Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Docencia




Enviado por cruzyolandaestanga



Partes: 1, 2, 3

    1. El problema
    2. Marco
      teórico
    3. Marco
      metodológico
    4. Resultados
    5. Modelo de
      acción comunitaria
    6. Conclusiones y
      recomendaciones
    7. Bibliografía
    8. Anexos

    INTRODUCCIÓN

    La reforma del Estado
    constituye un desafío político y social importante,
    su tendencia es dinamizar los diferentes sectores de la sociedad
    alrededor de propuestas de cambio
    profundo en sus instituciones
    básicas para la reconstrucción de una sociedad justa,
    democrática, moderna y eficiente.

    La educación es una
    de las dimensiones fundamentales de esa reforma, su finalidad es
    la formación del individuo para que asuma las
    transformaciones que demanda la
    sociedad, capacitarlo en la
    organización social, productiva, la
    participación política y consolidar
    los valores
    democráticos necesarios para avanzar en el proceso de
    cambio.
    Así, se promueve a la persona como
    protagonista de su propia historia, en la que sus
    decisiones se tomen en colectivo y los valores de
    justicia,
    igualdad,
    libertad,
    participación y cooperación sean fundamento para su
    formación integral.

    De allí, el papel que
    desempeña la escuela como eje
    del proceso
    educativo es de vital importancia. Dentro de su estructura
    organizativa incluye al docente, quien tiene en sus manos
    elementos indispensables para realizar las transformaciones: el
    grupo de
    alumnos que se le ha confiado, el liderazgo que
    la profesión docente en sí misma incluye, un
    espacio físico constituido por la escuela como
    expresión concreta y tangible de la política educativa de
    un país.

    Esta escuela a su vez está inmersa en un espacio
    geográfico donde conviven sectores poblacionales con
    necesidades e intereses, así los diferentes actores o
    miembros de las comunidades pueden recibir sus beneficios y
    organizarse para lograr mejoras en las mismas y participar por
    una óptima calidad de
    educación
    y de vida.

    En relación con lo expuesto, Chacón
    (1997), define la escuela o unidad educativa como un centro de
    trabajo organizado para desarrollar programas
    educativos, culturales y liderazgo
    social. Este autor compara al plantel con una empresa que
    cumple actividades de planificación, ejecución y evaluación. En el nivel de decisión
    y ejecución ubica a los docentes, quienes se apoyan en la
    participación de la comunidad
    mediante sus legítimas organizaciones
    para el logro de metas.

    Este concepto de
    escuela promueve un docente, autor y actor de transformaciones
    que tiene la oportunidad de reflexionar y accionar con
    visión de futuro, sentir la necesidad de cambio en
    sí mismo y en el entorno, de actuar
    estratégicamente con objetivos
    definidos, sujetos a evaluación
    y reajuste para obtener un impacto social.

    De allí, que a través de la acción
    comunitaria se impulsen y alcancen logros comunes a la escuela y
    la comunidad, se
    favorece el acceso constante de las organizaciones
    comunales en la toma de
    decisiones y se diseñen programas de
    trabajos basados en las necesidades de las mismas determinadas
    por motivos que originan la conducta de los
    miembros y del tipo de relaciones que entre ellos se
    establezca.

    En este sentido, promover el rol del docente como autor
    y actor es muy importante para el éxito o
    fracaso de un proyecto
    educativo comunitario, que de alguna manera está
    íntimamente relacionado con las acciones que
    se tienen que emprender. A los líderes que lo son de
    verdad les siguen por respeto y
    amor, por su
    muestra de
    afecto hacia los demás, por su humildad y su fuerza de
    voluntad y control de
    sí mismo.

    Al respecto, es importante que el docente asuma su rol
    protagónico en la construcción del país y es la
    comunidad donde labora el lugar más propicio para ello,
    convirtiéndolo en un ente motivador del entorno que le
    rodea, por ser un líder
    nato de la institución escolar. Torres (1988), considera
    que éste debe ser un educador que además de atender
    esa función,
    se involucre con la comunidad donde vive y preste sus servicios en
    la búsqueda de las soluciones
    más adecuadas posibles.

    Sin embargo, se observa que una gran mayoría de
    docentes no desarrolla su rol de autor y actor limitándose
    únicamente a desempeñar su rol de transmisor de
    conocimientos, sin inmiscuirse en los problemas
    existentes en el entorno escolar, desperdiciando su naturaleza de
    líder y
    posponiendo la aplicación de estrategias que
    permitan lograr una mayor integración entre la escuela y la
    comunidad.

    Por lo anteriormente expuesto, la investigación realizada, pretende dar
    respuestas a la necesidad de promover el rol del docente como
    autor y actor de transformaciones en las organizaciones
    educativas a través de la generación de un modelo de
    acción comunitaria. La tesis central
    de este esfuerzo consiste en el planteamiento de la necesidad de
    cambios en la relación del docente con la
    comunidad.

    En este sentido, la investigación se estructura en
    seis capítulos: el capítulo uno, el problema
    plantea la situación problemática, los objetivos y la
    justificación de la investigación, así como
    la definición y operacionalización de las variables;
    seguidamente el capítulo dos contiene el Marco
    Teórico Referencial, cuyo contenido está
    conformado por los antecedentes de la investigación y las
    teorías
    de entrada. El capítulo tres, presenta el marco
    metodológico detallándose aquí el modelo y su
    validación, tipo y diseño
    de la investigación, población y muestra,
    técnica e instrumento de recolección
    de datos y procedimientos.
    El capítulo cuatro, presenta los resultados del diagnóstico en función de
    los objetivos del estudio. El quinto, se refiere al modelo de
    acción comunitaria especificando presentación,
    justificación, fundamentación, objetivos,
    estructura, operatividad, líneas, consideraciones finales
    y plan de
    acción del modelo. Por último, el sexto que
    presenta las conclusiones y recomendaciones.

    CAPÍTULO I

    EL
    PROBLEMA

    1. Contextualización y Delimitación
      del Problema

    Cada individuo tiende a formarse su sistema propio de
    metas y valores, al
    mismo tiempo en la
    sociedad abundan grupos
    sociales que tienen propiedades comunes y diferentes de las
    de cada uno de sus miembros, las propiedades compartidas
    constituyen la génesis de las llamadas organizaciones. Son
    éstas las formas predominantes de la sociedad; definidas
    por Etzioni citado por Hall (1996), como unidad social o
    agrupamientos humanos construidos y reconstruidos de forma
    deliberada para buscar metas específicas.

    En este orden de ideas, Freedman (1998), aduce que la
    organización constituye un sistema humano
    total, compuesto de subsistemas de individuos y grupos, cada uno
    de los cuales afecta a los otros y a la
    organización; es decir los individuos, los grupos y la
    organización son
    interdependientes.

    De esta situación, se puede significar que al
    individuo dentro de la organización debe valorarse en sus
    actuaciones, por ser dotado de características propias de personalidad,
    por motivaciones y necesidades; con habilidades y conocimientos
    que a través de las interacciones hace posible el desarrollo de
    las tareas y el logro de las metas de la organización. En
    este sentido no es un ser aislado, sino vinculado
    estratégicamente, dotado de emociones y
    sentimientos inherentes a los humanos en la ampliación de
    los radios de acción hacia la grupalidad en las
    actividades. Esto coadyuva, la inserción del docente y la
    escuela en la proyección hacia la comunidad.

    Bajo estas perspectivas, la escuela como
    institución que se define como una organización
    social compleja con finalidades educativas, posee un potencial de
    transformación que incluye a los docentes como entes
    partícipes que guían las acciones de
    las organizaciones educativas. Ahora bien, el docente debe
    equilibrar factores tales como las características de los alumnos y de su
    familia, las
    expectativas de los padres, el entorno social y
    geográfico, los objetivos y valores que están
    establecidos en el sistema educativo, éstos a su vez
    influyen en todos los centros docentes.

    Además, debe reflejar una sólida
    formación pedagógica, autónoma, gerencial,
    mediadora e investigadora de procesos, y
    promover a la comunidad hacia la autogestión de su propio
    desarrollo.
    Sobre este particular, el Ministerio de Educación (1998),
    afirma que el docente, sujeto clave del cambio, tendrá que
    enfrentarse a un proceso de desarrollo acelerado que
    impulsará nuevas
    tecnologías, nuevas formas de vida y mayores riesgos de
    pérdidas de identidad y de
    otros valores ya establecidos en el canon moral propio
    de la sociedad venezolana.

    Por consiguiente, frente a una visión del docente
    definida por sus rasgos personales de eficacia y
    dinamismo, su capacidad de organización y su habilidad
    para actuar en las diversas situaciones de la escuela. Se empieza
    a definir un estilo diferente de ejercer las funciones
    educativas, basadas cada vez más en el esfuerzo de aunar
    voluntades en proyectos
    compartidos, en la sensibilidad ante las nuevas situaciones, en
    la habilidad para adaptar el funcionamiento de la escuela a los
    objetivos que se proponen. Además de la capacidad de
    comprender la cultura de la
    escuela y promover el cambio cultural.

    Por otro lado, el gran objetivo de
    los educadores que plantean conseguir que la escuela responda a
    las demandas sociales y al progreso en su nivel cultural, ha sido
    afectado a lo largo de las últimas décadas por un
    crecimiento sostenido de los centros poblados del país.
    Este crecimiento social demográfico no ha sido
    acompañado de un crecimiento cultural, social y
    económico de la población; por el contrario se ha
    incrementado la desigualdad cultural, social, la economía informal,
    la pobreza
    crítica y la praxis limitada de los valores
    éticos y morales.

    Es evidente, que las organizaciones educativas no han
    escapado de esa realidad económica y social tanto en el
    ámbito nacional como local. Así, se nota el
    constante deterioro de la planta física de las
    escuelas, el ataque de los antisociales contra instalaciones,
    docentes, y la comunidad educativa, sobre todo en las escuelas
    ubicadas en áreas socialmente deprimidas. Igualmente, la
    falta de motivación
    y compromiso de los docentes generan en muchos casos,
    despreocupación por los problemas que
    los afectan mutuamente.

    Al respecto, el Ministerio de Educación (1993) en
    el documento Agenda para la Reforma Educativa, acota
    que:

    Las instituciones
    educativas operan como un sistema cerrado, divorciadas de las
    necesidades y expectativas del medio social. El precario
    desarrollo de la investigación socio-antropológica
    y propiamente educativa sobre la realidad local, comunal e
    inclusive, sobre las particularidades de nuestra nacionalidad, es
    una limitación para estrechar el vínculo entre la
    escuela y el resto de la sociedad. La carencia de un marco de
    referencia exhaustivo ha privilegiado una visión
    homogénea y centralista de los problemas.
    (p.19)

    Hoy, el Proyecto
    Educativo Nacional, expuesto por Istúriz, (2003) expresa
    la urgencia de incrementar la participación de los padres
    en las actividades de la escuela, en el marco de una jornada
    escolar integral en la cual el docente sea partícipe,
    coautor y coejecutor de acciones que faciliten la integración de la escuela con la comunidad,
    y viceversa, para el logro de metas que le conciernen a
    ambas.

    Además, destaca que la integración debe
    emprenderse con más énfasis desde la Educación Inicial
    en los meses previos al nacimiento del niño o niña,
    tomando en cuenta que los padres son miembros de una comunidad
    que debería evolucionar cada día.

    Ambas acotaciones, coinciden plenamente en el
    favorecimiento de la integración que debe efectuarse entre
    la escuela y la comunidad. Es decir, el pensamiento
    sigue vigente al igual que las intenciones. Sin embargo, en la
    práctica la realidad es distinta.

    De lo anterior se deduce, que a pesar de las intenciones
    del Estado, la
    acción educativa de la escuela venezolana que debe hacer
    énfasis en la culturización de las comunidades, al
    parecer se ha desviado y no está orientada a las demandas
    y necesidades de los distintos sectores comunitarios, existe
    entonces un desequilibrio entre la escuela y su entorno.
    Así como desvinculación con respecto a los cambios
    económicos, políticos y sociales del país,
    lo cual le aleja de tener un papel
    protagónico en el cambio social y de participar de los
    beneficios que le pueden reportar la interacción
    escuela-comunidad. Denotándose además una cultura de
    escuela cada vez más desdibujada.

