Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

¿Qué es la psicología política?




Enviado por mporcel



    1. Resumen
    2. ¿Qué es la
      psicología política ?
    3. Referencias
      bibliográficas

    RESUMEN

    El siguiente artículo tiene la pretensión
    de discernir aquello que pueda estar envuelto en el sintagma
    Psicología
    Política.
    En concreto
    construiremos dos combinaciones, a saber, Psicología
    Política y Política Psicológica, que nos
    guiarán por este recorrido teórico hasta concluir
    que, precisamente aquello a lo que, en nuestra opinión, se
    dedica la Psicología Política es lo que en la
    presente comunicación hemos convenido en llamar
    Política Psicológica y que, efectivamente, los
    límites
    de nuestra materia a
    reflexión, esto es, la Psicología Política,
    no son otros que los contenidos que aquí hemos asignado a
    la Psicología Política.

    ¿ WHAT IS POLITICAL PSYCHOLOGY
    ?

    ABSTRACT

    The aim of this article is to make some reflections
    about the Political Psychology meaning. For that, we make a brief
    tour across two terms combination: Political Psychology and
    Psychological Politics. The main conclusion, we think, is that
    the posibilities of Political Psychology are the contents of the
    Psychological Politics, and the limits are the contents we give
    to the Political Psychology.

    ¿ QUÉ ES
    LA PSICOLOGÍA POLÍTICA ?

    0. Nuestra intención en este artículo pasa
    por determinar cuáles puedan ser las modulaciones que el
    sintagma Psicología Política tomaría a
    medida que se van analizando tanto sus términos como sus
    relaciones. Como términos analizables se nos presentan
    dos, a saber, Psicología y Política. A primera
    vista se muestran como dos términos
    categoremáticos, por tanto, con significado propio como
    términos aislados tomados uno a uno. En cambio, en
    nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a ver cada uno de
    dichos términos unido, o bien a un nombre o bien a un
    apellido, con lo que aquí no se defraudará a la
    costumbre y acometeremos la valoración crítica del
    binomio Psicología-Política (o su conmutativa
    Política-Psicológica). En cuanto a las relaciones
    diremos, brevemente, que se irán desarrollando conforme
    vayan roturandose los campos Psicológico y
    Político. Solo diremos, por el momento, que las relaciones
    tendrán que ver con el orden del binomio que toque
    analizar en cada momento, con lo que remitimos hasta entonces
    el
    conocimiento de las mismas.

    1. Como ya hemos apuntado arriba, las dos grandes
    modulaciones del sintagma que aquí se pretende criticar
    (cribar, discriminar) son la Psicología
    Política,
    por un lado y la Política
    Psicológica,
    por otro. Hemos de decir que estas dos
    modulaciones principales irán siendo analizadas a
    través de las submodulaciones que cada una de ellas
    alberga.

    Antes de continuar con nuestro trabajo nos
    gustaría resaltar la siguiente constatación
    práctica, a saber, que aunque el metalenguaje o la
    reflexión en torno a una
    temática determinada haga referencia a un significante
    concreto, en
    muchas ocasiones, la ejercitación real de tal
    temática está muy alejada de aquel término
    con el que se describe. En concreto, pudiera ocurrir que aquello
    que se rotula como Psicología Política no fuese tal
    cosa sino algo muy diferente, con lo que, pensamos, se
    requeriría un renombramiento (o en su defecto tener
    conciencia de
    dicha situación).

    Como advertencia general diremos también que,
    así como aquí se van a estudiar las diferentes
    modulaciones de manera aislada (para una mayor comprensión
    de las mismas), es una realidad que en la mayoría de las
    veces estas submodulaciones no son independientes sino todo lo
    contrario, encontrando caracterizaciones interrelacionadas en un
    ejemplar determinado de, o bien Psicología Política
    o bien Política Psicológica ( así como
    también lo más frecuente es encontrar en
    interrelación caracterizaciones de la Psicología
    Política con otras de la Política
    Psicológica).

