- Introducción: Una
Ojeada histórica a la semiología
(estructuralismo) - Antecedentes: Estructuralismo
checo - Estructuralismo: una
descripción textual ideal - Hermenéutica,
Fenomenología y Teoría de la
Recepción. - Herencia
formalista - Todorov: una
convergencia - Conclusiones
- Proyecciones
- Bibliografía
complementaria
I.Presentación:
En este
ensayo se
pretende dar a conocer una visión de la herencia
formalista, una cosmovisión que recoge tanto la teoría
como el método, es
decir, una mirada convergente entre la estructura y
la interpretación. De tal forma que, bajo este prisma, la
hipótesis planteada es entonces, "reconocer
en Todorov una herencia formalista".
La mirada en cuestión es a través de éste,
quién, en su obra "Poética" y "Simbolismo e
Interpretación" hace converger a la estructura y a
la interpretación en un proceso
lectural de la producción y de la recepción como
una unidad solidaria entre ambos, pues la lectura no
puede ser sólo inmanencia.
II. Introducción: Una Ojeada
histórica a la semiología (estructuralismo).[1]
Ya en el siglo XVII John Locke
propuso llamar al estudio de los signos "Doctrina de los
Signos", de los cuales, las palabras, son los más usuales,
ya que:
Para comunicar nuestros pensamientos para nuestro propio
uso, son también necesarios signos de nuestras ideas. Los
que el hombre ha
encontrado más convenientes, y por consiguiente utiliza
más generalmente, con los sonidos articulados.
Más tarde en el siglo XVIII, Lambert debe su investigación a los impulsos de Locke y
desarrolla " la indagación de la necesidad de la
cognición simbólica en general y del lenguaje en
general".
Recuerda que, "en nuestro lenguaje lo
arbitrario, lo natural y lo necesario están mezclados".
Por lo tanto la diferencia entre estos tres elementos que se
encuentran en los signos revela una estrecha relación
con el hecho decisivo de "que las causas primeras del
lenguaje están ya por sí mismas en la naturaleza
humana".
Luego, a principio del siglo XIX, Hoene-Wronski, familiarizado
con la obra de Locke esbozó una "Filosofía del
Lenguaje" (1879). Según este autor polaco, es "la
perfección de los signos la que constituye "el objeto de
la séméiotique". Posteriormente su discípulo
Jerzy Braun (1969), examina "La facultad de signación"
(facultas signatrix):
La naturaleza de
los signos debe estudiarse ante todo a las categorías de
existencia, es decir, a la modalidad (signos propios/signos
impropios) y a la cualidad (signos determinados/signos
indeterminados), y en segundo lugar con respecto a las
categorías de producción, es decir, a la cantidad (signos
simples/signos compuestos), a la relación (signos
naturales/signos artificiales) y la unión (signos
mediatos/signos inmediatos). Según el programa de
Hoene-Wronski, es la "perfección de los signos".
Posteriormente, Balzano, en su obra fundamental " Teoría
de la ciencia"
(1837) empieza con una definición bilateral del signo:
Un objeto… a través de cuya concepción
deseamos conocer de manera renovada otra concepción
conectada con aquélla en un ser pensante es lo que
llamamos un signo.
Los pensamientos semióticos de Balzano -dice Jakobson-
Sacan a la luz la diferencia
entre el significado de un signo como tal y el sentido que ese
signo adquiere en el contexto de la circunstancia presente.
Ulteriormente en 1890 (inédito hasta 1970) Husserl dice
que:
Una mirada más profunda sobre la naturaleza de los signos
y de las artes permitiría (la lógica)
ir más allá en esos métodos de
procedimiento
simbólico a los que no ha llegado todavía la mente
humana, es decir, a establecer las leyes de su
invención.
Finalmente, este Acercamiento, marca los
límites
naturales de la semiótica[2]
con Peirce y Saussure.
Según Peirce:
Lo que llamo semiótica, es decir, la doctrina de la
naturaleza sencial y de las variedades fundamentales de cualquier
clase posible de semiosis (…) Por semiosis entendiendo una
acción, una influencia que sea, o suponga una
cooperación de tres sujetos, como, por ejemplo un
signo, su objeto y su interpretante, influencia tri-relativa que
en ningún caso puede acabar en una acción
entre parejas.
Un signo es algo que está en lugar de otra cosa para
alguien en ciertos aspectos o capacidades.
Según Saussure: La lengua es un
sistema de
signos que expresan ideas.
Además, Jakobson diría:
Desde el siglo pasado, Saussure trató de alcanzar,
según sus propios términos "una idea correcta de lo
que es un sistema
semiológico" y de descubrir los rasgos" del lenguaje, como
del sistema semiológico general en su conjunto".
Pues bien, este Acercamiento, no tiene otro fin que el de
relacionar la semiótica o estructuralismo a un
continuum histórico, diacrónico para
poder entender
mejor la realidad actual y cómo el Acercamiento es
sólo a través del signo, aún cuando se
suponen deslindados sus componentes en toda la diacronía.
Estos elementos (significado y significante) no se muestran por
separado como se verá en adelante en Barthes y los
demás teóricos contemporáneos[3],
que desarrollan fuertemente el significante, separado del
significado para poder, en
cierta forma, explicarlo; de modo tal que se acercan más
al método que
que a la teoría, es decir, a la descripción objetual y objetiva que intenta
descifrar un sentido.
Pero para entender mejor lo que aquí se plantea es
menester revisar el término "estructuralismo" que da
origen a la evolución semiótica, puesto que,
desde un principio es una concepción cientifizada; desde
que se tiene conciencia de la
peculariedad del lenguaje, especialmente el poético.
Respecto de éste, Mukarovsky dice:
Por lo que se refiere a la aparición estructural de la
literatura hay
que agradecer sobre todo a la preocupación
científica de los checos que se haya convertido en un
sistema coherente (…). Las raíces del
estructuralismo científico-literario checo se remontan con
frecuencia a un pasado bastante lejano, en especial en lo que
afecta a la investigación del lenguaje
poético.
Ya en J. Jungmann (1773 – 1847) encontramos una ciencia de la
peculariedad del lenguaje poético[4]
III Antecedentes:
Estructuralismo checo
Es preciso entonces, recordar también el estructuralismo
del checo. Mukarovsky definió la estructura como "equilibrio
inestable de relaciones".
Luego agrega:
La noción de estructura … está fundada sobre
la unificación interior del todo por medio de las
relaciones recíprocas entre los elementos de
aquélla; y esas relaciones no solamente son positivas –
concordancias y armonías -, sino también negativas
-oposiciones y contradicciones -: la noción de estructura
está por consiguiente, inseparablemente ligada con el
pensamiento
dialéctico
Las relaciones entre los elementos, precisamente por ser
dialécticas, no pueden ser deducidas de la noción
del todo; el todo en relación ellas, no es prius, sino
posterius; el develamiento de estas relaciones no es, pues,
asunto de la especulación abstracta, sino de la empiria.
El materialismo
gnoseológico constituye, en consecuencia, la segunda
cualidad sencial del pensamiento
estructural.[6]
Por lo tanto, este pensamiento estructural …:
Define a veces la estructura como un todo cuyos elementos; por el
hecho de entrar en él, revisten un carácter
especial. Se dice: el todo es más que la suma de los
elementos que lo componen. Pero del punto de vista del concepto de la
estructura, esta definición es demasiado amplia, porque
ella comprende no solamente las estructuras
propiamente dichas, sino también, por ejemplo, las
'formas' (Gestalten); de las cuales se ocupa la
Gestalpsychilogie. Es por eso que subrayamos en el concepto de la
estructura artística un rasgo más especial que la
simple interrelación entre el todo y sus elementos.
Consideramos como realidad específica de la estructura en
el arte, las
relaciones recíprocas entre sus elementos: relaciones
dinámicas por su esencia misma. Según nuestra
concepción, no se puede calificar de estructura sino el
conjunto de elementos cuyo equilibrio
interior se rompe y se restablece sin cesar, y cuya unidad
aparece, por consiguiente, como una red de contradicciones
dialécticas.[7]
Pues bien, con Jan Mukarovsky, se aclara el concepto de
estructura y por ello mismo, el panorama histórico
que se revisaba.
Desde aquí en adelante, entonces, se puede apreciar la
evolución y la concretización de tal
ciencia
literaria.
A esto se debe, pues, el esbozo de un estudio semiológico
del arte que hace
Mukarovsky[8]
en el cual toda obra de arte es un signo
autónomo compuesto:
1.De una "obra cosa" que funciona como símbolo
sensible,
2.De un "objeto estético", depositado en la conciencia
colectiva, y que funciona como significación.
3.De una relación con la cosa significada.
De tal manera que, la obra de arte es al mismo tiempo signo,
estructura y valor. Y en
tanto signo, sirve como intermediaria entre "lo que es y lo que
está en lugar de otro".
Ahora la obra literaria concebida como signo, no debe perder de
vista su carácter
de estructura. Por el mismo hecho de serlo, constituye una
estructura bifásica[9]:
un símbolo sensible obra-cosa y una significación:
objeto estético depositado en la conciencia colectiva. Es
decir, es un " signo mediador entre el artista y el receptor",
razón por la cual existe cada vez más, una mayor
aproximación estética y lingüística, ya que
esta última se considera como " ciencia de la clase
fundamental de signos, del lenguaje humano"[10].
De hecho, desde la perspectiva lingüística, la
estética estructural se basa en los
trabajos de Saussure y la escuela de
Ginebra, Mathesius y el más grande lingüísta
checo, Zubaty, entre otros.
IV.Estructuralismo:
una descripción textual
ideal
Cabe recordar que tanto el "estructuralismo" como el
"recepcionismo" han intentado alcanzar la "descripción
textual ideal" y ésta, no es más perfecta e ideal
que en la lectura[11].
Es decir, el estructuralismo desecha tanto al objeto real como al
sujeto humano[12]
y sólo queda entre ellos un sistema de
reglas[13]:
El estructuralismo desechó simultáneamente
el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento
doble define el proyecto
estructuralista. La obra ni se refiere a un objeto ni es
expresión de un sujeto individual; ambos son descartados,
y sólo queda entre ellos, en el aire que las
separa, un sistemade reglas.[14]
Por lo tanto si sólo se piensa que un texto, que una
lectura se
puede reducir solamente a la descripción de este sistema
propiamente dicho[15],
se está nada más lejos, pues, el estructuralismo se
transforma así en "antihumanista"[16],
vale decir, se convierte en un objeto caulquiera, que no necesita
más que la sola aplicación de unas reglas o
método para saber de él, sin embargo, lo que se
logra saber no es más que el funcionamiento interno de
éste y no su conexión con el todo del proceso y no
solamente del producto.
O sea:
El estructuralismo podía estudiar detalladamente ese
producto, pero
se negó a estudiar las condiciones materiales de
su elaboración, pues esto podría significar que se
rendía al mito que
acepta un "origen". No hubo muchos estructuralistas a quienes
preocupase la forma en que realmente se consumía el
producto; ni lo que en verdad sucede cuando la gente lee obras de
literatura; ni el
papel que esas
obras desempeñan en el conjunto de las relaciones
sociales.[17]
Por último, si los críticos tradicionales
constituían una élite espiritual, los
estructuralistas parecían integrar una élite
científica, de toda clase de conocimiento s
esotéricos muy alejados del lector "común y
corriente".[18]
Y por otro lado, configura un "lector ideal" que
debería estar al tanto, con los conocimientos
técnicos esenciales para descifrar todo tipo de obra, por
cierto, no es posible, ya que:
Si el modelo se
llevaba hasta el extremo el lector tendría que ser
apátrida, no pertenecer a ninguna clase social, no haber
sido engendrado, estar libre de características étnicas y de
prejuicios culturales coartantes.[19]
En tales circunstancias, el ejemplo más preclaro
del estructuralismo es Barthes, especialmente, el de los
"Elementos de Semiología"[20]
y por sobre todo, "La Actividad
Estructuralista"[21],
que se inicia precisamente con la pregunta ¿Qué es
el estructuralismo? [pregunta que también se hará
Todorov.]. "No es una escuela ni
siquiera un movimiento",
es lo primero que dice Barthes.
¿Qué es el estructuralismo? No es una
escuela ni siquiera un movimiento(al menos todavía no),
pues la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese
término distan mucho de sentirse ligados entre sí
por una solidaridad de
doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es
un término ya antiguo ( de origen anatómico o
gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la
palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice
sobre el contenido que se le da; funciones,
formas, signos y significaciones no son mucho más
pertinentes.[22]Luego
agrega:
Sin duda hay que remontarse a emparejamientos como los
de significante – significado y sincronía –
diacronía para aproximarse a lo que distingue el
estructuralismo de otros modos de pensamiento; el primero porque
remite al modelo
lingüístico, de origen saussoriano, y que al lado de
la economía,
la lingüística es, en el estado
actual de las cosas, la ciencia
misma de la estructura; el segundo, de un modo más
decisivo, porque parece implicar una cierta revisión de la
noción de historia, en la medida que
la idea de sincronía ( a pesar de que en Saussure este sea
un concepto, sobre todo operatorio) acredita una cierta
inmovilización del tiempo, y en que
la diacronía tiende a representar el proceso
histórico como una pura sucesión de formas; reste
último emparejamiento es tanto o más distintivo
cuanto parece que la principal resistencia al
estructuralismo sea hoy de origen marxista ( y no de estructura);
de todos modos es probablemente el recurso serio al léxico
de la significación ( y no a la palabra misma, que,
parodógicamente, no es nada distintiva), en el que hay que
ver en definitiva el signo hablado del estructuralismo: si
vigilamos a quien emplee significante y significado,
sincronía y diacronía, sabremos si la visión
estructuralista está constituida.[23]
"Puede decirse, pues, que en relación contodos
sus usuarios. El estructuralismo es esencialmente una actividad"
– dice Barthes . También señala:
El objetivo de
toda actividad estructuralista, tanto si es reflexiva como
poética, es reconstruir un "objeto", de modo que en esta
reconstrucción se manifiesten las reglas (las "funciones") de
este objeto. La estructura es pues, en el fondo, un simulacro del
objeto, pero u simulacro dirigido, interesado, puesto que el
objeto que el objeto imitado hace aparecer algo que
permanecía invisible, o, si se refiere así,
ininteligible en el objeto natural. El hombre
estructural toma lo real, lo descompone y luego vuelve a
recomponerlo; en apariencia es muy poca cosa (…). Sin
embargo, desde otro punto de vista, esta cosa es decisiva; pues
entre los dos objetos o los dos tiempos de la actividad
estructuralista, se produce algo nuevo, y esto nuevo es nada
menos que lo inteligible general: el simulacro es el intelecto
añadido al objeto, y esa adición tiene un valor
antropológico, porque es el hombre
mismo, su historia, su
situación, su libertad y la
resistencia misma
que la naturaleza opone a su espíritu.[24]
Pues bien, he aquí entonces el deslinde del
estructuralismo: una explicación textual u objetual
ideal.
V. Hermenéutica,
Fenomenología y Teoría de la
Recepción.
Según Eagleton(98), la Hermenéutica
Fenomenológica ha de ser estudiada mediante tres factores:
la Fenomenología, la Hermenéutica y la
Teoría de la Recepción.
Para el primer elemento establece una base
teórica en Husserl, luego para el segundo en Heidegger,
Gadamer y Hirsch, y para la tercera, revisa a los pilares de la
recepción: Ingarden, Iser y Fish.[25]
Con estos autores entonces sienta los orígenes de
la Teoría de la Recepción. Y por consiguiente se
obtiene una visión historisista bastante clara, pero no
suficiente, pues ha olvidado revisar por ejemplo a
Schleiermacher, fundador de la hermenéutica general,
antecesor de Heidegger y sostiene al respecto, afirmando
explícitamente, la unidad entre ambas
disciplinas[26].
Tampoco vincula la herencia rabínica ni la poética
sanscrita, las que usaría precisamente
Todorov[27]
para fortalecer su estrategia de la
interpretación. Como tampoco revisa antecedentes
fundamentales para la Teoría de la Recepción: La
lingüística, y la sociológica.[28]
En el nuevo método de crítica literaria
participan principalmente tres corrientes: una
lingüística, otra hermenéutica y la
sociológica.[29]
Para la primera corriente, la profesora López,
señala la influencia de la Escuela de Praga, especialmente
Mukarovsky y Vodicka. El primero, distingue dos aspectos en la
obra literaria: por un lado, su aspecto material de artefacto
invariable; y semántico; su aspecto de objeto
estético, variable en la conciencia colectiva,
según las experiencias literarias de ésta. Dice
Mukarovsky:
En la historia y teoría de la literatura y del
arte, por ejemplo, no sólo se debe tener en cuenta la
forma interna artística y su desarrollo
como una estructura, sino también la relación de
esta estructura con otros fenómenos, sobre todo aquellos
de contenido psicológico y social … Todo cambio en la
estructura artística es motivado de alguna manera desde
exterior … sin embargo, la relación entre arte y
sociedad no es
mecánico-casual. Ni siquiera el contacto propiamente dicho
entre arte y sociedad es
inmediato, sino que se realiza, como ya se ha dicho, por
mediación del público.[30]
Y para el segundo – dice Berta López :
También Vodicka pretende establecer las
relaciones entre la obra literaria y la realidad, entre el objeto
y su receptor. Las tareas de la crítica literaria
según el análisis de la obra literaria en su
contexto histórico (normas y valores de su
época, etc.) y su eco en épocas
posteriores.[31]
Para la segunda corriente, la hermenéutica, no
hay gran diferencia con el análisis que hace Eagleton.
Para la tercera, la profesora López, revisa los
estudios de Schüking y Escarpit y por otra línea a
Lukács, refiriendo de esta manera, entonces, a la
corriente sociológica.
Schüking por su parte, aporta estímulos
precursores a través de su obra "El gusto literario"
(1931). Investigó la relación entre la obra
literaria y determinados grupos
sociales, la relación entre cambios
socio-históricos y los respectivos cambios literarios
sobre el fondo de las normas
estéticas, dependientes de ciertos grupos
sociales.
Escarpit en Sociología de la Literatura,( 1958) y
Sartre y su
modelo de la literatura "engagée", no sólo analiza
la función
de la literatura en la sociedad, sino también el problema
de establecer el significado de la obra literaria: "Un pacto de
generosidad" entre autor y lector como proceso correlativo a la
escritura –
dice Sartre
-.
Manuel Jofré en Teoría Literaria y
Semiótica (1990) también aduce:
Al respecto, ha dicho Sartre que se le deja al lector
con todo por hacer, y sin embargo, ya todo ha sido hecho; la obra
existe solamente en el nivel de las habilidades del lector, y
cuando él lee y crea, él sabe que siempre puede ir
más allá en su lectura, y que
siempre podrá crear más profundamente; y esta es la
razón por la cual la obra aparece ante él tan
inexhaustiva e inpenetrable como un objeto.[32]
Para Sartre, entonces, el lector es co-autor,
co-productor de significado.
Finalmente, se sobreentiende la importancia
crítica socialista de Lukács y sus
discípulos, y de la obra " Pour una sciologie du roman"
(1964) de Lucien Goldmann, su idea de relacionar "la forma
novelesca misma y la estructura del medio social en cuyo interior
se ha desarrollado", la homología entre vida social y obra
literaria.
Los críticos de la corriente sociológica
de la Teoría de la Recepción se proponen contestar
principalmente a las siguientes cuestiones – dice López
:
– ¿Cómo se "recibe" una determinada literatura ( o
tipo de literatura) en un determinado público ( o grupos
sociales) a través de diferentes épocas
históricas?
- ¿Cuál es la reacción que
produces críticas, etc., en obras posteriores del mismo
autor?[33]
En su modelo sociológicamente fundado, se debe
analizar el "horizonte de expectativa" según sus clases
sociales, formación cultural, diferencia de edad,
sexo, religión, etc.. Se
acerca el método en este momento a la investigación
de la
comunicación de masas.[34]
Más adelante añade: "Los críticos
de Alemania
Oriental, Manfred Naumann y Robert Weimann, a pesar de que
desarrollan este mismo modelo, lo rechazan por su carácter
burgués":
Según Weimann no existe ninguna discrepancia
entre el momento de la escritura y el
de la recepción, puesto que los dos son denominados por la
misma ley del proceso
histórico (…). Según esta teoría el
objeto del crítico tiene que ser la reconstrucción
de esta relación entre base y superestructura y el
descubrimiento de su interdependencia.[35]
Respecto de la Teoría de la Recepción,
cabe destacar que sus orígenes surgen de la Escuela de
Praga, antes que de "Konstanzer Schule", por lo tanto, sus
influencias, o sus antecedentes, por lo menos, son abiertamente
formalistas, situación que ya sugiere Manuel
Jofré:
Las posibilidades del análisis formalista son
sopesadas en relación a la crítica
hermenéutica en Interpretation of Narrative, editado y
publicado en 1978 por Mario Valdés y Owen J. Miller, y
cuyos artículos proceden de una conferencia
realizada en la Universidad
de Toronto en 1976. (…) por lo menos otros cuatro de
los quince artículos intentan correlacionar el formalismo
con la hermenéutica, como modo de hacer converger las
aproximaciones que se basan en el texto con las
aproximaciones que se sustentan en el rol del
lector.[36]
El profesor Jofré se refiere a Todorov como uno
de los que asume la herencia formalista, aunque el juicio es
sobre la obra: "Poética" (1971) :
También asume la herencia formalista eslava el
libro
Poetique de la prose de Tveztan Todorov, publicado en
París, Seuil, 1971. 253p. Un libro
equilibrado, entre la especulación teórica y los
análisis prácticos. Es la herencia
metodológica del formalismo la que asume en el ensayo
inicial ( o final en otras versiones) titulado "La herencia
metodológica del formalismo"[37]
Hay que reconocer, además, que si bien es cierto,
Todorov, inicia su andar formalista, también es cierto
que, al parecer, es el único formalista que concretiza tal
tradición y que se vuelca al futuro a través del
análisis del texto, pero desde el discurso y por
lo tanto desde la interpretación, puesto que, "al
relativizarse nuestra percepción
de la realidad, el hombre percibe
que él no es un descubridor sino, más bien,
un intérprete"[38]
Se hace necesario, también, recordar algunos
parámetors del formalismo ruso, como por ejemplo la
dicotomía forma-fondo, los que fueron sustituidos por un
concepto más dinámico, pues la obra es una
totalidad dinámica, cuyos elementos no están
ligados por un signo de igualdad y de
adición, sino por un signo dinámico de
correlación y de integración. Otros son los propios
participantes, tales como:
– Vinogradov: La estilística debe ser un estudio funcional
e inmanente de las obras, pero no es disociable e los problemas de
la historia y del cambio
literario.
– Además sugiere que el estilo de un artista lioterario
podía y debía examinarse no sólo en
términos "intrínsecos", sino también en
relación con modos no poéticos del discurso:
a) Contexto de las formas artísticas del lenguaje
literario.
b) El contexto de los sistemas
lingüísticos sociales que pueden percibirse dentro
del lenguaje hablado y escrito de las clases educadas.
– Tynjanov: El concepto fundamental para el estudio de la
evolución literaria es el de sustitución de
sistema. Tanto la obra literaria como la literatura constituyen
un sistema, es decir, un conjunto de entidades organizadas que
mantienen entre sí relaciones de interdependencia y que se
ordenan a la cosecución de una finalidad
determinada: cada elemento entra en correlación con los
demás elementos del mismo sistema y por consiguiente, con
el sistema entero.
- Un hecho literario se define por su cualidad
diferencial en relación con otros hechos de la serie
literaria o series extraliterarias, es decir, se define por su
función, y por tanto, para reconocer la
naturaleza y la función de un hecho literario se impone
el
conocimiento previo de la serie literaria y de las serie
extraliterarias.
– La comprensión de una obra es imposible sin
el
conocimiento de la evolución y de la historia
literaria.
-Ejxenbaum, situado en el plano semántico, señala
:" en el lenguaje
poético, la palabra se traslada a una nueva atmósfera
semántica, pues deja de ser comprendida en relación
con la lengua general
para ser entendida en relación con lalengua
poética" [ o ¿discurso?].
-También formula el concepto de "Unidad
Teleológica" como recursos
articulados en un efecto estético.
-Desarrolla además el término "Gestaltqualität
como impacto en la verbosidad (sintaxis).
Pues bien, como se logra apreciar ya, se sugiere, entonces, una
nueva lectura de Todorov, especialmente en sus obras
"Poética" y "Simbolismo e Interpretación"; en
ambas, se hallan gran parte de los elementos esquematizados por
el profesor Jofré en el Curso de Semiótica: Desde
el "Signo al Lector" (2002) en dos de sus apuntes: TEORÍA
DE LA RECEPCIÓN I y TEORÍA DE LA RECEPCIÓN
II, los que se relacionarán, por ahora, sólo de
modo general, puesto que el espacio necesario para este
análisis ha de ser un mayor.
VII.Todorov: una
convergencia
En POÉTICA:(Edición 1975,
Editorial LOSADA S.A.. Bs. As.. Arg.) Todorov, también
responde a la pregunta ¿Qué es el estructuralismo?
Y lo hace desde la obra citada: "¿Qué es el
estructuralismo?.
En primer término lo hace a través de una "Nota
sobre la presente edición" (1973):
El siguiente texto difiere bastante del escrito en 1967, que
figuraba con igual título en el volumen colectivo
¿Qué es el estructuralismo? Esto obedece a una
doble razón: actualmente el campo de la poética ya
no es lo era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo
enfocando de la misma manera. Pero un texto totalmente nuevo no
podría integrarse ya a nuestro proyecto inicial.
Por consiguiente, he reservado la intención general y el
marco de la primera versión, así como cierto
análisis y ejemplos, modificando sin embargo la exposición
cada vez que fue necesario para dar cuenta del estado actual
de la poética.
Tzvetan Todorov. Mayo 1973.
Tal vez, aún no es visible lo que se quiere
plantear, pero en la misma se subrayar:
…actualmente el campo de la poética ya no es
lo que era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo
enfocando de la misma manera.
Por lo tanto él, ya es post-estructural y a partir de la
descontrucción del término
"interpretación":
La interpretación – denominada también a
veces exégesis, comentario, explicación del texto,
lectura, análisis o incluso simplemente crítica
(esta enumeración no significa que sea imposible
distinguir o incluso contraponer algunos de estos
términos) – se define, en el sentido que aquí le
damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el
sentido del texto examinado. Este objetivo
determina de una sola vez, su ideal – que consiste en hacer
hablar al texto mismo; con otras palabras: se trata de fidelidad
al objeto, al otro. Y por consiguiente a la desaparición
del sujeto [estructuralismo puro] – y su drama, que consiste en
no poder alcanzar nunca el sentido sino únicamente un
sentido, sometido a las contingencias históricas y
psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados
a lo largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es
coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo,
participación del sujeto histórico].[39]
Pero todo esto se ratifica más
adelante…
En efecto: interpretar una obra, literaria o no, por
sí misma, sin abandonarla ni por un instante, sin
proyectarla fuera de sí misma, esto en cierto sentido es
imposible. O más bien: tal tarea es posible, pero en ese
caso la descripción es una mera repetición, palabra
por palabra, de la obra misma. Se apega tanto a las formas de la
obra que ambas sólo forman una unidad. Y, en cierto
sentido, toda obra constituye de por sí la mayor
descripción de sí misma.[40]
Y termina (la descontrucción) de la siguiente
manera:
Lo que más se aproxima a esta
descripción ideal, pero invisible, es la simple lectura,
en la medida en que ésta no es más que una
manifestación de la obra. Sin embargo, el proceso de
lectura no deja de implicar ya ciertas consecuencias: dos
lecturas de un libro nunca son idénticas. Al leer se traza
una lectura pasiva; se agrega y se suprime en el texto
leído aquello que se quiere o no encontrar en él;
desde el momento en que existe un lector, la lectura ya
no es inmanente. ["Broche de oro" de la desconstrucción:
desde que existe un lector la lectura ya no es
inmanente.][41].
En SIMBOLISMO E INTERPRETACIÓN.
En primer lugar se debe rescatar el epígrafe o
intertextotualidad que usa Todorov:
Es tan mortal para el espíritu tener un sistema
como no tenerlo. Debe, por consiguiente, decidirse a reunir los
dos.
Friedrich Schlegel.
Y en segundo lugar, lo que el mismo dice al respecto (
de esta unión):
Yo quisiere plantear, en efecto, la solidaridad de lo
simbólico y de la interpretación (…) los
cuales, en mi opinión, no son más que dos
vertientes, producción y recepción, de un mismo
fenómeno. En consecuencia, pienso que su estudio aislado
no es deseable, y ni siquiera posible. Un texto, o un discurso,
se hace simbólico desde el momento en que, mediante un
trabajo de interpretación, le descubrimos un sentido
directo.[42]
Luego, más adelante se introduce de lleno en las
posibilidades receptivas:
La producción y la recepción de los
discursos
originaron, en el pasado dos disciplinas diferentes: la
retórica y la hermenéutica.[43]
Dos actividades que son bastante antiguas, pero que
tuvieron que adaptarse, evoluvionando y especialmente a partir de
los formalistas que removieron todo y que luego entre
huída y refugio, tiende a las claridades evolutivas, tanto
del productor como del receptor (realidades ya esbozadas en las
secciones anteriores):
Mi exposición
de divide en dos partes [dice Todorov], Simbolica del lenguaje y
Estrategias de la
interpretación (…) en función de dos
niveles: el de la teoría general, que intenta dar cuenta
de todas las posibilidades, y el de la estrategia
particular, de producción o de recepción (aun
cuando yo haga hincapié sobre todo en esta
última).[44]
Luego agrega:
El campo de lo interpretable siempre corre el riesgo de
extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que
concierne a la interpretación, por referencia a un marco
ideológico y, respecto a la producción, por la
sumisión a un género,
que no es otra cosa (…) que un contrato
establecido entre el autor y el lector y que determina
precisamente el modo de lectura a seguir.[45]
A continuación se presentará unos
esquemas, de modo general, del modelo de Todorov y
mostrarán algunos de los rasgos o elementos formalistas,
hermenéuticos y recepcionistas, que van desde la
unión de análisis formal con otro
histórico-recepcional, unión de métodos
estructuralistas y hermenéuticos hasta intentos de
una nueva estética y una nueva retórica basadas n
el efecto (o desición de interpretar); al igual que los
recepcionistas, por una parte la hermenéutica y por la
otra lingúística y sociedad. Un verdadero
"horizonte de expectativa": normas vigentes para los
géneros en determinadas épocas [estructura], la
relación implícita con otras obras literarias
contemporáneas y la oposición entre ficción
y realidad, entre función poética y práctica
del lenguaje, la confrontación de la estructura del texto
literario con los modos por los cuales éste puede ser
concretizado; cuando el lector decide, éste reconoce
implícitamente la calidad de
inagotable que el texto posee; el texto remite a preconcepciones
que se manifiestan en el acto de la interpretación y
muchos otros.[46]
Esquemas:
Finalmente, a modo de conclusión de esta breve y
no terminada investigación [la que queda abierta,
tanto para el ensayista como para otros.]:
El
texto es un todo autónomo, con límites
precisables, pero al mismo tiempo es una obra abierta, en
movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos niveles:
fonemáticos, sintácticos, semánticos,
ideológicos, narrativos, culturales, identificables
según y acorde a los códigos que se utilicen para
su decodificación.
Esta nueva noción de texto y de lectura, vista
como una conexión dinámica entre signos e indeterminaciones,
como elementos que se articulan y desarticulan en un proceso de
constante equilibrio inestable, se complementa con la idea
según la cual el texto es activado mediante su puesta en
relación con un sistema significante mayor, es decir, con
un discurso consistente en un sistema mayor de textos
jerárquica y dinámicamente
organizado.[47]
A. El estructuralismo desechó
simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este
movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni
se refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto
individual; ambos son descartados, y sólo queda entre
ellos, en el aire que las
separa, un sistema de reglas.
B. El estructuralismo no es una escuela ni siquiera un
movimiento (al menos todavía no), pues la mayoría
de los autores que suelen asociarse a ese término distan
mucho de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de
doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es
un término ya antiguo ( de origen anatómico o
gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la
palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice
sobre el contenido que se le da; funciones, formas, signos y
significaciones no son mucho más pertinentes.
B. La interpretación – denominada también
a veces exégesis, comentario, explicación del
texto, lectura, análisis o incluso simplemente
crítica (esta enumeración no significa que sea
imposible distinguir o incluso contraponer algunos de estos
términos) – se define, en el sentido que aquí le
damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el
sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una sola
vez, su ideal – que consiste en hacer hablar al texto mismo; con
otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por
consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo
puro] – y su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el
sentido sino únicamente un sentido, sometido a las
contingencias históricas y psicológicas. Ideal y
drama que se serán modulados a lo largo de toda la
historia del comentario, la que a su vez es coextensiva a la
historia de la humanidad. [recepcionismo, participación
del sujeto histórico].
B. El campo de lo interpretable siempre corre el
riesgo de
extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que
concierne a la interpretación, por referencia a un marco
ideológico y, respecto a la producción, por la
sumisión a un género,
que no es otra cosa (…) que un contrato
establecido entre el autor y el lector y que determina
precisamente el modo de lectura a seguir.
C. Un texto, o un discurso, se hace simbólico
desde el momento en que, mediante un trabajo de
interpretación, le descubrimos un sentido directo. En
efecto, la solidaridad de lo simbólico y de la
interpretación (…) los cuales, no son más
que dos vertientes, producción y recepción, de un
mismo fenómeno. En consecuencia, su estudio aislado no es
deseable, y ni siquiera posible.
D. El texto es un todo autónomo, con
límites precisables, pero al mismo tiempo es una obra
abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos
niveles: fonemáticos, sintácticos,
semánticos, ideológicos, narrativos, culturales,
identificables según y acorde a los códigos que se
utilicen para su decodificación.
Esta nueva noción de texto y de lectura, vista
como una conexión dinámica entre signos e
indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan
en un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa
con la idea según la cual el texto es activado mediante su
puesta en relación con un sistema significante mayor, es
decir, con un discurso consistente en un sistema mayor de textos
jerárquica y dinámicamente organizado.
E. La lectura no puede ser sólo inmanencia, esta
es la mirada de Todorov, quién, en su obra
"Poética" y "Simbolismo e Interpretación" hace
converger a la estructura y a la interpretación en un
proceso lectural de la producción y de la
recepción como una unidad solidaria entre ambos.
PROYECCIONES:
A. La
lectura ha de ser siempre un recorrido dentro del espacio del
texto; recorrido que no se ha de limitar, es decir, recorrer el
texto siempre como espacio y no como linealidad.
B. Todo círculo hermenéutico o receptivo no
es equivalente a otro por lo tanto, también, ha de ser un
espacio plural de las interpretaciones, y en la práctica
cada uno sabe que no hay lecturas más fieles que otras,
aun cuando ninguna lo es por completo.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
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estructuralismo?. POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg.
1975.
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"Semiótica y Literatura. Historia de la Semiótica
Actual." Editorial. Universitaria. 1990.
Mukarobsky, J."El estructuralismo en la estética
y en la ciencia literaria" en Arte y Semiología, Madrid. Alberto corazón
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Mukarovsky, Jan. "La obra literaria como estructura". En
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la Literatura. Valparaíso, Ed. Universitaria, año
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Iser, Wolgang. 1972. Iser, Wolgang. "El proceso de
Lectura: Un enfoque Fenomenológico". Publicado en New
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Colección Suhrkamp. 1970.
Barthes, 1967 Ensayos
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Roland Barthes. Elemento de Semiología Alberto
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La Aventura Semiológica Barcelona.
Editorol Paidós Iberica, SA Segunda edición en
Castellano.1993.
Terry Eagleton Una Introducción a la Teoría Literaria.
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Humberto Eco.Tratado de Semiótica General.
Introducción; Hacia una Lógica
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Barcelona. Lumen, quinta edición. 2000.
Chomsky, 1990 Noam Chomsky. Estructuras
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Siglo Veintiuno Editores, S.A. de CV. 10ª edición en
Español.
1990.
Roberto Hozven. El Estructuralismo Literario
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Cs. Físicas y Matemáticas.1979.
Roman Jakbson.El Marco del Lenguaje. Ojeada al Desarrollo de
la Semiología.México.Fondo de Cultura
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López, Berta. Curso de pregrado."Teoría
Literaria I". Apunte: "La Teoría de la
Recepción".U.B.B, Chillán, 1991.
Mercè Rius.T.W.Adorno, del Sufrimiento a la
Verdad.Barcelona.Editorial LAIA. 1985.
Ferdinad De Saussure. Curso De Lingüística
General. Bueno Aires. Editorial Losada, S.A.
1945.
Thomas Sebeok. Signos: Una Introducción a
La Semiótica.
*******************************************************************
[1]
Esta introducción tiene la intención de
mostrar una evolución de los elementos esenciales del
estructuralismo formulado por Barthes en "La Actividad
Estructuralista". Para una revisión historiográfica
más completa es necesario revisar a Manuel Jofré:
Teoría Literaria y Semiótica. Editorial
Universitaria. Santiago de Chile.1990.
[2]Eco,
Umberto. Tratado de Semiótica General.
Introducción; Hacia una Lógica de la cultura. O5.
Límites Naturales: Dos definiciones de Semiótica.
Barcelona. Lumen, quinta edición.2000.
[3]
Jofré, Manuel. Semiótica y Literatura.
Historia de la Semiótica Actual. Edit. Universitaria.
1990.
[4]
Mukarovsky, Jan. "El estructuralismo en la estética
y en la ciencia literaria" en Arte y Semiología, Madrid.
Alberto corazón Editor. 1971
[5]
Mukarovsky, Jan. "La obra literaria como estructura"
en Problemas de la Literatura. Valparaíso, Ed.
Universitaria. 1972, año I, número I.
[6]
Ibid.
[7]
Ibid.
[8]
Mukarovsky, Jan. "El arte como hecho semiológico" en
Problemas de Literatura.1972. AñoI, Número
I.
[9]
Ibid.
[10]
Mukarovsky, Jan: El estructuralismo en la estética y
en la literatura", Opus cit.
[11]
T.Todorov. Poética.
[12]
Eagleton, Terry. Una introducción a la Teoría
Literaria: III. Estructuralismo y Semiótica.
F.C.E.Méx., 1998.
[13]
Ibid.
[14]
Ibid.
[15]
Ibid.
[16]
Ibid.
[17]
Ibid.
[18]
Ibid.
[19]
Ibid.
[20]
Barthes, Roland. Elementos de Semiología.Alberto
Corazón Editor.Madrid. 1971.
[21]
Ensayos
Críticos. "La Actividad Estructuralista". Editorial
Seix Barral.España.
1967.
[22]
Ibid.
[23]
Ibid,
[24]
Ibid.
[25]
Eagleton. Opus cit.
[26]
Todorov.T. Simbolismo e Interpretación. Monte
Ávila Editores, 1982.
[27]
Ibid.
[28]
López, Berta. Curso de pregrado. "Teoría
Literaria I": Apunte: "La Teoría de la
Recepción. U.B.B, Chillán, 1991.
[29]
Ibid.
[30]
Mukarovsky, Opus cit.
[31]
López, Opus cit.
[32]
Jofré. Opus cit. 9. Estética de la
recepción y fenomenologóa de la lectura: 7. La
lectura como Decodificación e
Interpretación.
[33]
López. Opus cit
[34]
Ibid.
[35]
Ibid.
[36]
Jofré.Opus cit: 3. Historia Literaria
posestructuralista: 4 El Formalismo
Posestructuralista.
[37]
Ibid.
[38]
Opus cit: 9. Estética de la recepción y
fenomenología de la lectura: 9. Lectura, Semiósis y
Paradigma.
[39]
Todorov, T. "¿Qué es el estructuralismo?.
POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg. 1975.
[40]
Ibid.
[41]
Ibid.
[42]
Todorov, T. Simbolismo e Interpretación. Monte
Ávila Editores. Segunda
edición.1992.
[43]
Ibid.
[44]
Ibid.
[45]
Ibid.
[46]
Aquí se recogen, sucintamente, las lecturas
recepcionistas: Ingarden, Iser, por ejemplo. No obstante estas
lecturas han sido parte fundamental y complementaria.
[47]
Jofré, M. Opus cit.
JORGE ROSAS
GODOY