El siguiente artículo tiene la pretensión
de discernir aquello que pueda estar envuelto en el sintagma
Psicología
Política.
En concreto
construiremos dos combinaciones, a saber, Psicología
Política y Política Psicológica, que nos
guiarán por este recorrido teórico hasta concluir
que, precisamente aquello a lo que, en nuestra opinión, se
dedica la Psicología Política es lo que en la
presente comunicación hemos convenido en llamar
Política Psicológica y que, efectivamente, los
límites
de nuestra materia a
reflexión, esto es, la Psicología Política,
no son otros que los contenidos que aquí hemos asignado a
la Psicología Política.
¿ WHAT IS POLITICAL PSYCHOLOGY
?
ABSTRACT
The aim of this article is to make some reflections
about the Political Psychology meaning. For that, we make a brief
tour across two terms combination: Political Psychology and
Psychological Politics. The main conclusion, we think, is that
the posibilities of Political Psychology are the contents of the
Psychological Politics, and the limits are the contents we give
to the Political Psychology.
¿ QUÉ ES
LA PSICOLOGÍA POLÍTICA ?
0. Nuestra intención en este artículo pasa
por determinar cuáles puedan ser las modulaciones que el
sintagma Psicología Política tomaría a
medida que se van analizando tanto sus términos como sus
relaciones. Como términos analizables se nos presentan
dos, a saber, Psicología y Política. A primera
vista se muestran como dos términos
categoremáticos, por tanto, con significado propio como
términos aislados tomados uno a uno. En cambio, en
nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a ver cada uno de
dichos términos unido, o bien a un nombre o bien a un
apellido, con lo que aquí no se defraudará a la
costumbre y acometeremos la valoración crítica del
binomio Psicología-Política (o su conmutativa
Política-Psicológica). En cuanto a las relaciones
diremos, brevemente, que se irán desarrollando conforme
vayan roturandose los campos Psicológico y
Político. Solo diremos, por el momento, que las relaciones
tendrán que ver con el orden del binomio que toque
analizar en cada momento, con lo que remitimos hasta entonces
el
conocimiento de las mismas.
1. Como ya hemos apuntado arriba, las dos grandes
modulaciones del sintagma que aquí se pretende criticar
(cribar, discriminar) son la Psicología
Política, por un lado y la Política
Psicológica, por otro. Hemos de decir que estas dos
modulaciones principales irán siendo analizadas a
través de las submodulaciones que cada una de ellas
alberga.
Antes de continuar con nuestro trabajo nos
gustaría resaltar la siguiente constatación
práctica, a saber, que aunque el metalenguaje o la
reflexión en torno a una
temática determinada haga referencia a un significante
concreto, en
muchas ocasiones, la ejercitación real de tal
temática está muy alejada de aquel término
con el que se describe. En concreto, pudiera ocurrir que aquello
que se rotula como Psicología Política no fuese tal
cosa sino algo muy diferente, con lo que, pensamos, se
requeriría un renombramiento (o en su defecto tener
conciencia de
dicha situación).
Como advertencia general diremos también que,
así como aquí se van a estudiar las diferentes
modulaciones de manera aislada (para una mayor comprensión
de las mismas), es una realidad que en la mayoría de las
veces estas submodulaciones no son independientes sino todo lo
contrario, encontrando caracterizaciones interrelacionadas en un
ejemplar determinado de, o bien Psicología Política
o bien Política Psicológica ( así como
también lo más frecuente es encontrar en
interrelación caracterizaciones de la Psicología
Política con otras de la Política
Psicológica).
2. Vayan por delante unas palabras que hagan fe de las
concepciones teóricas que tanto de la Psicología
como de la Política se van a presentar. En primer lugar,
en lo concerniente a la Psicología, nuestro amparo
teórico lo hemos de situar en los estudios críticos
(discriminadores, cristalizadores) que de la disciplina ha
hecho y está haciendo el profesor Fuentes Ortega
(1985a,1985b, 1989,1991,1992a,1992b,1993,1994a,1994b) .
Brevemente, sus aportaciones más sobresalientes son, a
nuestro juicio, las siguientes:
-diferenciar el psiquismo zoológico del
antropológico.
-la determinación del conductismo
radical Skinneriano como la concepción
psicológica más depurada (aunque ha de seguir
depurándose).
-la concepción de la conducta como
contingencia discriminada.
-un análisis psicohistórico.
-la caracterización de la figura del psiquismo
antropológico como "conflicto de normas
irresuelto personalmente".
De todo lo dicho no podemos dar cumplida cuenta, en
tanto que, ni es el lugar ni el espacio lo permite, lo cual es
óbice para recurrir a los originales ya mencionados de
Fuentes.
Por otro lado, el marco
teórico que nos guiará en nuestra
determinación Política estará sustentada por
el Materialismo
Filosófico del profesor Bueno Martínez (1953, 1971,
1978a, 1978b, 1984a, 1984b, 1991). En cuanto al particular que
aquí nos ocupará, esto es, la Política en
coordinación o conjugación con la
Psicología, diremos, en formato esquemático, que la
concepción que el profesor Bueno tiene de la
Política o dicho de otro modo lo que pudiera significar la
política, sería la constatación de un hecho
real, a saber, la existencia (mejor coexistencia) en el campo
antropológico ( por supuesto, ya que no concebimos a los
animales como
animales
políticos, aunque sí sociales) de una pluralidad
normativa que, antes que estar coordinada de tal manera que no
presente grietas o fisuras, está cuarteada en toda su
realidad. Así la política dice sociedad
civilizada, si con este término
(civilización) queremos connotar la existencia de
una pluralidad normativa soportada por una pluralidad grupal,
enfrentada en ocasiones, coordinada en otros momentos. De manera
que, la civilización dice sociedad
política plural y la política por tanto dice
"conflicto normativo irresuelto
normativamente". Téngase presente, en todo
momento, la similitud de esta concepción política
con la concepción de la figura psicológica humana
expuesta por Fuentes, esto es, "el conflicto
normativo irresuelto personalmente".
3. Vamos a comenzar por la reflexión del binomio
Política Psicológica para aprovechar el
fenómeno memorístico de recencia con aquello que
interesa primordialmente en este artículo, osea, la
Psicología Política.
Una de las modulaciones que vamos a valorar en primer
lugar tiene que ver con la determinación de la
Política Psicológica como aquella que se
encargaría de recoger los aspectos psicológicos
(por tanto contingenciales, no necesarios y también
subjetivos, no objetivos) de
la Política mundana. A esta determinación la
llamaremos Alfa. Estos aspectos psicológicos
serán considerados, tanto en determinadas acciones
políticas, así como en aquellos que
soportan tales acciones, esto
es, los sujetos políticos (y no hablamos de sujetos
políticos como aquellos que se dedican profesionalmente a
la política, sino a toda aquella persona que por
vivir en un marco político ha de desarrollar,
eventualmente, acciones o programas
políticos, ya sea en su comunidad de
vecinos, ya en su trabajo). En definitiva a la
determinación tipo alfa le sería posible el estudio
de esa figura psicológica que, con la
cristalización de una norma objetiva -un pacto o acuerdo
entre vecinos, pongamos por caso- pasa a ser fondo
psicológico, pero que, no obstante, tuvo que participar en
la conformación de dicha norma.
La segunda subdeterminación que vamos a
desarrollar del binomio Política Psicológica tiene
que ver con la caracterización de la Psicología
como herramienta política. A esta determinación la
llamaremos tipo Beta. Este tipo consta, a su vez, de dos
modos, esto es, la herramienta psicológica puede
accionarse por parte de los sujetos políticos de dos
maneras: directa e indirecta. Aquí sí vamos
a tomar la forma sujeto político como aquella que alude a
los profesionales de la política, esto es, a aquellos que
sobre-viven gracias a la Política, en definitiva, la
Política Académica como contrapuesta a la mundana.
