Concepto de normalidad en la salud y biofrecuencias de trabajo electromagnético, bfte.
LA
CIENCIA PROPONE UN CONOCIMIENTO
CRíTICO E INTENTA DESCRIBIR LA REALIDAD Y EXPLICARLA
MEDIANTE LEYES
(PROPOSICIONES UNIVERSALES QUE ESTABLECEN BAJO QUÉ
CONDICIONES SE PRODUCIRÁN CIERTOS HECHOS), PERMITIENDO
ASÍ LA PREDICCIÓN DE LOS
FENÓMENOS.
Esta concepción de ciencia
aparentemente razonable, guarda, sin embargo, contradicciones y
deficiencias serias, pues genera un tipo de ciencia que
responde al sentido común de un modelo
científico clásico, pero que no da respuestas, por
ejemplo, a problemas de
física
cuántica o gravitacionales, no controla debidamente al
propio investigador que forma parte del experimento, no contempla
al individuo desde su propia percepción
de los hechos, sino que más bien constituye una
abstracción que se generaliza.
Analicemos:
"…DESCRIBIR LA REALIDAD …" : ¿Bajo
qué circunstancias, desde qué perspectivas y de
quién?, ¿existe sólo una
realidad?
"… PROPOSICIONES UNIVERSALES …" : Es una
propuesta que no denota sino la prepotencia del científico
estúpido. El científico honesto sabe que las
conclusiones de cualquier investigación sólo alcanzan a
determinadas perspectivas de un problema, y que, por tanto, nunca
se pueden universalizar. Precisamente, la ciencia
evoluciona por su propia dependencia de la aportación de
nuevas teorías
y conocimientos.
"…BAJO QUÉ CONDICIONES SE
PRODUCIRÁN CIERTOS HECHOS,": La metodología científica trata de ser
muy concreta especificando todo lo posible las variables a
evaluar. Pero intervienen tantas interferencias externas e
internas no controladas e insuficiencia datos a tener en
cuenta en cualquier estudio, que hace imposible que dos grupos de
investigación diferentes que estudian el
mismo problema con las mismas variables,
aportaran conclusiones idénticas.
"…PERMITIENDO ASÍ LA PREDICCIÓN
DE LOS FENÓMENOS": A la luz de los
modelos
actuales de ciencia, se puede confirmar que los fenómenos
que se estudian son aquellos cuya simpleza , a pesar de las
apariencias, es ostensible. No es posible prever
"fenómenos reales" si en su propuesta no se contemplan las
percepciones individuales de la conciencia de tal
fenómeno por cada sujeto, lo que en estos momentos es
imposible ya que la metodología no puede tener en cuenta las
subjetividades que hacen que un mismo fenómeno se perciba
de distinto modo respecto de quienes lo
observan.
Todo ello plantea, en problemas de
salud, la
necesidad de obtener datos fiables
desde lo que debe considerarse normal, y no desde la
predicción de un fenómeno
exacto.
Antes habría que definir el concepto, en gran
parte abstracto y subjetivo, de qué es un "individuo
sano". Se le podría definir respecto a una enfermedad
determinada (lo que no parece lógico), o a la no
inclusión en una enfermedad o enfermedades prevalentes del
grupo social
al que pertenece el individuo, o a la ausencia total de cualquier
patología (lo que en sociedades
industrialmente avanzadas tampoco parece razonable dado el medio
inadecuado tanto físico, como medio ambiental y de
presión
psicológica), o al no padecimiento de una enfermedad
evidente dentro de un tiempo pasado
preestablecido, etc. Al establecer una conceptualización
de "individuo sano" se tendrá que estudiar desde el punto
de vista que ofrece la normalidad de un "individuo
aparentemente sano", que se podría definir como el
bienestar físico y psicológico actual de tal
individuo.
La aplicación de unos mismos procedimientos
para la evaluación
de las Biofrecuencias de Trabajo Electromagnético,
BfTE, han permitido observar que diferentes individuos
aparentemente sanos presentan valores con
una cierta uniformidad dentro de una banda estrecha de valores. Este
hecho motiva que se pueda suponer que el que uno o varios
tejidos se
encuentren vibrando en biofrecuencias fuera de los límites de
estas bandas de frecuencias que le son propias en un estado de
normalidad o de silencio, indiquen el padecimiento
de una patología.
A pesar de la gran variabilidad humana, el constante
incremento de instrumentos cada vez más sensibles,
precisos y con una tolerancia menor,
el empleo de
técnicas estadísticas más perfectas y
procedimientos
que permiten evaluar a amplios grupos de
población, presentan resultados que se
pueden considerar como valores de normalidad.
No obstante, hay que definir a lo que se denomina
normalidad. Pueden existir criterios distintos al
considerar como normales los parámetros observados en el
80%, o en el 90% o en algún otro porcentaje de los
grupos
sociales estudiados, e incluso, en la totalidad de
individuos. Sin embargo, lo más frecuente es delimitar
unos puntos de corte, a veces arbitrarios, que prefijen una zona
de resultados, fuera de las cuales se considere la existencia de
la anormalidad o de valores aberrantes y posteriormente definir
como normal la media ± 2 desviaciones estándar. Esto
significa que el 4,55% de las personas aparentemente sanas sean
consideradas como anormales, siendo alrededor de la mitad por
encima y la otra mitad por debajo, del rango aceptable. A pesar
de que este sistema puede
parecer arbitrario, proporciona, al menos, una buena
orientación inicial de parámetros de normalidad.
Por lo expuesto, el concepto de
normalidad ha sido severamente criticado habiéndose
propuesto, entre otros, sustitutos tales como "acostumbrado",
"referencia", estandarizado", "esperado", "óptimo", etc. A
pesar de que la denominación valores normales ha sido
utilizada convencionalmente durante años, el autor, en la
evaluación de BfTE y de cualquier
otro parámetro orgánico, prefiere el de valores
de referencia.
Es evidente que no se puede juzgar si un resultado es
normal o no a menos que se conozcan los valores de
referencia. Este concepto puede emplearse en sentido
clínico como "ausencia de enfermedad clínicamente
detectable" o de "salud óptima", o bien, en un sentido
estadístico en base a la distribución de la frecuencia
gaussiana.
Los límites de
referencia, habitualmente, se obtienen de aquellos que se
encuentran comprendidos en una proporción predefinida, por
ejemplo 95%, de los resultados obtenidos de un grupo de
sujetos aparentemente sanos; este procedimiento
hace que algunos individuos sanos muestren valores anormales y al
mismo tiempo, no
descarta que pacientes con resultados normales estén
libres de enfermedad. Es por esto por lo que el concepto de
valores de referencia, o banda de referencia o zona de
referencia se debe preferir al de valores normales, para
evitar tales confusiones. En cualquier caso, dependiendo de la
aplicación de tales valores es factible ampliar o reducir
sus límites con el fin de excluir un mayor o menor
porcentaje de individuos normales.
La gran mayoría de resultados no siguen una
distribución gaussiana, sino que muestran
un cierto sesgo. En tales casos los límites de referencia
se determinan mediante una transformación matemática
para aproximarla a la curva gaussiana, o bien, calculando de
forma no paramétrica los límites del 95% centrales
de la distribución. Según la situación
clínica, el rango de referencia deberá expresarse
en forma de una curva con una sola rama, en la que solo se
consideran anormales los valores
por encima del límite superior.
Por último, hay que tener en cuenta que para la
mayoría de valores de referencia, existe una cierta
superposición entre los rangos de valores encontrados en
sujetos con y sin la enfermedad en cuestión. Tal y como se
observa en la figura adjunta, la curva 1 representa la
distribución de los resultados de unos valores en un grupo
de sujetos normales, y la curva 2 en aquellos con la
enfermedad.
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superior
Distribución de frecuencias
para valores de referencia hipotética en sujetos sanos
(curva 1) y enfermos (curva 2).
Dependiendo de donde se establezca el límite
superior, podemos hacer que dicha zona de referencia sea
altamente sensible o altamente específica,
pero no ambas a la vez. Por ejemplo, si el límite se
sitúa en X se detectarán todos los pacientes
con la enfermedad (sensibilidad 100%), pero al mismo tiempo todos
los sujetos entre X e Y (intervalo B)
tendrán un resultado falsamente positivo (resultado poco
específico). Por otro lado, si el límite lo
situamos en Y, la especificidad aumentará al 100%,
pero disminuirá la sensibilidad y el resultado no
detectará a los enfermos con valores en el intervalo B. En
la práctica, el límite superior cae habitualmente
entre X e Y, lo cual es una situación de
compromiso entre la máxima sensibilidad y la máxima
especificidad.
Cálculo de valores de
referencia
Un método
simple para calcular los valores de referencia, utilizando una
selección de población aparentemente normal, es el
siguiente:
1. Calcular x´ y s por las
fórmulas que se exponen a continuación:
E
de valores E (x – x´)
2
x´ = ————— s =
————-
n n – 1
2. Hacer un rango de x´ –
3s a x´ + 3s.
3. Eliminar de los datos originales los valores
que se encuentren fuera de estos límites.
4. Recalcular x´ y s con los
valores restantes.
5. El rango normal aceptado es de
x´± 2s, de los valores obtenidos en
4.
Esto incluye el 95,45% de los valores y excluye el 2,27%
de los más altos y el 2,27% de los más bajos, si
dichos valores se distribuyen según una curva
normal.
Si la muestra escogida
es la adecuada, algunos errores en la manipulación
estadística se pueden corregir más
tarde; pero si dicha muestra es
inadecuada, ningún tipo de habilidad estadística puede prevenir la
obtención de graves conclusiones incorrectas. Asimismo,
hay que aplicar métodos de
evaluación que proporcionen resultados reproducibles
relativos. Por lo tanto, es fundamental para la obtención
de una conclusión correcta la utilización de unos
sujetos de la muestra bien seleccionados mediante serios
criterios de inclusión y de exclusión del estudio,
del empleo de unos
parámetros ajustados a los objetivos de
la investigación pretendida, una ejecución
operativa y además, unos resultados estandarizables y
objetivables. Y mejor aún, si la investigación se
realiza por diferentes equipos de
trabajo y con distintos grupos
sociales que permitan comparar resultados.
El estudio de las Biofrecuencias de Trabajo
Electromagnético (cuyo publicación on line se
prevé próximamente en monografías.com), se
ha realizado teniendo en cuenta los datos anteriormente expuestos
por lo que los valores de referencia obtenidos presentan una
elevada fiabilidad. Esto no es óbice para que en el futuro
se puedan ajustar, más si cabe, por la aplicación
de tecnologías más precisas.
Autor:
Ph. D. Sergio A. R. Gutiérrez
Morales
Para contactar con el autor:
Para contactar con el Instituto de
Investigación y Tecnologías Biomédicas de
Canarias: