- ¿Como recolectar
datos? - Escalas de
medición - Instrumentos de
medición - Como se sabe si un instrumento
de medición es confiable y
válido - Procedimiento que se sigue para
construir un instrumento de medición - Instrumentos de
medición - Codificación
- Conclusión
- Bibliografía
Cuando hablamos de método,
nos referimos a un conjunto de procedimientos
sistemáticos para lograr el desarrollo de
una ciencia. Ahora
bien, al desglosar nuestra investigación planteamos técnicas
referentes a como recolectar datos, como medir
los datos,
codificación, validez y los diferentes instrumentos de
medición tales como: la entrevista,
el cuestionario,
la observación, la encuesta.
El experimento entre otro tomando en
consideración la confiabilidad de estos instrumentos que
no es otra cosa que el grado en que su aplicación repetida
al mismo sujeto o objeto produce iguales resultados sin dejar
otras. Sus posibles variaciones antes instrumetos poco
confiables.
A continuación presentamos un desarrollo
bien definido que nos permitirá conocer cada unos de los
métodos
para recolectar información
Una vez que seleccionamos el diseño
de investigación apropiado y la muestra adecuada
de acuerdo con nuestro problema de estudio e hipótesis, la siguiente etapa consiste en
recolectar los datos pertinentes sobre las variables
involucradas en la investigación.
Recolectar los datos implica tres actividades
estrechamente vinculadas entre si:
- Seleccionar un instrumento de medición de los disponibles en el estudio
del comportamiento o desarrollar uno (el instrumento
de recolección de los datos). Este instrumento debe ser
válido y confiable, de lo contrario no podemos basarnos
en sus resultados. - Aplicar ese instrumento de medición. Es decir, obtener las
observaciones y mediciones de las variables
que son de interés
para nuestro estudio (medir variables). - Preparar las mediciones obtenidas para que puedan
analizarse correctamente (a esta actividad se le llama
codificación de datos).
Todo problema de investigación científica, aún
el más abstracto, implica de algún modo una tarea
de medición de los conceptos que intervienen en el mismo.
Porque si tratamos con objetos como una especie vegetal o un
comportamiento
humano nos veremos obligados ya sea a describir sus características o a relacionarse
éstas con otras con las que pueden estar conectadas: en
todo caso tendremos que utilizar determinadas variables
–tamaño, tipo de flor, semilla, o las variables que
definan el comportamiento de estudio- y tendremos que encontrar
el valor que
éstas asumen en el caso estudiado. En eso consiste, desde
el punto de vista lógico más general, la tares de
medir.
La idea de medición, de medida, es
intrínsicamente comparativa. Medir algo, en el caso
más sencillo, es determinar cuantas veces una cierta
unidad o patrón de medida, cabe en el objeto a
medir. Para medir la longitud de un objeto físico nosotros
desplazamos una regla o cinta graduada sobre el mismo, observando
cuantas unidades (en este caso centímetros o metros)
abarca el objeto en cuestión. Es decir que comparamos el
objeto con nuestro patrón de medición para
determinar cuántas unidades y fracciones del mismo
incluye.
La medición de variables no físicas
resulta, en esencia, un proceso
idéntico al anterior. La dificultad reside en que las
variables de este tipo no pueden medirse con escalas tan
sencillas como las lineales y en que, por otra parte, no existen
para su comparación patrones de medida universalmente
definidos y aceptados. Si deseamos medir el peso de un objeto
podremos expresar el valor del
mismo en kilogramos, libras o cualquier unidad que, de todas
maneras, tiene un equivalente fijo y constante con las otras que
utilizan. En cambio para
medir el grado de autoritarismo de un dirigente no existe ni una
unidad ni una escala
generalmente reconocidas, por lo que el investigador se ve
obligado a elegir alguna escala de las que
se han utilizado en otros trabajos o, lo que es bastante
frecuente, a construir una adaptada a sus necesidades
específicas. Resulta evidente, además, que el grado
de autoritarismo no es una variable simple como el peso y la
longitud, sino una resaltante compleja de una multitud de
acciones y
actitudes
parciales. Por esta razón, medir un concepto complejo
implica realizar una serie de operaciones que
no tienen lugar en el caso de variables como el peso o la
longitud; será necesario definir las dimensiones que
integran la variable, encontrar indicadores
diversos que la reflejen y construir luego una escala apropiada
para el caso.
Una escala puede concebirse como un continuo de
valores
ordenados correlativamente que admite un punto inicial y otro
final. Si evaluamos el rendimiento académico de
estudiantes podemos asignar el valor cero al mínimo
rendimiento imaginable al respecto; al mayor rendimiento posible
podemos atribuirle un valor de 100, 20, 10 o 7 puntos,
según resulte más práctico. Con estos dos
valores
tendríamos ya marcados los límites de
nuestra escala; para concluir de confeccionarla será
necesario asignar a los posibles rendimientos intermedios
puntajes también intermedios. Con ello obtendremos una
escala capaz de medir la variable rendimiento académico a
través de los indicadores
concretos de los trabajos presentados por los estudiantes, de sus
exámenes, pruebas y
otras formas de evaluación
posibles.
Para que una escala pueda considerarse como capaz de
aportar información objetiva debe reunir los dos
siguiente requisitos básicos:
- Confiabilidad: se refiere a la consistencia interior
de la misma, a su capacidad para discriminar en forma constante
entre un valor y otro."Cabe confiar en una escala –
anotan Goode y Hatt- cuando produzca constantemente los mismos
resultados al aplicarla a una misma muestra", es
decir, cuando siempre los mismos objetos aparezcan valorados en
la misma forma. - Validez: indica la capacidad de la escala para medir
las cualidades para las cuales ha sido construida y no otras
parecidas. Una escala confusa no puede tener validez, lo mismo
que en una escala que esté midiendo, a la vez e
indiscriminadamente, distintas variables superpuestas. "Una
escala tiene validez cuando verdaderamente mide lo que afirma
medir".
Existen diferentes tipos de escalas que se distinguen de
acuerdo a la rigurosidad con que han sido construidas y al propio
comportamiento de las variables que miden. Se acostumbra a
clasificarlas en cuatro tipos generales que son los siguientes:
escalas nominales, ordinales, de intervalos iguales y de
cocientes o razones.
Escalas nominales son aquellas en que sólo
se manifiesta una equivalencia de categorías entre los
diferentes puntos que asume la variable. Es como una simple lista
de las diferentes posiciones que pueda adoptar la variable, pero
sin que en ella se defina ningún tipo de orden o de
relación. Si es una investigación sobre producción agrícola queremos
determinar los cereales que se cultivan en una cierta
región, tendremos una variable que se designará
como "cereal cultivado". Los distintos valores que esa variable
reconoce serán, concretamente: trigo, maíz,
centeno, etc. Entre estos valores no cabe obviamente ninguna
jerarquía, no se puede trazar ningún ordenamiento.
Sin embargo, a la enunciación explícita de todas
estas posibilidades la consideramos como una escala, pues de
algún modo es útil para medir el comportamiento de
la variable, indicándonos en que posición se halla
en cada caso.
Las escalas ordinales distinguen los diferentes
valores de la variable jerarquizándolos simplemente de
acuerdo a un rango. Establecen que existe una gradación
entre uno y otro valor de la escala, de tal modo que cualquiera
de ellos es mayor que el precedente y menor que el que le sigue a
continuación. Sin embargo la distancia entre un valor y
otro no queda definida sino que es indeterminada. En otras
palabras, tales escalas nos esclarecen solamente el rango que las
distintas posiciones guardan entre sí. Un ejemplo de
escala ordinal es el que suele usarse para medir la variable
"grado de escolaridad": podemos decir que una persona que ha
tenido 2 años de instrucción escolar ha recibido
más instrucción que quien solo tiene un año
y menos que quien posee tres. Sin embargo no puede afirmarse
válidamente que la diferencia entre quien posee 2
años de instrucción y quien ha recibido un
año es igual a la diferencia entre quienes han recibido 16
y 17años de educación formal. Por
tanto, como no podemos determinar la equivalencia entre las
distancias que separan un valor de otro, debemos concluir que la
escala pertenece a la categoría ordinal.
Las escalas de intervalos iguales, además
de poseer la equivalencia de categorías y el ordenamiento
interno entre ellas, como en el caso de las ordinales, tienen las
características de que la distancia entre
sus intervalos está claramente determinada y que estos son
iguales entre sí. Un ejemplo típico de las escalas
de intervalos iguales esta dado por las escalas
termométricas. Entre 23 y 24 grados centígrados,
por ejemplo, existe la misma diferencia que hay entre 45 y 46
grados. Muchas otras escalas, como las que se utilizan en los
test
psicológicos y de rendimiento, pertenecen a este tipo. La
limitación que poseen es que no definen un cero absoluto,
un valor límite que exprese realmente la ausencia completa
de la cualidad medida. Por ello no se pueden establecer
equivalencias matemáticas como las de la
proporcionalidad: no puede afirmarse que 24° C es el doble de
temperatura
que 12° C, porque el cero de la escala es un valor arbitrario
y no se corresponde con la ausencia absoluta de la variable que
se mide.
Por último tenemos las escalas de
cocientes, llamadas también de razones. En ellas se
conservan todas las propiedades de los casos anteriores pero
además se añade la existencia de un valor cero
real, con lo que se hacen posibles ciertas operaciones
matemáticas, tales como la obtención
de proporciones y cocientes. Esto quiete decir que un valor de 20
en una escala de este tipo es el doble de un valor de 10, o de
las dos terceras partes de un valor de 30. Son escalas de
cocientes las que miden la longitud, la masa, la intensidad de
corriente
eléctrica y otras variables del mundo físico.
Difícilmente las variables que intervien en las ciencias
sociales son medidas con escalas de razones, pues son
contados los casos en que dichas variables pueden ser definidas
con la exactitud y precisión necesarias. La economía y la
demografía son, entre estas disciplinas,
las que más utilizan escalas de razones.
Un instrumento de recolección
de datos es, en principio, cualquier recurso de que se vale
el investigador para acercarse a los fenómenos y extraer
de ellos información. Ya adelantábamos que dentro
de cada instrumento concreto
pueden distinguirse dos aspectos diferentes: forma y contenido.
La forma del instrumento se refiere al tipo de
aproximación que establecemos con lo empírico, a
las técnicas
que utilizamos para esta tarea. En cuanto al contenido
éste queda expresado en la especificación de los
datos que necesitamos conseguir; se concreta, por lo tanto, en
una serie de ítems que no son otra cosa que los mismos
indicadores que permiten medir las variables, pero que asumen
ahora la forma de pregunta, puntos a observar, elementos a
registrar, etc. De este modo, el instrumento sintetiza en
sí toda la labor previa de investigación: resume
los aportes del marco
teórico al seleccionar datos que corresponden a los
indicadores y, por lo tanto, a las variables o conceptos
utilizados; pero también expresa todo lo que tiene de
específicamente empírico nuestro objeto de estudio
pues sintetiza, a través de las técnicas de
recolección que emplea, el diseño
concreto
escogido para el
trabajo.
Es medianamente una adecuada construcción de los instrumentos de
recolección que la investigación alcanza entonces
la necesaria correspondencia entre teoría
y hechos; es más, podríamos decir que es gracias a
ellos que ambos términos efectivamente se vinculan. Si en
una investigación los instrumentos son defectuosos se
producirán, inevitablemente, algunas de las dificultades
siguientes: o bien los datos recogidos no servirán para
satisfacer los interrogantes iniciales o bien so se podrán
obtener los datos que necesitamos, o vendrán falseados,
distorsionados, porque el instrumento no se adecua al tipo de
hechos en estudio. En ambos casos habrá, seguramente, uno
o varios errores en las etapas anteriores del proceso de
investigación. Será entonces necesario volver hacia
atrás y revisar las diferentes tareas realizadas, hasta
alcanzar una mejor aproximación al problema.
COMO SE SABE SI UN
INSTRUMENTO DE MEDICIÓN ES CONFIABLE Y
VÁLIDO
En la práctica es casi imposible que una
medición sea perfecta. Generalmente se tiene un grado de
error. Desde luego, se trata de que este error sea el
mínimo posible. Es por esto que la medición de
cualquier fenómeno se conceptualiza con la siguiente
formula básica:
X = t + e
Donde "X" representa los valores
observados (resultados disponibles), "t" son los valores
verdaderos y "e" es el grado de error en la medición. Si
no hay error de medición ("e" es igual a cero), el valor
observado y el verdadero son equivalentes. Esto puede verse
claramente así:
X = t + 0
X = t
Esta situación representa el ideal de
medición. Entre mayor sea el error al medir, el valor que
observamos (en el cual nos basamos) se aleja más del valor
real o verdadero. Por ejemplo, si medimos la
motivación de un individuo y esta medición
está contaminada por un grado de error considerable, la
motivación
registrada por el instrumento será bastante diferente de
la
motivación real que tiene ese individuo. Por ello es
importante que el error sea reducido lo más
posible.
PROCEDIMIENTO QUE SE
SIGUE PARA CONSTRUIR UN INSTRUMENTO DE
MEDICIÓN
Existen diversos tipos de instrumentos de
medición, cada uno con características
diferentes. Sin embargo, el procedimiento
general para construirlos es semejante.
El procedimiento que
sugerimos para construir un instrumento de medición es el
siguiente:
Pasos
- Listar las variables que se pretende medir u
observar. - Revisar su definición conceptual y
comprender su significado. Por ejemplo, comprender bien que
es la motivación intrínseca y que
dimensiones la integran. - Revisar como han sido definidas operacionalmente las
variables, esto es, como se ha medido cada variable. Ello
implica comparar los distintos instrumentos o maneras
utilizadas para medir las variables (comparar su
confiabilidad, validez, sujetos a los cuales se les
aplicó, facilidad de administración, veces que las
mediciones han resultado exitosas y posibilidad de uso en el
contexto de la investigación).En este segundo caso, debemos asegurarnos de tener
un número suficiente de ítems para medir todas
las variables en todas sus dimensiones. Ya sea que se
seleccione un instrumento previamente desarrollado y se
adapte o bien, se construya uno, éste constituye la
versión preliminar de nuestra
medición. - Elegir el instrumento o los instrumentos (ya
desarrollados) que hayan sido favorecidos por la
comparación y adaptarlos al contexto de la
investigación. Para este caso sólo deben
seleccionarse instrumentos cuya confiabilidad y validez se
reporte. No se puede confiar en una forma de medir que
carezca de evidencia clara y precisa de confiabilidad y
validez. Cualquier investigación seria reporta la
confiabilidad y validez de su instrumento de medición.
