Indice
1.
Introducción
2. Revolución
científica
3. Consecuencias de la revolución
científica
4. La revolución
copernicana
5. Teóricos de la
ciencia
6. El desarrollo de la revolución
científica
7. Revolución científica
aplicada
8. Conclusión
La esencia real de la Revolución
Científica comprende un amplio espacio, en el cual fueron
desarrollándose los hechos que dieron origen a dicho
hecho. Esta revolución
como su nombre la indica, representa el cambio
paradigmático de la era en cual reinaban formas de
proceder como la especulación y la deducción.
Pasando a tiempos en el cual se procede mediante una forma mas
sustentada, es decir con soportes firmes basados en la ciencia
pura, es decir de cierta forma se dejo de lado la visión
aérea de los hechos.
Esta revolución, presenta las razones por las
cuales la asimilación de un nuevo tipo de fenómeno
o de una nueva teoría
científica debe exigir el rechazo de un paradigma
más antiguo, no se derivan de la estructura
lógica
del conocimiento
científico; pues podría surgir un nuevo
fenómeno sin reflejarse sobre la práctica
científica pasada.
Conceptos
Por revolución científica se denomina habitualmente
el periodo comprendido entre 1500 y 1700 durante el cual se
establecen los fundamentos conceptuales e institucionales de la
ciencia
moderna.
Se considera revolución científica a todos aquellos
episodios de desarrollo no
acumulativo, en que un paradigma
antiguo es reemplazado completamente o en parte, por otro nuevo,
incompatible.
En lo que a conceptos, el elemento central de la
Revolución Científica es el abandono de la
visión cosmogónica en la que la Tierra
ocupaba el centro del Universo
(sistema
geocéntrico de Ptolomeo) y de la física
aristotélica, por una en la que los planetas se
mueven en torno al Sol
(sistema
heliocéntrico), una idea que, aunque también
habían considerado algunos antiguos (Astiarco), fue
introducida con detalle por Nicolás
Copérnico.
3. Consecuencias de la
revolución científica
Las consecuencias de la revolución
científica, de la que Galileo y Newton fueron
sus máximos exponentes, pueden dividirse en tres grandes
grupos:
consecuencias metodológicas, filosóficas, y
religiosas:
Consecuencias metodológicas:
- Desconfianza ante las "intuiciones" ingenuas del
sentido común como intérprete de la
realidad. - Se incrementa el valor de la
observación y de la experiencia y la
necesidad de la verificación empírica. Los
sistemas
puramente especulativos, como construcciones mentales deducidas
a partir de unos principios
universales no discutidas, ceden el paso a hipótesis de trabajo basadas en la
experiencia y sujetas a una revisión
continua. - Nuevo criterio de verdad.
- La deducción, que había reinado desde
Parménides, cede el trono a la inducción. Galileo la practica, y Bacon
acomete la tarea de justificarla teóricamente y de
elaborar su metodología, de forma que constituya el
nuevo instrumento (Novum Organum) de la ciencia
en sustitución del Organon
aristotélico. - La expresión de la realidad se matematiza. La
ciencia
moderna desea predecir con exactitud los fenómenos, y
para ello necesita conocer las leyes
físico-matemáticas que los rigen. - Cada rama de la ciencia se independiza de las otras
(aunque aproveche indirectamente sus avances).
Consecuencias filosóficas
- Se derrumba la autoridad de
Aristóteles. Se ve que Aristóteles se equivocó al afirmar
el sistema geocéntrico de esferas, la incorruptibilidad
de los astros, el cese del movimiento
cuando cesa la causa, etc. El desprestigio de
Aristóteles aumentó también por
considerársele defensor a ultranza del método
deductivo y la especulación pura. - Cambia el concepto de
ciencia. Ya no interesa lo óntico, sino lo
fenoménico; la realidad subyacente, sino el comportamiento aparente. Algunos
científicos como Galileo y Kepler solo se interesan por
establecer las leyes matemáticas de los
movimientos.
Consecuencias religiosas
- Autonomía de la ciencia frente a cualquier
autoridad.
La última palabra corresponde a la razón, que
parte de la experiencia científica y vuelve a ella para
verificar sus conclusiones. - El científico moderno suprime las
explicaciones prenaturales de los fenómenos
físicos, y busca sólo las causas inmanentes,
intramundanas.
El papel de las
leyes en las explicaciones científicas
Con Descartes,
Galileo y Newton se
desarrolló la idea de que el verdadero conocimiento
es conocimiento
de algo que está más allá de los
fenómenos, que tiene una estructura
definida y caracterizable matemáticamente. Decir que la
realidad tiene una estructura que no está constituida por
sustancias y, en particular, identificar la realidad con una
estructura matemática
de los fenómenos, nos permite formular la idea de que
sí podemos tener conocimiento cierto de esa
estructura.
Según Newton, la "deducción a partir de
los fenómenos" requería el diseño
de experimentos y la
sistematización de observaciones en un marco de conceptos
matemáticos que permitieran llegar a tener conocimiento de
la estructura, de lo real, sin suponer que conocemos las causas
últimas de lo real. Así, implícitamente,
Newton distingue dos conceptos de "causa"; por un lado, habla de
las leyes cuantitativas de la naturaleza como
causas, en un sentido en el que ya Descartes
hablaba de las leyes como causas secundarias, esto es, en el
sentido de que apelar a esas leyes permite explicar los
fenómenos. Por el otro, Newton habla de "causa" en el
sentido del origen físico, en el nivel de la estructura
corpuscular de la materia, del
movimiento.
La estructura de los fenómenos o, más
precisamente, las leyes de la naturaleza que
describen la estructura de manera cuantitativa, eran para Newton,
causas que explicaban los fenómenos, y en ese marco
sería más correcto hablar de principios
explicativos.
Newton señalaba que las leyes fundamentales de la
naturaleza son descripciones de las fuerzas de interacción
que se aplican universalmente. Estas leyes nos permiten explicar
la estructura de los fenómenos en la medida en que, por lo
menos es posible derivar las regularidades a las que tenemos
acceso en la experiencia a partir de esas leyes
fundamentales.
Parte del éxito
de la propuesta de Newton se debió a que la ley de la
gravitación universal salió a relucir a partir de
cierta reformulación matemática
de los fenómenos conocidos. Por esto Newton pudo hablar de
"deducción", aunque el término no fuera
estrictamente correcto. Pero el punto es que dadas ciertas
restricciones, que no introducen hipótesis
adicionales a los fenómenos, en el sentido de que no
introducen otros principios explicativos, es posible deducir la
ley de la
gravitación a partir de los fenómenos en un sentido
matemático estricto.
Newton mostró como, en algunos casos especiales
pero importantes, y bajo ciertos supuestos, es posible "deducir"
de la estructura de los fenómenos ciertas leyes generales
que describen esa estructura y que pueden utilizarse como puntos
de partida, como premisas de las explicaciones.
Para Thomas Khun la revolución copernicana fue
una revolución en el campo de las ideas, una
transformación del concepto del
universo que
tenia el hombre
hasta aquel momento y de su propia relación con el mismo,
y tuvo lugar en las investigaciones
astronómica. En 1543 Nicolás Copérnico se
propuso incrementar la sencillez y precisión de la
teoría
astronómica vigente, transfiriendo al sol muchas de las
funciones que
hasta entonces se atribuían a la tierra. Esa
revolución no se limita a una reforma astronómica,
sino que con la publicación del The Revolution obus de
Copérnico se produjeron enseguida una serie de cambios
radicales en la forma de comprender la naturaleza por parte del
hombre,
innovaciones que culminaron un siglo mas tarde con el concepto
newtoniano del universo.
Copérnico vivió y trabajó en un
periodo caracterizado por rápidos cambios de orden
político, económico e intelectual que
prepararían las bases de la moderna civilización
europea y americana, se convirtió en un foco de las
apasionadas controversias religiosas, filosóficas, y
sociales.
La concepción aristotélica del cosmos fue
la principal fuente y el punto de apoyo para la practica
astronómica precopernicana. El principio de autoridad
típicamente medieval que emanaba de los escritos de
Aristóteles deriva del brillo y la originalidad de sus
ideas, y de su extensión y coherencia lógica.
El espacio newtoniano es físicamente neutro, al contrario
del primitivo, que podríamos denominar como un espacio
vital. Si bien la ciencia jugo un importante papel a
finales de la Edad Media, no
debe olvidarse que las fuerzas intelectuales dominantes eran
teológicas. Sin embargo, las criticas escolástica a
la obra de Aristóteles ofrecieron unas alternativas
importantes en algunos puntos específicos, que
desempeñaron una función de
máxima importancia en la preparación del camino de
Copérnico.
La teoría copernicana se desarrolló en el
marco de una tradición científica apadrinada y
apoyada por la Iglesia. La
ciencia pagana y secular derivada de los contactos con el oriente
musulmán y bizantino dejaban de ser una amenaza siempre
que la Iglesia
pudiera seguir manteniendo su liderazgo
intelectual a través de la integración de las concepciones procedentes
de aquella. Dentro de una erudición de corte cristiano, se
mantuvo a lo largo de cinco siglos el monopolio
católico sobre la ciencia. La estructura física y
cosmológica del nuevo universo cristiano plenomedieval era
básicamente aristotélica, derivada de las
concepciones de Tomas de Aquino (1225-1274). La critica que
realizaron los escolásticos al sistema aristotélico
tienen sus mayores exponentes en Nicolás de Oresme y su
maestro Juan Buridan durante el siglo XIV. Los siglos durante los
que perduró la escolástica son aquellos en que la
tradición de la ciencia y la filosofía antigua fue
simultáneamente reconstruida, asimilada y puesta a prueba,
a medida que iban siendo descubiertos puntos débiles, se
convertían de inmediato en focos de las primeras operaciones
investigativas del mundo moderno.
Para los europeos contemporáneos a Copérnico, la
astronomía planetaria era un campo casi
nuevo, que fue elaborado en un clima intelectual
y social muy distinto de que hasta entonces se habían
enmarcado los estudios astronómicos.
La vida de Copérnico transcurrió entre 1473 y 1543,
las décadas centrales del Renacimiento y la
Reforma. La agitación en la Europa
renacentista y reformista facilitaron la innovación astronómica de
Copérnico.
Gilbert Hottois
Según Gilbert Hottois, la ciencia antigua era una ciencia
logoteórica, lo que quiere decir que estaba formada por
el lenguaje
(lógos) y la visión intelectual o espiritual
(theoría). Tal ciencia estaba constituida por el lenguaje: la
ciencia antigua se formula con ayuda del lenguaje
ordinario, es discursiva; utiliza las palabras de la lengua
natural, que redefine, precisa e intenta articular rigurosamente.
Es producto de la
reflexión activa (es decir, la especulación) sobre
la
organización lingüística o
simbólica de lo real.
La forma que adopta la ciencia aristotélica es
una forma lógica, demostrativa, silogística. Lo que
es objeto de conocimiento
científico, según Aristóteles, es la
conclusión universal y necesaria de un silogismo. En las
premisas del silogismo está contenida la
explicación de la conclusión. La explicación
es el porqué, lo que Aristóteles denomina la causa.
Pero es una causa lógica o semántica, es decir, que
expresa un encadenamiento conceptual o de significaciones, sin
relación alguna con la causalidad mecánica y empírica de la ciencia
moderna.
La lógica (la silogística) es el verdadero
Organon de la ciencia, lo que quiere decir la herramienta, el
método por
excelencia de la ciencia, el instrumento de su despliegue
riguroso y definitivo. Fundamentalmente, la ciencia
aristotélica es, pues, intuitiva y deductiva,
teórica (o contemplativa) y discursiva (o
verbalista).
La ciencia moderna
La ciencia moderna se inicia propiamente con Francis Bacon. La
principal obra de éste es el Novum Organum.
Tradicionalmente el término "Organon" designa el conjunto
de los tratados de
lógica de Aristóteles y define la lógica
como instrumento de la ciencia. La obra de Francis Bacon se
opondrá a esta concepción. El Novum Organum tiene,
a la vez, un aspecto crítico (de la ciencia tradicional) y
un aspecto positivo (una nueva forma de concebir la ciencia). Los
principales aspectos de la crítica de Bacon a la ciencia
tradicional son los siguientes:
- La lógica (la silogística) no es ni el
instrumento ni la forma por excelencia del saber; - Una ciencia lógica sólo es una ciencia
a priori y formal, vacía; no enseña nada, puesto
que se limita a explicitar el contenido de las
premisas; - La ciencia debe ser inductiva y no deductiva; pero no
se trata de la inducción aristotélica, que
sólo es una intuición inmediata de lo universal
en lo particular; - La ciencia lógica opera con palabras, es
decir, con las "etiquetas de las cosas", e ignora éstas;
es preciso terminar con la confusión de las palabras y
las cosas, origen esencial del saber filosófico antiguo.
El lenguaje
no ofrece representación correcta de lo real y no es una
fuente fiable para la ciencia; - Es menester rechazar la ciencia libresca, rehusar
todo prejuicio y argumento de autoridad en el estudio de la
naturaleza; - Es menester distinguir entre causas finales y causas
eficientes, y limitarse a la investigación de las causas eficientes
para la explicación científica de los
fenómenos.
Desde el punto de vista positivo, el Novum Organum,
exige:
- Practicar la inducción en sentido moderno, es
decir, la liberación progresiva de las identidades y de
las diferencias reales gracias a la observación y a la comparación
repetida de las observaciones; - Practicar la experiencia en el sentido de la
experimentación, es decir, no conformarse con observar
pasivamente; utilizar instrumentos y técnicas; - Verificar, escoger, confirmar y corregir
incansablemente a fin de distinguir entre las causas eficientes
verdaderas y los factores marginales, las circunstancias
accidentales de un fenómeno.
Según Bacon, la ciencia moderna deberá
ser:
- activa, operatoria, eficaz y no contemplativa y
verbal. Esta relación activa, caracteriza la investigación y la
aplicación - técnica: la utilización de instrumentos
y de procedimientos
determinados permite explicar y controlar los
fenómenos; - potente y operativa: el fin último del
conocimiento está en aumentar el control, la
potencia, el
dominio del
hombre sobre
la naturaleza, con el propósito de someterla a sus
necesidades y proyectos. Para
la ciencia nueva, saber es poder.
Copérnico
La idea del heliocentrismo parece que le sobrevino a
Copérnico halla por los años 1505 o 1506; en
efecto, en 1512 Copérnico escribió e hizo circular
entre sus amigos una exposición
(De hypotesibus coelestium a se constituis Commentariolus) que
ofrece, en forma esquemática y breve, los principios de la
nueva astronomía. La obra entraba en abierta
contradicción con lo que decían las Sagradas
Escrituras, Para salvar esta dificultad, Ossiander propuso a
Copérnico la idea de presentar su sistema no como algo
real, sino adoptar una concepción fenomenista de la
ciencia. Esta concepción fenomenista de la ciencia es
expuesta en el prólogo de Ossiander a la obra de
Copérnico.
La ciencia – y en especial la astronomía
– no tiene, según Ossiander, sino un fin
único, un solo objeto, el de "salvar los
fenómenos". Su misión
consiste en relacionar y ordenar sus observaciones por medio de
hipótesis que permitan calcular, prever y
predecir las posiciones (visibles y aparentes) de los planetas.
- Los dos ejes centrales sobre los que gira la
teoría de Copérnico son: 1) colocar al Sol,
inmóvil, en el centro del Universo y 2) hacer de
la Tierra un
planeta más que gira en torno al
Sol.
Filosofía científica
Las Regulae philosophandi, colocadas por Newton al principio del
tercer libro de los
Principia, nos enseñan la filosofía
científica del autor.
Regla I: Debemos admitir únicamente aquellas causas de
cosas naturales que son verdaderas y suficientes para explicar
las apariencias.
Regla II: A los mismos efectos naturales debemos asignarles las
mismas causas.
Regla III: Las cualidades [propiedades] de los cuerpos que no
admiten aumento o disminución de grado, y que encontramos
en todos los cuerpos al alcance de nuestros experimentos,
deben considerarse como las cualidades universales de los
cuerpos.
Regla IV: En la filosofía experimental debemos buscar
proposiciones seleccionadas por medio de una inducción
general a partir de fenómenos exactos o muy cercanos a la
verdad, a pesar de la posibilidad de imaginarse
hipótesis
contrarias, hasta
que llegue el momento en el que ocurran otros fenómenos
que sean más exactos, o que muestren que estas
proposiciones tienen excepciones.
La regla III es un intento por caracterizar aquellas propiedades
que, según Newton, son epistemológicamente
básicas en el sentido en que lo explica la siguiente regla
metodológica: las cualidades [propiedades] universales de
las cosas son derivables de los fenómenos.
Newton avanza la tesis de que no es posible refutar
-filosófica o científicamente- ningún
descubrimiento por el hecho de que parezca contradecir o
contradiga un principio general, un postulado, un sistema o
cualquiera otra «hipótesis» Lo importante es
que la especulación no sea
«hipotética». La oposición no se
establece entre hipótesis y experimentos, sino entre
descubrimiento y convencimiento. Pues todo lo que no se deduce de
los fenómenos es una hipótesis; y las
hipótesis, no deben ser recibidas en filosofía
experimental. Newton, en los mismos Principia, viola a actitud de
hypotheses non fingo y las reglas que él mismo
había fijado a toda inducción y a toda
analogía generalizadora. La actitud del
hypotheses non fingo tiene más bien en Newton el carácter
de un repliegue o retirada tácticos. Disgustado por las
polémicas que había tenido que sostener en la
Optica, Newton quiso cortar por lo sano toda discusión,
dando así a su Física un lenguaje exclusivamente
matemático sobre una sólida base
experimental.
Thomas Khun
Thomas Khun es uno de los más destacados referentes por su
obra La Estructura de las Revoluciones Científicas. Para
Khun la historia de la
ciencia tiene periodos de crisis o de
revoluciones, y periodos de "ciencia normal". En los periodos de
ciencia normal los sabios trabajan para desarrollar las
implicaciones sobre puntos particulares. Se relaciona con el
termino paradigma en el sentido que la ciencia normal, debe
responder al paradigma dominante. La investigación, en los
períodos de ciencia normal es tratada de manera que los
hechos que estudia puedan ser clasificados en las casillas
suministradas por el paradigma. La investigación normal se
preocupa muy poco de encontrar novedades. Cuando un enigma
científico es tan grande que no puede ser resuelto y llega
a ser considerado como una anomalía, aparece una
transición hacia una crisis, es el
pasaje de la ciencia normal a la ciencia extraordinaria. Las
revoluciones científicas o periodos de ciencia
extraordinaria aparecen cuando los especialistas no pueden
ignorar por mas tiempo las
anomalías que aparecen.
Para que una revolución científica tenga
lugar, el sabio debe renunciar a la visión del mundo que
tenia hasta ese momento y adecuarse a una nueva
visión.
Dice Khun al respecto de la revolución científica:
La ciencia normal es la que produce los ladrillos que la investigación científica esta
continuamente añadiendo al creciente edificio del
conocimiento científico.
(…) Los cambios revolucionarios son diferentes (…),
ponen en juego
descubrimientos que no pueden acomodarse dentro de los conceptos
que eran habituales antes de que se hicieran dichos
descubrimientos.
Las características del cambio
revolucionario que Khun enumera, son las siguientes: a) los
cambios revolucionarios son en un sentido holistas, no pueden
hacerse poco a poco y contrasta así con los cambios
normales o acumulativos; b) se desarrolla un cambio en que se
determinan sus referentes, en el lenguaje no solo se alteran los
criterios con que los términos se relacionan con la
naturaleza, altera además el conjunto de objetos o
situaciones con los que se desarrollan esos términos, se
genera un cambio en las categorías taxonómicas. La
característica esencial es su
alteración del conocimiento de la naturaleza
intrínseco al lenguaje mismo. La violación o
distorsión de un lenguaje científico que
previamente no era problemático es la piedra de toque de
un cambio revolucionario.
Alexandre Koyré
Está incluido en el denominado campo francés. Su
método consiste en preguntarse, frente a un autor, a su
obra, cuales fueron en su época las limitaciones de lo
pensable y dentro de esos límites,
qué explica que ese pensamiento
haya aparecido en lugar de otro. De la misma forma que Bachelard
y la mayoria de científicos y filosofos en el campo
francés, Koyré asume una posición
"discontinuista" en epistemología e historia de las ciencias,
característica por ejemplo, de Michel Foucault, en
quien influyo fuertemente. Señala que el cambio del
pensamiento
filosófico y científico del siglo XVII, transforma
al hombre de espectador de la naturaleza en posesor y maestro,
conduciendo finalmente a la mecanización de la
concepción del mundo. Coincide con Bachelard en su
antiempirismo: para él la experiencia es secundaria, el
mundo de las ideas es fundamental.
Dice que el papel de la "subestructura
filosófica" ha sido de suma importancia –sino
fundamental- en el desarrollo de
las ciencias, a
pesar toda la carga en contra de esa subestructura por parte de
los historiadores de orientación positivista de los siglos
XIX y XX. Las grandes revoluciones científicas siempre han
estado
determinadas por conmociones o cambios de concepciones
filosóficas.
El pensamiento científico (…), no se desarrolla in
vacuo, sino que siempre se encuentra en el interior de una cuadro
de ideas, de principios fundamentales, de evidencias
axiomáticas que habitualmente han sido consideradas como
pertenecientes a la filosofía.
Tycho Brahe (1546-1601)
Fue la autoridad más importante durante la segunda mitad
del siglo XVI en materia de
astronomía, aunque mostraba una línea de
pensamiento relativamente tradicional, incluso opuesta a
Copérnico. Sin embargo, Brahe fue responsable de cambios
de enorme importancia en las técnicas
de observación astronómica y en los noveles de
precisión que exigían la recolección
de datos astronómicos. El sistema de Tycho Brahe,
conocido como ticónico, es una adecuación como
solución de compromiso a los problemas
planteado por el De Revolutionibus, ya que mantiene a la tierra en el
centro del universo, por lo que reconcilia su propuesta con las
Escrituras.
Johanes Kepler (1571-1630)
Es uno de los mas célebres colegas de Brahe, fue
copernicano toda su vida, aunque trabajó con argumentos
matemáticos mucho mas sólidos. La intuición
física kepleriana introduce un concepto mas de suma
importancia en el desarrollo de la ciencia en el futuro: el anima
motrix, fuerza que
emanaba del sol y responsable de la órbita de los
planetas. Al resolver este problema, Kepler acabo por convertir
al copernicanismo a todos los astrónomos a partir de 1627,
cuando publica las Tablas Redolfinas.
Lo que es realmente nuevo en la concepción el
mundo de Kepler es la idea de que el universo
esté regido en todas partes por las mismas leyes y por
leyes de naturaleza estrictamente matemática. Su universo
es, sin duda, un universo estructurado, jerárquicamente
estructurado en relación al sol y armoniosamente ordenado
por el Creador, que se manifiesta a sí mismo en él
como en un símbolo.
Galileo Galilei (1564-1642)
Escrutaba a partir de 1609 los cielos con un telescopio
por primera vez, instrumento que permitió descubrir en sus
manos innumerables testimonios a favor del copernicanismo,
aportando a la astronomía los primeros datos
cualitativos desde los recogidos en la antigüedad. Galileo
es antimágico en el mas alto grado. (…) Lo que le anima
es la gran idea de la física matemática, de la
reducción de lo real a lo geométrico.
(…) Galileo se nos presenta al mismo tiempo como uno
de los primeros hombres que comprendió de manera muy
precisa la naturaleza y el papel de la experiencia en las
ciencias.
Con Galileo y después de Galileo tenemos una ruptura entre
el mundo que se ofrece a los sentidos y el
mundo real, el de la ciencia. Este mundo real es la geometría
hecha cuerpo, la geometría
realizada.
René Descartes (1596-1650)
Es considerado como el fundador de la filosofía
moderna. No acepta las bases filosóficas establecidas
e intenta construir un edificio filosófico completo de
novo. De la misma manera que Bacon, Descartes concibió a
la ciencia como una pirámide cuya cúspide estaba
ocupada por los principios generales de la realidad. Descartes
propuso que el
conocimiento científico se inicia en la cumbre y de
ahí procede hasta abajo, siguiendo el camino de la
deducción. Tiene la certeza de que el
conocimiento puede alcanzarse a priori, en ausencia de la
realidad y la experiencia, cuya síntesis
es su cogito ergo sum. Los aspectos más sobresalientes de
la filosofía cartesiana son el dualismo y el mecanicismo.
Con respecto al primero, postula la existencia de dos mundos
paralelos pero incapaces de articularse entre sí: el
cuerpo y la mente. Con relación al segundo, la
filosofía cartesiana es rígidamente
determinista.
6. El desarrollo de la
revolución científica
Tomando la concepción de la historia de la
ciencia de Koyré, el panorama de la filosofía
moderna del siglo XVII, y su relación con la ciencia,
o más exactamente como la filosofía natural se fue
gradualmente escindiendo hasta convertirse en dos entidades
separadas e incluso opuestas: la filosofía y la
ciencia.
Los caracteres generales de la filosofía del
siglo XVII: este periodo señala la madurez de la conciencia
filosófica moderna y abarca su etapa más
productiva. Se desarrolla un pensamiento cuyos caracteres
difieren notablemente del renacentista anterior. Encontramos
nuevos métodos en
las prescripciones baconianas y cartesianas, de hecho, la
filosofía moderna adulta se inaugura con dos tratados
metodológicos: el Novum Organon de Francis Bacon, y el
Discurso del
Método de Rene
Descartes. La filosofía del siglo XVII adopta un tono
severo muy próximo al de las ciencias, y mantiene con
estas una estrecha relación.
Para el progreso del pensamiento, especialmente de las
ciencias, fue considerable la creación de las Academias,
que contrastaba con el envejecido y anquilosado de las
Universidades. A partir del siglo XVII la ciencia adquiere un
ímpetu y una influencia sobre la vida humana que antes no
poseía, se inicia lo que podría llamarse la
profesionalización de la filosofía en ciencia. Este
es el primer siglo en que se puede distinguir, aunque no con
precisión, estos dos tipos de sabios: científicos y
filósofos. En este momento los filósofos ya no pueden considerase "hombres
de ciencia". A partir del siglo V A. C. Cuando surgieron los
primeros filósofos naturales, y hasta bien entrado el
siglo XVI D.C., la ciencias y la filosofía fueron la misma
cosa, tuvieron el mismo nombre: filosofía natural, y
fueron cultivadas sin distinción desde Tales de Mileto
hasta Leonardo Da
Vinci. Naturalmente, al iniciarse la separación entre
científicos y filósofos, la nuevas especie que
predomino por buen tiempo fue la híbrida. Sin embrago, los
hombres del siglo XVII, tenían ya su vista dirigida al
futuro y sus esperanzas en este mundo, diferente de los de la
Edad
Media.
El profeta de la nueva filosofía era Francis
Bacon (1561-1626), quien llegó a prometer que la nueva
filosofía conduciría a la Instauratio Magna, la
restauración de todas las cosas por la ciencia. Propuso el
método inductivo, que presuponía reunir gran
cantidad de hechos, a los que se llegaba por medio de la
observación y la experimentación. El método
baconiano surgió como un intento de corregir las
deficiencias de la teoría aristotélica
clásica, pero en realidad solo aporto un procedimiento
para hacer inducciones graduales y progresivas, y un
método de exclusión. Otra gran contribución
fue su insistencia en que el conocimiento científico no
solo conduce a la sabiduría, sino al poder, y que
la mejor ciencia es la que se institucionaliza y se lleva a cabo
por investigadores.
La innovación más fructífera fue
la conjunción del sistema deductivo de Descartes con el
método inductivo de Bacon. Lo que provocó en gran
parte la explosión científica del siglo XVII fueron
los dos sistemas: la
reunión de los "hechos" de Bacon y la luz del análisis cartesiano.
De La revolución copernicana a newton
(…) Una serie de características especificas de esa
época tuvo efectos más concretos sobre la
astronomía. El Renacimiento
fue un periodo de viajes y
exploraciones. Las necesidades de la exploración
contribuyeron a crear una demanda de
astrónomos competentes, con lo que, hasta cierto punto,
cambio la actitud de estos hacia su propia ciencia. Cada nuevo
viaje revelaba nuevos territorios, nuevos productos y
nuevos pueblos. Los hombres no tardaron en comprender hasta que
punto podía ser erróneas las antiguas descripciones
de la tierra.
(…) Las discusiones en torno a las reformas de los
calendarios tuvieron un efecto más directo y
dramático en la práctica de la astronomía
renacentista, pues el estudio de aquellos enfrentó a los
astrónomos con la inadecuación e insuficiencia de
las técnicas de computación que se venían empleando.
Dicha reforma se convirtió entonces en un proyecto oficial
de la Iglesia. (…) El calendario gregoriano, adoptado por
primera vez en 1582, se basaba sobre el establecimiento de
cálculos fundados en Copérnico. Puede comprenderse
entonces porque la revolución copernicana se
realizó ocurrió precisamente en ese momento. El
humanismo
también desempeñò un papel de carácter
intelectual.
(…) la época del Renacimiento fue
la menos dotada de espíritu crítico que haya
conocido el mundo. Es la época de las más burda y
profunda superstición, una época en que la creencia
en la magia y en la brujería se propagó de una
manera prodigiosa y estuvo infinitamente mas extendida que en la
Edad Media.
(…) el gran enemigo del Renacimiento, desde el punto de vista
filosófico y científico, fue la síntesis
aristotélica, y se puede decir que su gran obra es la
destrucción de esta síntesis. (…) La credulidad,
la creencia en la magia, parecen consecuencias directas de esta
destrucción. Efectivamente, después de haber
destruido la física, la metafísica, y la ontología aristotélicas, el Renacimiento
se encontró sin física y sin ontología, es decir, sin posibilidad de
decidir con anticipación si algo es posible o no. (…)
Una vez que esta ontología es destruida y antes de que una
nueva, que no se elabora hasta el siglo XVII, haya sido
establecida, no hay ningún criterio que permita decidir si
la información que se recibe de tal o cual
"hecho" es verdadera o no. De esto resulta una credibilidad sin
limites.
Una de las características del humanismo, el
desapego de lo mundano, derivaba de una tradición
filosófica que ejerció gran influencia en los
primeros padres dela Iglesia, eclipsada después del siglo
XII con el redescubrimiento de Aristóteles: el
neoplatonismo. Dicha tradición, descubría la
realidad no en las cosas efímeras de la vida cotidiana,
sino en un mundo espiritual exento de todo cambio:
el neoplatonismo pasó de un salto desde el cambiante y
corruptible mundo de la vida cotidiana al mundo eterno del
espíritu puro, y las matemáticas mostraron la forma
de llevar a cabo su cabriola. En el universo de
Platón,
la divinidad se hallaba convenientemente representada por
el sol, que
proporcionaba luz, calor y
fertilidad.
(…) La publicación del De Revolutionibus orbium
caelestium inaugura un profundo cambio dentro del pensamiento
astronómico y cosmológico. De ella se deriva un
enfoque nuevo de la astronomía planetaria
La Revolución Copernicana Y La Iglesia
La Iglesia jugò un importante papel en la època
cuando todas las obras en las que se admitía el movimiento
de la tierra, se prohibió a los católicos
enseñar, e incluso leer, las teorías
copernicanas.
La teoría copernicana planteaba algunos problemas de
enorme importancia para los cristianos, obviamente de
índole teológicos. Dirigentes como Lutero y Calvino
blandieron las Escrituras contra Copérnico e incitaron a
la represión contra sus seguidores, pero en general el
protestantismo abandona la lucha una vez que las teorías
de Copérnico se vieron confirmadas con pruebas
indiscutibles.
Durante los sesenta años posteriores a la muerte de
Copérnico, la oposición de los católicos a
su teoría fue mínima comparada con la desplegada
por los protestantes. Durante los siglos XIV, XV y XVI la Iglesia
no impuso doctrina alguna a sus fieles en materia de
cosmología.
Camino al nuevo universo
Rasgos que caracterizaron a la ciencia moderna: 1°,
la destrucción del cosmos y, por consiguiente, la
desaparición en la ciencia de todas las consideraciones
fundadas en esta noción; 2° la geometrización
del espacio, es decir, la sustitución de la
concepción de un espacio cósmico cualitativamente
diferenciado y concreto, el
de la física pregalileana, por el espacio homogéneo
y abstracto de la geometría euclidiana.
Divide la transición a la ciencia moderna en tres
etapas o épocas, que corresponden a tres tipos diferentes
de pensamiento: primero, la física aristotélica; a
continuación, la física del ímpetus, salida,
como todo el resto, del pensamiento griego y elaborada en el
curso del siglo XIV por los nominalistas parisienses; Finalmente,
la física moderna, matemática, del tipo de
Arquímedes o Galileo.
La física del ímpetus progresó mucho en los
trabajos de Galilei, bajo la influencia innegable de
Arquímedes y Platón,
sin embargo, encuentra que es imposible matematizar, es decir,
transformar en concepto exacto, matemático, la grosera,
vaga y confusa teoría del ímpetus.
El atomismo comenzó a resurgir intensamente a
partir del siglo XVII, y mezclado con el copernicanismo se
convirtió en uno de los principios fundamentales de una
nueva filosofía que guiaba la imaginación
científica.
Durante el proceso
conocido como Revolución Científica que
llevó a la instauración de la ciencia moderna,
hemos visto como la filosofía aristotélica propia
del medioevo y que representaba la autoridad de la Iglesia, fue
reemplazada por el neoplatonismo; cómo el principio de
autoridad que ejercía la Iglesia a través de las
Escrituras y los textos, tanto religiosas como filosóficas
y científicas, fue reemplazado por otro nuevo criterios de
verdad, con la teoría –hipótesis-, y la
observación de la realidad; cómo la
filosofía y las ciencias se van paulatinamente
diferenciando y distanciando hasta convertirse en disciplinas
diferentes; en el campo del lenguaje fueron mutando conceptos que
facilitaron la comprensión de la realidad, como por
ejemplo el concepto de ímpetus en el de inercia, para dar
finalmente con la Ley de Gravitación Universal; pero
fundamentalmente, la revolución científica
representa y contribuyo significativamente a la visión del
universo que aun hoy en la actualidad tenemos, y que es uno de
los pilares de la modernidad.
7. Revolución
científica aplicada
Instituciones Científicas
En estas se crearon instituciones
como las primeras sociedades
científicas realmente significativas y
estables.
Laboratorios.
Hay indicios de que el laboratorio
estaba inicialmente ligado exclusivamente con la
alquimia/química; solamente de manera gradual,
parece, se extendió el término para describir todos
aquellos lugares en donde tenía lugar la
investigación mediante manipulaciones de los
fenómenos naturales. No obstante, sin duda que cualquier
exposición con pretensiones de completud
acerca del desarrollo del laboratorio en
los orígenes de la ciencia moderna debe incluir no
sólo el laboratorio químico, sino también el
teatro
anatómico, el gabinete de curiosidades, el jardín
botánico y el observatorio astronómico.
La aparición del laboratorio es indicativa de un
nuevo modo de investigación científica, uno que
involucra la observación y manipulación de la
naturaleza mediante instrumentos especializados, técnicas
y aparatos que requieren de habilidades manuales, al
igual que de conocimiento conceptual para su construcción y explotación. Fue uno
de los rasgos distintivos de la nueva ciencia que emergió
de los siglos XVI y XVII.
Academias.
Las primeras academias surgieron en la Italia del siglo
XV. Los trabajos de aquellas primeras academias eran de alcances
enciclopédicos. Mientras la Academia Platónica de
Florencia se dedicaba principalmente a la filosofía, los
estudios de la Academia Romana se enfocaron más hacia el
conocimiento clásico la arqueología, y la gran
labor de la Academia Veneciana consistía en hacer
asequibles para toda Europa tesoros
del pensamiento y literatura griegos
imprimiendo ediciones de esos clásicos.
Entre las del siglo XVII surgieron las primeras que
podríamos denominar "modernas". Comenzando con la Academia
dei Lindei en Roma (1601-1630).
La idea era establecer "monasterios comunales científicos,
no monacales", no solamente en Roma, sino en
todo los confines del globo. Habría una biblioteca, un
museo y una imprenta, además de instrumentos
científicos, jardines botánicos o
laboratorios.
Surgió después la Academia del Cimento
(cimento significa experimento) de Florencia (1657-1667), en la
que nueve científicos (la mayor parte discípulos de
Galileo) se esforzaron durante una década en construir
instrumentos, desarrollar sus habilidades experimentales y buscar
verdades básicas.
De Italia el
modelo de las
academias se fue extendiendo a Inglaterra, con
la Royal Society (1660), que llegó a presidir Newton; a
Francia con la
Académie des Sciences (1666); a Alemania con
la Academia de Berlín (1700). Comenzaba de esta manera una
nueva era de la ciencia.
Comunicaciones científicas.
El siglo XVII fue entonces cuando los medios de
transporte y
comunicación mejoraron considerablemente,
expandiéndose su utilización. Así la
diligencia, que fue introducida en Londres en 1608, se
difundió rápidamente por el país y en 1685
había un sistema de servicio de
diligencias entre Londres y las estaciones terminales importantes
de toda Inglaterra, que
llegaban hasta Edimburgo. El desarrollo de las comunicaciones
fue similar. A mediados del siglo XVII se creó en
Inglaterra una oficina postal
general para la correspondencia privada. Las relaciones postales
internacionales mejoraron continuamente, de modo que a fines del
siglo la
comunicación con el continente europeo era constante y
regular. Así, la correspondencia entre los
científicos, que constituyó el único medio
de comunicación científica a principios
del siglo XVII, se vio facilitada por las mejoras en el servicio
postal.
Revistas
Otro medio de comunicación y difusión
científica, desarrollado durante la revolución
científica, fueron las revistas donde se publicaron
descripciones de muchas de las principales investigaciones
de la época.
La Tecnología
Antes del siglo XIX la ciencia y la tecnología eran
actividades esencialmente separadas. Lo que no impidió que
ambas avanzaran. Se trata de una coincidencia el que la
Revolución Científica comenzada durante el siglo
XVII y desarrollada en el XVIII, haya precedido a las
revoluciones industriales que se diseminaron por Europa durante
los siglos XVIII y XIX. Hasta la segunda mitad del siglo XIX las
innovaciones tecnológicas importantes casi nunca
provinieron de las personas, las instituciones,
o los grupos
sociales que trabajaban para las ciencias.
Aunque los científicos hicieron algunas
incursiones en la tecnología, quienes verdaderamente
contribuyeron al desarrollo tecnológico fueron
predominantemente los maestros de oficios, los artesanos, los
trabajadores y los ingeniosos inventores, individuos que basaban
sus innovaciones en la experiencia. Aunque no fuese ciencia
aplicada, existía tecnología.
Una revolución implica de manera inmediata, un
cambio es por esto, lo representativo de la revolución
científica. La misma represento la sustitución del
paradigma existente de la ciencia antigua, la cual se vio
fuertemente cuestionada por los nuevos lineamientos estipulados
por los "teóricos de la ciencia" encaminados
primordialmente por Nicolás Copérnico. Tanto
así que esto dio lugar a fuertes aplicaciones de la
ciencia como tal, en la Creación de asociaciones
científicas en el orden de laboratorios, academias, y
hasta comunicaciones
científicas.
Durante el proceso
conocido como Revolución Científica que
llevó a la instauración de la ciencia moderna,
hemos visto como la filosofía aristotélica propia
del medioevo y que representaba la autoridad de la Iglesia, fue
reemplazada por el neoplatonismo; cómo el principio de
autoridad que ejercía la Iglesia a través de las
Escrituras y los textos, tanto religiosas como filosóficas
y científicas, fue reemplazado por otro nuevo criterios de
verdad, con la teoría –hipótesis-, y la
observación de la realidad; cómo la
filosofía y las ciencias se van paulatinamente
diferenciando y distanciando hasta convertirse en disciplinas
diferentes; en el campo del lenguaje fueron mutando conceptos que
facilitaron la comprensión de la realidad, como por
ejemplo el concepto de ímpetus en el de inercia, para dar
finalmente con la Ley de Gravitación Universal; pero
fundamentalmente, la revolución científica
representa y contribuyo significativamente a la visión del
universo que aun hoy en la actualidad tenemos, y que es uno de
los pilares de la modernidad.
Autor:
Larissa G. Martínez S.
Matrícula: 2002-2009
Octubre 2003