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Sobre el sistema financiero en El Salvador. Enfoque general e inicial




Enviado por carlosevaristo



    1. Un contexto teórico para
      el sistema financiero en El Salvador
    2. Un contexto histórico
      para el sistema financiero en El Salvador
    1. Introducción

    Podría tipificarse este trabajo como una investigación exploratoria; sin embargo, el
    término de exploratoria no quiere decir que el esfuerzo
    por realizarla haya tenido poca intensidad. Algunas de las
    reflexiones expresadas tienen considerable tiempo de estarse
    examinando, especialmente las relacionadas con la búsqueda
    de alternativas económicas y sociales. Esperamos que sea
    de utilidad al menos
    inquiriendo sobre nuevos planteamientos.

    Este trabajo es la primera parte de una investigación realizada en los años
    año 2000-2002, auspiciada por el Centro Internacional de
    Política
    Económica, CINPE, de la Universidad
    Nacional de Costa Rica, a
    través de un programa de
    investigación denominado SUDESCA (Sustainable Development
    for Central America Countries) a su vez patrocinado por la
    Universidad de
    Aalborg, Dinamarca. Además del Desarrollo
    Sostenible, eran categorías inherentes al proceso de
    investigación, las de Innovación y Tecnologías Limpias.
    Participaban en el esfuerzo de la investigación, entre
    otras entidades centroamericanas, la Escuela de
    Economía
    de la Facultad de Ciencias
    Económicas de la Universidad de El Salvador, en donde
    trabajamos como docentes-investigadores.

    Paralelamente, en este período en que
    participamos en la investigación de SUDESCA, apoyabamos la
    elaboración, evaluación, gestión
    y desarrollo de
    proyectos de
    la Fundación para el Desarrollo
    Económico y Social de Centroamérica, FUNDESCA.
    Y teníamos un largo período de preocupación
    por el descubrimiento de alternativas económicas que
    favorecieran a los sectores depauperados de nuestra población; una de estas preocupaciones se
    concentraba en las temáticas de formas de financiamiento
    alternativas para la microempresa, y
    estudiamos, por ello, un proyecto de
    FUNDESCA para el financiamiento
    de la microempresa de
    los mercados de San
    Salvador, con el patrocinio de SUDESCA.

    Ubicamos el estudio realizado para SUDESCA en dos
    dimensiones: un esfuerzo de examen básico
    macrosociológico sobre el contexto teórico e
    histórico del sistema
    financiero salvadoreño y otro intento de estudio
    microsociológico, que trató de
    reseñar e identificar los principales problemas para
    la concreción de un sistema
    financiero altenativo al tradicional, para la microempresa de
    los mercados de San
    Salvador, capital de la
    República de El Salvador, en América
    Central. En SUDESCA, nos recomendaron que omitiéramos la
    parte general del trabajo para concentrarnos en la parte
    específica, es decir, en el estudio de la innovación que implicaba el proyecto de
    sistema de
    financiamiento alternativo para la micro empresa de los
    mercados de San Salvador. Esto era explicable pues se trataba de
    aplicar la teoría
    del desarrollo
    sostenible elaborada en SUDESCA. Sin embargo, debido a
    nuestros intereses teóricos, que datan desde 1987, sobre
    el modelo
    económico alternativo, nosotros concentramos algunos
    esfuerzos teóricos en examinar, así fuera general e
    inicialmente, los rasgos de un sistema financiero alternativo y
    producto de
    dicho examen, son estas anotaciones. De manera que este trabajo
    solamente contiene los aspectos macro sociales, es decir,
    los referidos al examen inicial,
    socio-histórico del sistema financiero
    salvadoreño.

    Los planteamientos y deficiencias del presente trabajo
    son solamente responsabilidad nuestra. Con todo, este estudio
    contiene un considerable esfuerzo de investigación, que
    nos parece, debe darse a conocer; tenemos la esperanza de que, al
    menos, indique preocupaciones teóricas relacionadas con
    los sistemas
    financieros alternativos.

    2. Un contexto
    teórico sistema financiero alternativo en El
    Salvador

    2.1. Esquema histórico-lógico del
    desarrollo del
    sistema financiero

    Se sabe que el sistema financiero es la expresión
    más acabada del desarrollo de la economía de mercado. Toda
    economía de mercado produce
    mercancías, es inimaginable una economía de mercado
    sin mercancías. La mercancía es un bien o servicio que
    se destina al intercambio, a la venta y
    consecuentemente a la compra. En ése proceso de
    compra-venta, surge una
    nueva categoría, el precio, que es
    la expresión monetaria del valor de la
    mercancía. El precio
    expresa, concretando las circunstancias del intercambio, tanto el
    valor-trabajo
    como el valor-utilidad de la
    mercancía. Surge el sistema de precios que
    acompaña al sistema de intercambio; el sistema de
    precios se
    convierte en un indicador fundamental del comportamiento
    de la economía de mercado, que se convierte en
    economía de mercado plenamente dominante, cuando se ha
    constituido el mercado de mano de obra, es decir, cuando la mano
    de obra se convierte en mercancía, cuyo precio es el
    salario. Que
    prácticamente la totalidad de la población funcione de manera asalariada,
    significa que prácticamente todo se compra y se vende, es
    decir, que prácticamente todo es mercancía; la
    población vende su fuerza de
    trabajo y con el pago que es su precio, el salario, compra
    los bienes
    necesarios para su subsistencia. Todo el mundo compra o vende
    algo, aunque los salarios sean
    bajos.

    Asociada a la categoría de precio, surge otra
    categoría, que es la concreción del precio:
    el dinero. El
    dinero es una
    mercancía también, es una mercancía que
    sirve para intercambiar mercancías. La humanidad ha
    experimentado con diversas formas de dinero:
    ganado, sal, metales
    preciosos, entre los que se destaca el oro, hasta llegar a la
    moneda, papel moneda y
    dinero plástico.
    El dinero
    tiene su precio también, el precio del dinero es la
    tasa de
    interés.

    Como sabemos por la síntesis
    histórico lógica
    del desarrollo del dinero, las relaciones de mercado o
    mercantiles, comienzan con el trueque o el intercambio de unas
    mercancías por otras; a medida que la producción para el intercambio aumenta y
    por ende, aumentan las transacciones de compra y venta, surge la
    necesidad de identidad de
    todas las mercancías en una sola, que facilite el
    intercambio y de esta manera surge el dinero, como la
    mercancía que sirve para el intercambio de
    mercancías. Con el tiempo y el
    aumento a gran escala de la
    producción de mercancías, la
    posesión de dinero como medio para obtener
    mercancías se convierte en finalidad y podría
    decirse, en obsesión, el dinero expresa riqueza y poder
    económico y partiendo del poder
    económico, todas las demás dimensiones del poder:
    político, social, cultural.

    El dinero, concebido como principio y finalidad,
    supedita como mercancía mediadora a la fuerza de
    trabajo, a la que impulsa a generar valor en forma de
    mercancías, hasta llegar a la forma financiera
    generalizada, que se expresa en el funcionamiento apariencial de
    entidades del sistema financiero: dinero que
    hermafrodíticamente engendra dinero. Parece, como decimos
    en El Salvador, como si "el pisto, llama el pisto". Pero el
    dinero aunque es una abstracción real del proceso de
    intercambio por ésa dimensión real ejerce, a
    través del sistema financiero un papel rector
    del proceso económico: de la producción, distribución y consumo de
    bienes y
    servicios.

    Recordando viejos conceptos de Economía
    Política, puntualicemos el esquema histórico
    lógico, que nos pone en la dimensión del análisis del sistema financiero como punto
    de llegada o de máximo desarrollo del sistema de
    economía de mercado.

    MÛ M

    v

    MÛ DÛ M

    v

    DÛ MÛ D*

    v

    DÛ M…P…P*…M*Û D*

    v

    DÛ D*

    El esquema anterior nos parece fue uno de los
    principales aportes sintéticos de Marx. Nosotros
    hemos incorporado en el esquema signos de doble
    implicación. Los verticales para señalar que aunque
    existan avances en el proceso de intercambio, siempre se
    conservan las formas anteriores de intercambio, aunque
    supeditadas, por ejemplo, la existencia del trueque en el mundo
    globalizado. Los signos de doble implicación horizontales
    indican la duplicidad de la transacción, en el caso del
    capital
    financiero DÛ
    D* indica, por ejemplo, el retorno del capital dinero
    prestado además de los intereses.

    En un intento de simplificación explicativa del
    esquema, se puede decir que en un principio, la economía
    de mercado consistía principalmente en el intercambio de
    unas mercancías por otras, M-M; pasado el tiempo,
    surgió una mercancía, el dinero, que expresaba el
    valor de las demás, D. El dinero, D, se convirtió
    de medio en fin D* por las siguientes razones: porque
    técnicamente, era portable, fragmentable, expresaba el
    valor de los bienes y servicios de
    manera cuantificable y porque teniéndolo, se podía
    comprar y/o vender cuando se quisiera y lo que se quisiera si se
    tenía dinero en suficiente cantidad, se podía
    comprar barato y vender caro, se tenía poder de pago y los
    poderes de control y
    presión
    social asociados a ello, se podía atesorar y acumular
    poder económico y social.