Nuestro marco de estudio, entonces, no es otro que la Academia
Política.
Cuando hablamos del modo directo de accionar la
herramienta psicológica estamos haciendo referencia al
político como "actor político" ( que en una
determinación más general podemos decir que todo
sujeto tiene un lado "actor"; véase a este respecto
Quiroga, en prensa). No
estamos diciendo que los políticos sean actores sino que,
como todo sujeto, tiene un lado actor conjugado con su lado
autor. Lo que ocurre es que, si se nos permite, el lado o modo
actor del político tiene una repercusión mucho
mayor si lo comparamos con un sujeto de la calle, por tanto, sin
poder
ejecutivo o legislativo, al menos a corto plazo. Para
ejemplificar esta situación, a la que llamaremos beta 1,
diremos que, en general los debates políticos están
caracterizados por la acción de centrar la atención de los políticos opuestos
sobre determinados estímulos y disociar su atención de otros estímulos, acaso
contradictorios, pero también armonizadores, con lo que,
diríamos que, justamente son los parlamentos el escenario
teatral donde los actores representan los papeles que en cada
momento toque. Los términos liderazgo,
agresividad política, atracción, engaño,
prevaricación y muchos otros, serían los
términos que la Psicología habría de
estudiar en el campo Político, según la
determinación beta 1. En conclusión esta
determinación beta 1 acometería el estudio
psicológico de los fenómenos políticos que
tienen que ver con la representación de papeles
(psicológicos, contingentes, eventuales) por parte de los
profesionales políticos.
Tal figura psicológica quedará yugulada en
el momento en que surja una cristalización o
determinación material objetiva, en donde los cursos
operatorios psicológicos queden determinados o
canalizados. Nos estamos refiriendo, evidentemente a la cultura
material, ya se hable de una sede política, de una
ley
política o de la hormigonera que hace posible la construcción de sedes y parlamentos
políticos. En efecto, por ejemplo, a la hora de construir
una determinada ley (por tanto un
intento, en un ámbito concreto, de resolver normativamente
el conflicto
normativo) son posibles varios cursos que, normalmente, vienen
representados por los diferentes partidos
políticos, pero a la postre será uno solo el
que se eleve a la categoría de ley reguladora (se
objetive). En este momento, diríamos, una serie de cursos
psicológicos determinaron una norma política
objetiva y canalizadora de acciones concretas.
Veamos la determinación o modo indirecto
de actuar que tiene la herramienta política, en adelante
llamada beta 2. Lo llamamos modo indirecto no porque no lo
sustenten los políticos o sus ayudantes, sino porque,
ocurre fuera del escenario o teatro
político. Este modo indirecto, valiéndose de
los medios de
comunicación audio-visuales, tiene un largo alcance y
así, se hacen partícipes a todas las personas a
encarar una determinada posición política u otra,
de acuerdo con los mensajes que cada uno de los frentes lance de
momento en momento. Los fenómenos que serían
susceptibles de estudio por la disciplina
psicológica, en esta determinación beta 2,
podrían ser algunos de los siguientes: conformismo,
autojustificación, prejuicio, comunicación de masas, propaganda,
persuasión, la
comunicación en grupos y algunos
más. Podría, así mismo, ser bautizada como
"marketing
político sustentado psicológicamente". De
manera que este formato beta 2 contendría el estudio
psicológico de los fenómenos políticos
institucionales o académicos (la única diferencia
que mantiene con respecto al formato beta 1 es que este tiene una
difusión menor, en tanto que, se desarrolla en escenarios
más privados).
Por último, hemos de justificar la existencia
misma del sintagma Política Psicológica, en cuanto
que soporta la ulterior reflexión. En efecto, existe tal
rotulo porque se pretende diferenciar de otros posibles, entre
ellos, Política
Económica, Política de Mercado, etc.
Evidentemente aquí se está considerando a la
Política como un término sincategoremático,
con lo que la adscripción de un apellido se torna
imprescindible. ¿ Por qué Política
Psicológica ? Porque lo queremos confrontar a nuestro
objetivo
último de valoración: Psicología
Política .
4. Abordamos a continuación la reflexión
crítica del segundo y último binomio, a saber, el
de Psicología Política. La primera modulación
en la que centraremos nuestra atención será aquella
que quiere denotar la Psicología Política como una
Psicología aplicada a materiales ya,
de suyo, políticos, civilizados, específicamente
humanos. Esta submodulación (que en adelante llamaremos
Gamma) vendría a subrayar el campo temático
de la Psicología, esto es, vendría a determinar a
la Psicología Política como aquella parte de la
Psicología que se ocupa de la polis, de la ciudad, por
tanto, de aquellos que viven en la ciudad, que no son otros que
los seres humanos civilizados (de civitas o ciudadano). Luego, a
nuestro juicio, esta determinación gamma sería tan
genérica que no sería siquiera una
determinación, en tanto que, solo se está
recogiendo a aquella Psicología que no tiene que ver con
la Psicología Animal. Pero es que esta Psicología
pudiera ser Clínica, Educativa, del Trabajo, con lo que el
apellido Política no añadiría nada
específico al nombre Psicología. No recoge nada
específico en tanto que ya existen modos efectivos de
diferenciar lo que pretendiera diferenciar el adjetivo
Política, esto es, la clasificación en
Psicología Animal y Psicología Humana
(porque a nadie se le ocurre hacer estudios psicológicos
de grupos humanos
anteriores a la civilización. En todo caso, esto queda
para estudio antropológico). En definitiva esta
determinación Gamma hace referencia a los aspectos
psicológicos de la humanidad civilizada.
La siguiente modulación
que queremos presentarles está muy relacionada con la tipo
beta, ya en su determinación 1 ya en la 2. Hay, sin
embargo una diferencia que las contrapone, a saber, la
determinación beta hacía referencia a los
políticos (profesionales) como los sustentadores de tal
modulación, en cambio, en
esta modulación, que llamaremos Delta, son los
psicólogos los que estarían comprometidos con
tareas políticas.
Nuestro ámbito de estudio será, por tanto, la
Academia Psicológica. Análogamente a como hicimos
en la determinación beta, subdividiremos la delta en dos:
delta 1 y delta 2. Con delta 1 queremos recoger la acción
política que todo psicólogo pudiera desarrollar
directamente. Su misión
pasaría por el intento de resolución normativa de
los conflictos
normativos que, efectivamente, se están produciendo en el
escenario social. En breve determinaremos si esto es o no posible
o solo futurible (y en este último caso, si ello
sería deseable). Delta 2 recoge la función de
la Psicología como herramienta política indirecta,
algo similar (pero no identificable) a aquella propuesta que
hiciese Ribes Iñesta en su día acerca de la
"desprofesionalización de la
psicología" (Ribes,1982).
Por último, hemos de señalar, aquí
también, como ya lo hiciéramos en el cierre de
nuestro primer binomio Política Psicológica, que el
sintagma Psicología Política quiere diferenciarse
de otros, tales como Psicología
Educativa, Psicología Clínica,
Psicología de las Organizaciones,
etc…(pero que a la postre, tal diferencia solo será
temática, no estructural).
5. Vistas ya las diferentes modulaciones que hemos
expuesto brevemente ante ustedes, resta, a partir de aquí,
un recorrido, igualmente escueto, sobre el sentido y la
posibilidad de cada uno de ellas.
En cuanto a la determinación alfa, decir que es
tan sumamente genérica que no añade nada nuevo al
escenario teórico. Queremos decir, simplemente, que el
estudio de los aspectos o fondo-figura psicológicos de
todo acto y actor político (entendido político como
ser humano que vive en un marco político, luego un
político mundano) no tiene nada de diferencial con
respecto a otros ámbitos de estudio psicológico,
pongamos por caso el estudio psicológico de la población de albañiles
españoles. Lo que queremos decir es que la
determinación Alfa no es más que el estudio
psicológico de cualquier ser humano civilizado que haga
política mundana. Luego parecería correcto
adscribir esta opción a la temática de la Psicología
Social, pues, en efecto, ya se dedica desde tiempo
atrás a su estudio.