    2. Vayan por delante unas palabras que hagan fe de las
    concepciones teóricas que tanto de la Psicología
    como de la Política se van a presentar. En primer lugar,
    en lo concerniente a la Psicología, nuestro amparo
    teórico lo hemos de situar en los estudios críticos
    (discriminadores, cristalizadores) que de la disciplina ha
    hecho y está haciendo el profesor Fuentes Ortega
    (1985a,1985b, 1989,1991,1992a,1992b,1993,1994a,1994b) .
    Brevemente, sus aportaciones más sobresalientes son, a
    nuestro juicio, las siguientes:

    -diferenciar el psiquismo zoológico del
    antropológico.

    -la determinación del conductismo
    radical Skinneriano como la concepción
    psicológica más depurada (aunque ha de seguir
    depurándose).

    -la concepción de la conducta como
    contingencia discriminada.

    -un análisis psicohistórico.

    -la caracterización de la figura del psiquismo
    antropológico como "conflicto de normas
    irresuelto personalmente".

    De todo lo dicho no podemos dar cumplida cuenta, en
    tanto que, ni es el lugar ni el espacio lo permite, lo cual es
    óbice para recurrir a los originales ya mencionados de
    Fuentes.

    Por otro lado, el marco
    teórico que nos guiará en nuestra
    determinación Política estará sustentada por
    el Materialismo
    Filosófico del profesor Bueno Martínez (1953, 1971,
    1978a, 1978b, 1984a, 1984b, 1991). En cuanto al particular que
    aquí nos ocupará, esto es, la Política en
    coordinación o conjugación con la
    Psicología, diremos, en formato esquemático, que la
    concepción que el profesor Bueno tiene de la
    Política o dicho de otro modo lo que pudiera significar la
    política, sería la constatación de un hecho
    real, a saber, la existencia (mejor coexistencia) en el campo
    antropológico ( por supuesto, ya que no concebimos a los
    animales como
    animales
    políticos, aunque sí sociales) de una pluralidad
    normativa que, antes que estar coordinada de tal manera que no
    presente grietas o fisuras, está cuarteada en toda su
    realidad. Así la política dice sociedad
    civilizada, si con este término
    (civilización) queremos connotar la existencia de
    una pluralidad normativa soportada por una pluralidad grupal,
    enfrentada en ocasiones, coordinada en otros momentos. De manera
    que, la civilización dice sociedad
    política plural y la política por tanto dice
    "conflicto normativo irresuelto
    normativamente
    ". Téngase presente, en todo
    momento, la similitud de esta concepción política
    con la concepción de la figura psicológica humana
    expuesta por Fuentes, esto es, "el conflicto
    normativo irresuelto personalmente".

    3. Vamos a comenzar por la reflexión del binomio
    Política Psicológica para aprovechar el
    fenómeno memorístico de recencia con aquello que
    interesa primordialmente en este artículo, osea, la
    Psicología Política.

    Una de las modulaciones que vamos a valorar en primer
    lugar tiene que ver con la determinación de la
    Política Psicológica como aquella que se
    encargaría de recoger los aspectos psicológicos
    (por tanto contingenciales, no necesarios y también
    subjetivos, no objetivos) de
    la Política mundana. A esta determinación la
    llamaremos Alfa. Estos aspectos psicológicos
    serán considerados, tanto en determinadas acciones
    políticas, así como en aquellos que
    soportan tales acciones, esto
    es, los sujetos políticos (y no hablamos de sujetos
    políticos como aquellos que se dedican profesionalmente a
    la política, sino a toda aquella persona que por
    vivir en un marco político ha de desarrollar,
    eventualmente, acciones o programas
    políticos, ya sea en su comunidad de
    vecinos, ya en su trabajo). En definitiva a la
    determinación tipo alfa le sería posible el estudio
    de esa figura psicológica que, con la
    cristalización de una norma objetiva -un pacto o acuerdo
    entre vecinos, pongamos por caso- pasa a ser fondo
    psicológico, pero que, no obstante, tuvo que participar en
    la conformación de dicha norma.

    La segunda subdeterminación que vamos a
    desarrollar del binomio Política Psicológica tiene
    que ver con la caracterización de la Psicología
    como herramienta política. A esta determinación la
    llamaremos tipo Beta. Este tipo consta, a su vez, de dos
    modos, esto es, la herramienta psicológica puede
    accionarse por parte de los sujetos políticos de dos
    maneras: directa e indirecta. Aquí sí vamos
    a tomar la forma sujeto político como aquella que alude a
    los profesionales de la política, esto es, a aquellos que
    sobre-viven gracias a la Política, en definitiva, la
    Política Académica como contrapuesta a la mundana.
    Nuestro marco de estudio, entonces, no es otro que la Academia
    Política.

