- Introducción
- Aprende a pensar el
texto - Enseñanza de la
lectoescritura - Enseñar a
pensar - Pensar para
crear - Comprensión y
teoría de las seis lecturas - Cómo ayudar
a los niños a amar la lectura - Perfil del
profesional que necesitan las empresas - Texto y
argumentación - Funciones de las
partículas y los enlaces en las
proposiciones. - El texto y el
concepto - El texto y la
lógica proposicional - Construcción del
conocimiento - Texto y
competencia moral - Pensamiento y
escritura proposicional - El razonamiento
en el párrafo - EL
análisis y la síntesis - El texto y la
puntuación - Competencias
en el proceso educativo - Trece estrategias
para la composición de ensayos. - Bibliografía
- Tendencias
del tercer milenio - Taller de Ideas
previas - Pensar con todo
el Cerebro - "Atrévete a pensar"
Kant - El ordenador
de ideas - Organización de la
información - La
elaboración de mentefactos
Es posible propiciar el pensar desde la misma Universidad. Es
decir, enseñar a pensar para valorar la vida.
También es posible generar una nueva actitud de
pensar que promueva el respeto por los
principios y
valores
universales, si enseñamos de tal forma que orientemos
hacia un proceso
auténtico y autónomo de pensar, si dejamos de
controlar excesivamente, si permitimos que el alumno pueda pensar
por cuenta propia. ¿Cómo debiéramos proceder
para que realmente el estudiante piense, y que no siga ejecutando
los mismos modelos o
estereotipos que sigue repitiendo en forma rutinaria en el
colegio? ¿Qué debemos hacer o cómo debemos
cambiar para que efectivamente valore el pensar como su principal
tarea como educando y descubra por sí mismo el valor
formativo del pensar?.
Cuando un estudiante tiene la grata oportunidad de
disfrutar del pensar por sí mismo, es como si descubriera
un mundo que había estado oculto
en forma inexplicable para él, ya que el complejo
institucional -su marco de referencia- en el que supuestamente se
ha educado, no ha estado orientado o más bien lo ha
excluido- porque no lo exigía o promovía o porque
directamente lo reprimía- impidiendo pensar, criticar e
interrogar.
Uno de los retos mayores que enfrenta la educación moderna,
está relacionada con los procesos del
pensamiento y
promoción del desarrollo
integral del educando. En tal sentido, el presente libro aparte
de los criterios pedagógicos ofrece a los estudiantes una
metododología para la comprensión de la lectura y
la adquisición de nuevos conocimientos, que se resume en
el "como ingresar al mundo del texto y salir de él sin
lastimarse".
La principal actividad de la universidad debe ser
enseñar a pensar, a comprender e interpretar el mundo, y
es la lectura el
medio privilegiado, indispensable para el desarrollo de las
operaciones
intelectuales. La lectura de reseñas, relatorias, informes,
artículos científicos y ensayos,
requiere de múltiples habilidades relacionadas con las
operaciones del pensamiento; fundamentales para el desarrollo
intelectual del joven estudiante.
Teniendo en cuenta los anteriores conceptos he elaborado
el presente manual y tiene
como objetivo
ayudar a aquellas personas que necesitan mejorar la competencia de
lectura y escritura
durante los primeros semestres en la universidad.
La primera parte del libro presenta los elementos
básicos para interpretar, comprender y asumir el texto
como instrumento de conocimiento,
se conceptuaaliza en torno al texto
argumentativo. La segunda parte aborda el estudio teórico
y práctico de la producción de ensayo; se
presentan trece estrategias para
su composición. La tercera parte es toda una
reflexión sobre la universidad que soñamos:
integral, humanista, comprometida con la ciencia y
la academia. La cuarta parte es un manual para la
formación de lectores y ejercicios para pensar con todo el
cerebro. La
quinta parta el ordenador de ideas.
Las reflexiones presentes, no pretenden responder los
interrogantes arriba mencionados, tampoco contribuir propiamente
a una respuesta concreta a los mismos, sino continuar la
discusión en torno a una Universidad razonante y poder,
además, enunciar otros problemas
implícitos en el proceso lector y que en nuestro medio
están evidenciándose cada vez más, haciendo
ineludible una reforma curricular y el logro de un nuevo proyecto
educativo. Centrado en el hacer académico y en la responsabilidad intelectual.
Al hacerse cada vez más evidente la crisis que el
asumir esta reflexión implica para la Universidad se
plantea además lo que ha afectado y condicionado el
cuestionado modelo de
enseñar vigente al estudiante que hoy tenemos:
acrítico, indisciplinado, despolitizado, con la inercia
manifiesta de su minoría de edad y con una actitud
contestaría y aversiva hacia todo lo que para él
representa academia y estudio.
El Autor
OBJETVO GENERAL DEL MANUAL
Hacer de la lectura y la escritura herramientas
fundamentales en los procesos preliminares de la investigación, el diseño
de proyectos de
vida, construcción de conocimiento e
interpretación de contextos sociales o
pedagógicos.
La inducción universitaria, busca comprometer
al estudiante y hacerle entender que su vida ha dado un gran giro
de trescientos sesenta grados con su ingreso a la Universidad. Es
trascendental que el "primíparo" comprenda que sus
intereses ya no son los mismos y sobre todo que debe asumir una
mayor responsabilidad con sus sueños, un comportamiento
más abierto con el estudio. En su nueva vida él
debe pensar el mundo, pensar el país y por encima de todo
pensarse él, a través de un proyecto de
vida.
Ser estudiante universitario requiere de un gran
tesón, dedicación exclusiva con referencia a su
visión profesional. Sin duda alguna, durante el primer
semestre se experimentan cambios significativos en la dinámica de la vida del estudiante. Se
entra a tener una fuerte interacción con las materias de
estudio, con los compañeros, con los profesores y con la
universidad.
Es un imperativo. Practicar una disciplina
deportiva, conocer e identificarse con la filosofía de la
universidad, también es trascendental conocer sus espacios
físicos, las diferentes facultades, sus directivos. Es
decir familiarizarse con la cultura
empresarial universitaria.
Sólo se obtendrán grandes resultados si
hay claridad con los compromisos universitarios. Porque, si el
estudiante está congestionado por otros compromisos,
presionado con otros intereses, agobiado por cansancio
físico o intelectual no disfrutará de una vida
universitaria esplendorosa.
Hacer parte de un grupo es una
oportunidad para integrarse, formar parte de un equipo es una de
las experiencias más plenas en la vida académica;
es en el trabajo en equipo
donde se desarrolla la simpatía, la empatía y sobre
todo se establece la sinergia
necesaria que permite potenciar el hacer y el crecer. El equipo
debe discutir, debatir, proponer, realizar trabajos y sustentar
sus experiencias.
Asistir a las cátedras en forma regular y puntual
es un factor decisivo para la comprensión, la
ilación, la interpretación de los conocimientos.
Son también compromisos tener una participación
activa, compartir ideas, aportar experiencias, realizar talleres,
consultas documentarias, visitar la biblioteca; para
consultar libros,
revistas, artículos y demás cosas útiles en
todo proceso de aprendizaje. De
lo que se trata de construir un nuevo pensamiento
autónomo, comprometido con la academia; capaz de visionar
un mundo mejor.
Posiblemente lo que más cambia en la vida
académica son los hábitos de estudio. El estudiante
debe asumir nuevos hábitos de lectura, nuevas
metodologías de estudio y sobre todo mucha responsabilidad
con la escritura. En todos los casos debe ser constante,
perseverante.
Los nuevos hábitos deben imprimirle a la mente
creatividad,
desarrollar la habilidad para solucionar problemas, flexibilidad
para adaptarse a las nuevas circunstancias, sensibilidad frente a
los problemas y sobre todo originalidad en sus
propuestas.
Otras de las cosas que debe desarrollar el estudiante
universitario es la capacidad de abstracción, de análisis, de inducir, deducir y de síntesis.
El estudiante debe ser comunicativo pero lo más importante
es cambiar, modificar su conducta de tal
manera que pueda antes que comprender, vivir la belleza; antes
que interpretar, sentir lo bueno y antes que razonar, descubrir
lo verdaderamente útil de vivir y gozar la
vida.
Llegar a la universidad no es simplemente adaptarse a un
nuevo espacio físico, es prediponerse a la
asimilación de nuevos valores, éticos,
estéticos, sociales, económicos y sobre todo asumir
responsabilidades académicas. Ingresar a la universidad es
dejar los uniformes del colegio y vivir una nueva experiencia,
más plena y comprometida en la construcción del
proyecto de vida.
Quien entra a la universidad debe ser capaz de
estructurar nuevas amistades, de establecer mejores relaciones
interpersonales tanto con los jóvenes como con sus
nuevos maestros. Debe ser consciente que durante estos cinco o
más años se tallará el futuro profesional
que necesita el país. Por tal motivo debe aspirar a
recibir lo mejor para dar lo mejor a la sociedad.
Estas son algunas reflexiones básicas para tener
un buen desempeño en la universidad. El
propósito de la inducción es abrir el corazón
para soñar la vida; sensibilizar el cerebro para despertar
en la vivencia de un mundo tallado por un nuevo hombre.
