Desarrollo Humano y Cambio
Educativo
El siglo XIX fue el siglo del "oro amarillo"; el siglo
XX el del "oro negro": el siglo XXI se ha anunciado como el del
"oro gris", en alusión al papel de los
conocimientos, la información y la inteligencia.
Quiénes tengan el control de esos
bienes
generados por el "oro gris", afirma Agustín Lage (2003),
(21,2) podrán acceder al desarrollo
económico social, incluyendo el proceso de
creación de nuevos conocimientos.
Estas y otras razones como la
Globalización Neoliberal, que ha calado hasta los
huesos a la
sociedad
capitalista y hace que, el
conocimiento, las Ciencias y la
Tecnología, sean apreciados ante todo como
mercancías, que alcanzan un alto valor, no solo
por "el tiempo de trabajo
socialmente necesario invertido en ellas", son analizadas en el
presente trabajo.
Estas reflexiones sirven de base para valorar las
raíces del cambio
educativo que se opera a escala global y
en Cuba, y
sobre todo encontrar su influencia en el desarrollo de
la ciencia y
la tecnología.
Se parte de aspectos más generales que
representan el contexto que condiciona el proceso de
cambio y se llega a la
ilustración del impacto que producen esas relaciones
económicas, políticas
o científicas en los países subdesarrollados. Se
concluye con una reflexión sobre las razones y esencias de
las reformas en marcha en nuestro país.
Las fuentes
esenciales utilizadas son los autores que desde la perspectiva de
los estudios de Ciencia y
Tecnología han valorado las regularidades del proceso
de cambio de la sociedad actual.
También se utilizaron informes y
valoraciones realizados por organismos internacionales de las
Naciones
Unidas.
"Hasta hace pocos años, la concepción
predominante acerca del desarrollo
humano, se sustentaba básicamente en indicadores de
orden económico, como el Producto Interno
Bruto (PIB)
percápita, a partir de la maximización de la
riqueza (material) como ideal del bienestar y la calidad de
vida.
Hoy resulta incuestionable que el aumento del potencial
económico de un país no siempre se corresponde con
el enriquecimiento de la vida humana y con las opciones que
tienen las personas para satisfacer sus necesidades, alcanzar la
plenitud y participar activamente en el quehacer
social,"
En el marco de esta problemática, el Programa de las
Naciones Unidas
para el Desarrollo
(PNUD) introdujo en el Informe sobre
Desarrollo
Humano elaborado por primera vez en 1990, la modalidad de
medir el Índice de Desarrollo Humano (IDH) a partir de la
combinación de tres indicadores:
esperanza de vida (nivel de salud); logros educacionales
(alfabetización de adultos y años de
escolaridad)
Ello significó un importante viraje respecto a
los enfoques previos e implicó profundas redefiniciones
desde un nuevo paradigma de
desarrollo humano sostenible, centrado en la aspiración de
lograr una mejor calidad de vida
para el ser humano a escala individual
y social, potenciando la equidad, el protagonismo, la solidaridad, la
democracia, la
protección de la biodiversidad
y los recursos
naturales de nuestro planeta, el respeto a la
pluralidad cultural y étnica, entre otras significativas
reivindicaciones.
"El desarrollo humano sostenible es el desarrollo que
no sólo suscita un crecimiento
económico, sino que también distribuye
equitativamente sus beneficios; que regenera el medio ambiente
en lugar de destruirlo; que fomenta la autonomía de las
personas en lugar de marginarlas. Es un desarrollo que otorga
prioridad a los pobres, que amplía sus opciones y
oportunidades y que prevé su participación en las
decisiones que afectan sus vidas. Es un desarrollo que
favorece a los seres humanos, favorece a la naturaleza,
favorece la creación de empleos y favorece a la mujer".
(PNUD 1994) .
La calidad de
vida representa un concepto medular
de esta propuesta y se le entiende en el sentido de la
realización de las posibilidades de satisfacer las
necesidades básicas o de supervivencia (subsistencia,
protección, entendimiento, participación, ocio y
recreación), así como otras
igualmente importantes, por cuanto hacen la existencia más
rica, plena, digna y feliz.
