Indice
1.
Introducción
2. Acercamiento histórico –
teórico a la nueva concepción del
conocimiento
3. El conocimiento y
su vinculo con la gestión en el proceso estratégico
de la organización
4.
Conclusiones
5. Referencias
bibliográficas
6.
Bibliografía
A través de la historia de la humanidad
el hombre ha
buscado siempre conocer; aunque la conciencia y los
estudios sobre la nueva posición del conocimiento
– y su generación organizada – en los sistemas
económicos tuvieron sus inicios en los albores del siglo
XIX.
Decir que hoy día el
conocimiento constituye la principal fuente de ventajas
competitivas sostenibles en el tiempo no es una
utopía; es ya una verdad axiomática.
El mundo tiende acusadamente a una globalización creciente, en la que la
suerte de la
organización moderna está ligada más que
nunca a factores que van mucho más allá de su
ámbito de control.
Se desarrolla en un contexto en el cual todo está
vinculado con todo. Cualquier acontecimiento significativo en
algún punto estratégico, trae efectos
múltiples en todas las unidades componentes de la sociedad actual
y, particularmente, en las más vulnerables como las
organizaciones
del mundo subdesarrollado.
La tasa de innovación tecnológica presente es
la más alta y acelerada que ha conocido la historia de la humanidad. El
impacto de la ola de innovaciones está cambiando
radicalmente la forma en que se producen, comercializan,
distribuyen y consumen los bienes y
servicios
principales.
Los avances en múltiples sectores – entre ellos,
el de las tecnologías de información y las comunicaciones
– están dejando obsoletas las matrices
tecnológicas predominantes y tienen considerables efectos
en los mercados y en las
estructuras
organizacionales.
En su conjunto, se ha logrado que el know-how se haya
convertido en un factor totalmente estratégico del
proceso de
producción, y una de las inversiones
más rentables de toda la economía. En la
llamada era de la información y el
conocimiento, el capital debe
enfocarse hacia la productividad de
los trabajadores del conocimiento y
de los servicios, lo
cual constituye verdaderos desafíos para los diferentes
sectores.
Estos desafíos generan una situación de extrema
complejidad para el desempeño organizacional, matizado, a su
vez, por otros elementos fundamentales: la inestabilidad, la
bifurcación y los finales abiertos.
El entorno para las organizaciones es de un tipo en donde la
noción de riesgo resulta
totalmente limitada para captar la realidad. No sólo hay
riesgo, hay
incertidumbre.
Todo esto sugiere que no es posible sobrevivir como
organización por el mero hecho de trabajar
más dentro de los límites
internos y, menos aún, utilizando prácticas y
herramientas
tradicionales.
Por lo que para poder
responder a los intereses de la sociedad actual,
las organizaciones tienen que aprender a afrontar los problemas
generados por los recursos
intangibles respecto a su adquisición y uso. Los valores
escondidos no pueden ser ignorados. Es la época de
gestionar inteligentemente la información y el
conocimiento; característica de una sociedad
postindustrial donde el conocimiento es el "recurso limitante",
no la tierra, ni
las materias primas, ni siquiera el capital.
Téngase este y se tiene todo.
Luego se hace necesario conocer los fundamentos de lo
que ha sido la Historia del conocimiento, así como su
concepción epistemológica y su nuevo paradigma en
una sociedad en la que ser analfabeto significa no saber
gestionar el conocimiento inserta en una cultura global
cada vez más pequeña que pudiera ser descrita como
la aldea global de Marshal Mcluhan.
Existen gran número de investigaciones
encabezadas por diferentes organizaciones cubanas tales como: El
Instituto de Información Científica y
Tecnológica (IDICT), su consultora BIOMUNDI, la cual se
dedica a prestar servicios a diferentes organizaciones y sus
Centros de Información y Gestión
Tecnológica (CIGET), la casa consultora del CITMA: GECYT,
Gestión del
Conocimiento y la Tecnología, la empresa de
tecnologías de la información y servicios
telemáticos (CITMATEL), Empresa cubana
del petróleo
(CUPET), CUBACEL. S.A, entre otras. Además en cuba se
realiza cada dos años el Congreso Internacional de
Información (INFO), en el cual participan e intercambian
profesionales de diferentes disciplinas sobre la importancia de
este recurso para el desarrollo,
paralelo a este evento sesiona un Encuentro Presencial de
Miembros, Directores o Gerentes del Conocimiento de la comunidad virtual
gestiondelconocimiento.com, a la cual pertenece Cuba y otros
países iberoamericanos.
La presente investigación está estructurada en
dos capítulos:
- Capítulo I: "Acercamiento histórico
– teórico a la nueva concepción del
conocimiento", el cual realiza todo un estudio minucioso del
surgimiento de la Gestión del Conocimiento y el cambio de
paradigma
del concepto de
conocimiento. Se abordan los conceptos relacionados con esta
nueva disciplina;
así como la evolución de la gerencia
organizacional a lo largo de lo años, aspecto que
ratifica el desarrollo
inminente de la Gestión del Conocimiento como
herramienta imprescindible en el logro de la competitividad en la llamada Sociedad del
Conocimiento. - Capítulo II: "El conocimiento y su
vínculo con la gestión en el proceso
estratégico de la
organización.", en este apartado se abordan los
diferentes enfoques relacionados con la relativa importancia de
la Gestión del Conocimiento en la tendencia
estratégica de la gerencia. Se
analizan las diferentes herramientas
a utilizar, así como la confección de una
página
Web interactiva sobre la investigación. Se ultiman conceptos y
estilos de la autora, se publica la situación cubana al
respecto y se propone la experiencia de CUPET
2. Acercamiento
histórico – teórico a la nueva
concepción del conocimiento.
EPÍGRAFE 1.1: Evolución De La Concepción
Tradicional Del Conocimiento.
Según expresara Isaret Páez Urdaneta en
una ocasión: "…en la Antigüedad, el hombre
occidental quería ser sabio; luego el hombre
moderno quiso ser conocedor; el hombre
contemporáneo parece contentarse con estar informado y
posiblemente el hombre futuro no esté interesado en otra
cosa que en tener datos".
Cabría preguntarse entonces, ¿qué es el
conocimiento?
La palabra conocimiento, en idioma español y
de acuerdo con el Diccionario
Ideológico de la Lengua [1], se
refiere a la acción y el efecto de conocer. El verbo
conocer, por su parte, significa averiguar por medio de la
inteligencia,
la naturaleza,
las cualidades y las relaciones de las cosas. El concepto
conocimiento puede abarcar dos niveles: la acción de
conocer en lo cotidiano para lo cual no es necesario esforzarse
intelectualmente y, en el segundo plano, la acción de
conocer donde se presenta el proceso racional de comprender las
cosas. En español
también existe otra palabra de significado similar: saber,
que se refiere a tener noticia de una cosa; ser docto en alguna
materia. Esta
palabra se remite al término sabiduría que quiere
decir conocimiento profundo en las ciencias, las
artes o las letras [2].
Sucede que no siempre se entiende lo que subyace, por lo
que se deben delimitar los conceptos y el campo teórico,
fuera de las abstracciones en estos temas. Todo lo que nos obliga
a detenernos y reflexionar porque como dijo Einstein: …
"no hay nada más práctico que una buena teoría"…
Concepción tradicional del conocimiento.
Génesis y desarrollo.
El conocimiento fue enfocado durante muchos siglos desde una
perspectiva epistemológica, relacionado sólo con el
desarrollo intelectual de las personas.
Sus orígenes datan de la antigüedad clásica
donde los pensadores y filósofos occidentales tuvieron como
objetivo
común el conocimiento de la realidad total. Con los
filósofos presocráticos nació
el saber y la ciencia, y
se abordó el conocimiento como un todo. Se emplearon los
términos saber, ciencia y
episteme, por una parte, y conocimiento o logos, por otra. En
esta tradición clásica griega se abordó el
problema acerca de lo que es el conocimiento en estrecha
relación con la cuestión acerca de lo que es la
realidad.
Platón (428-.347ª.C.) fue quien
formuló la primera teoría
detallada del conocimiento. Él –y Sócrates-
creía el conocimiento alcanzable y de acuerdo con la
teoría que formuló las ideas o formas constituyen
los objetos del conocimiento [3].
Estas ideas o formas son propiedades o esencias
abstractas no materiales,
eternas e inmutables que existen en el alma de cada persona
aún antes de su nacimiento. Las cosas del mundo material
son variables y
transitorias, son copias imperfectas accesibles mediante los sentidos que
sólo pueden dar un limitado conocimiento de lo particular.
Pero el conocimiento
científico es el conocimiento de lo universal y
verdadero que sólo puede ser accedido por medio de la
razón y constituye la episteme, que es el verdadero
conocimiento.
Este autor representa el "ascenso al conocimiento", en
La República, con su ya famosa alegoría de la
caverna, que es el mundo de las sombras que representa el mundo
físico de las apariencias. La subida al mundo del sol, el
mundo exterior, constituye el camino hacia el conocimiento
verdadero. El conocimiento reside en cada persona, quienes
lo han alcanzado no pueden transmitirlo a otros, sólo
pueden enseñarles como encontrar tal conocimiento en
sí mismos.
Dado que el conocimiento es innato al individuo se trata
entonces de un conocimiento a priori, independiente de cualquier
tipo de experiencia particular.
Al respecto Platón
procuró también enfatizar la diferencia existente
entre el conocimiento y la mera opinión. La percepción
que sólo proporciona sensaciones es la que facilita
opiniones vagas e inconsistentes y la noción de
conocimiento implica más que una opinión
verdadera.
Por su parte, Aristóteles (384-322 a) discípulo de
Platón,
coincidió con su maestro al considerar el conocimiento
abstracto superior a cualquier otro tipo de conocimiento. Pero
discrepó profundamente respecto al método
adecuado para alcanzarlo.
Aristóteles no postulaba la realidad de
objetos inaccesibles a los sentidos y
consideraba que era posible encontrar orden en un mundo cambiante
siempre que se contara con un adecuado acervo de
experiencias.
El conocimiento, de acuerdo con la concepción
aristotélica, se obtiene por un proceso de
abstracción que permite derivar conceptos o formas a
partir de objetos concretos. Éste constituye el
"conocimiento básico", fundamento de todo el conocimiento.
A partir de dicho conocimiento básico puede derivarse
algún otro conocimiento de acuerdo con las reglas de la
lógica,
que fueron expuestas, por primera vez, en forma
sistemática por Aristóteles [4].
Así, la filosofía medieval occidental y europea
abordó el conocimiento imbuida por el pensamiento
religioso, tratando la posibilidad o imposibilidad del
conocimiento y también los tipos de conocimiento. Una vez
que se admitió que el conocimiento es posible, del tipo
que fuere: total, parcial, limitado, ilimitado, condicionado
incondicionado, el problema se centró en los fundamentos
de esta posibilidad.
En la edad media
Santo Tomás de
Aquino (1225-1274) siguió el pensamiento
aristotélico en lo concerniente a considerar la percepción
como el punto de partida y a la lógica
como el procedimiento
intelectual para llegar al conocimiento.
El conocimiento, de acuerdo con la posición
tomista, apunta a lo universal y el proceso de pensamiento que
genera el conocimiento consiste en abstraer un concepto a partir
de una imagen recibida
por medio de percepciones sensoriales.
A partir del Renacimiento,
surgió entonces la necesidad de la experimentación
y aparecieron dos vertientes de este problema: una experimental,
artesanal y otra más teórica y especulativa, lo que
significó un giro en la forma de abordar dicho
problema.
En la edad moderna
occidental surgieron distintas posturas como el racionalismo
que concibió el conocimiento, en tanto que se basa en la
razón, no como una realidad inteligible sino como un
conjunto de supuestos o evidencias, considerando lo sensible un
reflejo de esta realidad. También, el empirismo
abordó el conocimiento situándolo en la base de la
experiencia, un empirismo
más extremo habla que el conocimiento de la realidad no se
ciñe solamente a las impresiones, sino también a
las realidades o cuasi realidades no sensibles como: los
números, figuras geométricas y las abstracciones.
Un empirismo moderado abordado por Locke postularía que el
fundamento del conocimiento radica en las impresiones; pero
éstas, sólo aportan la base del conocer. El
denominado empirismo total consideró que las impresiones
sensibles únicamente brindan una porción de la
experiencia, así hay experiencia sensible,
histórica, intelectual e interior [5]. Pero la realidad no
es unívoca y podríamos hablar de realidad sensible
(impresiones, percepciones el ámbito del que tratan los
empiristas) y realidad inteligible (ideas, ámbitos de los
realistas o racionalistas), constituyendo las perspectivas
racionalistas y empiristas sólo dos posturas para abordar
el fundamento del conocimiento.
René Descartes
(1596-1650), en la primera mitad del siglo diecisiete,
adoptó la posición luego conocida como "racionalismo"
que, tal como sostenía Platón, acepta que las
características fundamentales del mundo
físico son conocidas en forma independiente de los
sentidos.
Para Descartes
existen dos fuentes para
el conocimiento: la intuición y la deducción. Los
principios
primeros serían conocidos por la intuición y con la
lógica se derivarían conclusiones de los mismos.