Recuérdese que la primera varía de 0 a 1 para
la segunda se debe mencionar el método utilizado de validación y
su interpretación. De no ser así no podemos
asegurar que el instrumento sea el adecuado. Si se selecciona
un instrumento desarrollado en otro país, deben
hacerse pruebas
piloto más extensas. Tampoco no debe olvidarse que
traducir no es validad un instrumento, por muy buena que sea
la traducción.Si le asignamos una etiqueta o símbolo a
cada categoría, esto identifica exclusivamente a
la categoría. Por ejemplo:* = Masculino
z = Femenino
Si usamos numerales es lo mismo:
1 = Masculino 2 = Masculino
es igual a
2 = Femenino 1 = Femenino
Los números utilizados en este nivel de
medición tienen una función puramente de
clasificación y no se pueden manipular
aritméticamente. Por ejemplo, la afiliación
religiosa es una variable nominal, si
pretendiéramos operarla aritméticamente
tendríamos situaciones tan ridículas como
esta:1 = Católico
2 = Judío 1+2=3
3 = Protestante
4 = Musulmán Un católico + un
judío = protestante?5 = Otros (no tiene sentido)
Las variables nominales pueden incluir dos
categorías (dicotómicas), o bien, tres o
más categorías (categóricas).
Ejemplos de variables nominales dicotómicas
sería el sexo y
el tipo de escuela a la que se asiste (privada
– pública); y de nominales
categóricas tendríamos a la
afiliación política (Partido A, Partido
B,…), la carrera elegida, la raza, el departamento
o provincia o estado
de nacimiento y el canal de televisión preferido.- Nivel de medición nominal. En este
nivel se tienen dos más categorías del
ítem o variable. Las categorías no tienen
orden o jerarquía. Lo que se mide es colocado en una
u otra categoría, lo que indica solamente
diferencias respecto a una o más
características. Por ejemplo, las variables sexo de
la persona
tiene sólo dos categorías: masculino y
femenino. Ninguna de las categorías tiene mayor
jerarquía que la otra, las categorías
únicamente reflejan deferencias en la variable. No
hay orden de mayor a menor. - Nivel de medición ordinal. En este
nivel hay varias categorías, pero además
éstas mantienen un orden de mayor a menor. Las
etiquetas o símbolos de las categorías
sí indican jerarquía. Por ejemplo, el
prestigio ocupacional en Estados
Unidos ha sido medido por diversas escalas que
reordenan a las profesiones de acuerdo con su prestigio,
por ejemplo:
- Indicar el nivel de medición de cada
ítem y, por ende, el de las variables. Existen
cuatro variables de medición ampliamente
conocidos.
Valor de escala Profesión
- Ingeniero químico
- Científico de ciencias
naturales (excluyendo la química)
- Actor
- Operador de estaciones eléctricas de potencia.
- Manufactureros de tabaco
90 es más que 80, 80 más que 60, 60
más que 50 y así sucesivamente; es decir, los
números (símbolos de categorías) definen
posiciones. Sin embargo, las categorías no están
ubicadas a intervalos iguales (no hay intervalo común). No
podríamos decir con exactitud que entre un actor (60) y un
operador de estaciones de poder (50)
existe la misma distancia en prestigio que entre un
científico de ciencias
naturales (80) y un ingeniero químico (90). Aparentemente
en ambos casos la distancia es 10, pero no es una distancia real.
Otra escala clasificó el prestigio de dichas profesiones
de la siguiente manera:
Valor de escala Profesión
98 Ingeniero químico
95 Científico de ciencias
naturales (excluyendo la química)
84 Actor
78 Operador de estaciones eléctricas de
potencia.
13 Manufactureros de tabaco
Aquí la distancia entre un actor (84) y un
operador de estaciones (78) es de 6, y la distancia entre un
ingeniero químico (98) y un científico de ciencias
naturales (95) es de 3.
Otro ejemplo sería la posición
jerárquica en la
empresa:
Presidente 10
Vicepresidente 9
Director general 8
Gerente de
área 7
Subgerente o superintendente 6
Jefe 5
Empleado A 4
Empleado B 3
Empleado C 2
Intendencia 1
Sabemos que el presidente (10) es más que el
vicepresidente (9), éste más que el director
general (8), a su vez este último más que el
gerente (7) y
así sucesivamente; pero no puede precisarse en cada caso
canto más. Tampoco podemos utilizar las operaciones
aritméticas básicas: no podríamos decir que
4 (empleado A) y 5 (jefe) = 9 (vicepresidente), ni que 10
(presidente) / 5 (jefe) = 2 (empleado C). Sería absurdo,
no tiene sentido.
Por ejemplo: una prueba de resolución de
problemas matemáticos (30 problemas de igual dificultad). Si Ana
Cecilia resolvió 10, Laura resolvió 20 y
Brenda 30. La distancia entre Ana Cecilia y Laura es igual
a la distancia entre Laura y Brenda.Sin embargo, el cero (0) en la medición, es
un cero arbitrario, no es real (se asigna arbitrariamente a
una categoría el valor de cero y a partir de
ésta se construye la escala). Un ejemplo
clásico en ciencias naturales es la temperatura (en grados centígrados y
Fahrenheit): el cero es arbitrario, no implica que
realmente haya cero (ninguna) temperatura (incluso en ambas
escalas el cero es diferente).Cabe agregar que diversas mediciones en el estudio
del comportamiento humano no son verdaderamente de
intervalo, pero se acercan a ese nivel y se suele tratarlas
como si fueran mediciones de intervalo. Esto se hace porque
este nivel de medición permite utilizar las
operaciones aritméticas básicas y algunas
estadísticas modernas, que de otro
modo no se usarían. Aunque algunos investigadores no
están de acuerdo en suponer tales mediciones como si
fueran de intervalo.- Nivel de medición por
intervalos. Además del orden o
jerarquía entre categorías, se establecen
intervalos iguales en la medición. Las distancias
entre categorías son las mismas a lo largo de toda la
escala. Hay intervalo constante, una unidad de
medida. - Nivel de medición de razón. En
este nivel, además de tenerse todas las
características del nivel de intervalos (intervalos
iguales entre las categorías y aplicación de
operaciones aritméticas básicas y sus
derivaciones), el cero es real, es absoluto (no es
arbitrario). Cero absoluto implica que hay un punto en la
escala donde no existe la propiedad.
Ejemplos de estas mediciones sería la exposición
a la exposición
a la
televisión, el número de hijos, la productividad,
las ventas de un
producto y el
ingreso.
Desde luego, hay variables que pueden medirse en
más de un nivel, según el propósito de
medición. Por ejemplo, la variable "antigüedad en la
empresa".
Nivel de medición Categorías
– De razón En días (0 a K
días)
– Ordinal Bastante antigüedad
Antigüedad regular
Poca antigüedad
Es muy importante indicar el nivel de medición de
todas las variables e ítems de la investigación,
porque dependiendo de dicho nivel se selecciona uno u otro tipo
de análisis estadístico (por ejemplo,
la prueba estadística para correlacionar dos
variables de intervalo es muy distinta a la prueba para
correlacionar dos variables ordinales). Así, es necesario
hacer una relación de variables, ítems y niveles de
medición.
Categoría Codificación (valor
asignado)– Masculino 1
– Femenino 2
Así, Carla Magaña en la variable sexo
sería un "2". Luis Gerardo Vera y Rubén Reyes
serían un "1", Verónica Larios un "2" y
así sucesivamente.Otro ejemplo sería la variable "horas de
exposición diaria a la
televisión", que podría codificarse de la
siguiente manera:Categoría Codificación (valor
asignado)– No ve televisión 0
– Menos de una hora 1
– Una hora 2
– Más de un hora, pero menos de
dos 3– Dos horas 4
– Más de dos horas, pero menos de tres
5– Tres horas 6
– Más de tres horas, pero menos de
cuatro 7– Cuatro horas 8
– Más de cuatro horas 9
Es necesario insistir que cada ítem y
variable deberán tener una codificación
(códigos numéricos) para sus categorías.
Desde luego, hay veces que un ítem no puede ser
codificado a priori (precodificado) porque es
sumamente difícil conocer cuales serán sus
categorías. Por ejemplo, si en una
investigación fuéramos a preguntar:
"¿Qué opina del programa
económico que recientemente aplico el gobierno?"
Las categorías podrían ser muchas más de
las que nos imaginemos y resultaría difícil
predecir con precisión cuantas y cuales serán.
En estos casos la codificación se lleva a cabo una vez
que se aplica el ítem (a
posteriori).La codificación es necesaria para analizar
cuantitativamente los datos (aplicar análisis estadístico). A veces
se utilizan letras o símbolos en lugar de
números (*, A, Z).- Indicar como se habrán de codificar los
datos en cada ítem y variable. Codificar
los datos significa asignarles un valor numérico que
los represente. Es decir, a las categorías de cada
ítem y variable se les asignan valores
numéricos que tienen un significado. Por ejemplo, si
tuviéramos la variable "sexo" con sus respectivas
categorías, "masculino" y "femenino", a cada
categoría le asignaríamos un valor. Éste
podría ser:En esta prueba se analiza se las instrucciones se
comprenden y si los ítems funcionan adecuadamente. Los
resultados se usan para calcular la confiabilidad y, de ser
posible, la validez del instrumento de
medición.La prueba piloto se realiza con una pequeña
muestra (inferior a la muestra definitiva). Los autores
aconsejamos que cuando la muestra sea de 200 o más, se
lleve a cabo la prueba piloto con entre 25 y 60 personas.
Salvo que la investigación exija un número
mayor. - Una vez que se indica el nivel de medición
de cada variable e ítem y que se determina su
codificación, se procede a aplicar una "prueba piloto"
del instrumento de medición. Es decir, se aplica a
personas con características semejantes a las de la
muestra o población objetivo de
la investigación. - Sobre base de la prueba piloto, el instrumento de
medición preliminar se modifica, ajusta y se mejora, los
indicadores de confiabilidad y validez son una breve ayuda, y
estaremos en condiciones de aplicarlo. Este procedimiento
general para desarrollar una medición debe adaptarse a
las características de los tipos de instrumentos de que
disponemos en el estudio del comportamiento.
ENCUESTAS
El diseño encuesta es
exclusivo de las ciencias
sociales y parte de la premisa de que si, queremos conocer
algo sobre el comportamiento de las personas, lo mejor, lo
más directo y simple, es preguntárselo directamente
a ellas. Se trata por tanto de requerir información a
un grupo
socialmente significativo de personas acerca de los problemas en
estudio para luego, mediante un análisis de tipo
cuantitativo, sacar las conclusiones que se correspondan con los
datos recogidos.
Cuando se recaba información a todas las personas
que están involucradas en el problema en estudio este
diseño adopta el nombre de Censo. Los censos, por
las dificultades materiales que
implica su realización, son casi siempre trabajos de
envergadura, que sólo pueden ser acometidos por los
Estados o por instituciones
de muy amplios recursos. Son
sumamente útiles porque a través de ellos tenemos
una información general de referencia, indispensable para
casi cualquier trabajo de indagación social posterior. Por
la gran cantidad de personas a entrevistar no es factible en
ellos obtener información muy detallada, pues se
convertirían en trabajos desproporcionadamente
difíciles de ejecutar y analizar.
En su lugar se emplean las encuestas por
muestreo, donde se escoge mediante procedimientos
estadísticos una parte significativa de todo el diverso,
que se toma como objeto a investigar. Las conclusiones que se
obtienen para este grupo se
proyectan luego a la totalidad del universo,
teniendo en cuenta los errores maestrales que se calculen para el
caso. De esta forma los hallazgos obtenidos a partir de la
muestra pueden generalizarse a todo el universo con
un margen de error conocido y limitado previamente por el
investigador.
El método de encuestas ha
alcanzado gran popularidad entre los investigadores sociales, lo
que ha llevado a que muchas personas confundan encuestas con
investigación social como si fuera una
misma cosa, siendo que en la realidad la encuesta es sólo
uno de los métodos
posibles de estudio de la realidad social y que presenta, como
todos los métodos, sus puntos a favor y en
contra.
Las principales ventajas que han ayudado a
difundir el diseño encuesta son las siguientes:
- Su conocimiento
de la realidad es primario, no mediado, y por lo tanto menos
engañoso. Al acudir directamente a la gente (a los
actores sociales) para conocer su situación, conducta u
opinión, nos precavemos contra una multiplicidad de
distorsiones y nos ponemos a salvo de interpretaciones que
pueden estar altamente teñidas de
subjetividad. - Como es posible agrupar los datos en forma de cuadros
estadísticos se hace más accesible la
medición de las variables en estudio. De esta forma se
puede cuantificar una serie de variables operando con ellas con
mayor precisión, permitiendo el uso de correlaciones y
de otros recursos
matemáticos; se supera así una de las
dificultades básicas de la investigación social que es su limitada
rigurosidad y la alta posibilidad de errores por un tratamiento
poco exacto de los fenómenos. - La encuesta es un método de trabajo
relativamente económico y rápido. Si se cuenta
con un equipo de entrevistadores y codificadores
convenientemente entrenado, resulta fácil llegar
rápidamente a una multitud de personas y obtener una
gran cantidad de datos en poco tiempo. Su
costo, para
los casos simples, es sensiblemente bajo.
En los últimos años después del
relativo abuso precedente, la mayoría de los
investigadores ha comprendido que este diseño resulta del
valor para determinado tipo de problemas pero que, en otros
casos, aparecen una serie de inconvenientes serios que le restan
validez como diseño. Las desventajas mas frecuentes
que se le han reconocido son:
- La encuesta recoge la visión que la gente
tiene de sí misma; no puede dudarse de que ésta
es siempre una imagen singular
y muy subjetiva y que, para algunos temas, puede ser
deliberadamente falsa e imprecisa. No es lo mismo lo que las
personas hacen, sienten o creen, que lo que ellas mismas dicen
que hacen, creen o sienten. Existen algunos recursos para
reducir la magnitud de este serio problema, entre los que se
cuentan: omitir algunas preguntas que sabemos la mayoría
no desea o no puede contestar con veracidad, buscar formas
indirectas de contrastación, prestar cuidadosa atención a la presentación
personal del
encuestador, etc. A pesar de estas técnicas de trabajo
es imposible eliminar por completo el fenómeno antes
señalado, por lo que el investigador tendrá que
tomar en cuenta, al momento de hacer el análisis, las
limitaciones que el mismo acarrea. - La encuesta no relata los hechos sociales desde el
punto de vista de sus actores; puede, en este sentido, llegar a
una cierta profundidad y sistematicidad, pero resulta poco apta
para reconocer las relaciones sociales ya sean
interpersonales o institucionales. - El diseño encuesta es básicamente
estático. Tiende, de por sí, a proporcionar una
especie de imagen
instantánea de un determinado problema, pero no nos
indica sus tendencias a la variación y menos aún
sus posibles cambios estructurales. Esta característica
reduce notablemente su eficacia
predictiva, salvo para fenómenos de bastante
simplicidad. - El tratamiento de la información es
estadístico, lo que supone agrupar a todas las
respuestas dándole a cada una igual peso relativo. Ello
puede resultar muy democrático y útil en ciertos
casos, pero casi nunca se corresponde con la realidad de los
hechos sociales, donde el liderazgo y
al asimetría de las posiciones sociales con por lo
general la norma.
De los comentarios expuestos puede inferirse cual es el
campo de mayor utilidad de este
diseño. Las encuestas resultan apropiadas casi siempre
para estudios de tipo descriptivo, aunque no tanto para los
explicativos. Son inadecuadas para profundizar ciertos aspectos
psicológicos o psico-sociales profundos pero muy eficaces
para problemas menos delicados, como los del mercado masivo y
las actitudes
electorales. Resultan poco valiosas para determinar tipos de
liderazgo y en general todos los problemas que se refieren
más a las relaciones y estructuras
sociales que a las conductas más simples o a los
comportamientos, actitudes y opiniones masivas, donde sí
adquieren mayor eficacia.
La lógica
de la verificación mediante encuestas se basa naturalmente
en la correlación estadística que presentan las
distribuciones de frecuencias (o los porcentajes) de dos o
más variables sobre las cuales se supone que existen
relaciones de determinación. De este modo se puede inferir
si existe o no una asociación entre los valores de las
mismas, con lo cual queda establecida una cierta relación.
Determinar, más allá de esto, el tipo de
relación que se ha detectado y el grado de influencia que
ejerce una sobre otra requiere de otras nuevas pruebas que no
siempre es posible realizar por medio de este
diseño.
ENTREVISTA
La entrevista,
desde el punto de vista del método, es una forma
específica de interacción social que tiene por
objeto recolectar datos para una indagación. El
investigador formula preguntas a las personas capaces de
aportarle datos de interés,
estableciendo un diálogo
peculiar, asimétrico, donde una de las partes busca
recoger informaciones y la otra es la fuente de esas
informaciones. Por razones obvias sólo se emplea, salvo
raras excepciones, en las ciencias humanas.
La ventaja esencial de la entrevista
reside en que son los mismos actores sociales quienes
proporcionan los datos relativos a sus conductas, opiniones,
deseos, actitudes y expectativas, cosa que por su misma naturaleza es
casi imposible de observar desde fuera. Nadie mejor que la misma
persona involucrada para hablarnos acerca de todo aquello que
piensa y siente, de lo que ha experimentado o proyecta
hacer.
Pero existe un inconveniente de considerable peso que
reduce y limita los alcances de esta técnica. Cualquier
persona entrevistada podrá hablarnos de aquello que le
preguntemos pero siempre nos dará la imagen que tiene de
las cosas, lo que cree que son, a través de toda su
carga subjetiva de intereses, prejuicios y estereotipos. La
propia imagen que el entrevistado tiene de sí mismo
podrá ser radicalmente falsa y, en todo caso,
estará siempre idealizada de algún modo,
distorsionada, mejorada o retocada según factores que no
es del caso analizar aquí, pero que nunca podemos prever
en detalle.
Este problema nos obliga a dejar fuera de esta
técnica a un campo considerable de problemas y de temas
que, por lo anterior, son explorados mejor por medio de otros
procedimientos que resultan más confiables. Por otra parte
nos obliga a utilizar, a veces, caminos indirectos, mediante
preguntas que alcancen nuestro objetivo
elípticamente, utilizando todo tipo de rodeos. Es
clásico de ejemplo de que las personas nunca contestan la
verdad respecto a sus ingresos
personales en dinero, ya sea
porque los disminuyen (ante el temor de estar frente a
algún tipo de inspector de impuestos), o
porque los aumentan (con fines de ostentación social o
para reforzar su autoestima).
Tal como en este caso, el lector podrá imaginar una amplia
variedad de preguntas a las que los entrevistados sólo nos
proporcionarían respuestas inexactas o falsificadas,
cuando no una reacción adversa que interrumpa toda
comunicación.
Para que una entrevista
obtenga éxito
es preciso prestar atención a una serie de factores
aparentemente menores, pero que en la práctica son
decisiones para un correcto desarrollo del trabajo. Así,
es importante que la apariencia exterior del entrevistador
resulte adecuada al medio social donde habrá de formular
sus preguntas, evitando innecesarias, reacciones de temor,
agresividad o desconfianza. El entrevistador, aparte de este
aspecto formal, deberá ser una persona de por lo menos una
cultura media,
que comprenda el valor y la importancia de cada dato recogido y
la función
que su trabajo desempeña en el conjunto de la
investigación. Tendrá que ser mentalmente
ágil, no tener prejuicios marcados frente a ninguna
categoría de personas y, sobre todo, ser capaz de dejar
hablar libremente a los demás, eliminando por completo
todo intento de convencerlos, apresurarlos, o agredirlos por sus
opiniones. La entrevista deberá realizarse a las horas
más apropiadas para las personas que responden, teniendo
en cuenta que su posible duración no afecte la
confiabilidad de los datos.
Queremos destacar que las entrevistas no
son excluyentes con respecto a las técnicas de observación, ya que ambos procedimientos
pueden ser combinados sin ninguna dificultad, tratando
precisamente de compensar sus ventajas y desventajas, con lo que
se puede lograr una información mucho más confiable
y amplia. Así, en muchas encuestas, hay datos que el
entrevistador recoge mediante la observación y no mediante
preguntas, como por ejemplo las características de la
vivienda, la edad del responderte, etc.
Parece apropiado, además, despejar aquí la
confusión que siempre vincula a las entrevistas
con las encuestas. Ni ellas son la misma cosa aunque las
encuestas se realicen generalmente por medio de entrevistas
ni ambas son técnicas diferentes aplicables a distintos
casos. La encuesta, es un modelo general
de investigación, un diseño o método, que se
apoya fundamentalmente en una técnica de
recolección que es la entrevista, aunque también
utiliza observaciones y datos secundarios. Además pueden
utilizarse entrevistas en otros tipos de diseños, como en
los estudios de caso y experimentos, sin
que por ello estemos en presencia de una encuesta. Lo que
vulgarmente se llama entrevista no estructurada y lo que suele
llamarse encuesta es igual a lo que denominamos, en metodología científica, entrevista
estructurada. Por eso no tiene sentido hablar de entrevistas y
encuestas como dos técnicas diferentes sino de entrevistas
estructuradas o no que se aplican dentro de determinados
diseños de investigación: encuestas, estudios de
caso, etc.
Pasando ahora a la clasificación de los diversos
tipos de entrevistas diremos que ellas pueden ordenarse como una
serie, de acuerdo principalmente a un elemento: su grado de
estructuración o formalización. Las entrevistas
más estructuradas serán aquellas que predeterminan
en una mayor medida las respuestas a obtener, que fijan de
antemano sus elementos con más rigidez, mientras que las
entrevistas informales serán precisamente las que
discurran de un modo más espontáneo, más
libre, sin sujetarse a ningún canon preestablecido. Los
distintos tipos de entrevista quedan expuestos a
continuación:
Entrevistas no estructuradas
De un modo general, una entrevista no estructurada o no
formalizada es aquella en que exista un margen más o menos
grande de libertad para
formular las preguntas y las respuestas. No se guían por
lo tanto por un cuestionario o
modelo
rígido, sino que discurren con cierto grado de
espontaneidad, mayor o menor según el tipo concreto de
entrevista que se realice. Entre estos tenemos los
siguientes:
Entrevista informal: es la modalidad menos
estructurada posible de entrevista ya que la misma se reduce a
una simple conversación sobre el tema de estudio. Lo
importante no es aquí definir los límites de
lo tratado ni ceñirse a algún esquema previo, sino
"hacer hablar" al entrevistado, de modo de obtener un panorama de
los problemas más salientes, de los mecanismos
lógicos y mentales del responderte, de los temas que para
él resultan de importancia. Es de gran utilidad en
estudios exploratorios y recomendable cuando se trata de abordar
realidades poco conocidas por el investigador, también
suele utilizarse en las fases iniciales –aproximativas- de
investigación de cualquier naturaleza,
recurriendo a informantes claves que pueden ser
expertos sobre el tema en estudio, líderes formales o
informales, personalidades destacadas o cualquier persona que, en
general, posea informaciones de particular interés para la
indagación. Lo más importante, en este tipo de
entrevista, es dar al responderte la sensación clara y
definida de que puede hablar libremente, alentándolo y
estimulándolo para que lo haga y cuidando de no influirlo
demasiado con nuestras actitudes o las palabras que
decimos.
Entrevista focalizada: es prácticamente
tan libre y espontánea como la anterior, pero tiene la
particularidad de concentrarse en un único tema. El
entrevistador deja hablar sin restricciones al entrevistado,
proponiéndole apenas algunas orientaciones básicas
pero, cuando éste se desvía del tema original y se
desliza hacia otros distintos, el entrevistador vuelve a centrar
la conversación sobre el primer asunto, y así
repetidamente. Se emplea normalmente con el objeto de explorar a
fondo alguna experiencia vivida por el entrevistado o cuando
nuestros informantes son testigos presénciales de hechos
de interés, por lo que resulta adecuado a la vez insistir
sobre lo mismo, pero dejando entera libertad para
captarlos en toda su riqueza. Esto ocurre también cuando
se trata de interrogar a los actores principales de ciertos
hechos o a testigos históricos. Tal tipo de entrevista
requiere de gran habilidad en su desarrollo para evitar tanto la
dispersión temática como caer en formas más
estructuradas de interrogación.
Entrevistas por pautas o guías: son
aquellas, ya algo más formalizadas, que se guían
por una lista de puntos de interés que se van explorando
en el curso de la entrevista. Los temas deben guardar una cierta
relación entre sí. El entrevistador, en este caso,
hace muy pocas preguntas directas, y deja hablar al responderte
siempre que vaya tocando alguno de los temas señalados en
la pauta o guía. En el caso de que éste se aparte
de ellos, o que no toque alguno de los puntos en cuestión,
el investigador llamará la atención sobre ellos,
aunque tratando siempre de preservar en lo posible la
espontaneidad de la interacción. Se usan en situaciones
parecidas a las anteriores y cuando se presentan casos en que los
sujetos investigados prefieren más un desarrollo flexible
que un rígido por sus propias actitudes culturales o
necesidades personales. Son un complemento magnífico de
las entrevistas más estructuradas que se realizan en la
encuestas por muestreo, pues
permiten añadir a éstas un tipo de
información más subjetiva o profunda que facilita
el análisis de los otros datos.
Todas estas formas de entrevistas, que tienen en
común su poca formalización, poseen la ventaja de
permitir un diálogo
más profundo y rico, de presentar los hechos en toda su
complejidad, captando no sólo las respuestas a los temas
elegidos sino también las actitudes, valores y formas de
pensar de los entrevistados, a veces inaccesibles por otras
vías. Su principal inconveniente radica en que es poco
práctico sistematizar un gran número de entrevistas
de este tipo, organizándolas estadísticamente, pues
pueden tener muy pocos puntos de contacto entre sí. Otra
dificultad que no debe omitirse es su costo, pues
involucran la presencia de personal
altamente especializado durante tiempos relativamente
largos.
Los problemas de registro pueden
ser importantes, pues existe un gran número de palabras
que es casi imposible registrar en su totalidad. Pueden
utilizarse grabadores para solventar este inconveniente, aunque
es preciso determinar previamente si la presencia de tales
aparatos cohíbe o no a los informantes. En todo caso es
preciso realizar un esfuerzo especial para transcribir, organizar
e interpretar cada una de las entrevistas realizadas, de modo de
que sus datos puedan sintetizarse, posteriormente, en una forma
adecuada.
Entrevistas formalizadas
Estas se desarrollan en base a un listado fijo de
preguntas cuyo orden y redacción permanece invariable.
Comúnmente se administran a un gran número de
entrevistados para su posterior tratamiento estadístico.
Por este motivo es la forma de recolección
de datos más adecuada para el diseño de
encuesta, tanto que a veces provoca confusiones entre instrumento
y método.
Entre sus ventajas principales mencionaremos su rapidez
y el hecho de que pueden ser llevadas a cabo por personas con
mediana preparación, lo cual redunda en su bajo costo.
Otra ventaja evidente es su posibilidad de procesamiento
matemático, ya que al guardar una estricta homogeneidad
sus respuestas resultan comparables y agrupables. Su desventaja
mayor estriba en que reducen grandemente el campo de
información registrado, limitando los datos a los que
surgen de una lista taxativa de preguntas. Esta lista de
preguntas, que es el instrumento concreto de recolección
empleado en este caso, recibe el nombre de cuestionario y
puede ser administrado sin que necesariamente medie una
entrevista. Debe ser cuidadosamente redactado, evitando preguntas
demasiado generales, confusas o de doble sentido, y tratando de
conservar un orden lo más natural posible.
Según el tipo de preguntas que se incluyan en un
cuestionario las entrevistas resultantes serán más
o menos estructuradas. Para ello suelen dividirse las preguntas
en dos grandes tipos: de alternativas fijas, de final
abierto.
Las preguntas de alternativas fijas, llamadas
comúnmente cerradas, formalizan más el
cuestionario, pues en ellas sólo se otorga al entrevistado
la posibilidad de escoger entre un número limitado de
respuestas posibles. Si se pregunta "¿cree Ud. En los
OVNIS,
sí o no?", estaremos ante una típica pregunta
cerrada. Hay que tener sumo cuidado en la redacción de estas alternativas ofrecidas,
sean éstas dos, tres, o veinte, si el responderte no puede
elegir una respuesta que esté fuera de la lista, la
pregunta se habrá de considerar cerrada. Hay que tener
sumo cuidado en la redacción de estas alternativas,
procurando especialmente que ellas sean exhaustivas y mutuamente
excluyentes, tal como ocurría para la confección en
un sentido determinado.
Las preguntas de final abierto, llamadas
también simplemente abiertas, proporcionan una
variedad más amplia de respuestas pues éstas pueden
ser escogidas libremente por los respondientes. Su
redacción debe ser muy cuidadosa para evitar respuestas
confusas o erróneas, y para evitar además que ellas
predispongan a los entrevistados en uno u otro sentido. Un
ejemplo de pregunta abierta sería: "¿Qué
opina Ud. Acerca de los OVNIS?"; como
resulta evidente, la respuesta aquí puede ser
infinitamente variada, según lo opinión de cada
persona consultada. La información que se obtendrá
será mucho más completa y valiosa con esta pregunta
que con la del ejemplo anterior, pero el trabajo de
procesamiento de los datos, en compensación, tendrá
que ser sin duda mucho mejor.
Una vez que se redacta el conjunto de preguntas que
constituyen un cuestionario es necesario revisar éste una
y otra vez para asegurarse de su consistencia y eliminar los
posibles errores u omisiones. Casi siempre se realiza lo que se
denomina una prueba piloto, que consiste en administrar el
cuestionario a un conjunto reducido de personas para calcular su
duración, conocer sus dificultades y corregir sus
defectos, antes de aplicarlo a la totalidad de la
muestra.
Durante las entrevistas se utilizan frecuentemente
ayudas visuales (fotografías, esquemas, tarjetas con
frases o palabras, etc.), que contribuyen a veces a obtener
conocimientos más complejos y que, en otros casos, cumplen
función de preservar la objetividad, evitando que la forma
en que se pronuncia o describe algo introduzca un sesgo
determinado en las respuestas.
CUESTIONARIOS
Un cuestionario consiste en un conjunto de preguntas
respecto a una o más variables a medir. El contenido de
las preguntas de un cuestionario puede ser tan variado como los
aspectos que mida. Y básicamente, podemos hablar de dos
tipos de preguntas: cerradas y abiertas.
Las preguntas cerradas contienen
categorías o alternativas de respuestas que han sido
delimitadas. Es decir, se presentan a los sujetos las
posibilidades de respuestas y ellos deben circunscribirse a
ellas. Pueden ser dicotómicas (dos alternativas de
respuestas) o incluir varias alternativas de
respuestas.
En las preguntas cerradas las categorías de
respuestas son definidas a priori por el investigador y se
le presentan al respondiente, quien debe elegir la opción
que describa más adecuadamente su respuesta. Las escalas
de actitudes en forma de pregunta caerían dentro de la
categoría de preguntas cerradas.
Ahora bien, hay preguntas cerradas, donde el
respondiente puede seleccionar más de una opción o
categoría de respuesta. Algunos respondientes pudieran
marcar una, dos, tres, cuatro o cinco opciones de respuesta. Las
categorías no son mutuamente excluyentes. En otras
ocasiones, el respondiente tiene que jerarquizar opciones. O bien
debe asignar un puntaje a una o diversas cuestiones. En otras se
anota una cifra.
En cambio, las
preguntas abiertas no delimitan de antemano las
alternativas de respuesta. Por lo cual el número de
categorías de respuesta es muy elevado; en teoría,
es infinito.
Tamaño de un cuestionario
No existe una regla al respecto; pero, si es muy corto
se pierde información y si resulta largo puede resultar
tedioso. En este último caso, las personas pueden negarse
a responder, o al menos, lo responderán en forma
incompleta. El tamaño depende del número de
variables y dimensiones a medir, el interés de los
respondientes y la manera como es administrado. Cuestionarios que
duran más de 35 minutos deben resultar tediosos a menos
que los respondientes estén muy motivados para contestar.
Una recomendación que puede ayudarnos a evitar un
cuestionario más largo de lo requerido es: "No hacer
preguntas innecesarias o injustificadas".
COMO APLICAR CUESTIONARIOS
Los cuestionarios pueden ser aplicados de diversas
maneras:
- Autoadministrado. El cuestionario se
proporciona directamente a los respondientes, quienes lo
contestan. No hay intermediarios y las respuestas las marcan
ellos. Obviamente que esta manera de aplicar el cuestionario
es impropia para analfabetas, personas que tienen
dificultades de lectura o
niños que todavía no leen
adecuadamente. - Por entrevista personal. Un entrevistador
aplica el cuestionario a los respondientes (entrevistados).
El entrevistador va haciéndole las preguntas al
respondiente y va anotando las respuestas. Las instrucciones
son para el entrevistador. Normalmente se tienen varios
entrevistadores, quienes deberán estar capacitados en
el arte de
entrevistar y conocer a fondo el cuestionario, y no deben
sesgar o influir las respuestas. - Por entrevista telefónica. Esta
situación es similar a la anterior, sólo que la
entrevista no es "cara a cara" sino a través del
teléfono. El entrevistador le hace las
preguntas al respondiente por este medio de comunicación. - Autoadministrado y enviado por correo postal,
electrónico o servicio
de mensajería. Los respondientes contestan
directamente el cuestionario, ellos marcan o anotan las
respuestas, no hay intermediario. Pero los cuestionarios no
se entregan directamente a los respondientes ("en propia
mano") sino que se les envían por correo u otro medio,
no hay retroalimentación inmediata, si los
sujetos tienen alguna duda no se les puede aclarar en el
momento.
OBSERVACIÓN
La observación consiste en el registro
sistemático, válido y confiable de comportamiento o
conducta
manifiesta. Puede utilizarse como instrumento de medición
en muy diversas circunstancias. Es un método más
utilizado por quienes están orientados conductualmente.
Puede servir para determinar la aceptación de un grupo
respecto a su profesor, analizar conflictos
familiares, eventos masivos,
la aceptación de un producto en un
supermercado, el comportamiento de deficientes mentales,
etc.
Pasos para construir un sistema de
observación
Los pasos para construir un sistema de
observación son:
- Definir con precisión el universo
de aspectos, eventos o
conductas a observar. Por ejemplo,
si nuestro interés es observar los recursos con que
cuentan las escuelas de un distrito escolar debemos definir
lo que concebimos como "recurso escolar". Un universo
podría ser el comportamiento verbal y no verbal de un
grupo de alumnos durante un semestre. Otro universo
sería las conductas de un grupo de trabajadores
durante sus sesiones en círculos de calidad o
equipos para la calidad, en
un periodo de un año. O bien las conductas agresivas
de un grupo de esquizofrénicos en sesiones
terapéuticas. - Extraer una muestra representativa de los
aspectos, eventos o conductas a observar. Un
repertorio suficiente de conductas a observar. - Establecer y definir las unidades de
observación. Por ejemplo, cada vez que se
presenta una conducta agresiva, cada minuto se
analizará si el alumno está o no atento a la
clase, durante dos horas al día, el número de
personas que leyeron el tablero de avisos de la
compañía, etc. El concepto de
unidades de análisis es el mismo que en el
análisis de contenido, sólo que en la
observación se trata de conductas, eventos o
aspectos. - Establecer y definir las categorías y
subcategorías de observación.
Tipos de observación
La observación puede ser participante o no
participante. En la primera, el observador interactúa
con los sujetos observados y en la segunda no ocurre esta
interacción.
Ventajas de la observación
Tanto la observación como el análisis de
contenido tienen varias ventajas:
- Son técnicas de medición no
obstructivas. En el sentido que el instrumento de
medición no "estimula" el comportamiento de los sujetos
(las escalas de actitud y
los cuestionarios pretenden "estimular" una respuesta a cada
ítem). Los métodos no obstruidos simplemente
registran algo que fue estimulado por otros factores ajenos al
instrumento de medición. - Aceptan material no estructurado.
- Pueden trabajar con grandes volúmenes de datos
(material).
Este método fue desarrollado por Rensis Likert a
principios de
los treinta; sin embargo, se trata de un enfoque vigente y
bastante popularizado. Consiste en un conjunto de
ítems presentados en forma de afirmaciones o
juicios ante los cuales se pide la reacción de los
sujetos. Es decir, se presenta cada afirmación y se pide
al sujeto que externe su reacción eligiendo uno de los
cinco puntos de la escala. A cada punto se le asigna un valor
numérico. Así, el sujeto obtiene una
puntuación respecto a la afirmación y al final se
obtiene su puntuación total sumando las puntuaciones
obtenidas en relación a todas las afirmaciones.
Las afirmaciones califican al objeto de actitud
que se está midiendo y deben expresar sólo una
relación lógica,
además es muy recomendable que no excedan de 20
palabras.
En este caso la afirmación incluye o palabras y
expresa una sola relación lógica (X – Y). Las
alternativas de respuesta o puntos de la escala son cinco e
indican cuánto se está de acuerdo con la
afirmación correspondiente. Debe recordarse que a cada una
de ellas se le asigna un valor numérico y sólo
puede marcarse una opción. Se considera un dato
inválido a quien marque dos o más
opciones.
Como se construye una escala Likert
En términos generales, una escala Likert se
construye generando un elevado número de afirmaciones
que califiquen al objeto de actitud y se
administran a un grupo piloto para obtener las puntuaciones
del grupo en cada afirmación. Estas puntuaciones se
correlacionan con las puntuaciones del grupo a toda la escala (la
suma de las puntuaciones de todas las afirmaciones), y las
afirmaciones cuyas puntuaciones se correlacionen
significativamente con las puntuaciones de toda la escala, se
selecciona para integrar el instrumento de medición.
Asimismo, debe calcularse la confiabilidad y validez de la
escala.
Maneras de aplicar la escala Likert
Existen dos formas básicas de aplicar una escala
Likert. La primera es de manera autoadministrada: se le entrega
la escala al respondiente y éste marca respecto a
cada afirmación, la categoría que mejor describe su
reacción o respuesta. Es decir, marcan respuestas, la
segunda forma es la entrevista; un entrevistador lee las
afirmaciones y alternativas de respuesta al sujeto y anota lo que
éste conteste. Cuando se aplica vía entrevista, es
necesario que se le entregue al entrevistador una tarjeta donde
se muestran las alternativas de respuesta o
categorías.
Al construir una escala Likert debemos asegurar que las
afirmaciones y alternativas de respuesta serán
comprendidas por los sujetos a los que se les aplicará y
que éstos tendrán la capacidad de discriminación requerida.
El objetivo de este procedimiento es agrupar
numéricamente los datos que se expresen en forma verbal
para poder luego
operar con ellos como si se tratara, simplemente, de datos
cuantitativos. Para lograrlo se habrá de partir de un
cúmulo de informaciones que tengan una mínima
homogeneidad, lo cual es necesario para poder integrarlas. Pueden
tratarse de cientos de respuestas a una misma pregunta o de una
variedad de posibles situaciones observadas mediante un mismo
ítem de una pauta de observación: en ambos casos
existirá una determinada variedad de respuesta o de
observaciones que presenten las elecciones o los comportamientos
de los objetos de estudio.
El primer paso a dar frente a todos estos datos es
realizar una revisión atenta de un subgrupo reducido de
ellos con el objeto de encontrar una tipología de
respuestas posibles, en concordancia, por otra parte, con las
formulaciones teóricas que guían la
investigación y con los criterios adoptados en la etapa de
operacionalización. A cada categoría de respuestas
habremos de darle un código
particular, un número o letra diferente, que
servirá para agrupar tras de sí a todas las
respuestas u observaciones que sean idénticas o que, al
menos, aparezcan como equivalentes. Luego procederemos a
señalar a cada uno de los cuestionarios o pautas con el
código
que le corresponde en cada caso, con la que quedará
sintetizada la respuesta que contiene. El proceso se facilita
grandemente cuando se realiza mediante computadoras.
Supongamos que hemos preguntado, por medio de
entrevistas estructuradas hechas a una muestra, la opinión
que tienen las personas respecto a las Naciones Unidas.
Si la pregunta ha sido abierta, cada responderte habrá
expuesto sus opiniones en algunas breves frases. La
codificación nos permitirá agrupar sus respuestas,
para poder evaluar cuáles son las opiniones más
salientes al respecto. Nuestros códigos, por ejemplo,
pondrán ser:
- Es una institución que garantiza (o protege)
la paz mundial. - Es una institución que debería ser
reformada. - Es útil por los servicios
que presta a los países menos
desarrollados. - Es inoperante, ineficiente, etc.
- No sabe o no opina al respecto.
Por supuesto que podrían elaborarse otros
códigos, categorizando más o menos detalladamente
las respuestas. Casi siempre que se encuentran ideas similares
pero que se expresan a través de palabras diferentes se
procede a unificarlas en un mismo código;
excepcionalmente, cuando no sólo interesa la idea sino
además los aspectos lingüísticos con que
ésta se manifiesta, es necesario buscar un código
para cada respuesta tomada textualmente. Los casos
difíciles de ubicar, de respuestas que pudieran situarse
en más de una categoría, sólo pueden ser
resueltos consultando con el marco
teórico. Cuando aparecen respuestas ambiguas,
extrañas o simplemente anómalas, es conveniente
agruparlas en el código "otras respuestas", para no abrir
demasiadas categorías simultáneamente.
Recolectar los datos implica seleccionar un instrumento
de medición disponible o desarrollar uno propio, aplicar
el instrumento de medición y preparar las mediciones
obtenidas para que puedan analizarse correctamente.
Medir es el proceso de vincular conceptos abstractos con
indicadores empíricos, mediante clasificación y/o
cuantificación. Un instrumento de medición debe
cubrir dos requisitos: confiabilidad y validez.
La confiabilidad se refiere al grado en que la
aplicación repetida de un instrumento de medición
al mismo sujeto u objeto, produce iguales resultados. La validez
refiere al grado en que un instrumento de medición mide
realmente la(s) variable(s) que pretende medir. Se pueden aportar
tres tipos de evidencia para la validez: evidencia relacionada
con el contenido, evidencia relacionada con el criterio y
evidencia relacionada con el constructo.
Los factores que principalmente pueden afectar la
validez son: improvisación, utilizar instrumentos
desarrollados en el extranjero y que no han sido validados a
nuestro contexto, poca o nula empatía, factores de
aplicación.
No hay medición perfecta, pero el error de
medición debe reducirse a límites
tolerables.
SABINA, Carlos: El Proceso de
Investigación, editorial PANAPO, Caracas
1992.
HERNÁNDEZ, Sampieri, Roberto:
Metodología de la Investigación,
editorial Me graw Hill. Bogota Colombia
1991
TAMAYO Y TAMAYO, Mario: Metodología
Formal de la Investigación Científica,
editorial Limusa, S.A. México D.F. 1995
EVELIN Fernández
Ciudad Guayana, Venezuela