Historia de la
Contabilidad
- Antecedentes
históricos - Mesopotamia
- Egipto
- Grecia
- Roma
- Edad media
- Edad
renacentista - Edad
moderna - Inicio y desarrollo de la
contaduría en méxico - Bibliografía
La contabilidad
es una técnica que se ocupa de registrar, clasificar y
resumir las operaciones
mercantiles de un negocio con el fin de interpretar sus
resultados. Como sabemos el origen de la contabilidad
es de hace muchos años, desde que el hombre se
dio cuenta de que su memoria no era
suficiente para guardar la información necesaria. Desde el año
6000 a.c. ya existían los elementos necesarios para la
actividad contable. En Grecia,
Egipto y en
los Valles de Mesopotamia
llevaban registros y
operaciones
financieras de las empresas privadas
y publicas en tablillas de barro.
El objetivo de la
contabilidad es proporcionar información a los dueños y socios de
un negocio sobre lo que se deba y se tiene. Se puede dividir en
objetivo
administrativo y financiero. El objetivo administrativo es
proporcionar información a los administradores para que
ellos planifiquen, tomen las decisiones y control de las
operaciones y el objetivo financiero es proporcionar
información de las operaciones realizadas por un ente,
fundamentalmente en el pasado.
La memoria del ser
humano es limitada. Desde que tuvo la invención de los
primitivos sistemas de
escritura, el
hombre los ha
utilizado para llevar a cabo el registro de
aquellos datos de la vida
económica que le era preciso recordar.
Las primeras civilizaciones que surgieron sobre la tierra
tuvieron que hallar la manera de dejar constancia de determinados
hechos con proyección aritmética, que se
producían con demasiada frecuencia y era demasiado
complejos para poder ser
conservados en la memoria.
Reyes y sacerdotes necesitaban calcular la repartición de
tributos, y
registrar su cobro por uno u otro medio. La
organización de los ejércitos también
requerían un cálculo
cuidadoso de las armas, pagas y
raciones alimenticias, así como de altas y bajas en sus
filas.
Algunas sociedades que
carecían de escritura en
sentido escrito utilizaron, sin embargo, registros
contables; es el caso de los Incas, que
empleaba los quipus, agrupaciones de nudos de distintas formas y
colores ordenados
a lo largo de un cordel, y cuya finalidad, aún no
desvelada totalmente era, sin duda, la de efectuar algún
tipo de registro
numérico.
El país situado entre el Tigris y el Eufrates era
ya en el cuarto milenio a. De J.C. asiento de una próspera
civilización. Los comerciantes de las grandes ciudades
mesopotámicas constituyeron desde fechas muy tempranas una
casta influyente e ilustrada.
El famoso código
de Hammurabi, promulgado aproximadamente en el año 1700 a.
De J.C., Contenía a la vez que leyes penales,
normas civiles
y de comercio.
Regulaba contratos como
los de préstamo, venta,
arrendamiento, comisión, deposito y otras figuras propias
del derecho civil y
mercantil, y entre sus disposiciones había algunas
directamente relacionadas con la manera en que los comerciantes
debían llevar sus registros.
Se han conservado miles de tablillas cerámicas
que permiten formarse una imagen acerca de
la manera en que los sumerios llevaban las cuentas. Gracias
a esos testigos, inmunes al paso del tiempo, sabemos
que ya en épocas muy antiguas existían sociedades
comerciales, e las que las aportaciones de capital y el
reparto de beneficios estaban cuidadosamente estipulados por
escrito.
La propia organización del Estado,
así como el adecuado funcionamiento de los templos,
exigían el registro de sus actividades económicas
en cuentas
detalladas. Los templos llegaron a ser verdaderas instituciones
bancarias, que realizaban prestamos.
El auge de Babilonia a comienzos del segundo milenio a.
De J.C., es decir en la época de que data el Código
de Hammurabi, trajo consigo un progreso en las anotaciones
contables. Aparece entonces una manera generalizada de realizar
las inscripciones, estableciéndose un orden en los
elementos de éstas; título de la cuenta, nombre del
interesado, cantidades, total general.
Los pueblos mesopotámicos utilizaban ya el
ábaco
para facilitar la realización de las operaciones
aritméticas, que fueron sumamente laboriosas en todas las
épocas, hasta la relativamente reciente introducción universal de la actual
numeración arábiga.
La costumbre de insertar la plancha cerámica en una varilla, siguiendo un orden
cronológico, creó verdaderos libros de
contabilidad.
El instrumento material utilizado habitualmente por los
egipcios para realizar la escritura era el papiro. Las
anotaciones de tipo contable, por su carácter
repetitivo, llegaron a conformar un tipo de escritura
hierática que ha resultado muy difícil de descifrar
para los estudios.
Los escribas especializados en llevar las cuentas de los
templos, del Estado y de
los grandes señores, llegaron a constituir un cuerpo
técnico numeroso y bien considerado
socialmente.
De cualquier forma, y pese al papel decisivo
que la contabilidad desempeño en el antiguo Egipto, no
puede decirse que la civilización faraónica haya
contribuido a la historia de la contabilidad
con innovaciones o procedimientos
que no hubieran sido ya utilizados por los poderosos comerciantes
calderos.
Existen testimonios sobre contabilidad, tanto en Egipto
como en Mesopotamia.
Pagani, en su obra I Libri Comerciali [citado por Gertz,
1996:26], «quien al referirse a la Atenas del siglo V a.C.,
dice que había reyes que imponían a los
comerciantes la obligación de llevar determinados libros, con el
fin de anotar las operaciones celebradas…».
Los templos helénicos, fueron los primeros
lugares de la Grecia
clásica en los que resulto preciso desarrollar una
técnica contable. Cada templo importante, en efecto
poseía su tesoro, alimentado con los óbolos de los
fieles o de los estados.
El lugar en el que los arqueólogos han encontrado
más abundante y minuciosa documentación contable lo constituye el
santuario de Delfos.
Los banqueros llevaban fundamentalmente dos clases de
libros de contabilidad: el Diario (efemérides) y el
libro de
cuentas de clientes. El
orden y la pulcritud con que se llevaban las anotaciones hizo que
la exactitud de éstas llegara a ser reconocida por la
ley, que
otorgada a los libros de contabilidad valor de
prueba principal.
La contabilidad pública también se
desarrolló en las ciudades griegas.
Gertz (1996:32), afirma que «El primer gran
Imperio Económico que se conoce fue el de Alejandro
Magno (356,323 a.C.),…los banqueros griegos, fueron famosos
en Atenas, ejerciendo su influencia en todo el Imperio. De ellos
se dice: "Llevaban una contabilidad a sus clientes, la cual
debían mostrar cuando se les demandara; su habilidad, y
sus conocimientos técnicos hicieron que con frecuencia se
les empleara para examinar las cuentas de la ciudad "(History of
Modern Bank of Isue, Conant).»
En el siglo I a, de J.C. se menospreciaba a una persona que fuera
incapaz de controlar contablemente su patrimonio.
Los grandes negociantes llegaron a perfeccionar sus
libros de contabilidad de tal manera que algunos historiadores
han creído ver en ellos, se conservan sólo algunos
fragmentos incompletos, un primer desarrollo del
principio de la partida doble.
No hay ninguna prueba que acredite su empleo con
anterioridad a la expansión comercial italiana de las
postrimerías de la Edad
Media.
Para que exista la Partida Doble no basta con la
disposición de la cuentas en dos columnas enfrentadas, u
otros detalles de forma; Es preciso que el principio que informa
la Parte Doble se aplique inflexiblemente, sin
excepciones.
Sin embargo, es donde se encuentran testimonios
especificados e incontrovertibles sobre la práctica
contable, desde los primeros siglos de fundada, todo jefe de
familia
asentaba diariamente sus ingresos y
gastos en un
libro llamado
"Adversaria", el cual era una especie de borrador, ya que
mensualmente los transcribía, con sumo cuidado, en otro
libro, el "Codex o Tubulae"; en el cual, a un lado estaban los
ingresos
(acceptum), y al otro los gastos
(expensum).
Durante el periodo románico del feudalismo el
comercio
cesó de ser una práctica común, por lo tanto
el ejercicio de la Contabilidad tuvo que haber sido usual, aunque
no se tenga un testimonio que lo compruebe.
La interrupción del comercio hizo que la
Contabilidad fuese una actividad exclusiva del señor
feudal, esto se debió a que los ataques e invasiones
árabes y normandos obligaron a los europeos a protegerse
en sus castillos.
La Contabilidad siempre se mantuvo activa, ya que los
musulmanes durante sus conquistas expansivas fomentaron el
comercio, dando lugar a la práctica de esta disciplina.
En la Europa del siglo
VIII se conservo una ordenanza de Carlo Magno, llamada
"Capitulare de Villis", en la cual se estipulaba el levantamiento
de un inventario anual
de las propiedades del imperio y del registro de sus registros en
un libro que tuviese por separado ingresos y egresos.
Desde el siglo VI hasta el IX, el "Solidus" fue la
unidad monetaria aceptada generalmente, dando lugar e la
más fácil práctica de la Contabilidad, por
ser ésta una medida homogénea.
En la Italia del siglo
VIII, la contabilidad era una actividad usual y necesaria, tanto
que en Venecia se conoció de una casta dedicada a tal
práctica en forma profesional y constante. Es en esta
ciudad donde se dio mayor impulso a la Contabilidad.
En la Europa Central de
los siglos VIII y XII, donde la práctica contable se
designo a los escribanos, por órdenes de los
señores feudales.
En Inglaterra, el
rey Guillermo, el Conquistador, mandó hacer el "Demosday
Book" donde, entre otras cosas, contenía los ingresos y
egresos de la corona.
Europa durante los siglos XI y XIV experimento cambios
económicos, dando lugar a que la Contabilidad dejara de
llevarse por los monjes y amanuenses de los feudos a la usanza
romana.
La técnica de Partida Doble se implanto al final
del siglo XIII.
Fueron tres ciudades italianas las que se consideraron
los focos comerciales más importantes y por lo tanto
contables, las tres ciudades fueron; Florencia, Venecia, y
Génova.
Es para los años treinta del siglo XV, cuando se
conoce mundialmente el sistema "a al
Veneciana", que consistía en un juego de dos
libros, uno que contenía los registros
cronológicamente y el otro que agrupaba las cuentas de
caja, corresponsalía, Pérdidas y Ganancias, y las
cuentas patrimoniales, de tal manera que se puede decir que
éste es el origen de los libros Diario y Mayor.
Data de esa época el libro "Della mercatura et
del mercanti perfetto", cuyo autor fue Benedetto Cotingli Rangeo,
quien lo terminó de escribir el 25 de Agosto de 1458, y
fue publicado en 1573.
El libro aunque toca la contabilidad de manera breve,
explica de una manera muy clara la identidad de
la partida doble, el uso de tres libros: el Cuaderno (Mayor),
Giornale (Diario) y Memoriale (Borrador), afirma que los
registros se harán en el Diario y de allí se
pasarán al Mayor, el cual tendrá un índice
de cuentas para facilitar su búsqueda, y que deberá
verificarse la situación de la empresa cada
año y elaborar un "Bilancione" [Balance]; las
pérdidas y ganancias que arroje serán llevadas a
Capital, habla
también de la necesidad de llevar un libro copiador de
cartas [Libro
de Actas].
Sin embargo, es fray Lucas de Paciolo, quién en
su libro "Summa", publicado en 1494, se refiere al método
contable, que se conoció desde entonces como "A lla
Veneziana", que amplia la información de las
prácticas comerciales: sociedades,
ventas,
intereses, letras de cambio,
etc.
En forma detallada toca el tema contable, luego en otros
países se harían publicaciones que
ampliarían el tema.
Llega el siglo XIX, y con él el Código de Napoleón (1808), comienza la Revolución
Industrial, Adam Smith y
David Ricardo,
echan las raíces del liberalismo,
la contabilidad comienza a tener modificaciones de fondo y forma,
bajo el nombre de "Principios de
Contabilidad", en 1887 se funda la "American Association of
Public Accountants", antes, en 1854 "The Institute of Chartered
Accountants of Scotland", en 1880 "The Institute of Chartered
Accountants of England and Wales", organismos similares los
constituyen Francia en
1881, Austria en 1885, Holanda en 1895, Alemania en
1896.
A comienzos del siglo XIX el proceso
industrial empezaba su carrera de éxito,
Adam Smith y
David Ricardo,
padres de la economía, fueron
quienes iniciaron el liberalismo;
es partir de esta época, cuando la Contabilidad comienza a
sufrir los modificaciones de fondo y forma, que bajo el nombre de
principios de
contabilidad actualmente se siguen suscitando.
La bondad del primer diseño
del Diario-Mayor-Único fue reunir en un solo volumen al Diario
con su relación cronológica de conceptos, y al
Mayor con la acumulación clasificada por esas cuentas, con
sus respectivos cargos y abonos, ahorrándose así
gran cantidad de tiempo, pues en
ves de dos libros se llevaba uno solo.
En el año de 1845 el Tribunal de Comercio de la
Ciudad de México,
estableció la "Escuela
Mercantil", siendo cerrada dos años después, pero
en 1854 se funda la Escuela de
Comercio.
Durante este siglo XIX, no sólo el auge
económico trajo mayor desarrollo a
las prácticas contables en lo referente a agrupaciones
profesionales, centros docentes, y mandatos legales sobre la
disciplina
contable, sino que hubieron también cambios sustanciales
en el fondo y la forma.
Fabio Besta, conocido en Italia con el
nombre de "El Moderno Padre de la Contabilidad", que ha sido,
entre los teóricos, el que ha llegado a estructurar una
nueva teoría
llamada "Teoría
Positiva del Conto" gracias a una profunda y consistencia
búsqueda histórica de la Contabilidad. Besta
comienza a explicar su teoría de la manera siguiente: "La
Contabilidad es en medio de una completa información
referente a dinero,
cuentas recibidas, activos fijos,
intereses, inversiones,
etc., y es evidente que una rápida y certera
información es imposible sin asentar en el mismo lugar las
mutaciones ocurridas en cada uno de estos objetos", y
conceptúa a la cuenta diciendo: "Es una serie de entradas
y salidas referentes a un definido y claro objeto, conmensurable
y mutable, con la función de
registrar información acerca de las condiciones y monto
del objeto en un momento particular y de los cambios que en
él intervienen", además afirma que "la cuenta son
abiertas directamente a objetos, no a ,as personas que
intervienen, e indica valores
monetarios".
Dentro de las modificaciones de forma, que la
Contabilidad sufriera durante el siglo XIX, se encuentra el
sistema de
Pólizas, que nació a partir del uso de volantes
para dar mayor rapidez a los depósitos de los
cuenta-habientes del Banco; mas tarde
se inventó el Sistema Centralizador.
INICIO Y DESARROLLO
DE LA CONTADURÍA PUBLICA EN MÉXICO
En el año de 1845 el Tribunal de Comercio de la
Ciudad de México,
estableció en esta capital al primera escuela de enseñanza comercial, bajo el nombre de
Escuela Mercantil. Durante la guerra con los
norteamericanos en 1847 la escuela tuvo que cerrar sus puertas
por falta de fondos.
El 28 de enero de 1845, por decreto de Santa Ana, se
fundo la escuela de Comercio. Esta escuela, aunque tropezando con
algunas dificultades, pudo subsistir hasta el establecimiento del
imperio Maximiliano. A la caída de éste, el
gobierno de
Don Benito Juárez se preocupo por la reorganización
de la enseñanza pública y el 15 de julio
de 1868, fue inaugurado la escuela con el nombre de Escuela
Superior de Comercio y Administración.
En el año de 1871 quedaron más reglamentos
y formalizados los estudios hechos en la escuela y se crearon las
carreras de empleado contador (contador privado). Ya desde a
principios del
siglo se sentía en México la falta de profesionales
nacionales y el primer paso para formarlos fue la creación
de la carrera de contador en el año de 1905 en la Escuela
Superior de Comercio y Administración.
Los estudios que se hacían en los primeros
tiempos de la Escuela de Comercio pueden considerarse
propiamente, como elementales, hasta la creación de la
carrera de contador de comercio en que la enseñanza fue
sistematizada y se agregaron nuevas materias a los programas de
estudio.
El día 25 de mayo de 1907 se celebró el
primer examen profesional de contador, sustentado por el Sr. Don
Fernando Diez Barroso.
En el año de 1917, un grupo de
contadores titulados decidió formar una agrupación
profesional que quedó constituida, a mediados de dicho
año, con el nombre de "Asociación de Contadores
Públicos".
Dado el éxito
alcanzado en los fines de la Asociación, ésta
resultaba insuficiente y el año de 1923 se decidió
formalizar sus trabajos constituyendo el Instituto de Contadores
Públicos Titulados de México, lo cual se
llevó a cabo el día 6 de octubre del mismo
año.
DEL RIO SÁNCHEZ CRISTÓBAL Y DEL RIO
SÁNCHEZ RAYMUNDO. "hacia la cientificidad de la
contaduría". Editorial ECASA.
ROBERTO DU-TITLY, DANIEL RAMOS Y VARIOS AUTORES.
"Contabilidad Contemporánea". Editorial Trilla
México.
MANCERA RAFAEL. "Breve Historia de la
Profesión de Contabilidad Pública en
México". Editorial Instituto de Mexicanos Contadores
Públicos.
FERNÁNDEZ MAESTRI ADOLFO, ESCAMILLA LÓPEZ
JUAN ANTONIO Y VARIOS AUTORES. "Contabilidad General I".
Edición 2000.
Francisco López Hernández