    Cuando hablamos del modo directo de accionar la
    herramienta psicológica estamos haciendo referencia al
    político como "actor político" ( que en una
    determinación más general podemos decir que todo
    sujeto tiene un lado "actor"; véase a este respecto
    Quiroga, en prensa). No
    estamos diciendo que los políticos sean actores sino que,
    como todo sujeto, tiene un lado actor conjugado con su lado
    autor. Lo que ocurre es que, si se nos permite, el lado o modo
    actor del político tiene una repercusión mucho
    mayor si lo comparamos con un sujeto de la calle, por tanto, sin
    poder
    ejecutivo o legislativo, al menos a corto plazo. Para
    ejemplificar esta situación, a la que llamaremos beta 1,
    diremos que, en general los debates políticos están
    caracterizados por la acción de centrar la atención de los políticos opuestos
    sobre determinados estímulos y disociar su atención de otros estímulos, acaso
    contradictorios, pero también armonizadores, con lo que,
    diríamos que, justamente son los parlamentos el escenario
    teatral donde los actores representan los papeles que en cada
    momento toque. Los términos liderazgo,
    agresividad política, atracción, engaño,
    prevaricación y muchos otros, serían los
    términos que la Psicología habría de
    estudiar en el campo Político, según la
    determinación beta 1. En conclusión esta
    determinación beta 1 acometería el estudio
    psicológico de los fenómenos políticos que
    tienen que ver con la representación de papeles
    (psicológicos, contingentes, eventuales) por parte de los
    profesionales políticos.

    Tal figura psicológica quedará yugulada en
    el momento en que surja una cristalización o
    determinación material objetiva, en donde los cursos
    operatorios psicológicos queden determinados o
    canalizados. Nos estamos refiriendo, evidentemente a la cultura
    material, ya se hable de una sede política, de una
    ley
    política o de la hormigonera que hace posible la construcción de sedes y parlamentos
    políticos. En efecto, por ejemplo, a la hora de construir
    una determinada ley (por tanto un
    intento, en un ámbito concreto, de resolver normativamente
    el conflicto
    normativo) son posibles varios cursos que, normalmente, vienen
    representados por los diferentes partidos
    políticos, pero a la postre será uno solo el
    que se eleve a la categoría de ley reguladora (se
    objetive). En este momento, diríamos, una serie de cursos
    psicológicos determinaron una norma política
    objetiva y canalizadora de acciones concretas.

    Veamos la determinación o modo indirecto
    de actuar que tiene la herramienta política, en adelante
    llamada beta 2. Lo llamamos modo indirecto no porque no lo
    sustenten los políticos o sus ayudantes, sino porque,
    ocurre fuera del escenario o teatro
    político. Este modo indirecto, valiéndose de
    los medios de
    comunicación audio-visuales, tiene un largo alcance y
    así, se hacen partícipes a todas las personas a
    encarar una determinada posición política u otra,
    de acuerdo con los mensajes que cada uno de los frentes lance de
    momento en momento. Los fenómenos que serían
    susceptibles de estudio por la disciplina
    psicológica, en esta determinación beta 2,
    podrían ser algunos de los siguientes: conformismo,
    autojustificación, prejuicio, comunicación de masas, propaganda,
    persuasión, la
    comunicación en grupos y algunos
    más. Podría, así mismo, ser bautizada como
    "marketing
    político sustentado psicológicamente".
    De
    manera que este formato beta 2 contendría el estudio
    psicológico de los fenómenos políticos
    institucionales o académicos (la única diferencia
    que mantiene con respecto al formato beta 1 es que este tiene una
    difusión menor, en tanto que, se desarrolla en escenarios
    más privados).

    Por último, hemos de justificar la existencia
    misma del sintagma Política Psicológica, en cuanto
    que soporta la ulterior reflexión. En efecto, existe tal
    rotulo porque se pretende diferenciar de otros posibles, entre
    ellos, Política
    Económica, Política de Mercado, etc.
    Evidentemente aquí se está considerando a la
    Política como un término sincategoremático,
    con lo que la adscripción de un apellido se torna
    imprescindible. ¿ Por qué Política
    Psicológica ? Porque lo queremos confrontar a nuestro
    objetivo
    último de valoración: Psicología
    Política .

