- Resumen del
trabajo - Inicio de la
amistad - En la Sierra
Maestra - La Revolución
cubana - Otras tierras del
mundo - Muerte del
Che - Bibliografía
- Anexos
En medio de la
globalización neoliberal imperante en el mundo actual,
los medios de
información (a veces de
desinformación) se pliegan, en su mayoría, a los
designios del imperio. Cuba es blanco
frecuente de intrigas y calumnias, y dentro de ella sus
líderes revolucionarios. El Che ha sido uno de los
más atacados por la propaganda
reaccionaria y ultraderechista con el objetivo de
aminorar su grandeza y de asesinar sus ideas como asesinaron su
cuerpo; pero no lo logran.
Trabajos como este se imponen en la lucha por la verdad,
por demostrar cuales fueron realmente los hechos y valorarlos en
su contexto histórico. La idea del mismo es demostrar que
entre Fidel y el Che, amén de la sucia propaganda que
circula por el mundo, no hubo sino la más profunda y
sincera amistad. Para
ello se hace un recuento desde que se conocieron en México
hasta que se trajeron los restos del Guerrillero Heroico desde
Bolivia en
1997; profundizando en aspectos de interés en
los que se encuentra argumentos para afirmar la confianza que se
tenían el uno al otro. El trabajo
refresca además episodios de la lucha por la
liberación en Cuba y de la propia Revolución, así como valoraciones
hechas por Fidel o el Che de los mismos con el objetivo de
demostrar la igualdad de
criterio e ideales que existió y existe entre
ellos.
Recoge además algunos desagradables escritos, que
aunque no tienen ningún fundamento, se hace necesario
ilustrar con ellos alguna de la propaganda anticomunista y de
desinformación que circula en medio masivos como la
Internet.
Es de destacar que el cúmulo de
información a la que se hace referencia, pues se
trató que la historia quedara contada en
voz de los propios partícipes de ella. Para lo cual se
consultaron cartas, escritos
o discursos
fundamentalmente de autoría de Fidel y el Che.
Palabras claves: Fidel Castro, Che
Guevara
Temáticas sugeridas: Historia, Política, Biografías.
La agresión neoliberal, banalizante, uniformada y
hegemonista, que nos asiste, intensifica el tradicional enfoque y
primermundista, que intenta tergiversar sistemáticamente
la historia y la realidad de nuestros pueblos. El imperio de los
medios de información, a veces de desinformación,
maneja los sucesos del pasado y el presente al antojo de sus
intereses: el dinero, el
poder…
Estos monopolios que atentan contra la cultura de
liberación y los valores de
los pueblos mantienen fuego abierto constantemente a cualquier
movimiento
izquierdista, a las revoluciones, a sus líderes. Cuba es
blanco favorito de sus ataques: "Para el noventa y
ocho por ciento de la prensa en el
mundo, decir algo que mínimamente favorezca o le dé
la razón a la Revolución
Cubana, es un pecado que llegan a sentir como traición
a la conciencia. Cuba
es rentable por sus pecados, sean reales o no".
De intrigas y calumnias a muchas figuras han rodeado,
pero quizás a ninguna como al Che. La prensa ha intentado
asesinar las ideas del Che, después de su asesinato
físico. La mayoría de los artículos de esta
índole se centran en opacar su figura haciendo parecer que
constituye un mito, una
leyenda "que fue construida sistemáticamente por la prensa
al servicio de
las izquierdas". También plantean que "Guevara fue un
apóstol de la violencia", "
fue la negación de la paz".
Respecto a su muerte
trataron de representarlo de forma tal que luciera derrotado para
que el mundo pensara que con él morían sus ideas,
cuando sabemos que tan sólo mirando la foto del
cadáver que publicaron los órganos de prensa, el
Che irradiaba la dignidad y serenidad de siempre. Otra infamia
manejada es que la decisión de abandonar Cuba y emprender
la acción revolucionaria en Bolivia, fue consecuencia de
que "era una presencia incómoda en La
Habana" debido a sus discrepancias con la URSS y
Fidel.
El fracaso de la guerrilla boliviana y la muerte del
Che pretenden explicarlo por "haber sido traicionados (los
guerrilleros) y vendidos por Fidel en Bolivia". De desmentir
estas dos últimas patrañas, fundamentalmente, se
trata este trabajo.
En todos los capítulos se hacen referencias, ya
que se trata de un tema muy polémico, a una buena cantidad
de entrevistas,
discursos, cartas y otros artículos con autorías
del Che y Fidel, fundamentalmente. Esto ha sido posible porque
perseguimos un objetivo: Demostrar la verdad y rebatir la
mentira.
"Si alguna vez se hiciera una compilación acerca
de la amistad, sin duda habría que situar en la cima la
que sostuvieron Fidel y Che, pues pocas historias podrían
reflejar de una manera tan íntegra la relación
existente entre estos dos grandes hombres a lo largo de
más de una década, basada en la lucha por las
más nobles causas, en los principios, la
lealtad, el respeto y la
admiración mutuos. Poco expresivos, como alguna que otra
vez ambos confesaron, solo sus más íntimos
podrían sustentar tal afirmación, o acaso,
entresacarla de cartas cruzadas entre sí o con otros, de
la lectura de
documentos, de
discursos o de alguna entrevista
que, por suerte, abordara el tema.., pues tiene la extraordinaria
virtud de entregarnos el retrato vivo del hombre que hoy
recordamos, delineado por los sentimientos más profundos
del amigo… y hace innecesaria cualquier presentación".
"Me recuerdo en esta hora
de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de
María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la
tensión de los preparativos."
Che
Ernesto Guevara, al graduarse de médico en 1953,
inicia su segundo viaje por América
Latina, y es en este viaje en que llega a Guatemala en
1954, en éste ejercita sus primeras armas
revolucionarias, oponiéndose a los planes de la CIA contra
el pueblo guatemalteco. Allí conoce al cubano Ñico
López, con el cual se informa de lo sucedido en Cuba el 26
de julio de 1953 y de las acciones
posteriores del Movimiento 26 de Julio (M-26-7).
Al ser derrocado el gobierno de
Jacobo Arbenz, Ernesto emigró a México, donde se
reencuentra con Ñico y éste le presenta a un
camarada del quien le han hablado antes, Raúl Castro,
recién llegado de La Habana. Entre Raúl y Ernesto
el entendimiento es inmediato. Raúl tiene las ideas muy
claras sobre la necesidad de una revolución armada, sobre
el imperialismo
estadounidense, sobre la inutilidad de las elecciones trucadas.
Ernesto está encantado; están de acuerdo en todo.
Los dos muchachos se hacen pronto inseparables. Se ven casi todos
los días. Raúl cuenta la historia del asalto al
cuartel Moncada. Le habla de su hermano Fidel, que pronto se
verá obligado a exiliarse pues su vida corre peligro en
Cuba.
Fidel llega a México el 8 de julio de 1955. Y lo
hace sin solicitar asilo político en la embajada de
México, sino con un visado de turista y se instala en un
hotelito barato. Organiza enseguida su cuartel general en casa de
María Antonia González, una cubana que es la
providencia de todos los refugiados políticos de Cuba y
cuyo hermano murió torturado por los esbirros de
Batista. En su casa, Raúl presenta su hermano al amigo
argentino.
Entre Fidel y el Che el flechazo es total y reciproco.
Su primera cara a cara dura diez horas
seguidas.
En esa fría noche mexicana, el encuentro con
Fidel marcaría el destino del joven médico
argentino. Al concluir la reunión, la madrugada los
encontró intercambiando análisis y opiniones, Ernesto Guevara ya
formaba parte de la expedición revolucionaria que
desembarcaría en Cuba para derribar a la tiranía de
Fulgencio Batista.
Fidel queda seducido por aquel muchacho inteligente con
aire de
estudiante que se muestra tal cual
es, transparente en su deseo de revolución. De aquellos
momentos Fidel reconocerá:
"El Che era de aquellos por quienes todo el mundo
sentía inmediatamente afecto, a causa de su sencillez, de
su carácter,
de su naturalidad, de su espíritu de camaradería,
de su personalidad,
de su originalidad.(…) No necesitamos mucho tiempo para
ponernos de acuerdo y aceptarle en nuestra
expedición".
" […] Era estudioso del marxismo-leninismo, autodidacta, muy estudioso,
era un convencido. Y la vida lo fue enseñando […],
así que cuando nosotros nos encontramos con el Che, ya era
un revolucionario formado; además, un gran talento, una
gran inteligencia,
una gran capacidad teórica.[…]".
Para Ernesto, el inmenso mérito de Fidel es el de
haber superado el discurso,
empuñando el fusil, organizando un ataque con un
pequeño ejército, conocido la amargura pero
tonificante experiencia de la cárcel. Y he aquí que
aquel hombre generoso, muy poco común, le ofrece la
posibilidad de entrar también en guerra.
En carta a sus
padres el Che expresaba:
"[…] En tierra azteca
me volví a encontrar con algunos elementos del 26 de Julio
que yo había conocido en Guatemala y trabé amistad
con Raúl Castro, el hermano menor de Fidel. El me
presentó al jefe del Movimiento cuando ya estaban
planeando la invasión a Cuba.[…] Charlé con Fidel
toda una noche. Y al amanecer ya era el médico de su
futura expedición. En realidad, después de la
experiencia vivida a través de mis caminatas por toda
Latinoamérica y del remate de Guatemala, no
hacía falta mucho para incitarme a entrar en cualquier
revolución contra un tirano, pero Fidel me
impresionó como un hombre extraordinario. Las cosas
más imposibles eran las que encaraba y resolvía.
Tenía una fe excepcional en que una vez que saliese hacia
Cuba, iba a llegar. Que una vez llegado iba a pelear. Y que
peleando, iba a ganar. Compartí su optimismo. Había
que hacer, que luchar, que concretar. Que dejar de llorar, y
pelear. Y para demostrarle al pueblo de su patria que
podía tener fe en él, porque lo que decía lo
hacía, lanzó su famoso: en el 56 seremos libres o
seremos mártires y anunció que antes de terminar
ese año iba a desembarcar en un lugar de Cuba al frente de
su ejército expedicionario".
Al salir de aquella noche memorable, la primera cosa que
Ernesto le contó a Hilda es el extraordinario afecto que
le ha producido el hermano de Raúl. "Tenía
razón Ñico en Guatemala cuando nos dijo que si algo
bueno se ha producido en Cuba desde Martí, es Fidel
Castro; él hará la revolución. Concordamos
perfectamente… sólo a una persona como
él estaría dispuesto a ayudarle en todo". En sus
Recuerdos de la guerra revolucionaria dirá: "La
veía (la posibilidad de triunfo) muy dudosa al enrolarme
con el comandante rebelde, al cual me ligaba, desde el principio,
un lazo de romántica simpatía aventurera y la
consideración de que valía la pena morir en una
playa extranjera por un ideal tan puro."
Ernesto y Fidel ya no se separarán. En
México, a pesar de las mil actividades de cada uno de
ellos, se ven dos o tres veces por semana, solos o con
Raúl u otro moncadista. Estudian el proyecto,
evalúan los riesgos, el
coste, las necesidades logísticas.
A parte de los intereses de la lucha, entre ellos ha
surgido una gran amistad, donde cada uno entra a formar parte de
los amigos más íntimos del otro. A principios de
agosto, Hilda descubre que está embarazada, motivo por el
cual apresuran la boda de éstos para el 18 de agosto de
1955. Fidel no asiste a la boda por precaución, aunque
sí lo hace Raúl. Tras la boda Ernesto demuestra su
habilidad al preparar un buen asado al que todo mundo está
invitado, comenzando por Fidel, que se les une.
Los planes de desembarco de la expedición
constituían un proyecto de gran envergadura que requiere
tiempo, paciencia y dinero; por
tal motivo, Fidel parte en el mes de octubre hacia Estados Unidos
para recolectar fondos entre la colonia de refugiados cubanos.
Mientras tanto, Ernesto prosigue en el Hospital General sus
consultas e investigaciones,
cede a su compañero el trabajo de fotógrafo
ambulante y cambia su trabajo por otro más rentable:
vender libros a
domicilio y a plazos.
Después del regreso de Fidel, éste se da
el gusto de cocinar personalmente una cena de fiesta a la cubana
para celebrar la Navidad, e
invita personalmente al Che, quien ha entrado enseguida al primer
círculo de sus amistades.
El 15 de febrero de 1956, Hilda da a luz una
niña a la que llaman Hilda como su madre y Beatriz como la
querida tía de Ernesto. El primero que acude a visitar esa
maravilla es Fidel, que promete: "Esa niña se va a educar
en Cuba".
En enero de 1956 empieza el entrenamiento de
los combatientes que esperan liberar Cuba, De su larga gira por
estados Unidos ha traído suficientes dólares para
poner en marcha la nueva estrategia. Ahora
pretende una lucha de guerrilla larga, apoyada en una población urbana y rural favorable a los
guerrilleros. Pero es preciso formar, tanto moral como
físicamente a los guerrilleros.
La noche del 20 de julio de 1956, al salir de una de las
casas de refugio, acondicionadas para los combatientes del
M-26-7, Fidel es detenido con dos compañeros más.
Esa misma noche, una docena de miembros del equipo son hechos
prisioneros. Al día siguiente detienen a Hilda, quieren
saber, sobre todo, donde está el señor Guevara,
sospechoso de relaciones comunistas. En Santa Rosa son detenidos
otros 13 compañeros, entre ellos, Ernesto. Logran escapar
Raúl Castro y un pequeño grupo que se
encarga de ocultar las armas tras una colina vecina.
La detención del líder
Fidel Castro, algunos expedicionarios y simpatizantes,
provocó un revuelo en la prensa internacional. Siguieron
días de incertidumbre para los prisioneros, sobre todo
para el Che. Su origen argentino, la condición de
residente ilegal en México y los cargos que pesaban sobre
él, lo ponían con un pie en el avión que lo
deportaría a su patria.
La estancia en la cárcel refuerza más los
vínculos de amistad nacidos en el campamento de Santa Rosa
y la estima de los cubanos por aquel compañero llegado de
otra parte, al que Fidel hace dormir junto a él, que habla
con un extraño acento, se prepara extrañas
infusiones (el Mate), se pasea con el torso desnudo y es tan
sencillo, servicial y devoto de su causa.
"(…) Aquello demoró el inicio de la
última parte de la primera etapa. Hubo quiénes
estuvieron en prisión cincuenta y siete días,
contados uno a uno, con la amenaza perenne de la
extradición sobre nuestras cabezas (…) Pero en
ningún momento perdimos nuestra confianza en Fidel Castro.
(…) Recuerdo que le expuse específicamente mi caso: un
extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos
encima. Le dije que no debía de manera alguna pararse por
mí la revolución, y que podía dejarme (…).
También recuerdo la respuesta tajante de Fidel:- ´
Yo no te abandono’ (…) Esas actitudes
personales de Fidel con la gente que aprecia son la clave del
fanatismo que crea a su alrededor, donde se suma a una
adhesión de principios, una adhesión personal.."
Liberados, volvieron a la clandestinidad y a la
preparación de la salida hacia Cuba.
La confirmación de la existencia de un traidor entre sus
filas, aceleró las actividades de aprovisionamiento y
puesta en condiciones del yate Granma.
El largo derrotero geográfico y político
de Ernesto Guevara de la Serna, encontraba su destino y el campo
en el que sembrar las ideas que maduraban en su
interior.
En carta escrita a sus padres desde México,
expresa:"…Eso es una síntesis
de los acontecimientos pasados; los futuros se dividen en dos:
los mediatos y los inmediatos. De los mediatos, les diré,
mi futuro está ligado a la revolución cubana. O
triunfo con ésta o muero allá (…)"
"…La invasión desde la Sierra
Maestra, a través de inmensas y desprotegidos llanos, y la
toma de la Ciudad de Santa Clara con unos pocos hombres, dan
testimonios entre otras acciones de las proezas de que era
capaz…"
Fidel.
La expedición del Granma estuvo sometida a una
serie de contratiempos durante la travesía, que demoraron
el viaje, por lo que no coincidió el desembarco con el
alzamiento de Santiago. El arribo a las costas cubanas se
efectuó en 2 de diciembre de 1956, por un lugar conocido
como Belic, en la playa de Las Coloradas, en la costa sur de la
antigua provincia de Oriente.
Después de atravesar varios kilómetros
entre el mangle, el agua y el
fango hasta la cintura, los 82 expedicionarios, hostigados por la
aviación de Batista, llegan a tierra firme y no se
encuentran con los hombres preparados para recibirlos y
auxiliarlos, ya que éstos se habían reintegrado a
sus labores habituales debido al retraso de la
expedición.
El bautismo de fuego, lo recibieron el día 5 de
diciembre, en la madrugada. Los expedicionarios fueron
sorprendidos en un lugar conocido por Alegría de
Pío, donde resultaron heridos varios compañeros y
tres muertos. El 8 de diciembre, sucede la jornada más
trágica: Resultaron asesinados 17 combatientes. Este
combate, aunque significó un amargo revés, no
impidió el curso ulterior de la Revolución, e
inició la lucha guerrillera.
Corría 1957 y el Ejército Rebelde,
comandando por Fidel Castro, ganaba en organización. La lucha insurreccional
contra las tropas del dictador Fulgencio Batista, quien entonces
gobernaba Cuba, exigía de las fuerzas libertadoras mayor
movilidad y despliegue. Por ese motivo, el alto mando del
ejército decide formar una nueva columna y poner al
frente, con el grado de capitán, a Ernesto
Guevara.
El destacamento lo integraban 75 hombres, la
mayoría sin armas, mal vestidos, y con muy poca
preparación militar. Sin embargo, luego de una
práctica de tiro en la que sólo un guerrillero dio
en el blanco, Che dijo: -"Tengo a la gente lista para el
combate".
Eran días difíciles para el
Ejército Rebelde. Había fracasado la posible
apertura de un segundo frente en la Sierra Cristal y
habían sido asesinados Floro Bistel, Salvador Pascual y
Josué País, tres valerosos combatientes, en
Santiago de Cuba. Por tal motivo, Fidel envía a Frank
País – hermano de Josué y uno de los dirigentes del
movimiento insurreccional en la ciudad- una carta en la que se
manifiesta el dolor por la muerte de los compañeros
caídos, la cual iba rubricada por los oficiales del
Ejército.
Cuando estaban poniendo los grados de los oficiales,
Fidel ordenó ponerle al Che "comandante", al lado de su
firma.
"De ese modo informal y casi de soslayo
-recordaría el Che-, quedé nombrado comandante de
la segunda columna del Ejército Guerrillero, la que se
llamaría número 4 posteriormente… La dosis de
vanidad que todos tenemos dentro hizo que me sintiera el hombre
más orgulloso de la Tierra ese
día. El símbolo de mi nombramiento, una
pequeña estrella, me fue dado por Celia, junto con uno de
los relojes de pulsera que habían encargado a
Manzanillo".
Su pujanza y visión combativa, el respeto que por
él sentía la tropa, su extraordinario valor y
capacidad para educar a los nuevos soldados, determinaron que
Fidel depositara en el guerrillero argentino-cubano tan
importante responsabilidad.
"Fue así como se ganó los grados de
Comandante y jefe de la segunda columna que se organizara en la
Sierra Maestra; fue así como comenzó a crecer su
prestigio, como comenzó a adquirir su forma de
magnífico combatiente que hubo de llevar a los grados
más altos en el transcurso de la guerra", manifestó
años más tarde el Comandante en Jefe
La recién creada Columna 4 se estableció
en la región de El Hombrito, en el occidente de la Sierra
Maestra, para desde allí lanzar sus operaciones
contra el ejército batistiano. Fidel le confía la
tarea al recién nombrado Comandante:
"(…) Había que prepararse para festejar
dignamente la fecha gloriosa, 26 de julio, que se aproximaba y
Fidel me dio mano libre para hacer lo que pudiera, pero con
prudencia. (…)Era necesario demostrar que vivíamos, pues
nos habían dado algunos golpes en el llano
(…)"
Tras el fracaso de la huelga de
abril de 1958, el 3 de mayo en los Altos de Monpié, se
realizó una reunión decisiva en la Sierra para
reestructurar la estrategia revolucionaria y analizar las causas
y consecuencias de la mal lograda huelga. El Che asiste a
ésta reunión:
"(…) Aunque yo no pertenecía a la Dirección Nacional, fui invitado a
participar en ella a instancias de los compañeros Faustino
Pérez y René Ramos Latour (…) La reunión
fue tensa, dado que había que juzgar la actuación
de los compañeros del Llano , que hasta ese momento, en la
práctica, había conducido los asuntos del 26 de
Julio. En esa reunión se tomaron decisiones en las que
primó la autoridad
moral de Fidel, su indiscutible prestigio y el convencimiento de
la mayoría de los revolucionarios allí presentes de
los errores de apreciación cometidos."
Después del fracaso de la huelga, Batista, eufórico
lanza una ofensiva llamada "F.F." (Fin de Fidel). Esta
campaña duró dos meses y medio de combates diarios
y quedó frenada por un secuestro de 49
ciudadanos norteamericanos, ingenieros y soldados, dirigido y por
iniciativa de Raúl, que posteriormente fueron entregados a
la Embajada de Estados Unidos con el compromiso de que cesaran
los bombardeos.
Durante aquellas diez semanas, el Che se movió
como nunca, atento sobre todo a proteger a Fidel. No dejó
de acudir de una urgencia a otra, respondiendo a los muchos
mensajes que le mandó Fidel. Consigue lo imposible,
obtiene de sus tropas pasmosas hazañas, llevándolas
a veces hasta el límite del agotamiento.
En la reunión de Monpié, se abordó,
además, el asunto de los códigos secretos. Luis
Buch sería el encargado de los contactos políticos
en el exilio y el único poseedor de las claves en el
extranjero. Al día siguiente de la reunión fue el
Che el que confeccionó una clave para cifrar los mensajes
hacia otros países: "Con la paciencia que lo caracterizaba
terminó el original del código
y sacó una copia. Cuando partimos yo llevaba el duplicado
del código y el original se quedó en la Sierra",
evocó Buch.
De la etapa transcurrida en la Sierra Maestra, queremos
profundizar en algunos aspectos, que pueden ayudar a comprender
aparentes incomprensiones entre Fidel y el Che.
Ya se ha mencionado acerca de la formación marxista del
Che, considerado un comunista por el resto de sus
compañeros; Fidel en cambio,
comprendía perfectamente que, en medio del ambiente
macartista y anticomunista que reinaba en su país (Cuba) y
en el mundo, era un absurdo hacer declaraciones de fe
marxista-leninista. No había que hacer declaraciones,
había que actuar y demostrar lo justo de sus
planteamientos revolucionarios. El Che quizás, en ese
entonces, no conocía el pensamiento
más profundo de Fidel.
Al respecto nos parece significativo recordar que el Che
estuvo un tiempo convencido de que Fidel había apoyado el
Pacto de Miami (…) y que se trataba de un líder
burgués radical. Veamos lo que escribía a Daniel
(René Ramos Latour) –dirigente urbano del Movimiento
26 de Julio- en diciembre de 1957, cuando ya Fidel se
había manifestado públicamente contra el mencionado
pacto:
"…Consideré siempre a Fidel como un
auténtico líder de la burguesía de
izquierda, aunque su figura está realzada por cualidades
personales de extraordinaria brillantez que lo colocan muy por
arriba de su clase. Con ese espíritu inicié la
lucha: Honradamente sin esperanzas de ir más allá
de la liberación del país, dispuesto a irme cuando
las condiciones de la lucha posterior giraran hacia la derecha
(…) toda la acción del Movimiento. Lo que nunca
pensé es el cambio tan radical que dio Fidel en sus
planteamientos con el Pacto de Miami. Pareciéndome
imposible lo que después supe, es decir, que se
tergiversaba así la voluntad de quien es auténtico
líder y motor
único del Movimiento, pensé lo que me
avergüenzo de haber pensado".
Sólo conociendo este documento pueden entenderse
algunas palabras de la carta de
despedida del Che a Fidel antes de marcharse de Cuba. Allí
escribe el párrafo
siguiente:
"Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber
trabajado con suficiente honradez y dedicación para
consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de
alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los
primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con
suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
revolucionario".
En entrevista realizada a Fidel, éste responde a
la pregunta:
¿Por qué en su carta de despedida la
referencia a no haber reconocido antes la calidad de
líder de Fidel?
"¿A qué se puede deber esto? Primero, Che
era muy callado; él no era expresivo, no expresaba esas
cosas. Sentía las cosas, pero no las decía. Incluso
por ahí han aparecido algunos versos muy fraternales que
él escribió sobre mí; alguien los
recordó. El, naturalmente, era un poco escéptico
con relación a América
Latina, a los políticos latinoamericanos, y él
puede haber pensado que tal vez nuestra Revolución
podía terminar como terminaban otras revoluciones. Pero en
realidad nunca me dio la menor impresión de dudas. Siempre
fue extraordinariamente fraternal y respetuoso conmigo.
Podía tener un poco de desconfianza del Movimiento, puede
haber visto que nuestro Movimiento era heterogéneo, que
había gente de muchos sectores diferentes. El ya
tenía una buena formación revolucionaria, una buena
formación marxista, era muy estudioso. Se había
graduado de médico, hacía investigaciones, era muy
riguroso en el estudio de las cuestiones del marxismo, y era en
ese sentido un poco escéptico. Yo creo que si él
escribió eso debe haber sido un exceso de honradez, porque
en realidad yo tuve que actuar, muchas veces tuve que coordinar
muchos factores, tuve que fomentar la unidad por encima de la
reserva que unos compañeros y otros se tenían,
tener paciencia en mis relaciones con ellos. Para Che, que era
impulsivo, muy valiente, muy audaz y a veces temerario, tuve
siempre consideraciones especiales.
Se convirtió en uno de los
más singulares ejemplos de combatiente y de
revolucionario
Che se convirtió en un gran símbolo para el mundo
entero, del hombre ejemplar, revolucionario, heroico. Se
convirtió, yo diría, en uno de los más
singulares ejemplos de combatiente y de revolucionario del Tercer
Mundo, e incluso del mundo industrializado. Y no era
injustificada esa idea y esa imagen que se
hiciera del Che".
LA REVOLUCION CUBANA
"…Tengo la más profunda
convicción que si se ignora ese pensamiento,
difícilmente se pueda llegar muy lejos,
difícilmente se pueda llegar al socialismo
verdadero (…) estoy absolutamente convencido de que ignorar
esas ideas sería un crimen".
Fidel
Una gran proeza, hecha por el Che, que respondía
a las órdenes de Fidel de extender la lucha armada al
occidente, fue sin duda la invasión a las
Villas.
El 3 de agosto de 1958, desde las Mercedes, sale la
Columna No. 8 "Ciro Redondo", bajo el mando del Comandante
Ernesto Che Guevara.
Cruzaron la Provincia de Camagüey y penetraron en las Villas
a 45 días de su salida, luego de una heroica marcha dando
un golpe decisivo a la dictadura de
esa región con la toma de Santa Clara. Acción en la
que el Che demostró una vez más su habilidad como
estratega. Mientras tanto el Ejército Rebelde ponía
cerco en Santiago de Cuba. Con sus tropas desmoralizadas, al
mando de una oficialidad corrompida e incapaz, con una ayuda
yanqui que tampoco podía vencer al Ejército
Revolucionario, el dictador Batista y sus cómplices
huyeron del país llenos de pánico en la madrugada
del primero de enero de 1959. El día 2 de enero el Che
ocupa la fortaleza de La Cabaña.
El 9 de febrero de 1959, el Consejo de Ministros declara
al Che, ciudadano cubano de nacimiento por sus extraordinarios
méritos alcanzados en la lucha por la liberación.
Ya hubo un precedente con el héroe nacional de la independencia,
Máximo Gómez.
"Al triunfo de la Revolución, había muchas
tareas que hacer de todas clases y problemas que
resolver de todo tipo: políticos, de unión de
fuerzas, problemas estatales, problemas de la economía, todo eso.
Che, de quien nadie sabía qué tremendo soldado era,
como te decía era el médico, y empieza a destacarse
desde los primeros combates y termina siendo un gran jefe
militar. Tanto él como Camilo cumplieron una función
muy importante en la guerra, que fue la invasión del
centro, en condiciones difíciles… Más tarde a Che
se le asignó la responsabilidad del Ministerio de Industrias;
trabajó con un gran método.
Ejerció distintos cargos. Cada vez que hacía falta
un hombre serio para un cargo importante, Che se prestaba para
ese trabajo. Se le había nombrado con anterioridad
Presidente del Banco Nacional en
un momento en que aquellos técnicos, especialistas en
bancos pero
inconscientes políticamente, abandonaron el país y
se fueron. Después se hicieron bromas y anécdotas,
que si se había preguntado por un economista y que Che se
ofreció y le preguntaron: "¿Tú eres
economista?" "No, yo soy comunista". Porque empezaba esta lucha
dentro del país, y los elementos de derecha acusaban a Che
de comunista y todo ese tipo de cosas. Pero Che siempre tuvo una
gran autoridad. Cada una de las tareas que se le dio la
cumplió estrictamente, con brillantez, trabajó
mucho, adquirió sus propias experiencias de la construcción del socialismo en la industria
nacionalizada, en la
organización de la producción, en los controles de la
producción, en el trabajo voluntario; fue uno de los
pioneros en el trabajo voluntario. En casi todas las actividades
participó, era muy consecuente en todo lo que hacía
y era ejemplo en todo lo que hacía. Muchas de las ideas
del Che, ¡muchas de las ideas del Che!, tienen una gran
vigencia".
La ley más
importante que llevaría a cabo la Revolución, y que
estaba planteado en el programa del
Moncada era la Ley de Reforma
Agraria. Por tal motivo se crea a la par del Gobierno
Revolucionario el Instituto Nacional de la Reforma Agraria
(INRA), presidido por Fidel. Al regreso del Che de una gira por
algunos países del tercer mundo, Fidel le asigna la
misión
de Director del Departamento Industrial del INRA, puesto de
segundo orden, pero de gran importancia porque desde el INRA se
decide las nuevas inversiones en
todos los sectores de la economía, desde la
construcción de carreteras a la de alojamientos, concede
los créditos, tanto al sector privado como al
público.
El Che no es un experto, pero los expertos son escasos
en Cuba. El nombramiento del Che es un discreto modo de hacerle
entrar en el aparato del Estado,
convirtiéndolo en realidad en su brazo derecho. Un
número dos.
A mediados de febrero se comienza a elaborar la Ley de
Reforma Agraria por una comisión que dirigía Fidel
y de una manera muy discreta. El Che formaba parte de éste
grupo y las reuniones se hacían siempre en su casa. Es de
resaltar la confianza depositada en el Che al participar en la
elaboración de un proyecto en que sólo un
reducidísimo número de compañeros
participaron.
En una de estas noches de reuniones se produjo un
incidente en el que se discutía el límite
máximo de tierras que establecería la ley; algunos
compañeros, dentro de ellos Fidel, planteaban que
debía ser de 30 caballerías, y los más
conservadores, que debía ser de 100 caballerías,
haciéndola menos radical. El ambiente fue
caldeándose y de pronto Fidel se puso de pié y
soltó esta afirmación electrizante: -"Pues yo, si
fuera por mí, ¡nacionalizaba todas las tierras de
Cuba!. El silencio acogió estas palabras. Los
compañeros abismados, recordaron que la
nacionalización, según el marxismo-leninismo
sería la medida más drástica que
podía adoptarse, y desde luego, todos sabían,
incluso Fidel, que las condiciones históricas de Cuba no
permitían dar ese paso. El Che asintiendo con la cabeza
apoyaba la expresión de Fidel, viéndose
quizás representado en sus ideales, y entre sonrisas,
exclamó – "Bueno, Fidel, si por ti fuera… claro, y
una cosa quiero decirte, si hay que subir otra vez a las lomas
para pelear, desde luego, cuenta conmigo…" Se detuvo y entonces
añadió: -"pero si no fuera necesario…" Una
carcajada general disipó entonces la
tensión.
La ley fue aprobada por el Consejo de Ministros y
firmada en la Sierra Maestra el 17 de mayo de 1959.
El Che impulsaría, además, una segunda
reforma agraria que, por ley de 13 de octubre de 1963,
limitó la superficie máxima de las propiedades
privadas a 5 caballerías (67 hectáreas). Hasta
entonces los medianos propietarios que disponen de 67 a 400
hectáreas, suponen el 56% de las superficies cultivables.
Ahora el 60% de las superficies son del Estado, lo que permite
una mayor especialización de ciertas granjas en la
producción azucarera.
A finales de mayo de 1960, el Che pide a las tres
compañías petroleras instaladas en Cuba: Standard
Oil y Texaco (EE.UU.) y Shell (angloholandesa) que deben refinar
petróleo
soviético y les comunica que el Estado
cubano no está en condiciones de pagar una deuda de 50
millones de dólares. Las compañías se niegan
y el 29 de junio, Fidel ordena la intervención de las tres
multinacionales. La respuesta por parte de EE.UU. no se hace
esperar: Pone fin a las compras de
azúcar
cubano para ese año (700.000 toneladas), cuando Cuba
exportaba a ese país el 80% de su producción de
azúcar.
Un mes más tarde de esa decisión, Fidel se
encierra con el Che tres días y tres noches en las
oficinas del INRA para preparar la respuesta: De allí
salen los decretos de nacionalización del 7 de agosto de
1960. Se nacionalizan 36 grandes propiedades azucareras, la
United Fruit, dos refinerías de petróleo (Esso y
Texaco), las compañías eléctricas y de
teléfonos… Todas pertenecientes a empresas
estadounidenses. En total, más de 750 millones de
dólares; las tres cuartas partes de los bienes que
EE.UU. posee en la Isla. Las indemnizaciones son ilusorias al
estar subordinadas a la compra anual de más de 3 millones
de toneladas de azúcar a un precio fijado
por encima de la cotización mundial.
A partir de este momento la CIA intentó eliminar
a Fidel, Raúl y al Che, con la ayuda directa de la mafia.
Tad Szule cuenta que en algunas comparecencias ante una
comisión del Senado, el jefe de la división del
hemisferio occidental de la CIA reconoció que "si los tres
principales jefes no son eliminados de un solo golpe esta
operación puede prolongarse y el actual gobierno
sólo podrá ser derribado por el uso de la fuerza."
El 21 de febrero de 1961, Fidel transforma el
Departamento Industrial del INRA en un verdadero Ministerio de
Industria y coloca a la cabeza un hombre de su confianza, el
Comandante Ernesto Che Guevara.
El Che estuvo al frente también, de otras
actividades que requerían una confianza absoluta. Dentro
de estas tareas estuvieron los primeros acuerdos comerciales con
la URSS, es de suponer que debido a la campaña
anticomunista desarrollada por el imperialismo, aún en
nuestro país, existía cierto rechazo , de una parte
de la población cubana, hacia el bloque socialista; y por
ende, estas negociaciones se realizaron con la mayor
discreción, donde solamente Fidel, Dorticós,
Raúl, el Che y quizá algún que otro
compañero tuvieron acceso a la información de lo
discutido y pactado.
Del 17 de agosto al 7 de septiembre de 1962, el Che
realiza un viaje muy discreto a la URSS, con el pretexto de una
misión económica, pero el verdadero objetivo es de
índole militar: establecer el protocolo que
organizaba la instalación de cohetes soviéticos en
territorio cubano. Acompañado por el jefe de las milicias,
el comandante Emilio Aragonés, visita a Nikita Jruschov en
su dacha de Crimea, sin que ningún comunicado mencione la
visita.
La introducción de los cohetes nucleares se
realizaría de forma secreta, en desacuerdo con la
política de Cuba, pues la Revolución no deseaba
ocultar ese paso. Aviones de espionaje norteamericanos detectaron
la instalación de los misiles y esto produjo que el
presidente Kennedy estableciera una cuarentena y un cerco naval a
la isla a partir del 22 de octubre. Al día siguiente, el
Gobierno Revolucionario decreta la alarma de combate. El Che
formaba parte de la comisión que presidía Fidel y
que también integraba el representante soviético en
las conversaciones URSS-Cuba, Anastas Mikoyan.
El Che, como jefe del ejército occidental, ha
sido encargado de la defensa de la provincia de Pinar del
Río, en la cual se instalaba las rampas de lanzamiento y
cohetes. Establece su cuartel general en la Cueva de "Los
Portales", municipio La Palma.
La URSS inicia negociaciones con EE.UU. a espaldas de
Cuba y acuerdan retirar los cohetes del territorio cubano a
cambio de no agredir a la isla, entre otras solicitudes. La
indignación se apoderó del pueblo cubano y
especialmente de sus líderes. Fidel planteó, como
única salida digna de aquel triste desenlace,
añadir al acuerdo suscrito por Kennedy y Jruschov una
solicitud de Cuba compuesta por cinco puntos, los cuales se
resumían en: Cese del bloqueo económico, cese de
actividades subversivas y de infiltración, cese de ataques
piratas y cese de las violaciones del espacio aéreo
cubano; todas estas operaciones ideadas o apoyadas desde el seno
del gobierno de los EE.UU; y un último punto que
exigía la retirada de la base naval de Guantánamo
de las tropas norteamericanas y la devolución del
territorio. Estos puntos llegaron demasiado tarde a la negociación.
El desempeño de Fidel durante la crisis fue
extraordinario, con extrema cautela y valentía. El mismo
Che lo reconocería en su famosa carta de
despedida:
"He vivido días magníficos y
sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo
en los días luminosos y tristes de la Crisis del
Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista
que en esos días, me enorgullezco también de
haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de
pensar y de ver y apreciar los peligros y los
principios."
A los pocos días de la retirada de los misiles,
el Che expresó:
" (…)El hecho de que Cuba tuviera cohetes
atómicos, sirvió de pretexto para que todos se
pusieran de parte de los Estados Unidos: Playa Girón no ha
hecho el efecto contrario. Ellos saben bien que estas son armas
defensivas, saben también quien es el agresor. Sucede que,
aunque no lo digan, todos también conocen el verdadero
peligro de la Revolución cubana (…)
Es el ejemplo escalofriante de un pueblo que esta dispuesto a
inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de
cimiento a las sociedades
nuevas y que, cuando se hace, sin consultarlo, un pacto por el
cual se retiran los cohetes atómicos, no suspira de
alivio, no da gracias por la tregua; salta a la palestra para dar
su voz propia y única; su posición combatiente,
propia y única, y más lejos, su decisión de
lucha, aun cuando fuera solo, contra todos los peligros y contra
la mismísima amenaza atómica del imperialismo
yanqui."
Posterior a la negociación en carta enviada por
Fidel a Jruschov, manifestándole la indignación de
nuestro pueblo, se puede apreciar la unidad de criterios entre el
Che y Fidel con respecto al tema:
"Le expresé, que la moral de
nuestro pueblo era muy alta y que la agresión seria
resistida heroicamente. Al final del mensaje le reiteré de
nuevo que esperábamos con serenidad los
acontecimientos.
El peligro no podía impresionarnos, porque lo
hemos sentido gravitar sobre nuestro país durante mucho
tiempo y en cierto modo nos hemos acostumbrado a
él.
Los hombres soviéticos que han estado junto a
nosotros saben cuan admirable ha sido la actitud de
nuestro pueblo durante esta crisis y qué honda hermandad
se creó entre los hombres de uno y otro pueblo entre las
horas decisivas. Muchos ojos de hombres, cubanos y
soviéticos, que estaban dispuestos a morir con suprema
dignidad, vertieron lágrimas al saber la decisión
sorpresiva, inesperada y prácticamente incondicional de
retirar las armas.
Usted quizás no conozca hasta que grado el pueblo
cubano se dispuso a cumplir con su deber con la patria y con la
humanidad"..
Años más tarde, Oscar Pino Santos, se
entrevista con el Che y abordan el tema de la crisis de octubre,
de esta conversación nos cuenta:
"Yo observé que lo que más me había
impresionado de aquellos acontecimientos fue la forma en que se
condujo Fidel. Muy particularmente le recordé los cinco
puntos que había levantado cual bandera, a nombre de la
nación
cubana como la única solución digna, inteligente y
definitiva; en medio de tan compleja y peligrosa
situación.
Che asintió a esta apreciación mía
con gestos de animada aprobación.
Entonces dijo con expresiones de sincera
admiración:
– `¿Y sabes cómo elaboró aquellos
cinco puntos?…En un instante…Sacó un pedazo de
papel del
bolsillo y los escribió uno tras otro sin dudar ni
reflexionar un momento…¡Lo sacó literalmente del
bolsillo, chico, lo sacó del bolsillo!´
Yo, tiempo después, cuando me llegaban versiones
de la supuesta rivalidad entre Fidel y Che, recordaba aquel
episodio".
Otro compañero que nos narra acerca de las
magníficas relaciones de trabajo y amistad que siempre
tuvieron el Che y Fidel es Luis Buch, que ha inicios de la
revolución ocupó el cargo de Ministro de la
Presidencia, por tanto estuvo cerca de estas dos
figuras:
"El Che era muy sincero, quizás demasiado.(…)
Denotaba una cautela y una desconfianza ideológica muy
hondas, lo que no dejaba de ser positivo, porque evidencia una de
las características que debe tener un
líder: la capacidad y el instinto de analizar
profundamente, desde un inicio, a las personas que giran a su
alrededor o pertenecen a la dirección de la
organización revolucionaria.
Esta es una cualidad innata en Fidel.
Por cierto, antes de que el Che ocupara las
responsabilidades de Estado que ha motivado estas disquisiciones,
tuve oportunidad de advertir personalmente las magníficas
relaciones de trabajo y amistad que siempre tuvieron él y
Fidel.
En los primeros meses de la revolución. Alguna
vez tuve que localizar a Fidel para que firmara una nota
diplomática u otro documento de gobierno que no
podía demorar. Fidel se encontraba en la residencia de
Mily Mendoza (…) Pasé a la habitación. En ese
instante, Fidel discutía apasionadamente con el Che sobre
la pretensión de éste de asumir la dirección
del INRA, tanto Fidel como Che eran dos recias personalidades,
que defendían con vehemencia sus puntos de vista, por lo
cual era absolutamente normal que sus conversaciones derivaran en
discusiones aparentes.
Fidel revisó el documento que yo llevé
(…) Y me lo devolvió para ponerlo en limpio. Me
retiré. Cuando volví con el original para que lo
firmara, ya Fidel y el Che habían terminado la
discusión y conversaban familiarmente, acostados en
sentido opuesto sobre la misma cama, boca arriba, mirando al
techo, haciendo futuro".
Otra labor que desempeñó el Che que
requería de la absoluta confianza de los líderes de
la Revolución fue la de diplomático. El Che fue
portavoz de la solidaridad y la
dignidad del pueblo cubano, y como él mismo
expresara:
"Que he estado identificado siempre con la
política exterior de nuestra Revolución y lo sigo
estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
actuaré".
En diversos foros puso en alto el nombre de Cuba. Dentro
de ellos, por sólo mencionar algunos, el encuentro del
Consejo Interamericano Económico y Social (CIES),
celebrado en agosto de 1961 en Punta del Este, al que Fidel le
había pedido que asistiera representando a nuestro
país. En marzo de 1964, representa a Cuba en la 1ª
Conferencia de
Naciones Unidas
para el Comercio y el
Desarrollo en
Ginebra. Es mundialmente famoso también su discurso en la
19ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, en diciembre
de 1964, donde lanza una declaración de guerra de los
países de tercer mundo, contra lo que llama "La
Internacional del Crimen", formado por los imperialistas. Estos
son sólo algunos de los ejemplos en los que en plena
coincidencia con las ideas de Fidel, el Che alza su voz en nombre
de Cuba.
Las responsabilidades de presidente del Banco Nacional
de Cuba y Ministro de Industrias, le dieron la oportunidad al Che
de desarrollarse como economista, haciendo aportaciones a la
economía
política del socialismo. En diversos escritos aborda
el tema del Sistema
Presupuestario y la emulación socialista, así como
los estímulos morales y la menor utilización de los
estímulos materiales. Le
da gran importancia a la planificación y ataca fuertemente al
burocratismo.
En la construcción del socialismo le confiere un
papel fundamental al trabajo voluntario y así lo expresa:
"La importancia que tiene el trabajo voluntario no se refleja en
la parte directamente económica que pudiera reportar a las
empresas o al Estado. Se refleja en la conciencia que se adquiere
frente al trabajo (…) Los trabajadores voluntarios de vanguardia son
los hombres que cumplen más cabalmente que nadie los
ideales del verdadero comunista …"
Fidel se ha referido a ello:
"El trabajo voluntario fue una creación del Che y
una de las mejores cosas que nos legó en su paso, por
nuestra patria y en su participación en nuestra
Revolución".
Posterior a la caída del Che en Bolivia; el
proceso
revolucionario cubano entró en un periodo económico
extremadamente complejo, en la década de los 70´,
debido fundamentalmente, según Fidel, a una ligera
pérdida de vigencia y reconocimiento social de alguno de
los valores y
principios éticos del pensamiento de Ernesto Che Guevara;
dentro de ellos, el trabajo voluntario y la consideración
del trabajo como un deber social.
En la construcción del socialismo, tanto Fidel
como el Che, le dan una importancia vital al papel de la juventud y
esto se demuestra en los escritos o discursos de cada uno. Al
respecto, el Che plantea:
"En el momento en que la defensa del país era la
más importante, la juventud estaba presente (…)
Además, debemos defender el país
construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos
cuadros técnicos para acelerar mucho más su
desarrollo en los años venideros (…) El estudio a todos
los niveles, es también hoy una tarea de la juventud; el
estudio mezclado con el trabajo (…) El joven comunista debe
plantearse ser siempre el primero en todo, luchar por ser el
primero (…) Ser el espejo donde se miren los compañeros
que no pertenezcan a las juventudes comunistas (…) donde se
puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada
(…) Junto a eso un gran espíritu de sacrificio (…)
Estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea (…) La
exigencia a todo joven comunista es ser esencialmente
humano".
"La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud,
en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar
de nuestras manos la bandera".
Fidel, al respecto, plantea:
"Hay que tener temple para ser un joven comunista, hay
que tener carácter para ser un joven comunista, hay que
tener abnegación para ser un joven comunista, hay que
tener vocación para ser un joven comunista, hay que saber
cumplir. Si se es estudiante hay que ser inexorablemente buen
estudiante, si se es trabajador de una fábrica hay que ser
obrero modelo en esa
fábrica; hay que ser ejemplo de buen compañero, hay
que ser ejemplo de sacrificio, hay que ser ejemplo de voluntad,
han de ser de los primeros en todo, en el trabajo, en el estudio,
en los deportes, en la
vida de relación con los demás
compañeros."
Referente a la etapa del proceso revolucionario y a la
construcción del socialismo, el Che, hombre que odiaba los
halagos personales o para otros, da algunos argumentos sobre la
valoración del papel de Fidel:
" Tiene las características de gran
conductor que, sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza
y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre
la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de
sacrificio que hoy ocupa. Pero tiene otras cualidades
importantes, como son su capacidad de asimilar los conocimientos
y experiencias para comprender todo el conjunto de una
situación dada, sin perder de vista los detalles y su
inmensa fe en el futuro, y su amplitud de visión para
prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo
siempre más lejos y mejor que sus compañeros. Con
estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de
aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que
debilita; su capacidad de dirigir a la cabeza de todos la
acción del pueblo; su amor infinito
por él, su fe en el futuro y capacidad de preverlo, Fidel
Castro hizo más que nadie en Cuba para construir de la
nada el aparato hoy formidable de la Revolución
Cubana".
Y Fidel, expresa:
"Pienso que muchas de las ideas, ¡muchas de las
ideas del Che!, tienen una gran vigencia; si hubiéramos
conocido, si conociéramos el pensamiento económico
del Che, estaríamos cien veces más alertas,
incluso, para conducir el caballo, y cuando el caballo quiera
torcer a la derecha o a la izquierda, dondequiera torcer el
caballo —aunque sin duda en este caso se trataba de un
caballo derechista—, darle un buen halón de freno al
caballo y situarlo en su camino, y cuando el caballo no quiera
caminar, darle un buen espuelazo. Creo que un jinete, vale decir
un economista, vale decir un cuadro del Partido, vale decir un
cuadro administrativo armado de las ideas del Che, sería
capaz de conducir el caballo por el camino correcto. El solo
conocimiento
de su pensamiento, el solo conocimiento de sus ideas, le
permitiría poder decir: voy mal por aquí, voy mal
por allá, esto es una consecuencia de esto, una
consecuencia de lo otro, en tanto, el sistema y los mecanismos
para construir el socialismo y el comunismo,
realmente se desarrollen, realmente se perfeccionen, y lo digo,
porque tengo la más profunda convicción que si se
ignora ese pensamiento difícilmente se puede llegar muy
lejos, difícilmente se puede llegar al socialismo
verdadero; al socialismo verdaderamente revolucionario, al
socialismo con socialistas, al socialismo y al comunismo con
comunistas. Estoy absolutamente convencido de que ignorar esas
ideas, sería un crimen, eso es lo que nosotros planteamos.
Tenemos suficientes experiencias para saber cómo hacer las
cosas, y en las ideas del Che, en el pensamiento del Che hay
principios valiosísimos, de un valor inmenso, que rebasan
simplemente ese marco que muchos puedan tener de la imagen del
Che, como un hombre valiente, heroico, puro; del Che como un
santo por sus virtudes, y un mártir por su
desinterés y heroísmo, sino del Che como
revolucionario, del Che como pensador, del Che como hombre de
doctrina, como hombre de grandes ideas y que con una gran
consecuencia fue capaz de elaborar instrumentos, principios que,
sin duda, son esenciales en el camino revolucionario".
"Otras tierras del mundo reclaman el
concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te
está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y
llegó la hora de separarnos".
Che
Al conocer a Fidel en México e integrar la
expedición que saldría hacia Cuba, el Che hizo que
Fidel le prometiera que una vez alcanzado el triunfo
revolucionario, lo ayudaría con los medios necesarios y lo
dejara salir de Cuba para continuar su lucha a favor de los
oprimidos. Esta promesa el Che se la recordó a Fidel
varias veces en la Sierra Maestra.
Una prueba de las intenciones de Ernesto Che Guevara en
ese entonces es la carta que le dirige a su madre el 15 de julio
de 1956:
"… no creo de vos que prefieras un hijo vivo y
Barrabás a un hijo muerto en cualquier lugar cumpliendo
con lo que él considere su deber. Además, tras
haber deshecho algunos entuertos en Cuba, iré a cualquier
parte, pues es evidente que, encerrado en un trabajo
burocrático o en una clínica de enfermedades
alérgicas, estaría jodido."
A su antiguo amigo Granados le manifiesta:
"Mírame un poco, detrás de este escritorio,
mientras otros mueren por sus ideales. Yo no nací para
dirigir ministerios ni para morir abuelo".
El Che nunca se adaptó por completo al trabajo de
funcionario que realizó por servicio a la
Revolución y por que Fidel se lo pidió. Su nuevo
matrimonio y
por que su nueva patria estaba en peligro, retrasó su
principal objetivo: Marcharse a propagar otros incendios en
otros países.
Desde el triunfo de la Revolución, el Che no ha
dejado de interesarse por todos los movimientos de
liberación. No se trata de exportar la revolución
sino de dar apoyo técnico, financiero y militar a los
revolucionarios decididos a pasar a la acción en sus
respectivos países.
Con estas ideas, el Che comienza a realizar varias
operaciones que preparaban su salida de Cuba y realiza
declaraciones en el extranjero que dejaban entrever sus
verdaderas intenciones.
El 17 de marzo de 1964, cuando viaja a Ginebra para
participar en la primera Conferencia de las Naciones Unidas para
el Comercio y el Desarrollo. En el avión habla con el
embajador de Cuba en Brasil, que se
encarga de comunicarle el proyecto de llevar a cabo una
revolución a la cubana en Brasil. El Che escucha con suma
atención y le responde: "Dile a Brizzola
que si necesita un buen jefe guerrillero, ofrezco mis servicios".
En la 19ª Sesión de la Asamblea General de
la ONU, pone especial énfasis a la situación del
Congo belga, donde han asesinado al Primer Ministro Patrice
Lumumba, hecho encubierto por EE.UU.
De vuelta a La Habana permanece en Argel tres meses. Le
pide a Ben Bella la posibilidad de que Argelia acoja en su
territorio cuadros revolucionarios latinoamericanos entrenados en
Cuba, algo que el mandatario argelino acepta
inmediatamente.
El Che piensa que el continente africano es propicio
para intentar focos revolucionarios. A partir del 25 de diciembre
de 1964 realiza un viaje por siete países africanos de
reciente independencia. Son países que han manifestado una
intención de ruptura con occidente.
Inesperadamente interrumpe su gira africana, va dos
días a Paris y de allí a China, desde
donde vuelve a África. En Tanzania se entrevista con
dirigentes congoleños seguidores de Lumumba, Soumialot y
Kabila.
Realiza un nuevo viaje a Argel que queda marcado por su
intervención del 24 de febrero de 1965, en el que dice:
"la práctica del internacionalismo proletario es un deber
contra el enemigo imperialista común. El desarrollo de los
países que se comprometen en la vía de la
liberación debe ser pagado por los países
socialistas".
En este viaje preparatorio el Che tiene la oportunidad
de conocer no sólo algunos de los dirigentes de los
movimientos revolucionarios de Africa, sino que
conoce además, sus dificultades y preocupaciones. En todo
momento mantiene contacto con Fidel Castro, quien en una carta
fechada en diciembre de 1964, le comunica sobre las gestiones que
mientras tanto se van realizando desde Cuba:
"… Sergio acaba de reunirse conmigo y me
informó pormenorizadamente como marcha todo (…) La
decisión final sobre la fórmula la adoptaremos a tu
regreso. Para poder escoger entre la alternativas posibles es
necesario conocer la opinión de nuestro amigo (Ahmed Ben
Bela). Trata de mantenernos informados por vía
segura".
El 14 de marzo de 1965 es fecha clave en la trayectoria
del Che. Es la última vez que aparece en público.
Después de la larga ausencia de 98 días de su viaje
por cuatro continentes, cuando desciende del avión de la
Cubana de Aviación, nadie es consciente de que pronto
desaparecerá de la escena pública.
Cuba había empezado a preparar tropas, formadas
exclusivamente por negros, para acudir con la mayor
discreción posible a ayudar a los rebeldes
congoleños. El Che pide el privilegio de tomar el mando
del contingente y promete actuar sólo como consejero
de los congoleños en su batalla contra los paracaidistas y
mercenarios occidentales.
El Che no entra de inmediato en la clandestinidad. El 22
de marzo de 1965, ocho días después de su regreso,
se despide de sus colaboradores en el gran salón del
Ministerio de Industria. Menciona, en su alocución,
reiteradamente El Congo y se despide: "Hasta pronto en los campos
de caña de azúcar." Esta es la última
manifestación pública del Che en Cuba. A partir de
entonces, desaparición
total.
La inesperada salida del Che de Cuba trajo consigo una
ola de especulaciones en torno al posible
destino del Che, y sobre todo una ola de infamias alrededor del
verdadero motivo que obligó al Che a dar ese
paso.
Muchos medios de prensa de extrema derecha se atrevieron
afirmar que la decisión de abandonar Cuba y emprender la
acción revolucionaria en El Congo y Bolivia fue
consecuencia de su fracaso en la gestión
económica, las discrepancias con Fidel y otros dirigentes
cubanos y fricciones con la URSS.
Veamos algunos ejemplos de éstas
calumnias:
"…Sus causas en el Congo y en Bolivia francamente
estaban fuera de toda lógica,
pero esa desproporción no sólo es conmovedora, sino
también da cuenta del tremendo afán de Guevara por
incidir en la realidad, aunque parezca una locura decirlo. Pensar
en encender una revolución por todo el continente
empezando con cincuenta hombres en Bolivia no es precisamente un
acto de cordura, ¿o sí?…"
"..El Che abandonó la isla por diferencias con
Fidel Castro"
"…Guevara vivió como lo que fue siempre: un
violento, tratando de imponer sus ideales utópicos a punta
de pistola o fusil. Como sería este argentino que Fidel
Castro lo sacó de Cuba y lo mandó a morir a la
selva Boliviana…."
"… El doctor Castro le atribuyó la culpa de la
ruina económica de la Isla…"
"Che Guevara era una presencia incómoda en La
Habana, en vísperas de su desaparición (…)
comenzó a crear dificultades a raíz de firmarse el
nuevo acuerdo de Cuba y Moscú para asegurar la
protección del azúcar"
" No quería el poder, porque el poder no le
había salido bien".
Hasta ahora, durante el desarrollo de éste
trabajo ya se han dado argumentos que rebaten las mentiras
anteriores. No obstante, queremos recalcar que el Che , como
Fidel, cumpliendo su deber de revolucionario criticó los
errores del Campo Socialista, siempre con un sentido
constructivo.
Naturalmente, hubo desacuerdos en algunos puntos de
vista entre Fidel y el Che, como es lógico, pero
éstas diferencias, tanto con Fidel como con la URSS no
fueron antagónicas y mucho menos fueron motivos para que
el Che se marchara de Cuba.
Otros a quienes no se les puede considerar amigos de la
Revolución Cubana ni admiradores del Che, están
convencidos de la unidad de criterio entre el Che y Fidel, dentro
de ellos, Regis Debray:
"puedo dar fe de que jamás hubo ruptura del Che
con Fidel". Para demostrarlo cita largas conversaciones que
mantuvo por separado con ambos líderes revolucionarios,
sobre quienes traza su perfil psicológico. En ese sentido,
y dentro de una caracterización sumamente crítica
de Guevara por su supuesta rigidez y frialdad personal, Debray
sostiene que "hasta el último de sus días el Che
sólo amaba a su madre, a Fidel y a dos o tres amigos de la
adolescencia".
La mayor prueba de las profundas convicciones que
hicieron que el Che marchara a continuar la lucha, es la carta de
despedida que le escribe a Fidel:
"… Siento que he cumplido la parte de mi
deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio
y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya
es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la
Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi
grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal
me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden
romper como los nombramientos.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis
modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado
por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora
de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de
alegría y dolor; aquí dejó lo más
puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido
entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me
admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi
espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe
que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi
pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado
de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que
este; esto reconforta y cura con creces cualquier
desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier
responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me
llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último
pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti.
Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al
que trataré de ser fiel hasta las últimas
consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre
con la política exterior de nuestra Revolución y lo
sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
actuaré…"
Con respecto a este paso tan decisivo en la vida del
Che, Fidel expresa su opinión:
"Teníamos excelentes relaciones de amistad, de
confianza, y Che realmente prestaba mucha atención a los
puntos de vista, a los criterios que yo le daba porque siempre
mantuvimos una confianza y una amistad profunda hasta el final.
Pero aquella era su idea. La otra cosa era prohibirle, y eso no
estaba dentro del tipo de relaciones que teníamos
nosotros, ni por razones de Estado imponerle un criterio. Lo que
hicimos fue que lo ayudamos, y ayudamos algo que creíamos
que era posible; no habríamos podido ayudar algo
imposible, algo en que no creyéramos, porque habría
sido nuestro deber decirle: no es posible, no podemos hacer esto,
no se pueden sacrificar compañeros en esa tarea. Pero fue
así lo que él hizo. Y yo comparto lo que
hizo,lo creo."
"El Che, junto al grupo de hombres que dirige, pretende
fortalecer lo más posible el movimiento de
liberación del Congo, lograr un frente único,
decantar a los mejores y a los que estén dispuestos a
continuar la lucha por la liberación definitiva de
África. Trae consigo la experiencia obtenida en Cuba y la
pone al servicio de la nueva revolución.
La cruda realidad del Congo, su atraso, la falta de
desarrollo político ideológico de la gente y contra
lo cual había que luchar con firmeza y decisión,
golpea al Che. No faltaron momentos de desalientos y de
incomprensiones, pero ante estas adversidades se eleva como una
visión profética de enorme confianza y el amor que el
sentía por los hombres que deciden crear para sus pueblos
posibilidades de desarrollo y mayor dignidad"
Su ausencia del 1º de mayo dio pie a locas
suposiciones, sobre todo porque Fidel, el 20 de abril,
declaró a unos periodistas extranjeros que "el comandante
Guevara está donde mejor sirve a la
Revolución".
Entretanto, los rumores de su desaparición
continúan. La hipótesis más aceptada es la
de su muerte y entierro en una fosa común cuando las
tropas yanquis invadieron Santo Domingo. En esta situación
los periodistas acosan a Fidel más que nunca. Todos hacen
la misma pregunta: ¿Dónde está?
¿Qué han hecho con él?
Al salir de la selva se dirige a Dar Es-Salam y se
encierra en la embajada durante más de tres meses. Se
encuentra en tal estado de melancolía que desde La Habana
se autoriza a su esposa, Aleida, a pasar unas semanas con el Che.
Llegan a Tanzania distintos enviados para trasladar al Che a
Cuba. Él se niega. Se decide, entonces, enviarlo a una
ciudad europea amiga. Será Praga.
Durante su estancia en Praga (marzo-julio de 1966)
Aleida vuelve a visitarlo, así como varios amigos de
entera confianza. En este tiempo encargó a Martínez
Tamayo una nueva misión en Bolivia; que examine la
posibilidad de instalar un centro clandestino de formación
de guerrilleros para toda la región. En esta ciudad la
situación del Che es bien incómoda, no puede salir
a ningún lugar público por temor a ser reconocido,
se encuentra prácticamente solo y esto dificulta sus
planes de continuar la lucha por el continente
americano.
Debido a esta situación, Fidel le escribe en
varias ocasiones tratando de convencerlo de que regrese a Cuba y
el Che se niega. Con respecto a esto, Luis Buch
comenta:
"Después de renunciar a la ciudadanía
cubana, a los cargos oficiales y de despedirse de nuestro pueblo,
el Che no aceptaba volver sobre sus pasos. Una actitud semejante
es perfectamente comprensible cuando se trata de hombres con
profundas convicciones".
Fidel logra convencerlo finalmente con argumentos
sólidos en una carta fechada en junio de 1966, que por su
importancia se anexa al trabajo.
El 19 de julio de 1966 con un pasaporte uruguayo a
nombre de Ramón
Benítez, el Che sale de Praga en tren hacia Viena y
después Ginebra y Zurich. Vía Moscú llega a
La Habana.
Cuando regresa a Cuba, vive en varias casas en La Habana
y posteriormente se traslada a una finca en Pinar del Río,
donde permanece desde mediados de julio hasta octubre de 1966. En
este lugar se realiza el entrenamiento de unos 15 hombres
cuidadosamente seleccionados que integraran la guerrilla
boliviana. En este tiempo, el Che recibe muchas, visitas sobre
todo los fines de semana, de Ramiro Valdés, Celia
Sánchez, Osvaldo Dorticós y Fidel, que asiste cada
semana al entrenamiento; entre otros
compañeros.
Con el Che, serán 17 los miembros del comando que
desembarcará en Bolivia por diversas fechas, en grupos de 2
ó 3, siguiendo itinerarios distintos y con nombres
falsos.
El 23 de octubre de 1966, el Che abandona La Habana,
pasa por Moscú, Praga, Viena y finalmente a
Ñancahuazú, en el interior de Bolivia. En cada uno
de los países mencionados cambió de identidad.
La guerrilla del Che a la que se integraron varios
bolivianos, se inserta en la selva boliviana, y comenzó su
lucha. El Che tuvo una entrevista con Mario Monje, secretario
general del Partido Comunista Boliviano, en la que al definir el
papel que jugaría cada uno en la lucha por la
liberación de ese país, Monje no estuvo de acuerdo
con que ningún extranjero lo dirigiese y exigía la
entrega del poder militar y político; a lo que el Che con
palabras firmes y decididas, emplazó a Monje:
-"Monje, eso es un falso concepto del
internacionalismo, es igual que si yo me encontrara en Argentina en las
condiciones en que tú estás conmigo, y llegara
Fidel. Inmediatamente me subordinaría a él, porque
sabe más que yo".
El egocentrismo de Monje no le permitió llegar a
un entendimiento con el Che y esto trajo consigo que la guerrilla
boliviana no recibiera el apoyo necesario del Partido Comunista
en lo adelante.
"…Que si me llega la hora definitiva
bajo otros cielos, mi último pensamiento será para
este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por
tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser
fiel hasta las últimas consecuencias de mis
actos…"
Che
Muchos factores influyeron en la derrota de la guerrilla
boliviana, dentro de ellos podemos mencionar, la falta de apoyo
del Partido Comunista Boliviano, aunque algunos militantes
apoyaron; la falta de conciencia política de los
campesinos bolivianos, que debido a la campaña de
desinformación esgrimida por los medios del país,
lejos de ayudar a la guerrilla los delataban; y por supuesto no
podían faltar las garras del imperialismo, que a
través de la CIA, le venía siguiendo los pasos al
Che.
El Che cae prisionero el 8 de octubre de 1967 y es
asesinado el día siguiente.
La muerte del Che trae también consigo una ola de
publicaciones con un objetivo claro, después de su
asesinato físico, había que matar el símbolo
de esa lucha.
" En la más
pérfida, calculada y fría forma habíamos
sido traicionados y vendidos por Fidel en Bolivia. Ya no
tenía dudas, había comprobado en forma irrefutable
la traición. Todos habíamos sido manejados como
peones sin valor, en el tenebroso tablero de ajedrez de
Fidel, en forma cruel e inhumana.
Y lo más escandaloso es que, después de
haber enviado al Che a hacerse matar en los bosques bolivianos
haya hecho del Che una bandera para pedirle a los cubanos que
trabajen, sabiendo, como sabe, que el pueblo cubano ha tenido
siempre devoción por Ernesto, y que lloraba su
muerte."
El propio Debray, quien ha alentado y apadrinado a
Benigno, lo contradice revelando cómo el aparato de
inteligencia cubano estaba inmerso en un plan para sacarlo
a él mismo, clandestinamente de la cárcel
boliviana.
Otros artículos, en torno a la muerte del Che,
contienen mentiras con argumentos tan pocos sólidos que
hasta resultan risibles:
"Un caso mundialmente famoso de "guerra limpia" (luego
"ensuciada"), fue el del Che Guevara Lynch, nacido en Argentina,
que emigró a Cuba y actuó como brazo derecho de
Fidel Castro Ruz para fusilar cubanos. Luego comandó una
brigada que viajó a Angola a ejecutar a negritos que
repudiaban al comunismo. Al regreso, victorioso, organizó
una expedición para hacer que Bolivia se convirtiera al
marxismo-leninismo y fuera otra Cuba. Hasta ahí todo se
hallaba dentro de la "guerra limpia", inmaculada, pero luego
resultó que el Ejército boliviano combatió y
mató al Che. Y esto figura ya como "guerra sucia" en
extremo. Por eso al Che se le rinde pleitesía en todo el
mundo."
El asesinato del Che fue un duro golpe para el pueblo
cubano y especialmente para Fidel. Nadie mejor que él para
sintetizar el dolor que causó su muerte:
"Me costaba trabajo aceptar la idea de la muerte del
Che. Muchas veces he soñado, a veces le he contado a la
gente las cosas que uno sueña, y he soñado que
estoy hablando con él, que está vivo; una cosa muy
especial, una persona de la que a uno le cuesta mucho trabajo
resignarse a la idea de su muerte. ¿A qué obedece
eso? A mi juicio, es que tiene una presencia siempre permanente
en todo. Ocurre su muerte a distancia, a muchas millas de
distancia de nuestro país, y te digo que la idea de la
muerte del Che era algo a lo que uno no se adaptaba. Me pasaba al
revés que con otros compañeros, a pesar de que
muchas veces hemos perdido compañeros en la lucha, hemos
visto morir compañeros. Te diría que uno tiene la
impresión de una presencia permanente del Che, por lo que
simbolizaba, por su carácter, por su conducta, por sus
principios. Era un gran número de cualidades realmente
excepcionales. Yo lo conocía muy bien, muy bien desde que
entré en contacto con él en México hasta que
salió del país la última vez. Pienso
realmente con dolor que con la muerte del Che se perdió
una gran inteligencia. Era un hombre que todavía
tenía mucho que dar en la teoría
y en la práctica de la construcción del
socialismo".
"Che reunía como revolucionario
las virtudes de un revolucionario; hombre íntegro a carta
cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre
de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente
en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha.
Constituyó, por sus virtudes, lo que puede llamarse un
verdadero modelo de revolucionario.
Suele, a la hora de la muerte de los hombres, hacerse
discursos, suele destacarse virtudes, pero pocas veces como en
esta ocasión se puede decir con más justicia, con
más exactitud, de un hombre lo que decimos del Che:
¡que constituyó un verdadero ejemplo de virtudes
revolucionarias !
Pero, además, añadía otra cualidad,
que no es una cualidad del intelecto, que no es una cualidad de
la voluntad, que no es una cualidad del corazón,
¡porque era un hombre extraordinariamente humano,
extraordinariamente sensible!
Trabajador infatigable, en los años que estuvo al
servicio de nuestra patria no conoció un solo día
de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le
asignaron: como Presidente del Banco Nacional, como Director de
la Junta de Planificación, como Ministro de Industrias,
como Comandante de regiones militares, como Jefe de delegaciones
de tipo político, o de tipo económico, o de tipo
fraternal.
(…) y es que los escritos del Che, el pensamiento
político y revolucionario del Che, tendrán un valor
permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso
revolucionario en América Latina. Y no dudamos que el
valor de sus ideas, (…) tienen y tendrán un valor
universal.
Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos
dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su
carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de
trabajo. En una palabra, ¡ nos dejó su ejemplo !
¡ Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro
pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro
pueblo !
"Si queremos expresar cómo aspiramos que sean
nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes,
nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna
índole: ¡ que sean como el Che ! Si queremos
expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras
generaciones, debemos decir: ¡ que sean como el Che !. Si
queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros
niños,
debemos decir sin vacilación: ¡ queremos que se
eduquen en el espíritu del Che ! Si queremos un modelo de
hombre, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de
corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su
conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha
en su actuación, ese modelo es el Che !
"Si queremos expresar cómo deseamos que sean
nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de
vehementes revolucionarios: ¡QUEREMOS QUE SEAN COMO EL CHE
!
En 1997, a 30 años de la caída del
Guerrillero Heroico, fueron encontrados los restos del Che y
algunos de sus compañeros. Estos restos fueron trasladados
a Cuba, a la llegada de estos, en el aeropuerto, Aleida Guevara
le expresaba a Fidel:
"…Ellos sabían que cuando lo decidieran
podrían regresar a la patria y que nuestro pueblo los
recibiría con amor y curaría sus heridas y
sabían que usted seguiría siendo su amigo, su jefe,
por eso le pedimos Comandante que nos haga el honor de recibir
sus restos, más que nuestros padres, son hijos de este
pueblo que tan dignamente usted representa…."
Días más tarde, el 17 de octubre, en
ceremonia solemne en Santa Clara, donde los restos de los
combatientes fueron depositados en el Memorial dedicado a Ernesto
Che Guevara y sus compañeros, Fidel expresa:
"…Veo, además, al Che como un gigante moral que
crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia
se han multiplicado por toda la tierra.
Che fue un verdadero comunista y hoy es ejemplo y
paradigma de
revolucionario y comunista.
Che fue maestro y forjador de hombres como él.
Consecuente con sus actos, nunca dejó de hacer lo que
predicaba, ni de exigirse a si mismo más de lo que
exigía a los demás.
Siempre que fue necesario un voluntario para una
misión difícil, se ofrecía el primero, tanto
en la guerra como en la paz. Sus grandes sueños los
supeditó siempre a la disposición de entregar
generosamente la vida. Nada para él era imposible, y lo
imposible era capaz de hacerlo imposible.
¿Qué hacía un hombre del gobierno
de Estados Unidos allí donde estaba herido y prisionero el
Che? ¿Por qué creyeron que matándolo dejaba
de existir como combatiente? Ahora no está en La Higuera
pero está en todas partes, donde quiera que haya una causa
justa que defender. Los interesados en eliminarlo y desaparecerlo
no eran capaces de comprender que su huella imborrable estaba ya
en la historia y su mirada luminosa de profeta se
convertiría en un símbolo para todos los pobres de
éste mundo, que son miles de millones. Jóvenes,
niños, ancianos, hombres y mujeres que supieron de
él, las personas honestas de toda la tierra,
independientemente de su origen social, lo admiran.
Che está librando y ganando más batallas
que nunca ¡gracias, Che, por tu historia, tu vida y tu
ejemplo!"
- Buch Rodríguez, L.; Suárez
Suárez, R. 2002. Otros pasos del Gobierno Revolucionario
Cubano. La Habana. Editorial de Ciencias
Sociales. 320 p. - Calvo Ospina, H.; Declercq, K. 2003.
¿Disidentes o Mercenarios?. La Habana. Casa Editora
Abril. 240 p. - Colectivo de Autores. 1999. La actualidad del Che.
España. Ediciones Libertarias. 479
p - Con la razón histórica y la moral de
Baraguá. 1962. Crisis de Octubre. 1990. La Habana.
Editora Política. 38 p. - Curso de Introducción a la Historia de Cuba.
Universidad
para todos. - Che Guevara habla a la juventud. 2001. La Habana.
Casa Editora Abril. 143 p. - Guevara, E. 1999. Pasajes de la guerra
revolucionaria: Congo. Barcelona. Editorial Grijalbo Mondadori.
345 p. - Guevara, E. 2000. Pasajes de la guerra
revolucionaria. La Habana. Editora Política. 362
p. - Harnecker, M. 2001. Fidel: La estrategia
política de la victoria. La Habana. Editorial Ciencias
Sociales. 108 p. - Mayo, J. 2002. En la Guerrilla junto al Che.
Testimonio de Urbano. La Habana. Editorial Gente Nueva. 109
p. - Pino Santos, O. 1997. Los tiempos de Fidel, el Che y
Mao. Tal y como los conocí. México, D.F.
Editorial Nuestro Tiempo. 303 p. - Tablada Pérez, C. 1987. El pensamiento
económico de Ernesto Che Guevara. La Habana. Casa de las
Américas. 210 p. - Valdés, M.; Arbelo, R.; Gallo, G. 1991.
Historia de Cuba. Noveno grado. La Habana. Editorial Pueblo y
educación. 341 p. - www.cheislagrande.cu
- www.ciudadinternet.htm
- www.che.cubasi.cu
- www.lapatriagrande.com
- www.monografias.com
- www.voy.com
- www.guevarahome.org
Habana
"Año de la Agricultura"
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te
conocí en casa de María Antonia, de cuando me
propusiste venir, de toda la tensión de los
preparativos.
Un día pasaron preguntando a quien se
debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del
hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era
cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es
verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del
camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque
somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he
cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución
cubana en su territorio y me despido de ti, de los
compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la
Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi
grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal
me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden
romper como los nombramientos.
Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber
trabajado con suficiente honradez y dedicación para
consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de
alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los
primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con
suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
revolucionario. He vivido días magníficos y
sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo
en los días luminosos y tristes de la Crisis del
Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista
que en esos días, me enorgullezco también de
haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de
pensar y de ver y apreciar los peligros y los
principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis
modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado
por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora
de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de
alegría y dolor; aquí dejó lo más
puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido
entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me
admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi
espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe
que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi
pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado
de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que
este; esto reconforta y cura con creces cualquier
desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier
responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me
llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último
pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti.
Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al
que trataré de ser fiel hasta las últimas
consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre
con la política exterior de nuestra Revolución y lo
sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada
material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido
nada para ellos pues el Estado les dará suficiente para
vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro
pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden
expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar
cuartillas.
Hasta la victoria siempre. ¡Patria o
muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario,
CHE
Carta escrita por Fidel y enviada al
Che a Praga.
junio de 1966
Querido Ramón:
Los acontecimientos han ido delante de mis proyectos de
carta. Me había leído íntegro el proyecto de
libro de tu
experiencia en el C. (Congo) y también , de nuevo, el
manual sobre
guerrillas, al objeto de poder hacer un análisis lo mejor
posible sobre estos temas, sobre todo, teniendo en cuenta el
interés práctico con relación a los planes
en la tierra de Carlitos (Carlos Gardel). Aunque de inmediato no
tiene objeto que te hable de esos temas, me limito por el momento
a decirte que encontré sumamente interesante el trabajo
sobre el C. y creo que vale realmente la pena el esfuerzo que
hiciste para dejar constancia escrita de todo.
(…)
Acabo de leer tu carta a Bracero (Osmany Cienfuegos) y
de hablar extensamente con la Doctora (Aleida March).
En los días en que aquí parecía
inminente una agresión yo sugerí a varios
compañeros la idea de proponerte que vinieras; idea que
realmente resultó estar en la mente de todos. El Gallego
(Manuel Piñeiro) se encargó de sondear tu
opinión. Por la carta a Bracero veo que tú estabas
pensando exactamente igual. Pero en estos precisos instantes ya
no podemos hacer planes en ese supuesto, porque, como te
explicaba, nuestra impresión ahora es que de momento no va
a ocurrir nada.
Sin embargo, me parece que, dada la delicada e
inquietante situación en que te encuentras ahí,
debes, de todas formas, considerar la conveniencia de darte un
salto hasta aquí.
Tengo muy en cuenta que tú eres particularmente
renuente a considera cualquier alternativa que incluso poner por
ahora un pie en Cuba, como no sea en el muy excepcional caso
mencionado arriba. Eso, sin embargo, analizado fría y
objetivamente obstaculiza tus propósitos; algo peor, los
pone en riesgo. A mi me
cuesta trabajo resignarme a la idea de que eso sea correcto e
incluso de que pueda justificarse desde un punto de vista
revolucionario. Tu estancia en el llamado punto intermedio
aumenta los riesgos, dificulta extraordinariamente las tares
practicas a realizar; lejos de acelerar, retrasa la
realización de los planes y te somete, además, a
una espera innecesariamente angustiosa, incierta,
impaciente.
Y todo eso, ¿Por qué y para que? No media
ninguna cuestión de principios, de honor o de moral
revolucionaria que te impida hacer un uso eficaz y cabal de las
facilidades con que realmente puedes contar para cumplir tus
objetivos.
Hacer uso de las ventajas que objetivamente significan poder
entrar y salir de aquí, coordinar, planear, seleccionar, y
entrenar cuadros y hacer desde aquí todo lo que con tanto
trabajo solo deficientemente puedes realizar desde ahí u
otro punto similar, no significa ningún fraude, ninguna
mentira, ningún engaño al pueblo cubano o al mundo.
Ni hoy, ni mañana, ni nuca nadie podría
considerarlo una falta, y menos que nadie tú ante tu
propia conciencia. Lo que sí sería una falta grave,
imperdonable, es hacer las cosas mal pudiéndolas hacer
bien. Tener un fracaso cuando existen todas las posibilidades del
éxito.
No insinúo ni remotamente un abandono o
posposición de los planes ni me dejo llevar de
consideraciones pesimistas ante las dificultades surgidas. Muy al
contrario, porque creo que las dificultades pueden ser superadas
y que contamos más que nunca con la experiencia, la
convicción y los medios para llevar a cabo los planes con
éxito, es por lo que sostengo que debemos hacer el uso
más racional y óptimo de los conocimientos; los
recursos y las
facilidades que se cuenta. ¿Es que realmente desde que se
engendró la ya vieja idea tuya de proseguir la
acción en otro escenario has podido alguna vez disponer de
tiempo para dedicarte por entero a la cuestión para
concebir, organizar y ejecutar los planes hasta donde ello sea
posible? (…)
Es una enorme ventaja en este caso que tú puedes
utilizar esto, disponer de casas, fincas aisladas,
montañas, cayos solitarios y todo cuanto sea absolutamente
necesario para organizar y dirigir personalmente los planes,
dedicando a ello ciento por ciento de tu tiempo,
auxiliándote de cuantas personas sean necesarias, sin que
tu ubicación la conozcan mas que un reducidísimo
número de personas. Tú sabes absolutamente bien que
puedes contar con estas facilidades, que no existe la más
remota posibilidad de que por razones de estado o de
política vayas a encontrar dificultades o interferencias.
Lo más difícil de todo, que fue la
desconexión oficial, ha sido logrado, y no sin tener que
pagar un determinado precio de calumnias, intrigas, etc.
¿Es justo que no saquemos todo el provecho posible de
ello? ¿Pudo contar ningún revolucionario con tal
ideales condiciones para cumplir su misión
histórica en una hora en que esa misión cobra
singular relevancia para la humanidad, cuando se entabla la
más decisiva y crucial lucha por el triunfo de los
pueblos? (…)
… ¿Por qué no hacer las cosas bien
hechas si tenemos todas las posibilidades para ello? ¿Por
qué no nos tomamos el mínimo de tiempo necesario
aunque se trabaje con la mayor rapidez? ¿ Es que caso
Marx, Engels,
Lenin, Bolívar, Martí no tuvieron que someterse a
esperas que en ocasiones duraron décadas?
Y en aquellas épocas no existía ni el
avión ni el radio ni los
demás medios que hoy acortan la distancia y aumenta el
rendimiento de cada hora de la vida de un hombre. Nosotros en
Méjico, tuvimos que invertir 18 meses antes de regresar
aquí. Yo no te planteo una espera de décadas ni de
años siquiera, solo se meses, puesto que yo creo que en
cuestión de meses, trabajando en la forma en que sugiero,
puedes ponerte en marcha en condiciones extraordinariamente
más favorables de las que estamos tratando de lograr
ahora.
Sé que cumples los treinta y ocho el día
14. ¿Piensas acaso que a esa edad un hombre empieza a ser
viejo?
Espero que no te produzcan fastidio y
preocupación estas líneas. Sé que si las
analizas serenamente me darás la razón con la
honestidad que te
caracteriza. Pero aunque tomes otra decisión absolutamente
distinta, no me sentiré por eso defraudado. Te escribo con
entrañable afecto la más profunda y sincera
admiración a tu lúcida y noble inteligencia, tu
intachable conducta y tu inquebrantable carácter de
revolucionario íntegro, y el hecho de que puedas ver las
cosas de otra forma no variarán un ápice esos
sentimientos ni entibiará lo más mínimo
nuestra cooperación.
UNIVERSIDAD AGRARIA DE LA
HABANA
FACULTAD DE
MECANIZACIÓN AGROPECUARIA
Autores:
Pedro L. Hernández Piedra
Nacionalidad Cubana.
Estudiante de Ingeniería en Mecanización
Agropecuaria (5to año) Universidad Agraria de La
Habana.
Cecilia Martínez Bernabé
Nacionalidad Salvadoreña.
Estudiante de Ingeniería en Mecanización
Agropecuaria (3er año) Universidad Agraria de La
Habana.
Becaria Extranjera en Cuba.