Medición y valoración de activos intangibles en los estados financieros. Caso: empresas de la industria biotécnica
- Objetivos
- Estructura del trabajo de
investigación - Activos
Intangibles - Sector
Biotécnico - Bibliografía
El propósito fundamental del trabajo de
investigación consiste en abordar la
medición y valoración de los activos
intangibles en los Estados Financieros. En el mismo se expone la
oportunidad que tiene la Contabilidad
de abordar este tema como una necesidad de información de sus usuarios. También
se tocan los temas de cómo identificar estos activos,
cómo medirlos y cómo contabilizarlos.
Adicionalmente, es objeto de la investigación,
proponer herramientas
para comenzar a informar en los estados de resultados los
recursos
intangibles que no son actualmente reconocidos. Para esto, se
toma como caso de estudio un grupo
seleccionado de empresas de la industria biotécnica
destacándose de entre éstas la empresa
Zeltia, debido a que estas empresas son, en opinión del
autor del presente trabajo, representativas del sector de la
Nueva Economía, en el que los activos intangibles
son de importancia capital.
En años recientes, la contabilidad de activos
intangibles se ha convertido en un problema creciente que ha
enfrentado a los profesionales de la contabilidad alrededor del
mundo. Esto ha quedado evidenciado en el debate acerca
del tratamiento de ítems específicos en los estados
financieros, tales como las marcas, los
depósitos de reserva de los bancos, el
conocimiento o la satisfacción del cliente, entre
otros (Morgan, 1991; Thornton, 1989; Moorhouse, 1990; Woolf,
1989; Serrano y Chaparro, 2001).
Las empresas que compiten en el mundo de los negocios de
alta tecnología, incurren en gastos crecientes
en publicidad,
investigación y desarrollo,
recursos
humanos especializados en habilidades específicas y
otras actividades, los cuales son frecuentemente difíciles
de identificar y valorar en un momento del tiempo como
"activos" individuales. Incluso una marca que sea
sinónimo de alta calidad o
servicios
especializados, puede ser una fuente de lealtad del consumidor, con
su consecuente demanda
cautiva y, en este sentido, es un activo valioso aunque pudiera
no estar claro como será declarado o presentado en los
estados financieros de la empresa.
Hodgson, Okunev y Willet (1993), sostienen que
según las normas contables,
estos ítems ciertamente parecen caer dentro de la
definición de activos contables, de los cuales se espera
que beneficien a la empresa en el futuro (FASB, 1980, paras.
19-20; RAF, 1987 (a), para. 7).
Guilding y Pike (1990) opinan que en muchas empresas,
los activos intangibles son percibidos como de mayor importancia
que los tangibles. Sin embargo, frecuentemente se expresa
inquietud en la prensa financiera
sobre los métodos de
valoración que deben ser aplicados o, incluso, sobre la
existencia de algunos activos intangibles.
De aquí se deduce que, cada vez y con más
frecuencia, se encuentren casos en los que se haga necesario
realizar una adecuada valoración de los activos de
propiedad
intelectual e industrial que posee una empresa, con
el propósito de enfrentar adecuadamente diversas
situaciones, tales como utilizar una marca para propósitos
financieros o cuando, simplemente, lo que se intenta es comprar o
vender una marca por el mejor precio de
mercado.
Según Pucich, Monzón y Sosisky (2001),
actualmente, han surgido necesidades de información que no
son resueltas por los estados contables tradicionales. Entre
ellas se pueden citar la información sobre los riesgos a que
está sometida la empresa, los recursos humanos e intelectuales,
el impacto medioambiental de sus actividades y las impresiones de
los clientes sobre la
calidad de los productos que
ofrece la empresa al mercado. Por otra parte, se advierte que
ciertos recursos de naturaleza
intangible son los mayores generadores de ingresos para
la
organización, pues los recursos estratégicos ya
no son sólo los recursos físicos, sino las ideas y
el conocimiento
que se originan en la mente del equipo humano que trabaja en
determinada organización.
En particular, las empresas de computación, telecomunicaciones, biotécnica y software, donde las inversiones en
investigación y desarrollo son significativas, reflejan
bajos índices de rentabilidad
promedio, pero, a pesar de ello, el mercado decide invertir en
ellas. Esto significaría que estas empresas están
siendo sistemáticamente subvaluadas desde el punto de
vista contable y su costo contable
sería muy alto. (Pucich y otros, 2001, p. 1)
En nuestra opinión y en concordancia con autores
como Pucich y otros (2001), esta situación
afectaría el crecimiento de las empresas de la Nueva
Economía, si todas las decisiones de los inversores se
basasen en la información que suministran los estados
contables. Sin embargo, la evidencia empírica del comportamiento
del mercado de
valores y la opinión de Pucich y otros (2001), en cita
textual, se tiene que: "sabemos que esto no es así, los
inversores recurren a otros canales de información a
efectos de conocer acerca de los aspectos precedentemente
indicados". (p. 1)
Los administradores de las empresas siempre han
gestionado los recursos intangibles, no es algo nuevo. La novedad
es el intento de ponderarlos y registrarlos contablemente;
podría decirse que para el administrador es
más difícil medirlos y contabilizarlos que trabajar
con ellos.
Una limitación que el sistema contable
actual tiene ante esta cuestión es que captura y procesa
datos
esencialmente relacionados a transacciones y hechos del contexto
que afectan el patrimonio de
la organización, pero con los recursos de conocimiento, el
valor se crea
o se destruye sin que haya de por medio ninguna
transacción. Cuando una droga pasa las
pruebas
clínicas o un software aprueba un beta-test, se crea
valor, pero no hay ninguna transacción. También se
crea valor y no hay ninguna transacción de por medio, si
una empresa grande y antigua "llega tarde" a pensar en adoptar
como canal de distribución el comercio
electrónico.
La importancia o justificación del estudio sobre
los activos intangibles, se encuentra en la llamada "Nueva
Economía", el tratamiento que la contabilidad le ha dado a
los activos intangibles, los mercados de
valores y la
contabilidad, la respuesta de los organismos reguladores
internacionales y el enfoque que le dan otras disciplinas al tema
de los activos intangibles.
En lo que se refiere a la Nueva Economía, se
tiene que éste es un nuevo sector industrial formado por
la convergencia de empresas del ramo de la computación,
las comunicaciones
y el contenido, en el que se refleja el impacto que ha tenido en
la economía la entrada de los avances
tecnológicos y los medios masivos
de comunicación.
Esta nueva industria está cambiando la manera de
hacer negocios y el comercio, que pasa ahora a apropiarse de
tecnologías que le permiten mayor alcance y lo
transforman. Dichos avances crean nuevas oportunidades de
negocio, facilitan y hacen más rápidas las
oportunidades de generar valor y aceleran la velocidad de
las transacciones en el mundo. Los cambios que marcan la nueva
economía tienen que ver, básicamente, con la
posibilidad de superar limitaciones de tiempo y de
espacio.
Según Serrano y Chaparro (2001), la
justificación de la preferencia de los inversionistas por
empresas del sector de la Nueva Economía como Terra
Networks S.A., se podría encontrar en sus importantes
activos intangibles, los cuales no se reflejan en su Balance y
Cuenta de Resultados. Estos intangibles son su marca líder
en España
y Latinoamérica y sus recursos humanos
formados por verdaderos expertos en el negocio.
Otra razón que justifica el estudio de los
activos intangibles y el tratamiento que le ha dado la
contabilidad es lo que sostienen Serrano y Chaparro (2001) como
una "contabilidad de activos tangibles". Según estos
autores, a lo largo de los últimos siglos, los esfuerzos
de académicos y profesionales de la Contabilidad han
perfeccionado los sistemas
contables logrando planes de cuentas muy
detallados para estos activos. Existe abundante bibliografía contable que
trata aspectos, incluso muy específicos, que afectan al
inmovilizado material, las existencias o los efectos comerciales
a pagar, por ejemplo.
Un panorama totalmente distinto es el que concierne a
los activos intangibles. Poca atención se ha prestado a estos activos, a
excepción de unos pocos, tales como el fondo de comercio,
los gastos en investigación y desarrollo o la propiedad
industrial. Esto, a pesar que en muchas empresas, el valor de
estos activos intangibles y otros que no se contabilizan, es muy
superior al de sus bienes
tangibles.
Una tercera razón que justifica la importancia
del estudio planteado es la disparidad existente entre los valores
asignados por los mercados de valores y por los libros
contables a determinadas empresas. Aunque esta diferencia siempre
ha existido, en los últimos años la brecha se ha
ampliado. En promedio, para los valores del índice Dow
Jones Industrial, el ratio de valor de mercado a valor en libros
es de 5. En algunos casos, se trata de diferencias verdaderamente
espectaculares, como es el caso de Yahoo, o Terra
Network.
De acuerdo con Brooking (1997, p. 24), en un estudio
realizado sobre 226 empresas británicas, el 76% de ellas
no había asignado ningún valor a sus activos
inmateriales y la mayoría de las que lo hicieron, el
restante 24%, se referían al fondo de comercio generado
por fusiones y
adquisiciones.
De aquí se deduce que cada vez la Contabilidad
explica menos el mercado. Con estas premisas, son lógicos
los resultados del estudio realizado por Lev (1997), en el que
pone de manifiesto que si en los años 60 y 70 alrededor
del 25% de las diferencias en los cambios de las cotizaciones de
las acciones
podían atribuirse a diferencias en los beneficios
publicados, en los 90, sólo el 10% de estas diferencias es
explicada por la publicación de beneficios. En otras
palabras, cada vez la contabilidad explica menos los movimientos
del mercado bursátil.
Como cuarta razón que apoya la importancia del
presente estudio se encuentra la respuesta de las Normas de
Contabilidad al asunto de los Activos Intangibles. En septiembre
de 1998, la Comisión de Normas
Internacionales de Contabilidad, IASC, presentó
la Norma Internacional Contable IAS 38, la cual aborda la
contabilidad y divulgación de activos intangibles. En
opinión de Serrano y Chaparro (2001), esta norma sigue una
línea muy conservadora, alejada de los planteamientos de
otras disciplinas o de la propia IFAC, la
Federación Internacional de Contables, que está
sugiriendo ideas verdaderamente novedosas.
La Federación Internacional de Contables, IFAC,
ha emitido, también en la misma fecha, septiembre de 1998,
un interesante documento que recopila los aspectos clave de la
valoración del capital
intelectual. El documento expone los desafíos y
oportunidades que para los contables puede suponer identificar y
valorar el capital intelectual, para desarrollar la planificación, control,
información y auditoria. El estudio reconoce que la
contabilidad del capital intelectual requerirá la
invención de nuevos conceptos y prácticas
contables.
Como última razón para justificar el
estudio, se tiene el enfoque de otras disciplinas como la
Economía de Empresa, las Ciencias de la
Computación o la Sociología de Empresa. La Economía
de Empresa, con la llamada Gestión del
Conocimiento, aborda la gestión
del capital intelectual, la capacidad de innovación, la imaginación, el grado
de satisfacción de los clientes o la capacidad de aprendizaje y
motivación
de los empleados. Con frecuencia, cita ejemplos de empresas de
éxito
que destacan más por sus activos intangibles que por su
activo fijo o su estructura
financiera.
Las Ciencias de la Computación también
están creando nuevas herramientas informáticas que
tratan de administrar, compartir y canalizar tanto la
información real como el conocimiento intangible de la
empresa, de forma que éstos fluyan en la
organización. Esto se ha hecho integrando el conocimiento
intangible de la empresa en aplicaciones como las Intranet,
Groupware, Data Mining, Knowledge Data Base, gestión de
documentos,
etc.
El análisis de los activos intangibles es
también un área de interés
prioritario en otros campos como la Sociología de Empresa,
por cuanto involucra gestión de recursos
humanos.
Resulta pertinente que destaquemos en este punto la
razón que nos motivó a trabajar con el Sector
Biotecnológico. El hecho de vivir en una sociedad en
transición entre la clásica producción industrial a la
producción basada en los servicios, ha llevado aparejada,
como consecuencia del desarrollo
técnico-científico, el nacimiento de nuevas
tecnologías. La aplicación tecnológica
de estos avances, en el campo de ciencias de la vida, ha dado
nueva vigencia al término biotecnología, término que engloba
el conjunto de tecnologías que utilizan el potencial de
los seres vivos para la obtención de bienes y
servicios.
La ciencia y la
tecnología ayudaron a revolucionar la agricultura
del siglo XX en muchas partes del mundo. Nuestro Trabajo pone de
relieve
cómo los avances de la biotecnología pueden ser
adaptados para beneficiar a los países en desarrollo en el
siglo XXI. Dentro de una política de apoyo y
un medio ambiente
regulador, la biotecnología encierra un enorme potencial
para crear cultivos que resistan condiciones climáticas
extremas, enfermedades y plagas; que
requieran menos substancias químicas; y que sean
más nutritivos para los seres humanos y el ganado que los
consumen.
Dado que es un sector productivo cuyo trabajo se basa en
la producción de conocimiento, su basamento principal es
la Investigación y Desarrollo, por lo que cabe suponer que
su componente de Activos Intangibles es muy importante. Esta
viene a ser una importante razón por la cual hemos
escogido el sector biotecnológico para fundamentar nuestro
estudio.
Por otra parte, la innovación en el terreno de la
tecnología y genética
ha generado, en los últimos años, un profundo
debate sobre la ética, la
legalidad y
la ciencia en
la aplicación de los procedimientos de
la medicina
reproductiva al ser humano. Las asociaciones profesionales de
médicos, de investigadores y las instituciones
que promueven la investigación, así como comisiones
políticas y jurídicas enriquecidas
con la aportación de juristas, sociólogos,
psicólogos y teólogos, han intentado abordar toda
la temática con una discusión ética de
amplio espectro, guiada por un compromiso ético y
jurídico asumido por científicos y
médicos.
Dicho lo anterior, queremos delimitar nuestra
investigación. La Biotecnología trae consigo una
discusión ética sobre los medios y los usos de las
innovaciones producidas por ella. Sin embargo, conviene
establecer que nuestro trabajo solamente se refiere a la
identificación, medición, valoración y
contabilización de los activos intangibles de la industria
biotécnica, de la cual es importante creadora, puesto que
es un sector basado en el conocimiento, en investigación y
desarrollo.
Por las razones antes expuestas, centramos nuestra
investigación en el análisis de los Activos
Intangibles y la respuesta que ha dado la contabilidad
tradicional a este rubro que añade valor cada vez
más valor a las empresas en el Siglo XXI y entre ellas, el
cada vez más importante sector
biotecnológico.
Una vez especificados los aspectos de principal
importancia sobre los cuales deseamos hacer aportaciones
interesantes, el propósito central de nuestra tesis doctoral
es analizar la medición y valoración de activos
intangibles en las empresas de la industria biotécnica,
específicamente de la empresa Zeltia, S.A., a
través del estudio de caso, analizando la
información contable de la empresa durante un
período de seis años (1998-2003) y proponer
herramientas para su registro
contable. Para el logro de este objetivo,
debemos abocarnos a la consecución de los siguientes
sub-objetivos:
- Plantear las nuevas necesidades de información
relacionadas con los activos intangibles en las empresas del
Sector Biotécnico. - Identificar y medir los activos intangibles de las
empresas del sector biotécnico. - Analizar el tratamiento contable que de sus activos
intangibles hacen las empresas pioneras en esta
práctica. - Realizar un análisis empírico del
tratamiento contable de los activos intangibles de las empresas
de la Industria Biotécnica. - Proponer herramientas para el tratamiento contable de
los activos intangibles en las empresas del sector
biotécnico.
Con lo anterior, pensamos que los principales aportes de
nuestra tesis doctoral
giran en torno a los
siguientes aspectos:
- Identificación, medición y
valoración de los activos intangibles de las empresas de
cualquier sector. - Identificación de los activos intangibles de
las Empresas del Sector Biotécnico. - Herramientas para el tratamiento contable de los
activos intangibles de las empresas del sector
biotécnico, aplicables a las empresas pertenecientes a
la nueva economía. - Arrojar luces sobre la utilización del
método del caso como estrategia de
investigación en el área empresarial.
ESTRUCTURA DEL TRABAJO DE
INVESTIGACIÓN:
Para la consecución de los objetivos planteados,
hemos estructurado el Trabajo en
cinco capítulos:
En el primer capítulo, nos concentramos en los
activos intangibles, los cuales abordamos de manera
teórica y contable, con el propósito de esclarecer
sus características, y establecer, sin lugar a dudas,
aquello que los diferencia de otros tipos de activos. En este
capítulo, además abordamos algunas nociones
teóricas sobre los activos intangibles; su
identificación contable y su valoración y
medición, así como empresas pioneras en la
presentación de resultados contables que incluyen sus
activos intangibles (Capítulo 3).
En el segundo capítulo, describimos las empresas
del sector biotécnico, para lo cual definimos la nueva
economía y las características que diferencian a
las empresas biotécnicas del resto de las empresas.
Además dedicamos algunas secciones al análisis
contable y empírico de los activos intangibles en las
empresas del sector biotécnico.
El tercer capítulo de nuestro trabajo lo hemos
dedicado al análisis de estudios de carácter empírico realizados por
diversos autores hasta la fecha. La intención de este
capítulo es aportar un resumen de los estudios
empíricos realizados especialmente por autores como
Brooking (1997) y Lev (1997), con la idea de clarificar
cómo ellos llegaron a las conclusiones que nos presentan.
Sin embargo, resulta conveniente aclarar en este punto que
nuestro estudio toma como metodología el "estudio de caso", el cual
consiste en analizar exhaustivamente una sola empresa, en este
caso Zeltia, S.A., para así analizar su tratamiento de los
activos intangibles, por lo que este capítulo
tendrá un enfoque prominentemente
teórico.
En el capítulo cuatro, analizamos la
metodología que seguimos para lograr nuestros objetivos.
En ella se detalla la metodología del estudio de caso,
utilizada frecuentemente para abordar temas empresariales. Es
importante destacar que el método del caso enfrenta
importantes críticas, pero también goza de
partidarios entusiastas en su utilización. De esta manera,
lo utilizaremos en esta investigación con un sentido
crítico y pretendiendo aportar luces sobre su
utilización. En este capítulo, también
procedemos a aplicar el método del caso a Zeltía,
S.A. y así, presentamos el "Caso Zeltia, S.A.".
Las conclusiones y recomendaciones se presentan en la
quinta parte de este trabajo, complementadas con las referencias
bibliográficas y anexos que, pensamos, pueden servir para
complementar la información presentada en este
estudio.
CAPÍTULO 1: Activos
Intangibles
Este capítulo tiene como objetivo
determinar que son los activos intangibles, cómo se
definen y cómo pueden clasificarse. En el mismo,
analizaremos la naturaleza de los activos intangibles y su
relevancia en la utilidad
de la información contable, en la valoración
de la empresa, en el desarrollo de ventajas competitivas y
en la formación de precios
de mercado.El valor de las empresas en la actualidad, tanto
en el sector industrial como en el de comercio o servicios,
no reside solamente en sus instalaciones, maquinaria o
edificios, sino en aspectos inmateriales como la capacidad
de desarrollar relaciones estables con sus clientes y
conseguir su fidelización, su capacidad para
innovar e introducir nuevos productos o servicios al
mercado, o la competencia técnica y motivación de su personal. Por ello, es que se puede afirmar
que el valor de las empresas en la actualidad viene dado
por el conjunto de sus activos tangibles y el de sus
intangibles.En los últimos años, han surgido
diversas definiciones y clasificaciones de activos
intangibles con el propósito de ofrecer una mejor
comprensión del concepto,
alcanzar una valoración fiel de las inversiones en
estos activos y promover la
comunicación entre investigadores, directivos de
empresas, usuarios de la información contable y
organismos emisores de normas contables.- Identificación y Medición de
los Activos Intangibles - Definición de
Activos Intangibles
En cuanto a la definición de Activos Intangibles,
a continuación podemos citar a varios autores. En primer
lugar, se encuentra el concepto de Sosa Gómez (2002). Dada
la gran diversidad de activos intangibles, este autor identifica
como tales aquellos que realmente representan agregación
de valor a la empresa.
Vargas Montoya (2000), los denomina Recursos
intangibles: aquellos que no tienen soporte físico, lo
que hace muy compleja su identificación y
valoración.
Según Navas y Guerras
(1998), sus características básicas son las
siguientes:
- Son activos que se sustentan en
información. - Esta información no es siempre
codificable. - Los derechos de propiedad de
estos recursos no siempre están bien
definidos.
Dentro de este tipo de recursos, se puede distinguir
entre recursos intangibles humanos (en función de
que estén vinculados al factor humano que forma parte de
la organización) y recursos intangibles no
humanos.
Sin embargo, como señala Fernández (1996),
la empresa es algo más que la suma de recursos tangibles e
intangibles. Los recursos suelen utilizarse de forma combinada,
mediante el desarrollo de complejos patrones de interacción entre ellos y, en concreto,
entre los miembros de la empresa; lo que da lugar a la
aparición de capacidades específicas derivadas de la
explotación conjunta de diversos recursos.
Las capacidades están basadas en el desarrollo,
flujo e intercambio de información entre los miembros de
la empresa (Amit y Shoemaker, 1993); y se traducen en conjuntos
complejos de rutinas organizativas, ordenadas
jerárquicamente, que determinan qué hacer y
cómo (Nelson y Winter, 1996).
Estos activos se caracterizan por su naturaleza
intangible y colectiva. Dietrickx y Cool (1989) distinguen entre
flujos y stocks, de acuerdo con una clasificación
coincidente con la terminología de recursos y capacidades.
Los recursos son los stocks disponibles en un momento dado,
mientras que las capacidades son flujos que permiten la
acumulación de recursos.
Según otros autores, los activos intangibles son
el resultado de la incorporación de la información
y el conocimiento a las distintas actividades productivas de la
organización (Itami, 1994; Bueno, 1998).
Vargas Montoya (2000), afirma, por tanto, que el
conocimiento constituye un factor clave en la construcción de ventajas competitivas
debido a que, tanto los recursos intangibles como las capacidades
que los movilizan, son formas de conocimiento con diferentes
grados de especificidad, codificabilidad y complejidad
(Fernández, 1996).
Para Pucich y otros (2001), los recursos intangibles:
"son considerados activos cuando hayan sido comprados,
desarrollados internamente o adquiridos de cualquier otra forma,
no debiendo ser incorporados como tales si son resultado de
apreciaciones subjetivas de cualidades productivas de la misma".
(p. 11)
Por otro lado, su intensidad de conocimiento les otorga
una serie de condiciones idóneas para convertirlos en
activos escasos y valiosos y difícilmente imitables por
terceros (Camisón, 1999). En concreto, interesa destacar
que los activos intangibles:
Se construyen y acumulan a través del tiempo a
partir de la experiencia de la empresa. Esto sucede
especialmente con las capacidades, debido a que su proceso de
acumulación hace compleja su imitación y reproducción por parte de otros
competidores (Reed y De Fillipi, 1990). El proceso de
formación de estos activos, además de ser largo,
tiene asociados resultados inciertos que exigen, en muchas
circunstancias, la realización de inversiones
irrecuperables.
Son "bienes públicos". A diferencia de los
activos físicos que se deprecian con el uso, los activos
intangibles se caracterizan por ser "bienes públicos".
Itami (1994), se refiere a esta característica como
"ventajas gratuitas". En otras palabras, los activos intangibles
pueden ser utilizados por otros departamentos de la empresa sin
costo adicional. Son susceptibles de uso sin merma de su valor
por parte de la empresa que los ha acumulado (Camisón,
1999; Itami, 1994; Porter, 1991) y pueden ser utilizados en
múltiples actividades al mismo tiempo (Ventura, 1996). En
este tipo de activos, reside la capacidad de la empresa para
generar sinergias y, a partir de ellas, mejorar su
posición competitiva (Salas, 1996).
Son activos poco transparentes y sus costes de
imitación pueden ser elevados, especialmente aquellos
que se encuentran protegidos por la ambigüedad causal,
derivada de su naturaleza tácita que hace muy compleja su
relación con los resultados de la empresa. Su
adquisición en un mercado organizado es muy compleja. Su
transferibilidad se ve reducida por el elevado grado de
co-especialización con otros recursos de la
empresa.
Generan importantes externalidades y sinergias,
las externalidades derivadas de los recursos intangibles pueden
influir de forma positiva tanto sobre los competidores, como por
ejemplo, la inversión en publicidad con el incremento
de la demanda global del producto y de
las ventas a todos
los productores de la industria; como sobre la propia empresa,
como el caso de la extensión de marca. Según Vargas
Montoya (2000), en la capacidad de generar sinergias radica el
importante papel de los recursos intangibles a la hora de
explicar los procesos de
crecimiento empresarial.
Las características que acabamos de enumerar, son
precisamente las que permiten que los activos intangibles
constituyan una fuente importante de ventajas competitivas para
la empresa, porque se trata de activos valiosos, escasos, poco
imitables por terceros y difícilmente transmisibles en el
mercado.
En cuanto a su clasificación, veremos una
primera clasificación la cual corresponde a Vargas
Montoya (2000), quien separa a los activos intangibles de
acuerdo a cuatro criterios, a saber: según su
origen, según se puedan o no separar del individuo que los creó, según
su defensa legal y según la transparencia de la
información sobre la cual se basan los recursos. El
autor citado ha construido su clasificación de
activos intangibles integrando las aportaciones de diversos
autores, agrupándolos siguiendo los cuatro criterios
fundamentales de clasificación ya
mencionados:1) Según su origen: En
función del origen de su naturaleza,
distinguiremos entre recursos humanos y no humanos. Dentro
de los recursos no humanos, podemos distinguir recursos
tecnológicos, comerciales y
organizativos.2) Separables del Individuo que los
creó: En función de la posibilidad que al
activo se lo pueda separar o no del individuo o individuos
que los crearon.3) Defensa Legal: En función de la
posibilidad de defensa legal ante el uso exclusivo del
bien.4) Transparencia de la Información:
Este aspecto está relacionado con el grado de
transparencia u opacidad de la información sobre la
que se basan los recursos.Los cuatro criterios de clasificación se
recogen, de forma conjunta, en la siguiente
tabla.Cuadro Nº 1. Clasificación de
los Activos Intangibles.Recursos intangibles
No separables del
individuo(Recursos humanos)
Separables del individuo
Defendibles en un contexto
legal(Recursos con opacidad
voluntaria)Beneficios del capital
humano apropiables pormedios
legales(Recursos tecnológicos)
(Recursos conopacidad
voluntaria)PatentesSecreto industrial
(Recursos comerciales)
(Recursos transparentes)
Imagen corporativa y
reputaciónMarcas
Nombre comercial
Rótulo del
establecimientoNo defendibles en un
contexto legal
(Recursos conopacidad
intrínseca)Beneficios del capital
humano no apropiables
por medios legales
(Recursos organizativos)
Rutinas organizativa
Cultura empresarial
(Recursos comerciales)
Clientes
Proveedores
Fuente: Vargas Montoya, 2000, p. 8
- Clasificación de los Activos
Intangibles. Primer Criterio - Clasificación de Activos
Intangibles. Segundo Criterio:
El segundo criterio de clasificación es la que
proponen los autores Serrano y Chaparro (2001), según los
cuales los activos intangibles se pueden agrupar en activos
intangibles de Recursos Humanos, de organización interna y
de estructura externa.
Activos Intangibles de Recursos Humanos,
según se refieran a las aptitudes y conocimiento de los
recursos humanos de la empresa.
Activos Intangibles de Estructura Interna, como
la capacidad de los sistemas de
información de que dispone la empresa; o
Activos Intangibles de Estructura Externa, como
la clientela o las marcas.
A continuación, describimos cada clase de
activo intangible y exponemos una serie de indicadores
propuestos por Pucich y otros (2001) para cada uno de
ellos.
1) Activos Intangibles de Recursos
Humanos
1.1) Conocimientos y habilidades de los
empleados. Dentro de los Activos Intangibles de Recursos
Humanos, los más importantes son los conocimientos y
habilidades de los empleados. Para medirlos, puede utilizarse el
nivel de titulación alcanzada, las cualificaciones
profesionales y los conocimientos técnicos. Como en la
plantilla se producen altas y bajas, es frecuente presentar estos
datos en forma de incremento o disminución.
Otros indicadores utilizados para identificar y medir
este tipo de activos intangibles son los años de
experiencia profesional y, en este caso, se pueden distinguir
aquellas actividades que han supuesto un reto y, por tanto, se ha
obtenido un aprendizaje. Existen indicadores del gasto que
realiza la empresa en capacitación y el tiempo que dedican los
empleados a esta actividad. Para medir la eficiencia, se
utiliza el valor añadido por empleado. Es frecuente
obtener indicadores de estabilidad como índices de
rotación de los empleados o el número medio de
años que permanecen en la empresa.
Otros activos intangibles son los valores, actitud y
motivación de los empleados. Se estudia el comportamiento
de los empleados más brillantes y se calcula el valor de
mercado de su producto.
1.2) Índice de Capital
Humano. Para medir la satisfacción de los
empleados pueden utilizarse encuestas, que
pueden ser internas o realizadas objetivamente por empresas de
consultoría tales como el Swedish Institute
of Public Opinion Research, el cual a través de este medio
obtiene un Índice de Capital Humano. Este
índice trata de medir la capacidad global de los empleados
para crear valor. Son también populares los tests o
cuestionarios de evaluación
de la
personalidad.
La creatividad,
liderazgo y
capacidad de gestión de los directivos es un activo
intangible muy importante. Empresas como Microsoft
dependen mucho de la capacidad de su líder. En una
auditoria de activos intangibles es importante detectar la
existencia de personas insustituibles -directivos,
técnicos, informáticos, etc.-, cuya pérdida
causaría un importante perjuicio a la
organización.
Pucich y otros (2001) proponen los siguientes
indicadores específicos para medir los activos intangibles
relacionados con recursos humanos, así:
- Porcentaje de empleados que saben cuál es
su trabajo y conocen de que modo contribuyen a la
consecución de los objetivos de la
organización. - Existencias de políticas de promoción, ascenso y recompensa a los
empleados por la utilización de sus conocimientos y
habilidades, por sus conexiones, por potenciales clientes y por
innovaciones que propongan y resulten en un beneficio para la
empresa. - Porcentaje de empleados que posean título
universitario, terciario, secundario. Este indicador
permitiría informar acerca de la evolución de la capacitación de
los recursos humanos de la organización y el nivel de
motivación para el progreso. - Bajas voluntarias sobre número de
empleados. Este indicador mide la rotación del
personal. - Quejas del personal sobre número de
empleados. Tanto si se quejan por que hay "demasiados
empleados" como si hay "muy pocos" empleados. - Sugerencias del personal sobre número de
empleados.
2) Activos Intangibles de Estructura
Interna
Los activos intangibles de estructura interna se
refieren a la estructura organizativa formal e informal, a los
métodos y procedimientos de trabajo, a los sistemas de
dirección y gestión, la cultura de la
empresa y la filosofía de gestión. El
análisis de la cadena de
valor proporciona una guía para su medición.
Los más comunes son la organización de los sistemas
de información y los índices relacionados con la
investigación y desarrollo que realiza la
empresa.
2.2) La organización de los sistemas de
información. La empresa puede tener un activo
intangible en la organización de sus sistemas de
información, software, bases de datos o el uso eficiente
de tecnologías de la comunicación. Podemos comparar
el uso diferente que dos empresas o personas hacen del mismo
equipamiento informático: para unos puede ser una carga:
"la informática es un problema, no puedo
obtener un simple informe", dicen,
mientras que para otras puede ser una ventaja estratégica,
un activo.
Para valorar su capacidad, se utilizan indicadores que
analizan la utilización de la tecnología de punta
en la empresa, el uso de Intranet, Extranet,
sistemas EDI (Electronic Data Interchange), los beneficios que se
obtienen de estos sistemas, etc.
2.3) Investigación y desarrollo. La
investigación y desarrollo es también un activo
intangible para la empresa. Es uno de los que ya se recoge en la
contabilidad, aunque desde la perspectiva del capital intelectual
se critican sus normas de valoración. Se incluyen
también los activos intelectuales de propiedad intelectual
como las patentes, copyrights, diseños, secretos. Se
pueden obtener bastantes indicadores como el número de
patentes y su coste de mantenimiento,
el porcentaje de recursos que destina la empresa a
Investigación y Desarrollo (I+D) o su incremento, el
porcentaje de I+D dedicado a investigación básica,
etc.
Pucich y otros (2001) proponen como indicadores de
estructura interna aquellos que miden el aprovechamiento de la
tecnología de información y los indicadores de
innovación.
Indicadores que miden el aprovechamiento de tecnología
de la información:
- Fechas de actualización de las bases de
datos de los clientes. Dado que las mismas carecen de valor
si no se mantienen actualizadas, la que contendrá el
perfil de nuestros clientes, su profesión, sus lugares
de fin de semana, sus pasatiempos, sus preferencias con
respecto a bienes del hogar, entre otros. Este indicador
podría informar acerca de la intención de una
empresa de conocer las necesidades de sus clientes. - Grado de conocimiento de tecnologías de
información por parte de los administradores. En
general, dichos recursos son expuestos en los informes
contables a su costo y no como están siendo utilizados
por la organización para obtener resultados y brindar
soluciones
que contribuyan a un buen manejo de la
información. - Existencia de planes para adoptar
tecnologías de información - Indicadores de innovación. Como los
siguientes. - Relación de las Ventas de nuevos productos
y las ventas totales. Consideran Pucich y otros (2001) que
este indicador muestra el
éxito de una empresa en el mercado. - Tiempo que duran los ciclos de vida de los
productos. Con respecto al tiempo que tarda la empresa en
lanzar nuevos productos o modificar su diseño y
características.
3) Activos Intangibles de Estructura
Externa
Se refieren a los recursos de mercado, la clientela de
la empresa y las relaciones y alianzas que ha desarrollado la
organización.
3.1) Activos de mercado. Los activos de
estructura externa más conocidos son las marcas, el
prestigio e imagen de la
empresa, denominación social o las franquicias.
Son activos intangibles valorados frecuentemente, de hecho se les
denomina también activos de mercado: sirva de ejemplo
más claro el mercado de franquicias. Para valorar las
marcas se tienen en cuenta aspectos como su carácter
internacional o local, liderazgo o cómo está
protegida.
Las marcas tienen un valor económico
incuestionable por lo que son factores que cada vez adquieren
más fuerza como
elementos de negociación. Cuando se presentan batallas
por la adquisición o fusión de
grandes empresas, las marcas representan los activos intangibles
más valiosos que adquieren relevancia ante la inminencia
de traspaso de acciones.
3.2) Clientela de la empresa. Otro activo
intangible muy importante que se suele incluir en este grupo es
la clientela de la empresa: su fidelidad, satisfacción,
importancia o reputación. Como indicadores para medir este
intangible, se pueden utilizar índices de
satisfacción del consumidor obtenidos a partir de
encuestas propias de la empresa o llevadas a cabo en el sector
por empresas independientes.
Otros indicadores tratan de medir la fidelidad de la
clientela, valorando el porcentaje de ingresos procedentes de
clientes antiguos, los clientes que se han perdido o la
duración media de la relación con un
cliente.
También es interesante conocer el tiempo medio
desde que se contacta con un cliente hasta que se produce la
venta, el
porcentaje de peticiones de información que se convierten
en pedidos, los pedidos acumulados, los ingresos por
número de clientes o el porcentaje de ingresos que
proceden de los mayores clientes. Para medir la calidad de la
clientela se puede valorar el crecimiento en porcentaje de
clientes famosos o relevantes que contribuyen a mejorar la imagen
de la empresa.
Para medir la satisfacción del consumidor, pueden
utilizarse encuestas dirigidas a sectores, similares a las que
valoran a los líderes políticos. Por ejemplo, J.D.
Power and Associates realiza estudios de opinión de
consumidores para varios sectores.
La satisfacción del consumidor se mide con un
índice. En su página web
(http://www.jdpower.com), podemos ver un resumen de
estos índices para varios sectores: telecomunicaciones,
automóvil, compañías aéreas,
servicios financieros, etc.
Por ejemplo, en octubre de 1998, esta empresa
publicó los índices de satisfacción del
consumidor para varios proveedores de
acceso a Internet en EEUU. Para
obtener estos índices, consideraron varios factores:
acceso online (28%), integridad/comunicaciones (24%),
facturación/coste (18%), ofertas de servicios
adicionales/descuentos (16%) e imagen/servicio
técnico (14%).
Estos consultores independientes también
publicaron el índice de satisfacción del consumidor
para los fabricantes de automóviles en 1998, referido al
Reino Unido. En este caso, se asigna 100 al valor para la media
del sector del automóvil para el año 1994 en el
Reino Unido y cuanto mayor sea el índice obtenido por la
empresa, mejor. De acuerdo con J.D. Power and Associates para
1998, SKODA obtuvo la mayor calificación con 147 puntos,
le sigue Subaru con 144 y Mazda con 136.
Siendo cada vez más importante la
valoración de activos intangibles, las empresas
independientes como J.D. Power and Associates, pueden ser el
equivalente en indicadores de satisfacción del consumidor
a las empresas de calificación de riesgos como Moody's o
Standard & Poor's y sus puntuaciones de emisiones de
deuda.
3.3) Relaciones y alianzas. Las relaciones con
los proveedores, bancos, políticos, instituciones y
accionistas son también activos intangibles externos. Se
consideran en este grupo también los acuerdos de
cooperación y alianzas estratégicas,
tecnológicas, de producción y comerciales. Algunas
empresas pueden tener en su canal de distribución un
verdadero activo intangible.
Pucich y otros (2001), proponen algunos indicadores de
estructura externa, los cuales han agrupado en tres tipos:
indicadores que miden la clientela y la fuerza de ventas; los que
miden la posición competitiva y los que miden la calidad
del servicio brindado.
Indicadores que miden la clientela y la fuerza de
ventas. Entre estos tenemos los siguientes:
- Cantidad de veces que las patentes posteriores se
refieren a la original. Mostraría la capacidad para
generar una ampliación del mercado, un aumento de la
clientela y un incremento de la repetitividad de las ventas de
productos y servicios. Pucich y otros (2001) no consideran como
síntomas de este potencial, la cantidad de patentes que
una empresa posea o su valor de venta o transferencia, dado que
tener patentes es positivo pero solo si contribuyen a alcanzar
los fines organizacionales fortaleciendo a la empresa; en caso
contrario, sería conveniente venderlas o
licenciarlas. - Cantidad de licencias otorgadas con esa
patente. Este análisis se podría extender a
marcas y franquicias. - Esfuerzo de ventas sobre Ventas de nuevos
productos. Este esfuerzo de venta se mediría por el
sacrificio económico realizado para colocar el producto
en el mercado. - Clientes nuevos sobre total clientes. Este
indicador mediría el desarrollo de la cartera de la
organización.
Indicadores de Posición Competitiva:
Serían los siguientes:
- Indicador de eficacia
competitiva. Para calcular este indicador, se deberá
distinguir a competidores y/o empresas de otros sectores, que
son modelos de
acciones óptimas en alguna actividad, función o
proceso para después comparar la eficacia propia con la
de ellos. Este enfoque orientado hacia el exterior
ayudará a estimular la posibilidad de introducir mejoras
mayores, dado que los índices de referencia internos que
miden el rendimiento actual con respecto a los resultados del
período anterior o presupuesto
existente, es raro que sean muy reveladores. Por otra parte,
las comparaciones internas tienen la desventaja de fomentar la
satisfacción mediante una falsa sensación de
seguridad y
de destinar más energía hacia la competencia
interna que hacia la de mercado. - Número de visitas de clientes a una
página Web en
particular. Utilizado para empresas con presencia en
Internet. - Muestreos estadísticos a través de
la Web. Lo cual indicaría que valores se aprecian en
la empresa, tales como confiabilidad, entrega a tiempo del
producto o servicio, etc. - Cuota de mercado. Este indicador
definiría la evolución de la participación
de la empresa en el mercado.
Indicadores de la calidad de
servicio brindado. Como los que tenemos a
continuación:
- Reclamos por deterioros sobre unidades
entregadas. - Reclamos por servicios postventa sobre servicios
postventa realizados. - Unidades devueltas sobre unidades
vendidas. - Tiempo de garantía que ofrece el
producto, o servicio con respecto a su funcionamiento o
ejecución. - Reclamos postventa. Realizados por los
clientes, clasificados por su naturaleza. - Grado de satisfacción del
cliente.
La enumeración precedente de indicadores no
pretende estar agotada, dado que cada sector, actividad u
organización podrá contar con una variedad propia
de acuerdo a sus características. Nos proponemos utilizar
algunos de estos indicadores, tal como los proponen Pucich y
otros (2001) o modificados para determinar los activos
intangibles en nuestro caso de estudio, la empresa Zeltia,
C.A.
- Identificación
Contable de los Activos Intangibles Una vez que hemos definido y clasificado a los
activos intangibles, a continuación pasamos a
analizar cual ha sido su tratamiento contable hasta la
actualidad, cual ha sido la actitud de las Autoridades
Contables con respecto a ellos, el porqué de las
diferencias crecientes entre el valor de mercado y el valor
en libros de las empresas, cuáles son las
prácticas actuales de las empresas en lo que se
refiere a estos activos y si el modo de registrar
contablemente los activos intangibles responde o no a las
necesidades de los grupos
que requieren información de las empresas que los
poseen.Por años los futuristas habían
declarado que Asia iba a
dominar la economía mundial en el siglo XXI.
Esto parece que no va a suceder. Es claro que el nuevo
siglo no le va a pertenecer a Asia, América, Europa o
cualquier otra zona geográfica, sino a una
economía global, cada día más
interdependiente.En este nuevo siglo global, las
compañías que buscan expandir sus fronteras
se van a encontrar con tres problemas básicos:1.- La necesidad de crear o establecer marcas
globales para que sus productos puedan competir en el
mercado
global.2.- La comercialización de sus productos o
servicios a través de Internet.3.- La comunicación de su
información financiera.La información financiera se encuentra
dirigida principalmente a los usuarios externos del negocio
que no están involucrados en la
administración; por lo tanto, debe ser
comprensible para todos ellos y relevante para la toma de
decisiones.Todos deben confiar en la información
brindada, pues se supone que está libre de errores
materiales, representando fielmente las
operaciones
y sucesos que se pretende representar, de acuerdo con la
realidad económica y no solamente según la
forma legal. El objetivo de esta información no debe
ser, en ningún momento, conseguir un resultado o
desenlace predeterminado, para ello se debe ejercer el
principio de la prudencia, de tal manera que las
estimaciones se ajusten a la realidad económica de
la organización.Sin embargo, hoy se afirma con ahínco que
la contabilidad presenta debilidades en algunos aspectos;
como por ejemplo, el no incluir las relaciones ambientales
del entorno donde se desenvuelve la empresa o el hecho de
no presentar valores de mercado de las partidas que
conforman el activo, pasivo y patrimonio. En este orden de
ideas, el hecho más resaltante, sin duda alguna, lo
constituye la ausencia en la información financiera
de uno de los principales activos de una
organización, los intangibles.En el mundo actual, los activos más
valiosos de las empresas ya no son los activos tangibles
(maquinarias, edificaciones, terrenos, inventarios, entre otros), sino los
intangibles. Como consecuencia de ello, se hace necesario
que la contabilidad asuma el compromiso de informar los
efectos de este evento económico sobre la
información financiera. Sin embargo, en este punto
se encuentran limitaciones, con relación a principios
o normas de contabilidad generalmente aceptadas, que
permitan producir información financiera al
respecto.La medición es el problema fundamental para
las ciencias contables. De acuerdo con lo establecido en el
marco conceptual de las Normas Internacionales Contables
(NIC), se
define la medición como "el proceso de
determinación de los importes monetarios por los que
se reconocen y llevan contablemente los elementos de los
estados financieros, para su inclusión en el
balance
general y estado
de resultados. Para realizarla es necesario la selección de una base o método
particular de medición." (Párrafo 99, subrayado
nuestro).Para abordar el tema de la medición, es
importante considerar, con especial atención, a la
NIC 38 "Activos Intangibles", promulgada en Septiembre de
1998, con el fin de obtener elementos que permitan elaborar
conclusiones sobre su incorporación en la
información financiera.En primer término, esta norma define el
concepto de activo intangible como aquel "identificable, de
carácter no monetario y sin apariencia física, que se tiene para ser
utilizado en la producción o suministro de bienes y
servicios, para arrendarlo a terceros o para funciones
relacionadas con la administración de la entidad".
Según esta norma, un activo es un recurso a)
controlado por la empresa como resultado de sucesos pasados
y b) del que se espera obtener, en el futuro beneficios
económicos para la entidad (Párr. 3). De
igual forma, la norma exige que la empresa reconozca en sus
estados financieros el activo intangible al costo, si y
solo si: a) es probable que los beneficios
económicos futuros, que se han atribuido al mismo,
lleguen a la empresa y b) el costo del activo pueda ser
medido de forma confiable.Atendiendo a esto, uno de los principales
inconvenientes presentados al momento de generar la
información financiera sobre los intangibles, es el
hecho que la contabilidad se basa en el principio del Costo
Histórico, según el cual las transacciones y
eventos
económicos que ésta cuantifica deben ser
registrados de acuerdo a las cantidades de efectivo que se
afecten o su equivalente o la estimación razonable
que de ellos se haga al momento en que se consideren
realizados contablemente. (DPC 0)El origen de esta situación, obedece
principalmente a la dicotomía ya planteada que se
presenta entre el Valor en Libros y el Valor de Mercado.
Entendido el primero como el valor contable del activo; es
decir, el costo del activo menos su depreciación; y el segundo,
simplemente, como el precio en el que el activo considerado
(o un activo similar), se negocia en un mercado abierto.
(Tratamos este punto con mayor detalle en otro aparte en
este mismo capítulo)- Las deficiencias de los PCGA en el
tratamiento de los Activos Intangibles - Problemas en el Tratamiento Contable de
los Activos Intangibles:
Serrano y Chaparro (2001), sostienen que tenemos una
contabilidad de activos tangibles. A lo largo de los
últimos siglos, los esfuerzos de académicos y
profesionales de la Contabilidad han perfeccionado los sistemas
contables logrando planes de cuentas muy detallados para estos
activos.
Existe abundante bibliografía contable que trata
aspectos, incluso muy específicos, que afectan, por
ejemplo, al inmovilizado material, las existencias o los efectos
comerciales a pagar.
Un panorama totalmente distinto es el que concierne a
los activos intangibles. Poca atención se ha prestado a
estos activos, a excepción de unos pocos, tales como el
fondo de comercio, los gastos en investigación y
desarrollo o la propiedad industrial. Esto, a pesar que en muchas
empresas, el valor de estos activos intangibles y otros que no se
contabilizan, es muy superior al de sus bienes
tangibles.
Sostienen Pucich y otros (2001), que las normas
contables restringen la posibilidad de reconocer los recursos
intangibles de naturaleza no identificable y autogenerados por la
empresa. Según los autores citados, esta actitud
conservadora tiene fundamento en, al menos, algunos de los
planteamientos que explicamos a continuación:
- Muchas empresas pueden tener importantes recursos
intangibles, pero si en un plazo razonable no se traducen en
ingresos y beneficios, estos activos carecen de toda utilidad
para la empresa. - Ciertos recursos intangibles pueden ser
efímeros e inciertos: por ejemplo, la buena imagen y
sensación de seguridad que transmite una
compañía aérea puede desaparecer con un
accidente. Por otra parte, cuando se invierte en un activo
tangible, podría obtenerse alguna clase de ganancia,
incluso durante una recesión; mientras que cuando una
empresa invierte en un activo de conocimiento, podría
perfectamente perder lo invertido. - En ciertos casos se puede contabilizar varias veces
lo mismo: por ejemplo, una organización que ha
contratado un importante científico puede presentarlo
como activo tangible en los recursos humanos, en la
investigación y desarrollo que realiza o en la imagen
que da a la empresa. En este caso, además de registrarlo
como un activo, debería valorarse como un riesgo
potencial, en el caso que dejara la empresa. - Algunos indicadores de capital intelectual no parecen
muy relevantes o son discutibles. Por ejemplo, los indicadores
relacionados con variables
subjetivas, tales como las relaciones entre las variables
objetivas de los empleados (edad, sexo,
antigüedad, etc.) con su aporte al valor de la empresa. Es
necesario dedicar más esfuerzo a investigar la
relación entre cada variable propuesta y el valor de la
empresa. - Los derechos de propiedad de estos recursos son
dudosos. El surgimiento de miles de causas judiciales por
violación de patentes, demuestra la dificultad de
definir y mantener los derechos de propiedad cuando se trata de
conocimiento. - La función de preparar estados contables se
trata siempre como un centro de costos, en
donde los administradores conciben las auditorias
como un mal necesario que hay que realizar insumiendo el
mínimo costo posible. Esa situación
también afecta a las normas contables, pues si una norma
permite contar con una alternativa más barata, en
general, siempre será la elegida. Esto ha derivado en
que las actividades de preparación y auditoria de
estados contables muestren una declinación constante en
términos de calidad y cantidad de la información
útil que brindan. - Una actitud tradicionalista de interpretar el
requisito de objetividad que debe poseer la información
contable, que perjudica la labor del contador. Interpretamos de
la lectura
de las normas que la "objetividad consiste en no influir en la
conducta de
los usuarios de la información contable hacia alguna
dirección en particular". Sin embargo,
¿dejarán los estados contables de ser neutrales
por el solo hecho de reconocer los activos intangibles en la
medida que estos puedan ser mensurables razonablemente?
Resulta, por otra parte, contradictorio que consideremos
objetiva la práctica contable de calcular la amortización de un edificio dividiendo su
valor por cincuenta años. Podríamos encontrar
respuesta a esta situación en que quizás los
mismos auditores y administradores se oponen en cierta medida a
cualquier cambio en el
sistema contable. Según Pucich y otros (2001), ellos
prefieren no exponer en sus informes nada que pueda volverse
sin valor, pues es bastante molesto cuantificar recursos que
son intrínsecamente difíciles de medir y luego
tener que defender esto en un juicio que inicie un tercero.
Consideramos que estas actitudes
subestiman al destinatario de los informes contables, al creer
que desconocen los límites
en la precisión de la información
contable. - La actitud de los inversionistas institucionales y
los analistas financieros que consideran actualmente este tipo
de información como privada y confidencial, por lo que
podrían verse afectados en sus intereses si ese tipo de
información saliera a la luz
pública, esto bajo la premisa de que "información
es poder".
Teniendo en cuenta la evolución de la normativa
contable, en opinión de Pucich y otros (2001), parece poco
probable que se produzca un avance en la adecuación de la
información patrimonial de las empresas que permita el
reconocimiento de todos los recursos intangibles, a pesar de que
la mayoría de las empresas los gestionan.
Son muchos los inconvenientes que se deben tener
presentes a la hora de tratar de encontrar el valor de una
empresa, por lo que, a continuación, intentaremos abordar
los principales problemas que se presentan hoy en día en
la búsqueda de la información que más se
ajuste a la realidad de las organizaciones.
En primer lugar, la diferencia entre el Valor Contable y
el Valor de Mercado, como consecuencia de la inconsistencia de
las normas contables relacionadas con la valoración de
activos para recoger las expectativas del mercado, aspectos que
sencillamente la contabilidad no refleja.
Por otra parte, el mercado donde se desenvuelven las
organizaciones no reúne las características de un
mercado de competencia
perfecta, por lo que no existen parámetros universales
para llevar a cabo la respectiva valoración,
formándose esta sobre la base de distintas hipótesis, siempre en función de los
objetivos que persigue el proceso.
En tercer lugar, aunque en el campo de los principios
contables se están generando procesos de cambio, estos no
alcanzan la velocidad necesaria en su intento de adaptarse a los
del complejo mundo financiero.
Por último, se va a destacar el hecho de que la
contabilidad esta siendo influenciada por el entorno y debe
responder a las necesidades de información de sus
principales usuarios. Aún cuando, se están dando
los primeros pasos para el tan anhelado proceso de
homogenización de la información contable, el mismo
no se ha materializado completamente.
- Los Mercados de Valores y la
Contabilidad: Como decíamos anteriormente, el origen del
problema que se presenta al momento de tratar de valorar
una empresa, obedece principalmente a la dicotomía
ya planteada que se presenta entre el Valor en Libros y el
Valor de Mercado. Entendido el primero como el valor
contable del activo; es decir, el costo del activo menos su
depreciación; y el segundo, simplemente, como el
precio en el que el activo considerado (o un activo
similar), se negocia en un mercado abierto. Su importancia
se manifiesta en la diferencia presentada en el Valor de
una empresa en el mercado y el Valor según los
registros
de contabilidad.El término Valor puede significar
diferentes cosas para distintas personas. Es así
como el valor de un bien es lo que una persona
paga o está dispuesta a pagar por él. En el
caso de las empresas, es un concepto que ha estado presente
en la contabilidad desde sus inicios, pero que hoy va mucho
más allá del simple concepto de valor en sus
diferentes consideraciones, pues está más
relacionado con la forma de crear ese valor y reflejarlo en
la información financiera.Tradicionalmente, han sido utilizados los estados
financieros o cuentas anuales de la entidad para determinar
su valor, tanto frente a terceros o potenciales inversores,
como para sus propios accionistas. Esta práctica ha
sido utilizada con relativo éxito satisfaciendo las
necesidades de información de su momento.Sin embargo, en la actualidad, diversos factores
se han incorporado al complejo análisis y
determinación del valor de la empresa, entre ellos,
los más importantes por su poder de
distorsión, lo constituyen el valor del capital
intelectual, la gestión del conocimiento y el fondo
de comercio; por sólo mencionar algunos.En general, la incorporación e
identificación de activos de carácter
intangible, de los cuales se reconoce que tienen un valor
intrínseco, pero que no existe consenso en cuanto a
la formula de determinarlo, ni mucho menos de registrarlo
en las cuentas anuales, modifican contablemente el valor de
la entidad. Este tipo de ítems (intangibles) termina
siendo reconocido por el mercado.En este sentido, Hernández (2000) afirma
que "… a lo largo de los años la ciencia contable
ha venido siendo utilizada, entre otros aspectos, para la
determinación de la medida del valor de las
empresas". La razón ha reflejado al objetivo
fundamental de la contabilidad como el de proveer a los
usuarios de los estados financieros de una
información útil para la toma de decisiones
adecuadas.Situación más que suficiente para
que los estados financieros se preparen para dar a conocer
aquella información que sea útil para los
inversores actuales y potenciales, los prestamistas y otros
usuarios, a efecto de que la toma de decisiones que se haga
en función a la utilización de los mismos,
pueda representar la de menor riesgo para los intereses de
la organización.De acuerdo a lo expresado por Hernández
(2000), por siglos esta información contable, ha
permitido establecer la conjunción y grado de
riqueza que pertenece al dominio o
propiedad de alguien, así como los derechos
jurídicos y los bienes que integran el ente
económico productor de esa riqueza o
plusvalía.Sin embargo, para el mundo de hoy, parece ser que
el modelo
contable tradicional no es suficiente para entregar la
información requerida, para reflejar el verdadero
valor económico de las compañías. Ello
se debe fundamentalmente, afirma Hernández (2000), a
que los métodos utilizados se centran
básicamente en la cuantificación de los
activos tangibles, olvidando la importancia creciente de
los intangibles que, según Sierra y Moreno (2000),
se han convertido en factores determinantes para generar y
agregar valor en las empresas.En este mismo orden de ideas, Cañibano,
García-Ayuso y Sánchez (1999) plantean que:
"el modelo contable tradicional resulta insuficiente debido
a su incapacidad para reflejar el valor de determinadas
inversiones, lo que dificulta la consideración de
las actividades de innovación como variables
estratégicas". (p. 20)Para Sanz (1999), citado por Hernández
(2000), hoy en día la información
económica-financiera constituye un valioso
instrumento para el proceso de toma de
decisiones.La contabilidad se contempla, de esta manera, como
el medio más importante y útil para preparar
y dar a conocer los diferentes aspectos que constituyen la
información económica-financiera en las
organizaciones.Los Estados Financieros son los documentos a
través de los cuales se presenta la
información económica-financiera de acuerdo
con los Principios
de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA). Su
objetivo general es proporcionar información
útil a los usuarios para tomar decisiones
económicas. En el caso de los estados contables de
uso general, obtenidos de la contabilidad
financiera, es importante considerar que la
información resulte útil para una amplia gama
de usuarios, de forma que sea de tipo general y atienda a
diferentes propósitos, aun cuando sea el reflejo de
los efectos de transacciones y acontecimientos
pasados.Sin embargo, señala Hernández
(2000), que se puede observar como la brecha entre los
valores reflejados en las Cuentas Anuales y la
estimación que los inversionistas hacen de las
compañías, es cada día más
grande. En otras palabras, la diferencia entre el Valor en
Libros y el Valor de Mercado de las empresas se ha
incrementado significativamente.En muchas empresas existe una gran disparidad
entre su valor en libros y su valor de mercado o
capitalización bursátil. Aunque esta
diferencia siempre ha existido, en los últimos
años la brecha se ha ampliado. En promedio, para los
valores del índice Dow Jones Industrial, el ratio de
valor de mercado a valor en libros es de 5. En algunos
casos, se trata de diferencias verdaderamente
espectaculares.Según Bradley (2000), citado por
Hernández (2000) profesor
de la Escuela
Abierta de Negocios de Gran Bretaña; hoy se paga por
las adquisiciones de empresas hasta 4,4 veces su valor en
libros y en algunos casos diez (10) veces su
cuantía, en especial cuando éstas tienen un
gran componente de conocimiento o capital
intelectual.Para Hernández (2000), este es el caso de
empresas que operan a través de Internet como
Yahoo!, Amazon y Netscape, sólo para citar algunas
de las más importantes; las cuales son valoradas en
el mercado por sumas de hasta mil (1000) veces su valor en
libros.La empresa Yahoo!, presentaba en sus balances al
30 de septiembre de 1998, activos totales por 497 millones
de dólares, mientras que su valor de mercado en la
bolsa era de 18.850 millones de dólares. Analizando
sus balances, la empresa exhibía números
rojos y arrastraba un déficit acumulado de 44
millones de dólares. La explicación de este
desfase, se encuentra en los activos intangibles que tiene
la empresa -es la más visitada de Internet- que no
aparecen en sus balances. (Serrano y Chaparro,
2001)De acuerdo con Brooking (1997, p. 24), en un
estudio realizado sobre 226 empresas británicas, el
76% de ellas no había asignado ningún valor a
sus activos inmateriales y la mayoría de las que lo
hicieron, el restante 24%, se referían al fondo de
comercio generado por fusiones y adquisiciones.De aquí se deduce que cada vez la
Contabilidad explica menos el mercado. Con estas premisas,
son lógicos los resultados del estudio realizado por
Lev (1997), en el que pone de manifiesto que si en los
años 60 y 70 alrededor del 25% de las diferencias en
los cambios de las cotizaciones de las acciones
podían atribuirse a diferencias en los beneficios
publicados, en los 90, sólo el 10% de estas
diferencias es explicada por la publicación de
beneficios. En otras palabras, cada vez la contabilidad
explica menos los movimientos del mercado
bursátil.Aunque la información contable publicada
por las empresas sigue siendo, por razones lógicas,
la materia
prima fundamental en las decisiones, afirma
López (1999), los protagonistas de este proceso
empiezan a utilizar, por no estar elaborada adecuadamente
o, en algunos casos, por resultar insuficiente, numerosa
información extracontable.Atendiendo a estas razones, el tema de la
valoración de intangibles, Archel Domench (1995),
sostiene que se ha convertido en una de las áreas
más controvertidas con las que se enfrenta la
teoría de la contabilidad,
principalmente debido a que, hasta el momento, no ha
conseguido dar una respuesta satisfactoria a los distintos
usuarios de la información contable, ni a los
diferentes organismos encargados de la emisión de
normas contables.En España, el estudio de los activos
intangibles se ha centrado durante muchos años, y
casi en exclusiva, al debate sobre el Fondo de Comercio.
Sin embargo, afirma Archel Domench (1995), que la
consideración de los intangibles proyecta su estudio
hacia el análisis de algunas partidas
polémicas tales como Investigación y
Desarrollo, Capital Intelectual y Recursos Humanos, entre
otros.Es tal la importancia que los intangibles
están adquiriendo en la empresa que, en muchas
ocasiones, la inversión en ellos representa el mayor
activo de la compañía. Según
Goldfinger (1997), citado por Cañibano y otros
(1999): "la fuente de valor y riqueza económica no
es ya la producción de bienes materiales, sino la
creación y manipulación de activos
intangibles". (p. 20)Conviene en este punto mencionar un concepto de
Activos Intangibles, que hace referencia a como debe ser
considerado en los estados financieros. Nos referimos al
enunciado de Meigs, Johnson y Meigs (1985), quienes
sostienen que "el término activos intangibles se
utiliza para describir un activo no corriente que se
utiliza en la operación del negocio, pero carece de
sustancia física" (p. 411)De todo lo anterior se desprende, según
Sierra y Moreno C. (2000), que en general, las Cuentas
Anuales no proporcionan suficiente y clara
información a los usuarios externos sobre una de las
principales fuentes
de generación de beneficios futuros, los
intangibles.La no incorporación al activo de esta
fuente de beneficios trae como consecuencia una
infravaloración de los recursos propios. Así,
numerosos estudios llevados a cabo en los últimos
años, justifican el descenso de la capacidad
explicativa de los estados contables tradicionales por la
no inclusión en los mismos de los activos
intangibles. (Lev, 1996; Johanson, 1996; Leadbeater, 1998;
Milken, 1999)Como señala Rojas (2000), citado por
Hernández (2000), esta falta de información,
conduce generalmente a la infravaloración de las
compañías que emplean recursos intangibles
para la creación de valor, lo que origina que las
decisiones que adoptan los distintos usuarios y que han
sido tomadas, principalmente, a partir de tales informes,
puedan, en algunas ocasiones, ser ineficientes y, en
consecuencia, empresas que aparentemente lucen como las que
poseen un mayor valor porque obtienen beneficios mayores,
realmente lo que están haciendo es disminuir su
capacidad de generación de beneficios
futuros.Según Cañíbano y otros
(1999), es por esta razón que se ha comenzado a
abrir un espacio al reconocimiento de los activos
intangibles en la información financiera de las
empresas; lo cual no representa, por el momento, una
ruptura con las tradicionales prácticas contables de
reconocimiento y medición de activos, sino de
comenzar abrir nuevas vías de información
para los reportes financieros, planteándose
inclusive la modificación de su propio marco
conceptual.
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