Los estudios sobre desarrollo humano con el enfoque
antes apuntado, son relativamente recientes, pero existen
antecedentes de valoraciones realizadas desde una óptica
estrictamente económica, según los intereses de los
dirigentes de la economía local o
empresarial. Estas investigaciones
tienen gran valor para
realizar los estimados de la evolución de la sociedad y la posible
tendencia de su cambio. El mayor provecho lo sacan los Estados
que para diseñar su estrategia se
apoyan en tales reflexiones y pronósticos.
Se destaca entre los autores Gunnar Myrdal, Premio Nobel
de Economía,
que ha demostrado que los países subdesarrollados
están sometidos a un círculo vicioso de pobreza del que
difícilmente podrán salir según su enfoque
fatalista, pues la tendencia es a que la brecha se incremente en
relación con los países desarrollados. Afirma
además, que el dominio de la
economía Mundial por los ricos es tan abrumador, que
determina incluso la ideología de los organismos
internacionales, que tratan de cambiar las cosas.
El cálculo
general realizado por el PNUD, sobre los resultados del
Desarrollo Humano para el año 2001 sitúa a
Canadá, Suiza, Japón,
Suecia Noruega, Francia,
Australia y Estados Unidos en
los lugares del 1 al 8. Cuba aparece
en el lugar 47 y entre los más alejados aparecen Guinea en
el 172, Afganistán en el 173 y Niger en el 169.
Aunque el análisis tiene gran valor por las razones
antes señaladas, contiene un enfoque reduccionista porque
sigue señalando como indicador fundamental, el PIB
percápita. Este tipo de enfoque fue criticado
recientemente por Osvaldo Martínez (2002), al valorar los
resultados económico-sociales de Cuba en el año
2002. Señaló el autor que: "El crecimiento
económico es necesario e importante, pero más
importante es que crezcan bienes,
servicios y
valores
culturales para levantar y dignificar la condición humana,
no para envilecerla" . Y añadió que en
países como Estados Unidos
contribuyen a engrosar el PIB hasta la construcción de prisiones, como
manifestación de la inconsecuencia de la metodología que se sigue. En el caso de
Cuba solo creció un 1,1% en el 2002, pero ese
pequeño crecimiento económico significó un
importante desarrollo social
pues la población se benefició con las
inversiones
realizadas en los nuevos Programas de la
Revolución, como las Escuelas de
Trabajadores Sociales, el Curso de Superación Integral
para Jóvenes, el Canal Educativo, etc.
A manera de ilustración señaló que
Perú creció 4,5 %, la más alta de América
Latina; sin embargo se manifiesta una gran incongruencia pues
la situación social empeoró y la mayor parte de los
beneficios pasaron a manos extranjeras o del sector más
rico de esa nación.
El PIB percápita o renta nacional
percápita situó en 1996 según el PNUD a
Luxemburgo (29 510 dólares estadounidenses), Estados
Unidos (24 750), Suiza (23 620), Emiratos Arabes (23390), entre
los cinco primeros; en el lugar 125 a Ruanda (sólo 260),
Burundi en el 126; (660) y Etiopía 128 (380.
La renta nacional per cápita es una de las formas
más comunes para estimar el nivel de vida de un
país y consiste en dividir el producto
interior bruto (PIB) por la población, estableciendo así el PIB
per cápita. Si la población crece a una tasa menor
que la del PIB, el nivel de vida está aumentando. Si la
población crece más deprisa que el PIB el nivel de
vida disminuye. Pero el PIB per cápita, al ser una media
aritmética, no permite ver la distribución de la renta entre la
población. Por ejemplo, en algunos países
latinoamericanos la riqueza está concentrada en manos de
una pequeña minoría, y la amplia mayoría de
la población no tiene ingresos y
sobrevive con una agricultura de
subsistencia.
Para comparar el PIB per cápita entre
países es necesario dar estas cifras en una única
unidad monetaria, como por ejemplo el dólar
estadounidense, lo que permite hacerse una idea aproximada de las
diferencias en el nivel de vida entre países. Una de las
desventajas de utilizar este método
para comparaciones internacionales es que no tiene en cuenta el
coste de la vida de cada país. Por ello, muchos analistas
prefieren comparar el nivel de vida entre países
utilizando la Paridad del Poder
Adquisitivo (PPA), que tiene en cuenta la cantidad de bienes y
servicios que
se pueden adquirir en un país con el PIB per cápita
dado en moneda nacional. Las estimaciones de la PPA suelen
mostrarse según una escala que va de cero a 100, siendo
100 la PPA existente en Estados Unidos. Las diferencias entre
países que se obtienen utilizando uno u otro método (el
PIB per cápita o la PPA) varían mucho dependiendo
de qué países se estén comparando. Por
ejemplo, al margen del indicador que se aplique, los niveles de
vida de Australia y del Reino Unido representan las tres cuartas
partes del nivel de vida de Estados Unidos. Sin embargo, el PIB
per cápita japonés es un 20% superior al
estadounidense, mientras que la PPA en Estados Unidos es un 18%
superior a la de Japón.
Otro indicador importante del desarrollo humano es la
esperanza de vida al nacer. Esperanza de vida, media o promedio
de años de vida que una persona puede
vivir según su año de nacimiento.
La esperanza de vida constituye un indicador del nivel
de vida y se tiene en cuenta para determinar el índice de
desarrollo humano (IDH) de la ONU. En los
países más pobres la esperanza de vida se
sitúa entre los 40 y 50 años; es el caso de
más de 20 países del África subsahariana. En
cambio, en casi todos los países que pertenecen a la OCDE
es de al menos 75 años.
Por lo general, en cada país se estudian tres
parámetros: la esperanza de vida de toda la
población, la de los hombres y la de las mujeres. En la
actualidad, en casi todos los países del mundo las mujeres
viven más tiempo que los
hombres, diferencia que en los países desarrollados puede
suponer 6 o 7 años.
"En 1995 la esperanza de vida de toda la
población era en los países Iberoamericanos era:
España
77, Costa Rica 76,
Cuba 75, Chile 74,
Puerto Rico 73,
Argentina y
Panamá
72, México y
Venezuela 71,
Paraguay 70,
Colombia y
República Dominicana 69, Ecuador 68,
Honduras 67, Perú, Nicaragua, El Salvador y Brasil 66,
Guatemala 64 y
Bolivia 59
años." Los índices de mortalidad infantil y
materna, también sirven para evaluar el desarrollo humano.
Africa aparece
como la de más altas tasa desfavorables, al igual que el
Oriente Medio, con más de 100.
¿Cómo asegurar que las personas participen
efectivamente en las diversas esferas de la actividad
económica, política y cultural?
Que tengan las oportunidades para vivir dignamente y desarrollar
sus capacidades; que puedan elegir y adquieran poder sobre
sus vidas, en armonía con los valores e
intereses individuales y sociales?
Un enfoque que en la actualidad ha ganado significativo
consenso parte de comprender la Educación como un
proceso que satisface necesidades humanas importantes, por cuanto
permite responder a nuestras demandas de subsistencia, de
participación en la vida social, económica,
cultural y política, de
autorrealización, de creación, de entendimiento
mutuo con las demás personas, entre otras, pero la
respuesta a tales demandas es una signatura pendiente para la
mayoría de los países subdesarrollados.
Ciertamente, la educación es una
condición indispensable – aunque no suficiente por
sí sola – para el desarrollo y el mejoramiento de la
calidad de
vida. La
educación constituye un satisfactor de necesidades
humanas, pero es sobre todo, un derecho amparado en la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
Por tanto, las políticas
en este campo deben asegurar, como se plantea en el Reporte de la
Comisión Internacional sobre Educación para el
Siglo XXI, el doble objetivo de la
Calidad y la equidad, lo que se vincula en última
instancia con profundos cambios socio estructurales y con el
problema de la justicia
social.
Al mismo tiempo, el reporte de la UNESCO ya citado
considera que las necesarias transformaciones han de fundarse en
tres funciones
primordiales a ser potenciadas por la educación: la
adquisición, actualización y utilización de
los conocimientos. En efecto, el desarrollo de la sociedad de la
información ha conducido a la vertiginosa
producción y renovación de la
ciencia y la
tecnología, lo que exige que las personas sean capaces de
obtener, seleccionar, procesar y aplicar esos grandes
volúmenes de datos con vistas
a su desempeño exitoso en los diversos espacios
sociales.
"El desarrollo científico y tecnológico,
es uno de los factores más influyentes en la sociedad
contemporánea. La Globalización Mundial, polarizadora de la
riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las
fuerzas productivas que la ciencia y
la tecnología han hecho posibles. Los poderes
políticos y militares, la gestión
empresarial, los medios de
comunicación masiva, descansan en gran parte sobre
pilares científicos y tecnológicos, También
la vida del ciudadano común, está notablemente
influido por los avances tecnocientíficos" Así
inicia su libro "La
Ciencia y la
Tecnología como procesos
sociales", el doctor Jorge Núñez Jover, que se ha
convertido en el texto
básico de los estudios de CTS en las Universidades
cubanas.
Sin embargo un poco más adelante revela que la
inversión en I+D en las condiciones
actuales de los países capitalistas, no hace sino ampliar,
la brecha entre pobres y ricos; entre el Norte y el Sur, pues los
países desarrollados, que controlan el 75,8 % de las
patentes (1996); casi 2 millones de ingenieros y
científicos de los 4,4 millones del mundo y 67 % de las
publicaciones científicas (Daniel Gil 1998) (13) y
Núñez Jover 1999) (26); reproducen y amplían
el círculo vicioso y hacen más tenebroso el futuro
de los pobres (y de los ricos).
El incremento del papel del
conocimiento
científico en el desarrollo social
tiene dos tendencias predominantes. El primero parte da
considerar que la Ciencia y la Técnica constituyen el
centro del desarrollo humano y de ella se derivan las posibles
soluciones a
todos los problemas
actuales. En realidad esta tendencia es dirigida por los
países más poderosos económica y
políticamente que han impuesto las
normas del
capitalismo
salvaje Neoliberal. De esa fórmula derivan una
visión utilitaria exagerada con manifestaciones de
practicismo y egoísmo en la solución que proponen a
los males sociales.
El segundo enfoque es diametralmente opuesto al primero
y ubica en primer plano también la necesidad de la
integración, pero basada en los
sentimientos de solidaridad
(globalización de la solidaridad), o al
menos de respeto y
equidad, como condición para que se promueva la integración
económica, política y
científico-técnica.
Kedrov, B (1992) en "Lenin y las Revoluciones
Científicas", ofrece un enfoque de gran valor
metodológico al explicar lo necesario que resulta el
sistema
educacional para potenciar el desarrollo científico al
dotar a la sociedad de los recursos
humanos necesarios, pero aclaraba que se precisan
además otras condiciones sociales, ya que la
educación por si sola no produce desarrollo
científico ni social. La concepción lineal del
desarrollo, según la cual los avances de la Ciencia y la
Técnica producen desarrollo social, ha quedado demostrada
su falibilidad pues aquellos gobiernos que han incrementado sus
inversiones en
ese rubro descontextualizándolo de las relaciones
sociales, solo han obtenido escasos avances, y muy poco
desarrollo humano.
POBLACIÓN
Según las estimaciones de las Naciones Unidas, la
población mundial alcanzó los 6000 millones en 1997
y aumenta cada año en más de 90 millones de
personas. El índice de crecimiento (1,7% anual) se
encuentra por debajo del máximo 2% anual alcanzado en
1970. Sin embargo, no se espera que el incremento anual absoluto
comience a decrecer hasta después del año
2000.
PRESENTE Las estimaciones de la población
mundial antes de 1900 se basaban en datos parciales,
pero los investigadores coinciden en que, en general, el
crecimiento medio de la población se acercó al
0,02‰ anual. El crecimiento no era constante y variaba en
función
del clima, producción de alimentos,
enfermedades y
guerras.
A partir del siglo XVII, los grandes avances del
conocimiento
científico, la agricultura,
la industria, la
medicina y
la
organización social hicieron posible que la
población creciera de forma considerable. Las máquinas
fueron sustituyendo poco a poco la mano de obra humana y animal,
aumentando lentamente el
conocimiento y los medios para
controlar las enfermedades. La
población mundial se quintuplicó en 300 años
(pasando de 500 millones en 1650 a 2.500 millones en 1950) y el
crecimiento fue más espectacular en las regiones donde se
inventaron y aplicaron nuevas
tecnologías.
Hacia 1950 se inicia una nueva fase en el crecimiento de
población. Se logra controlar parcialmente el hambre y
algunas de las enfermedades que más incidían en la
fluctuación incluso en zonas que no habían
alcanzado todavía un alto nivel de escolarización o
que no estaban tecnológicamente desarrolladas. Las causas
de este cambio fueron el bajo coste de importación de vacunas,
antibióticos, insecticidas y variedades de semillas de
alto rendimiento. Al mejorar la red de abastecimiento de
agua, las
instalaciones de alcantarillado y las redes de transporte,
aumentaron las cosechas y disminuyó de forma notable el
número de fallecimientos por enfermedades infecciosas y
parasitarias. En la mayor parte de los países más
desarrollados, la esperanza de vida al nacimiento pasó de
35-40 años en 1950 a 61 años en 1990. La
rápida disminución de fallecimientos en una
población con altos índices de fertilidad hizo que
muchos países en vías de desarrollo alcanzaran un
índice de crecimiento anual superior al 3,1%,
índice que duplicaría la población en
veintitrés años.
La FAO cifra en 2500 calorías, la ración
energética suficiente para un ser humano en un día.
Sin embargo en el llamado Cuerno Africano (Etiopía) es de
solo 720 como promedio y la zona Subsahariana h asido declarada
de hambre endémica o aguda.
En 1990 había una población de 1.200
millones de personas en los países desarrollados y de
4.100 millones en los países subdesarrollados del mundo.
Más de la mitad de la población mundial habita en
el este y en el sur de Asia, destacando
China con
más de 1.200 millones de habitantes e India con 880
millones. Europa y los
países de la antigua URSS representaban el 15%, América
el 14% y África el 12% de la población
mundial.
Los diferentes índices de crecimiento regional
alteran sin cesar estos porcentajes. La población de
África se duplicará para el 2025, mientras que la
población del Sureste asiático permanece casi
constante y la de Latinoamérica crece a un ritmo fuerte
aunque desigual; las demás regiones, incluida Asia oriental,
disminuyen de forma considerable. Para el 2025 se estima que el
porcentaje relativo a los países desarrollados actuales
(23% en 1990) descienda al 17%. El 90% de los nacimientos
actuales tiene lugar en los países menos
desarrollados.
En este proceso, el índice de crecimiento de las
áreas urbanas duplica el índice de crecimiento
global de la población. En 1950, el 29% de la
población mundial vivía en áreas urbanas; en
1990 esta cifra era del 43% y para el año 2010 se estima
que aumentará a más del 50 por ciento.
Esa migración
a las ciudades conlleva una importante disminución del
número de personas que vive en el campo, es decir,
índices de crecimiento negativos en las áreas
rurales. En los países menos desarrollados, el
rápido crecimiento de la población mundial ha
diferido este fenómeno aplazándolo hasta las
primeras décadas del siglo XXI. La previsión para
América
Latina es que en el año 2020 más de 300
millones de niños
vivan en las ciudades.
Otro problema agudo es el referido a la situación
medioambiental.
El desigual desarrollo industrial del Norte, que consume
el 80% de la energía mundial, y el Sur con solo el 20%, ha
ocasionado el deterioro del medio ambiente, por
el efecto contaminante de las industrias y la
destrucción de una buena parte de los recursos
naturales de los países subdesarrollados. Mientras que en
el Norte existe un sobreconsumo despilfarrador, el sur vive en
estado de
supervivencia.
La Cumbre de la tierra en
1992, en Río de Janeiro lanzó un Grito de Alerta,
para salvar al hombre. "La
inestabilidad medioambiental está conduciendo a problemas
económicos y sociales ante el dilema de medioambiente o
empleo y
supervivencia. La destrucción de la fauna
acuática ha alcanzado un nivel alarmante. Costa de Marfil
que solo exporta recursos
forestales, recibe 30 millones de dólares por cada 300 que
vende. El Worldwatch Institute de Estados
Unidos ha señalado que una pesca a
ultranza, una tala indiscriminada y una extracción sin
protección de aguas subterráneas, ponen en peligro
a más de la mitad de la población
mundial.
Todo ello da razones para hacer más necesario el
enfoque del desarrollo humano como desarrollo
sostenible.
Por si fuera poco el peligro, se incrementa la
utilización de la fuerza en las
relaciones
internacionales; la guerra como
forma de la política, se impone en la mayoría de
los conflictos con
una dirección en la que ha predominado, la
falta de interés
por mantener la paz y proteger a los seres humanos.
Aunque las fuerzas motrices del desarrollo humano
consideramos que están en la economía y la
utilización racional de los adelantos más novedosos
de la Ciencia y loa Tecnología, no se debe subestimar el
rol de la Educación en las perspectivas de cambio y
mejoramiento humano.
Los graves problemas económicos mencionados no
pueden resolverse sin una concepción formativa que de
respuesta a ese empeño.
Los desafíos educativos de la última
década de este siglo imponen la dimensión humana
del desarrollo, la formación de las capacidades humanas y
cómo son empleadas por los individuos. Tanto es así
que, internacionalmente se acepta que el modelo
necesario de escuela se
caracteriza por tener confianza en el ser humano y sus
posibilidades y por formar hombres comprometidos,
críticos, creativos, forjadores de su propio destino y de
la comunidad en que
vive.
El desarrollo integral del hombre debe
tener en cuenta los componentes del organismo social que
actúa de manera directa o indirecta en la formación
de su personalidad,
la influencia de la tradición nacional, las
particularidades de la sicología social así como
los factores económicos que pueden incidir en su
formación. A partir de la Declaración de Jomtien,
en relación con las necesidades básicas de aprendizaje, se
redimensiona el concepto de
desarrollo humano y se hace más integral al tener en
cuenta a la educación como un satisfactor de carácter
interno, consustancial a la esencia del ser humano, que puede a
su vez ser inducido y potenciado de forma externa. O sea, se
concibe a la educación como exploración y como
búsqueda constante de conocimientos y desarrollo y puede
potenciar un proceso intrínsecamente generador de
transformación y de vida consustancial al desarrollo
humano.
Por ello, no debe asombrar que en el informe a la
UNESCO de la Comisión Internacional sobre la
Educación para el Siglo XXI, en 1999, en uno de sus
capítulos se titule "Del crecimiento económico al
desarrollo humano" y que sus principales recomendaciones e ideas
sean: proseguir la reflexión en torno a la idea
de un nuevo modelo de
desarrollo que sea más respetuoso con la naturaleza y con
los ritmos
del desarrollo humano; una consideración
prospectiva del lugar del trabajo en la sociedad de
mañana, habida cuenta de las repercusiones del progreso
técnico y de los cambios que origina en los modos de vida
privados y colectivos; una estimación más
exhaustiva del desarrollo humano que tenga en cuenta todas sus
dimensiones, de acuerdo con la orientación de los trabajos
del PNUD.
El establecimiento de nuevas relaciones entre
política de educación y política de
desarrollo con el objeto de fortalecer las bases del saber
teórico y técnico en los países interesados:
incitación a la iniciativa, al trabajo en
equipo, a las sinergias realistas en función de
los recursos locales; el enriquecimiento y la
generalización indispensables de la educación
básica. (Delors, 1997)
La educación es una de las expresiones mas
refinadas de humanidad y humanización porque las nuevas
generaciones reciben destrezas y conocimientos que los capacitan
para desempeñarse como entes sociales. En la medida en que
aumenta el potencial humano, genera riquezas en todos los sentidos, por
ello la educación se considera un derecho humano por
excelencia. Por eso José Martí la caracteriza entre
otras formas como el derecho que tiene todo hombre al venir a la
tierra, pero
no lo deja allí, plantea que tiene en pago, el deber de
contribuir a la educación de los demás como
reflexión y profundización axiológicas
básicas.
Al triunfar la Revolución en 1959, es
indiscutible que las condiciones reales de la nueva sociedad
imponían severas transformaciones sociales, en el orden
político, económico y de atención al desamparo que más de
cuatro siglos de explotación habían generado. Como
parte de ese proceso los cambios en la educación,
comenzaron con la escolarización masiva y el llamado a los
maestros voluntarios, convirtiendo los cuarteles en escuelas pues
más de 600 000 niños y
jóvenes carecían de estas, luego la campaña
de alfabetización (existía más de un
millón de analfabetos) para poder educar a todo el pueblo
en función de desterrar las viejas mentalidades e
instaurar las ideas de la Revolución, "Precisamente por
ser la Revolución un cambio completo, profundo en la vida
de un país en todos sus órdenes el primer gran
problema de la Revolución es cómo se combate y
cómo se vence la influencia de las viejas ideas (…), y
como las ideas de la Revolución van ganando
terreno…"
Es importante señalar que estas transformaciones
educacionales se fueron dando paralelamente con los cambios
económicos y jurídicos ya mencionados estando
creadas las condiciones políticas. Queda entonces claro
que la sociedad no es estática,
por lo que la educación como elemento de esta ha de seguir
e ritmo de las transformaciones sociales.
