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Inmigración y Plástica: dibujantes



    1. Caras y
      Caretas
    2. Crítica
    3. El Mundo
    4. Hortensia
    5. Anteojito
    6. Primera
      Sudamericana
    7. Cine de
      animación
    8. Notas

    En esta monografía
    me refiero a algunos de los inmigrantes que se dedicaron al
    dibujo. Entre
    ellos hubo quienes se destacaron en crítica política y social,
    publicidad,
    cine y
    literatura
    infantil. Me refiero asimismo a descendientes de inmigrantes
    que dibujan actualmente y a quienes dibujaron
    inmigrantes.

    Caras y
    Caretas

    Varios inmigrantes europeos y americanos dedicados al
    dibujo
    trabajaron en la revista. Entre
    ellos, Mayol, Cao Luaces, Aurelio Giménez; Cándido
    Villalobos, Mario Zavattaro, Juan Carlos Alonso, Julio
    Málaga Grenet, Nicanor Alvarez Díaz ("Alejandro
    Sirio"), Víctor Valdivia, Federico Ribas y Luis
    Macaya.

    Adrián Pignatelli investigó la historia y características de Caras y Caretas,
    publicación que reunió a destacados dibujantes
    nacidos en otras tierras. El señala que la revista
    "Nació bajo el signo del liberalismo
    conservador; conoció la apertura democrática y la
    experiencia inédita de tres gobiernos radicales.
    Después, fue testigo del primer golpe militar y pudo
    comprobar los excesos y la corrupción
    que imperó en la década infame, antes de apagar
    definitivamente las rotativas en 1939".

    "Había nacido a fines del siglo pasado,
    aprovechando hábilmente los avances técnicos de la
    época. Porque así como el adelanto de la
    litografía había significado un importante paso, su
    uso periódico
    fue decayendo ante los adelantos mecánicos introducidos en
    la impresión por sistemas
    tipográficos, como el empleo de
    cromos y fotograbados, prácticamente estrenados por este
    semanario. Asimismo, por su contenido, donde abundaban noticias
    nacionales e internacionales -no sólo relacionadas con la
    política o
    la economía,
    sino también con el arte, las
    ciencias y la
    cultura en
    general- la convertían en una revista popular y variada.
    Por sus páginas desfilaron caricaturistas y renombrados
    escritores que hicieron historia en el periodismo
    gráfico. Caras y Caretas fue, además, la iniciadora
    en cuanto al empleo de la
    fotografía
    en sentido periodístico, pudiéndose encontrar
    excelentes trabajos de prestigiosos profesionales".

    "La revista Caras y Caretas tuvo su origen en Montevideo
    en 1890, sobre la base de una idea de Eustaquio Pellicer, un
    poeta humorístico nacido en Burgos, España.
    Pellicer había comenzado a escribir a los 15 años,
    cuando publicó en su pueblo natal un pequeño
    periódico llamado Don Javier. Luego, lo
    hizo en La Broma y en El Pabellón Nacional, de Madrid.
    Cuando emigró a estas tierras, trabajó en La
    Pellicerina y en Caras y Caretas, ambas publicaciones editadas en
    la capital
    uruguaya".

    "El 20 de junio de 1892 se trasladó a Buenos Aires, a
    raíz de una invitación de su amigo Bartolomé
    Mitre y Vedia, hijo del ex presidente y fundador del diario La
    Nación.
    Cabe señalar que su llegada a esta ciudad coincidió
    con el cierre del periódico Don Quijote,
    verdadera escuela de
    dibujantes. Entonces, Pellicer y su amigo decidieron reflotar
    Caras y Caretas en Buenos Aires. El
    sería su director, aunque un acontecimiento de fuerza mayor
    se lo impidió: Ia no aceptación de la independencia
    de Cuba por parte
    de España
    produjo que los naturales de ese país no fueran bien
    vistos en estas tierras. No parecía prudente presentar una
    revista dirigida por un español,
    más aún cuando ésta pretendía llegar
    a un público masivo. Fue así que Pellicer no pudo
    ocupar la dirección. La misma hubiera recaído
    en Mitre y Vedia, pero un nuevo escollo se presentó: el
    general Mitre no vio con agrado que su apellido estuviera
    involucrado en una revista destinada a satirizar y ridiculizar a
    sus adversarios políticos. Por tal motivo, se
    nombró para esa función a
    un escritor costumbrista que alcanzaría una bien ganada
    fama: José S. Alvarez, quien firmaba sus trabajos con
    varios seudónimos, pero que quedó inmortalizado con
    uno: Fray Mocho. El principal dibujante fue Manuel Mayol, un
    caricaturista político que firmaba como
    Heráclito’ ".

    "Caras y Caretas apareció en Buenos Aires el
    sábado 8 de octubre de 1898. Los canillitas lo voceaban
    ‘El Caricareta’. Varios diarios anunciaron su
    aparición, como fue el caso de La Prensa: ‘El
    festivo semanario, anunciado con tanto gracejo por sus
    fundadores, ha aparecido ya, y su número primero no
    sólo ha cumplido sus promesas colmando las esperanzas del
    público, sino que ha excedido unas y otras’. El
    señor Bartolomé Mitre y Vedia, que debía ser
    su director, anuncia en esta primera entrega haber renunciado a
    ese cargo y haberse separado de la empresa con
    gran sentimiento suyo, por causas de fuerza mayor
    relacionadas sin duda con las exigencias de otras
    ocupaciones".

    "También, el diario El Nacional le dio la
    bienvenida: ‘Algo retrasado llegó a nuestras manos
    Caras y Caretas. Su primer número ha sabido responder a
    las esperanzas que el público cifró en ellas,
    siendo de esperar que este interesante semanario
    crítico-jocoso se abra camino entre los de su género. Le
    retribuimos complacidos el saludo que a su aparición
    envía a la prensa
    deseándole vida próspera y feliz’
    ".

    El director "Se llamaba José S. Alvarez y le
    decían ‘El Mocho’. Era del tiempo en que los
    José y los apellidos como el suyo estaban muy repetidos y
    la gente recurría a los apodos para identificarse. (…)
    En Caras y Caretas con el seudónimo de Fray Mocho,
    publicó los ‘Cuentos y
    cuadros de la ciudad’. Enfermo, viajó al Paraguay en busca
    de alivio. Luego regresó a Buenos Aires, donde
    murió el domingo 23 de agosto de 1903, a los 45
    años. Lo sucedió en la dirección de la revista Carlos Correa
    Luna".

    "Los dos dibujantes que se destacaron, en la primera
    época del semanario, fueron Manuel Mayol y José
    María Cao y Luaces. Mayol era de origen español y
    de una apariencia física netamente
    gallega. Era un dibujante litógrafo que había
    trabajado en Don Quijote,
    donde firmaba con el seudónimo de Heráclito. (…)
    En cuanto a Cao, había nacido en Lugo. Llegó a
    Buenos Aires en 1886 cuando contaba con 23 años.
    Empezó ganándose el pan haciendo caricaturas
    relámpago a los transeúntes que poblaban el Paseo
    Colón. Luego, se vinculó a un taller de grabados y
    comenzó a colaborar en varias revistas, entre ellas El
    Sudamericano. Colaboró activamente en Don Quijote,
    firmando como ‘Demócrito II’. Cuando se
    incorporó a Caras y Caretas, en 1898, también
    aparecían dibujos suyos
    en su propia revista, llamada El Cid Campeador, su primera
    experiencia editorial. Cao se retiró definitivamente de
    Caras y Caretas en 1912 y junto a muchos de sus compañeros
    de la revista editaron Fray Mocho, en homenaje al famoso
    cuentista. También trabajó en el diario La Nación
    y en Crítica. Cao falleció el 27 de enero de
    1918".

    "Cabe preguntarse : ¿cuáles eran las
    diferencias entre Mayol y Cao? Si bien los unía un
    denominador común, y que era el talento para reflejar la
    realidad, ya que ellos no eran solo dibujantes, sino
    ‘periodistas dibujantes’, los trabajos de Cao
    apuntaban más hacia lo político y resultaba
    más evolucionado. En cambio, Mayol,
    no sólo se dedicaba a lo político, sino que le
    prestaba atención a lo cultural".

    "Los primeros números constaban de 24
    páginas y el 25% era ocupado por publicidad. En el
    Nro. 1 aparecía Alvarez como director, Pellicer como
    redactor y Mayol como dibujante. Claro que había otros que
    se destacaron en estos primeros años. Entre los dibujantes
    podemos nombrar al uruguayo Aurelio Giménez; los
    españoles Cándido Villalobos y Francisco Redondo, y
    el italiano Mario Zavataro. A Redondo se lo conoce como el autor
    de la primera historieta cómica hecha y publicada en
    nuestro país, ‘Sarrasqueta y Obes’. Por su
    parte, Zavattaro era famoso por las brillantes caracterizaciones
    y descripciones que realizaba de los gauchos. Entre los
    escritores de estos primeros años se encuentran Banchs,
    Cané, Del Valle Inclán, Joaquín
    González, Lugones, Payró y Rodó, entre
    otros".

    "Caras y Caretas se autodefinió como
    ‘semanario festivo, literario, artístico y de
    actualidad’. Aparecía los sábados y su
    redacción, dirección y administración se ubicaba en San
    Martín 284. Un dato por demás curioso: el precio de tapa
    comenzó siendo de 0,25 ctvs; a partir del número 13
    bajó a 20 y así se mantuvo hasta 1939".

    "La revista constaba de dos portadas. Ambas
    contenían ilustraciones sobre hechos de actualidad. La
    primera estaba impresa a color y la
    segunda, en blanco y negro. Generalmente, estas portadas eran
    separadas por páginas que contenían noticias de
    índole internacional y culturales, además de la
    publicidad, que iba insertada -salvo en los últimos
    años- en las primeras y en las últimas
    páginas. Las portadas eran dibujadas por Cao o por Mayol,
    aunque a veces encontramos trabajos firmados por Zavattaro o
    Giménez.

    Luego de la segunda portada, se encontraba la
    sección ‘Sinfonía’, una suerte de
    editorial. Hasta su partida del semanario, Pellicer fue el
    encargado de escribirla. La primera columna marca la
    tendencia y el sentido que pretendían darle al semanario.
    Más allá del carácter
    ingenioso y divertido que tuvo esta primera columna, en la
    sección ‘Sinfonía’ se tomaba postura
    frente a temas importantes y a hechos cotidianos que preocupaban
    a la gente. De la misma manera que la editorial de un diario
    refleja la opinión del mismo, la brillante pluma de
    Pellicer volcaba en ‘Sinfonía’ la postura de
    Caras y Caretas respecto a temas como el fraude, la
    situación económica, etc. ‘Menudencias’
    era otra de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y
    era pequeños comentarios sobre temas de
    actualidad".

    " ‘Caricaturas contemporáneas’ eran
    dibujos a una
    página, a color, de
    personalidades de la política nacional e internacional, de
    la economía,
    de la cultura o de
    las ciencias.
    Estaba a cargo de Cao, Zavattaro, Mayol o Giménez.
    Asimismo, publicaban acuarelas de Fortuny, con el título
    de ‘Páginas artísticas’. Cuando en 1912
    Cao y otros colaboradores dejan Caras y Caretas, la
    publicación abrió sus puertas a jóvenes
    elementos. Uno de ellos fue Ramón
    Columba, quien comenzó a descollar cuando dibujó la
    caricatura del dirigente conservador Marcelino Ugarte, al que
    asoció gráficamente con el criminal Santos Godino,
    conocido como el ‘Petiso Orejudo’ ".

    "Otros integrantes que engrosaron la nueva
    generación fueron los dibujantes Juan Carlos Alonso,
    nacido en El Ferrol, el peruano Julio Málaga Grenet y Juan
    Carlos Huergo. También, trabajaban Nicanor Alvarez
    Díaz, oriundo de Oviedo, que firmaba con el
    seudónimo de Alejandro Sirio y el boliviano Víctor
    Valdivia. Cerraban este grupo el
    español Federico Ribas, conocido como ‘Mirko’,
    el catalán Luis Macaya y Ramón
    Caballé. Las últimas páginas estaban
    ocupadas por pasatiempos, tales como el ajedrez, o
    consejos para la familia,
    como ‘El cuidado de las manos’ o ‘Cómo
    debe llevarse la

    sombrilla’.

    "La primera tira que encontramos fue ‘Aventuras de
    Viruta y Chicharrón’, en 1914. Pero como lo aseguran
    los especialistas, el primer personaje de historieta que
    apareció en nuestro país, lo hizo en Caras y
    Caretas, y se llamaba ‘Don Goyo Sarrasqueta y Obes’.
    Era una creación de Manuel Redondo, y solía
    aparecer escrito en tercera persona.
    Enfrentaba las más variadas situaciones: tal es así
    que en 1915 encontramos la tira ‘Sarrasqueta en la guerra’.
    En 1919 apareció la historieta ‘El L.C. Timoteo y el
    pesquisa Doroteo’ creado por Macaya y en 1927 Hersfield
    publicó a ‘Abraham Kancha, experto en, Uper’
    un personaje mitad criollo, mitad judío, que lo presentaba
    así: ‘¿Romperme una hoieso? Ni vos, ni la
    negro Kin Charol, ni Firpo, ni nadie mi dieja groggy’
    ".

    "En el anuario correspondiente a 1904, Caras y Caretas
    anunciaba una novedad para la época: un concurso infantil
    de caricaturas, para niños
    de hasta 12 años. Debían optar por dibujar, a pluma
    o con tinta negra, a Mitre, Roca, Pellegrini, Guido Spano,
    Riccheri, Beazley, Mansilla, Uriburu y Quintana. El premio
    consistía en 100 juguetes de la casa ‘A la Ciudad de
    México’, que se repartirían
    entre los ganadores".(…) También, el semanario
    llamó a un concurso, en 1910, para dibujar la portada del
    número del 25 de Mayo, el que ‘tendrá que
    simbolizar la independencia
    de los pueblos americanos’. Una curiosidad: todos los
    premios eran en dinero en
    efectivo, pero no pesos, sino francos. En 1914, la revista
    lanzó el concurso de postales,
    donde los lectores debían enviar dibujos con una leyenda,
    que eran publicados en la primera página. Por cada dibujo
    publicado se le abonaba al autor 5 pesos" (1).

    Crítica

    "A fines de los 20 –afirma Germán
    Cáceres- Natalio Botana, el director de
    ‘Crítica’, inicia una renovación en el
    periodismo
    argentino que permite también dar una salto cualitativo en
    la evolución de la historieta. (…) En
    ‘Crítica’ se publicó la primera
    historieta argentina seria,
    El Tigre de los Llanos (1929), y su responsable fue Raúl
    Ramauge. Narraba la vida de Facundo Quiroga sin utilizar globos y
    recurría a extensos textos explicativos" (2)

    El diario Crítica dio trabajo a muchos exiliados
    e inmigrantes. Entre ellos se contaban León Poch y Bruno
    Premiani.

    "León Poch, nacido en Polonia, llegó a
    Buenos Aires en 1928, siendo un adolescente de 15 años y
    al darse a esta tierra, ella
    le dio –con la revelación de su vitalidad de pueblo
    joven- todo lo que él necesitaba para la formación
    de su personalidad.
    En Buenos Aires estudió; en Buenos Aires optó por
    la ciudadanía; en Buenos Aires se manifestó su
    vocación y en Buenos Aires formó su hogar, donde
    nacieron sus tres hijas, porteñas".

    "Realizó estudios en la Escuela Nacional
    de Bellas Artes bajo la dirección del Maestro Pío
    Collivadino; obtuvo el título junto con el primer premio
    ‘Carlos Ripamonte’. Eligió como medio de vida
    la actividad publicitaria, alternada luego con el periodismo. La
    gran oportunidad se la dio don Natalio Botana al incorporarlo al
    equipo estable de dibujantes del diario
    ‘Crítica’. En esa misma época
    nació su vínculo con la revista
    ‘Patoruzú’, para la que dibujó
    ininterrumpidamente –desde su aparición hasta el
    cierre, durante cuarenta y dos años- sus inolvidables
    ‘Temas porteños’. Colaboró
    también en muchas otras publicaciones
    periodísticas".

    "Grandes del teatro
    –Maurice Schwartz, Joseph Buloff, Ben Ami y otros- montaron
    sus obras en Buenos Aires y en Nueva York sobre bocetos de
    escenografías de Poch. Su obra ha trascendido por medio de
    muestras individuales y colectivas; murales y tapices embellecen
    numerosas instituciones,
    establecimientos de enseñanza y residencias particulares; sus
    cuadros forman parte de pinacotecas de Buenos Aires, Nueva York,
    Jerusalén y Sidney. No hizo envíos a Salones
    Nacionales, excepto dos únicas veces: al Salón de
    Santa Fe y al Salón del Fondo Nacional de las Artes, y en
    ambas oportunidades recibió la más altas
    distinciones. Se editaron 2 carpetas: ’24 Dibujos.de
    Israel’ y
    Judíos de mi infancia’ con 32 dibujos y glosas del poeta
    y escritor Simja Sneh".

    "Sus ojos de 90 años aún siguen
    descubriendo nuevas formas, colores, luces y
    sombras en un mundo cambiante que sin embargo no le es ajeno
    porque siempre ha mantenido joven la mirada" (3).

    El 27 de julio, en el marco del Segundo Encuentro
    Internacional "Recreando la Cultura Judía. Literatura y Artes
    Plásticas", se presentó en la AMIA Cosas y casos
    judíos. Finalizada la proyección de un video emitido
    días antes por ATC, Guillermo Roux, Sergio Langer, Moishe
    Korin y el nieto de Poch se refirieron al autor, que se
    encontraba allí.

    En este libro, escribe
    el autor: "La vida de un pueblo no se teje sólo con
    grandes acontecimientos: en el complejo entramado de su historia
    y de su cultura, numerosos personajes (famosos o no) y hechos
    poco conocidos dibujan perfiles, matices y densidades
    sorprendentes. El pueblo judío, tanto durante su
    existencia como nación independiente como en los largos
    años que ha debida actuar dentro de otras culturas, ha
    sobresalido por sus valiosos aportes sin perder los rasgos que lo
    diferencian de los otros pueblos. Todos y cada uno de los
    judíos han sido y somos artífices de esta
    titánica tarea. Con amor al pueblo
    judío –sin pretensiones de realizar una obra
    literaria o histórica- me dediqué a recuperar de la
    oscuridad algunos de aquellos personajes y hechos poco conocidos
    pero interesantes, que permiten iluminar un poco más la
    importancia de estas contribuciones judías a la cultura,
    ciencia y las
    artes de la humanidad. Lo hice en mi lenguaje, el
    dibujo; con textos breves y directos, despojados de adornos pero
    elocuentes como los hechos mismos. Espero lograr transmitir a los
    lectores el amor y el
    orgullo que siento por el rico quehacer de mi pueblo, sobre todo
    a los jóvenes, porque ellos han de continuarlo"
    (4).

    Para lograr su objetivo se
    vale de dibujos y textos, sustentados en una importante bibliografía integrada no
    sólo por libros sino
    además por publicaciones en varios idiomas. A partir de
    este material, fue ideando imágenes y
    explicaciones acerca de hechos y personalidades fundamentales, y
    de curiosidades de la cultura judía. Por ejemplo, explica
    por qué el Moisés de Miguel Angel tiene cuernos, de
    dónde proviene el apellido Rothschild, quién fue
    Theodor Herzl, quién fue la primera víctima
    judía del Santo Oficio en tierra
    americana, por qué se usa cinta roja en la muñeca,
    entre otros temas.

    La claridad y belleza de los dibujos y la
    concisión de los textos que los acompañan hacen de
    este libro una obra
    interesante para chicos y grandes, para los judíos y
    quienes no lo somos, ya que informa acerca de cuestiones que
    trascienden una colectividad y se vuelven de importancia para
    todos, sin distinción de credo.

    "En 1931-señala Cáceres-, el eximio
    dibujante italiano Bruno Premiani empieza una larga y prestigiosa
    trayectoria con "Visto y Oído", una
    página semanal sobre temas de actualidad" (5).

    Tres años después lo conoce Poch, quien
    escribe: "A Bruno Premiani, nacido en Trieste en la primera
    década del siglo XX lo conocí en el diario
    Crítica en el año 1934, donde formábamos
    parte del equipo de dibujantes y ligados por una amistad que
    duró hasta el fin de sus días. Además de ser
    un extraordinario dibujante, era un hombre de una
    sólida cultura y saber, imbuido de los valores
    del arte renacentista
    y de las grandes ideas humanistas y morales. Como
    no-judío, sus conocimientos de judaísmo que trajo
    de Italia eran algo
    escasos, pero su sed por conocer más y más era
    insaciable. Entre sus historietas de ‘Vidas
    Célebres’ y ‘Grandes Obras Literarias’
    –publicadas y admiradas en varios países- nunca
    faltaba alguna figura judía. (…) Fue también un
    multifacético conocedor de la anatomía y razas
    equinas y como tal, autor de un bien documentado libro ‘El
    Caballo’. Esta obra ricamente ilustrada es considerada
    hasta hoy, a través de sus numerosas ediciones, un
    verdadero clásico. Para su último libro, que estaba
    escribiendo, sobre Esoterismo, Cristianismo y
    sus orígenes judíos, se nutría
    constantemente de mi biblioteca, para
    este último tópico, hasta que la muerte lo
    sorprendió en 1984. Acerca de esta obra, él mismo
    solía expresar con frecuencia que ‘los curas nunca
    me lo van a perdonar y además estoy seguro de no
    encontrar aquí a un editor que se atreva a
    publicarlo’ " (6).

    El
    Mundo

    Sylvina Walger señala que "La trayectoria de
    Mafalda abarca el período comprendido entre los
    años 1964 y 1973, en tres publicaciones: ‘Primera
    Plana’, ‘El Mundo’ y ‘Siete Días
    Ilustrados’. Bastante antes de la despedida oficial de la
    tira, en junio de 1973, Quino –y nadie más que
    él- se había dado cuenta de que se encontraba
    agotado y no podía insistir sin repetirse".

    "El fracaso de la campaña Mansfield y la gran
    amistad que
    unía a Quino con Julián Delgado, jefe de redacción de la revista ‘Primera
    Plana’, desaparecido cuando era director de ‘Mercado
    –el 4 de junio de 1978- determinaron que Mafalda se
    formalizara como tira. Delgado intuye que puede ser un éxito
    entre los lectores de ‘Primera Plana’, donde se
    publica hasta el 9 de marzo de 1965. Durante este período,
    Quino produjo 48 tiras a un ritmo de dos por semana".

    Quino, descendiente de españoles, creó al
    almacenero don Manolo y su hijo Manolito, personajes de Mafalda:
    "Al cabo de dos semanas de publicar en ‘El Mundo’
    advierte que necesita más personajes para enriquecer la
    tira, y el 29 de marzo de 1965 aparece Manolito –Manuel
    Goreiro- inspirado en el padre de Julián Delgado,
    propietario en Buenos Aires de una panadería situada en
    Cochabamba y Defensa, en el histórico barrio de San Telmo"
    (7).

    En "La vida es un dibujo Cómo les fue de grandes
    a los verdaderos Felipe, Guille y Manolito", Andrea
    Rodríguez relata la historia del inmigrante español
    que inspiró el personaje: "Sólo tres de los
    personajes de Mafalda estuvieron inspirados en la vida real.
    Guille es hoy flautista de la Orquesta Sinfónica de
    Chile. Felipe
    adhirió a la revolución
    cubana y es funcionario del gobierno de
    Fidel. Manolito vendió la panadería poco antes de
    morir. Su hijo es uno de los 82 periodistas desaparecidos durante
    la dictadura. Por
    primera vez hablan los verdaderos personajes que Quino
    inmortalizó en la tira más célebre que dio
    la Argentina. A
    Manolito, lo cuentan sus familiares".

    " ’¡Crece de una maldita vez,
    raquítico condenado!’, le grita Don Manolo a un
    malvón. Un cuadro antes, Manolito le cuenta a Mafalda que
    a su padre no le funciona bien eso de hablarles a las plantas para que
    crezcan. En esa tira, Julián Delgado reconoce a su abuelo
    Anastasio, que no era almacenero, como los Manolos de la
    historieta, sino panadero. Anastasio leía Mafalda en
    Primera Plana, la revista que la hizo famosa. Se divertía
    con la historieta. Murió hace diez años, sin
    enterarse que él era quien había inspirado a Quino
    para el personaje de Manolito. O de Don Manolo, porque padre e
    hijo eran idénticos".

    "Sólo tres de los protagonistas de la historieta
    que marcó los años 60 y 70 —y que
    todavía hoy mantiene vigencia— están
    inspirados en personas reales, según admitió su
    autor, Joaquín Lavado, Quino. (…) El auténtico
    Manolo había llegado de España en la década
    del 20, solo, sin parientes ni conocidos en la Argentina. En
    Soria, su pueblo natal de Castilla, era pastor de ovejas. La
    primera noche en Buenos Aires se alojó en el Hotel de
    Inmigrantes y al día siguiente salió a buscar
    trabajo: lo encontró como ayudante en una
    panadería. Cinco años después tenía
    su propio negocio, un despacho de pan. Como repartidor
    conoció a Mercedes, la empleada doméstica gallega
    de una de las tantas casas adonde llevaba su mercadería en
    canasta, como Manolito. Se casaron. Tuvieron varios despachos,
    cada uno más grande que el anterior, hasta que por fin
    pudieron comprar una panadería. Ya eran dueños de
    una importante —la Panadería y Confitería
    Delgado, en Defensa y Cochabamba, que antes había sido de
    la familia
    Canale, los de las galletitas— cuando Quino los
    conoció".

    "La vinculación con Mafalda es doble:
    Julián Delgado, el hijo menor de Anastasio y Mercedes, era
    amigo del humorista desde la época de Tía Vicenta,
    a fines de los cincuenta. Como jefe de redacción de
    Primera Plana, fue quien le pidió a Quino la tira, que
    apareció por primera vez el 29 de septiembre de 1964.
    Julián está desaparecido desde 1978. Un grupo de
    tareas militar lo secuestró cuando dirigía la
    revista Mercado.
    Anastasio era, y no era, parecido a Manolito, coinciden su nieto
    Alejandro, y su nuera, María Ignacia, la esposa de
    Julián".

    "Al nieto, los gritos al raquítico malvón
    le recuerdan una anécdota del abuelo, cuando ya
    había vendido la panadería y cada fin de año
    preparaba pan dulce en su casa. ‘Una vuelta se le quemaron
    todos y entonces decretó que nunca más hacía
    pan dulce. Porque no, porque coño y joder: esa cosa
    básica del ser español. Brutito es la palabra que
    lo define bien’, dice y se ríe con los
    recuerdos".

    "Manolito, el amigo de Mafalda, andaba siempre sacando
    cuentas. Como no
    le alcanzaban los dedos de las manos para sacarlas, usaba
    sandalias para disponer de diez más: decía que sus
    pies eran una IBM. Pretendía convertirse en Rockefeller,
    tener una cadena de supermercados. Y era bruto en serio.
    Anastasio no. ‘El abuelo se mataba por estudiar. Cuando
    hace diez años nos enteramos de que él era
    Manolito, en un reportaje que le hicieron a Quino en la tele, nos
    matábamos de risa, porque para nosotros era el abuelo
    sabio, que nos daba consejos. Hablaba siempre de su maestro en el
    pueblo, con quien se carteaba. Y estudiaba por correspondencia:
    cuando tuvo su primer despacho de pan, hizo un curso de contabilidad,
    para aprender a llevar los libros’,
    cuenta el nieto".

    "Anastasio hasta comenzó a escribir un libro,
    algo improbable en los Manolos de Mafalda. Iba a llamarse
    Pantalón de pana, porque era la historia de un inmigrante.
    Pero no supo cómo hacerlo. Eso sí: con el
    seudónimo de Aniceto Gordillo escribía para una
    publicación de los panaderos. Por eso estaba orgulloso de
    su hijo periodista, aunque cuando Julián recién se
    iniciaba en Tía Vicenta libró la misma batalla que
    Don Manolo con Manolito: quería que su hijo continuara con
    el negocio familiar. No tuvo suerte".

    "El panadero tenía, como Don Manolo, una pelusa
    en la cara, ‘porque se afeitaba siempre de noche y entonces
    a la mañana ya le había crecido un poco la barba.
    También usaba el pelo cortado al ras sobre la nuca’.
    Hay otra anécdota familiar en la que Anastasio aparece
    como Manolito: ‘Quiso aprender relojería,
    también por correspondencia, pero contaba que no lo
    logró porque no podía ponerse el monóculo,
    se le caía. Eso parece bien un cuento de
    gallegos’ ".

    "Después de haber trabajado duro toda la vida,
    Anastasio perdió casi todo: vendió la
    panadería para retirarse a descansar, pero lo estafaron en
    la compra. Murió a los setenta y cuatro. Dice su nieto que
    Anastasio ‘no era tan terrible con la plata como
    Manolito’. El amigo de Mafalda vendía manteca rancia
    con tal de no perder un peso. ‘Es manteca con alcurnia", se
    justificaba. Dice Alejandro Delgado que su abuelo Anastasio no
    llegaba a tanto: ‘A lo sumo, una masita del día
    anterior’ " (8).

    Clarín

    La historieta ha sido también el medio elegido
    para evocar la inmigración que llegó a la Argentina
    entre 1850 y 1950, y la dura realidad que lleva a los
    descendientes de esos emigrantes a tentar suerte en los
    países de los que vinieron sus abuelos.

    Ha dibujado inmigrantes Roberto Fontanarrosa, quien
    "nació en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe un
    26 de noviembre de 1944. En 1957, con tan solo 12 años,
    inicia el Curso de los ‘12 famosos artistas’ que la
    Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia.
    Fontanarrosa publica su primer chiste en la revista rosarina
    "Boom". Había sido contratado para ilustrar la tapa de la
    revista, pero, por esas causalidades de la vida le dejan a cargo
    la sección de humor porque no habia nadie disponible para
    hacerlo".

    "En 1972, sale la revista cordobesa Hortensia, hito del
    humor gráfico nacional. En ella publicaron dibujantes de
    la talla de Caloi, Bróccoli, Amengual, Crist, Ian, entre
    otros. Según propias palabras de Fontanarrosa:
    ‘Hortensia fue el trabajo
    donde ya me dejé de complejos y me lancé
    definitivamente a la historieta, copiando sin asco a Hugo
    Pratt’. Hortensia fue la cuna donde nacieron Inodoro
    Pereyra y Boogie, el aceitoso para luego deleitarnos con libros
    de los personajes. Fontanarrosa, además escribió
    libros de cuentos y
    novelas.
    Colaboró en la realización de guiones para obras de
    Les Luthiers. Sus libros fueron publicados en muchos
    países del mundo y su humor se mantiene permanente en los
    lectores que lo admiran".

    También en 1972, "a los 28 años de edad,
    publica su primer libro de chistes:
    ¿Quién es Fontanarrosa? En 1973, Clarín
    rediseña su contratapa contratando dibujantes argentinos.
    Los lectores del diario empezaban a leerlo de atrás hacia
    delante" (9). En ese diario aparecieron algunos de los
    inmigrantes dibujados por el rosarino.

    Los inmigrantes se integraron a la sociedad que los
    recibió. Inodoro Pereyra se encuentra con don Nino. El
    italiano lleva en el hombro un loro, al que le ha enseñado
    a cantar el himno de su tierra (10). Décadas
    después, la situación cambia. En una viñeta
    referida a las perspectivas de los universitarios en la
    Argentina, un abuelo dice al nieto: "Vos, Cachito, tenés
    que aprovechar las oportunidades que ahora, te brinda el
    país… Yo, como vine de Italia sin nada,
    tuve que ir a una escuela pública… Vos, en cambio, hoy
    por hoy, tenés la posibilidad de ir a levantar la
    cosecha…" (11).

    Hortensia

    En junio de 2002, en La Voz del Interior, anunciaba
    Verónica Molas: "Desde hace una semana, Negrazón y
    Chaveta subidos a una moto llaman la atención del público desde un gran
    cartel publicitario ubicado cerca de plaza España. Se
    viene Hortensia: una recopilación de 500 chistes y
    varios escritos publicados en la revista integrarán la
    exposición que el municipio local
    está preparando como tributo merecido a la figura de
    Alberto Cognigni, creador de la legendaria publicación en
    1971. Es también un tributo al humor local, consignan los
    organizadores, para recibir a los turistas en las próximas
    vacaciones de invierno. Un día antes, tendrá lugar
    la avant premiere de la muestra (con
    invitación mediante, que se podrá retirar en la
    sede del Museo Genaro Pérez), de la que
    participarán casi 100 personalidades que pasaron por
    Hortensia (como Roberto Fontanarrosa y Cristina Wargon, entre
    otros) quienes serán distinguidos".

    "Alberto Pío Augusto Cognigni nació el 11
    de noviembre de 1930 y murió el 16 de junio de 1983.
    Estudió Bellas Artes en la Universidad
    Nacional. Trabajó en La Voz del Interior, Los Principios,
    Comercio y
    Justicia y
    Córdoba, además de las revistas Gente,
    Jerónimo, Así es y Campo Afuera. Cofundó y
    dirigió el
    periódico Nuevo País. Recibió
    importantes distinciones. Su nombre y los seudónimos
    ‘El irresponsable’ (con el que firmaba las
    editoriales), ‘Pío’, ‘Alberto’ o
    ‘Augusto’ quedaron en la memoria del
    género".

    "Hortensia marcó una verdadera escuela al
    compaginar ese material popular llamada ‘humor
    cordobés’. Cognigni junto a Crist fundaron la
    revista que reunió a nombres como Juan Parroti, Gonio
    Ferrari, Miguel Bravo, Alfredo, Pequi, Marcelo
    Amuchástegui, el ‘Pelado’ Alonso, Spedale, el
    ‘Gordo’ Oviedo, el ‘Sapo’ Cativa,
    Benceno, Pippo Viale, Roberto Di Palma, Chamarín, Carlos
    Jiménez, Marino, Martino, Ian, Cier, Roberto Fontanarrosa,
    Cuel, Ortiz, Manuel Peirotti (Peiró), Hermenegildo
    Sábat, periodistas, publicistas, profesionales, empleados
    públicos y dibujantes de plantas
    industriales, ‘una especie de periodismo paralelo’,
    dijo Cognigni en 1979".

    "Hortensia tuvo más de 250 números
    editados y un pico de ventas que
    superó los 100 mil ejemplares. Desapareció del
    mercado en 1989, pero antes trascendió con su popularidad
    las fronteras de Córdoba" (12).

    Ian, uno de los dibujantes más destacados de
    Hortensia, nació en Polonia en 1935, "llegó a la
    Argentina en 1946. Comenzó en 1965 en La Voz del Interior
    publicando ‘Chispazos’ " y colaboró asimismo
    en Los Andes y Clarín (13).

    Anteojito

    Manuel García Ferré "llegó a
    nuestro país a los 17 años, dejando atrás
    los sinsabores de la Guerra Civil
    en su España natal. En Buenos Aires combinó sus
    estudios de arquitectura con
    la creación publicitaria, hasta que, en 1952, logró
    su primer éxito:
    Pi-pío, personaje adoptado por la revista Billiken. Desde
    entonces se dedicó de lleno a los dibujos animados. En
    1959 formó su propia empresa de
    publicidad, con la que realizó más de 800
    comerciales, entre ellos Los gatitos de lanas San Andrés,
    ganador del primer Martín Fierro otorgado a una
    animación".

    "En la década de 1960, los personajes infantiles
    de los principales medios
    gráficos y televisivos eran originarios de
    Estados Unidos
    y Japón.
    En 1963, García Ferré le dio vida a Hijitus, un
    niño humilde dotado de superpoderes que combatía a
    villanos como el Profesor Neurus, acompañado por
    personajes entrañables como Larguirucho, conquistó
    a los más pequeños desde las páginas de
    Anteojito y, entre 1967 y 1974, desde la
    televisión, apareciendo en breves tiras diarias y
    diversos programas
    didácticos".

    "En 1964, García Ferré creó uno de
    sus más relevantes éxitos: la revista Anteojito.
    Dirigida al público infantil, se pobló de
    personajes de singular genialidad, como Calculín y Petete.
    Fue el inicio de una labor editorial dedicada a los niños,
    que incluyó la publicación de clásicos de la
    literatura
    hispanoamericana y gran cantidad de material didáctico.
    Dejó de publicarse en enero de 2002" (14).

    Primera Sudamericana

    Esta colección, destinada a pequeños y
    jóvenes lectores, es dirigida por la escritora y
    periodista Canela. Algunos de los libros que la integran han sido
    ilustrados por Alejandro O’Keefe, Andy Crawley y Feliciano
    G. Zecchin, descendientes de inmigrantes.

    "Alejandro O’Keefe (de bisabuelos irlandeses)
    nació en 1959 en Rosario, donde se crió con
    lápices, pinceles, una camiseta de Rosario Central y
    alguna pelota de fútbol. Su padre, dibujante
    gráfico, le dio, casi sin querer, el estímulo
    necesario para seguir esta profesión. Estudió en la
    Facultad de Humanidades y Arte de Rosario y trabaja como
    ilustrador en distintos medios y
    editoriales. Ha sido distinguido por ALIJA y comparte con Luis
    María Pescetti el premio White Ravens, otorgado por la
    Internationale Jugendbibliothek de Alemania.
    Actualmente publica una tira en el diario Clarín" (15).
    Ilustró los libros Viaje en globo, Pahicaplapa y Un
    bandoneón vivo, editados por Sudamericana.

    En Un bandoneón vivo dibujó un nieto de
    rusos que intenta aprender a tocar ese instrumento. Acerca de las
    ilustraciones que dieron origen al libro de Oche Kalifa, escribe:
    "Que uno guarde imágenes
    en su memoria, no es
    ninguna causa de asombro. Lo que resulta asombroso es la forma en
    que esas imágenes aparecen después de algún
    tiempo.
    Así fue como, sin proponérmelo, un día me
    encontré dibujando cosas de aquel patio de la casa de mi
    abuela en Rosario. Eso me trajo bellísimos recuerdos y
    cierta nostalgia. Me dije: ¿será esa cosa tanguera
    que llevamos la mayoría de los rosarinos? Sin dudarlo, lo
    ubiqué a mi amigo Oche (nadie mejor para esto) y le
    propuse que escribiera un cuento para
    chicos con espíritu de tango. El
    texto
    superó mis expectativas. Lo ilustré con un placer
    especial, y dibujando soñé que era Gardel"
    (16).

    "Andy Crawley nació en San Isidro, provincia de
    Buenos Aires, Argentina, en 1963. Según la leyenda
    familiar, con un tapiz bajo el brazo. Estudió psicología, dibujo y
    pintura.
    Publica ilustraciones, textos, comics, juegos,
    animaciones y textos en libros, diarios, revistas y sitios de
    Internet. Pero
    también fue carpintero, publicitario y actor"
    (17).

    Acerca de las ilustraciones que realizó para El
    caballo alado, de Margarita Mainé, escribió:
    "Cuando recibí estos cuentos pensé en demasiadas
    cosas. Como si la idea del destino despertase ideas enruladas que
    se multiplican… Mosaicos de ideas, dije en voz baja.
    ¡Mosaicos! ¡¿Qué mejor forma de
    ilustrar estas historias llenas de arabescos?! Corrí a
    buscar libros para aprender algo más. En las siguientes
    dos semanas estuve rodeado de pilas de libros
    enrulados que parecían multiplicarse con las ideas y los
    bocetos de los personajes. Empecé a sentir una
    energía especial: algo estaba por salir".

    "Hice un inventario de la
    situación: cuando cerraba los ojos surgían las
    escenas, tenía tinta china negra,
    plumas Perry N° 275 Xfine y recortes de papel Guarro
    de 250 gramos. Entonces me senté con la pluma cargada de
    tinta en la mano e intenté la trama de esta guarda:
    Después dibujé la trama de la guarda de la autora,
    de a una línea por vez. Calenté agua para el
    mate, lo preparé y me serví un pedazo de queso con
    pan árabe. En determinado momento y gracias a este
    abigarrado ritual, las imágenes que estaban allí
    simplemente comenzaron a derramarse por el brazo, la tinta, el
    papel, y en
    tres días el trabajo
    estuvo terminado. ¿Será cosa del destino?"
    (18).

    Feliciano García Zecchin nació en Buenos
    Aires en 1975. "Estudió diseño
    gráfico y se dedicó a la creación de
    historietas ya la
    ilustración. Trbajó para la editorial Caliber
    de Estados
    Unidos, la revista PC Computers y el diario La Nación.
    En 1997 ganó el Primer Premio de Historieta que otorga la
    Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y en 1999 obtuvo
    el Premio Eternauta al mejor comic del año por 4 segundos.
    Para Editorial Sudamericana ilustró Interland y El
    desafío de la sexualidad.
    Cuando no dibuja toca el saxo, pero poco, porque casi siempre
    dibuja" (19).

    Sobre las ilustraciones que realizó para Cartas de
    amor, de Jorge
    Accame, escribió: "No son muchos los trabajos que hice
    específicamente para niños. Pero igual creo que el
    dibujante siempre hace su labor para el niño que todos
    llevamos dentro, y es desde su propio niño de donde salen
    su vocación y su magia. Es importante que sepan que los
    dibujantes son, en gran parte, como niños grandotes.
    Cuando leí estos cuentos, sentí que estaban
    escritos para el adulto que los niños llevan dentro. Por
    eso, para mantener el tono a la hora de dibujarlos,
    intenté encontrar ese adulto que habita en el niño
    que llevo dentro del adulto que soy. Como se imaginarán,
    me enredé en un lío enorme, y aun hoy no tengo muy
    en claro cómo ni para quién dibujé este
    libro realmente" (20).

    Cine de
    animación

    Algunos dibujantes nacidos en otras tierras se
    destacaron en este tipo de cine. Son
    ellos Quirino Cristiani, Juan Oliva y Manuel García
    Ferré.

    En el catálogo de la exposición
    "Dibujos animados hechos por argentinos", expresa César Da
    Col que en la misma se realiza "un homenaje a quien fuera uno de
    los grandes pioneros de la animación mundial el
    ítalo-argentino Quirino Cristiani cuyo corto ‘Sin
    dejar rastros’ fue censurado por el Gobierno Nacional
    en 1918. El dibujo animado argentino tiene una historia
    riquísima y muy respetada a nivel mundial. Cristiani
    realizó en Argentina el primer largometraje de
    animación a nivel mundial, ‘El
    Apóstol’, en 1917" (21).

    Cristiani, nacido en Italia en 1896, fue dibujante,
    director, guionista y animador. "Figura relevante en el cine de
    animación, en 1917 realizó El apóstol,
    primer largometraje con dibujos animados de la historia, de una
    duración de una hora y diez minutos. Se trataba de una
    sátira sobre el presidente Hipólito Yrigoyen, su
    política personalista y otros acontecimientos de
    actualidad. En 1916, integrando el equipo de Actualidades Valle,
    primer noticiero argentino semanal que se emitía cada
    jueves en los cines, realizó el corto animado La
    intervención en la provincia de Buenos Aires, que duraba
    dos minutos y medio. En 1931 estrenó Peludópolis,
    un nuevo acercamiento humorístico al yrigoyenismo. Esta
    producción llegó a manos de Walt
    Disney, quien le propuso a Cristiani trabajar en los Estados
    Unidos, propuesta que rechazó" (22).

    Señala Da Col que "Juan Oliva y José
    Burone Bruché son también pioneros, el
    catalán Oliva fundó la
    ‘Compañía Argentina de Dibujos
    Animados’ y con Burone Braché se formó, entre
    otros, el conocido Mordillo" (23).

    "En los 60 aparece el andaluz García Ferré
    con su estudio. De una serie publicitaria nacieron
    ‘Anteojito y Antifaz’ que dieron el puntapié
    inicial para la aparición de la revista homónima y
    para las ‘Aventuras de Hijitus’, primera serie
    exitosa animada de la televisión
    nacional, a la que luego siguieron los cinco largometrajes de la
    productora, donde ‘Manuelita’ (1999) batió
    record de taquilla" (24).

    "La labor cinematográfica de García
    Ferré se inició en 1973 con dos filmes: Las
    aventuras de Hijitus y Mil intentos y un invento, una historia
    animada por el inefable dúo Anteojito y Antifaz. Petete
    "fue uno de los principales protagonistas de las producciones de
    García Ferré. En 1975 llegó al cine y hasta
    tuvo su propia enciclopedia escolar: El libro gordo de Petete. En
    1983 se estrenó Ico, el caballo valiente, película
    que batió todos los récords de espectadores en el
    género infantil". En 1999 se estrenó Manuelita, una
    recreación del personaje de María
    Elena Walsh. Pantriste es, hasta ahora, el último
    personaje de García Ferré y principal protagonista
    de su película Corazón,
    las aventuras de Pantriste (2000), donde reaparecen muchas de sus
    primeras creaciones" (25).

    …..

    Dibujando hicieron crítica política,
    publicidad, cine, literatura
    infantil. Son los dibujantes de sangre
    inmigrante, a los que se suman los dibujantes que eligieron como
    personajes a aquellos que cruzaron el mar.

    Notas

    1. S/F: "Caras y Caretas" de Adrián Ignacio
      Pignatelli. Publicado en Historia de Revistas Argentinas. Tomo
      II . AAER
    2. Cáceres, Germán: "Orígenes de la
      historieta argentina", en El Muro/La guía cultural de
      Buenos Aires.htm
    3. S/F: en Poch, León: Cosas y Casos
      Judíos. Buenos Aires, Milá, 2003.
    4. Poch, León: Cosas y Casos Judíos.
      Buenos Aires, Milá, 2003.
    5. Cáceres, Germán: op. cit.
    6. Poch, León: op. cit.
    7. Walger, Sylvina: "Explicación", en Quino:
      Mafalda Inédita. Buenos Aires, Ediciones de la Flor,
      1988.
    8. Rodríguez, Andrea: "La vida es un dibujo
      Cómo les fue de grandes a los verdaderos Felipe, Guille
      y Manolito". Veintidós, Año 2, N° 71; Buenos
      Aires, 18 de noviembre de 1999.
    9. S/F: Homenaje a Fontanarrosa.htm
    10. Fontanarrosa, Roberto: "Inodoro Pereyra ‘El
      renegáu’ ", en Clarín Viva, 24 de febrero
      de 2002.
    11. Fontanarrosa, Roberto: en "Qué hacer con la
      Universidad", en Clarín, Buenos Aires, 16
      de mayo de 1999.
    12. Molas, Verónica: "El humor de
      ‘Hortensia’ revive en el Cabildo", en La Voz del
      Interior on line.htm Córdoba, 23 de junio de
      2002.
    13. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina.
      Buenos Aires, Clarín, 2002.
    14. ibídem
    15. S/F: en Califa, Oche: Un bandoneòn vivo.
      Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana,
      2002.
    16. O’Kif: en Califa, Oche: Un bandoneòn
      vivo. Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana,
      2002.
    17. S/F: en El caballo alado, por Margarita Mainé.
      Ilustraciones de Andy Crawley. Buenos Aires, Sudamericana,
      2000.
    18. Crawley, Andy: "Del ilustrador", en El caballo alado,
      por Margarita Mainé. Ilustraciones de Andy Crawley.
      Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    19. S/F: en Accame, Jorge: Cartas de amor.
      Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires,
      Sudamericana, 2000.
    20. García Zecchin, Feliciano: "Del ilustrador",
      en Accame, Jorge: Cartas de amor. Ilustraciones de Feliciano G.
      Zecchin. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    21. Da Col, César: Catálogo de la
      exposición "Dibujos animados hechos por argentinos",
      Julio de 2001.
    22. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina.
      Buenos Aires, Clarín, 2002.
    23. Da Col, César: op. cit.
    24. Ibídem
    25. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina.
      Buenos Aires, Clarín, 2002.

    Trabajo enviado por

    María González Rouco

    Licenciada en Letras UNBA, Periodista Profesional
    Matriculada

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