se
    esperaba que un diseñador instruido artísticamente
    pudiera "hacer vivir su espíritu dentro del producto
    inerte de la máquina" (Droste, 1991, p.21).

    La Bauhaus buscaba una unidad entre artistas y
    artesanos, organizados según la línea
    Baühutte de la época medieval: maestro,
    oficial y aprendiz. Sin embargo la llegada de Paul Klee y Wassily
    Kandinsky permitió la incorporación de ideas
    avanzadas al diseño a través de la forma, el color,
    y el espacio. El objetivo
    primordial de esta escuela era liberar las actitudes creativas de
    cada estudiante, desarrollar una comprensión de la
    naturaleza física de los
    materiales y enseñar los principios fundamentales del
    diseño.

    Sin embargo, para 1919, Theo van Doesburg, artista
    holandés y fundador junto a Piet Mondrian del movimiento
    De Stilj, , continuando con la línea de la Bauhaus, en
    cuanto a la unidad del arte, el diseño y las
    tecnologías, causó gran impacto en la comunidad
    influenciándola primordialmente en las áreas de
    diseño de mobiliario y la tipografía.

    El ángulo recto y los tres colores
    básicos, complementados con el negro, blanco y gris,
    constituían los elementos expresivos fundamentales. Dado
    que los medios para la
    configuración artística quedaban así
    fijados, era posible romper con el "predominio del individuo" y
    encontrar soluciones colectivas (Droste, 1991).

    Las ideas de la Bauhaus coinciden en parte con las de
    Theo van Doesburg, pero la crítica de éste a la
    Bauhaus y las claras formas constructivas de los productos De
    Stilj, influyeron y aceleraron el viraje de la Bauhaus hacia un
    nuevo estilo, donde se tenía ahora como lema: Arte y
    técnica, una nueva unidad.

    I.2.4 La Influencia de las Vanguardias
    Artísticas

    En el campo del arte, sin embargo, este racionalismo
    imperante y todas las condiciones sociales y culturales que se
    estaban dando para el momento, trajeron como consecuencia el
    cuestionamiento de las artes visuales en torno a los sistemas de
    organización y el rol del artista en la
    sociedad.
    Algunos artistas comenzaron a volcarse hacia la protesta social,
    las teorías freudianas y las profundas emociones
    personales trayendo como consecuencia que movimientos como el
    Cubismo, Futurismo, Dadaísmo, Surrealismo, Suprematismo y el
    Constructivismo impactaran sobre el lenguaje gráfico y las
    comunicaciones visuales, pues la evolución del diseño, sobre todo a
    nivel gráfico, está ligado estrechamente, a partir
    de este momento, a la pintura, la arquitectura, la poesía
    y especialmente la literatura, herramienta
    principal de los movimientos a través de los
    manifiestos.

    El Futurismo, movimiento surgido a principios de siglo
    XX, toma como referencia el contexto que venimos describiendo y
    propone una dinámica contra el estatismo, a su manera
    de ver, existente tanto en el pasado como el presente (Meggs,
    1991).

    Se habla de una renovación de la sensibilidad
    humana y específicamente a través de la
    representación de la velocidad, la
    transformación, la multiplicación, la persistencia
    del plano, la imagen y la
    simultaneidad, vinculada directamente con los descubrimientos
    técnicos y científicos del momento: el
    automóvil, el tren, la motocicleta, el avión
    etc.

    A este respecto El manifiesto de la Arquitectura
    Futurista, escrito por Antonio Sant´Elía consideraba
    que el diseño, única demanda de la vida moderna,
    debía basarse en la tecnología y la ciencia,
    exaltando el uso de las líneas diagonales y las
    elípticas para lograr una mayor carga emocional. Sus ideas
    influyeron especialmente al Art Decó y movimientos como De
    Stilj.

    El mayor aporte del Futurismo fue en el campo de la
    gráfica que hasta el momento había tenido una
    vigorosa estructura horizontal y vertical. Liberados de esta
    tradición, los integrantes del movimiento, animaron sus
    páginas con una composición dinámica, no
    lineal, y emplearon la tipografía como forma visual. Este
    movimiento estuvo influenciado por el Cubismo y es el que
    aún hoy ofrece una amplia inspiración para las
    artes gráficas, la diagramación y el campo
    del afiche.

    Continuando con la idea de la geometricidad, el Cubismo,
    sustituía la representación de las apariencias por
    formas inventadas en diversos planos existentes
    simultáneamente y vistos desde múltiples
    perspectivas. Ejerció enorme influencia en las
    generaciones siguientes, y en personalidades como Fernad
    Léger quien, en obras como La Ciudad, se aproxima a
    una experiencia visual, inspiración principal del arte del
    cartel de los años veinte: "Las plastas planas de color,
    los motivos urbanos y la precisión angulosa de las formas
    mecánicas contribuyeron a definir la sensibilidad del
    diseño moderno después de la primera guerra mundial"
    (Meggs, 1991, p. 303).

    El movimiento Dadá, enriqueciendo el lenguaje
    visual del futurismo, se deshace definitivamente de los preceptos
    tradicionales, unificando ideas del Cubismo y el Futurismo, pero
    reinventando los límites de
    la capacidad de la imagen. Al contrario de los movimientos
    anteriores, se basaba en la construcción deliberada y al
    azar, la cual permitió a Marcel Duchamp, principal
    exponente del Dadaísmo, crear una escultura "ya hecha"
    (ready made), como la Rueda de bicicleta, y mostrar
    como arte objetos convencionales. Este hecho y los sucesivos,
    ejercieron enorme influencia en las tendencias artísticas
    conceptuales de mediados de siglo XX y crearon la base para las
    sucesivas experimentaciones, pues a partir de este momento la
    idea se planteó como una forma de arte y dio pie a
    experimentaciones posteriores del arte conceptual.

    A pesar de pretender que no estaban creando arte, sino
    ironizando frente a una sociedad que había perdido sus
    fundamentos, varios dadaístas produjeron un arte visual
    significativo que fue un aporte para el diseño
    gráfico.

    Afirmaban haber creado el fotomontaje, la técnica
    de manipular imágenes
    fotográficas fusionadas para elaborar yuxtaposiciones
    estremecedoras y asociaciones al azar. Esta técnica
    ejerció una gran influencia en el diseño de ese
    momento y aún en la actualidad se ha llegado a explotar en
    sus más amplias posibilidades. Los complejos
    diseños combinaban elementos del absurdo y del azar,
    recurso que realmente rompió con lo que se venía
    haciendo en la plástica y en la concepción del
    objeto, redimensionada a partir de este momento.

    El Surrealismo, con raíces en el Dadaísmo
    y en el grupo Littérature (André
    Bretón, Tristán Tzara, Paul Eluard y Luis
    Aragón, entre otros), irrumpió en la escena de
    Paris buscando "lo más real que el mundo real tras lo
    real" (Bretón, 1969, p.23). Fue por medio de los pintores
    como se llegó a afectar a la comunicación visual, a pesar de que a
    menudo se creaban imágenes tan personales que la
    comunicación se volvía casi imposible. Marx Ernst, Rene
    Magritte, Salvador Dalí, Joan Miró, Hans Arp,
    fueron los artistas más representativos, pioneros de
    nuevas técnicas como la composición abierta,
    incorporada al diseño sobre todo a partir de los 50
    (García, 1987).

    Durante la turbulencia de la primera guerra
    mundial, Rusia tuvo un
    florecimiento creativo. El arte ruso ejerció una
    influencia internacional en el diseño gráfico, la
    tipografía del siglo XX y el diseño industrial.
    Kasimir Malevich (1878-1935) creó un estilo
    pictórico-plástico
    de formas básicas y de color puro al que llamó
    Suprematismo y que junto al Constructivismo, movimiento menos
    espiritual y cuestionador de la función del artista dentro
    de la sociedad, conformaron dos fuertes corrientes en el campo
    tanto del arte como del diseño internacional.

    Guiados por Vladimir Tlatin (1885-1953) y por Alexander
    Rodchenko (1891-1956), en el año de 1921, 25 artistas
    renunciaron al "arte por el arte", para consagrarse al
    diseño industrial, la comunicación visual y las
    artes aplicadas al servicio de la
    nueva sociedad comunista. Estos artistas hicieron un llamado a
    los demás artistas para que dejaran de producir cosas
    inútiles y se volviera hacia el cartel y el diseño
    de objetos que resolvieran las necesidades del momento. (Satue,
    1989).

    Estos movimientos de vanguardia, originados en Europa,
    formaron la cultura visual e intelectual para el movimiento del
    diseño, desarrollado en ese contexto. Se establece una
    línea de diseño vinculada a otros ámbitos
    como la imagen, la arquitectura, y el movimiento cultural,
    fuertemente influenciado por lo artístico.

    I.3 La polémica entre Arte y
    Diseño

    La polémica fue el marco en la cual se
    desarrolló la idea y la conciencia del diseño
    moderno. Como hemos podido observar a lo largo del origen del
    concepto y de la disciplina, el diseño siempre ha estado ligado
    a un origen contradictorio, producto no sólo de su
    contexto, enmarcado en la revolución industrial, sino
    también de las necesidades culturales que redimensionaron
    las labores de los artistas, los arquitectos y los
    artesanos.

    El origen de la disciplina se nos muestra
    heterogéneo cuando se pretende historiar y comprender a
    través de sus procesos, porque indiscutiblemente se
    encuentra ligado a movimientos paralelos en la arquitectura, el
    arte y la unión de ambos, como aquellos definitorios del
    Art Noveau, el Art & Craft, El Werkbund,
    la Bauhaus, De Stilj, y, posteriormente, las
    subsecuentes discusiones en torno al alcance del diseño,
    sus vinculaciones y desvinculaciones con otras
    disciplinas.

    El diseño, desvinculado del marco
    histórico, presenta en la actualidad una diatriba acerca
    de si es un arte o un oficio, pues existen algunos
    diseñadores que transitan en el campo del arte con
    facilidad y muchos otros que no lo hacen. Hoy en día,
    pareciera estar bien separado el hecho de que el fin
    último del arte y del diseño, así como su
    metodología y consideraciones, son muy
    diferentes, aun cuando veamos como artísticos algunos
    diseños.

    Los artistas del Art Noveau, primer estilo creado
    por la industria, lograron unificar perfectamente lo
    artístico junto al diseño. Personalidades como el
    arquitecto Inglés
    Makmurdo y artistas como Beardsley, Tolouse Lautrec, Gauguin,
    Klimt, Khnopff, permitieron ampliar la visión del arte
    hacia el diseño, al cual las vanguardias terminaron de
    desarrollar.

