- Información sobre el Ente
Emisor de los Estados Contables - Situación de la industria
gráfica Argentina - Hechos que afectaron al sector
gráfico durante el periodo bajo
análisis - Información previa al
análisis de la situación de la
Empresa - Hipótesis de
trabajo. Análisis de la estructura
patrimonial - Análisis de la
rentabilidad - Conclusiones
- Bibliografía
- Anexos
INFORMACIÓN SOBRE EL ENTE EMISOR DE LOS ESTADOS
CONTABLES
XXX S.A. se constituye en el año 1994 con el
firme propósito de encarar un ambicioso proyecto,
enfocado a la industria
gráfica editorial y comercial, con el afán de
contar con la más alta y avanzada tecnología de
impresión y encuadernación tanto en el mercado local
como en el extranjero.
Por el contacto con empresas
editoriales, realiza una profunda revisión de las
necesidades del mercado, dando
como resultado una empresa que
permite ágilmente, y con bajos costos, atender
el mercado editorial de cortos y medianos tirajes.
El proyecto se
cristalizó con la producción en una sola planta de todos los
pasos para la ejecución de un libro,
revista o
folleto.
En mayo de 1995 ingresan las primeras máquinas
offset de cuatro colores. A fines
del mismo año se incorporan al proceso de
producción el tren de encuadernación
para libros de lomo
cuadrado Trendbinder, único en su tipo en
Sudamérica.
Luego, en 1998, se incorporan dos equipos offset de 8
colores,
Heidelberg Speedmaster 102, con mayor tecnología (equipos
enfriadores de tinta y adaptación para impresión en
seco, etc.) los cuales mejoran sensiblemente la calidad del
producto.
Modernos procesos de
producción agilizan el flujo de trabajo para reducir
tiempos y, de esa forma, minimizar costos, siempre
sin descuidar el objetivo
básico de XXX S.A., la calidad.
Tecnología y superación, van de la mano.
Por eso, la incorporación constante de nuevas maquinarias
de máxima tecnología hacen que su filosofía
de trabajo esté constantemente renovada con nuevos
desafíos tal, como el proceso de
Certificación ISO 9000 que
comenzaron este año.
En su afán de superación y
tecnología, la empresa
está estrechamente comprometida con las disposiciones de
control ambiental
y ecológico que rigen y con las normas
internacionales sobre esta materia, ya
que la tecnología con la que cuenta exige insumos que
protejan al medio
ambiente.
Como inversiones
del período, se han completado: la instalación de
la segunda impresora
offset de ocho colores Heidelberg y también se acaba de
poner en producción la primera maquina automática
para anillar almanaques, libros y
guías, modelo
único en Argentina.
Ubicación de la planta
XXX se encuentra ubicada en la localidad de Avellaneda,
Provincia de Buenos Aires, en
la calle Valencia 111. Cuenta con una planta industrial de 7500
metros cuadrados, con equipos de alta tecnología para
impresión y encuadernación y todo lo necesario para
producir trabajos de alta calidad, tanto en el mercado local como
en el extranjero.
Información
tecnológica
Computer To Plate (CTP)
Esta tecnología permite realizar el trabajo de
un modo totalmente automático, el documento
(páginas de libros, revistas, folletos, etc) se procesa
electrónicamente con sus textos, títulos y
fotografías en una computadora,
desde ésta es transferido en forma directa al
"platesetter" (grabadora de planchas) por medio de un rayo
láser.
Esta plancha luego es colocada en una impresora
offset, la que realizará la impresión respectiva,
asegurando un máximo rendimiento, pues desaparecen los
errores humanos en el proceso, y aumenta la calidad por tratarse
de documentos
digitales.
Cuenta con dos equipos computer to plate: CREO de
Heidelberg y CELIX 8000 de tecnología de planchas
térmicas.
La empresa es una de
las primeras en incorporar tecnología de alto nivel en el
área de impresión, nuevos equipos y modernos
sistemas de
trabajo, desarrollando actualmente el sistema NPW-1 de
reciente aplicación en Europa, para el
control
centralizado de la calidad.
En el área de comunicaciones
brinda a sus clientes (a nivel
nacional e internacional), la posibilidad de entregar sus
trabajos a través de Internet, lo cual permite su
procesamiento inmediato, sin necesidad de viajar persona alguna
desde o hasta el lugar de origen.
Impresión Offset
Recientemente, se incorporaron máquinas
para la impresión de pliegos en formato máximo de
790X1030 mm a 2, 4 y 8 colores.
- 1 Impresora Heidelberg Speedmaster 102 VP, de 4
colores. - 1 Impresora Roland Récord, de 2
colores. - 2 Impresoras
Heidelberg Speedmaster 102, de 8 colores.
Encuadernación y
terminación
- Trendbinder de Muller Martini, es el nombre
del tren de encuadernación de libros y revistas
(rústica fresada) de lomo cuadrado, con 21 estaciones de
alzado de pliegos, salida a guillotina trilateral y
estación de empaque con
túnel termocontraible. - Prima de Muller Martini, también es un
tren de encuadernación para revistas con broches, que
permite realizar hasta 10.000 ejemplares por hora. - Inventa de Muller Martini, es la
estación robotizada de cosido con hilo para las
encuadernaciones que requieren una mejor calidad de
terminación. - Dobladoras y máquinas para la
preparación de blocks de libros, constituyen el
complemento para este sector.
Equipos
- Procesadores Mac G4
- Procesadores Pentium
4 - Scanner rotativo Heidelberg 3400
- Scanner plano Linotype Topaz
- Estaciones de retoque barco
- Cromalin digital Dupont
- Cromalin análogo Dupont
- Matchprint Imation
- Ploters encad y H.P.
- Workflow Filmadoras formatos varios con reveladoras
On Line - Workflow Computer To Plate
Creo/crowsfield
Servicios de pre-prensa
- Preparación de originales
- Escaneado, tratamiento y retoque de
imágenes - Confección de películas de
impresión - Confección de pruebas
estandarizadas - Confección de pruebas
digitales - Montaje digital, ploters de seguridad,
copia de planchas CTP
Logros
XXX tiene la consideración de clientes y
proveedores
como una empresa
preocupada permanentemente por mantener el medio ambiente,
incorporando moderna tecnología, utilizando insumos
reciclables y equipos destinados a reciclar los productos
utilizados para lavado y limpieza de equipos, utilizando tintas
ecológicas que no dañan el medio ambiente
(ISO
14000).
Estos mismos proveedores
son los que consideran el potencial como uno de los más
importantes y con mayor evolución en el ámbito mundial, ya
que siendo una empresa de
capital
netamente nacional y por su posicionamiento
en el mercado, ha logrado la concesión de privilegios para
la adquisición de máquinas y equipos a largo plazo
y a intereses muy bajos.
SITUACIÓN DE LA INDUSTRIA
GRÁFICA ARGENTINA
La producción de la industria gráfica
argentina
comprende:
- Ediciones gráficas: libros, diarios, revistas,
catálogos y manuales de
instrucción, guías comerciales, folletos,
afiches, cuadernos para dibujar o colorear, cartografía, tarjetas,
sellos de correo, cheques,
valores. - Impresiones comerciales: sobres, envases,
estuches (cajas, sacos, bolsas, cucuruchos, fundas para
discos), cartonajes de oficina, libros
de registro y
contabilidad, talonarios, agendas, memorandos,
carpetas, artículos escolares, de oficina,
etiquetas, naipes. - Insumos técnicos: elementos empleados
en el proceso de producción (fotocromos, fotolitos;
etc.).
Estos productos
presentan la característica de la universalidad de su
consumo, si
bien el grado de analfabetismo
y semi-analfabetismo
constituyen una restricción para su demanda, que
afecta en mayor intensidad a los bienes de tipo
ediciones gráficas.
Los bienes finales
producidos por el sector gráfico satisfacen necesidades de
orden formativo, informativo, recreativo, científico,
técnico, de difusión y transmisión cultural,
de promoción y publicidad, de
preservación y presentación de productos,
institucional, constituyendo a su vez insumos necesarios para el
desarrollo de
actividades educativas, comerciales, impositivas, financieras,
laborales, legales; etc.
Esta industria interviene en la provisión de
bienes deseables como los procesos
educativos determinantes para la formación de capital humano y
por ende, en la tasa de crecimiento de la economía.
Según datos
proporcionados por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), la República
Argentina contaba en el año 2000 con 6200 empresas
gráficas, las cuales empleaban a 47500
trabajadores.
Considerando la canasta familiar, el rubro
gráfico representa el 2,15% del gasto de las familias,
correspondiendo:
- 1,26% a libros, diarios, revistas
(esparcimiento). - 0,89% a textos y útiles escolares (educación).
Los bienes gráficos son elásticos respecto del
ingreso. Los gastos en textos
y útiles escolares muestran diferencias según el
ingreso; en cambio, el
consumo de
libros, diarios y revistas son compatibles con la media
poblacional.
Uno de los factores sustitutivos de la demanda de
ediciones gráficas es el rápido crecimiento de las
técnicas de fotocopiado.
La reprografía ilegal perjudicó a los
editores de libros técnicos y científicos, propios
de la enseñanza universitaria.
Variables explicativas de la demanda de ediciones
gráficas en el largo plazo son:
- el crecimiento vegetativo de la población,
- la prolongación de la edad
promedio, - la prolongación de la edad de formación
de nuevas familias, y - la tendencia a hogares con menos cantidad de
miembros.
Respecto de los impresos comerciales presentan valores de
elasticidad
precio,
levemente superiores a los verificados para los bienes ediciones
gráficas.
Su demanda deriva de los procesos de producción y
de la tercerización de los procesos
productivos.
Panorama nacional
En los últimos diez años, la industria
gráfica argentina realizó una inversión global en maquinarias de
última tecnología del orden de los 1000 millones de
dólares, a pesar de la falta de estímulos, de
financiamiento
adecuado y cambiantes reglas de juego, con
políticas impositivas y arancelarias
perjudiciales en su gran mayoría.
Esa decisión empresaria fue una respuesta
contundente a la necesidad de actualización
tecnológica, para estar a la altura de las necesidades de
un mercado local e internacional que requería un nivel de
productividad,
de calidad y de precios
altamente competitivos.
La señalada inversión se realizó tanto en los
sectores de preimpresión –uno de los sectores con
mayor movilidad en cuanto a tecnología se refiere- como en
los de impresión –sobre todo en máquinas
rotativas para la impresión de diarios y periódicos
y en las más sofisticadas para la impresión de
revistas, fascículos, folletos y suplementos sobre papeles
estucados- y también en los sectores de terminación
de todas las especialidades.
Los problemas que
en mayor medida afectaron a la industria gráfica en la
última década fueron, entre otros:
- La situación arancelaria e impositiva respecto
a terceros países. Existe una gran cantidad de
publicaciones que se imprimen en el exterior, aprovechando que
entran sin ningún tipo de impuesto,
mientras que imprimirlo en el país significa agregar al
costo,
los valores
impositivos que gravan el papel y
demás insumos.
Se solicitó la total desgravación de las
máquinas y equipos necesarios para la
actualización y modernización de los talleres
locales. Sin embargo, siguieron habiendo aranceles de
importación para máquinas nuevas o
usadas que no se fabrican en el país, ni en la
región del MERCOSUR.
- Se solicitó la pronta aprobación de la
Ley del
libro. Hasta
el momento, no hay una decisión tomada, después
de muchos años de gestión infructuosos, con el argumento de
que se pierde de recaudar por la aprobación de la
ley, alrededor
de 23 millones de dólares anuales. Por otra parte, hay
que tener en cuenta que mensualmente ingresan al país
alrededor de 150 millones de dólares en libros, que no
aportan ningún tributo. - La situación respecto del MERCOSUR. En
algunos años de la última década, fue
notoria la incursión de muchas empresas gráficas
argentinas en un aspecto poco menos que desconocido en los
años anteriores; ese campo lo constituyó la
exportación masiva de productos impresos,
sobre todo a Brasil, en
forma de revistas, libros de texto,
guías telefónicas o catálogos comerciales,
y otros productos. La devaluación de principios de
1999 en Brasil, redujo
sensiblemente el volumen de
ventas a ese
país, que además mantuvo las restricciones
respecto a las importaciones
provenientes aún de los países del
MERCOSUR.
Que se solicitaba a las autoridades
nacionales:
- La sanción de la ley del libro.
- La imposición de créditos genuinos a una tasa
razonable. - El equilibrio
de los aspectos impositivos y arancelarios para los productos
que se importan como locación de obra por parte de
editores argentinos. - La competencia de
productos importados favorecidos por las exenciones al IVA de los
bienes editoriales y los aranceles de
importación 0%. - Las restricciones que afectan el mercado del papel,
principal insumo de la industria gráfica, y que a
consecuencia de los protocolos
del MERCOSUR hace que se haya cubierto el cupo para la
importación de distintas calidades de papel provenientes
de Brasil. - La regulación del mercado del principal insumo
que es el papel;
Conjuntamente con esto, se planteaban los siguientes
problemas:
- el alto costo de
financiamiento del capital de
trabajo; - el elevado arancel que registran las importaciones
de bienes de capital,
teniendo en cuenta que el mercado externo es la única
fuente de abastecimiento de la última
tecnología; - la excesiva cantidad de exenciones que registra el
IVA y que
genera distorsiones en la producción.
Para fortalecer el desarrollo de
la industria gráfica argentina, una de las propuestas era
gravar con IVA la locación del servicio de
impresión en el exterior por parte de editores radicados
en la Argentina y eliminar del Régimen de
Adecuación al insumo principal del sector: el
papel.
Durante la década del ´90, la economía
argentina fue sometida a una transformación total. La
estabilidad monetaria, las privatizaciones, la reducción
del Estado y el
aumento de la productividad,
junto a la apertura de la economía para el
comercio de
bienes, servicios y
capitales, sustituyeron una organización de la producción basada
en la falsa creencia de que el capital y la riqueza podían
generarse con la emisión monetaria y las acciones de
lobby, por una basada en el trabajo y
en el ahorro de las
personas.
Independientemente de la aceptación o no de esta
nueva realidad, se puede establecer que el sector gráfico
respondió a los desafíos propuestos por esta
transformación económica. Asignó una
importante cantidad de recursos a la
inversión, con el consiguiente efecto tecnológico,
y a la capacitación de los recursos
humanos empleados en este nuevo ciclo, con los respectivos
aumentos de la productividad. Esto permitió la
expansión del producto bruto
interno del sector y, al mismo tiempo, el
comercio
gráfico con el resto del mundo que creció a tasas
anuales superiores a las que se verificaron para el promedio de
demás sectores económicos.
Panorama regional
El sector se vio seriamente comprometido por las
difíciles condiciones del escenario económico
latinoamericano durante la década pasada.
En casi todos los países de la región se
vieron reducciones drásticas en las tasas de crecimiento
de la industria de la
comunicación gráfica, como efecto de las
menores tasas de crecimiento
económico con el consecuente impacto sobre los niveles
de la demanda interna y externa de la
inversión.
Ese panorama, sin embargo, no ensombrece los logros por
la industria gráfica regional en los noventa. La mayor
parte de los países registró tasas de crecimiento
positivas a lo largo de la década y la industria vio
florecer y recuperarse la dinámica del comercio
internacional de impresos y mantuvo altas tasas de
inversión en el período.
La economía latinoamericana, registró una
tasa negativa de crecimiento del –0.4 % en 1999. Las tasas
más bajas de crecimiento corresponden a los países
del sur de América
Latina, porque México y
la mayor parte de los países centroamericanos registraron
tasas de crecimiento positivas durante ese año.
Después de un crecimiento sostenido a lo largo de
los noventa, que elevó la tasa promedio de crecimiento del
Producto Bruto Interno regional, entre 1991 y 1998, a 3.6 %
anual, para ese último año, las condiciones
adversas del escenario internacional en lo que tuvo que ver con
los flujos financieros hacia el mundo en desarrollo, tuvieron
notable impacto en las principales economías de la
región, que arrojaron un balance negativo. La
década del noventa fue, sin embargo, la época de la
recuperación para la economía regional. En el
balance final, el crecimiento en los noventa fue de 3.1 %
promedio anual, casi tres veces el registrado en la década
del ochenta, pero sensiblemente inferior al alcanzado en las
décadas precedentes.
En el balance económico de la década, son
destacables cuatro elementos:
1º) La recuperación de la dinámica comercial de la región,
que vio crecer los montos en valor y
volumen de su
comercio
exterior y, especialmente, la nueva dinámica de la
integración
económica, con el fortalecimiento de los esquemas
regionales de integración y complementación:
Comunidad
Andina, MERCOSUR, Mercado Común Centroamericano y
CARICOM (Caribbean Community). Adicionalmente, se agrega la
exitosa experiencia de la integración de México en el Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica.
2º) La invasión extranjera fue uno de los
motores del
crecimiento en la década del noventa. Los flujos de
inversión se multiplicaron de 7000 a 60000 millones de
dólares entre 1990 y 1998.
3º) La lucha contra la inflación fue un
evidente éxito. En 1990, el promedio del
índice de precios al
consumidor
en la región fue de 661.8 %.
4º) América Latina encaró una serie de
procesos de transformación estructural que dieron una
nueva faz institucional y política a la
región, sentando las bases para un desarrollo más
armónico en los siguientes años.
Otra característica de los noventa y, en
especial, de la última parte de la década en la
industria gráfica latinoamericana, fue el crecimiento
destacado de la inversión en maquinarias y equipos. De
acuerdo con un documento de CONLATINGRAF, las importaciones de
maquinarias y equipos por las partidas correspondientes a
preimpresión, impresión y acabado, fue de 1212
millones de dólares en 1998. En esta cifra no se incluyen
los equipos para preimpresión que ingresan por las
partidas correspondientes a maquinarias para el tratamiento de
información.
Es claro que los fenómenos de apertura, globalización e integración
económica actuaron como impulsores de la
inversión en tecnología. Ante la creciente competencia
internacional, las empresas latinoamericanas tuvieron que
acelerar cada vez más los procesos de inversión en
tecnología para evitar los riesgos de una
rápida obsolescencia y de una mayor presencia de productos
importados o de competidores internacionales directos en sus
mercados.
Si se analizan las cifras de los últimos
años, el fenómeno es más significativo.
Entre 1995 y 1998 ingresaron a los países de ALADI maquinarias
y equipos para la industria gráfica y de conversión
por valor de 4936
millones de dólares.
La distribución geográfica de estas
importaciones fue la siguiente:
PAIS | PARTICIPACIÓN |
Brasil | 44.7 % |
México | 23.4 % |
Argentina | 10.7 % |
Chile | 6.3 % |
Colombia | 5.5 % |
Resto de ALADI | 9.4 % |
Total | 100 % |
Aparejados con una mayor inversión en maquinarias
y equipos, los países de la región venían
haciendo importantes esfuerzos en el mejoramiento de los sistemas de
formación de recursos
humanos para la industria y en la adopción
de procesos de aseguramiento de la calidad bajo las normas ISO
9000, que se constituyeron en herramientas
prioritarias y adicionales para enfrentar exitosamente la
competencia local e internacional.
También en los últimos años se vio
intensificar otro proceso de inversión en la industria
gráfica y de conversión: una creciente presencia de
inversión
extranjera en la industria gráfica regional. Nombres
como R.R. Donnelley, Quebecor Printing, Banta Corporation y otras
ya son conocidos por las importantes inversiones
realizadas en la adquisición de plantas
establecidas en la región y el montaje de nuevas operaciones en
algunos países. Los principales depositarios en estas
inversiones fueron México, Chile,
Argentina, Brasil, Colombia y
Perú. Además de la inversión de grandes
corporaciones multinacionales, la industria regional
también siente la presencia de importantes grupos regionales
de impresión y conversión que están
ampliando sus operaciones
mediante inversión directa o alianzas estratégicas
en países vecinos. Aquí también
desarrolló un papel importante la integración
económica que favoreció la inversión
extranjera y el logro de economías de escala para
alcanzar el proceso de producción regional.
El balance de la década es positivo en muchos
aspectos y constituye la preparación de un sector
industrial para afrontar fenómenos que se intensifican en
los años siguientes en cuanto a mayor competencia local e
internacional, rápido cambio
técnico, innovaciones crecientes en los procesos de la
industria e irrupción de nuevas formas de producir y
comercializar (correo directo, mercadeo uno a
uno, Internet,
impresión bajo demanda, etc.). Hubo excelentes previsiones
para el crecimiento de América
Latina en el año 2000. Las estimaciones conocidas
arrojan signo positivo para casi todas las economías de la
región en el 2000, lo que implica, necesariamente, que la
economía del sector gráfico se desenvolvió
en el mismo sentido.
Ante el panorama del sector en el mundo para ese
año, quedó claro que los empresarios debían
dejar de tener preocupaciones con respecto a la cartera y la
competencia interna y centrar sus pensamientos en las decisiones
de inversión en recursos humanos
y tecnología para enfrentar todo lo que el nuevo milenio
trajo posteriormente.
Situación actual
Actualmente, la visión global de los factores que
afectan la producción en el mercado latinoamericano brinda
elementos de juicio para analizar y evaluar la relación
entre las dos principales protagonistas de esta actividad, la
industria gráfica y la industria editorial, en nuestro
país y comparar las proyecciones que se adelantan para el
continente con las perspectivas que se perciben
localmente.
Un "signo de los tiempos" es la nueva actitud de los
industriales gráficos hacia la evolución de los mercados de sus
productos y servicios. La
última mitad de la década pasada acabó con
la confianza ciega en su crecimiento inercial, especialmente
debido a la explosión de los medios
digitales de difusión de la información.
Y debido a deficiencias en la información y a la
aparición de muchos fenómenos nuevos e
inéditos, ante todo Internet y la red mundial, se magnificaron
las amenazas y se subvaloraron las oportunidades. Ahora prima una
actitud de
confianza basada en hechos y existe un elevado interés en
las oportunidades creadas por los medios
digitales.
El libro es el arquetipo de la información impresa. Las
compañías de impresión dedicadas a la
producción de libros trabajan en estrecha relación
con su cliente, la
industria editorial, que por lo general contrata externamente la
impresión y la distribución de sus títulos.
Mediante convenios con los grandes productores de papel, la
industria editorial asegura su disponibilidad y al contratar la
producción de cada título, suministra al impresor
la materia prima
correspondiente. La única excepción a esta
práctica en la región latinoamericana, es la de los
impresores de libros en Colombia, que
habitualmente adquieren por sí mismos el papel, liberando
capital de
trabajo a la industria editorial.
El libro presenta actualmente una de tres formas: impresa en
papel, mixta (es decir, impreso en papel y complementado con otro
medio tecnológico como el audio casete, el video casete, el
disquete o el CD-ROM) o
electrónica. En este último caso
la lectura
está mediada por el empleo del
equipo electrónico y conexión en red.
La lectura de los
productos editoriales impresos, por placer o para profundizar en
la información, cuenta aún con la preferencia de
los consumidores por costumbre y comodidad. Y su competidor
más agresivo no es un medio nuevo sino uno antiguo:
la
televisión. Además la posibilidad de hacer
publicaciones mixtas, en medios impresos y electrónicos,
ha abierto más oportunidades en el mercado.
El espectro de los productos impresos, que se agrupa
bajo el nombre de impresión de publicaciones
es bastante amplio. Incluye: los periódicos, con sus
diferencias en circulación, propósito informativo y
frecuencia, las revistas de interés
general y específico y, desde luego, los libros. Su
situación en el mercado y las oportunidades hacia el
futuro deben ser consideradas por separado. De ellos, cerca de un
88 % es impreso por el procedimiento
offset.
Algunos productos editoriales entre los que se
encuentran los manuales, los
diccionarios y
las enciclopedias están directamente amenazados de
sustitución por las publicaciones electrónicas y
han sufrido un fuerte retroceso en su participación en el
mercado. Sin embargo, a nivel mundial los libros se sostienen
firmemente en su posición con un crecimiento estimado de
aproximadamente un 3,5 % anual en ventas, para
la década de 2000-2010. Y su participación en el
valor del mercado global de la industria gráfica de un 11
% se muestra
también estable.
En Estados Unidos,
se ha estimado que las ventas de los impresores de libros para la
década 2000-10 tendrán una tasa de crecimiento
entre 3,2 % y 3,4 %, una disminución respecto del
quinquenio anterior en el que alcanzó un 5,6 %. Las
razones de este declive están asociadas al manejo de los
precios en el mercado local y a una tendencia hacia la
impresión de libros en menores volúmenes, debido a
la participación que hacia el fin de la década
irán adquiriendo los libros electrónicos y al
esfuerzo de las editoriales por reducir las cantidades de libros
devueltos sin vender.
Ninguno de estos cambios será dramático y
aunque el crecimiento de las ventas para esta década
será menor que en la anterior, hay fuerzas
económicas y demográficas que trabajan a favor del
mercado del libro impreso.
En América
Latina, se carece de estudios prospectivos estructurados sobre el
mercado del libro. Pero el comportamiento
de la década pasada muestra un
crecimiento sostenido de la publicación y las ventas de
libros en los países más grandes, a juzgar por las
cifras presentadas por las correspondientes cámaras del
libro. Además, existe un activo comercio regional del
libro.
Con una producción anual que alcanzó los
330 millones de ejemplares y más de 45.000 títulos
durante el año 2000, la industria editorial
brasileña ocupa el octavo puesto en el mundo y el primero
en América Latina con un volumen que representa cerca del
50 % del total de la producción de la
región.
El ingreso disponible para bienes no esenciales
constituye una barrera real al mercado del libro. El modesto
crecimiento de los años noventa permitió elevar el
ingreso promedio de los latinoamericanos solo 1,5 % anual, menos
que en los países desarrollados, en los que aumentó
un 2 % anualmente, o que en algunos grupos de
países de Asia, donde
creció casi a un 3,5 % anual.
El reto más grande que afronta la industria
editorial y de impresión de libros radica en el cambio de
la definición misma del libro. El concepto de libro
electrónico, de información diseminada y presentada
en formato digital, es lo que los estrategas empresariales
consideran un cuestionamiento de los supuestos aceptados del
negocio del libro. Desafía las reglas del juego
conocidas, para generar nuevas y poderosas ventajas
competitivas.
El desarrollo de las tecnologías de la
información ha quebrado el vínculo entre la
información y el libro: su forma impresa. Y ha creado la
opción de utilizarla en una gran variedad de formas
alternativas a la impresa. La disponibilidad de
información en medios digitales o en línea,
accesible a través de la computadora
personal o de
dispositivos como "palmtops" o "e-readers", ha dado lugar a un
nuevo escenario para su acceso, distribución e
impresión. Y debido al perfeccionamiento continuo de las
tecnologías que lo soportan, este escenario ganará
gradualmente fuerza a nivel
mundial, aunque con un ritmo que no está claramente
definido y que no será igual en las distintas regiones del
mundo.
En el caso de los libros de consumo o interés
general, la presencia de títulos en formato
electrónico, puede considerarse en cierta forma como una
ampliación del mercado del libro. La disponibilidad de
esta clase de libros, amplía la utilidad del
material publicable, de dos maneras: facilitando su compra y
disminuyendo el precio de
venta.
Aunque a simple vista el libro parece un bien
fácil de adquirir, en realidad su consecución puede
estar limitada drásticamente por la disponibilidad en
librerías y las limitaciones de los sistemas de despacho y
almacenamiento.
Parte de la experiencia ganada por la empresa
Amazon.com al crear un catálogo digital para los libros
impresos, muestra que mejorar la accesibilidad a los libros es de
por sí una enorme ganancia. Con el libro en formato
electrónico los títulos son permanentemente
accesibles, desde cualquier dispositivo en
línea.
El precio de venta del libro
impreso incluye, como es lógico, el costo del papel y de
su producción, almacenamiento y
distribución (que puede representar entre 10 % y 15 % del
total), así como el de cierta proporción de libros
no vendidos. Al eliminarse estos procesos los editores no
tendrán que recuperar esos costos, pudiendo trasladar este
ahorro a los
consumidores.
Aún así el lector requiere de un
dispositivo electrónico para tener acceso al texto y esta
clase de equipos, conocidos de manera genérica como
"e-readers", cuesta actualmente cerca de 200 dólares y
puede alcanzar los 700 dólares en los modelos a
color. Algunos
analistas consideran que se requiere leer cerca de 100
títulos en formato electrónico para cubrir este
costo, antes de que la adquisición del libro en formato
electrónico represente una economía, al nivel de
precios actuales. Esta verdadera barrera está tratando de
eliminarse, desarrollando dispositivos que puedan venderse a un
precio promedio de 50 dólares y, también, adaptando
los formatos de la información para que pueda ser
leída en dispositivos como los organizadores digitales,
que no son adquiridos con el fin primordial de leer
libros.
En el caso de los libros de texto y particularmente de
los títulos y la información dirigida a los medios
universitarios (para estudiantes, profesores e investigadores),
la disponibilidad de material de enseñanza en formato digital, constituye
una amenaza directa y próxima. En estos ambientes la
disponibilidad de computadoras
personales, conexión a Internet y otros dispositivos
electrónicos, es mucho mayor que en el resto de la
población y esto ocurre tanto en los
países industrializados como en los mayores países
de América Latina.
Aunque los textos de enseñanza en formato
electrónico no sustituirán totalmente el material
impreso, podrán disminuir el número de textos
impresos por estudiante universitario en plazos relativamente
cortos, de tres a cinco años, particularmente en Estados Unidos.
La situación en los países latinoamericanos se
desarrollará a otro ritmo y aunque la amenaza pueda no ser
tan cercana, los impresores de libros deben estar atentos a esta
tendencia, que por otro lado genera nuevos servicios que pueden
atender en la medida en que se familiaricen con los procesos
propios de la información digitalizada.
Del mismo modo que el libro electrónico, la
impresión por demanda es ya una realidad
tecnológica. Actualmente este modelo de
negocios se
centra en la producción de libros en pequeñas
tiradas y en la reimpresión de títulos agotados y
no representa en este sentido ninguna amenaza, especialmente para
los grandes impresores de libros.
Sin embargo, en Estados Unidos y Europa se
experimenta con algunas tecnologías para la
impresión del libro completo en la librería o punto
de venta, que permitirían poner a disposición del
lector catálogos enormes de publicaciones, impresas a su
solicitud y en breve tiempo, sin
necesidad alguna del impresor tradicional. El proceso de la
impresión pasa aquí a manos del distribuidor o del
libro y se requiere de soluciones
tecnológicas que incluyen programas de
flujo de trabajo, servidores e
impresoras de
blanco y negro y color y
encuadernadoras flexibles para producción de bajas
cantidades.
Es importante canalizar las eventuales oportunidades de
nuevos servicios asociadas a su desarrollo como la
digitalización de títulos y la impresión por
demanda. En este caso debe evitarse tanto la actitud de
"aquí no pasa nada", como la de sentirse derrotado de
antemano por mensajes como el de que "los libros tradicionales
tienen sus días contados", que aún se sostienen con
ligereza en algunos medios. La clave de todo está en no
apegarse a ninguna tecnología, nueva o vieja, sino en
escuchar la voz del cliente y
desarrollar procesos que constituyan una respuesta a sus
necesidades, sin ignorar el Internet, la publicación
electrónica, las nuevas demandas del
mercado educativo y de la edición de libros en
general.
HECHOS QUE AFECTARON AL SECTOR GRÁFICO
DURANTE EL PERIODO BAJO ANALISIS
Año 1996
A partir del mes de marzo, la industria gráfica
experimentó notoria flojedad asociada a la marcada
disminución de la actividad económica global,
industrial y comercial en particular, a partir de la crisis
financiera, en un contexto de caída del poder de
compra salarial y el alto nivel de desempleo. Dicho
comportamiento
abarcó tanto a las imprentas como a las editoriales de
diarios y revistas.
El sector se reequipó incorporando maquinaria de
última tecnología, aprovechando los bajos precios
derivados de la recesión mundial.
Entre 1991 y 1994 la inversión en bienes de
capital fue de 400 millones de dólares.
Año 1997
La industria gráfica creció
significativamente. El crecimiento fue sostenido por la
expansión de la televisión
por cable y el establecimiento de supermercados. En menor medida,
por la impresión de guías telefónicas,
valores, formularios
continuos y juegos de
azar, en un contexto donde permanecieron relativamente estables
las tiradas de diarios (aumento del paginado), revistas y libros
en general.
Año 1998
La industria gráfica creció
sostenidamente, apoyada por los mismos rubros que se expandieron
el año anterior.
En cuanto a los libros, se editan anualmente 10000
nuevos títulos por año, más las
reimpresiones, constituyendo un mercado de 400 millones de
dólares anuales.
Año 1999
Hubo una disminución de la actividad debido a la
contracción de suscriptores de Televisión
por cable, a la larga reducción de la circulación
de diarios y a la baja del paginado, a raíz de la
caída de la publicidad
gráfica, en particular de avisos clasificados.
El mercado de libros de texto presentó muy buenas
perspectivas. La reforma educativa, que extendió a 2
años más el ciclo primario, fue la promesa de
motorizar la expansión en un 10 % anual, por el mayor
caudal de alumnos.
Lideraron el sector empresas españolas,
colombianas y de fondos de inversión que competían
en un mercado de 90 millones de dólares anuales, de los
cuales los 5 primeros son: Santillana, Kapelusz, Aique, Estrada,
AZ. Dichas empresas captan el 55 % del total.
Las editoriales invirtieron entre el 15 % y el 30 % de
sus ventas para que los maestros conozcan sus
propuestas.
La producción del sector durante este año
tendió a registrar signo negativo para el conjunto de
países o, al menos, una situación de
producción estable con respecto a 1998.
Existen marcadas diferencias entre los diversos
países, de acuerdo con la evolución de sus
economías durante 1999. La zona más afectada por la
crisis
económica es América del Sur, pues casi la
totalidad de los países registró crecimiento
negativo de sus economías durante el año. En
especial, la más fuerte disminución en la actividad
de la industria se registró en Brasil, Colombia, Chile,
Ecuador y
Venezuela.
Además, la desvalorización de los signos monetarios
de esta zona de América Latina tuvo un impacto notable en
términos de la valoración de la producción
gráfica en dólares. Adicionalmente, los
fenómenos de devaluación afectaron de manera negativa
las estructuras de
costos al encarecer los bienes importados, si bien generó
repuntes en los valores
exportados por los países de la zona que recuperaron
competitividad
por la vía cambiaria.
Además, los flujos de comercio de exportación se dan principalmente entre los
países de la zona, y si bien no han disminuido
drásticamente, si se han visto afectados por la
caída de la demanda, con un crecimiento que para 1999 fue
notoriamente inferior al de los años precedentes. A esta
situación escapa particularmente México, dado que
la mayor porción de sus exportaciones va
dirigida hacia Norteamérica.
Por el lado de las importaciones, se redujeron
considerablemente en este año, dada la situación de
demanda en los países de la región y el
encarecimiento de las mismas por la devaluación
monetaria.
Los temas que más afectan el comportamiento del
sector durante el presente año son los
siguientes:
- restricciones de demanda
- alta competencia interna (gran número de
concurrentes) - excesiva capacidad instalada
- tendencia decreciente en los niveles de rentabilidad
de la actividad - dificultades en la recuperación de
cartera.
Para 1999, no se esperaban crecimientos desmesurados en
el intercambio comercial de impresos dada la situación
regional, pero es claro que tampoco se registró una
disminución del mismo, dadas las favorables tasas de
cambio que han apoyado al sector exportador de algunos
países de la región.
Año 2000
Etapa de recesión. La edición de libros se
contrajo un 7,6%, según lo informado por la cámara
del libro. Como consecuencia de la pérdida de clientes y
de los altos costos domésticos, se redujo la cantidad de
empresas.
La impresión en el exterior atrajo a las firmas
por su menor costo relativo.
Pequeños y medianos comerciantes se reunieron en
agrupaciones para tener mejores condiciones y poder competir
con las grandes cadenas.
La situación al concluir el primer año del
nuevo gobierno fue la
siguiente: para la mayoría de las empresas gráficas
del país, éste debe de haber sido el peor
año desde el punto de vista de la rentabilidad,
del estiramiento o corte de las cadenas de pagos, baja del nivel
de actividad. La consecuencia fue una cantidad inédita de
empresas concursadas, algunas muy prestigiosas y con muchos
años de antigüedad y, en su momento, muy
exitosas.
Los motivos de una situación semejante
están en la situación que atraviesa toda la
actividad económica del país, y en especial las
pequeñas y medianas industrias, las
cuales tienen que competir no sólo a nivel local, con
empresas que se han equipado para una demanda mucho mayor que la
actual, si no a nivel internacional con reglas de juego que, en
muchos casos, perjudican ostensiblemente a los industriales
locales.
Debido a la restricción presupuestaria que tienen
todos los organismos del Estado, se ha
notado también una disminución manifiesta de
pedidos de impresos a los talleres gráficos, con la grave
consecuencia de que muchos han desaparecido o están en
situación muy comprometida.
Las empresas gráficas debieron soportar una serie
de costos sumamente rígidos, imposibles de amortiguar,
como en el caso del papel sometido a los vaivenes de los precios
internacionales, los que últimamente fueron en aumento y
existe escasa posibilidad de trasladar ese incremento a los
clientes, sobre todo aquellos con precios contratados o
licitados. Es de destacar que, en el año 2000, la
influencia del papel sobre los costos promedio queda reducido a
un monto extremadamente peligroso, ya que con el mismo se debe
atender los demás costos operativos y los márgenes
de contribución para absorber los costos indirectos,
así como las amortizaciones.
Respecto a los costos laborales, se mantienen una serie
de normas
rígidas, sobre todo en lo que concierne a las horas
extras, muchas veces necesarias para cumplimentar cierto tipo de
pedidos de carácter
masivo en las que una planta gráfica está obligada
a trabajar los sábados y domingos, sin posibilidad de
traslado a los precios.
Otro aspecto importante a tomar en consideración,
es el de la presencia en el país de las empresas
gráficas más importantes del mundo, atraídas
por el incremento de la actividad en los primeros años del
último decenio. Por otra parte, la consolidación
del acuerdo MERCOSUR trajo mejores perspectivas de ventas dadas
las ventajas competitivas que tuvo el país en ciertos
momentos con relación a Brasil.
El gran incremento del parque de máquinas y la
reducción paulatina de la demanda esperada, sobre todo por
la presencia de los grandes hipermercados, los centros
comerciales y grandes cadenas de venta de
electrodomésticos, son todos factores que fueron mermando
la expansión y los pedidos de impresos, lo cual
provocó que se iniciara una verdadera guerra de
precios que dio como resultado una notoria reducción del
nivel de la rentabilidad de los negocios.
INFORMACIÓN PREVIA AL ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LA
EMPRESA
Los Estados Contables son informes
preparados para su suministro a terceros, pero también son
empleados por los administradores del ente que los emite.
Contienen datos surgidos
del sistema
contable.
El ente emisor de los estados contables es normalmente
una persona
jurídica.
En el caso de grupos económicos, lo más
adecuado sería la presentación de Estados
Consolidados.
Para definir el contenido y la forma de los estados
contables, debería considerarse principalmente el punto de
vista de los accionistas, proveedores, otros acreedores; etc., ya
que la información que ellos necesitan, satisface las
necesidades de los otros interesados en tales estados.
La información debe referirse a:
- La situación patrimonial a la fecha de los
Estados Contables, descripta de modo que pueda ponderarse la
solvencia de su emisor. - La evolución del patrimonio
del ente durante el período cubierto por los Estados
Contables, incluyendo un resumen de las causas del resultado
asignable a dicho período. - La evolución de la situación financiera
del ente por el mismo período, expuesta de un modo que
permita conocer el resultado de las actividades de
inversión y financiación llevadas a
cabo. - Otros hechos que ayuden a evaluar los montos,
momentos e incertidumbres de los futuros pagos que los
inversores y acreedores recibirán en concepto de
dividendos o intereses o por la venta de sus acciones o
inversiones. - Explicaciones e interpretaciones de los
administradores que ayuden a la mejor comprensión de la
información provista.
Los Estados contables analizados corresponden
a:
- Ejercicio Económico Nº 3, cerrado el 31
de diciembre de 1996. - Ejercicio Económico Nº 4, cerrado el 31
de diciembre de 1997. - Ejercicio Económico Nº 5, cerrado el 31
de diciembre de 1998. - Ejercicio Económico Nº 6, cerrado el 31
de diciembre de 1999. - Ejercicio Económico Nº 7, cerrado el 31
de diciembre de 2000.
Dichos estados fueron auditados por un profesional
independiente, cuyos dictámenes resultaron favorables,
dado que los mismos representan en todos sus aspectos
significativos la situación patrimonial de la sociedad, de
acuerdo con las normas contables profesionales
vigentes.
Respecto de la base sobre la cual se prepararon los
Estados Contables, cabe aclarar que se siguieron los métodos de
ajuste establecidos por la Resolución Técnica
Nº 6 de la FACPCE, discontinuándose el ajuste a
partir del 01/09/95 de acuerdo con lo dispuesto por el Decreto
316/95 y Resolución 08/95 de la IGJ, no produciendo a
criterio del auditor, efectos significativos en la
situación patrimonial y en los resultados de la sociedad.
Para posibilitar la comparabilidad de los Estados de
Situación Patrimonial y de Resultados empleados en el
análisis, hemos reexpresado las cifras en
moneda del 31 de diciembre de 2000, aplicando el IPIM
(índice de precios internos al por mayor), nivel general,
base 1993=100, provisto por el INDEC (Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos). El cuadro que sigue
a continuación, detalla los coeficientes
aplicados:
Indice de precios internos al por mayor
(IPIM)
Base 1993=100
Nivel general
DICIEMBRE | INDICE | COEFICIENTE |
1996 | 109,95 | 0,962528422 |
1997 | 108,94 | 0,971452176 |
1998 | 102,12 | 1,036329808 |
1999 | 103,35 | 1,02399613 |
2000 | 105,83 | 1 |
A los efectos de realizar el análisis de los
Estados Contables de XXX S.A., se han aplicado las herramientas
convencionales de análisis, dividiendo la tarea en los
siguientes bloques:
- Análisis de la Estructura
Patrimonial - Análisis del Capital de Trabajo
- Análisis de la Rentabilidad
Página siguiente |