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Proceso de cambio de una empresa




Enviado por astromayor_11



    1. Proceso de
      cambio
    2. Cambio
      organizacional
    3. El punto de partida para el
      cambio
    4. Cultura y cambio
      organizacional
    5. Implicaciones del cambio de la
      cultura
    6. Tres ideas básicas acerca
      de la gerencia del cambio.
    7. Reacción de la
      organización ante la incorporación de el
      cambio
    8. Cambio organizacional para una
      mayor competitividad
    9. Avance de la tecnología
      de la comunicación como proceso de
      cambio
    10. Cómo gerenciar el cambio
      organizacional
    11. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    El proceso de
    cambio abarca todas las actividades dirigidas a ayudar a la
    organización para que adopte exitosamente nuevas
    actitudes,
    nuevas
    tecnologías y nuevas formas de hacer negocios.
    La
    administración efectiva del cambio, permite la
    transformación de la estrategia, los
    procesos, la
    tecnología
    y las personas para reorientar la organización al logro de sus objetivos,
    maximizar su desempeño y asegurar el mejoramiento
    continuo en un ambiente de
    negocios siempre cambiante.

    Un proceso de cambio ocurre de forma muy eficiente si
    todos están comprometidos con él. En tanto, para
    que las personas se comprometan, ellas no pueden ser
    "atropelladas" por el proceso, como si fueran algo lejano del
    mismo, por que no son. En la verdad, el cambio ocurre a
    través de las personas. Y, para que se considere a las
    personas como parte del proceso de cambio es necesario conocer
    sus valores, sus
    creencias, sus comportamientos. 

    Las organizaciones y
    las personas que en ella están incluidas cambian
    continuamente. En las organizaciones, algunos cambios ocurren por
    las oportunidades que surgen, mientras que otros son proyectados.
    El término desarrollo es
    aplicado cuando el cambio es intencional y proyectado.

    PROCESO DE CAMBIO

    Proceso a través del cual una organización
    llega a ser de modo diferente de lo que era en un momento dado
    anterior. Todas las organizaciones cambian pero el reto que se
    plantean los directivos y, en general, todas las personas de la
    organización es que el cambio
    organizacional se produzca en la dirección que interesa a los objetivos de
    la organización. Es por ello que se habla de gestión
    del cambio, agentes de cambio, intervención para el
    cambio, resistencia al
    cambio, etc.

    Cuando se quiere llevar adelante un proceso de cambio,
    se debe tener en cuenta que las personas pretenden que la nueva
    situación les proporcione la misma seguridad que la
    previa. Mientras el proceso avanza sin mayores dificultades, el
    cambio sigue adelante, pero no bien se producen inconvenientes,
    las personas tienden a volver rápidamente a la
    situación anterior y es por eso que gran proporción
    de los procesos de cambio fracasan al poco tiempo de ser
    implementados.

    Para que un proceso de cambio pueda implementarse con
    éxito y
    sostenerse en el tiempo, es fundamental tener en cuenta el factor
    humano. Las personas deben confiar, estar motivadas y
    capacitadas, ya que el cambio es un proceso muy duro, tanto a
    nivel personal como
    organizacional.

    La persona que
    lidera el cambio debe lograr que las personas puedan hacer mejor
    el trabajo,
    con menor esfuerzo y mayor satisfacción.

    La confianza es un requisito esencial para lograr un
    ambiente de trabajo agradable y de franca cooperación. En
    este mundo globalizado e hipercompetitivo en el que nada parece
    seguro, no
    resulta extraño que la confianza haya casi desaparecido
    del ambiente laboral.

    Los empleados desconfiados se comprometen menos y son
    menos eficaces que los que confían. Los directivos que
    desconfían de sus empleados malgastan su tiempo controlándolos y ni unos ni otros se
    concentran en sus tareas y responsabilidades
    específicas.

    La motivación
    de los recursos
    humanos se logra cuando son tenidas en cuenta tanto las metas
    de la organización como las de las personas que la
    integran, creándose una verdadera energía que
    facilita el proceso de cambio.

    La adaptación de la empresa a la
    realidad del cambio tiene que suceder a través de un
    proceso que vaya ocurriendo real y efectivamente. El cambio no
    debe ser autoritario ya que así es muy difícil de
    lograr, debe ser flexible, con la participación de todo el
    personal a través de grupos
    pequeños pero consistentes, para permitir que el proceso
    avance.

    Para lograr el cambio, los grupos deben perder el miedo.
    Con los primeros logros que alcanza cada grupo, los
    integrantes experimentan la satisfacción de los resultados
    obtenidos que ellos mismos propusieron, y a partir de ese momento
    se rompe la inercia al cambio.

    Para realizar un proceso de cambio exitoso es premisa
    fundamental el autoconvencimiento de los directivos de la
    organización y la concienciación del personal
    respecto a la necesidad del cambio

    LAS ETAPAS DEL PROCESO DE
    CAMBIO.

    Existen tres fases principales que todo proceso de
    transformación debe recorrer, y todas se cumplen
    inexorablemente

    La Primera es un período de Cuestionamiento,
    de Retar el Status, de Fijar Metas, y de Diseñar
    . De
    una u otra forma, decidimos que la forma actual de
    hacerlas

    La segunda etapa es un período de Cambio, de
    Aclarar, de Reforzar
    . Aquí es donde hacemos el
    verdadero trabajo pesado del Cambio. Creamos estructuras,
    desarrollamos nuevos sistemas y
    comenzamos a fomentar nuevas actitudes y formas de
    trabajar.

    La tercera etapa es un período de
    Consolidación, de Institucionalización y de
    Evaluación
    . Esta es la etapa donde hacemos permanente
    el cambio. Nos aseguramos que nuestra gente no piensa que es otro
    "Programa del
    Mes", sino algo que va a perdurar en la
    Organización.

    Todos pasaremos por estas tres etapas, pero no
    necesariamente en ese orden.

    CAMBIO ORGANIZACIONAL

    " La vida es oscuridad cuando no hay impulso y todo
    impulso es ciego cuando no hay conocimiento y
    todo saber es inútil cuando no hay trabajo y todo trabajo
    es rutinario si no existe el cambio"

    La palabra cambio se ha hecho familiar en las más
    diversas organizaciones y se ha convertido en un protagonista del
    quehacer empresarial. Hoy, el paradigma
    parece ser " quien no se adapte al cambio morirá en el
    camino".

    Existe un consenso de que el cambio es una realidad, que
    afecta fuertemente, de hecho lo único sólido a lo
    cual es posible aferrarse, es a la certeza de que cualquier cosa
    que pasa hoy, ya habrá cambiado al día
    siguiente.

    El ambiente en general que envuelve a las organizaciones
    esta en continuo movimiento y
    es dinámico, exige una elevada capacidad de
    adaptación de supervivencia. Deben enfrentarse a un
    entorno inestable, de cambio constante. Así, pues, para
    sobrevivir y competir hay que adaptarse al cambio rápida y
    eficazmente. El cambio que se realice, afectará en
    algún grado las relaciones de poder,
    estabilidad de roles y satisfacción individual al interior
    de la organización.

    Este proceso puede desarrollarse conscientemente, aunque
    es muy difícil anticipar los efectos de los cambios; es
    posible elegir con claridad la dirección que lo
    facilite.

    Un proceso bien conducido de cambio implica lograr una
    transformación personal, que hace que el hombre este
    más alerta, más flexible y por eso muchas veces
    tiene que iniciar un análisis de revisión interior y de
    autoconocimiento. En este cambio, como proceso de aprendizaje
    permanente, deben involucrarse la alta gerencia de la
    nuestra capacidad de respuesta.

    Un aspecto importante a considerar es la tendencia
    natural de las personas de resistirse al cambio. Hay que crear y
    desarrollar una actitud y
    mentalidad abierta a los cambios, una cultura, que
    permita acoger las buenas iniciativas, así como desechar
    las malas.

    Los cambios organizacionales no deben dejarse al azar,
    ni a la inercia de la costumbre, menos a la improvisación,
    deben planificarse adecuadamente.

    EL PROCESO DE CAMBIO

    El proceso de cambio consiste básicamente en tres
    etapas.

    Recolección de datos:
    determinación de la naturaleza y
    disponibilidad de los datos necesarios
    y de los métodos
    utilizables para su recolección dentro de la
    organización. Incluye técnicas y
    métodos para describir el sistema
    organizacional, las relaciones entre sus elementos y las maneras
    de identificar problemas y
    asuntos más importantes.

    Diagnóstico organizacional: del
    análisis de datos tomados se pasa a su
    interpretación y diagnóstico. Se trata de identificar
    preocupaciones problemas, sus consecuencias, establecer
    prioridades y objetivos.

    Acción de intervención: se
    selecciona cuál es la intervención más
    adecuada para solucionar un problema particular organizacional.
    Esta no es la fase final del proceso de cambio, ya que este es
    continuo y una etapa capaz de facilitar el proceso sobre una base
    de continuidad.

    EL
    PUNTO DE PARTIDA PARA EL CAMBIO

    Hoy en día el cambio organizacional es la piedra
    angular del mejoramiento continuo de las organizaciones. El
    cambio es el fenómeno por medio del cual el futuro invade
    nuestras vidas y conviene observarlo atentamente desde el
    ventajoso punto de vista de los individuos que viven, respiran y
    experimentan.

    La gente se pasa la vida esperando a que las cosas
    cambien, a que las personas que los rodean cambien y a que todo
    se ajuste a su manera de ser y de pensar. Pero los empleados
    pueden asumir el rol de líderes dentro de un proceso de
    cambio y crear una visión compartida que movilice a la
    organización y a su recurso humano en el proceso de
    cambio. La misión de
    generar la capacidad de cambio, parte de la autoeducación
    permanente, para aprender y desaprender y para ayudar a los otros
    a aprender. El aprendizaje es
    cambio y su punto de partida es la
    educación.

    El conocimiento es la clave para ser competitivos. Hoy
    más que nunca, las organizaciones deben desarrollar
    capacidades de aprendizaje que les permitan capitalizar el
    conocimiento.

    Es necesario que el trabajador asuma mayor responsabilidad por su propio desarrollo, que se
    convierta en actor de su proceso de aprendizaje y que se esfuerce
    en definir sus propias necesidades en función de
    los requerimientos del trabajo mismo.

    Una buena forma de aumentar la efectividad, es haciendo
    las cosas de manera diferente a la forma tradicional,
    incorporando así el cambio como una constante en el
    funcionamiento organizacional.

    Trabajar por trabajar es hoy signo de improductividad.
    Lo que se requiere para ser más competitivo es dinamismo,
    es decir, energía orientada hacia el logro de los
    objetivos.

    El entorno cambia y las empresas se van
    ajustando a nuevas reglas como la integración de esfuerzos, el beneficio
    compartido, el trabajo en
    equipo, la permanente disposición a aprender y a
    cambiar, las organizaciones por procesos, el aplanamiento de las
    estructuras organizacionales, la disminución de los
    niveles jerárquicos y de puntos de control, la ruptura de
    barreras, la necesidad de comunicación, la autogestión y el
    autodesarrollo como pilares del cambio.

    El autodesarrollo permite que la gente esté en
    capacidad de construir nuevos esquemas de aprendizaje.

    La autogestión lleva a que cada empleado
    esté en capacidad de planear, hacer y evaluar su propio
    trabajo sin necesidad de tener que estar esperando a que su
    superior le diga las cosas que el mismo sabe que se deben hacer
    por el bien de la Empresa.

    La autogestión implica:

    •Trabajar en equipos que requieran poca o ninguna
    supervisión.

    •Lograr que los empleados aporten buenas ideas y
    sugerencias.

    •Convertir a la empresa en una organización
    que aprende continuamente.

    •Hacer que los empleados se sientan dueños
    de lo que hacen.

    •Lograr que la gerencia mantenga un mayor control
    del negocio.

    •Que cada uno de los empleados actúe como un
    empresario creativo y automotivado.

    •Que la empresa sea un lugar de trabajo agradable y
    que a su vez ofrezca a los clientes
    excelentes productos y
    servicios que
    aseguren su permanencia en el mercado.

    Se debe comenzar por querer el trabajo que se realiza en
    la Empresa, borrar de la mente todos los rencores, celos
    profesionales y envidias que se manejan en las organizaciones.
    Debemos pensar que el trabajo es parte de la misión que se
    tiene en la vida y que ésta es la mejor oportunidad de
    servir a los demás.

    CULTURA Y CAMBIO ORGANIZACIONAL

    Las tendencias que pautan el desenvolvimiento del mundo
    contemporáneo determinan los cambios, es decir, las nuevas
    actitudes en las empresas, tales como, la
    globalización de la economía, la conciencia
    ambientalista, la aceleración de las privatizaciones, las
    alianzas estratégicas y el avance tecnológico,
    conforman un ineludible conjunto de condiciones que afectan las
    organizaciones. La estrategia que mejor interpreta las respuestas
    ante las demandas de ese entorno tan complejo y cambiante se
    resume en competitividad.

    NATURALEZA DEL CAMBIO EN LA CULTURA
    ORGANIZACIONAL

    Es propio de la naturaleza de las organizaciones, que
    ellas cambian con el tiempo y, por tanto, los gerentes por
    definición, tienen que estar tratando de manejar el cambio
    con una visión proactiva.

    De acuerdo a lo anterior, la misma supervivencia de una
    organización puede depender de la forma como adapte la
    cultura a un ambiente de rápido cambio. A partir de esta
    premisa, las organizaciones que quieren ser competitivas se
    mantienen en busca de la excelencia, a través de la
    adquisición de nuevos conocimientos que les permitan estar
    a la par del entorno y, a su vez, asumir el compromiso de conocer
    el grado de integración y diversificación de
    competencias,
    de manera que puedan, utilizar las herramientas
    que les permitan estructurar un adecuado portafolio de productos
    y/o servicios.

    Dentro del marco descrito anteriormente, esas son
    estrategias que
    toda gerencia debería adoptar para el logro del
    éxito en el alcance de los objetivos establecidos,
    según las orientaciones preestablecidas por la
    visiòn de la organización.

    IMPLICACIONES DEL CAMBIO DE LA
    CULTURA

    El cambio de la cultura implica una modificación
    de un estado, una
    condición o situación. Es una transformación
    característica, una alteración de
    dimensiones o aspectos más o menos significativos. El
    panorama actual de las organizaciones se presenta lleno de
    cambios radicales y con un ritmo sin precedente en la historia de la
    humanidad.

    En la medida que los cambios se vuelven un factor
    permanente y acelerado, la adaptabilidad del individuo
    organizacional a tales cambios resulta cada vez más
    determinante en la supervivencia de cualquier empresa.

    Considerando lo anterior como una constante, la realidad
    permite concluir lo siguiente: las organizaciones se plantean
    retos y han demostrado que el presente es de quienes se adapten
    más agresivamente a las nuevas realidades, que las
    ciencias
    gerenciales modernas tienen sentido cuando se aplican
    adecuadamente, que los retos del futuro son superables cuando se
    toma conciencia del papel de la
    innovación en un entorno
    cambiante.

    A medida que las organizaciones desafían el
    cambio, será determinante que la gerencia desarrolle
    nuevas tecnologías en función de mejorar las
    destrezas y habilidades de los individuos.

    La esencia de la gestión de la alta gerencia, es
    visualizar acertadamente hacia donde se deben encaminar los
    esfuerzos de una organización, y lograr moverla al menor
    costo. Sin
    embargo, hacer esto no es fácil, ya que se presentan
    imprevistos, y tantas posibilidades de limitaciones
    únicas, que resulta complejo enfrentarlas con esquemas
    rígidos- pero ejecutar el cambio con enfoques nuevos,
    sugiere que el cambio en alguna forma es un fenómeno que
    presenta un reto sin precedentes.

    TRES
    IDEAS BÁSICAS ACERCA DE LA GERENCIA DEL
    CAMBIO
    .

    Primero: consiste en la capacidad que debe tener
    la alta gerencia en manejar los cambios, ya que éstos
    implican costos, riesgos,
    ineficiencias temporales y cierta dosis de trauma y turbulencia
    en la organización. Adicionalmente, pueden obligar a la
    alta gerencia a invertir tiempo y esfuerzos y obviar otros
    asuntos claves para la empresa.

    Segundo: una vez que se inicia el cambio, este
    adquiere una dinámica propia e independiente de quien lo
    promueve o dirige, es decir, puede suceder que en algunos de los
    casos más exitosos de cambio, los resultados obtenidos
    sean cónsonos a lo planificado inicialmente. Aunque en
    algunos casos, lo planificado y lo obtenido no coincida por
    completo. Este fenómeno es motivado, entre otras cosas, al
    hecho de que una vez que se desencadena el proceso de cambio,
    ocurren una serie de eventos, acciones,
    reacciones, consecuencias y efectos que difícilmente,
    pueden ser anticipados y controlados por completo por quienes
    gerencian el cambio.

    Tercero: el cambio en una empresa es un
    proceso lento, costoso, confuso y conflictivo, que normalmente
    ocurre a través de ciertas etapas más o menos
    comunes.

    Por lo tanto, que no sólo es importante
    diseñar y planificar el estado
    futuro deseado, sino analizar profundamente el estado de
    transición necesario para que la organización se
    mueva hacia el objetivo
    deseado.

    Es importante destacar que el cambio requiere de un alto
    nivel de compromiso, inversión y dedicación al logro de
    la nueva situación; que si no se cuenta con la
    participación activa y el apoyo de quienes tienen el poder
    de toma de decisión en la empresa, es muy probable que el
    cambio no sea exitoso o quede inconcluso, lo que puede ser
    perjudicial para la organización.

    Por lo anterior, los cambios son producto del
    crecimiento de las organizaciones, en cuanto a los planes que
    desarrollan, por la diversificación de sus acciones,
    especialización de sus actividades, el liderazgo de
    sus direcciones y por las características del mercado
    donde actúan y compiten.

    PROCESO DEL CAMBIO PLANEADO

    Las organizaciones con visión proactiva tienen la
    capacidad de percibir y entender los cambios y el efecto que
    éstos tienen sobre la conducta de los
    que se involucran.

    PROCESOS QUE DEBEN OCURRIR EN CADA UNA DE LAS
    FASES PARA LOGRAR EL CAMBIO EN UN SISTEMA
    HUMANO.

    Descongelamiento (Invalidación): durante
    esta etapa se generan y consolidan las fuerzas a favor del
    cambio. Esta es la etapa donde la insatisfacción con la
    situación existente alcanza el nivel suficiente como para
    que se decida cambiarla. La ansiedad, preocupación y
    motivación deben ser lo suficientemente altos como para
    justificar los costos de un cambio. En esta etapa además
    se ofrecen el mayor número de oportunidades para reducir
    la resistencia al
    cambio, a través de la difusión de información que permita conocer las
    insuficiencias de la situación existente, la necesidad
    imperante de cambiarla y los rasgos de situación futura
    que se desea alcanzar. La participación suele ser el mejor
    antídoto a la resistencia organizacional.

    Cambio A Través De La Reestructuración
    Cognoscitiva:
    se introducen las modificaciones planeadas,
    comenzando con las más fáciles de aceptar por parte
    de la organización, pasando luego gradualmente, a los
    cambios de mayor complejidad y alcance. Durante este
    período, el cual suele ser el más largo y costoso,
    aparecen los problemas y peligros que más
    dedicación y talento exigen de la alta
    gerencia.

    Nuevo Congelamiento (Consolidación Del
    Cambio):
    esta fase ayuda a la gerencia para que incopore su
    nuevo punto de vista, es decir, se crean las condiciones y
    garantías necesarias para asegurar que los cambios
    logrados no desaparezcan. El empuje de la alta gerencia
    continúa siendo de vital importancia en esta etapa y el
    hecho de no contar con dicho apoyo puede conducir a un retroceso
    en el proceso de cambio e inclusive podría provocar el
    fracaso definitivo del proceso.

    El establecer cambios duraderos significa empezar por
    abrir las cerraduras o descongelar el sistema social actual, lo
    que significaría, tal vez, una especie de
    confrontación, o un proceso de reeducación.
    Además, el avance conductual, viene a ser una especie de
    cambio deseado, como en una reorganización. Por
    último, tienen que estar alertas y tomar medidas
    pertinentes que aseguren que el nuevo estado del comportamiento
    sea relativamente permanente.

    Todo cambio implica, al menos durante un tiempo, el
    esfuerzo adicional de tener que aprender a desenvolverse
    adecuadamente en la nueva situación, lo cual es una fuente
    adicional de trabajo y de preocupación.

    REACCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN ANTE LA
    INCORPORACIÓN DE EL CAMBIO

    Los efectos del cambio no son automáticos, ni
    necesariamente equivalentes a lo esperado. El mismo opera a
    través del cambio en las personas; ellas son las que
    controlan sus resultados. Los sentimientos y valoraciones de los
    implicados, respecto al cambio, deciden en gran medida su
    reacción.

    En consecuencia, se concibe al hombre
    organizacional como un ser que busca su desarrollo integral a
    partir del encuentro de sus tres dimensiones: intelectual,
    afectiva y social; se habla de organizaciones como el espacio
    vital que le debe posibilitar al hombre su desarrollo; y para que
    este desarrollo se dé, debe ser una organización
    con necesidad de cambio.

    Las organizaciones deben convertirse en espacios para
    la
    comunicación y la reflexión, producto de la
    construcción conjunta de las personas que
    la conforman. Además, considerar el cambio de cultura como
    proceso continuo de aprendizaje enmarcando al hombre como el
    centro del desarrollo de una organización.

    El proceso educativo puede ser concebido como el proceso
    de compartir una cultura y/o un conocimiento, con el que se logra
    el mantenimiento
    de la cultura existente de la organización.

    Ningún cambio puede ser exitoso, sin una planificación previa; además,
    determinar, sí éstos deben ser iniciados por
    quienes sienten realmente la necesidad del cambio. Es posible que
    la influencia del liderazgo, tenga sus límites,
    particularmente en las grandes empresas, donde la alta gerencia
    se encuentra muy alejada de las funciones de la
    gerencia a nivel operativo.

    Cualquiera que sea el caso, cuando la empresa
    está en proceso de cambio, las normas culturales
    deben reorientarse cambiando el sistema de gerencia, es decir,
    los múltiples procesos gerenciales, la estructura
    organizacional y el estilo gerencial que impulsa a la
    empresa.

    Tal situación ha originado nuevos retos a la alta
    gerencia; pero a su vez ha permitido liberar energía e
    iniciativas suficientes que llevarán a las organizaciones
    a ser competentes en el mundo de los negocios.

    La competitividad es una estrategia que resulta de
    combinar el espíritu empresarial con la capacidad de
    aprender continuamente. En sentido general se puede decir que es
    una actitud y una aptitud. Es una actitud orientada hacia la
    visualización de oportunidades y el control de las
    amenazas. También es una aptitud que permite mantener e
    incrementar la preferencia de los clientes por los bienes o
    servicios que se ofrecen.

    En otro orden de ideas, se percibe una interdependencia
    entre gerencia y cambio: nuevamente se puede plantear que
    gerenciar es sinónimo de cambiar. Las organizaciones
    convencionales se planteaban proyectos de
    cambio para conseguir una condición de estabilidad y
    equilibrio.
    Actualmente, el cambio no persigue sosiego y tranquilidad; por el
    contrario, se cambia para tener una mayor capacidad de cambio.
    Ahora el cambio se interpreta como el camino natural a
    través del cual se desenvuelven las
    organizaciones.