En esta primera etapa de la Revolución
Educacional se trabajó fundamentalmente en función
de la cantidad que era lo más acuciaste y no de la
calidad. Se creó el sistema de
educación de adultos, se desarrollo un plan de becas, se
comenzó la formación emergente de miles de maestros
y de técnicos que resolvieran los problemas del trabajo en
la tierra, en
las centrales y otras industrias, se
hicieron cambios en los programas y
planes escolares, se ganó la batalla por el sexto grado,
entre otros logros.
En la medida que estos cambios tenían su
escenario en la educación repercutían directamente
en la sociedad desarrollándola aún más con
sus resultados, estando siempre presente el quehacer
científico pedagógico.
Si bien hasta el momento el enfoque
científico-investigativo había estado
presente en las transformaciones aún faltaba integración en el contexto del sistema
educacional. Había que trabajar en función de la
calidad, pues se tenía que lograr un salto cualitativo en
la educación donde el crecimiento fuese acompañado
del desarrollo y se elevase la eficacia.
Comenzaba la segunda etapa de la Revolución Educacional
marcada por un desarrollo científico alcanzado contando
con especialistas extranjeros en el país y con la
formación de especialistas cubanos en países de
mayor desarrollo, habían surgido Varias instituciones
culturales, académicas y científicas, se comenzaban
a desarrollar diferentes congresos que marcaron pautas en el
desarrollo educacional.
En el II congreso de la UJC Fidel planteó "… el
problema de la educación es ahora un problema fundamental,
un problema serio (…) la experiencia revolucionaria
señala la necesidad de revolucionar hasta los cimientos
los conceptos de la educación"
De relevante importancia fue el I congreso del PCC
(1975), en el se establecieron los lineamientos
programáticos para la puesta en práctica de la
nueva política científica y educacional.
Se debe resaltar la creación del Instituto Cubano
del Libro y las
editoriales Pueblo y Educación y
Científico-Técnica, así como la
edición de numerosas revistas cubanas especializadas y la
traducción de literatura
extranjera.
A partir del curso escolar 1975-1976 se introdujo el
Plan de
Perfeccionamiento y Tránsito hacia una nueva estructura y
un nuevo contenido de la educación, Estando comprendido
este en tomar como punto de partida el papel que debe jugar la
Pedagogía fundamentada por un enfoque
marxista-leninista en la realidad concreta, para la
solución de problemas teóricos y prácticos
de la educación socialista. Era necesario adecuar la
educación a la sociedad que se estaba construyendo, por lo
que se debía "… proporcionar a las nuevas generaciones
la adecuada formación en los aspectos político,
laboral,
intelectual, científico, técnico, físico,
moral,
político-laboral y
patriótico-militar, a la par de una preparación
profesional" . Es por ello que en Tesis de
Política Educacional se señalaba: " El criterio
básico de la política educacional cubana es hacerla
corresponder con el socialismo y los
ideales que el mismo expresa"
En esta segunda etapa y como derivación de lo ya
lado se comienza la formación de los destacamentos
pedagógicos Manuel Ascunce Domenech con vista al
desarrollo de la calidad que esperaba la sociedad. … En el
futuro todo el esfuerzo se tendrá que encaminar
fundamentalmente hacia la calidad de la educación…" . En
lo sucesivo todos los esfuerzos estuvieron en aras de la calidad
y se elaboraron nuevos textos, nuevos programas para las
escuelas; en la formación de profesores se trató de
que estos estuvieran mejor preparados utilizando en medida
creciente su vinculación con la práctica
profesional, por lo que se transitó por diferentes planes
de formación (A, B, C, y C modificado. Todos estos logros
educacionales marcaron un profundo desarrollo en la sociedad
cubana, Teniendo su lugar cimero en la década del 80,
favorecido por intercambios económicos justos con los
países del campo socialista. Esto permitió que
nuestra educación fuera reconocida a nivel internacional
como una de las mejores e incluso ya se brindaba ayuda a otros
países en tal sentido.
Pero desafortunadamente con la caída del campo
socialista y el recrudecimiento del bloqueo se inicia el
Período Especial, el país se vio en la necesidad de
tomar medidas económica que tuvieron fuertes repercusiones
sociales incluso dentro de la propia educación pues
comenzó un éxodo de maestros que consideraron que
en otro sector podían satisfacer mejor sus necesidades de
vida. Apareció, de forma notable, un desnivel entre
diferentes sectores sociales, donde el maestro no era de los
más favorecidos.
Por otra parte en las escuelas se comenzó a
trabajar fundamentalmente en función de Por otra parte en
las escuelas se comenzó a trabajar fundamentalmente en
función de instruir, lo cual condicionado por lo ya
descrito se reflejaba también en la familia
cubana, por lo que el proceso educativo en sentido amplio y
estrecho se vio abandonado, manifestándose los que algunos
autores denominan crisis de
valores o
sencillamente actitudes no
acordes con la moral
socialista que hasta el momento se estaba formando.
Estos elementos llevaron a la tercera etapa en la
Revolución Educacional. Comenzaron a introducirse nuevas
transformaciones con el fin de que e las aulas se eduquen alumnos
con una formación integral pero sobre todo patriotas que
puedan expresar su forma de sentir, pensar y actuar en formas
determinadas acorde a su edad y con el sistema de valores de la
Revolución
cubana. La esencia de estas transformaciones está en
situar al hombre como objeto real del cambio, como protagonista
principal; y a las estructuras de
dirección, métodos y
estilos de trabajo como medio para lograr tales fines.
Se necesita elevar la responsabilidad de los docentes, promover sus
reflexiones para enjuiciar la actividad profesional, determinar
acierto y errores, revelar la necesidad que tienen de operar
modificaciones; y en consecuencia lograr su implicación
para accionar en el cambio de sus puntos de vista, estilos de
trabajo y modos de actuación, a fin de obtener una mayor
eficiencia en
su labor.
La escuela debe ser
un sistema abierto, dinámico y complejo, dado por el gran
número de actores sociales que se verán implicados
en la misma.
El papel de la escuela ante las relaciones sociales
señaladas es indispensable. Como señalara Kedrov,
(1992), el sistema educativo influye de manera significativa en
el desarrollo de la Ciencia y la Técnica, porque en ella
se forman los científicos, que han de producir los nuevos
conocimientos y métodos
para la investigación.
La escuela es un importante medio para la socialización de los nuevos conocimientos y
adelantos tecnológicos, pues los trabajadores que han de
aplicar esos descubrimientos en la vida práctica han de
formarse en ella.. Tan grande es el reto que ya se habla de la
necesidad de una alfabetización científico
tecnológica, que permite enfrentar la exigencia de
introducir el método científico en la
dirección de los procesos
sociales.
También es importante destacar que e desarrollo
de una cultura
científica, que promueva el valor de la ciencia y la
investigación a escala social, influye
positivamente en los procesos de cambio de la sociedad y del
mejoramiento humano.
La relación ciencia tecnología y sociedad
es de gran valor metodológico para explicar las tendencias
actuales del desarrollo humano, al demostrar la
interconexión de los diferentes factores presentes en su
evolución incluyendo los nuevos
conocimientos científico – tecnológicos.
El contexto en que se produce el desarrollo humano es
contradictorio, pues se producen grandes contrastes entre los
altos niveles de enriquecimiento de unos pocos, frente a la pobreza de
más del 80% de la población, debido a la
globalización, esencialmente neoliberal que utiliza la
ciencia y la tecnología con fines egoístas, que
implican hasta el uso de la violencia y la
guerra.
Los cambio en el lugar y papel de la educación en
ese conjunto de relaciones es significativo pues de ella dependen
el ritmo de los cambios en la esfera económica, pues el
factor humano se potencia con el
empleo de la
ciencia y la técnica en los procesos
productivos.
Todos los modelos de
sociedad que se proponen para el desarrollo humano cuentan con la
presencia del sistema educacional, como generador de hombres
capaces de producir nuevos conocimientos e innovaciones, que
beneficien la práctica humana.
Se abre paso un lugar y papel de la escuela en Cuba que
cuenta con un espacio significativo para la educación
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