    El dinero pasa de ser un medio para la
    circulación de la riqueza a ser una finalidad, una
    concreción de la acumulación de la riqueza, por un
    lado y derivado del poder de condensar la riqueza y de sus
    propiedades como medio de cambio, en el
    facilitador principal de la asignación de recursos escasos
    para la producción de más riqueza. Con el tiempo,
    el dinero expresado institucionalmente en el sistema financiero,
    se convierte en el conductor de la economía nacional y
    mundial.

    El sistema capitalista, tiene en el sistema financiero,
    el rector de la economía que sigue las indicaciones del
    mercado. Es un rector condicionado y determinado por el
    funcionamiento del mercado, pero, valga la aparente redundancia,
    incide también determinando y condicionando el
    funcionamiento del mercado. Por ejemplo, las crisis
    bursátiles, provienen tanto de crisis de
    sobreproducción, de períodos recesivos de los
    ciclos económicos, como de expectativas racionales e
    irracionales, económicas y no económicas, de
    banqueros y empresarios, de fenómenos políticos que
    ocasionan contracciones o expansiones en mercados de productos,
    trabajo y capitales.

    2.2. Sistema financiero "excluyente" e
    "incluyente"

    El mercado, es decir, la producción generalizada
    de mercancías tiene un funcionamiento contradictorio: por
    un lado, democratiza el consumo de
    mercancías, pero al mismo tiempo, por otro lado,
    monopoliza lucrativamente los beneficios extendiendo la
    pobreza.

    La pobreza no se
    puede erradicar, es consustancial al funcionamiento del sistema
    de economía de mercado capitalista; existe una tendencia
    general a la expansión de la oferta
    paralelamente a la reducción de la demanda, como
    expresión del desarrollo tecnológico que desplaza a
    la mano de obra en el proceso productivo profundizando el
    desempleo y
    consecuentemente la pobreza. La
    pobreza se
    puede atenuar; se atenúa desarrollando políticas
    económicas que eleven el consumo, no el consumismo de la
    población, ampliando la capacidad adquisitiva. La
    experiencia histórica muestra que
    aplicando este tipo de políticas,
    en ciertos países, se ha incluso llegado a condiciones en
    las que la atenuación de la pobreza ha significado la
    solución de los problemas
    básicos para que el ser humano lleve una existencia
    material y espiritual digna elemental, en términos
    históricos.

    De manera que existen políticas públicas y
    privadas, que se basan en concepciones tendencialmente
    incluyentes o tendencialmente excluyentes con
    relación a la capacidad adquisitiva de la
    población.

    Si intentáramos distinguir un elemento
    básico de la tipología de los países ricos y
    los países pobres, se podría mencionar que en los
    países ricos se ha logrado atenuar significativamente la
    pobreza, se han impulsado políticas incluyentes que
    procuran generar recursos
    monetarios basados en el trabajo
    productivo en el conjunto de la población. En los
    países pobres, se practican políticas
    excluyentes: limitan y reducen la capacidad adquisitiva de
    la población, la capacidad empresarial y de inversión de sectores populares, promueven
    bajos salarios, baja
    inversión en investigación y
    desarrollo, reducen recursos financieros para el sistema
    educativo y de salud, mantienen un sistema
    público con funcionarios corruptos e impunes, entre otros
    problemas. El sistema financiero expresa, se adapta y desarrolla
    estas características del mercado.

    El sistema financiero alternativo, surge como una
    necesidad histórica para desarrollar métodos de
    financiamiento alternos, usualmente novedosos e innovadores, para
    darle continuidad a los aspectos positivos del financiamiento del
    desarrollo y contribuir a minimizar y probablemente a erradicar
    los efectos negativos del funcionamiento del sistema financiero
    excluyente.

    2.3. Oligopolio
    financiero y dependencia financiera, problemas
    estructurales

    El funcionamiento del mercado financiero, tiene
    también dos limitaciones de carácter
    estructural, en los países periféricos:

    1. Estructura de competencia
      imperfecta en el mercado, altamente concentrada. Además,
      se basa en atrasadas formas de competencia
      (proteccionismo político, mercado financiero cerrado,
      tráfico de influencias, poco riesgo, altos
      intereses, mercado protegido, etc.)
    2. Dependencia financiera internacional subordinada,
      excluyente de niveles de competencia multidimensional (estatal,
      institucional, económica, empresarial, social, política, militar,
      cultural, educativa, tecnológica, mental,
      etc.).

    En El Salvador el sistema financiero tradicional,
    usualmente excluyente, contribuye a la consolidación de
    estas limitaciones, en tanto que el sistema financiero
    alternativo, tendencialmente incluyente, deberá propiciar
    condiciones para superarlas.

    En este marco, el desarrollo sostenible se presenta
    también como un desarrollo alternativo.

    En general, el sistema capitalista, se desarrolla en
    forma creativamente destructora, como analizaba Schumpeter. Para
    crear nuevas mercancías el sistema destruye recursos
    naturales, financieros y humanos. Y si bien se eleva el
    bienestar con la producción mercantil, también se
    eleva el malestar. Se produce riqueza generando
    pobreza.

    En la tendencia excluyente del desarrollo capitalista,
    la finalidad de lucro, concretada en la ganancia que se obtiene
    al momento de la venta o realización de la
    mercancía, se constituye en la brújula que
    guía el camino de todos los actores económicos y
    sociales, que emprenden actividades en el sistema. La fuerza de
    atracción del polo de la ganancia, es tan poderoso en el
    sistema, que no se escatiman costos, ni
    sacrificios, ni destrucciones, para crear una mayor ganancia. Y
    en la parte destructiva del proceso, se llega, incluso a atentar
    en contra de la misma reproducción mercantil, deteriorando hasta
    poner en peligro de extinción recursos
    naturales y hasta poner en condiciones de rebelión
    social a los recursos
    humanos, especialmente en los países periféricos.

    2.4. Sistema y modelo
    económico y social alternativo: relación con el
    sistema financiero

    En el nivel del análisis sociológico, nosotros
    establecemos diferencias conceptuales entre Sistema y Modelo
    Económico y Social.

    El Sistema esta constituido por las leyes generales
    del funcionamiento de la economía, determinadas
    histórica y estructuralmente. El modelo económico
    está constituido por el modo de funcionamiento
    específico, espacial y temporal, de las leyes generales
    del funcionamiento de la economía. En la sociedad
    contemporánea, y sobre todo durante el siglo XX, han
    existido dos sistemas
    económicos y sociales principales: el sistema de
    economía de mercado, o capitalista y el sistema de
    economía planificada, o socialista. Los modos de
    funcionamiento o los modelos de
    estos sistemas pueden distinguirse por razones espaciales o
    geográficas y por razones temporales, de tiempo, o
    históricas. Así, por ejemplo, distinguimos en el
    sistema socialista los modelos Chino
    y Soviético, básicamente; y en el sistema
    capitalista los modelos de Estados Unidos de
    América
    y de Alemania.

    Algunos modelos
    económicos, tienen nombre específico. El modelo
    económico de Alemania,
    sostenido después de la II Guerra Mundial,
    es conocido como Modelo de Economía Social de Mercado,
    aunque muchas veces se usa indistintamente, de manera
    errónea a nuestro juicio la palabra "sistema de
    economía social de mercado". La economía social de
    mercado es un modo de funcionamiento, un modelo del sistema
    capitalista. Al modelo de la República Popular de China, se le
    designa también como Modelo Socialista de Mercado, que es
    una expresión del Sistema Socialista o de Economía
    Planificada.

    El cambio del
    modelo económico y social es inevitable. La perdurabilidad
    de los modelos
    económicos depende de la resolución de dos
    problemas económicos centrales: la producción y la
    distribución, el crecimiento y la equidad.
    En Alemania y la República Popular de China, con dos
    sistemas económicos diferentes, los modelos implementados
    han resuelto en gran medida y en ciertas condiciones
    históricas, los problemas de crecimiento y equidad. De
    ello depende a nuestro juicio, la perdurabilidad de sus modelos;
    en el caso de Alemania, el modelo de economía social de
    mercado tiene ya más de medio siglo de
    implementación sin modificaciones sustanciales. El de la
    República Popular de China, lleva ya casi 3
    décadas.

    Existe una ley de la
    alternancia de los modelos económicos y sociales, ligada
    al desarrollo histórico de las fuerzas productivas. La
    temática del desarrollo y cambio de los modelos
    económicos a nivel de la economía mundial, puede
    ser todo un campo de estudio. En el caso salvadoreño,
    distinguimos los siguientes modelos económicos como modos
    de funcionamiento que ha tenido la economía de mercado, en
    la historia de El
    Salvador:

    1. Modelo Agroexportador. Se constituye la
      economía de mercado capitalista en El Salvador, el eje
      es la agroexportación, especialmente del café.
      Se inicia a mediados del siglo XIX y adquiere
      configuración jurídica con las leyes de
      extinción de tierras ejidales y de las comunidades
      indígenas, que fueron dedicas principalmente al cultivo
      del café,
      a principios de
      la década del 80 del siglo XIX. El modelo se extiende
      hasta la década del 30 del siglo XX, cuando se reforma
      después de las repercusiones de la crisis de
      1929-30.
    2. Modelo Agroeportador Reformado. Surge después
      de la crisis mundial de 1929-30, que en El Salvador se
      expresó con un violento movimiento
      social, después de cuya represión se impulsaron
      reformas para atenuar las deterioradas condiciones de vida de
      la población. El modelo finaliza a mediados de la
      década del 40, cuando el desarrollo de las fuerzas
      productivas urbanizadoras e industrializantes, agotaron las
      formas económicas y políticas limitantes del
      modelo Agroexportador Reformado.
    3. Modelo de Sustitución de Importaciones,
      también conocido como Modelo de Integración Centroamericana o Mercado
      Común Centroamericano. Desarrolla bases institucionales
      en la década del 40, especialmente a partir de la
      segunda mitad; en la década del 50 además del
      afianzamiento de las bases institucionales se desarrollan bases
      infraestructurales para un creciente proceso de
      urbanización e industrialización. Las relaciones
      de dependencia con Estados Unidos
      se habían atenuado por la participación de esta
      potencia en
      la II Guerra
      Mundial. El momento estelar del Modelo de Sustitución de
      Importaciones
      es la década del 60, que culmina con la Guerra de
      las 100 Horas entre El Salvador y Honduras.
    4. Modelo de Zonas Francas. Impulsado en la
      década del 70. Tuvo una relativa aplicación, pues
      la convulsión social residual dejada por el proceso de
      industrialización y consecuentemente de
      proletarización perférica del Modelo de
      Sustitución de Importaciones se expresón en
      tensiones sociales y expresiones cada vez más violentas
      del movimiento
      de masas. El modelo culminó a finales de la
      década del 70 del siglo XX, con el derrocamiento del
      último régimen dirigido por militares, quienes
      prácticamente habían ejercido el poder
      político, por casi medio siglo.
    5. Modelo Reformista Contrainsurgente. Es un modelo que
      combina reformas económicas y sociales en función
      de procesos
      militares contrainsurgentes. El propósito es restarle
      base social a la insurgencia. Se desarrollaron las Reformas
      Agraria, Bancaria y del Comercio
      Exterior y la guerra civil que culminó con los
      Acuerdos de Paz en 1992.
    6. Modelo Neoliberal. El fracaso de las medidas
      reformistas económicas y sociales impulsadas por
      el Estado en
      el Modelo Contrainsurgente y el prolongado conflicto
      militar condujeron al replanteamiento de la forma de
      funcionamiento del modelo de desarrollo. Se puso fin al
      conflicto
      militar a través de una solución política y se
      redefinió el modelo privilegiando nuevamente el papel de
      la función
      privatizadora, desestatizante y desnacionalizante. Este modelo
      es el primer modelo implementado a escala mundial,
      de manera uniforme podría decirse y es la consecuencia
      lógica del debilitamiento y la
      disolución del sistema socialista, que hacía
      énfasis en el papel del Estado en la
      economía planificada. La disolución
      culminó a finales de la década del 80 del siglo
      XX.

    De manera que un sistema financiero puede sufrir
    cambios, debido a cambios del modelo económico, por
    ejemplo, tal como sucedió en El Salvador con la
    nacionalización y la reprivatización del sistema
    financiero, en el contexto de los modelos contrainsurgente y
    neoliberal.

    Nuestra conceptualización diferenciada de Sistema
    y Modelo, a nivel económico y social posibilita, la
    observación de la relación entre
    mercado, Estado y
    sistema financiero desde el punto de vista histórico
    coyuntural y el afinamiento de conceptualizaciones como la de
    "agotamiento del modelo económico" y necesidad de un
    modelo económico alternativo.

    Cuando sostenemos que el modelo neoliberal esta en un
    proceso acelerado de agotamiento, queremos decir que un modelo
    que se basaba en la liberación de precios, las
    privatizaciones, las exportaciones no
    tradicionales, el rol subordinado del sector
    público al sector privado en el proceso
    económico y social, confronta indicadores
    crecientes y sostenidos de inestabilidad económica y
    social, como son el lento ritmo de crecimiento de la
    economía, el desempleo y el
    deterioro del bienestar de la población.

    El agotamiento del modelo neoliberal impone la
    búsqueda de alternativas a nivel del modelo
    económico y social. No es lo mismo la búsqueda de
    alternativas a nivel de modelo económico y social que a
    nivel de sistema económico y social. El cambio del modelo
    no implica necesariamente el cambio del sistema, pero puede
    también implicarlo dependiendo del tipo y profundidad,
    pero sobre todo de la necesidad de las medidas que el modelo
    intente transformar. Identificar las medidas necesarias,
    tipificarlas por su esencia transformadora de la situación
    económica y social, graduar y dirigir su intensidad y
    movilizar la fuerza política y social en su apoyo, son
    procesos
    cruciales del cambio social. Por ello decimos también que
    existen momentos históricos en que lo dominante es el
    cambio del modelo y otros momentos históricos en que lo
    dominante es el cambio del sistema.

    En términos históricos, los cambios del
    modelo pueden o no propiciar cambios de sistema y ello es
    válido tanto para el capitalismo
    como para el socialismo, pero
    además ningún sistema evoluciona sin un modelo, sin
    un modo de funcionamiento específico. Y todo sistema y
    modelo económico tiene su propio sistema financiero. El
    sistema financiero es otro nivel de concreción del
    sistema y el modelo económico y social. Un sistema
    financiero no es un sistema ni un modelo económico y
    social, es una subcategoría o un subconjunto de
    ellos.

    En el caso salvadoreño se observan tres
    sistemas económicos:

    1. Indígena Primitivo o Pre Colonial.
      Consiste básicamente en relaciones comunitarias en el
      proceso de producción y distribución. Las
      relaciones de mercado no son dominantes. Los comerciantes
      ocupan un lugar relativamente bajo en la escala social. Las
      formas comunitarias centralizadamente dirigidas, de cultivo de
      la tierra
      son la forma principal de producción, el "calpulli" es
      la unidad principal de producción.
    2. Colonial. Primera fase de integración al mercado mundial a
      través de la exportación, principalmente del
      añil. Las relaciones
      laborales son transformadas violentamente por el proceso de
      conquista y colonización. Surge la propiedad
      privada de la tierra y las
      encomiendas y repartimientos de indios, que incorporan
      elementos de regímenes de esclavitud y
      servidumbre. La hacienda colonial es una unidad
      económica principal.
    3. Capitalista Dependiente. Segunda fase de
      integración al mercado mundial a través de la
      exportación, principalmente del
      café. Se crea una extendida economía de mercado,
      expandiendo gradualmente relaciones salariales, extinguiendo
      formas de tenencia de tierra
      comunitaria entre los indígenas y en los poblados. Se
      extiende gradualmente la mano de obra asalariada y como
      contrapartida la economía de mercado
      capitalista.

    Y como dejamos dicho se observan seis modelos
    económicos a través de los cuales ha funcionado el
    sistema económico y social en El Salvador: agroexportador,
    agroexportador reformado, sustitución de importaciones,
    zonas francas, reforma contrainsurgente, neoliberal.
    (Véase: EL SALVADOR. ESQUEMA BASICO DE LA EVOLUCION DEL
    SISTEMA Y MODELO ECONOMICO Y SOCIAL Y EL SISTEMA
    FINANCIERO).

    EL SALVADOR. ESQUEMA DE LA EVOLUCION DEL SISTEMA Y
    MODELO ECONOMICO Y SOCIAL Y SU SISTEMA FINANCIERO

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     2.5. Sistema Financiero
    Alternativo

    El sistema financiero no necesariamente tiene que ser
    alimentado por conflictos
    sociales para acentuar su funcionamiento democrático.
    Puede ser producto de
    una planificación financiera y el desarrollo de
    una política concientemente elaborada. Las formas de
    financiamiento alternativo como formas de conducción
    colectiva, pueden ser exitosas como en el caso de las cooperativas
    financieras Desjardins, de Quebec, Canadá las que
    pertenecen alrededor de 5 de los 7 millones de quebequenses. Y
    pueden ser también un catalizador de equilibrio en
    el poder financiero mundial. En El Salvador, las cooperativas
    financieras de FEDECACES (Federación de Cooperativas de
    Ahorro y
    Crédito
    de El Salvador) se distinguen del resto del movimiento
    cooperativo por su rentabilidad,
    solvencia y la función social de intermediación
    financiera que desempeñan. Y aunque esto no quiere decir
    que este sea el sistema financiero alternativo, si quiere decir
    que las cooperativas financieras son componente importante de un
    sistema financiero alternativo.

    El sector financiero, es una parte del sector terciario
    de la economía (los otros son el primario: agricultura y
    el secundario: industria).
    Por dos motivos el sector terciario, se desarrolla, en
    perspectiva, con mayor incidencia que los otros dos
    sectores:

    1. Porque la tendencia del sistema de producción
      mercantil, es a privilegiar, con una función
      coordinadora del proceso económico al sector
      financiero.
    2. Porque el proceso de diferenciación y
      diversificación inherente al desarrollo de la
      economía de mercado capitalista, contiene una ley de
      población, que impele al crecimiento de la
      población económicamente activa ocupada en el
      sector terciario, debilitando la participación en los
      otros dos sectores.

    El funcionamiento del sistema de economía de
    mercado capitalista siempre arroja un segmento de la
    población que demanda
    crédito
    en condiciones de no ser sujeto del mismo crédito. Esta
    situación social se produce no por el hecho de que este
    segmento social esté al margen del mercado, sino por el
    contrario, por el hecho de que las leyes mismas del mercado,
    especialmente el mercado de trabajo, empobrecen a vastos sectores
    de la población que integran este segmento social. El
    sistema financiero alternativo eleva los niveles de desarrollo de
    las relaciones mercantiles y profundiza la democracia
    económica desarrollando políticas de
    ampliación de la capacidad adquisitiva y de la
    condición de ser sujetos de crédito de sectores
    empobrecidos de la población. Los esfuerzos por concretar
    alternativas de financiamiento, forman parte de la historia del sistema
    financiero en El Salvador.

    3. Un contexto
    histórico del sistema financiero alternativo en El
    Salvador

    3.1. Elementos de un sistema financiero
    nacional

    El concepto de
    "sistema financiero nacional" ha sido relevado por Lindgaard,
    como una de las más importantes condiciones
    institucionales para el proceso de innovación.

    La importancia de las finanzas en
    los procesos de innovación es doble. Por un lado, en la
    sociedad
    moderna, capitalista, es inimaginable un proceso de
    innovación sin financiamiento, aunque pueda existir
    alguno, excepcionalmente. Las finanzas son
    el motor en el
    desarrollo capitalista y ellas penetran el resto de sectores
    (sector 1: agricultura,
    sector 2: industria y
    sector 3: comercio y
    servicios) impulsando y orientando, en el funcionamiento del
    mercado, el proceso de innovación. Por otro lado, en
    sí mismas (los "servicios financieros" como actividad
    económica, forman parte del sector 3: comercio y
    servicios) las finanzas desarrollan procesos innovadores, como
    resultante del propio grado de desarrollo de sus contradicciones,
    de las relaciones con otros sectores o de los cambios operados en
    el intorno y el entorno.

    La función económica principal de las
    finanzas, es la intermediación financiera. En su
    acepción más simple, la intermediación
    financiera consiste en la canalización de recursos
    financieros, especialmente dinero, de un sector social
    superavitario en dinero, hacia otro sector social deficitario de
    dinero.

    Por dejar de usar el dinero propio, se recibe un pago y
    por usar el dinero ajeno, se realiza un pago. Este pago es el
    precio del dinero, que se llama interés,
    en su definición más elemental. El negocio en la
    intermediación financiera es pagar un tipo de interés
    menor a quienes les sobra el dinero y cobrar un tipo de
    interés mayor a quienes necesitan el dinero. Cuando se
    aplica a quienes proveen el dinero, se llama tasa de
    interés pasiva y cuando se aplica a quienes usan el
    dinero, se llama tasa de interés activa. La diferencia
    entre la tasa de interés activa y la tasa de
    interés pasiva, constituye el "margen de la
    intermediación financiera", es decir, la ganancia en las
    finanzas.

    A las personas, naturales o jurídicas, que tienen
    dinero de sobra (lo que no quiere decir que no les sea
    útil, obviamente) se les denomina "depositantes" pues
    "depositan" sus fondos en el intermediario financiero, para que
    éste se tome el trabajo de
    canalización. Este trabajo de intermediación
    financiera, es cobrado a través del "spread", o la
    diferencia entre las tasas activa y pasiva de interés. A
    las personas que usan los recursos financieros, se les denomina
    "usuarios", "prestatarios" o "inversionistas". En el proceso
    financiero se presentan dos categorías inherentes:
    crédito y préstamo. Por definición, la
    intermediación financiera, se realiza a través de
    créditos y /o préstamos;
    corrientemente la palabra crédito se asocia al usuario y
    préstamo al intermediario. El banco por ejemplo
    otorga un préstamo, el cliente recibe un
    crédito. En ambos casos, el proceso consiste en la
    transferencia de recursos financieros por los cuales se paga un
    tipo de interés.

    La canalización de recursos financieros hacia los
    usuarios tiene dos finalidades principales: el consumo y la
    inversión. Lindegaard puntualiza que la finalidad del
    sistema financiero, es la canalización hacia la
    inversión. "Financial systems can be defined as
    institutional arrangement for the transformation of saving or
    credit to investments, and for advising firms".

    Naturalmente, que la canalización del ahorro hacia
    la inversión es preferible en términos
    económicos, que la canalización hacia el consumo.
    La inversión esta directamente relacionada con la reproducción ampliada de la economía
    profundizando y expandiendo la producción y
    circulación, incluso el consumo de mercancías, en
    tanto que el crédito para el consumo fenece en la
    satisfacción de las familias y de los individuos que
    consumen.

    En otras palabras el ahorro puede canalizarse hacia el
    consumo improductivo o hacia el consumo productivo. El consumo
    improductivo, es el consumo personal,
    individual o familiar, y el consumo productivo es la
    inversión.

    No obstante lo anterior, en donde la inversión
    aparece claramente como el motor del
    desarrollo
    económico, es necesario puntualizar que el consumo es
    también un motor de la inversión. En la
    ecuación de la demanda agregada
    (DA=C+I+X-M), Demanda Agregada
    es igual al Consumo más la Inversión más las
    Exportaciones
    menos las Importaciones) se presenta matemáticamente la
    situación en que dada una demanda agregada, un aumento en
    el consumo puede incidir en la disminución de la
    inversión o del saldo externo (Exportaciones menos
    Importaciones) pero al final aumenta la Demanda
    Agregada.

    La Demanda Agregada por el supuesto real de la
    tendencia dicotómica equilibrio-desequilibrio en la Ciencia
    Económica tiende coyuntural y permanentemente, en medio de
    convulsiones económicas y sociales e inestabilidades
    fluctuantes del crecimiento
    económico, a equilibrarse o desequilibrarse con la
    Oferta
    Agregada (DA=OA).

    La Oferta Agregada reacciona ante los cambios de la
    Demanda Agregada y ello ocasiona cambios en los precios, en el
    capital, en la mano de obra, en la tecnología como
    componentes de la Oferta Agregada, fomentando así la
    inversión y la innovación. De esta manera el
    Consumo, aún el improductivo o personal, se
    convierte en motor de la inversión.

    En la concepción de Lindegaard, lo financiero es
    un sistema y es nacional. Se trata de estructuras,
    en la connotación sociológica, que tienen
    dimensiones históricas, culturales, geográficas y
    organizacionales, que se materializan en relaciones de información (con canales de aprendizaje
    interactivo) y confianza (en el marco de relaciones de
    competencia y competitividad) en procesos de vinculación
    entre prestamistas y prestatarios.

    De manera que un sistema financiero nacional,
    podría definirse como aquellas estructuras de
    intermediación financiera, especialmente de dinero, que se
    ubican en un espacio y tiempo determinado, definidas
    geográfica, histórica, jurídica y
    políticamente en un Estado Nación.

    Toda nación
    moderna, capitalista, tiene un sistema financiero y éste
    constituye el eje central de la reproducción de la
    Economía.. Y este sistema financiero, posibilita o
    imposibilita en diversos grados y modalidades un sistema de
    innovación propio y de otros sectores de la
    economía y la sociedad. Estas posibilidades o
    imposibilidades de innovación tienen estrecha
    relación con la conformación histórica del
    sistema financiero.

    3.2. Momentos cruciales en la historia del sistema
    financiero de El Salvador

    3.2.1. Mercado mundial y sistema financiero
    nacional

    Hasta la década del 30, las emisiones monetarias,
    prácticamente en todo el mundo y desde luego, en El
    Salvador, tenían que estar respaldadas por las reservas en
    oro, este requisito de respaldo, fue conocido como el
    "patrón oro". Dos momentos históricos han sido
    cruciales en el abandono del "patrón oro":

    1. La crisis mundial de 1929-30
    2. El "shock" de oferta del petróleo de 1972

    La crisis mundial de 1929/30, puso en evidencia que "ni
    todo el oro del mundo" podía salvar a la economía
    capitalista de su comportamiento
    recesivo: entró en su primera crisis el patrón
    oro.

    La humanidad tardó milenios, en descubrir un
    metal precioso, el oro, que encarnara generalizada y
    mundialmente, el valor de las diferentes mercancías y que
    por ello, además de otras características, sirviera en un proceso
    histórico, como medio de cambio, de atesoramiento y
    acumulación y de respaldo a la emisión monetaria.
    Pero es reciente (a principios del
    siglo XIX) el descubrimiento, que se debe a los economistas
    clásicos (que son clásicos por este descubrimiento)
    de que es el trabajo humano el que crea el valor que puede
    materializarse en el oro o en cualquier otra
    mercancía.

    La segunda crisis del "patrón oro", fué
    producto de los "shocks de oferta" de los precios del petróleo
    de 1972: los aumentos en el precio, concertados por los oferentes
    de petróleo, hicieron recordar a la humanidad que el
    atesoramiento del oro, era solamente un medio y no una finalidad.
    La división mundial del trabajo, había elevado a la
    categoría de un motor fundamental de la producción
    al petróleo y los países que lo poseían en
    forma natural, se vieron enriquecidos como por milagro,
    aún sin tener grandes reservas de oro.

    La revolución
    industrial post clásica y
    científico-técnica, elevó la importancia
    económica del petróleo a tal grado que se le
    denominó el "oro negro" y en cierto modo se
    consideró el
    petróleo como una categoría superior a los
    metales
    preciosos. El
    petróleo, combustible necesario en casi todos los
    medios de
    transporte,
    energía, materia prima,
    etc. en el mundo, podría considerarse que funciona como
    una especie de respaldo material real de los llamados
    petrodólares (dólares provenientes de la
    exportación del petróleo).

    El petróleo cambió la macroeconomía
    y la política
    monetaria introduciendo el fenómeno de la
    inflación por el lado de la oferta, como proceso
    constante, generalizado y conmocionador del aumento de los
    precios, como protagonista estelar de la economía. Por
    primera vez en la historia de la humanidad desde principios de la
    década del 70 la inflación crece
    sistemáticamente, de manera superior que el crecimiento
    del Producto Interno
    Bruto en todo el mundo, reflejando el impacto de la
    elevación de los precios del petróleo en el aumento
    generalizado y constante del nivel general de precios. La nueva
    fuerza motriz del proceso de trabajo mundial, el petróleo,
    hace la diferencia.

    En este contexto, aunque no exclusivamente por ello,
    entró en su segunda crisis, la definitiva, el
    patrón oro. Desde mediados de la década del 70
    prácticamente en todo el planeta, la emisión
    monetaria no tiene que estar respaldada por las reservas en
    oro.

    Existen dos acontecimientos de singular importancia para
    el sistema financiero salvadoreño, derivados de los dos
    momentos históricos cruciales mundiales, antes
    señalados:

    1. En el contexto de la crisis de 1929-30, se
      fundó el Banco Central de Reserva en 1934. El
      Banco Central
      de Reserva unificó la dispersa emisión monetaria
      al interior de El Salvador y relacionó el manejo de la
      política
      monetaria nacional con el manejo internacional, a fin de
      prevenir, en esta dimensión, problemas recesivos y
      asegurar el financiamiento requerido para el crecimiento de la
      economía.
    2. El shock de oferta del petróleo de 1972,
      repercutió en la creación de la Junta
      Monetaria
      en 1973. Uno de los propósitos
      fundamentales de la Junta Monetaria fue el control de
      la inflación a través de los instrumentos de la
      política monetaria: la masa de dinero en
      circulación y el tipo de interés y de
      cambio.

    En la actualidad, la economía capitalista en los
    países centrales ha logrado atenuar la regularidad e
    intensidad de las crisis y su comportamiento en profundidad y
    amplitud; sin el aporte de economistas como J. M. Keynes esto no
    hubiera sido posible, así como la constitución de políticas monetarias
    y organismos financieros internacionales. Otro elemento que
    contextúa el presente comportamiento del sistema
    financiero es que como resultante del proceso de globalización mundial, desarrollado
    intensamente en la segunda mitad del siglo XX, se asiste al
    proceso de globalización financiera y a pasos
    acelerados en el caso de El Salvador a la integración
    entre el mercado y dinero nacionales con el mercado y dinero
    internacional, especialmente el dólar de los Estados
    Unidos de América. El sistema financiero con el impulso de
    la llamada Ley de Integración Monetaria, aprobada en el
    2001, ha convertido el dólar de los Estados Unidos de
    América de una moneda mundial a una moneda nacional, y ha
    debilitado la formulación de una política monetaria
    nacional prácticamente erradicando las funciones de
    política monetaria, como son la determinación de la
    masa monetaria y la tasa de interés, por parte del Banco
    Central de Reserva. Se asiste pues, a un proceso creciente de
    desnacionalización de instrumentos y política
    monetaria.

    En este contexto resaltan más la dependencia
    financiera interiorizada en el funcionamiento propio de la
    economía periférica de El Salvador. Sin embargo, es
    necesario tener siempre presente que en el funcionamiento de la
    economía periférica se funden cada vez más
    fenómenos internacionales con fenómenos nacionales
    para conformar los escenarios del desarrollo y de las crisis y
    los ciclos económicos, políticos y sociales. Por
    ejemplo, la guerra civil de la década del 80 en El
    Salvador no se debió como en 1930/32 a una crisis de la
    economía de los Estados Unidos de América, sin
    embargo, es inconcebible la guerra civil de la década del
    80 sin la participación de los Estados Unidos de
    América. La guerra civil de la década del 80 en El
    Salvador se originó principalmente por el empobrecimiento
    y proletarización generalizada que engendró el
    proceso de industrialización del modelo de
    sustitución de importaciones. En la insurrección
    obrero, campesina e indígena de 1932 operaron
    conjuntamente el grado de polarización social ocasionado
    por la conformación altamente concentrada de las tierras
    dedicadas al cultivo del café, combinada con el detonante
    de la crisis de demanda de café ocasionada por crisis
    mundial de 1929-30.

    La Junta Monetaria en El Salvador, se disuelve a
    principios de la década del 90 y el Banco Central de
    Reserva pierde prácticamente su esencia de organismo
    generador, impulsor y regulador de la política monetaria
    prácticamente una década después de la
    disolución de la Junta Monetaria, en el 2001, cuando se
    impone el dólar de Estados Unidos de América como
    moneda nacional. Y, a finales de la década del 80, el
    contexto nacional, regional e internacional marcaba la crisis de
    los sistemas y modelos que hacían énfasis en la
    participación del Estado en el manejo de la
    política monetaria y social, para regular la
    inflación y el tipo de
    cambio, propiciar el crecimiento
    económico y ampliar el bienestar social. Hacen crisis
    los modelos de Reforma Contrainsurgente en El Salvador, el Modelo
    Sandinista en Nicaragua y los modelos y sistema socialista en
    Europa del Este.
    Aunque por su contenido político y de clase social, se
    diferencien el Modelo Contrainsurgente de los demás, que
    apoyaban la insurgencia, el punto es que se percibe que los
    modelos y sistmas sociales que propician la participación
    del Estado son disfuncionales para la resolución de los
    problemas del crecimiento económico y la reducción
    de la pobreza. En este contexto se refuerza la imposición
    nacional, regional y mundialmente, de modelos de
    conducción neoliberal en el sistema capitalista, en donde
    se supone que el "libre" juego de las
    fuerzas del mercado y la reducción del papel del Estado,
    es el mejor antídoto contra procesos inflacionarios y para
    garantizar el crecimiento de la economía que por
    reacción en cadena o por rebalse, beneficiará al
    resto de la población.

    Con lo dicho hemos querido señalar que los
    fenómenos monetarios internacionales tienen un contexto y
    se internalizan en nuestra economía capitalista
    dependiente; pero también la economía de mercado
    capitalista dependiente en El Salvador, tiene su propia dinámica, que, a su vez, le imprime ciertas
    características a la evolución del sistema financiero
    nacional.

    3.2.2. Nacionalización y
    reprivatización del sistema financiero en El
    Salvador

    Existen otros dos momentos cruciales en la dinámica interna del sistema financiero en
    El Salvador:

    1. La nacionalización del sistema financiero en
      1979.
    2. La reprivatización del sistema financiero en
      1992.

    El Salvador continúa siendo uno de los
    países latinoamericanos con una de las más agudas
    concentraciones del ingreso. Esta situación de inequidad
    social se ha sedimentado en el sistema de economía
    capitalista dependiente salvadoreña y en los diferentes
    modelos económicos por los que ha tenido sus mutaciones
    este sistema. El Salvador en sus orígenes capitalistas
    agrarios, para seguir una definición tradicional y simple,
    se construyó con un "estilo prusiano dependiente" de
    desarrollo agrario, con un alto grado de concentración de
    la tierra. A
    diferencia de Costa Rica, que
    se construyó como Estado Nacional con una vía
    "farmer periférica", con una predominante
    composición campesina pequeña y mediana, que es la
    base de una extendida clase media, en el período
    capitalista. La crisis mundial de 1929-30 tuvo repercusiones
    sociales profundas en El Salvador y desembocó en la
    primera insurrección con contenidos socialistas en
    América
    Latina. Ninguna mutación de los modelos
    económicos transformó los rasgos altamente
    concentrados de la economía salvadoreña y en el
    fondo del drama económico y social, la polarización
    social entre propietarios y no propietarios de medios de
    producción. La polarización social sostenida desde
    los orígenes del sistema de economía de mercado
    capitalista dependiente, fue la causa de la crisis de la
    década del 80. Después del Golpe de Estado
    de octubre de 1979, las principales plataformas
    programáticas políticas y económicas del
    nuevo Gobierno fueron
    la Ley de Nacionalización del Sistema Financiero, del
    Comercio Exterior
    y la Reforma
    Agraria.

    Mirando en retrospectiva, las reformas contrainsurgentes
    fueron una forma real, de lograr la supervivencia del sistema
    capitalista dependiente. Fueron las reformas, como en la
    década del 30, un mecanismo para contener la insurgencia,
    con la diferencia de que en la década del 80 se hicieron
    antes de que la confrontación bélica se
    generalizara, en tanto que en la década del 30 las
    reformas se hicieron después y con otras connotacionses,
    correspondientes a la época. En la década del 30,
    en lo financiero se fundó el Banco Central de Reserva con
    carácter privado, centralizador de la
    emisión y política monetaria; en el Comercio
    Exterior se siguió una política de no
    endeudamiento; en lo agrario se creó el Instituto de
    Colonización Rural y el Banco Hipotecario para proteger
    financieramente a los cafetaleros. En la década del 80 se
    "nacionalizaron" o "estatizaron" las entidades financieras
    privadas; se estatizó el comercio exterior del café
    y la Reforma
    Agraria, afectó considerablemente a las grandes
    explotaciones de café.

    En la década del 80 las reformas se hicieron con
    el claro propósito de contener la insurgencia ascendente,
    en la del 30 las reformas se hicieron para prevenir en el futuro
    el resurgimiento de una insurgencia descendente. Por ello en la
    década del 80 al modelo económico incluso
    oficialmente, se caracterizaba como de "reforma
    contrainsurgente". Pero este modelo también,
    intentó afrontar la situación de tendencia a la
    recesión de la economía que se evidenciaba a
    finales de la década del 70 (el Golpe de Estado
    que inauguró el modelo de reforma contrainsurgente se
    produjo en Octubre de 1979, como se dijo antes). Las fuerzas
    ciegas de la economía de mercado habían llevado a
    finales de la década del 70 a la ampliación de la
    oferta con la restricción de la demanda al grado de que se
    expresaba esta contradicción sociológicamente con
    movimientos de masas de campesinos proletarizados y empobrecidos,
    con extensión de los asalariados urbanos y el desempleo,
    con niveles urbanos más altos de pobreza y marginalidad, la
    ruptura del Estado de
    Derecho, la desobediencia civil y la correspondiente violencia
    institucional y de la sociedad
    civil.

    El modelo nacionalizador -de reformas
    contrainsurgentes-, se agotó a finales de la década
    del 80, enmedio de la guerra en la que no se pudo contener a la
    insurgencia; por determinaciones tanto nacionales como
    internacionales se neutralizaron las perspectivas de un cambio de
    sistema de economía de mercado capitalista
    dependiente y oligopolico, por uno de economía planificada
    socialista. Fué considerable el gasto militar,
    político y civil que ocasionó la contienda militar
    de la década del 80 en El Salvador; y la mutación
    del modelo de reforma contrainsurgente en el modelo neoliberal ha
    dejado intactas las causas económicas y sociales de
    confrontación social. Persiste la inequidad en la
    distribución de los beneficios del crecimiento
    económico, aunque las contradicciones sociales que tal
    inequidad genera, no han madurado en la nueva etapa que lleve a
    una nueva confrontación militar. En la dimensión de
    lo necesario y lo posible y de períodos de
    resolución pacífica de los conflictos
    sociales, se requiere de un modelo económico y social
    alternativo en este período histórico en El
    Salvador.

    El sistema financiero fue nacionalizado
    contrainsurgentemente, desde principios de la década del
    80. Insistimos en que tal política de
    "nacionalización del sistema financiero" tenía el
    propósito principal de contener la insurgencia más
    que el propósito de hacer un negocio de
    intermediación con viabilidad financiera y social dirigido
    por el Gobierno. El
    sistema financiero nacionalizado contrainsurgentemente en El
    Salvador, concluyó la década del 80 en estado de
    insolvencia, quebrado, al punto del colapso financiero total,
    deformadamente politizado en el otorgamiento de préstamos
    y créditos sin garantías y costos de
    operación excesivos. Pero había cumplido la
    misión
    de contribuir a evitar que colapsara el sistema de
    economía de mercado capitalista dependiente y
    oligopólico, como un todo. El sistema financiero
    nacionalizado quedó listo para la reprivatización.
    Esta reprivatización se extiende a lo largo de la
    década del 90.

    Da la impresión que, como fenómeno social,
    existe una especie de ley socio-económica en el sentido de
    que los procesos socio-políticos de las nacionalizaciones
    encuentran vigencia en períodos de recesión y los
    procesos de privatización y reprivatización, en
    los períodos de expansión y auge del ciclo
    económico.

    El movimiento insurgente se inició a mediados de
    la década del 70. Ya no se trataba de brotes aislados de
    violencia
    social, sino de una concreción gradual de estrategia
    política y militar encaminada a la toma del poder, de
    manera sostenida. Esta tendencia se mantuvo desde sus formas
    simples e inmediatas de protesta social, como huelgas y
    manifestaciones combinadas con el aprovisionamiento financiero y
    de armamento de la insurgencia a través de acciones
    militares. Desde formas embrionarias gradualmente se llegó
    a la generalización del conflicto político y
    militar que culminó en la Guerra Civil de la década
    del 80.

    Para finales de la década del 70, la presión
    social, política y militar de la insurgencia era tal, que
    obligó a cambios drásticos en el modelo. La
    economía de mercado capitalista dependiente
    salvadoreña, privatizada desde mediados y finales del
    siglo XIX, con instituciones
    estratégicas del sistema financiero como el Banco Central
    de Reserva al servicio de
    oligopolios privados, entre otras, tuvo que dar paso a la
    nacionalización del sistema financiero en el último
    cuarto del siglo XX con la pretendida finalidad de
    "democratización del crédito". Este no solamente
    fué un paso necesario sino que fué un paso
    obligado, forzando o intentando convertir un sistema financiero
    comercial altamente concentrado y de corto plazo en un sistema
    financiero de desarrollo, de largo plazo, que en un primer
    momento arrebatara banderas de democratización a la
    insurgencia y en un segundo momento propiciara el desarrollo
    capitalista por vías menos concentradas. Que la meta no se
    logró no quiere decir que la intención era
    errónea; y tampoco quiere decir que la
    nacionalización es la única forma de democratizar
    el crédito, pero sí quiere decir que el sistema
    financiero salvadoreño, concentrado, es fuente de
    contradicciones sociales.

    El sistema financiero nacionalizado en el marco del
    modelo económico contrainsurgente significó para El
    Salvador, un sistema financiero politizado deformadamente. Pero
    … ¿qué se entiende por deformación
    política del sistema financiero?. Intentemos una
    explicación general de este punto. El trabajo se considera
    improductivo económicamente cuando no genera valores de uso
    (aunque sirva o sea imprescindible, para asegurar la
    generación de valores de
    uso) de bienes y servicios, transables y que constituyen riqueza.
    Uno de estos trabajos considerados improductivos, sin una
    connotación ética sino
    desde el punto de vista económico, es el trabajo
    político. Esta función improductiva del trabajo
    político se acentuó en El Salvador en la
    década del 80 pues con propósitos
    político-militares de contención de la insurgencia
    se distorsionó la función financiero en la
    década del 80. La fuente de recursos financieros que deben
    canalizarse hacia trabajo productivo (del trabajo que se aplica
    en la creación de los bienes y servicios) se condujo con
    criterios que privilegiaban lo político en lugar de lo
    financiero, y como resultado se otorgaron créditos que
    transgredían los criterios de sanidad financiera
    relacionados con la rentabilidad y
    las garantías.

    La reprivatización de la década del 90
    precisamente se apoyó en las debilidades del sistema
    financiero nacionalizado contrainsurgentemente; la
    reprivatización se sostuvo en planteamientos vinculados a
    la despolitización del sistema financiero. Bajo el
    argumento de la despolitización del sistema financiero, se
    impulsó el retorno y más bien el reforzamiento de
    características de alta concentración del sistema
    financiero salvadoreño, que nunca se perdieron, aunque se
    atenuaron, durante el período de aplicación del
    modelo de reforma contrainsurgente.

    Con la reprivatización del sistema financiero a
    principios de la década del 90 del siglo XX, y que se
    mantiene hasta hoy, en el 2003, se ha retornado al sistema
    financiero de bajo riesgo, de corto
    plazo, concentración oligopólica, privilegios
    políticos y administrativos por parte del
    Estado.

