Inaugurado en 1966 y está ubicado
a dos cuadras del parque principal. Nace como fruto de la labor
investigadora de 48 años del peruanista Enrique
Bruning.
En los jardines de este hermoso museo destaca imponente la figura
de Naylamp, fundador de
la
dinastía de Reyes lambayecanos. La fachada muestra un
colorido mural con motivos lambayecanos. El interior del edificio
principal es una secuencia de cuatro niveles, entre sus
corredores y salones se exponen mas de 1,400 piezas
arqueológicas, manifestaciones que fueron legados de las
culturas Lambayeque, Moche, Chavín, Vicús Inca y
otras. Las piezas mas importantes datan de hace mas de 10,000
años.
Podrá apreciar los restos del rico y poderoso Rey, llamado
"El Señor de Sipán". Sus restos y el ajuar
mortuorio descansan entre los muros del museo. La Sala de Oro
muestra hasta
500 piezas que son verdaderas obras de arte.
Es un excelente museo basado en la colección
privada del Ingeniero Alemán, Enrique Bruning, recolectada
a fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. El
gobierno peruano
adquirió esta colección en 1925. Este museo ha sido
constantemente enriquecido con piezas obtenidas en
confiscaciones, donaciones y descubrimientos. Las más
recientes adquisiciones son las piezas adquiridas en la Tumba del
Señor de Sipán. Este museo esta construido con
facilidades modernas y funcionales, de acuerdo a un diseño
inspirado en los trabajos de Le Corbusier. Se pueden encontrar
mas de 1500 piezas de diferentes culturas, incluyendo una
invaluable colección textil y cerámicas de
Chimú y Vicus. Miles de objetos de oro son guardados en
cámara selladas, incluyendo máscaras funerarias de
cobre, vasijas
ceremoniales, un extraordinario collar y joyas de provenientes de
Mochica y Chimú y piezas de la cultura
Lambayeque. La exposición
ha sido ubicada siguiendo un estricto criterio
didáctico.
En el período cultural conocido como desarrollos
regionales existió en la costa norte del Perú un
pueblo poderoso y muy guerrero conocido como la sociedad Mochica,
tuvo su hábitat en el valle homónimo,
desarrollándose entre los territorios de Huarmey al sur y
Piura al Norte; ocuparon los valles de la Leche,
Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao,
Santa, Nepeña y Huarmey.
Dentro de esta secuencia cultural se ubica al
misterioso, y mágico pueblo milenario Mochica, cuya
antiguedad se estima entre los 100 años a.C. hasta los 700
años d.C. De acuerdo a los testimonios
arqueológicos registrados se ha determinado que las
culturas norteñas como Cupisnique (Chavín
costeño), Salinar, Vicús y Virú, han
contribuido al nacimiento de esta cultura en sus primeras
épocas; por eso podemos afirmar que la Cultura Moche o
Mochica, luego de este largo proceso,
aparece como una síntesis
regional autónoma, con mayores aportes tecnológicos
e ideológicos que cualquiera otra cultura
norcosteña y andina.
Históricamente fue conocida como
Protochimú por Max Uhle; Gordon Willy la denominó
Clásica; Muchik, Julio C.Tello, y Chimú Temprano
(Early Chimu) por Kroeber en 1925. En la actualidad, Mochica o
Moche es el nombre más empleado en el lenguaje
científico. Pero fue Max Uhle (1899) quien dio a conocer
por primera vez la existencia de esta cultura luego de realizar
trabajos de investigación en el valle de Moche. Uhle
excavó alrededor de 50 tumbas entre las Huacas del Sol y
de La Luna, que le permitieron identificar hasta cuatro distintas
culturas que habitaron sucesivamente en el valle:
Protochimú (Mochica), Tiahuanacoide, Chimú e
Inca.
Los materiales
culturales, especialmente cerámica, encontrados por Uhle fueron
llevados a la Universidad de
Berkeley y analizados por Alfred Kroeber (1930), confirmando que
se trataba de una Cultura Protochimú y Pretiahuanaco,
dicho anteriormente por Uhle. En base a la cerámica, Don Rafael Larco Hoyle (1948) la
clasificó en cinco fases estilísticas, tomando para
esto ciertos criterios de forma y dimensiones de los picos, asas
estribo y cuerpo, así como las decoraciones. Las dos
primeras con una arraigada herencia de los
estilos Cupisnique, Salinar y Virú; la tercera y cuarta
etapa denominada clásica y la quinta fase la considera
como la época de decadencia con fuertes influencias
foráneas.
Larco Hoyle caracteriza cada una de las fases con las siguientes
particularidades:
Fase Mochica I
La cerámica es pequeña, de aspecto
sólido, en algunos casos de forma lenticular; de asas
proporcionales y circulares con picos cortos y fuertes rebordes.
Las formas comunes son : vasos retratos, antropomorfos de cuerpo
entero, zoomorfos, fitomorfos, cántaros sencillos con asa
de estribo. Colores crema y
rojo, crema y ocre, rojo, crema y anaranjado; crema y negro. Hay
una influencia de la decoracion negativa. Los motivos más
comunes son los puntos grandes, los círculos, rombos,
cabezas de lagartijas estilizadas, triángulos con
círculos concéntricos, signos escalonados, bandas
cuyos temas pictóricos en colores
están delineadas por incisiones.
Fase Mochica II
El grosor de las paredes disminuye. La cerámica
se alarga y no se observa tendencia en darle la misma altura que
ancho, se inicia con esto la esbeltez de los vasos. El asa y el
pico crecen proporcionalmente, y mientras el asa no pierde la
forma redondeada, el pico pierde el reborde pronunciado, quedando
tan sólo un pequeño ribete.
Existen vasos retratos, antropomorfos de cuerpo entero,
fitomorfos y zoomorfos. Predominan los colores crema y rojo,
crema y ocre, rojo y crema plomizo, marrón y anaranjado,
crema y ocre.
Fase Mochica III
Se inicia el refinamiento de esta cultura. Las paredes
de los vasos se afinan sin perder su solidez, el ceramio
está cubierto por una fina capa de engobe cuidadosamente
pulida. Los hornos abiertos con abundante oxigenación
fueron perfeccionados.
La cerámica es un poco más grande que Mochica II.
Los recipientes son de mayor capacidad. Las asas y los picos se
afinan notablemente, siendo las primeras elípticas y los
picos pequeños, acampanulados y con reborde casi
imperceptible. Los ceramios son de líneas armónicas
y proporcionadas.
Las esculturas antropomorfas son verdaderos retratos de personas.
La escultura religiosa adquiere importancia.
Fase Mochica IV
Los motivos escultóricos y pictóricos se
multiplican y adquieren mayor complejidad. El artista mochica
trata de perennizar en su cerámica no solamente los
asuntos comunes de su vida diaria, sino también las
actividades de sus instituciones
organizadas. El rico acervo de su vida espiritual es sintetizado
en las escenas pictóricas que cubren los numerosos vasos
de caracteres religiosos.
Los vasos se alargan y también proporcionalmente el asa,
que ya no es chata sino, redonda o ligeramente angular. La
mayoría de los picos son largos y rectos, aunque hay
algunos más angostos en la punta con bordes levemente
afilados.
Fase Mochica V
La cerámica de este período, por sus
formas y decorado, constituye el "arte barroco" de la
cultura mochica. Se reduce en tamaño pero el asa se
alarga, siendo el pico más pequeño. El asa toma una
forma triangular acentuada y el pico es de naturaleza
troncocónica con bordes afilados del interior hacia
afuera. Las representaciones geométricas abundan. El
motivo escultórico pasa a segundo plano, desplazado por el
arte pictórico.
Las técnicas
de manufactura
que mayormente conocieron fueron el moldeado y el estampado. Por
el gran dominio de la
cerámica escultórica y pictográfica se le ha
denominado, y con mucha justicia, el
Período de los Maestros Artesanos. Dada la calidad estética y temática de su
innumerable producción se ha convertido en el mejor
espejo de su vida cotidiana y espiritual.
Los Mochica, fueron excelentes ceramistas; emplearon la arcilla
con contenidos de hierro (roja)
y de alúmina (blanca). Como fundentes usaron el carbonato
cálcico o polvo de huesos y, como
temperantes, cuarzo, silex, pirita molida y arena fina. Manejaron
temperaturas de 800 ºC a 1000 ºC. Como combustible
usuaron leña de algarrobo y huarango. El sitio de Cerro
Mayal, que se encuentra en la parte baja del valle de Chicama; ha
proporcionado informaciones valiosas para la
reconstrucción de las actividades que se realizaban en un
gran taller especializado de cerámica;
identificándose la variación de los productos
manufacturados y reconstruyéndose así la naturaleza
tecnológica de fabricación, como el uso de moldes y
hornos.
D e la cultura Lambayeque hay toda una secuencia de
manifestaciones; obras propias en la que notablemente se
distinguen de las usadas en regiones vecinas.
Esto se manifiesta en técnicas a
través de cerámica, la metalurgía, la
arquitectura y
otras evidencias.
El conjunto original, por haberse visto desde fuera, aparece
mezclado con elementos de posterior cronología, restos
arqueológicos de otras fases, consideramos más
tardías, de la evolución de la sociedad. Sin que
hasta hoy anteceda un estudio detenido, todo el material ha sido
en primera instancia, adjudicado a la cultura
Chimú.
El complejo desarrollo
cultural se ve reflejado sobre todo en su cerámica, la que
adquiere modelos y
formas estilísticas diferentes a Chimú
caracterizada primordialmente por la presencia del tipo
denominado "Huaco Rey".
La metalurgía fué uno de los aspectos más
sobresalientes de ésta. En arquitectura
constituyeron grandes montículos piramidales, hechos
íntegramente de adobe con algunas marcas, heredadas
probablemente por los Moches. Muchas de las evidencias
encontradas manifiestan la antigua tradición del llamado
"enterramiento ritual de los templos".
Su base económica estuvo ligada a la construcción de grandes complejos
hidráulicos, obras que en su mayoría
requirió de un gran despliegue de fuerza de
trabajo. Construídas con la finalidad de llevar agua hacia los
campos de cultivo ubicados en las laderas del río como el
de La Leche y
otros.
Consideramos que Lambayeque debe ser estudiado partiendo
de cero, examinando si hay o no inventos en sus
patrones culturales, y de este modo tener una idea más
fidedigna de la problemática Lambayecana.
Los trabajos arqueológicos realizados en la costa
norte, principalmente en el área de Lambayeque, son muy
escasos, razón por la cual solo se conocía las
referencias que dieron los Cronistas; Francisco de Jerez (1537),
Cieza de León (1547), Miguel Cabello de Balboa (1586) en
su obra "Miscelánea Antártica", el Cura de Morrope
y Pacora, Modesto Ruviñoz y Andrade. La tradición
contenida en estos documentos
constituyen el objeto principal de la tradición
Lambayecana.
Posteriormente estos aportes dieron lugar a que muchos
investigadores tomaron interés
sobre el desarrollo
cultural de Lambayeque.
Los primeros en tratar el tema fueron: Tello (1937)
quien realizó una somera visita para inspeccionar e
inventariar las huacas y artefactos funerarios de oro saqueados
en Pampa Grande, pero fué Bruning (1917-1922), el primer
erudito que hizo un estudio consciente y sistemático de la
historia cultural
de está región, registrando en su monografía
sus impresiones de los sitios más importantes que
él visitara y fotografiara, Kroeber (1930), probablemente
en su breve estadía, su labor fue limitada y visitó
únicamente el Purgatorio, Chotuna y
Etén.
Los primeros estudios de campo propiamente hechos se
deben a Wendell C. Bennett, quien por los meses de Abril y Mayo
de 1939 estuvo en la zona Lambayecana e hizo algunas excavaciones
en 81 tumbas y visitó otros 15 lugares sin excavar,
llegó a la conclusión de que aquella parafernalia
funeraria pertenecía a una época transicional,
más tardía .
Probablemente la investigación más importante
realizada sobre la (1940, 1959 – 1965) y Richard Shaedel
(1951-1966), siendo los primeros en realizar un estudio en gran
escala y la
elaboración de mapas usando
fotografías a áreas y bosquejos de mapas.
En los años 70, Lambayeque En 1978 se desarrolla el proyecto |
Ellos actualizaron y recopilaron todas las principales
categorías de restos arqueológicos tales como
canales, campos de cultivo, pirámides y lugares
habitacionales. Kosok reportó y trazó mapas de 250
sitios en los valles de Motupe, La Leche y Lambayeque. La
investigación de Kosok (1965) se basó en la
interpretación del desarrollo socio-económico,
político y la irrigación a gran escala de
Lambayeque.
Las antiguas culturas pre-hispánicas del
área andina, mantienen un sin número de relatos y
leyendas que
muestran los posibles orígenes de estos pueblos, la
leyenda de Naylamp, descrita
por Cabello de Balboa, quien narra la llegada
mítica de un gran personaje acompañado de una gran
séquito. Dicho personaje se asentó cerca al
río Iaquisllampa donde construyó el templo Chot.
Tuvo un hijo Chimú el cual tuvo 12 hijos luego le
sucedieron 8 gobernantes más hasta que fueron conquistados
por los Incas.
En los últimos trabajos científicos
desarrollados en la zona, se estima que los orígenes de la
cultura Lambayeque se encuentre al finales del Horizonte Medio o
etapa en la cual colapsa la cultura Moche y las tradiciones
sincréticas y fusión
estilística del dominio de
Cajamarca Medio en la Costa Norte, debido a la intrusión
de un nuevo concepto social,
ideológico y estilístico denominado Wari. Con el
decaimiento de la influencia Wari en el norte se produce el
surgimiento de pequeños reinos y culturas regionales que
se refleja en una nueva concepción ideológica
social y económica como se refleja en la cultura
Lambayeque.
Los diferentes restos materiales
encontrados en Lambayeque han sido atribuidos por muchos
años, a la Cultura Chimú. De tal modo que esta
región fue "Chimuizado" por Tello en 1929, Kroeber en
1939; denomina a la cerámica clásica como "North
Chimú" y "Chimú Cursivo"; Bennet en 1945, Willey en
1951, en la mesa redonda
de 1953 al involucrarlo en confederaciones, por Rowe en 1955,
como Chimú Cursivo modelado, Bushnell en 1956, Mason en
1957, Collier en 1958, Canals Frau en 1959, Meggers y Evans en
1963; igualmente Lathrap es una publicación en 1964 y
Engel en 1965.
Bernal (1979), menciona la confusión entre Ha sido Rafael Larco Hoyle el primero en usar |
Para Izumi Shimada el nombre que debe llevar este
conjunto de elementos culturales, es la de Sicán, debido a
un antiguo documento (Archivo general
de los Indios, Sevilla/Justicia 418)
; menciona que en el año 1536 ésta área
fué denominada como "Sicani o Cani".
En la encomienda confiada a F. Pizarro que este entregó a
Lobo en 1536, menciona que el área principal fué
denominado como "Sicán". En esencia según Shimada
la cultura Sicán corresponde a la frase clásica de
la vasta
La ubicación cronológica del estilo
Lambayeque no está del todo clara, pero se la ubica como
consecuencia del Tiahuanaco – Wari expansivo, es decir al
finalizar el Horizonte Medio.
Shimada caracteriza cronológicamente a la Cultura
Lambayeque en base a su cerámica en tres
períodos:
Sicán Temprano (700 – 900 D.C.), Sicán Medio (900 –
1,100 D.C.), Sicán Tardío (1,100 -1,350
D.C.)
En la época de máximo apogeo (Sicán
Medio) y de acuerdo con los objetivos
hallados en diferentes lugares, se puede establecer que la
Cerámica Lambayeque tuvo su centro principal en el valle
del mismo nombre y también se cree que llegó hasta
el sur Pachacamac y Ancón y por el norte hasta la isla de
La Plata cerca de Guayaquil.
Los rasgos más saltantes que Shimada menciona de
acuerdo a sus investigadores principalmente los referidos a la
arquitectura monumental son:
Construcciones de grandes pirámides truncas, combinadas
con plataformas generalmente en forma de "T", un modelo en es
el caso de Huaca del Loro. La construcción en esta arquitectura
monumental usando cámaras de adobe relleno con residuos
sueltos, troncos de algarrobo y grandes losetas cocidas (50.50 x
4cm), en donde estas últimas deben haberse empleado como
refuerzo estructural de las cámaras.
El uso de grandes pilares distribuidos en cuadradas
cajas de adobe para el subsuelo, como ejemplo tenemos a Huaca el
Corte en donde halló 48 columnas cuadradas pintadas y
alineadas en 12 filas de 4 columnas cada una, las bases de estas
columnas estaban dispuestas en forma cuadrada, y colocadas en
cajas de adobe con piedras y/o ripio rellenos de arena,
posiblemente esta área no pudo cumplir funciones de
vivienda; pero si empleada como escenarios de exposición
de sus ritos públicos.
Una importante tradición en la arquitectura
monumental del Sicán- Medio, fue el uso de adobes
intencionalmente marcados, estas marcas
geométricas que fueron hechos con los dedos antes de que
el adobe tomara consistencia.
El 90% del total de adobes del mismo tamaño, color, textura y
forma con diferentes marcas se repetían en adobes de
diferentes tamaños, formas color y
textura.
Se admite que los adobes marcados eran fabricados por
diversas adoberas, (bajo contrato) y para
diferentes patrocinadores, y los adobes sin marcas fabricados
para cumplir una labor de impuesto para
el estado. Los
adobes marcados fueron colocados en las construcciones por
diferentes grupos de obreros
(no pertenecientes a los productores de adobes) quienes usaron
diversos adobes marcados que en un principio apilaron en forma
desordenada.
Los recintos de las élites mostraban Un ejemplo de la decoración mural que Los estudios sobre cerámica Lambayeque no |
Las caracterésticas más resaltantes que
destacan a esta cerámica es el color negro; de cuerpo
esférico que descansa sobre una base de pedestal; de pico
cónico, en el se desplaza la cabeza de un personaje con
ojos alados (Naylamp), estilizada; en el sector occidental de la
cabeza de Naylamp nace un asa conectada al cuerpo del recipiente.
Frecuentemente este personaje es acompañado por dos
sujetos secundarios, estirados y recostados boca abajo como
adorándole, esta forma de cerámica es
conocida.
La composición iconográfica de " Naylamp"
se encuentra en otro tipo de recipiente, así mismo de
cuerpos esféricos que descansa sobre una base de pedestal
a veces decorada con inscripciones geométricas, pero estas
vasijas tiene la particularidad de estar dotadas de dos picos
divergentes, cónicos, unidos por asa puente. En esta forma
la figura de Naylamp puede estar también
ausente.
Para la cerámica utilitaria Walter Alva los
distingue por su singular técnica del paleteado con
variados motivos impresos en especéfica distribución territorial. Trimborn sostiene
que esta técnica tuvo una vitalidad muy tenaz, sin embargo
con la desventaja de que sus motivos no se prestan a una
subdivisión cronológica.
El primero en definir a la cerámica es Larco, en
base a los motivos escultóricos y asas puentes, la
divinidad antropomorfa de ojos alados, y la atribuye cierta
anexión al estilo Cajamarca, posteriormente lo ubica
dentro y como consecuencia del Tiahuanaco expansivo en la
Costa.
Zevallos (1971) propone a la cerámica como una
creación de patrones propios del poblador de este valle,
diferenciándolo de otras cultural regionales, y que deriva
de la cultura mochica por el realismo.
En la forma conocida en la región con el nombre
del "Rey", compuesta de gollete y asa, una figura de
cara-máscara coronada que va entre el gollete y el
glóbulo esferoide y base en pedestal.
Cerámio Botelliforme, con gollete y asa, globo y
base en pedestal.
Glóbulo sobre que van dos golletes divergentes
troncocónicos interrumpidos por una asa y base
pedestal.
Cerámio vasiforme, sin clase alguna de asa y base
en pedestal (como botella).
Idolillos y objetos de tamaño muy
reducido.
Shimada (1985) caracteriza cronológicamente a
esta cerámica en 3 períodos:
El Sicán Antiguo (700 -900) caracterizado El Sicán Medio (900 – 1,100) época |
El Sector Tardío (1,100 – 1,350) la
cerámica presenta un bruñido perfecto, negro oscuro
y negro manchado, en 1963; igualmente Lothrop es una
publicación en 1964 y Engel en 1965, expresiónes de
ambos estilos se debía a que en la mayoría de la
cerámica de Lambayeque es negra como la Chimú y a
falta de estudios importantes sobre el valle de
Lambayeque.
Surge al decaer el Imperio Wari, abarcó desde
Tumbes hasta Carabayllo. Los Chimú fueron un estado
expansionista centralizado con claras divisiones de clases,
herencia de
cargos y una burocracia muy
compleja; el poder lo
tenía el gran señor llamado Cie Quic y los Alaec,
continuaba un grupo con
cierto prestigio y poder
económico llamado Fixlla y al final se encontraban los
campesinos, los artesanos y los sirvientes. El sistema
económico y social funcionaba por medio de una red de centros urbanos
rurales que se encargaban de recepcionar y enviar a la capital los
tributos
obtenidos. El estado se
administró en la ciudad capital
Chan-Chan, desde allí se manejo, organizó y
monopolizó la producción, el almacenamiento,
la redistribución y el consumo de
bienes y
productos. El
culto principal estuvo dedicado a la luna debido a su influencia
sobre el crecimiento de las plantas, las
mareas y a su utilización como marcador del tiempo; sin
embargo, cada pueblo debió poseer sus deidades y
santuarios locales. La arquitectura ha permitido definir que los
gobernantes vivieron en los palacios y recintos monumentales,
mientras el pueblo residió en viviendas de quincha con
habitaciones pequeñas y fuera de la arquitectura
monumental.
LA ECONOMIA CHIMU
La economía Chimú
se caracterizó por la explotación de los lugares
conquistados que tributaban con alimentos,
artesanías, trabajo, etc. La especialización
laboral
obligó el funcionamiento de un sistema de
intercambio o trueque que permitió obtener los productos y
objetos que cada cual no producía. El culto principal
debió estar dedicado a la Luna debido a su influencia
sobre el crecimiento de las plantas, las
mareas y a su utilización como marcador del tiempo; sin
embargo cada pueblo debió poseer sus deidades y santuarios
locales. Los gobernantes vivían en palacios y recintos
monumentales mientras el pueblo residió en viviendas de
quincha con habitaciones pequeñas y fuera de la
arquitectura monumental.
LA CERAMICA
CHIMU
Los ceramios Chimú cumplieron dos funciones, como
recipientes para uso diario o doméstico y los ceramios de
uso ceremonial o para ofrendas de
los entierros; los primeros fueron elaborados sin mayor acabado
mientras los funerarios muestran bastante dedicación. Las
principales características de las vasijas Chimú
son una pequeña escultura en la unión del gollete
con el arco, su fabricación moldeada para la
cerámica ceremonial y modelada para uso diario, su
coloración generalmente negro metálico con algunas
variantes, su brillo característico se obtenía
humeando la vasija que previamente había sido pulida. En
pequeñas cantidades también se elaboraron ceramios
de colores claros. En la cerámica se han plasmado muchas
representaciones realistas como animales, frutos
y personajes, así como, escenas míticas.
LA METALURGIA
CHIMU
Los artesanos Chimú trabajaron los metales en
talleres divididos en secciones para cada caso del tratamiento
especializado de los metales;
trabajaron el enchapado, el dorado, el estampado, el vaciado a la
cera perdida, el perlado, la filigrana , el repujado sobre moldes
de madera, etc.
Con todas estas técnicas elaboraron gran cantidad de
objetos como vasos, cuchillos, recipientes, figuras de animales
sólidas o vacías, brazaletes, alfileres, coronas,
etc. Para realizar las aleaciones
recurrieron a combinaciones de ácidos que
se encontraban naturalmente. Los minerales
debieron ser obtenidos de minas atajo abierto, de los ríos
y de socavones. los metales mas usados fueron el cobre, la
plata, el oro y el estaño.
COMO SE FUNDIAN LOS METALES
El mineral extraído se molía en batanes para poder
separarlos de otros minerales o
impurezas en seguida se fundían en un horno que
tenía como combustible carbón vegetal y mineral;
constantemente debieron avivar las brasas soplándolas con
tubos largos para así elevar la temperatura.
TEXTILERIA CHIMU
El hilado consiste en la practica manual y
elemental de unir un conjunto de hilos pequeños para poder
lograr un hilo largo y continuo, en esta labor inicial de la
textilería se utilizaron diversos instrumentos como el
huso. El huso, es un instrumento manual
confeccionado de una varita pequeña y delgada que
generalmente se va adelgazando a ambos extremos; se lo emplea
junto a un tortero o piruro que se inserta en la parte inferior
para que haga contrapeso. Se empieza a hilar tomando de la rueca
(donde se ha fijado la fibra que se va a hilar) algunas fibras
que son fijadas en el huso que se lo hará girar
rápidamente entre el pulgar, el cordial y el índice
para lograr enrollar y torcer las fibras ininterrumpidas.
Cuando ya se había obtenido los hilos necesarios se
empezaba el tejido osea el entrecruzamiento o combinación
de los hilos para hacer las telas.
Los Chimú confeccionaron telas, gasas, brocados, bordados,
telas dobles, telas pintadas, etc. Algunas veces los textiles
fueron adornados con plumas y placas de oro y plata, los
colorantes se obtuvieron de ciertas plantas que contenían
tanino, del molle y del nogal; de minerales como la arcilla
ferruginosa y el mordiente de aluminio y de
animales como la cochinilla. Las prendas se confeccionaron de la
lana de cuatro animales; el guanaco, la llama, la alpaca, y la
vicuña y de la planta de algodón nativo que crece
en forma natural en siete colores diferentes. La vestimenta de
los Chimú consistió en taparrabos, camisas sin
mangas con o sin flecos, pequeños ponchos, túnicas,
etc.
Williams Willis
kurt kobain