- Esqueleto.
- Sistema
muscular. - Sistema
nervioso. - Sistema
cardiovascular. - Sistema
respiratorio. - Sistema
digestivo. - Órganos
sensoriales. - Sistema
endocrino. - Sistema
linfático. - Sistema
genitourinario.
El esqueleto es el armazón de la anatomía humana que
soporta el cuerpo y protege sus órganos internos. El
esqueleto está formado por 206 huesos, la mitad
de los cuales se encuentran en las manos y en los pies. La
mayoría de los huesos
están conectados a otros huesos en articulaciones
flexibles que permiten la gran movilidad y flexibilidad del
cuerpo humano.
Solamente hay un hueso, el hiodes, que no está conectado
directamente a otro hueso a través de una
articulación. Este hueso fija la lengua y
está unido a la apófisis estiloides del
cráneo a través de un ligamento. Los esqueletos del
hombre y de
la mujer son
básicamente iguales, con la única gran
excepción de que los huesos femeninos suelen ser
más ligeros y finos y que la pelvis es más ancha y
profunda que la del hombre. Esta
ultima diferencia facilita los partos.
- Carpianos: Los huesos del carpo (o de la
muñeca) son los ocho huesos individuales que componen la
muñeca. Son unos huesos pequeños que se ajustan
entre sí de forma exacta para permitir la enorme
flexibilidad de la muñeca y mantener su estructura
Íntegra. Estos ocho huesos son los siguientes: ganchoso,
escafoides, trapecio, pisiforme, trapezoide, semilunar,
piramidal y hueso grande. Todos ellos se articulan con los
metacarpianos, el radio y el
cúbito. - Vértebras cervicales: Las vértebras
cervicales son las siete primeras vértebras (en la parte
superior) de la columna vertebral. La primera vértebra
cervical es el atlas, y su nombre se debe a que soporta
directamente el peso del cráneo. La segunda
vértebra cervical se denomina axis, dado que admite la
rotación del cráneo permitiendo que el atlas gire
sobre esta. Las otras cinco vértebras no tienen nombre,
pero se denominan por su número (por ejemplo, tercera
vértebra cervical). Cada una de las vértebras
cervicales presenta un cuerpo (parte anterior, o frontal) y un
arco (parte posterior, o trasera). El cuerpo de cada
vértebra de la columna soporta el peso de las
vértebras situadas sobre esta (y el cráneo),
mientras que el arco sirve para crear un área parecida a
un canal a lo largo de la espina para alojar y proteger la
médula espinal. Cada vértebra cervical tiene un
agujero (apertura) en cada una de sus apófisis
transversas (protuberancias laterales). El arco de la
vértebra presenta una pequeña protuberancia o
saliente, denominada tubérculo anterior. Los
tubérculos anteriores sobre la sexta vértebra
cervical son particularmente largos y se conocen como
tubérculos carotídeos. - Clavícula: La clavícula es un hueso
largo y ligeramente curvo que forma la parte frontal (anterior)
de cada arco pectoral. Se encuentra justo encima de la primera
costilla a cada lado de la caja torácica y está
unida al esternón en el medio del tórax y a un
lado del acromion del omóplato (formando la
articulación acromio clavicular). - Cóccix: El cóccix está compuesto
por tres a cinco vértebras elementales. Normalmente, la
primera de estas vértebras del cóccix está
separada, mientras las restantes están todas unidas. La
articulación entre las vértebras coccígeas
y el sacro permite alguna flexibilidad al cóccix, que es
principalmente benéfico para amortiguar las
caídas y al sentarse. El cóccix es muy
susceptible a las fracturas de conmoción, que pueden
deberse a una caída. Además, dado que algunos
conductos nerviosos pasan cerca de esta área, los
daños en el cóccix suelen derivar en daños
en los nervios de la parte inferior del cuerpo. La unían
de la primera vértebra coccígeas con el sacro
ocurre en la faceta inferior del sacro. - Fémur: El fémur es el hueso más
largo del cuerpo y forma la pierna superior o muslo. Se
articula en su cabeza con el acetábulo de la pelvis, con
la tibia, el peroné y la rótula para formar la
articulación de la rodilla en su parte inferior. Cada
fémur sostiene el peso de la parte superior del
cuerpo. - Peroné: El peroné es el hueso
más pequeño de la parte inferior de la pierna. Se
articula en cada extremo con la tibia (que está
paralela), en su cabeza (extremo superior) con el fémur
en la articulación de la rodilla y en el extremo
inferior con los huesos del tobillo o tarso. El peroné
es como un refuerzo de la parte inferior de la
pierna. - Húmero: El húmero es un hueso largo que
forma la parte superior del brazo. Su cabeza (extremo superior)
se articula con el omóplato (en la cavidad glenoidea)
mientras que el extremo distal se articula con los huesos del
antebrazo (radio y
cúbito) para formar la articulación del
codo. - Ilion: El ilion es uno de los tres huesos
pélvicos que forman la cintura pelviana. Es un hueso
ancho y acampanado que constituye las secciones superior y
lateral de la pelvis. El ilion se caracteriza por sus alas que
se extienden a cada lado de la espina dorsal, pareciendo una
hélice de un avión cuando se observa
lateralmente.
El cuerpo humano
contiene más de 650 músculos individuales fijados
al esqueleto, que proporcionan el impulso necesario para realizar
movimientos. Estos músculos constituyen alrededor del 40%
del peso total del cuerpo. El punto de unión del
músculo con los huesos o con otros músculos se
denomina origen o inserción. El punto de origen es el
punto de unión en el que se fija el músculo al
hueso. El punto de inserción es el punto de unión
con el hueso hacia el que se mueve el músculo.
Generalmente, los músculos están unidos por
resistentes estructuras
fibrosas denominadas tendones. Estas uniones conectan una o
más articulaciones, y
el resultado de la contracción muscular es el movimiento de
las articulaciones. El cuerpo se mueve principalmente por
grupos
musculares, no por músculos individuales. Estos grupos de
músculos impulsan todo tipo de acciones,
desde enhebrar una aguja hasta levantar objetos
pesados.
- Abductor largo del pulgar: Combinado con el extensor
corto del pulgar, el abductor largo del pulgar crea una forma
muscular estrecha y triangular que envuelve el extremo inferior
del radio (el hueso del antebrazo por el lado del pulgar). El
abductor largo del pulgar nace en el lado posterior del
cúbito y del radio y se inserta en la base del hueso
metacarpiano del pulgar, cerca de la palma. Este músculo
extiende el pulgar alejándolo de la mano (es decir,
realiza una abducción). También rota y flexiona
la mano a la altura de la muñeca. La combinación
del abductor largo del pulgar y el extensor corto del pulgar
forma el grupo de
músculos oblicuos de la mano, que produce una
pequeña pero importante convexidad en el tercer cuarto a
lo largo del perfil inferior (radial) del
antebrazo. - Aductor largo: Existen tres músculos aductores
en las piernas, el aductor largo, el aductor corto y el aductor
mayor. Los tres músculos aductores trabajan con el
pectíneo para mover el muslo hacia dentro. Son
músculos potentes que rotan el muslo hacia fuera y lo
mueven hacia el lado opuesto, como el movimiento
realizado al cruzar las piernas. El aductor largo es un
músculo triangular largo, que tiene en su origen tanto
fibras carnosas como un resistente tendón en un
área pequeña de la parte delantera del hueco
púbico de la pelvis y se inserta en el fémur
(hueso superior de la pierna). El aductor corto está
situado detrás del aductor largo. El aductor mayor es un
gran músculo triangular que forma una pared divisoria
entre los músculos de la parte interna del muslo y los
de la parte posterior. Está situado en el interior del
muslo. Este largo músculo surge de un estrecho punto de
la pelvis, pasa entre las masas musculares del tendón
del hueco poplíteo y del cuadriceps y termina, en su
apéndice más ancho, en la parte posterior del
fémur. Es un potente músculo que realiza la
aducción del muslo. La pequeña porción
superior del aductor mayor se denomina aductor
menor. - Bíceps braquial: El bíceps braquial
(músculo del brazo con dos porciones) está
formado por la porción larga y la porción corta.
Se extiende desde el hombro hasta el codo y es el flexor
principal de la articulación del codo. Trabajando
conjuntamente con otros músculos adyacentes
también puede mover el hombro, pues sus extremos
superiores están unidos a la escápula
(omóplato). Además, puede rotar la parte inferior
del brazo de forma que la palma se encuentre hacia arriba, un
movimiento denominado supinación. En su extremo
inferior, el bíceps se estrecha en un tendón
plano y fuerte que está fijado firmemente a una
protuberancia del extremo superior del radio. El bíceps
y el tríceps trabajan de forma conjunta para controlar
el movimiento de subida y bajada del antebrazo. - Supinador: El braquiorradial o supinador se origina a
dos tercios de la longitud del húmero (el hueso de la
parte superior del brazo) entre el tríceps y el
braquial. El músculo comienza siendo ancho y plano y va
rotando hacia la parte delantera del brazo al descender. En ese
punto se vuelve a hacer ancho y plano antes de terminar en un
tendón plano, que se inserta en el radio por el lado del
pulgar. Al contrario de la mayoría de los tendones
largos del antebrazo, el tendón no cruza la
articulación de la muñeca, sino que termina en el
extremo distal del radio. Este músculo dobla el brazo
por el codo, aunque no interviene en el movimiento de giro del
antebrazo. - Deltoides: El deltoides es un músculo potente,
grande y grueso. Tiene forma triangular y una textura gruesa.
En su parte más ancha comienza en la clavícula y
en la espina de la escápula (omóplato), cubriendo
la parte más externa de la articulación del
hombro, proporcionando al hombro su aspecto redondeado, y se
inserta en el húmero (hueso de la parte superior del
brazo). Este músculo mueve el húmero y se utiliza
para levantar el brazo hacia fuera desde el lateral. Trabaja
con el pectoral mayor para mover el brazo hacia delante y con
el redondo mayor y el dorsal ancho para mover el brazo hacia
atrás. - Oblicuo externo: El oblicuo externo es una
lámina muscular grande y delgada que recorre el lateral
del torso y parcialmente la parte delantera. Este
músculo se divide en dos porciones, una porción
torácica superior y una porción lateral inferior.
La porción torácica está situada a lo
largo de la caja torácica. Cuando el músculo se
encuentra relajado pueden apreciarse costillas individuales
debajo. La porción lateral inferior está situada
a lo largo del lateral del abdomen, entre la caja
torácica y la pelvis. La mayor parte de este
músculo se encuentra oculta por una capa de grasa. Las
dos porciones se unen en la cintura. Este músculo se
utiliza al doblar el cuerpo hacia delante y girar de lado a
lado. - Gemelos: Los músculos gemelos se encuentran
conectados a dos articulaciones, la rodilla y el tobillo.
Están formados por un gemelo externo, uno interno y un
único tendón de inserción. Cada uno es una
gruesa columna muscular, separado por la parte posterior de la
rodilla. Al descender se unen. El gemelo interno es mayor y
envuelve la pierna más hacia la parte delantera que el
gemelo externo. Ambos terminan en la mitad de la pierna o
ligeramente más arriba, donde se unen al tendón.
Los dos gemelos forman la protuberancia fusiforme de la
pantorrilla de la pierna. El tendón desciende y se funde
con el tendón del sóleo, que se encuentra justo
debajo, formando el tendón de Aquiles, que se inserta en
el hueso del talón. Los músculos gemelos impulsan
al cuerpo al andar, correr o saltar. Eleva el talón, que
levanta el cuerpo. También contribuye, aunque
mínimamente, a flexionar la articulación de la
rodilla. - Occipitofrontal: El occipitofrontal es una ancha capa
músculo-fibrosa que cubre el epicráneo (la parte
superior del cráneo). Está formada por dos
delgadas capas musculares. La porción occipital, en
ocasiones denominada músculo occipital, tiene forma
cuadrilátera y alrededor de cuatro centímetros de
longitud, y cubre la parte posterior del cráneo. La
porción frontal tiene también forma
cuadrilátera. Es más ancha y sus fibras son de
mayor longitud. Cubre la frente. Las porciones frontal y
occipital del músculo están unidas por un
tendón delgado y plano denominado aponeurosis
epicraneal. La aponeurosis está situada sobre el
músculo y cubre la parte superior del cráneo.
Trabaja con el músculo occipitofrontal para mover el
cuero cabelludo. El músculo frontal eleva las cejas y
mueve el cuero cabelludo hacia delante. El músculo
occipital mueve el cuero cabelludo hacia
detrás.
El sistema nervioso
del cuerpo humano se encarga de enviar, recibir y procesar los
impulsos nerviosos. El funcionamiento de todos los
músculos y órganos del cuerpo depende de estos
impulsos. Tres sistemas trabajan
conjuntamente para llevar a cabo la misión del
sistema nervioso:
el central, el periférico y el autónomo. El
sistema nervioso
central es el encargado de emitir impulsos nerviosos y
analizar los datos
sensoriales, e incluye el encéfalo y la médula
espinal. El sistema nervioso
periférico tiene la misión de
transportar los impulsos nerviosos a y desde las numerosas
estructuras
del cuerpo, e incluye numerosos nervios craneoespinales que se
bifurcan desde el encéfalo y desde la médula
espinal. El sistema nervioso
autónomo esta formado por los sistemas
simpático y parasimpático, y se encarga de regular
y coordinar las funciones de las
partes vitales del cuerpo.
De todos estos elementos, el encéfalo es el
más importante del sistema nervioso. El encéfalo
está situado en la cavidad del cráneo. Sin su
membrana protectora más externa, la duramadre, el
encéfalo pesa aproximadamente 1,4 kilogramos,
representando el 97% de todo el sistema nervioso
central. El encéfalo está conectado al extremo
superior de la médula espinal (que está comunicado
con el cráneo a través del agujero mayor o foramen
mágnum) y es el responsable de emitir impulsos nerviosos,
procesar los datos de estos
impulsos y de parte de los procesos
mentales de orden superior. El encéfalo se puede dividir
en tres partes: cerebro, cerebelo
y tronco cerebral, que se une a la médula espinal. El
tronco cerebral también se puede dividir en médula
oblongata o bulbo raquídeo, mesencéfalo y
protuberancia.
- Plexo braquial: El término "plexo" hace
referencia a una gran red de nervios y vasos
sanguíneos. El sistema nervioso presenta varias de estas
redes, en las
que se juntan las fibras nerviosas autónomas y
voluntarias. Estas redes incluyen el plexo
braquial (hombro), el plexo cervical (cuello), el plexo
coccígeo (cóccix) y el plexo sacro o lumbosacro
(parte inferior de la espalda). - Cerebelo: El cerebelo es la segunda división
más pequeña del encéfalo y se encuentra
debajo del cerebro y en la
parte posterior del encéfalo. El cerebelo tiene una
parte central, denominada vermis, y dos partes laterales, o
hemisferios. El cerebelo se encarga de coordinar y modificar la
actividad resultante de impulsos y órdenes enviados
desde el cerebro. Recibe información de terminaciones nerviosas
que se distribuyen por todo el cuerpo, como el centro de
equilibrio
en el oído
interno, y ajusta estas acciones
enviando las señales reguladoras a las neuronas motrices
del encéfalo y de la médula espinal. Si el
cerebelo resulta dañado, el individuo perderá
facultades para coordinar con precisión los
músculos y otras acciones adicionales de los procesos
motrices (ataxia). - Cerebro: El cerebro es la parte más voluminosa
del encéfalo. Esta formado por una gran masa de fibras
nerviosas blancas y grises en su parte superior. Es el
responsable de parte de los procesos mentales de orden superior
(memoria,
juicio, razonamiento), de procesar los datos sensoriales y de
procesos motrices iniciales, como la flexión voluntaria
de músculos. El cerebro tiene dos partes laterales o
hemisferios, que presentan un gran número de repliegues
y surcos conectados en la parte central de la médula. El
cerebro se divide en cuatro secciones, o lóbulos, cuyos
nombres dependen del hueso craneal que tienen más cerca:
el lóbulo frontal, el occipital, el parietal y el
temporal. El líquido cefalorraquídeo protege el
cerebro y se envía a estos lóbulos gracias a los
ventrículos laterales que envían ramas, o
cuernos, a los lóbulos occipital, frontal y temporal.
Las funciones de
cada lóbulo están coordinadas por fibras
conectivas. La más larga y densa de estas fibras forma
el cuerpo calloso, que une los dos hemisferios y llega hasta la
superficie (corteza cerebral) mediante ramificaciones. Las
otras dos fibras conectivas se denominan comisura anterior, que
contiene fibras olfativas y otras conexiones temporales, y
comisura del hipocampo, que se encuentra transversalmente
debajo de la parte posterior del cuerpo calloso y que
está especialmente relacionado con los centros olfativos
del encéfalo. El encéfalo humano, que contiene
alrededor de un billón de neuronas, es el mecanismo
más complejo que se conoce y sus numerosas funciones
siguen admirando y centrando muchas investigaciones. - Nervio peroneo común: Los nervios peroneos
incluyen los nervios común, superficial y profundo.
Estos nervios se originan en los nervios ciáticos, que
se ramifican desde la médula espinal entre la cuarta
vértebra lumbar y la tercera vértebra sacra, y se
extienden hasta los músculos de la pantorrilla y hasta
la piel de los
pies y de los dedos. - Nervios craneales: Los doce nervios craneales inervan
los músculos y la piel de la
cabeza, del cuello y, como en el caso del vago y de los nervios
espinales, otras partes importantes del cuerpo. Estos nervios
surgen en protuberancias, en el prosencéfalo, en la
médula oblongata o bulbo raquídeo y en la parte
superior de la médula espinal, entre las primeras
vértebras cervicales. Los cuatro primeros incluyen los
olfatorios (1¦), que invervan la mucosa nasal y
facilitan el gusto, el óptico (2¦), que inerva la
retina y facilita la vista, el oculomotor común
(3¦), que inerva la pupila y los cilios del ojo y el
troclear (4¦), que inerva los músculos oblicuos
superiores del ojo. El siguiente nervio craneal es el
trigémino (5¦), que presenta tres partes: la
oftálmica (ojo), la maxilar (paladar superior y cara) y
la mandibular (mandíbula, lengua y
región auriculotemporal). Los tres siguientes nervios
son el motor ocular
externo (que inerva el recto lateral del ojo), el facial
(músculos faciales y del oído) y
el auditivo (parte externa e interna del oído) El noveno
nervio craneal es el glosofaríngeo, que inerva la
faringe, la lengua y el tímpano del oído. El
décimo nervio craneal, el vago, presenta varias
ramificaciones que inervan un importante números de
órganos, como el corazón,
los pulmones y el estómago. El siguiente nervio
(11¦) se denomina nervio espinal accesorio e inerva el
cuello y la garganta, incluyendo la faringe y las
glándulas cervicales linfáticas. El último
nervio craneal (12¦) es el hipogloso, que inerva la
lengua. - Nervio peroneo profundo: Los nervios peroneos
incluyen los nervios común, superficial y profundo.
Estos nervios se originan en los nervios ciáticos, que
se ramifican desde la médula espinal entre la cuarta
vértebra lumbar y la tercera vértebra sacra, y se
extienden hasta los músculos de la pantorrilla y hasta
la piel de los pies y de los dedos. - Nervio femoral: Los nervios femorales se ramifican
desde la médula espinal entre la segunda y la cuarta
vértebra lumbar. Se extienden por la pierna hacia abajo
para inervar los músculos y la piel de dicha zona,
incluyendo el muslo, la rodilla, parte de la pantorrilla, el
tobillo y el pie. - Nervio iliohipogástrico: El nervio
iliohipogástrico parte de la médula espinal a la
altura de la primera vértebra lumbar. Se extiende hasta
la piel que cubre el pubis y la parte de la región
glútea en la cintura.
Para que el cuerpo se mantenga con vida, cada una de sus
células
debe recibir un aporte continuo de alimento y oxígeno. A la vez, debe recogerse el
dióxido de carbono y
otros materiales
producidos por estas células
para eliminarlos del cuerpo. Este proceso lo
realiza continuamente el sistema
circulatorio. El sistema
circulatorio principal está formado por el corazón y
los vasos sanguíneos, que juntos mantienen el flujo de
sangre
continuo por todo el cuerpo transportando oxígeno
y nutrientes y eliminando dióxido de carbono y
productos de
desecho de los tejidos periféricos. Un subsistema del sistema
circulatorio, el sistema linfático, recoge el fluido
intersticial y lo devuelve a la sangre. El
corazón bombea sangre oxigenada desde los pulmones a todas
las partes del cuerpo a través de una red de arterias y
ramificaciones más pequeñas denominadas arteriolas.
La sangre vuelve al corazón mediante pequeñas
venas, que desembocan en venas más grandes. Las arteriolas
y las vénulas están unidas mediante vasos
más pequeños aún denominados metarteriolas.
Los capilares, vasos sanguíneos del grosor de una célula, se
ramifican desde las metarteriolas y luego se vuelven a unir a
estas. El intercambio de oxígeno y dióxido de
carbono en la sangre tiene lugar en esta red de finos capilares. Un
adulto por término medio tiene unos 96.540 Km. de vasos
sanguíneos en su cuerpo.
- Arteria angular: La arteria angular comienza al final
de la arteria facial. Asciende hacia los ojos, suministrando
riego sanguíneo al conducto lagrimal y a los
músculos orbiculares del párpado. La arteria
angular también tiene ramificaciones en la
mejilla. - Arteria tibial anterior: Las arterias tibiales
anterior y posterior se ramifican desde la arteria
poplítea y suministran sangre a las piernas y pies. La
arteria posterior tibial es una arteria grande que atraviesa
las piernas hasta los pies, y ahí se ramifica en la
arteria plantar interna y externa (arterias de la planta del
pie). La arteria tibial interior se convierte en la arteria
dorsal del pie en la articulación del
tobillo. - Aorta: El vaso sanguíneo más grande del
cuerpo es la aorta, que sale del corazón y baja hacia la
parte inferior del cuerpo. Tiene un diámetro de unos dos
centímetros y medio y la sangre sale a través de
la misma a una velocidad de
unos veinte centímetros por segundo. La aorta
está dividida en varias partes: la aorta ascendente, el
arco de la aorta y las partes torácica y abdominal de la
aorta descendente. - Arco de la aorta: El vaso sanguíneo más
grande del cuerpo es la aorta, que sale del corazón y
baja hacia la parte inferior del cuerpo. Tiene un
diámetro de unos dos centímetros y medio y la
sangre sale a través de la misma a una velocidad de
unos veinte centímetros por segundo. La aorta
está dividida en varias partes: la aorta ascendente, el
arco de la aorta y las partes torácica y abdominal de la
aorta descendente. - Arteria arqueada: Las arterias arqueadas son
pequeños ramos curvos de arterias que suministran sangre
renovada al cerebro. El suministro de sangre al cerebro es
constante, unos 250 milímetros por segundo. El cerebro
es más sensible a la falta de oxígeno que
cualquier otro órgano del cuerpo. Las células del
cerebro sufren daño permanente si se detiene el
suministro de sangre durante más de dos minutos. Por
este motivo, el cuerpo ha desarrollado un sistema de seguridad,
denominado autorregulación, mediante el que varios
nervios actúan para mantener el nivel de flujo de sangre
al cerebro incluso si el flujo cae drásticamente en el
resto del cuerpo, como en el caso de una fuerte
hemorragia. - Arteria axilar: En el lateral de la primera costilla,
la arteria subclavia se convierte en arteria axilar (arteria de
la axila) que continua en descenso hasta el borde inferior del
músculo redondo mayor y se convierte en la arteria
braquial. La arteria se divide en tres ramos alrededor del
músculo pectoral menor, uno sobre el músculo,
otro detrás del músculo y el otro debajo del
músculo. La arteria suministra sangre oxigenada al brazo
y al área torácica superior. - Arteria braquial: La arteria braquial suministra
sangre oxigenada a los brazos. Comienza en el borde inferior
del músculo redondo mayor y se extiende hasta justo
debajo de la articulación del hombro. Después se
ramifica en las arterias radial y cubital. Se puede sentir el
pulso situando las yemas de los dedos a lo largo de la arteria
braquial en la curva del hombro a lo largo del margen interior
del músculo bíceps. - Capilares: Unos diez mil millones de capilares se
entrelazan por todos los tejidos del
cuerpo, suministrando sangre a todas las células. Son
los vasos sanguíneos más pequeños, de
tamaño microscópico, y contienen menos del cinco
por ciento del volumen total
de la sangre que circula. Los capilares se ramifican desde las
metarteriolas que conectan las arteriolas con las
vénulas. Los capilares tienen paredes finas, del grosor
de una célula, y en ellos tiene lugar el
intercambio metabólico y de oxigeno.
Cuando la sangre fluye a través de los capilares en los
pulmones, cambia de sangre venosa a sangre arterial descargando
dióxido de carbono y recogiendo oxígeno. Su
color cambia en
el proceso de
carmesí oscuro a escarlata brillante. Cuando la sangre
fluye a través de tejidos capilares, cambia de sangre
arterial a venosa. El oxígeno deja la sangre para
introducirse en las células, y el dióxido de
carbono sale de las células y se introduce en la
sangre.
El sistema
respiratorio es el responsable de aportar oxígeno a la
sangre y expulsar los gases de
desecho, de los que el dióxido de carbono es el principal
constituyente, del cuerpo. Las estructuras superiores del
sistema
respiratorio están combinadas con los órganos
sensoriales del olfato y el gusto (en la cavidad nasal y en la
boca) y el sistema digestivo
(desde la cavidad oral hasta la faringe). En la faringe, los
órganos respiratorios especializados se bifurcan. La
laringe está situada en la parte superior de la
tráquea. La tráquea desciende hacia los bronquios,
que se ramifican en la bifurcación traqueal para pasar a
través de los hilios de los pulmones izquierdo y derecho.
Los pulmones contienen los pasillos más estrechos, o
bronquiolos, que transportan aire a las
unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos.
Allí, en los miles de diminutas cámaras alveolares,
se transfiere el oxígeno a través de la membrana de
la pared alveolar a las células sanguíneas de los
capilares. Del mismo modo, los gases de
desecho se desprenden de las células sanguíneas
hacia el aire en los
alvéolos, para ser expelidos en la exhalación. El
diafragma, un músculo grande y delgado situado debajo de
los pulmones, y los músculos intercostales y abdominales
son los responsables de ayudar al diafragma, contrayendo y
expandiendo la cavidad torácica por efecto de la respiración. Las costillas funcionan como
soporte estructural de todo el conjunto torácico y las
membranas pleurales ayudan a proporcionar lubricación a
los órganos respiratorios de forma que no se irriten
durante la respiración.
- Alvéolos: El sistema respiratorio es el
responsable de aportar oxígeno a la sangre y expulsar
los gases de desecho, de los que el dióxido de carbono
es el principal constituyente, del cuerpo. Las estructuras
superiores del sistema respiratorio están combinadas con
los órganos sensoriales del olfato y el gusto (en la
cavidad nasal y en la boca) y el sistema
digestivo (desde la cavidad oral hasta la faringe). En la
faringe, los órganos respiratorios especializados se
bifurcan. La laringe está situada en la parte superior
de la tráquea. La tráquea desciende hacia los
bronquios, que se ramifican en la bifurcación traqueal
para pasar a través de los hilios de los pulmones
izquierdo y derecho. Los pulmones contienen los pasillos
más estrechos, o bronquiolos, que transportan aire a las
unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos.
Allí, en los miles de diminutas cámaras
alveolares, se transfiere el oxígeno a través de
la membrana de la pared alveolar a las células
sanguíneas de los capilares. Del mismo modo, los gases
de desecho se desprenden de las células sanguínea
hacia el aire en los alvéolos, para ser expelidos en la
exhalación. El diafragma, un músculo grande y
delgado situado debajo de los pulmones, y los músculos
intercostales y abdominales son los responsables de ayudar al
diafragma, contrayendo y expandiendo la cavidad torácica
por efecto de la respiración. Las costillas funcionan
como soporte estructural de todo el conjunto torácico y
las membranas pleurales ayudan a proporcionar
lubricación a los órganos respiratorios de forma
que no se irriten durante la respiración. - Bronquios: Los bronquios son los tubos que
transportan aire desde la tráquea a los lugares
más apartados de los pulmones, donde pueden transferir
oxígeno a la sangre en pequeños sacos de aire
denominados alvéolos. Dos bronquios principales, los
bronquios derecho e izquierdo, se ramifican desde el extremo
inferior de la tráquea en lo que se conoce como la
bifurcación de la tráquea. Un bronquio se
extiende en cada pulmón. Los bronquios continúan
dividiéndose en pasillos menores, denominados
bronquiolos, formando ramificaciones como en un árbol
que se extienden por todo el esponjoso tejido pulmonar. El
exterior de los bronquios se compone de fibras elásticas
y cartilaginosas, y presenta refuerzos anulares de tejido
muscular liso. Los bronquios pueden expandirse durante la
inspiración, permitiendo que se expandan los pulmones a
su vez, y contraerse durante la expiración cuando se
exhala el aire. - Red capilar: La red capilar del tejido alveolar
permite la transmisión de gases entre el aire de los
alvéolos y las células sanguíneas dentro
de los capilares. Los diminutos capilares son tan
pequeños que sólo permiten que pase a
través una célula sanguínea cada vez. Este
orden en fila, combinado con la delicada membrana semipermeable
que separa el saco alveolar de los capilares, permite que se
produzca la difusión, proceso por el que una sustancia
(en este caso, oxígeno y dióxido de carbono)
atraviesa una membrana semipermeable desde una zona de alta
concentración a otra de menor concentración. Las
células sanguíneas que atraviesan los capilares
tienen muy poca cantidad de oxígeno y gran cantidad de
dióxido de carbono y otros gases de desecho. Como
resultado, el dióxido de carbono pasa por
difusión a través de la membrana hacia el aire de
los alvéolos (que es menos rico en dióxido de
carbono). De forma similar, el oxígeno contenido en el
aire de los alvéolos atraviesa la membrana para pasar a
las células sanguíneas. De esta forma, la sangre
se libera del exceso de dióxido de carbono (que se
exhala a continuación) y se regenera con oxígeno.
Las células sanguíneas regeneradas
continúan por las metavénulas, vénulas y
venas pulmonares hacia el corazón, desde el que son
bombeadas al resto del cuerpo. - Cilios: Los cilios son diminutos pelos que cubren la
parte interna de muchos revestimientos mucosos. Estos se
encuentran por todo el cuerpo y, gracias a su movimiento en
ondas,
funcionan como filtro y transportan material en
partículas a los largo de la superficie del
revestimiento mucoso. Los cilios respiratorios son responsables
de ayudar en la tarea de filtrado del polvo y otras sustancias
del aire inhalado y transmitirlo con mucosa hacia la faringe
para ser tragado. Los revestimientos mucosos de la cavidad
nasal, faringe, tráquea y de los bronquios contienen
estas estructuras. - Diafragma: El diafragma es el músculo
principal responsable de la respiración. Conectado a la
pared abdominal, las vértebras lumbares, las costillas
inferiores, el esternón y el pericardio del
corazón por tejido tendinoso, el delgado diafragma crea
una división entre la cavidad torácica y la
abdominal. El diafragma forma una estructura
abovedada, y cuando se contrae desciende a una posición
más plana. Este alisamiento provoca un vacío en
la cavidad torácica y presión
en la cavidad abdominal. El vacío se rellena con la
expansión del tejido pulmonar y el aire inhalado. La
presión
sobre las vísceras inferiores resulta de mucha ayuda en
el parto y en
el empuje de la materia
fecal a través del tracto intestinal inferior para su
expulsión. Cuando el diafragma se relaja y toma forma
abovedada, el aire es expelido y los pulmones se contraen.
Aunque los músculos intercostales y abdominales se
utilizan también en la respiración, durante el
sueño, esta es debida principalmente a las contracciones
del diafragma. - Cavidad del corazón: Entre los dos pulmones
existe un espacio ocupado por el corazón. Esta cavidad
es más pronunciada en el pulmón izquierdo, que es
ligeramente cóncavo, que en el derecho. El pericardio
del corazón está en contacto directo con el
revestimiento pleural de los pulmones y está unido a la
porción tendinosa del músculo
diafragmático. - Laringe: La laringe es la apertura de la
tráquea donde se une a la faringe. Su parte saliente,
con el cartílago tiroides, puede apreciarse en el
exterior de la garganta, y se conoce comúnmente como el
"bocado de Adán". La laringe sirve para cerrar la
tráquea durante el acto de tragar de forma que la comida
no pase a los conductos respiratorios y facilita el tragado
ascendiendo la parte posterior de la lengua. La laringe, que
contiene las cuerdas vocales, permite la vocalización
manipulando dichas cuerdas para hacer que vibren con un tono
determinado cuando pasa el aire por la laringe. La laringe se
compone de tres estructuras cartilaginosas: el cricoides, la
epiglotis y el tiroides. El cartílago cricoides,
circular, sirve para reforzar la parte superior de la
tráquea para poder
mantener abiertas las vías de aire. La epiglotis, con
forma de solapa, ayuda a cerrar las vías de aire durante
el acto de tragar, descendiendo para unirse a la laringe,
levantada a su vez, para evitar que la comida entre en la
tráquea. El cartílago tiroides forma la mayor
parte de la estructura de la laringe, fijando la epiglotis por
medio de las cuerdas vocales falsas, y las cuerdas vocales
verdaderas a las apófisis vocales del cartílago
aritenoides de la glotis. El tono de voz depende en gran medida
de la elasticidad
y la tensión en las cuerdas vocales verdaderas. Cuando
el ángulo del cartílago tiroides desciende en los
varones durante la pubertad, la tensión de las cuerdas
vocales disminuye, dando como resultado una voz más
grave. - Lóbulo: Los pulmones presentan fisuras que
dividen las estructuras generales en lóbulos menores. El
pulmón izquierdo tiene una fisura horizontal que lo
divide en dos lóbulos (superior e inferior). El
pulmón derecho tiene una fisura horizontal y otra
oblicua, que lo dividen en tres lóbulos (superior, medio
e inferior). Debido a este tercer lóbulo, el
pulmón derecho es mayor que el izquierdo,
extendiéndose más abajo en la cavidad abdominal.
Ambos pulmones están incluidos en un saco pleural y
separados por el mediastino, una membrana que se extiende desde
la columna vertebral por detrás hasta el esternón
por delante.
El sistema digestivo tiene la función
de procesar el alimento, separando las proteínas, los hidratos de carbono, los
minerales,
las grasas y otras sustancias que necesita el cuerpo, e
introducirlo todo en la corriente sanguínea de modo que
lo pueda utilizar el cuerpo. El tracto digestivo comienza en la
boca, donde la mandíbula y la lengua comienzan a
deshacer el alimento con la ayuda de la saliva secretada por
las glándulas salivares. El alimento masticado,
combinado con la saliva, se ingiere y se transporta por el
esófago mediante movimientos peristálticos
(contráctiles) hasta el estómago. En el
estómago, el alimento se combina con ácido
clorhídrico que ayuda a deshacerlo más. Cuando se
ha digerido completamente el alimento, el resto de fluido,
denominado quimo, pasa a través del píloro a los
intestinos grueso y delgado. En el largo y serpenteado
intestino delgado, se absorben de la corriente sanguínea
los nutrientes del quimo, dejando los residuos que no sirven.
Estos residuos pasan a través del colon (donde la
corriente sanguínea absorbe la mayor parte del agua) y se
introducen en el recto donde se almacenan antes de excretarse.
Estos desechos sólidos, denominados heces, se unen y en
el proceso de excreción pasan a través del canal
anal y el ano. A lo largo del tracto digestivo, el
páncreas, el bazo, el hígado y la vesícula
biliar segregan enzimas que
ayudan durante el proceso digestivo.
- Ano: El ano es el esfínter que regula el
orificio inferior del tracto digestivo. El esfínter
mantiene el ano cerrado, abriéndolo durante la
excreción para permitir que pasen las heces. - Apéndice: El apéndice es una
pequeña unión con forma de gusano en el extremo
del ciego. Por su forma, a veces se le llama apéndice
vermiforme (forma de gusano). La evidencia nos ha mostrado que
en la antigüedad el apéndice debería haber
tomado parte en la digestión de materia
duradera, como la quitina de insecto o la corteza de
árbol, pero ahora es aparentemente vestigial
(innecesario) en la anatomía moderna.
La inflamación del apéndice se denomina
apendicitis y su eliminación es una de las operaciones
quirúrgicas que se realizan más a
menudo. - Esófago: El esófago es el tubo largo y
flexible que comienza en la faringe y termina en el cardias en
la parte superior del estómago. El esófago medio
tiene unos veinticinco coma cuatro centímetros de largo,
y sus paredes están formadas de fibra muscular que
realizan movimientos de contracción (denominados
perístasis) para impulsar el bolo (glóbulos) de
alimento masticado con saliva hacia el estómago. El
malestar por acidez se produce cuando el ácido estomacal
se vierte en el esófago. Dado que el esófago no
tiene una capa de mucosa como la tiene el estómago, el
ácido produce dolor que se genera justo detrás
del esternón y parece que viene del corazón, de
ahí que se utilice bastante el término
"acidez". - Vesícula biliar: La vesícula biliar
tiene la función
de concentrar y almacenar la bilis que produce el hígado
en forma diluida y secretar la bilis a través del
conducto cístico al duodeno donde puede ser de utilidad en el
proceso de digestión. La vesícula biliar es un
órgano azul verdoso, de unos siete coma sesenta y dos
centímetros y está situada en la superficie
inferior del hígado. La bilis está compuesta de
colesterol, sales biliares y pigmento biliar. La bilis no es
fundamental para la supervivencia del ser humano, y
podría eliminarse sin que produjera graves efectos
adversos. La cristalización de las sales biliares en la
vesícula biliar da origen a cálculos biliares,
que a menudo requieren operación
quirúrgica. - Intestino grueso: El intestino grueso es un amplio
tubo ondulado que recibe el producto
resultante de la digestión del intestino delgado y lo
transporta hasta que se excreta, y sigue procesando el material
que llega. Cualquier material alimenticio que no se haya
absorbido se almacena en el intestino grueso hasta que el
cuerpo pueda reabsorber el agua del
mismo de forma parcial, después pasa los residuos por el
ano para su eliminación. La sobre absorción de
agua de los
materiales
residuales puede que deje las heces duras y ligeramente secas
que pueden chocar, dificultando su eliminación. Esta
condición se conoce como estreñimiento. Si no se
reabsorbe suficiente líquido, normalmente debido a
infecciones víricas o mala nutrición, el
intestino grueso pasa demasiado líquido al ano,
dificultando el control de
la eliminación. Esta condición, y el fluido (que
a menudo daña los tejidos anales) se conoce como
diarrea. El intestino grueso está dividido en ocho
secciones: el ciego, el apéndice, el colon ascendente,
el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoideo,
el recto y el ano. - Hígado: El hígado es la glándula
más grande del cuerpo y tiene varias funciones
importantes. Pesa aproximadamente un kilo trescientos cincuenta
y nueve gramos y es de color
rojo-marrón; este órgano presenta un alto grado
de vascularidad que es lo que le da el color oscuro. La mayor
parte está situada en el lateral derecho de la cavidad
abdominal, justo sobre el duodeno; el hígado ayuda a la
digestión de las grasas secretando bilis al duodeno. El
hígado también destruye los glóbulos
rojos, forma la urea para la excreción de los restos
nitrogenados, forma el fibrinógeno que se utiliza en la
coagulación de la sangre, almacena glucógeno, que
ayuda en el metabolismo
y almacenamiento de las vitaminas y
produce sustancias protectoras y antitóxicas, entre
muchas de sus funciones. - Boca: La boca es un área voluble de la
anatomía humana, encargada de articular la voz,
degustar, masticar y tragar alimento. La cavidad bucal
está situada justo debajo de la cavidad nasal y
está formada por los huesos palatinos y la
apófisis palatina de la maxilar en la parte superior y
por la mandíbula en la parte inferior. En la apertura de
la cavidad bucal están los labios, que son estructuras
musculares recubiertas de una fina piel membranosa. Los labios
ocluyen la cavidad bucal durante la masticación para
retener dentro el alimento y el líquido, ayudan a
controlar el alimento durante la masticación y facilitan
la articulación de la voz. Dentro de la cavidad bucal,
los dientes se extienden por debajo desde sus alvéolos
maxilares y por encima desde sus alvéolos mandibulares
para formar el arco dental. Los músculos y la piel de
las mejillas cubren los laterales externos de la cavidad bucal,
mientras que las estructuras musculares de la lengua y el
revestimiento mucoso sublingual y los músculos forman la
parte inferior de la cavidad bucal.
Cuando se introduce alimento en la boca, los labios se
cierran, a la vez que las glándulas salivares producen
saliva. La saliva lubrica la boca y humedece el alimento. La
superficie interior de los labios, la lengua y las mejillas
controlan el alimento situándolo entre los dientes para
que pueda triturarse. Con una acción combinada de estos
movimientos y un movimiento semicircular y afilado de los
dientes, se tritura el alimento y se forma una pasta con la
saliva. Las enzimas de la
saliva comienzan a separar el alimento y la lengua mueve una
parte de esta pasta alimenticia hacia la parte posterior de la
cavidad bucal impulsándola arriba y detrás a lo
largo del paladar duro. El paladar blando, a su vez, se levanta
para ocluir la cavidad nasal. La bola de pasta alimenticia,
denominada bolo, pasa a la faringe. La epiglotis baja para
cubrir las vías respiratorias de modo que el alimento no
se introduzca en la laringe. Desde la faringe, se producen
contracciones, denominadas movimientos peristálticos,
que impulsan el bolo hacia abajo y a través del
esófago al estómago, donde se digieren
más.
- Páncreas: El páncreas es una
glándula con forma de lóbulo grande que tiene la
función de secretar la hormona insulina y un fluido
alcalino que ayuda al proceso de digestión. La insulina
es importante en la utilización de azúcar en la sangre y la carencia de esta
hormona produce la diabetes
mellitus. El fluido digestivo se secreta directamente al
duodeno, justo debajo del estómago en el tracto
digestivo.
El sistema tegumentario incluye la piel, el pelo, las
uñas y las glándulas que cubren el cuerpo.
También incluye los ojos, los oídos, la nariz y la
boca. Todos ellos forman parte del sistema sensorial del cuerpo.
El mundo se percibe gracias a una serie de mensajes cifrados
(impulsos eléctricos) que se envían al cerebro a
través de los írganos sensoriales. Nuestra percepción
está principalmente desarrollada por la muestra de
sonidos que entra en el oído y la muestra de
luz que
perciben los ojos. Sin embargo, la sensación de tacto,
gusto y olfato también son importantes para la percepción
del mundo que nos rodea.
- Oído: El oído está dividido en
tres partes: el oído externo, el medio y el interno.
Cada sección tiene sus propias funciones dentro de un
proceso que convierte las ondas de
sonido en
impulsos nerviosos, los cuales se transmiten luego al cerebro.
El oído externo consta de dos partes: el pabellón
y el canal auditivo externo. Esta parte del oído recoge
y canaliza los sonidos. El oído medio, o cavidad
timpánica, es una pequeña cavidad formada en el
hueso temporal y es un intermediario en el procesamiento de la
energía acústica. Es el responsable de
incrementar la intensidad de las ondas de sonido que
entran y de convertirlas en vibraciones mecánicas que
pueden viajar fácilmente por el oído interno.
Presenta dos partes: un hueso y su correspondiente membrana.
Ambas tienen una forma complicada, por lo cual se las denomina
laberintos. Cada laberinto tiene tres partes: el
vestíbulo, el canal semicircular y la cóclea. El
oído interno contiene las células receptoras, las
cuales reciben vibraciones mecánicas y las envían
al cerebro. - Ojo: El globo del ojo se encuentra dentro de la
cavidad orbital (cuenca ósea) del cráneo,
centrado y a un lado en la parte superior. De todos los sentidos,
la vista suele considerarse la más importante.
Según se ha estimado, el 80% de la información que percibimos llega al
cerebro a través de los ojos. Estos transmiten
constantes corrientes de imágenes
al cerebro gracias a señales eléctricas y reciben
información de los rayos de luz. Estos
rayos pueden ser absorbidos o reflejados. Los objetos que
absorben todas las partes del espectro solar parecen negros,
mientras que los que reflejan toda la luz nos parecen blancos.
Los objetos con colores
absorben determinadas partes del espectro solar y reflejan
otras. Cuando observamos algo, los rayos de luz se reflejan en
el objeto llegando al ojo. La luz se refracta por la
córnea y pasa a través del humor vítreo y
de la pupila hasta el cristalino. El iris controla la cantidad
de luz que llega al ojo. A continuación, el cristalino
enfoca la luz a través del humor vítreo hasta la
retina, formando una imagen
invertida y hacia abajo. Las células sensibles a la luz
de la retina transmiten la imagen al
cerebro mediante señales eléctricas. - Uñas: Las uñas son simplemente otra
forma de piel. Están formadas por una proteína
denominada queratina que presenta un elevado contenido de
azufre. Al contrario de lo que se cree, la cantidad de calcio
es bastante baja. - Las uñas son un indicador de enfermedades. El cambio
brusco de su textura, color o ritmo de crecimiento puede ser
señal de que es necesario recibir algún consejo
médico. Aunque un especialista siempre estudiará
las uñas, es imposible diagnosticar una enfermedad sin
estudiar otros factores. - Mamas: Las mamas (o pechos) son glándulas
semiesféricas que se encuentran sobre los
músculos pectorales, principalmente sobre el pectoral
mayor, en un área entre la tercera y la sexta costilla a
cada lado del pecho. Se encuentran tanto en el hombre
como en la mujer,
aunque en los primeros su forma está poco desarrollada.
En las mujeres, el desarrollo
de los pechos suele ser la primera señal de la pubertad.
Este desarrollo
suele ocurrir alrededor de los 11 años, aunque
también puede darse desde los 9 o hasta los 13
años. - Nariz: El olfato es el sentido más
básico y primitivo. Es unas 10.000 veces más
sensible que el sentido del gusto. De hecho, la mayoría
de los sabores de la comida se huelen y no se saborean, como
corroborará cualquier persona que
tenga un resfriado. - La congestión nasal evita que las
pequeñas corrientes de aire, producidas al masticar y
tragar, lleguen a los receptores en el techo de la cavidad
nasal. Los receptores olfatorios del ser humano pueden
diferenciar varios miles de tipos de olores. Algunas personas
tienen mejor olfato que otras. La nariz también juega un
importante papel al
acondicionar el aire inspirado para la parte inferior del
tracto respiratorio. Este acondicionamiento incluye el control de
la temperatura
y de la humedad y la eliminación de polvo y organismos
infecciosos. - Piel y pelo: La piel tiene el mayor área de
superficie en el cuerpo humano y es el elemento más
pesado. En la superficie se encuentran las terminaciones
sensitivas y en la parte interior determinados órganos
que tienen unas funciones especiales, las glándulas
sudoríparas, los folículos pilosos y las
glándulas sebáceas. La piel protege los
órganos internos del cuerpo de posibles infecciones,
lesiones y rayos solares dañinos. También tiene
un papel
importante en la regulación de la temperatura
del cuerpo. Aunque la piel de un adulto puede llegar a pesar
alrededor de nueve kilogramos, en algunos lugares es tan fino
como el papel. - Lengua: La lengua suele ser plana y moderadamente
extensible. Consiste en una red de fibras
musculares estriadas, tejido fibroso, masas adiposas y
linfoides, glándulas salivales y una membrana mucosa
protectora. Es un músculo muy móvil que permite
degustar la comida, moverla de un lado a otro al masticar,
empujarla hasta la faringe (garganta) al tragar y es un
órgano imprescindible para poder
hablar. Deriva principalmente de la base de la faringe (o
tubérculo). Este tubérculo crece hacia delante y
se une con otros tejidos de la zona, formando este complejo
órgano muscular de múltiples
funciones.
Todos los órganos del sistema endocrino son
glándulas. Son diferentes del resto de las
glándulas porque liberan sustancias químicas,
conocidas como hormonas, en
la circulación sanguínea general. Otras
glándulas descargan sus secreciones en conductos hacia un
lugar concreto.
Estas glándulas se denominan exocrinas. Los órganos
del sistema endocrino se encuentran situadas en lugares del
cuerpo muy separados: en la cavidad craneal, en el cuello, en la
cavidad torácica, en la cavidad abdominal, en la cavidad
pélvica y fuera de las cavidades del cuerpo. Las hormonas que
liberan son muy importantes para las funciones corporales.
Regulan instintos básicos y emociones, como
los impulsos sexuales, violencia,
ira, miedo, alegría y tristeza. También estimulan
el crecimiento y la identidad
sexual, controlan la temperatura corporal, ayudan en la
reparación de tejidos dañados y ayudan a generar
energía.
- Glándulas adrenales: Las glándulas
adrenales se encuentran sobre la parte superior de cada
riñón en la zona abdominal. Aunque parece un
sólo órgano, en realidad son dos pequeñas
glándulas, cada una con un peso de unos 7 gramos. La
médula adrenal (la parte interna) es un agente del
sistema nervioso simpático y se activa mediante impulsos
nerviosos. El córtex adrenal (la parte externa se divide
en tres zonas: glomerulosa, fasciculada y reticular) es una
glándula endocrina verdadera que se activa con la
hormona adrenocorticotrófica (ACTH), enviada desde la
glándula pituitaria. La médula adrenal secreta
las catecolaminas epinefrina y noradrenalina. Estas hormonas
ayudan al cuerpo a reducir tensión nerviosa. Cuando el
sistema nervioso simpático reacciona ante emocione
intensas, como miedo o ira, se liberan grandes cantidades de
esta hormona. Esto puede causar una reacción de "lucha o
huida", en la que la presión sanguínea aumenta,
las pupilas se ensanchan y la sangre se desvía hacia los
órganos más vitales y los músculos del
esqueleto. El corazón también se estimula. El
córtex adrenal secreta dos hormonas: cortisol y
aldosterona. Estas hormonas se conocen conjuntamente como
corticosteroides. Ayudan al cuerpo a reducir tensión
nerviosa y son imprescindibles para la vida. El cortisol es un
generador de energía. Regula la conversión de
hidratos de carbono a glucosa y dirige las reservas al
hígado. También disminuye las inflamaciones. La
aldosterona regula el balance mineral y de agua en el cuerpo.
Evita la pérdida excesiva de agua a través de los
riñones y mantiene el balance entre sodio y potasio en
la corriente sanguínea. Este balance es importante en la
contracción muscular. - Hipotálamo: El hipotálamo está
formado por un minúsculo grupo de
células nerviosas situadas en el centro de la base del
cerebro. Este órgano sirve como vínculo entre el
sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino. El
hipotálamo es responsable de muchas funciones
corporales. Su función es integrar y asegurar respuestas
adecuadas a los estímulos. Regula el hambre, la sed, el
sueño y el insomnio. También juega un papel
importante en la regulación de la mayoría de los
mecanismos involuntarios del cuerpo, como la temperatura
corporal, el impulso sexual o el ciclo menstrual en las
mujeres. El hipotálamo también regula las
funciones de la glándula pituitaria. - Ovarios: Los ovarios son dos cuerpos con forma de
almendra de unos 3,5 centímetros de longitud que se
encuentran situados a cada lado de la pelvis. Cada ovario
contiene dos clases diferentes de estructura glandular: los
folículos de Graaf, que secretan estrógeno, y el
cuerpo lúteo, que secreta progesterona y algo de
estrógeno. La hormona estrógeno influye en el
desarrollo de los caracteres sexuales y en la maduración
de los órganos sexuales femeninos. La progesterona
influye en el desarrollo de las glándulas mamarias y
prepara el útero para la implantación del
óvulo. - Páncreas: El páncreas se encuentra
situado justo detrás de la parte inferior del
estómago. Es la segunda glándula del cuerpo en
tamaño, y es una glándula endocrina y exocrina.
Su función exocrina es producir jugos digestivos (jugos
pancreáticos) y liberarlos a través de un tubo,
el conducto pancreático, al intestino. La función
endocrina del páncreas es controlar la cantidad de
azúcar en la sangre. Las células
que controlan los niveles de azúcar en la sangre se
denominan islotes de Langerhans. Estos islotes son grupos
microscópicos de células esparcidas por todo el
tejido pancreático entre el resto de las células
pancreáticas aunque se encuentran concentradas
principalmente en la cola del páncreas. - Los islotes de Langerhans están formadas por
dos tipos de células: alfa y beta. Las células
alfa secretan una hormona llamada glucagón y las
células beta secretan insulina. La insulina y el
glucagón funcionan como un sistema de
comprobación y equilibrio
regulando el nivel de azúcar en sangre en el cuerpo. El
glucagón acelera el proceso de la glucogénesis en
el hígado (proceso químico por el cual la glucosa
almacenada en las células del hígado en forma de
glucógeno se convierte en glucosa; esta glucosa deja
entonces las células del hígado y pasa a la
sangre). Este proceso tiende a incrementar la
concentración de glucosa en la sangre. La insulina es un
antagonista del glucagón, pues reduce la cantidad de
concentración de glucosa en la sangre. La insulina
realiza este proceso acelerando su salida de la corriente
sanguínea, a través de las membranas celulares,
hacia las células. Como la glucosa entra en las
células a un ritmo más rápido, las
células aumentan su metabolismo
de glucosa. Todas las comidas que contienen azúcares y
almidón, como el pan, patatas y pasteles, se descomponen
en glucosa. De esta forma pueden ser absorbidos por cada
célula del cuerpo, incluyendo las células del
hígado, una de cuyas funciones principales es almacenar
azúcar. Las células absorben glucosa y la queman
en estructuras llamadas mitocondrias, utilizando la
energía que contiene y produciendo dióxido de
carbono y agua como productos
derivados. Este proceso de quemado es la principal fuente de
energía del cuerpo, y no podría tener lugar sin
la presencia de la insulina. La diabetes se
produce cuando el páncreas no produce suficiente
insulina y no se regula, por tanto, la concentración de
glucosa en la sangre. El nivel de glucosa normal para un adulto
medio está entre 80 y 120 miligramos de glucosa por cada
100 mililitros de sangre. Si los islotes de Langerhans secretan
demasiada poca insulina, se produce un exceso de glucosa, una
característica de la diabetes mellitus,
el trastorno más habitual del sistema
endocrino. - Paratiroides: Las glándulas paratiroides son
glándulas pequeñas, habitualmente cuatro,
incrustadas en la parte posterior del tiroides. Estas
glándulas producen la hormona parathormona, que regula
el nivel de calcio y fósforo en la sangre y huesos. La
parathormona tiende a aumentar la concentración de
calcio en la sangre incrementando la descomposición
ósea. Esta hormona tiene el efecto contrario de la
calcitonina (tirocalcitonina), que es secretada por la
glándula tiroides. El calcio juega un papel muy
importante en muchos procesos metabólicos; demasiado
calcio (hipercalcemia) o demasiado poco (picocalcemia) puede
alterar el funcionamiento normal de músculos y nervios.
La parathormona ayuda a mantener la homeostasis
de calcio en la sangre. Las células corporales son muy
sensibles a los cambios de la cantidad de calcio en la
sangre. - Glándula pituitaria: La pituitaria (o
hipófisis) es una glándula pequeña, no
más grande que un guisante, que se encuentra en la base
del cráneo en una pequeña depresión del hueso esfenoidal denominado
"silla turca". Está conectada y controlada por el
hipotálamo y a veces se la considera la glándula
principal, puesto que su función es coordinar el sistema
nervioso y el endocrino. Algunas de sus hormonas estimulan
otras glándulas endocrinas para que produzcan sus
propias hormonas. La pituitaria está compuesta en
realidad por dos glándulas: la glándula
pituitaria anterior (o adenohipófisis) y la posterior (o
neurohipófisis). Produce varias hormonas, una de las
cuales regula la retención de agua en los riñones
y otra tiene la misión de contraer el útero
durante el parto y de
estimular la secreción de leche en las
glándulas mamarias. Una de las hormonas más
importantes de la pituitaria es la del crecimiento. Esta
hormona controla el crecimiento regulando la cantidad de
nutrientes que recibe cada célula. Como la insulina, la
hormona del crecimiento también controla el nivel de
azúcar en la sangre. - Testículos: Los testículos consisten en dos
glándulas de forma ovalada de unos 3 centímetros
de longitud y 2,5 centímetros de ancho. Se encuentran
suspendidos en un saco denominado escroto fuera del cuerpo para
mantener la menor temperatura necesaria para la producción eficiente de esperma. Cada uno
de los testículos está formado por varias
secciones (lóbulos), y cada lóbulo está
formado a su vez por un delgado y largo túbulo
seminífero enrollado. Desde la pubertad, las
células de los túbulos seminíferos
producen casi continuamente espermatozoides, las células
reproductoras masculinas. Otras células, conocidas como
células intersticiales, secretan la hormona masculina
testosterona en la sangre. Estas células se encuentran
en numerosos grupos en el tejido conectivo situado entre los
túbulos seminíferos. La testosterona realiza
diversas funciones: es importante para el desarrollo de los
caracteres sexuales masculinos, estimula y mantiene el
desarrollo de los órganos accesorios masculinos (la
glándula prostática, vesículas seminales,
etc.), y tiene un efecto estimulante en el metabolismo de las
proteínas. - Timo: Situado sobre el corazón, el timo es un
órgano bilobulado cuya función principal es la de
desarrollar linfocitos. La linfa transporta glóbulos
blancos a este órgano, donde se multiplican y se
transforman en células especiales de lucha contra las
infecciones. Aunque la función del timo no se conoce en
su totalidad, se sabe que tiene un papel muy importante en el
desarrollo de la inmunidad ante diversas enfermedades. Muchos
investigadores opinan que el timo produce los linfocitos
originales formados en el cuerpo antes del nacimiento y
continúa produciéndolos después. Los
linfocitos viajan desde el timo a los nódulos
linfáticos y al bazo a través de la
circulación sanguínea. También se cree que
el timo sintetiza una hormona esencial para la inmunidad. Esta
hormona, conocida como factor humoral del timo (THF), debe
estar presente durante un corto periodo de tiempo
después del nacimiento del niño para poder
desarrollar la inmunidad mínima necesaria. Los
investigadores piensan que la hormona producida por el timo
actúa sobre los linfocitos, haciendo que los linfocitos
B se conviertan en células plasmáticas, las
cuales forman anticuerpos que producen inmunidades. Tras la
pubertad, el timo comienza a disminuir de tamaño. Su
función principal parece desarrollarse durante las
primeras etapas de la vida en el desarrollo de la
inmunidad.
El sistema linfático no es un sistema separado
del organismo. Se considera parte del sistema circulatorio porque
lo constituye la linfa, un fluido móvil que proviene de la
sangre y vuelve a ella por medio de los vasos linfáticos.
La linfa transporta algunos nutrientes, especialmente grasas, y
distribuye los glóbulos blancos por el organismo. La linfa
recuerda al plasma pero es más diluida y tiene
únicamente alrededor del 5% de proteínas y del 1%
de sales y extractivos. Está formada por un poco de sangre
y de otros líquidos del organismo y se denomina fluido
intersticial, que se recoge en los espacios intercelulares. Parte
de este fluido intersticial vuelve al organismo a través
de la membrana capilar, pero la mayoría penetra en los
capilares linfáticos y da lugar a la linfa. La linfa,
junto con este fluido intersticial, recoge las partículas
que son demasiado grandes para que puedan ser absorbidas por la
membrana capilar, como son los restos de células,
glóbulos de grasa o adiposos y pequeñas
partículas proteicas. A continuación, la linfa pasa
a los vasos y nódulos linfáticos y se introduce en
la sangre a través de las venas situadas en la
región del cuello. De esta manera el sistema
linfático constituye un sistema de transporte
secundario. La linfa no se bombea por sí sola, su
circulación depende de la presión del sistema
circulatorio y del efecto de masaje de los
músculos
- Nódulos linfáticos axilares: Los
ganglios o nódulos linfáticos axilares
están localizados en el brazo, en la axila. Se dividen
en dos grupos: superficiales y profundos. Estos nódulos
linfáticos reciben la linfa de los vasos
linfáticos del brazo y los nódulos superiores la
reciben de los vasos linfáticos situados en el
área superior del pecho, cerca de los músculos
pectorales y de las glándulas mamarias. Hay alrededor de
35 nódulos linfáticos en la zona del pecho y de
la axila, la mayoría de ellos situados en la axila o
cerca de ella. Si se desarrolla un cáncer en la mama,
con frecuencia se extiende a los nódulos porque la
linfa, además de otros residuos, puede transportar
células cancerosas. La linfa fluye en todas direcciones,
pero alrededor de tres cuartas partes de los vasos
linfáticos del pecho desembocan en los ganglios o
nódulos axilares que, con frecuencia, es por donde
primero se extiende un cáncer de
mama. - Nódulos linfáticos cervicales: Los
ganglios o nódulos linfáticos cervicales
están localizados en el cuello. Se dividen en dos
grupos: superficiales y profundos. Hay tres grupos de ganglios
linfáticos superficiales: los submaxilares, cerca de la
mandíbula, los suprahioideos, cerca del hueso hioides de
la garganta y los cervicales, situados a lo largo de la vena
yugular externa. Los nódulos cervicales profundos son
grandes y están situados cerca de la faringe, del
esófago y de la tráquea. Cuando se tiene dolor de
garganta, los glóbulos blancos se agrupan en los
nódulos situados allí para combatir la
infección, por ello se sensibiliza e inflama la
garganta. - Nódulos linfáticos inguinales: La red
de vasos linfáticos situados en la parte inferior del
cuerpo pasa la linfa a los nódulos linfáticos
inguinales con forma de judía que se encuentran en el
interior de la ingle, cerca de la arteria y vena
femorales. - Conducto linfático: El conducto
linfático es mucho más corto que el
torácico, con una longitud aproximada de 1
centímetro. Este conducto linfático recibe la
linfa de la parte derecha del cuerpo situada sobre el
hígado y la vierte en la vena subclavia derecha y en la
vena yugular interna. El conducto linfático junto con el
torácico vierten en la sangre cada minuto entre 4 y 10
mililitros de linfa. - Nódulos linfáticos: Los nódulos
linfáticos, o ganglios linfáticos como a veces se
les denomina, son estructuras ovales y pequeñas, del
tamaño de una judía. Generalmente se encuentran
en racimos cerca de las venas en puntos estratégicos a
lo largo de los vasos linfáticos medianos de la rodilla,
codo, axila, ingle, cuello, abdomen y pecho. La sangre se
limpia y filtra en estos nódulos y los glóbulos
blancos se acumulan allí cuando hay una enfermedad. Este
proceso de filtrado previene la introducción en el sistema circulatorio
sanguíneo de bacterias,
células cancerosas u otros agentes infecciosos. Los
nódulos linfáticos son los centros de producción y almacenamiento de algunos glóbulos
blancos, llamados linfocitos y monocitos, elementos importantes
en el mecanismo inmunológico del organismo. Durante
cualquier tipo de infección, los nódulos se
dilatan en el área de drenaje debido a la
multiplicación de linfocitos que tienen lugar en esos
nódulos. - Nódulos poplíteos: Los nódulos
linfáticos, o ganglios linfáticos como a veces se
les denomina, son estructuras ovales y pequeñas, del
tamaño de una judía. Generalmente se encuentran
en racimos cerca de las venas en puntos estratégicos a
lo largo de los vasos linfáticos medianos de la rodilla,
codo, axila, ingle, cuello, abdomen y pecho. La sangre se
limpia y filtra en estos nódulos y los glóbulos
blancos se acumulan allí cuando hay una enfermedad. Este
proceso de filtrado previene la introducción en el sistema circulatorio
sanguíneo de bacterias,
células cancerosas u otros agentes infecciosos. Los
nódulos linfáticos son los centros de
producción y almacenamiento de algunos glóbulos
blancos, llamados linfocitos y monocitos, elementos importantes
en el mecanismo inmunológico del organismo. Durante
cualquier tipo de infección, los nódulos se
dilatan en el área de drenaje debido a la
multiplicación de linfocitos que tienen lugar en esos
nódulos. - Bazo: El bazo esté muy ligado al sistema
circulatorio y al linfático. Es un órgano situado
en el abdomen entre la parte inferior del estómago y el
diafragma. Su papel es mantener el volumen de
sangre, producir algunos tipos de células
sanguíneas y recuperar el material sobrante de los
glóbulos rojos que se han vuelto defectuosos.
También esté relacionado con la
eliminación de células sanguíneas y
bacterias de la sangre. - Vena subclavia: La vena subclavia es una
continuación de la vena axilar, que parte del brazo. En
cada brazo se extiende una ramificación de la vena
subclavia (derecha e izquierda). A continuación esta
vena converge y se extiende desde la primera costilla hasta la
clavícula, donde se une con la vena yugular interna para
formar la vena innominada. Las venas subclavias también
son importantes en el sistema linfático pues vuelven a
introducir la linfa en la sangre. El conducto torácico,
que transporta la linfa, se une a la vena subclavia izquierda,
cerca de la unión con la vena yugular interna. El
conducto linfático transporta la linfa a la vena
subclavia derecha y también se une a Ésta cerca
de la unión con la vena yugular interna.
El sistema genitourinario está formado por los
órganos urinarios y reproductores. Dado que estos
órganos están situados en el mismo área del
cuerpo y comparten las mismas funciones, normalmente se tratan
juntos. El sistema urinario del hombre y de la mujer es
básicamente el mismo, con la notable excepción de
que la uretra, en el hombre,
continúa a través del pene, mientras, en la
mujer, se abre
en la vulva. Los sistemas reproductores del hombre y de la mujer
están adaptados para cumplir funciones específicas.
El del hombre tiene la función de generar células
germinales que contienen la mitad del material genético
necesario para el desarrollo del bebé y entregar ese
material al sistema de la mujer. El sistema reproductor de la
mujer tiene la función de generar un óvulo, o
huevo, que lleva la otra mitad del material genético, para
que las células germinales del hombre lo fertilicen. El
tracto reproductor de la mujer también tiene la
función de dar soporte al feto durante la gestación
hasta que nace, aproximadamente nueve meses después de la
fertilización.
- Sistema reproductor femenino: El sistema reproductor
de la mujer es el encargado de generar el óvulo, o
huevo, almacenar el óvulo fertilizado y nutrir el
embrión y el feto durante la gestación. Los
órganos principales incluyen los ovarios, el
útero, la vagina y las trompas de Falopio. Los
órganos externos (vulvares) incluyen el labio mayor, el
labio menor, el monte de Venus, el clítoris, el
vestíbulo y el bulbo del vestíbulo. El
óvulo, o huevo, contiene la aportación de la
mujer al material genético que conformará el
nuevo niño, y se genera en los ovarios. El óvulo
recién generado pasa a través de las fimbrias de
la región ampular de la trompa y allí lo
fertiliza un espermatozoide (o célula germinal). Durante
la excitación sexual, las vesículas seminales del
hombre y la glándula prostática crean un fluido
que se combina con las células germinales para formar el
semen, que se transporta a través de la uretra y sale de
la apertura, o meato, al final del pene erecto. Cuando se ha
depositado el semen en la vagina de la mujer, los
espermatozoides nadan a través del útero hacia la
trompa de Falopio, donde fertilizan al óvulo, o huevo.
El huevo fertilizado baja por la trompa de Falopio durante los
tres días siguientes y se asocia a la pared del
útero. Allí, durante el embarazo, el
huevo fertilizado se nutrirá y desarrollará el
embrión y, posteriormente, el feto. Después de
que se haya desarrollado completamente (aproximadamente a los 9
meses), las contracciones musculares (parto) expulsarán
el feto fuera del útero. - Sistema reproductor masculino: El sistema reproductor
del hombre tiene la función de generar, almacenar y
transportar el material genético contenido en las
células germinales, o espermatozoides. Los
órganos principales incluyen los testículos
(testis), el epidídimo, los conductos deferentes, el
conducto eyaculador, la uretra y el pene. Los órganos
auxiliares incluyen las glándulas bulborretrales (de
Cowper), la glándula prostática y las
versículas seminales. Los espermatozoides
(células germinales) contienen los cromosomas
que se combinarán con los del óvulo, o huevo
(producidos por el sistema reproductor femenino) para formar el
embrión de un nuevo ser humano. Estos espermatozoides se
generan dentro de los testículos y se almacenan en el
epidídimo. Durante la excitación sexual, las
versículas seminales y la glándula
prostática crean un fluido que se combina con las
células germinales para formar el semen, que se
transporta a través de la uretra y sale de la apertura,
o meato, al final del pene erecto. Cuando se ha depositado el
semen en la vagina de la mujer, los espermatozoides nadan a
través del útero hacia la trompa de Falopio donde
uno o más espermatozoides pueden fertilizar un huevo, u
óvulo.
Internet.
El cuerpo humano Editorial
Atlántida.
Autora:
Daniela Andrea Patrone