La determinación beta, tanto en su
modulación 1 como en la 2 esta recogiendo una serie de
materiales y
temáticas que, también, están siendo ya
efectivamente ejercitadas por la Psicología
Social desde hace décadas. En efecto temas tales como
el liderazgo, la
propaganda,
etc… ya son estudiados y analizados tanto por la Sociología como por la Psicología
Social (por ejemplo Aronson,1984).
Como dijimos arriba, la determinación gamma es
tan genérica que no aporta novedad a la temática
psicológica. Si bien podemos diferenciar una
Psicología Animal de una Psicología Humana, el
término Psicología Política no hace sino
redundar en dicha constatación.
Llegamos, por último al espacio más
delicado de toda nuestra argumentación, que no es otro que
dirimir la significación y el alcance de la
determinación que hemos resuelto en llamar Delta, en sus
versiones 1 y 2. En efecto, la Psicología Política
puede aludir a una actividad política llevada a cabo por
psicólogos. Pero, ¿ es esto posible ? Parece que no
solo es posible, sino que existe experimentalmente. Nos estamos
refiriendo a la
organización psicológica de una comunidad
política, esto es, una polis, un lugar donde vive un
grupo de
personas bajo un determinado paraguas normativo. Tenemos ejemplos
literarios como Walden Dos de Skinner (1976)
o Walden Tres de Ardila (1979). Pero también tenemos
ejemplos reales como algunas Comunidades Experimentales de
Estados Unidos
o México
(póngase por caso la Comunidad de Los Horcones de México,
que tiene un formato claramente Skinneriano). Como ya fue
expuesto en otro lugar (Porcel, 1998), llegamos a la
conclusión de que, antes que ser una solución de
tipo político, aún hecha por psicólogos,
esto es, antes que intentar resolver el conflicto normativo por
medios
normativos, lo que realmente se hace es extirpar un trozo de
sociedad de la Sociedad General y aplicar una serie de principios
conductuales o psicológicos que coordinen o cimienten
dicha comunidad, por tanto se trata de una solución de
tipo psicológico, subjetivo, y así parcial y
eventual, que no hace sino un intento resolutivo del conflicto
normativo por medios
comunales (solo cuantitativamente superior a medios personales)
pero no normativos (generación de normas objetivas
que canalicen acciones en la población global). Y hemos presentado esta
opción porque creemos que es la única que cabe en
la determinación Delta 1, ya que una acción
política llevada a cabo por psicólogos no es
posible hoy, ni probable en un futuro. La determinación
Delta 2 no resuelve esta aporía, en tanto que, como
diría Ribes, una desprofesionalización de la
psicología, ("el hombre
psicólogo para el hombre") o
una intervención indirecta de los psicólogos, como
diríamos nosotros, por tanto una intervención a
través de las diferentes instituciones
político-económicas, antes que deseable,
sería pernicioso, ya que, hoy día no se practica
una sola Psicología sino varias: Humanista, Conductista,
Cognitiva, Existencialista y algunas más, con lo que,
creemos, el asesoramiento psicológico a las diferentes
instituciones
que así lo demandasen no sería ni
sistemático ni lineal.
6. Como conclusión general a nuestro recorrido
por los terrenos de la Psicología Política
manifestaremos una serie de consecuencias apresuradas.
Si con el sintagma Psicología Política se
quiere aludir al estudio psicológico de los seres humanos
civilizados, diremos que dicha distinción ya
existe.
Si con el mencionado sintagma queremos recoger la
posibilidad de un trabajo político hecho por
psicólogos, hemos de señalar que es solo eso, una
posibilidad pero no una realidad. Si a la creación y
gestión
de una comunidad apartada de la Sociedad Global lo rotulamos como
producto de
una Psicología Política, también
podría serlo un club de tenis (a tiempo parcial,
claro esta) o una ONG (Porcel,
1998). Así, la Psicología Política debe
seguir participando en la resolución psicológica de
conflictos
normativos, como lo hace por ejemplo la Psicología
Clínica y dejar en manos de políticos las
resoluciones normativas que, en cada momento, haya que ir
adoptando.
Pero, ¿cuál es entonces el sentido y la
posibilidad de la Psicología Política?
Creemos que su sentido no es otro que el estudio de
aquellos fenómenos que señalamos como aspectos
psicológicos (contingentes) de la política,
fenómenos que apuntamos, se escondían bajo el
binomio Política Psicológica. ¿Se
haría necesaria, por tanto, una modificación del
sintagma Psicología Política por el de
Política Psicológica? No, si somos conscientes que
las posibilidades de la Psicología Política son las
descritas, en este artículo, respecto a la Política
Psicológica y que las limitaciones de dicha
temática son las descritas para la Psicología
Política. Por tanto aunque sigamos llamándola
Psicología Política, tengamos presente que su marco
de actuación es el de la Política
Psicológica. Pero, ¿no estaba esa temática
ya recogida por la Psicología Social? Nuestra sugerencia
sería la siguiente, a saber, compartir el campo de
aquellos fenómenos que tienen que ver con los descritos
arriba, esto es, liderazgo, propaganda, sumisión, etc, de
tal manera que, sea la Psicología Política la
encargada del estudio de dichos fenómenos cuando
éstos tengan que ver con escenarios políticos
(entendidos aquí de manera específica, esto es,
escenarios representados por profesionales de la política
en el marco de la Academia Política), y dejar en manos de
la Psicología Social aquellos fenómenos que, aunque
de fondo político o sociológico, no participan de
textura política efectiva o lo que es lo mismo, dedicarse
al estudio de aquellos fenómenos enmarcados en la
Política Mundana. Se podría objetar que a la
Psicología Política le ha tocado un campo de
estudio poco practicable, en tanto que, soporta poca
experimentación algo tan inmune como la Política y
los Políticos Académicos, pero, no es menos cierto
que la Psicología Social tiene un ámbito aplicativo
en las mismas condiciones de practicabilidad, si, por supuesto,
evitamos la artificialidad experimental. Todo esto
equivaldría a decir, en cierta manera, que la
Psicología Política se concibe como una rama o una
especialización de la Psicología Social. Con ello
no queremos restar importancia o lugar natural a la
Psicología Política, antes bien, pretendemos
delimitar su campo con el propósito de hacer más
inteligible su labor, ya sea teórica ya sea aplicada.
– Ardila, R. (1979). Walden tres. Barcelona:
CEAC.
– Aronson, E. (1984). El animal social. Introducción a la Psicología Social.
Madrid: Alianza
editorial.
– Bueno, G. (1953). Para una construcción de la idea de Persona. Revista de
Filosofía del Instituto "Luis Vives" del
C.S.I.C.,n12, pp.503- 563.
– Bueno, G. (1971). Etnología y Utopia. Madrid:
Júcar.
– Bueno, G. (1978a). Conceptos conjugados. El
Basilisco,n1, pp.88-92.
– Bueno, G. (1978b). Sobre el concepto de
"espacio antropológico". El Basilisco,
n5,pp.57-64.
– Bueno, G. (1984a). Psicoanalistas y Epicureos:
Ensayo de
introducción del concepto
antropológico de "heterías soteriológicas".
El Basilisco, n13,pp.12-39.
– Bueno, G. (1984b). Ensayo de
introducción de una teoría
antropológica de las ceremonias. El Basilisco,
n16,pp.8-37.
– Bueno, G. (1991). Primer ensayo sobre las
categorías de las "Ciencias
Políticas". Logroño: Cultural Riojana.
– Fuentes, J.B. (1985a). El segundo sistema de
funciones como
marco definitorio de la escala
psicológica. Estudios de
Psicología,n22,pp.52- 91.
– Fuentes, J.B. (1985b). El aprendizaje
como contexto determinante de la Psicología : algunas
consideraciones histórico-epistemológicas. Ponencia
de las Segundas Jornadas de Psicología: Revisión de
la Psicología del Aprendizaje
(Oviedo). Texto no
publicado.
– Fuentes, J.B. (1989). ¿Funciona, de hecho, la
psicología empírica como una fenomenología del comportamiento? En E. Brunswik, El marco
conceptual de la Psicología. Madrid: Debate.
– Fuentes, J.B. (1991). Un caso ejemplar de historia interna en
Psicología: continuidad entre la crítica
conductista radical del conductismo
metodológico y la crítica gestaltista del estructuralismo. El Basilisco, 2a época,
n8, 19-38.
– Fuentes, J.B. (1992a). Conductismo Radical versus
Conductismo Metodológico: ¿qué es lo radical
del conductismo radical? En Gil, J.;Luciano, M.C.y Pérez,
M. (Eds.), Vigencia de la obra de Skinner.
Granada: Editorial de la Universidad de
Granada.
– Fuentes, J.B. (1992b). Algunas observaciones sobre el
caracter
fenoménico práctico del análisis funcional de la conducta.
Revista de
Historia de la
Psicología, vol.13, n2-3, 17-26.
– Fuentes, J.B. (1993). Posibilidad y sentido de una
historia
gnoseológica de la Psicología (II): una primera
aproximación a la génesis y la configuración
de la Psicología moderna. Revista de Historia de la
Psicología,vol. 14, n3-4, pp.23-37.
– Fuentes, J.B. (1994a). Una nota sobre la constitución histórico cultural de
la figura antropológica (específica) del campo
psicológico. Revista de Historia de la Psicología,
vol. 15, n3-4, pp.41-48.
– Fuentes, J.B. (1994b). Introducción del
concepto de "conflicto de normas irresuelto personalmente" como
figura antropológica (específica) del campo
psicológico. Psicothema, vol.6, n3, pp.
421-446.
-Porcel, M. (1998). Diseños Walden:
génesis, tipos y funciones.
Comunicación presentada en el IV Congreso Internacional
sobre Conductismo y Ciencias de la
Conducta celebrado en Sevilla.
– Quiroga, E. (En prensa). La
personalidad como estructura
dinámica conductual definida por la
conjugación Autor-Actor. Apuntes de
Psicología.
– Ribes, E. (1982). El conductismo: reflexiones
críticas. Barcelona: Fontanella.
– Skinner, B.F. (1976). Walden dos. Barcelona:
Fontanella.
Manuel Porcel Medina
Seminario Permanente de Análisis Experimental y
Aplicado del Comportamiento. Universidad de
Granada.
Coordinador del portal de Conductismo
Ontológico,
Licenciado en Psicología por la Universidad de
Granada en 1996. Estudios de Doctorado en el Departamento de
Ciencias de la Salud y Psicología
Clínica de la Universidad de Almería. Miembro
durante el periodo 1996-1998 del Grupo de
Investigación "Psicología y Salud" de la Universidad de
Almería. Miembro desde 1997 hasta el día de hoy,
del Seminario de
Análisis Experimental y Aplicado del Comportamiento de la
Universidad de Granada.
Publicaciones:
COMUNICACIONES:
-"Comunidades Walden: génesis, tipos y
funciones"
-"¿Qué significa Refuerzo Natural en la
práctica clínica? (junto al profesor Quiroga
Romero, E.).
(Ambas presentadas en el IV Congreso Internacional de
Conductismo y Ciencias de la Conducta, celebrado en Sevilla en el
año 1998).
ARTÍCULOS EN PREPARACIÓN:
– "Necesidades y Refuerzos"
– "Disputaciones Metafísicas de Suárez: un
antecedente del conflicto conducta propositiva-no propositiva de
la Psicología actual. I: el psiquismo animal.
– "La Diabetes como
situación psicológica".
– "Límites
lógicos del quehacer psicológico".