Recuerde, ser buen estudiante es tener alas para volar y pies de
plomo para cristalizar los sueños. El buen estudiante
asume el papel de
líder
creativo, innovador. Aprovecha las oportunidades donde otros
sólo ven obstáculos y considera el texto como el
principal instrumento de conocimiento.
Parte I
COMO INSTRUMENTO DE
CONOCIMIENTO
- Una reflexión sobre el acto de leer y
escribir en la Universidad. - Estrategias para la comprensión,
interpretación y composición de
textos.
I
Texto y conocimiento
"El intelectual tiene, pues, la tarea más
difícil
que se haya presentado nunca en la
historia
de la cultura: resistir a todas las fuerzas
que
degradan la reflexión y ser capaz de dirigir
su
reflexión hacia las aportaciones capitales de
las
ciencias contemporáneas con el fin de
intentar
pensar el mundo, la vida, el ser humano,
la
sociedad".
(Edgar Morín, Mis demonios, 1995)
La mejor experiencia que puede tener un estudiante que
ingresa por primera vez a la universidad, sin duda, es el
familiarizarse con las disciplinas propias del área por
las que opta. Por lo tanto, debe iniciarse en la lectura y
relectura de los textos y escritos que le permitan acceder al
conocimiento específico y general de la carrera que ha
elegido. Durante esta primera etapa, no es corriente que los
catedráticos de las llamadas Áreas
profesionalizantes acompañen a los estudiantes en los
procesos de leer, interpretar, comprender y producir discursos
escritos. Ellos sólo se limitan a desarrollar o planear
sus cátedras con métodos
tradicionales y prácticas consuetudinarias, como la
magistral, la conferencia de
expertos, los talleres de impacto, las lecturas obligadas, las
consultas bibliográficas y las dinámicas de
salón, experiencias que no van más allá de
la simple transmisión de información y no contribuyen a la
producción de nuevos conocimientos.
Los alumnos que inician estudios superiores, en general,
evaden los textos filosóficos, científicos y los de
profundidad cultural, por la infundada creencia de que los
escritos filosóficos son aburridos; los
científicos, pesados, y los de profundidad cultural, poco
prácticos. De todos modos, en realidad no logran develar
su saber y, mucho menos, interpretar sus hipótesis. Ignoran que los instrumentos
más importantes en los procesos del aprendizaje
universitario, son: la deducción, la inducción, el
análisis y la síntesis y que dichas operaciones
intelectuales sólo son posibles potencializando las
habilidades de lectoescritura.
Los procesos de trabajo lecto-escritural confirman que
el estudiante cuando aborda ensayos o artículos
científicos, (cuando se trata de hallar en ellos sus
hipótesis o tesis)
demuestra una sorprendente incapacidad de comprender e
interpretar, que se refleja, también, en la imposibilidad
de escribir textos argumentativos. Es a través de la
lectura y de la escritura como se ejercita la
interpretación y el pensamiento lógico. Es por
medio de ella como se forman los investigadores. Un buen lector
de textos científicos es aquel que sabe leer literalmente
un texto y agrega su saber de escucha.
La lectura es un proceso productivo entre el texto, que
es fuente de conocimiento, y el interlocutor, que aporta saberes
en la medida en que ha realizado una interpretación en el
sentido fuerte, como diría Estanislao Zuleta.
Las áreas del Proyecto Educativo de la
Universidad tienen el compromiso de la formación de la
persona y le
corresponde al componente de Construcción del Pensamiento
acompañar al estudiante en esta dura tarea de alfabetizar
en la competencia lectora y promocionar la escritura como
máxima manifestación de la inteligencia
humana.
El docente de Construcción del Pensamiento debe
persuadir al estudiante de las disciplinas con componente
científico, social, económico, político,
administrativo y de las ramas de la salud, para que asuma el
texto no como simple documento de información, sino como
instrumento de conocimiento, de tal manera que aprenda a
descubrir lo mejor de la vida y abrir la mente al conocimiento y,
sobre todo, abrir los ojos a la cultura de la
humanidad.
El gran propósito, es entregar herramientas para
que el joven estudiante ingrese al mundo del texto y pueda salir
de él sin lastimarse; es decir, sin imposición,
pero, eso sí, descubriendo sus hipótesis,
descubriendo el edificio conceptual que subyace al interior del
ensayo y que lo determina. El objetivo general, enseñar a
pensar el texto como instrumento del conocimiento. Por lo tanto,
es preciso comprender que él se construye a partir de
macroproposiciones; unas, denominadas argumentales, que tienen la
tarea de explicar y sustentar las tesis; otras, que por su
naturaleza de
causalidad, concluyen y se desprenden de las proposiciones
mayores; y otras, que simple y llanamente definen términos
o conceptos.
El proceso didáctico y de aprendizaje es
contemplar que el texto se codifica a partir de ideas mayores y
también se decodifica o se desentraña por medio del
análisis de las mismas. Todo texto presenta una organización gramatical: fonemas, morfemas,
palabras, frases y oraciones y siendo las proposiciones las que
constituyen el tejido lógico y coherente de pensamientos
del autor.
Leer y escribir es utilizar el diálogo
con el otro o con otros en la solución de problemas, de
modo que sea a través de la argumentación como se
logran acuerdos, y son las hipótesis y las sugerencias las
alternativas de solución. De cualquier forma, la
competencia racional y argumental es el fundamento para alcanzar
el
conocimiento; premisa esencial para la superación de
los problemas.
Abordar el texto como instrumento del conocimiento es
hacer de la lectura y la escritura una actividad esencial en
función
de construir conceptualizaciones sobre la naturaleza, la sociedad
y sobre los proyectos de vida. Para pensar bien, hay que leer y
escribir bien; es decir, para construir simbólicamente el
mundo, reconstruir la cultura, expresar emociones y
sentimientos, debemos usar la lectura y la escritura como
actividades que confronten nuestro mundo cultural y social; o
como herramientas para conocer sus problemas, o medios para
expresar soluciones.
Las clases de primaria y del bachillerato, se realizan
talleres de lectura y redacción; generalmente se ejercitan en
función de memorizar o retener el sentido de lo que el
autor quiso decir. También se conocen las nuevas
propuestas de lectura rápida, fundamentadas en la
técnica de cómo leer un amplio grupo de palabras en
pocos minutos y lograr una vasta información:
¿Qué personajes había, cuál era el
nombre del protagonista, en qué secuencia se encontraban,
qué quiso decir el autor, etc.?, Método que
no trasciende por su baja competencia interpretativa.
Zuleta, citando a Nietzsche en
la conferencia "Sobre la Lectura", afirma que este tipo de
profesores y sus alumnos no sólo están de
afán, sino que también tienen la ilusión de
haber aprendido sin haber interpretado todavía. Y frente a
esta ilusión, plantea que los libros buenos no han sido
escritos para lectores fáciles o que estén de
afán, sino para lectores que tengan temperamento de vacas
y sean capaces de ejercitar la paciencia de rumiar.
Dice Zuleta: "Leer, interpretar es trabajar; es someter
el texto, un libro, párrafo
por párrafo a una interpretación en el sentido
fuerte y no propiamente examinar cuál es la
intención del autor, para acomodarnos a su ideología. Cuando enfrentamos un texto
efectivamente tenemos un código,
el del texto, pero no tenemos un código común. Al
iniciar no podemos identificar un código propio del texto.
Las palabras tienen, sin duda, un sentido, pero en un libro cada
palabra se define por las relaciones con las demás, es
decir, el contexto".
Leer no es fácil, lo recuerda Zuleta, y cada
libro tiene su enigma y sólo lo descifra el buen lector;
por eso dice que hay que leer a la luz de un
problema, hay que trabajar e investigar; por tal razón
toda lectura es una búsqueda para aclarar un interrogante
que nos debe interesar. En nuestra época, hay muchos
libros en busca de lectores y parece que los lectores se
extinguen. El problema es también cultural. En el siglo
XIX sólo unos cuantos sabían leer; en el siglo XX
con todos los esfuerzos civilistas no fue posible que todos lo
hicieran; en este nuevo milenio no es suficiente leer, se
requiere de interpretación, de aprehensión del
conocimiento y, sobre todo, de producción de nuevo
conocimiento y éste no es posible sin la escritura como
medio de divulgación del conocimiento.
Nacemos y aprendemos a hablar como lo hacen nuestros
padres, vecinos y profesores. Vamos al jardín de infantes;
luego, a la escuela;
posteriormente, al colegio y, allí, seguimos campantes y
tranquilos; vemos los libros como cosas raras. Ingresamos a la
universidad y todo sigue igual, nos gusta vivir del cuento y la
tradición oral. Nos disgusta la lectura y la escritura.
Esta es una de las causas de nuestro atraso industrial,
comercial, científico y tecnológico. No tenemos
muchos investigadores; a los jóvenes no les gusta leer,
menos escribir o discutir las ideas; y en todos los casos nos
conformamos con los informes del profesor o de los medios de
comunicación.
No podremos superar el atraso tecnológico con los
pobres conocimientos que adquirimos en las escuelas, colegios y
las universidades, que no tienen como fundamento la
investigación, la lectura y la escritura. Sin compromiso
con el texto como instrumento del conocimiento, estaremos
alejados de la realidad. Los jóvenes creen que los
conocimientos no requieren de esfuerzo y que se pueden adquirir
en la cafetería, en internet, en el
supermercado, en los pasillos o en la
televisión; por esa razón, no critican, no
interpretan y no crean conocimiento.
Jaime Alberto Vélez refiriéndose a las
dificultades de lectura y la producción de ensayos
plantea: "La incapacidad académica para acceder a esta
forma de escritura no debería entenderse como falta de
información sobre sus técnicas
específicas, sino como un fracaso del sistema educativo
en general. Para escribir un ensayo se
requiere un ser humano bien informado, con sensibilidad y
criterio propio".
La lectura, la comprensión y la
interpretación son ejes esenciales del que hacer
universitario, pero no hay lectura sin escritura y es el Ensayo la
más importante forma de producción intelectual. El
estudiante que no se atreve a ensayar, no arriesga, y quien no
arriesga, sólo reproduce el discurso del
establecimiento o, como diría Zuleta, la ideología
dominante.
Quiero destacar, en síntesis, que el maestro
universitario, cualquiera que sea su disciplina:
académica, científica o tecnológica, debe
mostrarse dispuesto a acompañar a los estudiantes en los
procesos de formación de la competencia lectora y
escritural. Él debe asumir el compromiso de enseñar
a pensar el texto como instrumento de conocimiento, debe motivar
a la producción de escritos. En tal sentido, debe ser un
indagador permanente, un investigador, un provocador de
interrogantes, un analista y, sobre todo, un profesional
ético, comprometido en la construcción de una nueva
sociedad.
II
Enseñanza de la
lectoescritura
"Ninguna imaginación para
innovar,
poca voluntad para trabajar y completa
falta de audacia para investigar, forma
una receta infalible para producir pobreza"
Komosuke Matsushita
Todos los docentes, independientemente de su área
específica de formación, por el hecho de ser
profesionales comprometidos con la educación humanista e
integral, tienen una inmensa responsabilidad ética con
los estudiantes y con la sociedad. Les corresponde preparar y
educar, no sólo en lo referente al conocimiento
específico, sino también en lo moral y en el
humanismo; es
tarea de todos: educar para la autonomía intelectual y,
sobre todo, para la formación de los cuadros que la
sociedad necesita.
El estudiante por el hecho de ser joven es poseedor de
un inmenso potencial creativo que, desafortunadamente, no
aprovecha por la falta de acompañamiento por parte de los
docentes de las áreas profesionalizantes, y que en la
práctica, empieza a perder desde el momento de su ingreso
a la escolaridad. Desde que aparece la oralidad, nos empobrecemos
en el ámbito de la lectura y de la escritura, porque
pensamos que con hablar es suficiente; en tal sentido, nos
llenamos de una cantidad de categorías prestadas; no
dejamos que la realidad nos exprese sus secretos; no somos
sensibles a toda gama de mensajes que podríamos descubrir
sólo con interpretar un texto. Cuando aparece el "discurso
de opinión", perdemos la potencialidad de leer y de
escribir, creemos que con hablar es suficiente. Propongo en este
escrito hacer un llamado a que recuperemos de una manera plena la
posibilidad de edificar conocimientos a partir de ver el texto
como instrumento de conocimiento. Sólo aprendiendo a leer,
aprendemos a interpretar, y es ésta sin duda, la forma
más elevada de creatividad para la construcción de
un nuevo pensamiento.
Álvaro Díaz reconoce que en el medio
académico es motivo de preocupación el serio
problema que enfrentan muchos estudiantes, e inclusive algunos
profesionales respecto a los procesos de lectura y escritura.
Partiendo de esas dificultades lanza su propuesta
"Aproximación al texto escrito" y pretende acercar al
lector a la utilización eficaz del lenguaje como
medio de adquisición, apropiación y
aplicación de todo conocimiento.
La escritura la define como una labor difícil
para la mayoría de las personas, por factores
psicológicos, cognoscitivos, lingüísticos y
retóricos. Es decir, por la falta de confianza, por
carencia de conocimientos, la baja competencia analítica y
retórica. El mismo Álvaro Díaz hace
referencia al proceso de la construcción del texto en el
que se da la invención, redacción, evaluación, revisión y
edición. Culmina diciendo que "La lectura y la
composición son dos actividades estrechamente
relacionadas, de modo que lo que se afirma en una de ellas tiene
que ver con la otra. Por eso, antes de aprender a escribir es
preciso aprender a leer". Si no se fomenta el hábito de
leer, no es posible dominar los protocolos de la
competencia de la composición de escritos.
Dado que los enfoques y metodologías
tradicionales no han contribuido a resolver el problema, creemos
que mediante el desarrollo de pensamiento, como herramientas para
mejorar la comprensión lectora y para motivar la
producción de escritos que expresen propósitos
claros, argumentos coherentes y sustenten hipótesis, es
como se deben interpretar las nuevas estrategias encaminadas a
considerar los textos como instrumentos de
conocimiento.
Las tipologías discursivas: la reseña,
la entrevista,
el artículo periodístico, el ensayo; la novela, el
cuento, la poesía…, van desde la opinión
hasta las formas híbridas, como el ensayo, hasta la
escritura artística, como la poesía. Todas ellas
son escritos que exigen una buena lectura. Veamos, por ejemplo,
el caso del ensayo. Esta forma discursiva es utilizada desde hace
muchos años y sus grandes maestros en el mundo son:
Francis Bacón, considerado el más grande ensayista,
y Michael de Montaigne, inventor de éste género
entre los clásicos; en el ámbito de América
Latina tenemos a Jorge Luis
Borges, Alfonso Reyes, Pedro Enríquez Ureña,
José Carlos Mariátegui, Octavio Paz;
en Colombia, sin
duda, están: Baldomero Sanín Cano y Gustavo Cobo
Borda, quienes han cultivado en forma destacada esta
tipología discursiva.
El Ensayo es un sistema de escritura híbrida,
porque exige del autor indagar, investigar con detenimiento sobre
el tema a expresar y, sobre todo, calidad en la
argumentación de las tesis. Los buenos ensayos se cuidan
de lo que dice y cómo lo dicen. Como técnica hay
que seguir algunos pasos en su elaboración. De acuerdo con
Fernando Vásquez Rodríguez, "El ensayo, diez pistas
para su composición" presentamos una síntesis en
forma propositiva del documento citado:
P1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la
ciencia.
P2. Un ensayo no es un comentario, sino una
reflexión.
P3. Por eso, el ensayo se mueve más en los
juicios y en el poder de los argumentos.
P4. Un ensayo es un discurso pleno y
coherente.
P5. El ensayo requiere del buen uso de los
conectores.
P6. Los conectores son como las bisagras, los engarces
necesarios para que el Ensayo no parezca
desvertebrado.
P7. Existen conectores de relación, de
consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir
o para enfátizar.
P8. Gracias a la coma y al punto y coma, el ensayo
respira.
P9. Cuando un ensayo es de dos o tres páginas
sobran los subtítulos.
P10. Al escribir ensayos, comprobamos nuestra "lucidez"
o nuestra "torpeza mental".
P11. El ensayo " cuestiona y diluye" las verdades
dadas.
P12. El ensayo saca a la ciencia de su "excesivo"
formalismo y pone a la lógica
al alcance del arte.
P13. La esencia del ensayo radica en su capacidad de
juzgar.
P14. Los ensayistas de oficio saben que las verdades son
provisionales.
P15. Las partes del ensayo deben estar
interrelacionadas.
P16. El ensayo –puro ejercicio del pensar- es
el reflejo del propio pensamiento. -PROPOSICIÓN
TESIS-
El ensayo es un texto, generalmente breve, que expone,
analiza o comenta una interpretación personal, sobre
un determinado tema: histórico, filosófico,
científico, literario, etc. En él predomina el
personal y subjetivo juicio del autor. Para los efectos de la
propuesta de ensañar a pensar el texto como instrumento
del conocimiento, consideramos que el ensayo, por ser la
tipología textual reina, todos los docentes deben motivar
su lectura, análisis, interpretación,
comprensión y, sobre todo su construcción, porque
su objetivo es defender una tesis y lograr que el lector adhiera
a ella; exige un gran rigor de pensamiento lógico y una
gran organización de sus partes. Para lograrlo se debe
utilizar un léxico preciso, directo; con preguntas que
generen expectativas y citas textuales de autoridades en el tema,
que respalden los argumentos de quién escribe.
La mayoría de los textos complejos pertenecen al
género ensayo argumental y se encuentran articulados por
cuatro categorías: a) planteamiento del
problema, b) formulación de la hipótesis, c)
demostración por medio de argumentos y d)
comprobación o refutación de la hipótesis.
La recomendación más importante sobre cómo
ser buenos lectores o escritores, viene desde el hacer: se
aprende a hacer, haciendo; se aprende a escribir, escribiendo.
Decirlo es muy fácil, pero quien ha entrado en la
práctica de la escritura sabe que se "domina" poco a poco,
pero volviéndola una rutina, un hacer diario. Los buenos
escritores son el producto de un
proceso y no por generación espontánea. Sucede lo
mismo con otras manifestaciones artísticas; se pasa del
boceto, al lienzo y de allí a los modelos hasta lograr la
pintura
terminada.
La escritura como proceso tiene algunos pasos a seguir
que Daniel Cassany en el libro "La cocina de la escritura"
recomienda un decálogo de la redacción:
P1. No tenga prisa. Date tiempo para
reflexionar sobre lo que quieres decir y hacer.
P2. Utiliza el papel como soporte. Has notas, listas y
esquemas.
P3. Elabora borradores, reescribe, emborrona.
P4. Piensa en tu audiencia. Escribe para que puedan
entenderte.
P5. Deja la gramática para el final. Fíjate
primero en lo que quieres decir.
P6. Dirige conscientemente tu composición.
Planifica la tarea de escribir.
P7. Fíjate en los párrafos: que se
destaque la unidad de sentido y de forma que sean ordenados, que
empiecen con la frase principal.
P8. Repasa la prosa, frase por frase, cuando hayas
completado el escrito. Cuida de que sea comprensible y
legible.
P9. Ayuda al lector a leer. Fíjate que la
imagen del
escrito sea esmerada. Ponle márgenes: subtítulos,
números, enlaces…
P10.Deja reposar tu escrito en la mesita. Déjalo
leer a otra persona
Una persona es inteligente cuando puede leer,
interpretar, comprender y escribir; que pueda expresar en
símbolos para su descendencia lo que pensó que era
importante. El ser humano fue un animal que evolucionó,
hasta que aprendió a hablar y, de esta forma, dio rienda
suelta a su pensamiento, y con ello aprendió a estampar en
símbolos en las piedras, en las cortezas de los árboles, en los muros de las cuevas, lo que
imaginaba. Por tal razón, el surgimiento de la escritura
divide la historia en un antes y un
después. Cuando el hombre pudo
registrar lo que hacía, se desarrolló la
civilización, como la máxima expresión de la
cultura.
El habla es una competencia importante para vivir y
comunicarse, pero no es suficiente; es preciso desarrollar otra
competencia más exigente: la lectura. Por ello, hay que
buscar los libros, la lectura le permite ingresar al ser humano
al mundo del saber social. Recordemos que casi toda la cultura de
la humanidad no sólo se expresa en hábitos y
costumbres, sino que también está almacenada en
bancos de
información, llamados libros. Ignorar los libros es
desconocer lo bueno, lo bello y lo útil de la cultura
universal y local.
Cuando alguien escribe, está convirtiendo en
objeto aquello que sabe o acaba de descubrir. Está
poniendo a disposición de otros su saber o unos saberes de
otros. De ahí que, el buen lector disfruta en la aventura
de leer; vive y se sumerge en otro paisaje. Si lee libros
científicos, tecnológicos, artísticos,
humanistas, filosóficos o cualquiera que sea su
naturaleza, puede encontrar en ellos una importante fuente para
el desarrollo de los conocimientos y el afinamiento de la
inteligencia.
La presentación de un ensayo, requisito para el
nombramiento de profesores en el período del 2001-B sobre
áreas de especialización o sobre la
filosofía del proyecto o sobre cualquier tema que pueda
ser considerado un aporte epistemológico,
pedagógico o tecnológico, es la medida más
trascendental en la historia de la corporación
universitaria. Como es evidente, tal solicitud busca sanamente
obligar a los docentes de la Universidad Santiago de Cali
ingresar al mundo del texto – se sabe de docentes que
solicitan ensayos como requisitos para evaluar cuando nunca han
publicado o escrito uno- y generar una amplia producción
de escritos porque en las universidades donde sus maestros no
escriben difícilmente florece la investigación y la
ciencia.
Complicada la situación para aquellos docentes
que se resisten a ingresar al mundo de la lectura y de la
escritura. Por consiguiente se hace necesario desarrollar un
amplio plan para
capacitar a los profesores en las habilidades y destrezas
argumentativas. En tal sentido, a manera de recomendación
general, propongo que se realicen seminarios de
composición, talleres de teoría
de la argumentación, concursos de ensayos, y se establezca
un atractivo programa de
estímulos para que los profesores escriban sin el temor
que causa la imposición; invitar al cambio de
actitud frente al libro y que éste se refleje en los
acompañamientos a los estudiantes en los procesos de la
lectura y la escritura por parte de todo el
profesorado.
Enseñar a pensar
"Frente a los numerosos desafíos
del porvenir,
la educación constituye un
instrumento indispensable
para que la humanidad pueda progresar
hacia
los ideales de paz, libertad y
justicia
social".
Jacques De Lors
Cuando a George Steiner, una de las mentes más
lúcidas de finales del siglo XX, le preguntaron qué
era para él una Universidad, respondió, que
humildemente las consideraba como "Casas para aprender a leer".
Esta respuesta humilde y portentosa nos recuerda que leer es un
ejercicio serio complejo y muchas veces doloroso; leer
sólo es posible para quien acepta la sensación de
riesgo, quien
tiene espíritu de aventura y pensamiento
crítico.
La Universidad Santiago de Cali ha incorporado la
cátedra de lectura, escritura, teoría de la
argumentación y epistemología a través del
área humanista de Construcción del Pensamiento
porque es consecuente con Visión y Misión:
"Ser escuela para la formación de proyectos de vida en
continuo crecimiento (…) y "Avanzar cada día en el
conocimiento y el amor
haciendo de la vida un permanente aprendizaje" (…) Su objetivo
supremo es formar humanistas con una sólida
formación científico profesional, hombres
autónomos con espíritu emprendedor y líderes
en las grandes exigencias de los nuevos tiempos.
La relación entre la necesidad de leer, escribir
y las urgencias academicistas no han sido fáciles;
mientras que la lectura y la escritura es reconocida por los
catedráticos humanistas e intelectuales como urgente y
trascendental; los profesionalizantes más preocupados por
la formación técnica y el conocimiento
específico han presentado el acto de leer, escribir e
interpretar como un hecho fácil que no amerita el esfuerzo
de la dirección del proyecto y sugieren su
eliminación a cambio de más información
específica y profesionalizante.
Existen muchas razones para saludar el ingreso de la
Santiago a la era de la lectura inteligente como la denominan los
especialistas de la pedagogía conceptual, primero porque
la
motivación es abordar el texto como instrumento del
conocimiento. Segundo porque se interpreta la lectura como el
preámbulo de la investigación y tercero porque se
trata de hacerle frente al analfabetismo
funcional y a la ignorancia conceptual que cada día
aniquila las posibilidades intelectuales de las nuevas
generaciones, y en cuarto lugar porque la cátedra no busca
fabricar pensamiento en serie sino construir pensamiento
autónomo de la ideología dominante, en otras
palabras enseñar a pensar para cambiar la topografía del dolor que causa la
ignorancia, es brindarle a los jóvenes la oportunidad de
superar sus carencias conceptuales.
Construcción del Pensamiento es la llave maestra
del Proyecto Educativo Institucional Santiaguino que se sustenta
en el compromiso de enseñar a pensar de acuerdo con las
exigencias modernas, –con rigor científico- a
estudiantes y profesionales deseosos de convertirse en lectores
críticos, sensibles, autónomos y aspirantes a
construir un mundo alejado del atraso. Por tal motivo tienen
razón quienes sostienen que leer, pensar y escribir, son
la misma cosa, porque quien sabe leer un texto, no puede ignorar
el contexto y no son nuestros ojos los que leen sino todo nuestro
ser. Por eso es claro el doctor Ricardo Maya Correa – inspirador
del proyecto- cuando argumenta: – "Pensamiento y Acción"-
página 72 la necesidad de aprender a leer, a escribir, a
razonar la lectura y, concluye afirmando que el objetivo es
construir criterios propios y tesis dentro del derecho a pensar
libremente.
El estudiante universitario debe aprender a leer no
sólo los textos, sino también la realidad del
país, de la región, para luego presentar formulas
de solución a los problemas, cualquiera que estos sean.
Recordemos que no leer es aprender a perderse lo mejor de la
vida, es también aprender a desconocer las leyes del
universo y de
la vida, es cerrar la mente al conocimiento. No leer es aprender
a ignorar todo lo que está escrito. En cambio, leer es
abrir los ojos a la cultura de la humanidad.
La propuesta de la lectura y la escritura categorial que
orienta la actual dirección del área de
Construcción del Pensamiento, no es la única
interesada en enseñar a pensar y la superación del
analfabetismo funcional; pero si una de las más serias,
que confrontadas a las exigencias actuales responde con rigor
metodológico a las necesidades de formar estudiantes y
profesionales críticos, sensibles,
autónomos.
Finalmente, pensar el texto como instrumento del
conocimiento, hacer de la lectura el preámbulo para la
investigación, pensar y escribir, debe ser una propuesta
didáctica que brinde a los estudiantes y
profesionales universitarios instrumentos, herramientas adecuadas
en los procesos de la construcción de un nuevo
pensamiento, en los procesos de la construcción de una
nueva sociedad.
Algunos propósitos específicos de la
propuesta:
- Que el estudiante desarrolle y ejercite la capacidad
de razonar la lectura. - Que desarrolle pensamiento crítico y
creativo. - Que haga del texto un instrumento del
conocimiento. - Que aprenda a pensar lógica y
consistentemente. - Que desarrolle la capacidad de explicar, interpretar
y descubrir. - Que logre la coherencia actitudinal entre el actuar y
el pensar. - Que piense por sí mismo, con autonomía
intelectual y espíritu democrático. - Que desarrolle habilidades para entender, analizar,
comprender, interpretar lo que lee y pueda expresar con
claridad – oral o por escrito- sus ideas, sustentar sus
hipótesis.
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