Descartes sólo reconoce como conocimiento (scientia) lo
que puede ser admitido con prueba irrefutable [6].
De acuerdo con el punto de vista presentado por Descartes la
scientia es producto de la
razón que es independiente de los sentidos, por lo tanto
se trata de un conocimiento a priori, tal como sería el
conocimiento matemático.
John Locke
(1632-1704) en su obra "Essay Concerning Human Understanding",
presentó una crítica de la creencia racionalista de
que los principios
últimos del conocimiento resultan evidentes por un proceso
intuitivo y se adhirió a una posición, luego
definida como "empirismo", de acuerdo con la cual todo el
conocimiento se deriva de la experiencia. Los únicos
elementos disponibles a la mente como base del conocimiento son
"ideas" derivadas de las
sensaciones y, por lo tanto, el conocimiento sería la
relación de acuerdo o desacuerdo de las ideas. Puesto que
todas las ideas pueden ser explicadas en términos de las
sensaciones no existen las "ideas innatas" que sostenían
Descartes y Leibnitz. Por lo tanto, se arriba al conocimiento por
medio de la observación de los objetos externos
(sensación) y por medio de la observación de las operaciones
internas de la mente que Locke denominó
"reflexión". Siendo tarea de la epistemología: entender qué es el
conocimiento; entender la fuerza que
pueden tener varias clases de evidencia; determinar el alcance
del conocimiento, mostrar que, en contra de lo sostenido por los
escépticos, realmente hay conocimiento.
David Hume (1711-1776) se identificó con la
posición conocida como "escepticismo" que sostiene que
nada puede ser conocido. Es imposible alcanzar un conocimiento de
verdades generales que vaya más allá de lo
experimentado. Hume clasificó el conocimiento en: a)
conocimiento de la relación entre ideas, que es el
conocimiento de la matemática
y de la lógica, que es exacto y certero, pero que no
aporta información sobre el mundo; b) el conocimiento de
la realidad, derivado de la percepción, que descansa en la
relación causa-efecto.
Al no haber conexión lógica entre ambos no
puede esperarse conocer nada futuro con certeza. Por lo que en su
Treatise of Human Nature (1730-1740), Hume se propuso formular
principios universales que pudieran explicar todos los efectos a
partir de pocas y simples causas, con la condición
impuesta a los principios de no ir más allá de la
experiencia; aunque los principios últimos carecen de
justificación pues la razón no puede ser fundada
racionalmente.
A partir de Kant el problema
del conocimiento adquirió el rango de disciplina
filosófica denominada Teoría del
Conocimiento, que más tarde se denominaría:
Crítica del Conocimiento, Gnoseología e incluso
Epistemología. En este sentido, mientras el
mundo griego se centró en el hombre; el mundo moderno, a
partir de Kant, se centra
en el saber [7]. Kant propuso aquello que denominó plano
trascendental, donde conocer es constituir el objeto, en cuanto
objeto de conocimiento. Las filosofías que dieron
primacía al objeto, desde el punto de vista del
conocimiento, gestaron el realismo y
aquellas que su primacía fue el sujeto, desencadenaron en
el idealismo.
Immanuel Kant (1724-1804) propuso además una
solución que combinó elementos del racionalismo con
tesis del
empirismo. De acuerdo con los racionalistas sostiene que puede
alcanzarse un conocimiento exacto y certero, pero acepta la
tesis
empirista de que tal conocimiento será informativo
respecto de la estructura del
pensamiento y no dirá nada respecto del mundo.
Kant se consideraba a sí mismo como un "idealista
trascendental", sostenía que los humanos sólo
pueden conocer lo que es presentado a sus sentidos o lo que es
construido por sus propias mentes. De acuerdo con esto el
conocimiento puede ser a priori, que significa que es
independiente de toda experiencia previa y a posteriori que es
aquel accesible sólo a través de la experiencia. A
partir de ello distinguió tres tipos de proposiciones que
expresan el conocimiento humano: las proposiciones
analíticas a priori, en las cuales el predicado
está incluido en el sujeto (se trata de definiciones) y el
conocimiento que transmiten es exacto y certero, pero no
informativo; las proposiciones sintéticas a posteriori que
informan a partir de la experiencia sobre el mundo y están
sujetas a los errores que pueden afectar los sentidos; las
proposiciones sintéticas a priori que dan un conocimiento
exacto y certero y se descubren por la intuición.
Cuestiones éstas que han sido muy debatidas en el campo
filosófico, debido a la incertidumbre que suscitó
la existencia o no de un conocimiento sintético a
priori.
G.F.W. Hegel (1770-1831)
adoptó una posición racionalista. Criticó la
posición del empirismo que postula a las sensaciones como
fundamento del conocimiento. Señaló que cada
sensación particular contiene algún elemento
común a todas las otras sensaciones y, en consecuencia
deja de ser particular. Sostuvo que es posible alcanzar el
conocimiento certero de la realidad con carácter
absoluto equiparando los procesos del
pensamiento, de la naturaleza y de
la historia. Introdujo así el enfoque histórico en
el análisis del conocimiento.
Durante el siglo XIX con las revoluciones
científicas surgieron muchos conocimientos de
índole práctico frente a un mundo de pensamiento,
este incluyó condiciones concretas y psicológicas
del conocimiento, así los límites
del conocimiento vienen dados por las condiciones
psicológicas del propio sujeto, como sentidos, ilusiones y
condiciones determinadas de una época tanto sociales como
económicas. Cuando se trata de conocimiento probable se
denomina probabilismo, y este se ocupa del origen del
conocimiento. El dogmatismo, por el contrario, asevera que las
cosas se conocen tal y como son, los dogmáticos moderados
dirán que el conocimiento es posible sólo en
determinados supuestos, interesándose por la validez del
conocimiento [8].
Ya en el siglo XX las cuestiones más debatidas
entre los filósofos y los epistemólogos fueron las
referidas a las relaciones existentes entre el acto de
percepción, el objeto directamente percibido y lo que
puede sostenerse que se conoce como consecuencia de dicho acto de
percepción. Una pregunta que se plantearon es la de que si
un ser humano sólo puede acceder a sus propias ideas
acerca del mundo y no al mundo en sí mismo cómo
podría sostenerse que pueda existir conocimiento
alguno.
En este siglo el Positivismo
Lógico abordó el problema del fundamento del
conocimiento, y consideró que el conocimiento de las
estructuras
lógicas y matemáticas no proviene de las impresiones
sensibles, ya que se trata de un conocimiento de estructuras que
no son empíricas, ni racionales tal como se habían
concebido. Surge también la Fenomenología que hace alusión a la
pura descripción de lo que aparece, trata de
descubrir el proceso del conocer, de forma independiente de las
causas del conocer, o sea, aborda el objeto de conocimiento y el
sujeto cognoscente, por lo que a partir de aquí tendremos
dos objetos: el objeto real y aquel representado. [9]
El filósofo alemán Edmund Husserl
(1859-1938) adoptó el slogan "a las cosas en sí
mismas" para enfatizar el fenómeno del conocimiento tal
como lo experimentan los seres humanos. Husserl llamó a su
filosofía "fenomenología", pues es a través de
una cuidadosa descripción del fenómeno que puede
clarificarse la relación entre el acto de conocer y el
objeto conocido. El método
fenomenológico permite distinguir entre el modo en que las
cosas aparecen.
Martín Heidegger (1889-1976) da una vuelta a los
planteos originales de la fenomenología de los cuales se
había apartado Husserl en su intento de descubrir la
metodología perfecta para la
filosofía, la que asegurara la certeza
absoluta.
Heidegger, por su parte, propuso retornar a las cosas y
al mundo ya que el ser humano está atado al mismo. El
mundo no necesita ser deducido ya que está
implícito en la experiencia humana. Los humanos
interactúan con las cosas en el mundo de todos los
días como hace un trabajador con sus herramientas y lo
miran con la mirada de un filósofo o de un
científico. Calificó como un gran error de la
epistemología de Descartes a Kant y a Husserl por haber
considerado al conocimiento filosófico como el paradigma
del conocimiento.
Dentro del siglo XX la tendencia fue a valorar el
conocimiento como una actividad intelectual e incluso, autores
como Nietzsche y
Dilthey abogaron por considerar al conocimiento en función de
una experiencia más amplia. Por tanto, el conocimiento ya
no reside meramente en una conciencia
cognoscente como proponen, desde perspectivas distintas: Sartre,
Heidegger – Ortega y Gasset.
También el filósofo norteamericano John Dewey
(1859-1952) cuestionó la idea de que el conocimiento fuera
principalmente conocimiento teórico. Argumentó que
la experiencia es una interacción entre un ser humano y su
entorno.
Los principales desarrollos epistemológicos del siglo XX
estuvieron asociados con el nombre del filósofo Ludwig
J.J. Wittgenstein (1889 –1951) quien fuera el iniciador de
lo que fue luego conocido como el Círculo de Viena.
El Positivismo
Lógico sostiene que únicamente existen dos tipos de
proposiciones significativas: las de la lógica y de la
matemática, por un lado, y las de las
ciencias
empíricas, por el otro. Por lo que, sólo reconocen
como conocimiento válido al conocimiento
científico que debe ser verificable en la experiencia.
En consecuencia, las proposiciones de la filosofía
tradicional, la teología, la ética y,
especialmente, la metafísica, deben ser rechazadas como
carentes de sentido.
Por otra parte, el conocimiento humano ha sido inundado
del conocimiento científico, que ha relegado otras formas
existentes muy importantes de conocimiento como es el arte, donde la
intuición, imaginación, flexibilidad, originalidad,
presentimiento, creatividad y
otras cualidades son empleadas para producir una forma
específica de conocimiento; pero, sin embargo, tal como
asevera Nuria Amat: "una de las consecuencias del imperialismo
científico es la de establecer el arte o las artes
como subterfugios para favorecer el ocio y desestimar de
éstas sus aspectos creadores" [10]. De esta forma el
conocimiento intuitivo, imaginativo, creativo no ha conformado el
modelo
básico para la creación del conocimiento
humano.
Luego el cambio del
concepto de conocimiento en las coordenadas actuales viene del
paso de la modernidad a la
postmodernidad, o sea, desde la
Ilustración francesa en siglo XVIII hasta finalizada
la II Guerra Mundial, y
significó el auge del pensamiento racional, el materialismo, el
cientifismo, el progreso, la superación, la
crítica, la vanguardia, la
naturaleza y la realidad social como objeto de conocimiento
objetivo, y de
la Ideología frente a la Teología. Hubo
una transición del concepto medieval de percepción
por el moderno concepto de conocimiento objetivo [11]. La
modernidad se
asentó en la realidad objetivable, plana, cognoscible,
real, de la mano de Newton,
Descartes, Bacon, Locke, Hume y otros. Se planteó como un
espacio de progresiva transparencia, y como espacio de un
proyecto de
emancipación en los ámbitos sociopolítico,
antropológicos y otros.
En contraposición, en la postmodernidad
se produce la traslación de la razón
científica devenida en tecnológica. La modernidad
es entendida o caracterizada como efecto de superación
crítica. [12]
El tránsito hacia la postmodernidad
planteó un giro de esa objetividad, racionalidad y
cognoscibilidad añadiendo que nada es ajeno a su proceso
ni a su tiempo, por lo
que nada es totalmente objetivable, ni se construye en el rechazo
de una idea incognoscible. La verdad ya no es real, objetiva y
total como plantearon, desde ámbitos diferentes,
Heisenberg, Berson, Freud,
Srödinger, Levi-strauss, Sausurre, Ortega y Gasset, Nietzsche y
otros, por lo que la realidad no es fija, cognoscible y
objetivable sino más bien es un constructo por segmentos.
Esta conformación ha sido los prolegómenos de la
postmodernidad definida, delimitada y conformada por:
Baudraillard, Lyotard, Habermas, Vattimo, y otros. Abarca un
rechazo de lo moderno como lo único valioso imbuyendo
nuevos valores
estéticos, culturales, sociales y
económicos.
La postmodernidad se construye en el nuevo universo
tecnológico, virtual y de la información mundial,
así el tránsito del concepto tradicional de
conocimiento se ha visto imbuido en el procesamiento de la
información electrónica.
Todo ello confluye en el total asentamiento del conocimiento
artificial, lo que significa el surgimiento de un nuevo paradigma
en el ámbito las ciencias
socioeconómicas.
Cambio de paradigma en el concepto de conocimiento.
En nuestra tradición cultural el conocimiento es
información interiorizada, o sea, integrada en estructuras
cognitivas del sujeto; sin sujeto del conocimiento no puede haber
en ningún caso, conocimiento.
"El conocimiento es información ordenada y estructurada; y
para que la información se transforme en conocimiento se
requiere de la presencia de estructuras preexistentes de
entendimiento en la memoria,
que sean capaces de retener determinada información para
que llegue a formar parte del conocimiento de una persona".
[13]
A partir de la implantación total de las nuevas
tecnologías digitales de la información, y de
una clara influencia del ámbito anglosajón,
directamente se conforma y condiciona el nuevo uso del vocablo
conocimiento.
Dolores Vizcaya Alonso define conocimiento como:
"proceso en virtud del cual la realidad se refleja y se produce
en el pensamiento humano, dicho proceso está condicionado
por las leyes del devenir
social y se halla indisolublemente unido a la actividad
práctica esto es, conocimiento es la base para la
acción" [14].
En la era electrónica, que sucede a la era
tipográfica que ha durado durante los últimos cinco
siglos, se van ha producir nuevas formas de pensamiento humano y
nuevas formas de interdependencia y de estructuración del
conocimiento, y van a surgir nuevos modos de conocimiento.
El conocimiento ha sido una actividad intelectual como producto de
una conciencia cognoscente, y se está transformando en la
entrante sociedad de la información electrónica,
para ser el resultado de una información productiva.
El conocimiento, por tanto, puede articularse en la actualidad,
como conocimiento artificial, como información
electrónica útil, o como información en
potencia desde
una perspectiva pragmática, por lo que habrá de
insertarlo en la actual cuatrilogía informacional o del
conocimiento: Datos,
Información, Conocimiento y Saber.
La memoria que ha
sido siempre natural ahora es también
artificial-tecnológica, ambas suponen hoy, un
método de conocimiento. Con el término saber se ha
producido el mismo proceso, ya que respecto al concepto de saber
tenemos, que no se sabe cuando se aprende sino cuando se
recuerda, por lo que saber se considera como la capacidad de
recordar. El saber, en nuestra anterior tradición de
pensamiento oral, reposaba únicamente en la memoria
humana, pues al carecer de medios o
soportes físicos, el saber dependía del adiestramiento y
del arte de la memoria [15]; la
memoria era el método del saber. Así, ahora
tendremos otro método para recordar, si ahora la memoria
es artificial-tecnológica, la capacidad de recordar, o
sea, de recuperar información es lo que se va a denominar,
hoy, saber.
En la tradición se consideró al
pensamiento lineal como la única forma de razonar,
delimitada, en primer lugar, por el alfabeto fonético y,
en segundo lugar, por la propia linealidad de la escritura; sin
embargo, aunque nuestra propia estructura del
pensamiento ha sido acomodada a la linealidad de la escritura y
también a la de la imprenta, con los actuales medios
electrónicos esta linealidad se la perdido y se ha
acercado más a la discontinuidad de la realidad. Esta
discontinuidad está configurando las nuevas formas de
conocimiento artificial y de saber artificial. Ambos
términos, hoy día, ya carecen del adjetivo
artificial y pretenden identificarse con el saber y el
conocimiento natural o tradicional. En definitiva, tenemos que el
nuevo procesamiento de la información electrónica y
el modelo de
ciencia
anglosajón han determinado conjuntamente el conocimiento
como información electrónica productiva y el saber
como la representatividad o capacidad de recuperación de
ésta.
El saber como capacidad de recordar o representar, y el
conocimiento como capacidad de ordenar o asociar dentro de una
estructura preexistente van a ser las bases conceptuales para las
nuevas acepciones de estos términos. Así, estas
capacidades de recordar y de ordenar, ya sean, en el
entendimiento humano o no, nos llevarán a concebir al
saber y al conocimiento artificiales en tanto que son
productivos. Por consiguiente, la actividad científica
actual se va a fundamentar en este nuevo cambio de paradigma
establecido en el concepto de conocimiento.
La información y comunicación en el Nuevo Orden Social.
Este nuevo paradigma es denominado también por diferentes
estudiosos como Sociedad Postcapitalista, Nueva Economía del
Conocimiento, Sociedad Postindustrial; es la que establece, en
términos generales, que el poderío
económico de cualquier país está
directamente relacionado con la explotación adecuada de la
información y el conocimiento.
‘’Toda tecnología tiende a
crear un nuevo ambiente
humano". Estas palabras de McLuhan (1962), que se refirieron, en
su momento, a la invención de la imprenta de tipos
movibles en el siglo XV, tienen pertinencia hoy; por cuanto, si
la tecnología del libro impreso
fue un triunfo para la civilización occidental, al
facilitar la difusión de las ideas y conocimientos de una
forma cómoda y
económica, con la aparición de la microcomputadora
a comienzos de los ochenta y más recientemente, de la
telaraña mundial Internet, las posibilidades
de producción y expansión de los
conocimientos parecen no tener límites.
Toffler (1990), al plantear los cambios estructurales
que generarían las tecnologías computacionales,
expresó: "La difusión de los ordenadores en estas
últimas décadas se ha catalogado como el cambio
más importante de los producidos en el campo del
conocimiento desde la invención de la imprenta o incluso
desde la invención de la escritura. Junto con esto se ha
producido la proliferación de nuevas redes y medios para mover la
información".
Se dice incluso, según diferentes organizaciones
internacionales como UNESCO (1998ª –1998b), OEA y diversos
teóricos como Drucker (1993), que está cobrando
fuerza el
planteamiento de un nuevo tipo de sociedad, la llamada Sociedad
del Conocimiento, reconocida como el paso de la sociedad
capitalista a una postcapitalista, en la que los servicios y el
conocimiento se convierten en recursos
estratégicos para el moldeamiento de un nuevo orden
social.
Linares y otros (2001), se hacen eco de estas ideas, al
afirmar que las tecnologías de información fueron
determinantes en el tránsito de la sociedad industrial a
la postindustrial, en la cual se hace necesario un cambio en la
manera como se interpreta la realidad y se participa en
ella.
Autores como Taspcott (1999), han denominado el momento
actual como una era de la inteligencia
interconectada y el ingenio humano, ya que el uso efectivo de la
interconexión mundial, facilitada por las
tecnologías de información y comunicación puede potenciar la
producción y expansión del conocimiento y la
inteligencia humana.
Otros autores como Piscitelli (1995) y Joyanes (1997), prefieren
hablar del surgimiento de una cibersociedad y cibercultura, pues
las tecnologías y fundamentalmente Internet, están
jugando un rol articulador de todas las acciones
sociales. Hoy día, se encuentran estas tecnologías
apoyando no sólo procesos de
gestión académica y empresarial, sino
también procesos de la vida cotidiana, como retirar
dinero de un
banco,
adquirir un boleto aéreo o leer la última
información publicada en un periódico
electrónico.
Esta sociedad también se conoce como una sociedad
de la
comunicación, pues si en los noventa se habló
de una sociedad de información, al inicio de un nuevo
siglo se está reconociendo que la información no es
lo más importante, sino lo que hacen con ella los actores
en interacción dialógica, Galindo (1999).
Igualmente, se está hablando de que la
comunicación es el vector que permite que la
información-saber fluya y facilite la expansión y
dinamización de la inteligencia humana, Pineda
(2000).
Estos planteamientos también fueron vaticinados
ya por: Mc. Luhan (1962), Cartier (1992) y Drucker (1993), al
advertir sobre la necesidad de centrar las actividades
principales del siglo XXI en el uso efectivo de las
tecnologías de información y las comunicaciones, y en el valor
estratégico del conocimiento como recurso
económico.
Para Gerardo García Cabrera el asumir los retos
de lo que se ha dado en llamar, la Sociedad del Conocimiento nos
lleva a conocer tres pasos de una escalera en la espiral del
desarrollo: la Sociedad de la Información, la Sociedad del
Aprendizaje y
la Sociedad del Conocimiento. Los dos primeros escalones
están relacionados con el crecimiento; el tercero con el
desarrollo [16].
- Sociedad de la Información.
Desde el punto de vista económico significa la
capacidad de capitalizar las tecnologías actuales y el
crecimiento de las infraestructuras existentes. Implica el
desarrollo de aplicaciones capaces de potenciar tales
infraestructuras, la conceptualización y diseño
de los flujos informativos como salidas en forma de nuevos
productos y
servicios. Incluye la gestión de la información y
el desarrollo de herramientas que puedan manipular los contenidos
sobre un amplio sistema de
redes.
El alcance universal de esta Era de la
Información es objetivo y tecnológico. Su
característica principal es la integración de aplicaciones en redes. Es
resultado del conocimiento y el desarrollo acumulado sobre la
base de la convergencia de las tecnologías de la
información, la computación y la microelectrónica;
constituyendo el primer paso hacia la Sociedad del Aprendizaje.
- Sociedad del Aprendizaje:
Es el segundo escalón, la capacidad de crear
redes temáticas en la preparación y gestión
de los recursos
humanos como factor esencial del desarrollo. Implica el
inicio de una cadena de
valor añadido en redes que culmina con la
interactividad.
La Sociedad del Aprendizaje potencia al
máximo las capacidades tecnológicas de la Era de la
Información e introduce nuevos desarrollos
tecnológicos que la acercan a la capacidad de integración en la Red, con lo cual se prepara
el camino para la Sociedad del Conocimiento. La Sociedad del
Aprendizaje requiere de nuevas redes. El nivel de desarrollo no
se mide por el impacto de las tecnologías, sino que se
desplaza cada vez más hacia el impacto de los contenidos.
En ella es fundamental el uso y acceso a la información,
su gestión en función de
las demandas tecnológicas y del desarrollo.
- Sociedad del Conocimiento:
Es el momento más acabado de la llamada Nueva
Economía y hacia donde apunta la estrategia
esencial de desarrollo de los países del Primer Mundo.
Presupone la creación de un sistema de redes
tecnológicamente nuevas. Cuando se habla de la
próxima generación de Internet, se refiere a una
nueva generación tecnológica de redes, que admite
la interactividad plena y la integración máxima. El
salto tecnológico implica un cambio en las aplicaciones,
la concepción topológica de la red y sus posibilidades.
En resumen, si bien los escenarios antes descritos, coexisten y a
menudo se solapan, es decisivo comprender el desarrollo y el
contenido de cada momento, en los procesos estratégicos de
planeación y dirección del desarrollo.
De manera que la información y el conocimiento no
sólo son recursos para aprovecharlos en la efectividad y
éxito
personal
– social sino también en la efectividad
organizacional – empresarial.
- A modo de Compendio.
El conocimiento se edifica en la praxis diaria del
individuo y responde a sus necesidades, intereses y actitudes,
según el contexto histórico –
económico – social en que se desarrolla. A su vez,
en respuesta a lo que cada medio le proporciona y exige, lo
conforma.
El hombre, través del prisma de la subjetividad,
crea sus propios modelos
mentales, sus mapas
conceptuales; experimenta sus afectos, emociones y
sentimientos; desarrolla sus aptitudes. Éste dado el
conocimiento acumulado modifica el ambiente de
acuerdo a su espectro de saberes.
La evolución epistemológica del
conocimiento y su connotación ante un universo
tecnológico, abre paso al actual paradigma del saber, la
inteligencia y el talento mediante el vínculo de la
gestión y el conocimiento en la creación de un
nuevo enfoque organizacional que responde principalmente a la
escuela de
relaciones
humanas y del comportamiento
en la sociedad de hoy, denominada como: la Sociedad del
Conocimiento.
Epígrafe 1.2: teorías
de la gerencia en las organizaciones.
Las teorías
han servido a lo largo de todos los años de
creación intelectual para organizar la experiencia en un
sistema de conocimiento que permita afrontar los fenómenos
de la realidad de una determinada manera. Sirven par predecir,
controlar y explicar acontecimientos, ubican al hombre en su
medio vital. Por lo que toda teoría debe explicar el
cómo y el por qué de los fenómenos –
objetos de estudio.
Debido a los constantes cambios del entorno, cada vez más
hostil y turbulento; la visión tradicional se ha hecho
obsoleta. Se necesitan de nuevos modelos que
respondan con mayor efectividad, atendiendo a disímiles
variables.
La gerencia es una actividad humana altamente importante.
Diseñar y crear un ambiente en el que los individuos
laboren en función de la misión y
objetivos de
la organización es una de las condiciones
principales. Esta persigue el orden, la eficacia y la
productividad.
Al respecto Drucker [17], entre sus planteamientos expone que es
tarea de ella hacer productivo al conocimiento. Según el
propio autor el conocimiento ha pasado de una situación
referida al desarrollo intelectual de la persona a otro como
factor de producción tomando como base su utilidad.
Clasificación de las escuelas a partir de
1903.
Las clasificaciones hechas por Koontz, Scott y Chiavenato
resultan de mucha ayuda para entender la perspectiva
histórica – teórica de la Gestión,
Koontz[18] planteó en 1961 que existía una jungla
de Teorías Gerenciales.
Scott[19] propone una tipología de escuelas o enfoques en
función de su concepción respecto a las
organizaciones como sistemas abiertos
o cerrados, especialmente de los modelos racionales y
naturales.
En 1987, Chiavenato [20] propone una clasificación a
partir de la identificación de un rasgo o
característica principal de cada teoría y ordena
esas teorías de acuerdo con una secuencia temporal; el
diagrama se
muestra en la
página siguiente:
Fuente: Martínez Rodríguez, Ailín. Tesis de
Diploma: "Gestión del Conocimiento. ¿Réquiem
por la Gestión de la Información. Universidad de La
Habana: Facultad de Comunicación. 2001.
Partiendo de este cuerpo de teorías, en los últimos
30 años y considerando la realidad objetiva de la
evolución de las organizaciones y de la demanda que
impone la sociedad, han surgido un conjunto de filosofías,
técnicas y enfoques gerenciales
importantes.
1.2.2. La Teoría de los Roles de la Gerencia.
En 1975 Henry Mintzberg [21], después de observar en la
praxis lo que hacían los directivos en diferentes
organizaciones, arribó a conclusiones sobre lo que
constituyen los roles o funciones de la
gerencia.
Señaló que los gerentes realizan actividades que no
responden a la clasificación tradicional de las funciones de la
gerencia – planificación, organización,
coordinación y control -, sino
que su labor se extiende en el desempeño de diez papeles
fundamentales:
- Roles Interpersonales.
- Caudillo (ejecuta los deberes ceremoniales y sociales
como representante de la organización). - Líder
- Coordinador (especialmente con personas ajenas ala
empresa).
- Roles de Información.
- Monitor (el que recibe información sobre el
funcionamiento de una
empresa). - Diseminador (el que pasa información
a sus subordinados). - Portavoz (el que transmite información al
exterior de la organización).
- Roles de Decisión.
- Empresario.
- Encargado de conciliar las
alternativas. - Asignador de recursos.
- Negociador (mediador entre personas y grupos de las
mismas).
Este autor es uno de los grandes autores de la Gerencia
General. Sus estudios han estado
enfocados hacia la educación y
formación de los ejecutivos, y en tareas como el proceso
de desarrollo de estrategias, el
diseño
de organizaciones y su impacto en ellas. Entre sus obras
más relevantes se encuentran: The Nature of Managerial
Work; The Structuring of Organizations; The Strategy
Process.
- Últimos veinte años del siglo
XX.
En la década de los años ’80, se
retoma la experiencia japonesa desarrollada en los años
’50 por el norteamericano W. Edward Deming: la
Gestión de la Calidad
Total.
Aparecen libros como
The Art of Japanese Management, por los autores Pascale y Athos
en 1981; La Theory Z de Ouchi en este mismo año; In Scarth
of Excellence de Peters y Waterman en 1982. Todos exponian un
discurso cuyo
objetivo primordial era la búsqueda de la calidad, la que
no existía, en esos momentos como eje central de la
organización para la satisfacción plena de los
clientes.
La calidad, en la
historia del pensamiento gerencial respondió primero a la
detección de errores en los productos
terminados; luego avanzó hacia la calidad de los procesos
productivos para evitar defectos en los productos terminados.
Con la llegada de la Calidad Total,
esta dejó de ser una simple herramienta de control para
convertirse en una estrategia
organizacional.
Por todos es conocido que el cliente es el que
define la calidad de los productos/servicios; la mejor continua
de la calidad orienta los esfuerzos de todo el personal con
vista a alcanzar este objetivo.
Según esta corriente todos los empleados podrían
contribuir a elevar la calidad mediante el uso creativo de sus
potencialidades, sin el temor de errar.
"La Gestión de la Calidad Total ha devenido en
una filosofía de trabajo en las organizaciones, donde se
establece como principio rector el mejoramiento continuo,
aplicado tanto a personas como a procesos, y donde prima la
constante evaluación
como el objetivo final de mejorar" [22].
Entre las técnicas
fundamentales que utiliza la gestión de la Calidad Total
se encuentran: el Benchmarking,
Braenstorming y los diagramas de
causa – efecto, de árbol, y otros. Los años
’80 también fueron los años de la
Gestión de Información.
Durante estos años se evidencia un interés
por la Cultura
Organizacional como forma estratégica de actuar dentro
de una organización.
Shein en 1984 propone que la comprensión de la cultura
organizacional sea parte íntegra del propio proceso
gerencial. Dicho interés se
relacionó al declive de la productividad de Estados Unidos y
el aumento de la competitividad
de los japoneses.
Para este autor es considerada como una forma de
descubrir medios de lidiar con los problemas
provocados por el acelerado desarrollo mundial que es fuertemente
influenciado por el avance tecnológico y la
globalización de la economía.
Al respecto define la Cultura
Organizacional como:
"El patrón de premisas básicas que un determinado
grupo
inventó, descubrió o desarrolló en el
proceso de aprender a resolver sus problemas de adaptación
externa y de integración interna y que funcionaron
suficientemente bien a punto de ser consideradas válidas
y, por ende, ser enseñadas a nuevos miembros del grupo como la
manera correcta de percibir, pensar y sentir, con relación
a estos problemas" [23].
Los paradigmas de
la cultura organizacional son versiones adaptadas de paradigmas
culturales más amplios, según dicho autor. En este
sentido, afirma que un extranjero no podría realizar un
estudio de cultura por no tener condiciones para hacer las
conexiones con la cultura del país. Establece que para
determinar la cultura organizacional es necesaria una entrevista
clínica interactiva realizada entre el investigador e
informantes, motivados porque están insertados
también en la cultura a ser descifrada.
En la década de los ’80, se impuso además el
Marketing como
técnica y filosofía gerenciales. En términos
generales, el marketing
apoya la realización de intercambios entre un
mínimo de dos partes de forma que se produzca un beneficio
mutuo.
Aunque Kotler [24] lo define por primera vez en 1974, es en esta
década que alcanza su mayor auge.
"El Marketing es el proceso social, orientado hacia la
satisfacción de las necesidades y deseos de individuos y
organizaciones, para la creación y el intercambio
voluntario y competitivo de productos y servicios generadores de
utilidades".
Santesmases [25] afirma que el marketing como filosofía es
una postura mental, una actitud, una
forma de concebir la realidad de intercambio del modo más
beneficioso. Como técnica es la forma más
específica de ejecutar o llevar la realidad de intercambio
que consiste en identificar, crear, desarrollar y servir a la
demanda.
El marketing apela a las necesidades humanas que
Maslow
definió en su pirámide. El deseo, la demanda, el
intercambio, el producto, el servicio y el
mercado, son los
puntos clave sobre los cuales se desarrolla. Los elementos que lo
conforman se conocen como las cuatro P: Producto, Plaza, Precio y
Promoción.
La gestión del marketing encuentra sus
fundamentos en cuatro principios que desembocan en una
filosofía de acción válida para toda
organización al servicio de
los clientes.
Esta gestión implica que la satisfacción
de las necesidades de los clientes debe ser el objetivo principal
de toda actividad de la organización, no por altruismo,
sino por interés bien entendido, porque es el mejor medio
de lograr sus propios objetivos de
crecimiento y rentabilidad.
El desarrollo de la estrategia competitiva en las organizaciones
también ha sido esencial en estos últimos
años. Realmente, en la década de los ’60 ya
se percibían dentro del pensamiento gerencial, las
primeras inquietudes respecto a este tema. Alfred D. Chandler
[26], en su Strategy and Structure, definió la estrategia
como:
- La determinación de metas y
objetivos. - La adopción
de cursos de
acción parta alcanzar metas y objetivos. - La asignación de recursos para alcanzar las
metas.
En 1965, H. Igor Ansoff, reconocido como el padre del
pensamiento estratégico moderno publica: Corporate
Strategy and Analytic Approach to Bussiness Policy for Growth and
Espansion, donde introduce la matriz DAFO en
el análisis de opciones
estratégicas.
A partir de la primera década de los ’80, Michael E.
Porter [27] se convierte en el autor más destacado en
estrategia competitiva. Él mismo propone entre sus
más importantes obras Competitive Strategy: Techniques for
Analysing Industries and Competitors, un nuevo enfoque para la
Planificación
Estratégica.
Porter (1982) brinda la noción de rivalidad
amplificada, apoyándose en la idea de que la capacidad de
una empresa
para explotar una ventaja competitiva en su mercado de
referencia depende no solamente de la competencia
directa que ahí encuentre, sino también del
papel ejercido
por las fuerzas rivales como los competidores potenciales, los
productos sustitutos, los clientes y los proveedores.
El juego
combinado de estas cinco fuerzas es lo que determina, en
última instancia, el beneficio potencial de un producto
– mercado, en el papel de
cuatro fuerzas competitivas:
- Amenaza de los nuevos competidores.
- Poder de negociación de los clientes.
- Poder de negociación de los proveedores.
- Amenaza de los productos sustitutos.
Los competidores potenciales susceptibles de entrar en
un mercado constituyen una amenaza, que la organización
debe circunscribir y contra la cual debe protegerse, creando
barreras de entrada alrededor de una fortaleza que le permita
utilizar en: investigaciones y
desarrollo, para financiar una guerra de
precios o
investigar en otros negocios.
Además señala [28] las barreras de entrada que
pueden usarse para crearle a la organización una ventaja
competitiva:
- Economías de escala.
- Diferenciación del producto.
- Inversiones de capital.
- Desventajas en costos
independientemente de la escala. - Acceso a canales de
distribución. - Política gubernamental.
Hoy día, la estrategia se impone de manera muy
dinámica, las fuentes de
ventajas tradicionales ya no proporcionan seguridad a largo
plazo. La fortaleza de una estrategia dada no está
determinada por el movimiento
inicial, sino por la anticipación y el enfrentamiento a
las maniobras, a las reacciones de los competidores y a los
cambios en las demandas de los clientes a través del
tiempo. La ventaja depende de la altura de las barreras de
entrada y del vigor de las reacciones que espera encontrar el
competidor potencial.
La Teoría de los Recursos y Capacidades de
Wernefel es otra importante dentro la Estrategia Competitiva,
sobre la cual se profundizará en el siguiente
epígrafe.
En 1988 nace el Empowerment,
promovido por los expertos Kenneth Blanchard y Paul Hersey.
Teoría visionaria que se comienza a desarrollar en los
empleados de la organización creando no sólo una
actitud de
trabajo sino también una actitud de sinergia.
Empowerment
significa crear un ambiente en el cual los empleados, en todos
los niveles, sientan que ellos tienen una real influencia sobre
los estándares de calidad, servicios y eficiencia del
negocio dentro de sus áreas de responsabilidad [29].
La clave del Empowerment es dar poder de decisión
y acción a los miembros, hacerlos responsables de los
objetivos y metas organizacionales, de innovar y crear productos
y servicios que permitan alcanzar una posición de liderazgo para
la empresa
basada en sus ventajas competitivas. El líder
propone una visión, una misión y
busca que sean compartidos por el resto de la
organización. Apela a la variante Y de la teoría de
Mc Gregor.
Para esto los miembros y equipo de trabajo de la
organización deben tener acceso a la información
crítica para llevar a cabo los negocios. La
información se hace imprescindible dentro de esta
teoría.
En los años ’90 aparece la Reingeniería. Michael Hammer junto con
James Champy escribieron "Aplicando la Reingeniería a la Corporación". Esta
obra muestra que la
mayor parte del pensamiento gerencial anterior ha sido agrietada;
los autores abogan por el rediseño radical del trabajo y
por la organización de las empresas
alrededor de los procesos, no por departamentos funcionales.
La Reingeniería es un término para repensar y
rediseñar el sistema organizativo: los puestos de trabajo,
las estructuras organizacionales, los sistemas de gerencia.
Con esta escuela ha
llegado el momento de hacer algunas preguntas fundamentales a
cualquier negocio:
- ¿Para qué existe la
empresa?. - ¿Qué están tratando de
hacer?. - ¿Si fuéramos de nuevo hoy cómo
seríamos y cuán grandes
seríamos?.[30]
En esta etapa surge además la Teoría del
Learning Organization ofrecida por Peter Senge en su obra "La
Quinta Disciplina". Senge promulga la necesidad del pensamiento
sistémico dentro de las organizaciones y alienta el aprendizaje a
través de ejercicios que inducen a pensar de manera
diferente sobre los problemas de la organización.
Considera que el movimiento de
la calidad total es la primera piedra en la construcción de una sociedad de Learning
Organization.
Esta teoría es un marco conceptual para las organizaciones
actuales; es la noción de que el aprendizaje es
esencial para el éxito.
La gerencia debe enfrascarse en la imagen global y
escapar del pensamiento lineal.
Los elementos que definen esta teoría son: el pensamiento
sistémico, el dominio personal,
los modelos mentales de los individuos, la visión
compartida y el aprendizaje en equipo. Dicha teoría abre
las puertas del conocimiento en la gerencia actual.
- A modo de Compendio.
La Gerencia es una de las más importantes
actividades humanas. Diseñar, crear y mantener un ambiente
en el que los individuos trabajen agrupados por cumplir sus
objetivos y misiones previamente seleccionados, es una
condición sine qua non para la existencia de las
organizaciones.
Se distingue que han tenido que evolucionar de un
enfoque mecanicista y estático a un enfoque
dinámico en constante interacción con el medio. Se
demuestra como elemento común a todas las escuelas que la
información no es un hecho exclusivo de los días
que corren. Nunca ha existido una organización sin
información. Organizar significa informarse e
informar.
Se observa como cobran relevancia los recursos
humanos, convertidos hoy en los activos
más importantes que tiene la organización; al
tiempo que se hacen indispensables la información y el
conocimiento en las propuestas más recientes como
resultado de los cambios económicos y socioculturales
ocurridos a partir de las dos últimas décadas del
siglo XX.
Epígrafe 1.3: la gestión del conocimiento.
Principales conceptos, variables y componentes.
El conocimiento tiene gran relevancia en la sociedad de nuestro
tiempo. En este sentido y tal como señaló Savage
[31], los cuatro factores de creación de riqueza en una
economía han sido siempre: la tierra,
el trabajo, el
capital y el conocimiento; pero la importancia relativa de cada
uno de ellos ha ido variando con el tiempo. De forma simplificada
se ha dividido en tres etapas, que ordenadas
cronológicamente, se encuentran: la era agraria, la
industrial y la del conocimiento.
El conocimiento se convierte en las economías de
finales del siglo XX y de principios del siglo XXI en la fuente
principal de creación de riqueza y, cada vez más,
se va abriendo paso la afirmación de Laurence Prusak [32]:
"La fuente principal de ventajas competitivas de una empresa
reside fundamentalmente en sus conocimientos, más
concretamente, en lo que sabe, en como usa lo que sabe y en su
capacidad de aprender cosas nuevas".
Antecedentes teóricos de la Gestión del
Conocimiento.
Debido a la evolución del pensamiento y las teorías
gerenciales, además del uso de herramientas que igualan
las potencialidades de las empresas para
competir en un mercado cada vez más cambiante y facilitan
el tratamiento de una gran cantidad de información cada
vez superior; las organizaciones se dieron cuenta de que sus
activos
físicos y financieros no tenían la capacidad de
generar ventajas competitivas sostenibles en el
tiempo.
Los tradicionales medios de producción, los
recursos
naturales, la mano de obra y el capital han estado pasando
a un segundo plano, primero, porque son agotables y, segundo,
porque pueden obtenerse con facilidad siempre que haya
conocimientos. A partir de entonces comenzó a considerarse
el conocimiento como el tercer factor de producción
además de los hasta el momento reconocidos, el capital y
el trabajo,
teniendo en cuenta que el valor agregado
en los productos y servicios proviene de la inteligencia y el
conocimiento humano.
Entre los autores pioneros que trataron de forma
sistemática el problema y su gestión en las
organizaciones se encuentra: Thomas Kaulopaulos con "Corporate
Instinct. Building a Knowledge enterprise for the 21st
Century"; Ikujiro Nonaka y Hirotaka Takeuchi con "The Knowledge
– creating company: how japanese companies create the
dynamics of innovation" y Dorothhy Leonard – Borton con
"Wellsprings of Knowledge".
En l984 aparece, en el ámbito académico,
la Teoría de Recursos y Capacidades de Wenderfel, la que
se considera – al igual que la Learning Organization –
precursora de la gestión del conocimiento; constituyen los
antecedentes más influyentes que se conocen en la literatura, pues se centra
en analizar los recursos y capacidades de las organizaciones como
base para la formulación de su estrategia. La
teoría basada en los recursos se encuadra dentro del
denominado Análisis Estratégico, y produce un giro
del exterior al interior de la organización en el momento
de analizar su situación estratégica.
Los recursos y las capacidades de una empresa juegan un
papel cada vez más relevante en la definición de la
identidad de
la empresa. En efecto, ante entornos turbulentos, con
incertidumbre, complejidad, competencia
global, acortamiento del ciclo de vida
de los productos, cambios rápidos en los gustos y
necesidades de los consumidores, etc.; la empresa tiene
dificultades para plantearse qué necesidades quiere
satisfacer. En el último caso, la
orientación externa no puede ser el único
fundamento de la estrategia empresarial, sino que es preciso
recurrir al análisis de los recursos y capacidades
disponibles para poder poner en marcha una estrategia. En
general, puede afirmarse según Grant (1996) que, cuanto
más dinámico sea el entorno de la empresa,
más sentido tiene basar su estrategia en los recursos y
capacidades internos a hacerlo frente a consideraciones de tipo
externo. Desde esta teoría el conocimiento es un factor
que genera crecimiento
económico, por transitividad la Gestión del
Conocimiento se encuadra dentro de la misma.
Los recursos y capacidades poseídos conforman el
valor y la identidad de
la organización. Por esto, en el momento de planificar una
estrategia, es necesario analizar el potencial de éstos en
correspondencia con las oportunidades y amenazas del
entorno.
Son tres las ideas básicas de la Teoría de
Recursos y Capacidades [33].
- Las organizaciones son diferentes entre sí en
función de los recursos y capacidades que poseen en un
momento determinado; así como por las distintas
características de los mismos
(heterogeneidad). - Los recursos y capacidades cada vez tienen un papel
más relevante para definir la identidad de la
empresa. - El beneficio de la empresa es consecuencia tanto de
las características competitivas de la del entorno, como
de la combinación de los recursos que
dispone.
En lo concerniente a este trabajo, lo relevante e
interesante de esta teoría es el reconocimiento de que los
recursos y capacidades de la organización pueden
clasificarse en tangibles e intangibles, siendo los
últimos referidos a los que se le ha dado especial
atención producto a su capacidad de generar
valor organizativo.
El desarrollo de capacidades diferentes es la
única forma de conseguir ventajas competitivas
sostenibles. Los recursos y las capacidades se basan en la
información y el conocimiento, por lo que no tienen
límites definidos en cuanto a su capacidad de
utilización. La información y el conocimiento son
recursos para el desarrollo.
Recursos "son todos aquellos elementos necesarios, tanto
tangibles como intangibles, para que una organización
cumpla sus objetivos. Principalmente, al referirse a ellos
clasificados en: instalaciones y equipos, materiales e
insumos (recursos físicos), energía, informaciones
y datos, recursos humanos, dinero o
capital". [34]
Activos Intangibles "son aquellos que poseen valor sin
tener dimensiones físicas y están localizadas en
las personas (empleados, clientes, proveedores) o bien se
obtienen a partir de procesos, sistemas y cultura organizativa".
[35]
Estos integran el Capital
Intelectual de las organizaciones, el cual "se describe como
los recursos intangibles de una organización y es evaluado
como la diferencia entre el valor del mercado y el valor contable
de la empresa". [36]
En la literatura se encuentran
diferentes taxonomías del Capital
Intelectual, por ejemplo la de García [37] quien
considera que los diferentes tipos de este capital constituyen el
conocimiento de la organización. Señala tres
categorías fundamentales del Capital Intelectual que se
resumen en el siguiente esquema:
Figura 1.1: Categorías del Capital
Intelectual.
Fuente: Martínez Rodríguez, Ailín.
Tesis de Diploma: "Gestión del Conocimiento.
¿Réquiem por la Gestión de la
Información. Universidad de La
Habana: Facultad de Comunicación. 2001.
El Capital Relacional es aquel que surge por el intercambio de
información con agentes externos, ya sean clientes o
proveedores.
El Capital Estructural es el valor del conocimiento creado en la
organización, lo que implica que este sea productivo.
Está determinado por la cultura, las normas, los
procesos, las patentes, las marcas, la
tecnología.
Atendiendo a esta variedad de elementos dentro del
Capital Estructural, Edvinsson y Malone [38] plantean que a su
vez este capital puede dividirse en: Capital Organizacional (que
incluye las inversiones en
sistemas y herramientas que permitan la difusión del
conocimiento tanto en el interior de la organización como
fuera de ésta, o sea, que abarcaría las
tecnologías), Capital de Innovación (que se refiere a los resultados
de la innovación en forma de propiedad
intelectual, aquí se ubicarían las marcas, las
patentes) y Capital Proceso (que son los procesos, las normas, o sea,
las técnicas de trabajo que permiten aumentar la eficacia).
Por último el Capital Humano es
el valor del conocimiento creado por las personas que conforman
la organización, sus habilidades y capacidades para llevar
a cabo su trabajo. Incluye además la capacidad de
aprender, las competencias,
formación, experiencia, etc.
El Capital Relacional y el Capital Estructural siempre
pertenecían a la organización, en cambio, el
Capital Humano
nunca podrá ser de su propiedad, por
lo que se debe priorizar su gestión. El valor de una
organización radica en la convergencia de sus activos
materiales y de los inmateriales
Los activos intangibles tienen su origen en los
conocimientos, valores y
aptitudes de las personas que forman parte del núcleo de
la empresa. Estos aunque no se pueden tocar, si se pueden
identificar y clasificar adecuadamente. Una de las
clasificaciones más sencilla es la siguiente:
Figura 1.2: Monitor de
Activos Intangibles.
Fuente: Maroto, Carrión, Juan. Introducción conceptual a la gestión
del conocimiento. 2002.
- Activos de competencia individual: Se refieren a la
educación, know how, conocimientos,
habilidades, valores y actitudes de
las personas que trabajan en la empresa. No son propiedad de la
empresa. La empresa contrata el uso de estos activos con sus
trabajadores. Los trabajadores al marcharse a casa se llevan
consigo estos activos. A este conjunto de activos se les
denomina también Capital Humano.- Activos de estructura interna: Se refieren a la
estructura organizativa formal e informal, a los métodos
y procedimientos
de trabajo, al software, a las
bases de datos,
a la I+D, a los sistemas de dirección y gestión, y a la
cultura de la empresa. Estos activos son propiedad de la
empresa y algunos de ellos pueden protegerse legalmente
(patentes, propiedad intelectual, etc.). - Activos de estructura externa: Se refieren a la
cartera de clientes que recibe el nombre de fondo de comercio, a
las relaciones con los proveedores, bancos y
accionistas, a los acuerdos de cooperación y alianzas
estratégicas, tecnológicas, de producción
y comerciales, a las marcas comerciales y la imagen de la
empresa. Estos activos son propiedad de la empresa y algunos de
ellos pueden protegerse legalmente (marcas comerciales,
etc.).
En su conjunto, el Capital Intelectual de las
organizaciones es la principal ventaja competitiva.
Actualmente las organizaciones con recursos tangibles parecidos
se pueden diferenciar cuali y cuantitativamente por la
efectividad de sus activos intangibles. La ventaja fundamental
estriba en cómo se gerencia el conocimiento individual y
colectivo.
La organización debe desarrollar las capacidades
intelectuales de sus recursos humanos, su capacidad de
aprendizaje para la innovación y la creación de
nuevos conocimientos.
La Gestión del Conocimiento en las
organizaciones.
Entre los múltiples planteamiento que ha hecho Drucker
[39] respecto al tema del conocimiento en las organizaciones, se
destaca su opinión acerca de que el conocimiento es hoy el
único recurso significativo porque los tradicionales
factores de producción – suelo (recursos
naturales), trabajo y capital – aunque no han
desaparecido se han convertido en secundarios. Pueden obtenerse
fácilmente siempre que haya conocimiento.
Según el autor el conocimiento ha pasado de una
situación referida al desarrollo intelectual de la persona
a otra como factor de producción, tomando como base su
utilidad.
Aplicar conocimiento a lo que se sabe de productividad; pero
hacerlo en tareas nuevas o diferentes es
innovación.
Lozano [40], por su parte, sostiene que el entorno
actual del mundo empresarial se encuentra en un constante proceso
de cambio, promovido en muchos casos por la tecnología,
así como por la asunción del concepto de globalización del mercado, lo que obliga a
considerar otros elementos dentro del ámbito de las
organizaciones, de carácter
intangible tal como el conocimiento que posee su personal. Es
este conocimiento el que va a permitir crear nuevos productos y
servicios y, por tanto, crear cada vez más valor para la
organización.
Nonaka [41] afirma que el conocimiento, en el
ámbito organizacional, es la creencia justificada de
ciertas técnicas adquiridas empíricamente y
sostiene que la creación del conocimiento organizacional
debe entenderse como la capacidad orgánica para generar
nuevos conocimientos, diseminarlos entre los miembros de la
organización y materializarlos en productos, servicios y
sistemas, lo cual constituye la clave de la innovación en
las empresas.
Por lo tanto, la innovación y el conocimiento que
hace posible esa innovación, aunque no se incluyen en la
contabilidad
clásica de las organizaciones, se han convertido en
importantes fuentes de ventajas competitivas. Ante esa realidad,
la importancia del conocimiento se acrecienta y en la actualidad
se plantea el surgimiento de un nuevo tipo de
organización: la basada en el conocimiento.
La organización basada en el conocimiento se
considera "una suprared de recursos de conocimiento compuesta por
una red de
recursos humanos, la red de recursos de información y la
red de recursos informáticos y telemáticos".
[42]
Las organizaciones basadas en el conocimiento se caracterizan por
generar, procesar y gestionar la información para
transformarla en conocimiento. Entre sus objetivos deben
encontrarse el desarrollo profesional y personal de sus miembros,
la aplicación del máximo potencial de los
profesionales y la continua innovación y mejora de
productos y servicios. En pocas palabras es una
organización que depende del conocimiento de sus
empleados.
En opinión de Berenguer [43] estas organizaciones
deben resumir las siguientes características:
- Considerar el tiempo como factor
crítico. - Tener claro que la tecnología no vuelve a una
empresa más competitiva. - Darse cuenta de que sólo el mercado decide el
éxito de n producto, independientemente de su
calidad. - Tener una cultura organizacional basada en compartir
conocimientos y valorar los resultados a medio y a largo
plazo. - Respetar las aportaciones individuales de cada
persona. Si no se valora al que realiza una
contribución, acabará por irse a la competencia,
y con él, su conocimiento.
Todo lo que conlleva a que las organizaciones deben
producir nuevos conocimientos mediante la experiencia, las
aptitudes y actitudes en el desarrollo de una cultura
organizacional, es decir, deben crear un ambiente de conocimiento
en el que converjan la calidad de los recursos humanos, la
capacidad de gestionar la información y la habilidad del
modelo organizativo para implementar e integrar las herramientas,
técnicas y métodos
adecuados.
La organización debe involucrarse completa en el
proceso de la creación del conocimiento; pero la responsabilidad en la generación de
políticas, estrategias y
tácticas es función de la alta gerencia.
En este contexto, el conocimiento depende, entre otros factores,
de la eficaz gestión de la información, aunque las
tecnologías de la información que inciden sobre
ésta no son suficientes para alcanzar el conocimiento. La
tecnología es una herramienta necesaria; pero no ocupa el
primer lugar.
Consecuentemente, muchos autores afirman que existen dos soportes
básicos del conocimiento: los recursos humanos que
intervienen en los procesos de producción o de soporte
organizacional (formación, capacidades, cualidades
personales, entre otros.); y la información manejada en
dichos procesos que capacita a estas personas, incrementa su
formación o habilidades para el desarrollo de sus tareas
[44]. Además de elevar los resultados de la
organización si se maneja bien.
- Taxonomía del conocimiento.
Existen diferentes clasificaciones del conocimiento que
responden a distintas variables como el propósito y el
origen.
Polanyi [45] apunta la existencia de dos dimensiones del
conocimiento: conocimiento tácito y conocimiento
explícito.
Las nuevas experiencias son siempre asimiladas por medio de
conceptos que el individuo ya posee y que, de algún modo,
recibió o heredó de otros usuarios del lenguaje. Toda
comunicación se basa en una medida significativa en
conocimientos que no pueden expresarse, como tampoco puede
expresarse nuestro conocimiento de los procesos mentales. Estos
conceptos son tácitos; en consecuencia, todo nuestro
conocimiento se basa en una dimensión
tácita.
El conocimiento tácito es aquel que se encuentra
en la mente de las personas; es el producto de la experiencia, la
sabiduría, la creatividad, y
resulta difícil expresar o formalizar. Es entonces aquel
conocimiento que la persona tiene incorporado sin tenerlo
permanentemente accesible a la conciencia, pero del cual el
individuo hace uso cuando las circunstancias lo requieren y que
es utilizado como instrumento para manipular el fenómeno
que se está analizando.
El conocimiento tácito es altamente personal y
difícilmente transferible o comunicable. El conocimiento
tácito define el contexto que permite que una
percepción focalizada sea posible y que resulte
comprensible y fructífera. Su transmisión, de ser
posible, requiere de actividades conjuntas y compartidas. En un
influyente estudio sobre la construcción del láser TEA
H. Collins sostenía que "The major point is that the
transmission of skills is not done through the medium of written
words". Esa y otras experiencias han llevado a los estudiosos de
la sociología del conocimiento
científico y tecnológico a sostener que "the
diffusion of knowledge could not be reduced to the mere
transmission of information".
Algunos componentes de este conocimiento se muestran en el modelo
propuesto por Kanti [46], que se ilustra a
continuación:
Figura 1.3: Conocimiento tácito.
Fuente: Martínez Rodríguez, Ailín. Tesis de
Diploma: "Gestión del Conocimiento. ¿Réquiem
por la Gestión de la Información. Universidad de La
Habana: Facultad de Comunicación. 2001.
Como contraposición al concepto de conocimiento
tácito aparece el de conocimiento explícito. Este
último es el conocimiento objetivo y racional que puede
ser expresado en palabras, oraciones, números o
fórmulas, en general independiente de contexto alguno.
También se lo suele identificar como conocimiento
codificado ya que puede ser expresado fácilmente de modo
formal y ser transmitido a otros de modo igualmente sencillo.
Cualquier tipo de conocimiento puede ser convertido, hasta cierto
punto, mediante procesos de transferencia.
El conocimiento explícito es aquel que resulta
fácil de transmitir mediante el lenguaje
formal y puede ser soportado en libros,
escritos, audiovisuales, etc. El propio Kanti [47] propone los
siguientes modelos relacionados con el conocimiento
explícito.
Figura 1.4. Proveedores del conocimiento
explícito.
Fuente: Martínez Rodríguez, Ailín. Tesis de
Diploma: "Gestión del Conocimiento. ¿Réquiem
por la Gestión de la Información. Universidad de La
Habana: Facultad de Comunicación. 2001.
Figura 1.5: Formas de conocimiento explícito.
Fuente: Martínez Rodríguez, Ailín. Tesis de
Diploma: "Gestión del Conocimiento. ¿Réquiem
por la Gestión de la Información. Universidad de La
Habana: Facultad de Comunicación. 2001.
Sobre la base del stock de conocimiento tácito y
explícito que los individuos poseen pueden generar un
nuevo y mayor stock de conocimiento tácito por la
interacción de dos factores. En primer lugar, actúa
un factor cognoscitivo que se funda en los "modelos mentales" que
los seres humanos se forman continuamente respecto del mundo y
que por medio de esquemas, paradigmas y puntos de vista les
permite crear y modificar, en su mente, analogías y
diferenciaciones. En segundo lugar, está presente un
factor técnico referido al know-how concreto y a
las reglas de decisión aplicables a situaciones y
contextos específicos.
La diferenciación entre diferentes tipos de conocimiento
se ha trasladado a las formas en que el conocimiento es generado.
Así se han presentado diferentes modelos de
producción de conocimiento. Por un lado está el
"modelo algorítmico" de acuerdo con el cual la actividad
científica produce y transmite cierto género
privilegiado de enunciados proposicionales, independientes de
toda connotación particular proveniente de los contextos
sociales en que fueron generados y en los que adquirieron
significado. Tales enunciados constituyen las bases reconocidas
de conocimientos respecto del mundo físico. El modelo
alternativo reconoce que el conocimiento se produce en un medio
social y cultural que lo condiciona y, en tal sentido, debe
asignarse mucha importancia al conocimiento tácito para
una adecuada comprensión de la actividad
científica.
Esta discusión llegó también al
campo de la economía a partir de las obras de Richard
Nelson y Sidney Winter. Dichos autores acudieron al concepto de
Polanyi de conocimiento tácito al señalar que "the
knowldege that underlies skillful performance is in large measure
tacit knowledge in the sense that the performer is not fully
aware of the details of the performance and finds it difficult or
impossible to articulate a full account of those details".
Nelson y Winter consideraron que las situaciones relacionadas con
el conocimiento tácito no tenían un carácter
absoluto sino que eran contextuales.
Señalaban que la condición de tácito no
implicaba ser "inarticulado" aunque la inarticulabilidad de
cierto tipo de conocimiento general implicaba, por cierto, que se
trataba de conocimiento tácito. En consecuencia, ciertos
tipos de conocimientos podrían ser tácitos en
determinadas ocasiones y explícitos en otras.
En importantes trabajos anteriores de Richard Nelson y
de Kenneth Arrow el conocimiento científico y
tecnológico había sido siempre considerado como
"información", de modo que poseía las
características y propiedades de los bienes
públicos. Por lo tanto, no podía ser producido y
distribuido en forma óptima a través del mecanismo
de los mercados
competitivos. Con estos argumentos se fundamentaba la necesidad
de conceder subsidios a la ciencia y a
la investigación. Pero si el conocimiento es
tácito, y por lo tanto no codificado, ya no tiene las
propiedades del bien público y el argumento del fallo del
mercado no se sostiene.
Según algunos autores, la conversión de
conocimiento tácito a explícito, es lo que permite
hablar de la Gestión del Conocimiento. Significa que si el
conocimiento no se formaliza, es decir, si no se convierte en
información, resulta imposible planificarlo, organizarlo,
dirigirlo y controlarlo.
La gestión del conocimiento en su propósito de
difundir constantemente conocimiento, debe desarrollar la
explotación de productos/servicios de información
especializada con alto valor agregado para desarrollar nuevos y
diferentes procesos, y productos dentro de las
organizaciones.
- De los datos al conocimiento
organizacional.
Por tratarse de un campo de estudio recientemente
incorporado a las Ciencias de la
Administración, los conceptos asociados y la
terminología relacionada todavía se encuentran en
fase de desacuerdo por parte de los investigadores y expertos, lo
que justifica no sólo la necesidad de explicar los nuevos
conceptos – o viejos con nuevo significado – sino
también identificar una pauta de nomenclatura para
ser utilizada a lo largo del capítulo.
Sanguino [47], en sus investigaciones realizó una
revisión de los principales autores en dichas materias
compilando varias acepciones de la palabra, las definiciones
más significativas para estos términos
fueron:
DATO: "Elemento o cantidad conocida que sirve de base
para la resolución de un problema". "Principio en el que
se asienta una discusión". "Elemento o base para la
formulación de un juicio". "Lo que se presenta a la
conciencia como inmediato, no construido o no
elaborado".
"Elemento de información o representación
de hechos o de instrucciones, en forma apropiada para el almacenamiento,
procesamiento o transmisión por medios
automáticos".
INFORMACION: "Acto o efecto de informar (se), informe". "Datos
acerca de alguien o de algo". "Comunicación o noticia
traída al conocimiento de una persona o del
público". "Instrucción, dirección".
"Conocimiento amplio y bien fundamentado, resultante del
análisis y combinación de varios informes".
"Según la teoría de la información, medida
de reducción de la incerteza, sobre un determinado estado
de cosas, por intermedio de un mensaje (en este sentido,
información no debe ser confundida con significado y
presentarse como función directa del grado de
originalidad, imprevisibilidad y valor sorpresa del mensaje,
siendo cuantificada en bits de información)".
CONOCIMIENTO: "Acto o efecto de conocer". "Idea,
noción". "Noticia, ciencia". "Práctica de vida,
experiencia". "Discernimiento, criterio, apreciación".
"Conciencia de sí mismo, acuerdo". "En el sentido
más amplio, atributo general que tienen los seres vivos de
regir activamente el mundo circundante, en la medida de su
organización biológica y en el sentido de su
supervivencia".
De forma sintética una primera
aproximación podría ser la siguiente: los datos
están localizados en el mundo y el conocimiento
está localizado en agentes (personas, organizaciones,…),
mientras que la información adopta un papel mediador entre
ambos conceptos.
Hay que reconocer que, lo que fluye entre agentes
distintos nunca es conocimiento como tal, sino datos
(información). Es posible aproximar el conocimiento de dos
agentes que comparten los mismos datos; pero debido a sus
experiencias anteriores y a las diferencias en el modo de
procesar los datos (modelos mentales, modelos organizacionales),
nunca tendrán las mismas tendencias para la acción,
ni para estados idénticos de conocimiento. Sólo
podemos conseguir aproximaciones, ya que el contexto interno y
externo de un agente siempre es diferente a otro. Esto es
así, porque el conocimiento es información puesta
dentro de un contexto (experiencia).
En definitiva, los datos una vez asociados a un objeto y
estructurados se convierten en información. La
información asociada a un contexto y a una experiencia se
convierte en conocimiento. El conocimiento asociado a una serie
de habilidades personales se convierte en sabiduría, y
finalmente el conocimiento asociado a una organización se
convierte en Capital Intelectual. [48]
Páez Urdaneta, por su parte, para su definición
acude a la llamada pirámide informacional que está
formada por cuatro niveles, la que se muestra a
continuación:
Figura 1.6. Pirámide Informacional.
Fuente: Dante, Ponjuán, Gloria. Gestión de la
información en las organizaciones. Principios, conceptos y
aplicaciones. Santiago de Chile,
1998.
La representación de estos cuatro conceptos en la
pirámide implica una jerarquización definida por
las variables calidad vs. cantidad. Este autor propone el
concepto de información como materia
asociada a la definición de datos.
Datos: Registros
iconónicos, simbólicos (fonémicos o
numéricos) o sígnicos (lingüísticos,
lógicos o matemáticos) por medio de los cuales se
representan hechos, conceptos o instrucciones.
Por el contrario, otros autores, expresan que los datos en
sí, carecen de significado y no tienen uso.
Igualmente, cuando Páez Urdaneta habla de
información se refiere a su propuesta de
información como significado.
Información: Datos o materia informacional relacionada o
estructurada de manera actual o potencialmente significativa.
Debons sostiene que: "…. información es el proceso
pragmático de interacción con el mundo ambiental
que la rodea. Es el resultado de estar consciente, de estar
vivo".Al enunciar, Páez Urdaneta el concepto de
conocimiento lo asocia a la información como
comprensión.
Conocimiento: Estructuras informacionales que, al internalizarse,
se integran a sistemas de relacionamiento simbólico de
más alto nivel y permanencia.
En el caso de inteligencia habla de información como
oportunidad.
Inteligencia: Estructuras de conocimiento que siendo
contextualmente relevantes, permiten la intervención
ventajosa de la realidad.
A su vez, Davenport y Prusack (1998) definen datos como "un
conjunto de hechos distintos y objetivos, relativos a eventos".
Resaltan además que "en un contexto organizacional, los
datos son utilitariamente descritos como registros
estructurados de transacciones". Los datos apenas registran el
hecho, sin proveer ningún juicio de valor o
interpretación.
Lo que diferencia a los datos de la información es la
dinámica, que entra en las organizaciones,
formal o informalmente y es susceptible de variadas
interpretaciones. El significado de la información depende
de la utilidad que esta incorpore y de la percepción y la
necesidad de quien la reciba.
Llegando a la dificultad conceptual de abordar nuevos
tópicos sobre gestión del conocimiento, Spender
(2001), cree que parte de la referida dificultad responde a que
el conocimiento es "un término fluido y difícil de
ser definido". Indica también que el conocimiento posee
características que son convencionales y otras no
convencionales como "la extensión y
contextualización que lo transforman en un bien
público, además de las características que
le permiten ser comprado y vendido, pudiendo así, ser un
bien privado".
Sveiby (1998) al responder a la pregunta
"¿Qué es conocimiento?" afirma que no existe
consenso, ni aceptación de modo general, de ninguna
definición de la palabra.
Refuerza también los variados significados que la palabra
conocimiento tiene en diferentes lenguas y que la
definición dependería del contexto donde se
aplicara. Afirma que el conocimiento debería tener cuatro
características:
- Es tácito: porque los conceptos cambian o se
adaptan a la luz de las
experiencias de los individuos. - Es orientado a la acción: porque posee la
cualidad dinámica de generar nuevos conocimientos y
superar los antiguos. - Está sustentado por reglas: porque la
creación de patrones en el cerebro, con el
paso del tiempo, permiten actuar con rapidez y eficacia, de
forma automática, en situaciones
inconcebibles. - Está en constante cambio: porque el
conocimiento puede ser distribuido, criticado y
aumentado.
El Programa General
de la UNESCO define a la información como la forma
tangible de comunicar conocimiento, coincidiendo ambos
términos, por primera vez, en una definición de
alcance internacional.
Al respecto se puede afirmar que existe una estrecha
relación entre información y conocimiento, incluso
durante mucho tiempo se han concebido como sinónimos.
Jesse Shera contribuyó a la distinción entre ellos
afirmando que informar es un proceso, una actividad, y conocer es
un estado mental, de tal forma que el conocimiento es el estado de
conocer. … "El conocimiento es todo lo que un ser ha aprendido
o asimilado – valores, hechos o información –
y organizado de acuerdo a aquellos conceptos, imágenes o
relaciones que ha podido dominar…". [49]
La información posee una naturaleza física, objetiva y
tangible; el conocimiento es subjetivo y no manipulable
físicamente, es una abstracción mental. La
información es la forma tangible del conocimiento, es
producto y base de la producción del conocimiento.
En resumen, la información es la materia prima
y el conocimiento es el recurso mental mediante el cual se agrega
valor. El aumento de valor de los productos y servicios debe
efectuarse a partir de un conocimiento expresado como
información que incide en los diferentes resultados a
saber como reducción de plazos, mayor precisión,
etc. .
- Valor Agregado.
Uno de los enfoques más interesantes, en torno a estos
aspectos, se relaciona con el modelo de agregación de
valor formulado por el destacado especialista norteamericano
Robert S. Taylor en
múltiples artículos y en una obra que constituye
obligada consulta para cualquier especialista. [50]
El postulado fundamental del enfoque de
agregación de valor de Taylor, se
fundamenta en la transferencia de información como
respuesta intensiva a un proceso humano, tanto en las actividades
formalizadas a las que llamamos sistemas, como en el uso y usos
de la información que son salidas de estos sistemas. El
enfoque vital del modelo de Taylor, se destaca por la
concepción de estar conducido por el usuario.
El concepto de valor añadido se establece a partir del
conjunto de procesos que tienen esa característica (de
agregarle valor) a un producto o servicio, como se observa en las
siguientes figuras que ilustran este concepto de valor agregado,
en los distintos niveles de la pirámide
informacional:
- Los datos pueden, mediante procesos organizacionales,
ser agrupados, clasificados, formateados, etc. Cada uno de
estos procesos le va agregando valor y los convierten en
información. - La información, mediante procesos de
análisis como: separación, evaluación, validación,
comparación, entre otros, que le agregan valor la
convierten en conocimiento informativo. - El conocimiento informativo, modificado mediante
procesos evaluativos que agregan valor como: opciones, ventajas
y desventajas, pasa a constituir conocimiento productivo,
denominado por Páez Urdnaneta, como
inteligencia. - El conocimiento productivo, debido a procesos
decisionales de agregación de valor, como el
planteamiento de metas, el compromiso, la negociación o
selección se transforma en un principio
que conduce a la acción.
Estos procesos de agregación de valor llevan a la
superación del nivel informacional de un individuo, lo que
equivale a decir, que en la medida que se sube de nivel en la
pirámide se obtiene información de mayor valor en
términos de análisis de contenidos.
El conocimiento como recurso estratégico.
Los conceptos claves que se han derivado de las tres palabras
protagonistas de la sociedad del conocimiento son: Aprendizaje
Organizativo, Capital Intelectual y Gestión del
Conocimiento.
- El Aprendizaje Organizativo.
La mayoría de los activos intangibles suelen
estar basados en la información, el aprendizaje y el
conocimiento. Es en este punto donde podemos enlazar la
teoría de recursos y capacidades con el aprendizaje
organizativo. A través del aprendizaje individual y de
procesos de captación, estructuración y
transmisión de conocimiento corporativo, podemos llegar a
hablar de aprendizaje organizativo.
El aprendizaje organizativo es el enfoque subyacente que
da sentido y continuidad al proceso de creación de valor o
de intangibles. El aprendizaje, en suma, es la clave para que las
personas y las organizaciones puedan ser más inteligentes,
memorizando y transformando información en conocimiento.
Podemos asociar a este enfoque los conceptos de "organizaciones
inteligentes", "organizaciones que aprenden"(learning
organizations). [51]
Este enfoque permite aumentar las capacidades de una
organización, es decir, es un medio para que la empresa
pueda resolver problemas cada vez más complejos. Cuando
una serie de personas empiezan a trabajar en grupo, al principio
se suelen producir problemas de coordinación, cuando pasa un tiempo, se van
afinando los procesos y cada vez se realiza mejor la tarea. Esto
es aprendizaje organizativo, aprender juntos a resolver problemas
con una efectividad determinada. [52]
- El Capital Intelectual.
Es complicado atribuir una paternidad única al
concepto de Capital Intelectual. En la pasada década se
comienza a utilizar este término en Estados Unidos,
Canadá, Australia y, especialmente, en Suecia.
Para Aguirre y Tejedor (1997) es Suecia el país
pionero en la materia con la constitución en los años 80 de un
grupo de trabajo "The Swedish Community of Practice" que
aglutinaba las aportaciones teóricas y prácticas de
las universidades y empresas suecas relativas a los sistemas de
gestión centrados en los activos intangibles; éstos
constituyen los antecedentes más claros del capital
intelectual.
Existe una definición dada por Edvinsson que
aunque mítica ofrece, en nuestra opinión, la
visión más acertada.
" Una organización es un árbol. Hay una
parte que es visible (las frutas) y por otra parte que es oculta
(las raíces). Si solamente te preocupas por recoger las
frutas, el árbol puede morir. Para que el árbol
crezca y continúe dando frutos, las raíces deben
estar sanas y nutridas. Esto es válido para las empresas:
si sólo te preocupas de los resultados financieros e
ignoramos los valores
escondidos, la empresa no sobrevivirá en el largo plazo."
[53]
Este concepto siguiendo a Edvinsson y Malone (1999), es
una expresión que combina dos ideas fundamentales: la
inteligencia en acción o los resultados provenientes del
ejercicio intelectual y su valoración o medida, en
términos similares a los empleados para explicar el
capital financiero.
- La Gestión del Conocimiento.
La denominación Gestión del Conocimiento
tiene dos componentes, por una parte, el relativo a la
gestión, el cual en el ámbito organizacional se
traduce en la adopción
de funciones, tales como: planificación, organización,
dirección y control de procesos para la consecución
de los objetivos propuestos, según la misión y
visión de éstas; y por otra parte, la capacidad
y el talento de los individuos y organizaciones de transformar
información en conocimiento, generando creatividad y poder
de innovación, lo que ofrece seguridad y, por
ende, incentiva la toma de
decisiones.
Según Weig [54], la Gestión del
Conocimiento debe ser analizada desde tres perspectivas
diferentes.
- Perspectiva comercial: Procura analizar por
qué, dónde y hasta qué punto la
organización debe invertir en o explotar el
conocimiento. - Perspectiva gerencial: Procura determinar, organizar,
dirigir y vigilar las actividades relacionadas con el
conocimiento que son necesarias para lograr los objetivos y las
estrategias deseadas por la organización. - Perspectiva operativa: Procura concentrarse en
ampliar la experiencia para conducir trabajo y tareas
explícitamente relacionadas con el
conocimiento.
Es, de cualquier manera, un concepto complejo por
abarcar temas relativos a los problemas del conocimiento
individual y colectivo de la organización. Se relaciona
con los activos intangibles y la capacidad de aprender para
generar nuevos conocimientos.
Existen muchas definiciones dispares de la
Gestión del Conocimiento. La misma se puede definir a
partir de tres enfoques fundamentales:
- Enfoque mecanicista o tecnológico: Se
caracteriza por la aplicación de la tecnología y
los recursos. En este enfoque la gestión del
conocimiento se preocupa por la mejor accesibilidad de la
información, la tecnología de Networking y el
Groupware en particular. - Enfoque cultural o del comportamiento: Establece la gestión del
conocimiento como un problema de la gerencia. La
tecnología no es la solución sino los procesos.
Se preocupa por la innovación y la creatividad. Se hace
necesario que la conducta y
la cultura organizacional sean cambiadas. - Enfoque sistémico: Retiene el análisis
racional de los problemas del conocimiento. Las soluciones
se encuentran en una variedad de disciplinas y
tecnologías. La tecnología y la cultura son
importantes, pero deben ser evaluados sistemáticamente;
los empleados pueden ser o no reemplazados, aunque las
prácticas se deben cambiar. Se mira la gestión
del conocimiento desde un punto de vista
holístico.
Al respecto, diversas son las denominaciones dadas por
los expertos para la comprensión de la gestión del
conocimiento.
Para Malhota, gestión del conocimiento es: "la
combinación de sinergias entre datos, información,
sistemas de
información y la capacidad creativa e innovadora de
los seres humanos." [55]
Quinta sostiene que es: "el proceso de gerenciar
continuamente el conocimiento de todo tipo para satisfacer
necesidades presentes y futuras, para identificar y explotar
recursos de conocimiento tanto existentes como adquiridos para
desarrollar nuevas oportunidades." [56]
Por su parte Macintosh, expresa que: " La gerencia del
conocimiento envuelve la identificación y análisis
del conocimiento tanto disponible como requerido, la planeación
y el control de acciones para
desarrollar activos de conocimiento, con el fin de alcanzar los
objetivos organizacionales." [57]
Brooking ofrece otro concepto de este enfoque, el que
define como: "el conjunto de procesos y sistemas que hacen que el
capital intelectual de la organización crezca y se
preocupa además por las tácticas y estrategias para
gestionar los recursos humanos." [58]
Según Wallace: "la Gestión del Conocimiento es una
nueva disciplina para habilitar personas, equipos y
organizaciones en la creación, compartición y
aplicación del conocimiento colectiva y
sistemáticamente, para mejorar la consecución de
los objetivos del negocio." [59]
En cuanto a Prusack, la gestión del conocimiento tiene que
ver con: " la gestión del entorno que optimiza el
conocimiento. El conocimiento en sí mismo no se puede
gestionar. Gestionar el entorno es hacer que la gente lea, piense
y coordine entre equipos." [60]
Davenport lo define como: " el proceso sistemático de
encontrar, relacionar, organizar, destilar y presentar la
información de una manera que mejore la comprensión
de un área específica de interés para los
miembros de la organización." [61]
En opinión de Steib: " la Gestión del Conocimiento
se puede definir como un proceso sistemático de
búsqueda, selección,
organización, difusión de información, cuyo
objeto es aportar a los profesionales de la
compañía, los conocimientos necesarios para
desarrollar eficazmente su labor." [62]
Para algunos autores la gestión del conocimiento
pudiera resumirse en: " información más recursos
humanos. Se trata de desarrollar un conjunto de actuaciones y
procedimientos
que aporten valor añadido a las actividades de las
organizaciones y generalicen las mejores prácticas, en
cada uno de los procesos de su actividad." [63]
Hay otros que además de relacionar este enfoque
con los recursos humanos lo hacen también con la
tecnología. Relacionado con esto, Goni enuncia: " la
Gestión del Conocimiento es una corriente modeladora de la
transformación de las empresas, introduciendo la
consideración de otro recurso más (el
conocimiento), para dar respuesta a las nuevas demandas de cambio
y mejora, y para lograr mantener posiciones competitivas
empleando de manera intensiva las capacidades de las personas y
de las tecnologías de la
información."[64]
Respecto a lo antes expuesto, debemos hacer las
siguientes consideraciones.
Definiciones como las de Steib y Davenport son ambiguas porque
ellas pueden hacer, y de hecho lo hacen, referencias a la
Gestión de la Información. Paradoja dada por la
relación entre información y conocimiento,
analizada con antelación.
Los demás autores conceptualizan, de una forma u otra, la
gestión del conocimiento como un proceso social y
tecnológico, dentro del enfoque sistémico donde
recursos humanos desempeñan un rol fundamental.
La Gestión del Conocimiento es una herramienta para
abordar los problemas del conocimiento en los procesos
organizacionales, y su correcta utilización para generar
habilidades con el propósito de saber adaptarse a las
exigencias del entorno.
Teniendo en cuenta diversos enfoques, se puede definir como: "el
proceso de identificación y captura de la pericia
colectiva de una compañía cualquiera en el lugar
donde resida (bases de datos,
papel o cabeza de las personas) y su distribución hacia cualquier lugar donde
ayude a producir mejores resultados. Tiene por finalidad
capturar, administrar, clasificar y estudiar el conocimiento
generado en la organización." [65]
Vinculada con el Capital Intelectual, concepto que ya ha
sido introducido, podemos hacer una nueva denominación de
la Gestión del Conocimiento de forma más precisa:
"Conjunto de procesos y sistemas que permiten que el capital
intelectual de una organización aumente de forma
significativa, mediante la gestión de sus capacidades de
resolución de problemas de forma eficiente, dado una
integración e interacción plena, que permita
generar ventajas competitivas sostenibles en el tiempo."
[66]
Por tanto, la gestión del conocimiento crea valor
con los activos intangibles de la organización. La
sabiduría individual se convierte en colectiva, se captura
y se distribuye hacia las áreas de la organización
donde se necesite, es decir, persigue trasladar el conocimiento
con un emisor que lo posee a un receptor que lo requiere. Esta se
proyecta al futuro mirando el pasado: los conocimientos que una
vez se utilizaron en los diferentes procesos organizacionales
pueden reutilizarse en el futuro, de manera que se minimice el
consumo de
recursos materiales y humanos en su
realización.
La tecnología tiene un carácter dual
dentro de este enfoque. Si bien es cierto que no se debe concebir
como la instalación de un programa o la
creación de una intranet,
aunque se vendan diferentes aplicaciones relacionadas con ella,
tampoco se debe minimizar su importancia como soporte donde
confluyen las informaciones generadas diariamente en las
organizaciones; las que representan el conocimiento y, al mismo
tiempo, permiten que los miembros de la organización las
transformen en nuevo conocimiento, convirtiéndose en sus
productores, elemento más importante de la gestión
del conocimiento.
La gestión del conocimiento es, ante todo, un
proceso cultural. Las organizaciones dentro de su cultura deben
propiciar y recompensar el intercambio de conocimientos porque de
otra manera la tecnología no puede resolver los problemas
cognoscitivos de la organización, la capacidad de
respuesta, la productividad y la competencia
organizacional.
- La Cultura Organizacional.
Las organizaciones son la expresión de una
realidad cultural, que están llamadas a vivir en un mundo
de permanente cambio, tanto en lo social como en lo
económico y tecnológico; o por el contrario, como
cualquier organismo puede encerrarse en el marco de sus
límites formales. En ambos casos, esa realidad cultural
refleja un marco de valores, creencias, ideas, sentimientos y
voluntades de una comunidad
institucional.
La idea de ver o concebir a las organizaciones como
culturas – donde hay un sistema de significado compartido
entre los miembros – es un fenómeno relativamente
reciente. Es interesante que, sin embargo, el origen de la
cultura como variable independiente que afecta las actitudes del
empleado y el comportamiento, se remonta a hace 50 años, a
la noción de institucionalización. [67]
Cuando una organización se institucionaliza toma
vida propia, aparte de la de sus fundadores o miembros.
Además se valora por sí misma, no tan sólo
por los bienes y servicios que produce; adquiere inmortalidad. Si
sus metas originales dejan de ser relevantes, no se sale del
negocio; al contrario, se redefine a sí misma.
La institucionalización opera para generar un
conocimiento apropiado y, fundamentalmente, significativo.
Así, cuando una organización se vuelve una
permanencia institucional, los modos aceptables de
comportamiento, por ellos mismos, se vuelven evidentes para sus
miembros.
En esencia, esto es lo mismo que hace la cultura
organizacional. En consecuencia, entender lo que conforma la
cultura de la organización y la manera en que se
creó, se mantuvo y pudo aprenderse incrementará
nuestra habilidad de explicar y predecir el comportamiento de la
gente en el trabajo.
Hace diez años las organizaciones eran, en
general, consideradas como un medio racional el cual era
utilizado para coordinar y controlar a un grupo de personas.
Tenían niveles verticales, departamentos, relaciones de
autoridad,
etc. Pero las organizaciones son algo más que eso; como
los individuos, pueden ser rígidas y flexibles, poco
amistosas o serviciales, innovadoras y conservadoras, aunque
ambas tienen una atmósfera y
carácter especiales que van más allá de los
simples rasgos estructurales… Los teóricos de la
organización han comenzado, en los últimos
años, a reconocer ésto al admitir la importancia
que la cultura desempeña en los miembros de una
organización. [68]
El concepto de cultura es nuevo en cuanto a su
aplicación a la gestión
empresarial. Es una nueva óptica
que permite a la gerencia comprender y mejorar las
organizaciones. Ahora bien, qué se entiende por
cultura.
Según Shein (1991), cultura es: "Un patrón
de conjeturas básicas que se comparten, que se inventa,
descubre o desarrolla, por un grupo dado, a medida que aprende a
enfrentar sus problemas de adaptación externa e
integración interna que ha funcionado bastante bien para
ser considerado válido y por tanto, se ha de
enseñar a nuevos miembros del grupo como el modo correcto
de percibir, pensar y sentir en relación con esos
problemas." [69]
Para este autor, la cultura es el resultado de los
esfuerzos de la organización por adaptarse
simultáneamente a ambientes externos y controlar su
integración interna.
Las organizaciones tienen una finalidad, objetivos de
supervivencia, pasan por ciclos de vida y enfrentan problemas de
crecimiento. Tienen una personalidad,
una necesidad, un carácter y se
las considera como microsociedades que tienen sus
procesos de socialización, sus normas y su propia
historia. Todo esto está relacionado con la
cultura.
La mayoría de los autores consultados coinciden,
cuando relacionan la cultura organizacional, tanto en las
ciencias
sociales como con las ciencias de la conducta. Al
respecto, David (1993) dice que "la cultura es la conducta
convencional de una sociedad, e influye en todas las acciones a
pesar de que rara vez esta realidad penetra en sus pensamientos
conscientes". El autor considera que la gente asume con facilidad
su cultura, además, que ésta le da seguridad y una
posición en cualquier entorno donde se
encuentre.
Desde otro punto de vista más general, la cultura
se fundamenta en los valores, las creencias y los principios que
constituyen los cimientos del sistema gerencial de una
organización, así como también al conjunto
de procedimientos y conductas gerenciales que sirven de ejemplo y
refuerzan esos principios básicos. Incluye también,
las consecuencias dirigidas hacia esa actividad tales como la
visión, las estrategias y las acciones, que en su conjunto
funcionan como un sistema dinámico.
Otros autores añaden, tal como es el caso de Kats
y Kahn (1995) que "la cultura organizacional se asienta sobre las
suposiciones compartidas de los sujetos y se expresa a
través del lenguaje,
normas, historias y tradiciones de sus
líderes".
Según Robbins (1999), parece haber un amplio
acuerdo en que la cultura organizacional se refiere a un sistema
de significado compartido entre sus miembros y que distingue a
una organización de las otras.
La cultura organizacional es la médula de la
organización que esta presente en todas las funciones y
acciones que realizan todos sus miembros. Esta determina la forma
como funciona una empresa. En general, se puede afirmar que la
cultura es el reflejo de factores profundos de la
personalidad, como los valores y las aptitudes que
evolucionan muy lentamente y a menudo son inconscientes. En
consecuencia, la cultura organizacional es entendida "como un
conjunto de creencias y prácticas ampliamente compartidas
en la organización y, por tanto, tiene una influencia
directa sobre el proceso de decisión y sobre el
comportamiento de la misma." [70]
Hoy día, es una realidad que tanto la
aplicación de técnicas gerenciales modernas, como
el empleo de las
nuevas
tecnologías, tienen un desarrollo pobre en los
países menos industrializados y se ha identificado que
algunas de las barreras más importantes no son las
tecnológicas, sino las culturales, relacionadas con la
cultura organizacional, las estructuras organizacionales y los
procesos de gestión, además de la escasez de
recursos.
Es necesario crear los cimientos de una cultura
gerencial que reconozca el valor que tienen para una
organización, el uso adecuado de la información y
la insustituible importancia de utilizar y preservar los
conocimientos adquiridos por los trabajadores en el transcurso
del tiempo que son, a su vez, parte estratégica de su
patrimonio.
Esta cultura debe estar presente en todos los niveles de
dirección de la organización y entre sus empleados.
Por lo que la gestión del conocimiento es un importante
método de trabajo que propicia, auxiliado de las
tecnologías, el desarrollo de una cultura
organizacional
- El Ambiente.
Uno de los conceptos que resulta importante dominar en
el campo de la gestión del conocimiento, es el de
ambiente. Esta especialidad existe porque es una actividad
esencialmente de los servicios. Es decir, se trata de atender y
servir a una comunidad, a un conjunto de personas que requieren
de las competencias de
un conjunto de estudiosos y
especialistas que se enfrentan al permanente reto de
atender, satisfacer, y muchas veces, adivinar lo que puede ser
útil o necesario para otros.
Ambiente: "son todos aquellos factores que pueden y
deben influir en las decisiones que se toman dentro de las
organizaciones". [71]
Este concepto tiene relación con todo lo que nos
rodea. El mismo ha sido llevado al mundo de las organizaciones
donde se vinculan con un conjunto de influencias externas, las
que ejercen influencias generales o específicas que
están fuera de su control. Los aspectos generales ejercen
influencia indirecta y entre ellos pueden mencionare:
- El desarrollo tecnológico.
- El estado de la economía, la política y la
sociedad.
Entre los factores que ejercen influencia
específica, se encuentran personas e instituciones
que tienen contacto directo con la organización,
como:
- Organización matriz.
- Consumidores.
- Suministradores.
- Agencias gubernamentales.
- Instituciones financieras.
- Organizaciones gremiales y sindicales.
Figura 1.10. Una representación del ambiente de
una organización.
Fuente: Dante, Ponjuán, Gloria. Gestión de la
información en las organizaciones. Principios, conceptos y
aplicaciones. Santiago de Chile,
1998.
La influencia que ejercen los componentes antes citados
pueden variar según las circunstancias de un determinado
momento. Una organización se nutre de su ambiente y
también trabaja para él. Vale decir que la
organización recibe una entrada del ambiente, lo
transforma y entrega un bien / servicio con diferente
valor.
- A modo de Compendio.
En cada momento se ha gestionado lo que cada momento ha
necesitado. La gestión del conocimiento comienza a
desarrollarse en la última década del siglo XX como
respuesta no a las necesidades de información
organizacionales, sino como respuesta a la necesidad de
creación de un nuevo enfoque que ayude a las
organizaciones a ser competitivas, innovadoras, creativas,
inteligentes, aprender, a tener conocimientos.
La gestión del conocimiento tiene como elemento
más importante el recurso humano; debe entenderse como la
creación de un ambiente que propicia el desarrollo de una
cultura organizacional como única manera de poder
transmitir el conocimiento a todos los miembros de la
organización. Es la forma en que las organizaciones
expresan su nivel o intensidad de inteligencia
organizacional.
Una organización inteligente es la que es capaz de recibir
y procesar información, crear conocimiento con ella y
usarlo para la toma de
decisiones, de manera eficaz… ¿Cómo lo
hace?.
La gestión de conocimientos es el concepto bajo el cual la
información se convierte en conocimiento activo y se hace
disponible fácilmente, de modo utilizable por las personas
que pueden aplicarlo…
Para el autor la Gestión del Conocimiento es considerada
como un proceso organizacional basado en la combinación
sinérgica de: los Recursos Humanos, las tecnologías
de la Información y las Comunicaciones y la Cultura
Organizacional. Es un fenómeno que depende de la
formación y conocimiento del individuo que se hace
imprescindible en el proceso de creación de conocimiento,
y que permite su generación, distribución, acceso y uso con el objetivo
de formar organizaciones inteligentes, adaptables y, por tanto,
competentes.
Esquema: Proceso de la Inteligencia Organizacional.
Fuente: Elaborado por el autor.
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