    De acuerdo con Romero (1997), la cultura de la escuela
    es entendida como "el resultado de la interacción social
    de los diferentes componentes de la comunidad educativa que
    tuvieron acceso a un grupo social
    con rasgos culturales diferentes" (p.69). En este sentido, es una
    realidad que construyen los que participan en ella. Se ha
    afirmado en repetidas ocasiones que el cambio educativo, debe
    dirigirse a la modificación de la cultura de los centros
    si se pretende que sea duradero. De otra forma no afectará
    a la estructura profunda de la realidad escolar.

    Asimismo, el segundo informe
    técnico del proyecto La universidad va a
    la escuela ( LUVE,2000), se refiere a la cultura escolar como un
    conjunto de creencias, valores, ceremonias, rituales,
    tabúes, consejos, historias, estrategias de
    acción, expectativas, intereses, logros, y formas de
    relación entre los miembros de la escuela con los
    diferentes contextos que lo circundan y además afirman que
    en la organización escolar, la cultura se expresa a
    través de cuatro elementos : las creencias, valores, los
    artefactos y los símbolos .Se construye y evoluciona a
    través de cuatro procesos: las
    manifestaciones, las realizaciones, las simbolizaciones y las
    interpretaciones.

    Desde esta perspectiva, la labor del docente puede ser
    enormemente complicada, porque debe pasar por un proceso de
    comprensión de los saberes, observación y construcción de experiencias en el
    colectivo y puede encontrarse con grandes conflictos,
    con inercias históricas o con tendencias contrarias a las
    demandas exteriores. Ante situaciones emergentes, el educador
    tiene tres opciones: adaptarse a la cultura de la mayoría
    y dejarse dirigir por ella, inhibirse ante los enfrentamientos,
    y/o participar en el proceso de cambio a través de la
    transformación de la cultura del centro.

    Ante esta última opción, el docente pasa a
    desempeñar una función educativa efectiva dejando
    atrás su papel de agente transmisor de normas y
    conocimientos para convertirse en agente autor y actor de las
    transformaciones.

    Esto significa según Berger (1993), que el
    docente es:

    Actor por ser responsable de la acción y autor
    por ser intérprete del libreto educativo. Es decir,
    dispone de cierta flexibilidad y autonomía profesional que
    les permite interpretar los programas y asumir el rol de manera
    personalizada, innovando y recreando situaciones de aprendizaje y de
    interacción; y autor porque supone un proceso de
    elaboración y de construcción del sentido de la
    obra que se realiza y de la forma como se interpreta, los
    recursos a los
    que acude, la organización del trabajo en el aula y la
    relación con el entorno. (p.12)

    En este sentido, el docente como autor y actor
    contribuye a transformar la cultura de la escuela. Por lo que, la
    organización escolar constituye uno de los rasgos
    principales de lo que se ha denominado el liderazgo
    transformacional. De acuerdo a Drucker, (1993), en este tipo de
    liderazgo una o más personas se comprometen con otras en
    tal forma que los líderes y los seguidores alcanzan
    niveles de motivación
    más altos, estimulándose mutuamente.

    Para el autor citado, el liderazgo es más
    acción que alarde, la esencia del liderazgo es el desempeño. Es un medio, y el fin a que se
    dirija es la cuestión crucial. La base del liderazgo
    está en analizar cuidadosamente la misión y
    visión de la organización, definirla y fijarla
    de manera clara y visible. El líder fija metas y
    prioridades, establece las normas y las
    mantiene.

    Otro requisito es, que se vea el liderazgo como responsabilidad más bien que como rango y
    privilegio; así, cuando las cosas van mal, los
    líderes no culpan a otros. Un buen líder busca
    colaboradores fuertes, los estimula, los empuja, se enorgullece
    de ellos. En fin, la tarea última del liderazgo, es crear
    energías y visiones humanas de forma
    consecuente.

    Por consiguiente, los líderes establecen una
    relación con los miembros de la organización, que
    se sienten más comprometidos. Es decir, con deseos de
    superación, y con frecuencia se volverán más
    activos.
    Igualmente, son capaces de superar los problemas cotidianos que
    son normales en los procesos de una organización (grande o
    pequeña, simple o compleja), y de concentrarse en el
    fortalecimiento de un espíritu de creación
    colectiva, en el desarrollo de una conciencia de
    equipo que conduzca al cambio, a una nueva situación, en
    la cual se hayan superado los problemas.

    Los cambios en la educación se seguirán
    produciendo de manera masiva a pesar de la estabilidad de los
    sistemas
    educativos; las transformaciones sociales, políticas,
    tecnológicas, científicas, se van a introducir por
    todos los espacios de la institución escolar. Si
    éstas son inevitables, es necesaria una actitud de
    liderazgo, comprensión e innovación para orientar las
    transformaciones.

    En este sentido, Fuguet (2000), señala que el
    docente debe guiarse por el nuevo perfil que lo pondrá en
    un papel protagónico de cambio social, de liderazgo de
    actor-autor o creador de los cambios y las
    transformaciones.

    Agrega que, es la concepción de un ser docente
    transformador que sea capaz de llevar a los entes vinculados con
    el quehacer educativo, habilidades para pensar, crear,
    diseñar, resolver, interactuar, manejar, usar, producir y
    comunicar información.

    Así, Fuguet (ob. cit.), indica que el docente
    debe: trabajar, estudiar, construir y compartir visiones en
    equipo, autoevaluarse, comprometerse; amar, querer y sentir
    (p.52).

    Es decir, ser un hombre del
    futuro, un individuo permeable, versátil, multiuso y
    empleable, líder, con capacidad de modelaje ante los
    estudiantes y la comunidad. La congruencia entre el pensar,
    sentir y actuar le permitirán asumir un nuevo paradigma
    donde se configuren tres elementos importantes como lo son:
    educador, filósofo y líder.

    En expresión del autor citado, estas
    características representan la capacidad del docente, la
    fuente de la filosofía que lo inspira y el impacto de la
    acción educativa sobre los alumnos y el entorno, traducida
    en la acción de un liderazgo transformacional.

    Para Burns, (1974), este tipo de liderazgo, no
    sólo plantea resolver los problemas técnicos de la
    organización, sino que además, añade a las
    tareas y responsabilidades de la gestión
    aquellas otras acciones que proceden de los proyectos que
    trata de impulsar en la escuela. Se requiere entonces, formar
    permanentemente estos líderes. Ahora bien, ¿tiene
    previsto el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (MECD) políticas
    de formación de líderes?.

    Al respecto, el mismo MECD, (2002), plantea como
    problema relevante la ausencia de una política de
    desarrollo de personal asumida
    por el sector institucional, lo cual no ha permitido mejorar el
    perfil del profesional de la docencia, renovar sus acciones ni
    propiciar la formación permanente, que se traduce en una
    disminución del papel protagónico como autor y
    actor que le corresponde al docente frente a las exigencias de
    transformaciones de la sociedad.

    Dentro de este marco, las organizaciones educativas del
    estado Lara muestran, en gran parte, el mismo problema que para
    el Ministerio de Educación (1993), presentan las escuelas
    del resto del país. Particularmente, el Municipio
    Iribarren, (el más poblado), presenta diferencias notables
    entre los distintos núcleos poblacionales que los
    integran. De igual manera sucede con las instituciones educativas
    en las cuales existen diferencias en cuanto a la planta física, y
    número de alumnos.

    En relación con los docentes del mencionado
    Municipio, según estadísticas llevadas por la Dirección General Sectorial de
    Educación del estado Lara (2000), el 75% se ubica en el
    cuarto nivel educativo. Este hecho es positivo, ya que se
    evidencia el grado de formación profesional de los
    educadores del Municipio; adicionalmente reciben cursos de
    capacitación de manera esporádica de
    tipo operativo no sistemático, ni permanente.

    A pesar de lo expuesto, no se observa la acción
    de un docente participativo, líder, comprometido con la
    institución. Al respecto, Espinoza (1993), afirma que el
    educador manifiesta una seudo participación en la toma de
    decisiones, solamente lo hace en un 30% ya que no tienen una
    cuota extra escolar de trabajo con el entorno. No existe un real
    compromiso y participación democrática, ni se
    vincula la toma de decisiones en relación con la
    problemática comunitaria.

    En cuanto a la situación planteada, la misma
    autora refiere que la ausencia de herramientas
    teórico metodológicas y la falta de
    preparación en el desarrollo comunal constituyen dos
    restricciones importantes para que el educador realice sus
    funciones de
    líder y por ende de autor y actor. Se pone de relieve
    entonces que hay por parte del docente un desarraigo acerca de lo
    que significa pertenecer, actuar comunitariamente y, asumir
    compromisos hacia el colectivo, todo lo cual le dificulta ser
    mediador de cambios en la institución donde
    labora.

    En el mismo orden de ideas, Herrera (1996),
    señala que: "concretamente al docente se le ve, se le
    concibe explícitamente como agente, es decir, como
    ejecutor. No se le percibe como actor, ni mucho menos como autor,
    o al menos, de las transformaciones educativas ni sociales"
    (p.28).

    Hasta ahora, el papel del docente ha estado reducido al
    cumplimiento de normativas y propuestas elaboradas por otras
    personas en otros contextos y en consecuencia el desempeño del docente ha girado en torno a ese
    cumplimiento. Al mismo tiempo, este
    autor expresa la necesidad inmediata de iniciar procesos de
    transformación desde la práctica pedagógica
    y con los sujetos de dicha práctica como autores y actores
    del proceso de transformación.

    No obstante, el docente al no ejercer su rol como autor
    y actor inhibe el desarrollo comunitario y el mejoramiento de la
    calidad de
    vida así como el desarrollo
    económico nacional. El Ministerio de Educación
    (1997), plantea que la educación debe estar vinculada a la
    vida comunitaria, al desarrollo de la cultura participativa,
    autogestionaria y a la formación continua del ser
    humano.

    1.2 Interrogantes de la
    Investigación

    En consecuencia, sobre la base de lo anteriormente
    expuesto se derivó la investigación realizada, cuya
    interrogante principal es: ¿Cuáles serían
    los elementos conceptuales de un modelo de acción
    comunitaria que promueva el rol del docente como autor y actor de
    las transformaciones en las organizaciones educativas del
    Municipio Iribarren del Estado Lara?

    1.3 Objetivos de la
    Investigación

    1.3.1 Objetivo
    General

    Generar un modelo de acción comunitaria que
    promueva el rol del docente como autor y actor de las
    transformaciones en las organizaciones educativas del Municipio
    Iribarren del Estado Lara.

    1.3.2 Objetivos Específicos

    Analizar las teorías
    que fundamentan la acción comunitaria con base al análisis de la investigación
    documental (expertos en uso).

    Diagnosticar la acción comunitaria que realizan
    los docentes como autores y actores de las transformaciones en
    las organizaciones educativas.

    Describir los elementos de acción
    transformadora que conforman el modelo de acción
    comunitaria.

    Formular un modelo de acción comunitaria que
    promueva el rol del docente como autor y actor de las
    transformaciones en las organizaciones educativas.

    1.4 Justificación de la
    Investigación

    El docente como líder transformador y promotor
    social tiene una gran responsabilidad contraída con la sociedad
    y, dentro de ella con las masas populares. Éstas esperan
    un apoyo sostenido para seguir venciendo las resistencias y
    prejuicios que tradicionalmente le han sido adversas y poder entonces
    alcanzar mejores niveles de vida con base en la superación
    intelectual, cultural, de formación profesional y de
    madurez ideológica.

    En efecto, la función del docente en este caso se
    destaca con excepcional importancia, y sólo en la medida
    en que él sepa interpretar y hacerla prevalecer
    podrá la educación liberarse del tutelaje
    convencional de quienes han pretendido desviarla de su importante
    función promotora del cambio social. De ahí la
    relevancia de la investigación que logró conceptuar
    un modelo de acción comunitaria que favorezca el rol del
    docente como autor y actor de las transformaciones en las
    organizaciones educativas.

    Ahora bien, la problemática que presenta la
    educación en el estado
    Lara, la importancia que tiene la educación en el logro
    del cambio social y la existencia de investigaciones
    desarrolladas hasta ahora, que abordan el tema pero sin aportar
    un modelo teórico que permita precisar con claridad las
    variables
    endógenas y exógenas que favorezcan el rol del
    docente como autor y actor en el marco de la acción
    comunitaria, le dan originalidad a la investigación
    realizada.

    Por otra parte, sus resultados pudieran servir a otras
    organizaciones comunitarias para potenciar la acción de la
    educación como la clave del desarrollo
    económico nacional. Pudiera tener así, una
    trascendencia regional a corto plazo y nacional a mediano,
    razones por las cuales se justificó ampliamente el
    desarrollo de esta investigación.

    Adicionalmente, este trabajo tiene factibilidad
    dentro de las propuestas del Ministerio de Educación
    enmarcadas en el nuevo diseño
    curricular que se concretó en el Currículo Básico Nacional (1997),
    donde se señala que la viabilización del currículo oficial es competencia
    exclusiva de los docentes de la Educación Básica,
    quienes planificarán en equipo las acciones a desarrollar
    de acuerdo a las particularidades locales, regionales y
    nacionales valorándose (…) "la acción del
    maestro, directivos y la familia,
    como responsables del equipo que conjuntamente con los alumnos,
    harán realidad un proyecto educativo ajustado a su
    contexto socio-cultural" (p. 16).

    Sobre la base de estos aportes, se nutre el
    Currículo Básico Estadal (1998), que asume en su
    filosofía la reivindicación del sentido de
    pertenencia y arraigo para contrarrestar los efectos
    homogeneizantes de la
    globalización y promover el desarrollo del aprendizaje
    significativo tomando en cuenta los saberes previos y el
    acervo comunitario, propiciándose un espacio para la
    búsqueda del cambio, el compromiso con la
    transformación escolar, la promoción del colectivo para el intercambio
    y reflexión de todos los actores involucrados en el
    proceso.

    En efecto, el docente tiene un papel importante como
    mediador en este proceso por los diferentes ciclos
    dialécticos que se generan entre los participantes, es
    sujeto clave a quien le corresponde propiciar un ambiente
    social, productivo y consolidado para el desarrollo de un
    aprendizaje
    integral valorando universalmente el patrimonio
    cultural a partir del ámbito geo-histórico
    local.

    1.5 Definición y Operacionalización de
    Variables

    De acuerdo a lo planteado en las Normas para la
    Elaboración, Presentación y Evaluación de
    los Trabajos de Grado de la Universidad
    "Santa María" (2000), se define la
    operacionalización de las variables como:

    …el desglosamiento de la misma en aspectos cada vez
    más sencillos que permiten la máxima
    aproximación para poder medirla.
    Estos aspectos se agrupan bajo las denominaciones de dimensiones,
    indicadores y
    de ser necesaria subindicadores (p.18).

    De allí, que cada variable puede evaluarse a
    través de estas mínimas unidades observables y
    medibles de las variables estudiadas, a objeto en última
    instancia de determinar y elaborar los instrumentos y formas de
    recolección de datos. En tal
    sentido, en la investigación realizada se asumió
    como variable la acción comunitaria del
    docente.

    A continuación se presentan los cuadros 1 y 2,
    que muestran la variable, su definición y
    operacionalización

    Cuadro 1

    Identificación y Definición de
    Variables

    Objetivo

    Variable

    Definición
    Conceptual

    Diagnosticar la acción comunitaria que
    realizan los docentes como autores y actores de las
    transformaciones en las organizaciones
    educativas.

    Acción
    comunitaria

    Es un proceso de articulación
    socio-lógica, política, religiosa,
    educativa y cultural, donde los actores claves asumen
    compromisos que desarrollan una perspectiva integral en
    beneficio colectivo tomando en cuenta las potencialidades
    y carencias que existan en la organización
    educativa y en el entorno.

    Fuente: Elaborado por la autora (Estanga, C.,
    2002).

    Cuadro 2

    Operacionalización de Variables

    Variables

    Dimensión

    Indicadores

    Sub-Indicadores

    Cuestionario
    Docente

    Cuestionario
    Representante

    Acción
    Comunitaria

     

    El Docente como Autor

    Liderazgo

    Coordinación

    1-2-3

    1-2

    Asesoramiento

    4-5

    3-4

    Compromiso

    6-7

    5

    Identidad Institucional

    Misión

    8-9

    6

    Visión

    10-11

    7

    El Docente como Actor

    Participación

    Comunitaria

    Comunicación

    12-13-14

    8-9

    Proyectos Pedagógicos
    Comunitarios

    15-16-17

    10-11

    Devolución

    Sistemática

    18-19-20

    Práctica
    Pedagógica

    Motivación

    21-22

    Promoción

    23-24-25

    12-13-14

    Trabajo grupal

     

    26 al 29

    30-32

    15-16

    Fuente: Elaborado por la autora: Estanga, C.
    (2002).

    CAPÍTULO II

    MARCO TEÓRICO

    2.1 Antecedentes Relacionados con la
    Investigación

    Para llevar a cabo la investigación se
    tomó en cuenta los resultados de otros estudios en los
    ámbitos tanto internacional, nacional y regional que se
    relacionan con el tema y tienen presente la función que
    desempeña el docente no como dador de clases, sino que su
    labor trasciende mucho más allá del aula, al
    convertirse en autor y actor de las transformaciones educativas,
    es decir, de la acción comunitaria. En relación con
    lo antes expuesto se hacen referencia a los siguientes
    antecedentes:

    2.1.1 Internacionales

    Alarcón y Otros (1991), realizaron por iniciativa
    del Centro de Estudios Educativos Asociación Civil (CEEAC)
    en México, el
    Proyecto Nezahualpilli, el cual tuvo como objetivo desarrollar
    mediante una metodología de
    investigación–acción un Currículo de
    Educación
    Preescolar para las zonas marginales urbanas, de bajo
    costo, amplia
    cobertura y, principalmente de alta calidad con base
    en los marcos culturales de comunidades.

    Las metodologías citadas, fueron divididas en
    cuatro fases: (a) diseño del proyecto, diagnóstico situacional y
    elaboración del currículo a partir de líneas
    generales; (b) evaluación participativa del
    currículo de la que resultó un modelo
    rediseñado; (c) y (d) se refiere al proceso de
    ampliación de la experiencia y
    autogestión.

    Los resultados obtenidos hasta ahora, han demostrado que
    es posible que un currículo fuera de los marcos de la
    educación compensatoria genere beneficios a los niños,
    al participante y a sus familias. De esta forma, se propicia la
    organización comunitaria y se vincula el trabajo de
    la educación formal y no formal. Así, como
    también permitió a los niños y
    niñas, alcanzar los niveles de desarrollo convencionales
    establecidos para la educación preescolar.

    Se evidencia, entonces, que el proyecto generó un
    modelo cuyos costos de
    investigación se convirtieran en costos de
    inversión y a su vez permitió que se
    repotenciara un número indefinido de recursos para
    el trabajo
    escolar. Esto requirió que la relación
    comunidad–centro de investigación se diera de manera
    que, la primera auto-dirigiera sus procesos y la segunda fungir
    como actor de una innovadora experiencia educativa, así
    como la promoción de un docente para impulsar o
    liderizar experiencias de acción comunitaria
    convirtiéndose la escuela en un espacio con el compromiso
    denominado Escuela-Comunidad.

    Asimismo, Cariño y Dumlao (1992), en su Modelo
    Escuelas y Familias explicaron como el Sistema de Apoyo
    Pedagógico Parental (PLSS) en Filipinas, sirvió
    para mejorar y obtener óptimos resultados escolares y
    estrechar los vínculos entre las escuelas y las
    familias.

    Este programa
    innovador reconoce la función que desempeñan los
    padres en la educación de los hijos y facilita a su vez la
    colaboración de éstos para con los profesionales de
    la enseñanza. Para ello, en las escuelas se
    encargan de programar un grupo conformado por profesores y
    padres; haciendo énfasis en la formación del
    niño.

    Igualmente, en estos programas se hace especial
    hincapié en capacitar a los docentes y el director de cada
    centro en ciertas técnicas
    de gestión, así como métodos
    que permiten establecer relaciones de colaboración eficaz
    y a tomar decisiones acertadas. Además, aprenden a
    dialogar con los padres y alumnos. Se organizan también,
    seminarios con la finalidad de orientarlos para contribuir con la
    educación de sus hijos.

    Es importante aclarar que en el desarrollo del modelo,
    los padres están asociados al proceso pedagógico,
    bajo la dirección del docente. En éste se
    les indica la forma de ayudar a sus hijos en la
    realización de sus tareas, tanto en la casa como en la
    escuela. A su vez, observan el comportamiento
    de sus hijos dentro del salón de clases.

    En el mismo orden de ideas, el St. Brendan’s
    Collage (1995), en Argentina, puso
    en práctica un modelo de acción comunitaria,
    dirigido a todos los alumnos del colegio, que tiene como objetivo
    formar personas de bien, con espíritu solidario, en el que
    participaron alumnos, padres y familiares. Igualmente los
    egresados, autoridades del colegio, personal docente
    y la comunidad en general. El modelo se sustenta en una
    filosofía pedagógica, que hace énfasis en la
    formación de valores como: la solidaridad, la
    generosidad, la prudencia, la tolerancia y el
    respeto por los
    demás.

    El modelo propone, a través de distintas
    actividades, que los estudiantes vivan la experiencia de ser
    solidarios con quienes más lo necesiten. Con este mismo
    fin, se organizaron visitas a distintas instituciones, en donde
    los estudiantes del colegio prestaron su colaboración.
    Previo a esto se les preparó, explicándoles los
    detalles de qué manera iban a colaborar y cuáles
    eran las instituciones seleccionadas. Es importante destacar que
    hay diversidad de modelos
    educativos como distritos escolares hayan en un estado, ya que
    éstos se adecuan a las necesidades del
    contexto.

    Continuando con las ideas de promocionar la
    participación comunitaria, el Proyecto Internacional de
    Investigación Educativa (PROMIE) auspiciado
    por el Ministerio de Educación de la República
    Argentina (1996),
    promovió los roles que debe cumplir un docente dentro de
    la comunidad donde éste se desenvuelve, entre los que se
    pueden mencionar: (a) los docentes como agentes del proceso de
    integración escuela-comunidad, en los que deben
    identificarse con cada uno de los problemas prioritarios
    presentes en la misma; (b) deben conocer la comunidad manteniendo
    una actitud
    abierta hacia ella; (c) lograr mayor integración de los
    padres y representantes con el fin de fortalecer los aprendizajes
    de los educandos y (d) saber aprovechar los múltiples
    recursos y oportunidades que se presenten en el medio
    ambiente.

    Entre los resultados obtenidos con la ejecución
    de este proyecto, se tiene que los agentes educativos deben
    aprender a discernir con las comunidades todo y cada uno de los
    problemas que las aquejan, así como también
    analicen los resultados de los aprendizajes de los
    educandos.

    Shapiro (1997) en Ponencia sobre la Educación en
    Estados
    Unidos, plantea, que la comunidad y la educación deben
    estar estrechamente relacionadas. Cada Estado mantiene su propio
    sistema educativo en la que la mayor parte del control de la
    educación primaria y secundaria es responsabilidad de la
    comunidad, la que para efectos educativos es entendida como
    distrito escolar conformado por varios pueblos o municipalidad.
    Cada ciudad o suburbio pueden comprender un distrito
    escolar.

    El distrito escolar está en capacidad de recabar
    fondos, fijar salarios, decidir
    los cursos u ofrecerlos, seleccionar los libros de
    textos, hacer los arreglos para los comedores escolares y las
    actividades extracátedra, en fin administrar las
    actividades diarias en su plantel.