    El modelo neoliberal, dominante desde finales del siglo
    XX hasta la fecha, en lo internacional, regional y nacional,
    reafirma los planteamientos de Adam Smith, el
    padre de la Economía
    Política, en lo vinculado al libre juego de las
    fuerzas del mercado y la reducción del papel del Estado.
    Este fue el marco en el que se inició en 1991 el proceso
    de reprivatización del sistema financiero
    salvadoreño. Una diferencia sustancial entre el sistema
    financiero nacionalizado contrainsurgentemente y el reprivatizado
    provino del otorgamiento de créditos bajo criterios
    financieros oligopolizados y no político
    contrainsurgentes, debido que los criterios de política
    contrainsurgente ya no se necesitaron a partir del proceso de
    solución política del conflicto bélico en El
    Salvador, que culminó con la firma de los Acuerdos de Paz
    en 1992. Y, nos parece, la causa fundamental de
    reprivatización del sistema financiero obedece a que la
    economía inició un nuevo proceso de
    expansión del ciclo económico. Después del
    período recesivo de la década del 80 se presencia
    uno expansivo en la del 90 del siglo XX.

    En lo que al sistema financiero se refiere, gran parte
    del problema de convulsión
    socio-política-económica con que se desenvuelve el
    desarrollo nacional a pesar de y gracias a los Acuerdos de Paz,
    se debe a que la Banca es
    estructuralmente comercial y funcionalmente de desarrollo cuando
    la potencialidad del país, cuantitativa y cualitativa,
    demanda una banca que
    orgánicamente, estructuralmente, incorpore el
    funcionamiento como Banca de Desarrollo.

    Con esto no se quiere decir que la Banca Comercial
    salvadoreña es débil, limitada en términos
    generales: los análisis y los estándares de
    rentabilidad como se dijo antes, la ubican como una de las
    mejores de Latinoamérica. Lo que se quiere decir es
    que es limitada y débil en relación con la
    capacidad productiva y empresarial, y de equidad en la
    distribución de los recursos financieros, que tiene El
    Salvador como Nación.

    El explotar las potencialidades de los recursos
    nacionales en un proceso de reproducción ampliada de la
    economía requiere de un talento estratégico
    económico y social especial, que proyecte el desarrollo
    sostenido, el crecimiento con equidad, por 25, 50 o 100
    años. Y ello no se observa en El Salvador. Y se requiere
    una capacidad táctica no menos especial para ir adecuando
    las condiciones de la Banca Comercial, para que sin dejar de
    serlo, incluso asegurando su funcionamiento comercial ampliado en
    el largo plazo por la estabilidad social, incorpore e integre en
    el proceso de competencia del mercado financiero, elementos
    trascendentes de una Banca de Desarrollo. El Estado en
    esta dirección de aseguramiento de la
    estabilidad social por medios económicos, tiene un papel
    central y no accesorio, como sucede en la actualidad en el marco
    del modelo neoliberal.

    El papel del sistema financiero como factor del
    desarrollo no es solamente una opción, es una necesidad.
    Una necesidad que proviene de una realidad: la competencia
    bancaria mundial, requiere, en el entorno de la
    globalización, de una Banca de Desarrollo. En el
    intorno social y económico de cada país, las
    energías políticas que emanan del conflicto basado
    en la inequidad económica y social deben ser catalizadas y
    canalizadas en la reproducción ampliada de la
    economía con el soporte del sistema financiero vinculado
    al desarrollo económico y social o de lo contrario
    soportar conflictos sociales que refuerzan el gasto improductivo,
    político y militar, en el largo plazo. Del carácter
    sostenido del financiamiento del desarrollo, depende la
    estabilidad económica y social, la alternabilidad
    política, la socialización del crecimiento y la
    distribución de la riqueza, el progreso y la
    inserción competitiva en el mercado mundial y la
    catalización de las confrontaciones sociales.

    3.2.3. Muestras coyunturales de problemas
    estructurales del sistema financiero
    salvadoreño.

    El tipo de comportamiento oligopólico de la
    economía salvadoreña conlleva una serie de
    problemas estructurales que afloran en sucesos que muestran
    comportamientos sociales disfuncionales del sistema financiero.
    En relación con el sistema financiero estos sucesos se han
    puesto de relieve con
    los fraudes financieros de 1997, cometidos por reconocidas
    personalidades de estratos altos del mundo social, empresarial y
    político del país. Algunas de estas personas forman
    parte de las ya periodísticamente acuñadas y
    famosas catorce familias, que en El Salvador del siglo XXI,
    intersectadas con otras familias, dominan oligopólicamente
    la economía y las finanzas del país.

    • El caso de la defraudación bancaria de
      FINSEPRO-INSEPRO. Personas pertenecientes a reconocidas
      familias de empresarios oligopólicos, respaldadas por
      sus relaciones sociales, económicas y financieras,
      estuvieron involucradas en un proceso de fraude en
      donde se propiciaron depósitos con altas tasas de
      interés pasivas para luego defraudar a los
      depositantes. Este suceso revela anomalías del sistema
      judicial y financiero, pues aún cuando algunos de los
      principales responsables guardaron prisión por
      algún tiempo en condiciones similares al resto de
      reclusos, fueron liberados posteriormente, sin deducir
      responsabilidades ni encontrar culpables. Fué una
      defraudación bancaria por más de un mil
      quinientos millones de colones, alrededor de 170 millones de
      dólares al cambio de 8.75 colones salvadoreños
      por un dólar de los Estados Unidos de América.
      Muchos de los depositantes perdieron los ahorros de toda la
      vida e incluso la vida algunos de ellos, que fallecieron de
      infartos, debido al impacto moral y
      monetario que les causó la
      defraudación.
    • Un caso más que conmovió la opinión
      pública, es el de CREDISA, en donde según
      señalamientos de parte de autoridades monetarias, se
      otorgaron en esta entidad financiera, préstamos hacia
      personas y empresas
      relacionadas, se sobre valuaba y elevaba el costo de
      activos fijos
      en los informes
      financieros y se incumplían normas de
      llamamiento de capital por 60 millones de colones o 7 millones
      de dólares USA. Con estos argumentos se decretó
      la quiebra
      oficialmente de CREDISA y compraron los activos y la
      cartera de la entidad quebrada, los principales bancos
      oligopólicos del país; posteriormente el Banco
      Central de Reserva eroga cerca de 1200 millones de colones o
      sea casi 137 millones de $USA, para saneamiento de la entidad
      que fue decretada su quiebra por
      el no cumplimiento de un llamado a capitalizarse por 60
      millones de colones o 7 millones de $USA. Cuesta 137 millones
      $USA el entierro de la entidad cuando la cura de la enfermedad
      costaba 7 millones de $USA.
    • Otro caso más es el del Banco de Fomento
      Agropecuario. La defraudación financiera es de alrededor
      de 20 millones de dólares. Se otorgaron préstamos
      sin garantías, venta de activos
      subvaluada y compra sobrevaluada. De igual manera aparecen
      relacionadas en esta defraudación a un Banco concebido
      como "de Desarrollo", con una formal y clara función
      pública, nombres de personas vinculadas a familias que
      han dirigido política y económicamente al
      país.

    El sistema financiero salvadoreño, reprivatizado
    tiene debilidades importantes:

    1. Se afirma que el proceso de reprivatización
      con la venta de acciones no
      fué procesado conforme a lo legalmente establecido. Las
      acciones quedaron concentradas nuevamente en círculos
      financiero-familiares. Se conocieron noticias de una gran
      cantidad de "prestanombres".
    2. La banca salvadoreña medida en términos
      de banca de desarrollo y de inversión no solamente en su
      aspecto comercial (en donde los márgenes de rentabilidad
      son obtenidos debido a un comportamiento imperfecto de la
      competencia en el mercado oligopólico y
      políticamente protegido) es una banca atrasada de poco
      riesgo.
    3. El funcionamiento de normas del
      sistema financiero es manipulada a través del
      tráfico de influencias con funcionarios, que conllevan a
      la transgresión en el cumplimiento de requisitos legales
      e institucionales. No existe por parte de los sectores usuarios
      una confianza en el funcionamiento impersonal del
      sistema.

    Este "arrastre" de debilidades pueden ocasionar
    potenciados, limitaciones estructurales en el sistema financiero.
    Una nueva mentalidad y modalidad del financiamiento, alternativa,
    se hace necesaria en El Salvador.

    Incluso en sucesos recientes como la "dolarización", se atisban medidas que
    favorecen este tipo de banca concentrada y oligopólica. No
    se permite la real competencia de bancos del
    exterior sino es con mediación oligopólica de la
    banca doméstica. En el fondo las divisas son privatizadas
    y dirigidas hacia estos bancos que tienen las empresas
    más fuertes de transferencia de remesas del exterior
    especialmente de los Estados Unidos.

    Se mantienen las condiciones limitantes de
    préstamos para los sectores de la pequeña, mediana
    y gran empresa no
    oligopólica. El dólar como moneda de curso legal en
    El Salvador, no significa que las relaciones sociales
    están "norteamericanizadas" de manera que los asalariados
    terminan "pagando como estadounidenses y cobrando como
    salvadoreños" y con políticas financieras
    limitantes del desarrollo pues se ha prácticamente
    eliminado la posibilidad de actuar en política monetaria
    con la llamada "dolarización".

    La "dolarización" ha contribuido a la
    elevación de la tasa de inflación y
    paradójicamente, a la limitación del crecimiento y
    aumento del desempleo. Se ha puesto de relieve la
    necesidad de cambios profundos en el modelo económico y en
    el sistema financiero.

    3.2.4. Hacia algunos antecedentes del financiamiento
    alternativo

    Desde la década del 60 del siglo XX, se inicia de
    manera sistemática una modalidad de financiamiento
    alternativo fortaleciéndose las cooperativas de ahorro y
    crédito e instituciones
    de apoyo crediticio a la pequeña empresa. El contexto
    político en que se dieron estas expansiones crediticias
    fue el de una medida de atenuación de condiciones sociales
    y económicas propicias a revoluciones sociales como la de
    Cuba que
    triunfó en 1959. El contexto económico, fue la
    necesidad de expansión de relaciones mercantiles, derivadas del
    aumento del comercio interno y regional centroamericano, con una
    economía estadounidense fortalecida en la II post guerra
    mundial.

    Se desarrollaron y surgieron entidades para el
    financiamiento industrial regional como el Banco Centroamericano
    de Integración
    Económica y nacional, como el Instituto
    Salvadoreño de Fomento Industrial, INSAFI. El incremento
    del comercio intraregional llevó incluso a la necesidad de
    constituir la denominada Cámara de Compensación
    Centroamericana, una entidad que equilibraba los tipos de cambio
    en la región y aún más, se llego a la
    constitución teórica de una unidad
    monetaria regional, equiparada con el dólar de los Estados
    Unidos de América, llamada "peso centroamericano"; esto
    último, sin duda, puede ser considerado como uno de los
    antecedentes del actual proceso de "dolarización" en El
    Salvador.

    El Modelo de Integración Centroamericana se
    agotó a finales de la década del 60, después
    de una década de acelerado desarrollo, a tal grado que fue
    considerado un ejemplo de integración en América
    Latina. El modelo se agotó con el corolario de una
    guerra de 100 horas entre El Salvador y Honduras por disputas de
    poder de mercado entre las elites empresariales dominantes en
    cada país.

    La década del 70 en El Salvador, se inició
    con el ensayo de
    un Modelo de Zonas Francas y Transformación Agraria; este
    modelo, en lugar de atenuar, contribuyó a incubar las
    contradicciones sociales polarizadas, resultantes del agotamiento
    del modelo integracionista. En la década del 70 la
    inversión
    extranjera decrece, las huelgas y manifestaciones aumentan,
    se interviene militarmente a la Universidad de El Salvador,
    aumenta la represión. Como se dijo antes, a finales de la
    década del 70 se agota el Modelo de Zonas Francas y se
    inicia el Modelo de Reforma Contrainsurgente que dura
    prácticamente toda la década del 80. El Modelo de
    Reforma Contrainsurgente, tenía entre sus puntos
    principales la Nacionalización del Sistema Financiero.
    Este intento de "democratización del crédito"
    fracasó, como se mencionó anteriormente, por la
    distorsión política contrainsurgente que se
    impusieron a los servicios crediticios, que valga la
    aclaración, continuaron siendo
    oligopólicos.

    En la década del 90 se dio una
    finalización política a la guerra civil y fueron
    firmados los Acuerdos de Paz en 1992. En los Acuerdos de Paz
    explícitamente se omitió la discusión del
    Modelo Económico; se entiende que ello fue así
    porque adquirieron papel protagónico en la agenda aspectos
    políticos y militares. El modelo económico que
    emergió en la década del 90 fue el Modelo
    Neoliberal; en respuesta a la concepción de
    reprivatización del sistema financiero que contenía
    el modelo neoliberal, se desarrollaron concepciones de
    financiamiento alternativo, por entidades financieras que
    focalizan su esfuerzo en sectores que tradicionalmente no son
    sujetos de crédito, es decir que son pobres y no ofrecen
    garantías seguras, que no están formalmente
    integrados en el mercado y que necesitan asistencia
    técnica además de la crediticia. Entre las
    entidades que dirigen su actividad al financiamiento alternativo
    pueden mencionarse, especialmente a las Organizaciones No
    Gubernamentales (ONGs).

    3.2.5. Una división funcional del sistema
    financiero salvadoreño

    El sistema financiero comercial tradicional
    salvadoreño tiene una funcionalidad dividida; esta se
    conoce como banca corporativa, que apoya las necesidades
    financieras de grandes empresas, especialmente las empresas
    oligopólicas y la banca popular que suple los
    recursos financieros al resto de sectores, grandes empresas no
    oligopólicas, medianas, pequeñas y micro empresas y
    otros usuarios. Se conoce que las necesidades financieras de
    sectores no oligopólicos estan supeditadas a las de
    sectores oligopólicos, la banca popular esta supeditada a
    la banca corporativa, aunque funcionen de manera
    diferenciada.

    Los dos bancos principales del país, el Banco
    Cuscatlán con predominio en la banca corporativa y el
    Banco Agrícola Comercial con predominio en la banca
    popular, lideran esta división funcional, aunque ambos
    bancos ejercen funciones en los
    dos tipos de banca, la corporativa y la popular. Y se mantiene
    sujeto el sistema crediticio en su conjunto, a las expectativas
    de ganancia de poco riesgo, es decir no incorporan funciones de
    banca de desarrollo.

    La llamada banca de desarrollo nacional es sumamente
    débil. El Banco de Fomento Agropecuario, por ejemplo,
    tiene altas tasas de
    interés relativas y cartera de clientes reducida
    con altas tasas de mora y ha sido sujeto de defraudaciones por
    parte de los directivos y funcionarios regularmente designados
    por intereses políticos ajenos a viabilidad financiera y
    social de la institución como lo comprueban las recientes
    noticias sobre los gastos superfluos
    e innecesarios e incluso, simplemente robos de donaciones
    materiales
    como abonos, y también defraudación
    financiera.

    De manera que en este marco, el financiamiento
    alternativo para sectores de bajos recursos se convierte en una
    necesidad.

    3.2.6. Un esquema básico del sistema
    financiero actual de El Salvador

    El sistema financiero salvadoreño tiene dos
    divisiones fundamentales: el sistema financiero formal y
    el sistema financiero informal.

    El sistema financiero formal, esta constituido por
    personas jurídicas o naturales, que tienen formalizada
    jurídicamente su función de intermediación
    financiera. Existen prestamistas y agiotistas, que no tienen
    formalizada jurídicamente su función de
    intermediación financiera y que constituyen el sistema
    financiero informal.

    El sistema financiero formal tiene dos subdivisiones: el
    sistema financiero oficial y el sistema financiero no
    oficial
    .

    El sistema financiero oficial está supervisado
    y/o regulado por la Superintendencia del Sistema Financiero y en
    alguna medida, por el Banco Central de Reserva, que limitó
    su función reguladora del sistema financiero a partir del
    año 2001, con la entrada en vigencia de la Ley de
    Integración Monetaria, conocida popularmente como
    "dolarización". El sistema financiero no oficial, no esta
    supervisado por la Superintendencia del Sistema Financiero. El
    Sistema Financiero no oficial, está sujeto a regulaciones
    de Superintendencia de Sociedades
    Mercantiles y el Ministerio del Interior (en el caso de las
    ONG`s).

    El Sistema Financiero Formal Oficial, tiene a su
    interior un sistema bancario, que se diferencia de otras
    entidades, como las financieras, que no son bancos. El sistema
    bancario se divide a su vez en público y privado. Acuden
    al sistema bancario público y privado, los sectores de la
    micro, pequeña, mediana y gran empresa que califican como
    sujetos de crédito, para lo cual tienen que llenar una
    serie de requisistos. Gran parte de sectores que necesitan
    crédito, pero que no califican como sujetos de
    crédito en el sistema bancario privado o público,
    recurren a formas alternas de financiamiento. Tienen un papel
    central, para ampliar la oferta crediticia hacia sectores
    vulnerables y depauperados, las cooperativas de ahorro y
    crédito y otras entidades financieras, pero especialmente
    las ONG’s.

    En el sistema financiero formal no oficial,
    está constituido por entidades privadas que no dan
    crédito alternativo, sino solamente a quienes califican
    como sujetos de crédito, tal es el caso de las empresas
    mercantiles que usan las tarjetas de
    crédito.

    (Véase: ESQUEMA BÁSICO DEL SISTEMA
    FINANCIERO EN EL SALVADOR)

    ESQUEMA BASICO DEL SISTEMA FINANCIERO DE EL
    SALVADOR

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    Carlos Evaristo Hernández

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