Quizá nunca antes las mujeres habían
tenido tanta participación en el escenario político
nacional como lo están teniendo ahora. Las mujeres son
protagonistas de primer orden en todos los campos, lo mismo en el
deporte que en la
literatura, la
economía,
la ciencia, la
política y
el arte. Se les
puede encontrar dirigiendo un periódico,
una obra de teatro o un
proyecto
empresarial. No hay más límite que el que ellas
mismas se ponen en el camino.
En los últimos meses, ha causado
expectación en México la
decisión de algunas mujeres más importantes del
campo de la política, de reunirse en lo que muchos afirman
parece un proyecto de acción conjunta. Decenas de mujeres
de alta jerarquía en partidos y en la administración
pública, que representan a distintas inclinaciones
políticas, sociales y económicas del
México contemporáneo, reivindicaron para su
sexo
más puestos de poder durante
los festejos por la conmemoración del 50 aniversario del
voto femenino en el país, otorgado al fin después
de muchos titubeos, por el gobierno de Ruiz
Cortines, el 17 de octubre de 1953. La resistencia en
México se debía a que, aunque ya había una
iniciativa al respecto desde la época de Cárdenas,
aún existía la creencia entre la clase
política de que las mujeres tenderían a votar a
favor de partidos confesionales o contrarrevolucionarios. La
experiencia demostró que el voto femenino se comporta como
el de cualquier otro grupo humano,
y hay casi la misma proporción de mujeres reaccionarias,
centristas o izquierdistas que hombres de tales
ideologías, en cada estrato social o
región.
En el homenaje al reconocimiento de su calidad
ciudadana, las participantes se adhirieron, sin embargo, a una
declaración leída por la magistrada de la Suprema
Corte de Justicia, Olga
Sánchez Cordero, en la que afirmó que las mujeres
mexicanas están capacitadas para ocupar cargos de poder,
pero también aseguró que el poder femenino
sería distinto del que han ejercido históricamente
los varones, quienes con frecuencia lo usaron para manejar
determinadas situaciones a su antojo. No hay absolutamente
ninguna evidencia sociológica o psicológica de que
vaya a ser así.
El avance en la calidad del gobierno tiene que darse en
el desempeño de los dos sexos. No obstante, lo
ocurrido en el Claustro de Sor Juana, y en algunos otros lugares
donde se reunieron las damas de la alta política, es
más bien una muestra
alentadora de que en México puede haber una armonía
interpartidista que se creía imposible, dada la forma con
que se expresan las discrepancias entre los principales partidos
actuantes en la vida política actual.
"Las mujeres queremos el poder para servir, para
construir, para cambiar y modificar estas estructuras
patriarcales hacia una cultura
democrática. El poder se ejerce en todos los espacios
donde nos movamos: en la familia,
escuela, empresa y
colonia", afirmó Patricia Espinosa Torres, presidenta del
Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), entrevistada en el
Claustro de Sor Juana, donde se celebró medio siglo del
voto femenino y en el que pintoras, artistas, cantantes,
actrices, académicas, deportistas y hasta las más
esferas políticas (entre las que se encontraban Martha
Sahagún, Beatriz Paredes, Rosario Robles y Elba Esther
Gordillo) aclamaron porque la mujer tenga
garantizado un espacio en la política, basando en sus
habilidades y aptitudes, avalado por su experiencia y
preparación, y de ninguna manera por otras
concesiones.
El poder no es asunto de género,
más bien de capacidad y actitud.
Quizá en el 2006 no tengamos una mujer en la
Presidencia de la República, pero en estos momentos no
sólo hay una caballada briosa sino también muchas
yeguas, utilizando el argot político, en todo el espectro
de partidos y organizaciones
sociales del país.
Con la idea de preparar el 50 aniversario del voto de la
mujer en México, Rosario Robles invitó a principios del
mes, a un grupo plural de mujeres a su casa, a la reunión
acudieron mujeres de todas las corrientes políticas,
incluida la que actualmente gobierna el país. Ahí,
de acuerdo con la información que se publicó,
estuvieron Martha Sahagún, Elba Esther Gordillo, Patricia
Olamendi, Patricia Mercado, Beatriz
Paredes, Margarita Zavala y Cristina Alcayaga, entre otras, hasta
formar un grupo de veinte. Pero faltó una que fue la
primera candidata a la Presidencia en la historia del país:
Rosario Ibarra de Piedra, que fue "desinvitada" de última
hora, por Alcayaga. ¿Por qué no invitaron a la
mujer que durante 36 años ha encabezado la lucha por
encontrar a los desaparecidos políticos de la guerra sucia
de los gobiernos priistas?.- ¿Cuál fue la
razón de fondo para excluir a quien sabe enfrentar a un
sistema represivo
más que a un grupo de machos?.- ¿Sería
porque es la principal crítica a los movimientos
feministas que no actúan socialmente y sólo son de
palabra o para sus propios intereses?.-¿O porque la
primera dama pidió que no estuviera quien la
criticó, porque desde que llegó a Los Pinos no se
ha declarado para que se investigaran los asesinatos de las
mujeres de Ciudad Juárez?.
La ausencia de Rosario Ibarra llamó la atención de un sector de feministas que
llevan años luchando en las calles y en las comunidades
indígenas y campesinas del país, donde los medios de
comunicación no tienen mucho interés en
trabajar una nota. Dijo Rosario Ibarra que tal vez les dio miedo
que ella podría reventar esta reunión que, a su
ver, tenía tintes de proselitismo político,
más que de defensa de los derechos de las mujeres. Y
tal vez tenga razón si leemos con cuidado las primeras
declaraciones que salieron con motivo de los festejos del 50
aniversario del derecho de la mujer a votar y ser votadas, de
tres mujeres con mayor protagonismo en los últimos
años: Marta Sahagún insistió que la mujer
mexicana debe buscar el poder ; Elba Esther Gordillo
secundó a la primera dama al declarar que las mujeres no
deben tener miedo en reconocer públicamente que van por el
poder, y la anfitriona remarcó esta misma
bandera.
Martha, Rosario y Elba Esther han destacado del grupo de
mujeres que se mueven en el ámbito político porque
han tenido, y tienen en sus manos, poder de acción que
puede trascender a la sociedad. Y
aunque forman parte de tres corrientes políticas opuestas
en su origen, ahora se les ve juntas por una cuestión de
género y de intereses compartidos.
No hay duda que las tres mujeres mencionadas, y casi
todas las que asistieron a la reunión del 13 de octubre
por la noche, tienen intereses particulares que no tienen nada
que ver con un proyecto de lucha por los derechos de las mujeres.
Las que se reunieron en la antigua casa de Guadalupe Rivera (hija
de Diego Rivera) no llegaron a presentar programas
sociales, sino proyectos
políticos muy bien definidos, al menos esto se entiende de
las declaraciones hechas por tres de las principales
asistentes.
La crítica no va entonces por el lado de la
defensa de los derechos políticos de las mujeres, sino de
que al igual que muchos hombres dedicados a la política,
las que estuvieron con Rosario Robles cayeron en lo mismo que
tanto critican los hombres: la utilización de buenos
proyectos –el aniversario 50 del voto femenino- para sus
propios proyectos políticos. En la lucha política,
como en la lucha por el poder en general, los géneros
salen sobrando, porque en el fondo de lo que se trata es obtener
lo que se quiere. En eso están Elba Esther, Rosario y
Martha, y no tienen por qué disfrazar su intención
en algo por lo que miles de mujeres han luchado desde el
anonimato y que no fueron invitadas al que ya ha sido bautizado
como "El Club de la Pequeña Lulú".
Fuentes de Información:
- (2003, octubre 14, 17, 18, 19 y 23) Periódico
Excelsior "El
Periódico de la Vida Nacional". - (2003, Octubre 14 y 18) Periódico
Reforma. - En marcha red nacional de mujeres
empresarias, Comunicado de Prensa
número 34 del Instituto Nacional de las Mujeres 2003,
Noviembre 6. - Legisladoras Federales e Inmujeres acuerdan impulsar
cambios legales con perspectiva de género y por
consenso, Comunicado de Prensa número 14 del Instituto
Nacional de las Mujeres 2003, Septiembre 10. - Queremos el Poder pero no buscamos revancha,
Comunicado de Prensa número 27 del Instituto Nacional de
las Mujeres. 2003, Octubre 17. - Internet 50 aniversario.senado.gob.mx
Autor:
Marselha Domínguez
Gabriela Cansino
Edad: 22 años
Estudios: 7mo semestre de la carrera de Administración de empresas en el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey Campus Toluca.
Mildred Domínguez
Edad: 21 años
Estudios: 6to semestre de la carrera de Administración de empresas en el
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey Campus Toluca.
Tema sugerido:
Estudio Social o Política.