Monografias.com > Biografías
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Comentarios sobre la obra de Jorge Gaitán Durán



    1. Gaitán Durán y su
      conciencia de la muerte
    2. Conclusión

    "Nuestro lenguaje no ha
    sido hecho

    para expresar la parte oscura del
    ser.

    Está hecho de silencios y su
    máxima osadía

    es el sigilo"

    INTRODUCCION

    Escribir sobre Jorge Gaitán Durán no es
    fácil. Ante todo por su carácter
    de hombre
    múltiple: pensador político, poeta doctrinario,
    articulista, burgués, etc. En segunda instancia por el
    valioso aporte de las aproximaciones hechas a sus obras por sus
    contemporáneos y amigos, que le dan a esta
    reflexión el carácter de simple
    apasionamiento.

    Escribir además sobre el poeta Gaitán es
    tan complejo como la pretensión de llegar al real
    instrumento de su búsqueda: La poesía,
    con argumentos de verdad, acaso de sugerencia.

    Me es grato sin embargo emprender estos comentarios y
    realizar: un recorrido por su obra y puntualización en
    algunos poemas,
    degustar sus palabras.

    No podía decir que este es el resultado de un
    breve estudio desapasionado, porque no lo es. En él es
    latente mi identificación, mi disfrute por la palabra
    florecida o enlutada de Jorge. Mi aceptación del
    aún incipiente trabajo poético en "Insistencia en
    la tristeza".

    Esta reflexión parte de rastreos esenciales: El
    devenir histórico, el proceso de
    formación y maduración de un lenguaje; sus
    tópicos, aquellos que rompen la naturaleza del
    tópico para convertirse en una identidad
    poética, su profunda sensibilidad, su propio infierno.
    Quizás uno de los valores
    más sublimes de la obra Gaitán Durán se
    produce a raíz de sus vivencias. No es posible hablar con
    tanta propiedad
    sobre esa dualidad inalterable de erotismo y muerte si no
    se ha gustado y sufrido en propia carne. Gaitán
    vivió su sexualidad, su
    erotismo al grado de permitirle el reconocimiento total, el
    disfrute pleno. Y vivió este proceso de muerte como
    consecuencia de su enfermedad. Esa muerte, a la que tanto
    invitaba a pasearse en sus poemas, no consumió su
    agonía como lo esperaba, en un estado de
    decadencia post-orgásmico, fue una muerte
    inesperada.

    Estas experiencias le permitieron crear en su
    sensibilidad, en su conciencia y en
    su poesía la fusión
    Erotismo – Muerte. El clímax como simbiosis sensorial de
    la "Zurcidora aplicada" de la vida. Una homologación de
    instantes: El instante del clímax y el instante de
    la
    muerte.

    El "Después" es tan insignificante para él
    como para mí. Tal vez a Jorge le hubiera gustado contar en
    un poema la caída de su avión llevado por ese
    "desolado viento" hasta la muerte. Ese instante infinito y
    glorioso del encuentro con su más asidua y tortuosa
    compañera.

    En el plano estrictamente poético Jorge
    Gaitán Durán plasmó momentos significativos
    a través de su obra. Consideremos momentos de vivencia la
    expresión de sentimientos muy profundos en el alma del
    poeta, el prisma de ciertos períodos de lucidez expresiva
    que le son vitales al artista. Uno oye decir que la obra es el
    resultado del cinco por ciento de inspiración y el noventa
    y cinco por ciento de transpiración. Es cierto. Son
    el trabajo
    disciplinado y la entrega los que hacen posible la
    creación. Pero ese mínimo porcentaje de
    compenetración total con el espirito de la obra es el que
    le da el carácter de grandeza a la obra. El dominio de la
    lengua, las
    inflexiones propias del idioma, el
    conocimiento sobre el tema requiere de una sensibilidad
    especial que solo posee el artista. Esa sensibilidad es la vasija
    en la cual se mezclan los demás ingredientes, mientras el
    poeta es quien pone al fuego, mezcla, tamiza y obtiene el
    producto
    final.

    ¿El artista es un ser privilegiado?. De cierta
    forma sí. Tiene el privilegio fundamental del asombro: De
    maravillarse y divertirse, de emocionarse y enlutarse con
    aquellas cosas que para el hombre
    común son cotidianas: Disfrutar el aire matutino, el
    verano, el calor del
    medio día, el canto de algún pájaro
    fugitivo, el poder
    evidenciar y palpar la vida en cada imagen, en cada
    sensación, en cada acto. Tal es el privilegio del poeta.
    Estoy convencido (y es temerario expresarlo así) que
    Gaitán Durán percibió más
    intensamente la vida por su misma identificación con la
    muerte. Solamente quien tiene conciencia de la muerte, de su
    cercanía, puede extraer hasta el máximo zumo del
    fruto de la vida.

    Jorge se vio influenciado además por algunos
    autores que lo determinaron. Sus lecturas debieron estar regidas
    por un plan concreto de
    formación: Quevedo, Sade, Paz, fueron, por así
    decirlo, sus principios
    temáticos: La muerte desde la óptica
    del proceso; el erotismo, quizás al descubrir que
    sí existía un lenguaje ideal, que sí se
    podía decir con palabras lo que hasta ahora era solo
    permisible al pensamiento o
    a la alcoba. Y de su vivencia y "moriencia" diaria,
    aprendió la fusión cálida, efervescente,
    asombrosa del amor
    erótico y de la muerte.

    Igual que Jorge sospecho un signo, un indicio de que en
    realidad todas esas facetas simultáneas de Gaitán
    Durán obedecieron a un patrón de conducta, a un
    lineamiento específico con un nombre específico: La
    poesía.

    Enfrento esta breve apreciación con la necesaria
    degustación de la palabra; por la poesía que
    ilumina las grietas de nuestras debilidades y multiplica nuestros
    aciertos; y por la esencia que la determina: Amor y
    muerte.

    GAITAN DURAN Y SU CONCIENCIA DE LA
    MUERTE

    El placer y el dolor van juntos,

    son dos gemelos."

    Platón

    En cada ser humano hay momentos excepcionales que
    definen de una manera clara su existencia. Es el argumento de
    existencialistas como Camus (L'etrager 1989) o Sartre (1946).
    Un momento en el cual todo lo vivido, todo lo omitido, se agolpa
    en la memoria.
    Este es el instante de transición, de reconocimiento, de
    bifurcación en el cual la existencia se determina para su
    exaltación o para su finitud. Y ese momento es asumido por
    cada ser humano de una manera diferente particularizada por la
    impronta del ser individual.

    Cada vez que pretendemos acercarnos a un texto
    poético nos encontramos con una maravillosa experiencia:
    La sensación de que una expresión sublime de la
    interioridad del hombre, abrasado por el límite de la
    palabra, es el reflejo intrínseco de ese momento
    determinante y transformador. El poeta pone el alma en su
    poesía. Es por ésto que la poesía no es
    puramente significal en el plano de lo real- vivencial; porque es
    mucho más que simple connotación; porque existe
    algo más abstracto, más intransferible, más
    complejo: Lo asensorial del poema. No es posible expresar con
    palabras el Instante.

    El hombre es por su esencia un mundo convergente de
    fuerzas encontradas; es el resultado de la genética
    (Tan recurrente en los últimos tiempos), de la cultura, de
    cierta ánima personal que
    determina un marco de independencia
    conceptual relativa; de la historia. El Hombre es el
    resultado de todos los siglos anteriores a él. Es el
    resultado del devenir del universo. Como lo
    dice Paz en "La llama doble"(1995) :

    "Para que la mente humana comience a
    funcionar

    -en la práctica funciona las 24 horas del
    día sin ex-

    cluir las dedicadas al sueño- Necesita un
    estímulo

    externo.

    De una manera un tanto abstracta, esta pluriescencia
    (perdón por el neologismo) busca en el ser trascendente
    (expresado por Heidegger, 1978) unos canales de expresión.
    En la poesía el hombre tiene la posibilidad de fusionar
    con su exterioridad esa otredad; como lo dice A. Machado, esa
    "esencial heterogeneidad del ser", que le corresponde como ser
    dual. Un ser en medio de sí mismo, con la diafanidad del
    autoreconocimiento, con el valor que
    requiere la confrontación con la propia
    conciencia.

    La poesía es la fusión abstracta del
    tiempo y del
    espacio, la negación y la acción, el origen y la
    muerte. Toda posibilidad está abierta en una
    transmutación antagónica de vida y
    muerte.

    El poema se consolida en su relación con la
    palabra: La palabra hierática con la cual se construye la
    realidad, la forma, el orden, la esencia de lo que existe. Es a
    partir de la palabra donde el ensimismamiento poético se
    convierte en expresión poética.

    El hombre tiene la facultad maravillosa del asombro: Al
    asombrarse ama, diviniza, humaniza…

    El poema es consecuencia de una relación
    mediatizada del hombre consigo mismo. Mediatizada por su previa
    relación con la realidad, con lo vivencial, con lo que
    constituye su bagaje humano. Podríamos decir que la
    palabra poética vindica a la vez la vida y el principio
    sibilino de la muerte; como el existir mismo que en sus momentos
    de mayor exaltación lleva tácita la idea de la
    muerte. La palabra poética es afirmación
    simultánea de vida y muerte, enmarcada dentro del universo
    de los conceptos, de las ideas y de la realidad histórica,
    social e individual del poeta.

    La poesía en sí misma, más que una
    construcción lírica, más que
    una forma de arte, es una
    opción que tiene el ser humano de encontrar frente al
    espejo de la palabra su imagen reproducida. Pero no la imagen
    imitativa del cristal, sino la imagen vertebral de su conciencia
    o de su capacidad de creación. El poema es el foco
    mágico que ilumina el alma.

    En este juego
    brutalmente bello de las palabras, de las más acabadas
    expresiones humanas, surge el poeta como una panacea de
    reconstrucción del universo. Del universo nombrado por el
    verso. Hölderlin ( 1978) dijo:

    "Y se le ha dado al hombre el más peligroso de
    los

    bienes,
    el
    lenguaje(…)para que demuestre lo que es."

    Y el poeta lo hace. Muestra lo que es
    en cada palabra, en la más genuina expresión de su
    ser. El poeta aferrado a su divinidad tutelar que es el
    pensamiento, tamiza y purifica el habla coloquial hasta hacerla
    digna de su voz. A veces en incipientes repeticiones, otras, en
    las más audaces aventuras. El poeta es así. Le
    pertenece a su obra al igual que ésta le
    pertenece.

    "El artista es el origen de la obra. La obra es el
    origen

    del artista. Ninguno es sin el otro. Sinembargo
    ninguno

    de los dos es por si solo el sostén del otro,
    pues el artis-

    ta y la obra son cada uno en sí, y en su
    recíproca rela –

    ción, por virtud de un tercero, que es lo
    primordial, a

    saber, el arte, al cual el artista y la obra deben su
    nom-

    bre"

    La poesía permite al hombre crear y recrear
    el universo.
    Es claro para nosotros que uno de los papeles de mayor relevancia
    en realmente éste: Reconstruir a partir de la
    imaginación, de la sensibilidad y del lenguaje el universo
    del poeta.

    En Jorge Gaitán Durán encontramos el poeta
    humano, sensible ante esquemas sociales opresores y
    desnominalizadores, sensible ante el hombre en sí mismo,
    en sus más diáfanas representaciones, debilidades y
    fortalezas. Encontramos al hombre-época, histórico
    en su compromiso y en su desafío. Y al lírico
    apasionado que circunscribe su vida al culto reflexivo sobre
    el amor, el
    erotismo y la muerte.

    "Te desnudé a la par con nuestro
    duelo.

    Sé que voy a morir. Termina el
    día"

    Siesta. (1959)

    Hablar de Jorge es, por antonomasia, retomar toda una
    época, todo un momento histórico en nuestro
    país. Es recobrar para la memoria el
    debilitado partido comunista y la obsolescencia del Frente
    Nacional. Es retomar la crítica mordaz de los
    intelectuales de moda que
    batían palmas ante la presencia desbordante de "Mito". Es
    recordar al pueblo cerrando filas en torno a una
    conciencia nacional con nombre propio: Jorge Eliecer
    Gaitán. Es correr al encuentro de los opositores y de la
    oposición: Al gobierno, a Rojas
    Pinilla, a la tiranía.

    La participación activa de Gaitán en el
    devenir político de Colombiano no es la única
    faceta digna de análisis en la vida y obra de este
    contemporáneo que se identificó más con el
    título de intelectual antes que poeta. El intelectual
    tiene, por así decirlo, múltiples posibilidades de
    posicionarse en la historia. Sin embargo esta faceta es una de
    las más fuertes: Su vinculación a los procesos
    políticos, su auto reconocimiento como burgués – o
    cual no le restó nunca a su conciencia comprometida con su
    pueblo -, sus convicciones profundas fueron peldaños que
    subió uno a uno en su quehacer poético.

    ese mismo vaivén que lo llevó desde
    Cúcuta hasta Varsovia y China, que le
    permitió alimentar su alma con los más sobrios
    panoramas de Europa y los
    más vistosos de América, formaron ese amalgama de amor y
    muerte, de lucidez y de locura que es la poesía de Jorge.
    En este proceso de maduración intelectual y estética que comienza con "Insistencia en
    la tristeza" y termina abruptamente con "Sí mañana
    despierto", podemos percibir todo un bagaje que se conforma, se
    solidifica. Su clara conciencia de la muerte – de la cual
    sintió la cercanía- lo convirtió en un
    exponente sin temores ni limitaciones de la rebeldía que
    embargaba a cada latinoamericano. Su condición
    económica le permitió con mayor facilidad
    aventurarse en ese mundo – poco lucrativo- de la poesía y
    el ensayo, la
    crítica y el análisis; es decir, la verdadera
    función
    del intelectual sin casamiento ideológico alguno. Esa
    libertad fue
    la que en cierta forma le dio autoridad a la
    voz de Jorge Gaitán Durán: A su palabra desafiante,
    a sus versos de clara filiación humana, a su prosa en
    evidente antítesis
    ideológica respecto a los modelos
    vigentes. Su compromiso con el erotismo y la muerte como
    temáticas, más que una posición
    cómoda frente a la crisis social,
    fue una propuesta de vindicación colectiva: Ante la
    certeza del instante, de la vivencia diaria, y ante la inminencia
    de la muerte, el camino a seguir es el de las propias
    convicciones.

    Las suyas sopesaron en la balanza la recuperación
    del hombre como esencia primera, como libertad de ser, y el
    antagonismo que representaba la sumisión a la
    tradición cultural: Una forma de mojigatería que
    reprodujo la noción de pecado para evitar el hombre pleno.
    En él la libertad para expresar y vivir
    simultáneamente las mismas ideas respecto al hombre, se
    convirtió en una forma de ética
    signada por la tragedia; una identidad que se dimensiona cada
    día, en cada nuevo lector – selecto y asiduo- de la obra
    de Jorge.

    Una de las isotopías de carácter
    obligatorio en el análisis temático de la producción poética de Jorge
    Gaitán es, por mérito propio, la fusión
    erotismo – muerte. En este sentido, los pocos trabajos que se han
    realizado hasta ahora recibieron en su mayoría esa
    orientación primordial. Pese a que se pueda percibir como
    un statu quo, esta tendencia obedece a definitivos criterios de
    reconocimiento del poeta y su poesía. Para Gáitan
    la noción Hedónica del placer que se representa en
    el erotismo y en sus posibles equivalentes (el vino rojo, el
    medio día, el verano), estaba signada por la
    muerte.

    "Bebemos vino rojo, esta es la fiesta

    en que más recordamos a la muerte"

    Sé que estoy vivo (1961)

    El paralelo sensorial que estableció su universo
    poético es claro: El instante del orgasmo del espasmo, de
    esa inmersión en la eternidad, era homóloga al
    instante de la muerte. Es concebir lógicamente de una
    forma especulativa y simbólica el desprendimiento de la
    vida.

    Cabe anotar que esta forma de homologación no era
    puramente circunstancial – como podemos dilucidar en poemas como
    "si mañana despierto" – si no el resultado de una profunda
    conciencia de la muerte. Las imágenes
    del orgasmo frente al espejo que reproduce los estertores de la
    muerte (la metáfora es mía), tienen la
    acepción de todo un pensamiento que se transformó y
    maduró a lo largo de su vida: La vivencia del erotismo
    como plenitud o totalidad; intuición de la muerte como un
    estado acabado sin continuidad posible.

    Esta idea de estado pleno no es una concepción
    exclusivamente sibarita de la vida, sino más bien un
    lucido reconocimiento de la más profunda naturaleza
    humana.

    En Jorge encontramos a un poeta puro,
    translúcido, que se permitió hablar de momentos de
    la realidad humana que solamente son transmisibles a
    través de la vivencia o de la poesía. Es un poeta
    vehemente que hace de las palabras un baluarte, que las moldea y
    transforma hasta darles un matiz propio, ajeno a las indulgencias
    de la significación social. Las palabras adquieren toda su
    dimensionalidad en la relación como una realidad
    virtual diferente: La del poeta.

    "También el poeta se sirve de la palabra, pero
    no

    como los que la hablan y escriben
    habitualmente,

    gastando las palabras, sino de manera que la
    pa-

    labra se hace y queda como palabra."

    El poeta Gáitan es una exponente de principios y
    verdades que son absolutas en el aspecto más
    ontológico de la palabra. Nada más
    íntimamente ligado a la existencia humana que el erotismo
    y la muerte. Es como una forma transformadora de percibir el
    ciclo biológico al que nos vemos abocados. El absoluto de
    la muerte y su representación en el orgasmo: una Simbiosis
    irreductible .Este amalgama de nociones recalcitantes en torno a
    tópicos tan específicos y delimitados solamente se
    hace posible en la medida que la conciencia de su autor sea lo
    suficientemente lúcida y amplia.

    La obra de Jorge Gáitan se establece como
    principio de una nueva forma de ver la vida. Esta misma lucidez
    que le permitió poetizar sobre el amor y el erotismo, le
    permitió dilucidar lo perentorio de la vida y la necesidad
    de una identidad, de una cultura de la muerte en su
    obra:

    "El placer solo es concreto – Placer de
    cada minuto-

    ante una idea realista de la
    muerte"

    Podemos aventurar esa nefasta premonición que se
    manifestó en su obra: Quizá por ser el tema
    obligado de los intelectuales de la época, quizá
    por esas manifestaciones del mal que lo aquejaba, o tal vez por
    ese romanticismo
    interior que le permitía el ángel de la nostalgia.
    Lo cierto es que ese " viento profético " que
    retomaría años después Gabriel García
    Márquez determina la muerte de uno de sus más
    exacerbados exponentes.

    " Un desolado viento me llevó hacia la muerte
    (…)

    Una flor de relámpagos es el viento
    infinito"

    Ahora, "La idea realista de la muerte" es desde su
    más profundo ser una noción atávica. Este
    pretendido realismo esta
    relacionado profundamente con lo que en Jorge es una
    visión reiterada, un Leit – Motiv de la muerte.
    ¿Hasta dónde llega el límite del realismo?
    ¿Dónde comienza la obsesión? Es
    difícil emitir juicios en este sentido. Sin embargo es
    claro que este repertorio humano tan vasto le permitió la
    creación de una obra alabada y cuestionada, que
    está llamada a ser la revelación de una nueva
    conciencia poética, y la rebelión contra el
    inmediatista sentido de la vida. Lo que es aparentemente una
    paradoja se consolida como una complementariedad ante el concepto
    interactuante de erotismo – muerte. Pero no un concepto
    yuxtapuesto, sino en su relación permanente de
    significación convergente en el universo poético de
    Agitan.

    " Hacia el azul del mar corro desnudo.

    Vuelvo a ti como al sol y en ti me anudo,

    Nazco en el esplendor de conocerte.

    Siento el sudor ligero de la siesta,

    Bebemos vino rojo. Esta es la fiesta

    En que más recordamos a la muerte".

    Loa primeros trabajos poéticos de Gaitán
    Duran distan mucho de ser buenas poesías, invadidas aún por pueriles
    exaltaciones a la naturaleza y al amor. Tal estado de
    pusilanimidad no es afortunadamente sino un escalón
    más para ascender al nivel de una poesía más
    personal, más intima, que se va develando lentamente hasta
    llegar a "Sí mañana despierto". Esta poesía
    interior es la expresión más depurada de un
    espíritu con claras nociones de conciencia cósmica,
    universal.

    La primera de ellas es el reconocimiento de sí
    mismo como hombre – poeta. Con la diáfana
    aprobación a su divinidad: Habría aceptado el grito
    de Nietzche: "GOD IST TOD" (Dios ha muerto). Quizás tuvo
    la oportunidad de aceptar e interioridad el manifiesto de
    Huidobro en su "Espejo de agua":

    "El poeta es un pequeño dios"

    Es evidente que sus poemas de muerte se exacerbaron con
    los indicios fatales de la enfermedad. Gaitán Durán
    vivió la muerte, la reconoció en sus más
    variadas figuras. Era consciente de la muerte, no como fenomenología sino como acontecer
    estético trascendente. Acepta las múltiples
    acepciones de la muerte. Esta es para él una forma de
    vida; no de la vida inerme del hombre -resultado del esquema
    social, sino de la vida bifurcada, múltiple que
    dejó entrever Borges Acevedo en
    sus "Ruinas Circulares"

    La conciencia de la muerte fue para Jorge una
    experiencia cotidiana: La muerte diaria, la muerte del orgasmo,
    la muerte onírica. Gaitán dilucidó la muerte
    en su poesía, en su erotismo, en su vida

    "Ardió el día como una rosa.

    Y el pájaro de la luna huyó

    cantando. Nos miramos desnudos.

    Y el sol
    levantó su árbol rojo

    en el valle. Junto al río,

    Dos cuerpos bellos, siempre

    jóvenes. Nos reconocimos.

    habíamos muerto y despertábamos

    Del tiempo. Nos miramos de nuevo,

    Con reparo. Y volvió la noche

    A cubrir los memoriosos"

    "Instantes"

    O como lo dijo Nietzche en su "Zaratustra", con el
    asombro idílico de quien por primera vez abre los
    ojos:

    ¿Esto es la vida? Le diré a la
    muerte.

    ¡Pues bien!

    En suma podría decir que Jorge se negó el
    deleite poético de lo supuesto, por el sufrimiento
    placentero de explorar una realidad perenne que no le es ajena:
    la muerte.

    Otra de esas nociones a la cual me refiero tiene que ver
    con una contradicción que valido por su carácter
    complementario. En su "Diario" Jorge es enfático al decir
    que la poesía captura el erotismo, lo hace vívido,
    posible. Es un reconocimiento al lenguaje como facilitador de las
    expresiones más íntimas del hombre.

    "Porque el poema viola el lenguaje, logra
    también

    violar nuestra intimidad. (…)Solo la poesía
    puede

    capturar el erotismo"

    p.192

    Sin embargo en el mismo diario se evidencia en su
    ánimo cómo se siente imposibilitado para expresar
    con palabras la realidad:

    "Pero cómo transformar en dato la
    vibración irrepetible

    de dos cuerpos que se vuelven uno ante la
    muerte?"

    p.191

    De cierta forma esta imposibilidad lo obliga a tratar de
    mostrar poéticamente el espasmo, el frenesí de dos
    cuerpos plenos de erotismo que se funden en el momento culminante
    del acercamiento a la muerte. Porque esto es para él el
    clímax sexual: La fiesta de la muerte. Una fiesta de
    pérdida de toda realidad. Ya no se ven los cuerpos
    anudados, ya no se percibe el cielo o el aroma de la playa.
    Solamente la sensación dulce, dolorosa de la descarga
    final, del acabose. Y luego un relajamiento, un abandono que bien
    puede simbolizar la quietud inerme de la muerte. "Vivir es morir
    viviendo" dijo Quevedo, y cada minuto que pasa es como una
    fracción de muerte, un minuto más para llegar al
    final. Ese final que Gaitán pudo contemplar cara a cara,
    sin miedo; solamente con la necesidad apremiante de dejar
    plasmado en sus poemas el rostro de la muerte. Ella cambió
    de forma para él: Fue más inesperada, más
    grata tal vez. Pero al fin y al cabo la muerte, que se
    auguró de una manera tragicómica en este poema
    intemporal:

    " Cuantas veces de niño te vi

    cruzar por mi alcoba de puntillas.

    Enhebrabas tu aguja con manos

    Más ligeras que los días.

    Luego te olvidé. No es poca cosa

    vivir. El mundo es bello y el deseo

    Vasto (…) Más cada

    año acortabas el hilo, zurcidora

    aplicada.

    Como una madre

    o Penélope siempre lozana me has

    guardado fidelidad.¡ La única!"

    "Vengan cumplidas moscas"

    CONCLUSION

    Considerando que fuera posible concluir en esta gran
    abstracción de los sentidos que
    es la poesía, puedo decir que la obra de Jorge
    Gaitán es indudablemente punto obligado de
    reflexión para quienes, como nosotros, sienten la
    necesidad de empaparse de sensaciones encontradas sobre la
    simbiosis de erotismo y muerte.

    Para aquellos que solo quieren encontrar en la
    poesía el acento dulzón del amor, en sus
    múltiples formas de manifestación, Jorge los
    deleitará inevitablemente. Bien, para unos y otros el
    encuentro con la poesía de Gaitán Durán
    será una experiencia que nunca
    olvidarán.

    Gustavo Adolfo Cárdenas Messa
    Director
    Centro de Biblioteca e
    Información Científica
    Instituto de Educación
    Técnica Profesional
    Roldanillo Valle- Colombia
    www.intep.edu.co

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter