Tomás Erazo
Peña
Entre el 1ro y el 2 de mayo de 1954, los trabajadores
bananeros de Honduras se fueron a una huelga que,
después de un semana, cubriría el país en un
gran alzamiento que involucraría a casi la totalidad de
los trabajadores del país. Nunca los huelguistas se
imaginaron que estaban partiendo la historia de Honduras y
formando un movimiento
social sin precedentes.
Para entender este fenómeno, hay que recordar lo
que eran los monopolios bananeros que, como la Unidad Fruit Co. y
la Standard Fruit Co., no sólo dominaban la economía de Honduras
y el Caribe, sino que eran un "Estado dentro
del Estado",
ponían y quitaban presidentes, controlaban el Congreso
Nacional, y las leyes estaban a
su servicio. Los
trabajadores sufrían una explotación sin limites,
no gozaban de ningún derecho laboral o
social. El país estaba sometido desde hacia 25 años
a una terrible dictadura que
no permitía libertades políticas
y no habían elecciones.
Los sindicatos y
toda organización social habían sido
disueltos al nomás llegar al poder
político de Honduras el general Tiburcio Carias Andino. Lo
mismo acontecía con los partidos
políticos, en particular el Partido Comunista de
Honduras de gran influencia entre los trabajadores bananeros.
1932 marca el inicio
de esta dictadura.
Al derrumbarse el fascismo europeo
con la segunda guerra
mundial (1939-1945), las dictaduras centroamericanas son
estremecidas por el auge de las luchas populares. Se derrumban
Ubico en Guatemala y
Martínez en El Salvador, pero Carias sale indemne
después de masacrar al pueblo. Carias, más por la
presión
de las luchas en el contexto internacional, cede el poder a Juan
Manuel Gálvez, viejo abogado de la United Fruit. Se
inició así una leve apertura política que
aprovechan los trabajadores e intelectuales progresistas. En 1948
se organizan en un partido político, el Partido
Demócrata Revolucionario Hondureño (PDRH) que el 10
de abril de 1954 daría origen a la reorganización
del Partido Comunista de Honduras (PCH), y aparecen embriones de
organizaciones
sindicales como el Comité Coordinador Obrero (CCO) que al
ser reprimido por Gálvez se transformaría en
Comité de Unidad Sindical (CUS) y luego en Comité
de Lucha Obrera (CLO).
El PDRH y el PCH, así como el CCO, el CUS y el
CLO se dan a la tarea de organizar en las ciudades principales:
Tegucigalpa, San Pedro Sula, Progreso, Puerto Cortés, La
Lima, Tela y Ceiba, unos "círculos de estudio" del partido
político y otras pequeñas organizaciones
sindicales. Estas agrupaciones en los campos de trabajo de los
obreros bananeros eran clandestinas. Los "círculos"
educaban a los trabajadores en literatura política y los
defendían de los desmanes de las compañías
bananeras, exigían horarios de 8 horas de trabajo,
seguridad
social, pago de días festivos. Esta labor se realizaba
desde los años 1945, era un trabajo riesgoso, clandestino,
lento, se le llamaba "trabajo de hormiga".
Para 1953, en Honduras se presentaban dos coyunturas
favorables a las luchas de los trabajadores. Por un lado, las
compañías bananeras, para salir de una crisis en el
cultivo y exportación del banano, estaban
reorganizando las formas de trabajo y de pago: se cambiaban las
jornadas de trabajo, se rebajaban los salarios, se
acentuaba la explotación. Al mismo tiempo, el
país entraba en un año electoral. Para octubre de
1954, se debería de convocar a elecciones de Presidente.
En el seno del partido gobernante, el Partido Nacional, se
inició una disputa por el poder político, entre los
seguidores de Carias y Gálvez que intentaba reelegirse y
continuar con un "reformismo en el Estado". La
oposición se reorganizaba alrededor del Partido Liberal y
su candidato Ramón
Villeda Morales. La lucha política y por reivindicaciones
económicas se agudizó. Por un lado los trabajadores
pedían salarios, un
código
de trabajo, seguridad social,
y el pueblo en general pedía "elecciones
libres".
Miles de hondureños se lanzan a las calles entre
1953 y 1954. Los comunistas y sus organizaciones clandestinas
ante esta coyuntura favorable decidieron celebrar el 1ro de mayo
de 1954 acatando las consignas del III Congreso de la FSM que
fueron transmitidas a los trabajadores en manifiesto redactado
por Rigoberto Padilla Rush, quien asistió a ese congreso
por el CCO.
En abril de 1954, se dan dos protestas que serían
como un "embrión" de la huelga. En
Tela, Atlántida y Puerto Cortés, dos puertos de la
costa atlántica de Honduras y que eran lugares de embarque
del banano de la United Fruit Co., a los trabajadores se les
obliga a cargar los barcos sin pagarles como trabajo doble, sin
reparar que era domingo día de descanso. Los trabajadores
se niegan y hacen un paro, el gobierno
interviene y manda soldados, y mientras se firma una acta de
suspensión del paro, y los juzgados conocen del
caso.
Por otro lado, el CCO y el PCH convocan a los
trabajadores bananeros a la ciudad de Progreso a celebrar el
primero de mayo que estaba prohibido por el gobierno. Los
trabajadores presentan también a la compañía
un pliego de peticiones protestando por el cambio en el
modo de trabajar y de pagar el salario. Los
trabajadores acuden al llamado, se realiza una
manifestación de protesta. Los trabajadores deciden irse a
una huelga ante la negativa de la empresa a sus
reclamos. Miles se incorporan a la huelga el 3 de mayo, se
paralizan Tela, Batan, Progreso, después se
agregaría Puerto Cortés y la Lima.
Lo que habían hecho los comunistas durante casi
diez años, con su labor educadora y organizadora, a
través de sus "células" y
la difusión de sus periódicos "Vanguardia
Revolucionaria" y "Voz Obrera" se estaba realizando: parar los
desmanes de las bananeras con una huelga nunca vista en Honduras
desde 1932. Lo objetivo, lo
consciente, lo espontáneo y lo planeado, encontraron en
1954 las condiciones para realizar la huelga.
Ya para el 5 de mayo, la huelga se expandío al
otro monopolio
bananero, la Standart Fruit Co. con sede en el Puerto de la
Ceiba. En junio la huelga se extendió a las ciudades de
San Pedro Sula y Tegucigalpa, se paralizaron fábricas,
aserraderos, ingenios de azúcar
y minas. Era un alzamiento popular, ya de todo el
país.
En la ciudad del Progreso se formó un
Comité Central de Huelga encabezado por Cesar Augusto
Coto. Mientras en la Lima empezaron a surgir la
intervención de los bananeros y el gobierno, al quedar en
ese sector el maestro Manuel de Jesús Valencia, dirigente
de formación anticomunista.
Los bananeros lograron también aplacar a los de
Ceiba y firmaron un acuerdo de regreso a las labores. Mientras
con los obreros de Progreso se inició una negociación y a la vez una labor de
represión.
En el Progreso, los trabajadores formaron un
"pequeño gobierno" que el gran novelista social Ramón
Amaya Amador, autor del libro
"Prisión verde", catalogó de "Comuna de Paris en
embrión". Los trabajadores formaron comités de
apoyo, de vigilancia y la ciudad empezó a ser dirigida por
los obreros en huelga.
Para el 5 de junio, la United Fruit Co., con el auxilio
del gobierno y de traidores, reprime y organiza otro
Comité Central de Huelga. Son encarcelados por
"comunistas" Cesar Augusto Coto y otros, la represión se
extendió a otras ciudades. El gobierno de Gálvez en
ese momento se había aliado con el gobierno estadounidense
para invadir a Guatemala y no
querían tener el "patio trasero" con un problema como era
ese alzamiento popular. La guerra
fría hacía sentir su garra en
Honduras.
El 9 de julio, se logra terminar la huelga firmando un
acta que no cumplía con lo que los huelguistas
querían. Pero aún con la represión y la
traición, la huelga logra, en lo general, sus objetivos. El
Partido Nacional en el poder entra en crisis y le es
imposible seguir gobernando, aún imponiendo una dictadura
con Julio Lozano Díaz que sustituye a Gálvez que se
retiró "por enfermedad", después vendría un
golpe militar reformista y convoca a elecciones que les gana a la
oposición con Villeda Morales.
Villeda Morales aprueba en 1959 un Código
de Trabajo, legaliza el sindicalismo,
da el seguro social
y una reforma
agraria. Los estudiantes ganan la autonomía de la
Universidad
Nacional y las mujeres su derecho al voto. Nace todo un marco
jurídico y una Constitución de avanzada. Eso son los
logros de este alzamiento popular.
A 50 años de este fenómeno de 1954, que no
se ha vuelto a repetir, los trabajadores hondureños ven
amenazados sus conquistas por el neoliberalismo
que quiere hacer retroceder todo lo conquistado en
1954.
El movimiento
sindical y campesino está en crisis. La mayoria de sus
organizaciones han sido coptadas por el oportunismo, se quiere
imponer leyes represivas,
con el cuento de
reprimir al terrorismo y
la delincuencia.
Una nueva estrategia se
está haciendo necesaria para dar una nueva visión
del país que tenemos y queremos. Nuevas formas de organización y lucha son necesarias, sin
abandonar lo viejo y la experiencia. Los trabajadores bananeros
casi han desaparecido, son una minoría, el obrero
industrial está siendo sustituido por el trabajador de la
maquila. Así aparecen nuevos "embriones" de
organización y lucha: nace en el 2001 el Bloque Popular,
luego el 2003, la Coordinadora Nacional de la Resistencia
Popular. Miles de trabajadores salen a las calles a protestar
dirigidos por estas organizaciones. El 26 de agosto de 2003, los
trabajadores se movilizan y se toman por 24 horas a la capital del
país.
La consigna de crear un nuevo poder popular está
surgiendo desde abajo, surgen asambleas populares en todo el
país y se organiza la protesta y la propuesta. Aunque el
fenómeno de 1954 no se puede repetir, se está
vislumbrando y creando una nueva lucha.
Los trabajadores hondureños se aprestan a
celebrar con júbilo y con movilizaciones los 50
años de la gloriosa huelga de 1954.
Nota final. La CTAL y Vicente Lombardo Toledano
con el apoyo de la Federación Sindical Mundial jugaron en
1954 un papel vital:
organizaron a nivel continental y mundial un movimiento solidario
también sin precedentes. Justo es reconocerlo en los 110
años de su nacimiento. La Universidad
Obrera como educadora dio su aporte.
Abril 2004
Bernas Gustavo Hernández
Reyes