- Un contexto teórico para
el sistema financiero en El Salvador - Un contexto histórico
para el sistema financiero en El Salvador
Podría tipificarse este trabajo como una investigación exploratoria; sin embargo, el
término de exploratoria no quiere decir que el esfuerzo
por realizarla haya tenido poca intensidad. Algunas de las
reflexiones expresadas tienen considerable tiempo de estarse
examinando, especialmente las relacionadas con la búsqueda
de alternativas económicas y sociales. Esperamos que sea
de utilidad al menos
inquiriendo sobre nuevos planteamientos.
Este trabajo es la primera parte de una investigación realizada en los años
año 2000-2002, auspiciada por el Centro Internacional de
Política
Económica, CINPE, de la Universidad
Nacional de Costa Rica, a
través de un programa de
investigación denominado SUDESCA (Sustainable Development
for Central America Countries) a su vez patrocinado por la
Universidad de
Aalborg, Dinamarca. Además del Desarrollo
Sostenible, eran categorías inherentes al proceso de
investigación, las de Innovación y Tecnologías Limpias.
Participaban en el esfuerzo de la investigación, entre
otras entidades centroamericanas, la Escuela de
Economía
de la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de El Salvador, en donde
trabajamos como docentes-investigadores.
Paralelamente, en este período en que
participamos en la investigación de SUDESCA, apoyabamos la
elaboración, evaluación, gestión
y desarrollo de
proyectos de
la Fundación para el Desarrollo
Económico y Social de Centroamérica, FUNDESCA.
Y teníamos un largo período de preocupación
por el descubrimiento de alternativas económicas que
favorecieran a los sectores depauperados de nuestra población; una de estas preocupaciones se
concentraba en las temáticas de formas de financiamiento
alternativas para la microempresa, y
estudiamos, por ello, un proyecto de
FUNDESCA para el financiamiento
de la microempresa de
los mercados de San
Salvador, con el patrocinio de SUDESCA.
Ubicamos el estudio realizado para SUDESCA en dos
dimensiones: un esfuerzo de examen básico
macrosociológico sobre el contexto teórico e
histórico del sistema
financiero salvadoreño y otro intento de estudio
microsociológico, que trató de
reseñar e identificar los principales problemas para
la concreción de un sistema
financiero altenativo al tradicional, para la microempresa de
los mercados de San
Salvador, capital de la
República de El Salvador, en América
Central. En SUDESCA, nos recomendaron que omitiéramos la
parte general del trabajo para concentrarnos en la parte
específica, es decir, en el estudio de la innovación que implicaba el proyecto de
sistema de
financiamiento alternativo para la micro empresa de los
mercados de San Salvador. Esto era explicable pues se trataba de
aplicar la teoría
del desarrollo
sostenible elaborada en SUDESCA. Sin embargo, debido a
nuestros intereses teóricos, que datan desde 1987, sobre
el modelo
económico alternativo, nosotros concentramos algunos
esfuerzos teóricos en examinar, así fuera general e
inicialmente, los rasgos de un sistema financiero alternativo y
producto de
dicho examen, son estas anotaciones. De manera que este trabajo
solamente contiene los aspectos macro sociales, es decir,
los referidos al examen inicial,
socio-histórico del sistema financiero
salvadoreño.
Los planteamientos y deficiencias del presente trabajo
son solamente responsabilidad nuestra. Con todo, este estudio
contiene un considerable esfuerzo de investigación, que
nos parece, debe darse a conocer; tenemos la esperanza de que, al
menos, indique preocupaciones teóricas relacionadas con
los sistemas
financieros alternativos.
2. Un contexto
teórico sistema financiero alternativo en El
Salvador
2.1. Esquema histórico-lógico del
desarrollo del
sistema financiero
Se sabe que el sistema financiero es la expresión
más acabada del desarrollo de la economía de mercado. Toda
economía de mercado produce
mercancías, es inimaginable una economía de mercado
sin mercancías. La mercancía es un bien o servicio que
se destina al intercambio, a la venta y
consecuentemente a la compra. En ése proceso de
compra-venta, surge una
nueva categoría, el precio, que es
la expresión monetaria del valor de la
mercancía. El precio
expresa, concretando las circunstancias del intercambio, tanto el
valor-trabajo
como el valor-utilidad de la
mercancía. Surge el sistema de precios que
acompaña al sistema de intercambio; el sistema de
precios se
convierte en un indicador fundamental del comportamiento
de la economía de mercado, que se convierte en
economía de mercado plenamente dominante, cuando se ha
constituido el mercado de mano de obra, es decir, cuando la mano
de obra se convierte en mercancía, cuyo precio es el
salario. Que
prácticamente la totalidad de la población funcione de manera asalariada,
significa que prácticamente todo se compra y se vende, es
decir, que prácticamente todo es mercancía; la
población vende su fuerza de
trabajo y con el pago que es su precio, el salario, compra
los bienes
necesarios para su subsistencia. Todo el mundo compra o vende
algo, aunque los salarios sean
bajos.
Asociada a la categoría de precio, surge otra
categoría, que es la concreción del precio:
el dinero. El
dinero es una
mercancía también, es una mercancía que
sirve para intercambiar mercancías. La humanidad ha
experimentado con diversas formas de dinero:
ganado, sal, metales
preciosos, entre los que se destaca el oro, hasta llegar a la
moneda, papel moneda y
dinero plástico.
El dinero
tiene su precio también, el precio del dinero es la
tasa de
interés.
Como sabemos por la síntesis
histórico lógica
del desarrollo del dinero, las relaciones de mercado o
mercantiles, comienzan con el trueque o el intercambio de unas
mercancías por otras; a medida que la producción para el intercambio aumenta y
por ende, aumentan las transacciones de compra y venta, surge la
necesidad de identidad de
todas las mercancías en una sola, que facilite el
intercambio y de esta manera surge el dinero, como la
mercancía que sirve para el intercambio de
mercancías. Con el tiempo y el
aumento a gran escala de la
producción de mercancías, la
posesión de dinero como medio para obtener
mercancías se convierte en finalidad y podría
decirse, en obsesión, el dinero expresa riqueza y poder
económico y partiendo del poder
económico, todas las demás dimensiones del poder:
político, social, cultural.
El dinero, concebido como principio y finalidad,
supedita como mercancía mediadora a la fuerza de
trabajo, a la que impulsa a generar valor en forma de
mercancías, hasta llegar a la forma financiera
generalizada, que se expresa en el funcionamiento apariencial de
entidades del sistema financiero: dinero que
hermafrodíticamente engendra dinero. Parece, como decimos
en El Salvador, como si "el pisto, llama el pisto". Pero el
dinero aunque es una abstracción real del proceso de
intercambio por ésa dimensión real ejerce, a
través del sistema financiero un papel rector
del proceso económico: de la producción, distribución y consumo de
bienes y
servicios.
Recordando viejos conceptos de Economía
Política, puntualicemos el esquema histórico
lógico, que nos pone en la dimensión del análisis del sistema financiero como punto
de llegada o de máximo desarrollo del sistema de
economía de mercado.
MÛ M
v
MÛ DÛ M
v
DÛ MÛ D*
v
DÛ M…P…P*…M*Û D*
v
DÛ D*
El esquema anterior nos parece fue uno de los
principales aportes sintéticos de Marx. Nosotros
hemos incorporado en el esquema signos de doble
implicación. Los verticales para señalar que aunque
existan avances en el proceso de intercambio, siempre se
conservan las formas anteriores de intercambio, aunque
supeditadas, por ejemplo, la existencia del trueque en el mundo
globalizado. Los signos de doble implicación horizontales
indican la duplicidad de la transacción, en el caso del
capital
financiero DÛ
D* indica, por ejemplo, el retorno del capital dinero
prestado además de los intereses.
En un intento de simplificación explicativa del
esquema, se puede decir que en un principio, la economía
de mercado consistía principalmente en el intercambio de
unas mercancías por otras, M-M; pasado el tiempo,
surgió una mercancía, el dinero, que expresaba el
valor de las demás, D. El dinero, D, se convirtió
de medio en fin D* por las siguientes razones: porque
técnicamente, era portable, fragmentable, expresaba el
valor de los bienes y servicios de
manera cuantificable y porque teniéndolo, se podía
comprar y/o vender cuando se quisiera y lo que se quisiera si se
tenía dinero en suficiente cantidad, se podía
comprar barato y vender caro, se tenía poder de pago y los
poderes de control y
presión
social asociados a ello, se podía atesorar y acumular
poder económico y social.
El dinero pasa de ser un medio para la
circulación de la riqueza a ser una finalidad, una
concreción de la acumulación de la riqueza, por un
lado y derivado del poder de condensar la riqueza y de sus
propiedades como medio de cambio, en el
facilitador principal de la asignación de recursos escasos
para la producción de más riqueza. Con el tiempo,
el dinero expresado institucionalmente en el sistema financiero,
se convierte en el conductor de la economía nacional y
mundial.
El sistema capitalista, tiene en el sistema financiero,
el rector de la economía que sigue las indicaciones del
mercado. Es un rector condicionado y determinado por el
funcionamiento del mercado, pero, valga la aparente redundancia,
incide también determinando y condicionando el
funcionamiento del mercado. Por ejemplo, las crisis
bursátiles, provienen tanto de crisis de
sobreproducción, de períodos recesivos de los
ciclos económicos, como de expectativas racionales e
irracionales, económicas y no económicas, de
banqueros y empresarios, de fenómenos políticos que
ocasionan contracciones o expansiones en mercados de productos,
trabajo y capitales.
2.2. Sistema financiero "excluyente" e
"incluyente"
El mercado, es decir, la producción generalizada
de mercancías tiene un funcionamiento contradictorio: por
un lado, democratiza el consumo de
mercancías, pero al mismo tiempo, por otro lado,
monopoliza lucrativamente los beneficios extendiendo la
pobreza.
La pobreza no se
puede erradicar, es consustancial al funcionamiento del sistema
de economía de mercado capitalista; existe una tendencia
general a la expansión de la oferta
paralelamente a la reducción de la demanda, como
expresión del desarrollo tecnológico que desplaza a
la mano de obra en el proceso productivo profundizando el
desempleo y
consecuentemente la pobreza. La
pobreza se
puede atenuar; se atenúa desarrollando políticas
económicas que eleven el consumo, no el consumismo de la
población, ampliando la capacidad adquisitiva. La
experiencia histórica muestra que
aplicando este tipo de políticas,
en ciertos países, se ha incluso llegado a condiciones en
las que la atenuación de la pobreza ha significado la
solución de los problemas
básicos para que el ser humano lleve una existencia
material y espiritual digna elemental, en términos
históricos.
De manera que existen políticas públicas y
privadas, que se basan en concepciones tendencialmente
incluyentes o tendencialmente excluyentes con
relación a la capacidad adquisitiva de la
población.
Si intentáramos distinguir un elemento
básico de la tipología de los países ricos y
los países pobres, se podría mencionar que en los
países ricos se ha logrado atenuar significativamente la
pobreza, se han impulsado políticas incluyentes que
procuran generar recursos
monetarios basados en el trabajo
productivo en el conjunto de la población. En los
países pobres, se practican políticas
excluyentes: limitan y reducen la capacidad adquisitiva de
la población, la capacidad empresarial y de inversión de sectores populares, promueven
bajos salarios, baja
inversión en investigación y
desarrollo, reducen recursos financieros para el sistema
educativo y de salud, mantienen un sistema
público con funcionarios corruptos e impunes, entre otros
problemas. El sistema financiero expresa, se adapta y desarrolla
estas características del mercado.
El sistema financiero alternativo, surge como una
necesidad histórica para desarrollar métodos de
financiamiento alternos, usualmente novedosos e innovadores, para
darle continuidad a los aspectos positivos del financiamiento del
desarrollo y contribuir a minimizar y probablemente a erradicar
los efectos negativos del funcionamiento del sistema financiero
excluyente.
2.3. Oligopolio
financiero y dependencia financiera, problemas
estructurales
El funcionamiento del mercado financiero, tiene
también dos limitaciones de carácter
estructural, en los países periféricos:
- Estructura de competencia
imperfecta en el mercado, altamente concentrada. Además,
se basa en atrasadas formas de competencia
(proteccionismo político, mercado financiero cerrado,
tráfico de influencias, poco riesgo, altos
intereses, mercado protegido, etc.) - Dependencia financiera internacional subordinada,
excluyente de niveles de competencia multidimensional (estatal,
institucional, económica, empresarial, social, política, militar,
cultural, educativa, tecnológica, mental,
etc.).
En El Salvador el sistema financiero tradicional,
usualmente excluyente, contribuye a la consolidación de
estas limitaciones, en tanto que el sistema financiero
alternativo, tendencialmente incluyente, deberá propiciar
condiciones para superarlas.
En este marco, el desarrollo sostenible se presenta
también como un desarrollo alternativo.
En general, el sistema capitalista, se desarrolla en
forma creativamente destructora, como analizaba Schumpeter. Para
crear nuevas mercancías el sistema destruye recursos
naturales, financieros y humanos. Y si bien se eleva el
bienestar con la producción mercantil, también se
eleva el malestar. Se produce riqueza generando
pobreza.
En la tendencia excluyente del desarrollo capitalista,
la finalidad de lucro, concretada en la ganancia que se obtiene
al momento de la venta o realización de la
mercancía, se constituye en la brújula que
guía el camino de todos los actores económicos y
sociales, que emprenden actividades en el sistema. La fuerza de
atracción del polo de la ganancia, es tan poderoso en el
sistema, que no se escatiman costos, ni
sacrificios, ni destrucciones, para crear una mayor ganancia. Y
en la parte destructiva del proceso, se llega, incluso a atentar
en contra de la misma reproducción mercantil, deteriorando hasta
poner en peligro de extinción recursos
naturales y hasta poner en condiciones de rebelión
social a los recursos
humanos, especialmente en los países periféricos.
2.4. Sistema y modelo
económico y social alternativo: relación con el
sistema financiero
En el nivel del análisis sociológico, nosotros
establecemos diferencias conceptuales entre Sistema y Modelo
Económico y Social.
El Sistema esta constituido por las leyes generales
del funcionamiento de la economía, determinadas
histórica y estructuralmente. El modelo económico
está constituido por el modo de funcionamiento
específico, espacial y temporal, de las leyes generales
del funcionamiento de la economía. En la sociedad
contemporánea, y sobre todo durante el siglo XX, han
existido dos sistemas
económicos y sociales principales: el sistema de
economía de mercado, o capitalista y el sistema de
economía planificada, o socialista. Los modos de
funcionamiento o los modelos de
estos sistemas pueden distinguirse por razones espaciales o
geográficas y por razones temporales, de tiempo, o
históricas. Así, por ejemplo, distinguimos en el
sistema socialista los modelos Chino
y Soviético, básicamente; y en el sistema
capitalista los modelos de Estados Unidos de
América
y de Alemania.
Algunos modelos
económicos, tienen nombre específico. El modelo
económico de Alemania,
sostenido después de la II Guerra Mundial,
es conocido como Modelo de Economía Social de Mercado,
aunque muchas veces se usa indistintamente, de manera
errónea a nuestro juicio la palabra "sistema de
economía social de mercado". La economía social de
mercado es un modo de funcionamiento, un modelo del sistema
capitalista. Al modelo de la República Popular de China, se le
designa también como Modelo Socialista de Mercado, que es
una expresión del Sistema Socialista o de Economía
Planificada.
El cambio del
modelo económico y social es inevitable. La perdurabilidad
de los modelos
económicos depende de la resolución de dos
problemas económicos centrales: la producción y la
distribución, el crecimiento y la equidad.
En Alemania y la República Popular de China, con dos
sistemas económicos diferentes, los modelos implementados
han resuelto en gran medida y en ciertas condiciones
históricas, los problemas de crecimiento y equidad. De
ello depende a nuestro juicio, la perdurabilidad de sus modelos;
en el caso de Alemania, el modelo de economía social de
mercado tiene ya más de medio siglo de
implementación sin modificaciones sustanciales. El de la
República Popular de China, lleva ya casi 3
décadas.
Existe una ley de la
alternancia de los modelos económicos y sociales, ligada
al desarrollo histórico de las fuerzas productivas. La
temática del desarrollo y cambio de los modelos
económicos a nivel de la economía mundial, puede
ser todo un campo de estudio. En el caso salvadoreño,
distinguimos los siguientes modelos económicos como modos
de funcionamiento que ha tenido la economía de mercado, en
la historia de El
Salvador:
- Modelo Agroexportador. Se constituye la
economía de mercado capitalista en El Salvador, el eje
es la agroexportación, especialmente del café.
Se inicia a mediados del siglo XIX y adquiere
configuración jurídica con las leyes de
extinción de tierras ejidales y de las comunidades
indígenas, que fueron dedicas principalmente al cultivo
del café,
a principios de
la década del 80 del siglo XIX. El modelo se extiende
hasta la década del 30 del siglo XX, cuando se reforma
después de las repercusiones de la crisis de
1929-30. - Modelo Agroeportador Reformado. Surge después
de la crisis mundial de 1929-30, que en El Salvador se
expresó con un violento movimiento
social, después de cuya represión se impulsaron
reformas para atenuar las deterioradas condiciones de vida de
la población. El modelo finaliza a mediados de la
década del 40, cuando el desarrollo de las fuerzas
productivas urbanizadoras e industrializantes, agotaron las
formas económicas y políticas limitantes del
modelo Agroexportador Reformado. - Modelo de Sustitución de Importaciones,
también conocido como Modelo de Integración Centroamericana o Mercado
Común Centroamericano. Desarrolla bases institucionales
en la década del 40, especialmente a partir de la
segunda mitad; en la década del 50 además del
afianzamiento de las bases institucionales se desarrollan bases
infraestructurales para un creciente proceso de
urbanización e industrialización. Las relaciones
de dependencia con Estados Unidos
se habían atenuado por la participación de esta
potencia en
la II Guerra
Mundial. El momento estelar del Modelo de Sustitución de
Importaciones
es la década del 60, que culmina con la Guerra de
las 100 Horas entre El Salvador y Honduras. - Modelo de Zonas Francas. Impulsado en la
década del 70. Tuvo una relativa aplicación, pues
la convulsión social residual dejada por el proceso de
industrialización y consecuentemente de
proletarización perférica del Modelo de
Sustitución de Importaciones se expresón en
tensiones sociales y expresiones cada vez más violentas
del movimiento
de masas. El modelo culminó a finales de la
década del 70 del siglo XX, con el derrocamiento del
último régimen dirigido por militares, quienes
prácticamente habían ejercido el poder
político, por casi medio siglo. - Modelo Reformista Contrainsurgente. Es un modelo que
combina reformas económicas y sociales en función
de procesos
militares contrainsurgentes. El propósito es restarle
base social a la insurgencia. Se desarrollaron las Reformas
Agraria, Bancaria y del Comercio
Exterior y la guerra civil que culminó con los
Acuerdos de Paz en 1992. - Modelo Neoliberal. El fracaso de las medidas
reformistas económicas y sociales impulsadas por
el Estado en
el Modelo Contrainsurgente y el prolongado conflicto
militar condujeron al replanteamiento de la forma de
funcionamiento del modelo de desarrollo. Se puso fin al
conflicto
militar a través de una solución política y se
redefinió el modelo privilegiando nuevamente el papel de
la función
privatizadora, desestatizante y desnacionalizante. Este modelo
es el primer modelo implementado a escala mundial,
de manera uniforme podría decirse y es la consecuencia
lógica del debilitamiento y la
disolución del sistema socialista, que hacía
énfasis en el papel del Estado en la
economía planificada. La disolución
culminó a finales de la década del 80 del siglo
XX.
De manera que un sistema financiero puede sufrir
cambios, debido a cambios del modelo económico, por
ejemplo, tal como sucedió en El Salvador con la
nacionalización y la reprivatización del sistema
financiero, en el contexto de los modelos contrainsurgente y
neoliberal.
Nuestra conceptualización diferenciada de Sistema
y Modelo, a nivel económico y social posibilita, la
observación de la relación entre
mercado, Estado y
sistema financiero desde el punto de vista histórico
coyuntural y el afinamiento de conceptualizaciones como la de
"agotamiento del modelo económico" y necesidad de un
modelo económico alternativo.
Cuando sostenemos que el modelo neoliberal esta en un
proceso acelerado de agotamiento, queremos decir que un modelo
que se basaba en la liberación de precios, las
privatizaciones, las exportaciones no
tradicionales, el rol subordinado del sector
público al sector privado en el proceso
económico y social, confronta indicadores
crecientes y sostenidos de inestabilidad económica y
social, como son el lento ritmo de crecimiento de la
economía, el desempleo y el
deterioro del bienestar de la población.
El agotamiento del modelo neoliberal impone la
búsqueda de alternativas a nivel del modelo
económico y social. No es lo mismo la búsqueda de
alternativas a nivel de modelo económico y social que a
nivel de sistema económico y social. El cambio del modelo
no implica necesariamente el cambio del sistema, pero puede
también implicarlo dependiendo del tipo y profundidad,
pero sobre todo de la necesidad de las medidas que el modelo
intente transformar. Identificar las medidas necesarias,
tipificarlas por su esencia transformadora de la situación
económica y social, graduar y dirigir su intensidad y
movilizar la fuerza política y social en su apoyo, son
procesos
cruciales del cambio social. Por ello decimos también que
existen momentos históricos en que lo dominante es el
cambio del modelo y otros momentos históricos en que lo
dominante es el cambio del sistema.
En términos históricos, los cambios del
modelo pueden o no propiciar cambios de sistema y ello es
válido tanto para el capitalismo
como para el socialismo, pero
además ningún sistema evoluciona sin un modelo, sin
un modo de funcionamiento específico. Y todo sistema y
modelo económico tiene su propio sistema financiero. El
sistema financiero es otro nivel de concreción del
sistema y el modelo económico y social. Un sistema
financiero no es un sistema ni un modelo económico y
social, es una subcategoría o un subconjunto de
ellos.
En el caso salvadoreño se observan tres
sistemas económicos:
- Indígena Primitivo o Pre Colonial.
Consiste básicamente en relaciones comunitarias en el
proceso de producción y distribución. Las
relaciones de mercado no son dominantes. Los comerciantes
ocupan un lugar relativamente bajo en la escala social. Las
formas comunitarias centralizadamente dirigidas, de cultivo de
la tierra
son la forma principal de producción, el "calpulli" es
la unidad principal de producción. - Colonial. Primera fase de integración al mercado mundial a
través de la exportación, principalmente del
añil. Las relaciones
laborales son transformadas violentamente por el proceso de
conquista y colonización. Surge la propiedad
privada de la tierra y las
encomiendas y repartimientos de indios, que incorporan
elementos de regímenes de esclavitud y
servidumbre. La hacienda colonial es una unidad
económica principal. - Capitalista Dependiente. Segunda fase de
integración al mercado mundial a través de la
exportación, principalmente del
café. Se crea una extendida economía de mercado,
expandiendo gradualmente relaciones salariales, extinguiendo
formas de tenencia de tierra
comunitaria entre los indígenas y en los poblados. Se
extiende gradualmente la mano de obra asalariada y como
contrapartida la economía de mercado
capitalista.
Y como dejamos dicho se observan seis modelos
económicos a través de los cuales ha funcionado el
sistema económico y social en El Salvador: agroexportador,
agroexportador reformado, sustitución de importaciones,
zonas francas, reforma contrainsurgente, neoliberal.
(Véase: EL SALVADOR. ESQUEMA BASICO DE LA EVOLUCION DEL
SISTEMA Y MODELO ECONOMICO Y SOCIAL Y EL SISTEMA
FINANCIERO).
EL SALVADOR. ESQUEMA DE LA EVOLUCION DEL SISTEMA Y
MODELO ECONOMICO Y SOCIAL Y SU SISTEMA FINANCIERO
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2.5. Sistema Financiero
Alternativo
El sistema financiero no necesariamente tiene que ser
alimentado por conflictos
sociales para acentuar su funcionamiento democrático.
Puede ser producto de
una planificación financiera y el desarrollo de
una política concientemente elaborada. Las formas de
financiamiento alternativo como formas de conducción
colectiva, pueden ser exitosas como en el caso de las cooperativas
financieras Desjardins, de Quebec, Canadá las que
pertenecen alrededor de 5 de los 7 millones de quebequenses. Y
pueden ser también un catalizador de equilibrio en
el poder financiero mundial. En El Salvador, las cooperativas
financieras de FEDECACES (Federación de Cooperativas de
Ahorro y
Crédito
de El Salvador) se distinguen del resto del movimiento
cooperativo por su rentabilidad,
solvencia y la función social de intermediación
financiera que desempeñan. Y aunque esto no quiere decir
que este sea el sistema financiero alternativo, si quiere decir
que las cooperativas financieras son componente importante de un
sistema financiero alternativo.
El sector financiero, es una parte del sector terciario
de la economía (los otros son el primario: agricultura y
el secundario: industria).
Por dos motivos el sector terciario, se desarrolla, en
perspectiva, con mayor incidencia que los otros dos
sectores:
- Porque la tendencia del sistema de producción
mercantil, es a privilegiar, con una función
coordinadora del proceso económico al sector
financiero. - Porque el proceso de diferenciación y
diversificación inherente al desarrollo de la
economía de mercado capitalista, contiene una ley de
población, que impele al crecimiento de la
población económicamente activa ocupada en el
sector terciario, debilitando la participación en los
otros dos sectores.
El funcionamiento del sistema de economía de
mercado capitalista siempre arroja un segmento de la
población que demanda
crédito
en condiciones de no ser sujeto del mismo crédito. Esta
situación social se produce no por el hecho de que este
segmento social esté al margen del mercado, sino por el
contrario, por el hecho de que las leyes mismas del mercado,
especialmente el mercado de trabajo, empobrecen a vastos sectores
de la población que integran este segmento social. El
sistema financiero alternativo eleva los niveles de desarrollo de
las relaciones mercantiles y profundiza la democracia
económica desarrollando políticas de
ampliación de la capacidad adquisitiva y de la
condición de ser sujetos de crédito de sectores
empobrecidos de la población. Los esfuerzos por concretar
alternativas de financiamiento, forman parte de la historia del sistema
financiero en El Salvador.
3. Un contexto
histórico del sistema financiero alternativo en El
Salvador
3.1. Elementos de un sistema financiero
nacional
El concepto de
"sistema financiero nacional" ha sido relevado por Lindgaard,
como una de las más importantes condiciones
institucionales para el proceso de innovación.
La importancia de las finanzas en
los procesos de innovación es doble. Por un lado, en la
sociedad
moderna, capitalista, es inimaginable un proceso de
innovación sin financiamiento, aunque pueda existir
alguno, excepcionalmente. Las finanzas son
el motor en el
desarrollo capitalista y ellas penetran el resto de sectores
(sector 1: agricultura,
sector 2: industria y
sector 3: comercio y
servicios) impulsando y orientando, en el funcionamiento del
mercado, el proceso de innovación. Por otro lado, en
sí mismas (los "servicios financieros" como actividad
económica, forman parte del sector 3: comercio y
servicios) las finanzas desarrollan procesos innovadores, como
resultante del propio grado de desarrollo de sus contradicciones,
de las relaciones con otros sectores o de los cambios operados en
el intorno y el entorno.
La función económica principal de las
finanzas, es la intermediación financiera. En su
acepción más simple, la intermediación
financiera consiste en la canalización de recursos
financieros, especialmente dinero, de un sector social
superavitario en dinero, hacia otro sector social deficitario de
dinero.
Por dejar de usar el dinero propio, se recibe un pago y
por usar el dinero ajeno, se realiza un pago. Este pago es el
precio del dinero, que se llama interés,
en su definición más elemental. El negocio en la
intermediación financiera es pagar un tipo de interés
menor a quienes les sobra el dinero y cobrar un tipo de
interés mayor a quienes necesitan el dinero. Cuando se
aplica a quienes proveen el dinero, se llama tasa de
interés pasiva y cuando se aplica a quienes usan el
dinero, se llama tasa de interés activa. La diferencia
entre la tasa de interés activa y la tasa de
interés pasiva, constituye el "margen de la
intermediación financiera", es decir, la ganancia en las
finanzas.
A las personas, naturales o jurídicas, que tienen
dinero de sobra (lo que no quiere decir que no les sea
útil, obviamente) se les denomina "depositantes" pues
"depositan" sus fondos en el intermediario financiero, para que
éste se tome el trabajo de
canalización. Este trabajo de intermediación
financiera, es cobrado a través del "spread", o la
diferencia entre las tasas activa y pasiva de interés. A
las personas que usan los recursos financieros, se les denomina
"usuarios", "prestatarios" o "inversionistas". En el proceso
financiero se presentan dos categorías inherentes:
crédito y préstamo. Por definición, la
intermediación financiera, se realiza a través de
créditos y /o préstamos;
corrientemente la palabra crédito se asocia al usuario y
préstamo al intermediario. El banco por ejemplo
otorga un préstamo, el cliente recibe un
crédito. En ambos casos, el proceso consiste en la
transferencia de recursos financieros por los cuales se paga un
tipo de interés.
La canalización de recursos financieros hacia los
usuarios tiene dos finalidades principales: el consumo y la
inversión. Lindegaard puntualiza que la finalidad del
sistema financiero, es la canalización hacia la
inversión. "Financial systems can be defined as
institutional arrangement for the transformation of saving or
credit to investments, and for advising firms".
Naturalmente, que la canalización del ahorro hacia
la inversión es preferible en términos
económicos, que la canalización hacia el consumo.
La inversión esta directamente relacionada con la reproducción ampliada de la economía
profundizando y expandiendo la producción y
circulación, incluso el consumo de mercancías, en
tanto que el crédito para el consumo fenece en la
satisfacción de las familias y de los individuos que
consumen.
En otras palabras el ahorro puede canalizarse hacia el
consumo improductivo o hacia el consumo productivo. El consumo
improductivo, es el consumo personal,
individual o familiar, y el consumo productivo es la
inversión.
No obstante lo anterior, en donde la inversión
aparece claramente como el motor del
desarrollo
económico, es necesario puntualizar que el consumo es
también un motor de la inversión. En la
ecuación de la demanda agregada
(DA=C+I+X-M), Demanda Agregada
es igual al Consumo más la Inversión más las
Exportaciones
menos las Importaciones) se presenta matemáticamente la
situación en que dada una demanda agregada, un aumento en
el consumo puede incidir en la disminución de la
inversión o del saldo externo (Exportaciones menos
Importaciones) pero al final aumenta la Demanda
Agregada.
La Demanda Agregada por el supuesto real de la
tendencia dicotómica equilibrio-desequilibrio en la Ciencia
Económica tiende coyuntural y permanentemente, en medio de
convulsiones económicas y sociales e inestabilidades
fluctuantes del crecimiento
económico, a equilibrarse o desequilibrarse con la
Oferta
Agregada (DA=OA).
La Oferta Agregada reacciona ante los cambios de la
Demanda Agregada y ello ocasiona cambios en los precios, en el
capital, en la mano de obra, en la tecnología como
componentes de la Oferta Agregada, fomentando así la
inversión y la innovación. De esta manera el
Consumo, aún el improductivo o personal, se
convierte en motor de la inversión.
En la concepción de Lindegaard, lo financiero es
un sistema y es nacional. Se trata de estructuras,
en la connotación sociológica, que tienen
dimensiones históricas, culturales, geográficas y
organizacionales, que se materializan en relaciones de información (con canales de aprendizaje
interactivo) y confianza (en el marco de relaciones de
competencia y competitividad) en procesos de vinculación
entre prestamistas y prestatarios.
De manera que un sistema financiero nacional,
podría definirse como aquellas estructuras de
intermediación financiera, especialmente de dinero, que se
ubican en un espacio y tiempo determinado, definidas
geográfica, histórica, jurídica y
políticamente en un Estado Nación.
Toda nación
moderna, capitalista, tiene un sistema financiero y éste
constituye el eje central de la reproducción de la
Economía.. Y este sistema financiero, posibilita o
imposibilita en diversos grados y modalidades un sistema de
innovación propio y de otros sectores de la
economía y la sociedad. Estas posibilidades o
imposibilidades de innovación tienen estrecha
relación con la conformación histórica del
sistema financiero.
3.2. Momentos cruciales en la historia del sistema
financiero de El Salvador
3.2.1. Mercado mundial y sistema financiero
nacional
Hasta la década del 30, las emisiones monetarias,
prácticamente en todo el mundo y desde luego, en El
Salvador, tenían que estar respaldadas por las reservas en
oro, este requisito de respaldo, fue conocido como el
"patrón oro". Dos momentos históricos han sido
cruciales en el abandono del "patrón oro":
- La crisis mundial de 1929-30
- El "shock" de oferta del petróleo de 1972
La crisis mundial de 1929/30, puso en evidencia que "ni
todo el oro del mundo" podía salvar a la economía
capitalista de su comportamiento
recesivo: entró en su primera crisis el patrón
oro.
La humanidad tardó milenios, en descubrir un
metal precioso, el oro, que encarnara generalizada y
mundialmente, el valor de las diferentes mercancías y que
por ello, además de otras características, sirviera en un proceso
histórico, como medio de cambio, de atesoramiento y
acumulación y de respaldo a la emisión monetaria.
Pero es reciente (a principios del
siglo XIX) el descubrimiento, que se debe a los economistas
clásicos (que son clásicos por este descubrimiento)
de que es el trabajo humano el que crea el valor que puede
materializarse en el oro o en cualquier otra
mercancía.
La segunda crisis del "patrón oro", fué
producto de los "shocks de oferta" de los precios del petróleo
de 1972: los aumentos en el precio, concertados por los oferentes
de petróleo, hicieron recordar a la humanidad que el
atesoramiento del oro, era solamente un medio y no una finalidad.
La división mundial del trabajo, había elevado a la
categoría de un motor fundamental de la producción
al petróleo y los países que lo poseían en
forma natural, se vieron enriquecidos como por milagro,
aún sin tener grandes reservas de oro.
La revolución
industrial post clásica y
científico-técnica, elevó la importancia
económica del petróleo a tal grado que se le
denominó el "oro negro" y en cierto modo se
consideró el
petróleo como una categoría superior a los
metales
preciosos. El
petróleo, combustible necesario en casi todos los
medios de
transporte,
energía, materia prima,
etc. en el mundo, podría considerarse que funciona como
una especie de respaldo material real de los llamados
petrodólares (dólares provenientes de la
exportación del petróleo).
El petróleo cambió la macroeconomía
y la política
monetaria introduciendo el fenómeno de la
inflación por el lado de la oferta, como proceso
constante, generalizado y conmocionador del aumento de los
precios, como protagonista estelar de la economía. Por
primera vez en la historia de la humanidad desde principios de la
década del 70 la inflación crece
sistemáticamente, de manera superior que el crecimiento
del Producto Interno
Bruto en todo el mundo, reflejando el impacto de la
elevación de los precios del petróleo en el aumento
generalizado y constante del nivel general de precios. La nueva
fuerza motriz del proceso de trabajo mundial, el petróleo,
hace la diferencia.
En este contexto, aunque no exclusivamente por ello,
entró en su segunda crisis, la definitiva, el
patrón oro. Desde mediados de la década del 70
prácticamente en todo el planeta, la emisión
monetaria no tiene que estar respaldada por las reservas en
oro.
Existen dos acontecimientos de singular importancia para
el sistema financiero salvadoreño, derivados de los dos
momentos históricos cruciales mundiales, antes
señalados:
- En el contexto de la crisis de 1929-30, se
fundó el Banco Central de Reserva en 1934. El
Banco Central
de Reserva unificó la dispersa emisión monetaria
al interior de El Salvador y relacionó el manejo de la
política
monetaria nacional con el manejo internacional, a fin de
prevenir, en esta dimensión, problemas recesivos y
asegurar el financiamiento requerido para el crecimiento de la
economía. - El shock de oferta del petróleo de 1972,
repercutió en la creación de la Junta
Monetaria en 1973. Uno de los propósitos
fundamentales de la Junta Monetaria fue el control de
la inflación a través de los instrumentos de la
política monetaria: la masa de dinero en
circulación y el tipo de interés y de
cambio.
En la actualidad, la economía capitalista en los
países centrales ha logrado atenuar la regularidad e
intensidad de las crisis y su comportamiento en profundidad y
amplitud; sin el aporte de economistas como J. M. Keynes esto no
hubiera sido posible, así como la constitución de políticas monetarias
y organismos financieros internacionales. Otro elemento que
contextúa el presente comportamiento del sistema
financiero es que como resultante del proceso de globalización mundial, desarrollado
intensamente en la segunda mitad del siglo XX, se asiste al
proceso de globalización financiera y a pasos
acelerados en el caso de El Salvador a la integración
entre el mercado y dinero nacionales con el mercado y dinero
internacional, especialmente el dólar de los Estados
Unidos de América. El sistema financiero con el impulso de
la llamada Ley de Integración Monetaria, aprobada en el
2001, ha convertido el dólar de los Estados Unidos de
América de una moneda mundial a una moneda nacional, y ha
debilitado la formulación de una política monetaria
nacional prácticamente erradicando las funciones de
política monetaria, como son la determinación de la
masa monetaria y la tasa de interés, por parte del Banco
Central de Reserva. Se asiste pues, a un proceso creciente de
desnacionalización de instrumentos y política
monetaria.
En este contexto resaltan más la dependencia
financiera interiorizada en el funcionamiento propio de la
economía periférica de El Salvador. Sin embargo, es
necesario tener siempre presente que en el funcionamiento de la
economía periférica se funden cada vez más
fenómenos internacionales con fenómenos nacionales
para conformar los escenarios del desarrollo y de las crisis y
los ciclos económicos, políticos y sociales. Por
ejemplo, la guerra civil de la década del 80 en El
Salvador no se debió como en 1930/32 a una crisis de la
economía de los Estados Unidos de América, sin
embargo, es inconcebible la guerra civil de la década del
80 sin la participación de los Estados Unidos de
América. La guerra civil de la década del 80 en El
Salvador se originó principalmente por el empobrecimiento
y proletarización generalizada que engendró el
proceso de industrialización del modelo de
sustitución de importaciones. En la insurrección
obrero, campesina e indígena de 1932 operaron
conjuntamente el grado de polarización social ocasionado
por la conformación altamente concentrada de las tierras
dedicadas al cultivo del café, combinada con el detonante
de la crisis de demanda de café ocasionada por crisis
mundial de 1929-30.
La Junta Monetaria en El Salvador, se disuelve a
principios de la década del 90 y el Banco Central de
Reserva pierde prácticamente su esencia de organismo
generador, impulsor y regulador de la política monetaria
prácticamente una década después de la
disolución de la Junta Monetaria, en el 2001, cuando se
impone el dólar de Estados Unidos de América como
moneda nacional. Y, a finales de la década del 80, el
contexto nacional, regional e internacional marcaba la crisis de
los sistemas y modelos que hacían énfasis en la
participación del Estado en el manejo de la
política monetaria y social, para regular la
inflación y el tipo de
cambio, propiciar el crecimiento
económico y ampliar el bienestar social. Hacen crisis
los modelos de Reforma Contrainsurgente en El Salvador, el Modelo
Sandinista en Nicaragua y los modelos y sistema socialista en
Europa del Este.
Aunque por su contenido político y de clase social, se
diferencien el Modelo Contrainsurgente de los demás, que
apoyaban la insurgencia, el punto es que se percibe que los
modelos y sistmas sociales que propician la participación
del Estado son disfuncionales para la resolución de los
problemas del crecimiento económico y la reducción
de la pobreza. En este contexto se refuerza la imposición
nacional, regional y mundialmente, de modelos de
conducción neoliberal en el sistema capitalista, en donde
se supone que el "libre" juego de las
fuerzas del mercado y la reducción del papel del Estado,
es el mejor antídoto contra procesos inflacionarios y para
garantizar el crecimiento de la economía que por
reacción en cadena o por rebalse, beneficiará al
resto de la población.
Con lo dicho hemos querido señalar que los
fenómenos monetarios internacionales tienen un contexto y
se internalizan en nuestra economía capitalista
dependiente; pero también la economía de mercado
capitalista dependiente en El Salvador, tiene su propia dinámica, que, a su vez, le imprime ciertas
características a la evolución del sistema financiero
nacional.
3.2.2. Nacionalización y
reprivatización del sistema financiero en El
Salvador
Existen otros dos momentos cruciales en la dinámica interna del sistema financiero en
El Salvador:
- La nacionalización del sistema financiero en
1979. - La reprivatización del sistema financiero en
1992.
El Salvador continúa siendo uno de los
países latinoamericanos con una de las más agudas
concentraciones del ingreso. Esta situación de inequidad
social se ha sedimentado en el sistema de economía
capitalista dependiente salvadoreña y en los diferentes
modelos económicos por los que ha tenido sus mutaciones
este sistema. El Salvador en sus orígenes capitalistas
agrarios, para seguir una definición tradicional y simple,
se construyó con un "estilo prusiano dependiente" de
desarrollo agrario, con un alto grado de concentración de
la tierra. A
diferencia de Costa Rica, que
se construyó como Estado Nacional con una vía
"farmer periférica", con una predominante
composición campesina pequeña y mediana, que es la
base de una extendida clase media, en el período
capitalista. La crisis mundial de 1929-30 tuvo repercusiones
sociales profundas en El Salvador y desembocó en la
primera insurrección con contenidos socialistas en
América
Latina. Ninguna mutación de los modelos
económicos transformó los rasgos altamente
concentrados de la economía salvadoreña y en el
fondo del drama económico y social, la polarización
social entre propietarios y no propietarios de medios de
producción. La polarización social sostenida desde
los orígenes del sistema de economía de mercado
capitalista dependiente, fue la causa de la crisis de la
década del 80. Después del Golpe de Estado
de octubre de 1979, las principales plataformas
programáticas políticas y económicas del
nuevo Gobierno fueron
la Ley de Nacionalización del Sistema Financiero, del
Comercio Exterior
y la Reforma
Agraria.
Mirando en retrospectiva, las reformas contrainsurgentes
fueron una forma real, de lograr la supervivencia del sistema
capitalista dependiente. Fueron las reformas, como en la
década del 30, un mecanismo para contener la insurgencia,
con la diferencia de que en la década del 80 se hicieron
antes de que la confrontación bélica se
generalizara, en tanto que en la década del 30 las
reformas se hicieron después y con otras connotacionses,
correspondientes a la época. En la década del 30,
en lo financiero se fundó el Banco Central de Reserva con
carácter privado, centralizador de la
emisión y política monetaria; en el Comercio
Exterior se siguió una política de no
endeudamiento; en lo agrario se creó el Instituto de
Colonización Rural y el Banco Hipotecario para proteger
financieramente a los cafetaleros. En la década del 80 se
"nacionalizaron" o "estatizaron" las entidades financieras
privadas; se estatizó el comercio exterior del café
y la Reforma
Agraria, afectó considerablemente a las grandes
explotaciones de café.
En la década del 80 las reformas se hicieron con
el claro propósito de contener la insurgencia ascendente,
en la del 30 las reformas se hicieron para prevenir en el futuro
el resurgimiento de una insurgencia descendente. Por ello en la
década del 80 al modelo económico incluso
oficialmente, se caracterizaba como de "reforma
contrainsurgente". Pero este modelo también,
intentó afrontar la situación de tendencia a la
recesión de la economía que se evidenciaba a
finales de la década del 70 (el Golpe de Estado
que inauguró el modelo de reforma contrainsurgente se
produjo en Octubre de 1979, como se dijo antes). Las fuerzas
ciegas de la economía de mercado habían llevado a
finales de la década del 70 a la ampliación de la
oferta con la restricción de la demanda al grado de que se
expresaba esta contradicción sociológicamente con
movimientos de masas de campesinos proletarizados y empobrecidos,
con extensión de los asalariados urbanos y el desempleo,
con niveles urbanos más altos de pobreza y marginalidad, la
ruptura del Estado de
Derecho, la desobediencia civil y la correspondiente violencia
institucional y de la sociedad
civil.
El modelo nacionalizador -de reformas
contrainsurgentes-, se agotó a finales de la década
del 80, enmedio de la guerra en la que no se pudo contener a la
insurgencia; por determinaciones tanto nacionales como
internacionales se neutralizaron las perspectivas de un cambio de
sistema de economía de mercado capitalista
dependiente y oligopolico, por uno de economía planificada
socialista. Fué considerable el gasto militar,
político y civil que ocasionó la contienda militar
de la década del 80 en El Salvador; y la mutación
del modelo de reforma contrainsurgente en el modelo neoliberal ha
dejado intactas las causas económicas y sociales de
confrontación social. Persiste la inequidad en la
distribución de los beneficios del crecimiento
económico, aunque las contradicciones sociales que tal
inequidad genera, no han madurado en la nueva etapa que lleve a
una nueva confrontación militar. En la dimensión de
lo necesario y lo posible y de períodos de
resolución pacífica de los conflictos
sociales, se requiere de un modelo económico y social
alternativo en este período histórico en El
Salvador.
El sistema financiero fue nacionalizado
contrainsurgentemente, desde principios de la década del
80. Insistimos en que tal política de
"nacionalización del sistema financiero" tenía el
propósito principal de contener la insurgencia más
que el propósito de hacer un negocio de
intermediación con viabilidad financiera y social dirigido
por el Gobierno. El
sistema financiero nacionalizado contrainsurgentemente en El
Salvador, concluyó la década del 80 en estado de
insolvencia, quebrado, al punto del colapso financiero total,
deformadamente politizado en el otorgamiento de préstamos
y créditos sin garantías y costos de
operación excesivos. Pero había cumplido la
misión
de contribuir a evitar que colapsara el sistema de
economía de mercado capitalista dependiente y
oligopólico, como un todo. El sistema financiero
nacionalizado quedó listo para la reprivatización.
Esta reprivatización se extiende a lo largo de la
década del 90.
Da la impresión que, como fenómeno social,
existe una especie de ley socio-económica en el sentido de
que los procesos socio-políticos de las nacionalizaciones
encuentran vigencia en períodos de recesión y los
procesos de privatización y reprivatización, en
los períodos de expansión y auge del ciclo
económico.
El movimiento insurgente se inició a mediados de
la década del 70. Ya no se trataba de brotes aislados de
violencia
social, sino de una concreción gradual de estrategia
política y militar encaminada a la toma del poder, de
manera sostenida. Esta tendencia se mantuvo desde sus formas
simples e inmediatas de protesta social, como huelgas y
manifestaciones combinadas con el aprovisionamiento financiero y
de armamento de la insurgencia a través de acciones
militares. Desde formas embrionarias gradualmente se llegó
a la generalización del conflicto político y
militar que culminó en la Guerra Civil de la década
del 80.
Para finales de la década del 70, la presión
social, política y militar de la insurgencia era tal, que
obligó a cambios drásticos en el modelo. La
economía de mercado capitalista dependiente
salvadoreña, privatizada desde mediados y finales del
siglo XIX, con instituciones
estratégicas del sistema financiero como el Banco Central
de Reserva al servicio de
oligopolios privados, entre otras, tuvo que dar paso a la
nacionalización del sistema financiero en el último
cuarto del siglo XX con la pretendida finalidad de
"democratización del crédito". Este no solamente
fué un paso necesario sino que fué un paso
obligado, forzando o intentando convertir un sistema financiero
comercial altamente concentrado y de corto plazo en un sistema
financiero de desarrollo, de largo plazo, que en un primer
momento arrebatara banderas de democratización a la
insurgencia y en un segundo momento propiciara el desarrollo
capitalista por vías menos concentradas. Que la meta no se
logró no quiere decir que la intención era
errónea; y tampoco quiere decir que la
nacionalización es la única forma de democratizar
el crédito, pero sí quiere decir que el sistema
financiero salvadoreño, concentrado, es fuente de
contradicciones sociales.
El sistema financiero nacionalizado en el marco del
modelo económico contrainsurgente significó para El
Salvador, un sistema financiero politizado deformadamente. Pero
… ¿qué se entiende por deformación
política del sistema financiero?. Intentemos una
explicación general de este punto. El trabajo se considera
improductivo económicamente cuando no genera valores de uso
(aunque sirva o sea imprescindible, para asegurar la
generación de valores de
uso) de bienes y servicios, transables y que constituyen riqueza.
Uno de estos trabajos considerados improductivos, sin una
connotación ética sino
desde el punto de vista económico, es el trabajo
político. Esta función improductiva del trabajo
político se acentuó en El Salvador en la
década del 80 pues con propósitos
político-militares de contención de la insurgencia
se distorsionó la función financiero en la
década del 80. La fuente de recursos financieros que deben
canalizarse hacia trabajo productivo (del trabajo que se aplica
en la creación de los bienes y servicios) se condujo con
criterios que privilegiaban lo político en lugar de lo
financiero, y como resultado se otorgaron créditos que
transgredían los criterios de sanidad financiera
relacionados con la rentabilidad y
las garantías.
La reprivatización de la década del 90
precisamente se apoyó en las debilidades del sistema
financiero nacionalizado contrainsurgentemente; la
reprivatización se sostuvo en planteamientos vinculados a
la despolitización del sistema financiero. Bajo el
argumento de la despolitización del sistema financiero, se
impulsó el retorno y más bien el reforzamiento de
características de alta concentración del sistema
financiero salvadoreño, que nunca se perdieron, aunque se
atenuaron, durante el período de aplicación del
modelo de reforma contrainsurgente.
Con la reprivatización del sistema financiero a
principios de la década del 90 del siglo XX, y que se
mantiene hasta hoy, en el 2003, se ha retornado al sistema
financiero de bajo riesgo, de corto
plazo, concentración oligopólica, privilegios
políticos y administrativos por parte del
Estado.
El modelo neoliberal, dominante desde finales del siglo
XX hasta la fecha, en lo internacional, regional y nacional,
reafirma los planteamientos de Adam Smith, el
padre de la Economía
Política, en lo vinculado al libre juego de las
fuerzas del mercado y la reducción del papel del Estado.
Este fue el marco en el que se inició en 1991 el proceso
de reprivatización del sistema financiero
salvadoreño. Una diferencia sustancial entre el sistema
financiero nacionalizado contrainsurgentemente y el reprivatizado
provino del otorgamiento de créditos bajo criterios
financieros oligopolizados y no político
contrainsurgentes, debido que los criterios de política
contrainsurgente ya no se necesitaron a partir del proceso de
solución política del conflicto bélico en El
Salvador, que culminó con la firma de los Acuerdos de Paz
en 1992. Y, nos parece, la causa fundamental de
reprivatización del sistema financiero obedece a que la
economía inició un nuevo proceso de
expansión del ciclo económico. Después del
período recesivo de la década del 80 se presencia
uno expansivo en la del 90 del siglo XX.
En lo que al sistema financiero se refiere, gran parte
del problema de convulsión
socio-política-económica con que se desenvuelve el
desarrollo nacional a pesar de y gracias a los Acuerdos de Paz,
se debe a que la Banca es
estructuralmente comercial y funcionalmente de desarrollo cuando
la potencialidad del país, cuantitativa y cualitativa,
demanda una banca que
orgánicamente, estructuralmente, incorpore el
funcionamiento como Banca de Desarrollo.
Con esto no se quiere decir que la Banca Comercial
salvadoreña es débil, limitada en términos
generales: los análisis y los estándares de
rentabilidad como se dijo antes, la ubican como una de las
mejores de Latinoamérica. Lo que se quiere decir es
que es limitada y débil en relación con la
capacidad productiva y empresarial, y de equidad en la
distribución de los recursos financieros, que tiene El
Salvador como Nación.
El explotar las potencialidades de los recursos
nacionales en un proceso de reproducción ampliada de la
economía requiere de un talento estratégico
económico y social especial, que proyecte el desarrollo
sostenido, el crecimiento con equidad, por 25, 50 o 100
años. Y ello no se observa en El Salvador. Y se requiere
una capacidad táctica no menos especial para ir adecuando
las condiciones de la Banca Comercial, para que sin dejar de
serlo, incluso asegurando su funcionamiento comercial ampliado en
el largo plazo por la estabilidad social, incorpore e integre en
el proceso de competencia del mercado financiero, elementos
trascendentes de una Banca de Desarrollo. El Estado en
esta dirección de aseguramiento de la
estabilidad social por medios económicos, tiene un papel
central y no accesorio, como sucede en la actualidad en el marco
del modelo neoliberal.
El papel del sistema financiero como factor del
desarrollo no es solamente una opción, es una necesidad.
Una necesidad que proviene de una realidad: la competencia
bancaria mundial, requiere, en el entorno de la
globalización, de una Banca de Desarrollo. En el
intorno social y económico de cada país, las
energías políticas que emanan del conflicto basado
en la inequidad económica y social deben ser catalizadas y
canalizadas en la reproducción ampliada de la
economía con el soporte del sistema financiero vinculado
al desarrollo económico y social o de lo contrario
soportar conflictos sociales que refuerzan el gasto improductivo,
político y militar, en el largo plazo. Del carácter
sostenido del financiamiento del desarrollo, depende la
estabilidad económica y social, la alternabilidad
política, la socialización del crecimiento y la
distribución de la riqueza, el progreso y la
inserción competitiva en el mercado mundial y la
catalización de las confrontaciones sociales.
3.2.3. Muestras coyunturales de problemas
estructurales del sistema financiero
salvadoreño.
El tipo de comportamiento oligopólico de la
economía salvadoreña conlleva una serie de
problemas estructurales que afloran en sucesos que muestran
comportamientos sociales disfuncionales del sistema financiero.
En relación con el sistema financiero estos sucesos se han
puesto de relieve con
los fraudes financieros de 1997, cometidos por reconocidas
personalidades de estratos altos del mundo social, empresarial y
político del país. Algunas de estas personas forman
parte de las ya periodísticamente acuñadas y
famosas catorce familias, que en El Salvador del siglo XXI,
intersectadas con otras familias, dominan oligopólicamente
la economía y las finanzas del país.
- El caso de la defraudación bancaria de
FINSEPRO-INSEPRO. Personas pertenecientes a reconocidas
familias de empresarios oligopólicos, respaldadas por
sus relaciones sociales, económicas y financieras,
estuvieron involucradas en un proceso de fraude en
donde se propiciaron depósitos con altas tasas de
interés pasivas para luego defraudar a los
depositantes. Este suceso revela anomalías del sistema
judicial y financiero, pues aún cuando algunos de los
principales responsables guardaron prisión por
algún tiempo en condiciones similares al resto de
reclusos, fueron liberados posteriormente, sin deducir
responsabilidades ni encontrar culpables. Fué una
defraudación bancaria por más de un mil
quinientos millones de colones, alrededor de 170 millones de
dólares al cambio de 8.75 colones salvadoreños
por un dólar de los Estados Unidos de América.
Muchos de los depositantes perdieron los ahorros de toda la
vida e incluso la vida algunos de ellos, que fallecieron de
infartos, debido al impacto moral y
monetario que les causó la
defraudación. - Un caso más que conmovió la opinión
pública, es el de CREDISA, en donde según
señalamientos de parte de autoridades monetarias, se
otorgaron en esta entidad financiera, préstamos hacia
personas y empresas
relacionadas, se sobre valuaba y elevaba el costo de
activos fijos
en los informes
financieros y se incumplían normas de
llamamiento de capital por 60 millones de colones o 7 millones
de dólares USA. Con estos argumentos se decretó
la quiebra
oficialmente de CREDISA y compraron los activos y la
cartera de la entidad quebrada, los principales bancos
oligopólicos del país; posteriormente el Banco
Central de Reserva eroga cerca de 1200 millones de colones o
sea casi 137 millones de $USA, para saneamiento de la entidad
que fue decretada su quiebra por
el no cumplimiento de un llamado a capitalizarse por 60
millones de colones o 7 millones de $USA. Cuesta 137 millones
$USA el entierro de la entidad cuando la cura de la enfermedad
costaba 7 millones de $USA. - Otro caso más es el del Banco de Fomento
Agropecuario. La defraudación financiera es de alrededor
de 20 millones de dólares. Se otorgaron préstamos
sin garantías, venta de activos
subvaluada y compra sobrevaluada. De igual manera aparecen
relacionadas en esta defraudación a un Banco concebido
como "de Desarrollo", con una formal y clara función
pública, nombres de personas vinculadas a familias que
han dirigido política y económicamente al
país.
El sistema financiero salvadoreño, reprivatizado
tiene debilidades importantes:
- Se afirma que el proceso de reprivatización
con la venta de acciones no
fué procesado conforme a lo legalmente establecido. Las
acciones quedaron concentradas nuevamente en círculos
financiero-familiares. Se conocieron noticias de una gran
cantidad de "prestanombres". - La banca salvadoreña medida en términos
de banca de desarrollo y de inversión no solamente en su
aspecto comercial (en donde los márgenes de rentabilidad
son obtenidos debido a un comportamiento imperfecto de la
competencia en el mercado oligopólico y
políticamente protegido) es una banca atrasada de poco
riesgo. - El funcionamiento de normas del
sistema financiero es manipulada a través del
tráfico de influencias con funcionarios, que conllevan a
la transgresión en el cumplimiento de requisitos legales
e institucionales. No existe por parte de los sectores usuarios
una confianza en el funcionamiento impersonal del
sistema.
Este "arrastre" de debilidades pueden ocasionar
potenciados, limitaciones estructurales en el sistema financiero.
Una nueva mentalidad y modalidad del financiamiento, alternativa,
se hace necesaria en El Salvador.
Incluso en sucesos recientes como la "dolarización", se atisban medidas que
favorecen este tipo de banca concentrada y oligopólica. No
se permite la real competencia de bancos del
exterior sino es con mediación oligopólica de la
banca doméstica. En el fondo las divisas son privatizadas
y dirigidas hacia estos bancos que tienen las empresas
más fuertes de transferencia de remesas del exterior
especialmente de los Estados Unidos.
Se mantienen las condiciones limitantes de
préstamos para los sectores de la pequeña, mediana
y gran empresa no
oligopólica. El dólar como moneda de curso legal en
El Salvador, no significa que las relaciones sociales
están "norteamericanizadas" de manera que los asalariados
terminan "pagando como estadounidenses y cobrando como
salvadoreños" y con políticas financieras
limitantes del desarrollo pues se ha prácticamente
eliminado la posibilidad de actuar en política monetaria
con la llamada "dolarización".
La "dolarización" ha contribuido a la
elevación de la tasa de inflación y
paradójicamente, a la limitación del crecimiento y
aumento del desempleo. Se ha puesto de relieve la
necesidad de cambios profundos en el modelo económico y en
el sistema financiero.
3.2.4. Hacia algunos antecedentes del financiamiento
alternativo
Desde la década del 60 del siglo XX, se inicia de
manera sistemática una modalidad de financiamiento
alternativo fortaleciéndose las cooperativas de ahorro y
crédito e instituciones
de apoyo crediticio a la pequeña empresa. El contexto
político en que se dieron estas expansiones crediticias
fue el de una medida de atenuación de condiciones sociales
y económicas propicias a revoluciones sociales como la de
Cuba que
triunfó en 1959. El contexto económico, fue la
necesidad de expansión de relaciones mercantiles, derivadas del
aumento del comercio interno y regional centroamericano, con una
economía estadounidense fortalecida en la II post guerra
mundial.
Se desarrollaron y surgieron entidades para el
financiamiento industrial regional como el Banco Centroamericano
de Integración
Económica y nacional, como el Instituto
Salvadoreño de Fomento Industrial, INSAFI. El incremento
del comercio intraregional llevó incluso a la necesidad de
constituir la denominada Cámara de Compensación
Centroamericana, una entidad que equilibraba los tipos de cambio
en la región y aún más, se llego a la
constitución teórica de una unidad
monetaria regional, equiparada con el dólar de los Estados
Unidos de América, llamada "peso centroamericano"; esto
último, sin duda, puede ser considerado como uno de los
antecedentes del actual proceso de "dolarización" en El
Salvador.
El Modelo de Integración Centroamericana se
agotó a finales de la década del 60, después
de una década de acelerado desarrollo, a tal grado que fue
considerado un ejemplo de integración en América
Latina. El modelo se agotó con el corolario de una
guerra de 100 horas entre El Salvador y Honduras por disputas de
poder de mercado entre las elites empresariales dominantes en
cada país.
La década del 70 en El Salvador, se inició
con el ensayo de
un Modelo de Zonas Francas y Transformación Agraria; este
modelo, en lugar de atenuar, contribuyó a incubar las
contradicciones sociales polarizadas, resultantes del agotamiento
del modelo integracionista. En la década del 70 la
inversión
extranjera decrece, las huelgas y manifestaciones aumentan,
se interviene militarmente a la Universidad de El Salvador,
aumenta la represión. Como se dijo antes, a finales de la
década del 70 se agota el Modelo de Zonas Francas y se
inicia el Modelo de Reforma Contrainsurgente que dura
prácticamente toda la década del 80. El Modelo de
Reforma Contrainsurgente, tenía entre sus puntos
principales la Nacionalización del Sistema Financiero.
Este intento de "democratización del crédito"
fracasó, como se mencionó anteriormente, por la
distorsión política contrainsurgente que se
impusieron a los servicios crediticios, que valga la
aclaración, continuaron siendo
oligopólicos.
En la década del 90 se dio una
finalización política a la guerra civil y fueron
firmados los Acuerdos de Paz en 1992. En los Acuerdos de Paz
explícitamente se omitió la discusión del
Modelo Económico; se entiende que ello fue así
porque adquirieron papel protagónico en la agenda aspectos
políticos y militares. El modelo económico que
emergió en la década del 90 fue el Modelo
Neoliberal; en respuesta a la concepción de
reprivatización del sistema financiero que contenía
el modelo neoliberal, se desarrollaron concepciones de
financiamiento alternativo, por entidades financieras que
focalizan su esfuerzo en sectores que tradicionalmente no son
sujetos de crédito, es decir que son pobres y no ofrecen
garantías seguras, que no están formalmente
integrados en el mercado y que necesitan asistencia
técnica además de la crediticia. Entre las
entidades que dirigen su actividad al financiamiento alternativo
pueden mencionarse, especialmente a las Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs).
3.2.5. Una división funcional del sistema
financiero salvadoreño
El sistema financiero comercial tradicional
salvadoreño tiene una funcionalidad dividida; esta se
conoce como banca corporativa, que apoya las necesidades
financieras de grandes empresas, especialmente las empresas
oligopólicas y la banca popular que suple los
recursos financieros al resto de sectores, grandes empresas no
oligopólicas, medianas, pequeñas y micro empresas y
otros usuarios. Se conoce que las necesidades financieras de
sectores no oligopólicos estan supeditadas a las de
sectores oligopólicos, la banca popular esta supeditada a
la banca corporativa, aunque funcionen de manera
diferenciada.
Los dos bancos principales del país, el Banco
Cuscatlán con predominio en la banca corporativa y el
Banco Agrícola Comercial con predominio en la banca
popular, lideran esta división funcional, aunque ambos
bancos ejercen funciones en los
dos tipos de banca, la corporativa y la popular. Y se mantiene
sujeto el sistema crediticio en su conjunto, a las expectativas
de ganancia de poco riesgo, es decir no incorporan funciones de
banca de desarrollo.
La llamada banca de desarrollo nacional es sumamente
débil. El Banco de Fomento Agropecuario, por ejemplo,
tiene altas tasas de
interés relativas y cartera de clientes reducida
con altas tasas de mora y ha sido sujeto de defraudaciones por
parte de los directivos y funcionarios regularmente designados
por intereses políticos ajenos a viabilidad financiera y
social de la institución como lo comprueban las recientes
noticias sobre los gastos superfluos
e innecesarios e incluso, simplemente robos de donaciones
materiales
como abonos, y también defraudación
financiera.
De manera que en este marco, el financiamiento
alternativo para sectores de bajos recursos se convierte en una
necesidad.
3.2.6. Un esquema básico del sistema
financiero actual de El Salvador
El sistema financiero salvadoreño tiene dos
divisiones fundamentales: el sistema financiero formal y
el sistema financiero informal.
El sistema financiero formal, esta constituido por
personas jurídicas o naturales, que tienen formalizada
jurídicamente su función de intermediación
financiera. Existen prestamistas y agiotistas, que no tienen
formalizada jurídicamente su función de
intermediación financiera y que constituyen el sistema
financiero informal.
El sistema financiero formal tiene dos subdivisiones: el
sistema financiero oficial y el sistema financiero no
oficial.
El sistema financiero oficial está supervisado
y/o regulado por la Superintendencia del Sistema Financiero y en
alguna medida, por el Banco Central de Reserva, que limitó
su función reguladora del sistema financiero a partir del
año 2001, con la entrada en vigencia de la Ley de
Integración Monetaria, conocida popularmente como
"dolarización". El sistema financiero no oficial, no esta
supervisado por la Superintendencia del Sistema Financiero. El
Sistema Financiero no oficial, está sujeto a regulaciones
de Superintendencia de Sociedades
Mercantiles y el Ministerio del Interior (en el caso de las
ONG`s).
El Sistema Financiero Formal Oficial, tiene a su
interior un sistema bancario, que se diferencia de otras
entidades, como las financieras, que no son bancos. El sistema
bancario se divide a su vez en público y privado. Acuden
al sistema bancario público y privado, los sectores de la
micro, pequeña, mediana y gran empresa que califican como
sujetos de crédito, para lo cual tienen que llenar una
serie de requisistos. Gran parte de sectores que necesitan
crédito, pero que no califican como sujetos de
crédito en el sistema bancario privado o público,
recurren a formas alternas de financiamiento. Tienen un papel
central, para ampliar la oferta crediticia hacia sectores
vulnerables y depauperados, las cooperativas de ahorro y
crédito y otras entidades financieras, pero especialmente
las ONG’s.
En el sistema financiero formal no oficial,
está constituido por entidades privadas que no dan
crédito alternativo, sino solamente a quienes califican
como sujetos de crédito, tal es el caso de las empresas
mercantiles que usan las tarjetas de
crédito.
(Véase: ESQUEMA BÁSICO DEL SISTEMA
FINANCIERO EN EL SALVADOR)
ESQUEMA BASICO DEL SISTEMA FINANCIERO DE EL
SALVADOR
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Carlos Evaristo Hernández