    Los cambios han sido como instrumentos de
    adaptación. Casi todos impulsados por una crisis de
    misión y estrategia de las organizaciones y, por la
    necesidad de adaptarse, más que por cualquier
    intención de cambio de la organización interna
    propiamente dicha. Esta perspectiva refleja que el cambio en las
    organizaciones a veces se describe como un proceso de
    conversión de un líder o
    liderazgo que luego se trasmite a través de toda la
    empresa.

    Las premisas anteriores permiten el planteamiento de la
    tesis que el
    espíritu empresarial y el conocimiento son los dos
    factores más importantes que determinan el éxito de
    las organizaciones.

    CAMBIO ORGANIZACIONAL PARA UNA MAYOR
    COMPETITIVIDAD

    El nuevo escenario a que están sujetas las
    organizaciones, son los cambios apresurados que demandan alta
    flexibilidad y capacidad de adaptación a las exigencias de
    su entorno. En este sentido, deben entenderse los cambios como
    retos permanentes capaces de asegurar el fracaso o el
    éxito de una organización.

    En consecuencia, es de gran importancia para las
    empresas conocer el grado de madurez y disposición que se
    tenga en el momento de enfrentar los cambios. Una experiencia
    positiva está dada cuando se refleja la aceptación
    por parte de los empleados de nuevas políticas,
    actitud positiva hacia la innovación y el éxito
    alcanzado en procesos anteriores.

    Un elemento clave para la aceptación del cambio
    de cultura, es la comunicación. La transmisión de
    valores, creencias a través de procesos de
    comunicación efectivos.

    La claridad de las expectativas se relaciona con la
    apertura comunicacional en relación con el tema, en todos
    los niveles de la organización, y la información
    pertinente y oportuna sobre el proceso de cambio a
    implantarse.

    Para muchas organizaciones, una gerencia de cambio
    organizacional significa también pasar de una cultura
    tradicional en la cual prevalecen estilos burocráticos,
    motivacionales y valores por el poder y la afiliación, y
    un clima de
    conformidad; a una cultura del desempeño, donde es posible
    aportar nuevas ideas; la gente puede asumir riesgos calculados y
    es incentivada a establecerse metas retadoras, mediante el
    reconocimiento del mérito y los resultados
    excelentes.

    Si se analiza el lado humano del proceso de cambio para
    adaptarse a un entorno más competitivo, se puede pensar
    que la disposición organizacional, el equipo humano y el
    proceso de implantación del cambio, exigirán
    características personales fundamentalmente orientadas a
    hacer un trabajo cada vez mejor, con estándares de
    excelencia, que permitan incrementar la productividad y
    la efectividad organizacional.

    En otras palabras, es indispensable que la gente posea
    una serie de competencias directamente asociadas con la
    excelencia en sus respectivas áreas de responsabilidades,
    para poder garantizar mayor competitividad.

    AVANCE DE LA
    TECNOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN COMO PROCESO DE
    CAMBIO

    "El cambio es el fenómeno por medio del cual el
    futuro invade nuestras vidas, y conviene observarlo atentamente
    desde el ventajoso punto de vista de los individuos que viven,
    respiran y experimentan.

    GLOBALIZACIÓN DENTRO DE LOS PROCESOS DE
    CAMBIO

    La globalización es considerada como un
    proceso de cambio para aminorar los costos y desarrollar
    productos, generando mayor competitividad en los mercados
    extranjeros e internos. La globalización requiere un
    cambio dramático en el enfoque nacional de empleo,
    desarrollo y principio de gerencia.

    La globalización se caracteriza por uniones
    estratégicas entre los conglomerados industriales y,
    consiste en que los gerentes estén alerta al momento de
    reclutar, seleccionar gente preparada, la cual viene a ser, la
    fuerza que
    impulsa a la organización al logro de los objetivos,
    además, que aporta la iniciativa, la determinación
    y el compromiso que producen el éxito a la
    organización.

    Hoy más que nunca, las organizaciones deben ser
    generadoras de aprendizaje con la finalidad de formar y
    desarrollar capacidades que les permitan capitalizar el
    conocimiento. Esta premisa se ha convertido recientemente en
    ventaja competitiva aunado a la supervivencia de la
    organización en un entorno altamente cambiante.

    La globalización de los mercados, el aumento de
    la competitividad, el rápido y creciente desarrollo
    tecnológico, y las tendencias demográficas y
    exigencias de la fuerza laboral, obligan a las organizaciones a
    replantearse y reconsiderar, bajo nuevas perspectivas, el
    desarrollo
    humano.

    Para darse los procesos de cambios en los seres humanos
    desde los niveles individuales hasta los institucionales, es
    necesario un liderazgo que tome en cuenta los aspectos
    cognoscitivos, emocionales y conductuales que conlleven a la
    organización a una verdadera
    transformación.

    Por último, la imagen y el
    pensamiento
    del líder son esenciales para darle dirección al
    proceso de cambio, para lograr coherencia en el equipo humano y
    consistencia en las decisiones, que harán a una
    organización más competitiva en una economía
    de mercado, donde todos deberán tener las mismas
    oportunidades y los mismos riesgos.

    CÓMO GERENCIAR EL CAMBIO
    ORGANIZACIONAL

    El término de gerencia del cambio constituye uno
    de los aspectos más relevantes del proceso de
    globalización de la gestión de negocios, toda vez
    que tanto el gerente como
    la organización comienzan a enfrentar complejas
    situaciones de cambio en su entorno que no deben ser atendidas de
    manera dispersa, sino que requieren de una plataforma
    mínima que asegure con éxito el cambio en la
    organización.

    Sin embargo, acometer un proceso de gerencia del cambio
    no es tan fácil como pudiera pensarse en un  primer
    momento debido a la gran cantidad de elementos que involucra,
    además de que para ello debemos estar completamente
    seguros de que
    la organización pueda absorber los cambios y, muy
    particularmente, que sus recursos humanos
    comprendan su importancia y se comprometan de hecho en su
    desempeño, teniendo presente que el mismo es un proceso
    continuo que hay que tratarlo como tal y no como algo
    transitorio.

    Por otra parte, se hace necesario realizar un
    diagnóstico previo de la organización que permita
    apreciar su verdadera situación y definir tanto su
    misión real como los lineamientos estratégicos que
    deben orientarla, al mismo tiempo que facilite la
    identificación de aquellas variables del
    entorno que puedan incidir negativa o positivamente, sobre sus
    principales áreas de gestión, con lo cual
    podrían preverse los posibles obstáculos,
    debilidades y amenazas, además de las propias
    potencialidades.

    Dicho diagnóstico debe estar fundamentado en la
    formulación de algunas preguntas claves sobre la
    gestión de la organización, las cuales
    permitirían reflexionar sobre los aspectos que afectan su
    funcionamiento: ¿estamos haciendo las cosas bien, lo
    podemos hacer mejor?, ¿nuestra capacidad de respuesta es
    mejor que la de la competencia?,
    ¿verdaderamente estamos preparados para enfrentar y asumir
    los cambios del entorno?.

    EL PAPEL DEL GERENTE COMO LÍDER DEL PROCESO DE
    CAMBIO ORGANIZACIONAL

    Ante un proceso de cambio organizacional o de
    reconversión de actitudes, el papel del gerente debe ser
    el de liderar el cambio mismo, convirtiéndose en un
    visionario, un estratega y un excelente comunicador e inspirador
    de todos aquellos aspectos que involucren a la
    organización, toda vez que dicho proceso, por su magnitud,
    sólo se logra con el compromiso del equipo gerencial y de
    toda la organización en su conjunto, siendo cada vez
    más importante pensar en reconvertir primeramente al
    gerente, ya que si el mismo tiene bajo su cargo un equipo
    dispuesto al cambio y no se siente comprometido con él,
    dicho cambio no se dará por efecto de una resistencia
    pasiva (aquella en la cual se apoyan los cambios de
    palabra,  pero no se participa de ellos. 

    Por todo ello, las nuevas realidades del entorno van
    dejando de lado la idea de las organizaciones tradicionales,
    rígidas, requiriéndose hoy en día una
    gerencia más participativa, más plana y con menos
    niveles jerárquicos, en donde se produzca un mayor
    acercamiento de todos los que la integran, con una
    participación mucho más activa de todo el equipo
    gerencial en la toma de
    decisiones y con un énfasis  muy particular en
    equipos decisorios basados en estructuras funcionales por
    áreas de negocios.

    Por otra parte, el desarrollo de nuevas
    tecnologías y el auge cada vez mayor de la llamada
    "revolución de la información", ha
    propiciado cambios acelerados en las estructuras
    organizacionales, al mismo tiempo que condiciona un nuevo perfil
    global para el gerente, en donde sus principales
    características personales deben incluir una mayor
    capacidad de adaptación a nuevas circunstancias, una
    mentalidad internacional y excelentes condiciones de aprendizaje
    y comunicación, además de contar con principios
    elementales como ética,
    honestidad y
    justicia, cuya
    valoración es de carácter
    universal.

    EL GERENTE Y LA COMUNICACIÓN EN EL PROCESO DE
    CAMBIO ORGANIZACIONAL

    Todo gerente de una organización que acometa
    procesos de gerencia del cambio o de reconversión de
    actitudes, debe tener muy en cuenta que la comunicación
    ascendente es mucho más difícil y menos eficiente
    para el logro de los objetivos que la comunicación
    descendente, por lo que es necesario mejorar los canales internos
    de la organización, recordando que no puede existir
    verdadera comunicación en un solo sentido.

    Si bien la habilidad para comprender y dirigir todos los
    procesos de la organización es vital para desarrollar un
    liderazgo efectivo, el gerente moderno no sólo debe
    dominar el aspecto técnico, logístico,
    estratégico y financiero en su conjunto, sino que debe
    darle una muy especial importancia a los recursos humanos de la
    empresa.  El gerente líder tiene que comunicarse de
    manera efectiva con sus empleados, al mismo tiempo que debe
    proyectar la imagen de la empresa y evaluar objetivamente lo que
    necesita su personal para hacer aún más
    fácil la absorción por parte de éste de una
    identidad
    corporativa propia. 

    El gerente moderno debe estar consciente de que su
    actuación como líder es observado detenidamente por
    todos en la organización y fuera de ella, y es justamente
    a través de su comportamiento, actitudes y personalidad
    que comienza a permear la imagen
    corporativa de la empresa.

    Por otra parte, el gerente debe tener siempre presente
    que no sólo debe conocer a la organización a
    través de la información previamente filtrada por
    su equipo de gerentes (el llamado "staff" de la
    organización), sino que debe involucrarse e interesarse
    más en todos los aspectos, comportamientos y niveles
    internos de la organización, sin que ello necesariamente
    signifique que no deba delegar responsabilidades a dicho equipo
    para analizar problemas y situaciones, administrar recursos y
    apoyar las necesidades del personal a su cargo.

    CONCLUSIÓN

    Las condiciones actuales han determinado que más
    allá de una simple relación causal entre la
    cultura
    organizacional, el cambio, y el impacto de la
    tecnología en la gerencia de recursos humanos, lo que
    existe una vinculación recíproca entre todos los
    elementos, que generan desafíos permanentes
    implícitos en los retos que debe enfrentar toda
    organización.

    La premisa anterior, permite destacar que la gestión
    empresarial tiene sentido en la medida en que los retos sean
    superados satisfactoriamente, para lo cual se requiere una amplia
    dosis de creatividad
    para el manejo y control del medio ambiente
    tan cambiante.

    La inversión en el adiestramiento y
    actualización del personal, es, otro aspecto de especial
    significación, a fin de convertirlo en el eje y motor de los
    procesos de transformación.

    La complejidad del entorno actual, por otra parte,
    saturado de competencia, de problemas
    sociales, de clientes exigentes, de rígidas leyes
    ambientales, e inmerso en un creciente proceso de
    globalización, hace que trabajar sea hoy insuficiente. Es
    necesario más que nunca el pensar y repensar las
    organizaciones, darles sentido de dirección,
    rediseñar u optimar los procesos medulares, desarrollar
    estructuras organizacionales aptas para que dicho procesos
    funcionen oportunamente, utilizar agresivamente la
    tecnología de punta que ayude a materializar la
    visión trazada para la organización. Trabajar por
    trabajar es hoy signo de improductividad. Lo que se requiere para
    ser más competitivo es dinamismo, es decir, energía
    orientada hacia el logro de los objetivos.

    El fracaso de los esfuerzos de cambio en muchas
    organizaciones ha radicado en no tomar en cuenta, más
    allá de la retórica, al personal como centro de la
    transformación y en no lograr un equilibrio adecuado entre
    la adaptación de éste y los cambios en los
    procesos.

    Es imprescindible que la alta gerencia conozca
    plenamente los valores
    culturales necesarios en su organización a fin de que
    pueda promoverlos y reforzarlos mediante un plan de
    acción. Una vez hecha esta distinción se debe
    definir qué es lo que se necesita cambiar, para determinar
    los aspectos favorables o desfavorables de la cultura
    organizacional.

    El gerente de recursos humanos debe estar en capacidad
    de apoyar el cambio, considerándolo como herramienta
    estratégica para el logro del éxito organizacional.
    Esto significa estar fuertemente orientado hacia el negocio, ser
    facilitador de los procesos, tener orientación al cliente, y ser
    capaz de anticipar y actuar de manera proactiva. Es decir,
    mantener una visión de futuro para anticipar los cambios y
    las destrezas para planificar, gerenciar y evaluar las
    consecuencias de ellos.

    Las organizaciones deben mantener gerentes con
    visión hacia la eficacia y
    efectividad, fundamentados en una filosofía asertiva de
    cambio, lo cual les permite la posibilidad de crear nuevos
    paradigmas a
    partir del desarrollo
    personal para el logro de mejoramiento continuo.

     

     

    Patricia Cisneros

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