    4. Abordamos a continuación la reflexión
    crítica del segundo y último binomio, a saber, el
    de Psicología Política. La primera modulación
    en la que centraremos nuestra atención será aquella
    que quiere denotar la Psicología Política como una
    Psicología aplicada a materiales ya,
    de suyo, políticos, civilizados, específicamente
    humanos. Esta submodulación (que en adelante llamaremos
    Gamma) vendría a subrayar el campo temático
    de la Psicología, esto es, vendría a determinar a
    la Psicología Política como aquella parte de la
    Psicología que se ocupa de la polis, de la ciudad, por
    tanto, de aquellos que viven en la ciudad, que no son otros que
    los seres humanos civilizados (de civitas o ciudadano). Luego, a
    nuestro juicio, esta determinación gamma sería tan
    genérica que no sería siquiera una
    determinación, en tanto que, solo se está
    recogiendo a aquella Psicología que no tiene que ver con
    la Psicología Animal. Pero es que esta Psicología
    pudiera ser Clínica, Educativa, del Trabajo, con lo que el
    apellido Política no añadiría nada
    específico al nombre Psicología. No recoge nada
    específico en tanto que ya existen modos efectivos de
    diferenciar lo que pretendiera diferenciar el adjetivo
    Política, esto es, la clasificación en
    Psicología Animal y Psicología Humana
    (porque a nadie se le ocurre hacer estudios psicológicos
    de grupos humanos
    anteriores a la civilización. En todo caso, esto queda
    para estudio antropológico). En definitiva esta
    determinación Gamma hace referencia a los aspectos
    psicológicos de la humanidad civilizada.

    La siguiente modulación
    que queremos presentarles está muy relacionada con la tipo
    beta, ya en su determinación 1 ya en la 2. Hay, sin
    embargo una diferencia que las contrapone, a saber, la
    determinación beta hacía referencia a los
    políticos (profesionales) como los sustentadores de tal
    modulación, en cambio, en
    esta modulación, que llamaremos Delta, son los
    psicólogos los que estarían comprometidos con
    tareas políticas.
    Nuestro ámbito de estudio será, por tanto, la
    Academia Psicológica. Análogamente a como hicimos
    en la determinación beta, subdividiremos la delta en dos:
    delta 1 y delta 2. Con delta 1 queremos recoger la acción
    política que todo psicólogo pudiera desarrollar
    directamente. Su misión
    pasaría por el intento de resolución normativa de
    los conflictos
    normativos que, efectivamente, se están produciendo en el
    escenario social. En breve determinaremos si esto es o no posible
    o solo futurible (y en este último caso, si ello
    sería deseable). Delta 2 recoge la función de
    la Psicología como herramienta política indirecta,
    algo similar (pero no identificable) a aquella propuesta que
    hiciese Ribes Iñesta en su día acerca de la
    "desprofesionalización de la
    psicología
    " (Ribes,1982).

    Por último, hemos de señalar, aquí
    también, como ya lo hiciéramos en el cierre de
    nuestro primer binomio Política Psicológica, que el
    sintagma Psicología Política quiere diferenciarse
    de otros, tales como Psicología
    Educativa, Psicología Clínica,
    Psicología de las Organizaciones,
    etc…(pero que a la postre, tal diferencia solo será
    temática, no estructural).

    5. Vistas ya las diferentes modulaciones que hemos
    expuesto brevemente ante ustedes, resta, a partir de aquí,
    un recorrido, igualmente escueto, sobre el sentido y la
    posibilidad de cada uno de ellas.

    En cuanto a la determinación alfa, decir que es
    tan sumamente genérica que no añade nada nuevo al
    escenario teórico. Queremos decir, simplemente, que el
    estudio de los aspectos o fondo-figura psicológicos de
    todo acto y actor político (entendido político como
    ser humano que vive en un marco político, luego un
    político mundano) no tiene nada de diferencial con
    respecto a otros ámbitos de estudio psicológico,
    pongamos por caso el estudio psicológico de la población de albañiles
    españoles. Lo que queremos decir es que la
    determinación Alfa no es más que el estudio
    psicológico de cualquier ser humano civilizado que haga
    política mundana. Luego parecería correcto
    adscribir esta opción a la temática de la Psicología
    Social, pues, en efecto, ya se dedica desde tiempo
    atrás a su estudio.

    La determinación beta, tanto en su
    modulación 1 como en la 2 esta recogiendo una serie de
    materiales y
    temáticas que, también, están siendo ya
    efectivamente ejercitadas por la Psicología
    Social desde hace décadas. En efecto temas tales como
    el liderazgo, la
    propaganda,
    etc… ya son estudiados y analizados tanto por la Sociología como por la Psicología
    Social (por ejemplo Aronson,1984).

    Como dijimos arriba, la determinación gamma es
    tan genérica que no aporta novedad a la temática
    psicológica. Si bien podemos diferenciar una
    Psicología Animal de una Psicología Humana, el
    término Psicología Política no hace sino
    redundar en dicha constatación.

    Llegamos, por último al espacio más
    delicado de toda nuestra argumentación, que no es otro que
    dirimir la significación y el alcance de la
    determinación que hemos resuelto en llamar Delta, en sus
    versiones 1 y 2. En efecto, la Psicología Política
    puede aludir a una actividad política llevada a cabo por
    psicólogos. Pero, ¿ es esto posible ? Parece que no
    solo es posible, sino que existe experimentalmente. Nos estamos
    refiriendo a la
    organización psicológica de una comunidad
    política, esto es, una polis, un lugar donde vive un
    grupo de
    personas bajo un determinado paraguas normativo. Tenemos ejemplos
    literarios como Walden Dos de Skinner (1976)
    o Walden Tres de Ardila (1979). Pero también tenemos
    ejemplos reales como algunas Comunidades Experimentales de
    Estados Unidos
    o México
    (póngase por caso la Comunidad de Los Horcones de México,
    que tiene un formato claramente Skinneriano). Como ya fue
    expuesto en otro lugar (Porcel, 1998), llegamos a la
    conclusión de que, antes que ser una solución de
    tipo político, aún hecha por psicólogos,
    esto es, antes que intentar resolver el conflicto normativo por
    medios
    normativos, lo que realmente se hace es extirpar un trozo de
    sociedad de la Sociedad General y aplicar una serie de principios
    conductuales o psicológicos que coordinen o cimienten
    dicha comunidad, por tanto se trata de una solución de
    tipo psicológico, subjetivo, y así parcial y
    eventual, que no hace sino un intento resolutivo del conflicto
    normativo por medios
    comunales (solo cuantitativamente superior a medios personales)
    pero no normativos (generación de normas objetivas
    que canalicen acciones en la población global). Y hemos presentado esta
    opción porque creemos que es la única que cabe en
    la determinación Delta 1, ya que una acción
    política llevada a cabo por psicólogos no es
    posible hoy, ni probable en un futuro. La determinación
    Delta 2 no resuelve esta aporía, en tanto que, como
    diría Ribes, una desprofesionalización de la
    psicología, ("el hombre
    psicólogo para el hombre"
    ) o
    una intervención indirecta de los psicólogos, como
    diríamos nosotros, por tanto una intervención a
    través de las diferentes instituciones
    político-económicas, antes que deseable,
    sería pernicioso, ya que, hoy día no se practica
    una sola Psicología sino varias: Humanista, Conductista,
    Cognitiva, Existencialista y algunas más, con lo que,
    creemos, el asesoramiento psicológico a las diferentes
    instituciones
    que así lo demandasen no sería ni
    sistemático ni lineal.

    6. Como conclusión general a nuestro recorrido
    por los terrenos de la Psicología Política
    manifestaremos una serie de consecuencias apresuradas.

    Si con el sintagma Psicología Política se
    quiere aludir al estudio psicológico de los seres humanos
    civilizados, diremos que dicha distinción ya
    existe.

    Si con el mencionado sintagma queremos recoger la
    posibilidad de un trabajo político hecho por
    psicólogos, hemos de señalar que es solo eso, una
    posibilidad pero no una realidad. Si a la creación y
    gestión
    de una comunidad apartada de la Sociedad Global lo rotulamos como
    producto de
    una Psicología Política, también
    podría serlo un club de tenis (a tiempo parcial,
    claro esta) o una ONG (Porcel,
    1998). Así, la Psicología Política debe
    seguir participando en la resolución psicológica de
    conflictos
    normativos, como lo hace por ejemplo la Psicología
    Clínica y dejar en manos de políticos las
    resoluciones normativas que, en cada momento, haya que ir
    adoptando.

    Pero, ¿cuál es entonces el sentido y la
    posibilidad de la Psicología Política?

    Creemos que su sentido no es otro que el estudio de
    aquellos fenómenos que señalamos como aspectos
    psicológicos (contingentes) de la política,
    fenómenos que apuntamos, se escondían bajo el
    binomio Política Psicológica. ¿Se
    haría necesaria, por tanto, una modificación del
    sintagma Psicología Política por el de
    Política Psicológica? No, si somos conscientes que
    las posibilidades de la Psicología Política son las
    descritas, en este artículo, respecto a la Política
    Psicológica y que las limitaciones de dicha
    temática son las descritas para la Psicología
    Política. Por tanto aunque sigamos llamándola
    Psicología Política, tengamos presente que su marco
    de actuación es el de la Política
    Psicológica. Pero, ¿no estaba esa temática
    ya recogida por la Psicología Social? Nuestra sugerencia
    sería la siguiente, a saber, compartir el campo de
    aquellos fenómenos que tienen que ver con los descritos
    arriba, esto es, liderazgo, propaganda, sumisión, etc, de
    tal manera que, sea la Psicología Política la
    encargada del estudio de dichos fenómenos cuando
    éstos tengan que ver con escenarios políticos
    (entendidos aquí de manera específica, esto es,
    escenarios representados por profesionales de la política
    en el marco de la Academia Política), y dejar en manos de
    la Psicología Social aquellos fenómenos que, aunque
    de fondo político o sociológico, no participan de
    textura política efectiva o lo que es lo mismo, dedicarse
    al estudio de aquellos fenómenos enmarcados en la
    Política Mundana. Se podría objetar que a la
    Psicología Política le ha tocado un campo de
    estudio poco practicable, en tanto que, soporta poca
    experimentación algo tan inmune como la Política y
    los Políticos Académicos, pero, no es menos cierto
    que la Psicología Social tiene un ámbito aplicativo
    en las mismas condiciones de practicabilidad, si, por supuesto,
    evitamos la artificialidad experimental. Todo esto
    equivaldría a decir, en cierta manera, que la
    Psicología Política se concibe como una rama o una
    especialización de la Psicología Social. Con ello
    no queremos restar importancia o lugar natural a la
    Psicología Política, antes bien, pretendemos
    delimitar su campo con el propósito de hacer más
    inteligible su labor, ya sea teórica ya sea aplicada.

    REFERENCIAS
    BIBLIOGRÁFICAS

    – Ardila, R. (1979). Walden tres. Barcelona:
    CEAC.

    – Aronson, E. (1984). El animal social. Introducción a la Psicología Social.
    Madrid: Alianza
    editorial.

    – Bueno, G. (1953). Para una construcción de la idea de Persona. Revista de
    Filosofía del Instituto "Luis Vives" del
    C.S.I.C.,n12, pp.503- 563.

    – Bueno, G. (1971). Etnología y Utopia. Madrid:
    Júcar.

    – Bueno, G. (1978a). Conceptos conjugados. El
    Basilisco,n1, pp.88-92.

    – Bueno, G. (1978b). Sobre el concepto de
    "espacio antropológico". El Basilisco,
    n5,pp.57-64.

    – Bueno, G. (1984a). Psicoanalistas y Epicureos:
    Ensayo de
    introducción del concepto
    antropológico de "heterías soteriológicas".
    El Basilisco, n13,pp.12-39.

    – Bueno, G. (1984b). Ensayo de
    introducción de una teoría
    antropológica de las ceremonias. El Basilisco,
    n16,pp.8-37.

    – Bueno, G. (1991). Primer ensayo sobre las
    categorías de las "Ciencias
    Políticas". Logroño: Cultural Riojana.

    – Fuentes, J.B. (1985a). El segundo sistema de
    funciones como
    marco definitorio de la escala
    psicológica. Estudios de
    Psicología,n22,pp.52- 91.

