La Psicología como
arte, analiza
el enigma de el ser humano, describe, relaciona su conducta, sus
manifestaciones físicas, sus pensamientos, las acciones
vitales del organismo del sujeto, que encierran en tres esferas
al Hombre:
BIOLÓGICA
PSICOLÓGICA
SOCIAL
A través del desarrollo
evolutivo del hombre ,este
interactúa siempre entre lo suyo, su interior y el medio ,
en las tres esferas se presentan las siguientes
interacciones:
Biológica Social {Pudor , vergüenza,
aseo}
La representación que cada uno de nosotros tiene
del hombre está plasmada de valores y
fines, que orientan nuestra acción. : La imagen del ser
humano no es una creencia que nos venga desde afuera, es el
conjunto de ideas prácticas, plasmado de valores y
fines que constituyen la autointerpretación que hace de
sí mismo el ser humano".
No hay ningún hombre que exista sin tener que comprender.
La necesidad de saber no es ajena al hombre, lo constituye. La
subjetividad humana es una subjetividad que interpreta, lo cual
implica una toma de posición respecto de sí y de
los otros.
De este modo los hombres vamos dando significado a nuestras
acciones,
elecciones, tareas, transformando el tiempo de nuestra
vida en historia, en
la vida de cada hombre se seleccionan unos momentos y se olvidan
otros, se van armando estructuras
significativas desde donde se comprende el pasado y se proyecta
el futuro. La vida humana es un acontecer que se va narrando, es
historia.
Social Psicológico {Cultura}
La cultura
aparece como un conjunto de rasgos distintivos, espirituales y
materiales,
intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o
grupo social,
aparace de la relacion inversa entre lo social y lo
Psicológico , el ser a medida de su evolucion va
experimentando , observando , asimilando una serie de
comportamientos, actitudes,
destrezas, conocimientos y los adopta según sus gustos ,
su personalidad y
su carácter,
de esa cultura Universal crea una Cultura Individual y el medio
crea la cultura Universal de la cultura individual y regional de
un determinado grupo de
personas sea grande o pequeño , que tienen algo en comun,
llamese tipo de musica, sitio de nacimiento, tipo de comidas,
folclor de un pueblo, entre millones de culturas que pueden
existir y crean dependencia pues una persona puede
pertenecer a la cultura hippie, a la paisa, a la rockera al mismo
tiempo
.
El término ‘cultura’ engloba
además modos de vida, ceremonias, arte,
invenciones, tecnología, sistemas de
valores, derechos
fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias. A
través de la cultura se expresa el hombre,
toma conciencia de
sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos
significados y crea obras que le trascienden.
Dentro del conjunto de lo Psicológico , la
personalidad es el término con el que se suele
designar lo que de único, de singular, tiene un individuo,
las características que lo distinguen de los
demás. El pensamiento,
la emoción y el comportamiento
por sí solos no constituyen la
personalidad de un individuo; ésta se oculta
precisamente tras esos elementos. La personalidad
también implica previsibilidad sobre cómo Las
distintas teorías
psicológicas recalcan determinados aspectos concretos de
la personalidad y discrepan unas de otras sobre cómo se
organiza, se desarrolla y se manifiesta en el comportamiento, la teorías
más influyente es el psicoanálisis, creado por Sigmund Freud,
quien sostenía que los procesos del
inconsciente dirigen gran parte del comportamiento de las
personas. La relacion inversa que existe entre lo social y lo
psicológico.
Biologica Psicológica { Cuerpo}
"Aunque tengo yo un cuerpo al que estoy
estrechamente unido, sin embargo, puesto que, por una parte,
tengo una idea clara y distinta de mi mismo, según la cual
soy algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una
idea distinta del cuerpo, según la cual éste es una
cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi
alma, por la cual soy yo lo que soy, es entera y verdaderamente
distinta de mi cuerpo, pudiendo ser y existir sin el
cuerpo."
La referencia del s.h. en situación es el propio
cuerpo. En él se relaciona su momento subjetivo con la
objetividad y por él puede comprenderse como
"interioridad" o "exterioridad" según la dirección que dé a su
intención, a su "mirada". Frente al s.h. se encuentra todo
lo que no es él y que no responde a sus intenciones.
Así, el mundo en general y otros cuerpos humanos ante los
que el propio cuerpo tiene alcance y registra su acción,
ponen las condiciones en las que se constituye el s.h. Estos
condicionantes se presentan también como posibles a futuro
y en la relación futura con el propio cuerpo. De esta
manera, la situación presente puede ser comprendida como
modificable en el futuro. El mundo es experimentado como externo
al cuerpo, pero el cuerpo es visto también como parte del
mundo ya que actúa en éste y de éste recibe
su acción. La corporeidad es también algo que
cambia y, en este sentido, es una configuración temporal,
una historia viviente lanzada a la acción, a la
posibilidad futura. El cuerpo, para la conciencia
humana, deviene prótesis de la
intención, responde a la intención, en sentido
temporal y en sentido espacial. Temporalmente, en tanto puede
actualizar a futuro lo posible de la intención;
espacialmente, en tanto representación e imagen de la
intención.
Cuando me observo, no desde el punto de vista
fisiológico sino existencial, me encuentro puesto en un
mundo dado, no construido ni elegido por mí. Me encuentro
en situación respecto a fenómenos que empezando por
mi propio cuerpo son ineludibles. El cuerpo como constituyente
fundamental de mi existencia es, además, un
fenómeno homogéneo con el mundo natural en el que
actúa y sobre el cual actúa el mundo. Pero la
naturalidad del cuerpo tiene para mí diferencias
importantes con el resto de los fenómenos, a saber: 1. el
registro
inmediato que poseo de él; 2. el registro que
mediante él tengo de los fenómenos externos y 3. la
disponibilidad de alguna de sus operaciones
merced a mi intención inmediata. Pero ocurre que el mundo
se me presenta no solamente como un conglomerado de objetos
naturales sino como una articulación de otros seres
humanos y de objetos y signos producidos o modificados por ellos.
La intención que advierto en mí aparece como un
elemento interpretativo fundamental del comportamiento de los
otros y así como constituyo al mundo social por
comprensión de intenciones, soy constituido por él.
Desde luego, estamos hablando de intenciones que se manifiestan
en la acción corporal. Es gracias a las expresiones
corporales o a la percepción
de la situación en que se encuentra el otro, que puedo
comprender sus significados, su intención. Por otra parte,
los objetos naturales y humanos se me aparecen como placenteros o
dolorosos y trato de ubicarme frente a ellos modificando mi
situación. De este modo, no estoy cerrado al mundo de lo
natural y de los otros seres humanos sino que, precisamente, mi
característica es la 'apertura'. Mi
conciencia se ha configurado intersubjetivamente: usa
códigos de razonamiento, modelos
emotivos, esquemas de acción que registro como
'míos', pero que también reconozco en otros. Y,
desde luego, está mi cuerpo abierto al mundo en cuanto a
éste lo percibo y sobre él
actúo…
La antropología filosófica pone como
centro de su reflexión al ser humano. Busca comprender al
hombre como un ser que vive y sabe que vive. El saber es la
dimensión propia del hombre. Él es el único
ser que necesita comprenderse para saber quién es,
quién quiere ser y qué puede realizar.
El hombre
percibe su vida como una posibilidad única en la que
ganarse o perderse dependen de sí mismo. Este impulso
hacia el saber brota de la conciencia de su propia finitud, es
decir, de saber que no es dueño del tiempo y, por tanto
necesita diseñar su vida.
Las preguntas "¿Quién soy?" "¿Quién
quiero ser?" Son propias del modo de existir del hombre. Por eso
se pregunta por aquellos que determina y posibilita la existencia
humana, en la cual reside la dignidad propia del hombre.
En primer lugar para esta reflexión podemos decir que no
sólo reconocemos un objeto, el hombre, sino que sabemos
que ese objeto al que buscamos conocer es un sujeto. Cuando
preguntamos qué es el hombre pedimos como respuesta un
ente, una esencia acabada, un algo. Cuando preguntamos
quién es el hombre preguntamos por alguien y este alguien
es un sujeto haciéndose, una posibilidad que busca
concretarse.
¿cómo hablar del hombre en medio de tantos discursos
sobre él?
Lo que llamamos hombre es, al mismo tiempo, el producto de
una serie de determinaciones biológicas,
psicológicas, sociales, culturales; y una posibilidad de
realización, de deseos, de libertad.
El hombre, a partir de lo que es, se proyecta hacia lo que no es
aún y desea ser. Estando determinado, viviendo en una
situación concreta, es un aquí y un ahora,
está impulsado a construirse así mismo, a ser
él mismo con los otros, dándose libertad para
hablar, para desear dándole sentido a sus vínculos,
siendo libre para amar, trabajando en la construcción del mundo como un espacio
habitable y digno.
Pretender una definición de hombre que no sea
mera sanción de nuestros prejuicios etnocéntricos o
ideológicos es tarea siempre en exceso comprometida.
Afirmar "el hombre es un animal racional" (o sea dotado de
lenguaje); La
existencia concreta del hombre es el trabajo; o
el hombre es un animal dotado de veintitrés pares de
cromosomas,
¿son caracterizaciones suficientes para tomarlas como
punto de partida?
Evidentemente, puede decirse que el hombre es todas esas cosas,
pero ¿se puede decir que es hombre precisamente por
ellas?
Y también esta pregunta: cuando nos preguntamos por el ser
del hombre ¿qué interrogamos exactamente: la idea
de hombre o la existencia concreta de los hombres, el hombre
eterno o los sujetos históricos?
"El mundo natural, a diferencia del humano, se me
aparece sin intención. Ciertamente, puedo imaginar que las
piedras, las plantas y las
estrellas poseen intención, pero no veo cómo llegar
a un efectivo diálogo
con ellas. Aun los animales en los
que a veces capto la chispa de la inteligencia,
se me aparecen impenetrables y en lenta modificación desde
adentro de su naturaleza. Veo
sociedades de
insectos totalmente estructuradas, mamíferos superiores usando rudimentos
técnicos, pero repitiendo sus códigos en lenta
modificación genética,
como si fueran siempre los primeros representantes de sus
respectivas especies. Y cuando compruebo las virtudes de los
vegetales y los animales
modificados y domesticados por el s. h., observo la
intención de éste abriéndose paso y
humanizando al mundo.
"…Me es insuficiente la definición del s. h.
por su sociabilidad, ya que esto no hace a la distinción
con numerosas especies; tampoco su fuerza de
trabajo es lo característico, cotejada con la de animales
más poderosos; ni siquiera el lenguaje lo
define en su esencia, porque sabemos de códigos y formas
de comunicación entre diversos animales. En
cambio, al
encontrarse cada nuevo s.h. con un mundo modificado por otros y
ser constituido por ese mundo intencionado, descubro su capacidad
de acumulación e incorporación a lo temporal;
descubro su dimensión histórico-social, no
simplemente social. Vistas así las cosas, puedo intentar
una definición diciendo: El s.h. 'es el ser
histórico cuyo modo de acción social transforma a
su propia naturaleza'. Si
admito lo anterior, habré de aceptar que ese ser puede
transformar intencionalmente su constitución física. Y así
está ocurriendo. Comenzó con la utilización
de instrumentos que puestos adelante de su cuerpo como
'prótesis'
externas le permitieron alargar su mano, perfeccionar sus
sentidos y aumentar su fuerza y
calidad de
trabajo. Naturalmente no estaba dotado para los medios
líquido y aéreo y sin embargo creó
condiciones para desplazarse en ellos, hasta comenzar a emigrar
de su medio natural, el planeta Tierra. Hoy,
además, está internándose en su propio
cuerpo cambiando sus órganos; interviniendo en su química cerebral;
fecundando ‘in vitro’ y manipulando sus genes. Si con
la idea de 'naturaleza' se ha querido señalar lo
permanente, tal idea es hoy inadecuada aun si se la quiere
aplicar a lo más objetal del s.h., es decir, a su cuerpo.
Y en lo que hace a una 'moral
natural', a un 'derecho
natural' o a instituciones
'naturales', encontramos, opuestamente, que en esos campos todo
es histórico-social y nada allí existe por
naturaleza…" Y luego de negar la supuesta "naturaleza humana",
concluye con una breve discusión en torno a la
"pasividad" de la conciencia: "Contigua a la concepción de
la naturaleza humana, ha estado
operando otra que nos habló de la pasividad de la
conciencia. Esta ideología consideró al hombre como
una entidad que obraba en respuesta a los estímulos del
mundo natural. Lo que comenzó en burdo sensualismo, poco a
poco fue desplazado por corrientes historicistas que conservaron
en su seno la misma idea en torno a la
pasividad. Y aun cuando privilegiaron la actividad y la
transformación del mundo por sobre la
interpretación de sus hechos, concibieron a dicha
actividad como resultante de condiciones externas a la
conciencia… Pero aquellos antiguos prejuicios en torno a la
naturaleza humana y a la pasividad de la conciencia hoy se
imponen, transformados en neoevolucionismo, con criterios tales
como la selección
natural que se establece en la lucha por la supervivencia del
más apto. Tal concepción zoológica, en su
versión más reciente, al ser trasplantada al mundo
humano tratará de superar las anteriores
dialécticas de razas o de clases con una dialéctica
establecida según leyes
económicas 'naturales' que autorregulan toda la actividad
social. Así, una vez más, el s.h. concreto queda
sumergido y objetivizado… Hemos mencionado a las concepciones
que para explicar al s.h. comienzan desde generalidades
teóricas y sostienen la existencia de una naturaleza
humana y de una conciencia pasiva. En sentido opuesto, nosotros
sostenemos la necesidad de arranque desde la particularidad
humana; sostenemos el fenómeno histórico-social y
no natural del s.h. y también afirmamos la actividad de su
conciencia transformadora del mundo, de acuerdo con su
intención. Vimos a su vida en situación y a su
cuerpo como objeto natural percibido inmediatamente y sometido
también inmediatamente a numerosos dictados de su
intención. Por consiguiente, se imponen las siguientes
preguntas: ¿cómo es que la conciencia es activa, es
decir, cómo es que puede intencionar sobre el cuerpo y a
través de él transformar al mundo? En segundo
lugar, ¿cómo es que la constitución humana es
histórico-social? Estas preguntas deben ser respondidas
desde la existencia particular para no recaer en generalidades
teóricas desde las cuales se derive luego un sistema de
interpretación que niegue ser una interpretación.
Para responder a la primera pregunta tendrá que
aprehenderse con evidencia inmediata cómo la
intención actúa sobre el cuerpo y, para responder a
la segunda, habrá que partir de la evidencia de la
temporalidad y de la intersubjetividad en el s.h. y no de
leyes
generales de la Historia y de la sociedad".
BIBLIOGRAFÍA
Desarrollo Evolutivo del ser humano –Editorial Mc
graw Gill
Psicológica con aplicaciones para
iberomérica Editorial Mc graw gill
Autor:
Ingrid C. Zamorano
Universidad Pontificia Bolivariana , Facultad de
Enfermería