    En este sentido, el educador profesional es contratado
    por el comité educativo local que usualmente se conoce
    como junta educativa que suele estar conformada por cinco (5) a
    doce (12) miembros que representan la comunidad y no la integran
    educadores. Se aclara aquí que el trabajo realizado por
    este grupo de personas (junta educativa) no es
    remunerado.

    Se destaca también que en la educación
    primaria norteamericana hay un alto grado de participación
    de la comunidad, de las familias en la toma de decisiones y, en
    la autogestión para el logro de las transformaciones
    educativas que requiere la sociedad del distrito escolar o
    municipalidad. Por otra parte, las empresas han
    incorporado el término comunidad para desarrollar sus
    acciones y mejorar la productividad. En
    este sentido, Storck–Hill (2000), en su trabajo Knowledge
    Difusión Through "Strategic Comunities" en la que analizan
    la experiencia empresa–comunidad implementada por la
    Corporación Xerox en el año 1999 al hacer la
    transacción de un infraestructura de información tecnológica a una
    industria,
    desarrolló internamente una comunidad estratégica,
    esto consistió en un trabajo de un grupo de profesionales
    de información en centros de operaciones
    corporativas y en unidades de negocios.

    Al respecto, la corporación considera que esta
    estructura es de gran importancia para la organización en
    un mundo donde los recursos
    humanos se dispersan cada vez más y las firmas,
    necesitan elevar de forma inteligente su capital.
    Considera, también, que la
    motivación por el aprendizaje y
    el desarrollo de manera individual se hace más grande en
    la estructura comunitaria, por lo cual afirman:

    Nosotros usamos la etiqueta comunidad o comunitario,
    porque captura la esencia de responsabilidad e independencia
    de acción que caracteriza a estos grupos lo cual al mismo
    tiempo continúa la función entre los límites
    estándar de una organización grande. Asimismo,
    creemos que el establecimiento fue estratégico porque las
    actividades de sus miembros se centraron en una gran meta u
    objetivo lo cual es lograr que mas gerentes efectivos de la
    infraestructura global se integraran a la estrategia total
    de los negocios. (p.
    64)

    Se observa que la Corporación Xerox tomó
    elementos del trabajo comunitario para lograr un objetivo
    empresarial obteniendo un resultado exitoso en relación
    con la participación, la
    motivación, el trabajo en equipo
    y la identidad con
    la organización. En el campo educativo esta
    práctica debe generalizarse para lograr las
    transformaciones o cambios que requiere tanto la escuela como la
    sociedad.

    En este sentido, Cabrera y Cantera,(2002), como
    resultado de un estudio de campo con la metodología
    investigación-acción en una muestra de doscientos
    niños, niñas y adolescentes
    en compañía de sus padres, denominado: Los centros
    educativos y su entorno, en la ciudad de Barcelona
    (España), con el propósito de
    recuperar el barrio como espacio de socialización; concluyeron con una
    propuesta abierta para implicar al centro en la vida del entorno,
    tomando en cuenta que la escuela ha de estar vinculada a la
    sociedad, porque forma parte de ella y al mundo laboral, aunque
    no de forma mecánica, sino más bien preparando
    para la adaptación a los cambios, al disfrute del ocio no
    alienado y a las posibilidades de desarrollo moral de la
    persona.

    Todo lo anterior permite precisar que los antecedentes
    internacionales relacionados con esta investigación
    coinciden en destacar la importancia de la acción
    comunitaria en las diferentes situaciones que favorezcan la
    organización y ejecución de actividades que
    conlleven al logro de objetivos y metas propuestas por las
    instituciones educativas. Lo planteado sólo puede lograrse
    con el apoyo de otras instituciones del entorno conformadas por
    padres, representantes y miembros de la comunidad en general, e
    incluso existen entre los antecedentes una organización
    empresarial que ha incorporado a sus acciones corporativas el
    término: estrategias comunitarias para capturar la esencia
    de responsabilidad e independencia
    de acción al centrarse en una meta u objetivo
    particular.

    En este intercambio de acciones entre las instituciones
    educativas y la comunidad, las investigaciones
    precedentes destacan también, el importante papel que
    desempeña el docente en su rol de autor y actor en el
    desarrollo de experiencias de aprendizaje y de interacción
    a quienes participen en ese proceso.

    1. Nacionales

    Saavedra (1993), realizó una
    investigación relacionada con la vinculación
    escuela comunidad, realizado en la Escuela Técnica
    Industrial Francisco "González Guinand" en Valencia,
    Estado Carabobo, para la cual la técnica de recolección
    de datos fue la observación participativa con registro en el
    diario de campo, la entrevista,
    las grabaciones y análisis de documentos. El
    método
    utilizado fue la investigación evaluativa y el
    diseño cualitativo etnográfico que permitió
    obtener información del ambiente de la
    integración social de los miembros de la
    organización y de los aspectos que explican la conducta de los
    mismos.

    Los sujetos informantes que constituyeron la muestra
    fueron seleccionados de manera intencional, atendiendo a
    criterios necesarios y convenientes para el estudio. La
    investigación a juicio del autor; proporciona aportes en
    la solución de los problemas que presentan los programas
    de vinculación de la escuela con su entorno
    socio-cultural. Como resultado de la investigación se
    constató la ausencia de programas sociales en la
    organización estudiada, carencia de estrategias
    gerenciales para guiar las unidades técnico
    administrativas.

    Poleo (1995), realizó un estudio denominado la
    Integración Escuela Comunidad como Estrategia
    Efectiva para la Resolución de Problemas Educativos, en el
    que ejecuta una experiencia con alumnos de la Universidad
    Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), con el objeto
    de lograr el interés y
    preocupación en futuros docentes por los problemas
    comunales, orientándolos en la adquisición de
    conocimientos, habilidades y destrezas que le permitan rescatar
    la posición de liderazgo que les corresponde para
    contribuir a la solución de los problemas
    planteados.

    Dicha ejecución se realiza en tres etapas: la
    ejecución de una investigación diagnóstica,
    planificación de experiencia comunal,
    propuesta dirigida a la comunidad del instituto pedagógico
    y su relación con otros niveles y modalidades del sistema
    educativo. Como conclusión, el investigador afirma que ha
    sido positiva la experiencia a lo largo de aproximadamente siete
    años que tiene la
    administración de la propuesta, generando un proceso
    comunal que sin lugar a dudas constituye una intervención
    grupal, con la intención de lograr que el desarrollo
    comunitario se transfiera como experiencia de vida permanente a
    las comunidades que intervienen.

    Igualmente, Parada de M. (1997), en una
    investigación denominada: Plan de Capacitación Docente del Rol Promotor
    Social con las Asociaciones de Vecinos, para la Universidad
    Rafael Urdaneta, describió las funciones del rol de
    promotor social, las formas de planificación y
    determinó las necesidades de capacitación de los
    directivos de la asociaciones de vecinos que pueden ser atendidas
    por las U.E.N. "Hilarión López" y "General
    Páez" y 23 directivos de las Asociaciones de Vecinos "El
    Trapiche", "La 27" y "Araure Centro" del Municipio Araure del
    Estado Portuguesa.

    Se seleccionó un diseño de
    investigación descriptivo de campo, tipo
    diagnóstico combinando una propuesta de proyecto factible.
    Los instrumentos utilizados fueron un cuestionario a
    los directivos de las asociaciones de vecinos y otro al personal
    docente. Los datos fueron
    analizados mediante la descripción y comparación de los
    resultados basado en el análisis de discrepancia entre las
    medias aritméticas, permitiendo concluir que los docentes
    no planifican, ni desempeñan el rol de promotor social con
    la capacitación recibida. También, se
    demostró que las distintas asociaciones de vecinos no
    planifican las acciones que realizan y necesitan
    capacitación al respecto.

    Hallack (1999), en la Ponencia la Gestión del
    Sistema Educativo para Lograr una Educación Equitativa y
    de Calidad, presentada en el Seminario-Taller
    del Consejo Nacional de Educación, en Caracas,
    señala la necesidad de adoptar nuevos enfoques en materia de
    administración y gestión de la
    educación dirigida a confiar responsabilidades
    administrativas más amplias a la escuela. Esto con la
    finalidad de procurar actividades que involucren a la comunidad,
    pues la gestión efectiva se requiere donde la enseñanza y aprendizaje tiene lugar: la
    escuela y la influencia en el contexto donde ella ejerce la
    acción educativa. De tal forma que ésta logre
    involucrar a los usuarios, identificar sus demandas y anticipar
    acciones producto de
    esas interacciones. Así, las organizaciones educativas y
    sus diferentes actores podrían asumir compromisos a
    través de la acción comunitaria en la
    búsqueda del bien colectivo.

    En relación con lo antes expuesto, Picón,
    (2001) a través del Proyecto LUVE, que viene
    desarrollándose en el ámbito nacional en
    Instituciones de Educación Básica, en la
    búsqueda para mejorar la cultura de la escuela en
    relación con el entorno, y promover los cambios a partir
    de la acción del docente, presenta un trabajo denominado:
    El comportamiento
    y el cambio en las organizaciones educativas: vías para
    una investigación educacional crítica. Se aborda
    desde una perspectiva humanista, cognitivo constructivista y
    crítica, complementada con una estrategia
    metodológica de investigación-acción
    participativa, generando en una acción intencional
    definida como una Tecnología Social de
    Mediación (TSM) con la finalidad de promover el cambio
    tanto en los docentes como en la realidad que se investiga y
    avanzar desde una situación determinada hacia una
    visión compartida con relación a la misión de
    la escuela.

    2.1.3 Regionales

    Mirabal (1993), en su trabajo de investigación
    titulado "Programa de
    Asistencia Técnica a Docentes de Educación
    Básica en el Desempeño del Rol Promotor Social en
    Relación con las Técnicas
    de Trabajo Comunitario, realizado en la UPEL-IPB, en uno de sus
    resultados demostró que el mayor porcentaje de los
    docentes manifestaron desconocer dichas técnicas lo que
    impide lograr una participación activa de la comunidad en
    el proceso enseñanza y aprendizaje de los
    educandos.

    Asimismo, refiere que los docentes no toman en
    consideración la opinión de los miembros de la
    comunidad, evitando de esta forma unificar esfuerzos y
    racionalizar recursos para mejorar el desarrollo de programas
    comunitarios. Es necesario, entonces, que los educadores para
    ejercer su rol de promotor social con efectividad, manejen las
    diferentes técnicas que lo consoliden como tal, siendo
    esto un paso muy importante para convertirse en líder
    transformador.

    Por otra parte, algunas instituciones de Educación
    Superior, entre ellas la Universidad Pedagógica
    Experimental Libertador, han tomado en cuenta los procesos de
    acción comunitaria e incluyen dentro de su pensum, la
    formación comunitaria de los alumnos y en consecuencia han
    organizado eventos
    relacionados con el tema y convenios con otras instituciones que
    persiguen el mismo fin, entre los que se pueden
    mencionar:

    En el Primer Encuentro de Educación Comunitaria
    UPEL (1996), se llegó a la necesidad de evaluar los
    trabajos comunitarios y trabajar en redes de acción.
    Considerando, además, que la universidad debe evitar el
    aislamiento de la sociedad y liderizar acciones y programas que
    beneficien y enriquezcan el proceso de transformación de
    la comunidad. Igualmente, en ese intercambio se deben definir
    estrategias que influyan en la formación de los educandos
    que en un futuro serán formadores de las nuevas
    generaciones. Asimismo, en este encuentro se concluyó que
    el trabajo comunitario debe ser evaluado periódicamente.
    Finalmente considera que la universidad debe definir
    líneas de investigación en el área
    comunitaria y de esta forma contribuir a la
    sistematización y divulgación de trabajos
    científicos-sociales en esta área.

    Entre la UPEL-IPB y la Organización
    Prevención del Delito (1998), se
    ejecutó un Proyecto en la Comunidad de Nuevo Barrio de
    Barquisimeto, se trabajó con la junta de vecinos y los
    grupos culturales de esa comunidad para estimular las relaciones
    entre diferentes organizaciones y se concluyó afirmando
    que no se puede trabajar aislado.