    – Fuentes, J.B. (1985b). El aprendizaje
    como contexto determinante de la Psicología : algunas
    consideraciones histórico-epistemológicas. Ponencia
    de las Segundas Jornadas de Psicología: Revisión de
    la Psicología del Aprendizaje
    (Oviedo). Texto no
    publicado.

    – Fuentes, J.B. (1989). ¿Funciona, de hecho, la
    psicología empírica como una fenomenología del comportamiento? En E. Brunswik, El marco
    conceptual de la Psicología. Madrid: Debate.

    – Fuentes, J.B. (1991). Un caso ejemplar de historia interna en
    Psicología: continuidad entre la crítica
    conductista radical del conductismo
    metodológico y la crítica gestaltista del estructuralismo. El Basilisco, 2a época,
    n8, 19-38.

    – Fuentes, J.B. (1992a). Conductismo Radical versus
    Conductismo Metodológico: ¿qué es lo radical
    del conductismo radical? En Gil, J.;Luciano, M.C.y Pérez,
    M. (Eds.), Vigencia de la obra de Skinner.
    Granada: Editorial de la Universidad de
    Granada.

    – Fuentes, J.B. (1992b). Algunas observaciones sobre el
    caracter
    fenoménico práctico del análisis funcional de la conducta.
    Revista de
    Historia de la
    Psicología, vol.13, n2-3, 17-26.

    – Fuentes, J.B. (1993). Posibilidad y sentido de una
    historia
    gnoseológica de la Psicología (II): una primera
    aproximación a la génesis y la configuración
    de la Psicología moderna. Revista de Historia de la
    Psicología,vol. 14, n3-4, pp.23-37.

    – Fuentes, J.B. (1994a). Una nota sobre la constitución histórico cultural de
    la figura antropológica (específica) del campo
    psicológico. Revista de Historia de la Psicología,
    vol. 15, n3-4, pp.41-48.

    – Fuentes, J.B. (1994b). Introducción del
    concepto de "conflicto de normas irresuelto personalmente" como
    figura antropológica (específica) del campo
    psicológico. Psicothema, vol.6, n3, pp.
    421-446.

    -Porcel, M. (1998). Diseños Walden:
    génesis, tipos y funciones.
    Comunicación presentada en el IV Congreso Internacional
    sobre Conductismo y Ciencias de la
    Conducta celebrado en Sevilla.

    – Quiroga, E. (En prensa). La
    personalidad como estructura
    dinámica conductual definida por la
    conjugación Autor-Actor. Apuntes de
    Psicología.

    – Ribes, E. (1982). El conductismo: reflexiones
    críticas. Barcelona: Fontanella.

    – Skinner, B.F. (1976). Walden dos. Barcelona:
    Fontanella.

     

    Manuel Porcel Medina

    Seminario Permanente de Análisis Experimental y
    Aplicado del Comportamiento. Universidad de
    Granada.

    Coordinador del portal de Conductismo
    Ontológico,

    Licenciado en Psicología por la Universidad de
    Granada en 1996. Estudios de Doctorado en el Departamento de
    Ciencias de la Salud y Psicología
    Clínica de la Universidad de Almería. Miembro
    durante el periodo 1996-1998 del Grupo de
    Investigación "Psicología y Salud" de la Universidad de
    Almería. Miembro desde 1997 hasta el día de hoy,
    del Seminario de
    Análisis Experimental y Aplicado del Comportamiento de la
    Universidad de Granada.

    Publicaciones:

    COMUNICACIONES:

    -"Comunidades Walden: génesis, tipos y
    funciones"

    -"¿Qué significa Refuerzo Natural en la
    práctica clínica? (junto al profesor Quiroga
    Romero, E.).

    (Ambas presentadas en el IV Congreso Internacional de
    Conductismo y Ciencias de la Conducta, celebrado en Sevilla en el
    año 1998).

    ARTÍCULOS EN PREPARACIÓN:

    – "Necesidades y Refuerzos"

    – "Disputaciones Metafísicas de Suárez: un
    antecedente del conflicto conducta propositiva-no propositiva de
    la Psicología actual. I: el psiquismo animal.

    – "La Diabetes como
    situación psicológica".

    – "Límites
    lógicos del quehacer psicológico".

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter