1.
Introducción
2.
Antecedentes
4. Geografía
migratoria
5. Legislación estadounidense en materia
de inmigración
6.
Migrantes mexicanos en Estados Unidos
7.
Remesas
8. México y
los efectos sociodemográficos de la
migración
9. Estados Unidos y
los efectos de la migración
10. Posturas
nacionales con respecto a la migración
11. Perspectivas
futuras de la migración de mexicanos a Estados
Unidos
12. Consideraciones
finales
13.
Glosario
14.
Bibliografía
La migración
de México a
Estados Unidos
es una historia llena
de esfuerzos por regular el flujo hacia el norte. Uno de los
rasgos más sobresalientes entre México y Estados
Unidos es que comparten una de las fronteras terrestres
más largas entre dos países y, al mismo tiempo, existen
grandes disparidades entre sus niveles de ingreso.
En el transcurso del tiempo, cuando ha habido escasez de
mano de obra como resultado de la guerra o de
otros factores, el reclutamiento
unilateral y acuerdos bilaterales han dado como resultado
movimientos en gran escala de
trabajadores mexicanos a Estados Unidos. Cuando los trabajadores
estadounidenses han mostrado preocupación al ver
amenazados sus puestos, esto ha provocado que los migrantes
tengan dificultades para emplearse. Ha habido una
repatriación en gran escala, algunas veces por la
acción del gobierno de
Estados Unidos y, generalmente, con ayuda del gobierno mexicano a
los repatriados.
En las últimas tres décadas, la
migración no autorizada entre los dos países ha
tendido a dominar la agenda política sobre la
migración de México aEstados Unidos. Durante gran
parte del periodo de 1975 a 1986, las autoridades estadounidenses
debatieron cuál sería el mejor método
para reducir la migración no autorizada. En 1986, el
Congreso aprobó la Ley para la
Reforma y el Control de la
Inmigración (IRCA por sus siglas en
inglés)
que adoptó una variación de las propuestas hechas
por la Comisión Selecta sobre Políticas
de Inmigración y Refugiados, creada por el Congreso,
incluyendo sanciones al empleador y legalizaciones en masa.
Debido a que el mayor grupo nacional
en la población migrante no autorizada era de
México, se consideró que ambas disposiciones
tendrían un gran efecto en los mexicanos.
La IRCA tuvo importantes consecuencias, previstas e
imprevistas, para la migración de México a Estados
Unidos. El tamaño de la población mexicana en
Estados Unidos aumentó notablemente durante los
últimos años de la década de 1980 y los
primeros de la década de 1990 debido a las disposiciones
de legalización de la IRCA. A Partir de 1987,
aproximadamente 1.7 millones de migrantes no autorizados que
habían llegado hacía tiempo y 1.3 millones
adicionales de trabajadores agrícolas especiales (SAW por
sus siglas en inglés) solicitaron su legalización
bajo las disposiciones de amnistía de la IRCA. La mayor
parte de estas personas ya habían estado en
Estados Unidos, y durante la década de 1990 sus familiares
más cercanos empezaron a obtener status legal en
número considerable. El Servicio de
Inmigración y
Naturalización (INS) informa que cerca de 1.6
millones de mexicanos fueron admitidos como residentes legales de
Estados Unidos entre 1981 y 1990; adicionalmente 1.5 millones
fueron admitidos en los años fiscales de 1991- 1995. A
partir de 1995, el número de migrantes mexicanos que se
naturalizaron también aumentó de manera
considerable, debido, por lo menos en parte, a que aquellos que
legalizaban su condición bajo la IRCA pasaban a ser
elegibles para la naturalización.
Las continuas entradas no autorizadas, no sólo de
mexicanos sino también de otras nacionalidades, llevaron a
la aprobación de la Ley de Reforma de la
Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA por sus
siglas en inglés) de 1996. Basándose, en parte, en
las disposiciones de la IRCA, la nueva ley aumentó los
controles fronterizos, ordenó nuevos programas piloto
para probar formas más seguras de verificación del
empleo,
aclaró la "elegibilidad" para los programas de
prestación de beneficios públicos, volvió
inadmisibles como migrantes autorizados por periodos de 3 a 10
años a aquellos que fueran detectados como migrantes
previos no autorizados y, estableció cambios extensos en
las disposiciones para el traslado de los migrantes no
autorizados. Junto con otras dos nuevas leyes: la Ley
Antiterrorismo y para la Pena de Muerte
Efectiva de 1996 (ADEPA) y la Ley de Conciliación de la
Responsabilidad Personal y la
Oportunidad de Trabajo de 1996 (Welfare Reform Act) o ley de
reforma al bienestar social, la IIRIRA representa una nueva fase
en las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos sobre
asuntos migratorios.
En las últimas tres décadas también
hubo diferentes medidas por parte de México. Algunas de
ellas fueron internas, como el Programa de
Maquiladoras que se propuso absorber a la mano de obra que
regresaba del programa Bracero. Sin embargo, la mayor parte de
las medidas se orientaron a reforzar y ampliar la
protección consular a los mexicanos en Estados Unidos.
Incluso durante la segunda mitad de la década de 1990, se
han abierto más oficinas consulares mexicanas en Estados
Unidos, se logró que consulados móviles llegaran
hasta los mexicanos que se encontraban fuera de las grandes
ciudades, y se ha dedicado más personal a la
protección de nacionales mexicanos. Los funcionarios
consulares aumentaron sus visitas a los lugares de trabajo y a
los centros de detención de migrantes en Estados Unidos.
Igualmente, los hospitales y las cárceles se incluyeron
visitas periódicas. Estas visitas ofrecían una
oportunidad a los funcionarios consulares para asistir a los
migrantes en sus relaciones con las autoridades y nacionales
estadounidenses, asesorándolos sobre las leyes de Estados
Unidos, ayudándolos a recuperar salarios que no
habían sido pagados, y facilitando a los migrantes a
establecer contacto con sus familiares en México o en
Estados Unidos.
A pesar de la continuidad que se refleja en esas
iniciativas legislativas y estas políticas de
protección, el contexto general para abordar los asuntos
de la migración entre los dos países, ha cambiado
notoriamente.
Hasta antes del 11 de septiembre de 2001, los dos
gobiernos se mostraban dispuestos, como nunca, a trabajar juntos
para enfrentar problemas
comunes. Los grupos de trabajo
binacionales se reunían periódicamente para
coordinar y cooperar en asuntos que van desde el fortalecimiento
del cruce de la frontera, a iniciativas contra el contrabando de
personas. Por lo anterior, la presente investigación tiene por objetivo
identificar las características más importantes
acerca de la emigración de mexicanos a Estados Unidos.
Para ello, se desarrollará, en primer lugar, un apartado
que contenga los antecedentes más importantes de la
migración hacia Estados Unidos, provenientes de todo el
mundo, específicamente de México. Enseguida, se
determinarán cuales son las causas que originan la
migración mexicana a Estados Unidos. De esta manera, se
podrán identificar los estados de la República
Mexicana que expulsan migrantes, así como las formas de
entrada hacia EE.UU., y los lugares de destino. Posteriormente,
se explicará la legislación estadounidense en
materia de
inmigración, especialmente desde 1986 hasta la nueva
legislación, a partir de los acontecimientos del 11 de
septiembre de 2001. También se mencionarán las
características de los migrantes mexicanos en Estados
Unidos, así como sus logros en materia de
protección de sus derechos. En cuanto al
aspecto social, se estudiarán los efectos
sociodemográficos que tiene la migración en
México. Por último, se analizarán las
posturas nacionales con respecto a este fenómeno,
así como las perspectivas futuras de la migración
de mexicanos a Estados Unidos.
Evolución del flujo de inmigrantes a Estados
Unidos
Estados Unidos de Norteamérica es un claro
ejemplo de las alteraciones producidas por el movimiento
migratorio. Entre 1790 y 1950, Estados Unidos recibió
cerca de 40.000.000 de extranjeros. Asimismo, el ritmo de
crecimiento natural de la nación
era notablemente elevado, si bien el índice de natalidad
no dejó de disminuir: 5% en 1800, 3.5% en 1880 y 2.6% en
1920. Estos cambios se debían al aumento de las ciudades,
en las que la fecundidad era inferior a la del campo. Como
contrapeso, la duración de la vida media aumentaba. En
todo caso, los índices de crecimiento natural y, por
supuesto, de inmigración eran superiores a los europeos.
Ambos factores hicieron surgir una nueva potencia
demográfica (4.000.000 de habitantes en 1790, más
de 50 en 1880 y 100 en 1918). A pesar de este importante aumento,
la densidad de
población permaneció relativamente baja debido a la
amplitud de territorios constantemente en progreso con la
incorporación de nuevas tierras hacia el Oeste. Las
migraciones interiores hacia el Oeste se vieron favorecidas por
el establecimiento de los ferrocarriles transcontinentales y por
la ley que regulaba la concesión de tierras. Paralelamente
al ferrocarril, los colonos se establecieron a lo largo de los
itinerarios creando Estados nuevos: Nevada, Montana, Arizona,
Kansas, Wyoming, Nebraska, etc. También se colonizaron
Texas y California. De este modo, se construían y se
diferenciaban grupos humanos cuyas características
subsisten todavía, pero cuyo origen y relaciones,
favorecidos por las nuevas comunicaciones, permitían a la
Federación mantener su unidad a pesar del espacio y de la
inmigración. La inmigración se produjo de manera
especial entre 1860 y 1913 (más de 26.000.000 de
inmigrantes). Durante este periodo, se asistió a cambios
significativos en cuanto a la procedencia. Así, hasta
1880, los europeos que se asentaron en Estados Unidos eran en su
mayoría originarios de los países del Noroeste de
Europa. A partir
de esta fecha, aumentó la incorporación de eslavos
y latinos, sin olvidar el ritmo creciente de los pueblos
asiáticos. Esta nueva procedencia planteó problemas
de adaptación, lo que provocó, desde la Primera Guerra
Mundial, que se limitara el contingente eslavo-latino en
beneficio de los nórdicos. Estas circunstancias y las
peculiaridades de Estados Unidos, hicieron que afloraran
problemas con relación a los respectivos núcleos de
población. El problema principal, más grave y de
mayor entidad hasta la actualidad, era y es, especialmente en el
área sur, el creado por la población de color (el 92,1 %
de los negros del país, en 1850, habitaba en esos Estados;
en 1900 era todavía el 89,7 %). En la primera mitad del
siglo XIX, la mayoría eran esclavos; después de la
abolición, su condición social no mejoró
mucho.
Los negros tomaron conciencia de
pertenecer a América, pero no por ello pasaron a ser
verdaderos ciudadanos. El desprecio anglosajón se
manifestó desde la segregación (escuelas,
transportes, viviendas, etc.) hasta el linchamiento. A pesar de
contar con una mayor tasa de natalidad, decreció la
proporción de negros en relación al total de la
población: 15,7 % (3,6 millones) en 1850, 11,6% (8,7
millones) en 1900. Esta aparente contradicción se
debió a que apenas si hubo emigrantes de raza negra y un
índice de mortalidad mayor: en 1900, un 1.8% para los
blancos y un 2.8% para los negros. La segunda raza con
dificultades era la amarilla. En 1892 se había prohibido
la emigración de chinos. El progreso del "problema
amarillo", especialmente notorio en la zona costera
estadounidense del Pacífico, entre 1871 y 1878, fue
demasiado rápido y provocó la caída de
salarios, al conformarse con sueldos bajos. Pese a las trabas,
los japoneses siguieron emigrando a EE.UU. hasta 1907, año
en que se frenó la emigración.
Además de las motivaciones económicas y
laborales, existe un motivo racial en el rechazo de la
población amarilla por parte de los blancos, solucionado
de momento con las cuotas establecidas por el gobierno y el
nacimiento de barrios separados. Por último, por lo que
respecta a la población autóctona, en 1890
había aproximadamente 240.000 indios, es decir, menos de
la mitad que los que había a la llegada de los blancos.
Este retroceso se explica por una eliminación
sistemática, aunque muy variada en cuanto a los medios
utilizados. Un proverbio indio compendia las causas de este
proceso de
destrucción: "El hombre
blanco, el whisky, la viruela, la pólvora y las balas, la
exterminación". La realidad es que para evitar que
ocuparan demasiado espacio se les molestó, se les redujo a
la esclavitud y se
les expulsó. Los cheroquis, por ejemplo, fueron obligados
a un éxodo de más de 1.000 kilómetros que
fueron jalonando de cadáveres. Quedaron algunas reservas,
pero fueron cada vez más escasas y reducidas.
Antecedentes de la migración de mexicanos a
Estados Unidos
El reclutamiento de trabajadores mexicanos empezó a fines
del siglo pasado, se incrementó durante la primera
Guerra Mundial
y toda la década de los veintes, después hubo una
baja y se volvió a incrementar durante la segunda Guerra
Mundial. Una de las causas que dieron origen a la
emigración mexicana hacia los Estados Unidos fue el caso
de algunos grupos mexicanos residentes en la frontera quienes
pasaron a formar parte de Estados Unidos.
Esto ocurrió por medio de rebelión (en
Texas), después de una guerra entre México y
Estados Unidos (Texas y Nuevo México), y por
adquisición (Arizona y Nuevo México). En el
período transcurrido entre la batalla de San Jacinto en
1836 y la compra Gadsden en 1853, Estados Unidos adquirió
los actuales estados de Texas y Nuevo México y parte de
Colorado, Arizona, Utah, Nevada y California.
La población mexicana en Estados Unidos de
Norteamérica se ha ido conformando a partir de este
núcleo inicial, que habitaba los territorios incorporados,
y de los emigrantes provenientes de México, que en
distintos períodos han venido estableciéndose como
ciudadanos norteamericanos. Esto asentó las bases de la
migración mexicana en mayor escala en el siglo XX. En este
siglo, esta frontera ha influido profundamente en la vida de los
mexicanos, la cercanía y el fácil acceso a Estados
Unidos hizo que una gran cantidad de emigrantes presionara
constante y amenazadoramente sobre los logros económicos
de los mexicanos ya radicados en este país. Junto a lo
anterior, la caótica condición de las zonas
fronterizas, impidió todo control gubernamental de los
movimientos de población entre los dos países, el
control formal de este tráfico humano se inició en
1886, no fue sino hasta 1907 cuando se estableció una
forma definitiva de control. En 1919 únicamente 151
inspectores vigilaban toda la frontera. Antes de 1910 es
estadísticamente imposible analizar a los inmigrantes
mexicanos. Sabemos que después de 1848, tuvo lugar un
importante movimiento, al tomar parte miles de mexicanos en la
fiebre del oro de California.
Durante los años 1907 y 1908, los ferrocarriles
mexicanos unieron el interior de México con las ciudades
fronterizas. En esta forma se facilitó mucho la
migración. Uno de los primeros estudios sobre este tema
fue el realizado por el Dr. Manuel Gamio en 1926-1927, a
petición del Social Research Council. Para Gamio la
inmigración a los Estados Unidos es fundamentalmente un
fenómeno económico, resultado lógico de un
aumento de la demanda de
trabajo de un país y una reserva disponible de
trabajadores en el otro. Con gran precisión establece las
causas determinantes que llevan a los mexicanos a emigrar: las
malas condiciones de vida, los bajos salarios y el desempleo en
México. Casi todos los inmigrantes eran trabajadores
agrícolas y peones endeudados, según la costumbre
que todavía prevalecía en México y obligaba
a la gente a permanecer en el país. Fue durante la
Revolución, después del año
de 1910, al abolirse este sistema, cuando
se inició un sustancial movimiento de personas hacia
Estados Unidos. De 1910 a 1919, aumentó en los estados
fronterizos la necesidad de mano de obra. Se había
excluido a los chinos en 1882 y a los japoneses en 1907, y al
principiar la primera guerra mundial disminuyó la entrada
de migrantes europeos a los Estados Unidos.
La Primera Guerra Mundial aumentó la demanda y
los precios de
productos
agrícolas y mineros, provenientes de los estados
fronterizos. En 1917 se promulgaron varios reglamentos para
permitir la entrada temporal a trabajadores agrícolas,
trabajadores de mantenimiento
de vías o caminos y mineros. Sin embargo en 1919, un
informe
mostró que las dos terceras partes de estos obreros
permanecieron en el país.
Esta primera ola de migración efectuada de 1910 a
1920 fue únicamente el principio; la siguiente
década vio la llegada de migrantes mexicanos en grandes
números. A los años florecientes de la economía
estadounidense siguieron otros muy distintos: Sobrevienen los
años angustiosos de la depresión.
Los primeros en sentir los rigores del desempleo y la miseria
fueron sin duda las grandes masas de desempleados pertenecientes
a las minorías raciales y nacionales, doblemente
explotadas por el sistema. Millones de negros,
puertorriqueños y mexicanos se encontraban ante el
problema de sobrevivir en un país racista. Para los
mexicanos, la solución no se hace esperar. El gobierno de
Estados Unidos pensó que la mejor manera de ayudar a los
desocupados mexicanos, era deshaciéndose de ellos, se
inicia entonces la famosa "Operación Deportación".
Emigrantes legales e ilegales, trabajadores temporales,
residentes permanentes y ciudadanos norteamericanos de origen
mexicano, fueron expulsados del país como delincuentes. A
muchos se les aplicó un nuevo método para forzar la
salida voluntaria: Se les suspendían los pagos de ayuda
gubernamental y obligados por el hambre, salían hacia
México.
Unos años más tarde, las emergencias
debidas a la escasez de mano de obra durante los primeros
años de la Segunda Guerra
Mundial, hicieron que los mexicanos fueran nuevamente
bienvenidos. Subió la emigración ligeramente pero
en forma continua, y de nuevo se empezó activamente a
reclutar trabajadores, esta vez por medio del famoso programa de
trabajo bajo contrato
(Contract Labor), denominado de Braceros. Durante algún
tiempo después de la guerra, se suspendieron estas
actividades, pero los empresarios agrícolas, lograron
reunir fuertes argumentos para reanudar el programa de braceros,
esta vez bajo el pretexto de la Guerra de Corea.
Para el trabajador mexicano, las formalidades requeridas
para conseguir entrada legal eran caras e inciertas; en muchos
casos penetrar ilegalmente era más rápido y barato.
A los agricultores, les convenía contratar a los ilegales
porque en esta forma, se ahorraban mucho trabajo administrativo y
honorarios altos. El programa de braceros terminó a
finales de 1964.
Tabla 1
Principales periodos históricos en la migración de
México a Estados Unidos
Periodo | Situación |
1870 – 1890 | Reclutamiento de trabajadores mexicanos por |
1891 – 1917 | La leyes de Estados Unidos restringen la entrada |
1920s | Establecimiento de la Patrulla Fronteriza; la |
1929 – 1933 | Repatriación de mexicanos durante la |
1940 – 1946 | Segunda Guerra Mundial; empieza el programa |
1951 – 1952 | En la tercera renovación del programa delito grave importar "extranjeros ilegales" pero |
1954 | Las negociaciones para un nuevo acuerdo Bracero se |
1964 | Termina el programa Bracero; |
1980s | La Ley de Reforma y Control de la |
1990s | El diálogo bilateral sobre |
Fuente: Estudio Binacional México / Estados
Unidos sobre Migración, 1997.
3. Causas de la
migración Mexicana a EE.UU.
La problemática del empleo -empleo productivo que
permita satisfacer las necesidades básicas de la vida
moderna-, no es exclusiva del sector agropecuario sino que afecta
a la totalidad de la economía. El sector industrial no
ofrece oportunidades de empleo suficientes para los
requerimientos de la población (fuerza de
trabajo), situación que parte del sector agrícola o
de los sectores con tecnología atrasada.
El aparato productivo, se ve altamente restringido en su
capacidad de empleador, dada la estructura de
una demanda fuertemente concentrada y dadas las
tecnologías que se utilizan para satisfacerla. Esta
sub-utilización de fuerza de trabajo, tanto en el
ámbito rural como en el urbano, es donde se debe buscar la
presión
más esencial y última de emigrar a Estados
Unidos.
El modelo de
desarrollo
seguido por México ha tenido como objetivo el crecimiento
y la modernización, en el supuesto de que ello
sería la solución de otros problemas. Este proceso
se ha visto dominado principalmente por patrones de sociedades
avanzadas e industrializadas y por el uso de tecnologías
desarrolladas gracias al gran capital de
éstos. Por lo que estas estructuras de
consumo y de
producción conducen a una situación
generalizada de desequilibrio a nivel de factores productivos que
se traduce en una sub-utilización de la fuerza de trabajo.
Son estas las condiciones que conducen a la salida de mexicanos
al exterior. La migración es vista así como
resultante final y lógico de la problemática del
empleo derivada del proceso mismo de desarrollo del
país.
El problema básico del fenómeno migratorio
contemporáneo radica en que mientras existen fuerzas
internas y del sistema internacional, que inducen a emigrar de la
periferia a los centros del sistema, las puertas se están
cerrando y no hay a donde ir.
La Europa del siglo XIX e inicios del XX fue una gran
expulsora de población conforme la Revolución
Industrial extendía su influencia y terminaba por
afianzarse en su camino del Norte hacia el Sur y del Oeste hacia
el Este. El continente americano fue la principal región
de destino de millones de europeos. Ciertamente el mundo de fines
del siglo XX no es el mismo que el de fines del siglo XIX. El
punto que se quiere destacar es que se tiende a olvidar que la
emigración está asociada directa o indirectamente,
al conjunto de procesos y
flujos que se han dado con la expansión del sistema
capitalista internacional y al sostenimiento de una
posición restrictiva en cuanto a la movilidad de la fuerza
de trabajo y una libertad
irrestricta para el capital y las mercancías.
Las explicaciones más generalizadas y difundidas
de la migración de mexicanos a Estados Unidos en lo que a
las condiciones de México se refiere, suelen asociar este
fenómeno a las realidades y circunstancias del
México rural y agrario o bien a aquellos aspectos que
hablan de un México tradicionalmente atrasado o no
desarrollado. Sin embargo existen nuevas propuestas, como la de
que el éxodo actual de mexicanos al país vecino se
contempla ligado al proceso de desarrollo del país. La
liberación del peón de los lazos que lo
retenían en las haciendas se inició con la
revolución de 1910 y se continuó con las acciones de
reparto agrario que siguieron y fueron definitivas durante el
régimen Cardenista. Lo que surgió de estas nuevas
condiciones dio como resultado movilidad e incorporación
de la mano de obra rural, a un mercado nacional
de fuerza de trabajo. Sobre este fondo la presión
demográfica, la incorporación al mercado y sus
efectos se consideran elementos que proletarizaron y marginaron
al subempleo a amplios segmentos de la población rural. La
estrategia de
modernización que se implementó en México
después de la Segunda Guerra Mundial desarraigó a
una parte importante de la población del país y las
separó de los medios tradicionales para satisfacer sus
necesidades básicas, sin proporcionarle a la vez los
mecanismos institucionales para garantizar por lo menos un
mínimo de seguridad
económica dentro del nuevo orden.
Las altas metas de producción y mano de obra de
Estados Unidos propician en el trabajador mexicano la inquietud
de emigrar para buscar mejores fuentes de
empleo, que no encuentra en su país.
Ese elevado nivel de consumo en la producción
industrial, debe traer consigo, no sólo dólares,
sino una vida nacional mejor en todos los órdenes y entre
todos los grupos de la economía, lo cual incluye al
empleado mexicano, que también sale con una ganancia, ya
que el salario que se
les ofrecería sería menor que el de los
estadounidenses pero mayor al planteado por el gobierno mexicano.
Asimismo, esta mejor vida nacional de los Estados Unidos
sería atrayente, ya que el inmigrante contaría con
mejores lugares para su supervivencia. En Estados Unidos, como en
todos los países también hay crisis; en
1974 se da una de sus más fuertes crisis, ya que es cuando
el país tiene una gran disminución de la inversión, baja producción, su
población económicamente activa se encuentra en
paro total. Para la economía capitalista, lo más
dramático es la caída de la tasa de ganancia, que
da origen al estancamiento económico. En estos pocos casos
es cuando el mexicano, tiene necesidad de regresar a su patria a
reponerse de esta crisis, no ganando lo mismo como lo
hacía allá, pero tratando de sobrevivir. Los
indocumentados mexicanos contribuyen al incremento del PIB de Estados
Unidos, no sólo con la creación de Bienes y
Servicios,
sino también con los gastos de unas
dos terceras partes de sus salarios; el valor agregado
por el trabajador indocumentado al PIB de Estados Unidos no ha
sido estimado, pero se calcula que es de varios miles de millones
de dólares.
En México existieron factores que contribuyeron
al aumento sin precedentes de los precios internos, como el
cambio
experimentado en los salarios nominales. Las causas de
variación de la base monetaria han resultado
primordialmente de la forma de endeudamiento público y de
una política de mantener reservas internacionales. Es
importante señalar que la economía mexicana
había experimentado un notable equilibrio
dinámico, durante un período considerablemente
largo, ya que las principales variables de
comportamiento
de la economía crecían.
México y su población se ven, en una
relación de dependencia hacia Estados Unidos. Un esfuerzo
extraordinario de millones de trabajadores mexicanos se ha
traducido, junto con la renta petrolera, en una enorme
transferencia de recursos al
exterior, y en una disminución relativa de las inversiones
productivas internas. Por otro lado, la crisis produce un
conjunto de coacciones que obliga a la intervención
pública a buscar la recomposición del sector
industrial, mediante el recurso creciente a las fuentes externas
de financiamiento. Otro factor de importancia es la
devaluación monetaria, porque al devaluarse
nuestra moneda, el trabajador mexicano busca irse a Estados
Unidos y cobrar en dólares, que al convertirlos en moneda
nacional eleva su poder
adquisitivo. Así, la economía mexicana
tendrá ciertos aspectos desfavorables tales como: una
estructura monopolista, una estructura agraria que conlleva a
disparidades en el ingreso y la riqueza entre la población
rural; ciudades llenas de vastas masas de desocupados y
sub-ocupados y, por último, pero no de menor importancia,
unas intensas relaciones económicas con Estados Unidos en
las cuales, este último ejerce predominio. Aunque el flujo
de mano de obra hacia el norte es el principal factor del
programa fronterizo, existen otros elementos importantes, como:
el flujo de los salarios de los trabajadores mexicanos en las
tiendas del lado estadounidense de la frontera; la mayor
dependencia de este comercio al
menudeo con relación a las compras de un
mercado mexicano cada vez más amplio, el flujo de la
producción agrícola de los estados fronterizos
mexicanos hacia los Estados Unidos, la contribución de los
dólares a la economía comercial, la directa
dependencia tecnológica con respecto a la norteamericana y
una multitud de empresas y
actividades ilegales. Así, mientras que la
emigración se origina en transformaciones profundas de la
sociedad
agraria involucrando procesos de mecanización,
capitalización y comercialización; con el tiempo produce
cambios socio-económicos, que alientan estas tendencias y
propician una migración subsecuente. Durante la
transformación de la agricultura en 1960, los trabajadores
fueron desplazados, habiéndose dado un libre acceso a
Estados Unidos a través de las redes de relaciones
conformadas durante la época del bracerismo, muchos
trabajadores desplazados consideraron la emigración
internacional como un ajuste estratégico. Dada la forma de
operar de las redes sociales y la atracción ejercida por
salarios altos, algunas unidades domésticas, de manera
inevitable, emplearon estrategias
recurrentes o establecidas. Conforme crecía la
emigración, muchas familias pudieron invertir en métodos de
producción agrícola de capital intensivo, y
mientras más aumentaba la emigración recurrente,
más familias se alejaron del cultivo. De esta manera la
emigración agravó la baja demanda de trabajo
agrícola y aceleró el cambio a la agricultura
comercial. Entre tanto, el ejemplo de los emigrantes exitosos con
viviendas bien construidas y llenas de comodidades modernas,
motivó a otros a pensar en la alternativa
migracional.
De acuerdo a un estudio del Consejo Nacional de
Población, hay muchos factores que estimulan y sostienen
la migración de mexicanos a Estados Unidos para trabajar
temporalmente o para establecerse en ese país. A
diferencia de la percepción
predominante en algunos sectores de la sociedad estadounidense,
que concibe que las causas de la migración se originan
principalmente en México, en nuestro país existe
consenso en torno a la idea
de que ésta responde a la interacción de factores
de naturaleza
económica, social, cultural y demográfica que
operan en ambos lados de la frontera. La estructura del complejo
sistema migratorio está conformado, entre otras, por las
siguientes fuerzas: la insuficiente dinámica de la economía nacional
para absorber el excedente de fuerza de trabajo; la demanda de
mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial
y de servicios de Estados Unidos; el considerable diferencial
salarial entre ambas economías; la tradición
migratoria hacia el vecino país del norte; y la
operación de complejas redes sociales y familiares que
vinculan los lugares de origen y destino, las cuales facilitan la
experiencia migratoria de los mexicanos en Estados
Unidos.
Los factores que estructuran el complejo sistema
migratorio entre ambos países se pueden concentrar en tres
grandes grupos:
1. Los factores vinculados con la oferta-expulsión de fuerza de trabajo en
México
2. Los factores asociados con la demanda-atracción en
Estados Unidos
3. Los numerosos factores sociales que ligan a los migrantes con
la familia,
los amigos, las comunidades de origen y las de destino, y que son
determinantes para reducir los costos y riesgos asociados
con el movimiento migratorio a Estados Unidos.
Los factores de oferta-expulsión en México
desempeñan un papel tan
fundamental como la disponibilidad de empleos en Estados Unidos
en la sustentación de la migración de México
al norte. Los factores de ofertaexpulsión parecen haberse
vuelto más importantes desde mediados de la década
de 1980, como resultado del crecimiento rápido de la
población en la década de 1970, de las crisis
económicas recurrentes en México, de las
devaluaciones del peso y de las políticas mexicanas
tendientes a la modernización económica, tales como
la privatización de industrias
paraestatales que ha resultado en despidos de trabajadores y la
reestructuración del México rural que hizo que la
agricultura en pequeña escala fuera menos
provechosa.
Esto significa que los mexicanos migran a Estados
Unidos: (1) dentro de redes bien establecidas, así como
(2) mediante nuevas redes que se están desarrollando para
llevar migrantes al país vecino desde regiones que no
tienen una tradición de esa migración, como las
zonas urbanas de México y los estados sureños. Con
frecuencia, los amigos y parientes establecidos en Estados Unidos
proporcionan financiamiento, asesoramiento, techo y empleos a
migrantes no autorizados que acaban de llegar. Los miembros de
familias establecidas en Estados Unidos usan las políticas
de unificación familiar para que sus cónyuges e
hijos se reúnan con ellos y obtengan, con el tiempo, el
status de migrante autorizado.
En el lado de la demanda-atracción en los
mercados de
trabajo estadounidenses, los empleadores se están
ajustando a salarios mínimos más altos y a una
competencia
más global. En el lado de la oferta, Estados Unidos sigue
teniendo una considerable fuerza de trabajo poco calificada. Las
reformas recientes a los programas de bienestar social pueden
aumentar el número de trabajadores poco calificados de
Estados Unidos que busquen empleo, sobre todo en sectores en
donde se concentran los trabajadores nacidos en México
(nueve de cada diez trabajadores mexicanos en Estados Unidos
tienen empleos que no son agrícolas, a menudo en las
industrias que requieren mano de obra poco
calificada).
De acuerdo a los resultados del Estudio Binacional
México – Estados Unidos sobre Migración, hay
dos conclusiones básicas sumamente importantes, tanto por
el carácter
binacional de los planteamientos como por el enfoque
interdisciplinario que sugirió para los próximos
años:
- El catalizador de gran parte de la migración
laboral actual
no autorizada de mexicanos ha estado tradicionalmente en
Estados Unidos; sin embargo, con el paso del tiempo, un
conjunto más vasto y complejo de factores reproducen ese
flujo. - Las tendencias que actualmente parecen ir en aumento
y diversificar los flujos migratorios de México a
Estados Unidos, pueden amortiguarse o incluso revertirse en los
quince años próximos si las tendencia
demográficas y económicas se
sostienen.
Cabe recordar que este Estudio Binacional se
concluyó en 1997. Es decir, esta perspectiva arrojada en
el Estudio, no se ha cumplido, ya que seis años
después, no sólo no se ha revertido el proceso
migratorio, sino que sigue habiendo la misma tendencia en el
flujo.
La migración de mexicanos a Estados Unidos
está inicialmente motivada sobre todo por factores de
carácter económico, pero actualmente no son los
únicos que la sustentan. En efecto, hoy las redes de
familiares y amigos, los agentes laborales y reclutadores
vinculan el crecimiento de la industria, el
empleo y el dinamismo económico en diversas regiones de
Estados Unidos con un número creciente de comunidades
mexicanas que envían migrantes al vecino
país.
Debido a que la migración es un proceso
dinámico, la importancia atribuida y el peso
específico asignado a cada factor tiende a variar con el
tiempo en la decisión de migrar. Tan sólo en el
periodo 1970 – 1996, las tasas acumuladas de
emigración de México a EEUU por edad aumentaron a
medida que crecían las remesas per cápita y el
diferencial salarial, y disminuyeron conforme la dinámica
de la economía mexicana tendió a mejorar y las
condiciones de desempleo abierto en EEUU relativas a las de
México empeoraban.
Estados de la República Mexicana expulsores de
migrantes
Alrededor de las tres cuartas partes de los indocumentados,
proviene de las regiones rurales y semi-urbanas. Los estados
mexicanos que aportan mayor número de migrantes, son
Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas y Michoacán. En
términos generales, se considera que los estados ya
mencionados, no son precisamente los económicamente
más subdesarrollados, ni los más cercanos al
territorio estadounidense; de ahí que la
emigración, se deba además de a la tradición
de hacerlo desde hace muchos años.
En el mapa A.1, se puede observar el grado de intensidad
migratoria de México a Estados Unidos por entidad
federativa en el año 2000, de acuerdo al Consejo Nacional
de Población.
En cuanto a la distribución regional de la
emigración internacional, en el Cuadro 1 se observa que,
en términos absolutos, únicamente tres entidades
del país (Jalisco, Michoacán y Guanajuato)
concentraron la tercera parte de los emigrantes a Estados Unidos
durante el quinquenio 1995-2000. Estas tres entidades se
encuentran en el Centro-Occidente de México, región
que históricamente ha concentrado la emigración
hacia los Estados Unidos.Sin embargo, otras entidades del
país, como es el caso del estado de Morelos, empiezan a
tener una mayor presencia en el flujo migratorio hacia el vecino
país, no tanto por el volumen absoluto
de sus emigrantes, sino por el porcentaje que los migrantes
representan en la población residente. En el mismo Cuadro
1 se observa que los migrantes de Morelos representaron casi el
3% de la población residente de la entidad en el
año 2000, superado únicamente por los estados de
Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y Durango.
Cuadro 1
Emigrantes a Estados Unidos entre 1995 y 2000 y su
participación porcentual en la población residente
de 2000, según entidad federativa de
residencia.
Estado | Emigrantes | % |
1995-2000 | ||
TOTAL/PROMEDIO | 1,569,157 | 100 |
Zacatecas | 65,631 | 4.2 |
Michoacán | 165,502 | 10.5 |
Guanajuato | 163,338 | 10.4 |
Durango | 42,307 | 2.7 |
Morelos | 44,426 | 2.8 |
Nayarit | 26,303 | 1.6 |
Aguascalientes | 25,766 | 1.6 |
Hidalgo | 60,817 | 1.9 |
Jalisco | 170,793 | 10.6 |
San Luis Potosí | 61,757 | 3.9 |
Guerrero | 73,215 | 4.7 |
Colima | 12,581 | 0.8 |
Querétaro de Arteaga | 24,682 | 1.6 |
Chihuahua | 49,722 | 3.2 |
Oaxaca | 55,839 | 3.6 |
Puebla | 69,775 | 4.4 |
Sinaloa | 34,662 | 2.2 |
Tamaulipas | 32,665 | 2.1 |
Veracruz | 78,347 | 5.0 |
México | 127,425 | 8.1 |
Coahuila | 21,581 | 1.4 |
Baja California | 22,613 | 1.4 |
Tlaxcala | 8,541 | 0.5 |
Nuevo León | 33,066 | 2.1 |
Distrito Federal | 59,368 | 3.8 |
Sonora | 13,676 | 0.9 |
Baja California Sur | 2,36 | 0.2 |
Yucatán | 5,839 | 0.4 |
Campeche | 2,192 | 0.1 |
Quintana Roo | 2,496 | 0.2 |
Chiapas | 9,275 | 0.6 |
Tabasco | 3,597 | 0.2 |
Fuente: Censo 2000
Formas de entrada
Es ampliamente conocido que la mayoría de los trabajadores
indocumentados mexicanos son (entrants without inspection), es
decir que ingresaron al territorio estadounidense, sin haber sido
inspeccionados por las autoridades de migración. Es usual
que el mexicano que desea ingresar a Estados Unidos lo haga por
medio de un "pollero", "coyote" o "enganchador", a quien
deberá pagar una cantidad importante que varía de
acuerdo a los siguientes factores:
a) el punto de cruce,
b) la relación del "coyote" con las autoridades
fronterizas, (tanto de un país como del otro), y,
c) la distancia que haya que recorrer.
Se calcula que la suma requerida es de $350 y $500
dólares por persona.
Si el aspirante no utiliza los servicios del "coyote", es porque
seguramente tiene conexiones con otros mexicanos que se
encuentran ya en Estados Unidos, quienes le ayudaran a penetrar y
conseguir trabajo en ese país.
Lugares de Destino
Los estados preferidos, por los mexicanos indocumentados, son los
del sur, especialmente California (50%), Texas (21.2%) e Illinois
(7.9%), California se considera uno de los estados mas ricos y
donde hay gran cantidad de trabajos agrícolas, en Texas se
pagan los salarios más bajos y en Illinois se ofrecen los
empleos de clasificación mas alta.
Los nuevos destinos
Muchos migrantes que se han ubicado en el centro, el norte y el
noreste de Estados Unidos, explican su elección por una
especial combinación del conocimiento
que tienen de la saturación migratoria de algunas
regiones, con la existencia de importantes cantidades y calidades
de capital social (parientes, vecinos, amigos) en otras
distintas. Si en ambos tipos de lugar se tienen contactos, a
través de ellos se puede saber en dónde es
más posible obtener trabajo y vivienda, por
ejemplo.
Entre los nuevos destinos, partes importantes del norte
(Wyoming, Idaho, Washington State), noreste (Nueva York, Nueva
Jersey, Washington D. C.) y centro (Alabama, Nevada) de Estados
Unidos, han empezado a recibir cantidades importantes de
migrantes mexicanos. Ahora bien, cabe precisar que esos nuevos
destinos son muy poco significativos en la cuantificación
general de la población mexicana en aquel país, en
donde los estados de California y Texas siguen alojando a la
inmensa mayoría de la migración mexicana. Sin
embargo, pueden llegar a ser de una importancia
considerable.
En general, la tendencia es que la acción de las
redes lleve a que la mayor parte de quienes migran desde un mismo
origen se dirijan a un destino común. Sin embargo, es
posible encontrar, aun en poblaciones pequeñas,
migraciones hacia distintos puntos. En la mixteca poblana, por
ejemplo, es común oír hablar del caso de una
población cuya cabecera municipal está dividida en
cuatro secciones, que son popularmente identificadas por el lugar
al que migran sus habitantes (Nueva York, Chicago, Los Angeles,
Baja California).
En el mapa A.2 se puede observar la distribución
de los migrantes mexicanos en los condados de Estados Unidos, en
el que claramente se distingue que las regiones en las que tienen
una mayor presencia los connacionales son California y
Texas.
Mapa A.2
Distribución de mexicanos en Estados Unidos
Fuente: Censo de Población de Estados Unidos de
América, 1990.
Cuadro 2
Población mexicana en 21 ciudades
estadounidenses
CIUDAD | POBLACIÓN | POBLACIÓN MEXICANA | % |
Alburquerque | 384.736 | 70.145 | 18.2 |
Chicago | 2.783.826 | 348.040 | 13.7 |
Chula Vista | 135.163 | 45.182 | 33.4 |
Corpus Christi | 257.453 | 119.864 | 46.5 |
Dallas | 1.006.831 | 183.430 | 18.2 |
Denver | 467.610 | 74.555 | 15.9 |
El Paso | 515.342 | 340.871 | 66.1 |
Houston | 1.630.672 | 357.508 | 21.9 |
Las Cruces | 62.126 | 25.319 | 40.7 |
Los Angeles | 3.485.398 | 925.141 | 26.5 |
Miami | 358.548 | 1.981 | 0.5 |
Nueva York | 7.322.564 | 55.698 | 0.76 |
Phoenix | 983.403 | 177.534 | 18 |
Sacramento | 369.365 | 47.884 | 13 |
San Antonio | 935.927 | 483.307 | 51.6 |
San Diego | 1.110.549 | 193.080 | 17.3 |
San Francisco | 723.959 | 38.326 | 5.2 |
San José | 782.225 | 171.200 | 21.8 |
Santa Ana | 293.742 | 174.797 | 59.2 |
Santa Fe | 55.993 | 8.622 | 15.3 |
Tucson | 405.390 | 107.857 | 26.6 |
Fuente: Información aparecida en la página web
de 11tv (URL: http://www.oncetv.ipn.mx), el 12 de septiembre de
2000.
Nota: Si bien existe información que indica claramente las
tendencias respecto a la ubicación de las comunidades
hispanas, es difícil obtener estadísticas actualizadas que clasifiquen a
los latinos de acuerdo con su origen y lugar de
residencia.
5. Legislación
estadounidense en materia de inmigración
Aunque de manera inicial en los años setenta,
pero luego ya decididamente durante los ochenta, se dio un cambio
importante en los patrones migratorios como efecto de dos
influencias: una, las políticas migratorias seguidas por
Estados Unidos y, otra, los avatares del desarrollo
económico de México. En 1995, con la Enmienda al
Acta de Inmigración de Nacionalidad de 1952, se dieron
cambios importantes en las políticas migratorias de
Estados Unidos al abolir las cuotas de inmigración por
países, las cuales habían prevalecido hasta los
años veinte. Además, se abrió la
inmigración procedente del Pacífico y se le dio
prioridad a la reunificación familiar como base para
permitir la inmigración legal. Unos años más
tarde, en 1980, se modificó también la ley de
refugiados, permitiendo una mayor cobertura al ampliar la
definición de refugiado.
A partir de los años sesenta, las cifras de
inmigración aumentaron notablemente en comparación
con las décadas pasadas, ya que el número de
inmigrantes de todas las nacionalidades, entre 1961 a 1980, fue
de 7.8 millones, o el equivalente a 221% de aumento en
relación con el número de inmigrantes entre 1941 y
1960. La proporción de mexicanos inmigrantes entre 1961 y
1980 fue de 14%, mientras que en los años 1941-1960
había sido solamente de 10%.
El número de inmigrantes a Estados Unidos entre
1981 y 1990 (sin considerar la legalización de IRCA) ha
sido el mayor de los últimos 60 años, ya que desde
la década de 1911-1920 no se registraba una cifra igual.
En Estados Unidos existía, además, una
preocupación especial por el tema de la migración
indocumentada ya que, al dejar de existir el Contrato Bracero,
las necesidades de la agricultura se satisfacían
fundamentalmente con este tipo de mano de obra, aparte de que,
durante los primeros años de los ochenta, los inmigrantes
indocumentados de otros países también aumentaron
de forma considerable.
Aunque se especuló mucho sobre el número
de indocumentados que había en Estados Unidos al inicio de
los ochenta, las cifras mejor apoyadas calculaban alrededor de
dos millones de personas, número suficiente para que,
aumentado con el amarillismo de los medios de
comunicación, llegara a causar gran inquietud tanto
entre políticos, como entre el público en general,
sobre todo si se considera que una alta proporción
estaría concentrada en zonas muy circunscritas del
suroeste del país.
Estos hechos llevaron, finalmente, a tomar varias
medidas de política migratoria para lograr más
adelante la aprobación de una nueva ley de reforma a la
inmigración, mejor conocida como IRCA (Immigration Reform
and Control Act), cuyo objetivo principal era la
legalización de la población extranjera que se
encontraba indocumentada hasta el año 1982. También
proveía, bajo ciertas condiciones, la legalización
de un tipo especial de trabajador temporal para la agricultura,
denominado Special Agricultural Worker (SAW). En el cuadro 3 se
pueden observar las fechas y leyes históricas que
afectaron la historia de la inmigración hacia Estados
Unidos.
Fechas Históricas Significantes que |
Cuadro 3
Ley Simpson – Rodino (IRCA)
La primera Ley en materia de migración tiene su
fundamento en la XIV Enmienda, Sección primera de la
Constitución de los Estados Unidos y fue
promulgada en 1940, pero fue sustituida en 1952., por la Ley de
Inmigración y Nacionalidad. Durante tres décadas,
se presentaron varios intentos fallidos para reformarla, siendo
uno de los últimos el proyecto Simpson
Mazzoli, que fue introducido para su discusión en marzo de
1982, pero fue hasta el 6 de noviembre de 1986, en que fue
aprobada la Ley de Reforma y Control de Inmigración
(IRCA), comúnmente conocida como la Ley Simpson Rodino. La
filosofía que se traduce de dicha Ley es la de "recuperar
el control de sus fronteras".
Las reformas constituyen modificaciones a siete títulos de
la Ley:
I Control de la inmigración ilegal
II Legislación
III Reformas a la inmigración legal
IV Reformas al Congreso
V Asistencia a las entidades federativas, para los costos de
encarcelamiento de extranjeros ilegales.
VI Comisión para el estudio de inmigración
internacional y cooperación para el desarrollo
económico,
VII Competencia federal para las aportaciones y exclusiones de
extranjeros convictos de delitos
El título primero se desagrega en tres apartados,
que son:
– Empleo
– Vigorización de las medidas de control,
- Verificación del estatus
migratorio. - Esto se traduce en sanciones para las personas que
contraten los servicios de extranjeros que no tengan su
documentación migratoria en orden;
medidas para el reforzamiento de las actividades en SIN
(Servicio de Inmigración y Naturalización), pero
"muy especialmente de la patrulla fronteriza", así como
rígidas penalizaciones a quienes introduzcan o
transporten ilegales hacia los Estados Unidos. Es ahora cuando
se declara ilegal la contratación de personas que
carezcan de documentos
legales de migración, no así en la ley de l952,
conocida comúnmente como Ley Walter- McArran, en la que
se decía que era ilegal trabajar sin documentos en los
Estados Unidos, pero en ningún caso se sancionaba a los
empleadores que abusaban de su condición.
Actualmente se menciona que toda persona que pretenda
contratar a un extranjero debe comprobar que éste posee la
documentación necesaria; y debe guardarla en sus archivos y
exhibirla a las autoridades competentes cuantas veces le sean
requeridas. Con respecto a la discriminación, ésta
no la constituye el hecho de que un patrón prefiera a un
nacional, en lugar de un migrante, en condiciones iguales; pero
para esto se establece un Consejo Especial a fin de analizar
cualquier queja de discriminación en relación a
prácticas ilegales de empleo con motivo de una
situación migratoria.
El segundo título de la ley, es sin duda el
más relevante, pues se refiere a la regularización
de la población migrante indocumentada. Esto se
podrá realizar siempre y cuando aquel extranjero que haga
solicitud, haya vivido de manera ininterrumpida hasta antes del
1o. de enero de 1982. La residencia temporal se podrá
cambiar por la definitiva después de 18 meses de la
entrada en vigor de la misma ley, solo después de que
comprueben un mínimo conocimiento de inglés, de
historia, y del gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, el trabajador mexicano se distingue del
resto de la migración internacional, pues el patrón
de conducta de
éste, es de permanencia temporal; de hecho el promedio de
estancia del migrante mexicano es de cuatro a cinco meses, ya que
regresa a su lugar de origen para estar con su familia; este es
un aspecto que la IRCA simplemente ignora. "De ahí que
hubiera sido más razonable la celebración de un
acuerdo bilateral mexico-estadounidense, en el cual se pactaran
visas de entrada y salida para los trabajadores
mexicanos…".
El tercer título, que comienza
refiriéndose a los trabajadores agrícolas,
establece la implantación del programa H2A, y nos dice que
cuando no exista un número suficiente de trabajadores, se
podrá solicitar la internación de éstos,
siempre y cuando no afecte negativamente el nivel de salarios y
en las condiciones generales de trabajo; la consideración
se dará bajo la autorización del Secretario de
Trabajo, ya sea a través de asociaciones de productores o
individualmente por cada patrón. De aquí se
establece una Comisión Consultiva que funge como mecanismo
de consulta con el Gobierno Mexicano y pueda asesorar al
Procurador General. A juicio de algunos funcionarios del CONAPO,
se debe evitar el contacto con la comisión, por el
supuesto de que es un acuerdo que debió plantearse antes
de la aprobación de la ley y no aposteriori.
Para los casos de naturalización, a estos se les
niega el servicio de seguro social
por un período de cinco años. Esto, entre otras
cosas constituye lo más relacionado con los trabajadores
migrantes que se estable en los textos de la IRCA. Pero a juzgar
por la persistencia de los flujos migratorios hacia Estados
Unidos, se puede afirmar que la legislación IRCA
está muy distante de haber alcanzado su propósito
principal de acabar con la entrada de migrantes indocumentados.
Se podría adelantar la hipótesis de que tal legislación no
se hizo para eliminar la entrada de migrantes indocumentados,
tanto como para responder políticamente a las razones
ideológicas que estuvieron detrás de las propuestas
más restrictivas, como la resumida en la frase: "We have
lost control of our borders". Un país que ha perdido el
control sobre sus fronteras se preocuparía cuando menos de
colocar una indicación oficial de donde esta la frontera
en el punto de cruce de indocumentados más intenso de toda
la frontera norte, como es el caso del Cañón
Zapata. En ese lugar no hay ninguna indicación oficial de
la ubicación de la frontera internacional.
Propuesta 187
Otro aspecto de carácter jurídico que implica al
movimiento migratorio, lo representa en términos actuales
la comúnmente conocida como propuesta 187, la cual
encuentra su principal expositor en Pete Wilson. En lo que
respecta a esta iniciativa, que se refiere a la negación
de los servicios sociales (Educación, Salud, Vivienda, etc.),
tanto a los migrantes ilegales como a su progenie, podemos
afirmar que representa una frustración de parte de los
ciudadanos del sur de Estados Unidos, con la inhabilidad del
Gobierno Federal para dar cumplimiento efectivo a las leyes de
migración. Esta Ley supone una obstaculización para
el establecimiento de los trabajadores migrantes y sus familias.
Pero dado que para su economía, la afluencia de mano de
obra barata la afecta favorablemente, es más conveniente
tenerlos por períodos cortos a que lleguen a ser una carga
para el gasto social. Por su parte, algunos estadounidenses, al
igual que los inmigrantes están en contra de la
aprobación de esta Ley. La juez federal de distrito,
Mariana Pfaelzer16, afirmó que ese estado "carece de
autoridad para
poner en práctica su propio esquema, para reglamentar la
inmigración o para idear reglamentos que sean paralelos a
las leyes federales de inmigración o que pretendan
complementarlas". El abogado Fred Kuments, representó a
varios niños
inválidos que serían afectados por la
polémica iniciativa, al momento que agregó: "La
propuesta 187 ha sido efectivamente anulada por las cortes
federales".
Estas acciones, entre otras, denotan la inconformidad de los
demás estadounidenses ante la iniciativa, que
generó gran polémica cuando en noviembre de 1994,
fue aprobada en un referéndum por la población
californiana. En esta misma fecha el gobierno mexicano
resintió el efecto de la población norteamericana
para sus connacionales, mismo que durante las últimas
décadas no ha querido dar solución a la
situación migratoria; y esto supone que busca seguir
manteniendo la "puerta trasera", abierta para que miles de
mexicanos, puedan seguir integrando el mercado
estadounidense.
Pero la continuidad del movimiento migratorio ha
implicado al Gobierno mexicano, por decir algo, desde la
década de los cuarenta, cuando se inició el
Programa Bracero (1942-1964), por medio del cual se otorgaron
más de cuatro millones de permisos de trabajo, y su larga
duración afianzó la institucionalización de
la migración en las comunidades mexicanas. Ejemplo de esto
es la asombrosa organización que ha desarrollado la
comunidad
mixteca, en los años más recientes, y no
está por demás que para quienes pudieran dudarlo,
pueden marcar en California el 1800-Mixteco, para recibir
asistencia legal en Inglés, Español y
Mixteco. Por otra parte, hay personas que en algunos estados del
país desarrollan su vida más conectada a Los
Ángeles que con las ciudades mexicanas más
cercanas, como es el caso de Jalisco y Michoacán. Esto es
el producto de un
desarrollado sistema de comunicación que durante tres generaciones
han conseguido los trabajadores migrantes con sus familiares.
También podemos apuntar a la facilidad con que
éstos encuentran trabajo del otro lado de la frontera.
Gracias a que en la época de los años setenta, se
pronunció de manera desmedida el flujo migratorio, entre
las comunidades norteamericanas comenzó a gestarse un
movimiento restriccionista que ahora pretende consolidarse en la
propuesta 187.
Legislación de 1996
El año de 1996 fue de gran actividad en materia de
legislación migratoria. Esta nueva legislación se
debe ver en combinación con otras dos leyes que fueron
aprobadas en 1996, la que trata de la reforma a la asistencia
social y la que trata del antiterrorismo. Algunos de los
elementos importantes de estas tres leyes (la Ley de Reforma de
la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante;
la Ley de Antiterrorismo y Pena de Muerte
Efectiva de 1996; y la Ley de Conciliación de la
Responsabilidad Personal y las Oportunidades de Trabajo de 1996,
es decir la Ley de Bienestar Social), se resumen en el siguiente
cuadro.
Cuadro 4
Elementos importantes de las legislaciones de 1996
El número de agentes de la patrulla |
Se erige una nueva barda triple entre San Diego y |
Al mismo tiempo, se facilita la entrada de |
Se eliminan las antiguas tarjetas para cruzar la |
Se autoriza la remoción expedita sin |
Se elimina la distinción entre |
Se crean nuevas áreas sobre cuyas |
Esto incluye la ausencia de revisión |
Además, la definición de lo que se |
Ciertas demandas de legalización por |
Las normas |
Se aumentan las penas por violaciones de las leyes |
Se excluye a los migrantes autorizados de acceder |
Los migrantes autorizados que hayan entrado |
La legislación sobre asistencia social es |
Los compromisos bajo juramento de |
Los extranjeros se consideran inadmisibles como |
Se implementan programas piloto para verificar la |
Las personas que se encuentran en Estados Unidos |
Se autoriza al procurador general a celebrar |
Nueva legislación (después del 11 de
septiembre de 2001)
Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, han tenido
(y seguirán teniendo) una impacto significativo en las
operaciones
para el sistema de admisiones de inmigrantes a Estados Unidos.
Primordialmente, esto se debe a que los 19 terroristas que se
encargaron de los ataques de aquella fecha, ingresaron legalmente
al territorio estadounidense con visas temporales.
Desde el 11 de septiembre de 2001, ha habido diversas
propuestas de inmigración antiterrorista. Algunas de ellas
se han convertido en leyes, otras han podido ser implementadas
bajo ninguna legislación, y otras siguen siendo
todavía meras propuestas.
En el frente legislativo, el 26 de octubre de 2001, el Presidente
George W. Bush firmó el USA PATRIOT (Uniting and
Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to
Intercept and Obstruct Terrorism Acto f 2001), que significa la
"Ley que Une y Fortalece a América por medio de la
Provisión de las Herramientas
Apropiadas Requeridas para Interceptar y Obstruir el Terrorismo".
Esta legislación autorizó triplicar el
número de agentes de la patrulla fronteriza, así
como inspectores, e inspectores aduanales a lo largo de la
frontera con Canadá. También autorizó 50
millones de dólares para cada Aduana para hacer
mejoras tecnológicas. La ley también
estipuló que la Oficina Federal
de Investigaciones
(FBI por sus siglas en inglés) compartiera su
información de base de datos
acerca de criminales con el Departamento de Estado.
Esta ley también le permitió al Procurador
General designar, conforme a las nuevas definiciones, a 46 grupos
como organizaciones
terroristas, a cuyos miembros y seguidores se les negaría
la entrada a Estados Unidos, y si ya estaban en territorio
estadounidense, serían detenidos. Esta legislación
también estableció que se implementaría un
programa de monitoreo de visas de estudiantes extranjeros.
Asimismo, se estableció que habría beneficios
extensivos para las víctimas del terrorismo.
El 19 de noviembre de 2001, el Presidente George W. Bush,
firmó una nueva ley de seguridad en aviación, que
estableció que en los siguientes dos meses todas las
aerolíneas comenzarían a utilizar
transmisión electrónica de las listas de los pasajeros
que se dirijan a Estados Unidos, para poder corroborar la
información que se encuentre disponible en las diversas
bases de datos
de Estados Unidos.
También, en noviembre de 2001, el Departamento de Estado
anunció que se incrementarían las medidas de
seguridad en la revisión de todas las aplicaciones de visa
no inmigrante de hombres entre 16 y 45 años de edad
provenientes de los países árabes o musulmanes.
Esto ha resultado en incrementar el periodo de espera en otros 20
días adicionales, mientras se revisan sus nombres y
datos en las
bases de datos del FBI. La Ley de Seguridad Fronteriza Reforzada
y Reforma al Ingreso con Visa de 2002, se firmó el 14 de
mayo de 2002, instituyendo un número considerable de
cambios importantes, como respuesta al 11 de septiembre de 2001.
Las asignaciones fueron autorizadas para contratar a más
inspectores e investigadores y se hicieron importantes avances en
la tecnología e infraestructura.
6. Migrantes Mexicanos En
Estados Unidos
Trabajadores temporales mexicanos en Estados Unidos
De acuerdo al Consejo Nacional de Población, la
migración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos
tiene, entre otros determinantes, las diferencias salariales
entre ambos países.
La intensificación del flujo migratorio laboral ha
terminado por consolidar poderosos vínculos en los
mercados de trabajo de México y Estados Unidos, teniendo
una importancia cada vez más significativa en las
economías de ambas naciones, sobretodo en las zonas
expulsoras y receptoras de población, así como
impactos decisivos en los ingresos de los familiares de los
migrantes mexicanos. La migración laboral de
carácter temporal es una modalidad específica del
fenómeno global de la migración a Estados Unidos
que, con frecuencia, antecede a la llamada migración
definitiva o migración por cambio de residencia.
La cantidad de mexicanos que trabajan o buscan trabajo en Estados
Unidos en algún momento del año, pero tienen su
residencia en México depende, entre otros factores, del
monto de personas que intentan ingresar al país vecino, de
la eficacia de la
patrulla fronteriza estadounidense y de la demanda y condiciones
de trabajo en ese país. De acuerdo con los datos de la
Encuesta sobre
Migración en la Frontera Norte de México (EMIF) que
se levantó durante el periodo 1993 – 1997, el tiempo de
estancia de los migrantes laborales no ha sufrido mayores
variaciones en los últimos años, ubicándose
en casi seis meses. Al hablar de este tipo de migrantes, se hace
referencia a la población de migrantes laborales
temporales de retorno de Estados Unidos que regresaron a
México no necesariamente por su propia voluntad, sino que
se incluye también a mexicanos que fueron capturados y
devueltos por la patrulla fronteriza.
En esta misma encuesta se pudo obtener la
información con respecto a los salarios de los
trabajadores mexicanos en Estados Unidos. En ella se advierte que
el salario promedio percibido por los trabajadores temporales, en
su último mes de trabajo en Estados Unidos, ha ido
aumentando en términos nominales desde 1993 hasta 1997,
pasando de aproximadamente 800 dólares apoco más de
900. Asimismo, en 1993 el primer cuartil se ubicaba en 500
dólares, mientras que en 1997, ascendió a 600. El
valor mediano y el tercer cuartil también aumentaron de
1993 a 1997: de 700 a 800 y de 1000 a 1040 dólares,
respectivamente.
El promedio de los salarios de los trabajadores temporales
está determinado por algunos factores:
Esquema 1
Factores que determinan el nivel salarial de trabajadores
temporales mexicanos en EEUU
• Sexo. Existe una significativa diferencia en
cuanto a la remuneración mensual que perciben los hombres
y las mujeres, siendo bastante inferior el salario promedio
percibido por los migrantes del sexo femenino: poco menos de 600
dólares (en 1997), es decir, aproximadamente ganaron dos
tercios del salario que ganaron los hombres (931
dólares).
• Edad. En 1997, los trabajadores de mayor edad
percibieron salarios medios superiores a los más
jóvenes. Los migrantes temporales que tenían
más de 45 años percibieron aproximadamente 970
dólares mensuales en promedio, y los del grupo 35-44
años, poco más de mil; por su parte, los promedio
de remuneración mensual en los grupos de edades 25-34 y
12-24 fueron de alrededor de 880 y 830 dólares,
respectivamente. Estas diferencias pueden deberse a
características asociadas con la edad, tales como la
capacitación y experiencia laboral, la
condición de autorización para trabajar en Estados
Unidos y la
experiencia migratoria laboral previa.
• Escolaridad. No se apreciaron diferencias importantes
entre los trabajadores sin escolaridad, con primaria incompleta y
con primaria completa. En cambio, sí aparece una
diferencia en la categoría de escolaridad superior a
primaria completa; allí se ubican se ubican los promedios
salariales superiores (1010 dólares en 1997).
• Jefatura de hogar. Las estimaciones fueron superiores para
los trabajadores jefes de hogar en comparación con los no
jefes. En 1997, los jefes de hogar ganaron casi 150
dólares mensuales más que los demás
migrantes. Estas diferencias se podrían explicar, en parte
por la mayoría de edad promedio de los jefes de hogar que
puede ir de la mano con una mayor experiencia migratoria y
laboral, y de la autorización para trabajar.
• Sector de actividad en Estados Unidos. En 1997, el sector
con un mayor promedio salarial fue el sector secundario, con poco
más de 970 dólares; mientras que el nivel del
sector servicios y el sector primario fueron de aproximadamente
890 dólares.
• Experiencia migratoria. Los trabajadores temporales que
contaban con experiencia migratoria laboral previa percibieron un
salario medio superior que sus compatriotas sin experiencia;
siendo la diferencia casi de 200 dólares: cerca de 980
dólares para los migrantes con experiencia y
aproximadamente 770 dólares para el resto.
• Autorización para trabajar en EEUU. El hecho de
contar con autorización o no (los documentos) para
trabajar en Estados Unidos, es un factor determinante en la
remuneración percibida. En 1997, la diferencia entre los
trabajadores temporales documentados y los indocumentados fue de
aproximadamente 200 dólares.
Tradicionalmente el indocumentado mexicano ha
desempeñado labores en el sector agrícola,
usualmente se le contrata en el campo donde los salarios son
pobres, se requiere de baja calificación y se
desempeñan labores sucias y difíciles. Asimismo
algunos sindicatos han
señalado que para algunas cosechas en especial de
cítricos (la peor pagada y la más dura que se lleva
a cabo), utilizan por lo general fuerza de trabajo ilegal, debido
principalmente a que el personal local prefiere obtener el
seguro de
desempleo a tener que desempeñar tareas de este tipo. Sin
embargo a partir de la década de los setentas ha ido
aumentando la importancia de empleos en otros sectores, esta
situación se atribuye a que varios trabajos de
índole agrícola se han eliminado debido a la
creciente mecanización del campo, a que las tierras se han
destinado para uso industrial y residencial; ya que hay
más plazas de baja calificación disponibles en el
comercio, la industria, la construcción y los servicios.
Protección de los derechos de los migrantes
Lo que vuelve vulnerable a un indocumentado es justamente su
condición de migrante no autorizado dentro del territorio
estadounidense. Esta situación genera que algunos
empleadores e incluso, autoridades, violen sus derechos humanos.
Debido a esta situación, el gobierno mexicano se ha
pronunciado en contra de la violación tanto de estos
derechos como de los derechos laborales de los trabajadores
migrantes, emprendiendo una serie de acciones para la
protección de los derechos de los migrantes:
• La creación y puesta en operación de nueve
grupos de protección a migrantes, llamados Grupo Beta.
• El fortalecimiento del Programa Paisano (que brinda
información, asesoramiento y apoyo a los migrantes que
regresan al país, acerca de sus derechos y obligaciones
de carácter fiscal al
traspasar las fronteras).
• La capacitación de más de mil agentes
migratorios en materia de derechos humanos, tarea ejecutada por
la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La violencia en
el trayecto hacia y en la frontera misma, se cuenta entre los
efectos más negativos de la migración entre los dos
países, y está relacionada en gran parte, aunque no
exclusivamente, con los movimientos no autorizados. Los migrantes
son víctimas de una variedad de delitos, desde
ataques y abandono por parte de los "coyotes", hasta el robo, la
violación e incluso el asesinato. Las muertes registradas
y no registradas que se relacionan con intentos por cruzar la
frontera son preocupantes. También inquietan los ataques
violentos de los "coyotes" y otros individuos a funcionarios que
son responsables de las operaciones fronterizas en ambos
países.
Asociaciones de los migrantes
Uno de los fenómenos que más ha influido
recientemente en la visión del uso productivo de las
remesas es el surgimiento y desarrollo de las organizaciones de
migrantes latinoamericanos en Estados Unidos. Estas
organizaciones no son nuevas. Hay muchas que datan de los
cincuenta y los sesenta, aunque la mayoría de las
actualmente existentes tiene una edad menor a 20 años. En
sus inicios, las organizaciones tradicionales operaron como
grupos informales o como clubes sociales o deportivos.
Fue en la década de los noventa cuando las
asociaciones de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos
cobraron auge, en parte debido al rápido crecimiento de
las corrientes migratorias en esos años, pero sobre todo
como respuesta al endurecimiento de las leyes migratorias de ese
país. "En el decenio de los noventa los diferentes tipos
de asociaciones se renovaron y multiplicaron, buscando muchas de
ellas obtener su personalidad
jurídica de acuerdo con las leyes estatales de los Estados
Unidos… La tendencia a organizarse sobre bases más
técnicas y permanentes tuvo un auge sin
precedentes. Hasta el presente la mayoría de las nuevas
agrupaciones ha estado más bien orientada hacia la defensa
de los derechos humanos de sus miembros o a darles
asesoría y apoyo para regularizar su situación
migratoria, pero se multiplican los ejemplos de organizaciones
que están tratando de desarrollar actividades
asistenciales o comunitarias, o de reorientarse en esta dirección".
En algunas regiones de larga tradición
migratoria, hay ejemplos verdaderamente destacados de redes
organizativas, como es el caso de los clubes zacatecanos en
México, de los cuales hay más de 100 en diversas
ciudades de Estados Unidos, agrupados en federaciones como la del
Sur de California y en una Confederación de Clubes de
Zacatecanos, como organización de tercer nivel.
Pese a que los núcleos y las organizaciones de
migrantes en Estados Unidos se han convertido en una de las
fuerzas económicas, sociales y políticas más
importantes de la sociedad civil
latinoamericana, no hay un conocimiento apropiado y actualizado
de su alcance y diversidad. Su rápido dinamismo ha
rebasado los intentos aislados y ocasionales por
estudiarlos.
En la misma circunstancia están otros
fenómenos no menos importantes a que han dado lugar las
corrientes migratorias latinoamericanas en aquel país. Por
ejemplo, existe ya una gran red de negocios en
rápida expansión, propiedad de
pequeños y medianos inversionistas de origen
latinoamericano. En Nueva York, por ejemplo, hay cientos de
negocios de empresarios dominicanos, mexicanos y
salvadoreños, especialmente en las áreas de la
ciudad con predominio de población hispana. Muchos de esos
empresarios han comenzado a buscar oportunidades de
inversión en sus países de origen. Otro
fenómeno que no se ha analizado a fondo es el desarrollo,
en diversas ciudades de Estados Unidos, de un gran mercado para
diversos productos latinoamericanos, sobre todo para ciertas
comidas y alimentos típicos de tipo industrial o casero,
como quesos, galletas, dulces, etc. Alrededor de este mercado se
han establecido importantes cadenas de negocios y de
introductores, con repercusiones importantes en la
economía de los países de origen de los
productos.
Matrículas consulares: detonadores de
remesasç
Durante décadas, los consulados mexicanos han emitido una
tarjeta de identificación muy simple, conocida como
"matrícula consular", a los ciudadanos mexicanos que
viven, legal o ilegalmente, en Estados Unidos. De acuerdo con un
estudio realizado por el Pew hispanic Center en el 2002, durante
los primeros nueve meses del 2002, se emitieron 740,000
matrículas consulares en Estados Unidos.
El propósito inicial de estas matrículas fue ayudar
a los oficiales a identificar a las personas que estuvieran
inmiscuidas en algún accidente (o crímenes). Sin
embargo, desde el 2002, las matrículas consulares son cada
vez más aceptadas como documento de identificación
para las operaciones bancarias en Estados Unidos. Hasta finales
del 2002, 66 bancos, 801
departamentos de policía en 13 estados de EE.UU.), ya
aceptaban la matrícula como un documento de
identificación válido.
Hasta el momento, únicamente el gobierno mexicano emite
este tipo de documento de identificación a sus ciudadanos
en el exterior. Muchos gobiernos de países
centroamericanos están considerando seriamente emitir
tales documentos, lo que le permitiría a la
población inmigrante a abrir cuentas bancarias
y a utilizar a los bancos para transferir fondos (remesas) de
manera barata y transparente.
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