    Individualmente Escalante (1999), en un trabajo de
    investigación doctoral para la Universidad Santa
    María, denominado Educación Participativa y
    Desarrollo Cultural en los Pueblos del Sur del Estado Lara,
    orientada por el principio de desarrollo sociocultural
    participativo sobre la base del esfuerzo compartido, realiza un
    análisis de los factores sociales y culturales de la
    cuenca alta del Río Turbio, con el fin de presentar un
    aporte teórico a instituciones, investigadores u
    organismos del Estado, interesados en los procesos culturales y
    en el desarrollo de planes educativos a favor de estos pueblos.
    Utilizó el modelo exploratorio, descriptivo y de campo. La
    población objeto de estudio fueron los habitantes de la
    Cuenca Alta del Río Turbio, la muestra fue aleatoria
    seleccionando doscientas veintiséis (226) viviendas de un
    total de catorce mil quinientas setenta (14.570) viviendas. El
    instrumento aplicado a los jefes de familias se hizo mediante un
    muestreo por
    cuotas.

    Entre los resultados obtenidos se tiene: (a) las
    personas en estas zonas tienen grandes deseos de desarrollar
    capacidades para resolver problemas; (b) hay la aspiración
    de que las comunidades sean proyectadas en el ámbito
    regional y nacional. La autora de la investigación
    mencionada propone un modelo de Educación Participativa en
    la que se involucren todos los actores que conforman las
    comunidades del sur del Estado Lara.

    Cabe destacar como aporte para este estudio el
    convenimiento entre el Fondo Único Social y la UPEL-IPB
    (2000), para auspiciar el Taller herramientas
    teórico prácticas para el trabajo comunitario como
    tarea preventiva, y concluye como reflexión principal que
    el trabajador comunitario es una persona sensible, comprometida,
    con alto valor moral,
    voluntario cuya acción en el espacio donde hace vida
    cotidiana se convierte en un agente de prevención del
    delito.

    La Dirección General Sectorial de
    Educación del Estado Lara (2000), producto de la
    reflexión durante el proceso constituyente y en
    relación con los cambios que se requieren en el sector
    educativo presentó una propuesta de un centro de
    articulación para la escuela y la comunidad. En
    éste se incorporan los entes públicos (escuelas,
    ambulatorios, bibliotecas,
    módulos policiales, institutos de educación
    superior y otros) y privados (panaderías, microempresas,
    talleres mecánicos y otros) que hacen vida en la
    comunidad. Este conjunto de actores organizados, se constituye en
    asambleas, las cuales son deliberantes para la toma de
    decisiones. Allí, se decidirá en torno a la
    organización y coordinación operativa, la cual
    tendrá apoyo legal y técnico. La figura 1, muestra
    el organigrama del
    centro de articulación escuela-comunidad.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

     Figura 1. Centro Articulación
    Escuela-Comunidad.

    Fuente: Aportes para la
    Elaboración del Proyecto Educativo del Estado Lara.
    Dirección General Sectorial de Educación del Estado
    Lara, 2000.

    Este centro no será viable sin la escuela que
    contemple tanto el aspecto formal como el extra-escolar o
    ambiental, casos en los cuales el educador está
    involucrado para promover acciones que favorezcan aprendizajes
    sociales de participación y de construcción de
    proyectos individuales y colectivos que surjan de la
    práctica escolar y desde su acción comunitaria. De
    esta forma se favorecería el rol del docente como autor y
    actor.

    Otro aporte importante para este estudio lo constituye
    el trabajo realizado por Quintero, (2002), para la UPEL-IPB, con
    la metodología de investigación- acción,
    titulado un modelo de capacitación docente en el
    área comunitaria con el propósito de desarrollar
    los proyectos pedagógicos comunitarios en diez escuelas
    básicas de los Municipios Iribarren y Jiménez en
    el estado
    Lara. Los resultados obtenidos, demuestran que los docentes
    tienen formación teórica en relación con los
    proyectos, pero éstos no se desarrollan conjuntamente con
    la comunidad.

    Al revisar los antecedentes nacionales y regionales se
    reafirma la importancia de la acción comunitaria en las
    instituciones educativas venezolanas y la necesidad de promover
    el rol del docente como generador de ideas y propuestas
    así como de su actuación para el desarrollo de
    actividades, planes y proyectos que permiten la
    interacción de la escuela con la comunidad. Esto requiere
    de una actitud comprometida de acuerdo a la misión
    definida y la visión que proyecte la institución
    hacia el entorno.

    1. Acción Comunitaria

    El hombre por
    su condición natural y en respuesta a las necesidades
    básicas busca la forma de relacionarse con otros
    individuos ubicados en un espacio geográfico determinado,
    con intereses comunes donde mantienen ciertas condiciones
    habituales libres, con instituciones de diferente naturaleza,
    diversas formas de asociación y de contactos con el
    exterior que las hace diferenciarse unas de otras en la
    resolución de sus situaciones, en la permanencia y
    evolución en el tiempo.

    Todos estos elementos constituyen una
    aproximación a la comunidad como una unidad global que
    posee la cualidad de la duración, representada en la suma
    de experiencias del hombre que se
    remontan al pasado, están en el presente y se
    perpetúan. Aunque los moradores de la misma estén
    en un continuo ir y venir a otras comunidades (comunidad de
    trabajo, comunidad estudiantil, clubes, amigos, entre
    otros).

    Así lo refiere Mac Iver (1932), cuando explica
    que la comunidad no es estática… "El joven que va de la aldea a
    la ciudad y que más tarde regresa a la aldea", no
    sólo se mueve de un tipo de comunidad a otra, sino que al
    regresar al hogar encuentra que la aldea se vuelve una comunidad
    distinta para él de cómo era antes de la migración.
    En otras palabras, la naturaleza y extensión de la
    comunidad propia es en gran parte asunto de definición
    individual, todo depende de la realidad económica, social,
    política, cultural, religiosa, geográfica y
    educativa de los individuos.

    Sin embargo, la vida colectiva del hombre implica en
    mayor o menor grado, una integración psicológica y
    moral tanto como una integración funcional. Pero
    éstas en la medida en que son distinguibles , deben ser
    consideradas mas como aspectos complementarios , que como fases o
    segmentos separados de la comunidad. Las relaciones de
    subsistencia están entrelazadas con sentimientos, sistemas de valor
    y otras construcciones ideales.

    Bronfrenbrenner (1989), considera cuatro instancias o
    grupos de factores y condiciones que rodean al individuo,
    introdujo en el desarrollo del ser humano los conceptos de
    ecología y
    destacó el fenómeno de interacción entre el
    estudiante, su medio inmediato y el ambiente social.
    Incorporó el concepto de
    mesosistemas que comprenden las interrelaciones entre dos o
    más escenarios, en los cuales la persona en desarrollo
    participa activamente.

    Para un estudiante esos microsistemas son el hogar, la
    escuela, los vecinos; las relaciones que haya entre ellos
    constituirán el mesosistema. La naturaleza de esas
    relaciones, su grado de consistencia y armonía son
    variables significativas para el desarrollo psicosocial del ser
    humano. Durante este proceso los individuos se adaptan o se
    forman para un medio social específico en el cual deben
    aprender las reglas que regulan su conducta con los demás
    miembros en la sociedad, los grupos de los que son miembros y los
    individuos con los que entran en contacto. La Figura 2 representa
    esas interacciones:

       Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Figura 2. Mesosistema. Ecology of Human
    Development.

    Fuente: Bronfrenbrenner
    (1989).

    Como se observa en la figura, los estudiantes
    están inmersos en su núcleo familiar y se van
    movilizando hacia nuevos espacios (escuela, vecinos) a cada uno
    de los cuales se le denomina microsistemas. Las interconexiones
    que tienen lugar entre esos microsistemas entre sí y con
    el educando forma una red social de gran
    significado para la maduración psicosocial de la persona
    (mesosistema).

    Además, se agrega el marco de interacción
    dado por la estructura socio-política y otros escenarios
    en los que el niño no participa pero que los eventos que
    ocurren lo afectan indirectamente, los cuales se denominan
    exosistemas y macrosistemas. El desequilibrio en estos
    últimos, repercute de manera directa en el desarrollo o
    evolución del ser humano en su
    entorno.

    Lo que ha llevado a considerar que la acción
    comunitaria debe estar fundamentada en una concepción
    holística donde el compartir la heterogeneidad, la
    bidireccionalidad en las ideas, la negociación, el consenso y el compromiso
    asumido sea representado a través de prácticas
    sentidas de democracia y
    participación que oriente a todos los sectores
    intervinientes del proceso de interacción
    educativa.

    En este marco de interacción se evidencia que la
    noción de comunidad es amplia, pero se entiende que
    sólo así puede ser aplicable a unidades de tan
    distintas características y extensión como una
    unidad religiosa que vive aislada en un convento, un barrio, un
    municipio, una organización empresarial, familiar o
    educativa a todos los ámbitos que se aplica el
    término comunidad.

    Esté (1995), define la comunidad como el orden
    concreto y
    real desde donde provienen abstractos conceptuales de vida social
    y en donde se pueden comprender y transformar las mismas acciones
    concretas. El citado autor, opina que la comunidad es un conjunto
    de individuos que comparten armónicamente un sentido
    porque tienen una historia, un ámbito y
    un conflicto
    social común que es explícito y ha sido incorporado
    al patrimonio
    perceptible de ellas. Por ello, es en la comunidad donde el
    individuo se alimenta para la creación cultural, su
    formación y conocimiento.

    Igualmente, plantea que a través de la
    interacción que se establezca entre comunidad y escuela,
    se propicia la integración entre ambas, hasta el punto de
    lograr constituirla como una sola comunidad y expresa que la
    misma permite una magnitud mayor de otra calidad distintiva: la
    subjetividad individual. La comunidad, así entendida, es
    el conjunto creado por el juego de las
    interacciones corpóreas, en espacio fisico
    cierto.

    Además de la relación corpórea,
    comienza el campo de las relaciones mediadas por los signos y
    símbolos. En estas condiciones de relaciones mediadas se
    usa frecuentemente el término comunidad, pero en un
    sentido analógico, se dice que es un conjunto humano, el
    cual presenta características similares a las que se
    encuentran en una comunidad propiamente dicha.

    1. La motivación es un aspecto básico
      dentro de la acción comunitaria. En tal sentido se
      podría destacar que las cosas más sencillas
      de la vida diaria generan en el ser humano una necesidad de
      alcanzarlas. A veces es necesario sólo un movimiento, un gesto, una palabra, una
      expresión de admiración o de angustia para
      lograr satisfacer una necesidad inmediata y otras requieren
      de más esfuerzos, perseverancia y motivación,
      en relación a las situaciones más complejas
      que implican esfuerzo concentrado, persistencia, feedback,
      que precisa de una motivación constante; de un
      esfuerzo desde el interior del ser humano que lo mantiene
      en una situación de atención y búsqueda hasta ver
      cristalizada la
      meta.

      Para Maslow
      (1943), el principio primordial de organización de
      la motivación humana es la ordenación de las
      necesidades básicas en una jerarquía de mayor
      a menor prioridad o potencia. En las personas, las necesidades
      menos potentes aparecen después de satisfacer las
      más potentes y afirma que el individuo es un todo
      integrado y organizado, significa que todo el individuo
      está motivado y no sólo parte de
      él.

      Maslow
      operacionaliza las necesidades de acuerdo con una
      jerarquía. Estas son: fisiológicas, seguridad, sociales y culturales,
      estimación, autorrealización. Las necesidades
      de nivel inferior: fisiológicas, de seguridad, sociales, disminuyen su
      intensidad cuando se obtiene la satisfacción; sin
      embargo, las de nivel superior aumentan la fuerza
      de su demanda
      a medida que se satisfacen.

      Esta jerarquización de necesidades debe ser
      tomada en cuenta por los planificadores de la
      educación para desarrollar los proyectos educativos
      en todos los niveles de la educación. En
      Educación Básica, siempre se ha partido de un
      concepto que el docente en este nivel está dispuesto
      a hacer lo que se le mande, con entusiasmo y
      dedicación, sin detenerse a considerar si este
      docente está lo suficientemente motivado para llevar
      a cabo la tarea encomendada. Es necesario una actitud de
      reflexión permanente que considere y evalúe
      la disposición para el trabajo. Siendo éste
      el espacio por excelencia donde se busca satisfacer la
      necesidad de autorrealización. Un trabajo con
      reconocimiento social, interesante y con retos por resolver
      es una fuente para el logro de esa necesidad.

      Así, un docente motivado demostrará
      un mejor rendimiento en sus diferentes tareas,
      atacándolas con confianza y entusiasmo, de esta
      forma contagiará a los que participan junto a
      él en el proceso de aprender. Será innovador
      al probar alternativamente diferentes métodos para el logro de cualquier
      objetivo o los creará al enfrentarse a la
      solución de problemas y podría organizar y
      desarrollar programas de intervención motivacional,
      motivar a los participantes dentro y fuera de la escuela
      para solucionar problemas comunes, que los afectan en un
      momento dado. Promovería encuentros e
      impulsaría la incorporación de otros miembros
      de la comunidad. Todo esto, según Flores (1996), lo
      abordaría a través de tres
      etapas: 

         Para ver el gráfico seleccione
      la opción "Descargar" del menú
      superior

      Figura 3. Proceso Motivacional.

      Fuente: Elaborado por la
      Investigadora con base a Flores (1996).

      En la primera etapa conocería las
      expectativas de los participantes y de las personas
      involucradas en el proceso (padres, docentes, gerentes,
      supervisores, líderes comunitarios, alumnos, entre
      otros) y realizaría un diagnóstico de la
      situación a trabajar de acuerdo con las necesidades
      y las conductas observadas. Todas las opiniones han de
      tomarse en cuenta para enmarcar o definir la
      situación inicial.

      En la segunda etapa de intervención se
      procedería a la administración de proyectos de
      formación que fortalezcan la
      comunicación, la motivación, la calidad y
      efectividad laboral
      y las motivaciones sociales.

      En relación con la motivación
      social, McClelland (1994), plantea que existe un grupo de
      motivaciones sociales que tienen influencia en las actitudes de los seres humanos. Según
      este autor, las motivaciones básicas son:
      motivaciones al poder, a la afiliación y al logro.
      Además, expresa que en la proporción en que
      se dan las manifestaciones de estas motivaciones en una
      comunidad, pueblo o país influye profundamente en su
      evolución, en el desarrollo de la población,
      en la manera como se forman las nuevas generaciones y en la
      economía.

      De acuerdo a las necesidades expresadas por los
      individuos, la motivación social se puede expresar
      en tres renglones:

      Para ver el gráfico
      seleccione la opción "Descargar" del menú
      superior

      En cuanto a la necesidad de poder,
      según McClelland puede tener dos vertientes
      diferentes: una cuando el poder recae en el mismo individuo
      que lo ejerce, se trata de poder personal, el cual
      podría extremarse en acciones dictatoriales. Y la
      otra, es cuando la persona motivada al poder muestra
      sensibilidad hacia sentimientos y necesidades del
      colectivo, entonces se trata del poder socializado, el cual
      debería ser ejercido por un docente en la
      acción comunitaria, donde toda su acción
      repercute en beneficio de la comunidad donde el ejerce su
      práctica pedagógica.

      Con respecto a la necesidad de afiliación,
      ésta responde a un deseo de ser aceptado por los
      semejantes o por el grupo donde un ser humano
      participe.

      En este caso el docente debería desarrollar
      habilidades para la comprensión del otro o de otros
      en función de su procedencia, oportunidades y el
      respeto a los saberes previos; lo que conduciría a
      una relación de aceptación y de apoyo mutuo
      para definir las metas de una manera cooperativa y proactiva.

      La otra motivación social que señala
      McClellan (1994), se refiere a la necesidad de logro como
      el impulso de expresarse en forma de conducta que reflejan
      aspiración interna de cada persona en
      relación a su realización o
      auto-actualización para el logro de metas propuestas
      por encima del medio establecido. Así, en las
      organizaciones educativas donde sus integrantes desarrollen
      de manera armoniosa estas tres necesidades, se
      podría encaminar a un proceso de
      transformación de las mismas.

      En lo que concierne a la promoción del rol
      del docente como autor y actor, el
      conocimiento y desarrollo de estas tres motivaciones
      planteados por McClellan, resultan de interés particular para el desarrollo
      de un modelo de acción comunitaria que incide en las
      transformaciones de las organizaciones
      educativas.

      La tercera etapa de seguimiento abriría
      espacios para la relación dialógica, la libre
      expresión de ideas, la reflexión y en
      consecuencia la autonomía de los actores y de la
      escuela.

    2. Motivación en la Acción
      Comunitaria
    3. Trabajo Grupal en la Acción
      Comunitaria

    En la acción comunitaria, también el
    trabajo grupal es un aspecto fundamental. Al respecto, Shertzer y
    Stone (1980), se refieren al grupo "como un conjunto de dos o
    más personas que entran en contacto voluntario,
    estableciendo una relación de proximidad y una
    interacción que produce cambios en cada uno de los
    individuos" (p. 30). Igualmente, a nivel de los grupos de
    aprendizaje el proceso sinérgico acrecienta su efectividad
    cuando al analizar una situación de aprendizaje se produce
    el intercambio y confrontación de experiencias que sumando
    los resultados son superiores al esfuerzo individual.

    Flores (1996), expresa que son muchos los beneficios que
    se pueden conseguir a partir del trabajo en grupo, entre los
    cuales destacan: (a) reducir la dependencia respecto a una sola
    figura de autoridad; (b)
    alentar la franca participación de ideas; (c) estimular la
    mayor participación del grupo; (d) aumentar la seguridad
    individual dentro de un grupo extremadamente competitivo; (e)
    suministrar el máximo de rendimiento en un período
    breve; (f) contribuye a asegurar un clima no
    evaluativo; (g) brinda a los participantes visibilidad inmediata
    de las ideas que se están formulando; (h) fomenta cierto
    grado de responsabilidad por las ideas entre los miembros del
    grupo, ya que han sido formuladas internamente y no impuestas
    desde el exterior; (i) tiende a ser agradable y
    autoestimulante.

    Sin embargo, es conveniente enfatizar sobre la
    formación del mediador del grupo. El docente como mediador
    del grupo es la figura central dentro del mismo. Requiere de
    formación teórica que le permite desenvolverse con
    grupos de diferentes características y condiciones, para
    establecer mecanismos de comunicación entre los colectivos de
    ciudadanos y ciudadanas y los alumnos.

    Al respecto Costa y Garmstón (1999), definen al
    mediador como uno que diagnóstica y prevé estados
    deseables para otros, constituye y usa un claro y preciso
    lenguaje en la
    facilitación del desarrollo cognitivo de otros, facilita
    una estrategia global a través de la cual los individuos
    se moverán ellos mismos hacia estados más deseados,
    mantiene la fe en el potencial para el movimiento
    continuo hacia estadios más autónomos de pensamiento y
    conductas y posee una creencia en su propia capacidad para servir
    como un catalizador autorizado para el crecimiento de
    otros.

    Por ello el campo de acción de un docente es
    bastante amplio, debe dar respuestas al ¿por qué?,
    al ¿qué? y al ¿cómo? del proceso
    educativo. A nivel macro la respuesta al por qué surge de
    la urgencia de satisfacer necesidades socioeconómicas,
    políticas, tecnológicas y culturales de acuerdo a
    lo establecido en los planes de desarrollo; el qué se
    refiere a la introducción de mejoras en el sistema
    educativo, para adecuarlo al requerimiento del país y el
    cómo, se traduce en las diversas estrategias que se
    implementan para actualizar los perfiles educacionales y
    profesionales.

    A nivel micro estas mismas interrogantes se corresponden
    con el rol que debe cumplir el docente como autor y actor en los
    diversos planes y programas de instrucción, debe ser capaz
    de analizar todos los factores que intervienen en el proceso,
    tener muy claras las metas a lograr, ayudar a identificar las
    necesidades y adaptar los contenidos a las secuencias de
    experiencias que han de producir los aprendizajes deseados,
    adaptados al entorno comunitario, lograr cambios de actitud en
    los participantes y promover el desarrollo de habilidades para
    ejecuciones efectivas.

    Así, el trabajo grupal asumido de manera
    sistemática por parte del docente autor y actor le
    permitiría participar en la selección
    y creación de componentes, prever cómo se
    desarrollará el proceso de aprendizaje, evaluar
    cooperativamente y extrapolar los resultados a la
    satisfacción de necesidades de una sociedad en continuo
    desarrollo. Estas actividades se traducirían en una
    acción mediadora. En el ámbito instruccional, la
    mediación según Picón (2000), abre un
    espacio de relación interactiva entre actores
    (docente–docente, docente–estudiante,
    estudiante-estu-diante, docente–padre y/o representante y
    docente–líderes comunitarios) que faciliten el
    proceso de aprendizaje.

    La mediación en el entorno social inmediato a la
    escuela, promueve la interacción y participación
    sistemática de padres, representantes, líderes
    comunales en la solución de problemas de la escuela o
    facilitando los procesos de aprendizaje. En el trabajo grupal la
    mediación interpersonal facilita el diálogo y
    la construcción conjunta de alternativas válidas
    para los actores en conflicto.

    De tal forma que el docente mediador, motivador es un
    actor que orienta y promueve cambios, fortalece actitudes,
    ejercita competencias e
    identifica valores que favorecen la práctica
    democrática y garantizan la autonomía
    pedagógica y gerencial de la escuela.

    2.2.3. Proyectos Pedagógicos
    Comunitarios

    Según Herrera (1994), existe un elemento
    común en las escuelas que mejoran su gestión y es
    la existencia de una identidad institucional sólida,
    compartida por todos los miembros de la comunidad escolar,
    expresada en un proyecto, implícito o explicito que les
    confiere una guía a desarrollar en las acciones escolares.
    A la vez permite la flexibilización de las escuelas en
    cuanto a la concepción de sus relaciones con la comunidad,
    el desarrollo del currículo y el rescate de la memoria
    histórica y del acervo cultural, como marco de
    interacción necesario para acercar a la escuela con su
    entorno, donde tiene lugar una confluencia de saberes que
    potencian a la organización escolar y abre espacios de
    integración con la comunidad.

    De tal forma, que los proyectos llámense
    éstos de cualquiera manera: Proyecto Escuela (PE),
    Proyecto Pedagógico de Plantel (PPP), Proyecto de Centro
    (PC), Proyecto Educativo Institucional (PEI), Proyecto Educativo
    Local (PEL), Proyecto Pedagógico Comunitario (PPC),
    Proyecto Comunitario (PC), Proyecto Pedagógico de Aula
    (PPA), Proyecto de Grado (PG), no podrían ser posible si
    existe una escuela que no flexibilice su visión acerca del
    contexto donde está ubicada, sin noción alguna del
    origen de la gente que convive en el espacio geográfico
    donde se dinamiza la acción escolar, desconociendo la
    carga cultural que poseen y desarrollan en la convivencia diaria
    y del papel de la escuela para fortalecer esa intervención
    valorando el aporte que la comunidad le entrega.

    Así, la comunidad y el Estado le proporcionan los
    insumos para su acción y la escuela cumple un proceso de
    transformación con un sistema organizativo (ver figura 4),
    que posee una visión y misión clara, innovadora,
    una gerencia
    moderna, unos roles y una estructura
    organizacional bien definida y una experticia ajustada a la
    realidad que considera el entorno que la rodea.

       Para ver
    el gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    Figura 4: Sistema Organizativo
    EscolarFuente:
    Elaborado por la autora: Estanga,
    C. con base a Alvarado, 2000.

    Alvarado,(2000), expresa que la escuela actuando de cara
    a la comunidad, estaría en el deber de transformar lo que
    ésta le provee, fortaleciendo el liderazgo, diferenciando
    que el enfoque a utilizar dentro de sus espacios, es el
    pedagógico y hacia afuera, el andragógico, para
    generar acciones de participación y acercamiento con la
    diversidad de actores claves, quienes en un proceso de comunicación abierta desarrollarán
    procesos de identificación con la escuela y hacer de
    ésta un centro del quehacer comunitario. Así
    está planteado en el Proyecto Educativo Nacional (PEN,
    1999):

    La educación que queremos como proceso integral y
    permanente tiene un espacio de concreción: la escuela.
    Pero no como la institución escolar que conocemos, sino
    como la escuela comunitaria donde se materializa la
    prefiguración de la nueva sociedad en construcción
    (p.39).

    Esta caracterización de la escuela como
    comunitaria promueve el desempeño del docente de manera
    constructiva hacia el alumno -representante-comunidad y ambiente
    local a través de la ejecución de proyectos que se
    convierten en procesos de gestión participativa en los que
    los docentes forman parte de un equipo que se informa, se forma y
    toma decisiones acerca de la
    administración pedagógica y de
    interacción de la escuela.

    Es decir, el docente se convierte en un sujeto reflexivo
    que expresa sus acciones de manera ética, que
    inducen a la crítica de su desempeño al compartir
    ideas, aceptar divergencias y aprender de su propia
    acción. Al respecto Pérez (2001), plantea que la
    escuela más que ofrecer información, debe provocar
    su reconstrucción crítica, su propia y permanente
    transformación.

    Esta transformación se manifiesta en un proceso
    de revisión y selección
    de los contenidos que se desarrollan en el aula, en el cambio de
    las estrategias tradicionalmente utilizadas en las reuniones de
    padres y representantes, y de los contenidos de los actos
    culturales y recreativos, por la organización y
    formación de núcleos sistemáticos
    representados en organizaciones no gubernamentales, cooperativas,
    comunidades cristianas, voluntariados de padres y madres o
    jóvenes entre otros y paulatinamente la escuela se
    convierte en un centro comunitario de producción cultural y organización
    de la comunidad, tal como lo expresa el autor citado.

    Esto implica la democratización en las acciones
    de la escuela, porque el resultado de la educación
    democrática se deriva de educar en democracia y a
    la escuela le corresponde la función de construir
    identidad social e individual: construir
    ciudadanía.

    En relación a la construcción de la
    ciudadanía Fe y Alegría (2001), explica la
    construcción de la ciudadanía como"el proceso de
    ser personas, de afirmarnos como seres humanos íntegros"
    (p.32). Esto debe ser comprendido como el proceso de constitución de la igualdad entre
    las personas, de sentido de pertenencia a la misma comunidad
    política donde deben existir instituciones que garanticen
    los derechos de los
    ciudadanos y espacios públicos donde puedan ejercer esos
    derechos.

    Así, la escuela como vínculo entre lo
    político y lo pedagógico, asume la
    participación como elemento clave de sus acciones
    plasmadas en los proyectos pedagógicos comunitarios y se
    convierte a través de éstas en constructora de
    ciudadanía.

    En este sentido, los Proyectos Pedagógicos
    Comunitarios, según Herrera y otros (1994),
    pretenden:

    1. Producir niveles de autonomía responsable de
    la dirección de los planteles y de las escuelas como
    equipo de profesionales al servicio del
    aprendizaje de los niños.

    2. Reforzar la gestión pedagógica de las
    escuelas, fomentando la producción de diagnósticos y de
    soluciones
    propias y adecuadas a la diversidad.

    3. Invertir la dirección de los flujos
    institucionales del sistema educativo y horizontalizar la
    relación entre los actores e instancias del Ministerio de
    Educación o de los entes centralizados.

    4. Lograr que la escuela produzca actores de cambios
    sociales y actores críticos que la conviertan a ella misma
    en una institución responsable de la producción de
    la sociedad.

    1. El Docente como Autor

    Tradicionalmente la escuela preparaba para la
    integración social, ofrecía información,
    conocimientos, valores, actitudes que se corresponden con el
    desempeño de roles sociales jerarquizados. Con el
    desarrollo industrial y económico se ha suscitado un
    cambio en la actuación personal del ser humano para
    adaptarse, no sólo por la competencia
    técnica, sino que intrínsecamente las motivaciones
    de los ciudadanos demandan una atención más individualizada. De tal
    forma que esta función de integración social de la
    escuela para reproducir y mantener el status quo, debe
    redefinirse.

    Según Tedesco (1998), es necesario un cambio de
    actitud de la familia y
    de los diferentes actores que intervienen en la formación
    de los niños y niñas para la promoción e
    integración social sobre la base del consenso que permita
    incorporar estrategias que faciliten la sistematización en
    la formación de la
    personalidad (solidaridad,
    pensamiento creativo, capacidad de resolver problemas, capacidad
    para el trabajo en
    equipo, entre otras) que no se logran con el sólo
    hecho de adquirir informaciones y conocimientos. Esto significa,
    que la escuela deberá tender a asumir
    característica de una institución de socialización. Podría definir su
    espacio en el ámbito de lo público, es decir de lo
    global y lo universal, promover el vínculo entre los
    diferentes actores, la discusión, el diálogo y
    el intercambio.

    En este nuevo papel, la escuela debe definir cómo
    promover el deseo de saber frente a la sobre información
    circulante en la sociedad y cómo formar los marcos de
    referencia para procesar la información disponible. Desde
    el punto de vista del nuevo papel que debe desempeñar la
    escuela, se hace necesario que quien asuma el rol de formador, se
    asuma a sí mismo como sujeto de la producción del
    saber y tener pleno convencimiento que el acto de enseñar,
    no sólo es transferir conocimiento,
    sino ofrecer al educando la posibilidad de la elaboración
    de alternativas.

    Es decir, el rol del docente se amplía y su
    participación en el juego social
    de las instituciones que es como se entiende la
    combinación de esfuerzos individuales, debe ser adaptada
    hasta donde lo reclamen los principios del
    desarrollo.

    De tal manera, el espacio institucional se concibe como
    un espacio donde se redefinan claramente los canales formales
    útiles a la difusión, sin desconocer los
    informales. Pero, no sólo clarificar los procesos
    comunicacionales sino también abrir la escuela a toda la
    comunidad. Es preciso desarrollar acciones que transmitan una
    cultura participativa, cuyo eje sean las actitudes y valores como
    contenidos esenciales. Una pedagogía participativa que desde la
    gestión, contribuya a definir el carácter
    del espacio institucional.

    Freire (1997), expresa: enseñar exige respeto a
    los saberes de los educandos y por eso mismo impone al profesor y
    a la escuela, el deber de respetar no sólo a los saberes
    socialmente construidos en la práctica comunitaria, sino
    también la razón de ser de esos saberes en
    relación con los contenidos. El mismo autor plantea que un
    educador problematizador es un ser democrático, quien no
    puede negarse el deber de estimular la capacidad crítica
    del educando, su curiosidad y su insumisión.

    Un educador autor es un docente que interpreta el
    libreto educativo y reflexiona sobre el mismo, hace ajustes y
    adaptaciones de acuerdo al contexto donde se desenvuelve,
    confrontando la teoría
    con las situaciones principales que se gestan en el espacio
    escolar y fuera de él, dándole importancia a las
    experiencias informales en la calle, plazas, patios de recreo,
    entre otros.

    Otro elemento importante que caracteriza a un docente
    autor es su liderazgo para coordinar acciones, asesorar a sus
    compañeros de trabajo y a otros actores claves de la
    comunidad, al igual que la asunción del compromiso con las
    actividades. Es un liderazgo creador, transformador, en el cual
    el líder no crea propiamente la norma de acción de
    la comunidad, sino que se fundamenta en la necesidad que tiene
    el hombre de
    una razón de ser, de sentir la necesidad de trascender a
    través de la superación de obstáculos para
    una mejor convivencia.

    El liderazgo es definido por Hall (2000), como "una
    forma especial de poder, puesto que involucra la habilidad, con
    base en las cualidades personales del líder, para obtener
    la subordinación voluntaria por parte de sus seguidores en
    una amplia gama de asuntos" (p.5). A su vez explica que el
    liderazgo es algo que se atribuye a la gente por sus
    seguidores.

    En las instituciones, el liderazgo no va a recaer
    exclusivamente en una persona, éste debe estar distribuido
    y potenciado; por lo que en el caso del docente, éste debe
    favorecer la iniciativa y la responsabilidad de los diferentes
    actores claves de la comunidad para que desarrollen propuestas
    constructivas que mejoren el funcionamiento de la escuela y su
    relación con el entorno, ampliando los cauces de
    participación y sentimientos de pertenencia y compromiso
    de la comunidad con los objetivos de la escuela al establecer
    relaciones con otras instituciones y grupos
    sociales con el fin de enriquecer sus efectos educativos y
    ampliar las experiencias de sus alumnos.

    El liderazgo del docente como autor no debe ser un
    liderazgo normativo sino creador, transformador. Este tipo de
    liderazgo, según Prieto (1978), no crea propiamente la
    norma de acción de la comunidad, sino que, como
    intérprete auténtico de la voluntad de ésta,
    la expresa exteriormente con el acuerdo de todos los miembros del
    grupo. Le correspondería, además, ejercer funciones
    de administración del grupo al coordinar
    actividades que permitan la participación de todos los
    miembros que interactúan en el proceso educativo.
    Así como en los diferentes diálogos o discusiones
    que se produzcan por la acción de la comunidad expresada
    en ideales compartidos que favorezcan la interdependencia de los
    actores, tomando en cuenta que las organizaciones en forma
    general, existen para lograr objetivos que son imposibles de
    cumplir si los diferentes individuos actúan por su
    cuenta.

    El desenvolvimiento de los individuos dentro de la
    organización en sí misma, implica un mecanismo de
    coordinación de acciones que favorezcan su
    integración, dinamismo y proyección, de tal forma
    que el liderazgo que se ejerce dentro de ellas, conlleva el
    desarrollo de tareas iniciales.

    Estas tareas iniciales según Selznick (1957)
    citado por Prieto, están agrupadas en cuatro
    categorías; (a) la definición de la misión y
    el papel institucional, (b) personificación institucional
    del propósito, que involucra decidir los medios para
    alcanzar los fines. (c) defender la integridad de la
    organización, es decir, los valores y las relaciones
    públicas al representar a la organización ante
    el público y ante sus propios miembros. Con esto se logra
    una proyección positiva hacia el entorno y, (d) el
    ordenamiento del conflicto producto de las interacciones entre
    los diferentes miembros internos y de éstos con otros
    actores de la comunidad.

    En las comunidades poco desarrolladas, el líder
    proporciona ideales que deben ser seguidos por ellas y a los
    cuales se adhieren los miembros del grupo. Según Prieto
    (1978), es así como el docente líder se convierte
    en un maestro creador de ideologías. De esta forma
    serían los verdaderos líderes creadores, que en
    caso de no procurar la estimulación de la función
    creadora de las comunidades, la situación podría
    invertirse sumiendo a las comunidades en un atraso.

    La función de promotor, de asesor, implica apoyar
    a otros en las acciones, porque lo consideran capaz de compartir
    experiencias de aprendizaje que permitan las transformaciones
    educativas y la renovación de actitudes, de principios, de
    normas, que no sólo transmita lo que recibe de la
    comunidad, sino que debe concederle un valor agregado para que el
    proceso de crecimiento de la formación humana no se
    estanque. Esto implica asumir compromiso consigo mismo y con el
    rol que desempeña.

    Según Senge (1993) asumir compromisos no es
    sumisión, es un valor que se elige voluntariamente y
    permite generar transformaciones, puesto que nadie puede forzar a
    otras personas a aprender si el aprendizaje
    implica cambios en las convicciones y actitudes y nuevas maneras
    de pensar y actuar.

    Así, existe una interacción inicial por
    algo que se desea hacer que podría tener su origen en la
    percepción de inconsistencias entre lo que
    debe ser y la realidad vivida dentro de una organización y
    el entorno social. Esta situación permite formular un
    propósito y ofrecer una visión clara de lo que se
    desea y el convencimiento de que esa iniciativa
    contribuirá a su mejoramiento como persona, a la comunidad
    o a la sociedad hacia una situación más acorde con
    los valores trascendentales como la unidad, la justicia, la
    paz. Esta concientización inspira un compromiso para
    llevar a cabo la visión.

    Según la Universidad Núr (1993), el
    compromiso tiene tres elementos: (a) tener la
    determinación para llevar a cabo la decisión; (b)
    tener confianza en que todo lo necesario aparecerá y que
    el poder de la visión atraerá lo necesario para
    realizarla; (c) actuar enérgicamente y con completa
    seguridad. Si se habla de la visión como una realidad
    viviente la seguridad se comunicará a otros y le
    prestarán la colaboración necesaria. Es decir, que
    en la voluntad de una persona, una organización o una
    comunidad se origina la iniciativa y es la expresión de la
    voluntad los hechos que se concretan.

    En este orden de ideas, el rol del docente como autor,
    se inspira en el fortalecimiento de un sistema democrático
    que requiera docentes aptos para la interpretación y la
    guía social a través de un liderazgo que promueva
    las capacidades de todos los miembros de la comunidad, que
    inspire a sus seguidores a trascender sus propios intereses por
    el bien de la organización produciendo esfuerzos extras
    para lograr las metas de integración escuela-comunidad,
    comunidad–escuela.

    2.3.1 Características del Docente como
    Autor

    Berger (1993), Herrera, (1994) Freire, (1997) expresan
    que la autoría del docente se manifiesta al exhibir, entre
    otras, las siguientes características:

    a) La producción y comunicación
    sistemática del conocimiento.

    b) Promoción de ideas.

    c) Comprometido con la visión, misión y
    valores de la organización educativa.

    d) Auspicio del liderazgo en la comunidad (planea,
    coordina, direcciona y acompaña el proceso de
    transformación de las organizaciones).

    e) Respeto a los saberes socialmente construidos en la
    práctica comunitaria con que llegan los educandos y sus
    familiares a la escuela.

    f) Facilita una estrategia global a través de la
    cual los individuos se moverán ellos mismos hacia estados
    más deseados.

    g) Mantiene la fe en el potencial para el movimiento
    continuo hacia estudios más autónomos de
    pensamiento y conductas.

    h) Posee una creencia en su propia capacidad para servir
    como un catalizador autorizado para el crecimiento de
    otros.

    i) Compromiso con niños, jóvenes y padres
    de la comunidad.

    j) Utiliza la reflexión como mediadora
    instrumental de la acción y construcción de las
    experiencias.

    k) Promueve la desalienación, la concientiza a
    través de la práctica docente
    crítica.

    l) Busca la formación permanente.

    2.4 El Docente como Actor

    El docente como actor realiza acciones para lograr la
    integración escuela–comunidad. Al respecto Argyris y
    Schön (1978), definen la acción como "un proceso de
    cambio de estado constituido por conductas que pueden ser
    analizadas de acuerdo a la orientación hacia fines, que
    tienen lugar en situaciones específicas, se hallan
    normativamente reguladas y consumen energía, esfuerzo y
    motivación". (p. 75)

    Los autores citados expresan que los fines u objetivos
    de la acción son estados anticipados hacia los cuales
    dirige el actor o actores su conducta en situaciones concretas.
    El actor es un sistema empírico de acción,
    individuo o colectividad como unidad social, que constituye un
    punto de referencia para el análisis de los modos de su
    orientación y de sus procesos de acción con
    respecto a los objetos.

    Entendiéndose por objeto todo aquello que
    proporcione posibilidades y alternativas e impone limitaciones en
    los modos de gratificación de las necesidades y logros de
    los objetivos del actor o de los actores. Los objetos pueden
    estar representados por metas, recursos, condiciones, medios,
    obstáculos o símbolos apreciados o no; tener
    diferentes significaciones para diferentes actores y orientar la
    acción de los mismos.

    En cuanto al desenvolvimiento del actor en la comunidad,
    la visión del desarrollo local se plantea como un proceso
    de transformación de la sociedad, caracterizada por una
    expansión productiva de los actores locales para el logro
    de un mejoramiento de la calidad de
    vida. De esta forma, los actores locales se convierten en
    fuerza capaz de exigir, construir, reconstruir y conquistar la
    satisfacción de necesidades.

    El docente, como actor local en el ámbito de una
    comunidad específica delimitada en un espacio
    geográfico, genera procesos organizativos en los cuales
    los miembros de las comunidades pueden hacerse actores y negociar
    en función de sus intereses y desarrollar planes
    formativos que les proporcionen herramientas para el
    diseño, formulación y ejecución de
    proyectos, además de asumirse como poder local.

    Montero (1996), expresa que asumirse como poder local
    para las comunidades, es su fuerza de expresión,
    proposición, presión y
    negociación. Además, esta misma
    autora plantea que el privilegio local no lleva a ignorar lo
    nacional. A este nivel se convierte en prioridad el responder a
    políticas que den un marco legal y legitimen las
    iniciativas locales. Trabajar a nivel global, es trascender de lo
    local hacia propuestas y acciones más generales, es
    proyectar la fuerza lograda en las comunidades para influir en
    ámbitos más amplios de la sociedad o del
    país.

    En cuanto a la institución escolar como espacio
    de participación comunitaria, el docente actor no debe
    limitarse sólo a las propuestas emanadas del Ministerio de
    Educación, Cultura y Deportes, en relación al
    cumplimiento de objetivos muchas veces desencarnados de la
    realidad del niño o niña; objetivos que tienden a
    la reproducción y no a la producción
    del conocimiento, sino que debe estar abierto a leer la realidad;
    a asumir en equipo los problemas de la escuela y de la comunidad
    en la cual está inserta en concordancia con los problemas
    del barrio en general y del país.

    De tal forma que los proyectos educativos no
    estén aislados ni reservados sólo a un grupo
    privilegiado del sector, sino que el docente guíe a los
    demás actores en la búsqueda de caminos para el
    mejor desarrollo del proceso formativo y el crecimiento de la
    comunidad a través de la participación. En el
    desarrollo integral, la participación, según
    Verbeek (2001), es un proceso activo en el cual las personas
    tienen libertad de
    compilar y reflexionar sobre su propia realidad,
    involucrándose y responsabilizándose por realizar
    cambios concretos hacia el desarrollo de su comunidad", es un
    proceso largo y específico de cada comunidad, pero
    la meta es
    similar: que la gente llegue a ser capaz de reconocer y resolver
    sus propios problemas.

    Posada (1997), plantea que la participación como
    conquista en la práctica de los sectores populares
    subordinados significa no sólo tomar parte en aquello que
    las clases dominantes conceden, sino que tiene una
    connotación más fuerte, activa, práctica: es
    una conquista, una lucha, por derechos a veces negados por mucho
    tiempo. La participación puede ser entendida como una
    construcción de ciudadanía. Se construye, se
    desarrolla a través de un número de pequeñas
    acciones en la vida cotidiana educativa.

    El
    conocimiento de las carencias y de las necesidades sentidas a
    partir de las cuales se definen prioridades para la distribución de recursos, deben ser
    producto del diagnóstico participativo y en consecuencia
    derivar en planes y proyectos colectivos para conquistar los
    bienes que le
    corresponden como comunidad.

    Sobre la base de la participación de los
    diferentes actores de la comunidad educativa se
    construiría un programa de gestión de la escuela
    que contemple una propuesta pedagógica y administrativa
    producida colectivamente, estableciendo un compromiso
    programático. La gestión democrática de la
    escuela tiene un carácter
    pedagógico, tanto en la democratización de las
    relaciones cotidianas como en su incidencia en el proceso global.
    Esto se traduce en una escuela que se transforma en espacio
    permanente de experiencias y práctica de la
    democracia.

    La participación se enseña en un
    currículum oculto; la escuela crea o no un ambiente
    participativo que se vive en la cotidianidad a través de
    las interacciones. La participación ciudadana y el control
    público de la gestión es el producto de la
    interacción de múltiples actores, en la cual la
    educación juega un rol fundamental en relación a su
    potencial para inducir nuevas formas organizadas de acción
    en el ámbito laboral y de las relaciones sociales que se
    expresan en una ciudadanía civil políticamente
    activa, es decir, socialmente responsable.

    Según el programa de las Naciones Unidas
    para el Desarrollo (PNUD 1999), este proceso de reordenamiento
    institucional recibe el nombre de descentralización y debe incorporar a las
    gobernaciones y alcaldías, como entes que están
    llamados a crear las condiciones para incentivar la
    participación en lo que atañe a la programación y la ejecución de su
    gestión, esto implica compartir el manejo descentralizado
    de los recursos con los sectores públicos no
    gubernamentales (ONG,
    asociaciones de vecinos, asociaciones civiles de las
    instituciones educativas, entre otros.), de esta manera integrar
    y fortalecer programas que proporcionen el voluntariado
    comunitario en los diferentes servicios y
    crear espacios de interacción entre las distintas
    instancias para articular la relación gobierno–sociedad
    civil.

    Estas condiciones ideales de cooperación son las
    que harán posible la actoría del docente en la
    comunidad al erigirse como valor fundamental la
    participación en el proceso de coordinación de
    acciones para la producción de bienes y
    servicios.

    A tal efecto, es especialmente útil establecer
    relaciones de comunicación con líderes formales e
    informales de las diferentes organizaciones, quienes pueden
    proporcionar a otros miembros información importante
    acerca de la operación, condición presente y
    acciones futuras de las instituciones. Así, podrían
    ayudar a dirigir actividades en las organizaciones
    burocráticas en vez de verse manipulados por
    ellas.

    La
    comunicación garantiza la interrelación, la
    adopción
    de acuerdos y el trabajo colectivo. Montero (ob.cit.), explica
    que dependiendo de la relación que se produzca se pueden
    diferenciar tres niveles o formas de comunicación:
    información unidireccional, información
    bidireccional y comunicación dialógica.

    La información unidireccional es una manera de
    comunicación en la que generalmente hay una persona que
    todo lo sabe o es la única que maneja los medios para
    lograr los objetivos, tiene todas las respuestas y no toma en
    cuenta lo que la comunidad, o las otras personas, puedan
    aportar.

    También, se produce cuando se elaboran los planes
    sin haber entrado en un diálogo, con aquellos que de
    alguna manera se van a ver involucrados en los proyectos que se
    implementen. La información bidireccional lleva a gran
    diversidad de propuestas en un mismo espacio social y al choque
    entre los grupos y las personas que los impulsan que dificultan
    la acción colectiva.

    La comunicación dialógica es el proceso
    que permite el diálogo, la reflexión y el
    análisis colectivo. En este nivel de comunicación
    todos son receptores (reciben), transmisores (llevan) y emisores
    (envían) de mensajes. Las acciones se deciden sobre la
    base de las opiniones de todos. En el caso de los proyectos hay
    diálogo cuando además de informarle a la comunidad
    lo que se hace, se oyen sus opiniones, se toman en cuenta sus
    necesidades y costumbres para planificar las acciones.

    Al asumir una actitud dialógica se incentiva la
    participación en el desarrollo local, porque en la medida
    que la gente se sienta tomada en cuenta y valorada se integra a
    los proyectos, exige rendición de cuentas y
    devolución de información de manera organizada y
    sistemática.

    La devolución sistemática según
    Fals Borda (1981), es una técnica mediante la cual se
    enriquece el conocimiento de la realidad y devuelve de manera
    ordenada información, materiales
    culturales e históricos regionales o locales según
    el nivel de desarrollo político y educativo de los grupos
    de base con quienes se realizan las actividades de
    investigación o de desarrollo de proyectos en una
    comunidad. El docente o los mediadores de los grupos
    podrían iniciar con folletos, estilos, comics, bien
    ilustrados y sencillos. Luego ir añadiendo materiales
    audiovisuales, filminas, transparencias, grabaciones, conjuntos
    musicales y obras de teatro que
    permitan la expresión y reflexión del trabajo
    realizado.

    La devolución sistemática permite
    dinamizar la acción del docente en su relación con
    la escuela y la comunidad que garantiza abrir posibilidades para
    las transformaciones y la formación de nuevos
    conocimientos.

    Partes: 1, 2, 3

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter