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La mujer en el desarrollo de la cultura paraguaya a través de la historia




Enviado por lettyai



    Indice
    1.
    Preguntas

    2.
    Justificación.

    3. Marco
    Teórico

    4. La mujer en el desarrollo de la
    cultura paraguaya

    5. Discriminación de la mujer en la
    sociedad

    6. La Mujer en el
    Desarrollo.

    7. Las mujeres y el poder
    político

    8. Secretaria de la Mujer fortalece
    ámbitos de acción del plan nacional de
    oportunidades.

    9. La mujer como promotora de
    educación y paz.

    10. Bibliografia

    1.
    Preguntas

    1. ¿Cómo fue el Progreso del protagonismo
      de la mujer en
      la historia?
    2. ¿Es considerado importante el trabajo
      de la Mujer
      como jefe de Familia?
    3. ¿Cuál fue el aporte de la Mujer en el
      Desarrollo
      de la Cultura
      Paraguaya?
    4. ¿Cuál fue el apoyo de la sociedad hacia
      las mujeres jefes de familia?
    5. ¿Actualmente se valora el esfuerzo de la Mujer
      para el desarrollo
      social, económico y cultural?

    Objetivos:
    Generales:

    • Obtener una visión de la realidad social de la
      Mujer como protagonista del desarrollo en la historia
      paraguaya.

    Específicos:

    • Determinar las Diferencias entre épocas
      pasadas y el presente, en cuanto a la participación en
      la sociedad.
    • Identificar el rol de la Mujer en la familia,
      como en la sociedad.

    2.
    Justificación.

    El constante desarrollo de la sociedad exige una
    participación igualitaria tanto de los hombres como de as
    mujeres; en ese sentido es necesario obtener de una visión
    de cómo fue la participación de ambos en la
    historia y cómo es en la actualidad.
    El trabajo
    constituye una fuente de información sobre los logros obtenidos por
    la mujer en el desarrollo tanto personal como
    profesional, por la tanto es de interés
    resaltar datos que hacen
    la diferencia en su protagonismo de desarrollo y soporte para el
    control.

    Metodología
    Documental:
    Revisión de bibliografías sobre el tema para obtener
    las informaciones precisas y relevantes.

    3. Marco Teórico

    Conceptos:
    a- Mujer:
    Hembra, persona del
    sexo femenino
    de la especie humana. Persona adulta
    del sexo femenino
    de la especie humana. Esposa. Hembra dotada de las cualidades que
    caracterizan la madurez síquica: "a pesar de sus pocos
    años es toda una mujer"
    Mujer de su casa, la que cuida con eficiencia del
    gobierno de la
    casa

    b- Discriminación: (derecho),
    aunque en general significa acción y efecto de separar o
    distinguir unas cosas de otras, en Derecho el término hace
    referencia al trato de inferioridad dado a una persona o grupo de
    personas por motivos raciales, religiosos, políticos, de
    sexo, de filiación o ideológicos, entre
    otros.

    c- Protagonismo.
    m. Condición de protagonista.
    Tendencia a estar a toda costa en el primer plano de una
    actividad.

    4. La mujer en el
    desarrollo de la cultura paraguaya

    Quizá no haya palabra del vocabulario
    crítico más usada hoy que la palabra cultura, con
    el añadido de que cada vez que se la emplea, se hace con
    un sentido distinto. Para abreviar, tomaremos cultura en su
    definición más amplia y comprensiva. Diremos que es
    la suma de cuanto un grupo humano,
    una comunidad, una
    nación,
    ha conquistado mediante el ejercicio de la inteligencia
    en los diversos aspectos de la vida.
    Cultura es el
    conocimiento del Universo, de la
    Naturaleza, y
    de los hombres. Así hay una cultura intelectual que puede
    adoptar varias formas: cultura filosófica, cultura
    literaria, cultura científica y existe una cultura
    artística y una cultura tecnológica; pero
    también puede existir una cultura de la alimentación y una
    cultura de la higiene…Dejando
    de lado otras acepciones o significados terminaremos diciendo que
    cultura la constituyen también los valores
    morales sobre los que se asientan la convivencia, y todo lo
    que en una u otra forma o medida, dignifica y eleva al hombre.

    De todas estas formas o planos de cultura, a cual
    pertenecen aquel o aquellos en las cuales tuvo la mujer paraguaya
    un papel: y en
    que medida desarrolló y ejerció ese papel en cada
    momento de nuestra historia?.

    La mujer paraguaya, no lo olvidemos, en el principio es,
    en proporción abrumadoramente mayoritaria, la
    indígena. Que ella ejerce una influencia neta en la
    formación de las primeras generaciones nacidas en el
    país, se da por indudable, ya que esas generaciones son
    también, en abrumadora proporción,
    mestizas.

    De los dos mil individuos que llegan al Plata en la
    primera Armada, sólo 400, se dice, estuvieron presentes en
    la fundación de Asunción. Que ese número
    fuese un poco mayor o menor, no cambia la realidad
    básica.: la mujer española vino al principio en una
    proporción no mayor quizá del dos por ciento y ya
    casada o con compañero. El número de solteros
    reales o circunstanciales fue enorme; y el número de
    mujeres unidas a españoles en los términos que
    señalaba el pacto con los guaraníes, debió
    ser considerable. Los datos de Schmidel
    son presuntivamente elocuentes. Se ha dicho que había
    quien tenía sesenta. Una exageración seguramente.
    Pero aun rebajando el 90% queda una buena proporción. Esto
    explica que en 1545 hubiesen 500 niños
    mestizos en edad escolar. (otros dicen 600).

    Aunque en las Armadas siguientes a las de Mendoza
    llegasen algunas mujeres, éstas no fueron muchas; no
    excedieron la veintena. En 1555, con la Armada de Sanabria,
    llegan por fin 40 (otros dicen 50) doncellas maridables, Otras 50
    vinieron con Ortíz de Zarate (1575). En conjunto, un
    número reducido en comparación, por una parte, con
    el de hombres españoles; por otra, con el de mujeres
    indígenas.

    Qué papel en suma, desempeñó
    culturalmente la mujer paraguaya en ese periodo -el heroico, que
    podemos situar entre 1537 y 1600?.
    La mujer indígena, miembro de una comunidad
    indígena dada, llegó al rancho del español
    llevando como dote su lengua, sus
    conocimientos medicinales, ciertas habilidades artesanales, con
    las que contribuyó al bienestar de la nueva familia. La
    sabiduría tribal en el orden espiritual — leyendas,
    fábulas, canciones — debía,
    teóricamente, abandonarla al cristianizarse.
    Teóricamente, decimos; porque es sabido que esa
    cristianización, nunca llevó aparejado el olvido
    absoluto del substratum cultural previo, que en una forma u otra,
    se transmitió a las generaciones inmediatas, como lo
    comprueban nuestro folklore y
    tradiciones. El hijo, en el hogar español de
    aquel tiempo,
    crecía, en su primera infancia
    entregado a la madre: acá con más razón,
    pues el padre tenía harta ocupación con su estado
    constante dé alarma y vigilancia.

    La mujer indígena, madre, repetimos, de las
    primeras generaciones, es la transmisora del habla y con ella, de
    una parte al menos de lo que ella lleva consigo como ref1ejo de
    la cultura terrígena. Transmite también, a los
    hijos, en la primera infancia, la
    religión
    adquirida. Naturalmente, la transmite reducida a los actos y
    fórmulas externas y elementales. No puede transmitir otras
    cosas, porque ella misma no las posee. No las poseerá, ni
    ella ni sus descendientes femeninas, por mucho tiempo. Cuando en
    1545 el clérigo Lezcano funda su escuela, acuden a
    ella 500 niños
    hijos de capitanes; criollos y mestizos (mestizos, la inmensa
    mayoría, como es lógico). Las niñas no
    tienen escuela donde ir;
    aprenden, en el hogar, de sus madres, el trabajo doméstico
    y de la chacra; a rezar el Padre y la Salve, santiguarse;
    aprenden sobre todo la sumisión, el silencio; y a servir
    al varón como a ser superior. En esta sumisión
    originaria de la mujer hemos de ver el origen de la
    plusvalía masculina en el medio; plusvalía que
    posteriores acontecimientos históricos contribuyeron a
    agravar.

    La mestiza colonial, andando los años, mejora en
    cierto modo su condición social, pero sigue confinada
    dentro de los límites
    culturales que le trazan: de un lado, la herencia
    indígena; de otro, la enseñanza religiosa y las experiencias del
    hogar hispánico transplantado. Ya no cultiva quizá
    la chacra del caraí, pero sigue tejiendo, fabricando
    cacharros y esteras, moliendo el maíz. No
    lee, ni escribe; no puede por tanto transmitir esos
    conocimientos; pero puede inculcar a los hijos el respeto al saber
    y el buen comportamiento.

    De este periodo heroico podemos anotar dos episodios,
    que dentro de la diversidad de cauce, permiten entrever esa
    dimensión moral femenina
    revelándose en toda su amplitud. El que muestra el temple
    de la mujer española, la que contribuye en forma
    definitoria asentar el esquema de valores
    familiares: es el episodio de Isabel de Guevara y sus
    compañeras, irguiéndose con toda la fortaleza de su
    ternura como sostenes del hombre
    derribado. Y otro episodio, que da la medida del arranque
    constructivo de la criolla y la mestiza: el de Ana Díaz,
    que viaja con los hombres de Garay, y participa en la segunda
    fundación de Buenos
    Aires.

    Pero en la sociedad ala cual esta mujer se incorpora, el
    imperativo.. inmediato sigue siendo subsistir; esforzar el
    ánimo para hacer frente a la circunstancia. Así, la
    mujer española afirma los valores de
    que es portadora; asienta esquemas de clase que se
    encargará de afianzar su descendiente, la dama criolla; y,
    con más latitud, la mestiza (en número creciente);
    y forja a su imagen la
    descendencia. Transmite, con el ejemplo, la reprensión, el
    consejo, o, simplemente, por la virtud de su presencia y su
    conducta, los
    va1orés morales y las pautas de conducta que
    cimentaren la sociedad colonial, a todos los niveles, aunque en
    grado diverso.

    Ni desde el ángulo indígena ni desde el
    español, pudo la mujer ejercer en el medio durante mucho
    tiempo una influencia intelectual, ni profesional, ni política.

    Durante ese que llamamos periodo heroico de la
    conquista, que abarcaría desde la fundación de
    Asunción hasta 1600, el aporte de la mujer a la cultura de
    la incipiente sociedad podría pues resumirse
    así:

    a) En la primera etapa (1537—1555) la mujer
    paraguaya es la indígena cristianizada. Transmite la
    sangre;
    mediante ello, el poblador del suelo no
    será ya el indígena puro, ni su cultura la
    aborigen; no será el español puro, con su cultura
    intacta, sino el mestizo, encarnación de la historia en su
    marcha incontenible, y que en esa mezcla cifra una nación
    nueva de la tierra y su
    destino.

    En este sentido y desde esta perspectiva, es la mujer
    cofundadora de la nacionalidad; el papel del hombre
    indígena se perfila secundario. (Este es rol primero y
    básico de la mujer en el proceso de
    incorporación de nuestro mundo a la cultura que la
    redondez de la tierra
    recién comprobada, bautizada entonces en su nueva faz
    universal).

    Junto con la sangre la mujer
    indígena transmite la lengua
    aborigen, una elemental cultura doméstica; practica las
    artesanías básicas. Enseña a la prole las
    prácticas religiosas fundamentales, y valores tales
    como la obediencia y la lealtad.

    b) En la segunda etapa (1555—1600) aunque la
    indígena es muy numerosa todavía, ya la presión
    representada por la presencia de la española primero, de
    la criolla y la mestiza luego, permiten asentar esquemas de
    clase.

    c) La mujer en estos períodos no transmite pues
    valores intelectuales o artístico Se limita a formar
    espiritualmente a los hijos e irradiar valores
    morales. No es maestra de letras; es maestra de
    vida.

    Conforme la población crece, los rasgos apuntados se
    afirman y asientan. La acción de la mujer se define
    socialmente en diversas escalas. Pero la obscuridad intelectual
    es su signo. La cultura literaria que pudieron traer las madres o
    abuelas españolas se ha esfumado. De ella quedó
    solo un rastro trasculturado en el folklore
    paraguayo; en los cuentos, en
    las fábulas,
    en las canciones perdidas ya o muy difíciles de recoger.
    Si el varón cuenta ya, desde antes de mediar el siglo XVI,
    con una enseñanza relativamente orgánica
    mediante las Ordenes religiosas, especialmente la
    jesuítica (aunque la continuidad parece haber dejado algo
    que desear) la mujer no ha contado, para su formación,
    sino con muy escasos elementos.

    Los próceres de mayo, inspirados en la
    Ilustración, fundaron "el internado para niñas
    pobres de ambos sexos" y "la clase de educación para
    muchachas pobres; dos instituciones
    que sin duda habrían tenido su proyección en la
    cultura femenina, si hubiesen prosperado: lo cual no fue El
    porqué, es bien sabido.

    La mujer fue pues en la colonia desde los albores del
    XVII hasta 1811, factor importante, quizá decisivo, en la
    conservación y transmisión de:
    a) Los valores de
    clase -(orgullo de estirpe, de profesión en las clases
    superiores; de laboriosidad, de lealtad en las
    clases inferiores: de pautas de conducta-cortesía,
    rectitud, modestia en toda la escala).
    b) Vida religiosa: la madre enseña las primeras oraciones,
    guía a los hijos y sirvientes hacia el cumplimiento de las
    prácticas religiosas.
    o) Folklore literario: cuentos,
    canciones de cuna, acertijos etc.
    d) Folklore medicinal: (recetario del hogar) y desde luego las
    pequeñas industrias
    hogareñas: chipas, bizcochos, dulces, etc. y formas
    artesanales: alfarería, tejido, bordados, encajes
    etc.

    Epoca Francista
    Los tiempos de Francia no
    fueron sin duda los más adecuados para la gestación
    de una cultura literaria. Si el hombre
    -decapitadas las élites intelectuales de la época-
    no pudo manifestarse, menos pudo pensar en hacerlo la mujer.
    Factores múltiples coadyuvaron a que en esos tiempos
    ciertos valores experimentasen disminución palpable, y no
    sólo a causa de la ausencia total de grupos de
    presión. La mujer de las clases superiores,
    ahora en muchos casos jefe de hogar (no existen cifras precisas
    acerca de los presos políticos de la época, aunque
    se sabe que fueron en gran número relativamente) no tuvo
    por tanto ocasión de adquirir conocimientos; menos
    aún las generaciones nuevas nacidas y crecidas en esos
    años. En esta época tiene quizás su origen
    aquella situación, a que aluden algunos viajeros, al decir
    que la mujer paraguaya no hablaba el castellano, o lo
    hablaba mal, y no tomaba parte en las conversaciones;
    situación que se prolonga, por lógica
    inercia, durante un tiempo, dentro de la época
    siguiente.

    La Epoca De Don Carlos
    Los planes actualizadores de D. Carlos abren nuevas perspectivas
    a la mujer permitiéndole participar más ampliamente
    en la vida social y cultural. Es para el hombre
    paraguayo la época de la descubierta en el plano de las
    adquisiciones intelectuales. El paraguayo va al exterior a
    estudiar, viaja, y trae al país al regreso ideas nuevas,
    una mayor desenvoltura intelectual, aspiraciones al conocimiento
    universal. La mujer todavía se queda en casa; pero se
    contagia, en medida variable, del espíritu de esa
    apertura; contribuye a ella en los suyos con su estímulo
    orgulloso y participa también en cierta creciente medida.
    La
    educación femenina experimenta en esta época
    notable repunte. Se fundan las primeras escuelas para
    niñas en la capital y
    Trinidad, y además colegios particulares como el de las
    Stas. Balet, donde se enseña, por primera vez, recitado,
    piano, baile, canto, diseño
    e idiomas. Se fundaron también colegios particulares en
    alternos pueblos del interior.

    La Guerra De
    1865—70
    Los discursos
    pronunciados en oportunidades patrióticas por la mujer,
    durante los años de la guerra del 65
    al 70 (sobre todo en los primeros) darían fe del nivel de
    cultura alcanzado por la mujer de la clase superior (aunque hubo
    también entre las oradoras alguna mas modesta) aún
    suponiendo que en más de un caso esos discursos
    fueron de pluma ajena: cosa corriente entonces y no rara ahora
    (aunque las crónicas de época han conservado el
    nombre de una señorita Atanasia Escato, dotada de gran
    facilidad oratoria). Por lo
    demás se ha escrito mucho ya, y no es el caso de
    repetirlo, sobre el papel que durante la guerra ejerció la
    mujer paraguaya como mantenedora, en el hogar y fuera de
    él de los valores que, en esas épocas extremas
    más necesarios son frente al peligro común:
    fortaleza, conformidad lealtad, firmeza.

    Ni será menester referirse al desprendimiento de
    la mujer de todos los estratos sociales al entregar sus joyas
    para la defensa patria. En rigor, no fue ese el sacrificio mayor
    que hicieron; el inviste simple calidad
    simbólica de una actitud
    integral de dación a la patria.

    En el transcurso de la guerra naturalmente, se ponen a
    prueba los valores morales tradicionales, exaltados ahora al
    máximo. Y esto afecta a la mujer paraguaya en todos los
    niveles, en cuanto- esos valores se vinculan con lo mas
    entrañable femenino: su solidaridad con
    el hombre esposo, hijo, padre, hermano — en los momentos de
    grave peligro. El sentido del deber cultivado a nivel de las
    relaciones civiles en tiempo de paz se traspasa a las consignas
    decisivas: la defensa del territorio y de la dignidad
    nacional.

    La posguerra (1870 –1900)
    El nivel de cultura logrado por la mujer en los años
    previos a la guerra no podrá por supuesto subir, ni
    siquiera mantenerse, en las supervivientes. Los cinco años
    de conflicto han
    desarticulado las instituciones,
    dispersando los maestros, disgregando los hogares, y contribuido,
    como toda situación semejante, al relaje de los
    vínculos familiares y la disminución o perdida de
    valores de hogar, especialmente a nivel popular; al abandono
    total de los intereses intelectuales ante imperativos mas
    perentorios; al deterioro y olvido parcial del caudal tradicional
    espiritual; a la pérdida, en parte, en las formas de
    folklore material (artesanías).

    De este deterioro plurilateral participo, como es
    lógico, la cultura femenina, por razones diversas, entre
    ellas, porque perecieron casi todos los individuos de mas edad,
    depositarios principales de esos valores e intereses; porque los
    hogares pierden en muchos casos sus cabezas y exigen de lo mujer
    una dedicación total; y, porque los problemas
    inmediatos planteados por la necesidad de subsistir priman, sobre
    todo por interés.

    A la acción de estos elementos desintegrantes se
    oponen como es lógico, -sendos factores positivos de
    reacción en los que la mujer es el agente.
    En lo que se refiere al relaje de los vínculos de hogar,
    correspondió a la mujer reaccionar específicamente;
    y lo hizo por la sola e instintiva gravitación de los
    valores morales de que era depositaria. Su inquebrantable sentido
    del deber la convirtió, enfrentada a la circunstancia, en
    jefe de familia y cabeza responsable: hombre y mujer, a un
    tiempo, en el hogar. Ella compensó con su
    contracción a la prole y al trabajo el deterioro de los
    valores en el hombre. Esta dedicación femenina al trabajo,
    inclusive a niveles como el de las arduas labores rurales,
    contribuyó por otro lado a prolongar les preconceptos de
    minusvalía femenina latentes en el espíritu
    masculino. La mujer siguió siendo sierva del rancho. La
    que trabaja, pare, amamanta cuida al hombre; y los hijos, cocina
    la comida para la familia,
    pero no come a la mesa.1

    A nivel social superior, también la mujer aporta
    una positiva cooperación cultural, mediante las
    experiencias anteriores, en los sobrevivientes, y la apertura
    progresiva en las condiciones de vida económica, social y
    cultural, que se produce en los años 1870 a 1914, mediando
    diversos factores favorables.

    Desde 1869 hay escuelas para niñas como para
    niños en la capital, y
    alguna ciudad del interior; la mujer campesina seguirá por
    algún tiempo (no por muchos años es cierto) privada
    de estas oportunidades. Desde 1885 se enseño diseño
    en las escuelas municipales. Es ya por esos años cuando se
    inicia la colaboración femenina en su aspecto más
    importante: el de la enseñanza, es decir, la
    formación de las nuevas generaciones.

    Asunción Escalada abre con su actuación
    precursora la nueva época en la cual la iniciativa privada
    se suma a la acción oficial. Si a la gestión
    de otra ilustro profesora, Rosa Peña, se debe la
    fundación, en 1883, de 24 escuelas primarias para
    niñas. Adela y Celsa Speratti siguen de cerca a Rosa
    Peña, y llenan con sus nombres esta época en la
    cual la mujer desarrol1a institucionalmente su acción
    formativa.

    En resumen:
    En toda situación de emergencia, la mujer ha demostrado
    saber elevarse al nivel exacto de la circunstancia,
    llámese esa situación tiempo de la colonia,
    revolución
    comunera, acefalía de hogares en la época de
    Francia,
    guerra del 65 al 70, posguerra, guerra del Chaco. En tiempos
    normales, es decir, aquellos durante los cuales se hace el
    balance de los logros, la colaboración de la mujer se ha
    visto, hasta hace poco, coartada en su plena expansión por
    prejuicios, inhibiciones, tabúes. Estos van desapareciendo
    despacio. Persisten trabas de orden social o
    económico.

    La mujer paraguaya ha actuado con dedicación
    única en la enseñanza, Desde hace más de
    ochenta años, ha estado en sus
    manos, en forma cada vez mas exclusiva, la formación
    intelectual, y en mayor grado, social y moral, de las
    jóvenes generaciones. En este sentido, su aporte tiene
    carácter de colaboración aún
    no bien apreciada como esfuerzo cuantitativo. Podría,
    cualitativamente, ser aún más precioso.

    La mujer hace su aparición en el plano creativo
    tardíamente (más tarde aún en la
    plástica) a favor de circunstancias principalmente de
    orden internacional. Es en este plano — el más
    tardío— donde la mujer ha obtenido más claros
    y específicos logros.

    En el plano profesional, la mujer se manifiesta cada vez
    más. Puede decirse que esto incide en su liberación
    económica, y moralmente en una elevación del acento
    de prestigio. Pero sus aportes al enriquecimiento de la cultura
    nacional en ese plano no se definen específicamente
    aún, ya que la mujer actúa indefectiblemente dentro
    de las pautas de pensamiento
    masculino. Es pues un aporte cuantitativo, pero aun no
    caracterizado cualitativamente.

    5. Discriminación de la mujer en la
    sociedad

    Cumbre de la ONU sobre la
    mujer
    Junio 2000
    Entre el 5 y el 10 de junio, la
    Organización de las Naciones Unidas
    (ONU)
    celebró en Nueva York la conferencia
    Mujeres 2000, también conocida como
    Pekín5.

    En esta cumbre se estudiaron los progresos realizados en
    materia de
    igualdad entre
    hombres y mujeres desde la anterior reunión, celebrada en
    Pekín en 1995. La condición de la mujer no parece
    haber mejorado significativamente en estos últimos cinco
    años: sólo 8 países han cumplido los
    objetivos que
    se fijaron en aquella ocasión en cuanto a
    participación de la mujer en cargos políticos. En
    el terreno de la educación, se han
    producido importantes avances, aunque dos tercios de la población analfabeta adulta siguen siendo
    mujeres. En cuanto a la violencia
    doméstica, algunos países, entre ellos México,
    han adoptado medidas legislativas para criminalizar este tipo de
    actos.

    La falta de acuerdo entre las distintas delegaciones
    sobre temas como el control de la
    natalidad, el aborto, la
    violencia
    sexual en el seno del matrimonio y la
    influencia de la
    globalización de la economía en la
    situación de las mujeres en el mundo hicieron
    difícil la adopción
    de un acuerdo final. Contra el aborto se
    manifestaron los países islámicos y los
    católicos alineados al lado del Vaticano. No obstante, se
    redactó un documento de mínimos que pudieron
    suscribir todos los países, y que en términos
    generales consagra lo acordado en la conferencia de
    Pekín de 1995, con algunos avances en el tema de la
    prevención contra el SIDA, la
    violencia doméstica, tráfico de mujeres y
    niñas, asilo político, pobreza y efectos
    de la economía global sobre la mujer.

    Simultáneamente a este importante encuentro, la
    Comisión Europea presentó un programa de
    acción quinquenal encaminado a fomentar la igualdad entre
    hombre y mujer en todos los ámbitos. Dicho plan intenta
    superar la escasa representación de la mujer tanto en los
    gobiernos y parlamentos nacionales como en las instituciones de
    la Unión
    Europea (UE).

    Días antes de la celebración de la cumbre
    Mujeres 2000, se hicieron públicos varios informes sobre
    la situación de la mujer. UNICEF presentó un
    documento en el que señalaba que 60 millones de mujeres
    mueren al año víctimas de la violencia
    doméstica. Por su parte, el Departamento de Estado de
    Estados Unidos
    aseguraba en otro que dos millones de mujeres y niñas son
    víctimas de redes ilegales que las
    explotan como esclavas, trabajando como prostitutas, empleadas
    del hogar o mano de obra barata. Este problema es especialmente
    grave en India,
    Pakistán y Tailandia. Norteamérica y la Unión
    Europea son los principales receptores de este tráfico
    fraudulento de personas.

    6. La Mujer en el
    Desarrollo.

    Es bien sabido que las mujeres superponemos tareas:
    mientras disponemos de los últimos toques del almuerzo,
    atendemos el teléfono, preparamos el bolso que el
    niño llevara a su clase; si en ese momento llega un
    vendedor ambulante a la puerta, también se lo atiende.
    Mientras tanto, el marido que acaba de llegar, se refresca un
    poco, mira el noticiero y pregunta si falta mucho para comer.
    Estas historias se repiten a diario en los hogares del Cono Sur.
    Muchas tintas se han gastado en Ministerios, Secretarías
    Estatales, en Centros de Estudios sobre y para la mujer, para
    considerar estos temas y lograr revertirlos

    Los estudios realizados acerca de la mujer y su función en
    la sociedad, han dado lugar a numerosos cuestionamientos que
    hacen reflexionar, especialmente a las mujeres, sobre los roles
    que nosotras desempeñamos en la vida cotidiana.

    También los hombres se han ocupado d e nosotras,
    proyectando tareas, esforzándose en conseguir un lugar
    para nosotras las mujeres en el mundo del desarrollo,
    confeccionando proyectos que nos
    permitan insertarnos en el progreso de los pueblos. Las
    evaluaciones, de los resultados de esto proyectos puesta
    en marcha, nos muestran que todos ellos han fracasado. Las
    autocríticas arrojan los siguientes resultados: los
    recursos a ser
    utilizados no fueron los adecuados; la implementación de
    las actividades fracasaron por la escasa información y preparación
    académica de quienes tenían que implementarlos; no
    se contó con la infraestructura necesaria y por
    último las participantes arrojan un alto índice de
    ausentismo, la mayoría de las veces por la necesidad de
    cuidar un familiar enfermo (casi siempre un hijo)

    7. Las mujeres y el poder
    político

    Las mujeres no escapan a la realidad del ejercicio del
    poder; pero
    existen diferencias claras, en comparación con los
    varones, en cuanto a los medios
    sociales en donde pueden hacerlo, a las estrategias y
    mecanismos que utilizan y a las situaciónes y problemas que
    enfrentan en la búsqueda y ejercicio del poder.

    Esto se relaciona con la división del trabajo en
    los ámbitos públicos y privado, con la
    asignación cultural privilegiada de lo público al
    género
    masculino y lo privado al femenino, que ofrece al desarrollo de
    aptitudes y actitudes
    diferenciadas en varones y mujeres.

    Sin embargo, los espacios políticos partidarios,
    se han mantenido o alejados de los intereses de las mujeres, o
    inaccesibles para ellas. Los números de la
    participación femenina en estos espacios demuestran
    composiciones "homosexuales" de los más altos espacios de
    decisión: todos hombres sólo alguna mujer que, por
    lo general, además pasa desapercibida.

    Una de las reflexiones más reiteradas entre las
    políticas es que no basta la militancia y
    el trabajo constante para acceder al poder político, si
    que es necesario complementar con saberes especiales, con un
    savior fair político.

    8. Secretaria de la
    Mujer fortalece ámbitos de acción del plan nacional de
    oportunidades.

    La población femenina paraguaya constituye la
    mitad de habitantes del país, con 2 millones 861 mujeres.
    El 56% de esta población reside en el aérea urbana,
    reflejo del acelerado proceso de
    urbanización, donde la mujer es la principal protagonista
    mediante la migración
    del campo a la ciudad. Casi la mitad de la población
    femenina (47%)está formada por mujeres en edad
    fértil (15 a 49 años), 39,5% tiene más
    años en edad.

    Atendiendo a los datos citados mas arriba y a los
    derechos
    adquiridos por las mujeres en la Constitución Nacional y a los instrumentos
    internacionales ratificados por Paraguay, la
    Secretaria de la Mujer trabaja para revitalizar los nuevo
    ámbitos de acción del Plan Nacional de Igualdad de
    Oportunidades para las Mujeres.

    Legislación:
    En este sector se ha mantenido una fluida relación para el
    seguimiento, aprobación y sanción de los
    anteproyectos de leyes que son de
    especial interés para las mujeres. Por mencionar algunos
    de ellos: la Reforma
    Agraria, Ley General de
    Educación,
    Estatuto del Funcionario Público, Código
    Penal y de Procedimientos
    Penales, Código
    Sanitario, Proyecto sobre
    Salud Sexual y
    Reproductiva, Código de la Niñez y la Adolescencia y
    Ley contra la
    Violencia Doméstica, Ley de las MPYMES.

    En cuanto a la Reforma Electoral, se está
    realizando un trabajo coordinado con el Foro Permanente de Organizaciones de
    Mujeres y la Fundación Internacional para sistemas
    electorales (IFES) para la elaboración de propuestas a ser
    elevadas a la Comisión Parlamentaria Constituida para el
    efecto.

    Educación:
    El trabajo que viene realizando la Secretaria de la Mujer sobre
    el tema de la educación y la condición de la Mujer,
    principalmente dentro del MEC toma como tema para la
    acción el analfabetismo,
    la educación primaria y secundaria colaborando con la
    reforma educativa en marcha, a través del Programa de
    Igualdad de Oportunidades y resultados para las Mujeres en la
    Educación (PRIOME), y otras estrategias,
    siempre en concordancia con el Plan de Igualdad de Oportunidades
    1997-2001 de la Presidencia de la República.
    Informes
    realizados señalan que los niveles educativos más
    bajos, sin instrucción y primarios, son factores que
    afectan negativamente al bienestar del hogar, debido a que
    disminuyen las posibilidades de ingresos
    monetarios e inserción ocupacional, en mayor porcentaje se
    observa en el sector femenino.

    Es por eso que se han elaborado normativas que
    podrían legalizar y legitimar incorporación del
    componente género en
    el sistema Educativo
    Nacional.

    Salud:
    En este sector se han impulsado varias actividades de manera a
    contrarrestar los datos registrados que señalan que solo
    una de cada tres mujeres (33 %) recibió asistencia
    médica en un establecimiento del sector
    público.
    La institución ha fortalecido la Coordinación Interistitucional con el
    Ministerio de Salud
    Pública y Bienestar Social además de participar
    en la elaboración, implementación y seguimiento de
    la Política
    Nacional de Salud Integral de la
    Mujer.

    Empleo
    La actividad laboral de la
    mujer se ha observado una gran desigualdad de condiciones
    teniendo en cuenta que el 70% de ña población
    femenina no participa en el mercado laboral.
    A fin de paliar esta desigualdad de condiciones, la Secretaria de
    la Mujer trabaja en coordinación con otras instituciones de
    manera a ampliar la participación de la Mujer en el campo
    laboral.

    Específicamente se ha trabajado en el sector
    juvenil para la Presentación del Observatorio de Empleo en el
    Paraguay sus
    avances: "Ley del Primer empleo
    juvenil" encarado por el Viceministerio Juvenil.

    9. La mujer como promotora
    de educación y paz.

    En este ámbito persiste en la gestión
    de la SM par favorecer la participación equitativa de las
    mujeres en el proceso educativo y de producción de conocimientos.

    Si bien el sistema educativo
    ha avanzado hacia la equidad de género en el acceso, es
    preciso seguir enfatizando en la erradicación de los
    contenidos educativos discriminatorios que estimulan de manera
    desigual a mujeres y hombres y los induce a desarrollar
    habilidades y expectativas diferentes.

    Hipótesis
    La discriminación de la mujer se produce a raíz de
    falta de oportunidades para acceder a la educación
    equiparada al de los varones.

    10.
    Bibliografia

    1- Bareiro, Line. Soto, Clyde.(editoras) Sola no basta.
    – –
    Asuncion: Centro de Documentación y Estudios, 1992.
    2- Bareiro, Line. Soto, Clyde. Monte, Mary. Alquimistas.
    Documentos
    para otra historia de las mujeres. – –
    Asuncion: Centro de Documentación y Estudios,1992.
    3- Martinez Ofelia, Monte Mary. Dios proteja destino patria. Las
    concepcioneras de 1901. – – Asunción:
    Centro de Documentación y Estudios, 1999.
    4- Hussey de Schoux, Christina. Situación y papel de la
    Mujer Campesina en el Paraguay. – – Asunción:[s n]
    1975.
    5- Pla, Josefina. La mujer en el desarrollo de la cultura
    Paraguaya. – – Asunción: Liga Paraguaya de los
    Derechos de la
    Mujer, 1974.
    6- Fogel, Gerardo. La mujer y el desarrollo nacional. – –
    Asunción: Liga Paraguaya de los derechos de la
    mujer, 1974.

     

     

    Autor:

    Leticia Nuñez

    Bibliotecologa
    Paraguay

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