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El caballo y las razas



    1. Características
      generales
    2. Reproducción y
      cría
    3. Etología y
      domesticación:
    4. Cuidados del
      animal
    5. Enfermedades
    6. Razas
    7. Conclusión
    8. Bibliografía

    Características
    generales

    Los caballos forman parte de la familia
    de los équidos, y se encuentran dentro del orden de los
    perisodáctilos. Según la clasificación
    científica, el equino doméstico se denomina equus
    caballus, el de przewalski es llamado equus przewalskii y por
    último el tarpán denominado equus caballus
    gmelini.

    Es un mamífero perteneciente al orden de los
    ungulados imparadigitados. Y forma parte del grupo de los
    herbívoros por alimentarse principalmente de
    hierbas.

    Se caracteriza por su fuerza,
    nobleza, energía y valor. Es
    destacable también la clara comprensión de la
    voluntad de su amo y el placer de someterse a esta, tales son
    sus principales condiciones. Es considerado un animal de
    extremada ligereza y esto forma parte de las
    características remarcables dado su volumen.

    Su mayor desarrollo
    es adquirido a la edad de cuatro años y la esperanza de
    vida del caballo varía entre los veinticinco y los
    treinta años, pudiendo extenderse pero no
    demasiado.

    Existe otra clasificación, según la
    dimensión del equino. Esta abarca a los caballos
    pesados, los ligeros y los miniatura. Los que se denominan
    pesados, se encuentran arriba de los seiscientos cincuenta
    kilogramos y generalmente presentan líneas fuertes y
    algo toscas. Los caballos de tiro se encuentran dentro de este
    primer grupo por ser grandes y fuertes. Generalmente son
    utilizados para jalar carretas y para realizar labores en el
    campo. En el segundo grupo ubicamos a los caballos ligeros cuyo
    peso es menor a los seiscientos cincuenta kilogramos, poseen
    líneas ligeras y bien proporcionadas. Son utilizados
    para la monta, es decir para salto, carreras y paseos. Por
    último los caballos conocidos comúnmente como
    póneis corresponden al grupo de los equinos miniatura,
    que poseen líneas cortas. Entre los más
    pequeños se encuentran las razas Shetland y
    Falabella.

    También se pueden clasificar en: caballos de
    sangre
    fría, de sangra caliente y de sangre tibia. Los primeros
    son de temperamento muy tranquilo, por lo general aquellas
    razas como el Percherón y el Clydesdale, entre otras, se
    ubican dentro de ente grupo. Los caballos de sangre caliente
    son de temperamento alerta y nervioso; dos de las razas
    características correspondientes a este tipo de equinos
    son la Árabe y la Pura Sangre Inglés. Los comúnmente conocidos
    como "warmblood" son razas obtenidas de la cruza de caballos
    sangre fría con sangre caliente. Estos equinos,
    denominados de sangre tibia, obtienen del primer grupo su
    tranquilidad y docilidad y del segundo su agilidad y ligereza.
    Las razas más conocidas son las de origen alemán
    como el Hanoveriano, el Westfaliano y el Trakener; pero existen
    otros países, como Holanda y Méjico, que
    también poseen razas con dichas
    características.

    Pelajes y marcas:

    Existe gran variedad de pelajes cuya
    denominación del país y del idioma que en
    él se hable; muchos de los nombres que se les da a los
    pelajes son descriptivos y otra gran mayoría
    comparativos

    El pelaje se fue desarrollando durante millones de
    años con el objetivo de
    proporcionar al animal el mejor camuflaje dentro de su medio
    ambiente, ya que cuanto más se parecía a su
    entorno, más a salvo estaría de sus depredadores.
    Hoy en día la variedad es resultado de la crianza
    controlada y no guarda relación alguna con el camuflaje.
    Un ejemplo claro de esto lo encontramos en el siglo pasado
    cuando la Yeguada Real Alemana criaba caballos color crema o
    cremello para ser utilizados en los carruajes. Otra
    situación de la misma índole, pero más
    actual, es la cría de caballos tales como Palominos,
    Píos o Pintos, entre otros, principalmente realizada por
    ser capas raras.

    El color no tiene absolutamente nada que ver con el
    temperamento ni con la calidad del
    caballo, ya que es transmitido, como las demás
    características, a través de los genes. Existen
    colores, como
    el negro y el castaño, que son dominantes porque siempre
    parecen en la capa. Otros son recesivos ya que no aparecen por
    ser transmitidos como un gen escondido.

    Los seis colores básicos de los cuáles
    derivan los demás, son los que deben ser sabidos para
    poder
    distinguir los grandes grupos de
    pelajes. Éstos son el prieto, el tordillo, el
    alazán, el bayo, el colorado y el grullo. El primero le
    es adjudicado a todo caballo cuyo color de pelo es negro.
    Cuando hablamos de tordillos, no referimos a las capas blancas.
    Curiosamente los caballos que poseen esta capa, por lo general
    nacen de color oscuro. El alazán es aquel equino que
    posee un pelo color café,
    pudiendo variar desde anaranjado hasta café oscuro. El
    pelaje que vulgarmente es denominado amarillo, se llama bayo.
    El colorado se atribuye a los caballos con capa color
    café, pero con cola, tupé y miembros negros. Por
    último, un color poco común, es la capa color
    gris, este pelaje es el grullo.

    Un pelaje que cabe ser destacado es el albino. El
    equino que posee esta capa no tiene pigmentación, su
    piel es
    rosa, su pelo blanco y sus ojos rojizos. Esto último
    provoca una visión disminuida para el animal.

    Dentro de los pelajes pueden encontrarse diversas
    marcas. Algunas
    de ellas son similares a marcas de cebras, rayas horizontales
    en los miembros que resultan ser más oscuras que el
    resto de la capa. Dichas rayas a veces aparecen en el cuello,
    en la cruz o en los flancos. La denominada "raya de mulo"
    consiste en una línea dorsal más oscura que el
    pelaje y es notable solo en ciertas razas.

    Los aires:

    Los aires del caballo pueden ser naturales o bien
    producto de
    un desarrollo realizado mediante la cría selectiva y el
    entrenamiento.
    Los denominados naturales son principalmente el paso, el trote
    y el galope, pero también pueden nombrarse en esta
    categoría a la ambladura y al galope de carreras. Cada
    uno de estos posee dos fases para cada extremidad. La fase de
    elevación comprende el alzado del pie del suelo, la
    propulsión y la suspención; y el apoyo es
    realizado en dos tiempos, primero la pinta y después los
    talones.

    El paso es un andar estable, de menos fatiga ya que es
    lento. Se utiliza en los trabajos pesados y de agricultura.
    Es un caminar a cuatro tiempos, moviendo las extremidades por
    bípedos diagonales, comenzando con una mano, en el que
    el caballo realiza cuatro golpes igualmente
    espaciados.

    El trote es un andar saltado a dos tiempos, por poseer
    una fase de suspención en el momento de cambio de
    una diagonal a otra. Al igual que el paso, es común que
    se lo utilice en equinos de trabajo, por
    ser estable y no cansador. La diferencia con el primer andar es
    que presenta una velocidad
    intermedia.

    El galope es un aire saltado de
    tres tiempos con una suspención luego de haber apoyado
    la tercer pisada. La sucesión de movimientos es: primero
    el posterior, después el bípedo diagonal opuesto,
    y finalmente el anterior. Cabe acotar que cuando las patas
    traseras o delanteras tocan el suelo, no lo hacen en forma
    simultanea. La cabeza, funciona como centro de gravedad y
    proporciona un incremento de velocidad al ser movida hacia
    delante.

    La ambladura es similar al trote y al igual que este
    es un aire de dos tiempos. La diferencia con el trote radica en
    que los movimientos de este andar son un juego
    alternativo de bípedos laterales, resultando así
    dos golpes por paso.

    Por último el galope de carreras se diferencia
    del galope normal por ser un andar de cuatro tiempos. Esto se
    debe a que se apoyan el pie y la mano diagonal por
    separado.

    Todos los aires deben tener un andar recto, es decir
    que las extremidades posteriores deben ponerse en la misma
    línea justo detrás de la huella de las manos en
    cada paso, evitando los movimientos laterales. Si esto no se
    cumple se lo considerará un andar defectuoso.

    Sus sentidos:

    El caballo utiliza todos sus sentidos para llevar a
    cabo la comprensión de la información que le es proporcionada, ya
    sea por la naturaleza o
    por el
    hombre.

    Los sentidos de audición y de olfato son
    asombrosos. Los olores pueden ser percibidos a través de
    las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por
    otro lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que
    contribuye a que el animal se asuste con movimientos violentos
    y sombras.

    Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de
    valorar el estado de
    ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo
    de la persona que los
    monta. También perciben aquellos sentimientos
    provenientes de su amo, tales como timidez, vacilación o
    miedo, así como la confianza y el valor que se deposite
    en él.

    Anatomía

    El cuerpo de los equinos es un mecanismo complejo. Su
    estructura
    corporal está compuesta por: esqueleto, músculos,
    aparatos, sistemas y
    tegumentos. Por su morfología se los considera atletas
    naturales, y esa es la condición que les ha permitido
    sobrevivir, en su momento, como animal salvaje.

    El esqueleto del caballo está compuesto por
    aproximadamente doscientos diez huesos
    individuales, excluyendo los de la cola. Se distinguen el
    esqueleto axial y el apendicular. El primero comprende los
    huesos de la cabeza, la columna vertebral, las costillas y el
    esternón, y el segundo los huesos de las extremidades
    anteriores y posteriores. Además se clasifican en
    largos, cortos, planos e irregulares.

    Las funciones que
    posee el esqueleto son variadas, entre las propias de los
    huesos están: la formación de células
    sanguíneas y depósito de minerales; en
    conjunto proporcionan sostén a los músculos,
    protección a los órganos internos, apoyo a las
    partes blandas y la movilidad necesaria a sus piezas para que
    el caballo se desplace a varias velocidades, se acueste o
    paste. Los huesos que forman las articulaciones están recubiertos por
    cartílago, que es más blando que el hueso y puede
    compensar los efectos de desgaste en la superficie. La
    articulación, o empalme, es completada por una
    cápsula que produce el líquido articular,
    denominado sinovial, que lubrica las superficies articulares y
    refuerza los ligamentos. Estos últimos son bandas
    fibrosas que unen los huesos de ambos lados de la
    articulación.

    Los huesos de la cabeza son largos. Los de la cara
    tienen el doble de longitud que los del cráneo, y la
    mandíbula inferior constituye un hueso largo de
    superficie ancha y aplomada en la parte inferior de la zona
    posterior.

    La columna vertebral está compuesta por siete
    vértebras cervicales, dieciocho dorsales, seis lumbares,
    cinco sacras y quince caudales.

    La característica anatómica más
    notable del caballo moderno es la pezuña con un
    único dedo en cada una de sus extremidades, ya que sus
    formaciones óseas que corresponden a los dedos laterales
    desaparecieron por la falta de uso, y hoy en día se
    pueden apreciar a los lados del hueso central. Por esta
    razón se lo considera del orden de los rinocerontes y
    los tapires. El dedo que posee el caballo corresponde al tercer
    dedo de la especie humana, y se ha alargado mucho con el paso
    del tiempo ya
    que sobre él recae todo el peso. Dicho dedo está
    rodeado por una sustancia similar a la uña del dedo del
    ser humano, este revestimiento córneo rodea sólo
    la parte frontal y lateral del pie. La función
    del casco o vaso, es la de reportar el peso del cuerpo. Posee
    una estructura extremadamente compleja, muy sensible a la
    presión
    y con un excelente aporte sanguíneo y nervioso. Consta
    de una capa externa protegida por la sustancia córnea,
    que crece hacia abajo, a razón de 0,5 cm al mes
    aproximadamente, desde la banda coronaria. Esta última
    es un rodete carnoso ubicado en la parte superior del casco,
    equivalente a la cutícula de la uña humana.
    Dentro del casco están contenidos el hueso navicular y
    el bolillo, parte del segundo phalanx y el flexor digital del
    tendón. Contiene también la almohadilla digital,
    cartílagos laterales, articulación corono-pedal,
    vasos sanguíneos y nerviosos. Como otras especies de
    mamíferos, los caballos, poseen cuatro
    clases de tejidos
    básicos. Cada uno de ellos tiene sus propias
    características especiales que contribuyen a la
    función de todo el cuerpo. El tejido conjuntivo cumple
    funciones como las de las estructuras
    óseas, que sostienen y dan forma al cuerpo y a sus
    estructuras blandas. Formas simples de este tejido son los
    tendones, ligamentos y vainas de material fibroso que protegen
    diversos órganos y músculos. Por último el
    tejido epitelial comprende la envoltura y tapizado del exterior
    del cuerpo y de los conductos internos y órganos huecos
    como el intestino y las vías biliares, la vejiga
    urinaria y el útero.

    La estructura muscular es el tejido más
    abundante en la anatomía del
    equino. Los músculos permiten al caballo moverse y
    están insertos en el hueso por un extremo y en sus
    tendones por el otro. Existen dos tipos de músculos:
    voluntarios, estirados o esqueléticos, e involuntarios,
    que comprenden los lisos y el cardíaco. Las propiedades
    de los músculos son: elasticidad,
    contractilidad, tono muscular y exitobilidad. La primera es la
    capacidad que posee el músculo de retornar en su forma
    original después de su estiramiento. La contractibilidad
    es la capacidad de acostarse ante un estímulo adecuado.
    El tono muscular corresponde al estado
    sostenido de contracción de baja intensidad y por
    último la exitobilidad, es la capacidad de responder a
    los estímulos adecuados.

    Por su acción los músculos se clasifican
    en extensores, que responden a la apertura de las
    articulaciones; los flexores, que cierran las articulaciones;
    los sinérgicos, que colaboran entre si en la
    realización de una acción; y los
    antagónicos, que se oponen a la contracción de
    otros músculos.

    Los combustibles del entrenamiento muscular, son
    preferentemente los carbohidratos, pero el metabolismo
    aeróbico también consume ácidos
    grasas.
    Cuando se realizan ejercicios intensos y prolongados, disminuye
    a niveles muy bajos el glucógeno muscular total. Los
    ejercicios adecuados deben incluir los grupos musculares que se
    requieren en la prueba para la que se entrena. El ejercicio es
    de bajo duración pero con alta intensidad y frecuencia
    para lograr los mejores resultados; también es
    importante que la carga aplicada en el entrenamiento sea
    progresiva.

    El sistema
    digestivo comprende los órganos que tratan la
    digestión, es decir que transforma la materia
    compleja en sustancia simple que, luego son utilizadas por el
    cuerpo. El órgano principal es el alimenticio, que
    consiste en un tubo que se extiende de la boca al anus; y los
    órganos accesorios son los dientes, la lengua, las
    glándulas salivales, el hígado y el
    páncreas. La boca del caballo tiene una pequeña
    entrada y los labios, altamente sensibles, sirven para
    recolectar el alimento. Este funciona en la conjunción
    de los dientes delanteros sostenidos al cosechar la hierba, y
    la lengua transporta el alimento a los dientes posteriores. La
    lengua es larga, pues concuerda con la forma de la cavidad y se
    ensancha y redondea en su punta. La superficie presenta
    abundante cantidad de papilas filiformes que le imparten una
    textura aterciopelada. Las papilas gustativas se hallan
    distribuidas con menos amplitud. Los conductores descargan en
    el digestivo los jugos de las glándulas salivales de la
    mandíbula y de la sublingual parótida, que se
    abren en la boca. La boca está formada por el paladar
    duro al frente y el paladar blando detrás. Éste
    último forma parte de la faringe donde pasa el aire. El
    alimento cruza la faringe y entra al esófago, donde se
    transforma al estómago y por lo tanto a los intestinos,
    a los dos puntos grandes, a los dos pequeños y el recto.
    La cavidad abdominal contiene la zona alimenticia desde el
    estómago hasta al recto y en la hembra también
    contendrá los ovarios y el útero. El
    estómago es relativamente pequeño y
    simple.

    El caballo posee una dentadura grande y fuerte, con un
    total de cuarenta y cuatro dientes. Cada mandíbula
    está formada por tres dientes incisivos, un canino,
    cuatro premolares y tres molares. Tanto su alimento natural y
    como el doméstico, son duros ásperos y
    asombrosamente abrasivos, es por eso que necesita una buena
    masticación para partirlo y facilitar la
    penetración de los jugos digestivos que deben procesar
    los nutrientes para su posterior absorción. Los
    incisivos se utilizan para cortar la hierba y crecen formando
    un semicírculo. Entre los caninos y premolares hay un
    espacio bien diferenciado que se denomina diastema. Todos los
    dientes se caracterizan por tener coronas muy altas y
    raíces pequeñas en comparación

    La acción de masticatoria se efectúa en
    forma oblicua, pues la mandíbula superior es más
    ancha que la inferior. Los cantos exteriores de los dientes
    superiores y de los bordes inferiores puedes hacerse muy
    puntiagudos y llegar a pinchar las encías o la lengua.
    Además se pueden formar cantos en la parte delantera o
    trasera de los molares, que si no se liman, pueden causar el
    mal cierre de la boca.

    Los dientes de los equinos crecen continuamente
    durante toda su vida, por lo tanto la superficie de los
    incisivos, en particular, cambia gradualmente, ofreciendo una
    idea bastante segura acerca de la edad del animal. Para conocer
    la edad del caballo mediante la observación de los dientes, es
    indispensable explicar su posición y diferencias.
    Primero y principal, los colmillos y las muelas no sirven para
    determinar la edad. También conviene entender que el
    caballo nace ya con cuatro dientes mamones, dos en medio de las
    encías superiores y dos en medio de las inferiores. A
    los ocho, diez o doce días de nacido, el potro ya los
    posee fuera de las encías y al año tiene los doce
    dientes de leche que
    debe tener. A los dos años y medio, muda los cuatro
    primeros mamones y a los tres años y medio otros cuatro
    más. Luego de un año le crecen los llamados
    dientes extremos, que serán posteriormente incisivos.
    Cuando estos ya están en medio de su período de
    crecimiento se advierte que el animal ya cumplió los
    cinco años y al manifiesto parejo e igual de los mismos,
    ha de cumplir los seis años. Cuando el diente se nota
    rancio, ya cumplió los siete años. A medida que
    el caballo de hace mayor, los dientes se vuelven mas
    triangulares.

    Reproducción y
    cría

    El caballo manifiesta su instinto sexual al cumplir el
    primer año de vida y alcanza la pubertad a
    la edad de dos años, pero no es recomendable someter a
    apareamiento a los machos, ni a las hembras antes de los tres
    años. La vida sexual de los equinos es prolongada y
    puede superar incluso los quince años en las yeguas, y
    en los machos dura toda la vida. El caballo está en
    condiciones de reproducirse todo el año, aunque su
    actividad sexual es mayor en los meses de febrero a julio, con
    un momento máximo entre abril y junio. Este
    período se lo conoce con el nombre de "estación
    de monta" y en él, el estímulo sexual está
    más acentuado y el estado de celo de las hembras es
    más evidente. Durante esta época los sementales
    pueden realizar un máximo de dos cópulas al
    día. El celo de las hembras tiene una duración de
    tres a ocho días y en el caso de falta de fecundación lo repite al cabo de
    veintidós días. En las hembras, el celo se
    manifiesta con la tumefacción de los genitales, con el
    enrojecimiento de la mucosa vaginal y la emisión de un
    líquido viscoso; la yegua muestra a
    menudo la posición de orinar, levanta la cola, se
    muestra inquieta y con tendencia a dar coces. En el macho el
    estado de celo se ve acompañado por inquietud,
    excitación, relinchos intensos y a menudo muestra el
    órgano sexual en erección.

    La elección de los reproductores se basa en la
    denominada selección artificial, que debe tener en
    cuenta tanto los caracteres morfológicos como las
    características funcionales.

    En las hembras grávidas aparecen muy pronto los
    primeros síntomas de la nueva condición
    fisiológica: se muestra más tranquila, con
    más apetito, sus mamas se engrosan y el abdomen al cabo
    del quinto mes aumenta claramente su volumen, adoptando un
    aspecto más esférico. El embarazo
    tiene una duración media de once meses y diez
    días, durante este período es necesario evitar
    someter a las yeguas a trabajos demasiado pesados, aunque
    tampoco es conveniente dejarla inactiva. Es aconsejable la
    realización de un ejercicio moderado. No obstante, al
    llegar el último mes de gestación debe
    practicarse tan sólo un paseo diario.

    Al acercarse el momento del parto, se
    pueden apreciar una serie de signos que
    lo anuncian. La yegua vuelve a mostrarse inquieta, la mirada se
    hace ansiosa y sufrida, las mamas se ponen turgentes, el animal
    se levanta y se acuesta con frecuencia. Llegados a este punto,
    comienza el trabajo
    de parto, los labios de la vulva se abren, y se asoma la bolsa
    de aguas, cuya rotura permite la lubricación del canal
    de parto gracias al líquido viscoso que contiene. Se
    inicia a partir de ese momento el período de parto, en
    el que tiene lugar la dilatación del cuello del
    útero, iniciándose las contracciones que se
    presentan cada vez más enérgicas y frecuentes.
    Esta fase es de corta duración y en condiciones normales
    el potro nace en poco tiempo, quince minutos como
    máximo. Si el acto es normal, el feto nace a
    merced de los esfuerzos hechos por la madre,
    presentándose primero las manos y después la
    cabeza y partes restantes. En el caso de aparecer en otra
    posición, el parto se considera anormal y el veterinario
    es el encargado de solucionar el problema.

    Las yeguas, no son ajenas al aborto, ya que
    este se produce por causas variadas que dependen, en algunos
    casos, de agentes exteriores como los cambios bruscos de
    temperatura,
    mala alimentación y caídas, entre
    otras. En otros casos depende de vicios congénitos o de
    conformación.

    Al cabo de pocos días, la yegua vuelve a estar
    en celo y puede, por lo tanto, volver a ser fecundada; y luego
    de un mes, esta nuevamente en condiciones de reemprender un
    trabajo moderado.

    Pocos cuidados requiere el potro después de
    nacido, pues la madre lo amamanta durante unos seis o siete
    meses y se encarga de vigilarlo, respondiendo a su instinto
    maternal. Durante este período la hembra debe
    alimentarse en abundancia y sustancialmente.

    Luego de la época de lactancia se
    produce el destete. En forma natural, se realiza bajo la atenta
    mirada de la madre, mientras que en cautiverio el proceso se
    lleva a cabo gradualmente y en forma no brusca.

    La castración del potro puede efectuarse
    después del nacimiento hasta una edad algo avanzada,
    pero generalmente se practica a la edad de uno o dos
    años.

    La cría de los equinos se hace en agrupaciones
    que reciben el nombre de yeguadas o piaras, que se clasifican
    en salvajes, cercadas y domésticas, según sea en
    completa libertad, en
    sitios cerrados o dehesas, o en cuadras respectivamente. Los
    machos y las hembras destinados a la reproducción, se denominan caballos
    padres, y yeguas de vientre o madres.

    Etología
    y domesticación:

    Etología

    La personalidad
    de cada equino esta formada por una serie de rasgos de carácter. De este modo hay individuos que
    presentan actitudes
    apáticas, combativos, irritables o flemáticas,
    curiosas, indiferentes, obedientes o testarudas. Pero se
    advirtió que, generalmente, los caballos tienen un
    carácter tímido, perezoso, generoso y agradecido;
    que hay en ellos cierto espíritu de dignidad o
    de orgullo. No se los considera animales
    agresivos por naturaleza, lo que no resta la posibilidad de que
    exista un animal así.

    Son amantes de la vida tranquila, e incluso en estado
    doméstico conserva toda su naturaleza innata y el
    sentido de libertad que está profundamente enraizada en
    su carácter. Su comportamiento verse afectado por alteraciones
    en su carácter o vicios que, frecuentemente, reducen su
    valor desde el punto de visto comercial.

    Frente al peligro el caballo actúa su instinto
    de supervivencia. Los medios o
    métodos
    de defensa que utiliza, generalmente son los mordiscos, las
    coces o la huida. Pero este último es el principal como
    medio de conservación de la especie. Es desarrollada
    gracias a sus sentidos muy desarrollados que le obligan a
    alejarse velozmente ante la amenaza de un ataque, ya que
    prefieren huir a combatir.

    El caballo necesita de compañía por ser
    un animal gregario, de este modo vive siempre en comunicación con otros miembros de la
    manada. Por seguridad
    siempre tratará de permanecer cerca de sus
    compañeros de especie y en caso de alejarse,
    volverá junto a la manada.

    Se lo considera un ser sociable porque tiene un buen
    comportamiento con respecto a otros animales, especialmente con
    relación al perro y a la cabra, de cuya
    compañía gusta.

    Forma de comunicarse:

    Como ocurre con todos los animales, el caballo
    también tiene un carácter particular y diversas
    formas de comunicación que le son propias. El lenguaje
    que los equinos es muy extenso y específico, por lo
    tanto es necesario conocer a fondo las características
    del comportamiento para lograr una buena comunicación.
    Su sistema puede
    transmitir emociones
    básicas como el miedo y establecer una jerarquía
    de dominio sin
    violencia.

    La forma de comunicarse es perfectamente visual y
    gestual por cuestión de protección, ya que
    cualquier tipo de comunicación sonora o auditiva puede
    advertir a posibles depredadores de la existencia de una manada
    o grupo de caballos. Sin embargo la emisión de sonidos
    como el gemido y el relincho es utilizada pero en menos
    proporción.

    La cara es la que posee los indicadores
    básicos del estado de ánimo y comportamiento del
    equino. Por ejemplo si un caballo muestra sus dientes puede
    querer demostrar amor, deseo,
    apetito o enojo, dependiendo de la situación. Las orejas
    también son indicadores del estado de ánimo,
    según su posición. Siempre que el animal lleve
    hacia atrás ambas orejas a la vez replegándolas
    sobre el occipital, debe interpretarse que está en
    actitud de
    rebeldía o de agresión. Si lleva los pabellones
    auriculares alternativamente hacia adelante y hacia
    atrás puede deducirse un estado de cólera, en cambio si lleva una hacia
    delante y otra hacia atrás dejándolas
    inmóviles, es indicación de tensión y
    puede una reacción de defensa frente a quién lo
    monta o conduce. Si los pabellones se dejan colgar pasivamente,
    significa que el animal se desentiende de todo cuanto lo rodea,
    a pesar de que continua percibiendo sonidos y rumores. Por
    último una postura que demuestra seguridad, es aquella
    en la que las orejas están hacia delante y ligeramente
    inclinadas.

    Con respecto a la
    comunicación sonora, es imprescindible diferenciar
    el gemido y el relincho. El primero es corto y débil, de
    baja tonalidad y siempre expresa sensación de dolor. El
    relincho, en cambio, puede demostrarse en formas diversas que
    ponen de manifiesto situaciones y sentimientos diferentes. Si
    consiste en la emisión de sonidos agudos y prolongados,
    repetidos con cierta frecuencia, se entiende una
    expresión de alegría. Si son relinchos cortos y
    agudos se deduce un estado de cólera. Cuando el sonido es
    prolongado y termina con tonos bajos y frecuentes, expresan
    deseo. Una situación de temor es determinada cuando la
    tonalidad del relincho es baja y corta, casi penosa.

    Nótese que los caballos enteros tienen el
    relincho más fuerte que las yeguas y que los equinos
    capones, los cuales relinchan muy poco.

    Descanso:

    Al igual que el hombre el
    caballo necesita dormir, pero necesita sólo unas cuatro
    horas de sueño cada veinticuatro horas. Estas horas las
    duermen a ratos de media hora aproximadamente y en el momento
    en el que se encuentre muy fatigado o cansado, generalmente en
    la noche por ser la hora de menor actividad o después de
    haber comido. Es curioso pero cierto que los caballos capones
    duermen más veces y durante períodos más
    extensos de tiempo que los enteros; al igual que los potros,
    como cualquier recién nacido, requiere más horas
    de sueño.

    Por su instinto de animal predado, que tan a menudo
    persiste en su domesticación, es difícil
    sorprenderlo mientras duerme, a menos que se sienta muy
    seguro. Si
    pasara muchas horas seguidas profundamente dormido,
    sería una presa fácil, es por eso que se ha
    acostumbrado a dormir por períodos cortos de
    tiempo.

    Aparte de dormitar se conocen dos tipos de
    sueño: S.W.S. y R.E.M.. La fase S.W.S. es un
    sueño de onda corta, denominado también
    duermevela; ya que es un sueño ligero de modo que el
    caballo puede despertarse fácilmente. La segunda fase se
    denomina sueño de movimiento
    rápido de ojos, es decir profundo y es el cansado cuando
    las ondas
    cerebrales son más largas. Es decir que en la fase
    R.E.M. el cerebro es
    activo, pero el cuerpo queda totalmente relajado. El cuerpo ha
    de estar tumbado, y de lado ya que pierde el tono muscular. Es
    probable que, al igual que los humanos los caballos
    sueñan durante la fase R.E.M.

    Existe una falsa creencia de que los caballos duermen
    de pie y que nunca se hecha para dormir. La verdad es que el
    equino tiene diversos modos de descansar durante el día
    y la noche. Durante el día es más probable que
    dormite, esto puede verse en el campo cuando los caballos
    suelen tumbarse un rato.

    Si se halla de pie puede estar dormitando o durante el
    sueño ligero. Al dormitar bajan la cabeza, relajan los
    músculos de la cara y los belfos quedan colgando, el
    cuello queda en posición horizontal al nivel del lomo,
    es común que descansen una extremidad anterior. Esto lo
    hacen liberando del peso a una de las patas y apoyando
    únicamente la parte delantera del casco de dicha
    extremidad, dejando los tendones y los músculos en
    estado de relajación. En el caso de que lo haga con una
    mano, no debe considerarse normal.

    El dormitar de pie se debe al, ya nombrado, instinto
    de animal predado, que el caballo. Esto dos aspectos se ven
    relacionados porque, si el equino se halla en esta
    posición, le será más fácil salir
    al galope en caso de alerta, sólo eleva la cabeza y
    deriva el peso del cuerpo al tren posterior.

    El descanso profundo lo realiza generalmente estando
    echado. Existen dos posiciones que son las más
    representativas en el comportamiento del caballo. En la primera
    posición se dice que el animal está aborregado, y
    se lo encuentra echado sobre su esternón, sus costillas
    y su abdomen, sin recargar ninguno de los lados en el piso; las
    manos quedan flexionados bajo el pecho y las patas dobladas
    bajo el abdomen y hacia un lado. En la segunda posición
    el caballo se acuesta sobre todo su costado apoyando en el
    suelo desde la cabeza hasta la grupa, descansando casi todos
    los músculos y permitiendo que el caballo
    duerma.

    Si el animal no dispone de un recinto lo
    suficientemente amplio para tumbarse, queda privado de la fase
    profunda de sueño y puede manifestarse cansado, de mal
    humor e incluso neurótico, como consecuencia.

    Relación con el hombre:

    El ser humano es capaz de comprender al caballo y
    comunicarse con él a través de gastos o
    sonidos. Pero sólo si se tiene en cuenta que como seres
    humanos somos predadores, porque nuestro instinto nos mueve a
    acercarnos mucho más violentamente de lo que el caballo
    lo haría con nosotros. Un equino antes de arrimarse a
    otro animal lo mira, crea espacio y distancia; esta diferencia
    de acercamiento crea, a veces, el temor que el animal siente en
    presencia de un hombre.

    Para entablar una buena relación desde un
    principio, la forma más efectiva supone mantener los
    hombros bajos y no mirar al animal a los ojos, es decir no
    demostrar la superioridad. También es necesario
    presentarnos antes de tocar a un caballo por primera vez, ya
    que por tener más sensibilidad que el ser humano, esta
    fase es de gran importancia y hay que crear un ambiente de
    confianza. Podemos presentarnos hablándoles, para
    estableciendo así el contacto comunicativo
    previo.

    Siempre es importante llegar a reconocer qué
    está expresando el animal, desde el miedo hasta el
    placer, para brindarle la mejor atención y para establecer mejores formas
    de convivencia entre el caballo y el dueño, ya que este
    último a partir de que se estableció el contacto,
    forma parte de la manada. El animal se identifica con su
    dueño, participa de sus sentimientos y adivina sus
    intentos a la más leve iniciación.

    Su sumisión al hombre es de cierto modo una
    especie de acomodo, que permite al caballo resolver la inseguridad
    que caracteriza su plano psicológico. Su relación
    se basa en la confianza, es por eso que no hay necesidad de
    someterle al miedo, el cual es interpretado por el caballo a
    través del tono y de las inflexiones de su voz. En el
    caso de que haya sufrido malos tratos por parte del ser humano,
    no serán olvidados a pesar de ser un animal de
    índole buena.

    Domesticación:

    Argentina y Nueva Zelanda son los dos únicos
    países del mundo en donde el caballo puede vivir, en
    casi todo el territorio, sin necesidad de comprar alimentos
    especiales, debido a las extensas áreas verdes que
    existen en ellos.

    El caballo es un animal que, en vida salvaje, se
    encuentra adaptado al medio que lo rodea, y en él
    sobrevive adecuadamente; pero desde el momento en que es
    domesticado, ya no depende totalmente de sus capacidades
    naturales. Cuando el hombre decide tener al caballo bajo su
    cuidado, pone al animal casi por completo en sus manos. El
    equino está dispuesto a entregarse al cien por cien si
    el hombre le brinda a cambio todo su cariño y le
    proporciona un correcto entrenamiento.

    Históricamente el caballo fue domesticado en el
    Lejano Oriente por las civilizaciones primitivas de hace cinco
    mil años, es decir, aproximadamente tres mil años
    antes de Cristo. Algunos expertos creen que este
    fenómeno tuvo lugar en la Rusia
    Asiática y otros que fue en Mesopotamia,
    Asiria y Babilonia. No obstante, dibujos en
    rocas
    correspondientes a la Edad de Piedra, muestran algo que pudo
    ser una cabezada, por lo tanto, es posible que otros pueblos
    primitivos ya tuvieran cierto dominio sobre el
    caballo.

    En un principio, las tribus primitivas habrían
    perseguido manadas de caballos salvajes, cazándolos para
    comer. La domesticación, probablemente se inició
    cuando se capturaron animales jóvenes, y fueron
    encerrados. Estos se usaban para carne y leche, y poco a poco
    se acostumbrarían al contacto humano.

    Los nómades pronto se darían cuenta que
    el caballo se podía utilizar para llevar carga, y
    así sucedió. El primer uso que se le dio al
    caballo doméstico fue como animal de carga y de
    enganche. Es probable que incluso en esta primera etapa de
    domesticación, el caballo se haya clasificado en dos
    topos, el de enganche y el de monta, y que, a raíz de
    esto, la gente comercializaba los distintos tipos con el fin de
    obtener el animal correspondiente, según la tarea que
    debía realizar con el mismo.

    Los caballos comenzaron a ser montados muy pronto,
    aunque en algunas civilizaciones antiguas, como la griega y la
    egipcia se los utilizaba para jalar carros. Los persas, en
    cambio, fueron excelentes jinetes y alrededor del quinientos
    antes de Cristo, poseían una poderosa caballería
    preparada para cargar armamento pesado. Con el paso del tiempo
    los griegos fueron buenos jinetes, pero los romanos, a pesar de
    su caballería montada, no se distinguieron de modo
    especial.

    De este modo el caballo se convirtió en un
    compañero indispensable para el hombre, ya que fue el
    factor principal de las civilizaciones conquistadoras. En
    Europa y en
    América contribuyó también
    a la expansión de los pueblos y apenas hace un siglo y
    medio, era en tierra el
    único medio de locomoción y de transporte
    rápido.

    Particularmente en nuestro país, fue el gaucho
    quien hizo del caballo, un amigo inseparable. Este individuo
    encontró en el equino un vehículo indispensable
    que lo trasladó sobre la dilatada llanura
    característica de la Argentina

    Hoy el caballo ha tenido que multiplicarse para
    contribuir con la gran obra del progreso, pero eso se
    encuentran y se crían con esmero, multitud de razas,
    cada una de las cuales tiene su aplicación
    espacial.

    En el trabajo y el deporte:

    Desde su domesticación, el caballo ha sido
    empleado para todo tipo de trabajo. Incluso actualmente, cada
    raza tiene un trabajo específico para el cual es
    más apto.

    En un principio se utilizó para carga y se
    mantuvo en este papel hasta comienzos del Siglo XX. Los equinos
    de tipo ligero, más pequeños, se utilizaban para
    este trabajo, mientras que los más grandes y potentes,
    se empleaban en la guerra. No
    obstante, con el invento de las armas de fuego,
    las armaduras se abandonaron y se buscó un tipo de
    caballo diferente para la guerra, de modo que los animales
    pesados pasaron a realizar otras actividades.

    Con la llegada de la industrialización,
    cargamentos pesados de equipo y mercancía se
    tenía que transportar por todo el país y,
    así se desarrollaron razas pesadas como el Shire y el
    Clydesdale. Durante el Siglo XX, también se empleaban
    caballos para tirar de las barcazas de los canales, desde la
    orilla y para mover los campamentos de carbón y equipos
    hacia las minas.

    El caballo también jugó un papel
    importante en la agricultura. Al comienzo, los arados fueron
    tirados por bueyes, ya que era un trabajo demasiado pesado para
    los caballos de tipo ligero. Pero ya en el Siglo XVIII
    comenzaron a utilizarse maquinarias agrícolas, y
    hacía falta rapidez e inteligencia
    en los animales de tiro, de este modo el caballo de tiro
    liviano pasó a hacer trabajos de campo.

    También fue el medio de transporte más
    importante para las personas. A principios del
    Siglo XIX las carretas se hacían cada vez mejor, y
    así en esta época los carruajes alcanzaron el
    auge. Se hicieron más ligeros y rápidos, y
    comenzó la demanda de
    caballos elegantes para carro, como las razas Hackney y
    Trotón Francés.

    Con la llegada del ferrocarril, y después del
    coche, el caballo ya no hizo falta para transporte ni para el
    trabajo de campo. Parecía que muchas razas pesadas
    llegarían a extinguirse, pero las empresas se han
    dado cuenta que, en trayectos cortos, el caballo resulta
    más económico para hacer entregas que los
    camiones, y siguen usándose para este fin en los pueblos
    menos desarrollados.

    Las industrias
    aprovechan desde siempre, su carne, cuero,
    huesos, pezuñas y crin. Al mismo tiempo la medicina
    utiliza su sangre para la preparación de sueros y
    vacunas.

    El desempeño del caballo no depende
    solamente de él, sino también del trabajo,
    dedicación, amor y disciplina
    que imponga su jinete al entrenar juntos.

    Los deportes ecuestres
    están en pleno auge, y cada día son más
    populares tanto para jinetes como espectadores. Uno de los
    deportes a caballo más antiguos es la caza. Al principio
    el ciervo era la presa principal, pero hoy en día en los
    países de habla inglesa es el zorro. Tanto en Estados Unidos
    como en Australia, la caza se rige por el modo
    inglés.

    El polo es otro deporte antiguo, y fue creado en
    Persia hace dos mil años aproximadamente. Desde
    allí se extendió a China,
    Mongolia, Japón
    e India, donde
    fue descubierto por los ingleses en el Siglo XIX. Desde
    entonces se ha hecho popular en el mundo entero. Como deporte,
    exige mucho de los caballos, que necesitan ser rápidos,
    ágiles, resistentes y valientes.

    Las carreras de caballos han sido populares en todo el
    mundo durante siglos, pero desde principios del Siglo XVIII, se
    convirtió en una industria
    deportiva.

    Otro deporte en auge es el enganche, en el cual se
    utilizan aquellas razas que antiguamente se utilizaban para
    tirar los carruajes. El enganche completo se introdujo en 1969
    y es equivalente a un concurso completo, dura de tres
    días, que incluye una prueba de doma, un maratón
    y un recorrido con obstáculos en la pista de
    exhibición.

    Concursos que combinan la competición con la
    exhibición, se empezaron a celebrar a fines del siglo
    XIX. Hoy en día incluyen pruebas de
    salto y doma, así como concursos morfológicos
    donde se juzga a los caballos por su tipo y
    conformación. Estos últimos son más
    pausados pero pueden ser muy fascinantes para sus
    seguidores.

    La cría de caballos de competición da
    como resultado animales más elegantes y rápidos,
    incluso el cambio de aspecto. Esto se ve reflejado en muchas
    razas europeas de sangre caliente, como el Hannoveriano, el
    Holstein y el Trakkener, que hoy poseen un gran porcentaje de
    la raza Pura Sangre Inglés. Esto se realizó con
    el objeto de proporcionar rapidez, calidad y reacciones
    rápidas a las razas nombradas, para proporcionales una
    mejor calidad en la realización de los deportes
    modernos.

    Hoy en día hay tres modalidades hípicas
    que son avaladas por los Juegos
    Olímpicos. Estas son: salto, doma y concurso
    completo.

    El salto tubo su origen en la caza. La
    exhibición realizada en Dublín en año
    1868, se probó a los caballos para la caza con un salto
    de altura y uno de anchura.

    En 1881, se construyó allí un recorrido
    de salto permanente y así este deporte comenzó a
    llevar vida propia. En los Juegos
    celebrados en Francia en
    el 1900, se llevaron a cabo las primeras competencias de
    salto como deporte olímpico.

    La doma clásica se ha desarrollado a partir de
    la equitación de alta escuela de
    los Siglos XV y XVIII, que era popular en las cortes europeas.
    Los movimientos originalmente desarrollados para su uso en la
    batalla, se combinaron en una demostración de
    sabiduría ecuestre, mostrando la elegancia, agilidad y
    obediencia del caballo y la habilidad del jinete.

    El origen del concurso completo se halla en el campo
    de batalla, y se desarrolló a partir de las pruebas de
    resistencia que
    se hacían para probar los caballos destinados a la
    caballería. A principios del S XX, fue celebrado en
    Francia el primer concurso completo, pero fue introducido por
    primera vez en los Juegos Olímpicos en el año
    1912 y, hasta hoy es la prueba que garantiza el desarrollo
    máximo de las aptitudes del caballo

    Cuidados del
    animal

    La cría de la especie caballar se ve afectada
    por numerosos agentes infecciosos, que pueden ser virales,
    bacterianos o micóticos. Estos pueden afectar a
    cualquier animal si no se toman las medidas necesarias para
    lograr un adecuado manejo dentro del recinto de crianza. La
    toma de medidas no sólo reduce la posibilidad de
    aparición de enfermedades infecciosas,
    sino que evita problemas
    como trastornos de crecimiento, abortos infecciosos,
    alteraciones nutricionales o de fertilidad, entre otros, que no
    son de carácter infeccioso.

    Para disfrutar al máximo de la
    compañía de estos hermosos animales es necesario
    estar pendientes de las necesidades, tanto físicas como
    mentales, básicas y tomar medidas para satisfacerlas. El
    humano adquiere, desde el momento en que decide domesticar al
    caballo, la responsabilidad de cubrir todos sus
    requerimientos.

    Las necesidades de las cuales hablamos pueden
    resumirse en: alimentación, alojamiento, personal
    idóneo, higiene,
    ejercicio, compañía y salud.

    Alimentación:

    El caballo necesita ser alimentado adecuadamente, pero
    la cantidad y la calidad de dicho alimento tiene efectos
    distintos en cada una de las categorías equinas. Esto se
    debe a que los requerimientos nutricionales varían de
    acuerdo a su especie, raza y grado de actividad. Es por eso que
    cada animal tiene un peso ideal determinado según su
    situación

    Si el caballo es alimentado correctamente, los
    problemas de salud serios como la anemia, la
    obesidad y
    la epifisitis, son prácticamente erradicados. Lo mismo
    sucede con las enfermedades infecciosas, las cuales tienen
    mayor injerencia en aquellos animales desnutridos o mal
    alimentados.

    Los elementos fundamentales dentro de una buena dieta
    son: proteínas, hidratos de carbono,
    grasas, minerales, oligoelementos y agua. Las
    proteínas son adquiridas a través del pasto
    verde, del seco y de la soja; los
    carbohidratos son proporcionados al animal cuando se lo
    alimenta con avena; los aceites y vegetales constituyen el
    aporte de grasas; los minerales se encuentran en la alfalfa, el
    suelo de las pasturas y en las sales; y por último los
    oligoelementos como el magnesio, el potasio, el hierro, el
    cobre y el
    cinc, están contenidos en los suplementos alimenticios y
    en las denominadas "piedras de sal". El agua
    fresca y limpia es indispensable durante todas las etapas de la
    crianza del equino.

    Alojamiento:

    El caballo necesita de un espacio mínimo vital
    en el que se siente cómodo y de un predio con pastos
    naturales o sembrados al que tenga acceso. Esto le permite
    mejorar su estado físico, poder ejercitar sus
    músculos y articulaciones, y disminuir las condiciones
    de estrés
    que genera el hacinamiento en boxes. Ya sea que se quiera
    mantenerlo en un box o en una caballeriza, será ideal
    que estos cuenten con las dimensiones adecuadas para cada
    categoría, de piso absorbente, liso, antideslizante, con
    drenaje, bien ventilado e iluminado, corrales de encierro
    amplios, galpones de servicio de
    fácil acceso y de fácil limpieza.

    Un espacio reducido puede ocasionar que el caballo se
    eche y quede entrampado, ocasionando que el animal se lastime e
    incluso llegue a fracturarse.

    Una caballeriza sucia y con e aire viciado predispone
    a problemas digestivos y respiratorios entre otros.

    Personal idóneo:

    El personal de un haras comprende a: mayordomo,
    padrillero, encargado de retajeo y servicios,
    encargado de cuida, de yeguas preñadas y de destete.
    Cada uno de ellos cuenta con una cantidad variable de peones
    que colaboran en las tares cotidianas dentro del
    establecimiento.

    Es fundamental que las diferentes secciones del haras
    sean recorridas diariamente, para que el funcionamiento del
    recinto y la atención que se brinda al caballo sean las
    mejores.

    Por lo general, el profesional veterinario del haras
    es el encargado de entrenar al resto del personal, coordinar
    las medidas de manejo y profilaxis, y organizar las diferentes
    tareas que son necesarias en vida del equino. Dicho personal
    informa al encargado o al médico veterinario, acerca de
    cualquier novedad referente a las anormalidades vistas, tal
    como animales echados, potrillos que no maman, caballos
    cortados o golpeados, yeguas con signos de distrofia, abortos y
    otros. El veterinario diagrama un
    plan sanitario
    que debe involucrar las diferentes categorías de equinos
    que admita el haras. Es imprescindible que, además de
    este control
    planificado, el veterinario haga una revisión a cada
    animal por lo menos dos veces al año.

    Limpieza e higiene:

    Los caballos en estado salvaje no necesitan que el
    hombre se ocupe de ellos, ya que se limpian entre sí de
    manera sencilla, frotándose mutuamente con los dientes,
    rascándose contra arbustos y troncos o
    revolcándose en la
    tierra.

    Cuando el animal vive en un establecimiento
    especializado, debe ser cepillado para estimular la piel,
    limpiarla y proporcionar una mejor circulación
    sanguínea y calidad muscular. Una piel limpia puede
    excretar correctamente el sudor y los residuos del ejercicio y
    de una dieta concentrada.

    Rasquetas, cepillos y franelas, son los elementos que
    utilizan los cuidadores para realizar el mejor cuidado del
    pelo. Es uso de un cepillo duro e útil cuando se quiere
    quitar el sudor seco, el barro y la suciedad. Luego con la
    ayuda de una almohaza de goma, se cepilla todo el cuerpo, con
    firmeza. Cada dos o tres pasadas se limpia el cepillo contra la
    almohaza. El cepillado debe realizarse siempre hacia
    atrás y hacia abajo.

    Cuando se cepillan las crines, se las debe colocar
    hacia el lado contrario de caída y después
    llevarla nuevamente a su lado poco a poco con el cepillo desde
    la raíz. La cola debe ser cepillada mechón por
    mechón desde las puntas hasta la inserción o
    raíz.

    Para limpiar los ojos, las fosas nasales y los labios,
    es necesaria una especie de esponja escurrida en agua tibia,
    que no deben ser mezcladas con la que se utilice para limpiar
    debajo de la cola y entre las piernas.

    Para alisar el pelo se puede pasar por ña crin
    y por la inserción de la cola un cepillo mojado en las
    puntas. Por último con un paño o con una franela
    se puede dar brillo a la capa.

    Ejercicio y compañía:

    Es importante para lograr la estabilidad fisicomental
    del caballo, que este tenga oportunidad de retozar y de contar
    con un ambiente agradable en compañía de su
    especie y bajo el cariño y la atención de su amo.
    Dicho ambiente es proporcionado a través de espacios
    verdes y pasturas, donde tiene el contacto natural con su
    especie.

    El caballo es un animal rutinario y necesita de
    recreación para evitar vicios tales como
    la aerofobia. La mejor rutina a seguir es aquella que puede
    mantenerse los trescientos sesenta y cinco días del
    año.

    Medicina preventiva:

    Para que nuestro animal goce de buena salud, es
    necesario llevar un buen control sanitario, que está a
    cargo del veterinario ayudado por el personal encargado. La
    función de este control es evitar una serie de problemas
    que se pueden entrar con la medicina preventiva. Los pilares
    del plan de manejo estarán dados por
    desparacitación interna y externa, cuidado dental,
    recorte de cascos y herrado, manejo adecuado de la dieta y
    vacunación. También existen controles completos
    realizados mediante métodos y técnicas, que tienen como objetivo
    determinar el estado de salud del caballo. Este largo examen,
    se denomina propedéutica y consta de diversas partes:
    anamnesis, examen físico, humectación,
    recreaciones, integridad, tiempo de llenado capilar, anillo
    tóxico, sonidos intestinales, temperatura y
    embrocado.

    La desparasitación, tanto tóxica como
    interna, resulta básica dentro de la vida de un animal
    doméstico. Se inicia con la hembra y se continúa
    con la yegua preñada, la parida y el potrillo a partir
    de los veinticinco y treinta días de nacido. Para al fin
    por lo general se emplean combinaciones de bencimidazoles con
    algún organofosforado vía oral, combinaciones de
    estos con pirantel en forma de pasto, vía bucal, o bien
    derivados de la avermectina, vía oral. La
    desparacitación debe ser repetida después de
    noventa días o de sesenta días en caso de
    tratarse de potrillos al pie de la madre.

    Los parásitos externos deben controlarse por
    medio de baños medicados, cepillado periódico y a través de la
    aplicación de insecticidas en las
    instalaciones.

    Ambas desparacitaciones deben ser realizadas en forma
    regular, más aun cuando el caballo debe reducirse a un
    área limitada de pastoreo, donde los parásitos
    del propio animal suelen reproducirse fácilmente. De
    esta manera se puede llevar a cabo el control de la población de parásitos en el
    organismo del caballo, disminuyendo así el riesgo de
    problemas digestivos y de condición corporal pobre. No
    es recomendable disminuir la carga parasitaria a cero, pues
    esto evita que el caballo produzca defensas contra los
    parásitos, haciéndolo más susceptible a
    próximas infecciones.

    El cuidado dental es vital y debe ser realizado por el
    veterinario mediante una revisión
    periódica.

    El desgaste de los dientes en los caballos no se da en
    forma regular y esto provoca la formación de odontofitos
    en los molares superiores e inferiores. Los superiores
    desarrollan odontofitos en su cara exterior y los inferiores en
    su cara interior. Los odontofitos se caracterizan por tener
    bordes irregulares y cortantes que pueden llegar a lacerar la
    mucosa de la lengua y los carrillos. Para evitar problemas
    secundarios a su aparición, hay que limarlos de manera
    periódica y regular, cada seis meses aproximadamente. El
    limado de odontofitos se lleva a cabo con unas limas de
    tungsteno, diseñadas especialmente para ello. Cuando se
    realiza, el animal debe estar bien sujeto y de ser necesario
    tendrá que ser tranquilizado para poner en riesgo la
    vida del médico veterinario.

    La vacunación equina se realiza para mejorar la
    expectativa de vida del animal, y debe hacerse en forma
    periódica. Aquellos ejemplares que son transportados
    frecuentemente a concursos u otros eventos, deben
    ser vacunados de manera más regular. Cabe destacar que
    los caballos, por lo general, reciben vacunas comunes y otras
    propias según categoría.

    Enfermedades

    Según las diferencias de cada raza y de cada
    individuo en particular, existen actitudes y temperamentos
    variables,
    pero hay señales o signos que el caballo da a
    conocer cuando se siente mal, incómodo o con dolor. Las
    enfermedades y los problemas más comunes ocurren hasta
    en los mejores sitios donde puede vivir un equino.

    A lo largo de la vida del equino hay enfermedades que
    según la edad en la que se encuentra. Durante los
    primeros años de vida, el potro está
    particularmente predispuesto a las enfermedades óseas,
    ya que los huesos de las extremidades son largos y se
    desarrollan con gran rapidez provocando que sean más
    vulnerables a los trastornos de crecimiento, producidos por
    desequilibrios nutricionales, infecciones y por alteraciones
    propias de la crianza, como ser la sobrealimentación y
    la falta de ejercicio. Otra de las causas de que dichos
    trastornos sean más predispuestos en algunos animales,
    es la herencia
    genética.

    Los problemas óseos más representativos
    de la vida del potro son: las contracturas de los miembros
    anteriores, las curvaturas de las patas y la epifisitis. Esta
    última suele producirse cuando la placa de crecimiento,
    situada al extremo de los huesos largos, se cierra, provocando
    hinchazones firmes y dolorosas que aparecen sobre la
    zona.

    La hipolapsia cerebelosa es una enfermedad que afecta
    a ciertas razas en particular, durante los primeros años
    de vida. Es, probablemente, hereditaria y sus síntomas
    son el cabeceo y la falta de coordinación de los miembros que aumenta
    con el paso del tiempo. Los potros son también
    susceptibles a las enfermedades pulmonares como la neumonía y las infecciones de dicho
    órgano.

    Durante todo el ciclo de
    vida existen diversas enfermedades que pueden afectar al
    equino, algunas más comunes que otras. En general, los
    caballos están menos predispuestos a las enfermedades
    urinarias que otros animales. En cambio los problemas de
    sensibilidad originados por las lesiones en los nervios, son
    más frecuentes. Las afecciones que se ven son la
    parálisis facial o radical con dificultad para el avance
    del miembro, parálisis supraescapular, hemiplejia
    laríngea, enfermedad del tambaleo o temblor.

    Con respecto a las enfermedades del corazón,
    es importante aclarar que los caballos no suelen sufrir ataques
    cardíacos de la misma forma que los humanos y que es la
    más frecuente de las alteraciones cardiovasculares
    equinas es la rotura de una arteria. También pueden
    percibirse arritmias cardíacas, bloqueos parciales,
    fibrilación auricular y soplos
    cardíacos.

    Son posibles las enfermedades del aparato
    respiratorio, tales como la neumonía, la bronquitis,
    los silbidos y la tos. Esta última puede tener su origen
    en una gran variedad de virus,
    infecciones bacterianas o alergias al polvo del moho, heno y
    paja.

    Los problemas oculares y los de la piel, son
    también parte del conjunto de afecciones que sufre el
    caballo. El ojo puede llegar a sufrir úlceras por ser un
    órgano vulnerable a traumatismos y la piel puede sufrir
    de una inflamación, denominada dermatitis,
    que puede ser de carácter infeccioso, parasitario o
    alérgico.

    Las enfermedades infecciosas son comunes en la vida de
    un equino. Son causadas por microorganismos y se las puede
    clasificar en virales, bacterianas y micóticas,
    según su origen.

    También existen las afecciones parasitarias,
    pudiendo clasificarse como endoparasitarias, es decir dentro
    del cuerpo, o ectoparasitarias, sobre la superficie del cuerpo.
    Dentro del primer grupo, los parásitos más
    comunes son los gastrointestinales como ser el stronglylus,
    trichonema, anaplocephale, oxyurus y gasterophilus entre otros,
    y los respiratorios como el ascaris y el dictyocaulus.
    Abarcando el grupo de los ectoparasitarios, encontramos a las
    garrapatas, ubicadas por lo general en las orejas del animal, y
    las moscas que resultan extremadamente molestas y pueden llegar
    a causar problemas en la piel.

    No son comunes las enfermedades óseas en el
    caballo adulto. Estos trastornos pueden atribuirse a
    traumatismos, a infecciones y a deficiencias en la nutrición.

    Las lesiones que sufre el hígado, debido a
    infecciones, toxinas o venenos, pueden alterar sus funciones y
    provocar la aparición de síntomas de alguna
    enfermedad. La más común es la hepatitis,
    producida por una inflamación del
    hígado.

    Los órganos genitales de la yegua y del macho,
    pueden también sufrir enfermedades. La infertilidad o
    las enfermedades de la preñez, también son
    problemas que afectan al organismo del equino.

    Entre los males que con mayor frecuencia presentan los
    caballos, está la cojera. Puede ser causada por una
    simple piedra en el casco o por una enfermedad. Las afecciones
    de los tendones son frecuentes, ya sea por golpes o por
    presión, mientras que la inflamación del
    menudillo y la artritis, que son causadas por sobrecarga y
    desgaste, suceden con menos frecuencia. La enfermedad que
    afecta al hueso navicular del pie, puede causar cojera
    crónica y es consecuencia de un choque o una
    sobrecarga.

    El cólico:

    El aparato
    digestivo, también puede sufrir enfermedades y el
    padecimiento más común es el cólico.
    Cuando nos referimos a esta afección hablamos de dolor
    agudo en la cavidad abdominal, producido por un trastorno en el
    tracto digestivo, específicamente en el colon. Dicho
    dolor también está relacionado, en algunos casos,
    con el aparato urinario y el útero.

    Por las características anatómicas del
    aparato digestivo del equino, se trata de un padecimiento
    común. Esta predisposición se debe a: impedimento
    para vomitar, bajo volumen estomacal de doce a quince litros
    promedio, esfínteres estomacales muy cercanos entre
    sí, mesenterio del intestino delgado muy largo y laxo,
    válvulas
    del ciego muy pequeñas, flexura pélvica y colon
    dorsal derecho muy angosto y colon menor estrecho, laxo y
    largo.

    Su impedimento para vomitar se debe al carecimiento de
    centro de vómito y por
    su largo paladar blando. Los esfínteres, al estar muy
    cerca entre si, se colapsan al dilatarse el estómago
    permitiendo la entrada de aire y substancias, pero no su
    desalojo. El mesenterio del intestino delgado permite que el
    intestino tanga torsiones, por ser muy largo y laxo. Las
    válvulas del ciego, tanto las ileocecales como las
    cecólicas, son muy pequeñas y funcionan como
    embudos. Esto predispone a impactaciones cecales, facilitadas
    por la flexura pélvica y el colon dorsal derecho muy
    angosto. Por último el colon menor, al ser estrecho,
    laxo y largo, evita la salida de enterolitos.

    Además de las causas relacionadas con la
    predisposición de la especie, existen otras que tienen
    que ver con la alimentación del equino estabulado, como
    errores de manejo y también con ciertas enfermedades.
    Los errores de manejo más comunes son: una dieta
    excesivamente rica en granos, los cambios bruscos en la misma,
    tanto en calidad como en cantidad, la ingestión de
    elementos extraños por tener los boxes sucios, poca
    cantidad de agua consumida, ejercicio físico excesivo
    combinado con la previa o posterior alimentación del
    equino en exceso. Entre las razones más frecuentes se
    encuentran las dilataciones del estómago o del
    intestino, producidas por diversos motivos. La
    obstrucción intestinal es uno de ellos y puede ser el
    efecto de la ingestión de cuerpos extraños, como
    bolsas de plástico
    o arena, o bien debido a una masa compacta de alimento en el
    estómago. Esto se conoce como impactación. La
    acumulación excesiva de gas, o los
    espasmos, causados por las fuertes contracciones de los
    músculos de la pared del tubo digestivo, son
    también factores que causan el cólico; al igual
    que las inflamaciones de intestino y los desplazamientos de
    este órgano dentro de la cavidad abdominal. Esto
    último puede dar lugar a torsiones, anudamientos,
    invaginaciones y estrangulamientos. La distensión del
    estómago, por su parte, puede conducir al estallido del
    órgano en casos muy severos. Los parásitos
    internos, principalmente los gusanos redondos o
    estrángilos, son otra de las principales causas que
    provocan el cólico.

    Ante cualquiera de las causas nombradas anteriormente,
    el organismo reacciona deteniendo la motilidad intestinal. De
    esta manera el líquido comienza a acumularse al igual
    que los alimentos y el gas, produciendo la dilatación de
    los órganos digestivos. Esta sensación, dolorosa
    y molesta, desencadena un efecto dominó, porque a
    raíz del mismo dolor se detiene la motilidad de las
    porciones siguientes del intestino, las cuales al cabo de unas
    horas, también se dilatan y causan dolor
    abdominal.

    Los síntomas que un caballo con cólico
    presenta van desde una molestia leve hasta cuadros
    desesperantes de dolor. Según el caso el animal se
    muestra inquieto, escarba el suelo con sus manos, suda
    profusamente, adopta posturas con los miembros estirados,
    voltea la cabeza mirando a su abdomen intentando morderse o
    patearse dicha zona, también suele tirarse al piso y
    pararse varias veces o rodar sobre su lomo, provocándose
    daños en la cara y miembros. La sudoración
    excesiva es también un signo, al igual que el rechinar
    de dientes, bajar la cabeza y estirarse para dar más
    capacidad al abdomen y a los pulmones.

    Existen otros síntomas que el veterinario
    evaluara durante la inspección del caballo, como el
    aumento de la temperatura y de la frecuencia
    cardiorespiratoria, la presencia de sonidos en la cavidad
    abdominal, el cambio del estado de las mucosas, las
    características de la materia fecal y de la orina entre
    otros.

    Es importante que el propietario o cuidador
    esté preparado para reconocer las señales
    tempranas que muestran los animales afectados y tenga un plan
    de emergencia para actuar en consecuencia.

    No necesariamente el caballo debe presentar todos los
    signos para que sea diagnosticado el cólico. Con el
    mismo criterio existen algunos signos que pueden surgir durante
    otras patologías, es decir sin que el animal tenga la
    enfermedad.

    A la hora de diagnosticar un cólico hay que
    tomar en cuenta las constantes fisiologícas normales del
    caballo. También son relevantes a la hora de determinar
    la gravedad y el origen del cólico las actividades que
    realizó el caballo antes de notarle extraño, es
    decir, el tipo de dieta, los cambios recientes en la misma, el
    consumo de
    agua, la frecuencia, cantidad y características de
    evacuación, última vez que se desparasitó
    y medicina que se utilizó en ese momento, tipo de
    trabajo realizado, situaciones recientes de estrés,
    historias anteriores de cólicos y que diagnóstico se dio en ese
    momento.

    En algunos casos, no es más que de un dolor
    pasajero, sin embargo en otros resulta letal para el caballo.
    El manejo de un cuadro de cólico requiere acciones
    cuidadosas y rápidas, ya que en muchos casos el tiempo
    es un factor de vida o muerte. El
    cuidador es quien debe observar detenidamente al animal para
    evaluar la urgencia de llamar al veterinario, quien hace el
    diagnóstico. Si es posible debe evitar cualquier tipo de
    medicación antes de que llegue el profesional. A pesar
    de ello existen medidas útiles que se pueden tomar
    mientras se espera: retirarle el alimento, darle solo una
    pequeña cantidad de agua, tomarle la temperatura y
    observar la frecuencia respiratoria. A veces también es
    útil hacerlo caminar o trotar en forma moderada durante
    veinte o treinta minutos, para estimular la motilidad
    intestinal y disminuir de esta manera el dolor. Llevarlo a un
    espacio abierto o acolchonar el box, es una medida
    práctica que evita los daños en el cuerpo del
    caballo que pudiese realizarse al patear, echares al suelo o
    rodar.

    Existen métodos para determinar la gravedad de
    un cólico, estos son: auscultación de las
    constantes fisiológicas, sondeo nasogástrico,
    palpación rectal, paracentesis y cecocentesis. En el
    primer método
    se toman en cuenta la frecuencia cardíaca y respiratoria
    principalmente. Los datos obtenidos
    en ambas auscultaciones son completados al tomar la temperatura
    y al observar las mucosas.

    Al auscultar el corazón, es decir medir la
    frecuencia cardíaca, el cólico se clasifica
    según su gravedad, de la siguiente manera:

    Frecuencia
    cardíaca

    Gravedad del
    cólico

    de 40 a 60
    pulsaciones/minuto

    Ligero

    de 60 a 80
    pulsaciones/minuto

    Moderado

    de 80 a 100
    pulsaciones/minuto

    Severo (por
    lo general infartante)

    mas de 100
    pulsaciones/minuto

    Muy grave
    (puede causar la
    muerte)

    El sondeo nasogástrico consiste en la introducción de una sonda por uno de los
    ollares del caballo a lo largo del meato ventral, esto se hace
    para llegar al estómago y determinar la cantidad y el
    tipo de contenido que se encuentra en el mismo. El resultado
    puede ser la presencia de gas, de contenido gástrico o
    alimento, o reflujo proveniente del intestino delgado. Estos
    elementos en exceso provocan el aumento de presión en el
    estómago y por lo tanto, de dolor. El gas, en
    particular, puede ser consecuencia de una fermentación excesiva de concentrados,
    como los granos. Si como resultado se obtiene líquido de
    color amarillento, se puede deducir que hay gas en el
    estómago, el color se debe a la acidez estomacal. El
    contenido gástrico que provoca el dolor es el alimento
    seco, impactado, que probablemente no salga si no se realiza un
    lavado de estómago. Esto se atribuye al bajo consumo de
    agua. Por último el reflujo proveniente del intestino
    delgado posee un PH alcalino
    que provoca el dolor abdominal.

    La sonda no debe quedar puesta por más de
    veinticuatro horas, porque puede llegar a pegarse al
    esófago, además es recomendable utilizar sondas
    de materiales
    poco irritantes y que no cambien de forma con la
    variación de temperatura.

    El sondeo no sólo se realiza en animales con
    malestar, sino que es recomendable realizarlo para la
    administración de algunos medicamentos.

    Si sondeo no calma al caballo, entonces el
    cólico tiene mayor probabilidad de
    ser infartante y tener la necesidad de ser sometido al
    tratamiento quirúrgico.

    La palpación rectal se realiza con un guante
    lubricado, y consiste en introducir la mano por el recto del
    equino para detectar anormalidades en sus estructuras internas,
    como ser: desplazamiento, es decir cambio de posición de
    una víscera; aumentos de volumen, como tumores,
    enterolitos e impactaciones; y por último sitios con
    inflamación y dolor. El veterinario debe tener
    experiencia para poder detectar, realmente, si hay o no
    alteraciones en las estructuras que palpe.

    El método de paracentesis, se basa en la
    obtención de líquido peritonial, para determinar
    sus características macroscópicas y
    microscópicas. El líquido obtenido, se
    verá más turbio y opaco, mientras mayor sea la
    afección. Se recomiendo punzar en la parte mas baja del
    abdomen y ligeramente a la derecha de la línea media,
    para evitar lastimar otros órganos allí ubicados,
    como el bazo. Este proceso debe llevarse a cabo bajo medidas
    estrictas de limpieza y desinfección del área. El
    diagnóstico no será válido, si previamente
    se le a practicado una cecocentesis al animal. La paracentesis
    se realiza cuando se trata de un cólico infartante,
    luego de realizar la auscultación del corazón y
    obtener una frecuencia cardíaca elevada, dolor o cambios
    de posición durante la palpación y nula respuesta
    al analgésico. Este método es un auxiliar que
    determina si se requiere o no tratamiento
    quirúrgico

    La cecocentesis consiste en la punción del
    ciego, para permitir la salida del gas, que si se deja
    acumulado en esta víscera provoca la ya nombrada
    distensión. Como procedimiento
    es considerado de emergencia. No debe ser realizado antes de la
    paracentesis, pues puede alterar los resultados y la
    confiabilidad de esa prueba ya que por lo general durante la
    punción del ciego hay una ligera contaminación del líquido
    abdominal. Este procedimiento se realiza para liberar la
    presión que el gas ejerce sobre las vísceras, sin
    embargo no es suficiente para corregir el problema. De este
    modo debe ser complementado con tratamiento quirúrgico o
    médico, para resolver el cólico.

    Cuando se le administra un analgésico para
    combatir el cólico, pueden resultar dos reacciones como
    respuesta, negativa o positiva.

    Razas

    A lo largo de los últimos trescientos
    años, los criadores de caballos han llevado a cabo una
    labor de mejora en varias razas, así como el desarrollo
    de otras que sirvieron para una finalidad
    determinada.

    De este entrecruzamineto, se lograron ejemplares que
    reunían las mejores características de las razas
    que le dieron origen y que eran necesarias para el
    propósito para el cual se destinaba al
    animal.

    Como resultado se obtuvieron nuevas razas, como el
    caballo de silla, el de caza, el de tiro y diferentes
    pónies.

    Entre las razas más conocidas de América
    Latina, están el Caminador Peruano, o Peruano de
    Paso; el Paso Fino Puertorriqueño; el Falabella; y por
    último el Criollo Rioplatense.

    Los conquistadores españoles e ingleses fueron
    los primeros que introdujeron el caballo doméstico en
    América, y se cree que podrían ser los
    progenitores primitivos de las manadas que hoy viven en el
    oeste de Norteamérica, y en la Pampa Sudamericana. La
    raza que dio origen a nuestros equinos es principalmente la
    Árabe.

    Criolla

    El caballo criollo tubo su origen en el año
    1942, cuando Cristóbal Colón y los restantes
    descubridores y conquistadores españoles permitieron la
    entrada de caballos Berbeíscos y Andaluces al Río
    de la Plata. Años después, cuando Don Pedro de
    Mendoza abandonó Buenos Aires,
    los potros descendientes de estos animales se extendieron
    libremente por la extensa llanura argentina. Ya en el
    año 1583 se avistó a los indios araucanos del Sur
    utilizando el caballo como herramienta de guerra. A
    través de los siglos se fue desarrollando un animal
    fuerte, valiente, sufrido, de gran rusticidad y resistencia,
    producto de la selección natural en la que sólo
    sobrevivieron los más fuertes. A fines del Siglo XVII la
    raza experimentó un proceso de degeneración,
    causada por la mezcla de sementales de Europa y Estados Unidos,
    perdiendo con ello su calidad de sobriedad y resistencia a las
    enfermedades. Recién a comienzos de este siglo,
    aproximadamente en el año 1918, se estableció
    para esta raza un Stud Book regular. Su registro se
    inició gracias a los esfuerzos del Doctor Emilio
    Solanet, quien recorrió el país comprando yeguas
    de origen patagónico a los indios, sentando así
    las bases de esta raza. Los padrillos fundadores de sus
    líneas de sangre fueron "Olivo Cardal" y "Africano
    Cardal", ambos de conformación y características
    notables que los consagraron como verdaderos pilares de la
    raza.

    Actualmente en su selección se clasifica en
    desempeño de los reproductores en las duras tareas de
    campo y su conformación corporal

    El Criollo se distribuye por toda la región de
    América del Sur y es de interés
    internacional. Es criado con diferentes características
    y denominaciones, según el país. En Chile se
    denomina Chileno y deriva del Criollo Argentino, aunque es
    más rústico y resistente; en Colombia tomo
    el nombre de Guajira, debido a la región donde se
    originó. ; en Venezuela se
    denomina Caballo Llanero y es menos consistente y más
    ligero, con perfil frontonasal convexo; en Perú recibe
    el nombre de Salteño y se presenta en tres versiones
    distintas: el Costeño, el Morochuco y el Cholo; en
    Brasil se
    distinguen otras tres razas que se diferencian entre si: el
    Crioulo del Río Grande del Sur, el Mangalarga y el
    Campolina.

    En la Argentina se lo destaca por ser un animal de
    gran potencia,
    resistente y veloz. Ágil y de andares sueltos, es capaz
    de recorrer grandes distancias durante largo tiempo, sin
    consecuencias funestas. Su temperamento se caracteriza por se
    tenaz y voluntarioso, es un animal extremadamente
    enérgico, activo y dócil. Otras dos
    características que definen esta raza son su longevidad
    y su fertilidad.

    Esta familia es
    inigualable debido a su guapeza e inteligencia. Además
    en nuestro país, fue siempre el compañero fiel de
    cada hombre del campo, y hoy en día continúa
    pastando dentro de nuestras fronteras.

    Las aptitudes más reconocidas de la raza
    Criolla son los trabajos ganaderos, en los cuales demuestra
    gran facilidad, y los realizados con silla, gracias al equilibrio
    armónico que posee.

    Se aceptan todos los pelajes, de preferencia tapados,
    aconsejándose eliminar los albinos totales o parciales.
    Los pelajes que no son aceptados son el pintado y el tobiano.
    En la sangre del caballo Árabe, presente también
    en la del caballo español, se encontraba el tono isabelino
    en sus genes, sin embargo el pelo más
    característico es el gateado o bayo leonado. El gaucho
    tuvo que definir la gran variedad de pelajes y señales
    que posee la raza, es por eso que se conocen mas de cien
    vocablos para expresar los pelajes criollos.

    Morfología:

    Esta raza presenta un caballo de tipo mesoformo y
    enumérico, es decir que posee medidas y formas medianas.
    Sin embargo se considera al Criollo, como un animal de constitución robusta, musculosa y fuerte.
    No es un animal muy pesado, generalmente ronda entre los
    cuatrocientos kilogramos.

    Es un animal de poca alzada, cuya talla ideal es de
    1,44 metros, con fluctuaciones para los machos que
    varían entre 1,40 metros y 1,48 metros, pudiendo
    excederse hasta 1,50 metros, pero no deben medir menos de 1,38
    metros. Las fluctuaciones de las medidas deben guardar debida
    armonía con la estructura básica del
    caballo.

    Su cabeza es bastante corta, de base ancha y
    vértice fino. Proporcionalmente se considera que posee
    mucho cráneo en comparación con la cara. Esta es
    de perfil rectilíneo o subconvexilíneo, frente
    ancha y con tendencia a ser plana. Las mandíbulas o
    carrillos, tienen un particular destacado y se muestran
    separadas entre si. Los ojos reflejan inteligencia, perspicacia
    y son muy expresivos, sus ollares por otro lado son
    puntualmente dilatados. Las orejas son chicas, pero anchas y
    separadas en su base, y paralelas entre si.

    El cuello es largo, fornido e incluso flexible.
    Presenta una perfecta unión en sus dos extremidades,
    ligeramente convexo en su línea superior y en forma de
    ángulo casi recto con las paletas y el tronco, en la
    inferior. La cruz es larga, musculosa y no muy destacada, es
    decir que está insensiblemente unida a sus extremos y
    medianamente perfilada.

    El tronco es de gran desarrollo, posee costillas bien
    arqueadas, y vientre profundo y amplio. Visto de costado, se
    nota profundo desde la cruz hasta la cinchera y de frente tiene
    forma oval. Las espaldas o paletas son medio largas e
    inclinadas, fuertemente musculadas y separadas entre si por
    ambos encuentros. El pecho es ancho, robusto y bien descendido,
    y el esternón se ubica aproximadamente a la mitad de la
    alzada del animal, dentro del tórax. Este último
    es amplio, y posee un perímetro ideal de 1, 78 metros en
    los machos y de 2 centímetros más en las
    hembras.

    Las extremidades son consistentes, con una buena
    osamenta y musculatura. Los antebrazos, bien aplomados, deben
    ser largos y anchos, y al llegar a la rodilla afinarse. Estas
    últimas se encuentran cerca del suelo, son anchas,
    medianamente largas y nítidas. Los brazos y los codos,
    son paralelos al plano mediano del cuerpo. El codo debidamente
    inclinado con el brazo, se muestra bien desprendidos del
    tórax. Las piernas son largas y anchas, con tendones
    fuertes, separados y nítidos, al igual que los garrones;
    los cuales están cerca del suelo y paralelos al plan
    mediano del cuerpo. El ángulo interior del garrón
    es medio abierto. Las cañas son cortas, nítidas y
    con tendones fuertes y bien destacados, y su perímetro
    ideal es de 0,19 metro en los machos y un centímetro
    menos en las hembras. Los nudos son también fuertes y
    nítidos, y las cuartillas o pichicos son de longitud e
    inclinación mediana, anchos, fuertes y límpidos.
    Por último los cascos o vasos, están bien
    conformados. Son de volumen proporcionado al cuerpo,
    resistentes, tensos y bien aplomados. El color de preferencia
    para estos es el negro.

    El dorso del caballo Criollo es ancho y de
    extensión proporcionada para completar superiormente el
    tórax. Es largo fuerte firme y robusto hacia el
    posterior. Suavemente unido a la cruz y al riñón,
    son los que conforma una correcta línea superior recta.
    El riñón, por su parte, es ancho, corto y
    musculado, bien unido a la grupa para mantener la perfecta
    armonía del conjunto. La grupa, de largo y ancho
    medianos, es semioblicua, fornida y bien desarrollada. Vista
    desde el posterior, es redondeada y sin protuberancias
    óseas, ni hendiduras perceptibles. Los flancos son
    cortos y los muslos anchos y mazisos. Las nalgas son largas y
    descendidas. Finalmente la inserción de la cola, que es
    baja y continúa la línea superior de la grupa. El
    maslo es corto y grueso con cerdas abundantes, al igual que el
    tuse de la crinera.

    Silla Argentino

    La raza Silla Argentino, también denominada
    Anglo Argentino, es un producto originario de nuestro
    país, que resultó de la cruza de distintas razas.
    Entre ellas se encuentran: Silla Francés, Anglo
    Árabe, Holstein, Hannoveriano y Pura Sangre de Carreras,
    conformando de esa manera una raza con una excepcional
    combinación de sangre.

    La Asociación Argentina de Fomento Equino, es
    responsable de la aceptación y reconocimiento de este
    animal en la Sociedad
    Rural Argentina. A partir del año 1941, se iniciaron ya
    las primeras presentaciones regulares en las exposiciones de
    Palermo, con reproductores inscriptos y aprobados en el
    Registro Anglo Argentino. Toda la obra de la Asociación
    y su preferencia por el mejoramiento de la especie caballar de
    silla, tiene como resultado que este animal haya dejado de ser
    un "tipo de caballo" para convertirse en la raza que hoy
    conocemos. Actualmente es criado, sobre todo, en Buenos Aires y
    en la Provincia de Córdoba.

    El comportamiento de esta raza es sobresaliente, pues
    además de ser un animal de buen temperamento, es
    enérgico y vivaz, con prontas reacciones nerviosas que
    revelan, por su calidad y dinamismo, la influencia del Pura
    Sangre de Carreras.

    Los mantos más comunes son el alazán,
    zaino, tordillo, bayo, bayo oscuro, oscuro y otros pelajes
    firmes. El grullo y el overo, son capas aceptadas pero poco
    comunes.

    Es un caballo utilizado para todo tipo de competencias
    ecuestres, ya que su aptitud principal es la silla, tanto
    así que se lo considera equino deportivo por excelencia.
    Debido a la creciente demanda de ejemplares, de ja determinado
    orientar la crianza hacia dos tipos bien definidos de
    lineamientos generales de la estructura: el grande, destinado a
    la equitación, a la alta escuela, al salto y a la prueba
    completa, y el chico, utilizado en polo y pato, deportes en los
    que es muy exitoso.

    Morfología

    Por ser un animal resultado del cruzamiento de
    diferentes razas, puede variar la conformación de un
    animal a otro. Sin embargo la mayoría se caracteriza por
    poseer mucha fuerza en los miembros posteriores y por lo tanto,
    por tener una buena técnica de salto.

    Este caballo, como heredero natural de la raza Anglo
    Normando, también denominado Silla Francés, es un
    animal de tipo mesodolocoformo. Tiene volumen y peso medianos,
    este último es de cuatrocientos kilogramos, oscilando
    entre trescientos y quinientos kilogramos. Su estructura es
    fuerte y proporcionada, típica del caballo de silla, de
    acción baja y larga, recta y desenvuelta. Sus medidas
    longitudinales y verticales son equilibradas con las
    transversales, teniendo en cuenta sus proporciones.

    Su altura a nivel de la cruz varía entre 1,55
    metro y 1,75 metro, pero con el fin de orientar a los
    criadores, se realizan la clasificación por alzada, que
    coincide con la realizada según el tipo de deporte que
    realiza. El ejemplar denominado, anteriormente, mayor posee una
    altura superior a 1,62 metros y el menor o de polo y pato,
    tiene una alzada de variable entre 1,52 metros y 1,58
    metros.

    La cabeza de los animales pertenecientes a la raza
    Silla Argentino, es liviana, seca y descarnada, por lo tanto se
    la califica como pequeña. No obstante, posee los
    maxilares inferiores pronunciados y bien separados, que
    permiten flexionar con facilidad la cabeza sobre el cuello. La
    frente es ancha, de perfil rectilíneo o convexo. Los
    ojos vivos y expresivos, los ollares dilatados y las orejas
    medianas, con tendencia a ser largas.

    El cuello es largo y bien soldado, de base ancha y
    vértice fino. Se une a la cabeza por la línea
    inferior en forma recta y por la superior en forma curva, esta
    última es grácil y sin depresiones. Su fuerte
    constitución muscular, de líneas armoniosas, le
    proporciona equilibrio y flexibilidad en el cuello. La cruz es
    larga y prominente, poniendo así en evidencia la
    amplitud y oblicuidad de sus paletas.

    La caja torácica, vista desde un costado, es
    profunda desde la cruz hasta el esternón, y de frente es
    de forma ovalada, amplia en su perímetro y cercana al
    suelo. El vientre también es amplio, con las costillas
    moderadamente arqueadas hasta la sección donde comienza
    la cadera.

    Las extremidades son fuertes y robustas, gracias a su
    notable musculatura, con articulaciones enjuntas y tendones
    separados. Los antebrazos y las piernas son largos y
    correctamente aplomados. Las rodillas y los corvejones o
    garrones son bajos, las primeras son además chatas,
    anchas y profundas, mientras que los segundos son amplios,
    profundos y netos. Las cañas son cortas y anchas, con
    tendones fuertes y destacados, libres de estrangulamientos
    debajo de las rodillas y los corvejones. Los nudos deben ser
    ovalados y sin la presencia de cernejas. Las cuartillas son
    flexibles, de longitud e inclinación medianas. Por
    último los cascos, parejos, de volumen medio y
    preferentemente de color negro.

    El dorso del animal es corto y visto de perfil es
    recto. El lomo es corto, alto y ancho, cubierto por masas
    musculares fuertes y redondeadas que sobrepasan la
    apófisis de las vértebras. La línea
    dorsolumbar debe elevarse suavemente reforzando la unión
    con la grupa. Si ambas paletas son inclinadas y la grupa es
    semioblicua, el dorso y el lomo serán cortos y fuertes,
    la línea superior corta y la inferior prolongada,
    proporcionando un amplio lugar para el movimiento de los
    miembros. La grupa de esta manera aporta armonía a las
    demás regiones. Esta es generalmente larga desde la
    cadera hasta la inserción de la cola y cubierta por
    musculatura extensa.

    La cola se encuentra a una altura media, poblada de
    lacias y finas cerdas, al igual que el tuse. El cuerpo entero
    está recubierto por una fina piel, protegida por un
    refinado pelaje, liso y sedoso.

    Cuarto de Milla

    Esta es la raza estadounidense más antigua,
    así como la más popular en todo el mundo, ya que
    se extiende no sólo por el continente americano, sino
    también por algunos países europeos. Desciende de
    los caballos que los colonos ingleses trajeron al llegar desde
    el Viejo Continente. Dichos animales comenzaron a ser criados a
    principios del Siglo XVII, por los primeros colonos que
    habitaban en los actuales estados de Virginia y Carolina del
    Norte y del Sur, quienes acostumbraban realizar carreras con
    sus caballos por la calle central, las cuales tenían una
    distancia de un cuarto de milla. Pronto empezó la
    selección mediante el cruzamiento entre individuos de
    ascendencia Andaluza, Árabe y Berbeísca, razas
    que ya se habían asentado en la región y la raza
    Pura Sangre importado de Inglaterra. El
    resultado fue la creación de un animal extremadamente
    veloz, sobre todo en la distancia ya mencionada (un cuarto de
    milla) que, en breve, comenzó a ser criado con esmero.
    Al ser esta nueva raza, más rápida que ninguna
    otra en las distancias cortas, recibió el nombre de
    Cuarto de Milla. Pero no sólo era utilizado para las
    carreras, ya que estos animales eran también los
    encargados de transportar por las nuevas rutas a los colonos y
    a su ganado, y si bien habían sido criados para correr,
    eran sumamente diestros en los trabajos ganaderos. Finalmente
    surge un tipo de caballo desprendido, ágil y de
    rápidos reflejos, con un instinto natural para trabajar
    la hacienda.

    La raza fue reconocida oficialmente como tal en el
    año 1941. El Stud Book o registro de cría de esta
    raza, está confiscado a la American Quarter Horse
    Association o Asociación de Criadores de Caballos Cuarto
    de Milla, que tiene su sede en Amarilla, Texas. Dicho registro
    se divide en tres parte: Registro Puro, Apéndice y
    Cruza.

    Podrán inscribirse como padres de la raza, bajo
    la denominación de Puros de Origen, aquellos los
    padrillos Cuarto de Milla cuyos pedigríes provengan
    directamente de animales inscriptos en la Asociación.
    Las madres de la raza, estarán bajo el nombre de Puras
    de Origen, cuando cumplan la misma disposición descripta
    para los padrillos. Los hijos de un padrillo y una yegua, ambos
    puros de origen, se inscribirán bajo la misma
    denominación, los cuales, a menos que sean castrados,
    quedarán automáticamente inscriptos como padres o
    madres de la raza.

    En el Registro Apéndice serán inscriptos
    los siguientes ejemplares:

    • Aquellos productos
      resultantes de los cruzamientos entre Cuarto de Milla y
      animales Pura Sangre de Carrera.
    • Aquellos animales que sean producto de la mezcla de
      Cuarto de Milla y animales inscriptos en el Registro
      Apéndice.

    No serán admitidos en este registro los hijos
    de reproductores inscriptos en el Registro Cruza. Los animales
    pertenecientes al Registro Apéndice, podrán pasar
    al Registro Puros de Origen, siempre que antes de haber
    cumplido los seis años de edad, hayan alcanzado
    determinado pontaje el Registro de Mérito por su
    desempeño en exposiciones y competencias.

    Podrán inscribirse como padres de la raza del
    Registro Cruza, los Puros o Puros por Absorción, los
    animales denominados Cruza y las yeguas Base. Los padrillos o
    yeguas que poseen un grado de sangre o igual o superior al
    96,875%, considerado equivalente a haber obtenido durante cinco
    generaciones potros hijos de padrillos Cuarto de Milla,
    serán considerados Puros o Puras por Absorción,
    el cual no podrá generar Puros de Origen. El Registro
    Cruza incluye a las yeguas inscriptas en las distintas etapas
    del registro, las cuales se indican como primera, segunda,
    tercera y cuarta cruza. Cada etapa será adjudicada
    según el grado de sangre Cuarto de Milla que posean. La
    primera adquiere un 50,00% de sangre Cuarto de Milla, la
    segunda 75,00%, la tercera 87,50% y la cuarta 93,75%. Solo los
    padrillos proporcionan a sus productos un mayor porcentaje de
    sangre pura de raza. En el Registro Base se ubican aquellas
    yeguas que hubieran cumplido los requisitos establecidos en el
    reglamento.

    El resultado de la cruza de reproductores de
    diferentes grados de sangre es el siguiente:

    Madres

    Base

    1º Cruza

    2º Cruza

    3º Cruza

    4º Cruza

    P por A

    P de O

    Padres

    Puros de Origen

    1º Cruza

    2º Cruza

    3º Cruza

    4º Cruza

    P por A

    P por A

    P de O

    Puros por Absorción

    1º Cruza

    2º Cruza

    3º Cruza

    4º Cruza

    P por A

    P por A

    P por A

    4º Cruza

    NO APTOS PARA LA
    REPRODUCCIÓN

    3º Cruza

    2º Cruza

    1º Cruza

    Hoy en día existen tres líneas
    fundamentales y bien diferenciadas de caballos Cuarto de Milla.
    En primer lugar se encuentran el caballo de trabajo, ideal para
    la hacienda y muy ágil, su contextura física es bastante
    compacta y muy fuerte, de alzada más bien mediana, baja.
    Luego el caballo de carreras, que se caracteriza por ser el
    más veloz en los cuatrocientos metros. Es fuerte y
    más alto que el anterior, con musculatura imponente. Por
    último una línea de morfología pura, con
    un balance posterior y anterior perfecto, como también
    lo son sus angulaciones, también es destacable su cuello
    fuerte pero despejado.

    Es uno de los caballos más domésticos,
    puesto que su gran docilidad lo hace fácilmente
    manejable para chicos y mujeres. Esto se debe a que en sus
    orígenes eran domados por los niños
    de la tribu. Poseen un andar armonioso y natural, en el que su
    pie es levantado libremente y colocado de una sola vez en el
    suelo.

    Su apariencia refleja su tranquilidad, además
    de su destacada fuerza, la cual mantiene bajo control y
    calma.

    Los pelajes o capas que se distinguen principalmente
    son el alazán, alazán tostado, castaño,
    zaino, gateando, palomino, negro, lobuno, tordillo, rosillo y
    bayo. No serán admitido por el Registro de animales que
    sean producto de un overo, tobiano, blanco o albino, aunque
    este resulte ser del pelaje reglamentario. Las capas nombradas
    anteriormente no podrán ser inscriptos en el
    registro.

    Se caracteriza por ser dócil, aunque
    también vivo y enérgico, está dotado de un
    gran equilibrio psíquico. Con un temperamento excelente,
    amable y solicito, es un animal inteligente, tranquilo y
    fiable. Gracias a estas aptitudes es una raza que practica
    variadas actividades, destacándose las carreras en
    distancias cortas y el arreo de manadas vacunas.

    Pero también son aptos para salto, polo,
    exposición y silla, y son capaces de
    desempeñar tareas como animales de carga y de tiro. Una
    talento que destaca su potencia y destreza, es la capacidad de
    parar y girar sobre su tren posterior con gran rapidez y
    emboscar al vacuno, aún si viene al galope
    tendido.

    Se puede apreciar, por la diversidad de eventos
    existentes, que el Cuarto de Milla es la raza que más se
    destaca en el área de competencias. Además de las
    pruebas y actividades ya mencionadas, realiza otro tipo de
    desafíos.

    El Aparte es una competencia que
    requiere de toda la habilidad que el caballo posee en el
    trabajo ganadero. El jinete, montado en su animal, debe entrar
    con tranquilidad en un rodeo ganadero, apartar un animal y
    arriarlo hasta el centro de la pista y mantenerlo allí.
    Para esto los movimientos del caballo deben corresponderse con
    los de la vaca, anticipando cada desplazamiento que la misma
    realice, sin la intervención del jinete. Los jueces
    otorgan un puntaje al caballo por su capacidad de evitar que la
    vaca vuelva al rodeo, por su sentido ganadero, por su
    atención y por su coraje. El tiempo límite es de
    dos minutos y medio, y los competidores deben apartar como
    máximo dos o tres cabezas de ganado.

    El Concurso de Rienda consiste en un esquema
    predeterminado por la Asociación de Criadores de Cuarto
    de Milla, en el que el caballo demuestra su excelencia en el
    cambio de aires y maniobras, como el giro sobre sus patas
    traseras y la rayada. En esta última, el animal frena
    deslizando su posterior mientras camina con sus manos. El
    jinete debe recorrer uno de los diez esquemas, que incluyen
    maniobras, spins, rollbacks, cambios de mano y círculos
    al galope. Pero no sólo debe guiar al caballo, sino que
    también es responsable de controlar cada uno de sus
    movimientos, pues el animal se deja guiar prestando poca o
    ninguna resistencia. Los jueces colocaran el puntaje, que
    varía del cero al cien, teniendo en cuenta los
    movimientos del caballo, el dominio ejercido sobre el esquema y
    la actitud del caballo. Cuando el puntaje es de setenta, se
    considera que el desempeño ha sido promedio.

    El Western Pleasure es uno de los eventos más
    populares de las exposiciones que realiza la Asociación.
    En esta prueba el caballo trabaja el paso, el trote, y el
    galope, mostrando la fluidez de sus movimientos, su buena
    disposición y su constante atención, pues
    responde en forma inmediata a los cambios de aire, manteniendo
    siempre un ritmo suave y tranquilo. Los participantes compiten
    simultáneamente, dando vueltas por el perímetro
    de la pista de exhibición. Los jinetes deben sostener
    las riendas en una mano y no pueden cambiarla durante la
    competencia, tampoco pueden tocar al caballo o a la silla
    durante el transcurso de la misma.

    La Carrera de Barriles es una de las combinaciones de
    velocidad y agilidad, que más entusiasmo genera en toda
    exhibición de Cuarto de Milla. El caballo se mueve
    rápidamente alrededor de tres barriles dispuestos en
    forma triangular, luego de doblar en el último barril,
    hace una carrera contra el reloj, hacia la línea de
    llegada. El tiempo se cuenta desde que el hocico del caballo
    cruza la línea de largada. Los barriles se pueden tocar,
    pero si se derriba alguno durante el recorrido se agrega una
    penalización de cinco segundos por barril.

    La Exhibición de Salto, es la
    culminación de todos los eventos de origen
    inglés. Se basa en un recorrido de cuatro
    obstáculos como mínimo, sobre los cuales el
    caballo deberá ejecutar ocho saltos. La altura
    máxima de los mismos es de tres pies y seis pulgadas,
    para la división de jóvenes. El puntaje es
    otorgado se adapta al tiempo y a las penalizaciones por
    faltas,
    entre ellas podemos nombrar el voltear un obstáculo y el
    negarse a saltarlo. Aquel binomio que completa el recorrido sin
    cometer ninguna falta, vuelve a una competencia final de tiempo
    para determinar su clasificación final de tiempo para
    determinar su clasificación definitiva en el evento. El
    no completar el recorrido por la caída del jinete o del
    caballo, es causa de descalificación
    automática.

    El Enlace de Terneros es una de las destrezas que en
    el pasado se realizaba en el oeste, y hasta el día de
    hoy, sigue utilizándose en los establecimientos
    ganaderos del mundo entero. El evento somete a una prueba de
    capacidad del caballo de seguir un ternero a gran velocidad,
    dándole al jinete la mejor oportunidad de enlazarlo. La
    competencia comienza cuando se suelta al ternero desde la
    manga. Luego de unos minutos de ventaja el jinete y su caballo
    salen del box, en el caso salir antes de tiempo serán
    penalizados. Una vez en el campo el caballo se acerca al
    ternero, el enlazador arroja el lazo y el caballo se detiene
    rápidamente. Mientras el jinete se baja y voltea al
    ternero para poder atarle las patas, el caballo debe permanecer
    quieto con el lazo firmemente atado a la montura y tenso. Esta
    competencia puede realizarse en equipos variando algunas reglas
    y se denomina Lazo por Equipos. Participan en ella dos
    binomios, el jinete del primero debe tomar al novillo por las
    astas y el otro tiene que enlazarlo por sus talones. A pesar de
    participar dos caballos, sólo se juzga uno por
    competencia.

    Otra popular competencia por tiempo, es la denominada
    Team Penning, y se basa en ñas tareas que realizaban los
    vaqueros en la época del Oeste, tal como su nombre lo
    indica, un equipo de tres jinetes debe apartar del rodeo tres
    cabezas de ganado, identificados específicamente, y
    encerrarles en un corral al otro extremo de la pista, dentro de
    los noventa segundos de tiempo que poseen. Los jinetes deben
    apartar los animales marcados, cuidando que no más de
    cuatro vacunos crucen la línea o perderán el
    tiempo, ya que los animales que restan deben mantenerse en su
    lugar cuando este termine, de lo contrario se
    descalificará al equipo.

    La Carrera de Estacas es una prueba de rapidez y
    agilidad, en la que el caballo debe recorrer un esquema
    compuesto por seis estacas colocadas en línea recta, a
    seis metros y medio de distancia entre una y otra. Por cada
    estaca derribada hay una penalización de cinco segundos.
    Este evento se define por tiempo y pueden participar
    sólo los jóvenes.

    La competencia de Western Horsemanship, está
    diseñada para probar la capacidad de manejo del caballo.
    Los jinetes deben seguir, en primer lugar un esquema de
    maniobras determinadas que ponen a prueba su destreza. Luego,
    se solicita a los finalistas de la primera parte que vuelvan a
    la pista como grupo para exhibir sus caballos al paso, trote y
    galope, dentro del perímetro de la pista. Los jueces se
    fijan en la posición del cuerpo del jinete, como se
    sienta en la silla y su capacidad de dominar al
    caballo.

    Por último la competencia de
    Conformación, que juzga la estructura corporal del
    caballo cuarto de Milla como raza. Las clases se dividen por
    edad y sexo. Los
    caballos se exhiben con un cabestro de cuero y se muestran a
    los jueces para que puedan evaluar su balance, grado de
    musculatura y características propias de la raza y el
    sexo correspondiente.

    Morfología:

    Al hablar de la conformación de un caballo, nos
    referimos a su belleza estética y a su armonía. El Cuarto
    de Milla es una raza que presenta caballos de tipo dolicoformo,
    consistente y de poderosas formas. Su cuerpo compacto denota un
    perfil pesado, aunque su peso es de quinientos kilogramos
    promedio. Son caballos cuya altura media varia entre 1,50
    metros y 1,60 metros aproximadamente.

    La cabeza del Cuarto de milla tiene forma piramidal,
    es relativamente corta, con la frente ancha y el perfil recto.
    Los ojos son grandes y traslucen su carácter tranquilo.
    El hocico y las orejas son pequeños, a diferencia de la
    quijada que es bastante grande. La boca es chica, los labios
    delgados y los ollares amplios. La cabeza se junta con el
    cuello formando un ángulo de noventa grados, este ultimo
    es musculoso y bien conformado. Se inserta suave y flexible
    entre las paletas largas y robustas. El tórax es amplio
    y profundo como lo indica su gran perímetro
    torácico y el costillar también es profundo y
    bien arqueado.

    Las extremidades son consistentes y están bien
    estructuradas con articulaciones anchas flexibles y enjuntas,
    coxas musculosas, curvas cortas, y tendones estrechos y bien
    marcados. La pierna es amplia y vista desde atrás
    muestra la convexidad interna y externa de su masa muscular. El
    garrón es amplio, chato y fuerte, ubicado cerca del
    suelo y libre de tejido blando. No debe haber flojedad en la
    articulación del garrón excepto en su movimiento
    hacia delante. La caña es corta porque como ya se
    advirtió, el garrón esta cerca del suelo al igual
    que las rodillas. Vistas de frente o de atrás muestran
    una posición perpendicular, y aparecen anchas al verlas
    de perfil. El nudo es fuerte y bien conformado pues debe
    resistir los choques y el esfuerzo. Las cuartillas son de
    longitud mediana, bastante rectas y fornidas. Los cascos son
    pequeños en comparación con los de otras razas, y
    se los considera resistentes.

    La cruz queda bien definida y es algo prominente,
    aproximadamente tiene la misma altura que la grupa. La
    línea dorsolumbar es recta y corta, esta bien unida al
    lomo el cual se haya recubierto por una sólida y notable
    musculatura. Los cuartos traseros son anchos, profundos y
    pesados, tanto vistos de perfil como desde atrás. Deben
    ser bien llenos con abundante musculatura en el muslo, la
    babilla y la pierna descendente hasta el garrón. La
    grupa debe ser larga y suavemente inclinada hacia el anca,
    donde se encuentra la inserción de la cola que es algo
    baja

    Conclusión

    Luego de haber investigado durante un año
    acerca de los caballos, creo estar capacitada para realizar un
    breve comentario.

    El equino es uno de los animales más complejos
    que existen sobre esta tierra, tanto por su morfología
    como por su comportamiento. Es este último punto el que
    más llamó mi atención, ya que por ser un
    animal gregario necesita de la constante compañía
    de sus semejantes y, en caso de estar domesticado, del
    cariño y cuidados del ser humano.

    Otro tema que debo destacar es la importancia del
    caballo en las actividades ecuestres. Hoy en día la
    equitación, las carreras, el polo y el pato, son los
    deportes que más se practican y que mayor
    repercusión tienen sobre el espectador, son populares
    también el concurso completo, la doma clásica y
    la cacería. Pero su uso como animal de trabajo sigue
    siendo el más importante, en lo que se refiere a nuestro
    país.

    Acerca de las razas, puedo decir que es realmente
    notable la labor realizada por los criadores, quienes lograron
    crear una increíble variación de tipos de
    caballos mediante el cruzamiento de las diferentes razas
    dispersas sobre el planeta. El caballo Criollo Argentino, es la
    raza nacional que nos representa en el mundo y está
    especialmente capacitada para el trabajo del campo. La raza
    Silla Argentino, relativamente reciente, y se destaca
    esencialmente en las exhibiciones de salto. Finalmente, el
    Cuarto de Milla, oriunda de Estados Unidos, se destaca en las
    exhibiciones y competencias propias de la raza. Los eventos
    más reconocidos son: el concurso de rienda, la carrera
    de estacas y el western pleasure.

    En los años venideros, creo posible el
    surgimiento de razas inéditas, que satisfacerán
    las nuevas necesidades del hombre. Pero el ser humano debe
    aprender a no abusar de lo que el equino le ofrece, pues a
    pesar de ser un animal excelente y compañero,
    jamás olvida los malos tratos

    Bibliografía

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    Interamericana- 2ª edición- México D.F.- Marzo 1999.

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    Bongianni- Arnoldo Mondadori Editores S.A.- Barcelona
    1989.

    "Internet"

    "Reglamente de registros
    genealógicos, de exposiciones y competencias- Editado
    por Criadores argentinos de Caballos Cuarto de Milla-
    1998.

    "Revista de Medicina Veterinaria"- Editada por la
    Sociedad de Medicina Veterinaia- Volumen 87- República
    Argentina- 2000

    "Vida Rural"- Editorial Chacra- Tomo 3, revista
    nº 15- Noviembre 1998

     

     

    María Victoria Lucas

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