    Con el advenimiento del siglo XX, Las vanguardias
    artísticas no sólo permitieron una apertura al
    nivel de representación de la realidad y nuevas
    concepciones estéticas, sino que permitieron una real
    integración del arte y el diseño con movimientos
    como la Bauhaus, De Stilj, La Escuela de Diseño de
    Chicago, La Escuela de Nueva York y la Escuela superior de
    Diseño de ULM, y con el influjo de estilos provenientes
    directamente del arte o la arquitectura como el Minimal, el Arte
    Conceptual y el Pop Art, los cuales tradujeron en estilo para el
    diseño a partir de los 70. Es importante lo planteado por
    el Pop Art, al inspirarse en imágenes publicitarias y al
    ser ovacionado por un público de masas. Su finalidad
    parecía describir todo lo que hasta entonces había
    parecido indigno de atención y no propio del arte: La publicidad, las
    ilustraciones de las revistas, los muebles en serie, los
    vestidos, los comics etc., desarrollados por artistas como Robert
    Rauschemberg, Claes Oldenburg, Roy Lichtenstein y Andy Warhol
    entre otros, quienes tomaron las imágenes directamente de
    la cultura de masas (Walker, 1975).

    En una búsqueda de nuevas formas e
    imágenes, el mundo de las décadas posteriores a
    la segunda guerra
    mundial observó el desarrollo de la imagen conceptual
    llevada a la línea del diseño industrial y visual.
    En la segunda mitad del siglo XX, el fenómeno de la
    totalidad de las artes visuales quedaba a disposición del
    diseñador, como una biblioteca de
    formas e imágenes realizables; en especial, las
    posibilidades que inspiraron los movimientos artísticos de
    este siglo, como la configuración espacial del Cubismo,
    las yuxtaposiciones, las dislocaciones y los cambios de escalas
    del Surrealismo, así como la renovación de
    imágenes masivas publicitarias del arte
    popular.

    A medida que los artistas gráficos y
    diseñadores en general tuvieron mayores oportunidades de
    manifestar su propio estilo, crearon mayor cantidad de
    imágenes personales y generaron técnicas y estilos
    propios. Las fronteras tradicionales entre las Bellas Artes y la
    comunicación visual de carácter público, se
    hacían más confusas y la tendencia a
    imágenes conceptuales llegó a ser significativa en
    Polonia, Estados Unidos, Alemania y Cuba para
    luego implantarse como una tendencia significativa, surgida a
    mediados del siglo XX (Meggs, 1991).

    El diseño, tomando en cuenta las anteriores
    referencias, es fruto del aporte del arte, de las consideraciones
    estéticas de su época y de la capacidad de crear
    formas, imágenes, conceptos y objetos con finalidades
    específicas. A pesar de que el arte responda a procesos
    aparentemente diferentes, las herramientas
    básicas de trabajo coinciden: articulan sus
    imágenes con los mismos medios (color, forma, materia,
    concepto, símbolo etc.) y los creadores deben hacerlo con
    el máximo de imaginación y creatividad, aunque el
    fin último de ambos sea diferente.

    En este sentido tanto el diseño visual,
    ámbito donde se observa mayor influjo artístico,
    como el diseño industrial, producto de "una verdadera
    rareza de artistas que perdían su tiempo" (Pérez,
    2001, p.11) inventando nuevas formas para botellas, tenedores,
    sofás, etc., dan a entender que poco a poco el arte se fue
    implicando en la fabricación de los objetos de uso
    cotidiano, para dar origen a la creación de una nueva
    perspectiva "diseñística"* de lo cotidiano,
    resultado de una cultura de productos iniciada a partir de la
    reproductividad en masa.

    Los avances de la lingüística y de la semiótica han permitido dotar al
    diseño de contenidos metafóricos propios de la
    comunicación humana, aportando nuevos niveles de lectura:

    Ya no se trata solamente de que un diseño
    funcione, que los materiales estén adecuadamente
    utilizados y optimizados los procesos constructivos. Ahora se
    habla de un compromiso: representar aspiraciones y deseos que
    relacionados con el gusto se traduce en confort y mejor
    calidad de
    vida. En algunos casos se traducen en ideologías o
    en otros sólo volúmenes de venta
    (Salcedo,
    2002, p. 2)

    A través de la historia, diseñadores y
    artistas intercambiaron sus roles e hicieron difíciles de
    reconocer las fronteras entre un área y otra: Bruno
    Munari, Jean Michel Folón, Milton Glaser, Félix
    Beltrán, Walter Ballmer, Mariscal, Gerd Leufert, Santiago
    Pol, Nedo, Cruz Diez y Soto, son una muestra de ello y las
    galerías de arte y museos han tenido que ampliar sus
    paradigmas
    para dar cabida a los impresos digitales, los diseños
    gráficos, industriales, de moda y, en
    general, considerar el diseño como una nueva disciplina
    museable y de contemplación, como expresión
    legítima para expandir las concepciones estéticas
    de nuestra época.

     

    CAPÍTULO II

    EL DISEÑO COMO OBJETO DE
    CONTEMPLACIÓN ESTÉTICA:

    MUSEOS Y EXPOSICIONES DE
    DISEÑO

    El siglo XIX, consagró la realidad del
    fenómeno europeo del museo moderno, recogiendo la
    tradición, el debate y las
    experimentaciones anteriores.

    El museo constituyó una figura primordial en la
    legitimación de los movimientos de
    vanguardia, así como los manifiestos, los críticos
    y las exposiciones realizadas en función de un cambio en
    la concepción estética de ese momento
    (Fernández, 1993).

    Los objetos que tradicionalmente no eran considerados
    artísticos, son vistos también como portadores de
    dimensiones estéticas, las cuales amplían las
    delimitaciones del arte, partiendo de la búsqueda de
    algunos de los movimientos de vanguardia como el Constructivismo,
    el Dadá y el Surrealismo.

    Marcel Duchamp con su Urinario, la Rueda de
    Bicicleta,
    o incluso el Sujetador de Botellas, estaba
    iniciando una nueva concepción en el arte, la cual
    pretendía, entre otros elementos, desorientar al
    público, probar la importancia intrínseca de los
    objetos al margen de su utilidad y de
    todos los valores
    que se le reconocen habitualmente, y sugerir inauditas relaciones
    entre el sujeto y el objeto, sin olvidar "provocar un beneficioso
    choque en la mente de las masas por la costumbre y la
    tradición" (Cardín, 1992, p. 17).

    Pintores, escultores, diseñadores, plantean de
    modo incesante nuevas posibilidades:

    en los años siguientes y hasta la
    actualidad el destrazamiento y el cruce de fronteras en la
    producción de la imagen, función por esencia y
    tradición exclusiva de los artistas, es desplazada por
    la arremetida voraz de la imagen no artística producida
    por los medios de
    comunicación social y la publicidad

    (Cárdenas, 1997, p. 36).

    La figura del museo, en relación a lo anterior,
    ha ido cambiando a medida que el arte y el público le han
    exigido nuevas reconsideraciones.

    Las tipologías de los museos que existen en la
    actualidad contemplan, dentro de los denominados museos de arte,
    a la pintura, la escultura, las artes decorativas, las artes
    aplicadas e industriales y las denominadas en otros tiempos artes
    menores, en las cuales quedan incluidas a menudo la
    mayoría de los museos de antigüedades, e incluso de
    folklore y
    artes primitivas (Fernández, 1993).

    La historia del arte ha ejercido una enorme influencia y
    por medio de sus convencionales divisiones cronológicas
    también se ha encargado de diferenciar a los museos y sus
    colecciones en cuatro etapas: clásica, medieval, moderna y
    contemporánea.

    Los museos de arte contemporáneo han venido
    soportando las tensiones normales de una sociedad plural en
    constante transformación, manejando una multiplicidad de
    contenidos: a las Bellas Artes tradicionales (arquitectura,
    pintura, escultura, pintura, dibujo, grabado etc.) se
    añaden las nuevas artes de la imagen (fotografía, cine, video,
    multimagen), nuevas expresiones de la sociedad de consumo y de
    los mass media (diseño, publicidad, gráficas
    innovadoras, comics, además de las citadas ) entre otros.
    Todas estas circunstancias, inducen a estas instituciones a la
    experimentación y a la multidisciplinariedad y diversidad
    de contenidos.

    El diseño de productos desarrollados a partir de
    la era industrial y de la serialidad como resultado de las
    exigencias de la reproductividad en masa, provoca desde su
    aparición, un fenómeno decisivo en la historia del
    arte moderno, que consiste en la transformación de la
    producción artesanal e industrial. La exposición
    del Arts & Crafts celebrada en la New Gallery
    de Londres en 1880 constituye el primer germen para la sucesiva
    propagación del nuevo credo estético generado a
    partir de la revolución industrial:

    fue éste el período (finales
    del siglo XIX) que contempló las primeras grandes
    construcciones de ingeniería (El Crystal Palace, la torre
    Eifel etc.) y se suele considerar que entonces avanzan al
    unísono los diversos progresos y afirmaciones en el
    campo de la arquitectura, de las "artes aplicadas" y del
    design
    (Dorfles, 1976, p.73).

    Sin embargo, no fue sino hasta 1928 que el MOMA
    (Museum of Modern Arte of New York), considerando al
    diseño industrial como arte contemporáneo, realiza
    la primera exposición de diseño en un museo de
    arte.

    Desde finales del siglo XIX y principios del XX, los
    museos de artes decorativas o arte moderno, han desarrollado
    exposiciones de diseño y han incrementado su
    colección con piezas de diseño. Los Museos de arte
    contemporáneo, con su perfil más amplio y en
    constante transformación han realizado grandes
    exposiciones en las que el diseño, en varias de sus
    disciplinas, ha sido museable. Instituciones como el MOMA, entre
    otros, se han dedicado desde principios del siglo XX a difundir
    el diseño como un objeto de posible contemplación
    estética y han servido de educadores, en cuanto a la
    percepción del diseño a través de
    múltiples contenidos.

    II.1 Museos de Diseño a nivel
    internacional

    Los primeros museos de diseño fueron creados con
    estrictas finalidades educativas. Es en Gran Bretaña donde
    específicamente se estimula su creación, como
    consecuencia de la Exposición Universal de Londres y la
    muestra de objetos industriales, la cual, según
    críticos del momento, en su mayoría estaba
    recargada de "ornamentos vulgares e inadecuados". Esta necesidad
    de educar acerca del "buen gusto" y de lo que era bueno o malo,
    en materia de diseño, fue lo que generó la
    concepción de uno de los primeros Museos de Diseño
    del mundo, el Victoria and Albert Museum.

     

     

    Anteriormente llamado South Kensington Museum,
    fue fundado en 1852 por Henri Cole, un activo funcionario de
    la
    administración victoriana, quien se propuso buscar los
    "verdaderos principios estéticos" de la naciente era
    industrial. Algunas de las piezas de la Exposición
    Universal fueron escogidas por Pugin para ser llevadas al Museo y
    dar al público lecciones de "buen gusto". Al respecto
    Henry Cole agrega: "cada ejemplar ha sido seleccionado para
    demostrar algún principio adecuado para la
    construcción o el ornamento…sobre el que es
    conveniente llamar la atención tanto de los estudiantes
    como de los fabricantes" (Bayley, 1994, p.29).

    El Victorian & Albert pertenece a la
    categoría de Museo de arte, artesanía y
    diseño; colecciona artes aplicadas de todas las
    épocas incluyendo la contemporánea y no establece
    una división clara entre artes aplicadas y
    diseño.

    Actualmente se mantiene fiel a su objetivo fundacional
    promoviendo la calidad del diseño, la manufactura y
    manteniendo una política de
    adquisición de obras de diseñadores
    contemporáneos de todas las disciplinas, cuyo criterio de
    selección se basa en factores de tipo
    estético (Valls, 2002).

    Algunas de las exposiciones realizadas en los
    últimos años han sido: Fotografía
    Americana (1997), El Poder del Cartel (1998),
    Aubrey Beardsley (1999), Art Noveau 1890-1914
    (2000), Inventando la nueva Bretaña: La visión
    victoriana
    (2001).

    Continuando con el legado de la Exposición
    Universal, en 1868 se va a crear en Berlín el Museo de
    los Oficios y la Industria
    . Sus creadores querían
    contribuir con la formación del gusto de los artesanos, de
    la industria y de la opinión
    pública. Actualmente posee una de las colecciones
    más importantes de Europa, luego de la adquisición
    en 1875, de más de 7.000 piezas de la colección
    antigua de la Corona Real.

    En 1879 se convierte en el Museo de las Artes
    Industriales
    (Kunstgewerbemuseum) y va a incrementar
    paulatinamente su colección con piezas de corte
    histórico, como las donadas por los reyes de Prusia. Esta
    colección histórica va a coexistir con piezas de
    la"nueva colección" que muestra objetos de
    decoración, joyería y cerámica en la que tanto diseñadores
    y los creadores, como los usuarios han prestado especial
    atención a su funcionalidad estética la cual
    conforma gran parte de la historia del diseño del siglo
    XX.

    Su estructura y funcionamiento han estado condicionados
    por el advenimiento de la guerra. Luego de la segunda guerra
    mundial la colección tuvo que dividirse (Alemania
    Occidental y Oriental) y desde entonces a pesar de la
    caída del muro de
    Berlín, han coexistido dos edificaciones con sus
    respectivas colecciones: El Museo de las Artes
    Industriales
    y el de las Artes Decorativas.

    Desde hace 25 años ha organizado exposiciones en
    la que el lema principal ha sido Estilo de vida: diseño
    y artesanía del siglo XX
    y maneja una colección
    de piezas representativas de los diversos períodos de la
    historia, con énfasis en el renacimiento y
    el barroco, junto
    a las vanguardias y piezas de diseñadores
    contemporáneos.

    Algunas de las exposiciones más importantes
    realizadas recientemente han sido: Los Años 50:
    Diseño de interiores 1945-1969
    (1997), Trienal
    sobre joyería escandinava "Nordic Jewellery"
    (1998),
    Arquitectos como diseñadores (1998),
    Diseños de Autor (1930-1999), Forma sin
    Ornamentación?: el siglo XX, un siglo de arte en
    Alemania
    (2000), El Berlín Chic: los años
    sesenta
    (2002), Peter Chang. Nuevo diseño de joyas
    en Gran Bretaña: joyas de plástico

    (2002).

    En Zurich, impulsados por la necesidad de crear un museo
    de arte comercial y de continuar con lo planteado a partir del
    Exposición Universal, de educar el gusto del
    público y estimular la producción Suiza frente a la
    extranjera, se crea en 1875, el Museum für
    Gestaltum
    .

    El Museo se encuentra integrado a la Escuela Superior
    de Arte y Diseño
    de ese país y su objetivo
    primordial es coleccionar, conservar el diseño y
    reflexionar sobre el concepto de diseño. Mantiene un
    criterio abierto de relación a otras áreas
    incluyendo el diseño de productos, arquitectura,
    comunicación visual, cultura material cotidiana,
    fotografía y medios alternativos, lo que le hace poseer un
    perfil único, reconocido internacionalmente.

    Su actividad primordial está orientada a las
    exposiciones, conferencias y publicaciones de disertaciones sobre
    el diseño actual y general, conservando una
    política de coleccionismo consciente de la calidad que
    abarca desde una página Web
    hasta un plano urbanístico.

    Su colección abarca cuatro grupos principales: la
    Colección Gráfica que contempla libros de
    arte, cartel y fotografía; la Colección de
    Diseño, centrada en productos de fabricación
    seriada del siglo XX, objetos anónimos de la cultura
    cotidiana y de diseñadores famosos; la Colección de
    Artes Aplicadas, que reúne la colección primaria
    del comercio y la industria del siglo XIX y XX de Europa,
    Norteamérica y Japón.

     

    Inspirado en el Museo de Artes Decorativas de
    París
    y en el Victoria & Albert Museum, se
    crea en 1897, el Cooper Hewitt Museum of New York.
    Pertenece al Smithsonian Institution, fundación
    norteamericana que promueve el

    estudio y la difusión del conocimiento
    tanto en el ámbito científico como en el cultural y
    humanístico.

    Desde su origen el objetivo fundamental fue crear una
    biblioteca visual de diseño que contribuyera a mejorar el
    nivel del mismo en Norteamérica.

    Su idea primordial, ha sido la de situarse como un
    laboratorio de
    acción que propone investigar el uso, la estructura, los
    efectos y significaciones del diseño, así como de
    su poder comunicativo y de cambio social.

    El programa del
    museo se concreta en cinco puntos principales: El uso del
    diseño
    : cómo se interpreta y en qué
    afecta; La innovación y la creatividad: nuevos
    materiales, ideas y tecnologías; La
    comunicación
    : el impacto del diseño en la
    contemplación, el pensamiento, la acción y los sentidos;
    La historia y la crítica: estudio sobre los
    diseñadores, estilos, movimientos, teorías y
    estética; El contexto: el diseño en el marco
    de los sistemas políticos, económicos, sociales y
    culturales.

    Además de las actividades de conservación,
    catalogación, registro,
    exhibición y educación propias de
    un museo, organiza a través del Smithsonian los
    premios nacionales de diseño que tienen como objetivo, el
    reconocimiento a la excelencia y la innovación del
    diseño en Norteamérica.

    Algunas exposiciones recientes han sido:
    Diseño para toda la vida, una celebración
    centenaria (1997), Las joyas de Lalique
    (1998),
    Diseño gráfico en la era mecánica
    (1999), Trienal de diseño Nacional: la cultura del
    diseño
    (2000), Las obras Maestras del Vitra Design
    Museum
    (2001), El vidrio de la
    Vanguardia: de la "Secession" de Viena a la Bauhaus

    (2002).

    En Londres, la Fundación Conrad va a iniciar en
    1982, una serie de exposiciones de diseño industrial en el
    patio abierto del Victorian & Albert Museum que
    generan la visita de más de 1 millón de
    personas.

    A partir de 1989, se va a instalar permanentemente en un
    edificio de estilo minimalista-funcional, el Design Museum
    de Londres, cuya finalidad es enseñar a los
    niños
    en edad escolar, los estudiantes, los comerciantes,
    políticos y público en general, la importancia del
    diseño industrial en nuestras vidas.

    Como primer museo del mundo dedicado exclusivamente al
    diseño industrial y arquitectura contemporánea del
    siglo XX y XXI, se concentra más en la formación y
    exhibición de la colección que en otras actividades
    de tipo investigativo.

    Entre las exposiciones más destacadas en los
    últimos años, resaltan: El poder erótico
    del diseño
    (1997), La botella de Coca-Cola
    (1998), La Bauhaus de Dessau (2000), Pierre
    Cardín: esculturas útiles
    (2000) y Luis
    Barragán
    (2001).

    El Vitra Museum, de creación más
    reciente, se va a ubicar en Alemania y va a presentar dos sedes
    que difieren en los años de creación. La primera de
    ellas, situada en Rheim, fue creada para el año de 1989 y
    tiene granparte de la colección permanente del museo; la
    segunda, ubicada en Berlín, es centro de exposiciones
    temporales y de reflexión, abierta al público desde
    el año 2000.

    El objetivo del museo es el de explorar lasrelaciones
    entre el arte, la arquitectura, el diseño y la sociedad,
    tanto a nivel histórico como
    contemporáneo.

    La colección se inicia adquiriendo los primeros
    productos en serie de los diseñadores George Nelson, Alvar
    Alto y Jean Prouvé entre otros, y su actividad se basa en
    la creación y conservación de una colección
    de mobiliario de autor, la
    organización de exposiciones itinerantes, la
    comercialización de una colección de miniaturas, la
    edición
    de investigaciones
    relacionadas y la organización de talleres de
    estudio.

    La organización de exposiciones itinerantes es la
    principal actividad del Museo. Desde finales de 1989 y hasta el
    2003, ha realizado más de 40 exposiciones por todos los
    países de Europa continuando por Sudáfrica,
    Japón, Croacia y recientemente Latinoamérica, entre las que destacan
    Vitra Design: 100 sillas Clásicas, expuestas en el
    Centro de Arte la Estancia de Venezuela
    (1997) y el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de
    Costa Rica (1998) entre otros.

    Otra de las muestras creadas reciente-mente es la
    Trienal de Milán. Ésta va a constituir una
    colección permanente de diseño italiano desde 1997.
    Expone principalmente muestras temporales de carácter
    monográfico y va a tener como sede la Facultad de
    Diseño Industrial del Politécnico de
    Milán.

    El objetivo de la trienal es, primordialmente, el
    desarrollo y promoción de actividades de investigación, documentación y exposición
    interdisciplinaria nacional e internacional, con particular
    atención en el ámbito de la arquitectura, el
    urbanismo, las artes decorativas o plásticas, el
    diseño, la artesanía, la producción
    industrial, la moda, la comunicación audiovisual y todas
    aquellas expresiones artísticas y creativas
    vinculadas.

    La colección consta de más de 1000 piezas
    de los sectores más representativos del diseño
    italiano y habitualmente unas 45 a 50 piezas son de
    exposición permanente, mientras que unas 100 viajan al
    extranjero en exposiciones itinerantes.

    Algunas de las exposiciones temporales mostradas en los
    últimos años han sido: 100 formas de iluminación y mobiliario, La ciudad
    y el diseño
    , La Italia del
    diseño
    , entre otros.

    El Museum of Modern Art (MOMA), comienza muy
    tempranamente exposiciones de diseño dentro del programa
    del arte moderno. Con esto se iniciarían las exposiciones
    itinerantes de diseño en Museos de Arte Moderno y Arte
    Contemporáneo.

    Fundado en 1929, custodia unas 100.000 piezas
    distribuidas entre las colecciones de pintura, escultura,
    arquitectura y diseño, fotografía, dibujos,
    grabado e ilustraciones, películas y video.

    En 1932 va a abrir un departamento exclusivamente
    destinado a coleccionar arquitectura y diseño,
    situándose como el primer museo del mundo en considerar al
    diseño industrial como parte del arte
    contemporáneo. En 1934 realiza una exposición
    titulada Machin Art, expresión del movimiento
    europeo moderno y, a partir de entonces, realiza exposiciones
    temporales cuya finalidad es exhibir al diseño en
    cualquiera de sus campos.

    La colección de arquitectura conserva
    documentación de edificios, tales como dibujos, maquetas y
    fotografías, incluyendo también la colección
    Mies van der Rohe. La colección de diseño
    industrial consta de 3.000 objetos, entre ésos,
    electrodomésticos, mobiliario, textiles, carros deportivos
    y hasta helicópteros; y la colección de
    diseño gráfico consta de unas 4.000 piezas,
    incluyendo fotografía, carteles y otras combinaciones de
    textos e imagen.

    Algunas de las exposiciones temporales realizadas en los
    últimos años han sido: De la Bauhaus al Pop:
    obras maestras donadas por Philipp Johnson
    (1996), Alvar
    Alto: entre el Humanismo y el
    Materialismo
    (1997), Premios Mies Van der Rohe de
    arquitectura latinoamericana, Philippe Starck: mobiliario y
    Objetos
    (1999), Monumentos Modernos de Kahn (2000),
    Mies en Berlín (2002).

    En general, el objetivo inicial de los museos de
    diseño, el cual tiende en un principio, hacia la educación sobre
    los cánones del buen diseño y del buen gusto, va
    dando cabida a actividades más amplias de
    investigación, promoción e interdisciplinariedad. En cuanto al origen de los
    museos y muestras de diseño, podemos diferenciar dos tipos
    de museos:

    1. Los museos de arte moderno o arte decorativo
      fundados a finales del siglo XIX y principios del XX, los
      cuales coleccionan diseño como una extensión de
      su actividad (Victorian & Albert, Museo de las
      Artes Industriales de Berlín
      , el
      MOMA)
    2. Los museos más recientes (finales del siglo
      XX) los cuales surgen con la finalidad de conservar,
      investigar y difundir una colección de diseño
      que no era accesible al público (Museo de
      Diseño de Londres, VITRA, Trienal de
      Milán).

    En cuanto a la colección y las exposiciones, los
    museos de arte decorativas tienden a considerar que los objetos
    actuales son una prolongación de los objetos antiguos y no
    establecen gran diferencia entre los objetos antiguos y
    modernos.

    Otros museos coleccionan diseño de acuerdo a una
    cierta idea de modernidad,
    entendiendo el diseño como lo que se ha diseñado
    con un estilo propio durante el siglo XX o lo que se ha producido
    industrialmente: "El MOMA inicia su colección de
    diseño en los años 30, de acuerdo a este criterio
    de adquisición que podría decirse impregna los
    museos de diseño de creación más recientes"
    (Valls, 2002, p.3).

    Los museos más jóvenes no acostumbran
    tener una gran colección en exposición permanente y
    basan su actividad en la organización de exposiciones
    monográficas, las cuales investigan un determinado aspecto
    del diseño. Esta política genera una buena oferta de
    exposiciones itinerantes, acompañadas de catálogos
    y publicaciones de gran interés
    historiográfico, que, como en el caso extremo de la
    fundación VITRA, se autofinancian totalmente con la
    producción y explotación de exposiciones
    itinerantes.

    Estas exposiciones itineran en muchos casos por los
    Museos de Arte Moderno y de Arte Contemporáneo, dando
    cabida dentro de esta actividad a Museos como El Guggenheim de
    Bilbao, El Centro George Pompidou de Francia, el Centro de Arte
    Reina Sofía de España,
    los cuales incluyen, en ciertas oportunidades, a
    Latinoamérica con Museos como el de Diseño y Arte
    Contemporáneo de Costa Rica, El de Arte
    Contemporáneo de Caracas o el Centro de Arte la Estancia,
    El Museo de Arte Moderno de Colombia o
    Argentina, entre otros.

    II.2 El Museo de Arte y Diseño
    Contemporáneo de Costa Rica: proyecto Dis+Art+Tec
    de confluencias entre diseño, arte y
    tecnología.

    El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo,
    posee como característica fundacional, no sólo
    conservar, exponer, investigar y proyectar las artes visuales de
    las últimas décadas y las manifestaciones
    artísticas más recientes, sino también
    relacionarlas con la actividad realizada en el campo del
    diseño en general.

    Concebido en los años 90, incluye al
    diseño como disciplina integral, sobre todo a raíz
    de la influencia de los profesionales relacionados con este campo
    y de la apertura en 1980 de la Escuela de Diseño
    Industrial del Instituto Tecnológico de Costa
    Rica.

    Como parte de esta actividad, a partir del año
    99, se comenzó a desarrollar la muestra Dis + Art +
    Tec
    (Diseño + Arte + Tecnología), cuyo objetivo
    primordial consiste en exponer muestras de diseño con
    vinculaciones a otras disciplinas como el arte y la
    tecnología, puente entre muchas de las manifestaciones
    creativas de la contemporaneidad.

    La primera versión de este espacio se
    desarrolló con una muestra internacional titulada
    Diseño pensante en homenaje a la naturaleza como
    máximo exponente.

     

    Dicha muestra estuvo conformada por objetos

    de diversa índole, como, mobiliario,
    lámparas y utensilios del hogar, provistos por diferentes
    casas de diseño mundiales como la italiana
    Alessi.

    La segunda muestra, también de diseño
    internacional, esta vez bajo el título en Homenaje a la
    Creatividad,
    presentó una selección de los
    elementos innovadores en los campos del diseño industrial,
    publicitario y en la tecnología
    de la comunicación, bajo un criterio de
    selección atribuido a la idea del "buen
    diseño":

    Una muestra de alto diseño exclusivo con
    valores
    estéticos de alto precio, que
    son sólo reconocidos por los "conocedores" incluyendo
    museos y coleccionistas. Se incluyen también objetos de
    producción en masa al alcance de todos
    . (Barahona,
    2000).

    Lámparas de la Línea italiana
    Artemide, diseños de Phillipe Starck, mobiliarios
    de reconocidas casas francesas, suizas e italianas y más
    de 500 objetos fueron expuestos paralelamente con la

    muestra itinerante Diez años del Cartel en
    México
    , que reunía 191 obras de artistas
    gráficos mexicanos.

    La tercera edición estuvo dedicada enteramente a
    la publicidad, rama más comercial del diseño. Con
    el título Crisálida: la formación
    de una idea
    , distintas agencias publicitarias suecas,
    danesas, británicas, españolas y costarricenses
    lograron demostrar las capacidades estéticas aún en
    propuestas tan comerciales, y sugirieron un montaje en conjunto
    con la obra de la artista italoamericana Angiola Churchill, de
    escala casi
    monumental y elaborada enteramente en papel hilo y
    tela.

    En esta muestra se exploraron imágenes con
    elementos como la ironía, el humor, el poder, la realidad,
    el erotismo, la emoción, la ficción, la luz, el color, el
    movimiento, la idea y la creatividad en función de la
    reproductividad en masa y la comercialización de la
    imagen.

    Para el año 2002, se realiza la cuarta
    edición de este espacio mostrando las más
    innovadoras tendencias de la gráfica, el arte del vidrio y
    el video. Esta muestra incluye 4 exposiciones que presentaron la
    vanguardia mundial del diseño gráfico,
    publicitario, audiovisual y decorativo.

    La primera de ellas denominada Contacto
    Gráfico,
    fue una selección de aproximadamente
    100 carteles publicitarios del diseñador brasilero Felipe
    Taborda, único diseñador latinoamericano a ser
    incluido en el libro de los mejores diseñadores del
    mundo.

    Memoria Posta fue el título
    de la segunda muestra cuya selección de tarjetas postales
    provenientes de colecciones privadas hizo especial alusión
    al simbolismo cultural y su relación con la imagen, las
    texturas y el contenido de cada una de ellas.

    La introducción del videoarte a la
    exposición dio origen a la muestra Contaminados (ex)
    tensiones de lo audiovisual,
    que parte de la relación
    de procesos interdisciplinarios y culturales múltiples,
    "generados vertiginosamente en el convulso panorama de la
    globalización en nuestras sociedades
    contemporáneas" (Calvo, 2002). Se presentaron
    videocreaciones de Costa Rica, Japón, Alemania, Chile,
    Estados Unidos, México,
    España entre otros.

    Finalmente, se expone Krystallos, piezas
    artísticas de vidrio y de elaboración limitada por
    la fábrica sueca Kosta Boda.

    La quinta edición, dedicada
    completamente al diseño español, presenta la
    exposición Proyecta: Diseño Español. Una
    nueva generación
    . Organizada por el diseñador
    argentino Marcelo Leslabay, pretendió mostrar lo
    más actual del movimiento del diseño español
    en todas sus disciplinas: diseño de productos, industrial,
    de moda, gráfico y digital. En esta ocasión,
    más allá de generar relaciones con otros artistas o
    nacionalidades, se trató de mostrar, a manera de gran
    escenario, el quehacer diario y el producto del diseñador,
    visto a través de sus experiencias personales más
    cercanas.

    El catálogo de la exposición estuvo
    dedicado en su totalidad a entrevistas
    realizadas a los diseñadores participantes y hace un
    especial énfasis en los procesos creativos de cada uno de
    ellos.

    La muestra llega a desvanecer los límites entre
    ingeniería, informática y arte conceptual, mostrando no
    sólo utilidad, estética y función, sino
    también experimentación y nuevas tendencias que
    trascienden la frontera de lo
    local para situarse como búsquedas individuales dentro del
    campo del diseño.

    Las muestras generadas en los últimos cinco
    años han tratado de mantener su carácter
    multidisciplinario y han procurado mantener las vinculaciones de
    lo internacional con lo nacional. Sin embargo, a pesar del
    carácter múltiple de la muestra, los discursos
    generados en torno a ellos siempre se han mantenido al margen de
    las relaciones y ha sido el público quien ha determinado
    la forma de establecer tales relaciones entre la diversidad de
    las exposiciones presentadas en las diferentes salas.

    En el marco de estas relaciones, coexiste arte
    tradicional, como pintura y escultura, junto a instalaciones,
    videocreaciones y diseño. Se trata de complementar una
    mirada no compartimentada de los procesos creativos actuales y de
    generar diálogos, más que diferenciaciones, entre
    los denominados procesos y resultados creativos más
    recientes.

    En el caso específico del MADC, las exposiciones
    de diseño realizadas a partir del año 99, han
    presentado un criterio de selección y curaduría
    constante: la innovación y el estilo
    internacional.

    Con un carácter de exposiciones temporales, la
    investigación, no responde en la mayoría de los
    casos, a un tema de índole monográfico, de una
    época específica o algún movimiento, estilo
    o tendencia determinada, sino más bien, trata de mostrar
    bajo una llamativa museografía, una estética que
    responde a criterios personales de selección y que muestra
    una constante conexión con los movimientos
    europeos.

    Uno de los objetivos
    planteados desde el momento de su creación, a partir de la
    gran influencia del Instituto Tecnológico de Diseño
    de Costa Rica, ha sido la de servir de punto de referencia para
    los creadores de ese país. Las muestras
    Dis+Art+Tec, desde un principio y hasta la actualidad, han
    tenido como función implícita la de educar sobre lo
    más actual del diseño mundial y en este sentido, ha
    desarrollado con especial énfasis un interés
    hacía el diseño internacional, principalmente el
    europeo, dejando de lado investigaciones referidas a su entorno
    particular.

    Como museo de arte centroamericano ha establecido una
    especial relación con los demás países del
    Istmo y ha desarrollado importantes intercambios culturales en el
    campo del arte contemporáneo.

    El diseño como expresión de la
    contemporaneidad, por otra parte, se ha mantenido al margen del
    desarrollo centroamericano e incluso latinoamericano, destinando
    sus exposiciones a muestras de carácter
    europeo-internacional con relativas participaciones
    centroamericanas o latinoamericanas.

    Como único museo en Centroamérica
    destinado a la promoción y exposición del
    diseño, contrariamente como ocurre con el arte
    contemporáneo, no ha logrado establecerse como punto de
    encuentro y difusión de esta disciplina y no ha podido
    crear aún, investigaciones dentro del contexto. Sin
    embargo, recientemente y como resultado del encuentro entre
    España y ese país, logrado a través de la
    figura del curador de la muestra Diseño Español.
    Una nueva generación
    , se propuso realizar para finales
    del 2004, dentro del proyecto Dis+ Art+Tec, el Primer
    Concurso Centroamericano de Diseño, con miras hacia
    una proyección internacional y con investigaciones del
    contexto particular.

    Con relación a lo anterior, en el marco de la
    Primera Reunión Científica de Historiadores y
    Estudiosos del Diseño "Historiar desde la periferia,
    historia e historias del diseño", realizado en Barcelona
    durante el año 99, ésta y otras
    problemáticas relacionadas fueron discutidas, pues el
    diseño y sus exposiciones generalmente presentan
    problemáticas relacionadas a la contextualización,
    el contenido, la información y ciertas dificultades de
    cómo mostrarlos.

    En este encuentro se debatió sobre la necesidad
    de contextualizar la obra a través de sus procesos
    particulares. La falta de información acerca de los
    productos a la hora de exponerlos, amerita rehacer la historia
    particular del objeto, lo cual necesariamente implica una
    investigación específica ligada a la funcionalidad
    intrínseca de cada muestra u objeto. A ésto se le
    suma la dificultad de cómo mostrarlos y el desconocimiento
    de la historia del diseño: es aquí donde subyace
    una de las principales dificultades del discurso de
    estas exposiciones.

    Muchos museos enfocan las salas de diseño bajo
    ciertos criterios estéticos en los cuales sólo
    muestran objetos de "vanguardia" o de moda, dejando por fuera
    muchas piezas para las cuales sería necesario nuevos
    enfoques:

    Hoy, el paradigma
    del museo de objetos diseñados es el MOMA, pero
    sólo promociona el "good design" que establece un canon,
    un tipo de gusto. Los museos de diseño pretenden educar
    sobre lo que es el diseño, y corren el riesgo de
    educar sobre el buen gusto
    (Noël, 1999).

    En este sentido, el historiador del arte se enfrenta, en
    el momento de historiar y comprender los procesos e inclusive
    afrontar proyectos expositivos en el área de
    diseño, con otras necesidades y otros requerimientos
    acerca de los discursos y las exposiciones que necesariamente
    implican otras formas de lecturas, aportadas por cada objeto o
    muestra en particular.

     

    II.3 Venezuela: Reciente labor de relacionar y
    exponer

    Para Venezuela, la historia del diseño se inicia
    con una estrecha vinculación a las artes visuales y las
    búsquedas particulares de artistas, impresores o,
    posteriormente, diseñadores extranjeros profesionales, que
    trabajaron para empresas
    transnacionales y establecieron en Venezuela el diseño
    como profesión.

    II.3.1 La Gráfica

    El diseño gráfico, específicamente,
    se inició muy intuitivamente y de mano de publicaciones
    periódicas como el Cojo Ilustrado (1891), de estilo
    Art Noveau, y cuyo desarrollo pauta las posteriores
    búsquedas del diseño gráfico en nuestro
    país.

    Hacia 1930, Rafael Rivero comienza a perfilar la figura
    del diseñador gráfico a través de sus
    propuestas gráficas basadas en la
    ilustración y el grabado. Este antecedente
    sirvió para que artistas, como Mateo Manaure y Carlos Cruz
    Diez, incursionaran, hacia los años 50 en el área
    del diseño, desarrollando propuestas de gran calidad y
    concepto gráfico.

    Se dio inicio, a través de publicaciones
    periódicas, afiches, y todo un arsenal de imágenes,
    a un período en el que lo artesanal, lo experimental y lo
    estético, sobre lo funcional, primaban la manera de asumir
    el diseño en nuestro país.

    Carlos Cruz Diez y Mateo Manaure, iniciaron esta labor
    asumiendo el diseño como obra plástica. El valor
    estético sobre lo funcional prevalecían en sus
    obras y en ocasiones llegaban a configurar verdaderas piezas de
    contemplación y deleite estético.

    Cruz Diez con la revista
    Farol (1974) logró llevar los efectos del Color
    Aditivo
    realizado en su obra plástica al contexto de
    la revista, y Manaure según Armas Alfonso,
    desarrolló un caso similar con el cuento El
    Prójimo
    de Uslar Pietri:

    En estos artistas se ve claramente cómo se
    estableció un trueque entre el diseño y la
    creación, llegando inclusive, en el caso
    específico de Carlos Cruz Diez, a los planteamientos
    estéticos sobre los cuales se sustentaba su obra
    pictórica. En este sentido comenta Cruz Diez "…
    pero para que tu veas: el proceso de mi obra actual lo debo en
    buena parte a esa etapa mía previa de
    investigación y práctica de los procesos
    industriales de reproducción gráfica, como son la
    fotografía, la fotomecánica y la imprenta….
    (Guevara, 1994, p.
    9)

    Personalidades como Gerd Leufert o Nedo, extranjeros
    arribados a Venezuela hacia los años 50, crearon escuela e
    impulsaron el desarrollo oficial del diseño gráfico
    en nuestro país. Sus vinculaciones con las corrientes
    artísticas del momento, hicieron que personalidades como
    Marta Traba, crítica de arte para ese momento, dedicara un
    espacio en su libro Mirar en Caracas (1974), acerca del
    movimiento del diseño en nuestro país:

    El trabajo del diseñador Leufert, no
    está desvinculado de su producción
    artística, de su bella y rigurosa incursión por
    el "hardedge", y de sus últimos marcos, empeñados
    también en forzar las perspectivas y transitar el reino
    de la "Imposibilia" que Leufert comparte con Nedo. Por eso,
    pese a su alta conciencia de diseñador gráfico, y
    de sus ambiciones de impresor perfecto, no ha dejado nunca de
    trabajar desde la perspectiva artística. Aunque un
    pintor sea lo mismo que un diseñador, un productor de
    imágenes, las finalidades de éstas
    imágenes varía en uno u otro caso
    (Armas,
    1985, p 17).

    De esta manera, la crítica de arte Marta Traba,
    intentaba hacer especial énfasis en la labor de Leufert
    como diseñador, cuyo esfuerzo por salvar el valor
    estético y al mismo tiempo mantener la imprescindible
    función referencial, representaba una trascendencia a
    nivel de diseño, más allá del mero
    embellecimiento, la cual ameritaba ser tomada en
    cuenta.

    Con Leufert se le dio una nueva visión a las
    revistas como El Farol y los catálogos del MBA,
    pues luego de su entrada como diseñador de esa entidad,
    dio coherencia, unidad y estilo a las publicaciones allí
    realizadas.

    A partir de su ingreso al MBA, Leufert también
    hizo protagónico al museo en el papel de renovación
    del diseño a nivel nacional, sirviendo inclusive de
    escuela y de promotor internacional:

    en el libro El diseño
    Gráfico: desde sus orígenes hasta nuestros
    días
    , del español Eric Satue, se le hace
    este reconocimiento, "el Museo de Bellas Artes de Caracas es
    una de las instituciones claves en el desarrollo gradual del
    diseño gráfico contemporáneo en cualquier
    país de América Latina
    (p.394). (Guevara,
    1994, p.12-13).

    Nedo, al igual que Leufert, logra desarrollar un estilo
    propio y bien definido, llevando al máximo las
    posibilidades del diseño gráfico. Con él
    comienza a insinuarse la presencia del diseñador en la
    página. Así como se habló de una
    visión plástica del diseño, también
    existe una visión propia del diseñador, en donde
    los recursos plásticos
    con los que éste cuenta, se convierten en los
    protagónicos de la página.

    Por una parte, Leufert delimita el campo del
    diseño, haciéndolo más profesional,
    dándole coherencia a las publicaciones y creando estilos a
    través de las fuentes y los
    diversos recursos diagramativos, y por otra, Nedo contrasta la
    precisión que "requiere" el diseño con la libertad
    formal del arte actual, dándole más dinamismo e
    individualidad a cada uno de sus particulares diseños.
    Este elemento encuentra expresión y logra sentar
    precedentes a través de la revista de crítica, arte
    y literatura CAL, fundada por Guillermo Meneses y un grupo
    de intelectuales
    de la época hacia principios de los 60. La
    concepción de diagramación de Nedo,
    revolucionó el diseño de aquélla
    época y convirtió las publicaciones en un verdadero
    taller experimental.

    Son estas dos personalidades quienes le dieron el
    impulso definitivo al diseño gráfico en Venezuela y
    de los cuales surgen nuevas generaciones. Personalidades como
    Santiago Pol, uno de los grandes diseñadores conceptuales
    de Latinoamérica, Waleska Belisario, Oscar Vásquez,
    Alvaro Sotillo, entre otros, desarrollaron propuestas a lo largo
    de los 80, antecediendo a lo desarrollado en los 90, de
    carácter más colectivo y masivo.

    Los años 90 recogen toda la experiencia anterior
    y a su vez se enfrentan a los paradigmas del mundo cambiante,
    globalizado y tecnológico que aportan en consecuencia una
    visión más amplia, multidisciplinaria y a su vez
    masiva:

    La esfera de influencia de diseño
    gráfico de calidad ha pasado –en estos
    últimos cinco años- de una tradición
    editorial amparada por los museos y las fundaciones
    privadas
    (como se vio hasta los 80) hacia ámbitos
    más masivos. Esto se debe en parte a que el sector
    cultura –dependiente del gobierno- ha
    experimentado una notable recesión económica. Por
    otro lado el auge de las escuelas de diseño y la
    búsqueda de competencia
    comercial a nivel internacional, ha llevado a las empresas
    privadas a ver al diseñador como un aliado
    (Salcedo,
    2002).

    Esto ha desencadenado también, una vertiente de
    formación de colectivos de diseño que se interesan
    no sólo por el desarrollo de propuestas individuales, sino
    de búsquedas identitarias y promotoras del diseño
    en Venezuela o a nivel latinoamericano con proyectos
    interdisciplinarios. El colectivo gráfico MASA de Caracas
    (1996), es una muestra de ello y busca generar conceptos tanto
    grupales como individuales a nivel de imagen en conjunto con Djs,
    músicos y varios fotógrafos. Para
    el 2003 logró recopilar en el libro
    Latinoamérica Gráfica. Compilación de
    Diseño Gráfico Contemporáneo
    , el trabajo de
    más de 50 diseñadores o colectivos gráficos
    latinoamericanos y ha logrado exponer sus trabajo en varios
    países de América
    Latina, Europa, Japón y recientemente en Caracas con
    la muestra realizada en la Sala Mendoza Latino: I Want to
    Believe
    (2003), en la que participaron algunos de los
    diseños publicados en el libro: Moebio (Colombia), Doma,
    (Argentina), Malabar (Costa Rica), Hula-Hula (México),
    Cisma (Brasil),
    Escuadrón Sudaca (Venezuela) entre otros.

    Totuma de gran resonancia a nivel internacional,
    es otro de los grupos especializados en imagen, principalmente
    para televisión, y ha sido acreedora de
    más de 5 premios internacionales por la creación de
    la imagen latinoamericana de HBO.

    Otros grupos como Magnetofónica, Raza o
    Escuadrón Sudaca, forman parte de los proyectos colectivos
    que tratan de generar conceptos en diferentes campos y unifican
    generalmente, lo gráfico con lo audiovisual y lo
    experimental hacia otros campos, como la música y tendencias
    artísticas contemporáneas.

    Lo Objetual: el Diseño
    Industrial

    Aun cuando en las primeras décadas del siglo XX
    se liberaron las fuerzas modernizadoras y por ende la
    producción industrial y de que se experimentaba y
    participaba inclusive en ferias internacionales de
    producción de artesanías y cueros ya desde finales
    del siglo XIX, no fue sino hasta mediados de los 50, cuando se
    comenzó a incursionar especialmente en el terreno del
    diseño industrial a través del
    mobiliario.

    América Latina en general, tuvo un inicio del
    diseño industrial a partir de 1930, con el influjo de las
    vanguardias europeas y el éxodo que se produjo en
    Alemania, Austria y los países que fueron afectados por
    las persecuciones políticas
    y la crisis económica producida por las dos guerras
    mundiales (Pérez, 2001).

    Venezuela, con las posibilidades productivas y un
    interés cultural por el mejoramiento de la calidad de los
    productos de consumo, comenzó a desarrollar un
    interés por el campo del diseño de
    productos.

    Se comenzaron a desarrollar seminarios, debates y
    escuelas dedicadas específicamente a la enseñanza
    del diseño industrial, entre esos el Instituto de
    Diseño fundado en 1964 por la iniciativa del industrial
    Alemán Han Neumann. Otros de los centros para ilustrar lo
    anterior, fueron: Don Hatch y su Galería, Tony Dibo con
    Decodibo y Cornelius Zitmann con
    Tecoteca.

    El diseño gráfico, el de empaque, la
    cerámica, la cubiertería y los tejidos, fueron
    el centro de interés en Venezuela:

    Así quedó registrada en las cuidadas
    ediciones de la revista Integral, El farol, Cruz del Sur, la
    revista del Centro de
    Estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de
    la UCV, promoviendo el diseño industrial y a su vez
    estableciendo la sólida tradición del
    diseño gráfico
    . (Sato, 1996).

    Desde hace aproximadamente 20 años, la
    promoción del Estado, los centros de estudio, las
    asociaciones, los concursos y bienales, los museos y centros de
    diseño junto a las exposiciones, le han dado al
    diseño en general un gran impulso. Sin embargo, aún
    no se ha logrado una real integración del Estado a estas
    actividades, dejando sólo en manos de instituciones
    privadas y en proyectos, los propósitos de mejoramiento de
    calidad de vida e identidad a
    través de los objetos diseñados.

     

    II.3.3 Museos y exposiciones de diseño en
    Venezuela

    Las primeras exposiciones de diseño en Venezuela
    estuvieron dedicadas a las artes gráficas, y fueron
    desarrolladas como parte de las actividades realizadas en el
    Museo de Bellas Artes de Caracas, a través de la figura de
    Gerd Leufert, quien en 1969, crea el Departamento de Dibujos y
    Estampas y funge como el primer Curador de Artes Gráficas
    de Venezuela.

    A partir de su llegada al Museo de Bellas Artes, Leufert
    no sólo realiza actividades de diseño, que ganaron
    gran prestigio internacional, sino también, organiza
    exposiciones y se encarga de promover y educar acerca del
    diseño en nuestro país.

    Las exposiciones realizadas en El MBA, respondieron en
    su mayoría a muestras de carácter nacional o
    latinoamericano, contando también con muestras de
    carácter internacional, como la primera exposición
    realizada en ese museo: Los mejores carteles de Suiza,
    hacia el año 1960.

    Dedicadas completamente a la exposición del
    diseño gráfico, se realizaron exposiciones como
    Visibilia, del Gerd Leufert hacia 1966 que
    respondían a la serie de muestras de diseñadores
    nacionales:

    A fin de divulgar el contenido del libro a
    través de una experiencia de comunicación visual
    en una escala mayor, algunas imágenes de "Visibilia"
    fueron proyectadas en el muro de la sala 1 del Museo, y a tal
    efecto fue abierta una exposición en la cual se
    mostró también el trabajo tipográfico del
    libro, desglosado y exhibido en hermosos pedestales
    diseñados por la artista Gego. Llamó la
    atención en esta muestra el trabajo de equipo que
    reunió a varios artistas para la realización
    tanto del libro como de la exposición: Leufert, Arroyo,
    Chacón, Larry June y en especial Gego, cuyo
    diseño de los soportes puede considerarse como obra de
    gran valor artístico
    (MBA, 1966).

    El MBA hacia 1968, inicia una serie de muestras, en las
    que el montaje, gracias al particular interés del director
    de ese momento, Miguel Arroyo, respondía ampliamente a los
    requerimientos de cada pieza.

    En la exposición Circo (1968), de carteles
    polacos, por ejemplo, mediante el recurso de colgar en alto los
    carteles, inclinados hacia la vista del público, y de
    colocar en el piso las patas metálicas de unas viejas
    mesas para exponer los dibujos, se crearon evocaciones al
    ambiente
    circense. De Igual manera ocurrió con la muestra
    Diseño Gráfico – Comunicación
    (1971)
    , al usar pedestales cilíndricos, o El Museo
    y el Diseño
    (1970) que integró las portadas de
    los catálogos del MBA a los muros de las Salas.

    Dentro de este gran panorama de las exposiciones
    gráficas existió un interés hacía las
    publicaciones de libros y sus diseños. Por ello se
    realizó en 1979, la "I Exposición anual del libro",
    promovida por el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y
    Servicios de
    Bibliotecas. A
    partir de esa fecha, se realizaron hasta 1983 las ferias o
    exposiciones de libros, género en
    el cual Venezuela había tenido gran reconocimiento
    mundial, además de una gran producción con Leufert,
    Sotillo y Walesca Belisario.

    Por otra parte, exposiciones como Gráfica
    Uno
    (1962), primera exposición de diseño
    gráfico venezolano; Ayer y Hoy en Afiches, de 1962,
    con muestras de colecciones privadas venezolanas; La nueva
    estampilla en Venezuela
    (1978), con diseños de Nedo,
    Leufert, Pol y Sotillo y la Exposición del Cartel en
    Venezuela
    (1982), se inició un gran interés
    hacia las muestras colectivas de carácter
    nacional.

    El MBA, inicia la actividad expositiva del
    diseño, abriendo y generando nuevos paradigmas en esta
    área. Como Museo de Bellas Artes, amplió su perfil
    y diversificó su visión, funcionando para su
    momento como expositor de lo más actual del diseño
    gráfico venezolano e internacional, mereciendo
    reconocimiento en libros de historia del diseño
    gráfico mundial.

    Con el advenimiento de los 90, se comienzan a crear
    otros Museos e Instituciones como, el Museo Alejandro Otero, el
    Centro de Arte la Estancia y el Museo de la Estampa y el
    Diseño Carlos Cruz Diez, con un perfil más definido
    hacia el diseño.

    El Museo de Bellas Artes, el de Arte
    Contemporáneo de Caracas, creado en los años 70, y
    el Alejandro Otero, responden al perfil de museos de arte moderno
    o contemporáneo que realizan exposiciones temporales
    referidas al diseño sin tener una colección propia.
    Sin embargo, a raíz de la creación de centros
    más específicos hacia el diseño, como el
    Centro de Arte la Estancia o el Museo de la Estampa y el
    Diseño Cruz Diez, éstos han reducido su actividad
    expositiva hacia el diseño, centrándose
    específicamente en sus colecciones.

    Han sido el Centro de Arte la Estancia y El Museo de la
    Estampa y el Diseño Cruz Diez los que han destinado un
    espacio específico para el diseño, sus disciplinas
    y otras expresiones como la fotografía y el
    video.

    El Centro de Arte la Estancia, es una extensión
    cultural de PDVSA. Ha sido concebido para fomentar la
    creación, el
    conocimiento y la apreciación en los campos del
    diseño y la fotografía, alternativas
    artísticas que contribuyen, a través de la
    aplicación de procesos creativos y estéticos, a
    lograr la funcionalidad de los objetos de uso
    colectivo.

    Como aporte a la colectividad, el Centro de Arte La
    Estancia incentiva la exhibición del diseño y la
    fotografía. Para lograr sus objetivos pedagógicos y
    de formación, el Centro planifica exposiciones, organiza
    una serie de eventos
    paralelos, conferencias, seminarios, cine documental, concursos,
    conciertos y el funcionamiento del Centro de Información
    (CILE), que brinda información a investigadores, docentes y
    estudiantes del área.

    Las exposiciones allí realizadas, en su
    mayoría, responden a investigaciones de índole
    monográfica, traducidas en textos de gran aporte a la
    historiografía del diseño en nuestro país.
    Muestra de ello, han sido las exposiciones Detrás de
    las cosas
    (1995-1996) y D.G.V. 70, 80 y 90
    (1996).

    Detrás de las cosas fue un intento de
    acercar al espectador hacia el mundo del diseño industrial
    a través de los objetos que les son familiares: productos
    industriales, acompañados de sus procesos y ejemplificados
    a través de piezas elaboradas en nuestro
    país.

    El texto de la exposición hizo un especial
    acercamiento a la historia del diseño industrial en
    general y a una historia particular venezolana, con sus inicios
    en los años 50 y antecedentes hacia finales del siglo XIX.
    La búsqueda de identidades en el área, y las
    vinculaciones con los materiales, la tecnología, la
    globalización y el gusto, fueron algunos de
    los elementos tratados en torno a la exposición, la cual
    planteó para su momento, una visión particular
    hacía el área del diseño industrial, de
    reciente experimentación en Venezuela.

    La Exposición de diseño gráfico,
    D.G.V., 70, 80, 90, por su parte, no sólo
    planteó un reciente acercamiento al diseño
    gráfico en Venezuela, a través de sus obras,
    separadas en subgéneros, sino que también,
    ofreció una visión en torno a problemas globales
    que nos afectan en el campo, como las propuestas de la postmodernidad, la hipermedia, lo digital y lo
    masivo, dentro del contexto nacional.

    La muestra trató de expresar, a través de
    las contradicciones entre la inexistencia de un espacio adecuado
    para la difusión del diseño y la falta de criterio
    especializado, el desconocimiento hacia el diseño
    gráfico venezolano. Para ello, tomando ejemplos
    específicos, se estudiaron en grupos como: Estampillas,
    Revistas, Periódicos, Identidad Corporativa,
    Tipografía, Empaque, Literatura
    Infantil, Libros, Efímeros, Discos, Catálogos,
    Emblemas y Logotipos,
    a los grandes representantes de cada
    campo, traductores de una identidad múltiple y cargada de
    elementos específicos, valorados según la
    coherencia y pertinencia en cada caso (Esté,
    1996).

    En general, el Centro de Arte la Estancia ha
    representado para el campo del diseño en nuestro
    país, no sólo un espacio de difusión y
    exposición, sino también un generador de discursos,
    ya sean retrospectivos o novedosos, del quehacer en el campo del
    diseño nacional. Exposiciones como, 100 sillas
    Clásicas
    (1997) de la colección de miniaturas
    del Vitra Design Museum y Sentados en un siglo (1997);
    muestra de 46 sillas modernas y contemporáneas de
    Venezuela; Venezuela Inc. Prodiseño (1998), con
    rediseños de emblemas nacionales como el papel moneda,
    estampillas etc., Nedo M.F. Una retrospectiva (1999);
    así como La Butaca. Un asiento venezolano (1999) y
    Productos del Milenio (2001), como muestra de la calidad
    del diseño internacional, entre otros, han demostrado la
    gran actividad en torno a la difusión y enseñanza
    del diseño en general.

    El Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz
    Diez, inaugurado en 1997, se dedica a estudiar, difundir,
    coleccionar y conservar el trabajo de diseñadores y
    artistas gráficos tanto nacionales como internacionales.
    Cuenta con cuatro plantas en las
    que se contemplan espacios para tres salas de
    exposición.

    Dado lo reciente de su creación aún no
    tienen una colección de obras propias plenamente
    conformada, sin embargo su exposición inaugural titulada
    Carlos Cruz Diez. Un pionero del diseño en Venezuela
    (1997)
    constituye una muestra única de carácter
    anecdótico, que presenta facetas poco conocidas del
    maestro, desde sus experimentos y
    dibujos infantiles, su trabajo como ilustrador y diagramador,
    hasta la instalación de su propia empresa de
    diseño, y el inicio de su propuesta plástica basada
    en sus experiencias en el medio gráfico.

    Algunas de las exposiciones más destacadas han
    sido: I Bienal de Artes Gráficas Juan de Guruceaga
    (1999), Alvar Alto y el Ladrillo rojo: espacio, forma y
    superficie
    (1999), II Bienal de Artes Gráficas de
    Caracas
    , homenaje a José Luis Cuevas (2001), Una
    Visión constructivista: Artistas Italianos.

    Gráficas de la Colección del Museo Soto
    (2001-2002), XI Bienal Latinoamericana de Arte (2001),
    Amaliwaka. Primer encuentro de creatividad (2002) y
    Cruz-Diez. Afiches. Exposición homenaje a los 80
    años de Carlos Cruz-Diez (
    2003).

     

     

    CAPÍTULO III

    UNA MIRADA RECIENTE: MÉRIDA, PROYECTOS
    INTERDISCIPLINARIOS ARTE Y DISEÑO

    Tanto las ciencias
    sociales como las humanísticas, han considerado la
    interrelación entre las diferentes disciplinas, originadas
    del nacimiento de las especializaciones (s. XIX), como una
    necesidad de generar enriquecimientos recíprocos.
    Habría que destacar que este enriquecimiento no se refiere
    a una suma, sino a una transformación de los enfoques con
    que se aborda un objeto específico, ya sea abstracto o
    concreto
    (Nieto, 1991).

    A partir de los años 70, la interdisciplinariedad
    tuvo una gran difusión, sobre todo por ideas como
    éstas:

    La interdisciplinariedad aparece como una principio
    muy adecuado para la solución de un buen número
    de los problemas que plantea la universidad
    y la sociedad actuales, toda vez que apoya el movimiento de la
    ciencia y de la investigación hacia la unidad, permite
    llenar el foso existente entre las actividades profesionales y
    la formación que la universidad ofrece actualmente,
    desarma la rebeldía imperante contra el trabajo
    desarticulado y favorece su regreso al mundo presente,
    así como su unidad personal
    .(Duguet, 1975,
    p.35)

    La interdisciplinariedad ayuda a complementar las
    visiones que se tengan de un mismo objeto práctico a
    través de elementos teóricos de diferentes
    disciplinas o simplemente contempla la conformación de un
    nuevo objeto, proyecto etc., mediante la interacción de
    varias disciplinas que se complementan.

    En este sentido y como antecedente de este tipo de
    trabajos, específicamente dentro del contexto de la ciudad
    de Mérida, se encuentran las propuestas desarrolladas por
    el grupo Danza T, creado desde 1988, claro ejemplo de
    interdisciplinariedad en la que se integran la danza, el
    teatro, las artes
    visuales, el diseño y la investigación
    histórico-artística aportada por la historia del
    arte y desarrolladas, en ocasiones, con estudiantes de historia
    del arte, artes visuales y diseño.

    Ya en el contexto más específico de las
    relaciones entre arte y diseño, en el año 2003, un
    grupo de profesores de la Escuela de Diseño Gráfico
    y Artes Visuales de la Facultad de Arquitectura y Arte de la ULA,
    como respuesta a una necesidad de formación integral y
    adecuar la enseñanza
    universitaria a fines específicos, asumieron un
    proyecto piloto que inició la consolidación de la
    dinámica interdisciplinar entre las áreas de
    Teoría (Historia del Arte), Diseño Gráfico y
    Artes Visuales para llegar a conformar actualmente el Grupo de
    Actividades Interdisciplinarias (GAI).

    Este grupo tiene como finalidad, generar proyectos en
    base a propuestas temáticas específicas que
    posteriormente los estudiantes desarrollan, utilizando los
    recursos aportados por la historia del arte, las artes visuales y
    el diseño gráfico.

     

    III.1 Gris: Proyecto Piloto
    Interdisciplinar

    Contemplando lo anterior, el Grupo de Actividades
    Interdisciplinarias (GAI), estableció como eje
    temático el elemento Gris, excusa conceptual, para
    desarrollar las propuestas específicas en las áreas
    de Teoría, Diseño y Artes Visuales:

    La necesidad de establecer correspondencias entre
    las diferentes materias del pensum de la Escuela de
    Diseño Gráfico y Artes Visuales y la
    explanación profunda de los contenidos del programa, nos
    conlleva a generar un proyecto piloto… El objetivo es
    proponer un tema central que marcará el hilo conductor
    de los programas,
    garantizando el trabajo integral y la formación
    interdisciplinaria
    (GAI, 2003).

     

    De los conceptos generados por los estudiantes de
    teoría y como resultado de su experiencia del estudio del
    elemento gris en el arte moderno y contemporáneo y arte
    venezolano general, desarrollaron las

    propuestas de diseño (orientadas
    específicamente hacia el cartel y las publicaciones) y
    artes visuales, con experimentaciones particulares en campos como
    la pintura, escultura, ensamblaje y performance.

    Como resultado, logró desarrollar procesos
    interdisciplinarios con un engranaje de experimentaciones ligadas
    a los campos del diseño y del arte. Logró integrar
    además, lo conceptual a lo práctico y
    proporcionó la base para el desarrollo de estudios
    interdisciplinarios con aplicaciones.

    La exposición, desarrollada en base a estas
    experimentaciones y procesos, logró situar un antecedente
    en cuanto a la muestra del producto de un trabajo
    interdisciplinar entre historiadores del arte, diseñadores
    y artistas visuales. Dejó abierta la posibilidad de nuevos
    proyectos en los cuales, no sólo se logre la
    integración disciplinar, sino que también se puedan
    ejecutar y aplicar.

    Respondiendo a la necesidad integral de la escuela,
    profesores y estudiantes lograron desarrollar propuestas
    complementarias como un engranaje práctico-conceptual, en
    el cual el historiador del arte logró mediar, como
    propiciador de relaciones, generando estructuras
    participativas entre disciplinas como el arte y el diseño
    gráfico.

     

    III.2 Ciudad: apertura espacial

    Con una consolidación más precisa del
    Grupo de Actividades Interdisciplinarias y como resultado de la
    anterior experiencia, ahora con el proyecto Ciudad,
    realizado a finales del año 2003, se planteó la
    incorporación del elemento ciudad dentro de la
    concepción teórica, la deconstrucción de lo
    urbano y de un nuevo objeto dentro de un espacio social:
    …De cara a la ciudad posibilita un acercamiento del
    nosotros "diseñador y artista plástico" al otro
    "Ciudad" en la cual habitamos y pertenecemos
    . (Ochoa,
    2003).

     

    Con este nuevo eje temático, ahora el espacio de
    participación y acción interdisciplinaria, se
    amplia y traslada al espacio público, de tránsito
    constante.

    Con aplicaciones más precisas, el proyecto logra
    la integración de la teoría, el diseño e
    identidad visual y las artes visuales, específicamente
    recurriendo al dibujo y el elemento del color, a través de
    sus respectivas incorporaciones y concepciones hacia el espacio
    público real y más cercano, que en este caso
    significó el casco central de la ciudad de
    Mérida.

    Específicamente situados en el Boulevard de los
    Pintores y espacios aledaños a la gobernación, esta
    intervención señaló una apertura de las
    salas de exposiciones al espacio público. Comics,
    identidad visual, dibujo y color, empleando técnicas como
    el collage y el desarrollo de carteles, un catálogo de
    proyecto y la integración museográfica al espacio
    urbano, representaron algunos de los elementos desarrollados en
    torno a este nuevo proyecto, que no sólo significó
    un trabajo interdisciplinario a nivel de procesos, sino la
    integración real de las disciplinas al entorno
    particular.

      

    CONCLUSIÓN

    El diseño, es una de las disciplinas para la cual
    la historia del arte no ha desarrollado un mayor acercamiento, a
    pesar de su conexión histórica y de presentar
    vinculaciones obvias en movimientos como el Art Noveau, Art &
    Craf, De Stilj, la Bauhaus, y en artistas y movimientos de
    vanguardia y estética contemporánea.

    Como parte de la cultura estética y
    artística de nuestra época, su estudio nos
    proporciona dentro del contexto de la historia del arte, un
    acercamiento a los fenómenos artísticos
    contemporáneos y otras categorías a ser
    consideradas. Basta con observar como La
    Megaexposición,
    muestra expositiva de arte venezolano
    del siglo XX, introduce a diseñadores como Nedo o Leufert,
    dentro del discurso artístico de los años 50-60, y
    como se destinaron salas al diseño gráfico
    (estampillas, libros, carteles etc.), y de objetos (mobiliario,
    cerámica, orfebrería, etc.) en un intento de
    generar un acercamiento a la tradición particular del
    diseño y sus tempranas vinculaciones a la
    producción artística.

    El diseño como disciplina, surgida en los albores
    de la Revolución Industrial y producto del movimiento
    moderno que venía gestándose ya desde el renacimiento, se
    nos plantea desde sus inicios, compleja y de difícil
    caracterización. Su relación con la arquitectura,
    las artes plásticas, la artesanía e incluso la
    ingeniería, entre otras disciplinas, han permitido
    concebirle, aún en la actualidad, como una disciplina
    transitoria que se define de acuerdo a las necesidades, enfoques
    y estética de su tiempo. Indefinida desde sus inicios,
    tomó en cuenta los nuevos elementos a considerar en su
    vinculación con la industria: la tecnología y la
    reproducción en masa.

    Lo tecnológico y lo masivo se configuraron como
    una de las características que en su momento le dieron
    definición y origen. Los diseños en general se
    dirigían hacia el embellecimiento de la vida diaria y de
    los objetos de uso cotidiano dentro del contexto de la industria,
    que con la reproducción en masa y los adelantos
    tecnológicos, comenzaron a generar cambios profundos en la
    concepción y sensibilidad artística, planteando
    nuevos cuestionamientos en torno al arte y el diseño, en
    principio como derivado de la industria y las artes.

    Las vanguardias artísticas que se agruparon bajo
    la denominación de Arte Moderno, jugaron un papel decisivo
    no sólo en el arte, sino en la formación de una
    nueva sensibilidad estética que permitió superar
    las contradicciones en las que estaba enmarcada esta nueva
    disciplina. Con este movimiento se reconocieron las posibilidades
    de síntesis o
    de unidad allí donde tradicionalmente sólo se
    percibían las antinomias insuperables para su momento:
    arte e industria, funcionabilidad, belleza estética y vida
    cotidiana, y propusieron que las cosas en general, ahora eran
    capaces de poseer un valor estético. Con este movimiento
    el impulso fue definitivo y la consideración del
    diseño como un producto estético cultural, lindante
    con lo artístico, le convirtió en objeto museable y
    de contemplación estética más allá de
    su valor cultural o histórico, ya ganado con Museos como
    el Victorian & Albert o muestras como la Exposición
    Universal de Londres.

    En el siglo XX, la producción en serie ha logrado
    poner diseños de alta calidad al alcance de millones de
    personas, y los diseñadores han alcanzado una
    posición y un prestigio que antes estaba reservado
    únicamente a los artistas. Los museos y las instituciones,
    como legitimadoras de muchos de los fenómenos
    artísticos y destinados a la divulgación del arte
    en general, han abierto sus perfiles, exigiendo del
    público una mirada más contemplativa y esto a su
    vez ha generado una nueva sensibilidad estética hacia el
    diseño en general y a los diseñadores como
    creadores.

    La creación de museos como el Vitra de Alemania y
    la proliferación de museos específicos de
    diseño en Europa y Estados Unidos, así como la
    relativamente reciente inserción de exposiciones de
    diseño en museos como el MOMA de Nueva York, el Guggenheim
    de Bilbao y New York o el Reina Sofía de España,
    nos dan una idea de la importancia que ha tomado el diseño
    tanto en la sociedad actual, como en los procesos creativos del
    momento. Los nuevos lenguajes del arte y las confluencias
    discursivas de los diversos medios de expresión, han
    estimulado la creación de Instituciones que tienden hacia
    la interdisciplinariedad, palabra clave para la
    comprensión de los procesos culturales de hoy, y han
    propiciado muestras expositivas de amplio perfil.

    En Latinoamérica, el Museo de Arte y
    Diseño Contemporáneo de San José, Costa
    Rica, logra situarse como centro de referencia del arte y
    diseño centroamericano y como un lugar de confluencias
    artísticas y apertura multidisciplinaria. Su particular
    interés en las relaciones e integración entre el
    arte y el diseño, genera la muestra Dis+Art+Tec,
    actualmente en su 6ta edición, como una propuesta
    discursiva entre el diseño, el arte y la tecnología
    y logra, a través de sus propuestas, vincular los
    lenguajes estéticos contemporáneos, considerando al
    diseño una derivación del mismo y, a la par, de las
    manifestaciones artísticas de hoy.

    En Venezuela, este movimiento no pasó
    desapercibido, y desde muy temprano se desarrolló el
    diseño en torno a la integración del trabajo de
    artistas como Cruz Diez, Manaure, Nedo y Leufert, cuya
    producción lindaba, en palabras de críticos de su
    época como Marta Traba, con lo artístico. Ello
    originó una temprana labor expositiva de diseño
    desarrollada a partir del Museo de Bellas Artes de Caracas
    (1960), la cual se extiende hasta la actualidad de mano de
    Instituciones como el Centro de Arte la Estancia o el Museo de la
    Estampa y el Diseño Carlos Cruz Diez.

    Recientemente, la necesidad de relaciones entre las
    artes y los diseños, no sólo se enmarca dentro de
    los trabajos de los museos o de las producciones de ciertos
    artistas o diseñadores, sino que también, se lleva
    a cabo con proyectos interdisciplinarios desarrollados por
    estudiantes y profesores dentro del contexto universitarios de la
    ciudad de Mérida. Los proyectos Gris y
    Ciudad, desarrollados durante el año 2003, logran
    situarse como producto de la confluencia de varios campos, como
    la Historia del Arte, el Diseño y las Artes visuales, ante
    la necesidad práctica de obtener mejores resultados en sus
    diversas áreas, convirtiéndose así, en
    proyectos de índole interdisciplinarios que lograron
    desarrollar a nivel de procesos, una real integración
    práctica y conceptual.

    Este trabajo no se presentó como una
    intención de compilar las numerosas definiciones de los
    diseños, ni tampoco realizar un estudio crítico de
    ellas, pues es una actividad compleja y vasta; trató en
    cambio de reconocer las vinculaciones existentes entre el
    diseño y el arte, vistos a través de un panorama de
    la historia del diseño y la historia del arte, unificados,
    y de hacer un especial énfasis en las figuras de los
    museos como reconocedores de las dimensiones estéticas del
    diseño y la manera en las que éstos los han
    mostrado desde sus inicios y hasta la actualidad.

    Con esta revisión histórica, se
    intentó hacer un acercamiento de facto al contexto que
    permitió mostrar, en cada caso, las relaciones, las
    realidades expositivas, los proyectos recientes, las
    vinculaciones e integraciones entre las disciplinas del
    diseño y las tradicionalmente
    artísticas.

    En general, se logró describir el contexto del
    origen del diseño como disciplina, ligado al elemento
    artístico y a algunos aspectos importantes que le
    impulsaron dentro de la historia del arte, con una particular
    mirada hacia los contextos museísticos, como legitimadores
    de los discursos estéticos y artísticos. A
    través de la descripción de movimientos
    artísticos y del contexto en general, se logró
    situar un panorama estructural para la comprensión de las
    posibles relaciones históricas del
    diseño.

    La reflexión acerca de estas conexiones
    (arte-diseño), intenta crear algunas bases para el
    desarrollo de posteriores investigaciones que consideren otros
    tipos de relaciones estético-artísticas o que
    ayuden a establecer una teoría del arte en relación
    al fenómeno estético de los diseños y sus
    actuales vinculaciones con las estéticas
    contemporáneas y otros elementos como lo
    tecnológico, lo masivo o lo identitario.

    La indefinición del diseño y sus
    vinculaciones a las artes, las artesanías, la
    tecnología entre otros, no se sitúa como un
    problema. Dentro de este trabajo se trató de destacar los
    hechos que, aún en la actualidad, suponen esa
    indefinición, señalando lo común con otros
    fenómenos. Sin embargo, definir un fenómeno por sus
    analogías o diferencias se hace complejo cuando nos
    referimos al artIe y al diseño, pues es intrínseco
    a ellos su indefinición y su carácter
    múltiple en constante revisión y
    redimensionamiento. Por ello, se trató de generar una
    dialéctica entre dos elementos considerados separadamente,
    para establecer por medio de los componentes desarrollados,
    puntos de relaciones a través de la historia del arte y de
    la visión hacia los museos, las exposiciones y proyectos
    recientes de carácter interdisciplinarios como
    experiencias comprobadas y como reflejo de los planteamientos
    surgidos en torno a la experiencia práctica dentro del
    contexto de un Museo de Arte y Diseño
    Contemporáneo.

     

      

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    www.objetual.ve

     

    Realizado por: Carolina del V.
    Rodríguez Cerrada

    Descripción: Investigación
    realizada como parte del trabajo de pasantías
    desempeñado en el Museo de Arte y Diseño
    Contemporáneo de San José, Costa Rica. Publicada
    sin el informe de
    actividades de pasantías (I parte).

    Realizado para Optar al Título de Licenciada
    en Letras Mención Historia del Arte
    en la Universidad
    de Los Andes, Venezuela.

    Obtuvo mención publicación.

    Fecha: Abril de 2004

    Contactos: ,

     

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